La alcazaba 88

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Revista La Alcazaba

Año VII Núm. 88 Octubre 2017 Revista Sociocultural

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Revista La Alcazaba

Página

Título

DIRECCIÓN:

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Ruta cervantinoquijotesca

ALFREDO PASTOR UGENA

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De lo que un viejo ventero contaba...

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La época del imperialismo

EDITA:

42

José Gálvez y la defensa de la Historia

EL MENTIDERO LITERARIO

48

Consecuencias económicas y Estado...

ISSN 2173-2184 MADRID

56

El sátiro del tranvía Lacroze

Depósito Legal M-4639-2007

62

Evelino Moreno Chumillas

WEB:

70

Alexander Solzhenitsyn

76

El eral y el buey

oquendo1957@gmx.com

84

Contra la desmolarización...

TELF.: (+34) 605434707

90

La poesía de Siglos

94

Poesía

102

Imágenes y palabras

106

Dos pinturas de un pintor

108

Hachos que cambiaron el mundo

112

Paseos por la historia del arte

118

El camino de Santiago

134

Un lugar para visistar

136

Villaescusa de Haro (Cuenca)

144

Libros y publicidad

LUIS MANUEL MOLL JUAN

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FACEBOOK:

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Ernesto Vieco PUBICIDAD: Asociación de Arte i Cultura El Mentidero DIRECCIÓN POSTAL Revista LA ALCAZABA Av. De Elda, 75, 3º C 03610 Petrer (Alicante) España Telf.: (+34) 605.434.707

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Alfredo Villaverde

Alfredo Pastor

Julio FernándezSanguino

Enrique Gracia

Silvio Maresca

Jesus Cañas

José M. Mójica Legarre Luis Manuel Moll

Isidoro A. Montenegro

María Luz González Rubio Washington Daniel Gorosito

Miguel Rubio Artiaga

Fernando Larroda

Pedro José Moreno

Xavier Eguiguren

Osvaldo Bobasso

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II PARTE

Con los Académicos de Argamasilla y los amigos del Bachiller Sansón Carrasco, que reclaman la gloria de ser vecinos de don Quijote, recordamos su docto consejo de que “el buen vino es una jovial criatura si de él se hace buen uso”.

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Vamos retomando la nueva ruta contemplando el castillo de Peñarroya, que se refleja en las aguas del embalse de su nombre y en torno al cual se hacen presentes las leyendas más piadosas y devotas de toda La Mancha. De ellas es protagonista un moro que promete, si se le perdona la vida, indicar el lugar exacto donde oculta un impresionante tesoro, que no es otro que la imagen de la Virgen. El capitán don Alfonso Pérez de Sanabria firmó la promesa en 1198 al conquistar el castillo y posteriormente la Virgen que fue hallada compartirá el patronazgo de las villas de Argamasilla del Alba y de La Solana. Castillo de Peñarroya es una fortaleza medieval del siglo XIII, originariamente musulmán, que perteneció a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén

Cruzamos el Canal del Gran Prior y vamos a disfrutar de uno de los pueblos más importantes en las rutas del Quijote. El nombre de la villa puede responder muy bien al diminutivo de “argamasa” en alusión a un “edificio mal construido” con mezcla de cal, arena, tierra y agua en tiempos del Gran Prior de la Orden de San Juan, don Diego de Toledo de la Casa de Alaba, al tener que ser trasladado el pueblo por motivos y a consecuencia de una inundación del primer emplazamiento que data de 1198 al lugar actual.

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El Canal del Gran Prior es sin duda la obra más antigua ejecutada en el río Guadiana Alto. Hay quien atribuye su construcción al restaurador de Argamasilla de Alba D. Diego de Toledo, Prior de la Orden de San Juan (S. XVI), pero su construcción es evidentemente anterior a este Prior, teniéndola otros por obra de Fray Fernando Rodríguez en el siglo XIV.

Argamasilla del Alba tiene un entorno repleto de historia con abundantes restos o “motillas” que jalonan esta tierra y en la que el agua, y más si es la que procede del misterioso Guadiana, forja y acrecienta imaginaciones enfebrecidas tanto personales como colectivas. Es importante tener presente los comportamientos para poder interpretar con fidelidad lo que es en realidad y lo que se cree y representa Argamasilla del Alba en la historia lineal de don Quijote en la mente de Cervantes. Molino del Maese Pedro.

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Los recuerdos cervantinos están muy presentes en Argamasilla, sobre todo cuando se ve la Casa-cueva del alcalde Medrano, que fue cárcel y de la que sugiere que Cervantes tuvo presente al referir que el libro fue concebido en una cárcel “en la que toda incomodidad tiene asiento”. Tiene verosimilitud la alusión a que el delito cometido por Cervantes, que fuera hizo merecedor de pasar unos días en la cárcel de Argamasilla, fue un piropo de más dirigido a una sobrina de un tal don Rodrigo Pacheco, personaje con quien pudo muy bien identificarse don Quijote. En este templo, en la capilla de la Virgen de la Caridad de Illescas, se halla expuesto el cuadro-exvoto que donó don Rodrigo Pacheco, fechado en 1601. Al pie de dicha pintura puede leerse esta inscripción: Cárcel de Cervantes enArgamasilla.

Apareció nuestra señora a este caballero estando malo de una enfermedad gravísima desamparado de los médicos víspera de San Mateo año MDCI encomendándose a esta Señora y prometiéndole una lámpara de plata llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el celebro de una gran frialdad que se le cuajó dentro.

Por la fecha datada y por la referencia a la enfermedad se ha podido identificar al donante del cuadro como el caballero que conoció Cervantes en esta localidad y en el que se inspiró para crear su personaje de El Quijote. En Argamasilla la iglesia de San Juan Bautista, edificada en 1542, es uno de los templos más grandiosos de La Mancha.

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Ilustración de Gustave Doré en la edición coloreada de Luis Tasso (hacia 1894)

En la plaza donde las imágenes de los personajes del Quijote desafían a los fenómenos atmosféricos nos hace recordar las poesías atribuidas por Cervantes a los “Académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha”, y que cierran el texto del Quijote en su capítulo 52 y el último de la Primera Parte. Las poesías les son atribuidas a los “Académicos” con esos nombres de fantasiosa invención cervantina: “El Monicongo”, “El Paniaguado”, “El Capricgoso”, “El Burlador”, “El Cachidiablo” y “Tiquitoc”. Dejamos Argamsilla y nos vamos hacia la población de Tomelloso de la que dicen que no está como el resto de La Mancha asentada sobre una gran cisterna de agua, sino sobre una gran cisterna de vino. Un lago de vino apresado en cubas y en centenarias tinajas es el fundamento del pueblo que suele conocerse como “manantial de vino”.

Juan de Ornero comenzó la construcción de la iglesia de San Juan Bautista en 1542, continuando la obra el maestro cantero Juan de Rigos que la dejó sin concluir, hasta que en el siglo XVII se completa en parte y en el XVIII se remata con obras arquitectónicas y con ornamentación.

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Motilla de Retamar. Asentamiento de la Edad del Bronce 2200 -1500 AC

La Mancha, La historia del Quijote, no se entenderían sin el compañero inseparable del vino que como bien dice el protagonista de la novela “el buen caldo es una jovial criatura, si de élse hace buen uso”. Tomelloso tiene esta herencia en el interior de sus subterráneas cuevas escavadas desde siglos ¡ah! . Allí el vino que en su día bebió Sancho Panza que –“simple gracioso y no comedor ni borracho”- no oculta su aficción a beber estos caldos y en toda ocasión que se presta hace gala de ella:

“Sacando de las alforjas lo que en ellas había puesto, iba caminando y comiendo detrás de su amo muy de su espacio, y de cuando en cuando empinaba la bota, con tanto gusto, que le pudiera envidiar el más regalado bodegonero de Málaga. Y en tanto que él iba de aquella manera menudeando tragos, no se le acordaba de ninguna promesa que su amo le hubiese hecho, ni tenía por ningún trabajo, sino por mucho descanso, andar buscando las aventuras, por peligrosas que fuesen” (I,8).

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Iglesia Parroquial de Tomelloso

Bombo de Tomelkoso

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Cuevas donde descansa el vino de Tomelloso.

También en don Quijote, podemos leer como la excesiva aficción al vino se vincula la bajeza social. Don Quijote aconseja a su escudero, cuando se dispone a gobernar su ínsula no comer ajos ni cebollas, ni mascar a dos carrillos, ni eructar delante de nadie, pero sobre todo que fuera “templado en el beber, considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra” (II,43). Cervantes comenta con la sorna de don Quijote que “tanto alababa el vino, que lo ponía por las nubes, aunque no se atrevía a dejarlo mucho en ellas porque no se aguase”. En la villa de Socuéllamos a 12 del mes de Diciembre el año del nacimiento del Nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de 1575, Diego López Barbero, Juan Ruiz Cañizares y Luis muñoz vecinos de esta villa se juntaron y escribieron las respuestas a las preguntas del memoria de su Majestad, de cuyas respuestas se hace el siguiente resumen: “La villa de Socuellamos siempre se ha llamado así sin que se sepa haya tenido ningún otro nombre, se ignora igualmente la razón del mismo aunque bien pudiera ser que el mismo procediera del hecho de que la misma se encuentra situada como en un hoyo de manera que si miras a tu alrededor siempre lo

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Iglesia Parroquial de Socuéllamos dedicada a Nuestra Señora de la Asunción.

tienes que hacer hacia arriba porque la tierra está más alta que donde ella se encuentra enclavada. Tierra dura esta de Sopcuéllamos que es en alguna manera templada aunque por estar fundada en arena suele ser demasiado cálida en verano y fría en el invierno. Está en tierra muy llana aunque en medio de esta llanura hace la tierra una quebrada. El pueblo está falto de leñas y se provee generalmente de la villa de Alhambra de donde suele traer leña seca y romeros verdes y otras marañas que están a cinco o seis leguas de la villa, dentro del propio término hay retama que es la leña más común que dentro del término se cría. También hay en el término

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algunos montes de encinas pero que están vedados, como la dehesa de Dernagal pues es la dehesa de la carne que está más cercana a la villa en ella hay alguna caza pequeña como conejos, liebres y perdices. A media legua de la villa de Socuellamos pasa el río Záncara que es río pequeño que de ordinario corre en invierno y se seca los veranos, aunque a una legua de esta villa, yendo río abajo se encuentran unos piélagos que se llaman los Ojos de la Torre que nunca se han visto faltos de agua y del agua que sale de ellos el río cobra alguna fuerza. Desde el año cincuenta en la que sobrevino una crecida de aguas se hizo una acequia por medio de esta villa que es de mucho provecho para el pueblo pues ella ha corrido y corre hasta un largo de un cuarto de legua. Junto a la acequia antedicha se han ido haciendo unas huertas en las cuales se crían arboledas, así como hortalizas, y cáñamo y lino, todos ellas son de particulares y entre los árboles que en ella se han puesto hay membrillares que son los que mejor se desarrollan y se han cogido de ellos buenos membrillos. En el río Záncara hay algunos molinos aunque son pocos e invernizos, debajo de los Ojos de la Torre hay un molino de piedra que llaman el Molinillo el cual suele moler

Casa Palacio de los Mendoza. También conocida como Casa de Mendoza o de los Comendadores. Es una casa palacio cuya primitiva construcción data de 1440, a la que se fueron anexionando numerosas dependencias en función de las necesidades o de los gustos de cada época. Junto a la Iglesia, aparece la Casa de Mendoza, que fue la Casa de la Encomienda que la Orden de Santiago y sus comendadores tenían en la villa

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Castillo de Manzanares.

durante todo el año por la fuerza que coge el rio de los dichos piélagos de los Ojos de la Torre de Vejezate. Más abajo se encuentran otros molinos más pequeños, uno de ellos es de los capellanes de la villa de Belmote y notros de particulares aunque pequeños y de poco valor. Desde el año cincuenta Socuellamos tiene agua suficiente por la acequia que se ha dicho, pero en gran parte del término hay escasez de agua y está muy honda pues a veces hay que ahondar hasta treinta estados y no se halla, por este motivo se suelen hacer aljibes y navajos para el uso de los ganados. Los mejores molinos que hay en la zona son los de las Lagunas de Ruidera que están a seis leguas. La yerba de ella se suele arrendar por 45.000 maravedís. Hay en ella también caza menor pero como es poca no se suele arrendar . Otra dehesa que es también del comendador es la de Manjavacas que se suele arrendar por 28 o 30.000 maravedís.

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La principal granjería que tienen los vecinos de esta villa son la labranza de pan, cebada y centeno, vino y ganado lanar. Y de estos productos es lo que se diezma a la Encomienda y a su Majestad”. En Socuéllamos nos encontramos con rincones que tuvo que ver nuestro Cervantes y es posible que hasta arrodillarse y contemplar el artesonado en la sacristía de lsu iglesia parroquial con devoción a la Asunción o el palacio de don Pedro de Mendoza. Y nos vamos hacia el paso ganadero de Manzanares. Su topónimo no responde en este caso a uno de tantos fitónomos

Ermita de la Vera Cruz. Antigua ermita y humilladero del siglo XVI.10 Ya en 1638 acogía las imágenes del Santísimo Cristo arrodillado con la Cruz a Cuestas y otro en la columna, y tenía como titular al Santísimo Cristo Crucificado. Ha sufrido diversas restauraciones, una de ellas llevada en 1883 por el arquitecto Francisco Cavas, quien dirigía por entonces las obras de la Catedral de la Almudena de Madrid. En dicha obra se reformó la fachada principal, con aumento del campanario y las agujas con que este termina. La ermita fue incendiada el 21 de julio de 1936, quedando solamente en pie el antiguo presbiterio, a partir de donde se levantó en 1940. En 2002 se culminó con la reformación de la fachada exterior, empleándose piedra caliza del páramo de Campaspero procedente de la cuenca del Duero. Asimismo, también se añadieron las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen de Belén a cada lado de la espadaña que la corona.

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Iglesia de la Asunción de Manzanares.Se trata, en cuanto a dimensiones, del templo más grande de toda la Diócesis de Ciudad Real. En un documento del año 1352 se menciona una «iglesia con la advocación de Nuestra Señora de Altagracia» como finalizada, a pesar de que hay ciertas dudas de que se corresponda con la iglesia actual. Las sucesivas fases de mejoras y ampliaciones, hasta llegar a la configuración del edificio actual, se prolongan desde, al menos, la primera mitad del siglo XVI. Su estratégica ubicación en la plaza de la Constitución del municipio, junto a otros edificios municipales emblemáticos, forma un conjunto de gran valor arquitectónico. La «obra maestra» de la iglesia es, sin duda, su pórtico principal, una de las más importantes obras de estereotomía construidas en España

como se registran en la geografía española, sino a la familia de los Manzanares que fueron los fundadores de su castillo en 1229. En tiempo de los romanos fue cruce y lugar de caminos de ganado. En su historia fue propiedad muy disputada de las poderosas Órdenes militares de Santiago y Calatrava.

se hizo presente la bella y misteriosa Marcela, “tan hermosa que pasaba a su fama su hermosura. Lo que hasta entonces no la habían visto la miraban con admiración y silencio; y los que ya estaban acostumbrados a verla no quedaron menos suspensos que los que nunca la habían visto…”

Manzanares recaba para sí la gloria de haber sido en su término municipal donde

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Pรณrtico principal de la Iglesia de la Asunciรณn.

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Enrique Gracia Trinidad

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Cantina siglo XVI-XVII. Pieter Bloot

— Hemos llegado, amigo, aquella es la venta de que os hablé. Pequeña y no muy limpia, pero suficiente. Tienen un aloque delicioso para refrescar el gaznate y, lo mejor de todo: el viejo ventero y sus historias. — Si es como dice vuesa merced, merecerá la pena haber recorrido estas últimas leguas de más. — Lo vais a poder comprobar vos mismo. En cuanto nos hallamos refrescado, llamaré a maese Sancho y le pediré que nos cuente una de sus historias, si es que no lo está haciendo ya para otros viajeros. Es su auténtica pasión. Algunos creen que puso la venta tan sólo para tener la oportunidad de que le escuchase la clientela. Insiste en que es el mismísimo escudero de esa novela que tuvo tanto éxito hace unos años, y que aún lo tiene, y que cuenta las descabelladas aventuras de un loco y pretencioso caballero andante.

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— He reído mucho leyendo ese libro de Miguel de Cervantes. Me lo vendió por unos pocos reales un joven perdulario de la calle de los Francos jurándome que era de su madre, una tal Mari Rodríguez que lo hubo heredado a su vez de un clérigo poeta y malencarado, al que sirviera antes de que el tal se marchase no sé adónde huyendo de sinsabores y deudas. Aún tiene el libro, en los márgenes, algunas notas que no entiendo, y una firma que se adivina de un tal Górgora o cosa parecida. — Góngora será, amigo mío. Que no es de extrañar que el ejemplar que tenéis le perteneciese. El tal era hombre de letras y poeta de cierto mérito aunque algo enrevesado de entendimiento. Sé por amigos que hace años se marchó a su tierra Cordobesa porque se había quedado sin valimientos en la Corte.

— Pues aunque venga de segunda mano, el libro tiene merecimientos de primera. — Así es. Yo sé de buena tinta que hasta los tudescos lo leen en su propia lengua. Y ya me parece mérito que en habla tan poco cristiana pueda nadie sacar el gusto a cosa que no lo tenga muy en abundancia. En estos razonamientos, bajé de mi caballería y continué: —Pues ya hemos llegado. Dejemos los animales en el cobertizo y permita vuesa merced que antes de pasar, le avise de que el tal Sancho, el ventero, siempre insiste en que los divertidos disparates que

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repite son la pura verdad de la historia y no lo que cuenta el tal Cervantes Saavedra. — Mal nos va si los posaderos nos salen ilustrados — Nada de ilustrado, más bien zote y retranco es el amigo, pero se ve que le han contado mucho, porque leer no sabe, y ha sacado buen provecho de lo escuchado. Sentencioso sí que parece, como todos los paisanos de esta tierra y no se deja de ver una chispa de sensatez en muchas de las cosas que cuenta. — Vayamos adentro pues, que ando molido y deseoso de poner las posaderas en asiento que no se mueva. Ambos amigos pasaron a la venta que era una estancia toscamente iluminada, con un olor indefinible, entre olla podrida y vino, o entre gachas de pastor y vinagre de lustrar madera. Las paredes de tapia llenas de rafas, encaladas con una masa que el algún tiempo fuera blanca, y con algún refuerzo de cal y canto por los bajos, cerraban un recinto irregular de baldosas de cocido sobre las que asentaban mal que bien cuatro mesas de corrido con banquetas y poco más. En un rincón, varios toneles ostentaban en las duelas corcheras unas pitarras mugrientas. Por las alacenas de obra que rodeaban una cocina de buen fuego y chimenea de ladrillo viejo, aparecían algunos picheles de estaño, una tembladera, varias vasijas de barro que alguna vez tuvieron buen color, y unos platos de china y de madera. Todo lo demás, que no debía ser mucho, se escondería detrás de un mínimo mostrador tan ahumado como la chimenea, donde se apoyaba adormilada una moza entrada en carnes, con la color subida y el pelo grasiento. A una de las mesas se sentaban tres caballeros de regular atuendo, más tosco que galán, y un fraile de semblante rubicundo y hábito mendicante que manoseaba con dedos gordezuelos una taza mientras lanzaba miradas amostazadas a sus tres compañeros de mesa que reían sin disimulo. — Rían vuesas mercedes si les parece, pero háganlo comedidamente que más parece que aquí, al señor clérigo no le pica tanto la historia como la burla que le hacen. El que así hablaba era sin duda el ventero, un hombre de edad indefinida, que peinaba ralas canas sobre el cogote y al que le brillaba la calva como plato recién fregado. Estaba a dos pasos de la mesa,

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apoyando el trasero sobre el borde de otra y con los pulgares metidos en la faja que rodeaba su orondo vientre. — Maese Sancho —dije amigablemente— ya veo que llegamos en buena hora pues estáis narrando vuestras aventuras a estos señores. El ventero torció el pescuezo hacia nosotros. — Aquí le traigo un mi amigo con el que viajo hacia la Ciudad Real y al que, de camino, he venido ensalzando vuestra fama de contar historias. — Tomen acomodo sus señorías —dijo el hombre, descabalgando el trasero de la mesa y volviendo hacia nosotros su panza aún más voluminosa vista de frente— que yo les pondré unos picheles de vino y poco de tasajo para que se regalen mientras escuchan. Nos sentamos a la mesa inmediata a la que ocupaba el otro grupo. Mientras llenaba los vasos y jaleaba a la dormida muchacha para que nos trajese unos platos con carne de buen aspecto aunque desconocida, siguió hablando. — Les decía a estos caballeros la aventura que tuve con mi amo y buen amigo, el caballero don Quijote, una noche que cabalgábamos con gana de comer y nos topamos de frente con unos fantasmales encamisados que se alumbraban con hachones encendidos, que tal nos parecieron estrellas a lo lejos. Venían como a modo de Santa Compaña o mascarada de fantoches, canturreando lo que luego supe que eran latines pero que al principio se me parecieron salmodias de mal agüero y de otro mundo. A mi se me heló la sangre y acometiome una tembladera tal que me aparté de la vereda y agarré a mi pollino para que ni siquiera resoplase hasta que aquellos trasgos o lo que fueran pasaran de largo, si es que no venían para arrastrarnos al averno. — Buen encuentro es ese para una noche y en estos caminos solitarios, ventero— Soltó mi amigo, mientras secaba con la manga un resto de aloquillo de su barba.

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Edouard Zier


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— No le interrumpáis, buen hombre— dijo uno de los otros que aún se reía por lo bajo— que ahora viene lo mejor. seguro que ha de repetir lo que aquí, al frailecillo, le ha amoscado tanto que aún no se le ha enderezado el gesto. Ciertamente, el clérigo aún seguía de mala cara y tamborileaba con la mano derecha el tablero mientras apuraba su vino. El ventero, mientras rellenaba la taza del frailuco que le sonrió entre forzado y agradecido, continuó: — Pues mientras mi burro y yo estábamos intentando desaparecer de la vista de aquellos trasgos y nos encogíamos tras unos matorrales, mi señor don Quijote no paraba de auparse sobre los estribos de rocinante y estirar el cuello para mejor verlos. Al fin, cuando estaban ya tan cerca que sus antorchas hacían bailar las sombras de los árboles sobre nuestras cabezas, mi caballero azuzó su montura y se plantó en el medio del camino cerrándoles el paso. Debían ser más de veinte sujetos, frailes los unos de a caballo, con sobrepellices y lobas de luto, que apenas se les veía el rostro, y los de atrás con ropajes prietos, de luto mismamente hasta los pies de las mulas, arrodeando una litera con un bulto que sin duda era caja de muerto. — Ahí es donde nuestro buen clérigo se le atragantó el sorbo y empezó a congestionarse — dijo volviendo a reír otro de los presentes— que no se sabe si se sobresaltó por ser comitiva de iglesia o por andar llevando un muerto.

— No insista vuesa merced —cortó el frailuco que andaba ya más reconfortado con los nuevos buches del vinillo claro—. No soy yo sujeto que se amedrente por tan poco y bien curado estoy de espantos tras los muchos caminos que llevo andados. Lo que sí me parece es que en tocando a cosas de religión, deberíamos andarnos con más tiento, que mucho me temo que habrá de terminar la aventura en disparate irreverente cuando no en cosa de mayor culpa.

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— No hubo tal —repuso el ventero—, sino que todo ocurrió sin más ofensa que un hueso roto de clérigo menor, que no es mucho decir; y bien haya a cambio del susto que nos dieron aquellos procesionales. Que si hombres de Iglesia eran, más parecían vestigios de otro mundo que habían venido de mascarada al nuestro. — No me digáis —intervino uno de los hombres que hasta ahora había permanecido en silencio— que le rompisteis un hueso a uno de los frailes. —No yo —siguió el ventero mientras se rascaba ostentosamente las posaderas—, que andaba medio saliendo de mi escondedero, y tampoco mi señor don Quijote que aunque les plantó cara como solía, y hasta los puso en fuga, no tocó hábito ni pelo a ninguno de ellos. —Ya os avisé de que las historias de este hombre eran dignas de escucharse —dije a mi amigo por lo bajo. El ventero, que era hombre avisado y un tanto quisquilloso, debió oírme y me miró de soslayo. Pero enseguida continuó su plática.

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— Pues como les decía, mi señor don Quijote, detuvo aquella comitiva y les ordenó que dijeran quiénes eran y qué llevaban en la litera porque si era muerto, como parecía, a lo mejor era preciso que él vengara o castigara algún tuerto. No le hicieron caso porque alguno dijo que iban de priesa. Se sucedió la espantada de una de las mulas y en esto mi señor arremetió contra ellos y no debían ser gentes de armas porque huyeron a la desbandada que tal parecía que el diablo los llevaba. — Señor, Señor... — se oyó decir al frailecillo mientras sus compañeros de mesa le miraban con sorna.

—En esas andaban los prófugos —continuó Sancho, sin reparar en la contrariedad del de los hábitos— cuando mi señor se encaró con el que había derribado la mula espantada y poniéndole la punta del lanzón frente a los belfos, le exigió rendición. Lo cierto y verdad es que el hombre ya estaba rendido de resultas de una pierna quebrada que se le había quedado bajo la acémila, y empezó a rebullir y a suplicar diciendo que era un humilde bachiller de Alcobendas, y que venía con otros cuantos, clérigos los más de ellos, llevando un muer-

Adrian Ferdenian de Braekelerr-Escena en una venta 25


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to que lo había sido en Baeza de unas calenturas, ha tiempo ya, y que se encaminaban a Segovia donde iban a enterrar los huesos que de él quedaban. Dejó mi señor de amenazar y cedió el caído en sus miedos pero no en sus quejas, tanto que hubo que ayudarle a enderezarse, aunque dudo que la pierna se le volviera a enderezar nunca de tan maltrecha y tuerta como habíale quedado. — Ya dije yo antes —alzó la meliflua voz el frailecillo de nuestra venta al que los últimos sorbos de vino debían haber aclarado el gaznate y levantado el ánimo— que todo eso que voacés llaman aventura no es más que un despropósito. Que andar ahuyentando a una procesión de miserere y poniendo la mano encima de hombres de Dios hasta tundir el hueso de uno de ellos, no es arte de valiente caballería sino de follones mal nacidos dignos de excomunión. Todos volvimos el rostro hacia el ventero, temiendo, aunque a duras penas podíamos contener la risa, que respondiera como suelen hacer estas gentes a tales provocaciones. Pero Sancho, haciendo honor a su aspecto de hombre tosco pero de reposada crianza, se encaró con el deslenguado y le habló con mesura: — Tenga la lengua su merced y no desbarre, que nada de cuanto dice hubo. La mula se espantó sola y ella fue la que con su peso de animal de convento y bien alimentado rompió la pierna del bachiller, Y no puso don Quijote la mano encima a ninguno sino que les enseñó la lanza y fue bastante para que se desparramaran por los alrededores. —Tiene razón el posadero, páter — intervino mi amigo—, que no hay delito claro si falta la intención, sino infortunio y mala suerte. Y creo que nos parece a todos que

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Gustav Doré


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si se hubieran explicado a tiempo los frailes no hubiera llegado la sangre al río, pero como suelen ir de autoridad y no dando razones, se les puso en contra la suerte y bien merecida tienen la espantada, que el miedo es libre y cada cual tiene el que quiere, cuanto más una cuadrilla de medrosos. Los presentes levantaron sus jarras de vino y brindaron por mi amigo y sus razonamientos. A estas alturas hasta la adormilada maritornes se había despabilado y con una sonrisa de bocaza desdentada miraba a todos de hito en hito aunque es de figurar que no entendiese gran cosa.

— Lo que no sabe vuesa merced, señor caballero — insistió el frailuco con un punto de vehemencia tal que parece que de repente se le hubieran pasado los efectos del vino—, es que yo lo sé por lo que me contaron algunos hermanos de mi orden cuyas historias caigo ahora en recordar. Habrá de saber que es muy posible que la tal comitiva llevase de las tierras de Jaén a las segovianas, en las que fuera Prior, los mismísimos restos de Juan de Yepes, al que conocerán los avisados como Juan de la Cruz, reformador del Carmelo y gran poeta aunque de cuerpo chico. Y si tal fuera, cosa que por las fechas pudiera coincidir, sí que se me antoja desmán de mucho infortunio el haber soliviantado a la comitiva de un hombre difunto que ya en vida fue tratado como santo por cuantos le conocieron. — Pues en esas — intervino uno de los viajeros— sí que será cosa de pensar que hay motivo para quedar en entredicho por tal asunto. — No es sino de descomulgados tal hazaña, aunque estando a la mira bien podría hacerse tolerante el juicio—el ensotanado se había puesto de pie y reposaba las palmas de las manos sobre la mesa como afirmando cierta autoridad que, después de las burlas, empezábamos a reconocerle todos. Tomó aire mirando que le atendiéramos y continuó—: Porque cierto y verdad es que alivia la culpa el hambre que dice este hombre que llevaban y el susto de las hachas encendidas en la noche; que bien es sabido que si el hambre agudiza el ingenio, el miedo es aún peor amigo del entendimiento y lo anubla y entorpece. Por más que no seré yo quien juzgue a mal la cosa, sabiendo como sé que los restos del santo poeta llegaron con bien a Segovia, más allá de este incidente posible y otros tantos que sé que hubo en el largo camino. Y no digan que

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es santo el tal porque yo lo pregone, que sé que por estas fechas ya le andan buscando los altares en Roma. En siéndolo ya su amiga Teresa de Ávila, y hasta casi patrona de las Españas, es sólo cuestión de poco que el padrecito Juan de la Cruz se reúna con ella en el santoral. A estas alturas, el fraile no parecía ya el que un rato antes trasegara vino malhumorado. Su voz seguía siendo aflautada, pero el tono denotaba firmeza y buena catadura. Era curioso ver que dos tazas de vino le hubiesen convertido de clérigo goliardo en predicador sensato. Es de agradecer la cortesía de vuesa merced —dijo Sancho— por más que nunca hubo intención de mi señor ni mía de causar daño sino muy por el contrario la de hacer el bien y desfacer entuertos por su parte, y por la mía de salir sin quebranto y poco más, que no hacía mucho que me habían manteado hasta dejarme molido y no tenía yo el cuerpo para más mojigangas. Una cosa sí que hice, que no estuvo bien, pero me sé yo que Dios me habrá perdonado por la mucha necesidad de aquella jornada. Fue que mientras don Quijote platicaba con el bachiller de la pierna descalabrada, yo me acerqué a una de las mulas que se habían quedado por allí y eché mano a la alforja, tomando de prestado unas fiambreras de varios bocados y medio queso, que ya se sabe que las gentes de misa suelen andarse siempre bien provistos. Lástima que no alcanzase mula que llevase vino. Con ello hubiera sido más puesto en razón el almuerzo que al poco nos dimos mi señor y yo en un claro cercano para matar el hambre de aquella noche. — ¿Nos estáis diciendo, maese Sancho — dijo mi amigo—, que robasteis comida a aquellos hombres? — No tal, señor mío — contestó el ventero sin perder el aplomo—, dije prestado y no roba-

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do. Desa manera es cosa bien distinta, porque antes y después de aquello, bien hemos pagado la deuda de unos fiambres y un queso con los muchos favores que a gentes semejantes hiciera mi señor don quijote, y aún yo mesmo. Sonreímos todos la ocurrencia mientras la moza, que había cerrado ya la boca deshabitada, a un gesto de su patrón, nos sirvió a todos unos cuartillos de aquel vino mezclado. —Vaya esta ronda de mi cuenta —dijo el ventero— que sólo es ruin quien por tal se tiene. Y no lo estimen en poco porque cueste menos, que les regalo a vuesas mercedes de corazón. Y antes de retirarnos, quisiera contarles algo que no he dicho nunca y que no sé si el tal Cide Hamete Berengena o el tal Cervantes o ese hideputa que llaman Avellaneda han puesto en sus papeles. Y es que en esa ocasión que les contaba fue cuando yo puse el nombre más famoso a mi señor. Que no es de buena cuna que nadie quite al pobre lo poco que tiene y este nombre que les digo es invención mía y no maquinación de bachilleres o letrados; y no se me da una higa que escriban lo que no es verdadero. Todos estábamos expectantes a este último discurso de Sancho que andaba secándose las manos sudorosas por encima de las faltriqueras. — El nombre que yo puse entonces a mi señor don Quijote, y que con el tiempo he visto ser el mejor de cuantos le pusieran porque por él es reconocido en el universo mundo es el del Caballero de la Triste Figura. Aunque tal vez ahora, después de tantos años, tal menudencia no importe un comino, pero... ¿Saben vuesas mercedes una cosa? En toda la venta, con ser tantas, no se oía volar ni una mosca. — Pues que jamás vi sonreír a mi señor con una sonrisa más enigmática y sincera que cuando le nombré de aquel modo: El Caballero de la Triste Figura.

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Fernando-José Sánchez Larroda

LA ÉPOCA DEL IMPERIALISMO (1870-1914) I.- INTRODUCCIÓN. El tema que vamos a estudiar a continuación siempre ha sido objeto de enconados debates historiográficos. Esto es así porque subyace en el inconsciente colectivo como una de las principales causas de la primera gran catástrofe bélica sufrida por la humanidad en su historia a nivel integral. Estamos hablando de la I Guerra Mundial.

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Siempre que hablamos de Imperialismo surge la misma cuestión. ¿Qué era? ¿Cómo lo podemos explicar? Una respuesta fácil de comprender es definirlo como un sistema global en el que la cultura, la política y la economía mundiales estaban bajo el dominio directo de las grandes potencias occidentales blancas. En cuanto a sus causas hay una infinidad de ellas: políticas, demográficas, económicas e ideológicas. A continuación las expondremos en profundidad

sueldos muy reducidos. Todo, para aminorar costes. Por último, se monopolizaron las nuevas tierras en régimen de mercado de exportación exclusiva de los productos manufacturados de las metrópolis 2.- Políticas y demográficas. a.- Políticas. Entre otras, encontramos los siguientes objetivos de las grandes potencias: - Aumentar su peso específico en la esfera internacional. En efecto, cuantos más territorios perteneciesen a una misma nación, ésta aumentaría su prestigio y por tanto, su capacidad de imponer sus propios intereses.

II.- CAUSAS DE LA EXPANSIÓN IMPERIALISTA. 1.- Económicas.

- El control comercial y militar de las grandes rutas marítimas y terrestres. El dominio de un gran número de puntos estratégicos obstaculizaría seriamente el desarrollo de los posibles competidores. La presencia de los ejércitos se hizo omnipresente en las tierras vírgenes

A finales del siglo XIX el desarrollo industrial del mundo occidental estaba estrechamente ligado a la expansión colonial ultramarina. Se necesitaban nuevos mercados para la obtención de materias primas y nuevas fuentes de energía a precio muy bajos. A la par se quería explotar mano de obra no cualificada y pagarla con

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b.- Demográficas.

enfermedades. Con ello descendió la mortalidad y aumentó la esperanza de vida. Mientras, en Europa la natalidad seguía creciendo exponencialmente. El viejo equilibrio vegetativo se había roto y el fantasma de la superpoblación amenazaba la estabilidad interna de las naciones.

El mundo europeo estaba viviendo un crecimiento demográfico sin parangón. Ello era debido a: - Las mejoras alimenticias derivadas del aumento de la producción agropecuaria. Consecuencia directa de la aplicación de las innovaciones zootécnicas y químicas, el campo había pasado de ser un mero elemento de subsistencia del ser humano a otro creador de beneficios. Es decir, se había pasado del

autoconsumo a la ganancia. Y con ello, el excedente sirvió para sustentar a un mayor número de personas. - Los avances médicos, sanitarios e higiénicos. La mejor formación de los médicos, la aparición de las vacunas y la esterilización de los instrumentos quirúrgicos beneficiaron al paciente. Al mismo tiempo, la construcción de alcantarillas y la desinfección de las calles en las grandes ciudades erradicaron muchas fuentes de

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Consideración del colonialismo como solución para establecer fuera de la Metrópoli, los excedentes de población y a los elementos disidentes del sistema. Así, los países anglosajones convirtieron sus respectivas posesiones en lugar de asentamiento de las nuevas generaciones. De esta manera, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos se convirtieron en lugar de destino de británicos, irlandeses, eslavos e italianos. A la par, América Latina fue el lugar de llegada de españoles e italianos.


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hombre blanco superior a las demás razas (consideradas “inferiores”). Tanto a nivel cultural y técnico, como cultural y capacidad. Dicha superioridad le “legitimaba” a imponer su civilización y pensamiento al resto del mundo. Esta versión racista de la “evolución” se uniría al nacionalismo exaltado de las grandes potencias. Tuvo gran influencia en los países importantes a finales del s. XIX y principios del XX. III.- DIFERENCIAS ENTRE EL VIEJO COLONIALISMO Y EL IMPERIALISMO.

Caricatura de Chars Darwin

A pesar que el viejo colonialismo y el imperialismo guarden una gran similitud, también son dos fenómenos muy diferentes:

3.- Ideológicas. a.- “El Darwinismo Social”. La apropiación de medio planeta por un reducido número de grandes países necesitaba de una justificación que contuviese cierta cantidad de verisimilitud y de “ética”. Los políticos e intelectuales decimonónicos se fijaron en una teoría biológica emitida por el intelectual británico Charles Darwin a mediados del siglo XIX. La “Teoría de la Evolución”.

- En primer lugar el lapso de tiempo. Mientras que colonialismo clásico se desarrolló entre los siglos XVI al XIX, el nuevo lo hacían entre el XIX y el XX. - La ubicación. El clásico se centro principalmente en América. El imperialismo se localizó en África, Asia y el área del Pacífico.

Elucubraron una teoría política y social a partir de ella, el “Darwinismo Social”. Ésta hundía sus raíces en las ideas darwinistas sobre la supervivencia del más apto y la selección natural. Insistía en la competición por los recursos naturales y las posiciones sociales. Defendía la “Eugenesia”, como sistema de mejora de la especie humana. Calificaba al

Imperialismo de la Gran Bretaña 33


Revista La Alcazaba Imperialismo Británico y Norteamericano

- La finalidad. En el viejo colonialismo se contemplaban las nuevas tierras como áreas de asentamiento de población. Lugares donde nacieran sociedades similares a las de las metrópolis. Contrariamente, las potencias imperialistas las consideraban territorios de ocupación.

- El ritmo de expansión y la conflictividad. Entre los siglos XVI al XIX, el ritmo fue lento y poco conflictivo en general. Sin embargo, la expansión imperialista fue muy rápida y a menudo muy dura. Todo, debido a que la apropiación de tierras era prioritaria para los gobiernos. 

Las relaciones entre blancos e indígenas. Se observa un gran mestizaje en los territorios sometidos al colonialismo clásico. Tanto es así que el mestizaje marcará la gradación social. En el mundo imperialista, los blancos forman una superestructura que dirige el territorio y viven en una “burbuja”. Evitando todo roce con los nativos.

IV.- FASES DE LA CREACIÓN DE UNA COLONIA. Un territorio útil para una potencia determinada, antes de convertirse en su colonia pasaba por una serie de serie de fases. Etapas que se podían alargar en el tiempo: 1.- Estudio científico. Esta fase casi siempre era realizada por personajes con afán de aventura, evangelización o intelectual. Figuras, alguna de ellas rodeadas de cierto romanti-

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cismo. Tal es el caso del médico, explorador y misionero escocés David Livingstone. Doctor que se distinguió por cartografiar el continente africano, estudiar su fauna, flora y geología. Fue uno de los grandes luchadores contra la esclavitud. 2.- Evangelización. Labor realizada por los misioneros. No sólo consistía en introducir entre los indígenas una nueva religión. Llevados por la vocación e introduciéndose en lugares remotos y peligrosos (como Nueva Guinea), ayudaron a los nativos en sus necesidades primarias. A ellos se les debe la construcción de hospitales o enseñar a cultivar. 3.- Invasión militar. Se realizaba muchas veces aprovechando las rencillas entre tribus. Muchos nativos eran reclutados como explorados o rastreadores. 4.- Explotación, ocupación y segregación de los indígenas. Es la última de las fases. En ella el territorio pasa a un completo dominio de la Metrópoli. IV.- CLASES DE COLONIAS. Si bien todos los territorios sometidos por una gran potencia occidental parecían tener la misma finalidad, ello no es así De este modo, podemos observar colonias de explotación, de poblamiento, los protectorados y los mandatos. 1.- De explotación. El principal cometido de estos territorios era la explotación económica de sus riquezas naturales. En ellos encontrábamos un enorme desarrollo de grandes plantaciones de monocultivo (café, azúcar, cacao, té caucho). Al mismo tiempo había extensas explotaciones mineras (oro, diamantes, cobre). Los propietarios eran europeos y la mano de obra, indígena (con salarios muy bajos, de subsistencia)). La “Metrópoli” monopolizaba la explotación y el comercio. A su vez se encargaba de la política de ocupación. Dentro de la administración había una gradación de cargos según el origen geográfico y étnico. Así, el Gobernador, los mandos militares y los funcionarios de élite eran europeos blancos. Mientras, el pequeño funcionariado y la tropa eran indígenas.

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Mano amputada a un indígena

2.- De poblamiento.

Territorio inhóspito donde eran exiliados los “marginados sociales”. Allí. Los británicos, aprovechando su escasa presencia, persiguieron brutalmente a los indígenas.

Su finalidad primordial era recibir los excedentes demográficos que las grandes potencias europeas sufrían. Contingentes de población que, según algunos autores de la época, podían desequilibrar el “statu quo” del “mundo civilizado”. Sin embargo habría que aclarar que no todos los emigrantes fueron libres de elegir. De este modo, Inglaterra vio en estos nuevos territorios una oportunidad de deshacerse de elementos no deseables. En consecuencia, delincuentes comunes y disidentes políticos como los irlandeses, fueron expulsados del país al mismo tiempo.

También Francia tuvo su colonia de poblamiento. Hablamos de Argelia. Región que acabó siendo considerada un departamento galo más. Esta potencia, lo mismo que Inglaterra dieron a estas tierras cierto nivel de autogobierno. 3.- Los “Protectorados”. Eran territorios donde, en teoría, existía un Estado independiente, con su propia administración. Sin embargo, En la práctica, las autoridades locales estaban dominadas por un gobierno paralelo. Impuesto por una gran potencia occidental “protectora”. Los occidentales consideraban asuntos exclusivos suyos la defensa y la política exterior de la región Como ejemplos cabe citar Marruecos (España y Francia) y Egipto (Gran Bretaña).

En el mundo anglosajón encontramos claros ejemplos de esta doble finalidad. Canadá Sudáfrica y Nueva Zelanda fueron regiones de asentamiento permanente de nueva población, recibiendo el apelativo de “Dominios”. Australia, sin embargo, fue considerada como una enorme prisión.

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Ejecución en la India a la voz de disparo de cañón. (Colonialismo ingles)

4.- Los “Mandatos”.

Se impusieron los intereses económicos de la gran potencia colonizadora a la población nativa con la ayuda de la jerarquía local (a cambio de fuertes incentivos). Ello conllevó la instauración del sistema de plantación de monocultivo y el abandono de la agricultura tradicional, base de la alimentación indígena. Esto llevó al hambre a la población regional. Ésta, para subsistir se convirtió en mano de obra barata. La imposición de una economía monetaria de mercado acabó por hundir la renta nativa.

Eran las antiguas colonias de las potencias derrotadas durante la I Guerra Mundial. Por orden de la recién creada “Sociedad de Naciones” fueron tuteladas y administradas por los vencedores del gran conflicto. V.- CONSECUENCIAS DEL IMPERIALSMO. Hubo un sinfín de consecuencias. Algunas nocivas y otras positivas, en principio.

Otra consecuencia directa de la colonización fue la ruina de las manufacturas autóctonas al no poder competir con los productos importados de la Metrópoli. Es el caso de La India.

1.- Cambios sociales y culturales. La sociedad indígena, en general, cambió de estructura. La vieja, de índole tribal, se hundió. Y con ella las jerarquías tradicionales. Asimismo, la imposición cultural extranjera hizo perder a los nativos sus señas de identidad como civilización diferenciada (lengua, historia, religión). El mundo anglosajón les tratará con gran racismo, confinándoles a “reservas”.

La construcción de infraestructuras (ferrocarriles, puentes, carreteras y puertos), también fue muy importante. Construidas para intensificar la explotación de la riqueza natural regional, cambiaron sin remedio el paisaje tradicional. Sin embargo beneficiaron en mayor o menor medida a los nativos, que también pudieron utilizarlos

2.- Cambios económicos.

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Imperialismo inglés en la India

3.- Otras transformaciones. a.- Sanitarias. Entre otras cabe resaltar: - Presencia de médicos occidentales. Éstos impusieron la práctica de la medicina occidental en detrimento de la local. Calificada por los blancos como brujería y, en el mejor de los casos, como superchería, era un conjunto de remedios basados en la naturaleza y su observación. Conocimientos seculares, que, a pesar de todo, siguieron utilizándose. -Implantación de medidas higiénicas. Muchas veces inexistentes en las poblaciones nativas más primitivas - Las grandes vacunaciones. -Construcción de grandes hospitales. Todo ello llevó a la finalización de las grandes epidemias y el descenso de la mortalidad. De este modo creció el número de habitantes.

do serio a los indígenas. Su utilización por la clase política en beneficio propio, fue muy patente.

b.- Alfabetización y escolarización. La construcción de escuelas aumentó el nivel académico regional. Sin embargo, la imposición de la lengua, la historia, las costumbres y tradiciones de la Metrópoli, llevó al fenómeno de la aculturización. Un claro ejemplo lo tenemos entre los nativos norteamericanos, a quienes se les imponía un nombre occidental anglosajón, se le prohibía hablar su idioma y practicar sus rituales.

VI.- LOS GRANDES IMPERIOS. 1.- Gran Bretaña. Esta potencia en el siglo XIX ya tenía un gran imperio. Si a esta circunstancia le añadimos que en ella nace la “Revolución Industrial”, veremos que su necesidad de expansionismo a nivel mundial era prioritaria. Sus áreas de actividad fueron África, Asia y Oceanía.

c.- Religiosas. Estuvieron en manos de las órdenes religiosas. Éstas llevaron a cabo la construcción de hospitales, escuelas e iglesias. Los misioneros fueron, tal vez, los únicos blancos que trataron de ayudar de un mo-

a.- África. En 1870, Gran Bretaña comienza la colonización. Su principal motivo era domi-

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Reparto de China por las potencias europeas.

En los períodos de 1880 – 1881 y 1899 - 1902, se dio la “Guerra de los Boers”. En ella se enfrentó Gran Bretaña con los colonos de origen holandés (“Afrikáneres”), habitantes del Orange y el Transvaal. Se inició ante las pretensiones británicas de dominar todo el territorio ante el descubrimiento de importantes minas (oro, diamantes).

nar la fachada oriental de África construyendo un ferrocarril que uniese El Cairo (Egipto) y Ciudad del Cabo (Suráfrica). Es decir, una expansión N-S, con lo que se controlaría las rutas del Océano Índico. De este modo se obtuvieron las mejores regiones productoras de oro y diamantes. Asimismo, se dominó la vital vía marítima del Canal de Suez. Ruta estratégica de 163 kilómetros de extensión, construida entre Port Saíd, en el Mediterráneo y Suez, en el Mar Rojo. Su construcción redujo el trayecto de los viajes marítimo comerciales entre Europa y el sur de Asia. Al evitar rodear África por su extremo sur. Su extensión en Sudán chocó con los intereses de Francia, dando lugar al episodio de Fachoda (1898), que podía haber acabado en un enfrentamiento armado.

b.- Asia. La colonización británica en Asia se concentró en la India. La potencia marítima poseía las localidades de Calcuta, Bombay y Madrás, desde el s. XVIII, mediante la “Compañía de la Indias Orientales”. En 1857, el fracasado el motín de los “Cipayos” (soldados nativos al servicio de los ingleses), fue la justificación para el dominio directo del subcontinente por un virrey. Se realizó todo tipo de reformas militares, económicas y administrativas, que convirtieron a la región en el mejor ejemplo de la actuación imperialista. La India pasó de ser una región productora de

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lista y antioccidental de loa “Bóxers” (noviembre 1899 – septiembre 1901), que finalizó en fracaso. c.- Oceanía. En esta región del Océano Pacífico, Gran Bretaña conquisto la isla continente de Australia y el archipiélago de Nueva Zelanda y los convirtió en colonias de poblamiento. La primera, en principio fue, como vimos ya, un gigantesco penal. 2.- Francia.

Tren Colonial en Afganistan 1866

a.- África.

textiles de algodón, a ser un inmenso mercado de importación de manufacturas inglesas y de exportación de materias primas y mano de obra barata. Además, posibilitó una fuerte inversión de capital ante la necesidad de construir infraestructuras.

Francia pretendía controlar una franja horizontal en sentido E. – O. Desde Argelia dominó Marruecos, Túnez, llegando a Sudán donde tuvo lugar el enfrentamiento franco – británico de Fachoda. Tras el episodio, el Canciller de “Hierro” alemán, Bismarck, propulsó la “Conferencia de Berlín” (1885). Se realizó con dos objetivos. 1- evitar nuevos conflictos; 2- establecer las condiciones del reparto colonial de África, en el que Alemania participaría activamente. Es lo que se conoce como el “reparto del mundo”.

En la Península de Indochina, con la anexión de Birmania (1886), se frenaron las pretensiones francesas en la zona (SE. Asiático). En el área china, a principios del s. XIX, Europa sólo tenía enclaves comerciales. Gran Bretaña compraba té y seda a cambio de la venta de opio cultivado en la India. Desde 1839, China prohibió el comercio y consumo de opio. Sin embargo los británicos siguieron vendiéndolo. Esta situación dio lugar a las denominadas “Guerras del Opio” (1839 -1842; 1856 – 60). Tras estos conflictos, los ingleses consiguieron el enclave de Hong Kong y la apertura comercial de 11 emplazamientos portuarios chinos. Entre 1855 y 1911, lograron establecerse en el S. de China, el río Yang Tsé Kiang (el tercero más largo del Mundo) y la Península de Shandong. Con ello, se inició la explotación minera, ferroviaria y el control del comercio. Fue el origen de la gran insurrección naciona-

b.- Asia. En esta zona, los franceses se centraron (desde1857), en la Península de Indochina (“Cochinchina”). Allí anexionaron la región del Mekong, crearon los protectorados de Camboya, Tonkín, Annam y Laos. También establecieron concesiones en el SO. de China (1855 -1911).3.- Bélgica. Leopoldo II de Bélgica adquirió la cuenca del río Congo en régimen de propiedad privada. El nuevo territorio se convirtió en una colonia de trabajos forzados, donde se explotaba el caucho. Los beneficios obtenidos del trabajo con un trato

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Los Norteamericanos imponen su colonialismo en el Caribe

cercano a la esclavitud, de los nativos, fueron directamente a las arcas de la Corona. A su muerte, donó el territorio a los belgas.

nicana) y Centroamérica (una franja que unía el canal de Panamá y Nicaragua).

4.- Alemania.

Japón se extendió por Corea (aliada de China), dando lugar a la Guerra Chino – Japonesa de 1894 -1895, que finalizó con la victoria nipona. Ello permitió el control de Taiwán y Port Arthur (China)

Con un gigantesco desarrollo industrial y una gran necesidad de encontrar mercados de materias primas y de exportación de manufacturas y de inversiones, había llegado tarde al reparto del mundo. La nueva potencia continental sólo pudo establecerse en Tanganica, África Sudoccidental, Togo, Camerún y algunos archipiélagos del Pacífico.

El expansionismo japonés hacia Manchuria y Corea chocó con los intereses del Imperio Ruso en la zona. Tras algunas negociaciones, ambas potencias entraron en guerra (1904 -1905). La superioridad militar de Japón frente a un país europeo, se puso en evidencia por primera vez. El conflicto concluyó con el tratado de Portsmouth. Para Rusia supuso el comienzo de la Revolución de 1905.

5.- Otras potencias. Italia, rememorando el antiguo Imperio Romano, adquirió en África la actual Libia. Posteriormente, en el s. XX se apoderó de Etiopía, única nación que había escapado del reparto colonial de África (1936-1941). Holanda dominó el archipiélago de Indonesia (entre el SE. Asiático y Oceanía). Portugal controló en territorio africano, Angola, Mozambique y Guinea – Bissau. España adquirió enclaves en Guinea Ecuatorial, el Sahara y el Rif. EE. UU. se extendió por el área del Pacífico (Filipinas y Hawái, 1898), el Caribe (Cuba y Puerto Rico, 1898; R. Domi-

El Imperio Ruso se expandió por el E., hacia las tierras vírgenes de Siberia (desde el s. XVII). Hacia la península volcánica de Kamchatka, a orillas del Océano Pacífico. Hacia el S., se enfrentó con Gran Bretaña por el control de Irán, Afganistán (1888) y el Tíbet.

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Julio Fernández-Sanguino Fernández

JOSÉ DE GÁLVEZ Y LA DEFENSA DE LA HISTORIA DE

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José Bernardo de Gálvez y Gallardo nació el 7 de enero de 1720 en Macharaviaya, una pequeña localidad situada en la Axarquía Malagueña, y falleció en Aranjuez el 17 de junio de 1787. Durante su dilatada carrera política llegaría a ser uno de los principales impulsores de las reformas llevadas a cabo en nuestro país durante la Ilustración. Sin embargo, la faceta cultural de José de Gálvez suele ser menos conocida que la política al haber quedado eclipsada por la actividad pública que desarrolló en los diversos Gobiernos de Carlos III.

El político de Macharaviaya mantuvo desde su llegada a la Corte contactos con las personalidades ilustradas más destacadas del momento, con la amistad reconocida de muchos de ellos. Se puede citar a Campomanes, cuya relación fue fruto tanto del círculo cultural en el que se movió, como por haber participado juntos en diversos proyectos políticos, especialmente desde 1764 cuando se creó la denominada Junta Extraor-dinaria de Indias.

José Bernardo de Gálvez y Gallardo, marqués de Sonora.

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Al año siguiente, Carlos III designaría a José de Gálvez miembro honorario del Consejo de Indias, poniendo rumbo a Nueva España como Visitador General en una dura y larga labor que le permitió obtener unos valiosos conocimientos sobre el terreno que le resultarían de gran utilidad para las medidas que se implantaron posteriormente cuando fue Ministro de Indias. Tras el motín popular contra Esquilache en marzo de 1766, Carlos III se rodeó en sus sucesivos Gobiernos de grandes ministros ilustrados, como el Conde de Aranda, Campomanes y Floridablanca, que trataron de imponer reformas económicas, dinamizar la cultura e impulsar el prestigio de la nación, aunque la eficacia de algunas de las medidas previstas estuvo condicionada por los imponderables de la época, tanto en el ámbito interno del país, principalmente por la oposición a las reformas por parte del clero y la nobleza, como en el plano exterior debido a los conflictos que se desataron por entonces. Por aquellos años, el panorama internacional estuvo marcado por la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, que duró desde 1776 hasta 1783, y la posterior Revolución Francesa en 1789. En relación con el conflicto de las colonias inglesas de

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Carlos III de España, llamado «el Político» o «el Mejor Alcalde de Madrid» (Madrid, 20 de enero de 1716ibídem, 14 de diciembre de 1788), fue duque de Parma y Plasencia —como Carlos I— entre 1731 y 1735, rey de Nápoles —como Carlos VII— y rey de Sicilia —como Carlos V— de 1734 a 1759 y de España desde 1759 hasta su muerte en 1788. Carlos era el tercer hijo varón de Felipe V que llegó a la vida adulta y el primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel de Farnesio, por lo que fueron sus medio hermanos Luis I y Fernando VI, quienes sucedieron a su padre en un primer momento. La muerte sin descendencia de éstos llevaría a Carlos a ocupar el Trono español.


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Norteamérica, España mantuvo una política estimada por lo historiadores como ambigua, aunque intentaría provechar la situación para tratar de contrarrestar la superioridad naval que Gran Bretaña había ido adquiriendo y terminó embarcándose en un nuevo conflicto junto con Francia, como aliada, contra Inglaterra. En 1776 José de Gálvez se haría cargo de una de las carteras de mayor peso en el reinado de Carlos III, al ser nombrado Secretario de Estado del Despacho Universal de Indias (Ministro de Indias). Se integraría en el Gobierno del Conde de Floridablanca, que formó un Gabinete tendente a garantizar una política exterior acorde con la posición de España y más enérgica que la que se había mantenido hasta esos momentos, reforzar las fuerzas armadas españolas y tratar de aumentar los ingresos de la Hacienda Real, cuyos principales fondos provenían de América. Por otro lado, el ilustrado Campomanes en 1764 había obtenido la presidencia de la Real Academia de la Historia, consiguiendo que bajo su dirección se reemprendiesen con entusiasmo los estudios americanistas. Coincidiendo con estos impulsos académicos, en 1777 se editó en Londres la obra de William Robertson “Historia de América”. Campomanes admiraba al historiador británico, lleganPedro Rodríguez de Campomanes y Pérez,Real Academia de la Historia, primer conde de Campomanes (Santa Eulalia de Sorribas, Tineo, Asturias, 1 de julio de 1723 - Madrid, 3 de febrero de 1802) fue un político, jurisconsulto y economista español. Fue nombrado Ministro de Hacienda en 1760 en el primer gobierno reformista del reinado de Carlos III dirigido por el primer ministro Conde de Floridablanca y despojado de sus cargos ante el temor que despertó en el rey Carlos IV la Revolución francesa en 1789.

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La Real Academia de la Historia comenzó como reunión literaria de amigos, en el año 1735. Los contertulios se dirigieron a Felipe V para que autorizara sus reuniones y el monarca les concedió su protección. Con ello, la tertulia ya especializada en la investigación del pasado quedó convertida en Real Academia de la Historia. La autorización la dio Felipe V por Real Cédula de 17 de junio de 1738. Desde entonces, la Academia gozó de la real protección como las demás corporaciones análogas, vínculo institucional que perdura, al corresponder a Su Majestad el Rey –según recoge el artículo 62 de la Constitución– el Alto Patronazgo de las Reales Academias. (Fuente: RAH)

do a proponerle como académico, por lo que nada más aparecer su publicación se acordó por la Academia traducir, comentar e ilustrar los estudios que el ilustrado escocés plasmó en dos volúmenes, ya que entre sus contenidos figuraban los territorios españoles del Nuevo Mundo.

otros documentos para poder realizar las observaciones pertinentes y actualizar los datos de la traducción, así como mapas para ilustrar adecuadamente la nueva publicación.

Tras establecerse un plan de trabajo en la Academia de la Historia, se cursó a finales de 1777 una consulta y oficio al Rey, elogiando la obra y solicitando su apoyo para la edición. El proyecto fue firmado por varios académicos e incluía, además de la traducción del libro de Robertson, un prólogo y las anotaciones que se requiriesen. Por consiguiente, se pidieron informaciones complementarias y

Interior del Archivo de Indias en Sevilla

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No es de extrañar que la traducción de la obra de William Robertson por la Real Academia de la Historia contase con el apoyo inicial de José de Gálvez, tanto por su posición ilustrada muy cercana a Campomanes, como por sus conocimientos sobre América. Es significativo que la respuesta del Monarca a la petición de la Real Academia de la Historia fuese favorable en todos los sentidos y que la Junta de Indias trabase intensamente en este proyecto durante 1778.

Ahora bien, tanto la necesidad de promover un mejor conocimiento de la actuación española en América en respuesta a los textos extranjeros, incluida la obra de William Robertson, como la exigencia de centralizar toda la documentación concerniente a las colonias españolas de ultramar a la vista de la falta de espacio en el Archivo General de Simancas, generó que Carlos III mandase crear en 1785 el Archivo General de Indias, con sede en Sevilla, nombrando responsable a José de Gálvez, en su calidad de Ministro de Indias, que había impulsado desde el inicio ese gran proyecto.

Sin embargo, la nueva situación internacional influiría en la obra que se estaba gestando. La investigadora de la Real Academia de Historia Carmen Manso Porto precisa que José de Gálvez en noviembre de 1778 envió a Campomanes un manuscrito con críticas al texto de Robertson sobre la acción de los conquistadores españoles en América, pidiéndole que la Academia “vindicase la verdad de la Historia, el honor de la nación, la justicia de la conquista y del gobierno y la reputación de los conquistadores”. En consecuencia, a principios de 1779 una segunda Real Orden, enviada a Campomanes por vía reservada, suspendía los trabajos que se habían emprendido por la Real Academia de la Historia y prohibía la traducción de la obra de William Robertson, considerada poco oportuna en unos momentos en los que se estaba preparando la guerra contra Gran Bretaña. En agosto de ese año, Bernardo de Gálvez, sobrino del Ministro de Indias, emprendió una serie de operaciones militares contra los asentamientos ingleses que terminarían con la conquista de La Florida para la Corona española.

Sepulcro de José de Gálvez-iglesia de San JacintoMacharaviaya-Málaga-España

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Alfredo Pastor Ugena

La política económica de los RR.CC. se suele conocer como una actividad propiamente premercantilista, por dar una serie de leyes y medidas intervencionistas y proteccionistas: leyes que protegían e impulsaban el sistema de los gremios, leyes favorables a la Mesta, control de las Órdenes Militares, leyes que fomentaron la construcción de barcos atarazanas-, legislación que prohibió la exportación de oro y plata, y otras que tendían a proteger las ferias, mercados, así como ciertas industrias textiles.

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Se potenció la creación de consulados comerciales a imitación del de Barcelona (es el caso del de Burgos) y más tarde la Casa de Contratación en Sevilla (1503). Los consulados eran organismos que defendían los intereses de los comerciantes y tribunales para asuntos de comercio. La agricultura y la ganadería son actividades predominantes con los Reyes Católicos. La agricultura siguió siendo la cenicienta de la economía española, la gran olvidada que perdió su batalla en favor de la ganadería. En la pugna entre la oveja y el trigo, el equilibrio se rompió definitivamente en beneficio de la Mesta. Los Reyes promulgaron leyes netamente favorables a ésta, en detrimento de la agricultura (Leyes de 1501) Para el tesoro real eran vitales los impuestos pagados por los ganaderos: servicio y montazgo. Por otra parte, la estructura de la propiedad de La tierra siguió estando controlada en un 70% por una minoría de señores laicos y eclesiásticos que habían perdido influencia política, pero no su poderío económico, ni su prestigio social. La alta nobleza y el alto clero controlan grandes señoríos que siguen incrementándose gracias a la consolidación de la institución del Mayorazgo (Leyes de Toro 1505). 49


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El apoyo sin reservas a la Mesta se plasmó esencialmente en el pastoreo trashumante,que se reguló y protegió, suprimiendo los impuestos que gravaban dicha actividad. Además, establecieron el derecho de pastoreo sobre los terrenos que no se cultivaran sistemáticamente. Ello provocó, por el contrario, el descenso de la producción de cereales, que llegaron a escasear a principios del siglo XVI. Por este motivo hubo que regular los precios del trigo, sometido a tendencias alcistas por el aumento de la demanda y la escasa producción. Hay que recordar que la exportación de lana era la actividad económica más importante de Castilla y que en este comercio tenían importantes intereses grandes familias nobiliarias y las órdenes militares (que eran los propietarios de los grandes rebaños), así como la misma Corona, que obtenía beneficios por vía de impuestos a la exportación. Un número elevado de campesinos seguía viviendo en un situación económica penosa, con lazos de dependencia con respecto a los señores, elevados impuestos, y en definitiva, bajo un régimen señorial. Los Reyes Católicos llevaron a cabo una política económica que se caracterizó por la adopción de medidas de estabilización y regulación de la economía. Medidas financieras y fiscales que permitiron unos mayores ingresos mediante la aplicación de impuestos indirectos sobre el consumo y las aduanas (servicios de Cortes, almojarifazgos), imponer los impuestos directos a la nobleza y clero (alcabala, diezmos), exentos previamente de esta obligación. También comenzaron a aplicarse nuevas herramientas financieras como los juros (deuda pública), arrendamiento de derechos, préstamos, etc.

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La Mesta en el siglo XVI


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Reorganizaron el sistema monetario, regulando y limitando la acuñación de moneda a las cecas autorizadas y adoptando como moneda de referencia el excelente valenciano en lugar de la moneda tradicional o dobla. Esto permitió, junto con la implantación de la citada "alcábala" o impuesto sobre las operaciones comerciales, un sustancioso incremento en la recaudación de impuestos. Un elemento esencial de esta política monetaria fueron las ferias, donde se realizaban muchas operaciones monetarias. Por último, se adoptaron algunas medidas proteccionistas de la industria textil castellana, pero los intereses de los exportadores de lana las hicieron poco efectivas. También protegieron el comercio marítimo, reservando para los barcos nacionales el embarque de mercancías y lana destinados a la exportación. Desde el punto de vista político por primera vez en la Historia de España confluyen unos cuantos factores que permiten la creación de un Estado poderoso: un extenso territorio, una abundante población, una nobleza feudal militarmente sometida y desposeída de su fuerza política, una organización centralizada del poder, una red burocrática creciente, en una Castilla económicamente pujante.

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Casulla creada con las lanas de la Mesta


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Mapa de la España de 1499. Archivo de Mérida

El aumento de los ingresos fiscales posibilitó la creación de un ejército permanente Los Reyes Católioco dispusieron de un ejército estatal permanente. Para ello, establecieron el reclutamiento forzoso, promovieron la fabricación de armas y la formación de especialistas. El ejército se convirtió así en una pieza esencial del autoritarismo regio. Los monarcas rompieron con la tradición medieval en la formación de ejércitos, ya que estos eran constituidos en situación de necesidad por tropas particulares y privadas. Otro aspecto importante fue la creación de un cuerpo de burócratas especializados, Este fue el segundo medio de acción de un Estado que tenía nuevas necesidades, relacionadas con su voluntad de incrementar su control sobre la sociedad, la política, la economía y la justicia. Los Reyes Católicos crearon este cuerpo funcionarial a partir de los letrados formados en las Universidades de Salamanca o Valladolid. Con la irrupción del letrado en la administración cambió la vía de

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Dibujo de la Feria de Medina del Campo en el siglo XVI

acceso a los servicios burocráticos: la formación, el saber y los méritos individuales empezaron a primar sobre la herencia nobiliaria. El reconocimiento social y profesional del mérito personal es, según Maravall, una manifestación más del individualismo renacentista. En el comercio debemos destacar para el caso castellano, la exportación de la lana (comercio lanero) desde Medina del Campo, Burgos, y Bilbao o Santander, como puertos de salida de la misma hacia Flandes o Inglaterra. Comercio que producía unos beneficios a corto plazo a los dueños de grandes rebaños. El Auge de las ferias de Medina del Campo (ferias internacionales) fue muy importante por su creación de riqueza y como germen de la estructura burocrática comercial y financiera.

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Paño de la escuela de Valladolid. S. XVI


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Monedas de los Reyes Católicos

También hay que citar la exportación del hierro vasco hacia Europa, y la creación de los Consulados comerciales de Burgos y Bilbao. A partir de 1492, y sobre todo después de 1500, hayque destacar otro eje comercial castellano orientado hacia el Atlántico y hacia el N. de África, sobre todo hacia el nuevo continente; este foco tendrá su centro en Sevilla (Casa de Contratación) punto de contacto entre mercaderes castellanos,aragoneses, pero también genoveses, venecianos, flamencos etc. Desde Sevilla partía todo el comercio hacia América y a su puerto llegaban todos los barcos desde América. Ello se hacía para mejor controlar dichos barcos y que pagasen impuestos a la Corona.

Puerto de Sevilla S. XVI

El comercio del Reino de Aragón siguió orientado hacia el Mediterráneo (Nápoles, Cerdeña, Sicilia) y norte de África) Hay que destacar la exportación de productos textiles, vidrio, coral etc. Dentro de la Corona de Aragón, Valencia toma el relevo de Cataluña, hundida tras la crisis de mediados del siglo XV (Guerra civil, conflictos urbanos, pestes).

Telar lanero del siglo XV-XVI

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Existió un Escaso desarrollo industrial: A pesar de las leyes y medidas proteccionistas, la artesanía española siguió siendo minoritaria, raquítica, incapaz de producir para el consumo interno, que de todas formas era deficiente por el bajo poder adquisitivo de los campesinos. Artesanía que se limita a algún centro textil lanero en Toledo, Cuenca, Béjar, Barcelona y Segovia; centros sederos en Granada (Alpujarras) Valencia y Toledo, cerámicas de Talavera y Manises, ferrerías vascas y atarazanas de Bilbao, Sevilla, Laredo y Santander... Asimismo el reinado de los Reyes Católicos puede considerarse como el punto de partida de la Hacienda Real, para cobrar más impuestos y ser más poderosos. La reorganización del sistema de Hacienda fue una primera y necesaria medida de los monarcas. Adoptada en las Cortes de Toledo de 1480, se revisaron las mercedes (concesiones a los nobles) efectuadas durante el reinado de Enrique IV. Esta medida, que perjudicó esencialmente a los nobles que habían apoyado a Juana "la Beltraneja", permitieron a los monarcas rescatar más de la mitad de sus rentas

Cerámica de Manises. S. XVI

Lampás de seda con decoración de rosetas y lacerías. Escuela granadina, siglo XIV 55


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Sátiro en uno de los capiteles de la catedral de Jaca, Huesca, considerado como “el desnudo más bello de la edad-media”.

En 1943, cuando ocurrieron los hechos, solo fueron comentados en el barrio, ni siquiera salió un recuadrito en la edición vespertina del diario Crítica. Muchos años después, en forma casual, conocí la historia con detalles, de boca de un gitano que vivía en la avenida Juan B Justo. Yo había ido a un desarmadero de la calle Warnes, en busca de una tapa de cilindros para un Kaiser Carabela modelo 1960, que había sufrido una recalentada viajando a Punta Lara. Con desconfianza me metí en un local que decía Recambios Iván. Desde atrás de una pila de guardabarros salió un tipo en camiseta y me dijo: “¿Qué anda buscando, muchacho?”

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Era unos de los tantos gitanos de Buenos Aires, dedicado a la compraventa de autos y de repuestos. Hizo toda la puesta en escena necesaria para robarme en el precio, pero al final llegamos a un acuerdo equitativo. Mientras regateábamos, me contó que era hijo de un conde rumano que había conocido a Mata Hari. “La que murió ahorcada por el echarpe, vio” me dijo dándose importancia. Casi le digo que Mata Hari fue fusilada y que la que murió ahorcada por su chalina, no echarpe, había sido Isadora Duncan, en 1927, diez años después. Supuse que la aclaración sería trasladada al precio del repuesto, además de desacreditar lo contado por el conde rumano. Sobre una mesita roñosa había un diario Crónica que resaltaba en su tapa, CAYÓ EL SÁTIRO DE LA CARCAJADA. Era un pervertido que tras culminar su deleznable proceder con indefensas mujeres, soltaba una exultante risotada como apología de su delito. Es normal que los sátiros se clasifiquen según sus modus operandus. El sátiro de la bicicleta, el de la milanesa, el de la gomera; así lo proponen los diarios y noticieros, y la gente los identifica de ese modo. El gitano se dio cuenta que me había interesado la noticia y me dijo: “Le voy a contar la historia de un verdadero sátiro. Usted sabe que los gitanos tenemos fama de adivinos o de tener poderes; sobre todo las gitanas. Cuando yo era pibe, vivíamos en el barrio de Villa Ortúzar, y mi vieja, todas las mañanas tomaba el tranvía Lacroze Nº 5, que pasaba por la avenida Triunvirato y llegaba hasta el cementerio de Chacarita. Ahí, mucha gente hacía la combinación con el subterráneo B y se dirigía al centro. Mi vieja se bajaba en la terminal y se iba a tratar de embaucar a las viejas que visitaban a sus muertos, ofreciéndoles, por unos pesos, comunicarlas con maridos o padres. Siempre alguna caía. El tema es que mi mamá tenía poderes para descubrir falsas personas, aunque muy pocos lo sabíamos. Yo, siempre que me mandaba una macana, la esquivaba por unos días.

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Se iba tempranito, en invierno salía de casa de noche, a eso de las siete menos cuarto de la mañana” Previendo alguna cantinela pesada traté de simular apuro mirando mi reloj pulsera.

“Son diez minutos nada más, escuche esta historia que no tiene desperdicios, después le bonifico la junta de la tapa” Por supuesto que accedí. Después me di cuenta que ya estaba incluida en el precio que me cobró la tapa.

Lo que contó el gitano fue más o menos así. Parece ser que su madre tenía poderes genuinos y sus antepasados muy pasados, habían servido a Dionisos en su viaje a la India. De acuerdo a la teoría que postula que los dioses viven entre nosotros, ella descubrió que a Se instaló en las alturas del cerro Uritorco, en la provincia de Córdoba, Plutón abrió una sucursal del Hades en las salamancas tucumanas, gentilmente cedidas en alquiler, por el diablo de las religiones monoteístas. Poseidón, no conforme con el bravo y frío mar argentino, se instaló con sus tritones, ondinas y nereidas, en un bajío del Río de la Plata, frente a las cos-

principios de 1943, Zeus, cansado de los bombardeos de la Luftwaffe, y en vista de que por la segunda guerra mundial muy poca gente les prestaba atención (precediendo a algunos de los futuros vencidos), se mudó con toda la corte del Olimpo a la Argentina, el país de los cuatro climas.

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individuo que subía al tranvía cerca de las calles Charlone y Tronador, y que se ubicaba detrás de alguna de las pasajeras jóvenes, o no tanto, que se dirigían a sus trabajos. Con su ojo clarividente, descubrió ciertos movimientos acompasados del muchacho, que no pasaría de veinte años, sobre la anatomía de la pasajera elegida. Quizás por vergüenza, algunas mujeres se quedaban

quietas o se corrían para otro lugar del coche. Al volver a sus casas, las acosadas tampoco decían nada; pero en los bailes de los sábados, era tema de conversación en los toilettes de damas.

tas de La Balandra. Dionisos, el antiguo patrón de los antepasados de la madre del gitano, se encontró muy cómodo en los burdeles de la isla Maciel. En el invierno de ese año de revueltas en Europa, esta señora descubrió a un

Las que decían haber sido abordadas por el degenerado, lo comentaban indignadas, pero sabiéndose envidiadas por alguna bibliotecaria reprimida. La gitana tuvo una sospecha e invocó a Afrodita. Ésta, la escucho con desconfianza, porque las gitanas tienen fama de embusteras.

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Sin embargo, acudió una noche a uno de esos bailes. Afrodita, más conocida en Villa Ortúzar como Clarita, la hija del tambero Telechea, es la diosa del amor, pero también es una feminista radicalizada. Escuchó lo que ocurría en el tranvía mañanero y se retiró acompañada de un panadero que la había sacado a bailar un foxtrox al compás de la orquesta de Enrique Rodríguez. Al día siguiente se comunico con Zeus, que todo lo sabe y todo lo ve, le contó lo escuchado en el club La flor de Villa Luro, y lo que sospechaba la gitana. Los personajes mitológicos están exentos de recorrer distancias o hablar por teléfono; se transmiten y leen sus pensamientos. Afrodita se enteró que el libertino del tranvía, simulaba ser un operario metalúrgico de los talleres TAMET, ubicados al costado de la estación de trenes de Avellaneda, llamado Feliciano Cejas. Pero que en realidad era un joven sátiro venido con Dionisos, que aún no había conocido mujer, y que por su baja categoría, alquilaba una pieza en una pensión de la calle Tronador. El lunes a la mañana, Afrodita subió al tranvía dos paradas antes de donde

Una vez que el sátiro sacó su boleto, Afrodita lo miró en forma provocativa. A

subía el sátiro. En vez de presentarse como Clarita, la modista, se mostró

los diez segundos estaba colocado detrás de ella, simulando leer una revista

como una elegante y exótica mujer, vestida de esa manera que las señoras de

Rico Tipo. Afrodita, para exacerbar más la lascivia del sátiro, hizo como que miraba por la ventanilla, inclinándose sutilmente hacia atrás. El sátiro se animó a

su casa miran con horror y dicen “¡Qué descocada!”

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Entonces, dejando convenientemente colgado su cuerpo de mujer de dos agarraderas pendientes del techo del tranvía, invadió de golpe el cuerpo de un estibador que iba a trabajar al puerto, y con la mano derecha tomó al sátiro por el cuello mientras que con la izquierda retorcía el conjunto, aún sin estrenar, de sus órganos venéreos.

En forma inmediata volvió a su cuerpo de mujer, mientras el sátiro caía al piso hecho un ovillo de dolor. De su boca salía un débil quejido, producto de la imposibilidad de respirar. Afrodita, que en los breves segundos dentro del cuerpo del estibador, había descubierto sus capacidades amatorias, lo invitó a bajarse con ella en la

siguiente parada. El fornido muchacho, medio aturdido, la siguió como un perrito. El sátiro, después de estar internado algunos días en el hospital Ramos Mejía, volvió a su escondite verdadero en la costa de Vicente López, a la espera del verano, con la idea de espiar a las bañistas, metido entre los cañaverales cercanos al río. Desde ese día, los viajes del tranvía matutino se hicieron más seguros y

arrimarse como nunca lo había hecho antes. Afrodita pudo leer su mente.

tranquilos.

Repetía “hoy se me da, hoy se me da” y planeaba una excusa para pegar un

Se cuenta que aburridas oficinistas lo trataban de reconocer entre los pasajeros para distraerse durante el viaje.

faltazo al trabajo. Lo dejó hacer hasta sentir que la lujuria del sátiro había llegado a su mayor tamaño posible.

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Pedro JosĂŠ Moreno

Un conquense en la universidad de Barcelona

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A veces nos encontramos con hombres que , aunque han pasado por la vida sin apenas ser notados, porque la virtud no es amiga de alharacas, han dejado un reguero de luz por el camino. Hombres sencillos, trabajadores, sabios cuyos frutos nos han enriquecido y por ello debemos celebrar y publicar. Hombres que el destino ha llevado por otros caminos lejanos a los nuestros, pero que no por ello debemos dejar de recordar y sentir el orgullo de que en nuestra tierra es donde han nacido y han echado los cimientos de lo que después han sido. Cuenca es generosa en este sentido y ha dado muchas glorias a España. No sólo las glorias que recuerda nuestra María Luisa Vallejo. También otras glorias, hombres y mujeres menos conocidos, hombres y mujeres contemporáneos que con su ciencia, su saber, su virtud, en una palabra con su trabajo han brillado con luz propia allá donde les ha tocado vivir.

Uno de estos hombres maravillosos es Evelio Moreno Chumillas, nacido en Piqueras del Castillo, pariente mío en la lejanía y amigo muy cercano. Cuando ya jubilado incrementamos nuestra relación, concebimos un proyecto que a los dos nos ilusionaba. Formar un grupo de personas preparadas que se ofreciese a los ayuntamientos de nuestra comarca para dar charlas de distintos temas, con carácter totalmente gratuíto, para enriquecer culturalmente a nuestros pueblos. El nombre del grupo sería “COROQUE”, palabra del argot popular de nuestros antepasados que significa “Creo que”, a la que queríamos preservar de su extinción. Pasaron las vacaciones de verano y cada cual nos fuimos a nuestro lugar de residencia Evelio a Artés (Barcelona) y yo a Valencia. Pocos días después me llegó la nocicia de su muerte. Este es mi homenaje a un gran hombre de un pequeño pueblo de nuestra querida tierra conquense.

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Nació Evelio el año 1950 en Piqueras del Castillo, lugar donde aprendió leer, a escribir y hacer cuentas con Dª Amelia” y donde se fraguaron los patrones de su entendimiento y su forma de ver el mundo. A los pocos años de nacer murió su padre. Ingresó en el seminario de Uclés el 1960 trasladándose luego al seminario redentorista burgalés del Espino “donde los curas me inculcaron el amor a las letras, el espíritu de superación y los cimientos de la formación intelectual y moral”. Cuando Evelio recuerda los años de su infancia se refiere a “los zancos y el gomero, el balón de reglamento obtenido al completar el álbum de chocolate Vinaches, el rulo y el trompo de madera de la infancia. Valerio y yo nos arrastrábamos sobre una tabla por los terraplenes de los ribazos del camposanto, que entonces me parecían tan enormes como las pistas de una estación de esquí. Atrás quedaban las siestas de robar pumas en la Huerta y las tardes de pan con vino y azúcar; las madrugadas de acarrear agua para darle con el rulo a la era; los nidos de perdiz y codorniz entre los campos de yeros; atrás quedaban las burdas figurillas de barro hechas con arena “mermeja” de los Terreros. El 1966 emigró con su madre a Barcelona fijando su residencia en Manresa donde, mientras trabajaba, asistía a clases en la Escuela de Maestría Industrial en el Instituto Nocturno Luis de Peguera. Trabajó como Delineante Indistrial. Después cursó Filosofía Política en la Universidad de Barcelona.

Instituto LLuis de Peguera (Manrresa)

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Piqueras del Castillo (Cuenca)

En 1980 inició su actividad docente dando clases en el mismo Instituto Luis de Peguera de Manresa, inaugurado por Alfonso XIII en 1927,donde había cursado sus estudios de Bachillerato en Manresa. En 1982, coincidiendo con el Mundial de Fútbol, ganó, por oposición, la plaza de Catedrático de Filosofía, obteniendo a renglón seguido, la plaza vacante de este Instituto en el que ejerció durante 28 años como profesor y del que fue nombrado Director en 1985, cargo que desempeñó hasta 1989. Esta etapa le dejó un recuerdo agridulce que terminó en una infección renal como consecuencia de los disgustos a causa de las decisiones del ministro Maravall de suprimir el Bachillerato y del conseller Maragall de suprimir el instituto. Unos meses después de dejar la dirección del centro entraba en hemodiálisis. En 1991 obtuvo el título de Doctor en Filosofía Política por la Universidad de Barcelona con la tesis “Espejos de príncipes y ciudades ideales en los albores de la modernidad” (Universidad de Barcelona,1992. ISBN: 84-7875-774-O), dirigida por el profesor Manuel Bermudo. En ella, abordando el tema de la utopía, se decanta por la distinción entre “Utopía” y “Ciudad ideal”, poniendo aquella como rebelión frente a lo dado y ésta como alternativa de perfección a lo existente. Evelio argumenta que la “cittá perfecta” de los renacentistas italianos es la alternativa al Paraíso, pura expresión del deseo utópico. Era necesario olvidarse del Paraíso para em-

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prender el deseo de una ciudad feliz, un orden ideal de la felicidad. Fue miembro del Seminario de Filosofía Política de la Universidad de Barcelona “Evelio Moreno Chumillas”, que tomó este nombre tras su fallecimiento. La gran obsesión de su vida fue la educación, esforzándose por hacer del magisterio el más noble entre los quehaceres humanos. Afirma que “el maestro de hoy y de siempre, encarna en la escuela la autoridad, la disciplina y el saber. Encarna el mundo de los mayores y representa a la generación adulta”. Como los pensadores clásicos del humanismo, Evelio resume las funciones esenciales de la educación en el dictum aureum, “Docere, movere, delectare”. Al profesor le corresponde, porque así se lo ha encomendado la sociedad, en primer lugar la función de enseñar y se decanta por la clase magistral como método más eficaz de la enseñanza. Movere, es decir, persuadir, estimular, instar al aprendizaje, despertar el interés por aprender, porque ¿hay algo más bello y noble que el saber?, se pregunta Evelio. ¿Hay alguna satisfacción de índole material, comparable al gozo de la actividad intelectual?

Evelio Moreno Chumillas

Delectare, literalmente, deleitar, es la tercera función del referido lema de la educación humanista. Delectare no es entretener, aunque enseñar no tiene por qué ser aburrido. Delectare no consiste tampoco en ser muy gracioso. La acción de delectare aviva la voluptas, la delectatio del oyente despertando la simpatía

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del público hacia el objeto del discurso y hacia el orador mismo. “¡Cuánto daño está haciendo a la educación la falacia de la escuela lúdica!” Exclama Evelio: el profesor encarna en el aula la autoridad y la disciplina, encarna el saber y la tradición, la visión del mundo propia de la generación adulta La figura del mediador, o del orientador, o del animador social, son una ópera bufa, un remedo caricaturesco del fracaso de la institución, propiciado por quienes niegan la función de ascensor social de la escuela. Porque “sin autoridad no hay enseñanza, , sin disciplina no hay aprendizaje, y sin aplicación no hay deleite intelectual”. Entre alumno y profesor no procede establecer una relación endeble de fingida igualdad. En el aula el alumno es el alumno y el maestro es el maestro. Y éste no tiene por qué someterse a humillantes procesos de mediación entre pseudoiguales. En el aula su palabra encarna el conocimiento y, sobre todo, encarna la norma, encarna el mundo social, el papel antipático de la sociedad adulta. Sin normas no hay educación, del mismo modo que sin normas no hay sociedad. Autoridad y disciplina son dos caras de la misma moneda. Evelio se muestra muy crítico con la ley de reforma educativa de la cual dice que la apuesta política ha tomado partido por la peor de las opciones: En ella la clase no es entendida como lugar de estudio y aprendizaje, sino como un espacio lúdico donde el profesor debe mantener entretenidos a los alumnos. La escuela lúdica, dice Evelio, es un invento desdichado de la izquierda americana importada a Europa por gobiernos progresistas. La enseñanza lúdica que bebe su pernisicosa doctrina en el manantial rouseauniano de el buen salvaje y se trasmitió en el siglo pasado a través del cauce de la escuela de Summerhill, sería un aténtico disparate si no fuera algo bastante

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peor, un fraude social irrespondable. La llamada comprensividad pretende a toda costa evitar el fracaso escolar, haciendo imposible también el éxito. La ideología igualitaria que prima la igualdad por encima de todo impide ver que con ella sólo se puede conseguir que los niños lentos corran al mismo ritmo que los más rápidos reduciendo la velocidad de todos y, por tanto, impidiendo que los más rápidos desarrollen todo su potencial. Frente a tanta demagia en la enseñanza Evelio razona que la única posibilidad que un joven de origen humilde tiene de promoción social es a través de una enseñanza competitiva. Para finalizar, afirma Evelio: “a pesar del desprestigio social que sufrimos los profesores, amo mi profesión que coincide con mi vocación”... “No me gusta la escuela libertina que mima la tontuna y la holgazanería... No me gusta el cuento de Calleja de la escuela lúdica. No me gusta la milonga de la promoción automática de curso... No me gusta que la opinión mayoritaria de la junta de evaluación ningunee y anule el dictamen autorizado del profesor. No me gusta el “tuteo” entre desiguales. No me gusta la función que los/as psicopedagogos/as desempeñan en los institutos, donde han asumido el papel de comisarios políticos para imponer las consignas de la administración educativa, excluyendo al profesor que no comulga con las rue-

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das de molino de sus pseudoteorías.” Y concluye: “No me gusta la LEC (Ley de Educación Catalana) porque es manifiestamente anticonstitucional. Por mantener una actitud crítica frente a esta Ley catalana de Educación llegó a tener serios enfrentamientos con el conseller Maragall. Su enfermedad es sin duda consecuencia de los disgustos que le acarreó su actitud en defensa de una educación eficaz y humanista y en defensa de la figura del profesor tan devaluada y desprotegida por la ley actual de educación. Falleció en Artés (Bacelona) en agosto de 2011.

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Isidoro A, Gรณmez Montenegro

La precipitaciรณn y la superficialidad son las enfermedades crรณnicas del siglo.

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“El hecho de decir que no, con las manos desnudas, actúa misteriosa y profundamente en el corazón de los hombres” Solzhenitsyn murió el 3 de agosto de 2008, a los 89 años, ganador del Premio Nobel de literatura1970. Heinrich Böll decía de él: “Me sorprende la calma que emana, ha sido discutido, amenazado más que otro hombre en la tierra, pero nadie le ha arrebatado la serenidad, al escritor contemporáneo alcanzado por la pátina de la gloria” Nació en Kislovodsk, Rusia, el 11 de diciembre de 1918, su padre fue estudiante de letras en la Universidad de Moscú, abandonó la carrera para alistarse como voluntario en la guerra alemana, murió muy pronto. Solzhenitsyn fue criado por su madre en Rostov del Dion, ahí pasó infancia y juventud, desde niño tuvo la necesidad de escribir poder publicar, en los años 30´trató de que le publicaran en otros lugares. Tuvo intención de estudiar una carrera literaria pero en el lugar en que vivía no había donde, aunado a la enfermedad de su madre, sobre todo a sus modestos medios, vivía en condiciones difíciles, en estancias ruinosas, en parte de una caballeriza donde prevalecía el frío. Su madre no puedo emplearse a pesar de ser mecanógrafa y saber inglés y francés. De su padre conservaba fotografías, los relatos de madre, tres condecoraciones en la primera guerra mundial, las escondían por temor al registro. Se inscribió en la Facultad de Ciencias de Rovstov, eso le ayudó a sobrevivir

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ocho años en el campo de trabajo de Charashkay. Una vez en el exilio fue autorizado a enseñar matemáticas, esto le aseguró su subsistencia y seguir escribiendo, pese a todo estudió letras, por correspondencia en 1939-1941. Filosofía, Historia y Literatura en 1941 a pocos días de desencadenarse las hostilidades concluyó sus estudios en la ciudad de Rostov, por su salud fue adscrito a servicios auxiliares en la guerra, no cruzó la primera línea, fue detenido en febrero de 1945 en Prusia oriental. En 1937, en su primer año de estudios escribe un ensayo sobre “El desastre Samsonov” ocurrido en Prusia oriental en 1914, en 1945 regresa a ese lugar.

Alexander con Heinrich Böll

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Fue detenido al descubrirse la correspondencia que tenía con un camarada, debido a las apreciaciones poco lisonjeras a Stalin, eso bastó para formarle proceso, en 1945 fue condenado por el tribunal Consejo Especial a 8 años en campo de trabajo, sin comparecer en un tribunal legal, purgó la condena que describe en la comedia “El ciervo y la prostituta”. En medio de la guerra alemana y a pesar de mantener correspondencia con su amigo de Crania por sus opiniones políticas fue depuesto de su cargo militar, los primeros años de condena los pasó en círculos interiores, con científicos de investigación y del ministerio de seguridad del estado en esas prisiones especiales, luego en campos especiales para presos políticos en Ekibastuz, en Kazajstán, trabajó como peón, albañil, fundidor, le detectaron un tumor canceroso, no se lo hicieron saber, al cumplir la condena de 8 años lo enviaron como medida administrativa al exilio a perpetuidad al Sur de Kazajstán, donde vivió hasta la muerte oficial de Stalin en 1953.

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Alexander durante la ceremonia de los Premio Nobel en 1970

El cáncer progresó rápidamente, condenándolo a morir sin poder comer ni dormir, lo enviaron al pabellón de oncología en Tashkent, en un año se recuperó. En el exilio había llevado una vida solitaria y regulada para sobrevivir, escribió prosa y verso, los conservó para llevar su obra a Rusia, a la provincia de Vladimir (La casa de Matriona). Hasta 1961 creyó que no vería publicados sus trabajos, sin darlos a leer a alguien. Después de la celebración del XXII Congreso del PECUS y el discurso de Tvardovsky, sacó a la luz “Un día en la vida de Iván Denisovich”, pronto ordenaron su cancelación y la no publicación de sus demás obras. En 1965 secuestraron su novela, así como sus viejos archivos. Solzhenitsyn consideró un error haber hecho eso, pero no tomó en cuenta los hechos por ve-

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nir. Para finalizar esta entrega, diré que los datos que dieron los medios locales, nacionales y mundiales sobre la muerte de este gran escritor reproduzco uno de sus fragmentos como colofón: Cuan difícil me resulta vivir contigo Señor/ cuán difícil me resulta creer en ti/ cuando en la perplejidad de mi espíritu se oculta y desfallece/ y hasta los más inteligentes no ven más allá de esta noche/ ni saben lo que mañana habrá de hacer/ desde lo alto, Tú me envías clara certeza de que existes y velas para que no se cierren los caminos del bien/ sobre la costa de la gloria terrenal arrojo una sorprendida mirada hacia el camino/ que a través de la desesperación me ha conducido hasta aquí, hasta este punto donde en donde el cual, puedo enviar también el reflejo de todos tus rayos/ y si es necesario que aún los sigas reflejando así lo darás a entender/ pero si me falta el tiempo, será la señal de que ha otro habrás asignado la misión.

Visita del presidente de Rusia Putin a Alexander el 12 de junio del 2007

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José Manuel Mójica Legarre

La mañana primaveral ponía tonos verdes y amarillentos en la dehesa, tamizada por una leve bruma que difuminaba los contornos de los olivos, dándole al paisaje un aspecto irreal, mientras algunos pájaros buscaban ramitas para empezar a construir sus nidos. Desde la casona del cortijo llegaban, como un susurro, las voces de los mayorales organizando la faena del día y el inquieto piafar de los caballos estimulados por el olor a retama fresca. En el campo, los toros, ramoneaban los tallos de hierba tierna esperando la llegada de los pastores para iniciar el diario trote hasta los bebederos. Aunque parecía un día como tantos otros, no lo era en absoluto; aquella era la mañana designada para que los erales bravos, los elegidos para ser lidiados cuando llegara el momento, fueran separados de

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los que, cuando el ganadero gritase “¡buey!”, serían destinados al trabajo del campo o al matadero. Bajo la sombra de un centenario olivo, un viejo buey, perfecto conocedor de los sonidos que señalaban las faenas cotidianas en el cortijo, pacía tranquilamente en la seguridad de que, aquel día, no se vería obligado a trabajar. A pocos pasos de distancia, un eral triscaba alegremente, con la fogosidad de su adolescencia recién estrenada, disfrutando con satisfacción de cada una de las bocanadas de aire fresco que llenaban sus pulmones. El buey, molesto por el despliegue de energía del que hacía gala el novillo, quizás porque ponía en evidencia su propio cansancio, decidió aguarle la fiesta. Con ese paso tan lento y pesado, que proporcionan los años de estar uncido a la carreta, o atado al arado, se acercó al torete que, como jugando, levantó la cabeza con ademán orgulloso; pero aquel gesto indicaba que el eral no era sino un macho dispuesto a defender fieramente su territorio, su tranquilidad. La voz de buey, dirigiéndose al torillo, sonó hueca en la amplitud de la dehesa: - Aprovecha mientras puedas, que para luego, es tarde. - ¿Por qué dices eso, buey? –preguntó el aludido con un deje de sorpresa en su mugido-. - ¿Sabes acaso lo que va a suceder esta mañana?dijo el pesado animal con una mirada entre pícara y malintencionada. - Claro que lo sé. Hoy me voy a reunir con la manada grande, la de los distinguidos, porque me han elegido para ser un toro de lidia –dijo el eral dejando en el aire un rastro perfumado de vanidad juvenil -. - Y ¿eso te parece bien? –dijo el buey -. ¿Sabes que, en realidad, te han señalado para morir vilmente asesinado ante mucha gente? - Lo sé. Cantarillo, el semental que indultaron hace dos años en la plaza de Sevilla, se lo estaba contando a los mansos con todo detalle una tarde en el bebedero y lo oí perfectamente, así que no te preocupes por mí, amigo buey.

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- Entonces piensas que es bonito morir asesinado en plena juventud, para que los hombres se diviertan –dejó caer el buey con mala intención-, y puede que creas que esa forma de morir tiene algo de heroico, claro. - Bueno –dijo el eral un poco amoscado por no saber dónde quería ir a parar el buey con aquella parla insulsa– tampoco me preocupa mucho la cosa. Cada cual nace para algo y, lo mío, es morir así. - Tú verás; pero, si quieres mi opinión, creo que es mejor llegar a viejo y disfrutar de la vida plenamente –apostrofó el buey con intención de zaherir al orgulloso novillo-. El eral, con un movimiento brusco, como espantado por algún tábano inoportuno, dio por terminada la conversación breve que habían mantenido e inició un trotecillo alegre que puso alguna distancia entre él y el buey que, por su parte, se sentía muy orgulloso de haberle bajado los humos al torillo y seguía mordisqueando la hierba primaveral mientras vigilaba de reojo al jovenzuelo, con la convicción de que le había amargado por completo el día.

sa. La inquietud que sentía en su interior le mantuvo nervioso, hasta tal punto que, cuando uno de los becerros se acercó para retozar un rato, recibió un malintencionado testarazo que cortó en seco las ansias juguetonas del ternero. Para evitar que su estado de ánimo fuera la causa de algún enfrentamiento más serio, el eral decidió apartarse del resto de la manada. Cruzó el prado con paso cansino y, cuando llegaba a la valla grande, cerca del corral donde lo habían marcado con un hierro al rojo, se sorprendió al ver cómo alguno de sus compañeros, justo los que no habían sido elegidos para la lidia, eran conducidos hacia el rincón del cercado por uno de los mayorales montado en aquel caballo ruano que tanto corría.

La mañana había terminado por deshilachar la bruma y el sol comenzaba a calentar con fuerza los lomos del eral. Apartado voluntariamente de sus compañeros, ignorando los tiernos brotes de hierba que parecían crecer bajo sus patas, estaba sumido en un mar de confusiones. Pensaba que en cierto modo algo de razón tenía el buey; al fin y al cabo, dejar la vida al aire libre a temprana edad para jugarse la vida, y casi con seguridad perderla, no era el mejor futuro que podía esperarse, y mucho menos, en una jornada tan hermo-

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en añicos. El eral, sorprendido por aquel sonido desgarrador, trató de averiguar su origen una vez superado el sobresalto que le produjo aquel grito inesperado. Sigilosamente caminó bordeando la valla grande hasta que, la escena que apareció ante sus ojos, le heló la sangre; en el rincón del cercado varios hombres sujetaban a un torete salvajemente encordado, mientras otro le manipulaba los testículos con las manos llenas de sangre. Ignorando los bramidos de dolor del animal, reían alguna gracia mientras arrojaban los testículos del novillo a una cesta. El eral no comprendía bien del todo el lenguaje humano pero pudo entender el significado de algunas palabras atroces como lo eran castrado, trabajo, carnicero y, sobre todo, buey. Sin dejarse ver, asustado por lo que acababa de contemplar, se fue caminando a la parte más alejada de la dehesa. Cuando tenía a la vista los olivos jóvenes, vio cómo uno de los peones, en la parte baja del campo, golpeaba bestialmente con una vara a uno de los bueyes más viejos del cortijo porque no podía arrastrar la enorme carga a la que le habían atado.

El eral estuvo vagando sin rumbo alguno durante bastante tiempo, dándole vueltas a lo que le había dicho el buey. Por algún motivo que él desconocía, se había perdido la luminosidad de la mañana al mismo tiempo que su alegría; sólo cuando llegó de nuevo ante la valla grande del corral de los apartados se dio cuenta de que había estado caminando en círculo durante mucho tiempo, sin rumbo fijo. Le costaba mucho reconocer que todo cuanto le había dicho el buey aquella misma mañana, había logrado meterle la duda en el cuerpo y era eso, precisamente eso, lo que le mantenía tan nervioso. Al final se dijo que, posiblemente, el buey, tuviera toda la razón.

El animal, soportando estoicamente el brutal castigo que aquel hombre le estaba propinando, había optado por quedarse quieto sin siquiera quejarse; el fatalismo que el eral pudo observar en los ojos del buey apaleado, hizo que en su cerebro se abriera paso la solución a lo que tanto le había preocupado durante todo ese tiempo. Con un alegre trotecillo, se acercó al olivo centenario donde se encontraba el buey con el que había hablado por la mañana y, como el que no quiere la cosa, se hizo ver por el viejo animal que, al darse cuenta de que el eral había vuelto, no qui-

Un mugido lleno de dolor insoportable, de queja y súplica, rompió la mañana

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so desaprovechar la ocasión para amargarlo un poquito más. - ¡Qué!, ¿de vuelta por aquí? Ya ves, buey –dijo arrastrando la última palabra con desprecio- de vuelta al olivo. - ¿Preocupado por lo que te espera? Mira, ya salen los mayorales para llevaros con la manada de los muertos. - Pues sí, buey –el tono insultante que ponía en la palabra parecía gustarle al eral- con los muertos en vida. Claro que, pensándolo bien, prefiero mi vida a la tuya. - ¿Quieres decir –preguntó el sorprendido animal- que prefieres morir a vivir? Estás loco si piensas de esa manera, torete -sentenció-. - Es muy posible, buey, es muy posible, pero en el fondo sé que me envidias. - Lo dicho: estás loco. - Verás, manso. Si tuvieras que poner en una balanza tus años de vida y los míos los tuyos pesarían más, seguro, porque son más que los míos. Pero para que puedas vivir más años que yo, ¿te das cuenta de todo lo que has dejado de conocer, de vivir y disfrutar? ¿Sabes lo que has debido hacer para alargar tu miserable vida?

- No te mientas a ti mismo, cabestro. Si estás aquí es porque no tuviste valor para demostrar tu casta; por esa razón te arrancaron los testículos entre las risas de los peones: porque no eras digno de llevarlos. - Eso, ahora, no viene a cuento, eral. Te pongas como te pongas, al final, viviré más años que tú.

- No te entiendo –dijo el buey algo receloso ante la seguridad que mostraba el novillo- la verdad que no sé qué quieres decirme.

- ¿Llamas vida a permanecer de sol a sol uncido a un carro, arrastrando cargas y comiendo paja seca? ¿Llamas tú vida a esperar el día de tu muerte respirando el polvo de los campos, bajo un sol abrasador, mientras tiras de un arado bajo los golpes de la vara? ¿Llamas tú vida a no saber lo que es ser tratado con respeto por todos? - Bueno…yo… -dudó el buey-.

- Sencillamente que, si vives más que yo es por cobardía, porque en el tentadero ya demostraste que no dabas la talla para pelear en una plaza por tu vida. ¡Un momento! Eso no es cierto. Yo soy buey porque había muchos erales el año que yo nací, y me tocó a mí.

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defender del palo, del sol, de la lluvia, del trabajo y te alimentan con paja seca, yo viviré al aire tibio de la primavera, podré evitar el solazo en verano y comeré hierba fresca. Mientras a ti te ignoran, a mí me admirarán; por lo menos tendré la oportunidad de vender cara mi vida, me podré defender. ¿Quién sabe si después de una buena faena, si demuestro mi casta, mi valor, no me indultan como a Cantarillo? Entonces, con mis cicatrices, volveré a la dehesa para tener las vaquillas más hermosas, la descendencia más numerosa y el mejor alimento.

-

- Pero, si no es así, terminarás destazado en cualquier carnicería –dijo el bueyy entonces tendremos el mismo fin. - Hasta en eso te equivocas porque, mientras que tu carne endurecida por la edad y el trabajo será consumida en tristes guisados campesinos, en platos de peltre sobre algunas mesas miserables, te acompañarán con vinos agrios y silencio, mi carne será tratada con esmero por los mejores cocineros y la servirán en platos de porcelana, acompañada de los mejores finos, entre un jolgorio de coplas flamencas y rasgueos de guitarra. Las mesas estarán cubiertas de manteles lujosos y, mientras disfrutan de mi carne todavía tierna, comentarán la faena de mi matador y el gran valor que demostré en la arena.

Vivirás más años, sí –afirmó el eral-; pero no conocerás la enorme alegría de jugar con otros toros aprendiendo a utilizar la pala y el pitón de tus cuernos, ni sabrás del goce que supone montar a una vaquilla, ni podrás soñar nunca cómo tus hijos corretean por la dehesa, triscando en la hierba fresca, durante las mañanas de primavera. Tú naciste, eres y serás toda tu vida un buey, no un toro.

Nunca el buey había oído razonamientos semejantes. Aturdido por lo que acababa de escuchar, intentó zanjar la conversación con una frase que creyó incontestable, definitiva, para poner al torete en su lugar:

- Quizás tengas razón en eso, sí; pero, a pesar de las fatigas que tendré -dijo el buey- moriré en paz bajo este olivo mientras que tú te ahogarás en tu propia sangre una tarde cualquiera, en una plaza llena de gente que jaleará tus estertores.

- Pero, después de muertos, iguales. Si los erales supieran sonreír, la mueca que hizo el novillo con el hocico, hubiera

- Por supuesto, cabestro; pero mientras tú, manso, pasas tu vida sin poderte

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podido definirse como una sonrisa irónica, picaresca, cuando respondió:

Hemingway, recuerda los encierros de Pamplona ante un corro de recortadores embelesados por sus sabias palabras y, un poco más lejos, allí donde la noche está separada del día por una línea rosada, tenue como la caricia del sol, García Lorca, don Federico, recitará algunos pasajes del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, o de Antoñito “El Camborio”. Todo eso no lo verán tus ojos solo porque, cuando tuviste oportunidad de tener una vida diferente, preferiste acobardarte antes de pelear en tu defensa como un toro; en resumen, elegiste la esclavitud vergonzante a la libertad con riesgos.

- Pues tampoco, buey. Cuando tú mueras irás, como todos sabemos, a un lugar de descanso entre verdes praderas y agua abundante, para disfrutar de paz el resto de la eternidad, mientras que yo… - Tú, lo mismo ¿no? - No –dijo el eral con ojos soñadores -. Cuando muera, iré a un lugar donde pasaremos la eternidad, entre canciones y fiesta, toros y toreros. Allí conoceré a los grandes maestros como Cúchares, Granero, Belmonte, Frascuelo o don Antonio Bienvenida; allí conoceré a los toros más famosos y compartiré cháchara con Islero y Avispao. Y no dudes que, entre toros y toreros, en alguna tarde mágica y especial, se colará alguna copla de Marifé de Triana, Camarón de la Isla o de Manolo Caracol. Tú no podrás nunca imaginarte a toda esa gente que comparte la misma afición, escuchando boquiabierta a Cossío hablando de tauromaquia mientras, en otro lugar,

El buey, completamente superado por aquel aluvión de reflexiones, no sabía qué responder a los razonamientos que brotaban de aquel corazón pleno de fuerza y juventud descarada; la seguridad de aquel torete lo tenía confundido. El buey, en el fondo, pensaba que el eral tenía una buena parte de razón y de pronto recordó cómo, el día del tentadero,

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cuando notó la puya del caballista perforar su piel, decidió escapar al castigo y por eso el ganadero había gritado “buey” y no “toro”. Por no quedarse con el amargor de la partida perdida, decidió arriesgar una última pulla sarcástica:

que destilaba felicidad, juventud, alegría de vivir y descarada desfachatez. Pero no podía dejar que un eral, un animal que todavía tenía pintas de becerro, le derrotara a él, un buey con experiencia probada. Por eso se atrevió a gritarle desde lejos: Y ¿cómo llamas tú al deseo de vivir pocos años bien antes que muchos años mal?, y, ¿cómo llamarías tú al deseo de morir antes de tiempo para evitar el sufrimiento? El eral frenó en seco como sorprendido de la pregunta. En el fondo de su cerebro aparecieron unas palabras que había oído pronunciar alguna vez en los corros que formaban los mayorales y peones en los descansos que hacían para comer y beber. No estaba seguro de que pudiera pronunciarlas correctamente, pero sabía que eran justamente las que estaba buscando. Con el orgullo brillando en sus ojos, gritó: - ¡A la primera llámala calidad de vida!

- Todavía no sabemos si existe un lugar como el que dicen que hay después de la muerte; en realidad tampoco sé yo si existe una pradera tan idílica como la que cuentan que está destinada para nuestro descanso eterno. - Puedes estar seguro de que existe, buey. Es algo que no se puede negar. -Y ¿en serio tú piensas que es cierto lo que dicen de ese lugar con toros y toreros? - Estoy convencido, buey. Ese lugar existe y se llama premio a la valentía. - ¿Ah, sí? Y ¿cómo llamas a tu credulidad? - Llámale fe; igual que puedes llamar esclavitud a la triste vida que lleváis tú y los de tu calaña. El buey observó cómo el eral se alejaba con un galope alegre

- Y, ¿a la segunda? –gritó el buey-. -Llámala eu… euta… eutanasia. ¡Cabestro! . (Del libro Cuentos yelmos)

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Washington Daniel Gorosito Pérez

La frase del título es del poeta Hugo Hiriart, cuando era agregado cultural del consulado en Nueva York y director del Instituto de México en esa ciudad estadounidense, la dijo a la prensa, una de las claves para solventar la “desmoralización del país”, es el acercamiento a la poesía. Recordemos que según el Diccionario de la lengua española de la Real academia de la Lengua (RAE), poesía es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa.

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Para Hiriart, la poesía hace mejor a las personas. Tomando en cuenta que uno de los grandes problemas del país es la presente desmoralización general de la sociedad, cualquier elemento que contribuya a establecer los principios de armonía y convivencia, como acercarse a la poesía es muy útil. Según el escritor, “la poesía es una especie de cortesía exquisita con respecto a uno mismo y a los demás. Si una persona se percibe desalentada o triste la poesía viene para decirle: “¿De qué estás triste? Dínoslo, protesta, externa tu queja”. Recordemos algo de la sabiduría de Jorge Luis Borges: “gracias a la literatura es esta vida he vivido varias vidas” No hay dudas que la literatura excita de tal manera la imaginación y específicamente el género poético convocado con enorme fuerza los sentimientos pero y a la vez estimulando a la inigualable agudeza de la inteligencia que, estoy convencido, es el más nutritivo, el más poderoso alimento no únicamente para la espiritualidad del individuo sino para sus sentimientos.

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Cuando el poeta alemán Friedrich Hôlderlin, en el siglo XIX en su poema “Pan y vino”, se hacía la pregunta: “Para qué sirve la poesía en tiempos de miseria”. Había que esperar que pasaran casi 150 años para que su pregunta fuera contestada por el filósofo y sociólogo Theodor con una insoportable amargura:

“Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”. Sin embargo hubo poetas que sobrevivieron a la Shoá (catástrofe) y siguieron escribiendo poesía y otros que nunca lo habían hecho al sobrevivir a esa terrible pesadilla, iniciaron su escritura. Decía Carlos Monsivais, que el desplazamiento de la poesía tiene resultados dramáticos en el idioma público. Se pierden muchos incentivos del manejo creativo de la palabra, surge otra “acústica” verbal que se norma por las costumbres de la radio y la televisión se abandonan las pretensiones literarias o se les deja sólo al cuidado de la cursilería. Si en la narrativa la prosa tiende a señalarse por su eficacia, la devoción de las descripciones vertiginosas y la renuncia a los afectos “poéticos” en el idioma público, el resultado es funesto. Sin embargo no disminuye el número de poeta, y sí desaparece el público vasto que aguardaba a los poetas y sus revelaciones, ahora cada poeta aporta sus lectores o declama en el desierto.

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Recordemos el cuestionamiento que escribía José Martí defendiendo a Walt Whitman: ¿Quién es el ignorante que mantiene que la poesía no es indispensable a los pueblos? Hay gente de tan corta vista mental que creen que toda la fruta se acaba en la cáscara. La poesía que congrega o disgrega, que fortifica o angustia, que apuntala o derriba las almas, que da o quita a los hombres la fe y el aliento, es más necesaria a los pueblos que la industria misma, pues esta les proporciona el modo de subsistir, mientras que aquella les da el deseo y la fuerza de la vida. Ahora, recordemos al poeta también estadounidense Wallace Stevens que aseguraba que “un poema no necesita tener un significado y, como la mayoría de las cosas en la naturaleza, a menudo no la tiene”. Stevens aclaraba que no hay un material específicamente poético, debido a que el mundo entero es material para la poesía, pero cuando esta se lee, la poesía “debe estimular cierto sentido de vivir y de estar vivos”. Para Wallace, la poesía es una cura de la mente, es salud, es un medio de redención, incrementa el sentimiento de la realidad, contribuye a la felicidad del hombre y es una experiencia diferente a cualquier otra que, en su mayor intensidad a través de las palabras, la música y el sentimiento nos dice que “no hay nada bello en la vida que no sea la vida misma”, pues “la más alta búsqueda es la búsqueda de la felicidad en la tierra” y lo que intentamos obtener en el poema, ya sea como lectores o como escritores, es la vida misma.

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Para el extraordinario escritor argentino Jorge Luis Borges, el resultado más palpable al leer un poema “es la modificación física que suscita cada lectura”. Y si nos referimos a desmoralización y corrupción social, ya lo anunciaba Octavio Paz, el Nobel de Literatura mexicano: “Cuando una sociedad se corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje”. Y si lo que necesitamos mejorar el lenguaje y crear otro mundo nuevo para creer, también Octavio Paz y su poesía nos guía: “La poesía revela este mundo; crea otro…Niega la historia, experiencia, sentimiento, emoción, intuición, pensamiento no dirigido. Hija del azar; fruto del cálculo. Arte de hablar en una forma superior, lenguaje primitivo. Obediencia a las reglas, creación de otras. Imitación de los antiguos, copia de lo real, copia de una copia de la idea”. Acercarse a la poesía, esa que quema, que marca, que deja estigma, que forma palabras con Letras de fuego con las que escribí este poema que comparto con ustedes:

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LETRAS DE FUEGO La palabra es un grano apenas, pero quemante. O. Paz

Final de lágrimas en una mesa de café. Cuaderno de versos, poesía refugio. La frase como estrella fugaz. Vivos fantasmas internos bucean en las profundidades. ¡Cuidado con las palabras! No tienen compostura. Las letras se deshilachan metamorfoseándose en un puñal de fuego llamado poema.

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Poesía de Siglos

Dulce María Loynaz Dulce María Loynaz (La Habana, 10 de diciembre de 1902 – La Habana, 27 de abril de 1997). Poetisa y novelista cubana. Escribe poesía desde muy joven y con 16 años, en 1919, comienza a publicar sus primeros poemas en varios periódicos de La Habana. En 1927 se doctora en Derecho Civil en la universidad de esta misma ciudad y ejerce la abogacía hasta 1961, dedicándose paralelamente a la literatura. Comienza su novela Jardín - cuya redacción le lleva siete años - en 1928, y al año siguiente escribe Carta de amor al Rey Tut-Ank-Amen tras un largo viaje por Turquía, Túnez, Siria, Libia, Palestina y Egipto. En la década de los 30 su casa de La Habana comienza a convertirse en centro de la vida cultural de la ciudad, acogiendo en las llamadas “juevinas” a diversos intelectuales y artistas, como Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral o Alejo Carpentier.

En 1937 publica el poema Canto a la mujer estéril en la Revista Bimestre Cubana, y al año siguiente Versos, que había comenzado a escribir en 1920.

agua, obra a la que siguen Poemas sin nombre (1953), Últimos días de una casa y Un verano en Tenerife (ambas en 1958). Paralelamente escribe las series de artículos Crónicas de ayer y Entre dos primaveras.

Posteriormente viaja por Sudamérica y Europa, participando en congresos y colaborando como corresponsal con algunos diarios cubanos, entre ellos El País y Excelsior. Su obra comienza a publicarse en España y en 1947 ve la luz Juegos de

En 1951 es elegida miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras de Cuba, y ese mismo año es nombrada Hija Adoptiva por el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz (Canarias). Ingresa en la Academia Cubana de la Lengua en 1959 y,

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casa. Fallece ese mismo mes, el 27 de abril de 1997. Su obra ha sido traducida al francés, italiano, inglés, serbio, noruego… y forma parte de la poesía intimista femenina sudamericana. Cronología de sus obras:

1938.- Canto a la mujer estéril 1938.- Versos, 1920-1938 1947.- Juegos de agua. Versos del agua y del amor 1951.- Jardín. Novela lírica 1953.- Carta de amor a Tut-Ank-Amen 1953.- Poemas sin nombre 1955.- Obra lírica 1958.- Últimos días de una casa 1958.- Un verano en Tenerife 1984.- Poesías escogidas 1991.- Bestiarium 1991.- La novia de Lázaro 1991.- Poemas náufragos 1993.- Antología lírica nueve años más tarde, en la Real Academia Española.

1993.- Finas redes

Tras varios años de retiro publica obras como Poesías escogidas (1984), Bestiarium (1991) y Fe de vida (1994), y recibe el Premio Miguel de Cervantes en 1992. Al año siguiente le conceden la Orden Isabel La Católica y el Premio Federico García Lorca.

1993.- Poesía completa

1993.- Poemas escogidos 1993.- Yo fui (feliz) en Cuba 1994.- Cartas a Julio Orlando 1994.- Fe de vida 1997.- Cartas que no se extraviaron 1997.- Melancolía de otoño

Su última aparición pública tiene lugar en abril de 1997, cuando la Embajada de España en Cuba le rinde homenaje en su

(Instituto Cervantes)

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La canción del amor olvidado Para el amor más olvidado cantaré esta canción: No para el que humedece los ojos todavía… Ni para el que hace ya sonreír con un poco de emoción…

Canto para el amor sin llanto y sin risa; el que no tiene una rosa seca ni unas cartas atadas con una cinta. Sería algún amor de niño acaso… Una plaza gris… Una nube… No sé… Para el amor más olvidado cantaré. Cantaré una canción sin llamar, sin llorar, sin saber… El nombre que no se recuerda pudo tener dulzura: Canción sin nombres quiero cantarte mientras la noche dura… Cantar para el amor que ya no evocan las flores con su olor ni algún vals familiar… Para el que no se esconde entre cada crepúsculo, ni atisba ni persigue ni vuelve nunca más… Para el amor más olvidado -el más dulce…-, el que no estoy segura de haber amado

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Tiempo

Poema del amor tardío

1 El beso que no te di

Amor que llegas tarde,

se me ha vuelto estrella dentro...

tráeme al menos la paz:

¡Quién lo pudiera tornar

Amor de atardecer, ¿por qué extraviado

y en tu boca...otra vez beso!

camino llegas a mi soledad?

2

Amor que me has buscado sin buscarte,

Quién pudiera como el río

no sé qué vale más:

ser fugitivo y eterno:

la palabra que vas a decirme

Partir, llegar, pasar siempre

o la que yo no digo ya…

y ser siempre el río fresco...

Amor… ¿No sientes frío? Soy la luna:

3

Tengo la muerte blanca y la verdad

Es tarde para la rosa.

lejana… —No me des tus rosas frescas;

Es pronto para el invierno.

soy grave para rosas. Dame el mar…

Mi hora no está en el reloj...

Amor que llegas tarde, no me viste

¡Me quedé fuera del tiempo!...

ayer cuando cantaba en el trigal…

4

Amor de mi silencio y mi cansancio,

Tarde, pronto, ayer perdido...

hoy no me hagas llorar.

mañana inlogrado, incierto hoy... ¡Medidas que no pueden fijar, sujetar un beso!... 5 Un kilómetro de luz, un gramo de pensamiento... (De noche el reloj que late es el corazón del tiempo...) 6 Voy a medirme el amor con una cinta de acero: Una punta en la montaña La otra... ¡clávala en el viento!

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Isabel Rezmo 15. Devuélveme la noche entre dardos de arrogancia. Muerde, casi tanto como el vacío que supura en el vaso a medias, o es la sensación inerte que desglosa de mi cuerpo. Una piel rozando la mañana. 27. Mis labios puntos en el vértice del placer, condena entre la caricia y el roce a milímetro de tus palabras 30.

Lejos, he muerto. He vivido. He despertado. He comido las sobras del ayuno. Un día, en el que un átomo es una ecuación maldita para el óbito.

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32. Dos niños en sus juegos, doblegan el tiempo, lo hacen Ícaro, serpentean los miedos, acunan la fantasía.

Y surge… El cuento. 35. Aprendí a ser mayor, mientras mis juegos soñaban con beber los vientos al lado de tu ombligo. Mientras serena la noche, dibujaba pestañas que olían a tu nombre. 37. Te amé cuando mi cuerpo no quería inmiscuirse en el secreto del otro, cuando los pájaros volaban en sentido contrario al creciente río, cuando la cadera besaba el muslo y el seno respondía con una alabanza al propio deseo.

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Wilfredo Baixauli ROSES QUE S’ENTRELLACEN Flors de pell fina

que s’entrellaçen abracant-se al seu mateix destí amor que fa moure muntanyes amor que fa tremolar la terra amor que fa gelar cors insensibles i buits. Volers que no miren rostres ni condicions ni races amors sense límits terrenals amors de veritat. Roses fines perles de corall el veritable amor no és veu es sent l'autèntic respecte és el que comença per un mateix. Roses roges i blanques compartiu l'amor que campa en el vostre cor recorreu juntes el mateix destí perquè només es viu una vegada enamorat.

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Aunque ya no te vean mis ojos, aunque ya no escuche tu voz, habita tu ternura en mi ser, tu recuerdo vive en mi corazón. Aunque no entienda la razón por la que te llevaron al cielo, aunque quisiera emprender contigo el vuelo, y juntas poder estar, aunque las lágrimas me visiten a diario, y cuente cada día, aunque por tí cambiaría mi vida, y retroceder el tiempo quisiera, sé que estás aquí… En el soplo del viento cuando me siento sola, o cuando de un árbol cae una hoja, cuando veo una flor hermosa, cuando una lágrima vuelve a brotar, sé que estás aquí… Cuando siento la sensación de que alguién me cuida, cuando no puedo encontrar la salida, cuando necesito conversar, sé que estás aquí para poderme escuchar. Hermanita, me ha dolido mucho perderte, no sé como describirlo, no sé como decirlo, pero algo pasa dentro de mí, y es que siento que aún sigues aquí, y ya no tengo temor a la muerte, porque sé que esperándome estarás, cuando al final de mis días un abrazo de nuevo te podré dar. 97


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Edgardo Palacios Ssoy locutor ,un sueño cumplido una vocación que llevo en mi corazón con mi voz, hice reír ,llorar supe expresar , un poema escrito por otro por eso , me siento muy mal cuando no valoran nuestro esfuerzos cuando las criticas vienen de nuestros pares

como que no se acuerdan ,cuando estudiamos nos emocionamos temblamos frente a un micrófono , ante la atenta mirada de LUIS GALASI nuestro profesor solo los que estudiamos, sabemos lo que se siente el sacrificio de llegar a la academia bicicleta ,moto , caminando ,en colectivo frió, calor, lluvia lágrimas de nervios, de emoción , de bronca cuando no sale en las practicas ,una estrofa, un relato , que estudiamos en la semana estudiar en el baño, en la cocina, delante de nuestros familiares, que nos miran con caras de que estamos loco llegar a la academia encontrarme con analia , luis , Herminia una familia dedicada a la enseñanza de la comunicación respeto cariño

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salir de la academia con un aprendizaje nuevo sentirse locutor esperar el día, la hora de ir a la radio estar frente a un micrófono , esperar la señal del operador el cartel se enciende en rojo "aire " ya somos locutores recibimos llamados , nos hacemos amigos hasta puedo sentir un lazo afectivo entre el oyente y mi voz

el mundo en un micrófono soy locutor gracias a la familia GALASI en su academia me recibí de locutor aun recuerdos a mis compañeros de curso cuantos recuerdos , en mi memoria auditiva en la radio ,un saludo a nuestro director HUGO CAGNA que nos da toda la tecnología y las comodidades para ser un locutor profesional gracias radio Uruguay 87.9mhz rosario santa fe argentina soy locutor mi voz , juntos a todos vosotros hoy soy maestro ceremonial un nuevo título , gracias a mis compañeros mis amigas poetas que me ayudaron , buscando información armar un discurso , mari ,Emma poetas amigas mis compañeros de clases, todos locutores años de sacrificio , frió calor y solo una meta , ser comunicador llevar una palabra de paz ,amor a todos vosotros ,queridos oyentes un beso un abrazo , hasta pronto !!! edgardo palacios el ultimo romántico

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ESTUPEFACTA ALITERACIÓN.

Llueve sobre los mojado Estupefacta aliteración, repetir errores pasados Sin ninguna satisfacción, Ambiciones mal logradas Dejando estelas de terror, sangres vertida en vano Alimentando odio y dolor. Jóvenes en escombros Sin futuro y con rencor, víctimas del fanatismos usados por el malhechor. Llueve sobre lo mojado El poderoso quiere dominar No importa las fronteras su balística quiere matar. Estupefacta aliteración no aprenden a respetar, La vida es concepción Que debemos cuidar.

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(El poeta minero) No quiero mas Senames ... ni niños muertos o maltratados,

no quiero mas padres que abandonan a sus hijos a su suerte... ni sociedades que se desentienden de su futuro, No quiero que el amor se transforme en odio, ni la semilla en muerte. ni la indiferencia en la moneda de cambio. UNA HISTORIA En el macizo cordillerano el hombre quiso dejar su firma, su halo de vida; realizando lo imposible a giro de carretas. colgando de las laderas su ingenio, tapizando de sueños y escaleras un mundo hasta entonces desolado, cultivando ahí sueños blancos y penas negras. Forjando una identidad minera, de hombres esforzados, de ingenio puesto a prueba. así fue como se tendieron rieles, se sembraron edificios… en medio de aquel paraíso

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Fotografía, pintura

FOTOGRAFÍA: Jesús Caña POEMA:

Miguel Rubio A 102


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GIRASOLES Girasoles alegres danzantes pendientes de la batuta del Sol. Derviches que giran sobre sí mismos extasiados, lentamente, llevando el amarillo consigo en sus lentos pasos de baile que van cambiando el color de todo el paisaje.

Girasoles de oreja cortada de absenta y malos amoríos

el bálsamo para un demente que soñaba como los girasoles

as

y los pintaba enloquecido.

A veces me pregunto

Artiaga

si no es el Sol el que baila a su ritmo.

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Fotografía:

MARK OLICH Texto:

ALFREDO VILLAVERDE

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Dos pinturas para un pintor

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L.M.

HECHOS QUE CAM

El inicio de la

democracia El primer gobierno elegido por el pueblo

Nuestro Quijote, que aunque habló de libertad, igualdad y quizás algo de fraternidad, no fue un adalid de la democracia, los antiguos griegos fueron los primeros defensores y creadores de la esta. Los pro-atenienses no podrían haber entendido la vida sin la democracia. Atenas creadora Durante el siglo de Pericles comenzó la andadura de la democracia. Solón, consiguió que todos los atenienses participaran en una asamblea, Este proyecto de democracia fue llevado acabo (aparte de Solón) por Clistenes y Pericles. Se esperaba que cada ciudadano ateniense participara en el proceso eligiendo un consejo. Atenas siguió el ejemplo de su eterna enemiga Esparta con sus inusuales valores igualitarios para crear la democracia.

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MBIARON EL MUNDO

Sentaron las bases de las actuales democracias. La asamblea, funcionarios, Consejo, tribunales - están incompletas sin la figura que administraba el sistema, el Ho boulomenos, que significa “cualquier persona que lo desee”. Esta expresión denotaba el derecho de los ciudadanos de tomar la iniciativa: para hablar en la Asamblea, para iniciar un juicio público (que pudiera afectar a toda la comunidad política), para proponer una ley ante los legisladores o para proponer sugerencias al Consejo. Al contrario que los funcionarios, el ciudadano iniciador no era examinado antes de acceder al cargo ni tenía que rendir cuentas

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después de finalizar –a fin de cuentas no tenía ningún cargo que defender y su propuesta podía durar solamente un momento. El grado de participación de los ciudadanos oscilaba enormemente, desde no hacer prácticamente nada hasta algo similar a una ocupación a tiempo completo. Pero incluso para el ciudadano más activo, la base formal de su actividad política era la invitación que todos tenían a participar (cada ciudadano libre, ateniense y varón) resumida por la frase “cualquiera que lo desee”. Había entonces tres funciones básicas: los funcionarios organizaban y llevaban a cabo los protocolos administrativos; el Ho boulomenos era el iniciador y el ponente; y finalmente la gente, reunida en la Asamblea o en un tribunal, tomaba las decisiones, entre sí o no, o entre las alternativas en cada caso.

Estela de piedra y chapas metálicas usadas en Atenas para la asignación por sorteo de los puestos del Consejo de los Quinientos. Foto: De Sharon Mollerus originally posted to Flickr as Jury Selection in Athens, CC BY 2.0, https://

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En sus inicios los acontecimientos centrales de la democracia ateniense eran las reuniones de la Asamblea (Ekklesía). Al contrario que en un Parlamento, los miembros no eran elegidos, sino que eran ciudadanos que podían asistir cuando quisieran. La democracia creada en Atenas era directa, no representativa como las actuales: cualquier varón adulto que fuera ciudadano y mayor de 18 años podía participar, y era un deber hacerlo. Los funcionarios de la democracia estaban en parte elegidos por la Asamblea y en parte por sorteo.

La Ekklesía tenía cuatro funciones principales: llevar a cabo las órdenes ejecutivas (decretos, tales como la decisión de ir a la guerra o la concesión de ciudadanía a un extranjero) elegir a algunos funcionarios legislar juzgar delitos y crímenes políticos.

Solón (en griego Σόλων) (c. 638 a. C.–558 a. C.) fue un poeta, reformador político, legislador y estadista ateniense, considerado uno de los Siete Sabios de Grecia. Museo Napolitano

Pericles (c. 495 a. C.- 429 a. C.) (en griego Περικλῆς, ‘rodeado de gloria’) fue un importante e influyente político y orador ateniense en los momentos de la edad de oro de la ciudad (en concreto, entre las Guerras Médicas y las del Peloponeso). Museo Pio-Clementino de Roma

Clístenes (570 a. C.-507 a. C.), en griego: Κλεισθένης / Kleisthénês, hijo Megacles II y perteneciente a la familia de los Alcmeónidas, fue un político ateniense que introdujo el gobierno democrático en la antigua Atenas.

Fuente: Vive la Historia

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PASEOS POR LA HISTORIA DEL ARTE. Escultura

A.P.U.

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“ Se trata de una escultura de función funeraria que representa a un sacerdote, perteneciente a la clase privilegiada, caracterizado por tener el pelo rapado y sujetar un bastón. Es una escultura individual de bulto redondo pensada para ser colocada junto a la cámara funeraria. Está hecha para ser observada desde un punto de vista frontal. Es además simétrica, estática y se trata de un bloque cerrado, con una tendencia a la geometría ya que han sido eliminados muchos detalles de la realidad, excepto algunos pliegues de la falda egipcia. En su origen era policromada pero ya no quedan restos del color. La figura es idealizada, no pretende copiar la realidad, sino más bien embellecerla para que no haya defectos, ni expresión, pues es hierática y sin movimiento, ya que su posición es estática y estable. Su canon es ancho y proporcionado, manteniéndose de pie donde se pueda apreciar la convención egipcia del pie izquierdo adelantado como símbolo de buena suerte. el hieratismo, la tendencia a la simplificación geométrica, la frontalidad y simetría”.

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La escultura del Antiguo Egipto la podemos dividir en dos grandes grupos iconográficos: la estatuaria real y la estatuaria privada o cortesana. Ambos grupos participan de una serie de convencionalismos como el empleo de la Ley de la Frontalidad, la Ley de la Simetría, la reducción a formas geométricas puras y una expresión hierática. Sin embargo, se dan tratamientos distintos, que diferencian a una escultura oficial, mucha más idealizada y convencionalizada de una escultura privada mucho más amable, naturalista o incluso realista. El Alcalde del Pueblo constituye uno de los ejemplos paragdimáticos de este tipo de escultura privada, junto con otras obras también importantes como El Escriba Sentado. Estas características se mantuvieron inalterables a lo largo de los 3000 años en los que se prolongaría la civilización del Antiguo Egipto, y sin duda, traspasaron fronteras influyendo incluso a la escultura arcaica griega. En este artículo comentamos la imagen del conocido como El Alcalde del Pueblo, encontrada por el egiptólogo francés Auguste Mariette en una mastaba cerca de Menfis en el siglo XIX. La talla en madera data en torno al 2400 a. C. perteneciente a la Dinastía V dentro del Imperio Antiguo. De autor desconocido, hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de El Cairo.

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Se trata de una talla en madera, de bulto redondo en actitud propia o de pie, de unos 112 cm de altura. Además incluye incrustaciones de cristal y obsidiana. La estatua es inusualmente grande para tratarse de una talla en madera y debemos indicar que los brazos fueron ensamblados posteriormente. La escultura estaría cubierto con una capa de estuco sobre Conocida con el nombre que le dieron los trabajadores de la excavación "Cheid - El Beled" o "El alcalde del pueblo", en realidad se trata un jefe de los sacerdotes llamado Kaaper. La representación muestra un hombre, con una de las piernas adelantadas, vestido con el faldellín con un amplio pliegue que sólo observar en su amplitud si la miramos de perfil. En el brazo izquierdo es posible que portar algún estan-

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darte o una vara con símbolos de su posición social, hoy no conservado y sustituido por una vara. No existen otros detalles de ostentación de posición social. Esta escultura forma parte del grupo iconográfico de estatuaria cortesana, que aunque participa de algunas características del grupo de estatuaria real, se aleja principalmente por dotar a los personajes de un mayor realismo. Seguramente, porque estos no están emparentados a los dioses y por tanto, no requieren del mismo grado de idealización. Podemos observar ciertos convencionalismos comunes en toda la escultura del Antiguo Egipto como la aplicación de la Ley de la Frontalidad, la Ley de la Simetría, cierto hieratismo en el rostro. No obstante, nos encontramos con una escul-


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tura más amable y más naturalista que las que representan a los faraones. Observamos un cuerpo orondo y más bien flácido, así como una cara con papada, que refleja a un hombre bien alimentado como corresponde a su posición social. Su gesto altanero y su mirada al frente, tratan de reflejar cierto tratamiento psicológico del personaje, ayudando a conseguir un rostro más realista las líneas alrededor de los ojos y las incrustaciones de cristal y obsidiana de los mismos, con una pierna adelantada y un escorzo en el brazo izquierdo que rompe con la concepción de bloque y dota de más dinamismo y naturalidad a la escultura. Además podemos suponer que este tipo de esculturas también servían para representar el estatus o posición social del personaje.

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Xavier Eguigu

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uren

El prólogo de los juglares

Un camino de Santiago, testigo del pisar alegre, triste, melancólico. Caminantes que buscan perdón recorriendo la senda. Hombres que encuentran cobijo, que se esconden, de pies doloridos, ligeros, pesados, de pasos largos y cortos. Un camino de Santiago que reproduce el cantar de los juglares. Peregrino escucha el silencio, regocíjate en ese momento inhóspito, tiempo que cubre el tiempo de los sonidos de un laúd, de un tamboril, o una flauta. Las Cantigas del rey Alfonso X, en lengua “galaico portuguesa” eran el deleite de peregrinos de tiempos pretéritos, poder escuchar los milagros y leyendas, recitados por trovadores en las plazas de esas hermosas villas.

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El romero de Santiago. “Non é gran cousa” Es uno de los relatos más conocidos del Camino de Santiago. En el siglo XIII se le denominaba “el gran milagro” y tenía una fiesta especial en la catedral de Santiago de Compostela. Aparece en el Liber Beati Jacibi atribuido a Anselmo de Canterbury. Un peregrino que iba a Santiago peca contra la castidad y el diablo tomando la figura de Santiago se le aparece y le indica que para salvarse ha de mutilarse el órgano con que pecó y degollarse. El romero lo hace de buena fe y muere. El auténtico Santiago entra en disputa con el diablo que quiere llevarse el alma del peregrino. La Virgen “abogada en el Tribunal del Paraíso”, sentencia la resurrección del romero, que nunca pudo recobrar aquello de lo que se privara”.

El Romero de Santiago

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El peregrino ahorcado. “Por dereito ten a Virgen” “Es el más divulgado de los milagros del Camino de Santiago y sucedió en Toulouse en el año 1090. En el Liber Beati Jacibi se le atribuye a Calixto II. Un romero alemán devoto de Santa María viajaba con su hijo por Rocamador hacia Santiago de Compostela. Un malvado y hereje posadero introdujo secretamente un vaso de plata en el saco del hijo. Delatado y descubierto, un juez mandó ahorcar al mozo delante de su desolado padre, que llorando continuó su prometida peregrinación. Pasados tres meses, de regreso fue a ver a su hijo colgado y muerto, descubriendo que aun vivía porque Santa María le sostuvo ese tiempo con sus manos. La gente indignada buscó al posadero hereje, que al confesar su culpa fue quemado en la hoguera”. Cuantas y bellas historias guarda el camino de Santiago. Contaré mi humilde viaje en solitario cruzando tierras asturianas y gallegas, para llegar a Santiago. Suman 12 relatos, como los 12 apóstoles, las 12 Tribus de Israel, los 12 dioses y titanes del Olimpo, los 12 Caballeros de la Mesa Redonda, los 12 Pares de Francia del Rey Carlomagno, los 12 asnos del cielo de los dioses germanos, los 12 fundamentos o bases de la muralla del Nuevo Jerusalén, las 12 perlas, las 12 puertas, los 12 ángeles que protegen las puertas, los 12 veces 12.000 hombres que vivirán en la ciudad sagradas, las 12 tareas de Heracles, los 12 compañeros de aventuras de Sigfrido y mil veces 12. 12 días, 460000 pasos sobre el camino primitivo de Santiago.

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Interior de Santo Domingo de la Calzada-. Gallinero gótiico en pidra policromada de mediados del siglo XV, que alberga un gallo y una gallina vivos en conmemoración del milagro del peregrino ahorcado injustamente. -


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Quien va a Santiago y no al Salvador

Círculo de Miguel Ximénez -siglo xv-Traslación del cuerpo de Santiago el Mayor- I- Embarque en Jaffa _detalle_ Tabla- 159 x 73 cm Núm-de inventario-2668

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Oviedo antiguo vestido de domingo bucólico, lluvia con cadencia incide sobre un suelo eternamente mojado. Gotas de mayor a menor tamaño, dibujan círculos concéntricos de diámetros, los primeros pequeños a grandes e infinitos los últimos. Lemiscata, baile de ondas sobre un gran charco en la plaza del ayuntamiento. Arco casado en segundas nupcias con su bóveda, puerta del tiempo que da paso a Cimadevilla, vía de antaño, calle del medievo. Atravieso atolondrado ese umbral, deleitándome con la luz que transporta las siluetas de siglos pasados. Estructura que recorro en braille con mis dedos imaginarios.

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Torre Vieja. Catedral San Salvador

Escucha los chirridos de los carros y las voces guardadas en un bote afecto a otra época. ¿ No oyes las conversaciones de los espíritus que deambulan por ese lugar? se niegan a abandonar la calle. La catedral de san Salvador, la cámara santa, construcciones unidas a espacios de tiempo anteriores, gótico el primero y prerrománico el habitáculo contenedor de las reliquias, todos entrelazados, Dios y reyes, pueblo llano, cruz de los Ángeles y de la Victoria.

Claustro Catedral San Salvador

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Catedral de San Salvador. Fachada principal

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Cámara Santa y Claustro de la Catedral de San Salvador

Peregrinos, “quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y deja al Señor”. Inscripciones se escuchan, dictadas de siervo a siervo, de señor a señor, rebotan los sonidos contra las paredes que integran la plaza, susurros que enseñan la historia, el origen, el camino. Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis. “Quien quiera que contemple este templo honrado por el culto de Dios, conoce que anterior a éste hubo aquí otro, dispuesto del mismo modo, siendo fundado por Froila siervo del Señor Salvador, ofreciendo doce altares a los doce apóstoles; en cuyo favor sea piadosa vuestra oración hacia Dios, para que os de el Señor digna recompensa. Este edificio anterior fue parcialmente destruido por los paganos y profanado por los herejes, por lo que fue enteramente fundado de nuevo por el siervo de Dios Alfonso y renovado para su mejora. A él, Cristo, séale dada la gracia por tal labor y a Ti, aquí, alabanza incesante sin fin”. Nota aclaratoria: Primer día del camino primitivo, salida desde Oviedo, la catedral de San Salvador.

Vista del interior con el retablo al fondo de la Catedral de San Salvador

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Capillas laterales en la Catedral de San Salvador

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Monasterios y Castillos

Valencia

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Bajo el abrigo del monte Toro, en plena región valenciana se encuentra el Real Monasterio de Santa María de la Valldigna de estilo cisterciense. Se fundó en el año 1298 por el rey Jaime II El Justo. Cuenta la leyenda que estando este rey por estos lugares exclamó dirigiéndose al abad de Santa Cruces: “Valle digno para un Monasterio de vuestra religión”. El rey le otorgó al Monasterio unos poderes reales impresionantes e inclusive le dio 5 millas mar adentro como así lo demuestra su escudo donde se puede ver una torre sobre las olas del mar que significaba “posesión sobre las aguas”. El Monasterio fue uno de los más importantes del reino de Valencia y estuvo habitado hasta el año 1835, fecha en la cual se produjo la desamortización de Mendizábal. En 1991 fue adquirido por la Generalitat Valenciana y a partir de esta fecha empezó su restauración. El monasterio se construyó en tres fases: la implantación gótica del

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siglo XIV conformando la estructura completa del conjunto alrededor del claustro de acuerdo a los cánones del Cister, la importante renovación sufrida después de las graves destrucciones del terremoto de 1396 y su segunda renovación y definitivo enriquecimiento después del nuevo terremoto de 1644, con sustituciones completas y nuevas dependencias, ya de etapa barroca, de los siglos XVII y XIII. Entre otras curiosidades que tiene el Real Monasterio está la del locutorio, lugar único donde los monjes cistercienses podían hablar y que fue construido siendo abad Rodrigo de Borja que más tarde sería el Papa Alejandro VI. También en la sala capitular se pueden observar los escudos de la familia Borja. El palacio del abad era el símbolo del poder que tenía éste en toda la comarca.

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La iglesia de Santa María de la Valldigna es sin duda alguna el mejor reflejo de las luces y sombras que han acompañado a este monasterio donde en tiempos pasados sus piedras fueron pisadas por diversos reyes aragoneses y valencianos. La actual iglesia es la tercera edificada en el mismo lugar tras la destrucción de las anteriores por los terremotos de los años 1939 y 1644. Su fachada austera, contrasta con la suntuosidad de el interior. Al atrio de estilo dórico y ornentación churrigueresca

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Fotos: Mancomunidad Valldigna


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Un lugar para visitar

Cascadas petrificadas d (México). Hierve el Agua es un sistema de cascadas petrificadas, formadas por carbonato de calcio. Las cascadas son de origen natural y se formaron hace miles de años, por el escurrimiento de agua con alto contenido de minerales. El lugar se ubica a unos 70 km de la ciudad de Oaxaca, en la población de San Isidro Roaguía, municipio de San Lorenzo Albarradas, estado de Oaxaca, en México, en las cercanías de la zona arqueológica de Mitla y a 630 km de la Ciudad de México.

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de Oxaca

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Maria Luz González Rubio

En este año del cuarto centenario de la muerte de Cervantes, en el que hay ya más de cinco villas que compiten por llevarse el título de ser el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse el ilustre escritor, queremos sacar a la luz otra candidatura olvidada: la de que don Luis Astrana Marín propuso para Villaescusa de Haro, su patria chica y la mía. Ya apuntaba el otro autor arábigo del Quijote, Cide Hamete, al final de la novela, que el motivo de tal omisión u olvido era “por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha, contendiesen entre sí para ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por

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Homero”. Aún dando por cierto lo anterior, no queremos dejar de participar en la contienda por tan gran honor, trayendo como argumento de nuestra reivindicación las pruebas que ya adjuntara don Luis en su magna biografía de Cervantes de siete volúmenes, compilación de documentos y trabajo de investigación que todavía no han sido superados a pesar del tiempo transcurrido desde su publicación , ni ha dejado de ser obra de consulta de todo cervantista que se precie de serlo. Entre tales pruebas arguye la distancia de dos días andando hasta El Toboso, la proximidad del castillo de los duques donde nombraron gobernador de la ínsula a Sancho,


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que podría ser el de Belmonte, la mención a las cuevas Horadadas, que serían la sima oscura donde cayó el escudero con su burro, amén de otros escenarios igualmente verosímiles. Han pasado cuatrocientos años y la gloria del biografiado sube, como demuestra la contienda de las villas manchegas por ahijarse el lugar imaginado como cuna de don Quijote: Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan, Villanueva de los Infantes, Mota del Cuervo, Villaescusa de Haro…En cambio, el nombre de don Luis Astrana Marín, aunque nos sigamos beneficiando de sus trabajos, se va olvidando...La diosa Fortuna ha sido esquiva en vida con ambos, biógrafo y biografiado. Con la diferencia de que con el primero acudió rauda a su muerte, para instalarse y crecer en progresión geométrica, mientras que con el segundo todavía no ha llegado. Esperemos que no tarde y venga a hacerle justicia. Tanto el personaje como la patria que lo vio nacer merecen ser rescatados del olvido. El propio Astrana en el libro juvenil “Vida en los conventos y monasterios”, publicado en 1915, sitúa su pueblo entre los últimos de La Mancha. Utiliza una bella

Retrato del obispo Diego Ramírez. (1459-1530). Obra anónima de finales del siglo XVII. Es uno de los 8 obispos nacidos en Villaescusa de Haro.

Don Luis Astrana Marín

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Vista general de Villaescusa de Haro.

imagen al compararlo con un pergamino viejo, amarillento por el sol y los años, que permanece adormecido como un libro lleno de historias de personajes ilustres. Entre estos personajes están los doce obispos, ocho de los cuales nacieron en la misma calle; un virrey de Filipinas; varios presidentes de la Chancillería de Valladolid, el máximo órgano judicial en su tiempo; dos confesores de reinas: el de doña Juana la Loca y el de su hija doña Leonor, reina de Portugal y de Francia; un escritor de diálogos renacentistas como Diego Ramírez de Villaescusa; un personaje célebre del teatro barroco, que se ganaba la vida copiando y vendiendo las obras que se aprendía de memoria en una sola representación , llamado don Luis Gil Ramírez

Capilla de La Asunción. Iglesia de San Pedro Apostol 138


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Iglesia de San Pedro Apostol. Villaescusa de Haro.

de Arellano y otros muchos de los que no hay todavía biografías escritas. Es el primer pueblo al que se llega desde Belmonte por la carretera que lleva a Cuenca. Se entra en él por la Puerta del Cerezo y en seguida te encuentras con la calle principal que conduce a la iglesia, la que todo el mundo conoce por la calle Empedrá. La mayoría de sus habitantes se niega a llamarla con el nombre que le pusieron al terminar la guerra, de la misma manera que siguen llamando la Plaza, así a secas, a la plaza del Caudillo, omitiendo la segunda parte que alude al dictador. Hay quien justifica que no se cambien estos nombres, como convendría hacer para cumplir con la ley de memoria histórica, diciendo que el de la plaza se refiere al

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Placio de los Ramirez. Actual Ayuntamiento de Villaescusa de Haro

caudillo Viriato y que el tal Jose Antonio, que figura en otra placa, era un torero al que llamaban el Primo de la Ribera. La iglesia del pueblo, del siglo XV, es famosa sobre todo por una de sus capillas en la que está el retablo de la Asunción, patrimonio de interés nacional, que permanece intacto a pesar de otros destrozos que se hicieron durante las guerra, porque un dirigente comunista del pueblo puso tuvo el acierto de poner un cartel en la puerta con la leyenda “Pueblo, respeta esto, que es tuyo”. Otro edificio histórico importante, justo enfrente de la iglesia es la Casa Grande, palacio del siglo XVI que hoy es ayuntamiento, biblioteca, salón de actos, y centro de reuniones de distintas asociaciones. En la misma plaza, completa el recinto monumental el Colegio, edificio del XVI que iba a ser la universidad de Castilla La Mancha, creado por Diego

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Convento de los Dominicos.

Ramírez de Villaescusa y que se quedó como residencia de su familia al adelantarse el cardenal Cisneros y crear la de Alcalá de Henares por las mismas fechas. Desde este núcleo de arte renacentista arranca la cuesta que lleva el nombre de nuestro personaje: Luis Astrana Marín. Hacia el final, a la puerta de una casa construida hace unos años sobre las ruinas de la anterior, hay una placa conmemorativa, levantada por la Sociedad Cervantina que él fundó, en la que se cuenta que allí nació y vivió nuestro prócer. Más abajo están la Fuente, hecha con piedra en la época del Imperio romano, y las Balsas, otros dos hitos turísticos del pueblo. ¿Cómo era la casa entonces? ¿Se trataría de una casa noble como quiere hacernos creer nuestro autor en este libro de memorias? En ese caso, ¿en qué dependencias nació? ¿No sería en las dependencias de las criadas? Se rumorea que su madre, Juliana Joaquina Marín trabajaba como sirvienta cuando se quedó embarazada de don Blas Astrana, militar sin ocupación terminada la guerra de África. Los padres siguieron sin casarse hasta que nuestro autor tenía doce años, la diferencia que hay entre su nacimiento el 5 de agosto de 1889 y la fecha en que contrajeron matrimonio sus padres, 4 de septiembre de 1901, según consta en el archivo parroquial de la villa.

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Lavaderos de Villaescusa

Don Luis, en el Libro de los conventos se inventa un pasado de niño rico que no casa muy bien con lo que se dice por el pueblo, y tampoco por los datos que apuntan sus biógrafos. Quizá por eso incluye este libro entre los suyos de ficción. No obstante, no deja de ser interesante para conocer su infancia y ciertos aspectos entrañables de su vida. Parodiando el comienzo del Quijote escribe: Yo era oriundo de la Mancha, de un pueblecito humilde, cuyo nombre recuerdo con delectación, que, enclavado en las primeras estribaciones de la serranía, participaba del carácter árido y fanfarrón de la llanura y del hospitalario y reconcentrado de la montaña. Emociona al lector al contar como iba de muy niño a la iglesia solo por escuchar el órgano y como escandalizó a su familia cuando les dijo que quería ser músico. Ellos asociaban esa afición a las varietés y la vida disoluta de Madrid y capitales de provincia. Más tarde, como le gustaban las letras, sus familiares, apoyados por el cura, decidieron

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El río Zánzara a su paso por el Molino Blanco.


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Fuente romana en Villaescusa

que tenía vocación y había que enviarlo al seminario. El niño no sabía qué significaba aquella palabra y se lo preguntó a un amigo. ¿Vocación? Debe de ser algo que se come, fue la respuesta infantil. Afortunadamente para las letras, la carrera hacia el sacerdocio que inició en el seminario de Cuenca, duró muy poco. Antes de los 20 años se había se había ido a Madrid para dedicarse al periodismo y a la literatura. También en este libro nos cuenta sus crisis y vacilaciones, sus paseos a caballo por la ribera del río Záncara, reconocible a pesar del mal disimulado nombre que le pone, Zanciágara, ya que respeta el de los molinos que se nutren de sus aguas para moler: el del Concejo, el del Blanco, etc. Por último, termino este paisaje literario de mi pueblo con la mención al convento de los dominicos, llamado comúnmente Los Frailes. Unas ruinas, restauradas no sin polémica, de lo que fue uno de los mayores edificios de la orden, por el que pasaron personajes insignes como san Francisco de Borja, y otros de peor memoria: numerosos inquisidores que presidieron múltiples procesos del Santo Oficio.

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Libros

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Un libro que habla de la tierra de Castilla-La Mancha repleto de relatos llevados de la mano de unos buenos literatos. Un libro para disfrutar de sus historias y paisajes.

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Durante 1920, con una infancia trajinera como integrante de circo y desdeñando la pobreza, Muñeca, lucha contra todo obstáculo por alcanzar el sueño de ser una famosa bailarina sin importar quien derriba a su paso, creyendo que al alcanzar la fama encontraría la felicidad. Años después se percata que la felicidad no estaba donde la buscó sino en todo lo que dejó ir y en un último intento por reencontrar un motivo, regresa a Ensenada; ciudad donde tuvo oportunidad de probar su talento y donde dejó su corazón. Esta novela transporta al lector hasta los pensamientos más profundos de un personaje que pretende reafirmar su autoestima con el aplauso del público. Muñeca, de corazón férreo y carácter apasionado, muestra el lado humano de una mujer que busca con insistencia perseguir sus ideales para darle un sentido a su existencia.

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“El coraje de Tomás González Cabañas, autor del ensayo “El acabose democrático”. ¿En qué reside? Se trata de un cuestionamiento de la democracia vigente y quizá de la democracia como tal (por momentos) aunque en definitiva pareciera inclinarse por una democracia redefinida. Traza en el inicio del camino, una historia contemporánea de la democracia representativa o liberal en cuanto reposición de cierta forma de entender la política y ciertas instituciones fundadas en determinados conceptos después de los trágicos experimentos que surgieron en el siglo XX o siglo de la criminalidad. Experiencia en nuestro país (Argentina), sus resultados después de casi 35 años; la constitución de la casta política. El aumento de la marginalidad, la exclusión y la pobreza. Esta no sólo material, sino espiritual o conceptual.

Pues bien, el ensayo de Francisco Tomás González Cabañas se sitúa en el punto exacto en que hoy debemos colocarnos: la necesidad de forjar nuevos conceptos, instituciones y procederes que estén a la altura de lo que el siglo actual requiere de la política. Nuevas bases al decir de Alejandro Korn. En el comienzo de su obra, Francisco Tomás habla de una revolución en marcha en las democracias occidentales, vista la caducidad del modelo “democrático” vigente. Por cierto, aclara- inmediatamenteno se trata de una revolución inspirada en las francesas y sus derivadas. Tampoco de lo partidocrático, radicalismo-peronismo, en Argentina o izquierdas y derechas en Occidente. El progresismo recibe también lo suyo. Sin embargo en lo relativo a la sexualidad, en cuya problemática también

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interviene, el autor parece abordar posturas compartidas y caras al progresismo. Se trata sí de un nuevo pacto social y político. La revolución debe darse en el campo del lenguaje y es conceptual. Lo dicho se plantea en una crítica despiadada a la democracia-pseudodemocracia- vigente, denominada por momentos prostibularia. Pero esa crítica que abarca innumerables aspectos no apunta solamente a la clase o casta dirigente sino también a los pueblos o a los ciudadanos, sumergidos en una servidumbre voluntaria. Aspectos a los que el autor, insiste una y otra vez en una parodia del voto cada dos años (casos como las PASO y la obligatoriedad del voto) y las ya mencionadas exclusión de diversas facetas que padecen los gobernados reducidos a condición de siervos. A medida que el discurso avanza Francisco Tomás ensaya distintas categorías “los de adentro” y los de “afuera” por ejemplo. Cómo es obvio no se puede pensar la política en esos términos (según afirma el autor) Ya veremos más adelante, más allá de la crítica, más bien, profundizándola, que medidas concretas propone. Destacando esto mismo también del ensayo que no es únicamente en términos críticos. Según Francisco Tomás “El estado ha muerto” en una clara relación con el “Dios ha muerto” de Nietzsche, considera una falacia, especialmente irritante aquella frase que se ha puesto de moda en los últimos tiempos en boca de los políticos que la política existe o se legitima para “resolverle los problemas a la gente”. A su vez, los políticos, no comprenden el proceso de individuación ni la incertidumbre que constituye un horizonte histórico.


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Entre lo filosófico y lo jurídico propone un nuevo concepto o categoría; la legitimidad parcial, entre otras cosas que una reforma constitucional, por ejemplo, solo podrá llevarse a cabo por referéndum. Le interesa especialmente el concepto de límites tal como lo elabora el filósofo español Eugenio Trías. En perspectiva crítica siempre a la democracia vigente, equiparada a un juego de máquina, propone otro concepto: la indefensión política que supone la mentira flagrante de la igualdad ante la ley. Al abordar el tema de la resurrección política, a la que no renuncia, nos hace escuchar algunos ecos de la esperanza platónica: el gobierno de los sabios. A la cofradía de la clase política le sería beneficioso el ingreso de intelectuales, pero eso sí, no de la academia- como el las designa- para la cual demuestra en todo momento desprecio y encono. La define como herramienta de dominio y sometimiento. En la alternancia de críticas y propuestas que nos ofrece este ensayo de Francisco Tomás, introduce la idea de la “africanización del ser” (atinente a América Latina), si no entendí mal la parodia con ese continente desgraciado, infecta progresivamente las democracias de las naciones avanzadas. En ese contexto re-

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clama la necesidad de una filosofía latinoamericana. En fin el ensayo culmina, recordando aquella famosa exhortación de Aristóteles a preguntarse por las primeras y las últimas causas, en este caso, del estado y la democracia y señalando que sí no existieran sería preciso inventarlas. Culmina así, y como queda dicho, proponiendo medidas concretas entre las que se destacan el voto compensatorio, el democraticidio y la curatela democrática”


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