selecci贸n natural An谩lisis de la transformaci贸n de un cuerpo
Daril Fortis
Selección natural Análisis de la transformación de un cuerpo Colección Fuera de Serie Primera edición, mayo 2012 (CC) Daril Fortis (CC) 2012, Kodama Cartonera Tijuana, B.C., México http://kodamacartonera.tumblr.com http://www.facebook.com/kodama.cartonera Síguenos en Twitter: @KodamaCartonera Diseño y edición de la colección: Néstor Robles Diseño de cubiertas de la colección y logo Fuera de serie: Talia Pérez Logo Kodama: Careli Rojo, a partir de un personaje de Mononoke Hime creado por Hayao Miyazaki (Studio Ghibli, 1999). Los kodama son espíritus del bosque en la mitología japonesa. Su nombre puede signi car “eco”, “espíritu de árbol”, “bola pequeña” o “pequeño espíritu”. En la película de Miyazaki, los kodama sólo se mani estan cuando el bosque es puro y, al ser contaminado por el hombre, mueren y caen de los árboles como hojas fantasmas. Esta obra está protegida bajo una licencia Creative Commons AttributionNonCommercial-ShareAlike 2.5 México. Algunos derechos reservados. Hecho en impreso en Tijuana / Made in Tijuana
índice
Prólogo de Karla Martínez, 7
envolturas (2009) Extrañeza (III), 12 • Amarnos, 13 • Masoquismo dialéctico, 14 Muda dérmica, 15 • Asimetría, 16 • Apelación, 17 • La reverencia, 18 Envolturas, 19 • Intervalo, 20 • Revenimiento, 21 • Mandarina, 22 Amortajar, 23 • Neofobia, 24 • Cirro, 25
Diálogos para la resistencia (2010) Diálogo del abandono, 30 • Diálogo del pensamiento, 31 Diálogo de la elucubración, 32 • Diálogo del espacio, 33 Diálogo de la propiedad, 34 • Diálogo de tu muerte, 35 Diálogo de la fe, 36 • Diálogo de la masturbación, 37 Diálogo de la saciedad, 38 • Diálogo del beso, 39 Diálogo de la lluvia, 40 • Diálogo del orgasmo, 41 Diálogo del miedo, 42 • Diálogo de la composición, 43
el tercer cuerpo (2011) Proyeccionismo, 48 • Historia, 50 • Autoconciencia, 52 • Biutiful, 54 Desdicotomizando, 55 • Glori quemos, 56 • Generación híbrida, 57 Memoria, 58 • Experiencia multisensorial, 59 • Nuestra muerte, 60 Parafernalia del individualismo, 62 • Posnarcoterrorismo, 64 Inter-invasión, 66 • Neurosis, 67
A la realidad primaria, la materia que conforma el todo, a la incisi贸n bidireccional permanente.
And as natural selection works solely by and for the good of each being, all corporeal and mental endowments will tend to progress towards perfection. Charles Darwin On the origin of species
prólogo
A través de un discurso totalmente posmoderno, Daril Fortis nos lleva a redescubrir los laberintos del cuerpo, desde sus transformaciones, la encarnación, el placer, el dolor, sus múltiples mutaciones. Su poemario Selección natural. Análisis de la transformación de un cuerpo, que recopila poemas escritos de 2009 a 2011, desarrolla una suerte de imágenes fragmentadas en las que la lengua, los brazos, la boca, los ojos, etcétera, simbolizan la materia y el desvanecimiento. Siguiendo, quizá de manera inconsciente una de las premisas de Baudelaire que dice que el cuerpo mutilado se convierte en una imagen fundamental de la modernidad, Daril lo explora e intenta reconvertirlo en ese otro que se metamorfosea en la memoria. En “Envolturas”, primera parte del poemario, la soledad y la ausencia lo envuelven todo: los recuerdos, las reinvenciones, el vacío, la as xia, el malestar, todos esos signos de extrañeza que lo obligan a permanecer aún cuando la intención sea la huida. El lenguaje se vuelve tosco, directo, no otorga concesión alguna. El poeta trata de doblegar al dolor sin que ambos lleguen a una tregua, por ello las materias viscosas del cuerpo emanan incontrolables, formando una envoltura. 7
En la segunda parte, “Diálogos para la resistencia”, la desaparición, la desarticulación de ese cuerpo anhelado está presente y convierte el deseo en rechazo. El universo confabula para que el olvido termine con lo que queda y los intentos de resurrección de lo que fue no basten. “El tercer cuerpo”, muestra la transgresión, la deshumanización del cuerpo en interconexiones imposibles de franquear. La crítica aguda hacia el contexto inicia en un fast forward de imágenes que forman una amalgama donde los asiáticos, la iglesia, los narcos, los seres futuristas y los bio-colectivos, convergen para demostrarnos quienes han generado el caos corporal, la globalización del ser. Así, con una unidad temática en la que la simbiosis: cuerpo, multiplicidad y recreación se conjugan, Daril Fortis logra un discurso que se dirige hacia una nueva identidad, una en la que el individuo se esfuma en la hibridez del mundo contemporáneo. Karla Martínez
envolturas (2009)
A mis genes. A los de ĂŠl. Fenecimiento purĂsimo: incombinados
Siento c贸mo cada d铆a los cuerpos parecen menos importantes, m谩s inertes, perecederos. C贸mo esas envolturas con el tiempo, desvanecen.
extra単eza (iii)
Extra単arte es enrarecerte. Colgarte artefactos inventados. Deformarte, reconstruirte, arruinarte. Extra単arte es eso: masticarte. Macerarte. Es triturarte. Ensalivarte. Tragarte.
12
amarnos
Debería costarnos un brazo, un ojo, la mitad de la lengua. Con el n único de no abaratarlo. Sabríamos quién daría su existencia, quién ofrecería literalmente su corazón.
13
masoquismo dialéctico
Me alcanza. Pero ese pensado, cerebral, ideático. Aquel invisible, sin hierros, fuego o estiletes. Ese de estoicismo púrpura. Aquel funcional, oculto, íntimo. En sueños, recuerdos y alucinaciones. Me alcanza. Ese solitario, de fantasmas, de lo incorpóreo, del ayer. Aquel macerado, me alcanza.
14
muda dérmica
Somos como víboras, realmente descamamos. Intercambiamos piel por recuerdos. Treintena de noches mitóticas. Cascarones invisibles. Trueque. Trozos de ti, alimentando parásitos.
15
asimetría
Premio de exquisitos sabores, verdugo con seco, tosco amargor. Creces dentro de algunos, rompiendo con indomable desenvolvimiento las carnes frágiles, pútridas que te recubren. Recompensa y martirio de pocos, monstruosidad del resto. Sustancia benévola, ayuda a vivir, en resaca solitaria, fenece.
16
apelación
Pagué al representante imaginario. Cobra ilusiones, futuro, recuerdos. El juicio no fue sencillo. Energúmeno juez vitalista. Pero lo logré. Pruebas de miseria irrefutable, testigos perfectos. Cada cual vomitó lo que debía. Color preciso, textura, aroma. Trozos parcialmente digeridos. Todo. He reducido mi sentencia de vida. El vacío rmó sobre mi nombre.
17
la reverencia
Por eso los ori cios reducidos, la tumescencia, la expansi贸n, el agrandamiento sangu铆neo. Por el dolor, por el placer. Por eso la as xia, el maceramiento.
18
envolturas
No logro vomitar mi malestar. Se adhiere con fuerza taumatúrgica a mi mucosa. Posee garras numerosas y minúsculas. Dientecillos como ganchos a lados. Intento agredirlo. Golpeo mi cuerpo, lo obligo en vano a formular arcadas. Ahora es parte de mí. No sé si existe porque lo siento, o si mi existencia la otorga su acción dolorosa. Se esparce. Parece invencible. Metastático. Envuelve mi carne. Comenzó encerrándome dentro de sí. He logrado surgir por vías alternas. Proliferar. Ahora lo encierro. No logro vomitar mi malestar. He conseguido envolver su carne, sus huesos.
19
intervalo
Envejecemos cual acto gratuito. Nos descompone, desmorona nuestros ojos. Desgaste impĂĄvido, carcome a tranquilidad. Demostrarnos la ecuanimidad poderosĂsima, el mayor peligro.
20
revenimiento
Me sorprendo degustando olor putrefacción. Partículas de carne descompuesta, a mi sistema, acarician el bulbo, se mezclan. Me sorprendo, carga morbosa, disfrute masoquista. Estimula recuerdos, huesecillos cubiertos, larvas hambrientas, efímeras. Me sorprendo, observo morfología viscosa, estrictamente terrestre. Me sorprendo regocijado, penetrando carne con la lengua. Me sorprendo satisfecho, lo necesario, fabricarlas.
21
mandarina
¿Incompleto? Incompleto. Carente, amores memorias. Tortuosos, felices. Pasados. Ti. Viviéndote. Reproduciéndose in nitamente. Rebobinación. 360. Ahí, desnaturalizarse.
22
amortajar
Uno aprende de cuerpos en movimiento, de los inertes, de los incompletos. Uno aprende tanto. Todo cuerpo ense単a. Penetradlos.
23
neofobia
Uno termina siendo la imaginaci贸n perfect铆sima del otro. La realidad del cuento no sucedido, el beso inm贸vil en los labios de la estatua. Uno termina con la sustancia en los ojos, con el llanto en los cabellos. Con el mundo entre los dientes.
24
cirro
Me encuentro llorando, baĂąado por la luz amarilla del dĂa, besado apenas por el susurro de los ĂĄrboles. El nudo dentro del costillar semeja el deseo alcanzable. Estar solo no constituye el abandono.
25
Diรกlogos para la resistencia (2010)
A la dualidad de mis amados seres. A la propia. A la nuestra.
Yo creo que tengo que decirlo aunque sea fatal. Es justo que uno le diga a un hombre cómo ha vivido, si lo quiere. […] Sabés, es la única manera de hacerlos irse antes de empezar a querer a otro hombre, la única manera de que pasen al otro lado de la puerta y nos dejen a los dos solos en la pieza. Julio Cortázar Rayuela
diálogo del abandono
Cuéntame quién lo ha hecho. ¿Quién ha descontinuado la solución de las esferas benditas? Escurre el cristal líquido, se derrama la miel de su interior. ¿Quién ha osado, quién ha quebrado tus ojos? ¿Quién se ha atrevido a fragmentarlos, a no envenenarse apaciblemente con su llanto?
30
diálogo del pensamiento
Dentro. La cualidad aromática hace de ellos expansores indetenibles, estiran los cuerpos, los rompen. Nos duelen los pensamientos, porque se meten en los intersticios. Entre. Y. Entre. Ahí donde el espacio es libre, dueño de sus campos.
31
diálogo de la elucubración
Imposible vivir con el pensamiento en la mano. Imposible con él entre los dientes o cruzando el umbral de los ojos. Imposible con él pintado detrás de los párpados. Intentar vivir con el pensamiento en la sangre, imposible que bese el corazón sin estremecerlo.
32
diálogo del espacio
La disponibilidad del universo pareciera absoluta. Siempre ahí, tan dispuesto, tan habitable, pareciera mezclarse con nosotros, con nuestras corporalidades, con nuestros pensamientos. Pero él es individualista, por su magnitud es que nos traspasa, no por el deseo de estrecharse a nuestra materia, es tan alcanzable porque todo lo ocupa y su misión expansiva es separarnos tanto, tanto, que casi no existamos.
33
diálogo de la propiedad
Por eso los ori cios reducidos. Por la custodia del universo. Nuestros tractos no son nuestros. Son espacios libres que se encapricharon, que nacieron independientes entre nuestra carne. Son el universo, tan libres, tan habitables. No es nuestro derecho decidir sobre su destino, sobre su ocupación o vaciamiento permanentes. ¡No son nuestros! Evitarlo sería pretender eliminar las estrellas, jamás lo lograremos, permaneceremos siempre con los intersticios.
34
diálogo de tu muerte
Experimentar la morbosidad del cadáver, la pérdida del asco, la ausencia del amor por lo vivo. Ensayar el cuerpo acartonado y amado. Tocarte sin vida y aún así querer besarte, quebrarme en el deseo de la penetración, llorarte en los ojos, ensalivar tu lengua dormida. Olfatearte, olerte hasta que desaparezcas.
35
diálogo de la fe
No caeré en el cliché del amor incondicional. No amaré la totalidad del ser imperfecto, del perverso y tierno, del entregado, del débil. No amaré sus errores y sus aciertos. No entraré en el círculo de los adoradores del humano, no me conformo con la imperfección mortal. Buscaré un semidios. ¡No! No uno de ellos, algo superior: un dios exclusivo. Mío.
36
diálogo de la masturbación
Existen feladores en los muros. Los rostros sorprendidos nunca se esconden, ofrecen una corriente de saliva partida, ofrendan millones de trozos energéticos. Los feladores están en las paredes con sus ojos de viga, con la boca abiertísima, la forma exacta, con el aliento retenido. Secuestrado para escupirlo al dildo, soplarle y electrocutarlo.
37
diálogo de la saciedad
¿Cómo decirle a tus ojos que no los soporto? Que la vida los ha convertido en estrellas ardientes que queman los míos, que encienden la piel. Que la hacen desmoronarse en gotas de fuego y ceniza. ¿Cómo decirle a tus ojos que ya no soporto su intenso brillo? ¿Cómo decirles que no puedo con ellos? Que me duelen los pies, las pestañas. ¿Cómo decirle a tus ojos que son un par de esferas de amor que ya no necesito?
38
diálogo del beso
Cortemos las cabezas de las palabras que sucumban al lo de los labios. Observemos su muerte instantánea veamos el hilo de cadáveres que se desliza por las bocas. Y en un acto devótico intentemos limpiar la podredumbre del otro, intentemos detener el río de muertos hagamos de nuestra lengua una presa furiosa.
39
diálogo de la lluvia
Mañana lloverá en las escaleras azules, lloverá tan copiosamente que el agua pintará su rostro, arrancará con sus dientes el azul del pasamanos, de los pies, de las huellas olvidadas. Mañana se formará una cascada marina, una avalancha de copos, de diamantes. Mañana llorará tan grotescamente la nube que trozos de sus ojos tocarán los nuestros.
40
di谩logo del orgasmo
Digamos que hemos muerto y que esta sensaci贸n al penetrarnos son los intentos in煤tiles de resucitaci贸n.
41
diálogo del miedo
El miedo es agua, es líquido cristalino, insípido. El miedo es viento, es su mano invisible sacudiendo las hojas. El miedo es silencio, el ruido compuesto por el callar del mundo. El miedo es el sonido del día y la noche, el sonido improducido, el chasquido diminuto y monstruoso de las hormigas. De sus zapatos cuando caminan. El miedo de la vida.
42
diálogo de la composición
Antes de que me desames, desarma. Descompone la corporalidad que mis piezas son divinas, lo imperfecto está en la hechura. Lo perverso en el grito del orgasmo femenino. En el coito, en la fusión azárica del azúcar.
43
el tercer cuerpo (2011)
A mis hermanos intransigentes. Individuos que me enseĂąaron la colectividad. HĂbridos, inter-injertos.
Cela veut dire que mon corps est fait de la même chair que le monde (c’est un perçu), et que de plus cette chair de mon corps est participée par le monde, il la re ète, il empiète sur elle et elle empiète sur lui (le senti à la fois comble de subjectivité et comble de matérialité), ils sont dans rapport de transgression ou d’enjambement. Maurice Merleau-Ponty Le visible et l’invisible.
proyeccionismo
Buscamos y encontraremos a nuestros adoradores. A los adoradores ciegos de nuestros ojos deslavados, de las cicatrices queloides, de nuestras peculiaridades salvajes. Encontraremos a los adoradores de nuestra imperfección. A los profetas de nuestras debilidades. Nos rodearemos de devotos de nuestras obsesiones. Existirán coros que entonen nuestras ideas hilarantes. Los creyentes morderán nuestro cuerpo y beberán la sangre que derramemos durante nuestros días. Y nuestros eternizadores pronunciarán el nombre. Exijimos nuestra cruci xión amorosa, nuestra pasión polvorienta, ordenamos se nos entierre bajo una enorme roca gris. Pedimos nos nieguen, juren en vano nuestro nombre, rogamos porque desdeñen la vida, por una diatriba preciosa. Que se derrame nuestra sangre sobre los incontables ojos abiertos, sobre las numerosas bocas, que se derrame sobre los pocos cráneos horadados. Que nos resuciten con sus gritos, con su negación a la naturaleza, 48
que levanten nuestros cuerpos hinchados por sus lรกgrimas calizas. Que nos resuciten cada n de mundo bajo su lengua. Y seremos sus adoradores, adoradores de sus ojos deslavados, de sus cicatrices queloides, de sus peculiaridades salvajes.
49
historia
Al pronunciarte te toco. Toco tu cuerpo, tu nombre, tu imagen, toco tu inexistencia en la mente de millones. Cuán poderosa es la voz, cuánto poder puede encapsularse en las palabras, cuántas mentes citadas. Porque cuando digo: Hombre, se desprenden de los cuerpos millones de representaciones simbólicas, millones de hombres dismorfes, que se aglutinan en mis labios, en mi lengua que se contrae y relaja. Y cuando digo corazón, secuestro a los corazones del mundo, entre mis manos imaginarias, los aprieto, los junto creo un corazón con miles de latidos, un corazón arrítmico, condenado a una vida de muertes espontáneas, resucitaciones súbitas. Y cuando nuestras palabras sean erráticas o inconclusas, excitaremos símbolos quiméricos, de ojos inacabados, 50
de pies mutilados por nuestra lengua, destrozados por nuestras dentelladas silentes.
51
autoconciencia
Siente tu mente como un cuerpo. Tu cuerpo como la mente. SiĂŠntela adentro. Dispersa. Los cables, los hilos mielĂnicos, los cordones de electrochoques azules. Sentir que somos uno. Saberlo. Conocer nuestra totalidad, conocer el cuerpo que movemos, entender los movimientos desde el pensamiento. Iones saliendo, entrando. Saliendo. Neuronas excitadas, neuronas de ojos blancos, neuronas en orgasmo. Pulpos del pensamiento que estallan en una niebla gris que sacude, se expande, que existe desde la carne, uye como bruma morada, se entremete por tus intersticios, te invade, te coloniza. 52
Mi voz coloniza tu cuerpo, llega, se asienta, te golpea, te da microgolpes, nanogolpes, testerea tus moléculas, las hace reír, les provoca cosquillas con sus nanolenguas rosadas, que lamen frenéticas sus enlaces, sus brazos de fuerzas de Van der Waals, sus puentes de hidrógeno, sus polaridades. Siente entonces cómo tus ojos cambian, tus pestañas, tus labios, tu sexo, cambian desde adentro, desde el intersticio, desde el microcorazón del mundo, del universo, de los universos que te forman, que chocan, se estrellan unos con otros, provocando in nitos big bangs, que se expanden para hacerte volátil, y dejarte la opción de otar, de volar dentro de este cuerpo, que llamamos cosmos.
53
biutiful
Los he visto otar. Son bellos, inmóviles pero hermosos. Soporosos del nes amarillos de ojos rasgados. Del nes vestidos de humanos, con bigotes ralos, de cabelleras lacias y oscuras. Del nes otando, mamíferos casi pensantes, bañados con la sal plateada del océano. Del nes con nombre y familia, del nes con deseos, sueños, del nes con historia. Del nes muertos por del nes. Del nes cadáveres sobre la orilla del ojo, coloreados de sol incipiente. Del nes fotografeados. Del nes con sangre invisible derramada. Cuerpos lisos as xiados por una mano inasequible. Del nes intoxicados por monóxido, del nes saturados por carbono, del nes asiáticos con ascendencia imperial, con manos de pólvora, del nes de órdenes rojas, de ensamblaje in nito y monótono.
54
desdicotomizando
Amputemos los sexos de los individuos. Hagamos de sus genitales, planicies lisas y secas. Construyamos un sexo neuronal, que las redes interconectadas, detonen el orgasmo telepรกtico, el coito intracraneal, los brincos, el ritmo, sexo-cerebral.
55
glorifiquemos
Agradezcamos la perversión del mundo. Santi quemos a los violadores, cantemos el nombre de pedó los. Que los espectaculares muestren los rostros sonrientes de asesinos. Realicemos certámenes entre sicarios, demos reconocimiento a los mejores ladrones, que la corrupción sea materia esencial en la educación. Glori quemos la maldad, el lado opaco de la existencia. Otorguémosle la justa importancia, para lograr el equilibrio.
56
generación híbrida
La eugenesia lascera nuestras espirales genéticas. Las desdobla, las vuelve jirones de azúcar e hidrógeno. Lastima la fuerza superviviente de lo natural. El purismo no funcionará más, la monotonía dérmica será el cataclismo del mundo. Ahora el híbrido es la nueva era, el ser humano superviviente será diversidad compacta, los ojos, la piel, la voz de millones de seres en uno. Las razas disolverán en el fosfato, amaneceremos libres y mezclados. Después, la animalia fusionará sus bases.
57
memoria La memoria brota de la carne, se fabrica por el músculo romántico, por la percepción del remodelaje sanguíneo. Los recuerdos nacen de la traducción de los ribosomas, de la construcción lírica de la proteína. La memoria es un cuchillo hecho de golpes. Es una habitación plástica, moldeable, colorida. Es un trozo de espacio sublimado, un cuarto con aire espeso de óleo. La memoria es la idealización del pasado, la magni cación de las escenas del mundo. Es la escultura de recuerdos alterados. La memoria es un trozo de presente, es una máquina del tiempo, un ambientalizador de entornos nebulosos. La memoria es la gargantilla de clavos que nos adora. Es anhelar los recuerdos ajenos, los domingos del abrazo humano, del reposo, los días de lluvia en los labios, de la sal derretida en las pestañas. La memoria es nuestro delirio de omnipotencia, es nuestro narrador omnisciente. La memoria es un montón de asociaciones sensoriales, es la verba-gra cación del cambio molecular, de la estructura dinámica, de las guras del tiempo. 58
experiencia multisensorial
Llegará el día en que los cuerpos serán múltiples en una mente única. Múltiples sexos, diversas especies. Receptores disímiles de un mismo centro neurálgico. Llegará el día en que seremos entes incorpóreos, entidades lumínicas que se desplacen por el espacio, chispas pensantes que alimenten su experiencia, desde variados cuerpos, siempre ajenos, nunca con el compromiso de permanencia. Una red de cuerpos codi cadores del mundo, cuerpos traductores de los estímulos externos, luces resolutoras, mezcladoras del todo, para la creación honesta de la divinidad.
59
nuestra muerte
La muerte es la socializaci贸n de la nitud. Es el modo inasequible del futuro, del devenir inaplazable. Hemos vivido en la muerte y con la muerte. Es el comienzo y recomienzo de la sensaci贸n corporal. La muerte tiene nuestros ojos, muerde con nuestra dentadura, y se lame los restos corporales con nuestra lengua. La muerte baila, camina, canta. La muerte siente que nuestro cuerpo es sobradero, que la carne nos estorba. Ella nos llevar谩 a los cielos, a los mantos celestes de in nitos colores. La muerte es conciencia oscura, es perfume de luz, es el grito de las plantas cuando se les arranca el suelo. Vamos a morirnos poquito. Sigamos gozando con esta muerte permanente. Disfruta tus altares internos, tus ofrendas viscerales, los cerebrales rezos de tu cabeza. Deja que la muerte cante desde tu cuerpo al mundo. Que exista, que se expanda cual perfume de luz, inunde los cuerpos vecinos, 60
las muertes se mezclen y formen un tejido, una muerte viva, vivĂsima y amorosa.
61
parafernalia del individualismo
Todos actuamos como si no existiera nuestro gemelo. Caminamos, hablamos, comemos, con la seguridad burda de la unicidad. Sabemos que nuestro idéntico ha muerto, que lo hemos asesinado ayer por la noche. Lo vimos a los ojos, y nos congeló un temor extraño. Un autotemor, el miedo de enfrentarnos, el terrorismo del suicidio y agelo. Aún lo matamos. Le quitamos la continuidad a ese cuello, separamos la cabeza del cuerpo. Los alejamos uno del otro, ordenamos no debían buscarse, alimentamos el odio mutuo. Acariciamos sus partes más sensibles, para proyectarles con anza y credibilidad. Ahora crecen. 62
De ese cuello con cabeza, emergen clavículas, omóplatos, brazos, abdomen, sexo, piernas. Mientras, el cuerpo desarrolla las vértebras cervicales, la quijada, los dientes, el cráneo, el cerebro, la lengua, los ojos. Se van construyendo en una suerte de mutación instantánea. Se completan y se buscan. Se buscan a pesar de las instrucciones, se buscan por el odio que hemos implantado en su biología. Se buscan para cortarse las cabezas y recomenzar, para perderse en este ciclo, en este ocho interminable, en esta multiplicación matruzkiana.
63
posnarcoterrorismo
Somos nosotros. Somos las malas compañías, los niños de los que te alejaron tus padres. Somos los infantes olvidados por el pensamiento de la urbe. Somos los cuerpos decapitados, los cuellos lascerados por los cordones que nos as xiaron. Somos los cráneos oradados por las balas de tus ojos. Somos el producto del mercantilismo, los zombies del crecimiento económico. Somos el platillo mexicano hecho hombre. Somos las manos, el dedo que ajusta el gatillo. Somos la desesperación del mundo en papeles verdes. Somos los niños sin letras, las madres y esposas que soportan, que nos portan. Somos la incredulidad del día. Somos los machos, los peleoneros. Somos los niños de blanco con el juramento escapando por las yemas. Somos la corrupción con nombres y cargos. Somos el feto del deseo mal logrado. Somos los sicarios enjutos y marginados. Somos la sociedad esquizofrénica. 64
Somos los mor smos de la muerte nueva. Somos los cuerpos fragmentados las mentes acribrilladas por el miedo. Somos el tercer cuerpo mutilado. Somos el simbolismo hecho pedazos.
65
inter-invasión
La manipulación corporal desde la voz, cuerpos moviendo cuerpos. Ondas cárnicas sostenidas por el aire. Intensión invasiva. Tener el objetivo claro de invadir, de autotransportarnos hasta el otro y colonizarlo. Inevitable la intensión invasiva fracasada (nula) la resistencia del otro. Saber que es imposible resistirse al mundo, a los otros, a los invasores que lo dominan todo. Saber que la transformación individual no existe, que somos la humanidad celulada, saber que el neo-modelado de nuestra plasticidad neuronal transforma la totalidad humana. Somos una base nitrogenada que lleva información nueva, mutada, a traducirse para transformar la sustancia del tejido bio-colectivo.
66
neurosis
Poco a poco se nos desprende la cordura, se vaporiza del cuerpo como las gotas de miel que las nubes escupen, huye por la iluminada ventana, por ese rectángulo perfectísimo de mármol. Nos empapamos de locura capilarmente. Se nos derraman los mares contenidos en las pestañas, y las ovaciones del pulmón izquierdo brotan como carcajadas húmedas. Nos envolvemos en cabellos de pensamiento, en la mugre de la mente. Nuestro esbozo de fe desvanece en el delirio de las guras, juntos nos dormimos cubiertos por las sombras de tinta.
67
Selecciรณn natural. Anรกlisis de la transformaciรณn de un cuerpo, de Daril Fortis, se imprimiรณ en mayo de 2012 bajo la Colecciรณn Fuera de serie de Kodama Cartonera, en Tijuana, Baja California.