Habitar lo cotidiano

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HABITAR LO

COTIDIANO



Habitar lo cotidiano


V.V.A.A Habitar lo cotidiano Edición colectiva Impresión digital Encuadernación artesanal Portada en serigrafía

∞ La versión física de este libro es un caracruz. Estamos frente a dos libros que confluyen en su mitad: transgresiones. Su versión digital debió ser necesariamente alterada, sin embargo el tejido se mantiene. Por decisión unánime de las autorxs y editorxs, este libro ha sido liberado.



▶ Nota editorial ◀

¿Qué es lo cotidiano?, ¿cuál es la diferencia entre rutina y cotidianidad?, ¿lo cotidiano implica individualidad o colectividad? El día a día teje nuestras vidas y sin embargo la vorágine de la normalidad no nos permite detenernos. Mirar, desear y mover: habitar. No sabemos si lo que tienes en tus manos es un libro o un tejido. Parece un libro, pero se asemeja más a un acto mínimo y colectivo de resistencia. El gesto de entramarse. Cuando habitamos nuestra cotidianidad las líneas divisorias se difuminan. En este objeto, que se parece a un libro, las autoras de las obras son también sus editoras. Las voces individuales se reconocen como canalizadoras de una totalidad colectiva. La edición, entendida como organización, deviene una pequeña pero incesante revolución. Esto que tienes en tus manos es la maravilla, pero también el terror de lo que vivimos día a día. Vivimos en plural.


No podemos cambiar la realidad sin primero reconocerla, espejarla. Esta creación colectiva como un aporte al camino de quienes reconocemos las violencias, pero queremos multiplicar los paraísos. Y la transgresión como esa bisagra constante entre ambos polos que es quizá un sinónimo de vivir. De arder en preguntas, de sabernos colectivos, de intuir que siempre hay algo más. Quizá más que un libro, esto sea una invitación.

Una invitación a habitar lo cotidiano, pues quizá allí, en eso que no sabemos bien qué es, esté la clave de toda transformación. Anhelamos.



Carla Tapia Bustamante María Orfelina Cuevas España Catalina Blanco Jara Trinidad Gandarillas Castellá Carlota Vera Rosa Amelia Rojas Vicencio Consuelo Andrea Herrera Cepeda Martín Fernández Suárez Alejandro Arce Camila Cueto Pimentel Gerardo Patricio Pizarro Villegas



paraí sos



Bajo las nubes que se mueven, Cerro Larraín, tiene rostro de felino.


La lluvia y el barro cubren los pies. En las ramas espera una gota caer.




Busco la luz y

aparece.


Arriba lo sagrado,

mientras un perro ladra.




Abajo el amor se manifiesta.



El hacer de mi mundo cotidiano, me atrevo a relacionarlo con el material que yo utilizo, pues este se encuentra vistiendo mi mundo privado, los integrantes de mi familia, mi frío y mi vanidad. El pincel en este caso, lo transformo en palillo. La lana, su textura y matices son el medio y pigmento del espacio material. Emprendo mi tarea tejiendo los puntos sueltos y cruzando la lana de un lugar a otro en el tejido, voy realizando mi obra con diferentes tipos de líneas, mezclando los colores para lograr mi cometido. Aunque no sea una presentación pictórica, ni se transformará en vestimenta, lo convertí en un tejido libre, con movimientos sueltos. Relaciono la calle y el interior del ser con mi trabajo. El primero por mi interacción social y el segundo en la forma que me involucro en mi proceso del hacer.


Un tejido sin concluir, así como no finaliza un tema de conversación, o aquel diálogo que se convierte en conflicto, como lo es aquella plática embarazosa o una experiencia en aprietos, que el reloj deshizo.

Tejido flojo y andrajoso que en este espacio representativo se manifiesta en una trama de tonos e hilos conductores mutuamente apartados. Juntos pero separados, cuyos bordes se asocian con colores que emprenden su propio camino, cuya ocupación es juntarse para disociarse, enredarse unos hilos con los otros colores que intentan mezclarse, pero sin extraviarse, sin perder su carácter, su presencia significativa en la trama.

Es de esta manera como mi hacer cotidiano y tejido social se han impregnado de este proceso de liberación en mi praxis del camino del arte a través de “LA RED TEJIDO SOCIAL”.








I- AM

Espacio abierto la vuelta de mi casa sencillo mar rocas sencillas.

La simpleza de estar hechos todes de lo mismo. Vida y muerte hechas de lo mismo.

Carbón esencial alimenta la chispa.


II- Haiku

Mar de mañana absoluta coincidencia aire presente.




III- Conclusión

Secreto a plena vista en esquinas comunes comunes árboles y pájaros, gatos y personas. Nuestros pasos Nuestra calle los ritos pequeños La noche en tu pecho. Paraísos cotidianos.




En mi cotidiano He vivido más de doce lustros, con paraísos, trangresiones y violencias ya... No pretendo cambiar al mundo, pero en el pedacito que me tocó vivir, ¡quiero hacer la diferencia!






Lo cotidiano Algunas de las cosas que me gusta hacer cotidianamente -quizás hasta circunstancialmentees darme una vuelta sobre los límites permitidos por la geografía del balneario …así como dicen por ahí: llegar hasta el fin del mundo (pero en bicicleta) y contemplar ese lugar donde se encuentran estas dos naturalezas. Mar y tierra se confeccionan en la espontaneidad de sus deseos obligando a quienes habitan esta medianía virtuosa a adaptarse.


El caos y lo tormentoso frente a lo sereno e inamovible ceden.

Para quienes habitan entre periferias bipolares de mundo, donde la vida vista desde el acantilado pedregoso, choca en el vacío, lo impertérrito comarca la cima como un estamento guía de cuando acaben nuestros días. Lugar que intentamos obviar -o en su defecto- olvidar: el patio de los callados ciudadela silenciosa que nos recuerda (como estamento vivo o muerto cual sea el caso) que la carne, al igual que la tierra del continente se esfumina frente a la rutina inexorable de la vida. Pese a todo lo anterior …el faro proyecta su luz como un mensaje a descifrar.

Punta Ángeles, Valparaíso 2022




tran sgre siones



¿Qué sucede en tu entorno cuando desaparece aquello que te acompaña día a día? Una mañana cualquiera, descubrí que en mi vida diaria ya no había ni el trabajo, ni los amigos. Lugares y responsabilidades se fueron como si nada. Fue un desastre romper todo lazo afectivo con las personas que pertenecían al círculo diario de mi vida y darme cuenta de que yo, debido al trabajo, nunca me ocupe de mí. Gustos, habilidades y talentos que ocultos estaban y que al desarrollar estos me ayudarían a sobrevivir una época de lastimera soledad. Para comenzar, sacarme del luto y de pensamientos de tristeza que ahogaba mi sentir. Tomé valentía (no sé de donde) para enfrentar el mañana. ¿Cómo reinventar mi vida? ¿A qué parajes iré? Luego de mucho buscar, solicitar información y visitar lugares, descubrí el yoga, la natación y la pintura.


¿Cómo me di cuenta de que me escondía, y de que la soledad y la tristeza me acompañaban? Una hermosa y bella tarde de verano, 18:30 de la tarde y yo en cama. Me sentí acalorada y me bañé, pero en vez de vestirme me puse pijama y me metí a la cama. No tenía planes ni ánimo de salir. Días después pensé en buscar ayuda y pedí hora con la psicóloga. Le conté todos mis asuntos, que pocos no eran, y escuché sus consejos: paseos cortos, visitas a las amigas, medicamentos. Un día a la semana, sesiones de 4 horas. Dos meses después de la terapia, la psicóloga me recomendó buscar un lugar afín a mis gustos y a distraerme trabajando en lo que me gustaba. Las respuestas eran bailar y pintar. Así que comencé por recolectar los materiales y pagar las clases. Un mes antes de comenzar, me interesé por cosas fáciles de pintar, pero luego de varios trabajos me di cuenta que podía arriesgarme a pinturas con más detalles y algo más difíciles, como un rostro en caricatura. También empecé a jugar con colores,


con los tonos, sombras y brillos. Detalles, que le dan a la obra un toque personal.

Todo esto me causa tranquilidad, relajo y paz, lo cual, a su vez, causa una sensación de alegría y bienestar en el alma. Este conjunto de positiva voluntad, entusiasmo y alegría me motiva a buscar otros desafíos más laboriosos como por ejemplo este taller y participar en la elaboración de este libro. Así, lo cotidiano se convierte en un conjunto de actividades nuevas que me llenan el día a día.





“Cotidiano, todo lo que le acontece al humano animal”. José Pablo, 30 años.

“Es lo normal que hace toda la gente”. Amaia, 9 años.





“Es un estereotipo...todos los cotidianos son diferentes, porque tenemos distintas rutinas y hábitos de vida”. Nicolas, 12 años.

“Cotidiano es el día a día; mi familia, lo que amo y me gusta hacer”. Paulina, 40 años.


“Es la estrategia (experiencia/ territorial) para construir rutinas (tiempos) y rutas (espacios)”. Ignacio, 33 años.

“ Jugar”. Renata (Toti), 5 años.




“El cotidiano para mi es el amanecer bien y tener la fuerza para enfrentar el día. Es rutina”. Florentina, 61 años.

“El cotidiano es la rutina, lo que hago siempre”. Miguel, 63 años.




HABI TAR LO


COTI DIA NO





violen cias



Nos limitamos a desconocernos Es la única forma de no encontrarnos Antes hogar, ahora hostilidad Antes ternura, ahora deuda

Descuentos

Es la forma de mantenerlo contento A él, quien intenta romper sendas para crear surcos sin antes proveer las semillas a sembrar Pero si cae...


Algo tuvo que haber sido pasado para que sea futuro

Las cenizas en el mismo lugar que el fumador incansable -60 años mayor- las dejaba con la ilusión de fumar el siguiente cigarrillo.


Ruidoso

Santiago es más bello cuando las motos de delivery andan más lento. No olvides el nuevo paradero que es más cercano que el anterior. Las farolas intentan enmendar los errores del cielo.


Reflejos

Reflejos de cosas que no quiero ver, intento evitarlo, me lavo los dientes de espaldas al espejo. Es la mejor forma de borrar los trazos de la decadencia que significa ir acostarse a no dormir. Tampoco a pensar, sería darme demasiado crédito, a creer que dormir es lo que toca.


Quédate en silencio y te diré quién eres Dime quién eres y te miraré espantado.

Te espero



En busca de tu rastro

Caminaba sin sentido, mucha gente pasaba por mi lado sin detenerse, la rutina diaria no se los permitía. Daba vueltas y vueltas pero nada, tenía sed y hambre y nada. De pronto me sentí suspendido por el tiempo y comencé a filosofar igual que ellos… quién soy, de dónde vengo, qué quiero, adónde voy… Respuestas no habían. Sólo allí me di cuenta que los humanos ya casi no razonan. No recordaba si tenía amo. Obviamente me encontraba perdido. Recuperé la razón cuando cuatro o cinco iguales a mí me ladraron cerca del Supermercado Italia.


Solo es por necesidad

Es de noche, en un callejón porteño, la figura de una mujer avanza y una sombra aparece en sentido contrario. Apresuradamente esta última forcejea con la dueña de una “atractiva” cartera. –¡Pasa la cartera! – Vuelven a forcejear. –No, no, no puede quitarme el sueldo del mes. –Lo siento, señora, mis hijos tienen hambre… solo lo hago por necesidad. La sombra y la señora desaparecieron por donde no vinieron. La primera iba conforme, pero podrido por dentro. En tanto que ella iba con el tormento de cómo arreglárselas para llegar a fin de mes.




I- Haiku

caminar casi dormida y pisar sin querer el charco de meado del perro



II- mala

salir corriendo apurar el paso en la subida llegar jadeando a la esquina para despedir la micro que me servía.





Las venas de las plantas

“En la casa transcurre la Historia, pero se trata de una Historia Otra […] ‘espacio propio’ donde un cuerpo se despoja de las regimentaciones públicas” Lucía Guerra

Las paredes pueden ser violentas si se levantan a pesar de tu voluntad.

Estuviste habitando un cotidiano ajeno durante diez semanas. Te escuché seguido insistir en lo temporal de este estado. Como un ejercicio de seguridad y ubicación, todo lo maleable


era patrimonio del futuro: sueños, viajes, lecturas, decretos y promesas. Buscabas garantizar la quietud del presente para no lidiar con más alteraciones de las que podías resistir.

Apostaste por la demolición clandestina de esta edificación. Pero -como toda idea oculta- necesitabas antes descifrarla. Ahí te enfrentaste al desajuste entre los ritmos de la espera y el ritmo de la formación. Este último exasperante y palpable como el caos de una mudanza.1

“19/8 Para una prueba leí que los xilemas son los tejidos conductores que transportan lo necesario para permitir la existencia y vitalidad de una planta. Siento -con cada aroma, con cada comida- más activos que nunca esos mismos canales en mi pecho: desde mis 1 Cansada de esta, decidiste no volver ocupar el espacio público. Preferiste la inmersión completa en la escritura de un diario. Hoy ya no lo lees. Pienso que te da miedo.


pezones hasta la boca profunda de mi estómago -donde se disipa toda sensación-. Pero a diferencia de las venas de las plantas, estos viajes me inquietan y son un recordatorio alarmante de lo que vendrá”. La Carol y la mamá me mandaban día por medio a comprar jengibre. Me dijiste que este “súper tubérculo” junto con el agüita de menta calmaban tus mareos. Si tenías una buena tarde incluso ayudaba a darte apetito. Conforme pasó el tiempo -y cuando llegó el día- cambiaste la menta por manzanilla y ruda.

La Mife hizo lo suyo y en ese momento conocí otros significados y propósitos de objetos domésticos. En tres horas terminó todo con una cazuela, una siesta y promesas con fresias y clavelinas.


Hoy en la formación del día lunes en el colegio nos contaron sobre la caída de un muro famoso. Hasta canciones hicieron por esto. En el video que nos mostraron, todos estaban felices cuando la gravedad tiraba al suelo la construcción. Sé que tu también sigues botando -no esos- muros. Me consta cuando te demoras mucho en el baño y -a los gritos- me pides que te tire un apósito.




Entre la ambigüedad y la aproximación (Heráclito) Me siento ahogado en mis pensamientos, pensamientos que en realidad no son tan ciertos… así como cuando tengo sueño, pero solo en los ojos y no veo ni pienso en nada. Es una nube que embota mi cabeza y me deja ir más allá. ¿Acaso será que he llegado al límite de lo que puedo pensar? 1

Vivo constantemente en la angustia y el dejo de mis pensamientos. Me abrumo por lo que no hago, por lo que dejo de hacer y no saber lo que quiero. 1 Obras, seleccionadas y editadas, de diálogos de personas en situación de calle que deambulaban cotidianamente entre plazas de Valparaíso.


Al parecer no quiero demasiado de nada. Quizás en el ejercicio de la escritura pille algo interesante de mí y que hasta ahora desconozco. …¿En algún momento me haré viejo? ¿y me daré cuenta acaso de ello? Recuerdo el estar balanceándome en los columpios de ese desplayo. Mirar a la lejanía las nubes posarse sobre los cerros como si fueran sombreros de algodón; quizás estar esperando a que pasara el tiempo, a pleno sol, sin bloqueador ni nada …y quizás dormitando en lo caliente y alucinatorio de una insolación febril …recordé pensar, siendo chico, cómo sería llegar a ser viejo y no tener más tiempo.


A veces me siento triste por lo que no he vivido, es como si yo mismo hubiera confabulado en mi contra.



tran sgre siones



Depende del lado que se mire El timbre apurado los ojos urgentes al día los pies al suelo. ¡Rápido, a la cocina!

Todos están durmiendo.

El sabor raro de haber corrido, mezclado con la dulzura de volver a la cama. Lunes feriado.





“La tensión alta tiene dos problemas: por un lado es inútil en términos domésticos y, por otro lado, es riesgosa. Para solucionar estos problemas fue clave la invención del transformador” “Una sensaciòn que me fascina , electricidad” Lucerito

I

Prendió la tele esperando la vaga presencia de alguien. “No todos los cuerpos son electrizables” susurró. Así que decidió no pasar a través de elle cuando fue convidada. Ya recorre suficientes tránsitos, pensó. Al menos se permitió soplarle preocupaciones después de que se quitara la toalla húmeda del pelo.


II 1

“Cuando termine todo esto -y yo pueda hacer bien lo que yo quiera- voy a salir sin llamarte y voy a gritarle a todos en la calle que todo terminó, no te necesito”. Como consuelo -ante tanta ofensa y angustia- la corriente dinámica le cantó lo anterior. Esperaba con entusiasmo que su peregrine entendiera que no está en deuda con nadie; que no debe nada; que la culpa va a cesar; que hoy compartían -humano y no humano- la condición de ser un flujo. 1 Para entrar en profundidad en este texto escanea este código en Spotify.


III

Posó el mate en el aparador mientras llenaba el hervidor con agua y con resistencia1: acompañaría la tarde amable con una bebida calentita. Al ser invocada, notó la dicha feliz de su demandante. “No todos los cuerpos son electrizables, pero hoy permites el paso continuo de lo que eres”. Ella quiso hacer y ser contacto. Extender su potencial. Tocarle mediante el agua que chorreaba de la boquilla del aparato doméstico. Finalmente, elle dejó de ser un material aislante. 1 A diferencia del agua puesta al fuego, la temperatura del agua en hervidor es menos controlada, es decir, llega al punto de ebullición más rápido. Para cebar un buen mate, la temperatura recomendada es de 80°C.



Nota:

1

Los textos han conservado lo más fehacientemente la forma escrita de lxs estudiantes, solo se han agregado puntuaciones necesarias para mantener la cohesión. Las palabras en cursiva responden al uso coloquial del lenguaje.

1 Contexto: Selección de obras creadas por niñxs en establecimientos educacionales en la región de Valparaíso durante este periodo de pandemia. Temática: ficción en lo cotidiano.


Pequeña asesina.

Un día fui al cementerio de playa ancha a visitar la tumba de mi hermano para dejarle unas flores. Al dejar las flores y devolverme me encontré con una niña pequeña llorando, me acerque y le pregunté ´´¿Dónde están tus padres?´´ y ella me respondió con lágrimas en los ojos ´´muertos´´ me dio pena la niña, pero de la nada ella me tomó del brazo y me llevó a la tumba de sus padres. Al leer los nombres y apellidos me di cuenta de que había otra muy descuidada. Al darme la vuelta la niña no estaba. Catalina Anaíz Leiva, 1°medio Valparaíso 2021


El jinete oscuro

Un día 17 de septiembre en el parque de la familia, había muchas personas encubrando volantines, pero una de ellas destacaba más que todos; estaba más alejado que todos los demás. Él estaba vestido de negro con un caballo negro iwal, la cosa es que parecía muy sospechoso por su actitud y su vestimenta. Toda la gente lo miraba, parecía como si estuviera esperando algo o a alguien, hasta que un volantín se fue cortado y cayó donde estaba el hombre de negro. Uno de los volantineros que estaba ahí lo fue a buscar y cuando él se iba acercando, el hombre que estaba de negro le sonrió y tenía todos los dientes de oro y el caballo que estaba montando tenía los ojos rojos y le salía humo de la nariz. El volantinero recogió el volantín, vio que el caballo empezó avanzar, pero solo las patas de adelante y la parte trasera se empezó a estirar hasta que se separó en 2


partes; el volantinero asustado corrió a contarle a su familia, pero nadie le creyó, solo un anciano que escuchó lo que él relatara se acercó y le dijo “yo tengo una respuesta a lo que pasó”: a ti se te apareció el demonio. Abraham Vergara 3°medio 28 septiembre 2021


Todo por una casualidad

Mi billetera se me ha perdido, pero a nadie le interesa He intentado recuperarla, pero no lo he logrado, ni a mi novio le importa. Me quería casar con él, pero la religión me lo impide. He encontrado mi billetera, estaba a la vista en mi habitación, Y justo me he mirado al espejo y he visto mi espiritualidad como tal. Ailin Fernández 3°medio Abril 2022


Diálogo entre un gato Oso y un gato Silvestre

Hola

Te invito a comer salmón a mi pieza

¿seamos amigos?

mmm, qué rico ¿ a qué hora sería?

ya, espera a que me despierte

a la hora que quieras!!


Igual estoy durmiendo. Está cómoda la garrita…

¿Y si lo dejamos para mañana

..okis

Bueno, ya



Este libro fue realizado colectivamente en el marco del taller -el oficio editorial- impartido por kikuyo editorial en centex.

//ante la dispersión cotidiana nos tejemos// ✴ valparaíso, junio 2022 ✴



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