Improvisar, jugar, reinventar, buscar un aire de libertad. Procurando siempre el disfrute de decir sin palabras, de “pensar con los ojos”, mediado
por un halo de curiosidad y ganas de sorprenderme, como los niños. Los soportes y
el formato se han convertido en “disculpas”
para reflexionar también sobre conceptos
como colección, portabilidad, serialidad,
originalidad, entre otros.
Lejos de buscar una perfección técnica, me
gusta descubrir en el azar de la imperfección,
belleza. Poder declarar en cada experimento
una metáfora del tiempo. El disfrute que da la
sensación de no saber cuál será el resultado
final. Química, luz e imagen, la magia que
resulta de hacer fotografía.