Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho”
Materia: Desarrollo de Competencias Linguísticas.
Profesor: José Antonio Jasso Lugo.
Alumna: Julia Janeth Reyes Tostado.
Licenciatura: Educación Preescolar.
Semestre: Cuarto.
UN DÍA MARAVILLOSO Voy a hablarles sobre ese día tan esperado en toda mujer, ese día en el que deje atrás mi adorada infancia que junto con mi familia fui muy feliz. Sin duda alguna uno de los días más bellos de mi vida ha sido el día en que cumplí mis XV años, 9 de octubre de 2010 día en el que se me cumpliría ese sueño de verme vestida como princesa, sí, como en un cuento de hadas. El día llegó y todas las emociones estaban encontradas no solo lo sentía así yo, sino también mi familia, pues ellos compartían esa gran dicha que a mí había llegado. Recuerdo perfectamente que la noche anterior no pude dormir bien, de hecho me desperté muy temprano, comencé por desayunar y tomar un baño para relajarme pues me encontraba muy nerviosa. Ya era la 1 de la tarde cuando mi mamá y mi tía comenzaron a peinarme y arreglarme para iniciar con la grabación, además debía estar lista para la misa que sería a las 3 de la tarde en la hermosa iglesia de Plateros. Ya cuando iba en camino para la iglesia recuerdo que tuvimos que parar en media carretera pues el arreglo de flores que llevaba la camioneta en la que iba se había volado un poco y estaba a punto de caerse, lo cual no sucedió pues se arregló a tiempo. Llegando a la iglesia ya se encontraban ahí mis 7 chambelanes, mi familia y amigos. El padre salió, nos dio la bendición y comenzó la misa, ya estando dentro de la iglesia sentí una gran tranquilidad, pues sabía que haber llegado ahí ya era un gran pasó.
Cuando termino la misa regresé a casa de mi abuelita y ahí esperaba la hora de la fiesta que mis papás con tanto esfuerzo habían hecho para celebrar mis XV años. Justamente a las 8:20 de la noche emprendí el camino hacia el salón de fiestas, cuando llegue vi que todo estaba hermoso, lleno de color azul con plateado la combinación perfecta para mí. Comenzaron a llegar todos los invitados; amigos y familia estaban ahí reunidos para acompañarme en tan grata celebración. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba muy lleno el salón no recuerdo la cantidad exacta de personas, pero aproximadamente eran 300. No sé cómo transcurrió tan rápido el tiempo entre vals, música, baile, comida, risas y lágrimas, pero al fin terminó ese gran día, que sin duda alguna ha sido de los más maravillosos de mi vida