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Cloud evoluciona para adaptarse al negocio
DAVID MAÑAS, Head of Cloud, Infrastructure & Security. T-Systems Iberia
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Con casi treinta años de experiencia en el sector TI, veinte de ellos en T-Systems, David Mañas siempre ha tenido un foco claro en el área de servicios, relacionados con computación y telecomunicaciones, y una vinculación muy fuerte con el ámbito de recursos humanos y el desarrollo de aplicaciones. Una lección que ha aprendido durante todos estos años es que este es un negocio en el que la diferencia la marcan las personas.
¿La nube pública ya se está adoptando en el ámbito empresarial? Es ya una demanda. No hay que evangelizar acerca de los beneficios que propone la nube pública. Las empresas saben que tienen que ir a la nube y las cuestiones están relacionadas con la migración, a qué cloud deben ir... Básicamente, cómo hacer ese viaje. De hecho, hay algunas empresas que no tienen claro si sus aplicaciones puede encajar en la nube y en qué modelo. Durante los últimos tres años ha habido un salto muy importante en esta tendencia. Las empresas han empezado a mover cargas a las nubes públicas como respuesta a una demanda que, sobre todo, ha venido desde los equipos de desarrollo y negocio. Esto ha sido debido a que, quizá, la infraestructura legacy en la que se apoyaban no era lo ágil y funcional que ellos necesitaban y empezaron a testear nuevos desarrollos a través de las funcionalidades de los grandes hyperscaler. De hecho, hay ya muchas empresas que están yendo a este modelo y se hacen preguntas en torno a cuál es el verdadero valor del cloud. No son conscientes, por ejemplo, de lo que les va a costar y en ocasiones se encuentran con facturas muy elevadas que crecen sin control. En este momento se está generando demanda para que ayudemos a las empresas a optimizar los costes de las plataformas o a analizar si deben ir a la nube y cuál es el modelo adecuado. Puede darse el caso de que la mejor opción sea continuar en on-premise o en cloud privado, porque las características o los niveles de consumo se adaptan mejor a este tipo de soluciones.
Hacia SAP S/4HANA
Existe un movimiento muy importante de migración hacia SAP S/4HANA. No es una opción, o lo haces o sales de SAP. Nosotros ya tenemos clientes que han migrado completamente a SAP S/4HANA y esto representa un reto muy importante. Es una transformación de modelo que afecta a muchas áreas de la organización, que consume un presupuesto elevado y en la que tienes que seguir bien todos los pasos. Si lo único que haces es un cambio de workloads, seguramente se acabarán consumiendo muchos más recursos de los que se requieren. De hecho, durante el proceso de migración se debe aprovechar para archivar y adecuar los sistemas a S/4HANA, y así poder utilizar los beneficios de HANA en cuanto a velocidad, flexibilidad, inmediatez y movilidad. Alrededor de 18% de nuestros clientes están en proceso de migración a SAP S/4HANA y un 70% están planteándose esta migración en los próximos tres años; el resto, no sabe no contesta. Incluso se están replanteando la solución.
40 // El papel de las consultoras es ayudar a las empresa a seleccionar a qué nube deberían ir, y cómo; mostrarles cuál es el lugar óptimo para ellos y cuál es la mejor estrategia de migración.
¿Cloud es igual a ahorro de costes? Hay mucho coste oculto, sobre todo en el cloud público. En el privado está todo embebido y, aunque puede haber un pago por uso y bajo demanda, sí se puede tener cierta predictibilidad en el consumo. En la nube pública es más difícil porque hay una serie de aspectos que pueden pasarse por alto, y que se acaban disparando. Conozco el caso de una empresa que tenía un sistema en cloud privado por un coste mensual de 300€. Al hacer las pruebas para ir hacia un cloud público, el mismo sistema pasó a costar 12 000€ al mes, debido al tipo de arquitectura, el nivel de acceso, la transferencia de datos… Aunque puede haber sistemas que en una nube púbica puedan tener un coste menor que en una privada, por norma esto no es así. Lo habitual es que, si se van a mover las cargas tal cual están (con la misma configuración, el mismo nivel de servicio, etc.) no salga a cuenta cambiarlo. Es importante no solo mover cargas, sino adaptar los entornos a la lógica de funcionamiento óptimo del cloud. El cloud público lo que facilita es la escalabilidad, el dinamismo, que se puedan parar y arrancar los sistemas cada vez que sea necesario… Si, además de esto, aplicas un modelo optimizado para cloud público, lo más cercano posible a un cloud-native, ahí sí existirá un ahorro. Pero el verdadero valor está en el impresionante conjunto de funcionalidades que se añaden on top. Se trata de remodelar y repensar las aplicaciones, siempre que esto sea posible, para hacer que utilicen esos motores e integren todas esas posibilidades. Si lo único que haces es mover cargas, aunque en algún caso pueda funcionar (por una necesidad urgente de infraestructura), será más difícil encontrarle el valor.
¿Qué papel tiene T-Systems en este escenario? Nuestro rol está en continuo rediseño. Como proveedor de infraestructuras y provisión de soluciones cloud, tenemos una trayectoria muy amplia. Empezamos con nuestra nube privada en 2008 y en 2013 lanzamos la solución de cloud público: OTC (Open Telekom Cloud). Además, contamos con un buen número de soluciones que podríamos denominar como clouds públicos en privado. Pero desde hace unos años estamos focalizados moviendo managed services, gestionando los entornos cloud privados o de los hyperscaler. Se trata de gestionar y securizar los sistemas, saber si se tienen las “tallas” adecuadas, si los workloads están donde deben, si las soluciones se encuentran en el cloud más adecuado, asegurar el etiquetado de los sistemas para explotar la información adecuada.... Pero no solo en IaaS, también en Paas y Saas aportamos una capa de valor adicional a lo que el proveedor pueda ofrecer. Además, y esto es algo que demandan mucho los hyperscaler, aportamos soluciones verticales basadas en sus plataformas, en torno a tecnologías como IoT, big data, machine learning... De forma adicional, ofrecemos nuestro enfoque hybrid cloud —integrando desde los entornos legacy a plataformas dedicadas, cloud privadas o nube pública— y la orquestación de estos elementos.
¿Cuál es el detonante de la creciente tendencia hacia el multicloud? La seguridad, la modernización de las aplicaciones y, sobre todo, que el negocio de los clientes, los clientes de nuestros clientes, es altamente cambiante. Tienen una demanda de servicio enorme, derivada también de las expectativas de los usuarios. En las empresas hay una presión muy alta por el just in time de todo, y esto no está solo enfocado a los sistemas logísticos, sino también a todos los procesos de negocio, que es necesario acelerar para que se alineen con esta demanda del usuario. En este escenario, los sistemas tradicionales de TI no encajan. No dan la conectividad y la hiperoperatividad que necesitan, ni la flexibilidad que los servicios demandan. En cualquier sistema, los picos de actividad son imprevisibles y las empresas deben tener la capacidad de poder adaptarse a ellos. ¿Cómo lo hacen? Pues difícilmente con una solución legacy. Tendrían que tener una infraestructura “hiperdimensionada” que saldría “hipercara”. Lo que necesitan es una solución que cubra la baseline de su demanda, dando respuesta a los picos en una nube que se pueda gestionar de forma dinámica, que no requiera una inversión o una hipoteca a medio o largo plazo. Ahí entran todos estos clouds públicos, el híbrido y el multicloud. Sin estos nuevos modelos, la transformación digital no funcionaría. El modelo de nube evoluciona para adaptarse a lo que el negocio demanda. Es el negocio el que está tensionando a las nubes para que se integren, para que sean más híbridas.
¿Qué retos presenta este escenario? Uno de los más importantes es el relacionado con el control de los costes: tienes que saber
dónde vas y coger el trayecto más adecuado para no pagar más peajes de los que puedas permitirte. Desde el punto de vista de la seguridad, la mayor vulnerabilidad son las personas, más que los sistemas, aunque hay que poner mecanismos para asegurar un nivel de protección homogéneo entre las distintas plataformas. El estándar de seguridad debe ser lo suficientemente alto en todos los ambientes, especialmente cuando estás en un cloud público. Otro de los retos es analizar si esta es la mejor solución, porque, desde el punto de vista del negocio, es posible que no lo sea. En un informe reciente, Garner preveía que, en 2025, un 30% de las cargas estaría en el edge, un 40% o 45% estaría en cloud público y, el resto, en on-premise o en una nube privada. Evidentemente, la distribución de las cargas —debido a la conectivdad y a la cantidad de los datos que hay que procesar— está cambiando el modelo y hay que asegurar que el elegido es coherente y sólido. El reto es conseguir que todos esos clouds, para el cliente y el negocio, se consideren uno único y que sea algo transparente, asegurando que se está implementando la solución óptima.
¿Hacia qué tipo de TI vamos? En el ámbito de cloud, mi impresión es que los hyperscaler van creciendo de forma horizontal, asumiendo nuevas capas de servicio, y en vertical, aportando soluciones "on-premise". Poco a poco van subiendo en nivel de servicio, absorbiendo y comprando compañías que integran como parte
de su solución. Por lo tanto, cada vez van más hacia el SaaS y hacia soluciones que puedas montar on-premise, y, al final, hacia el propio edge. Por lo tanto, el ámbito de las infraestructuras acabará en manos de unos pocos grandes monopolios. Evidentemente, esto va a cambiar el modelo de TI. Conforme vayan creciendo las funcionalidades e integrando nuevos modelos como DevOps —que permiten que los desarrolladores sean capaces de solicitar infraestructura directamente desde la aplicación—, los administradores de sistemas o gestores de la demanda empezarán a perder importancia porque la demanda vendrá desde el negocio. Es más, el rol futuro del CIO también está redefiniéndose. Todavía hay muchas empresas que piden personas on-site para manejar sus infraestructuras en un entorno clásico, seguramente porque su negocio demanda ese modelo, pero la tendencia apunta a entornos altamente automatizados (NoOps), el serverless basado en el uso de IA y machine learning aplicado a todo, etc. La frase de antes era: “Esto es lo que hay, úsalo". Ahora, es el negocio el que tiene necesidades y el área de TI tiene que buscar la solución adecuada. TI va a estar mucho más orientado a la búsqueda de soluciones de generación de valor ante las necesidades de negocio que a hacer que los servicios simplemente funcionen. Si lo único que haces es mover cargas sin transformar el modelo, será más difícil encontrarle el valor al cloud