La Historia de José ADMINISTRACIÓN FINANCIERA
José
fue el undécimo hijo de los doce que tuvo Jacob. La madre de José fue Raquel. Jacob lo amaba más que sus otros hijos y ello produjo la envidia de sus hermanos. Los hermanos de José lo vendieron como esclavo.
Allí fue vendido y llevado a la casa de Potifar. Éste, al ver que José sabía leer y manejaba los números (enseñado por su padre), le confió la administración de su casa y se convirtió en la mano derecha de Potifar.
Los sueños del Faraón
Al cabo de dos años, el Faraón soñó que se encontraba a la orilla del Nilo, y del agua salían siete vacas gordas y hermosas que se pusieron a pacer en la orilla, pero entonces salieron del agua otras siete vacas, feas y flacas, que devoraron a las primeras.
El Faraón despertó, y al volver a dormirse soñó que de una caña de trigo brotaban siete espigas hermosas y llenas de grano, pero tras ellas brotaban otras siete espigas, vacías y quemadas por el viento del desierto, que devoraron a las primeras.
Interpretación de los sueños del Faraón "El sueño del Faraón es uno solo. Dios ha dado a conocer al Faraón lo que va a hacer. Las siete vacas hermosas son siete años, y las siete espigas hermosas son siete años de riqueza y abundancia. Las siete vacas flacas y malas que subían detrás de las otras son otros siete años, y las siete espigas secas y quemadas del viento solano son siete años de hambre.
Vendrán siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto
Y detrás de ellos vendrán siete años de escasez, que harán que se olvide toda la abundancia en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.
No se conocerá la abundancia en la tierra a causa de la escasez, porque ésta será muy grande.
La administraciĂłn financiera se centra en las decisiones monetarias que hacemos diariamente, asĂ mismo en las herramientas y anĂĄlisis que utilizamos para tomar esas decisiones.
Debemos ser sabios con nuestro dinero. Debemos ahorrar dinero, pero no atesorarlo. Podemos gastar el dinero, pero con discreciĂłn y control. No es malo ser rico, pero sĂ es malo el amar el dinero. No es malo el ser pobre, pero sĂ lo es el gastar el dinero en cosas triviales. Debemos ser sabios con nuestro dinero. Debemos ahorrar dinero, pero no atesorarlo.