Al arte venezolano tiene un antes y un después en la mítica figura de Armando Reverón. El reconocimiento a su obra y legado nos permite estar más cercanos a una representación estética de la creación plástica en Venezuela y a la vez reinvindicar a una figura que en vida fue subestimada y sublimada. Juan Calzadilla hace justicia al mostrarnos la magnificencia de la invención reveroniana, partiendo de El Castillete, espacio desde el cual nuestro amado Armando plasma toda su cosmovisión y pasión por Juanita y por la vida.