Benemérita Escuela Normal “Manuel Ávila Camacho” Educación Física Maestra: Virginia Eugenia López Escobedo Alumna: Julia Janeth Reyes Tostado Licenciatura En Educación Preescolar Cuarto Semestre
Desarrollo psicomotor en educación física en preescolar El desarrollo psicomotor es el conjunto de todos los cambios que se producen en la actividad motriz de un sujeto a lo largo de toda su vida. Ocurre a causa de tres procesos: la maduración, el crecimiento y el aprendizaje. La psicomotricidad no puede reducirse a un simple método, se trata más bien de un peculiar modo de acercamiento al niño y a su desarrollo. El objetivo de la psicomotricidad es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas (del individuo en su globalidad) a partir del cuerpo, lo que lleva a centrar su actividad e investigación sobre el movimiento y el acto, incluyendo todo lo que se deriva de ello. En este escrito me basare en las edades correspondientes a tercer año de preescolar, – 5 a 6 años- ya que mis prácticas pasadas las realice con el grupo de 3° “A”, en el Jardín de Niños “Miguel Auza” de Zacatecas Capital. Las edades de 5 a 6 años constituyen la edad de la última etapa preescolar, pero la preparación del niño no debe centrarse en el último año del preescolar, sino desde los primeros años, pues las influencias educativas que se ejercen etapa con etapa por las que va transitando el pequeño, tanto en el preescolar cómo en el hogar,
potencian su desarrollo en todas las esferas: motriz, cognitiva y afectiva. Los niños y las niñas entre los 5 y 6 años dominan la mayoría de las acciones motrices, por tal motivo tratan de realizar cualquier tarea motriz sin considerar sus posibilidades reales: trepan obstáculos a mayor altura, se deslizan por pendientes elevadas, les gusta mantenerse en equilibrio pasando por superficies altas y estrechas, saltan desde alturas, etc. De esto me daba cuenta muy a menudo, ya que a la hora de receso me daba cuenta de las acciones que realizaban los niños, en el área donde se encuentra la cocina están unas mesas grandes en las cueles los niños se subían y bajaban dando un gran salto, les gustaba saltar sobre ellas, pues decían que tenían equilibrio y no se caían. En la rampa que se encontraba frente al salón de computación les encantaba resbalarse y mantener el equilibrio mientras lo hacían, aunque a veces no daba resultado y terminaban en el suelo unos sobre otros. Comienzan a diferenciar los más diversos tipos de movimientos, a combinar unas acciones con otras: correr y saltar un obstáculo, correr y golpear pelotas, conducir objetos por diferentes planos, lanzar y atrapar objetos, etc. Demuestran gran interés por los resultados de sus acciones y se observa un marcado deseo de realizarlas correctamente, aunque no es objetivo de la enseñanza en esta edad que los resultados se logren de forma inmediata y mucho menos que siempre alcancen el éxito, pues los logros se van obteniendo en la medida que el niño se adapta a las nuevas
situaciones motrices y va adquiriendo la experiencia motriz necesaria para ir regulando sus movimientos. En estas fechas está de moda en la mayoría de las escuelas el utilizar el trompo y no se diga con mis niños, ya que siempre les gustaba llevar su trompo y demostrar a la hora de receso quien podía hacer más cosas con el mismo, siempre querían que yo estuviera presente en ese momento, en varias ocasiones me sorprendieron, pues realizaban trucos que ni siquiera yo puedo hacer, tal vez or el hecho de que yo no he practicado, al ver lo que hacían siempre les felicitaba diciéndoles palabras alentadoras para que cada vez les saliera mejor o pusieran más empeño y eso les agradaba más y no dejaban de hacerlo. Me daba cuenta también de que siempre estaban en constante competencia al momento de jugar por ejemplo con una pelota pues decían que uno lo lanzaba más lejos que el otro y así se la pasaban siempre tratando de dar lo mejor de sí utilizando el movimiento. Mis alumnos por ejemplo aprecian las variaciones de la forma, el color, el tamaño de los objetos y establecen nociones de contrastes elementales como: alto- bajo, grande-chico, largo- corto, anchoestrecho, dentro de otros y estas nociones las aplican a las acciones motrices. Por ejemplo: Caminan con pasos largos y cortos, saltan lento y rápido, lanzan lejos y cerca, caminan delante o detrás de lo que se les indica. Los ámbitos que trabaja y desarrolla la motricidad (esquema corporal, orientación espacio-temporal, lateralidad, etc.) adquieren para ellos un significado mayor gracias al desarrollo cognoscitivo
alcanzado, por ejemplo: en el concepto de la lateralidad son capaces de orientarse a la derecha y a la izquierda, no solo con relación a su propio cuerpo sino también con el de otros niños y con los de objetos a distancia. También establecen una mejor relación espacio-temporal, pues se desplazan hacia diferentes direcciones y al mismo tiempo varían el ritmo del desplazamiento realizándolo lento o rápido según se les indique. Saltan con un pie o con los dos, ejecutan saltos laterales y hacia atrás. Son capaces de combinar acciones más complejas como lanzar y atrapar la pelota, rodar aros por el piso y pequeñas pelotas por diferentes planos. El atrape de la pelota lo realizan con ambas manos sin requerir el apoyo del pecho. Es necesario aclarar que no todos los niños pueden realizar las mismas actividades y los mismos movimientos, ya que todos los niños son diferentes y tienen su individualidad. La atención a las diferencias individuales es el mayor reto de la pedagogía, por lo que todo educador debe ser capaz de tener un diagnóstico de cada niño para intervenir a tiempo en su desarrollo o simplemente respetar y ser paciente con lo que está sucediendo en la evolución de determinados casos, que no siempre están asociados a problemas del desarrollo. Bibliografía: El niño de 1 a 5 años. Arnold Gessel. Editorial Paidos. Séptima edición. 1973. 387 páginas. http://slideplayer.es/slide/3369630/