DE LA AUSCULTA CERVICAL..... Fga. Nidia Patricia Cedeño O. Esp. motricidad Orofacial y Terapia Miofuncional Técnica de valoración no invasiva de la deglución, donde las señales acústicas corresponden al paso del alimento de la faringe al esófago, así como, al movimiento y acomodación de estructuras asociadas a la elevación, anteriorización laríngea, al cierre glótico, y al descenso de la epíglotis. Bosma y otros en 1992 establecen dos sonidos; Heinz 1994 establece 3, pero luego Sheila T Almeida, MSc; Elton L. Ferlin, BSc; Maria Alice M. P. Parente, PhD; Helena A. S. Goldani, MD, PhD, en Digital Cervical Auscultation in Children en el 2008 establecen 4 ruidos. Los componentes de análisis acústico perceptual de la deglución son: 1. Señal inicial discreta (DIS) 2. Señal de sonido principal de la ingestión (MS) 3. Señal final discreto (DFS) 4. Regreso a respiración, soplo espiratorio (ER). DEL METODO El fonendoscopio - estetoscopio es tomado con los dedos índice, pulgar, se coloca sobre las alas del hioides, y el tercer dedo en el cartílago tiroides para sentir el movimiento de este. De esta manera la elevación y anteriorización de la laringe puede ser percibida. Todos los sonidos son oídos en un segundo y en secuencia rápida. Los eventos acústicos a escuchar son los siguientes:
1. Un "click suave" asociado con la formación del anillo de 2. 3. 4.
Passavant. Un click - clunk asociado con la articulación de la epiglotis y el paso del alimento por la faringe. Un "pop" asociado con la apertura y cierre del esfínter cricofaríngeo. Un "puff" Sonido glotal de liberación, asociado al escape del aire de la subglotis cuando las cuerdas vocales se abren para liberar la vía aérea. Este sonido tiene diferentes características morfológicas y cambian según el volumen y la viscosidad del bolo ingerido.
Los investigadores están de acuerdo en que el acto de la deglución se encuentra entre corchetes al principio y al final de la fase espiratoria de la respiración(*1). Se ha sugerido que la exhalación después de la deglución puede ayudar a prevenir la penetración laríngea al expulsar el material residual tragar (*2). Este patrón se ha demostrado desde los bebés al nacer, a las personas adultas mayores de 90 años de edad (*3).