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Derechos Humanos en las empresas

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Gestión

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Aportemos nuestro grano de arena al fortalecimiento de una nueva cultura laboral y empresarial en nuestro país.

Este texto surge de participar en la Mesa de diálogo “Las empresas y los derechos humanos en el Estado Mexicano, situación actual”, en el marco del Foro Internacional Desafíos y Oportunidades: la Responsabilidad Empresarial y la Protección de los Derechos Humanos en México, organizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en conjunto con el Senado de la República.

Cuando se habla de empresas, lo común es abordar el tema en términos financieros, considerando el impacto que el trabajo que en ellas se realiza representa productividad; sin embargo, de lo que en realidad debemos hablar es de las personas que realizan una labor que es fundamental para su subsistencia y de las condiciones en que esta actividad se lleva a cabo.

Fortaleciendo a la mujer

Desde hace 58 años, en AMMJE impulsamos el talento de las mujeres jefas de empresa y nos fortalecemos colectivamente, dando rumbo y solidez al trabajo de las miles de mujeres empresarias que en todo el país se enfrentan al reto de generar empleo; con el objetivo de impulsar en sus empresas la implementación de diversas acciones y medidas para promover el respeto a los derechos humanos, incluyendo políticas de igualdad de género, capacitación, códigos de conducta, flexibilidad laboral y promoción de la diversidad en la contratación.

Hemos acompañado a las mujeres en ese recorrido y hemos entendido que ninguno de los procesos de vida a los que nos enfrentamos puede suceder al margen de los derechos humanos que como la ley señala, son progresivos.

Por: Sonia Garza González, Presidenta Nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa, AMMJE.

https://twitter.com/AMMJE https://www.linkedin.com/company/ammje/

En los 50´s luchamos por combinar el rol doméstico y ejercer el derecho a acceder al mundo laboral, en los 80´s defendimos el derecho a una remuneración justa e igualitaria y en el 2000 tuvimos la certeza de que si nos empoderábamos podríamos hacer frente a la pobreza y violencia. Una vez iniciado el nuevo milenio con la era de la tecnología, nos colocaron en la agenda de la inclusión y la sostenibilidad con derechos ante los cuales las empresas no podían mantenerse al margen, pero cuando la pandemia llegó, nos obligó a replantearlo todo.

Es precisamente ahí donde surge la necesidad de incorporar la debida diligencia al ámbito empresarial como pieza complementaria de los esfuerzos de los gobiernos y la sociedad civil de los Tratados y Acuerdos Internacionales y la guía que nos significa la Agenda 2030. Comenzábamos a incorporar estos enfoques a nuestro actuar cuando la incertidumbre que un virus nos impuso, nos reveló cuán frágil es la naturaleza humana; todos los ámbitos de actividad se vieron afectados por la pandemia, incluyendo a las empresas.

Trabajando en el cambio

En ese sentido, a partir de esa realidad ha sido avanzar hacia una nueva política de cuidados sobre la que se han dado ya los primeros pasos en esta misma soberanía aprobando en ley una serie de medidas que buscan incorporar la cultura de cuidados como una tarea a realizar por parte de todas y todos. Y aun cuando hace falta que se apruebe el Sistema Nacional de Cuidados –que no puede ni debe seguirse aplazando– las empresas, y las comandadas por mujeres son impulsoras de la promoción de la redistribución de los cuidados y hemos venido trabajando al interior para fortalecer este cambio de paradigma.

Las mujeres empresarias hemos estado atentas a cada uno de los avances que en la materia han sido promovidos desde el Senado Mexicano que nos sitúan frente a una nueva era en la que los derechos humanos no son una materia aparte de nuestra labor cotidiana y por ello es por lo que conocemos y reconocemos el trabajo efectuado en los siguientes aspectos: La regulación del trabajo doméstico, al cual se han introducido los nuevos parámetros de seguridad social, el teletrabajo, que debe sujetarse a esquemas y horarios para dejar de ser una invasión a la privacidad y una pérdida del descanso digno de las personas trabajadoras.

En políticas públicas, sin duda alguna hay que reconocer el aporte que significa las Normas Oficiales, especialmente la 025 que busca hacer los entornos laborales más igualitarios y la 035 que busca identificar los riesgos psicosociales en los entornos laborales; muestra de ellos es que el stress haya sido incorporado como enfermedad laboral.

Las empresarias de AMMJE conocemos estos cambios y estamos llevándolos a nuestras empresas, conocemos que parte de los acuerdos derivados de este Foro consisten en generar un diagnóstico de la situación que tienen las empresas en materia de derechos humanos, asumimos el compromiso de trabajar en ello para sumarnos al esfuerzo colectivo que nos permita conocer la situación que en materia de derechos humanos tienen quienes son nuestras socias, para aportar nuestro grano de arena al fortalecimiento de una nueva cultura laboral y empresarial en nuestro país.

La debida diligencia empresarial es una buena práctica que las empresarias de AMMJE ejercemos, en apego a los derechos humanos de todas las personas para lograr que las empresas con liderazgo femenino estén totalmente a la vanguardia en la sostenibilidad y sustentabilidad respetando todos los principios y derechos ambientales, sociales, económicos, culturales y centradas en el ser humano.

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