Ciencias forenses en el ámbito laboral

Hoy, las empresas disponen de opciones profesionales con el objeto de planear estrategias para prever y en su caso mitigar riegos

Perito profesional en Criminalística de campo. Ponente, docente y asesor en materia forense. criminalista70@gmail.com crimidavidrg/ “El delito sigue al hombre, como la sombra al cuerpo”. (Lacassagne, Médico Criminólogo del siglo XIX). Tal afirmación nos lleva a entender que la criminalidad en cualquiera de sus manifestaciones, va de la mano con la presencia del ser humano. “El hombre es un ser social por naturaleza”, sostenía Aristóteles. Por tanto, donde existe sociedad, existe el delito.

En la familia, trabajo, empresa, escuela; el delito se hará patente en algún momento. A veces sin ser percibido, en otras de forma escandalosa. Algunas sin violencia, en otras por demás agresiva. De forma absurda, incluso accidental, por causas fortuitas, ignorancia, omisión o de forma planeada.

Es imperante conocer la afectación que el delito o un siniestro ocasiona en la sociedad, desde la forma más simple, hasta en la estructura organizacional más compleja de una empresa y asi mismo, identificar, cuando requerir el apoyo y la asesoría legal respecto del qué hacer, dónde dirigirse y con quién acudir o mejor aún, cómo evitarlo.

La empresa

Con el tiempo, el ser humano en vías de obtener un beneficio, ha desarrollado diversas habilidades. Su le ha permitido razonar las circunstancias de los hechos que lo rodean y solucionar situaciones adversas, así como aprender a diseñar aquellas estrategias y herramientas que le faciliten

la vida diaria. El hombre ha sabido organizarse en grupos y formar sociedades, en las que ha aprendido también a designar roles y asi, crear jerarquías y designar responsabilidades, esto con el fin de cumplir con un objetivo: el beneficio común. Y cuando ese beneficio tuvo como objetivo ser una unidad de producción de bienes y servicios, nació la empresa. Pero este beneficio colectivo no siempre ha sido la meta.

El delito

El ser humano por naturaleza es sociable y ambicioso. Busca tener control sobre los demás y cuando se le presenta una oportunidad, la aprovecha y puede incluso, beneficiarse en mayor medida que los demás, transgrediendo los derechos y beneficios de todos. ¿Qué sucede cuando alguno de los integrantes de dicha sociedad o alguien externo atenta contra la premisa del beneficio colectivo y busca el suyo propio? O cuando un evento inesperado, rompe con la seguridad patrimonial de la empresa.

En ese momento, los intereses colectivos se ven afectados o pasan a segundo plano. Sea por un siniestro o por anteponer los intereses propios, la sociedad que se había formado, se ve fracturada y con ello, puede aparecer la conducta de acción o de omisión, que contravenga la norma jurídica, el delito. El Código Penal Federal de México, define en su art. 7: “Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales”.

Las consecuencias

El detrimento hacia la sociedad, derivado de la conducta desplegada por parte de uno o varios individuos, es variado. Para ello, hemos de saber, que este puede ir en proporción al tamaño de esa sociedad o empresa. Y puede ser desde la microempresa, hasta la mega empresa. El daño siempre será en proporción al tamaño de la empresa. Asi mismo, hay que tener presente que existen conductas que poco a poco van menguando el patrimonio de la empresa y no necesariamente en un solo evento.

En la publicación del Economista, del 10 de diciembre del 2020, menciona que los delitos más comunes de los que son víctimas las empresas y los negocios son: robo, asalto y extorsiones. Citando de igual forma, que los negocios son víctimas del 2.6% de delitos al año y el costo total de esta inseguridad equivale al 1.2% del PIB. Asimismo, la revista IMEF STAFF, especializada en liderazgo de finanzas y negocios, en su edición del 1 abril, 2020, señala: “En México, el instrumento que mide este problema es, la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que se realiza cada dos años. De acuerdo con la más reciente, publicada en octubre del 2018,

33.7% de las empresas fue víctima de algún

delito durante el 2017. Por otra parte, la ENVE refleja que 38.4% de las empresas del sector comercio fueron víctimas del delito, 30.6% del sector industrial y 29.3% de servicios.

Asimismo, también señala: “A escala nacional, los delitos que más enfrentan las empresas son: robo o asalto de mercancía, dinero, insumos o bienes, aunque en Guanajuato, Baja California Sur, Nayarit, San Luis Potosí y Michoacán el delito más frecuente es la torsión; en Querétaro es el fraude; en Jalisco el y en Hidalgo los actos de corrupción.

En cuanto a la , cada año se cometen alrededor de 525,000 delitos de este tipo, lo que representa una tasa de 1,150 casos por cada 10,000 empresas; en 86.9% de los casos son telefónicas. Finalmente en la misma nota, El director general del Observatorio Nacional Ciudadano, Francisco Rivas, afirmó; “Llamó la atención en que las grandes empresas trasnacionales cuentan con planes y programas para enfrentar la delincuencia, no asi, las pequeñas y medianas empresas”.

Habría que considerar los delitos hacia los empresarios como secuestro, fraude e incluso homicidio, no se contemplan en dichas estadísticas, pero afectan la funcionalidad de las empresas.

Análisis de riesgos

¿Cómo detectar aquellos eventos que no existen, pero que pueden ocurrir? Ello implica tomar medidas de seguridad diversas, acorde al tipo de empresa; ya que cada empresa de acuerdo a su actividad, requiere normas específicas para su seguridad.

Hay que considerar que México incorporó, a través del Código Nacional de Procedimientos Penales, la Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas. Esto significa, que desde el año 2016, todas las empresas privadas, sin importar su tamaño y naturaleza, deben contar dentro de su estructura con un órgano de control permanente, expresamente encargado de verificar el cumplimiento de la Política Interna de Prevención Delictiva (PIPD).

Las ciencias forenses

La aplicación de las ciencias en el ámbito del Derecho, ya sea en la rama civil o penal, es lo que constituye la Ciencia Forense. Por tanto y dependiendo del hecho a investigar, es la rama de la Ciencia Forense que habrá de intervenir a fin de auxiliar en la investigación que se le requiera. Cabe señalar que la responsabilidad de la Investigación Forense en México, recae en las áreas de Servicios Periciales de cada fiscalía. Siendo estas, las encargadas de auxiliar en la investigación de los hechos. Para tal efecto, cada fiscalía cuenta en su listado con diversas especialidades forenses, entre las que destacan:

Criminalistica de campo. Fotografía. Dactiloscopia. Análisis de voz. Grafoscopía y documentos cuestionados. Química. Informática y telefonía celular. Audio y video. Delitos ambientales. Contabilidad. Propiedad Intelectual. Valuación de bienes muebles. Arquitectura e ingeniería civil. Incendios y explosiones. Mecánica y seguridad industrial, entre otras.

Lo anterior nos permite saber que si estas especialidades forenses existen en el ámbito oficial, entonces lo hay también en el ámbito particular. Lo que nos permite saber la existencia de al servicio de los particulares, y de los cuales pueden asesorarse a efecto de prever conductas o situaciones que lleguen a vulnerar la integridad de la empresa y de las personas.

Podemos concluir que el delito como conducta, siempre estará presente en la sociedad y como parte de su vida cotidiana. Prever actos que afecten la organización y convivencia, lejos de ser opción, es obligación, en especial para las personas jurídicas que a diferencia de una física, poseen una responsabilidad mayor.

Actualmente las empresas disponen de opciones profesionales, a fin de contar en su organigrama con especialistas en diversas áreas forenses al servicio particular y empresarial, con el objeto de planear estrategias para prever y en su caso mitigar riesgos. Y en situaciones no deseables, pero reales, tener el apoyo idóneo y adecuado para enfrentar procesos legales y llegar a una adecuada resolución del proceso.