EL DESARROLLO DEL LENGUAJE Introducción Nos gusta decir que el habla es el elemento que distingue a la especie humana de otras especies. Siempre nos ha gustado sentirnos superiores. Sin embargo, cada especie ha desarrollado un sistema de signos acorde con sus necesidades. Conrad Lorenz, premio Nobel de Medicina, en un libro de muy fácil lectura “Hablaba con las bestias, peces y pájaros”, puede enseñarnos algo a este respecto; por ejemplo, los gatos utilizan una especie de idioma de unas 30 palabras: MIAU es una frase formada por dos palabras, MI quiere decir algo así como quiero ser tu amigo, y AU ten cuidado conmigo. Uno de los robots interplanetarios que representan la cima de la ciencia de final de siglo lleva incorporado un disco de oro que contiene las siguientes frases: - un saludo del planeta tierra, en 59 idiomas humanos y el idioma de las ballenas. - el sonido de un beso - el llanto de un niño - Una carta de amor de una mujer joven enamorada junto con su registro electroencefalográfico (EEG) - 90 minutos de música, ... Los humanos tienen de particular el hecho de que van espontáneamente más allá de las conductas apropiadas que les permiten tener éxito en una tarea. En el caso del lenguaje, como en otras áreas del conocimiento, los niños normales no se conforman con usar las palabras y las estructuras correctas, sino que van más allá de la maestría en el uso práctico del lenguaje y pasan a explotar el conocimiento lingüístico que tienen almacenado. La reflexión metalingüística requiere representaciones lingüísticas flexibles y manipulables. (KarmiloffSmith. 1994) Pero, ¿qué es el lenguaje? ¿podemos separar el fenómeno del habla de otras formas de expresión? ¿es independiente el mensaje del contexto? ¿el lenguaje se adquiere por imitación, existe una estructura cognitiva previa, o es la actividad constructiva con el entorno la que permite su aprendizaje? En el estudio de la adquisición del lenguaje podemos encontrar dos grandes polos teóricos, los que consideran que es un proceso puramente innato, prescrito genéticamente, y los que consideran que es el resultado de la interacción con el medio, un proceso de aprendizaje. En medio, muchos autores piensan que la adquisición del lenguaje tiene ciertas restricciones iniciales que canalizan la construcción progresiva de ciertas representaciones lingüísticas. Pero a partir de ahí, se producen procesos de flexibilidad representacional que hacen posible la conciencia metalingüística. Empezaremos con un análisis fisiológico del habla, para analizar más tarde el aprendizaje del lenguaje desde un punto de vista psicológico y sociológico.
Fases fisiológicas del habla *fisiológico: referente a la fisiología. Parte de la medicina que estudia el funcionamiento del cuerpo. Por ejemplo, se estudia la digestión, el movimiento del corazón, la reproducción del habla, etc.
Para hablar necesitamos: 1. Un órgano capaz de producir sonidos: la laringe y unos órganos capaces de modificarlos: boca, lengua y cavidad nasal. 2. Un medio físico capaz de transmitir el sonido: el aire. El sonido no se transmite en el vacío (no oiríamos una explosión que hiciese estallar la luna). El sonido consiste en vibraciones de
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las moléculas de aire (como se transmite un empujón en una multitud) ¿puede transmitirse el sonido a través de sólidos y líquidos? 3. Un órgano capaz de recoger el sonido: el oído. 4. Un órgano capaz de asignar a cada significado y a cada concepto un sonido, de pensar lo que queremos decir, de comprender lo que se dice,... el cerebro.
OIDO CEREBRO LARINGE
OIDO SONIDO
CEREBRO LARINGE
El oído Es el órgano encargado de recibir las vibraciones sonoras. Consta de oído externo, oído medio y oído interno. El oído externo está formado por la oreja, el conducto auditivo y la membrana del tímpano. La membrana del tímpano vibra empujada por las moléculas de aire que están más pegadas a ella. El oído medio se encarga de transmitir las vibraciones de la membrana del tímpano a otra membrana mucho más pequeña actuando como un amplificador. Entre las dos membranas se encuentra la cadena de huesecillos que son el martillo, el yunque, el lenticular y el estribo. El oído medio está en comunicación con la garganta a través de la trompa de Eustaquio, cuando la trompa se cierra se entaponan los oídos. El oído interno tiene dos tipos de receptores sensoriales: - el receptor de la audición llamado CARACOL. - el órgano del equilibrio. El caracol tiene la forma que indica su nombre y está relleno de líquido. Sus paredes están formadas por células de tal forma que puede compararse perfectamente al teclado de un piano colocado en espiral, cada una de las células se ha especializado en transmitir al cerebro un determinado tono. Funcionamiento del oído El sonido es debido a las vibraciones de las moléculas de aire. Estas vibraciones son transmitidas a la membrana del tímpano, que a través de la cadena de huesecillos transmite la vibración a otra membrana que se encuentra a la entrada del caracol. La vibración de ésta segunda membrana provoca una ola en el líquido que rellena al caracol. En función de las características del sonido esta ola llegará más o menos lejos a través de la espiral del caracol, provocando a su paso la excitación de las distintas “teclas del piano”. Cada tecla hace conexión con una neurona a través de la sinapsis. Todas estas neuronas constituyen la vía auditiva y van a terminar en una zona de la corteza cerebral llamada corteza auditiva o centro de la audición. La laringe Forma parte del aparato respiratorio. El aparato repiratorio está formado por fosas nasales, senos paranasales, faringe, laringe, tráquea, bronquios, pulmones. La laringe consta de: 1. esqueleto cartilaginoso (cartílagos): Tiroides, Crioides, Aritenoides. 2. Músculos y ligamentos 3. Cuerdas vocales
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Desarrollo del habla en el niño Con 150 sonidos se construyen todas las lenguas que pueden hablar las personas. El recién nacido humano tiene la capacidad de hablar todas las lenguas. Los niños hablan antes de emitir palabras, es decir, desarrollan antes la capacidad de entender las palabras que la posibilidad de mover los músculos de la laringe. En el recién nacido la laringe se encuentra en una posición que le permite respirar mientras mama, es decir, respirar y mamar a la vez. A los tres meses aproximadamente la laringe se encuentra en una posición correcta para el habla y el niño empieza a controlar los 200 músculos que necesitamos mover para hacer funcionar las cuerdas vocales. A continuación aparece la etapa del balbuceo, se trata de un ejercicio que el niño realiza para controlar el mecanismo del habla. Consiste en repetir sílabas una y otra vez. El balbuceo no se aprende de la familia. Es igual para todos los niños y niñas independientemente de cual sea la lengua materna. También los niños sordos balbucean. Poco a poco se dan cuenta de que estos sonidos atraen la atención de las personas que les cuidan y entonces dirigen la mirada hacia el objeto que desean y balbucean. Es una forma de comunicación precaria pero que funciona. El balbuceo se hace más fluido y variable a lo largo de los meses. • • •
Los bebés aprenden el mecanismo básico del habla a un nivel no verbal: Reconocen la voz de las personas que le rodean Se comunican rudimentariamente con ellas por medio de gritos, lloros... Relacionan los gritos, lloros y sonidos producidos por las personas que le rodean con aspectos significativos: comida, sueño, juego...
Hacia los 16 meses niños y niñas saben lo que quieren decir, pero no pueden decirlo porque su boca es incapaz de articular los sonidos, es decir, se desarrollan antes las estructuras cerebrales que el aparato fonador. A partir de este momento aprenden cada vez más deprisa, y al cabo de un mes tendrá un vocabulario formado por una colección de nombres inconexos. Usa una misma palabra para designar varias cosas, por ejemplo, pan puede ser cualquier cosa de comida. A los 19 meses puede pronunciar más de 100 palabras diferentes y comienza a unirlas. Las primeras frases que construyen no se parecen en su estructura a las del adulto, pero tampoco están unidas al azar, mantienen una gramática rudimentaria. Para hablar suelen emplear las palabras en el mismo orden que los adultos, pero sólo utilizan las palabras más importantes. Es una forma de hablar parecida a la que se utiliza en los telegramas. Disfrutan hablando por hablar y repiten en voz alta las frases de los adultos y aunque no las entiendan las aprenden. Un gran descubrimiento en este sentido es aprender a preguntrar: ¿qué es eso? En los siguientes cuatro años el incremento del vocabulario será de unas 60 palabras semanales. A los tres años puede construir frases de 3, 4 o más palabras. Las palabras forman parte del juego, y les permiten expresar el contenido de su imaginación. En torno a los seis años, el sistema fonológico de la lengua materna y las pautas estructurales básicas de la sintaxis suelen estar adquiridas. En toda expresión lingüística infantil hay: 1. Un marco: locutor, receptor e interlocutores 2. Una situación de enunciación 3. Un sistema lingüístico: uso de reglas, juegos del lenguaje y huellas sonoras Por tanto, la adquisición del lenguaje no es una mera adquisición de un código formal con relaciones unívocas entre fonía y sentido.
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¿Qué hace falta para que una niña, un niño hablen? La adquisición del habla es un proceso complejo. Evidentemente los aparatos auditivo y fonológico han de ser funcionales, lo que implica también al sistema nervioso. Pero, con esto no basta. Se ha demostrado que las situaciones de aislamiento social o maltrato inhiben el desarrollo del habla. El niño, la niña, han de sentir que vale la pena hablar. Lee de nuevo la poesía de Malaguzzi: El niñ@ está hecho de cien. El niñ@ tiene cien lenguajes cien manos cien pensamientos cien modos de pensar, de jugar, de habar. Cien siempre cien modos de escuchar disfrutar, amar. Cien alegrías para cantar y entender. Cien mundos por descubrir. Cien mundos que inventar. Cien mundos que soñar. El niñ@ tiene cien lenguajes (y luego ciento, ciento, ciento) pero le robamos noventa y nueve. La escuela y la cultura separan la capeza del cuerpo. Se les dice: Pensar sin manos, hacer sin cabeza, escuchar y no hablar, entender sin alegría, amar y disfrutar sólo en Pascua y en Navidad. Se les dice: descubrir el mundo que es así. Y de cien se les roba noventa y nueve Se les dice: que el juego y el trabajo la realidad y la fantasía la ciencia y la imaginación el cielo y la tierra la razón y el sueño no son cosas que estén juntas. Se les dice además que no existe el cien. El niñ@ dice: Sin embargo, el cien existe.
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Loris Malaguzzi
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