Revista La Alcazaba
Año VI Núm. 78 Septiembre-Octubre
Agosto 2016
Año VI Núm.: 77
Pintura de
Fidel María Puebla
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Revista La Alcazaba
Página
Título
DIRECCIÓN:
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Relación de Cervantes con el Brocense
ALFREDO PASTOR UGENA
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Quiero ser Don Quijote
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Cuando Juan Ruiz, Arcipreste de Hita...
EDITA:
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El Conde –Duque de Olivares
EL MENTIDERO LITERARIO
36
El Guiño de Don Eulalio en Guanajuato
ISSN 2173-2184 MADRID
42
El Mentidero de los Representantes
Depósito Legal M-4639-2007
46
Gascueña, la Alcarria conquense
WEB:
56
La poesía
68
Imagen y texto
oquendo1957@gmx.com
72
Dos pinturas de un pintor
TELF.: (+34) 605434707
74
Poesía y reconocimiento
80
Un lugar para visitar
82
Sensualidad y belleza
88
Real Palacio de Aranjuez
100
Gallegos, amo del paisaje
106
La guitarra vuela
114
Castillo de la Iruela, Jaén
120
libros
130
Publicidad
LUIS MANUEL MOLL JUAN
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FACEBOOK: https://www.facebook.com/pages/LaAlcazaba/446791628677017?fref=ts LINKEDIN https://www.linkedin.com/home? trk=nav_responsive_tab_home FOTOGRAFÍA: AFOCU MAQUETACIÓN: Luis Manuel Moll Ernesto Vieco
PUBICIDAD: Asociación de Arte i Cultura El Mentidero DIRECCIÓN POSTAL Revista LA ALCAZABA Av. De Elda, 75, 3º C 03610 Petrer (Alicante) España Telf.: (+34) 605.434.707
Portada: Pena de Sancho y la Sobrina ante la muerte del Quijote. Autor: Fidel Mará Puebla
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Alfredo Villaverde
Nicolás del Hierro
Alfredo Pastor
Enrique Gracia
Eduardo J. Ramos
Jesus Cañas
Grisel Parera
Luis Manuel Moll
Isidoro A. Montenegro
Francisco Rivero
Alberto Jesús Arenas
Miguel Rubio
Francisco J. Tostado
Washington Daniel Gorosito
Patricia Larrea
Fidel María Puebla
Pedro Castro
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I PARTE
Imagen ganadora del IV Concurso de Fotografía de la Semana Cultural del IES El Brocense. Por Elena Díaz Gregorio, alumna de 1º del Ciclo Formativo de Iluminación, Captación y Tratamiento de Imagen del Centro, por su fotografía "La buena y verdadera amistad no puede ni debe ser sospechosa de nadapremio y animamos a todos los demás a participar en futuras ediciones.
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Antes de nada he de confesar públicamente mi terror a enfrentarme con estas hojas en blanco, pues es un grave atrevimiento hablar y escribir de la obra maestra del genio de las letras españolas, don Miguel de Cervantes Saavedra. Pero como uno es disciplinado y además osado intenta, desde su ignorancia, escribir unas líneas. Mi primera intención es tratar, como ya hice en tierras manchegas, la relación de don Miguel con mis tierras extremeñas, no en balde, como es de todos conocido, este ilustre escritor vino en peregrinación a las Villuercas para postrarse ante la Virgen de Guadalupe por haber sido liberado del yugo sarraceno después de su largo cautiverio en Argel, de donde fue liberado por las ayudas y limosnas conseguidas por los Padres Trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella cuando el 19 de septiembre de 1580 logran pagar su rescate.
Donde se cuentan mil zarandajas tan impertinentes como necesarias al verdadero entendimiento desta grande historia.
Y a veci me preguntu que sería de esi pobri hombri mancu y adima ehcritó en aquelluh tiempuh de Mari Castaña. He buhcau en mi memoria el parla de mi tierruca ehtremeña, la de aquelluh versuh que loh mah nuevuh sabían de un poeta cahtellano llamau Gabriel y Galán cuando recitaba en ehtremeño, en sus poesías extremeñas, o bien ese mah mozu que era Luis Chamizo, el inventor del término castúo. Bien eh verdá que nusotru noh comemu la metá de lah letrah. Qué le vamu a hacel.
Capítulo XXIV de la II Parte del Quijote
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Composición de Antonio de Nebrija
.El celoso extremeño. Material gráfico de la BNE. Manuel Albuerne (1764-1815)
Pese a este “parlá extremeño”, sin olvidarse de la “fala”, que es un lenguaje arcaico que sólo se habla en tres pueblos de la Sierra de Gata, (Valverde del Fresno, Eljas y San Martín de Trevejo, donde se habla respectivamente el valverdeiro, el lagarteiro y el mañegu), los tres pueblos son limítrofes con Portugal y Salamanca y cuyas particularidades has sido estudiadas recientemente en un congreso, llegándose a la conclusión de que se trata de una reminiscencia medieval gallega del siglo XIII. Pues bien, en Las Brozas vivió Elio Antonio de Nebrija, al amparo de su hijo Marcelo, por aquellas fechas comendador mayor de la Orden Militar de Alcántara, y residente en el castillo de la población. Por entonces al hacerse mayores las personas, iban al cuidado de su hijo y si éste era poderoso aún
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más. Nebrija llegó a escribir parte de su “Gramática española” en Las Brozas, texto que supuso una revolución en las letras en 1492, cuando aún se escribía el latín. En Las Brozas se cuenta de padres a hijos, que Nebrija deliraba enfermo en la cama porque creía que no iba a poder terminar su Gramática, documentado en el libro “La Minerva” de El Brocense cuando en su prólogo éste escribe lo siguiente:
Antonio de Nebrija impartiendo una clase de gramática en presencia del mecenas D. Juan de Zúñiga. Introducciones Latinae, B.N.E., Madrid.
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“…Estaban, pues, postradas las buenas letras, cuando hace ahora cien años nuestro Antonio de Nebrija intentó castigar a estos rebeldes. Pero el mal había echado raíces tan profundas que, aun destruidos innumerables monstruos, quedaban todavía muchos por destruir. Y si él volviera otra o muchas veces, no dudo de que lo hubiese recompuesto todo con facilidad: tal era su talento. Y es que todo arte, como dice brillantemente Santo Tomás, debe cambiar, siempre que el entendimiento encuentra algo mejor. Así pues, lo que él no pudo terminar, quizás me lo dejó a mí para que lo acabara. ¿Me preguntas cómo puede ser eso? Pues porque mientras él, en mi pueblo de Brozas,
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donde terminaba el Diccionario y la Gramática, yacía con fiebre en casa de su hijo Marcelo, caballero de la Orden de Alcántara, se quejaba, suspirando constantemente, como le oí decir muchas veces a mi padre, de que dejaba la Gramática y el Diccionario sin acabar. Y, ¿qué me dirías si sabes que cantaba aquel mal presagio virgiliano?: "Quizás algún día salga de mis cenizas algún vengador que persiga con fuego e hierro a los ignorantes Perotos"…
Francisco Sánchez de las Brozas, “El Brocense”,
Es bueno dar a conocer esto, por la importancia que tiene para el conocimiento de la literatura de nuestro país. Bien es verdad, que su gran obra la concluyó en Zalamea de la Serena, donde se encontraba la corte del último maestre de la Orden, don Juan de Zúñiga. Sin embargo, Nebrija ha dejado en Las Brozas parte de sus estudios del nuevo idioma, lengua en la que Cervantes escribió su obra universal. Se trata de unos textos transcritos en piedra granítica en la ermita del Buen Jesús. Son pensamientos como “Por Cristo se a de poner la honrra y vida y por honrra la vida” “Conoce el tiempo y a ti mesmo”.
Francisco Sánchez de las Brozas, “El Brocense”, un humanista, profesor, catedrático de prima de Retórica y profesor de griego en la Universidad de Salamanca. Nació en mi pueblo – del que me honro en ser cronista oficial- en 1523, la villa cacereña de Las Brozas, y murió en Valladolid en 1600. Fue el autor de la Minerva, una gramática, cuyas teorías gramaticales aún siguen vigentes hoy en día, como lo demuestran los estudios de la gramática generativa del norteamericano Noam Chomsky, un gramático universal que ha sabido crear escuela. Desde 1955 es profesor de lenguas modernas y de lingüística general en el instituto de tecnología de Massachussets. Chomsky nos recuerda que un lenguaje es un conjunto de frases, todas de longitud finita y construidas con repertorio finito de elementos. Aquí se muestra el carácter generativo de la gramática, la cual, a partir de unos componentes y de sus reglas de composición, genera todas las frases de la lengua que explica.
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El autor de la primera Historia de la Literatura Española, aparecida en 1849, G. Ticknor, dijo que el Brocense era el escritor más erudito de su tiempo y el inglés Aubrey F.G. Bell, autor de una sucinta biografía de Francisco Sánchez escribió en 1925 que el Brocense “encontró tiempo para ocuparse de teología, música, drama, poesía, arqueología, arquitectura, cosmografía, astronomía, medicina, leyes, ciencia y filosofía”. Pero Cervantes fue un hombre que conoció a mi paisano Francisco Sánchez de Las Brozas(1523-1600), hombre estudioso de la lengua castellana en su obra “Minerva”, quien “elevó el castellano a categoría universal”, en palabras del que fuera director de la Real Academia Española de la Lengua, Manuel Alvar, profesor de este servidor en su carrera de Periodismo. Hoy los expertos de las lenguas, como el suizo Ferdinand de Saussure o el norteamericano Noam Chomsky siguen sus teorías gramaticales. Pues bien, don Miguel le dedica el siguiente elogio a “El Brocense” en su obra Galatea:
La Galatea de Cervantes
Miguel de Cervantes escribiendo la dedicatoria de su Persiles, Cuadro de Eugenio Oliva. litografía propiedad de la BNE
“Aunque el ingenio y la elocuencia vuestra, Francisco Sánchez , se me concediera, Por torpe me juzgara, y poco diestra, Si a querer alabaros me pusiera, Lengua del cielo, única y maestra, Tiene de ser la que para la carrera De vuestras alabanzas se dilate; Que hacerlo humana lengua es disparate”. Pero la verdad es que se me va el santo al cielo y dejo en el tintero lo
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mucho que tiene que ver don Miguel con relación a mi tierra que es lo que pretendo hablar y decir en esta ponencia sobre “esta grande historia”, donde Don Quijote reflexiona en alta voz con el joven que va a la guerra con un hatillo cargado a la espalda, concretamente en el capítulo XXIV de la segunda parte. Cuando hablan Don Quijote y Sancho de la ermita donde piensan pasar la noche me he imaginado, mientras escribía este texto, una de las muchas ermitas que hay en Las Brozas, pero especialmente la de la Soledad, cercana a la del Buen Jesús, que fue aquella donde Nebrija dejó su impronta. Mientras mi hijo Francisco Javier toma al natural el dibujo con su carboncillo para preparar la ilustración que acompaña este texto, leo el capítulo en esta zona del campo extremeño rememorando lo que sentiría nuestro héroe en su recorrido por los campos manchegos. Un obispo de Coria bautizó a Cervantes Y hablando de temas religiosos, me viene también a la memoria la apertura de mi conferencia en el Congreso Nacional de Cronistas Oficiales, celebrando del 11 al 15 de octubre de 1995 y organizado por mi buen amigo Joaquín Muñoz Coronel, hombre amante de todo lo quijotesco y quijote él mismo. La autocita dice lo siguiente: “El más insigne escritor de la lengua española, don Miguel de Cervantes y Saavedra, tuvo a lo largo de su vida y de su obra numerosos contactos con Extremadura. La primera relación de Cervantes con mi tierra fue en su bautismo, cuando don Pedro Serrano Téllez, sacerdote que le bautiza10
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ría en Alcalá de Henares, llegó a ser obispo de la diócesis de Coria (Cáceres) en agosto de 1577 y donde murió al año siguiente con fama de santo. Don Pedro está enterrado frente al altar mayor de la catedral de Coria”. No sé si por esta circunstancia o por otra, Cervantes cuidó mucho su relación con Extremadura, incluida en sus obras. En sus escritos recoge la leyenda en “El bálsamo de Fierabrás”. Si uno viaja por la carretera nacional 630, a la altura de Garrovillas de Alconétar se cruza el río Tajo. En sus aguas remansadas por el pantano de Alcántara se halla sumergida la torre de Floripes, un castillo de origen árabe y reminiscencias templarias. En él se cuenta la leyenda de Fierabrás, el Caid árabe de la zona. Su hermana, que llevaba por nombre Floripes, se enamoró de un hermoso cristiano, Guido de Borgoña, caballero de las huestes de Carlomagno. Fue herido y sometido a prisión en el castillo. Una noche oscura, se oye un galopar de caballos. El alcaide de la fortaleza, Brutamante, recibe una cuchillada en el corazón que le asesta Floripes que iba en busca de su amado y lo libera junto al resto de los cristianos. El general musulmán echa en falta la presencia de su hermana y corre a las puertas del castillo, al que cerca. Como era difícil salir de allí, se echa en suerte quien debería escapar para avisar a Carlomagno. La suerte recae en Guido, quien a lomos de un brioso corcel escapa de las huestes enemiTorre de Floripes en el pantano de Alcántara. Caceres 11
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gas, avisa a su emperador, que vence y mata a Fierabrás. Desde entonces, el alma en pena del sarraceno vaga por esos campos por la pérdida del castillo y de su hermana Floripes.
Orellana compró la casa fuerte que poseían los Vargas y la convirtió en un palacio renacentista. Para llegar hasta el edificio se ha de cruzar un pasadizo que sale desde la Plaza Mayor, que algunos quieren ver como
En la ciudad de los conquistadores
Miguel Cervantes venía de Portugal hacia Madrid, pasando por Badajoz, Guadalupe y Trujillo, además de Talavera. Algunos fechan el año de llegada del escritor en 1582. Lo cuenta en el capítulo sexto del tercer libro de “los trabajos de Persiles y segismunda”: Cuatro días se estuvieron los peregrinos en Guadalupe, en Palacio de Juan Pizarro de Orellana los cuales comenzaron a ver las grandezas de aquel santo la Plaza Mayor de la Hispanidad, muy monasterio. Digo comenzaron, porque cerca del Palacio de la Conquista y de acabarlas de ver es imposible. Desde atravesar los juzgados, antiguas casas allí se fueron a Trujillo, adonde asimisconsistoriales. Al llegar a su fachada mo fueron agasajados de los dos nobles nos sorprende su enorme escalera, que caballeros don Francisco Pizarro y don antes decían que era una rampa por Juan de Orellana. Cervantes pasó a Trudonde subían hasta el porche de entrada jillo a ver a su gran amigo don Juan Pilos caballos. La portada se halla flanzarro Orellana, y se alojó en su casaqueada por dos torres, es adintelada y palacio. El visitante puede conocer hoy da cobijo al pórtico que marca un gran el palacio de este trujillano ilustre, primo arco de medio punto. En su interior del conquistador de Perú y él mismo cohay un magnífico patio, con arcos de rregidor de la ciudad peruana de Cuzco. medio punto sobre columnas con capiA su regreso de América, Juan Pizarro teles de volutas en el primer piso y con 12
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capiteles de elegantes zapatas en el segundo. En la balaustrada se disponen escudos con las armas de los Pizarro (dos osos y un pino) y Orellana (diez monedas o roeles). Por desgracia, los franceses arruinaron el edificio durante la Guerra de la Independencia. Su propietario don Jacinto Orellana, marqués de la Conquista, determinó venderlo a don Secundino Fernández de la Pelilla, pero desde los años 50 es la Casa Madre del Colegio del Sagrado Corazón y convertido en colegio femenino. La hermana Josefina, una entusiasta trujillana, lo enseña a todo visitante que pulse el timbre de la puerta de entrada.
Pizarro, quien se encontraba preso en el castillo por la muerte de Diego de Almagro. Un hijo de la nueva pareja fue Fernando Pizarro de Orellana, quien escribió el libro "V arones Ilustres de Indias" y fue nombrado comendador de Betera, de la Orden Militar de Calatrava. De esta casa paterna salieron numerosos trujillanos a la conquista de Indias, una vez que los Pizarro y los Orellana habían descubierto para España grandes extensiones de tierras. Según todos los indicios, Cervantes llegó a escribir aquí los capítulos IV, V y VI del libro tercero de su novela póstuma "Los trabajos de Persiles y Segismunda", ya que fue muy bien acogido en la ciudad, así como muy aplaudida alguna representación, como un auto cómico, que mandó realizar en la Plaza Mayor de Trujillo. Es por todo esto por lo que precisamente se viene solicitando para Trujillo ser declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad junto a Cáceres, Mérida y Guadalupe.
Ya se ha dicho que esta casona de los Vargas fue transformada en palacio por Juan Pizarro de Orellana, trasladándose allí a vivir con su esposa Estefanía Pizarro de Tapia, señora de Magasquilla. Aquí les nació su hijo, el primer Marqués de la Conquista, don Fernando de Orellana, quien se casó en el castillo de la Mota (Valladolid) con Francisca Pizarro Mercado, hija a su vez de Hernando
Persiles y Sigismunda
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Quiero ser Don Quijote,
y su alquimia oscura.
demostrar al mundo
Demostrar a los
que no existe el fracaso,
que se dan por vencidos
solo tropezones
que la utopía existe,
por ir siempre
que los sueños están
mirando el horizonte.
para seguirlos,
Sufrir de su loca cordura,
por cualquier sendero,
reivindicar los gigantes,
con un tesón preclaro y firme.
amar a dulcineas,
Quiero ser Don Quijote,
uchar contra los brujos
volverme uno, con el paisaje,
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a fuerza de montar guardia
e ir con Rocinante al trote calmo,
por los caminos en que cabalgan,
dejando huellas en la arena
los caballeros andantes.
de todos los cruces de camino,
sin querer,hacer Historia,
levantando polvo de leyenda
con la compaĂąĂa de Sancho,
y haciendo que los guijarros
ejercer la sinceridad,
junto a parajes y hasta aldeas
reivindicar la nobleza,
queden para siempre vivos.
y desafiar las injusticias,
Mantener erguida la cabeza,
con la sencillez de un sabio.
por muchos golpes que recibas
Ponerme su ajada armadura
y solo ante Dios y mi amada,
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ni siquiera delante de un rey, hincarme de rodillas. Creer que mi espada es por siempre invencible, mi escudo el del Rey Arturo, mi lanza la de Aquiles y el escudo de Hércules, en sus legendarios trabajos, emulando al mismo Ulises. Quiero ser Don Quijote, y ver las cosas desde fuera,
tener tu propio códice. Ser un ermitaño de Lunas en mitad de los montes. No poder pasar de largo,
al ver hombres encadenados, y luchar por romper sus cadenas, aunque sean galeotes. Ver palacios en las posadas, todas las mujeres verlas bellas, lo mismo vestidas de satén, seda,terciopelo o gasas, que de mozas de taberna, con sus vestidos rudos,
la mirada interesada, palabras escandalosas, posturas villanas y con los pechos por fuera.
Todas son igual damas, lo mismo, de nobles, para la Triste Figura, todas son campesinas y todas bellas princesas. Dureza para los duros, ternura con los blandos, desdén con los poderosos. 16
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Decir sin dudas,como él.
se puede y se debe, aventurar la vida!
¡Amigo Sancho,
Quiero ser Don Quijote,
con la Iglesia hemos topado!
con todo mi corazón,
Respeto con los oprimidos,
con todas mis mis fuerzas,
que obligados se humillan.
espero que alguien mas que yo,
Gritar, como el caballero al viento.
ojalá que fueran muchos,
¡Por la libertad,
cada vez hay mas falsos molinos,
así como por la honra,
también lo quieran.
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Nacido Juan Ruiz, según el autor deja escrito en la estrofa 153 del LIBRO DE BUEN AMOR, bajo el signo de Venus, y afirmando que quienes bajo este signo nacen, “su vida es amar a las mujeres” (cop. 152), y que “es servir a las damas mi aspiración total”, doblemente intencionado, a continuación asevera que “aunque comer no pueda la pera del peral / el sentarse a la sombra es placer comunal” (cop.154), claramente nos demuestra que en relación hembra/varón, incluso cuando no se consiga la meta en la relación que se pretende, bueno es intentar el camino. Tiene, pues, el LIBRO DE BUEN AMOR el acicate temático que, a la sazón, desarrollado por un miembro de la Iglesia de aquel tiempo, induce al curioso, más que al estudioso, a imaginar cómo pudo ser en realidad Juan Ruiz y cuál su comportamiento en una sociedad medievalista y en un tiempo donde imperaba la picaresca, y las trotaconventos y celestinas facili-
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taban la consecución de las féminas, que por otro lado, ambiental y familiarmente se veían rodeadas de prejuicios y cotilleos, por lo que no pocos de sus ms habituales deseos habían de realizarse de tapadillo. Sabido es que el Libro está escrito con sentido moralizante y de divertimento, y que a pesar de tanta fechoría amorosa y su carga de erotismo, lo que el Arcipreste mantiene firme es su Fe en Dios, pues aun cuando para el logro de ciertas hazañas aclare que “busqué trotaconventos, cual me mandó el amor”, en la misma estrofa (697) asegura que “¡Dios y la mí ventura guiaron mi labor!”. En esto de moralizar a través de lo amoral cabría decir que el Arcipreste de Hita fue precursor temático de Cervantes, al conseguir éste el más célebre de los caballeros andantes con un libro que nace en contra de la caballería; así
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Juan Ruiz Cisneros
la moral que busca el LIBRO DE BUEN AMOR se hace a través de fórmulas libertinas, si tomamos el sexo como amoral acogiéndonos a la interpretación que de ello se hizo en aquel tiempo eclesiástico y según el modo que en él se aborda. “Que el amor es un gran mentiroso”, asevera el de Hita en el último verso de la estrofa 161, y este mal lo personificará en el propio Amor cuando le dice que “contigo traes siempre los mortales pecados” (cop. 217); no obstante a lo largo del Libro observaremos cómo los elogios para ese mismo amor son frecuentísimos y los versos se engalanan y crecen en su defensa: “Amor hace sutil a quien es hombre rudo” (cop, 156), “Muchas noblezas tiene”, (cop. 155), muy al final, “Toda clase de azúcar es allí prodigado” (1337).
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Aunque nunca de cortejar mujeres se cansara el personaje (cop. 577), desconfiado estuvo mientras hablaba con el Amor (“nunca encontré una dama como el Amor la pinta”); a pesar de ello, cuando ha visto y conocido a Doña Endrina, sólo cuatro estrofas después (cop.580), ya nos dirá: “busqué y encontré dama de que era deseoso”. “De talle muy apuesta, de gestos amorosa, / alegre, muy lozana, placentera y hermosa, / cortés y mesurada, zalamera y donosa, / muy graciosa y
risueña, amor de toda cosa”, (cop. 581). Son, sin duda, estos encantos y virtudes de mujer los que apremian al Arcipreste de Hita para consultar a Doña Venus, mujer de D. Amor, ante quien dice mostrarse servidor y humillado (585). Hay en este apartado, en esta aventura con la cuarta mujer (la viuda doña Endrina) un acontecimiento atípico en el contexto del LIBRO, y por ende, con el comportamiento del personaje que, al
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narrar en primera persona, hemos de tomarlo por el Arcipreste, pues si en el diálogo con don Amor y en seguimiento para con la entrevista de doña Venus el personaje actúa en primera persona representando al autor, tras ser éste aconsejado en la perseverancia, cortesía, dulzura y generosidad, y, sobre todo, algo muy de aquella época: utilizar la mensajería y las artimañas de la Trotaconventos. Es, en este instante, cuando el personaje se lanza a la conquista de doña Endrina a través de la vieja buhonera, cuando aporta la metamorfosis de su nombre y pasa a llamarse don Melón de la Huerta quien en lugar de conseguir el favor o el intercambio del contacto carnal, como en la mayoría de las aventuras y lances que el Arcipreste nos narra, el trance termina en matrimonio; lo que me hace pensar si la ironía del autor no habrá tomado el simbolismo del nombre en el doble sentido intencional de la palabra, y por ello ha llamado don Melón al personaje de la historia, pues sin esta ironía, sin esta evasiva o recurso final, entra en lo absurdo que dicho lance acabe en boda si, como mantiene el autor, el resto de las aventuras recaen en la primera persona de la leyenda y esta primera persona está representando a un miembro de aquella iglesia, como es el Arcipreste. Bien es cierto y sabido que, por labor de investigadores, el de Hita utiliza para este apartado recursos y esquemas que no empleó en otros, quizá porque, como aseguran algunos de ellos, Juan Ruiz realiza aquí una adaptación de la comedia medieval Liber Pamphili.
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Para esta duda o enredo del nombre, podríamos apoyarnos en el momento que doña Endrina, tras serle altamente elogiado el galán por la Trotaconventos (cop. 737), le pregunta quién es él, y la vieja, en la estrofa siguiente (738), le dirá rotunda que “es don Melón de la Huerta”, nombre con el que lo significa la propia doña Endrina cuando, casi al final del episodio (cop, 873), el enamorado está llamando a su puerta. Pero sucede que, entre una y otra estrofa (845), la propia doña Endrina hace referencia concreta al Arcipreste: “Muchas cosas haría por amor del de Hita, / mas guárdame mi madre, de mí nunca se quita”. ¿Está, por tanto doña Endrina en el juego del cambio de nombre, que probablemente hayan tramado fuera de escena el personaje y su astuta consejera, o es el propio autor quien recurre al trueque, dado el desenlace matrimonial que para el episodio prevé y que al mantener en el mismo la primera persona, resulta absurdo que la figura del esponsal la represente un miembro de la iglesia cuando, a lo largor del libro y gran parte del mismo relato, el personaje sigue siendo el Arcipreste? ¿O entra aquí la obligación que el autor se impone, sabiendo abordado el enredo temático en otra comedia que presuntamente le fuera conocida? Puestos a desgranar hipótesis, acaso la más convencional fuera el recurso de la ironía, dado el supuesto carácter abierto y desenfadado de Juan Ruiz, quien no debía ser, no ya por Arcipreste sino como hombre, muy dado a la idea del matrimonio, por lo que al llevar a éste a su personaje, lo bautizó como don Melón de la Huerta, acogiéndose a la doble intencionalidad del término.
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Expuesto así el concepto, lo que resulta obligatorio por mi parte, no sólo por cuanto a este pasaje se refiere sino en la totalidad del libro, es elogiar lo que ya durante siglos fue elogiado, destacando en él sus grandes aciertos poéticos, humanos y de fe, aún cuando lo primero que resalta a la apreciación de los más sea el erotismo; algo que, aunque nos quede como un poso temático o acción de fondo, se vale de la belleza y la naturalidad con que la palabra aborda el trance para adquirir niveles estéticos de magistral altura. “Pues pide, y pidiendo crece, la llaga de amor penado”, dirá doña Endrina en un acertado verso, mientras la envuelven las dudas, y, en bellas estrofas, temblará nervioso don Melón cuando llega el momento crucial de su conquista. De igual modo debemos destacar las que dedica a ensalzar el amor de tapadillo y las que astutamente utiliza la vieja para despertar sentimientos de atracción en la joven viuda. Y las otras, las otras coplas en las que, creyéndose aquélla engañada, recurre al ejemplo de aves y peces para exponer sus lamentaciones de mujer; pero, mujer al fin enamorada, cede ante su ilusión y deseo convencida, sin duda, por algo que dejó bien sentado en otra estrofa (685) y que puede sustituir al actual “sí quiero” del casamiento que a don Melón exige, pues: “Es cosa ya muy probada / que, la mujer, por sus besos, siempre resulta engañada; / con mucho apasionamiento abraza el hombre a la amada / y toda mujer se rinde si esta joya es otorgada.”
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(…) No ha habido entre nosotros hombre público importante al que, al pasar por una de las obligadas fases de impopularidad que tiene toda fama, y, sobre todo, la política, no le hayan achacado, con sañudo cinismo, las consabidas inculpaciones de hereje, acomodadas a las heterodoxias propias del tiempo; y esto ocurrió, en medida increíble, con el CondeDuque, sin duda el más odiado de los hombres públicos desde que hay noticias de la historia de España. A él, así como años antes a Don Rodrigo Calderón, se le tuvo por indudable hechicero, y como tal fue denunciado, cuando ya estaba caído, a la Inquisición (…). (Gregorio Marañón. El Conde-Duque de Olivares. La pasión de mandar, p.287).
Don Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar (Roma, 6 de enero de 1587 - Toro, 22 de julio de 1645), conocido como el Conde-duque de Olivares, fue el valido más importante del rey Felipe IV. Inició una carrera eclesiástica estudiando en la Universidad de Salamanca. Sin embargo, la muerte de sus dos hermanos mayores le convirtió en heredero y le hizo abandonar los estudios para acompañar a su padre, el conde de Olivares, en la corte de Felipe III (1604-07).
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Su poder y grandeza icónica la reflejó Velázquez en el Retrato ecuestre que le hizo, ya que el hecho de retratar a Olivares es una muestra de la importancia que adquirió también el pintor. El Conde-duque era por aquel entonces una de las figuras más importantes de la corte, quizás la persona más importante tras el monarca. El valido aparece montando a caballo; lleva coraza, un amplio sombrero de ala ancha y plumas, la banda carmesí con un gran lazo y bastón de mando que señala hacia la batalla. Velázquez representa un movimiento en acto, parece como si el conde fuera a dirigirse veloz hacia la batalla de Fuenterrabía cuando su caballo se encabrita y el gira hacia el espectador como invitándonos a unirnos a la lucha. El animal se sustenta sólo con las patas de atrás y su cuidada disposición en diagonal remite a algunas obras de Rubens. La diagonal del caballo nos guía hacia el fondo; allí, en un paisaje esquemático donde no se encuentran representaciones de construcciones y el entorno vegetal es igualmente escaso, se ven las hogueras de la batalla de Fuenterrabía cuya victoria de atribuye a Olivares.
Cuando accedió al trono Felipe IV en 1621, Olivares pasó a controlar la situación, acumulando múltiples cargos palaciegos y regulando el acceso a la persona del monarca, convirtiéndose en una especie de ministro universal del rey. Su primera medida, tras su nombramiento como valido, fue separar del poder a los que lo habían ostentado en tiempos de los validos anteriores de Felipe III, Lerma y Uceda, para lo cual castigó duramente a ambos y a Rodrigo Calderón.
Cuadro ecuestre del Conde Duque de O
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Prometió al pueblo reformas que querían ser revolucionarias y convocó juntas para que las estudiasen, aplicando estas medidas en la administración. Éstas, aunque superficiales, le hicieron ganar muchos adeptos y la simpatía del pueblo, que le apoyó con entusiasmo hasta 1623. Todas sus pretensiones iban encaminadas a conseguir una regeneración social y política. Olivares intentó reformar la estructura de la monarquía para reforzar la autoridad real, gravando con impuestos a las regiones y dominando a la aristocracia, después de comprobar que el sistema de los Austrias no se adecuaba a los tiempos. La extensión territorial del Imperio español en el siglo XVII hicieron insostenibles los costes para manterner la defensa e integridad de dichos territorios. Por todo ello, el Conde-duque se esforzó por fortalecer a la corona, superar al enemigo en el interior, las élites regionales y los nobles castellanos, y por integrar al conjunto de España en una monarquía centralizada. Estas reformas, desde luego radicales para la época, se emprendieron en un mal momento, cuando el rey era débil, la sociedad se mostraba reacia a los cambios y la aristocracia decidida a incrementar su poder. Si uno se fija en la fecha de 1643, el fracaso de Olivares parece absoluto, sin embargo, sus proyectos no fueron del todo olvidados. Para comprender la labor realizado en su mandato de gobierno por este valido, tenemos que considerar, en primer lugar la profunda crisis en la que se encontraba España: descenso de la poblaci6n, contracci6n econ6mica, graves perturbaciones monetarias y crediticias, ex-
Olivares. Oleo de Velázquez. Museo del Prado. Madrid
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Escudo de armas el Conde-Duque de Olivares
trema penuria hacendistica, inmenso desorden financiero, fuerte ascenso de los servicios y fuerte recrudecimiento de la presi6n fiscal . Ante esta situación nos encontramos que no hubo una soluci6n de continuidad entre la crisis, la conciencia de la misma y el diagn6stico de la decadencia.
forzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba, con vistas a un mejor aprovechamiento de los recursos al servicio de la política exterior. En 1626 recuerda al rey Felipe IV en este fragmento “ que halló el mal envejecido, la reputacion perdida y la hacienda (que es el nervio de la autoridad) extenuada totalmente, los ministros consentidos, enseñados a no ejecutar o ejecutar flojamente y sin tiempo, de que nacen y han nacido los principales danos del gobierno y de la justicia, el celo ninguno, la ambición y deseos de sus como-
El programa político de Olivares está contenido en el Gran Memorial que presentó al rey en 1624. Considerando que la autoridad y reputación de la Monarquía se habían deteriorado, proponía un plan de reformas encaminadas a re30
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Blasón en la fachada del palacio del Conde-Duque de Olivares, en Olivares, Sevilla
didades mayor que nunca, y con mayor desenfrenamiento» (Memoriales y cartas del Conde Duque de Olivares al monarca, H.Elliot)-.
ratividad de antaño , de acabar con la relajación institucional, de neutralizar la laxitud y de tensar los resortes. Olivares entendía su cometido como propio de un ministro y no de un simple privado. Podemos afirmar que durante su mandato este valido trató de llevar a cabo una serie de reformas totalmente revolucionarias para la época.
El valido propone al monarca que todo este panorama sea corregido .Tan catastr6fica situaci6n reclamaba un enérgico golpe de timón y avalaba la activa política que el privado empezó a ejecutar nada más acceder al poder. El talante emprendedor y resolutivo de Olivares confluía y, al menos en principio, parecía sintonizar con las ansias de reformas de sus coetáneos., especialmente los arbitristas.
Ante la perspectiva del desmoronamiento del Imperio, el Conde-Duque de Olivares, intentó aplicar varias medidas para reforzar económica y militarmente al reino. En su opinión, la eficacia de la maquinaria bélica de la monarquía, sostén de su hegemonía en Europa, dependía de la capacidad para movilizar los recursos de sus reinos, tendiendo a una administración más ejecutiva y centralizada
No se trataba de desmontar los fundamentos del régimen político, ni siquiera de revisar los cimientos del sistema institucional, sino de restituirles su primitiva pureza y de devolverles la ope-
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Una de las propuestas de mayor transcendencia fue la Unión de Armas (“según la cual todos los «Reinos, Estados y Señoríos» de la Monarquía Hispánica contribuirían en hombres y en dinero a su defensa, en proporción a su población y a su riqueza. Si bien a la Corona de Castilla, que suponía cerca del 70% de la población de la Península Ibérica, le tocaba aportar 44.000 soldados, al Principado de Cataluña y otras regiones de poca población debían aportar 16.000 soldados”), con la que pretendía involucrar más directamente a los territorios de la antigua Corona de Aragón, que hasta ese momento, debido a la estructura del Estado, si bien participaba en menor medida que los castellanos en la gobernación del Imperio, soportaban muchas menos cargas tributarias y militares que aquéllos. Así lo recogió Quevedo con sus versos: “En Navarra y Aragón/no hay quien tribute un real;/ Cataluña y Portugal/son de la misma opinión;/sólo Castilla y León/y el noble pueblo andaluz/llevan a cuesta la cruz”. Olivares protagonizó en 1627-35 un último inGaspar de Guzmán y Pimentel (1587 -1645), Conde de Olivares y Duque – Velazquez, Museo del Prado. Madrid 32
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tento de imponer sus reformas por la vía autoritaria, pero las resistencias fueron enormes y, unidas a las derrotas militares, minaron el prestigio del valido. Tras un primer sobresalto con el motín de la Sal de Vizcaya (1630-31), el descontento de los reinos periféricos estalló por fin en 1640 con las rebeliones simultáneas de Portugal (que conduciría a su independencia) y de Cataluña (que no sería sofocada hasta 1652), a las que se unió, entre otros, la conspiración del duque de Medina Sidonia en Andalucía.
En política interior, la actuación del Conde Duque se caracterizó por el intento de sometimiento que pretendió implantar en todos los reinos, basado en la idea de obtener recursos para financiar su política exterior, que ya no podían ser tomados exclusivamente de la extenuada Castilla. Pero en su actuación no tuvo en cuenta las sutiles libertades de los reinos no castellanos, por lo que resolvió imponer sus intereses por la fuerza. Su actitud y sus medidas desencadenaron una peligrosa guerra en el reino de Aragón, utilizada hasta sus últimas consecuencias por su gran enemigo, el cardenal Richelieu, así como la guerra de Portugal, que se zanjó con la perdida de este reino.
Francisco de Quevedo, (1580-1645) fue escritor español del Siglo de Oro. Se trata de uno de los autores más destacados de la historia de la literatura española y es especialmente conocido por su obra poética, aunque también escribió obras narrativas y obras dramáticas.
La sublevación de Cataluña tuvo lugar entre los años 1640 y 1652. Comenzó con el Corpus de Sangre del 7 de junio de 1640, explosión de violencia en Barcelona -cuyo hecho más trascendente es el asesinato del conde de Santa Coloma, noble catalán y virrey de Cataluñaprotagonizada por campesinos y segadores que se sublevaron debido a los abusos cometidos por el ejército real — compuesto por mercenarios de diversas procedencias— desplegado en el Princi-
Felipe IV de España, llamado «el Grande» o «el Rey Planeta» (1605-1665) 33
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pado a causa de la guerra con la Monarquía de Francia, enmarcada dentro de la Guerra de los Treinta Años (1618– 1648). Tuvo como efecto más duradero la firma de la Paz de los Pirineos entre la monarquía hispánica y el rey de Francia, pasando el condado del Rosellón y la mitad del de la Cerdaña, hasta aquel momento partes integrantes del principado de Cataluña, uno de los territorios de la monarquía hispánica, a soberanía francesa. Sobre este conflicto diría Quevedo: “En tanto en Cataluña quedase un solo catalán, y piedras en los campos desiertos, hemos de tener enemigos y guerra.” La independencia de Portugal salta en un conflicto defi- El conde-duque de Olivares,Velázquez (1638), Museo del Hermitage. nitivo aprovechando la crisis catalana, en diciembre de 1640. movimientos, excepto el portugués, FeliLa falta de ayuda castellana ante los atape IV mantuvo los fueros de los diversos ques holandeses contra las posesiones reinos. portuguesas en Asia y la presencia de En política exterior, las ideas triuncastellanos en el gobierno del reino profalistas de Olivares llevaron a la monarvocó que las clases dirigentes lusas dejaquía a abandonar la prudente línea de ran de ver ventajas en su unión a la Coacción seguida durante el reinado de Ferona española. La rebelión, organizada lipe III y a retomar la política imperialisen torno a la dinastía de los Braganza, se ta de Felipe II y Carlos V. No obstante, extendió rápidamente. El apoyo de Franla soberbia y el ansia de poder fueron sus cia e Inglaterra, ansiosas de debilitar a grandes defectos, y por su actuación se España, llevó a que finalmente, Mariana malograron las negociaciones de boda de de Austria (madre-regente de Carlos II) la infanta María con el príncipe de Gaacabara reconociendo la independencia les, granjeándose la enemistad de Inglade Portugal en 1668. terra. Asimismo se enfrentó a Francia, es También hubo levantamientos de decir, al astuto Richelieu, por la cuestión tinte separatista en Andalucía, Aragón y de la Valtelina y por el pleito sucesorio Nápoles. Pese a ser aplastados todos los de Mantua, asuntos innecesarios para 34
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landa tras expirar la Tregua de los Doce Años. Esta guerra arruinó definitivamente a España y minó su prestigio militar y de gran potencia. Además, la guerra en los Países Bajos complicó a España en la Guerra de los Treinta Años, y la Paz de Westfalia fueron un desastre para sus intereses. En 1643 Felipe IV prescindió por fin del conde-duque (así llamado por ser conde de Olivares y duque de Sanlúcar la Mayor), que se retiró a convalecer de sus achaques en su señorío de Loeches, cerca de Madrid. Incluso entonces, los detractores del antiguo valido siguieron formulando acusaciones contra él hasta que consiguieron que el rey le desterrara más lejos, a la villa de Toro (1643), y que fuera procesado por la Inquisición (1644).
Partida de defunción del Conde- Duque de Olivares
una España de maltrechos recursos. Sin nuevos recursos financieros, las guerras provocaron un endeudamiento creciente, en el marco del conflicto general europeo de la Guerra de los Treinta Años (1618-48). hasta llegar a la bancarrota de 1627. Desde entonces, las derrotas militares se sucedieron, abriendo el camino para la decadencia del poderío español en Europa: la Monarquía había perdido las buenas relaciones con la Inglaterra de los Estuardo al fracasar las negociaciones para casar a la infanta María con el príncipe de Gales; se había enfrentado con Francia al tomar partido en la disputa sucesoria de Mantua (Guerra de Monferrato, 1628-31); y al no prorrogar la Tregua de los Doce Años con Holanda, hubo de afrontar una guerra desastrosa simultáneamente contra Holanda, Inglaterra, Francia y Dinamarca
Con la caída de Olivares sus planes de reformas fueron derrotados pero no destruidos, es más, incluso resurgen en las décadas siguientes. A pesar de lo apuntado, no es hasta la llegada de los Borbones en 1700 cuando los ministros se atreven a realizar reformas tan radicales como las del conde-duque. En el siglo XVIII se observan muchas de las mismas preocupaciones que agobiaron a Olivares, y, lo que es más significativo, soluciones parecidas a las suyas: montes de piedad y el impuesto único, proyectos de repoblación, educación de nobles, honrar el trabajo y suavizar los estatutos de limpieza de sangre.
Pero su error más grave fue, sin lugar a dudas, reanudar la lucha con Ho-
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México
Entrada al Museo del Quijote en Guanajuato, México
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Eulalio Ferrer Rodríguez, nació en Santander en 1921 y murió en México, D.F. un 25 de marzo del 2009. Este español que casi toda su vida se mantuvo exiliado de España, fue un quijote al otro lado del mar.
¿Quién puede imaginar Guanajuato sin el Museo Iconográfico del Quijote? Ese cuestionamiento me lo hago interiormente al visitar por enésima vez ese recinto dedicado al Caballero de la Mancha con mis alumnos universitarios. Aunque debo confesar que lo que más me emociona, es antes de ingresar, pararme frente a una estatua consagrada a la figura del Hidalgo acompañado de su leal escudero y contar la historia de otro Quijote: Don Eulalio Ferrer Rodríguez, su hacedor y donador. Todo inicia durante la Guerra Civil española, cuando un miliciano extremeño lecanjeo una edición miniatura, la de Calleja de 1912 de Don Quijote de la Mancha, con su cortejo grandioso de sueños, por un puñado de cigarrillos al joven capitán republicano.
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Este incidente marcará su vida, la obra le ayudará a sobrevivir en su pasaje por varios campos de concentración situados en territorio francés. Los ojos de los jóvenes empiezan a brillar con la narración, me transformo en un excelente “cuentacuentos”, palabra recién aceptada por la Real Academia Española. Ferrer recaló en México, hombre culto, publicista excepcional, consagra su vida a su familia y a Don Quijote y Sancho quienes integrarán ésta.
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Después de décadas de comprar todos los Quijotes y Sanchos que encontró por el mundo, de los materiales más inusitados, creados por artesanospopulares o firmados por grandes artistas, logra una colección única en elmundo. La misma refleja la vivencia de los pueblos, la relación íntima de nacionesenteras con el Caballero de la triste figura y su escudero refranesco, esenciamisma de la gente común parte natural de sí mismos. Este joven caballero que dejó su amada patria España como lo hicieron miles que encontraron al cruce del Atlántico su “tierra prometida”,, como agradecimiento al pueblo mexicano, que albergó al exilio español dona este museo que había “armado” durante décadas con ese gran acervo de colecciones de artistas de todo el planeta cuyas obras estaban dedicadas al personaje universal creado por el Manco de Lepanto. La visita es siempre fructífera y disfrutable. Cuando me retiro tengo la costumbre en la tienda de recuerdos del museo de adquirir algún cartel alusivo que será posteriormente obsequiado a algún amigo o conocido en fecha especial, en que el caballero Alonso Quijano, le acompañará en alguna habitación de su hogar u oficina. Al salir hay un retrato de Don Eulalio que siempre me da la impresión me guiña su ojo izquierdo por una visita más, sonrío por mi ocurrencia y centro mis ojos en el lienzo de Antonio Rodríguez, Don Quijote en el exilio, sin dudas Don Eulalio lo fue.
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odemos imaginarnos la escena, nada teatral, real como la vida misma. Cervantes asomado en el balcón de su casa en la actual calle de su mismo nombre, esquina con la calle del León, escuchando los corrillos de autores y artistas teatrales que allí se reunían. Algunos aireando los escándalos amorosos de Lope de
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Vega, que también vivió a escasos metros de él; otros, criticando al propio autor del Quijote por alguno de sus fracasos teatrales; o puede que simplemente escuchando chismes cotidianos de la ciudad. Si había un lugar donde se concentraba pasión y literatura durante el Siglo de Oro ese era el barrio de Las Letras, en pleno centro de Madrid, y entre sus estrechas calles destaca un lugar: el mentidero de Representantes.
Una leyenda es la que da nombre a la calle del León… Un indio -quizás un turco-, se instaló en dicha zona en compañía de un león encadenado y enjaulado. El hecho de que tan fiero animal estuviera en la ciudad hizo que la noticia se extendiera rápidamente entre la población. El extranjero advirtió la posibilidad de hacer negocio con ello y advirtió a todos los que se acercaban que si querían ver al animal debían pagar una entrada de dos maravedís.
Portal de la casa donde vivió y murió Cervantes.
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Cervantes vivió solo un año allí, enfermo de diabetes, junto a su esposa Catalina de Salazar, escribiendo “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, una obra dedicada a su benefactor, el conde de Lemos, pues la fortuna literaria no se correspondió de la misma manera con sus ingresos monetarios. El mentidero de Representantes es mencionado en muchos de los escritos de Rojas, Quevedo, Lope de Vega y tantos otros escritores de la época, podríamos decir que Madrid no sería Madrid sin ella. A primera hora de la mañana se escuchaban las conversaciones más atrevidas, más gritos que chácharas, quizás por el paso temprano de las mujeres que salían a comprar el cocido que después prepararían en casa, y entre las diez de la mañana y la una de la tarde se llenaba de poetas, actores y artistas que, tras acudir a la misa diaria en alguno de los conventos cercanos de la zona, se reunían para contratar trabajos, consiguiendo desde unos pocos reales, si no eras un escritor de renombre, hasta los ochocientos a Calderón o mil de Lope de Vega. No era este el único mentidero de Madrid ya que también podíamos encontrar el de las Losas de Palacio, delante del Real Alcázar y el de las Gradas de San Felipe, en las escaleras que tenía el Convento de San Felipe el Real en la Puerta del Sol. Muchos, los más adictos a estos encuentros, recorrían a diferentes horas los distintos mentideros, una forma de estar al corriente de lo que sucedía en la ciudad.
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Hoy, una placa recuerda a todo aquél que pasea por allí ajeno a lo que sucedía en ese mismo lugar siglos atrás, que en esa esquina se reunieron míticos actores, escritores y representantes teatrales del Madrid del Siglo de Oro. Además, si caminamos por esa misma calle nos encontraremos con la casa natal del premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente, la Real Academia de la Historia, en el número 21, y al final de la travesía, el Convento de las Trinitarias Descalzas, lugar donde actualmente reposan los restos de Cervantes. Sin duda un lugar con mucha Historia en Madrid. Calle del León, justo frente a donde se situaba el mentidero de los representantes.
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En mi primer viaje hacia Cuenca, miraba las extensas áreas de cultivos. En ellas, el rojo oxido, ocres, sienas y sombras, se yuxtaponen para brindar un paisaje armónico y singular, donde no hay cabida para las malezas, ni sitio en que los agricultores no hayan labrado. Pasé mucho tiempo, mirando a través de la ventanilla, aquellos campos, como si fuera un óleo que se extendía a lo largo de la carretera, y expresaba una cultura basada en las bondades del suelo. Los pueblos, para no resultar anacrónicos aparecen sembrados en esa gama de tierras y los típicos caseríos, en nuestras pupilas se reflejan blancos. En todos ellos, el edificio más alto, siempre es el de la iglesia. Luego, la carretera se fue adentrando en un paisaje diferente formado por un páramo y cortado por ríos, valles fértiles, olivares y pequeñas huertas. En él, por primera vez, mis manos estrujaron el romero y el espliego para inundarse de olores. Pude mirar el tomillo, la humilde escoba amarga, el esparto que no da flor y los pelos de bruja. Para en el blanco de los yesales, envolverme en un paisaje lunar: la Alcarria. Había llegado a mi destino: Gascueña. Pueblo fundado en el siglo XIII por un gru-
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po de soldados procedentes de la Gascuña francesa. Hoy es alcarreña y de Castilla, agreste y suave; sus cerros cargados de leyendas y de historias cobran vida, para contar la magia del tiempo. Los extensos olivares, dan color a la tierra; germinan las higueras con sus frutos, a veces verdes, a veces morados, pero todos de delicada pulpa. Las parras con racimos de uvas cristalinas, invitan a desgranarlos para probar su ácido dulzor. Y… si distraídos miramos hacia el horizonte, nos puede sorprender un mar de olas amarillas, cuando el aire mece los girasoles. El cereal, aceite y vino, son elementos que se cosechan y consumen de forma cotidiana; y la miel, con su depurado sabor es otro rubro que se explota.
Las calles entrecruzadas y callejuelas sorprendentes, conforman el pequeño poblado de casas seculares con anchas paredes de piedra y cuevas misteriosas. Me detuve en la Plaza para oír las campanadas del Reloj de la Torre, rompiendo el silencio del día y aún miraba cómo el agua se había congelado, cayen-
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do en la fuente, cuando escuché el sonido de una corneta. Con la vista busqué de dónde provenía. ¡Y sorpresa! Un señor, parado en una esquina, después de tocar la corneta anunciaba la llegada de una peluquera que se pasaría el día trabajando en casa de la Julia. También, que al día siguiente, habría mercadillo en la Plaza. Fe un deleite, sentirme trasladada al medioevo, a comienzos del siglo XXI, porque en el año 2004, hasta pregonero había en Gascueña. Me acostumbré a oír el sonido de la corneta y las noticias; el pregonero se llamaba Julián y se le echó de menos, cuando faltó. Con la llegada del verano, muchas personas regresan a sus casas, cada año. En la década de los sesenta y setenta, habían emigrado hacia ciudades grandes, como Valencia, Madrid o
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Barcelona, para buscar una forma de vida mejor, pero mantuvieron el apego al pueblo y a las casas que dejaron al partir. En los meses de calor, las calles se llenan de colores, personas y se celebran las fiestas típicas: todo es algarabía, júbilo y concordia. Los fogones siempre están prendidos y las terrazas se abarrotan. Se brinda por el pueblo, la amistad y la vida. Por eso, en el verano la población puede llegar a quinientos habitantes, pero el resto del año, no son más de cien.
San Ginés de Arlés es su Patrono y el 25 de agosto, cuando se celebra la fiesta principal lo sacan de la iglesia, en procesión.
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Pues calmaste nuestro anhelo morando en nuestro arrabal, se nuestro amor y consuelo pulcra virgen del Rosal Con tu faz, fina y risueña,
rebozando mil amores prodigas muchos favores a la Villa de Gascueña. Sus hijos con tal enseña
desafían todo mal.
La titular de la espléndida iglesia parroquial es Nuestra Señora de la Natividad. La portada de la iglesia es barroca y tiene la imagen de la virgen en piedra. En su interior, hay tres naves. En ella se reúnen los feligreses todos los días de la semana para oír misa, y los domingos, muchos vecinos acuden para en atenta actitud corresponder a la liturgia que han aprendido a la par de los primeros pasos. En Gascueña hay cinco ermitas: la de la “Virgen de la O” y la de “San Isidro” se encuentran en el interior del pueblo. Sobre un cerro cercano, hermosa y pequeña, está la de “San Miguel”. Y en el cerro San Ginés, las ruinas de la ermita del mismo nombre. Lo interesante de ésta, es que muchos fieles suben para rezar sobre sus ruinas. La Ermita de la Virgen del Rosal, austera y solitaria, nos recibe con un cantico: 52
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El aire en Gascueña es puro, provoca cosquilleo en la nariz y los sentimientos perdidos afloran en el silencio absoluto, que sólo interrumpe algún cencerro lejano, para evocar recuerdos ancestrales. En sus crepúsculos, el cielo azul cargado de nubes blancas se hunde en un charco naranja y violeta, donde se aleja callado y sereno el padre Sol, después de haber fecundado a la madre Tierra con su calor, para que la vida no se detenga y su visión nos trasporte a lo eterno. Hombres y mujeres, con olor a yerba y a sol, disfrutan la huella de los años, aferrados a la tierra y tradiciones. Y en aquellas noches heladas, sentados alrededor de la lumbre, con un plato de migas entre las manos, me pedían historias del mar, y el cálido monte de Cuba, pero yo prefería oír sus voces de rrs bien pronunciada, y diferenciadas: c; s; z. Nunca, una mirada que trasmita un mensaje, todo directo, dicho en tono grave, que deleita el oído del visitante. 53
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A veces, yo narraba historias y otras, fueron ellos los que me enriquecieron en conocimientos y me sentí maravillada cuando me contaron cómo surgieron los tres Oteros: las tres elevaciones que como un escudo, se alzan frente al pueblo.
Pasado un tiempo, comenzaron a salir tres montañitas, donde estaban los gigantes enterrados. Las montañitas, se fueron haciendo grandes, hasta convertirse en los tres cerros (OTEROS) que existen en nuestro pueblo, y que tanto estimamos.
Un señor octogenario, tomó un sorbo de vino, empuñó su bastón con manos sarmentosas y nos dijo:
Pasados los siglos, vinieron otros pobladores a ocupar la comarca y fue cuando llegaron los gascones.
-Sabrá usted, que hace muchos años atrás, existieron tres gigantes muy malvados y feroces que desolaban la alcarria conquense. Estos gigantes, atemorizaron a los habitantes de la comarca que llenos de pavor, huyeron hacia otros lugares.
Esta explicación ingenua, pero cargada de magia y conectada a la mitología griega, me encantó.
Entonces, mandado por Aristeo vino Hércules a la tierra alcarreña para librarnos de los gigantes. Éste era uno, de los “Doce trabajos” que debía cumplir.
Otra noche, me enseñaron estos versos.
Hércules, con mucha lucha y esfuerzo pudo vencer a los tres gigantes. Después que los enterró por separado, se marchó. 54
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El alcarreño sencillo en su modo de vivir
no sabe jamás salir de entre romero y tomillo.
También supe, que desde pequeños iban a vendimiar.
En cualquier lugarcillo,
Ponían las uvas, en cuévanos y después las echaban por la piquera y llegaban al jarey, rectángulo en que caían las uvas que se prensaban, y a la vez el mosto. Era maravilloso coger un vaso de ese dulcísimo néctar, pero lo malo es que podía producir diarreas. En fin…
se cría gente muy fiel
y echan los pobres, la hiel.
La historia del azafrán; la delas mujeres cuando lavaban en lavaderos comunes; la de cuando los niños debían llevar a clase un ceporro, para alimentar la lumbre de la estufa y no pasar frío y muchas otras, despertaron mi curiosidad y me fui encariñando con el paisaje agreste, la cultura, la pronta misericordia y la palabra precisa de su gente. Por todos estos motivos y por todos los otros, que no cuento, los invito a subir a mi cabalgadura para peregrinar por algún lugar de la Alcarria, hoy aquí, eternamente Gascueña.
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Página al cuidado de Nicolás del Hierro
Nicolás Guillen, es el r eivindicador de la cultura negra, nació Camagüey, 1902 y murió en La Habana, 1989). Este poeta cubano, considerado el máximo representante de la llamada poesía negra centroamericana, y poeta nacional de la isla por su obra ligada a la cultura afrocubana. Nicolas Guillén cursó un año de derecho en La Habana, antes de abandonar la universidad y volver a su ciudad donde trabajó como tipógrafo y se dedicó al periodismo en la redacción de El Camagüeyano, en cuyas páginas inició también su actividad literaria.
jando por Sudamérica, y en 1956 recibió el Premio Lenin de la Unión Soviética, hasta que el triunfo de la Revolución castrista, en 1959, le permitió regresar a la isla, donde desempeñó distintos cargos, como la presidencia de la Unión de Escritores, desde 1961, y misiones diplomáticas de relieve. La obra poética de Nicolas Guillén
A partir de 1925 Nicolás Guillén se instaló en la capital donde participó activamente en la vida cultural y política de protesta, lo que le supuso breves arrestos y períodos de exilio en varias ocasiones. En 1937, cuando había publicado ya sus primeros tres libros, ingresó en el Partido Comunista de Cuba, fundado por su amigo y también poeta R. Martínez Villena, y participó en el célebre Congreso por la Defensa de la Cultura, realizado en Valencia en plena Guerra Civil española, donde conoció a P. Neruda, R. Alberti, F. García Lorca y O. Paz, y su obra alcanzó difusión europea.
En cuanto a su actividad literaria, Guillén se inició en el posmodernismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la llamada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cultivando como ningún otro autor la llamada poesía negra o antillana. Desde su condición de mulato expresó con un peculiar sentido rítmico la temática del mestizaje, en un contexto social y político que manifestaba la dura opresión y servidumbre sufrida por el pueblo. En sus comienzos le caracterizó incluso una fonética afrocubana, que más tarde abandonó para desmarcarse de la tradición oral folclórica.
A su regreso a Cuba, Nicolas Guillén dirigió la revista Mediodía y participó de los movimientos de vanguardia en las tribunas de Gaceta del Caribe y Revista Avance. Pasó luego años de exilio, via-
A esta primera época pertenecen Motivos de son (1930) y Sóngoro cosongo(1931). Poco después, con West Indies Limited (1934) se alejó del mero 56
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ejercicio rítmico para incorporar la protesta política y antiimperialista, orientándose hacia una cólera militante y comprometida con el hombre.
Nicolas Guillén siguió evolucionando en la dirección de las preocupaciones políticas y sociales con Cantos para soldados y sones para turistas (1937), donde todavía conservó formas propias del canto y de la danza afrocubana al mismo tiempo que se hicieron ya evidentes algunos de los rasgos estilísticos que predominaron en su lírica posterior, como el uso frecuente que hizo de onomatopeyas "jitanjáforas" que aparecieron abundantemente en la obra del fundador del futurismo, el italiano F. Marinetti, y la creada por el vanguardista cubano M. Brull, así como la rima aguda, las reiteraciones o la enumeración.
El poema más conocido del libro, Balada de los dos abuelos, indicó la madura aceptación de lo africano y de lo español en una misma sangre: el abuelo blanco y el abuelo negro, que evocan además la crueldad del tráfico de esclavos. En poemas como Sensemayá y La muerte del Ñeque se inspiró en ritos y creencias africanos, sin que ello supusiera un rechazo de la cultura blanca.
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En el mismo año de 1937 lanzó una acusación hacia el impacto y la injusticia de la Guerra Civil española y del asesinato de F. García Lorca, en Poemas en cuatro angustias y una esperanza. Después, aunque conservó siempre una particular claridad expresiva popular, el elemento rítmico fue decreciendo en beneficio de un tono más elevado y ambicioso desde El son entero (1947) hasta La paloma de vuelo popular (1958) y sus poesías en sazón revolucionaria de Antología mayor(1964), donde mostró su compromiso con la Revolución cubana y los desheredados del mundo.
EL NEGRO MAR
La noche morada sueña sobre el mar; la voz de los pescadores mojada en el mar; sale la luna chorreando del mar. El negro mar. Por entre la noche un son, desemboca en la bahía; por entre la noche un son.
Además, su poesía se hizo eco también de las inquietudes neorrománticas y metafísicas del momento, como la trascendencia del amor y la muerte que ocuparon un espacio importante en su obra. Otras obras en esta dirección fueron:Tengo (1964), donde manifestó su júbilo ante la Cuba revolucionaria y Poemas de Amor, que apareció el mismo año. Más tarde publicó títulos como El gran zoo(1967), La rueda dentada (1972), El diario de a diario (1972) y Por el mar de las Antillas anda un barco de papel (1977). Además, en Prosa de prisa (1975-1976) recogió una selección de sus trabajos periodísticos. Y aún dentro de su poesía cabe destacar el singular Poemas para niños y mayores de edad (1977), donde siguió demostrando su gran capacidad para conjugar preocupaciones diversas y encontrar formas de expresión constantemente renovadas.
Los barcos lo ven pasar, por entre la noche un son, encendiendo el agua fría. Por entre la noche un son, por entre la noche un son, por entre la noche un son. . . El negro mar. -Ay, mi mulata de oro fino, ay, mi mulata de oro y plata, con su amapola y su azahar, al pie del mar hambriento y masculino, al pie del mar.
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LA TARDE PIDIENDO AMOR
NEGRO BEMBÓN
La tarde pidiendo amor. Aire frío, cielo gris. Muerto sol. La tarde pidiendo amor.
¿Po qué te pone tan brabo, cuando te dicen negro bembón, si tiene la boca santa, negro bembóm?
Pienso en sus ojos cerrados, la tarde pidiendo amor, y en sus rodillas sin sangre, la tarde pidiendo amor, y en sus manos de uñas verdes, y en su frente sin color, y en su garganta sellada. . . La tarde pidiendo amor, la tarde pidiendo amor, la tarde pidiendo amor.
Bembón así como ere tiene de tó; Caridá te mantiene, te lo dá tó. Te queja todavía, negro bembón; sin pega y con harina, negro bembón, majagua de drí blanco, negro bembón; sapato de dó tono, negro bembón.
No. No, que me sigue los pasos, no; que me habló, que me saluda, no; que miro pasar su entierro, no; que me sonríe, tendida, tendida, suave y tendida, sobre la tierra, tendida, muerta de una vez, tendida. . . No.
Bembón así como ere tiene de tó; Caridá te mantiene, te lo dá tó. .
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Debido a la cantidad de poemas recibidos, LA ALCAZABA amplia unas cuantas páginas más, que son estas, cortas, escasas pero que sirven para ampliar la sección de poesía y que las voces de los poetas se vean reflejadas entre estas hojas virtuales recorredoras del mundo como si fueran las alas del ave fénix.
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SIN LÁGRIMAS
Te hablaría de Heráclito, del río que no cambia sus orillas, del agua que se marcha y no es la misma como nunca es igual una mañana
a otra mañana, ni la luz ni la tarde… Pero tú no me escuchas, caminas en la sombra,
entre la oscuridad de un túnel sin salida y no sabes volver hacia la luz que renace hacia el alba para darnos toda su claridad. Te hablaré de Tagore, del llanto que te impide ver estrellas para vencer los miedos y las dudas. La noche está serena, hay sosiego y la luz, de amanecida, ha de abrazarnos juntos para beber a sorbos el agua de la vida y los ojos, sin lágrimas, verán la claridad del nuevo día que, nuevo, se presenta ante nosotros, para darnos , amor, este hermoso milagro de la vida.
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LAS PEQUEÑAS COSAS
Un gesto, una mirada, un sonido, un sabor, una fragancia, un pequeño detalle es suficiente
para que el alma entone su canción y funda la memoria y el instante conformando un presente de sosiego, de calma, de placer. Son las pequeñas cosas, apenas perceptibles, diminutas, tan cerca de nosotros y siempre tan distantes
a nuestros ojos que no saben ver. Cuando llegan, y tocan los sentidos, nos alumbra la luz y nos parece…
alcanzar la belleza, ver la vida más hermosa que nunca.
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La ira eterna
Si el mañana no existiera, si con vosotros ya no estuviera,
si la vida os privara de mi presencia. No quiero que se entere nadie ni llore quien no sienta, no quiero que me alaben los que ahora me atormentan. Sólo quiero que lo sepan aquellos que me amaron, y sus lágrimas son sinceras. Aquellos cuyos abrazos me dieron felicidad eterna. Porque muy valiente ha de ser el que a perturbar mi alma se atreva… Todo aquel que no lo sienta mejor alejarse de alguien a quien en vida hiriera, porque mi ira caerá sobre sus cabezas.
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Cobardes de alma
Cuando el cielo se vuelve gris, y la lluvia anuncia su llegada, los cobardes se refugian en sus corbatas,
los ilusos tras una mesa desgastada, y los perros ladran para intentar asustar al que no tiene nada. Pero ninguno de ellos sabe
que la lluvia limpia el alma, que no es más, quién más tiene, sino al que menos le hace falta. Que la vida da muchas vueltas,
y nada pierde quien no tiene nada. Poder y dinero pisan el mismo albero,
y en la espesa tiniebla se pierden con su ego. Se pierden sin mirar la luna luna humilde y blanca, se pierden en la penumbra de una noche que calla, una noche que no ayuda a aquel que daña. Pobre de aquel que no lo vea, pobre del ciego de alma, pobre del que piense que el poder sana, porque todos somos mortales, pero pobre del que tenga negra el alma.
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MONTES Y MANTAS En ese dìa lejano cada estrella mostraba la luz fuerte y
sinuosa, del rayo mas tenebroso. En ese dìa lejano montes y mantas
hablaban la lengua, confusa y hostil, de la soberbia odiosa.
En ese dìa lejano cultos y analfabetos abrazaban la misma causa, la loca y ardiente causa, del
querer siempre mas.
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ALGO CON ALGO Era una tarde oscura quizà el invierno, quizà el sol que se retirò temprano, era una tarde oscura
donde el dolor algo tenìa que ver, era una tarde oscura y la voluntad no era mucha,
cuando se presenta asì, y se acepta asì, la tarde gana en aridez,
y sus lìneas son quebradas, con rugosidad y no quieren abrirse,
ni compartir algo con algo.
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Fotografías:
Bill Gekas
Recién salida de un cuadro de Vermeer, la luz de los ancestros se hace niña,
escenario barroco para este memorial de fantasía.
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Textos:
La edad de la inocencia muestra aquĂ su mĂĄs preciado fruto, tan dulce y tan agraz como la misma vida.
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PALOMAS SABIAS Fieros en sus pedestales,
mirada altiva y lejana, son los vigilantes mudos, de nuestras avenidas y plazas
Grandes genios militares, cardenales con sotana, unos, llenos de santas cruces y los otros, de medallas
Los hay que abrazan al aire, muchos empuĂąan espadas, montados en caballos gigantes, los otros sobre potentes alas. Son los hĂŠroes flamantes, invictos en mil batallas, los pilares fundamentales,
que forjaron santas patrias Quien tuviese el donaire, de esas palomas sabias, que sin seguir reglas de nadie. las coronan, con sus cagadas.
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Fotografía:
Poema:
Jesús Cañas del Pozo Miguel Rubio Artiaga
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L
os poetas nos entristecemos en exceso por la poca atención que la sociedad nos concede. No debiéramos andar tan quejumbrosos. En el fondo, esa entelequia que llamamos sociedad no hace caso a nadie. Vivimos tiempos donde reina lo pasajero, es moneda común la falta de sustancia y son bandera los mensajes publicitarios, las ocurrencias de red social y la comida rápida aunque nos siente como un tiro.
La mayor de las famas en esto de la poesía, como en tantos otros campos, es flor de un día, puesta de sol efímera, musiquilla ocasional. Si los mejores investigadores, los personajes solidarios, los políticos decentes o los héroes sociales resultan flor de un día, pasan por las noticias como un rápido brillo y se extingue su memoria en menos que canta un gallo, ¿por qué debería prestarse más atención a los poetas?
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Lo que más le interesa a la mayoría de esta sociedad adocenada es la estupidez que cualquier insensato suelte en un programa televisivo dedicado a esa víscera llamada corazón, lo más jaleado y discutido es cualquier insignificancia de un jugador de fútbol, lo más comentado es algún morboso crimen que, no se sabe por qué, es aireado por los medios de comunicación en detrimento de otros muchos igual de terribles (todo sea por la audiencia aunque se quede en cueros la decencia).
La poesía, arte de primera fila desde el principio de los tiempos, es en la actualidad oficio raro, de tipos poco prácticos — a decir de los prácticos más simples y desinformados—. Pero no es esto lo peor, lo más triste es que, ante el ignorante desprecio social, los poetas se encierran en sus guaridas y la emprenden a dentelladas contra los congéneres en vez de hacer causa común y mostrarle al mundo, con toda firmeza, que la poesía es necesaria para que el mundo sea mejor.
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Andan los vates a la greña, unos contra otros. Los menos, enquistados en camarillas de cierto prestigio, más endogámico que otra cosa, monopolizando y repartiéndose el poco pastel que usurpan en la feria de las vanidades y ninguneando a cuantos pudieran hacerles sombra. Los más, nadando como pueden en la misma feria pero sin que les dejen sitio en alguna noria que les dé un respiro. Raza esta de los poetas, cainita como pocas, que amontona galardones, prebendas y atenciones para unos pocos y hurta al presente y al futuro voces notables que terminarán en el más abyecto olvido. Batiburrillo sofocante que suma a la indiferencia del vulgo la prepotencia de algunas editoriales, academias excluyentes, medios de comunicación ignorantes y críticos de pacotilla. Más vale no preocuparse, escribir lo mejor que se pueda y confiar, a imitación de lo que dijera Arnaldo Amalric, aquel inquisidor canalla, en que el futuro "reconocerá a los suyos". Extremo, por cierto, que no creo que les funcionase a los más de siete mil masacrados de Béziers, entre cátaros y católicos. Ni les va a funcionar a los poetas.
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Un lugar para visitar
La ciudad de Aeminium, muy próxima a Conímbriga, emplazada, en un punto estratégico en la ruta que comunicaba Olisipo (Lisboa) y Bracara Augusta (Braga), controlando el transito del río Mondego.
El lugar elegido para Aeminium es muy complejo para desarrollar un urbanismo regularizado, sin embargo, precisamente por su altura, puede ayudar a resaltar mucho más el perfil de los edificios, públicos singulares. Así ocurre hoy en día, con la Universidad o el Museo Nacional Machado Castro. Pues bien, este lugar, el más elevado, fue donde se situó el foro de la ciudad, cuyo conjunto más reconocible y reconocido es el criptopórtico, cuya estructura inferior, impecable construcción, fue reaprovechado por el palacio episcopal, hoy Museo Nacional Machado Castro. Además de ser el perfecto refugio para los días calurosos, pasear por las galerías es un innegable placer para historiadores y arqueólogos, aunque pasa ser una simple bodega para aquellos que no sepan interpretar que este edificio es una joya única. Quizá habría que emprender otro tipo de musealización y que no sea un simple recorrido por galerías frescas y húmedas.
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n este transitar en pos de la cultura, de regreso de Perú, quise besar con la mirada lo sublime del arte, donde los párpados duermen instantes guiados de cantos y vigilias intemporales. Acudí al Museo Nacional de San Carlos a acariciar el trabajo creativo de uno de los más grandes escultores del Siglo XVIII y XIX Antonio Canova, que consta de 7 esculturas, 13 grabados y 29 fotografías de Domenico Mimmo Jordice quien le da otra perspectiva visual a la obra del gran Maestro Canova. 82
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Autoretrato de Cánova en 1792
Canova es un genio de la escultura, hace hablar a la piedra, se distingue porque amalgama varios materiales y quita el brillo a su obra dándole un tono mate. Antonio Canova fue escultor y pintor del Neoclasicismo, inspirado en el arte de la antigua Grecia. Nació en Possagno, Italia el 1 de noviembre de 1757 y muere el 13 de octubre de 1822 en Venecia. Sus restos reposan en la Basílica de Santa María dei Frari en Valencia. Inicia sus primeras obras a los nueve años, de ahí su abuelo que era escultor se percata del talento del niño y lo envía con Maestros escultores.
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Retrato que hizo de Paulina Bonaparte como Venus victoriosa (1804 -1808)
Las esculturas causan impacto visual, por las expresiones de los rostros se puede apreciar hasta las arrugas, las venas, además del movimiento, la mirada hierática de algunas, otras expresan amor.
El arte escapa a la historia, la marca, la desprende del suelo, denota espacio, así la imagen cobra cuerpo atada al momento, al sitio. Nos deja entrever por instantes el allá, el aquí, el ahora. Canova realizó en el arte la misma transformación de sensación e idealismo que en Filosofía logró Kant, en literatura Gohete y en música Beethoven.
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Esta exposición en donde se entrelazan dos grandes del arte Canova y Mimmo Jodice fotógrafo contemporáneo nacido en 1934, se especializó en la obra de Canova en donde resalta los claros oscuros. Dos venecianos distantes en el tiempo que unen su talento en “Sensualidad y belleza”, tuve el honor de ser guiado en el recorrido por la exposición por la historiadora e investigadora de Arte la Srita. Berenice Esenry Pacheco Velázquez, quien hacía su trabajo social en ese recinto del arte, ella es egresada de la IBERO Cd., de México.
Antonio Canova. Las Tres Gracias, 86
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Psique reanimada por el beso del amor, Museo del Louvre.
1815-1817 87
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PASEOS POR LA HISTORIA DEL ARTE: ARQUITECTURA
A.P.U.
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Real Sitio (S XVII)
“Cuando el Emperador Carlos V empezó a interesarse por desarrollar Aranjuez como una villa regia, con amplio coto de caza. se aposentó, como en 1501 había hecho Felipe el Hermoso, en el viejo palacio de los maestres de Santiago”.
Real Palacio de Aranjuez. Dibujo de Pier Maria Baldi, 1668
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A modo de preámbulo, debemos comentar que el nombre de Aranjuez proviene del topónimo pre-romano "Aranz", apelativo de una aldea situada en el lugar donde ahora se alza la ciudad actual. Por Real sitio de Aranjuez hacemos referencia a un conjunto de edificaciones y jardines construidos para residencia de recreo o descanso de los reyes españoles de las dinastías austriaca y borbónica. Básicamente lo componen tres unidades constructivas: el Palacio Real, la Casa del Labrador y los Jardines del Príncipe. El Palacio de Aranjuez fue mandado construir en 1387 por el Gran Maestre de la Orden de Santiago don Lorenzo Suárez de Figueroa como lugar de descanso. Fernando el Católico lo incorpora a la Corona en 1489 y más tarde Carlos V convierte el palacio en residencia real de descanso. En 1534 Carlos V crea también el Real Bosque y Casa de Aranjuez con la plantación de especies arbóreas que será el germen de los futuros Jardines de Aranjuez. En 1551 se crea el Jardín Botánico, que será el primero de estas características en el mundo. Una antiguo proyecto del rey Carlos I sería el origen del actual Palacio Real que mandó construir su hijo Felipe II en 1561, tres años después de la muerte de su padre (1558), quien encomendó la obra al arquitecto Juan Bautista de Toledo , iniciándose la construcción de la capilla, que fue culminada por Juan de Herrera, arquitecto de confianza del rey. Unos años más tarde, se comienzan las obras del Palacio bajo la dirección de Juan de Minjares.
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Vistas actuales del palacio y de los siglos XIX (Abajo) y XVII (Arriba)
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Los inmensos jardines, proyectados para ensalzar la residencia real de la árida y seca meseta del centro de España, y regados con las aguas de los ríos Tajo y Jarama, son los más importantes del periodo de los Habsburgo en España. Estos años cercanos a la construcción del Palacio fueron difíciles para el monarca. Acontecimientos como El problema de la herejía luterana, la crisis económica, la rebelión de los Países Bajos y la derrota frente a los otomanos, dejaron a Felipe II en una situación crítica que aún podía empeorar y lo hizo. 1559 fue un año de malas cosechas, que provocaron hambrunas en 1560, de nuevo, en 1561 se perdieron las cosechas, por lo que la hambruna se agudizó en 1562. A principios de 1561 el trastornado príncipe Carlos sufrió un grave accidente que 92
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casi le costó la vida. El príncipe cayó por unas escaleras mientras perseguía a una doncella y sufrió un fuerte golpe en la cabeza. La única alegría de Felipe II en estos años fue su boda con Isabel de Valois. Además la capitalidad de España pasa de Toledo a la villa de Madrid. Cuando Felipe II muere, en 1598, la construcción ribereña presenta acabada la llamada torre sur, ocupada por la capilla, y una gran parte de las fachadas de mediodía y poniente. Las obras no se volverían a reanudar con los Austrias Menores. Habría que llegar a la instauración de los Borbones en España, con Felipe V. El rey borbónico, siguiendo los primitivos planos de Herrera encomienda al aparejador de los Reales Sitios, Pedro Caro Idrogo, la continuación de las obras, que se reinician en el año 1715. Se levanta la torre norte, de idénticas carac93
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terísticas a la construida por Minjares, y se completa la fachada oeste, construyéndose también toda la estructura que conforma el actual cuerpo del Palacio. Destruido el edificio por un incendio, Fernando VI encarga su reconstrucción a Santiago Bonavía, quien incluye en la restauración de la fachada principal algunos cambios, como los arcos sustentadores de la terraza del primer piso y la adición del frontis sobre el que descansan las estatuas de los reyes Felipe II, Felipe V y Fernando VI. En época de Carlos III se amplía el Palacio, siendo Francisco Sabatini el autor de las alas de poniente, que limitan lateralmente la soberbia Plaza de Armas. En el extremo del ala derecha se levantó la actual capilla, decorada por Bayeu, El Palacio Real de Aranjuez se caracteriza exteriormente por sus colores blanco, de la piedra de Colmenar, utilizada en su construcción, y rojo, de los ladrillos empleados en
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sus paramentos. El frente del edificio, excepto en su cuerpo central, presenta una sucesión de ventanas, en su piso inferior, y balcones, en el superior, que es rematado por una balaustrada. La fachada orientada al Este, con dos pisos, posee en su centro un cuerpo saliente cuyas ventanas y balcones dominan los Jardines del Parterre. Finalmente, las fachadas Norte y Sur, de características arquitectónicas similares, están compuestas de dos cuerpos rematados por una balaustrada. El acceso al Palacio se realiza a través de los pórticos de la fachada principal. Del Palacio destacamos especialmente la Sala China o Gabinete de Porcelana, así como la Sala de los Espejos. En la bóveda, Giacomo Amigoni ensalzó el reinado de Fernando VI, con la Fe, la Caridad, la Justicia y la Prudencia en el centro, junto a la Munificencia, la Abundancia, la Fortaleza y la Paz; en los extremos, enmarcadas por rocallas características del rococó, la Verdad y la Eternidad, y en
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los ángulos.
de pórtico, un cuerpo que se abre al exterior por medio de cinco arcos de medio punto en su parte frontal y por un sólo arco en cada uno de los laterales. Una gran balconada con antepechos pétreos encima del pórtico diseña un gran balcón o terraza abierta al patio de armas.
El Palacio está formado por dos pisos, el inferior se abre al exterior mediante ventanas en arco de medio punto mientras que el superior lo hace mediante balcones con antepechos de forja. El cuerpo central se eleva con un tercer piso rematado por un frontispicio con el escudo de Fernando VI. A ambos lados del escudo hay dos inscripciones pétreas y allí se indica la fecha de 1752 como de terminación de las obras.
Por detrás del cuerpo central del palacio encontramos un patio interior descubierto alrededor del cual giran las diversas habitaciones del palacio.. En ambas esquinas podemos apreciar dos pequeñas torres acabadas en cúpulas que descansan sobre tambores circulares. En los tambores se alternan paramentos lisos, con óculos que iluminan el interior y otros con algún reloj que tienen ciertas particularidades. Así en uno de ellos las
En la cornisa hay tres estatuas de los reyes Felipe II, Fernando VI y Felipe V ordenadas erigir por Fernando VI y talladas por Pedro Martinengo o Martinenghi. Fernando VI ordenó levantar también en este cuerpo central ,a modo
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Salón del Treono (superior) Salón del Baile (izquierda) Abajo: Tocador de la Reina
be Sala realizada para la reina Isabel II entre 1847 y 1851.Sala china Sala de guardias del Rey: esta sala es de las más antiguas del palacio, pues es de las construidas en tiempos de Felipe II. Tiene seis grandes lienzos de Lucas Jordán
agujas de las horas y de los minutos tienen la misma longitud y en las esferas el número cuatro está señalado con cuatro palotes IIII. Destacamos, entre las más significativas, las salas siguientes: Sala de Guardias de la Reina. Sala de la Reina Isabel II. Sala de Música de la Reina ala norte. Oratorio de la reina . Salón del trono .Despacho de la Reina .Gabinete de porcelanas .Tocador de la Reina .Salón de Baile o Salón de Recepciones en el eje central del ala este. .Comedor de gala .Dormitorio del Rey .Salón de espejos en el ángulo sureste del palacio.. Salón árabe Salón áraSalón Árabe 99
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Escribir sobre Don Rómulo Gallegos, no es cosa fácil. Nuestro monstruo de la novela hermosa, tiene en sus creaciones muchos matices, que no por el hecho de ser sencillos, deja traslucir una obra pasmosamente calculada y bellamente presentada. Este Ilustre caraqueño, con mayúscula, riega con su prosa ese intenso contenido social, que circundaba y aun en menor proporción, circunda, el panorama de esta Venezuela insólita. Por esa inmensidad productiva e imaginativa, notamos que en primer término fundamenta su fuerza poética en lo que le brinda la naturaleza propia mediante el paisaje. Porque no solo el hombre es reaccionante y reaccionado, el medio natural le hace actuar, por lo que podemos asegurar sin equivocarnos, que recibe el impulso paisajista que lo convierte en esclavo. Gallegos se adueña del entorno. Pero no para ultrajarlo ni degollarlo sino para adornarlo y enriquecerlo de seres humanos. No se ancla en ese miramiento esencial, en que muchos escritores caen, sino que saca a la palestra a sus habitantes con todos sus conflictos internos, pasiones y sentimientos. En “Reinaldo Solar” (1920) y “La Trepadora” (1925), visibiliza el comportamiento social de la Caracas y las zonas aledañas de su época. Exhibe la bastardía de los hijos. Se llena de imágenes y seres dibujados en toda su humanidad total. “Doña Bárbara” (1929) y “Cantaclaro” (1933) es la plena realización de esa inmensa llanura tan nuestra, tan rellena de vitalidad. “Canaima” (1934) es otra faceta de la dureza de la selva guayanesa; en “Pobre negro” (1936-37) asoma el profundo penar ancestral de los barloventeños y los tuyeros. La necesidad de aceptarlos como parte de la sociedad. No escapa a su mirada literaria la región
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zuliana que retrata de cuerpo entero en “Sobre la misma Tierra” (1943) Trazando su viaje geográfico se acerca henchido de universalidad al plano americano, cuando escribe “La brisa de paja en el Viento” (1952) Es quizás el comienzo de su novelística al plano americano. (Cuba) Es una excelente extensión del paisaje a su integralidad. Su alerta es un despertar al lector para que desencadene su interés e identidad geográfica. Verifica su determinismo frente al paisaje, a la voz de la naturaleza que rodea al hombre a través de sus formas y costumbres. A decir de Orlando Araujo, en su libro de investigación acerca de la “lengua y Creación en la obra de Rómulo Gallegos” “el autor exalta al campo a la vez que lanza mimos a la ciudad”. Por eso difiero de ese pretendido “determinismo del paisaje” al cual hace alusión Araujo. Puesto que desde 1900 venía desarrollándose como una culebra pensamental en la novelística latinoamericana, una tendencia de “salida del paisaje”, es decir trascender las letras hacia una perspectiva más internacional. Esto porque ya se había iniciado una toma de conciencia de los escritores regionales y latinoamericanos a la realidad de un modernismo apegado a una conciencia propia. Así vemos: a un José Eustacio Rivera con La Vorágine (1924), Manuel Díaz Rodríguez con “Ídolos Ro102
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-En la imagen, de izquierda a derecha: Luis Felipe Llovera Páez; Leonardo Ruiz Pineda; Edmundo Fernández, ministro de Sanidad y Asistencia Social; el presidente Gallegos, Carlos Delgado Chalbaud y Marcos Pérez Jiménez, entre otros. Caracas, 1948 . tos” (1901) y José Rafael Pocaterra, “Cuentos Grotescos” (1922) etc. Gallegos afirma: “estoy interesado en la perspectiva psicológica del personaje más que su conformidad física” Por eso adapta al hombre al paisaje. Lo envuelve en sus circunstancias folclóricas y ambientales. Lo pasea con esa aureola de pesimismo y positivismo, con sus características vivenciales en pensamiento palabra y obra, a un mundo exigente, áspero, crudo, desnudándolo de realidades. Y así hombre y paisaje se virtualizan y se materializan en una simbiosis ultra interna de hechos cobijados por lo que les corresponde vivir en sus momentos. Emociona esa narrativa apasionante que espiritualiza la naturaleza y la ofrece al lector en forma sencilla pero históricamente compleja.
Otra cosa son sus recursos literarios. No puedo soslayarlos. Es la imaginación en contubernio con lo que tiene a su vista. En
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Canaima, por mencionar la obra que nos toca más cerca, dado ese personaje ambiental que posee nuestro grandioso Orinoco, al que personalmente yo llamo: “Un libro de Agua”, lo inspira y lo motiva; donde la trama se desenvuelve en contra de ese caciquismo acendrado y el ansia de extraer la riqueza del suelo aledaño. Ahí hallamos la queja de la selva en una desaforada ansiedad de Marcos Vargas, que lo lleva a pisar Ciudad Bolívar para intentar redefinirse como enamorado de una dama guayanesa y mezclar ese amor con la infinidad de negocios no muy transparentes. Con esa hilera de negocios y personajes, el drama se enjuaga entre el calor y la neblina de un hábitat cruel y muy realista. En todo ese ambiente, que sin demasiadas sutilezas recorre el escritor, el paisaje es misterio, intriga/ leyenda, y lo hizo amo y señor en todas las obras de la Era Gallegos.
Gallejos con su junta de gobierno 1948
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"LA MAESTRO" vuela en busca del amor Cuerpo de mujer, cinturita de romanza, y en tu vientre un mandala desde el que salen las notas rasgadas de quien te amó: Paco de Lucía. Una guitarra, nueve países Iberoamericanos de América y Europa, 34.000 kilómetros recorridos hacen de este proyecto una historia llena de espiritualidad, amor, alegrías y lágrimas , no sería posible este proyecto si sus creadores el músico y productor Javier Limón y el creativo Jorge Martínez no sintieran como siente este género tan nuestro. "La Maestro" única guitarra diseñada por Paco Lucía y que encarga a su amigo y Lutier Toni Morales su fabricación, Paco de Lucía obsesionado por la afinación, sólo puede confiar en este gran amigo, grandes talentos. Y la guitarra empieza a volar en busca de unas manos que la acaricien, ya que con su dueño no pudo ser, no tuvo tiempo la muerte le sorprende, Paco de Lucía paso a formar parte de el gran macrocosmos donde habitan los genios, fallece el 25 de febrero de 2014.
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Guitarra LA MAESTRO
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Muy unido y amante del Jazz, la música Cubana y de Brasil, eleva a una categoría estética de arte mayor sus notas, por el mundo entero, "La Maestro" busca su raíz portuguesa, en una maravillosa simbiosis de Fado y Flamenco se encuentra con la cantante portuguesa Mariza, "la fadista" que entrelaza el diálogo del fado y el flamenco. Surcando los mares llega América "esa guitarra mía que me acompaña" y el encuentro con la mexicana Magos Herrera, voz excepcional del jazz latino actualmente, acompañada a la guitarra del gran músico Javier Limón y el armonicista Gregoire Maret donde cobra protagonismo la figura de Paco de Lucía. Y viaja la guitarra cimbreante con su cuerpo de mujer al encuentro de unas manos que la acaricien, La Habana, punto referente para De Lucía, quería a Cuba, donde llegó a pasar largas temporadas, y la alegre viajera se encuentra con su amigo Alain Pérez, pianista, percusionista, cantante, arreglista, estrella reconocida mundialmente del jazz latino, y "LA MAESTRO" se deja acariciar junto a Muñequitos de Matanzas, la simbiosis no puede ser más perfecta, Guaguancó con aire africano y flamenco.
Javier Limón
México, mar Caribe donde pasaba también largas temporadas, el mar le inspiraba a crear, el amor lo encontró en Gabriela Canseco, aquí nacieron sus hijos pequeños, y aquí entrega su alma a los dioses Aztecas. Es Alejandro Sanz quien tiene la suerte de interpretar su famosa canción Corazón Partío al acariciar a "LA MAESTRO", gran amigo de Paco de Lucía, habla de sus vivencias ,anécdotas con el gran guitarrista.
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Y la Guitarra vuela, y en el aire se escuchan las notas de Paco de Lucía y aterriza en Colombia, el país de la cumbia y el vallenato, los ritmos se mezclan , el jazz con el bolero y el flamenco en el gran músico José Dario Martinez "Chabuco" y Mónica Giraldo.
Y la viajera incansable pasa por Uruguay, la música gira alrededor del Candombe de raíz africana, que nace hace más de 200 años, Rubén Rada, magistral artista que mezcla el Candombé con otros ritmos, cabe hacer importante reseña del artista Fernando "Lobo" Nuñez percusionista y lutier afrouruguayo quien también fabrica tambores. De Uruguay "LA MAESTRO" vuela soñadora a Salvador de Bahía, y se encuentra con Carlinhos Brown, gran percusionista de gran prestigio mundial, hombre comprometido socialmente, solidario que consigue por algo tan especial con el ritmo de los tambores y la música erradicar la violencia y la droga, el músico ayuda a sus gentes con programas sociales apoyado siempre por la música popular, talleres de capoeira, alfabetización, etc
José Darío Martínez Mónica Giraldo
Carlinhos acaricia "LA MAESTRO", rasga de forma espiritual sus cuerdas, y quizá en este sitio el documental rodado tiene un álgido sentido espiritual, en la que Javier Limón cede su corazón de artista a esta tierra, con magia en exquisitas imágenes de Brasil y sus músicos callejeros, el gran Caetano Veloso, maestro respetable, espera con sus brazos amorosos para tocar la mujer de la cinturilla de romanza "LA MAESTRO". Y nos encontramos con Guinga quien cuenta su gran amistad con Paco de Lucía, Guinga gran virtuoso de la guitarra. 110
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No podía faltar Argentina, la tierra del tango, hermoso documental del tango, sensual baile, que parece que el hombre acaricia a "LA MAESTRO", cuando baila con la dama ceremonialmente. Aquí nos encontramos con Luis Salinas, cantante compositor, guitarrista que cultiva varios géneros con gran virtuosismo, cultiva el jazz, tango folclore, blues, bossanova y el flamenco, en vida llegó a tocar junto a Paco de Lucía, componiendo temas para de Lucía, el documental sacó el alma de este artista, emocionantes tomas del artista en el que siente el flamenco como suyo, inmerso en las notas al rasgar la guitarra, no podían ser de mayor belleza para que el espectador se sienta unido al acorde de las notas.
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Jorge Martínez
Y la guitarra vuelve sigilosamente a su tierra España que le vio nacer, surca los mares para entrar a la tierra del flamenco, Tomatito, Paco de Lucia fue su maestro, es su seguidor el que quiere seguir los pasos al acariciar haciendo vibrar de amor a la guitarra, y saliendo notas de flamenco cual golondrinas al viento. Y "LA MAESTRO" hace su última parada, Jerez de la Frontera, donde el flamenco se respira en cada esquina, cuna de este arte, aquí la esperan los grandes puristas del flamenco, Diego del Morao y otros grandes hicieron el homenaje que se merecía Paco de Lucía. 112
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Gracias a sus autores, grandes artistas, que hicieron posible este documental lleno de sentimientos, Javier Limón entiende, lo vive, el flamenco, si no sientes y crees en algo tan profundo, no se podría llevar a cabo este hermoso documental.
Iberia que al cumplir sus 70 años de vida surcando los mares, ha hecho algo especial, magnífico tendiendo la mano en este gran proyecto, para rendir el homenaje que se merece este gran universal, artista que hizo un cambio revolucionario en la historia del flamenco, hizo que con su música y composiciones llegara a todo tipo de público, que se amara el flamenco, que llegáramos a llorar de emoción al acorde del rasgar de esa su guitarra, la de la cinturilla de romanza, de la que su vientre de Mandala saliera vida y alegría.
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Imรกgenes: Eduardo J. Ramos.
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Hame tan bien defendido, señora, vuestra memoria de mudanza, que jamás, nunca, ha podido alcanzar de mi victoria olvidanza: porque estáis apoderada vos de toda mi firmeza en tal son, que no puede ser tomada a fuerza mi fortaleza ni a traición.
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El castillo fue construido por los árabes en el pueblo del mismo nombre (Jaén), sobre un espectacular crestón rocoso que sobresale de la Sierra de Cazorla. La primera construcción estaba hecha de cal y canto y fue conquistada por los cristianos en el s. XIII. Estos ampliaron sus defensas y levantaron en lo mas alto de la cresta rocosa, la torre maestra. Hecha en mampostería y de reducidas dimensiones, su interior encierra una sola estancia cubierta con bóveda ojival. Desde lo alto se puede contemplar un panorama espectacular.
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A dicha torre se accede tras pasar varios lienzos de muros de tapial, parcialmente arruinados, que mantienen algunos de sus merlones y varios cubos de planta cuadrada. Uno de esos cubos defiende el acceso al recinto superior, que se practica a travĂŠs de una entrada en codo y tras la que se encuentra un aljibe. Fue propiedad de la Orden del Temple aunque su historia corre paralela a la del adelantamiento de Cazorla y sus fortalezas mas cercanas. En el s. XVI se construyĂł en su recinto, la Iglesia renacentista de Santo Domingo de Silos, por orden de Don Francisco de los Cobos. Hoy dĂa se encuentra en estado de ruina.
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La poesía me permite expresar lo que siento sin cuestionar lo que digo, me deja vivir mil realidades, interpretar mil personajes que de una u otra forma son facetas de mÍ mismo. La poesía es el beso que se posa en tus labios allende las fronteras, el abrazo que reconforta, la pasión que te devuelve a la vida, es la esencia vital del universo, la pulsión de la vida descarnada. Lenguas de Fuego son cien poemas con medio siglo de historia, un tren de largo recorrido que pretende detenerse en todas las estaciones. Amigo lector, ¡que sus besos te den calor sin abrasarte y luz sin cegarte!
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El traje de novio embrujado está inspirado en la obra de Goya “Vuelo de Brujas” (1797). Obra ganadora del I Certamen de “Protocolo Novios” con motivo del Centenario de la empresa familiar Mariano García Forcada. Una corta novela breve que nos mantiene expectantes desde el inicio de sus primeras letras hasta llegar al final de su último renglón. Nos deja leer como todo futuro está ligado con todo pasado.
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DEBEMOS FELICITARNOS POR LLEGAR AL Nº 74 CON UN AUMENTO CONSTANTE DE LA TIRADA. Esta revista llega a más de 230.000 correos electrónicos La Alcazaba no se hace responsable de los escritos de sus colaboradores
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