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Sonido, silencio, ruido: conocerlos, medirlos, controlarlos Montserrat Padern
El sonido forma parte de nuestra vida, pero hay compañeros que no pueden percibirlo y también es una causa de contaminación ambiental. Aprender sobre este fenómeno posibilita acercarnos a su mundo y, al mismo tiempo, actuar de una forma más responsable. La escuela donde se ha realizado este proyecto es un centro de agrupación para niñas y niños con dificultades auditivas y posee una USEE. Por ello nos pareció necesario un acercamiento al conocimiento del mundo sonoro, para poder entender mejor cómo afecta a nuestros compañeros no percibirlo y compartir sus vivencias. Sonidos, silencios y ruidos están presentes y pueden influir en nuestra vida, los podemos crear, los podemos medir, disfrutar o aborrecer, y los podemos controlar en buena medida. Saber sobre ellos nos abre caminos para actuar en nuestro entorno de una forma responsable.
interrogantes. La pregunta: ¿qué cosas producen sonidos? nos puso de manifiesto una gran diversidad de objetos y situaciones. Y nuevas preguntas del tipo: ¿todos los sonidos son iguales?, ¿con qué tipo de materiales podemos hacer sonidos?, ¿cómo se producen los sonidos?, nos llevaron a querer experimentar. Al hacerlo los niños y las niñas empezaron a identificar las diferentes variables que intervienen en la producción del sonido y concluyeron que sonidos diferentes no dependen sólo de los materiales utilizados para producirlos, sino también de la manera de utilizarlos: soplando..., girando... Y golpeando, rascando, pellizcando, frotando, etc. (véanse imágenes 1 y 2). Imagen 1
Producción de sonido
Sonidos, silencios y ruidos están presentes y pueden influir en nuestra vida, los podemos crear, los podemos medir, disfrutar o aborrecer, y los podemos controlar en buena medida 13 | Aula de Infantil Núm. 44. Julio-Agosto 2008
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Comenzamos –en las clases de P5– con una conversación que nos acercó a todo lo que sabíamos y, al mismo tiempo, nos abrió nuevos
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Imagen 2
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Imagen 3
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hablamos de «movimiento». El siguiente experimento fue revelador, incluso para los alumnos con dificultades auditivas, puesto que nos ayudó a ser conscientes de la presencia de vibraciones. Las observamos de la siguiente manera: sujetamos una bolsa de plástico muy tensa alrededor de un bol. Por encima colocamos un puñado de pasta de sopa pequeña y, cuando todo está a punto, cerca de él una niña o un niño golpea con fuerza una cazuela vieja de aluminio y… ¡maravilla! ¡La pasta se mueve! (véanse imágenes 3 y 4) Es preciso destacar que los alumnos están acostumbrados a trabajar a partir de la experimentación con distintos materiales, y fue muy gratificante ver cómo ellos mismos sugerían cambiar la cazuela de aluminio por un utensilio de otro material para comprobar si sucedía lo mismo. Así pudieron constatar que el tipo de material era indiferente, siempre y cuando pudieran golpear con fuerza, puesto que lo que producía el movimiento de la pasta era el sonido.
Detección de sonido
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Imagen 4
Poco a poco nos acercamos a la producción de sonido como transferencia de energía, vibración de los materiales, aunque en el aula 14 | Aula de Infantil Núm. 44. Julio-Agosto 2008
Esta vez nuestra conversación se centró en la producción de sonidos involuntarios que puede emitir nuestro cuerpo. Ni que decir tiene que fue muy divertido hablar de los pedos, los ronquidos, los bostezos, los eructos, los estornudos, el ruido de las tripas cuando tenemos hambre, la tos, la respiración, el hipo... y, claro, del corazón. De aquí pasamos a poder detectarlo. Fue muy interesante no sólo la auscultación con el oído sobre el cuerpo, sino también la utilización del fonendoscopio. Así mismo, descubrieron que los compañeros sordos recurrían al tacto para detectar los latidos. También construimos el típico teléfono con cordeles para ampliar nuestras experiencias.
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«Cuando voy al medico me pone un palo en la cabeza y en la pared hay una cosa que tiene números, y me dice si se estoy más grande». «Mi mamá tiene una cosa en el suelo y subo encima y salen unos números».
Algunas de sus ideas acerca de la medida son que necesitamos instrumentos para medir y que tienen números. Es decir, intuyen que el hecho de medir tiene el valor cuantitativo. Es ahora cuando introducimos nuestro sensor, que sirve para medir el sonido. Y entre todos decidimos qué lugares de la escuela tenían interés para comprobar su intensidad. Elaboramos nuestras 15 | Aula de Infantil Núm. 44. Julio-Agosto 2008
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Seguimos avanzando y nuestros diálogos nos condujeron a hablar también de los ruidos: aquellos sonidos desagradables. En este punto, aparecieron discrepancias: no todos consideraban un mismo sonido como un ruido si la referencia era cualitativa, pero, sin embargo, sí que fuimos capaces de consensuar que los ruidos muy intensos nos molestaban, es decir, es desagradable la «cantidad» de ruido. Expresaron a su manera que en nuestro quehacer diario estamos rodeados de sonidos que son ruidos. Para comprobar nuestro entorno sonoro, les pedimos que se quedaran en silencio y apreciaron que, a pesar del esfuerzo para conseguir silencio absoluto, llegaban a nuestros oídos voces de compañeros de otras aulas, coches lejanos, incluso el ruido del motor del ordenador. Remarcaron que desde alguna clase nos llegaba mucho ruido. Entonces se les planteó en qué lugares y/o situaciones en la escuela había mucho o poco ruido. Abrimos aquí nuestra línea de investigación. Para ello necesitamos «algo» que nos ayudara a cuantificar el nivel de ruido. Les preguntamos qué sabían acerca de medir y nos aportaron sus experiencias personales:
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predicciones y, después de conocer la utilización del sensor, nos dispusimos a recoger las diferentes muestras (véanse imágenes 5 y 6). El sensor digital utilizado va asociado a un programa que permite la visualización automática en el ordenador a través de gráficos de barras. Los escolares interpretaron los gráficos resultantes y «leyeron» si había mucha o poca intensidad de sonido en función de la altura de las barras del histograma. El hecho de medir nos ayudó a entender mejor el concepto de sonido, ya que al cuantificar valoramos y consideramos su importancia, pudimos confirmar nuestras predicciones o no y, más importante todavía, justificamos por qué había ocurrido. Medir el ruido nos ayudó a
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Imagen 7. «Cómo es el sonido»
entender mejor las causas o variables que intervienen en la transmisión del sonido y a reconocer posibles barreras que la obstaculizan. Al final de este proceso los mismos escolares concluyeron: «No podemos gritar tanto» o «Podemos hacer menos ruido», más desde el convencimiento que les aportaba la comprensión del fenómeno que no por haberlo dicho los adultos en repetidas ocasiones. Ello no quiere decir que la conducta sea siempre coherente con estas conclusiones, pero es más fácil reflexionar sobre ella y regularla.
Representando el sonido Llegados a este punto, proponemos a los alumnos que dibujen cómo se imaginan el sonido. Sus producciones demuestran que conceptos como sonido-silencio, emisor, receptor u onda son ideas que pueden representar, y lo hacen (véase imagen 7). Nos gustaría resaltar que en ningún momento hablamos de ondas, que no vimos imágenes de representaciones gráficas del sonido, ni tampoco de emisor ni de receptor. Y que este trabajo de construcción es fruto de la interacción entre todos: de lo que saben, de lo que quieren saber, de las preguntas que se hacen, de las preguntas que les lanzamos, de las sugerencias que van proponiendo y de lo que nos aporta la experimentación con materiales e instrumentos. 16 | Aula de Infantil Núm. 44. Julio-Agosto 2008
Hay que ir retomando las ideas que tienen los alumnos sobre un fenómeno determinado a lo largo de su escolaridad, para poder desarrollarlas y hacerlas crecer. Dado que en este caso ellos llegan a ver que hay elementos que pueden dificultar la propagación del sonido, encontramos aquí una posible vía de continuidad, buscando maneras de impedir o dificultar la propagación del sonido y de aquí investigar los posibles materiales aislantes, para finalmente intentar introducir, así, mejoras en nuestro entorno sonoro. Trabajar desde esta perspectiva es realmente gratificante, tanto para niños y niñas como para maestros y maestras. Os animamos a intentarlo.
HEMOS HABLADO DE: Diversidad sociocultural y personal. Proyectos de trabajo.
Notas * Con la colaboración de Victòria Carbó del CESIRE CDEC, equipo de infantil y primaria. 1. Facilitado por el Departament d’Educació de Catalunya.
Montserrat Padern CEIP de Bellaterra (Barcelona) mpadern@xtec.cat