K-NOISE #1

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Análisis de la narrativa visual / sonora del harsh noise

Resumen: Este ensayo se basa en un análisis a la violencia presente en la música noise (harsh noise) desde su enfoque sonoro, visual y performativo con la finalidad de evidenciar la integración / replicación de este tipo de conductas en lo cultural y social del ser humano, generando un mercado especializado para su consumo como forma de entretenimiento en la vida cotidiana; además, se busca explicar la insensibilización de la sociedad ante este tipo de contenidos y cómo se resta importancia a la problemática de la violencia sistematizada. Palabras clave: harsh noise, noise, violencia, música, cultura

Abstract: This essay is based on an analysis of the violence presented in noise music (harsh noise) from his sound, visual and performative approach in order to demonstrate the integration / replication of this type of violence in the culture and society of human beings, generating a specialized market for consume as a form of entertainment in everyday life. In addition, it seeks to explain the insensibility of society on this type of content and how is less importance is placed on the problem of systematized violence. Keywords: harsh noise, noise, violence, music, culture


HISTORIA El noise, una música underground hecha a través de una amalgama de retroalimentación, distorsión y efectos electrónicos, surgió por primera vez como un género en la década de 1980, circulando en cintas de cassette intercambiadas entre fanáticos en Japón, Europa y América del Norte. Con su oscuridad cultivada, un sonido que rompe los oídos y actuaciones exageradas, el noise ha capturado la imaginación de un público transnacional pequeño pero apasionado. Para sus oyentes dispersos, el ruido siempre parece ser nuevo y provenir de otro lugar: en América del Norte, se llamaba "Japanoise". ¿Pero el ruido realmente pertenece a Japón? ¿Es incluso música en absoluto? ¿Y por qué el noise se ha convertido en una metáfora tan convincente de las complejidades de la globalización y los medios participativos en el cambio de milenio? Durante las últimas dos décadas del siglo XX el noise se convirtió en un discurso musical con grabaciones, performances, ideologías sociales y afinidades interculturales. Conectó una red espacial y culturalmente diversa de músicos y se materializó a través de las experiencias afectivas de los oyentes. El ruido también está conectado a muchas historias contemporáneas de forma e ideología estética, especialmente nuevos estilos de música electrónica, experimental y underground. En resumen, el ruido se ha convertido en un tipo de música; pero, que sigue siendo diferente en cuanto a su circulación ya sea como 'noise' y 'japanoise'. (Novak, 2013: 5) El noise siempre ha estado en el centro del ámbito underground, hablando en términos de ambos géneros (noise / japanoise) y los recursos más nebulosos de noise conceptual. Junto con los principios de las improvisaciones, la organización y la política ajenas al mainstream. Se le ve al artista de noise como creador de marginalidad y turbulencia siendo punto clave para el género, los músicos y pensadores clandestinos. El ruido denota una desviación de la norma convencional en la música y se refleja en la mayor parte del contexto y sus creaciones. Como tal, es de esperar que las formas del underground desplieguen el noise de manera que los separe de la corriente principal más pulida y "musical". Al desarrollarse en conjunto con las interacciones más arduas del underground se volvió su núcleo en la década de 1970; sin embargo, el noise realmente se consolidó como género a fines de la


década de 1970 y principios de 1980 con actos como Whitehouse, Hijokaidan o Maurizio Bianchi. (Graham, 2016: 169). El noise proporcionó las bases para que los subgéneros se multipliquen como conejos. Descripciones como esta no tienen en cuenta la sutileza y los matices que muestran muchos ejemplos del género y hay mucho más en juego en el Harsh Noise que la agresión reaccionaria o simplemente tratar de hacer que un oyente se sienta lo más incómodo posible. Sin embargo, debe reconocerse que el noise hace lo que dice en la descripción. Se basa en ruidos y sonidos gigantescamente viciosos, casi primitivos, que pulverizan al oyente para que se someta permanentemente o los hace luchar frenéticamente por el interruptor de apagado. Imagina el sonido más desagradable que puedas: uñas en una pizarra, el chillido de un gato peleando, un niño de cinco años llorando; el Harsh Noise está ahí para unirlo. El género se asimila como un incendio forestal imposible de apagar en Japón y Corea del sur siendo sus mayores defensores. Resultó que el noise estaba lejos del final del juego de la inaccesible disonancia remota y apareció el harsh noise wall, eliminando incluso la estructura de la dinámica y la variación creando "muros" monolíticos e inmutables de ruido puro e inquebrantable que te golpea la cabeza durante más de treinta minutos. (SALIENT, 2015)

NARRATIVA VISUAL El noise como algunos otros géneros musicales un poco alejados de este (grind, black metal, etc.) se caracteriza principalmente por tener una estética un tanto particular, se vale de emplear una narrativa orientada a la violencia visual para complementar la agresividad en la parte auditiva de su discurso. En primera instancia al adentrarnos al mundo de harsh noise podemos encontrar portadas con personas sin vida las cuales murieron de formas no ‘naturales’ y atroces, contenido orientado al sexo / erotismo complementado con filias y la dominación / humillación del otro como la pornografía o el snuff, inclusive es muy es normal presenciar fotografías sobre asesinatos, en pocas palabras, podemos encontrar contenidos que serían fáciles de consumir hace algunos años en la deep web o alguna página especializada; pero, gracias


a la normalización de este tipo de elementos en nuestra vida diaria y la manera de consumir en internet se han vuelto menos ajenos a ese mundo, están a nuestro alcance con tan sólo unos clicks y minutos invertidos para dar con una ‘mina de oro’ para poder hacer una portada de noise. De comienzo podemos ver que toda esta violencia está orientada y plasmada a través del cuerpo femenino, reproduciendo la conducta sistematizada como lo plantea Rita Segato en Las estructuras elementales de la violencia (2003) donde nos explica que “en el último grado de la barbarie patriarcal, se revela el esqueleto mismo del sistema” donde “el cuerpo genérico de la mujer se reduce para adherirse definitivamente a la función de objeto destinado al consumo en la construcción de la masculinidad”. Bajo esta idea podemos entender que la escena del noise aplica este supuesto para reforzar las conductas masculinas dentro de su barbarie patriarcal, aquellas que nos han sido implantadas con el paso del tiempo y terminan siendo un desahogo mediante la dominio, humillación y la ‘conquista’ de un territorio sobre otros, como el mandato de violación -violación cruenta- que explica Segato como “cometida en el anonimato de las calles, por personas desconocidas y anónimas… el acto se realiza por medio de la fuerza o la amenaza de su uso”. Este tipo de violencia está tan arraigada que dentro de la institución que representa la familia se ve como ‘normal’ el maltrato doméstico y el abuso sexual hacia la mujer por el simple hecho de ser la esposa y que debe cumplir ese rol, de satisfacer al otro a toda costa sin importar las circunstancias. Es por esta razón que las estadísticas arrojan cifras altamente excesivas en los crímenes perpetrados por hombres en nuestra sociedad mientras que los cometidos por mujeres son irrelevantes ante los del sistema patriarcal. Por otra parte, dentro esta escena es poco común encontrar proyectos que estén liderados o conformados por mujeres mientras los pocos que hay intentan erradicar este tipo de violencia mediante su estética como Margaret Chardiet de Pharmakon que con el arte de sus álbumes busca generar un concepto artístico sin tener la necesidad de mostrar cuerpos sin vida. Considero que el noise se ha estigmatizado con el paso de los años en la manera de hacerlo lucir para generar un discurso que logre llenar de


satisfacción las necesidades de poder de los nuevos amantes de esta corriente, en contraparte para sustentar este argumento basta comparar las portadas de la primera ola de artistas que comenzaron el género como Merzbow o Hanatarash, pues, no se valían de una gráfica atroz para darle un peso a su discurso sonoro; su música contenía toda la carga de ser agresiva por sí misma y la portada simplemente era un acompañamiento para darle “identidad” a su producción, esto se podría interpretar como que en sus comienzos el noise tenía una orientación sonora más cuidada por parte de sus creadores denotando un mayor enfoque en la cuestión auditiva, hoy día algunos de esos álbumes clásicos han sido reproducidos por disqueras importantes editando versiones de aniversario en vinilos / cassette como el caso de Merzbow con su ‘Pulse Demon’, inclusive el propio Merzbow por su enfoque musical le ha permitido estar en discográficas que en sus filas contienen habitualmente proyectos de metal; cuestión que en la nueva oleada del noise no he presenciado. Sin afán de demeritar el noise contemporáneo en ocasiones llega a ser flojo en su composición por cuidar más su imagen, es habitual encontrar ‘canciones’ que son más una improvisación de 10, 20 o 60 minutos donde lo único que sucede es una estática constante con distintos niveles de frecuencia / volúmenes que se acompaña con metales, gritos o más estática, en ese caso lo único relevante o lo que causa impacto es la portada del álbum, se vuelve tedioso que no suceda nada llamativo en la parte sonora, muchos son los casos y basta para muestra entrar a la plataforma de streaming Bandcamp e indagar un poco sobre los nuevos lanzamientos de harsh noise, entre sí son similares, monótonos y nada interesantes. Se podría explicar bajo el precepto de una ideología como lo plantea Adrianus van Dijk siendo “la base de la memoria social compartida por grupos” (van Dijk, 2003: 23), estas ideologías se convierten en un discurso de masas en las sociedades que son gestadas / replicadas como lo propone Roland Barthes, para el semiólogo, “la sociedad de masas tiende siempre a estereotiparse en torno a sentidos definidos, nombrados, separados” (Barthes, 2003: 431) entendiéndose como una serie de símbolos acumulados en la sociedad que gracias a la cultura están implícitos en nuestro día a día como una manera de


comportarse -definidos y separados de otros- y son implantados a la colectividad como una ideología ‘verdadera’ para quienes así lo quieran creer. Estos discursos también funcionan como una crítica social ante su estructura, van Dijk lo estipula de la siguiente manera: “los discursos focalizan la atención en el análisis de las ideologías o en el uso por parte del poder del lenguaje como medio para consolidar sus posiciones de dominio” (Van Dijk, 2000 en de Moragas Spá, 2011: 116). Así sucede en el mundo de la música ante cualquier colectividad como ha sucedido en anteriores ocasiones: algo se convierte en tendencia y surge una cantidad exacerbada de artistas en esa corriente que se viste / actúa de determinada manera, como el metal que el estereotipo clásico es ser rudo, tener el cabello largo y portar una chaqueta de cuero. Para el harsh noise de la nueva ola es el caso, un estereotipo burdo que pretende ser apocalíptico en su estética por ir en contra del mainstream (lo comercial) ejerciendo su poder al ser un género radical / extremo por sí mismo.

Ejemplo 1: Portadas de álbumes ‘clásicos’ del harsh noise. De izquierda a derecha: Merzbow – Pulse of Demon, Hanatarash – Hanatarash y Ramleh – Be Careful What You Wish For.

Ejemplo 2: Portadas de álbumes en la nueva ola del harsh noise. De izquierda a derecha: Ogre – Vile y OVMN – Severly Atomized Stress.


La estética del noise también trasciende a otro plano, se abalanza hacia las publicaciones editoriales como libros o fanzines de carácter autogestivos, este tipo de ‘mercancía’ se emplea para complementar la experiencia sonora. Nuevamente se toma el aspecto de la violencia como temática principal para mostrar la crudeza del ser humano, la mayoría de fanzines que circulan son para darle un peso al ‘arte’ del álbum, se pueden encontrar fotografías y collages dentro de estos; pero, no trascienden más allá en su contenido ya que sólo son para generar morbo desde mi punto de vista porque se muestra en ellos pornografía, tortura sexual o asesinatos sin sentido alguno; sin embargo, considero que en las publicaciones editoriales sí se justifica este recurso la mayoría de los casos ya que hay una línea a seguir dentro de su estructura. Ejemplo de ello es Peter Sotos, un escritor / músico estadounidense que ha publicado una serie de álbumes y libros orientados a lo policiaco para analizar contenidos fotográficos llenos de brutalidad humana, testimonios sobre asesinos, violadores o algunas víctimas de abuso sexual (principalmente menores de edad -niños pequeños-) para generar collages sonoros / gráficos; con estos recursos el autor realiza una crítica bastante cruda hacía el declive de lo sociocultural que está muy presente en la actualidad gracias a la creación de un mercado sobre la muerte y la violencia como consumo de entretenimiento (como en la identidad del noise) lo cual ha permitido una insensibilización ante este tipo de situaciones intentando aminorarlas. Sotos también ha llevado a cabo análisis acerca de la pornografía y la violencia que está inmensa en ella, además de analizar la pornografía infantil socialmente aceptada en ese mundo y algunos programas de televisión como To Catch a Predator. Peter Sotos logra su objetivo de manera concisa desde mi punto de vista tanto en lo visual como sonoro, las expresiones que realiza la audiencia que ha consumido su trabajo son negativas en la mayoría de los casos y no porque sea malo, simplemente sucede que es demasiado explícito o realista en lo que hace y no debería ser lo contrario, la deshumanización del ser con sus semejantes ha alcanzado niveles altamente excesivos con el paso del tiempo; cada vez es menos impresionante lo que vemos pues esta cuestión ha llegado hasta las entrañas de nuestra cultura y por ende en la manera que nos comportamos.


Lo que antiguamente era política y moralmente incorrecto ahora se ha convertido en cosa de todos los días, como podemos concebirlo en los periódicos y noticieros sensacionalistas con portadas manchadas de sangre, inclusive en internet como mencioné con anterioridad.

Ejemplo 3: Imágenes tomadas ‘Pure 2’ (revista de Peter Sotos), la primera se trata de un collage donde la temática principal es la desaparición de infantes que posteriormente fueron asesinados; la segunda imagen es una fotografía del cuerpo sin vida de uno de ellos.

Ejemplo 4: Opinión del sitio ‘Rate Your Music’ sobre el álbum Buyers Market de Peter Sotos donde se escuchan testimonios de victimas de abuso sexual (menores de edad en su mayoría).


NARRATIVA SONORA El noise se caracteriza musicalmente por volúmenes altos, la saturación del espectro de frecuencia (que tiende al ruido blanco), distorsión sonora hasta un punto extremo, la generación de estática implementando feedback, así como el concepto de perturbación e interrupción en sus sonidos, además de una calidad deficiente en su forma de composición, gesto y técnica. Las palabras generalmente están presentes sólo en forma de títulos y nombres de artistas / bandas o como gritos dentro de las improvisaciones hechos por los músicos. El uso de instrumentos no musicales y de instrumentos electrónicos tanto análogos como digitales es común, al igual que las guitarras con pedales de distorsión. En los últimos años, las sofisticadas plataformas de estaciones de trabajo de audio digital se han vuelto comunes en el noise, aunque muchos defensores del género eliminan los métodos más antiguos de distorsión y procesamiento sonoro, pedales baratos con efectos como fuzz, delay o reverberación. (Graham, 2016: 170). Mucho del noise clásico se caracteriza por ser extenso en su duración, depende mucho del enfoque que el artista / proyecto le quiera brindar a sus composiciones y la trascendencia se busque obtener. Podemos encontrar un sin fin de texturas dentro de esta música, temas que van desde los 8 segundos (muy presentes en el Japanoise) hasta 60 minutos de duración. El hecho de que esté construido a base de una improvisación es que le permite a su creador darse la libertad de experimentar con lo que tiene a su alcance / entorno para poder sentar las bases de sus ideas y ponerlas en práctica, desde mi punto de vista al permitir inventar bajo estas condiciones se da la posibilidad de desencadenar y liberar una cuestión emocional / corporal que se ve reflejada en la agresividad de las capas de ruido que componen alguna canción. Sin la presencia de ruido no existiría la música y viceversa; sin embargo, esto puede representar una amenaza para lo que culturalmente conocemos como armonioso pues “el condicionamiento social resulta así clave para definir lo que es o no es ruido” (Méndez, 2016). Entendiendo el noise como cualquier otra melodía en palabras de J. Attali (1977: 29) se analiza a “la música como la multitud, a la vez amenazadora y fuente necesaria de legitimidad, riesgo que todo poder debe correr tratando de


canalizarla” por ende podemos complementar lo propuesto por Méndez en la participación social del ruido como un “desorden perceptivo, de conflicto sensorial, y a una cierta experiencia de angustia o violencia tan individual como colectiva, tan acústica como política”. Mi perspectiva se debe a que gracias a la cultura de masas generada por los medios de comunicación y las TIC’s se ha encargado de propiciar la circulación de prácticas inhumanas con los discurso que generamos dentro del mercado de muerte / violencia visual del que hablaba, las prácticas cada vez más inhumanas son parte de nuestra cultura, de nuestros comportamientos, la insensibilización está más presente; no concibo a la sociedad actual sin violencia en cada acción que ejecutamos pues ya ni siquiera se trata de una violencia instintiva sino es una violencia parasitaria en nuestro sistema sociocultural. Por otra parte, dentro del noise es más común hoy en día escuchar el recurso de los samples (muestra o fragmentos de un audio) para enriquecer la narrativa sonora, retomando el álbum Buyers Market de Peter Sotos puede ser el ejemplo más claro ya que únicamente son fragmentos de voz con una mínima atmósfera de fondo creada por la grabación misma. En otros casos el uso de este recurso va más allá y son incluidos audios de personas teniendo relaciones sexuales en condiciones extremas, pornografía, testimonios de alguna víctima de abuso sexual, asesinos o enfermos mentales con la finalidad de hacer más cruda su violencia sonora. Un ejemplo de esto es el álbum Some of the Girls I've Fucked del proyecto Filthy Fuck que a partir de collages auditivos de chicas que están siendo violadas o torturadas sexualmente a través del BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) crea una atmósfera estremecedora y bochornosa hasta cierto punto porque la estática pasa a segundo plano mientras que los gemidos son el factor principal, la mayoría de estos son de dolor y angustia. Este material discográfico es posible de ser catalogado a la perfección como el “masoquismo auditivo” que Adorno nos plantea para aseverar que, aunque evitemos las conductas violentas de nuestro entorno también nos gusta consumirlas por la sensación de desagrado que nos genera.


Ejemplo 5: Portada de Some of the Girls I’ve Fucked de Filthy Fuck

La posibilidad de fusionar este tipo de materiales auditivos no busca otra cosa más que denotar una humillación sobre el otro ejerciendo poder, podría funcionar como una especie de crítica a nuestra sociedad, pero es todo lo contrario. Se expone como un espectáculo y nuevamente la violencia se integra a nuestra cotidianidad.

PERFORMATIVIDAD Como se ha mencionado en apartados anteriores el noise se ha caracterizado por ser agresivo / extremo en cualquier ámbito que se desarrolle y busca reinventarse en la medida que le es posible a cada proyecto / artista que nace en ese universo; la performativa es el espacio idóneo para lograr este avance y combinar las bases del género sin perder el hilo conductor. El cuerpo es quien resiente los estragos de la estática y las toneladas de volumen, las emociones de quien crea, los abusos o bienestares de convivir en sociedad, las cosas suelen traspasar los niveles de lo que es o no moralmente aceptable con una destrucción a su paso, ya sea de uno mismo o de nuestro entorno. El lenguaje corporal es imprescindible dentro de cualquier universo musical, sobrepasando las palabras esto es lo que más importa para comunicar hacia los demás nuestras intenciones con el entorno físico. Paloma Santiago lo


menciona en De la expresión corporal a la comunicación interpersonal (1985) definiendo la expresión corporal como “el espacio donde el hombre se manifiesta consigo mismo, con los otros y con el mundo que lo rodea”. El performance del noise desde mi punto de vista está destinado a un enfoque apocalíptico (desde Umberto Eco) y de negación por no querer pertenecer al discurso de masas con la finalidad de visibilizar la falta de atención ante ciertas problemáticas emocionales y sociales en la cultura, en ocasiones la performativa presentó tendencias de ‘anarquismo’ pues en la escena de japón en las décadas de 1980 y 1990 estaba repleta de asistentes que pertenecían a la cultura punk siguiendo el estereotipo que este arrastra; es decir, el de ir en contra de todo y destruir lo que al capitalismo le pertenece, agrupaciones como Hanatarash eran los reyes de la performativa en su circuito dando resultado múltiples presentaciones memorables para quienes tuvieron la fortuna de permanecer además de que en Japón la escena del noise era de las más propositivas y lúcidas, con esto el dúo consiguió que fueran vetados de los venues locales por la extremidad que estos alcanzaban y a la par optaron por hacer que quienes fueran a sus shows firmaran una forma donde se deslindaba a la agrupación de cualquier daño que sus acciones pudieran ocasionarles, para los aficionados era un deleite visual, otros sólo lo veían como una serie de acciones sin chiste y para el resto (a quienes les generaba temor) preferían abandonar el lugar pues corría en riesgo su integridad.

Ejemplo 6: Hanatarash en su presentación más legendaria, Yamataka Eye sobre un bulldozer destruyendo el escenario, el público expectante y finalmente los estragos de aquel show.


No era para menos huir o emocionarse, resulta poco cotidiano ver a un hombre demoler una pared y todo a su paso con un bulldozer sobre un recinto que era dedicado para presentaciones musicales ni siquiera que cortaran a un gato muerto por la mitad con una sierra mientras vidrios rotos llovían hacía el público, ese era el encanto de Yamantaka Eye (frontman de Hanatarash). El ser deja de expresarse corporalmente hasta que pierde la vida, a través de este medio creamos códigos y lenguajes propios para una interacción con el mundo exterior y nuestra cultura, expresamos necesidades de ser reconocidos, necesidades afectivas y naturales, nuestro medio para generar mayor impacto en nuestros discursos y experiencias vivenciales es el medio físico corporal. Estrictamente en ese sentido, la performativa es llevar a otro plano los instintos del ser humano, desencadenar el frenesí que acumula el cuerpo durante su estado habitual o cómo debería comportarse en sociedad. El ser por naturaleza es emocional y en ocasiones irracional, al presentarse ambas características puede ser capaz de crear algo atroz o bello; sin embargo, para este tema se reduce a ser brutal y más para quienes intentaban superar lo propuesto por Yamantaka Eye, gracias a Japón en otras partes del mundo estaba repercutiendo la escena noise en la década de 1990. Para explicar este fenómeno continuaré con el ejemplo de Death Squad y sus intervenciones en vivo, Michael Nine es el hombre detrás de este proyecto y de algunas de las creaciones que han dado de bastante de qué hablar dentro de circuito noise en estados unidos y gracias a internet: en el mundo. El 25 de junio de 1999 Nine realizó la presentación de Intent, un performance que en palabras del autor tenía como finalidad despojar a los asistentes del sentido de invencibilidad que creían poseer. Antes de cada espectáculo, Michael repartía volantes con imágenes / textos relevantes para establecer un contexto de la presentación, el performance del 25 de junio el volante que se preparó del espectáculo contenía tres imágenes (icons of self assimilation), en cada una de ellas había una palabra a manera de descripción: una cuchilla de afeitar "therapy"; una jeringa "recreation" y una pistola "social kontrol".


A pesar de ver los íconos en el volante, los miembros de la audiencia seguramente no tenían idea del alcance total de lo que realmente iba a suceder en esos momentos. El show tuvo tantos estragos y causó revuelo en la audiencia porque estuvo expuesta su vida por un par de minutos, Ximena Quiroz expuso su descontento en el sitio Yahoo después de presenciar el performance y Nine catalogó su comentario como “una queja”. En palabras de Quiroz recopiladas por la revista musical y artística Dangerous Minds (2017) podemos describir el orden de los hechos y algunas de sus consecuencias: “el escritorio donde estaba sentado tenía una jeringa, cuchillas de afeitar, una taza pequeña con algún tipo de líquido, una caja de balas y una pistola. El arma y las balas eran reales. Durante el video, procedió a inyectarse algo (¿heroína, tal vez?). Luego tomó la navaja y comenzó a ver sus brazos con ella hasta que sangraba profusamente. Al principio, pensé que en realidad no se estaba cortando, pero no paraba de sangrar, incluso cuando no se estaba cortando a sí mismo. Luego procedió a cargar el arma muy real con balas muy reales. Se quedó allí sentado un rato, y todo estaba en silencio. Y luego, agarró un micrófono y la pistola, comenzó a apuntarle a los miembros de la audiencia. Más gente se levantó y se fue. Caminó por donde estaban todos los asientos y comenzó a colocar el arma cargada contra las sienes de las personas, incluidas la mía y la de mi amigo. Gritaba varias cosas, la mayoría de las cuales eran inentendibles. Pero, siempre tenía el arma justo contra la cabeza de alguien. Al principio, tenía demasiado miedo de hacer un movimiento repentino por miedo a que pudiera apretar el gatillo. Pero logré irme cuando él no me estaba mirando. Algunas personas comenzaron a llorar porque tenían demasiado miedo para levantarse e irse. Esa noche fue la primera vez que temí por mi propia vida”. Para Nine esto significó simplemente un experimento para su goce, en su sitio oficial MK9 podemos encontrar un texto explicativo y de ‘análisis’ sobre sus acciones en esa presentación donde describe su trabajo “de naturaleza singularmente visceral y de confrontación” pues “sigue siendo una de las actuaciones en vivo más famosas en la historia del arte y la música experimental”.


Ejemplo 7: Volante elaborado para ‘Intent’ con las características descritas anteriormente: los tres iconos, cada uno con una palabra descriptiva y un texto a manera de introducción al perfomance.


Complementando y dando más peso a las ideas concretas de este performance los miembros de la audiencia probablemente creyeron que Michael sólo expondría su cuerpo para el show, el hecho de que comenzara a atentar contra ellos hizo que perdieran la comodidad que tenían y la ambigua seguridad de su espacio vital, no sintieron ningún peligro en sus propias vidas mientras se sentaban sin hacer nada. La narrativa de Intent es descrita por su autor en cómo “la hiper-brutalidad de la vida contemporánea ha proyectado su sombra mórbida sobre todos nosotros. La seguridad es ilusoria, un espejismo, una alucinación colectiva. La autoaniquilación a través del ensueño narcótico y el suicidio son características omnipresentes de nuestra existencia a medida que nos ‘atomizamos’ y nos ‘desacoplamos’ existencialmente. El yo en guerra con el mundo exterior, asediado por todos lados por instituciones sociales monolíticas, medios sin escrúpulos y relaciones sociales virulentas. El combate psíquico hizo metástasis como autodesprecio, que se redirige a su vez irradiando hacia el otro. Castigar al otro hasta que esté anestesiado y sometido o simplemente ejecutado” (MK9, 2015). Entonces, nuevamente se hace presente la violencia sistematizada y patriarcal de ejercer dominio y poder sobre nuestros semejantes; pero, además en este plano se expresan los estragos que nos provoca la violencia que socioculturalmente acarreamos convirtiéndose en un círculo infinito donde se replica la crueldad de nuestro entorno. También juega un papel importante la perspectiva apocalíptica de los artistas de noise meramente por el hecho de ser apáticos con el sistema en que vivimos ante la imposición de normas que muchas veces van en contra de nuestros ideales se generan conductas agresivas hacia lo políticamente correcto. La reacción del público durante el performance realizado por Nine lo podemos explicar a través de los estudios realizados por Bibb Latané y John Darley realizados en 1968, mejor conocidos como ‘efecto espectador’ donde se simularon situaciones de emergencia imaginarias o reales en el entorno social, el estudio dio como resultado una creciente ayuda ante estas situaciones en la manera individual; pero, entre más actores se añadían o se generaba una


colectividad para apoyar esa responsabilidad de ayuda se dispersaba, como lo explica Laura Acuña y colaboradores en el artículo científico El efecto de la presencia de un número de personas en distintas situaciones sociales (2011): “la presencia del primer espectador produjo una alta disposición para ayudar, mientras que cada espectador adicional tuvo impactos marginales decrecientes”; se entiende como que si ya hay ayuda presente los demás actores no tienen la responsabilidad social de intervenir. Considero que este fenómeno es ocasionado por el sistema aplastante en el que vivimos, exhaustos de la explotación y la marginación social simplemente queda ver por nosotros de algún modo para sobrevivir a esas condiciones, el egocentrismo está alcanzando sus niveles más altos generando un desinterés por el acontecer social partiendo de la deshumanización que hemos arrastrado los últimos años.

MERCANCÍA Para algunos existe un interés firme y a largo plazo con la música noise y su atracción obvia por ser algo más que un mero entretenimiento. Con su exploración en temas potencialmente "controvertidos", claramente exige pensamiento por parte del oyente. Otro modus operandi establecido en la escena del noise es la atención especial que los artistas y las etiquetas prestan al empaque y la presentación de su mercancía, creando lanzamientos físicos que son fetichizados a diferentes grados dependiendo del artista o etiqueta en cuestión, la singularidad de la presentación y la relativa oscuridad del lanzamiento. La parte física constituye una lo integral de toda la experiencia que, dentro de los círculos del undergound, simplemente no será reemplazada por la tendencia actual hacia los formatos digitales que se ven en la industria de la música comercial. La mercancía del underground y el noise se traduce directamente en otro aspecto de la cultura: zines y cassettes autoproducidos / publicados, que han sido una parte vital del género desde su desarrollo más temprano (Wallis, 2016: 67).


A fines de la primera década de la década de los 2000s, el cassette de audio se convirtió en el objeto de un extraño renacimiento anacrónico en la escena del noise en América del Norte. Muchas grabaciones de ruido se emiten solo en cinta y han surgido varias etiquetas de cassette en los últimos años. Las cintas de cassette reubican el noise al distinguir los intercambios interpersonales de medios físicos dentro del acceso en línea. El renovado énfasis en la copresencia social en la música independiente ha impactado fuertemente la orientación de las redes de intercambio de cassettes que se han alejado de las conexiones transnacionales para enfatizar la reinvención de escenas locales. Pero, incluso cuando surgen nuevos públicos en los proyectos mediante la circulación de internet, el esqueleto de la cultura del cassette mantiene el noise bajo tierra (en la cultura underground). La cultura del cassette en el noise, por supuesto, es solo una de las redes sociales circuladas por el oyente que creció alrededor del cassette de audio. La introducción masiva de la tecnología en la producción de cintas a finales de los años setenta y ochenta cambió los paisajes musicales a nivel mundial. Los cassettes de audio iniciaron nuevas relaciones sociales y económicas en torno a las grabaciones de sonido, permitiendo a los usuarios individuales reproducir, re-mezclar y distribuir su propio material. El cassette de audio es el vehículo perfecto: económico, portátil y accesible para todos. El cassette es el arma más peligrosa y subversiva de la contracultura. Es una amenaza, un dispositivo interno, la herramienta perfecta del anarquista cultural. Los medios de comunicación y las grandes empresas de entretenimiento sienten que su monopolio sobre la información y difusión se están desvaneciendo, los cassette son la forma de arte más democrática (Novak, 2013: 199). Gracias al revival que sufrió el cassette hace algunos años en México (aproximadamente 2014) se permitió ampliar mi panorama en cuanto a la mercancía que se generaba alrededor de toda la música que me gusta, como menciona Novak el cassette es la herramienta perfecta del anarquista cultural principalmente de los proyectos independientes que emergen día con día, el formato no es obsoleto y permite llevar la imaginación a otros planos para generar una mercancía poco convencional.


En mi experiencia he realizado cassettes que brindan un plus al contenido sonoro agregando gotas de mi sangre en su pintura (porque son hechos a mano). El noise logra perfectamente transgredir en este ámbito incluyendo juguetes sexuales, drogas, fanzines o algún objeto interesante; lo mejor de todo es que cada lanzamiento es único en su especie pues su reproducción física es de carácter limitado, es decir, se generan no más de 50 copias en algunos casos, otros simplemente se limitan a generar una o diez unidades del álbum que se desee distribuir. Me resulta una de las maneras más interesantes de darle difusión a los proyectos / sellos que se mantienen en el underground de manera autogestiva y que buscan ir en contra de todo aquello que se conoce como mainstream. Los seguidores del noise son fieles ante cualquier mercancía que está disponible, basta con echar un vistazo a Bandcamp para ver la etiqueta de Sold Out en sellos como Deathbed Tapes, Modern Decadence, Contradiction Tapes, entre otros. La violencia visual sigue inmersa meramente en su portada; sin embargo, se aminora con el nuevo valor que adquiere en la mercancía pues se encargan más de presentar un material de colección en la mayoría de los casos.

Ejemplo 8: Copias realizadas y distribuidas por el sello Deathbed Tapes con ítems de acuerdo a la temática de los lanzamientos en cuestión: máscara de látex y cuerda para hacer amarres en la tendencia BDSM.


La idea que planteo de aminorar la violencia visual resulta ilógica ante las creaciones hechas por un individuo, como se mencionó anteriormente Michael Nine a través de Death Squad que caracterizó por ser más que brutal en sus performances y en su mercancía no fue la excepción. Dentro de su corta discografía se encargó de darle un valor específico a ciertos lanzamientos para hacerlos únicos en su especie, tal es el caso de Cutting Myself Open To See And Feel Blood que fue un boxset lanzado en 1996 como parte del performance “Blood And Self Mutilation” realizado en el City College de San Francisco el 8 de mayo del año ya mencionado, este artículo de colección contiene tres cassettes (20 minutos cada uno) junto a tres fotografías individuales, una cuchilla de afeitar usada y cintas manchadas de sangre infectada de hepatitis en una caja Abbott OPD Reagant (un kit de prueba de hepatitis) dando como resultado un tiraje limitado a 16 copias en uno de los lanzamientos más controversiales del noise. Considero que esta mercancía es innecesaria dado el supuesto de contrarrestar el mercado de la muerte, la violencia visual y la deshumanización presentes en la sociedad; desde mi punto de vista Michael Nine estaba cegado por su apatía hacia el mundo como lo conocemos; no le importó intentar causar daño a sus semejantes ni tampoco a su persona. Indudablemente todo su trabajo se basa en el supuesto de la autodestrucción; pero, ese sentido no debería afectar a los demás más que a sus creadores.

Ejemplo 9: Presentación e interior de Cutting Myself Open To See And Feel Flesh Blood, uno de los lanzamientos físicos más ‘especiales’ y escandalosos en la escena noise.


CONCLUSIÓN Podemos concebir al harsh noise como la parte deconstruida de la música bajo el supuesto de que el ruido no puede ser considerado como una melodía / armonía, es un género que bajo las políticas del arte independiente y underground tiene como finalidad transgredir y generar un impacto, lográndolo a la perfección. Se trata de un universo concreto en el que otras corrientes autónomas prestarán atención para generar su mundo propio creando nuevos elementos sonoros fusionándose con otros estilos, preparando lanzamientos físicos y digitales, el noise como se describe en el apartado de historia tiene una carga cultural importante desde sus inicios dejando estragos en la industria, convirtiendo en leyendas a quienes buscaron ir más allá con su arte y relegando a otros cuantos, tachándolos de ridículos o excesivos por no congeniar con sus ideales. Si bien, el noise busca ser una contracorriente a los aconteceres políticos, sociales y culturales con su solidez también absorbe mucho de sus realidades en estos tres ámbitos; la destrucción y autodestrucción es válida si es que esto aqueja nuestro acontecer individual o colectivo; pero, lo que no es válido desde mi punto de vista es replicar aquello de lo que huimos día a día como la violencia sistematizada vista como un núcleo de nuestros comportamientos, la cosificación de los cuerpos femeninos para representar necesidades e instintos desmesurados junto con las conductas patriarcales que hemos permitido durante años a través de su narrativa visual mediante el significado y significante que propone Ferdinand de Saussure (entendiéndose la violencia como el significante y el cuerpo humano como su significado); su discurso sonoro es importante para aquellos que buscan no conformarse con las ideas de los integrados que simulan todo está bien, basta con poseer toneladas de estática y volúmenes altos para valer su predicamento sin la necesidad de glorificar una industria de la pornografía o del snuff. El noise es una de las artes más bellas que he encontrado en mi vida por todas las anécdotas y su estructuración en el mundo musical; sin embargo, en ocasiones contradice su percepción e ideales del universo al que pertenece.


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