CONFLICTO y contrato MORAL Relación de Lectura | Ética de la Publicidad: retos en la era digital. | Ética y Diseño | 201400045
CONFLICTO MORAL La ‘sincera’ declaración de Jerry D. refuerza la popular opinión del efecto negativo que la publicidad ocasiona. Ciertamente, el publicitar es complicado. De una u otra forma se critica el trabajo que el diseñador realiza. Si la pieza diseñada no genera el resultado esperado por el cliente, el creador de contenido se ve en dificultades; y si se logran los objetivos, la población, además de analizar minuciosamente la pieza buscando ofensa alguna, se queja de la manipulación que se tuvo en el diseño. Y como publicista o diseñador, se tiene la responsabilidad de crear piezas que generen acciones del grupo objetivo. Si bien el cliente encuentra oportunidades en el mercado para sus productos, se responsabiliza a la publicidad de provocar necesidad en el público para su adquisición. Con ello, al ser encargado del contenido creado, al diseñador se adjudica el éxito o el fracaso.
La sociedad en la que vivimos, permite la infesta publicitaria, es más, ¡la exige! Su exigencia desemboca una mayor afluencia de anuncios y con ello, aumenta la posibilidad de persuadir con más auge y mayor frecuencia al consumidor. Sin embargo, el enunciado de Jerry, también deja esta balanza en un punto de equilibrio. Aunque él menciona una ventaja del publicista al empezar este ‘juego’; éste no hace más que crear y anunciar, quien toma la decisión de adquirir o no los productos publicitados, es el consumidor. Tal como el símbolo de Uróboros, la opinión publicistaconsumista, (la publicidad efectiva mueve al consumidor a una acción - la publicidad ‘ofensiva’ que acciona al consumidor su consentimiento) se vuelve un ciclo que se realiza a pesar de lo que se hace para impedirlo.
COntrato MORAL La humanidad detesta la estructuración, sin embargo, al no pertenecer a alguna categoría, busca incluirse en alguna. La asignación de la publicidad es persuadir al consumidor. Persuadir a las personas a determinada acción es un poco complicado. El mundo actual incentiva la identidad invidual en una sociedad igualitaria. Así que dirigirse al consumidor como sociedad provoca insatisfacción e incluso ofensa por el trato estereotipado o de categorización. Si se les segmenta para vincularse individualmente, se recrimina por la desigualdad y la exclusión. Ya que el contrato moral busca crear una situación de gana-gana, dirigiéndose a ganar credibilidad de la sociedad y con ello posicionarse en el mercado, debería mostrarse con sus beneficios y defectos ante el
consumidor. Al plantearlo de esta manera, parecería que se crea la situación ideal para cumplir con ese cometido. Pero esto, como anteriormente se menciona, no puede ser posible al tener interpretaciones diferentes de lo que se dice y cómo se dice. Así que, tal como García menciona, la publicidad muestra con muchas máscaras el resultado de la adquisición del producto, evitando las posibles acusaciones de los diferentes grupos sociales. Las preguntas que García sugiere realizar al momento de comprar, permiten al consumidor una acción planificada que evita decepciones o arrepentimientos; situaciones que suceden más a menudo en compras mayores. Incluso con la recomendación de estas preguntas, esta generación se caracteriza por disponer de menos tiempo que antes, por lo que no se cerciora de reseñas o advertencias que muchas veces, la publicidad enuncia.