PHANTOM MUSIC-40-2013

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Keane - The Cure - Mazo

NEW ORDER Música honesta

ÉL MATÓ A UN policía motorizado

the hives en lima BÚSCANOS EN FACEBOOK COMO REVISTA PHANTOM

AÑO 5 | EDICIÓN 40 | MARZO/ABRIL 2013



AÑO 5 · EDICIÓN 40 · MARZO/ABRIL 2013

08. Brigada de Negro.

Los nuevos discos de New Order y Depeche Mode… ¿fin de la creatividad?

10. New Order.

Cita con nuestra historia musical.

14. David Bowie ha vuelto. Para qué más.

20. Él Mató a un Policía Motorizado. Por Hernán Panessi.

22. The Hives

Grandes del garaje rock revival.

26. Mazo.

Al servicio del rock pesado y de la cochinada.

30. The Cure. Cita imperdible en Lima.

34. Keane.

Cinco razones para no dejarlos de ver.

42. HOT ROCKER. bebe.

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Escribe Daniel Ágreda Sánchez @danielagreda

THE BEAT BOX reseñas

Woman Rhye Republic Records, 2013 El enigmático dúo Rhye, formado por Mike Milosh (canadiense) y Robin Hannibal (danés), hace su debut discográfico con Woman (Republic Records, 2013). Milosh y Hannibal ya tenían una carrera musical, cada quien por su lado (el primero como solista y el segundo como parte de Quadron), cuando decidieron trabajar juntos, como quien no quería la cosa. The Fall y Open fueron los primeros temas presentados vía Internet, en versiones diversas y con sendos magníficos videos, manteniendo a los artífices en el anonimato para que el público se centrara tan solo en la fórmula musical: una sensual voz femenina que canta con la displicencia de una diva ebria entregada a los brazos de su amante de turno, arropa por armonías prestaditas del soul y por ritmos electropop bastante contenidos, una mezcla poderosamente erótica y, sobre todo, artísticamente completa. No suenan a nadie en particular, pero la taxonomía musical nos haría emparentarla con Everything but the girl, Sade, algo del Motown más progre, música disco setentera… cierto es que soul sería la etiqueta genérica, pero es difícil encasillarlos, más allá de decir que se trata de música muy buena. Como dato curioso, diremos que la sensual voz femenina del grupo pertenece a un varón, Mike Milosh, y que el disco está dedicado a su señora esposa.

Mala Devendra Banhart Nonesuch Records, 2013 Cada artista encuentra, en algún momento de su carrera, su propio lenguaje; el problema es cuando empieza a abusar de ciertos recursos sin preocuparse por oxigenarlos. Y no es que la innovación permanente sea sinónimo de calidad, pero hasta en la música se da aquello de que la cuerda se rompe por el lado más débil. Mala (Nonesuch Records, 2013), lo nuevo de Devendra Banhart, se acerca peligrosamente al lindero entre la fidelidad a los postulados artísticos y el punto en el que estos ya no dan más. Por ejemplo: Mi negrita habría quedado muy bien si no fuese por ese insufrible pretencioso exotismo que la echa un poquito a perder. O Your Fine Petting Duck, donde la sucesión de las variaciones, que en sí mismas no están mal, se siente forzada. Pese a todo, Mala aún ofrece momentos de lucidez, en especial desde la mitad del disco hacia adelante, que es cuando las piezas encajan mejor. Tal vez sea porque se trata de temas simples y compactos a la vez… lo que llevaría a pensar que Devendra es más un performer que un músico. En este caso, lo mejor siempre es buscar buenos productores o verdaderos músicos que ayuden a dar forma a las ideas; que lo diga, por ejemplo, Peter Gabriel.

No Beginning No End José James Blue Note, 2013 Podríamos decir que, en los últimos años, venimos presenciando una fuga de talentos, desde el jazz hacia el pop, y que en (casi) todos los casos el resultado ha sido más que bueno. Ahora es el turno de José James, músico estadounidense de raíces panameñas que pasó gran parte de su carrera (actualmente tiene 35 años) fungiendo de vocalista para varias bandas de jazz, estigma que lo acompañó, incluso, en sus primeras producciones como solista. Sin embargo, con No Beginning No End, James le saca lustre al calzado pop en el cual mete, sin mayor esfuerzo, todo los chiches del jazz, con énfasis en cierta atmósfera acústica que remite a las precarias técnicas de grabación de las décadas de 1930 y 1940. El resultado es un producto que si bien no deja de ser jazz (no vamos a entrar en minucias teóricas), se cubre de ese filtro light que Esperanza Spalding podría haber patentado, el cual hace a la música accesible sin quitarle un ápice de complejidad y riqueza. Ayuda, en este caso específico, que James vierta a discreción toda la sensualidad de la que es capaz su garganta. El sencillo del álbum es Trouble, pero las palmas de pie se las llevan Vanguard y It’s All Over Your Body. Y claro, también el resto de canciones. Joyita.

Push the Sky Away Nick Cave and the Bad Seeds Bad Seed Ltd, 2013 Al buscar información en Internet sobre Push the Sky Away, uno se da con la sorpresa de que llegó al N° 1 en todos los países que cuentan con un ranking medianamente serio. Lo sorprendente no es que Nick Cave obtenga tal éxito, merecido por donde se le mire, sino que lo haga con un álbum tan testimonial en medio de un mercado tan ávido de música escapista. O quizá, en el fondo, la humanidad todavía tenga espacio para la reflexión. Bien por Nick Cave y su genial pero inmetible nuevo álbum, que viene a llenar el nicho musical de quienes buscan deprimirse con obras de calidad y con versos aguafiestas como the tree don’t care what the little bird sings (del tema We No Who U R) o con la desalentadora historia relatada en Jubilee Street (que cuenta con un videoclip censurado). En todo caso, no es novedad esto del pesimismo de Cave, que le cae de perilla a su blues de tonalidades ásperas que siempre le dan cabida a la belleza. Este álbum tiene la particularidad de presentarnos a la banda nuevamente junta y viene en cuchumil presentaciones, incluyendo una Deluxe y otra en Súper Deluxe Box Set… se ve que las malas semillas ya aprendieron a marquetearse mejor. 6 | PHANTOM 40 | THE BEAT BOX


Escribe Enrique Palacios

THE BEAT BOX reseñas

Volver a Nacer Flor de Loto (Mylodon Records, Chile / Musea, Francia, 2012) La banda limeña de folk-metal progresivo presenta un disco lleno de nuevas versiones de viejos temas. Un recorrido, muy mejorado a decir verdad, compuesto por ocho temas escogidos y rehechos de sus tres primeros discos. Entre las novedades tenemos a una nueva integrante, Agustina Gonzalez, quien se encarga de los coros y hasta tiene un rol principal, siendo la primera voz en la folclórica Desapareciendo. Otro nuevo integrante, que en el disco aparece como invitado, es el teclista Daniel López (de la banda de rock progresivo Kharmina Buranna), quien viene participando en todos los conciertos en los que ha tocado Flor de Loto desde aquella maravillosa presentación del disco en la Alianza Francesa, y es prácticame nte el séptimo miembro del grupo. Su aporte ha sido muy beneficioso y se nota con creces en las nuevas versiones de Noche Azul y Mundos Bizarros. El arte de portada es de por sí bastante interesante, nos muestra una especie de combinación de las portadas de los tres discos predecesores. Excelente álbum de una de las bandas más sorprendentes y con más futuro de la escena rockera local. Rock, progresiones y folclore... imperdible.

Del Azar a la Creación Mazo (Ogro Records, 2012) Imaginemos que existe una banda con más de 25 años de vida. Imaginemos, también, que esta banda se dedicaba a componer de una manera incansable, además de tocar y luchar en una época muy difícil. ¿Y qué tal si también agregamos que esta banda solo componía himnos de la época recordados hasta hoy? Eso sí, digamos también que dicha banda no pudo nunca grabar un disco, tan solo demos que no abarcaron ni la mitad de su creación. ¿Qué pasa si de repente nos sorprende con un disco? ¿Y si luego produce otro con 16 (sí, 16) temas? ¿Y si incluye una gran portada del artista y músico limeño Marcos Coifman? Esta banda existe, es peruana y se llama Mazo. ¿Sus himnos? ...Y los príncipes demuelen, La ronda final (con Tavo Castillo en la flauta), Birro, El Mórbido, Cáncer y Delirio, Maldito, Roca densa y seguimos contando. El rock pesado ha vuelto... “porque nunca fuimos estrellas de las quinceañeras. Somos lo que somos y somos como nos ves. Tercos, los tres”.


Escribe Beto Kanaffo Foto Archivo

BRIGADA DE NEGRO Dos de las bandas más grandes de la escena new wave y techno de todos los tiempos han lanzado material nuevo. Me refiero a Depeche Mode y New Order, titanes de la escena ochentera, que han sacado Delta Machine y Lost Sirens, respectivamente. Sin embarGo, de lo escuchado, al parecer estarían llegando al final de su carrera creativa, ya que sus últimas “criaturas” dejan mucho que desear. 8 | PHANTOM 40 | brigada de negro


Comencemos con la producción de Depeche Mode, Delta Machine, décima tercera del trío de Basildon, que la verdad después de escucharla más de tres veces seguidas no logra moverme ni un pie, mucho menos las cejas. De hecho, tenía ciertas esperanzas de que logre estar un poco mejor que el Sounds of the Universe – de hecho, Martin Gore dijo que el disco estaba muy bueno y que era una mezcla del Violator y del Songs of Faith and Devotion, o sea, expectativa iba a tener. Estaba tan ansioso que le pregunté a mi amigo Kike La Oveja si ya lo había bajado de Internet, y que de ser positiva la respuesta, me grabara el disco porque quería escucharlo antes de que salga al mercado. Recuerdo que mientras conversábamos en mi carro, sobre fiestas y conciertos venideros, el disco trascurrió casi dos vueltas. Solo para eso sirvió, para que acompañe nuestra conversación, pero en ningún momento volteé a subir más el volumen o a repetir alguna canción que hubiera merecido una nueva escuchada. No me impactó. Igual lo tenía que oir en mi casa, con audífonos, para apreciarlo en su totalidad. Welcome to My World abre el disco. Asumo que están calentando motores, me hace recordar un poco a In Chains o Hole to Feed del Sounds of the Universe, no más. Luego viene Angel, la canción que ya había escuchado con anterioridad, Gahan suena matón efectivamente, asumí que el disco iría en ascenso. Lamentablemente me equivoqué. Heaven baja las pocas revoluciones y la que le sigue, Secret to the End, es más de lo mismo. My Little Universe me suena más a una canción extraída del Bocanada de Cerati, que de una producción de la banda más grande de música techno pop que haya parido el universo. Continúa el disco con Slow, que probablemente es lo que más se podría parecer a alguna canción del Songs of Faith and Devotion, digamos que parece una versión anémica de I Feel You; Broken suena ahí nomás, nada mal; The Child inside parece una versión de cuna de Waiting for the Night; Soft Touch/Raw Nerve suena bien, pero aún así no le llega ni a los talones a alguna canción del Ultra, mucho menos a ninguna del Songs of Faith and Devotion o

del Violator. Sobre Should Be Higher mejor no opino. Alone y Soothe My Soul solo están buenas para musicalizar un programa o documental sobre tecnología y Goodbye también, con algún sonido parecido al Songs, pero sin convencer. El disco es planísimo, sin alguna canción que se pueda considerar un single, un hit, no hay melodía alguna que se me grabe en la cabeza, ningún coro a entonar. Nada. Por lo menos el Sounds of the Universe tiene Wrong, que era pegajosa. Valgan verdades, después del Ultra, Depeche Mode no ha logrado sacar un disco que nos rompa el cerebro de principio a fin, y eso que no es de lo mejor de la banda. Ese problema se debe a sus falencias en la musicalización. Se siente la ausencia de Alan Wilder, es probable que todas las grandes composiciones de Martin sonaran igual al Delta Machine, pero para eso tenía a Alan Wilder, para convertir una gran composición lírica en un clásico (Enjoy the Silence es el ejemplo más claro de ello). Con Wilder eran tres, ahora son solo dos, no nos engañemos. Andy Fletcher debió aportar a Depeche Mode musicalmente, tanto como Marco Tulio Gutiérrez a la política nacional. Sé que muchos de mis amigos me odiarán por los comentarios a la última producción de Depeche Mode, pero la verdad, es bastante mediocre.

2005 en el Waiting for the Sirens Call, así como a Monaco, proyecto de Peter Hook. Ahí está, se deja escuchar. La segunda es Sugarcane, que parece extraída de una producción de Electronic, más de que de New Order, de hecho la guitarra que conduce la canción suena mucho a la guitarra de Johnny Marr (ex The Smiths). Ahí nomás. La tercera es Recoil, y la verdad suena más a una versión Bossa n’ New Order que a una canción tocada por la banda. Next!. Lo mejor se presenta con California Grass que tranquilamente debió quedarse en el Waiting for the Sirens Call. Muestra el estilo del verdadero indie rock británico y es uno de los puntos más altos, sino el más alto del EP. Todo encaja perfecto, sinónimo de madurez. Le sigue Hellbent, tema con influencia “madchester”, y algunos toques de Primal Scream. Buen bajo de Hookie. Bien puesta. Luego Shake It Up, pop flácido, simplemente no convence. La penúltima, I’ve Got a Feeling, suena a canción extraída del Get Ready, el disco más rockero de los hijos predilectos de Manchester. Finalmente, está I Told You So, que tiene un toque sicodélico y guitarrero al final. Lost Sirens no es de lo mejor, tampoco es un desastre, pero no es para aplaudirlo de principio a fin.

Es el turno del Lost Sirens, EP (¿de ocho canciones?) lanzado hace muy poco por New Order, banda oriunda de Manchester. Regularón nomás, aunque podríamos decir en favor de los mancunianos que las ocho canciones son temas que quedaron fuera en la elección de los que finalmente fueron publicados en el Waiting for the Sirens Call (2005) y que demoraron mucho en salir a la luz por la sabida pelea existente entre Bernard Sumner y Peter Hook, quien lamentablemente ya no pertenece a New Order. Es decir, no podríamos saber a ciencia cierta cómo sonaría una producción actual de New Order, aunque podríamos imaginarnos, tomando en cuenta que algunos de ellos han estado en actividad cuando conformaron Bad Lieutenant, banda de Barney Sumner, en la que eventualmente participó Steven Morris, conjuntamente con Phil Cunningham y Tom Chapman, quienes ahora forman parte de New Order. La primera canción es I’ll Stay With You, que efectivamente suena a la banda de mediados de BRIGADA DE NEGRO | PHANTOM 40 | 9


NEW ORDER

No es mĂşsica hecha para impresionar a nadie. 10 | PHANTOM 40 | NEW ORDER


Subo el volumen y suena una canción que uso para olvidar, en una oficina donde trabajan muchos jóvenes menores de 30 años. Alguien reconoce algo, pero nadie recuerda mucho. Luego toco una remezcla de un DJ famoso, sobre el tema Crystal. Todos despiertan. El sonido de las secuencias programadas por el DJ que estos jóvenes sí reconocen se ha producido en un estudio usando el sistema Ableton Live. Este, 30 años después, puede replicar y evolucionar, casi sin límites, lo que desde 1982 hacía el sistema y sintetizador Voyetra 8, en el que se trabajó mucho del sonido original de la banda que vamos a oír cantar por primera vez en el Perú. New Order.

Escribe Álvaro Díaz Fotos: Archivo

NEW ORDER | PHANTOM 40 | 11


NEW ORDER sonidos -como el uso de un bajo eléctrico como instrumento melódico y cantante-, nuevas herramientas de composición y de creación. Se trataba de tocar porque se necesitaba hacerlo. Porque había un llamado. Y porque es de lo más divertido que existe en esta vida. No imaginó Bernard ni nadie en el grupo, que luego de ser una banda de culto, tocando en clubes, luego de su repentino éxito en América y Asia, pasara a ser una que necesitaría estadios para tocar.

Sin el éxito comercial de equipos como Voyetra 8, impulsado por bandas pioneras de rock y electrónica como New Order -presentó este equipo, sin ningún trato comercial previo, en uno de sus pocos videos-, los DJ de hoy no tendrían posibilidad de que la industria desarrolle software como Ableton Live, ni tampoco a miles de adolescentes y jóvenes bailando frente a ellos. Fue el trabajo en estos sintetizadores de estudio y performance, y en el software que hoy los reemplaza, más el éxito de la textura electrónica desde mediados de los ochenta, lo que desencadenó varias tendencias que hoy los DJ simplemente explotan a diferentes escalas. Y si hablamos de rock y electrónica, también es cierto que los jóvenes de hoy no tendrían el sonido de bandas como Interpol, Massive Attack, The Chemical 12 | PHANTOM 40 | NEW ORDER

Brothers, The Killers o Hot Chip, si ese sonido no hubiera sido experimentado por estos jóvenes de Manchester años atrás. Esas bandas son consideradas modernas, y lo son precisamente porque honran y evolucionan en la tradición, en este caso, de New Order. Así de claro y simple. Así como en el arte plástico y en más. Quienes hicieron New Order solo querían tener una banda de rock y divertirse, como todos los que tocamos en la sala o el garaje. Pero sin querer abrieron el camino, en sonidos, actitud y texturas, para que los DJ y bandas de garaje, estudio o estadio de las siguientes décadas, crearan lo siguiente. No es casualidad que Moby dedique una balada al cover de Temptation, quizá el himno más grandioso del rock independiente, y un éxito de New Order que es más recordado por la banda

sonora de Trainspotting, que por ellos mismos. Más en un país como Perú, en donde casi no se lee sobre música. Para el principal compositor de los temas de New Order y líder de la banda, Bernard Sumner, la época en la que Joy Division –banda post punk previa de los miembros de New Order, que terminó por el suicidio de su cantante, Ian Curtis- se formó, se volvió posible que alguien que no fuera un virtuoso o estudioso formal de la música pudiera hacer música en público con formas más simples. Y es cierto que esta época no tiene la modulación ni el virtuosismo de anteriores en todos los casos. En contrapartida, y para bien del repertorio de toda la música actual, encontró en el estudio y en la fuerza de nuevos

Resultó que entre toda esa época de discos hechos a partir de pasarlo muy bien en muchos lugares y empezar a sonar en las más intensas pistas de baile del mundo, habían grabado joyas del rock y la electrónica como Low Life, Substance y Tecnique, y habían tenido éxitos mundiales como Bizarre Love Triangle y Blue Monday –el single de 12’’ más vendido de todos los tiempos-. Antes de terminar la última gira con su formación original, habían grabado también un disco que los confirma para siempre como maestros del rock. Toda esa experimentación con sonidos durante décadas se había depurado y condensado en canciones geniales como la mayoría en Waiting for the Siren´s Call. New Order es una banda que, quizá junto a Depeche Mode y The Cure, quedará por siempre como la textura principal del rock independiente de finales del siglo XX. Y estará aquí. Sin más pretensión que hacer su música, siempre una fiesta electrónica y de rock inolvidable. Y no hay que olvidar que esta no es música para impresionar a nadie, es solo lo que ellos quisieron hacer.



14 | PHANTOM 40 | EL DÍA DESPUÉS DEL SIGUIENTE


Escribe Daniel Ágreda Sánchez @danielagreda Fotos: Archivo

El día después... del día sgt. El mundo pudo no acabarse, pero definitivamente algunos de los más recientes eventos están anunciando ¡a gritos! el advenimiento de una era nueva: caen asteroides, renuncian los papas, mueren algunos dictadores latinoamericanos y David Bowie presenta un nuevo álbum. Sí, a ese nivel de trascendencia geopolítica le hemos catapultado todos, detractores y fanáticos. Sin embargo, no se trata de un cantante muy dotado, de un compositor infalible ni de un sorprendente arreglista; de esos los hay mejores, pero todos le rinden pleitesía. Tampoco es un adelantado a su época; experimentó, sí, pero fue primero que nada una fotocopiadora de géneros, según sus propias palabras. En la década de 1960 hizo blues y algo de pop, en la de 1970 le dio por roquear con toques progresivos y guitarras ‘glam’, según le soplase el viento sobre los atriles. En 1980 fue la mata del new wave, con guiños a la música de los cincuenta (sus hits más furibundos son todos frutos de aquel extraño híbrido) y en 1990 fue… todo lo que sonaba: grunge, alternativo, trance, drum and bass, brit y bulla en dosis generosas. Para los últimos 10 años mantuvo un silencio estratégico hasta editar su más reciente disco, The Next Day, que es puro rocanrol a la vena, la nueva tendencia global. ¡Ah! ¡Por cierto, Bowie también es actor! Hizo, entre muchas otras, The Man Who Fell to Earth (1975), Labyrinth y Absolute Beginners (1986), The Last Temptation of Christ (1988, la de Scorsese; hizo de Pilatos) y se representó a sí mismo en Zoolander (2001). Y no habrá

Volviendo a su carrera solista, en 1980 apareció Scary Monsters (and Super Creeps), tal vez su mejor álbum y, al mismo tiempo, uno de los más exitosos: canciones como Ashes to Ashes y Fashions lo situaron muy bien entre el glam y el new wave (lo que quiera que se entienda por este último).

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David Bowie ha regresado. Con esta oración podríamos dar por concluida esta crónica, porque su nombre y apellido encierran toneladas de significado audiovisual que habla por sí mismos. Pero seamos benévolos con todos aquellos profanos que no han tenido el gusto de saborearlo: he aquí, para todos, la punta del iceberg, apenas un fragmento de la historia del rock. ganado un BAFTA ni un Oscar, pero le dio lo justo para cerrarle el pico a todos los críticos de cine, lo cual, sabemos es tan improbable como que Juan Luis Cipriani oficie la boda de Ru Paul con Dennis Rodman en la Basílica de San Pedro. ¿Qué tuvo, tiene y tendrá David Bowie, que lo mantiene en la cumbre de la historia musical sin ser el mejor de los mejores? Relajando los análisis sociológicos, históricos y plásticos (que sendos han sido escritos), pienso que su principal mérito es hacer música correcta y aderezarla con elementos de su propia cosecha, anticipando las demandas del público y la disposición de la industria, y contando con la asesoría de los mejores productores del momento (Brian Eno figura entre sus íntimos). Además, explotó de la mejor manera una arista hasta entonces inédita en el rock: el mercadeo de una “escandalosa” vida privada (que en verdad resultó ser más aburrida que beber cerveza con cañita). Pero, ¿quién carajos es David Bowie? A los veinteañeros que leen estas líneas y que se están preguntando a quién le estamos reventando tantos cohetones, les digo que esa misma pregunta nos hemos hecho desde siempre y que, cuando ya nos estamos animando siquiera a hipotetizar sobre el asunto, el tío en cuestión nos cambia la plana con un ingenioso quiebre de timón. Pero mejor vayamos por partes, como solía hacerlo Jack el Destripador. Primero, lo fáctico: David Bowie, quien en realidad EL DÍA DESPUÉS DEL SIGUIENTE | PHANTOM 40 | 15


es David Robert Jones, tiene 66 años de edad y nació en Londres durante la posguerra, que dejó nada menos que una amenaza atómica y al planeta polarizado en comunistas y capitalistas. Ya en 1969 lanzó Space Oddity, canción que hizo colapsar el Billboard a ambos lados del charco, y álbum homónimo de directa alusión a la película de Stanley Kubrick y, entre líneas, nunca mejor dicho, al consumo de drogas. Pero este no fue su primer disco: él llevaba varios años cabeceando contra la bombilla para poder colarse en la lumbre del éxito, esquivo hasta el final de aquella década; y por suerte, porque los previos no fueron trabajos que merezcan la pena el recuerdo. The Man Who Sold the World, nombre que debe sonarle a los nirvaneros más familiar que el de sus propias progenitoras, apareció en 1970. Llevaba varias carátulas, siendo la más famosa aquella más controversial: Bowie se mostraba con el cabello largo y rizado, ataviado con un coqueto vestido y en posición de Maja de Goya. Presentaba a su banda, Spiders from Mars, y lo que sería la exacerbación de su imagen (como verán, Madonna no inventó nada). Además, en pleno espaciotiempo donde ser homosexual era un pecado, un escándalo y un delito, Bowie comentaba con la prensa, con pelos y señales, literalmente hablando, cómo la pasaba con amantes de su mismo sexo. El extraterrestre Como es imposible y ocioso enumerar todos sus álbumes, saltemos mejor a The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, disco conceptual que todavía es motivo de tesis universitarias y artículos en blogs, que ya sabemos no pesan lo mismo (pero no mezquinemos el entusiasmo a quienes empiedran Internet con sus buenas intenciones). David encarnaba en el escenario a Ziggy, el andrógino extraterrestre bisexual que cayó en nuestro planeta y sufría con nuestro estilo de vida decadente. El personaje, la temática y el género musical (glam) le duraron como cinco años y otro tanto de discos.

¿Qué tuvo, tiene y tendrá David Bowie, que lo mantiene en la cumbre de la historia musical sin ser el mejor de los mejores? Relajando los análisis sociológicos, históricos y plásticos (que sendos han sido escritos), pienso que su principal mérito es hacer música correcta y aderezarla con elementos de su propia cosecha, anticipando las demandas del público y la disposición de la industria, y contando con la asesoría de los mejores productores del momento.

16 | PHANTOM 40 | EL DÍA DESPUÉS DEL SIGUIENTE

Fuera del escenario, David Bowie adoptó el personaje por completo y se dedicó a explotar el morbo del respetable con su vida (bi)sexual y su look andrógino de cabello extremadamente corto y rojo, ojos de dos colores (al natural, verde uno y azul el otro), kilos de maquillaje y poses amaneradas… adelantando el final de esta historia: su imagen fue trabajada junto con su esposa de aquellos años, la actriz y modelo Angela Bowie, quien (se dice) inspiró el tema Angie de los Rolling Stones. Cerrando el tema de la sexualidad de Bowie, después de Angela pasaron varias mujeres hasta que se casó, en 1992, con la súper-archie-meganon-plus-ultra modelo somalí Iman. Bueno… ¿y sus relaciones con los hombres? Pues nada, que David engañó a todo el mundo diciendo que era gay mientras llevaba, en el clóset, una vida heterosexual. Ziggy dejó de existir en 1975 y dio paso a un Bowie enternado y más masculino, si se quiere, aunque igual de maquillado. Era su “etapa americana”, de hits pegajosos y calidad sobre la media, con uno que otro chispazo de genialidad. Se insinúa la etapa desde Diamond Dogs y se cierra con Station to Station. Radical samaritano Low, de 1977, pateó el tablero con experimentación sonora que solo Bowie y Brian Eno (su amigo, productor y coautor) entendían, dando inicio a la llamada “etapa berlinesa”. Luego, vendrían Heroes y Lodger (1979), de avasalladora aceptación comercial, con el que se cierra esta, según la mayoría, genial trilogía. Bowie también hacía sus incursiones en el terreno de la producción musical: trabajó con Lou Reed en su disco más exitoso, Transformer (1973), y relanzó la carrera musical de un muy venido a menos Iggy Pop, a la sazón su ídolo, escribiéndole canciones, editándole discos, apoyándolo en sus giras… si Iggy sigue vivo aún, es por obra y gracia de San David. Recibió la década de 1980 salvando de la ignominia el mediocre Hot Space (1981) de Queen con el tema Under Pressure. Luego hizo duetos desiguales con Mick Jagger, Tina Turner, Pat Metheny, Bing Crosby… Volviendo a su carrera solista, en 1980 apareció Scary Monsters (and Super Creeps), tal vez su mejor álbum y, al mismo tiempo, uno de los más exitosos: canciones como Ashes to Ashes y Fashions lo situaron muy bien entre el glam y el new wave (lo que quiera que se entienda por este último). Armado de un Armani, metales y una base twist ‘reconceptualizada’ para la época, el entonces conocido como “el delgado duque blanco” editó: Let’s Dance (1983), número 1 en casi todo el mundo y cuyo Modern Love todavía suena por lo menos dos veces al día en nuestras radios; Tonight (1984), portador de otro megaéxito como Blue


Jeans (también de audición diaria obligatoria en el Perú); y Never Let Me Down (1987), que lo devolvía al compromiso social… el video de Day-In, Day-Out fue censurado por la cadena MTV debido a sus escenas de violencia… y esta vez, como muy pocas, el establishment no exageraba. Ébano y marfil Tras su matrimonio con Imán, los diarios se volvieron locos. Recuerdo haber leído de adolescente en La República, baluarte progresista del periodismo peruano, en primera plana: “David Bowie se casó… ¡con una mujer!”. Esa tal vez haya sido la noticia más comentada en nuestro país en 1992, después del autogolpe fujimorista, claro está. Black Tie White Noise (1993) abrió su etapa de mimetización con las nuevas tendencias; la diferencia es que Bowie ya tenía un lenguaje propio. Devoró todos lo que estaba de moda,

David encarnaba en el escenario a Ziggy, el andrógino extraterrestre bisexual que cayó en nuestro planeta y sufría con nuestro estilo de vida decadente. El personaje, la temática y el género musical (glam) le duraron como cinco años y otro tanto de discos. lo masticó y lo deglutió en un puñado de discos tan geniales como desagradables (mucho influyó también la presencia de Brian Eno como productor y la colaboración de músicos como Trent Reznor): Outside (1995), Earthling (1997) y Hours... (1999) son algunas de sus mejores producciones. La experiencia de su matrimonio también abrió una nueva veta temática: el racismo. En la presentación de Black Tie White Noise habló de “la importancia de abordar esta problemática en su música, pero seriamente y no como lo hicieron Wonder y Jackson”.

EL DÍA DESPUÉS DEL SIGUIENTE | PHANTOM 40 | 17


El día después... del día sgt. Y al día siguiente… El 8 de enero de 2013, las redes amanecieron más convulsionadas de lo usual; había aparecido de la nada, cual el monolito de 2001: A Space Oddissey, un nuevo tema de David Bowie, la balada Where Are We Now?, tras 13 años de silencio y coincidiendo con su cumpleaños. Las mandíbulas de los melómanos no terminaban de encajarse aún del todo cuando, igual de súbito, el 25 de febrero fue lanzado el videoclip de The Stars (Are Out Tonigth), chirriante y divertido producto audiovisal, con Tilda Swinton en el protagónico liderando un séquito de mujeres que lucen como el mismo Bowie. Antes de salir, el disco pudo ser escuchado por completo desde diversas páginas de Internet y batió récords de venta… ¡incluso antes de salir al mercado! The Next Day, presentado el 12 de marzo, es el álbum número 24 (grabado en un estudio) de la carrera del también conocido como el camaleón del pop. Es su álbum más sinceramente roquero en décadas, y tal vez el más sincero en líneas generales. Su voz ya no es la misma (insisto, nunca fue gran cosa), pero opta por no maquillarla con programas ‘ad hoc’, y la portada del disco es un guiño humorístico a Heroes, como diciendo que tuvo mejores épocas… Pero el nuevo álbum no tiene nada de decadente. If You Can See Me puede animar, encantada de la vida, una fiesta de púberes promedio, mientras que otros temas, como Dirty Boys, Heat y Love is Lost amplían el abanico de géneros musicales, como queriendo abrazar todas sus épocas y tendencias. Lo acompañan en esta aventura Zachary Alford (baterista que nos visitó como parte de los B-52s), Gerry Leonard, Tony Levin y Tony Visconti (a la sazón, productor del álbum), además de un ejército de sesionistas que van desde los metales hasta las cuerdas, pasando por los coros góspel. El disco es de audición obligatoria, seamos o no fanáticos.

Volviendo a su carrera solista, en 1980 apareció Scary Monsters (and Super Creeps), tal vez su mejor álbum y, al mismo tiempo, uno de los más exitosos: canciones como Ashes to Ashes y Fashions lo situaron muy bien entre el glam y el new wave (lo que quiera que se entienda por este último).

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Se quedan en el tintero una suculenta ración de chismes, historias, méritos, aportes musicales y líricos, escándalos inventados, álbumes editados y canciones que pasarán a la historia por mérito propio. Es imposible abarcar a David Bowie en un solo artículo (para eso se ha editado un centenar de biografías y ensayos analíticos, en casi todos los idiomas). Y, ya para cerrar, podría decir que tendremos Bowie para rato, frase cliché, pero no; cerremos esta perorata con la misma oración que la abrió y que, señalamos, se explica por sí sola: “David Bowie ha regresado”.


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A la vera del camino, alguien mata a un policía motorizado. Unos jóvenes deciden que esa era la mejor forma de autodefinirse. Forman una banda. Sacan varios EPs, una tríada de singles y algunos álbumes. La rompen. Y desde Argentina, para todo el mundo, la sensación del indie criollo regurgita influencias de los Pixies, The Ramones, Weezer, Sonic Youth y The Velvet Underground, pero mucho más de los rayos catódicos y la cultura videoclubista. A continuación, el origen etimológico del nombre sin igual de aquel conjunto ídem. PHANTOM 37 | D


Entrevista Hernán Panessi Desde Buenos Aires Fotos Archivo

Él Mató a un Policía Motorizado Raro VHS Él Mató a un Policía Motorizado es una banda de rock argentino entre las cien mil bandas de rock argentino. Pero, ¡atención!, tal vez no sea una más entre todas, sino que, probablemente, se corte sola como: la banda cuyo universo beba más referencias del mundo audiovisual que ninguna otra. “¡Cuánto amo estar en el cine!”, esgrimirá su cantante, Santiago Motorizado, en Amor en el cine. Así, los Él Mató a un Policía Motorizado (de aquí en más: Él Mató), oriundos de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, forman parte de un colectivo de artistas aglutinados en el sello Laptra (ver, también, 107 Faunos y su cosmogonía pop: “hay algo que yo sé muy bien: saltás con el A y disparás con el B”, dirán cual estandarte), toman su nombre de una película. Y de un misterio. Durante mucho tiempo, el concepto Él Mató tuvo una referencia clara: su nombre provenía de un film extraño, ¡ajám!, pero siempre se desconoció de cuál. Y quien vino a reparar el agujero negro fue Diego Trerotola, curiosísimo crítico cinematográfico (por lo demás, merecedor de un artículo solo para él), amigo proveniente del riñón de la banda (se lo ve agitando las cosas, portando un imponente boombox en el videoclip de Rey del Terror), quien –investigando- dio con el misterio. Aquel enigma (Él Mató a un Policía Motorizado, vaya nombre), develado luego de cientos de googleadas y de una revisión frenética a las revistas del cableoperador local, era, entonces, una frase perteneciente a la película R.O.T.O.R., suerte de exploitaition improbable, cruza entre Robocop y Mad Max, considerada injustamente como una de las peores de la Historia. Una basura trash, un (anti) hit instantáneo en formato hogareño, con la que los Él Mató habrían dado azarosamente en tevé al momento de decidir su nombre. Ese que los haría distintos a los demás y que, como nave espacial, sería lanzada al infinito reconvertida en un canto de sirenas a la curiosidad. Y acá, se eyecta el intríngulis de: ¿qué esconde ese imaginario clase b que contiene, también, un tendal de nombres imposibles –uno de sus integrantes se llama Chatrán Chatrán, ¡otro Pantro Puto!-, y esa composición referencial para con el séptimo arte, que los hace únicos e indivisibles? Y de ahí, sin más, un fresco aire a road movie retrofuturista arremete en su lírica (prestar atención a: Vienen Bajando, al suspiro post-apocalíptico de El Día del Huracán y, sobre todo, al universo georgeromeriano de Día de los Muertos -¡ese video en el fin del mundo!-), separándose solitos, de nuevo, como esa banda capaz de meter en una canción de mínima sentencia (“Hey, espero que vuelvas, chica rutera, chica rutera”, se escuchará decir una y otra vez en Chica Rutera) el crisol cinematográfico de todo un videoclub. Como los de los ochenta y noventa, es decir: como los de antes. Legando el imaginario de, por ejemplo, Rey del Terror -¿y no es, acaso, el cine de género el gran proveedor histórico de material radioactivo?-, clip dirigido por el joven Bruno Gruppalli (responsable del corto Las Sucias) y filmado, sí, porque nada es casualidad, en VHS. Tal su génesis, bien subterránea, casposa, cutre, serie z, directo a video. EL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO | PHANTOM 40 | 21


Entrevista Rui Pereira @ruidopereira Fotos Archivo

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The Hives llega a Lima para presentarnos su repertorio este 9 de abril. Sin duda, una muy buena oportunidad para vivir una experiencia única con estos grandes del garage rock revival… y de paso, casi de casualidad, conectarnos con nuestras raíces rockeras más ruidosas y definitivamente divertidas. Si buscamos The Hives en Google, lo primero que nos dice Wikipedia es que se trata de una banda considerada dentro del paraguas garage rock revival o también llamado protopunk revival, una corriente contemporánea que toma influencias directas de los dinosaurios del rock distorsionado como The Stooges o, sin ir muy lejos, la legendaria banda Los Saicos de Perú. Esta nueva generación de bandas ha rescatado ese sonido salvaje y distorsionado de aquellos años, llevando el guitarreo frenético a un lugar considerado hoy en día como parte de la cultura pop. The Hives es una de las bandas más representativas del sonido garage rock moderno. Con un look siempre pulcro y elegante, ha sabido retomar la libertad del rock, rompiendo (como muchas de bandas de las de su género), con el estereotipo desordenado que ha formado parte del rocanrol durante los últimos años. Como dicen por ahí, “el rock es una actitud” y The Hives, son una buena muestra de ello. La banda nació en Suecia, en el año 1993, tardó algunos años en hacerse conocida, de hecho había firmado con Sidekick Records, estuvo viajando y produjo un EP y un álbum llamado Barely Legal. Pero no fue sino hasta el año 2000 cuando despegó hacia la popularidad con su segundo álbum Veni Vidi Vicious, que incluye los sencillos Hate To Say I Told You So, Main Offender, Die, All Right y Supply and Demand, y que alcanzó un gran éxito en Inglaterra y los Estados Unidos. Cuatro años después la banda lanzó un nuevo álbum llamado 22 | PHANTOM 40 | THE HIVES


THE HIVES | PHANTOM 40 | 23


Tayrannosaurus Hives, que refrescó con su single Walk Idiot Walk. En 2007 se mandó con The Black and White Album, generando una gran expectativa mediante su página y plataformas digitales. La banda europea que había empezado en plena década de los noventa hacía uso de estrategias de marketing digital y sí que funcionaron. Causaron un revuelo en la prensa especializada que siguió todos sus pasos desde su primera acción de intriga, cuando decidieron revelar el arte del disco. El año pasado, The Hives lanzó su más reciente álbum Lex Hives. Gracias a los beneficios de la tecnología moderna pude ver a la banda mediante un streaming (vía YouTube), dando un muy contundente show en el festival Coachella 2012, unos meses antes del lanzamiento Más allá de una impresionante puesta en escena, donde aparecía este grupo de músicos dando cátedra, como buenos nuevos veteranos del rocanrol, con una identidad súper sólida, vestidos de gala y con sombreros de copa, me sorprendió la facilidad que para regalarnos algunos temas nuevos que luego fueron lanzados oficialmente como parte del reciente álbum, que dicho sea de paso, fue producido en su totalidad por la banda. Creo que todos estos datos nos pueden dar fe de que se trata de una banda que pese al pasar de los años, ha sabido mantener ante todo su pasión por el rock, tomando el control total de su carrera. El 9 de abril, The Hives dará su primer concierto en Lima. El show se realizará en el CC Scencia de La Molina a las 21:00 horas. La empresa promotora que los está trayendo es Five Music, la misma que trajo hace algún tiempo a The Drums. Existen dos aspectos que resultan sumamente interesantes sobre esta fecha: el primero es que complementa de manera muy positiva una racha de presentaciones de bandas contemporáneas en el país, modernizando la oferta de shows musicales y reforzando la movida indie rocker que existe en Lima y que cada vez es más grande. El segundo aspecto interesante, es que considerando el valor cultural e histórico que tiene el Perú en el desarrollo de la música garage rock (volvemos al inicio de este artículo con la referencia de nuestra legendaria banda Los Saicos), es una maravillosa coincidencia tener en nuestra “protopunker” en Lima, a un referente contemporáneo de este género que ha echado raíces en todo el mundo, incluyendo el país escandinavo de donde vienen.

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Solo Pamela Llosa Después de su exitoso debut con el EP, Sé que quieres, Pamela Llosa, una de las mejores voces féminas del rock, está de vuelta con su primer disco homónimo. 12 canciones, en las que destaca el primer corte promocional: Si vienes de noche. Considerada como una de las mejores voces femeninas del rock de nuestro medio, Llosa ha contado en este álbum con la colaboración de músicos de la talla del tecladista Joni Chiappe (ex JAS), el guitarrista Gino Solano de Emergency Blanket, y Wicho de Mar de Copas.

FIESTA KILLERS | PHANTOM 39 | 25


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Escribe Enrique Palacios Fotos Archivo Personal

MAZO aL SERVICIO DEL ROCK PESADO Hace casi 26 años, la escena rockera limeña presenció el nacimiento, a gusto de muchos, del más grande representante del rock pesado en el Perú. Se llamaba Mazo y se caracterizaba por tener el sonido más sucio y pesado que se había escuchado por estas tierras. Luego de dos conciertos de reunión y de la edición oficial de su clásico de mediados de los noventa, Del azar a la creación, Cortés (voz y bajo), Julio “Ñaka” Almeida (batería) y Billy Astete (guitarra) nos cuentan un poco de su historia, presente y futuro. MAZO | PHANTOM 40 | 27


Aquí estamos, revive el mito y Y nosotros somos sus seguidores “Mazo es ahora, básicamente, igual que cuando comenzó. Una banda de rock pesado con sonido antiguo, sucio y denso”, nos cuenta Almeida para iniciar la conversación. “El sonido sucio salió de manera casi inevitable, queríamos hacer las cosas a nuestra manera y no sonar como otra banda ni agradar a nadie, solo hacer lo que realmente nos nacía”, complementa Cortés. “Fue la mezcla de nuestras personalidades, frontales e iconoclastas, pero también románticas, surrealistas y amantes de la fantasía y el oscurantismo. Existió un sentido de la estética bastante emparentado entre nosotros, que musicalmente se expresó en esa sucia combinación de batería, bajo y guitarra”, explica Billy, mientras repasa parte de la historia del trío. “Hicimos bastante, no solo una cantidad importante de temas, sino además todo un imaginario con personajes, lugares y submundos. Teníamos hasta rituales y un Reino Mazo, que era un caserón abandonado en la Av. Salaverry donde nos juntábamos con velas, vino y guitarras a componer, luego de que Coco nos leyera historias mórbidas medievales. Ahí se produjo una chispa creadora que todavía sigue viva y que se manifiesta cada vez que nos reunimos”. Nos forjamos y así empezamos Y en el nombre del rock nos unimos Mazo tuvo un descanso obligatorio terminando el siglo pasado. Coco se fue a Estados Unidos, donde vive actualmente, y creó Gatoebrio como proyecto solista. Antes, tocó en bandas como Óxido y además, formó Grael y Tortura, que no tuvieron la trascendencia que tal vez merecían. El que sí trascendió fue su paso por JAS (la banda de rock comercial de Sergio/ Fiorella Cava) y eso hizo que fuera criticado por cierto sector de la escena. “Los que se indignaron fueron esos que dicen ser verdaderos, los que le dicen “posero” a cualquiera y repiten la acusación a falta de espíritu, cerebro y huevos”, recuerda Cortés. “Pero esa gente generalmente no dura en sus convicciones y al mes siguiente hacen exactamente eso que condenaban. La gente que me conocía no tenía ningún problema con que yo toque en esa banda”. Julio, por su lado, formó El Rezo y Melquiades, bandas extintas de rock pesado. Ahora es baterista de la banda de doom metal Reino Ermitaño y de los proyectos nuevos Tortuga (con Christian Van Lacke, ex Tlön) y Paquidermo (donde además es vocalista).

MAZO 28 | PHANTOM 40 | MAZO

La historia de Billy fue un poco diferente. Se unió a Apu, una banda de psicodelia espacial/acústica y luego a un proyecto de free jazz. Tocó guitarra en grupos de folk andino entre Lima y Cusco. Luego volvió al bajo y a la psicodelia con Protozoarios (cuyo proyecto de grabación está por comenzar). Perteneció a Óxido, a El Cuy (banda de garage rock con miembros de Reino Ermitaño y La Ira de Dios) y hasta a un grupo de reggae en San Blas (Cusco). “Ahora me encuentro buscando un proyecto de funk y soul”, complementa. Como todo cambio, fue un poco duro. “Tuve que acostumbrarme a tocar cuerdas más gruesas y caras, fue como salir de ver El Exorcista y ver Jesucristo Superstar”, explica Astete. “Con Mazo parábamos en La Colmena y nuestros seguidores estaban en el Centro de Lima, con Apu me despertaba en Marcahuasi y nuestros seguidores eran de la Universidad Católica. Al final de un concierto de Mazo se acercaba gente con greñas, hedor a alcohol, sudor fermentado y te abrazaba como si hubieras metido un gol contra Argentina. Con Apu, la gente te agradecía con una sonrisa interminable y nos íbamos con ellos a ver una película de Woody Allen. Fue un cambio de vida más que de estilo”.


La potencia y la estridencia dando vueltas en nuestras cabezas El mundo ha cambiado mucho, ya no es el mismo que vio crecer a Mazo en los ochenta. ¿Es la escena subterránea diferente a la de antes? “Claro que es diferente, es todo lo opuesto”, afirma el popular Ñaka. “El rock pesado, el doom y el stone tienen ahora un puesto muy bien ganado en la escena rockera. Lo mejor es que sigue siendo de culto y subterránea. No es masiva, eso contaminaría todo. En los ochenta y noventa nadie escuchaba rock pesado, incluso nuestros patas nos jodían para que aceleremos el ritmo”, concluye.

“A las semanas de nacida, Mazo ya era una banda vintage para la gente de ese entonces. Básicamente porque a nosotros nos interesó poco o nada la música ochentera, la encontrábamos muy gaseosa y baja en testosterona o demasiado elemental y cotidianista”

“A las semanas de nacida, Mazo ya era una banda vintage para la gente de ese entonces. Básicamente porque a nosotros nos interesó poco o nada la música ochentera, la encontrábamos muy gaseosa y baja en testosterona o demasiado elemental y cotidianista”, continúa Billy. “La escena underground miraba con desdén a Mazo, porque el género que predominaba, el heavy metal, en ese momento se hallaba más interesado en manicura, reacondicionador y leggins; y en desarrollar un pseudo-virtuosismo casi mecanográfico en el uso de las cuerdas y la percusión. No encajábamos ni en la música ni en la pinta”.

Darás tu mitra si estás seguro y si no morirás para nosotros Mazo siempre fue un grupo polémico, y una prueba de esto fue la letra del clásico Un poco de piedad para la raza inferior, considerada como una canción extremadamente machista por un gran sector del público. “Fue muy mal interpretada”, lamenta Julio, autor de la letra. “Ya varias amigas me han hecho el pare por esta canción- cuenta mientras lanza una carcajada- Muchos creen que es cierto lo que se dice en ella, sin entender que es una sátira sobre el machismo, los pseudo metaleros y rockeros misóginos que abundan por ahí. Pero Billy bromea: cambió el discurso, cuando la hizo, sí creía en eso.

Nuestros actos y las vivencias son la prueba de nuestra demencia Mazo siempre fue reconocida por ser una banda sincera, Coco y Billy reflexionaron sobre esto en voz alta. “La sinceridad estaba allí desde el momento en que sabíamos lo que nos gustaba y lo queríamos hacer hasta donde sea posible”, comenta el primero. “Nuestra prioridad era la canción antes que la ejecución, la letra debía ser de mucha trascendencia para nosotros y nuestros espíritus, tocar esa fibra que te mueve el cerebro sin necesidad de hacerlo pensar mucho. Nuestra prioridad era ensayar la canción y darle vida como tal, no hacer ejercicios en un instrumento”. Billy sonríe: “Además, creíamos plenamente en lo que hacíamos y vivíamos plenamente lo que creíamos. Éramos músicos hasta dormidos”, cuenta. “Dejé la universidad por Mazo y la música en general. No practicábamos en sentido estricto, pero estábamos 24 horas metidos en lo que estábamos creando. Alguien puede decir que Mazo suena como un elefante yendo al dentista, pero la versatilidad y creatividad del grupo creo que son innegables. Éramos punks entre los metaleros en cuanto a sonido y ejecución, pero en cuanto a creatividad parecíamos un grupo progresivo”. Continúa el guitarrista, “siempre tuvimos interés por la calidad del sonido, pero antes eso salía más caro que comprar un carro. Toques mucho o poco, lo importante es transmitirle sensualidad y adrenalina a la gente. ¡Todo menos aburrimiento, por favor!”. “Siempre he dicho que el verdadero rock subterráneo es el rock pesado”, sentencia Almeida. Tus creencias y sentimientos serán probados tarde o temprano Tras la buena respuesta del público a los lanzamientos de Mentenegra y Del azar a la creación, discos en los se desenterraron y reeditaron temas clásicos de Mazo, la banda no se duerme en sus laureles. “Queremos sacar discos con todos nuestros temas”, cuenta Ñaka. “Mazo fue una banda que solo grabó un par de maquetas y un par de casi-discos que no se lograron editar debidamente en los ochenta y noventa, pero ahora la idea es grabar bien todo el material de Mazo y aprovechar cada parada de Coco en territorio nacional para tocar en vivo”. “El hecho es que aún estamos vivos... ¡asunto que será discutido en otra entrevista! -sonríe Coco-, y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para darnos el gusto y darle el gusto a la gente que nos va a ver y que nos sigue.” “Mazo es una banda que componía casi a diario, nos llenamos de temas y muchos estarán en un tercer disco, que saldrá pronto”, nos adelanta Almeida mientras Billy complementa con un animado: “¡ya viene!”.

Y esto es que solo el tiempo nos dirá quienes siguieron fieles Las canciones de Mazo también cuentan historias con personajes medievales, que incluso figuran en más de una. Un buen ejemplo es el personaje de Birro, carcelero medieval del castillo de Mantival, que está presente en temas como el himno Birro, el mórbido y La ronda final. “Mantival es el nombre del castillo donde nació, vivió y murió Birro, el carcelero animal concebido en las orgías en las que participaba su madre, explica Cortés. “Como era un bastardo, fue puesto a cargo de las mazmorras, manteniendo así en secreto el verdadero yugo que este tenía con la reina”. Mazo también tuvo entre sus integrantes por un tiempo a Andrés Parodi (vocalista de Los Yacks), quien incluso cantó en la última estrofa de Lo pútrido, canción del demo de 1994. A pesar de eso, Coco fue el único vocalista. “Al inicio se barajó encontrar un cantante, pero en aquella época todos querían ser Rob Halford y a la mayoría de rockeros limeños no les gustaba, por ejemplo, la voz de Lemmy. Así que decidimos que Coco cante”, repasa Julio. “Incluso uno que se probó como cantante sugirió que seamos un poquito más actuales y no tan de los setenta”, comenta Coco, mientras Billy contesta bromeando (?): “pusimos un aviso en El Comercio, pero nadie vino”. En los últimos años la influencia de Mazo en el rock nacional se ha sentido más que nunca, Reino Ermitaño les rinde tributo con Birro, el mórbido, una banda punk como 3 al Hilo ha cantado una versión de Maldito, y hasta se ha formado una banda de doom rock pesado llamada Birro. Con miles historias pendientes, nos despedimos del trío, no sin antes escuchar el último deseo de Coco... “continuar la misión de amor que tenemos con Mazo”. Nosotros no podemos estar más agradecidos. Y sin dudas ni remordimientos ¡somos Mazo, hasta la muerte!


easy CURE

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Escribe Álvaro Díaz @adiazbedregal Fotos Archivo

Cerati, Ficchichia y Bossio salen al escenario en la Plaza de Acho peinados como él. Ben Gibbard, líder de Death Cab for Cutie, toca en un café Friday I´m in Love. En su disco 21, Adele graba un cover de Love Song. Un canal de noticias por cable en Perú usa los primeros 20 segundos de Fascination Street como cortina musical de un programa. Los seis se hacen millonarios. El compositor y primero en usar el peinado, también.


Y esto también le pasará al organizador del Concierto de The Cure en Lima, y lo merece. Ha tenido el tino y la buena visión de traer a Lima a tocar a una de las bandas de rock independientes más importantes del mundo. Quien tenga duda de esto puede escuchar el tema Veinte de Miki González, en su disco de remixes Hi-Fi Stereo. Todo el punteo de guitarra, de base rítmica de house, está influenciado por The Cure, y cuando no es de The Cure, lo es de New Order. Esta rola está entre las mejores de González y del rock peruano, además de ser un intermedio de lujo en su recopilación de remezclas. Quien quiera sentir de dónde vino la emoción de Miki para hacer este juego luminoso, tiene que ir a ver a Robert Smith y su eterna banda, The Cure, cuando toque en Perú, el 17 de abril.

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Dicen que el equilibrio viene muchas veces justo luego de tocar fondo. The Cure tiene un pasado intencionalmente oscuro, y tuvo épocas de verdadero caos por dentro y de curioso y simultáneo éxito mundial. Boys Don´t Cry, un símbolo de los años ochenta, pertenece a esa época. Y es que en el fondo, y a lo largo de sus discos, Robert Smith nunca dejó de asegurar un sonido y texturas que lo hicieran sentirse a uno caminando sobre la pared o el techo. Robert Smith había tenido su formación en la etapa post punk de Inglaterra, tomó clases de guitarra y fue, accidentalmente, miembro del mítico Siouxsie and the Banshees. Curiosamente, caminó la ruta de quienes trabajando en cosas etéreas encuentran obra para público de miles y decenas de miles. Más allá de que Robert Smith haya ganado en las cortes de Inglaterra un caso sobre el derecho de uso del nombre The Cure, no hay ninguna duda, en las progresiones, formas, colores, y letras de los temas del grupo, que él es gran parte de todo. The Cure cambió de formación muchísimas veces y prácticamente el único que no se fue nunca de la banda fue él. Menos mal. Por qué le gusta tanto a millones de personas esta banda, pues no es por el peinado de Robert, aunque eso haya tenido que ver en el primer impacto y en los peinados de muchos y muchas. Sus canciones tuvieron siempre, incluso en la etapa inicial y oscura de The Cure –Seventeen y Faith, por ejemplo-, la originalidad suficiente para distinguirse y mucho. Smith escribe letras concentradas, potentes y que dan imágenes abiertas, nunca una historia especifica. La banda pasó por muchos momentos diferentes, de menos o más colorido y alegrías en su sonido, pero nunca dejó de tener discos que pudieran agradar. Ya es suficiente para admirarlo su manejo del bajo, fuerte y marcado como un reloj junto a la batería, y de una primera guitarra dulce y cantando, y siempre acompañando las atmósferas que Smith prefiere hacer con sintetizadores, de frases largas y nostálgicas, y en general el sonido particular que la banda conserva en el tiempos, y que hoy influencia a cientos de bandas independientes y no. Con ese sonido, además, hizo el arreglo de éxitos mundiales como In Between Days, Close to Me, Pictures of You, Let´s Go to Bed, Just Like Heaven, Friday I´m in Love, Why Can´t I Be You, y tantos otros.

Excéntrico, como imaginaríamos a cualquier creador de música independiente y atrevida, por momentos, a riesgo de no entenderse por el público, Smith y The Cure utilizan un equilibrio de efectos combinados que sin haberse dejado de usar, puesto a prueba resulta no ser tampoco lo verdaderamente esencial. Las sesiones acústicas de MTV y las del Reino Unido, que muestran a Smith y a la banda tocando sin efectos ni distorsiones de guitarras, conservan el sonido y el espíritu. Nuevamente, parece que todo está en él, en su alegría, su desesperanza, su nostalgia y su luz. El show que veremos en Lima lo trae ya con un sonido perfectamente amplificado y listo para mostrarnos una combinación del repertorio antiguo, escogido por él, y que nos pone a soñar dentro de su atmósfera, y de las canciones que The Cure sabe que todos esperamos haber oído alguna vez en la vida. La esperanza es que es este concierto, si van con sus padres o si van jóvenes arriesgados, tengamos más experimentos ocurriendo aquí en Perú hoy, que cuando The Cure era un éxito en el mundo. Ya se pueden comprar instrumentos musicales y conocer música de avanzada producida en el extranjero sin ninguna complicación. Un show impactante más, que nos hace recuperar el paso.


Guillermo Bussinger Ex miembro de Aliados, Guillermo Bussinger, presenta su primera producción como solista. Cuéntame (2012) ha sido producido, compuesto y arreglado por el cantante junto a su maestro y amigo, el también guitarrista y productor Kike Robles, con quien había trabajado en su etapa de Aliados. El primer single de la placa se llama igual que el álbum y trae un video clip protagonizado por la actriz y modelo venezolana Korina Rivadeneira, material audiovisual dirigido por Fajri Rouillon.

GUILLERMO BUSSINGER | PHANTOM 40 | 33


Escribe Sr. Neo Cocolandia Fotos Archivo

5 RAZONES PARA NO PERDERSE EL CONCIERTO KEANE TE INVITA Puede que aún falten muchos meses para aproximarnos al final de este año y empezar con los balances y las listas de lo mejor que nuestro país vio en 2013 en Lima. Sin embargo, no es exageración alguna asegurar que estamos ad portas de uno de los sucesos musicales más increíbles: se trata de Keane, que prepara concierto para este 5 de abril en nuestra capital. Aquí, cinco razones por las que no debes dejarlo pasar.

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1. Porque son la joya de la corona Inglaterra es el país de la Reina, del buen fútbol, de los pubs, del icónico humor británico, de Mr. Bean, Dr. Who y Harry Potter, pero para quien es amante de la buena música representa el lugar con el mejor rock que haya sonado sobre la tierra. Pink Floyd, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Queen, Black Sabbath, Sex Pistols, Oasis, Radiohead y una larga lista de legendarias agrupaciones comparten la misma patria que Keane. Pero la cosa no queda allí, pues la banda de Tom Chaplin no es el hermanito menor que queda relegado dentro de la enorme familia del rock británico. De hecho, con su trabajo ha logrado ubicar dos álbumes en la lista de los 20 mejores discos británicos de todos los tiempos, una proeza compartida solo con Radiohead, Oasis y The Beatles, el fenómeno de fenómenos a quienes incluso lograron arrebatar el título de ser el único grupo con más de 10 millones de discos vendidos en su país.

2. Por la experiencia del tiempo Keane cuenta con más de una década a cuestas, tiempo de sobra para pulir su acto y haber formado una excelente selección de temas para todos los gustos. ¿Qué ha conseguido en estos años? Además de catapultarse a lo más alto del mercado musical mundial, publicó cuatro álbumes: Hopes and Fears (2004), UndertheIron Sea (2006), PerfectSimetry (2008) y Strangeland (2011); además de seis EP’s: Live Recordings 2004 (2005), Retrospective EP 1: Everybody’s Changing (2008), The Cherrytree Sessions (2009), Nightrain (2010), Retrospective EP 2: Sunshine (2010) y iTunes Festival: London (2010); así como dos álbumes en vivo: Keane Live 06 (2006) y Keane Live Recordings: European Tour 2008 (2008). También ha realizado cinco giras mundiales, recibido numerosos premios y sus canciones han sonado en infinidad de series de televisión, películas y videojuegos.

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3. Porque el piano tiene espíritu rockero Muchas veces los grandes descubrimientos surgen de accidentes. Uno de los aspectos más resaltantes de Keane, y con el cual rompe la estructura clásica de instrumentos en comparación con otras bandas, es sin duda la presencia del piano. El paso al frente de esta inusual pieza de equipo en un acto rock se debió, tal como nos contó el pianista y compositor del grupo, Tim Rice Oxley, a un accidente. A causa del limitado éxito de Keane en sus inicios, cuando aún se presentaba en pubs y vendía CDs a la espera de atraer la atención del público y la disquera, el guitarrista Dominic Scott abandonó la banda para seguir con sus estudios. Para ese entonces la idea de usar el piano había empezado a surgir durante algunas sesiones de grabación. Poco después la ausencia de la guitarra sería cubierta totalmente por el instrumento, volviéndose parte integral del estilo de Keane y sacudiéndose la etiqueta de “aburrido”. Esto, gracias a la maestría de Oxley en el uso de delays y distorsiones, con lo cual ha sido capaz de crear un vena multifacética y darle vida a temas de onda hip hop como Dirtylicious y house como Tyderian.

4. Porque valora la importancia del público peruano Tom Chaplin, líder y cantante de la banda, no se limita a las muestras de cortesía obligatorias del rostro de un grupo. Lo que Chaplin dijo para invitarnos al concierto que ofrecerá viene así: “No pueden faltar porque sabemos que los peruanos son increíbles. Yo estoy súper emocionado y la verdad también un poco asustado por ir a su país. Es la primera vez que vamos, así que estamos bastante nerviosos, pero realmente no pueden faltar porque este es el momento en el que nosotros les daremos las gracias a ustedes, ya que Perú fue el primer país de la región en pasar nuestra música, gracias a un DJ llamado Dj Relax (Dj de la radio doble 9), y por ello estamos muy agradecidos”.

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5. Porque Keane entregará alma, corazón y vida en el escenario Durante la conversación que tuvimos con Tim Rice Oxley, también nos comentó sobre su búsqueda y la de sus compañeros, por aquella magia incomparable que se encuentra en cada concierto. A pesar de lo mucho que ha conseguido, nada se compara a estar cara a cara con un mar de gente, alborotada y ansiosa, haciéndole notar que esperan lo mejor de lo mejor, que están allí para pasar un momento increíble, para corear los temas a voz en cuello y que no se contentarán con nada menos. Eso le da al intérprete la razón fundamental para dar todo de sí. “Queremos verle las caras a nuestros seguidores peruanos, que nos llenen de su energía y que juntos hagamos de esa noche la más mágica de nuestras vidas. Tocaremos todas las canciones que quieran y daremos un paseo por todos nuestros álbumes, solo para ver sus rostros de emoción, porque eso es lo más hermoso que podemos ver. ¡Así que no dejen de ir! Keane los espera”.


DANITSE DE VUELTA

Luego de seis años, regresa al mundo del disco Danitse para presentar Viaje, su segunda placa como solista. Dueña de un sonido orgánico y con temas y letras más íntimas, esta nueva aventura discográfica de la cantante contiene 12 temas, los mismos que han sido dirigidos por José J. Becerra. Son canciones que musicalmente recorren diferentes estilos que van desde el folk acústico hasta el jazz gitano. La producción ya se encuentra en las discotiendas, no dejen de treparse a vuelo personal de esta prometedora autora.

DANITZE | PHANTOM 40 | 37


38 | PHANTOM 39 | CONCIERTOS 2012


FIESTA KILLERS Todo está listo para el gran show que dará el 4 de abril The Killers en el Estadio Nacional. La banda estadounidense tocará nuevamente en Lima y presentará en vivo su más reciente producción Battle Born, además de agregar al set list viejos temas, ya clásicos, como Mr. Brightside, Somebody Told Me, When You Were Young, Read My Mind, Human, Spaceman, Bones, entre otros. Las entradas están a la venta en Punto Ticket.

FIESTA KILLERS | PHANTOM 40 | 39


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BEBe BEBe

Como parte de su gira por América Latina, María Nieves Rebolledo, más conocida como Bebe, llega a Lima para presentar su más reciente disco: Un pokito de rocanrol, además de hacer un repaso por sus trabajos anteriores, sobre todo las canciones de su exitoso álbum Pa fuera telarañas. La arrebatada Bebe, que conquista con esa voz rasposa y letras potentes y reivindicadoras, tocará en Lima el próximo 11 de abril en el C.C. Scencia de La Molina (Av. La Molina 1131-1135).


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