La alcazaba 93

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Revista La Alcazaba

Año VIII Núm. 93 Marzo 2018

Revista Sociocultural

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Revista La Alcazaba

Página

Título

DIRECCIÓN:

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La procesión camino del Calvario

ALFREDO PASTOR UGENA

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La semana Santa en Uruguay

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Europa y España ante Jesús

EDITA:

42

Poesía en la Semana Santa

EL MENTIDERO LITERARIO

46

La Semana Santa en Balmaseda

ISSN 2173-2184 MADRID

54

El Camino de Santiago VI

Depósito Legal M-4639-2007

64

Ruta Cervantinoquijotesca

WEB:

80

Murillo

92

La Sevilla de la época de Murillo

oquendo1957@gmx.com

106

La poesía de Octavio Uña

TELF.: (+34) 605434707

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Poesía

124

Canto a mi mismo

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El origen de Ocaña

138

La compasión

144

Homenaje al idioma español

150

Fotografía

152

El viaje de Sam

156

Castillos

160

Las cuevas de los Mil Budas

162

Libros y publicidad

LUIS MANUEL MOLL JUAN

http://www.elmentidero.org EMAIL:

FACEBOOK:

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Ernesto Vieco PUBICIDAD: Asociación de Arte i Cultura El Mentidero DIRECCIÓN POSTAL Revista LA ALCAZABA Av. De Elda, 75, 3º C 03610 Petrer (Alicante) España Telf.: (+34) 605.434.707

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Enrique Gracia Alfredo Pastor

Miguel Romero

Jesus Cañas

Washington Daniel Gorosito

Natividad Cepeda

Luis Manuel Moll

Isidoro A. Montenegro

Antonio Portillo Casado

Miguel Rubio Jose Luis Najenson

Esther Collado

Xavier Eguiguren Ricardo López Seseña

Ignacio Buqueras

Manuel López Espino Javier Ubach Belluga

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Miguel Romero Saiz

...en palabras líricas de escritores de Cuenca

Foto Jesúa Cañas-El Fotero-

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La Semana Santa de Cuenca, de interés turístico internacional, tiene en sí misma, una excepcionalidad que le define como original. Entre sus procesiones ordenadas y silenciosas, entre sus extraordinarios Pasos donde el imaginero más castellano definió el más selecto arte con su gubia, entre sus cordones de nazarenos con tulipa y horquilla -sentidos, honestos y devotos-, la Luz de Cuenca refleja el sentimiento más sobrio donde la Pasión más austera hace simbiosis con el patrimonio edificado de su ciudad colgada ante las Hoces. Pero entre sus procesiones, está ese santo y seña que define la del Camino del Calvario, la que todos llaman familiarmente, la procesión de las Turbas o de las Seis de la mañana. En ella, los cuatro o cinco mil turbos hacen sonar su tambor y su clarín mientras el Nazareno de Marco Pérez, ese sufrido Jesús -acompañado del Cirineo- les escucha y les atiende sin mediar palabra alguna que rompa el mito de su credo. Es única como procesión porque es única Cuenca en su soliloquio. Todo es un crujir ante la Pasión de Cristo, un "reventar" el silencio de la noche y la luz de la mañana, un sentir lo más hondo de su fe en ese caminar del Cristo atenazado por el deseo de la salvación del mundo.

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Escribía nuestro Federico de Cuenca, en aquel lejano 1949, "quiero soñar los comienzos de la Semana Santa en Cuenca, la primera procesión. Y veo avanzar solo, acaso con una cruz desnuda, acaso con un pálido crucifijo de marfil, un menestral cualquiera del artesonado conquense, hace cuatro siglos." Son esos mismos que cumplirá aquella procesión Camino del Calvario ahora, en este año 2016, cuando todo discurre entre el recuerdo de la solemnidad y la devoción hecha misterio. El mismo Federico hablaba en el año 1945 de "los recuerdos se arraciman indiferentes al rigor del tiempo de emisión. Pero no por ello silenciaré aquella Semana Santa primera tras la revolución, ni aquel impresionante desfile de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra maestra de La Roldana, venerado en el convento de Carmelitas de Sisante donde jamás Cuenca vivió momentos de más honda emoción". Y así lo hacía, elevando en poesía pura cuando cantaba al Jesús de la mañana: Oh noche inacabable, de profundos rumores desgarrada un instante de clarinazos lívidos. Cuenca, como una hermosa cabeza degollada, flota sobre la plata fría de sus dos ríos.... Y sigue cantando el poeta, en 1951, haciendo su historia narrada con la personalidad del austero conquense frustrado por su dolor: "Dije hace años, interpretando lagunas y silencios, que las procesiones nacieron en Cuenca aquel día del siglo XVI en que un menestral, en el ambiente gremial de la época, salió a la calle con un Cristo entre las manos. Las gentes comenzaron a agruparse en torno suyo, sin saber por qué, como acorraladas por una fuerza invisible. Aquella fuerza, aquel cerco tenía ya un nombre y oscuramente lo presentían los más agudos; lo adivina-

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Foto´: Jesús Cañas –El Fotero-


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ban desarrollándose, insignificante pero, perceptible, agazapado entre tanto y tanto esplendor." Y por último, en ese 1952, relata con pasión compungida y sentimiento nazareno aquella madrugada del Viernes Santo: "Procesión Camino del Calvario, Cuenca en la madrugada del viernes santo, con la tensión dramática de los días anteriores y que intentó resolver con el silencio o el largo gemido de su Miserere, cobra bruscamente una nueva dimensión. Cristo avanza hacia la cima del sacrificio. Pero hay algo infinitamente más preñado de sentido en esa original disonancia de la mañana del Viernes Santo cuando todavía reina la noche. Después, a medida que las luces crecen y va entrando la mañana, esa mañana del Viernes Santo que se detiene en el umbral del tiempo amedrentada, temerosa, no queriendo servir de escenario a la Gran Tragedia, el grito de los clarines y el batir ronco de los tambores se van diluyendo para dejar que de nuevo impere el silencio bajo el sol implacable del mediodía o en la paz augusta de la tarde. La procesión del Camino del Calvario acaba. Ha sido inmensa, perfil de Cuenca, gloriosa, señera y tal vez, no hay otra igual. Seguro."

Otro poeta del tiempo, escritor, maestro de periodistas. Enrique Domínguez Millán cantaba y canta a nuestra Semana Santa desde el sentimiento eterno. Y entre su recrear literario, habla de ese Camino del Calvario como nadie, en aquel 1957,: "El viernes santo es el día grande de nuestra Semana de Pasión. Todo él es una continua procesión, pues que sus tres desfiles enlazan sin solución de continuidad. Se inicia con el alba, al sol que despunta,

Foto: Jesús Cañas –El Fotero-

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si cabe un poco antes de aparecer uno y otro. Procesión de los nazarenos madrugadores, de las turbas judaicas que despiertan a la ciudad con sus agudos clarinazos y sus broncos redobles; procesión la más típica y pintoresca, la del hermoso rostro del Jesús de El Salvador, la del rocío mañanero en los ojos de la Verónica, la del San Juan de los madereros, tan piropeado, tan íntimo por las mozuelas; la de la sobria Soledad de San Agustín. Acacia Uceta, en 1971, poetisa hecha leyenda, mujer pregonera como hecho especial, sencilla madrileña que aquí hiciera hogar: "Yo sé que los que vengáis a Cuenca por primera vez vais a estremeceros en el amanecer de este Viernes Santo cuando veáis a las Turbas "mofarse de Cristo" con sus tambores destemplados y sus horrísonos clarines. Sé que, cuando veáis venir a Jesús por las callejas de la Puerta de Valencia, tambaleante y sin fuerzas, recortándose sobre un cielo de nácar entre las primeras livideces del alba, acosado por el rencor de las Turbas y por la frustración de sus mensaje, se os llenarán los ojos de lágrimas y recibiréis una impresión tan honda, que hará de éste el amanecer más patético de vuestra vida. Pero qué decir de su Verónica, y su San Juan, llamado guapo, y sin tregua, de su Soledad, enhiesta en ese trono de dolor.

El Nazareno de las seis

Yo supe que era abril porque un gemido rasgó el alma de Cuenca. Y Pedro de Lorenzo, en 1975, aquel insigne narrador de la Cuenca castellana. Periodista que vio a Cuenca como su hogar predilecto y en ella vivió toda su larga madurez. Narraba como nadie en esa palabra entusiasmada: "Cuenca, toda urna de dolor. Cuenca toda en un silencio

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sólo roto por el miserere de esquina en esquina. Cuenca arriba, por esta piña de serranía, por esta piña de cristal, por esta acrópolis cristiana sobre la Hoz del Huécar...Entre todo, la Cuenca del viernes santo se rompe en su caminar, con silencio y estruendo profundo. Camina hacia el Calvario como una ciudad penitente que necesita saldar sus cuentas..." Me descubro ante Carlos de la Rica. Sacerdote poeta, hombre universal donde los haya, precursor de un tiempo, renacentista para siempre, generoso con la palabra, adornista del pincel más severo y luminoso. El que presidiera la RACAL después de inventarla con Domínguez Millán, el que hiciera de su camino, un sendero luminoso de poesía, nos decía en 1983: "Conmemora Cuenca, su hora. Ella, la ciudad, Cuenca, tiembla centinela de las noches anteriores, aterida y temerosa porque no sabe si esta es la razón de sus dinteles porque hay un Viernes de Dolores que impresiona. Cuenca es el prodigio de volúmenes y espacios, una locura quizás no muy premeditada, ordenada sin embargo por una línea levantada que se acerca a la vertical y a la vez la desprecia, ciega el horizonte y paradójicamente lo busca en la aventura de sus hijos. Son sus procesiones la mezcla de zigzagueos, de ordenamientos de disparatadas filas a veces, ordenadas y silenciosas, las muchas. Cuenca es luz y lo que acá se muestra es la luz, y no de astros o de sol, otra que levanta al hombre y la mujer más allá del vértigo y la angustia. Los redobles de los tambores suelen colgarse de este prodigio que es Cuenca nunca más allá que en su Semana Santa. Y no quiero hablar como todos de la misma sensación, pero la Cuenca del Viernes Santo es tan compungida como exultante, es tan oscura como luminosa, es tan idílica como real. En

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ella, todos sienten lo que hacen, por eso, vibra en el amanecer más tenebroso." Y acabo con mi maestro Luis Calvo Cortijo. En 1888 hablaba y hablaba de su Semana Santa con toda majestuosidad. Iniciaba con sus versos: Deteneos viajeros junto al río y subid y ascended como lo hace Cuenca

a la cima más alta hasta Dios mismo. El amanecer Santo de Cuenca es único. ¿Qué tiene este amanecer en esta tierra? clarines, alfilerazos prendiendo vidas que se van un poco más; caracolas del Huécar, anunciando la mañana y a cuyo encuentro va el "Jesús". ¿Qué tiene? el pueblo delante, seguido y empujado por El, compartiendo el alba estremecida. El Nazareno de las Seis, pincelada suave entre dos luces, impartidor de silencios, rompenoches pálido debajo de la Cruz, camina sobre el espinazo de la ciudad, recostada entre las hoces, alagartada hasta los entresijos de la Serranía. Volverán a gritar los clarines cuando descansa. ¡A la que se mueva¡ y los necios hablarán de escarnios y burlas cuando, en el amanecer más solemne de Cuenca, no hay más rocío que la lágrima del turbo en el instante que el "Jesús" elige para empujar a la noche desde su pórtico de El Salvador. Después entre la Verónica y San Juan Evangelista, el sentido del equilibrio; luego, la Soledad de San Agustín sale a recoger silencios por las calles. ¿Qué tiene esta procesión? ¿Qué tiene este Amanecer? Ahora toca mi turno, el del nazareno penitente de una Cuenca moderna. Siento esta Semana Santa como ninguna porque es la mía; y la sien-

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San Juan


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to profundamente. Ahora, me toca hablar de un Camino, el del Calvario; de una procesión la del amanecer del Viernes Santo, de una imagen, el Jesús Nazareno del Salvador, que hace temblar las estrellas a su salida y se aprietan las sombras. Le miro y me impregna de fuerte contenido de sentimiento, mi Jesús, ese que llaman de las Seis, el de las Turbas, el Jesús del Viernes: Jesús de las Seis en noche oscura, entre ese madero atenazado, con ansias modelando tu ternura, sientes ese dolor tan maltratado. Jesús y las Turbas

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Romper la hora ¡Oh, Jesús¡ ¿dónde te encuentras? Nazareno, Cristo o Redentor, ¿oyes el clamor? Clariná o Redoble, ¿hay dilema? Pasión y sonido, misticismo y fe, amor y credo, todo se confunde, todo se vive, todo se siente...

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En el bajo Aragón, localidades como Híjar, Andorra, Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Samper, Urrea y sobre todo, Calanda, se concentra la gente con tambores y bombos para participar en la procesión del Perdón, a la una de la tarde del Viernes Santo y empiezan a la señal del alcalde o alcaldesa, o tal vez, en la primera campanada del reloj al grito de "queda rota la hora de Jerusalén" para no dejar de hacerlo hasta el mismo Sábado Santo. En la zona del Levante, donde las sensaciones suelen ser más exuberantes en contenidos mediáticos, alardes polvorientos y preces de sentido clamor por el pecado y la redención, localidades como Tobarra y Hellín en Albacete o Mula y Moratalla en Murcia, tocan el tambor a tiempo y destiempo, sin dejar descanso alguno, de miércoles a viernes con miedo o sin él, pues el amanecer te define. Y es que, amigos nazarenos y amigos que contempláis el paso del dolor de Cristo por las calles de Cuenca, "el retumbe contagia, sin duda, energía vital; es como una imitación del pulso de la Tierra, que te hip-

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Fotos:: Jesús Cañas –El Fotero-

notiza, que te impulsa a mantener silencio curiosa paradoja- como si participaras en un ritual solemne, antiguo, respetuoso."

Hay un "escalofrío divino" que te envuelve porque ese fenómeno es asombroso, arrollador, cósmico, que roza el inconsciente colectivo -nos diría el cineasta Luis Buñuel-. Tal vez, lo que busca un turbo es esa expresión de los estados del alma que diría André Vauchez, y lo hace porque siente la necesidad apoyándose en el fenómeno de la percusión, soltando amarras, al fin carne y espíritu, razón y sinrazón, todo un sinfín de emociones humanas se conjugan para el tintineo de su corazón mientras mira, una y otra vez, el rostro del Jesús Nazareno del Salvador. En mi imaginación -pues hombre de historia soy- se plasman las imágenes de aquellos íberos que al enterrar a sus muertos, marchaba tronando tambores entendiendo que cada vez que el mundo sentía soledad porque sus dioses descendían a

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los infiernos; o tal vez, los hebreos -pueblo de Dios- al entregar su último aliento cuando precedían al reo camino del patíbulo. La Turba de Cuenca es penitencial en su contenido y devota en su compostura. El turbo conquense, ese que ha nacido entendiendo el ritual y lo manifiesta en cuerpo y alma, sabe y es consciente de que este ritual es solemne, propio de una idiosincrasia, que debe tener esos altos contenidos de respeto y con su expresión, "rompe la hora", porque "rompe las tinieblas" en ese momento en que un Dios, el nuestro, camina hacia el sacrificio cruento para dejar el mundo de los vivos y regresar de los infiernos; es un grito colectivo en un instante trascendente como siempre hicieron los hombres desde el clamor de su impotencia. Nadie ha descrito las Turbas, en ese ritual solemne y espeluznante, como Luis

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Calvo Cortijo y nadie, ha plasmado en verso el mismo caminar del tambor en la Cuenca de la madrugada del Viernes Santo, como Lucas Aledón; por eso en ellos me miro y con ellos camino; ahora que la misma Turba me ha elegido su "albacea" para corresponder como "Turbo de Honor" en año intenso como es, este 2017, sigo haciendo mi particular homenaje escrito -como ya lo hiciera y lo haré siempre- porque me siento atraído por su rubores del sonido, sus clamores del silencio cuando se escucha un clarín o la génesis para "ayudar a recordar lo olvidado, tarea que -según nos dice Ítalo Calvino- incumbe a los intelectuales en los que yo me muevo, tratando con ello de olvidar lo que recordamos en exceso: ideas, palabras heredadas que nos impiden ver y pensar." Yo, modestamente, canto las excelencias de la ciudad de Cuenca; lo hago por mi orgullo de Cronista Oficial de esta Episcópolis y lo siento como si este "deber incorporado" me haya devuelto mi deseo perdido. Si en ese pasado, aquella ciudad levítica, disonante como la risa en rostro de buena gruñona -tal cual diría Andrés González Blanco- los tambores retumban a toda orquesta, el Miserere del maestro Pradas remendando aquellas trompetillas de órgano, sonaban en boca de los Seises catedralicios, ahora y lo digo yo con voz alta,

Fotos: Jesús Cañas –El Fotero-

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a clamor partido, con miles de tambores y cientos de clarines vuelve a hacer sentir esa voz de escalinata de Padres Oblatos abajo, gritando al mundo que Cuenca es universal en su Fe, en su Tradición, en su Solemnidad, en su Misterio pasional, en su ciudad del mundo cuando se vive ese "día más rico en emociones" como es el Viernes Santo. Pero, amigos, la Turba debe ser también respetada por su entorno; debe vivir como Asociación de Fieles y como Asociación de hombres y mujeres del tiempo religioso en su sempiterno Camino del Calvario. Deben aceptarlo a quienes le corresponde porque lo es, y deben asimilarlo para hacer crecer todavía más ese caminar hacia una Semana Santa cada vez más universal. Cuando llega el viernes santo, Cuenca está en tensa vela porque una riada de turbos mantienen la tensión de la ciudad que será envuelta en un ronco e interminable trueno mientras los pasos de sus tres hermandades caminaran por las callejas histórica de esta ciudad levítica. No sé si el "gallear de los clarines" puede y debe advertirte de que esta procesión es vital como la

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pasión misma, que es real en su sentimiento y que es auténtica si el rigor y el respeto rigen cada momento. Y bien sé por qué lo digo. Las Turbas, regidas por su Junta, no sólo queda en ese Camino del Calvario de un viernes santo solemne, sino que desvive su templanza todo el año para provocar compostura, ordenar cánones, organizar recorrido y sentar respeto; sus próceres luchan incansablemente por abrir nuevas puertas y hacer crecer su vínculo semanasantero haciendo también cultura con mayúsculas para creer en Ella. No es sólo la Turba en su momento del Viernes, no es sólo el clarín a grito rasgado ni el tambor que clama en estruendo lo único que hace Grupo y Misterio, sino su desarrollo cultural como forma de crecer en educación y respeto hacia una tradición ancestral y eterna. Por eso, la escultura de "Turbas" que el imaginero del hierro, José Luis Martínez hiciera en la Trinidad, marcó un antes y un después, y en ese después, los regidores de la Turba, los que estuvieron y los que ahora están, muestran Arte en pintura, escultura, fotografía, grabado y sentimiento, aquí en la ciudad, allá en los hermanamientos donde el Tambor es el nexo que nos une. Ediciones de libros, exposiciones abiertas, esculturas al aire, conciertos de música, composiciones musicales y audiovisuales y todo un caminar hacia el enriquecimiento de una cultura para la historia que hace todavía más grande el recrear del Turbo como ejemplo para los niños, futuro seguro, que ahora -más que nunca- asisten y lucen su inocencia al lado de una turba que enseña para aprender a ser fieles conquenses. Siete horas como siete capillas para una basílica claustral; siete horas como las siete palabras; siete horas de insólito cortejo

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mientras la luz del Socorro es testigo de ese largo momento. El cabildo de San Nicolás de Tolentino amparado bajo el convento de San Agustín, abrió el momento para hacer nacer una procesión que camina hacia ese Calvario conquense hace cuatrocientos años y es ahí lo fue y lo es- cuando "se romperá la hora" en la madrugada del viernes santo para que reine el silencio luego -allá en las doce del mediodía- cuando sus imágenes (Jesús Nazareno, San Juan Evangelista, Verónica y la Soledad de San Agustín), guarden su vínculo dentro del Salvador que les ampara. Pues bien, turbos leales al ritual, sed generosos con el momento, abrir como siempre hacéis el corazón hacia el sentimiento, creer con fe en vuestra devoción, respetar el Paso que os vincula -haced que el Jesús-, vuestro y nuestro Jesús, se sienta orgulloso de ese decálogo del tiempo que hizo grande este vínculo y corresponder a la Verónica, al Evangelista y a la Soledad, nuestra Madre y Señora, porque un año más, todo se yergue entre el silencio del clamor que rasga la túnica de la Pasión con un rugir de tambores ordenado y un clamor de clarines acompasado al momento que lo exige. Sé que lo haréis; ahora, esperemos que también los demás, lo sientan como tal y lo hagan suyo.

Fotos: Jesús Cañas –El Fotero-

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LA SEMANA SANTA EN LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

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La Semana Santa es el periodo sagrado del cristianismo que transcurre desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección o de Pascua. Son los días de la actividad más intensa dentro de la Iglesia Católica, por ser esta en la que se hace un memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. “Al sur, al sur, está quieta/ esperando/ Montevideo/”, dice el Haiku que escribió Mario Benedetti, dedicado a la capital de la República Oriental del Uruguay, país de tres millones y medio de habitantes, ubicado entre los gigantes de Sudamérica, Argentina y Brasil, con sólo 177 mil kilómetros cuadrados. País formado por inmigrantes, en su gran mayoría procedentes de España e Italia, tierras de católicos, pero curiosamente Uruguay no posee oficialmente una Semana Santa en los calendarios sino una Semana de Turismo.

El Cardenal y arzobispo de Montevideo que fuera nombrado por el Papa Francisco, Daniel Sturla, el segundo Cardenal uruguayo, el primero en recibir ese título de Juan XXIII en 1958 fue Antonio María Barbieri, explicó a la agencia española EFE esta situación: “Oficialmente desde hace 100 años se llama Semana de Turismo. Es parte de una realidad plural y laica en la cual los católicos

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uruguayos damos testimonio de nuestra fe, salimos a nuestras calles, venimos a nuestras Iglesias pero en diálogo con los otros uruguayos que están celebrando otro tipo de semanas”. Y vaya que hay semanas, es que en Uruguay hay, Semana de la Cerveza en Paysandú que tiene más de medio siglo, Semana de la Vuelta Ciclista del Uruguay el campeonato más importante del calendario de ese deporte, Semana Criolla en el Prado donde se desarrollan las actividades tradicionales del campo uruguayo y ocupa un sitial de privilegio “las jineteadas”, “las domas” en las que incluso participan jinetes venidos de los países limítrofes dado su reconocimiento en la región. También se hacen presentes los payadores con recitales de poesía gauchesca y demostrando gran creatividad en sus composiciones al instante (parecido a los cantares españoles). El gaucho ese hombre formado

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históricamente en la mixtura del indio con el español es la principal figura de esta fiesta, todas se desarrollan dentro de la Semana Santa histórica o Semana de Turismo oficial. Pero, ¿quién la denominó Semana de Turismo? El gran impulsor de la separación Iglesia- Estado en Uruguay fue el presidente José Batlle y Ordoñez que estuvo al frente del Poder Ejecutivo en dos periodos 1903- 1907 y 1991- 1915. Durante su gobierno la Iglesia Católica perdió una parte importante de la influencia que tenía en los asuntos públicos del país. Uno de los artículos de la ley de 1919 decía: “Declárase feriada, con el nombre de Semana de Turismo, la sexta semana siguiente a la de Carnaval”. Otro detalle, esta Ley cambió bruscamente el calendario oficial vigente suprimiendo las fiestas religiosas, por ejemplo

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se denominó al 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, como el día de las playas”, a la que se vuelcan los montevideanos y marcan el inicio de la temporada estival. La denominación distinta a la del resto de los países de América Latina para estas fechas no significa que no haya un sector del pueblo uruguayo que se integra a los actos religiosos con el objetivo de conmemorar la Pasión y la Muerte de Cristo. El propio Cardenal Sturla sostiene: “No hay esa tradición que podría haber en otros países pero también la Iglesia está muy viva y presente”.

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Por otra parte los datos estadísticos aportados por el Latinobarómetro denominando la investigación del 2013: “Las religiones en tiempos del Papa Francisco”, nos dicen que la República Oriental del Uruguay es el país de América Latina que posee el menor número de católicos en su población, el 41% dice serlo, mientras que un 38% se declaran ateos y agnósticos. Pese a lo anterior es muy común que el Viernes Santo muchos uruguayos que no son católicos respeten el no comer carne vacuna que justamente es el alimento tradicional del país, uno de los productores más importantes del mundo y en la que se basa la mayor parte de su cocina. También encontramos que la mayoría de la población el Domingo de Pascua regala huevos que sabemos que significan la resurrección y la vida de Jesús, a los seres queridos, en especial a los niños.

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Debemos tener presente que la evangelización como tal llegó tarde al territorio de lo que hoy es Uruguay, comparado con otros lugares de Latinoamérica, hasta 200 años después. Justamente el Cardenal Sturla ha dicho que el principal desafío, es “la Nueva Evangelización”. Si bien la tradición cristiana en Uruguay está “muy disminuida”, pero no podemos negar nuestras raíces. Nadie duda de que todos merecemos respeto y libertad, pero a veces se quiere como cortar que pertenecemos a una tradición cristiana que ha marcado nuestra cultura. Nos guste o no nos guste, no estamos en el Extremo Oriente, estamos en América Latina, que ha sido marcada por el Cristianismo y la Iglesia Católica de un modo especial.

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En la Misa de Gallo el Cardenal Sturla desató la polémica en el país cuando llamó a los católicos a no quedarse con el “balde laicista impuesto hace 100 años”. Mientras que en la Semana Santa del 2016, el Cardenal en un video publicado por la Arquidiócesis de la capital uruguaya decía: “Jesús quiere encontrarse contigo, esa es la novedad increíble de esta semana en la que los uruguayos nos hemos encargado de transformarla en un lío entre cerveza, criolla, el río, turismo, pero es la “Semana Santa”. Jesús quiere derretir ese hielo de indiferencia con el calor de su amor”.

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Natividad Cepeda Serrano

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Escribe Edith Stein, nacida en Alemania el 12 de octubre de 1891, en el seno de una familia judía, licenciada y doctorada en Historia, Psicología y Filosofía, que tras la lectura de la vida de Santa Teresa de Jesús, decide convertirse al catolicismo. Y estudiosa de San Juan de la Cruz, nos dejó una amplia obra escrita y traducida a varios idiomas que, su acercamiento a la espiritualidad cristiana fue a través del gozo y el conocimiento de la cruz, y de la obra de Teresa de Ávila. Edith, ingresa en el convento del Carmelo de Colonia, toma el hábito carmelita con el nombre de hermana Teresa Benedicta de la Cruz, un 15 de abril de 1934: desaparecida y muerta en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, fue beatificada el 1 de mayo de 1987 por el Papa Juan Pablo II. Edith, dejó escrito que “Teresa de Ávila es la verdad del amor, y que no es cuestión de conocimiento sino de relación.” Y dice bien la Doctora en Filosofía y Espiritualidad, mártir del nazismo, que por amor encontró a Cristo, y leyendo a Santa Teresa, llegó a conocer el gozo de la cruz; porque sin encuentro, el amor, no existe. No deberíamos olvidar, que cada uno de nosotros es parte de Dios y de la cruz como símbolo y guía del amor. De la cruz que nos sobrecoge cuando la tragedia nos muestra nuestra fragilidad humana. Esa parte de Dios en nosotros es tan amplía que por su dimensión y amplitud, no llegamos a creérnoslo. Y puede que esto ocurra porque estamos acostumbrados y educados en que todo tiene un precio en nuestra vida, que nada es gratuito y por esa lógica humana, olvidamos la gratuidad de Dios.

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En nuestra sociedad narcisista y egocéntrica los mayores goces se encuentran en el consumismo desenfrenado. La única perspectiva es la imagen propia de la estética y de la moda que se sigue sin reparar en la tiranía que los diseñadores imponen y marcan Para conseguirlo se trabaja y se vive creyendo erróneamente que ese es el camino de la felicidad humana. Cuando voluntariamente perdemos nuestra libertad estúpidamente, estamos perdiendo esa parte de Dios. Porque para sentir a Dios, hay que ser libres. Porque el amor, si es auténtico, no nos merma libertad, y cuando lo percibimos en nuestro interior el gozo nos inunda y se nos llena la mirada de luz y de emoción. Pero suele ocurrir que el amor no se encuentra en los establecimientos bancarios, impecables en diseño, donde los ordenadores y los números nos marcan las pautas a seguir y, donde si no tienes propiedades que te avalen, no nos será dado ese dinero con el que en tantas ocasiones, creemos que podemos comprar una parcela de felicidad. Porque el amor es calor y cercanía, un tibio roce en la mejilla, un apretón de manos, una mesa compartida donde el pan y el vino se hacen cómplices del diálogo sin engaño posterior La verdad para Edith Stein, como para San Juan de la Cruz, es sencilla, todos estamos llamados a encontrar a Jesús. A seguirlo. La vida es la antesala del encuentro con Dios. Esa es la filosofía cristiana tan desconocida que muchos bucean en otras culturas por ignorancia. Dios se hizo hombre. Hombre presente en el poblado de la vida con las características humanas, pero con la grandeza de amar a todos sin hacer excepciones.

Pantocrator. Monasterio de Santa Catalina, Monte Sinaí. Egipto

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Y a partir de ese momento, Dios, participó del dolor humano y de la incertidumbre ante el misterio de la muerte. Desde entonces Jesús de Nazaret, nuestro hermano y amigo conoce nuestro sufrimiento, porque Él, es uno de nosotros. Esa es la veracidad del cristianismo la cultura que permite derribar barreras y obstáculos dentro del orden social. Cristo Jesús nos eleva hasta divisar sus horizontes y en esa certidumbre absoluta avanzamos confiados para dar un giro radical a la existencia. Teresa de Jesús: mujer buscadora de Dios supo descubrirlo y desdeñó valientemente las reglas sociales de su tiempo: Teresa de Jesús: Doctora de la Iglesia, nos dice que ", “conocer a Dios, es conocer a los hombres por Él”

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Tiziano, La Caida

Y precisamente en ese momento Europa emerge al conocer a los que sufren, y saber, que en cada uno de esos afligidos sin rostro, o con rostro despreciado, Cristo habita en sus miradas, muere con ellos y camina por el desierto de la vida con la sed de todos los labios del mundo. Cuando presentimos un pequeño atisbo de la presencia de Dios se recibe el cortejo de la pasión y muerte con el silencio de un caminante que en la noche se guía por las estrellas. Y Cristo, ese hombre llamado Jesús de Nazaret, nos llama y nos nombra a cada uno de nosotros, con nuestro propio nombre por todos los caminos y ciudades de la tierra. Por esa razón alzamos nuestros ojos a Jesús, Cristo abandonado y desposeído, cuando sentimos angustia entre los recovecos de la piel y del alma. Cuando todo se nos torna en crisis porque nos sentimos solos incapaces de continuar con nuestro mundo íntimo convertido en un montón de escombros es cuando descubrimos a Cristo con su dolor

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y su condena, con su soledad y su patíbulo, allí asesinado en la cruz: ejecutado por la ley de los que ostentan el poder y son injustos. Leyes dictadas por personas, y como tales imperfectas, y en ocasiones equivocas en cualquier etapa histórica. Por ese motivo y otros muchos, seguimos alzando nuestra mirada a Jesús de Nazaret porque su caridad y amor nos espera y ampara desde la libertad de la persona que es un don de Dios. Jesús de Nazaret no es un personaje de nuestra cultura; es nuestra cultura la que se asienta y tiene su base en el Evangelio predicado por Jesús. Así, desde esta realidad, todos tenemos el deber de cambiar el mundo. El mundo está conformado de pequeños grupos humanos; es ese resto del que se nos habla en la Biblia, donde cada uno de nosotros, cristianos comprometidos con el mensaje de Jesús, tenemos que salvaguardar los valores del Evangelio dentro de nuestros círculos familiares y sociales donde asistimos

Salzillo. Los azotes. Museo Salzillo. Murcia

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a un desmedido afán por resaltar y valorar, desde los medios de comunicación, especialmente la televisión, comportamientos indignos y soeces donde impera la ausencia de valores, además de la grosería en el lenguaje y la descalificación moral de muchos de sus programas de mayor audiencia. Es un compromiso de cultura y de fe reiterar este testimonio Se puede afirmar rotundamente que nosotros, los europeos, no seríamos tal cual somos, sin el legado cristiano.

Martínez Montañes. Jesús del Gran Poder

Aún hoy, la Pasión de Cristo contemplada desde las esculturas de la tradición española, que es la catequesis del pueblo llano nos remueven las entrañas ante tan cruel martirio. Al mirar la imagen de Jesús, el espanto nos estremece y el Gólgota es inhóspito; tan inhóspito como todos los gólgotas actuales. La Semana Santa en España es el silencio ante el Monumento, donde la espiritualidad se respira en cualquier iglesia grande o pequeña A la luz de las velas orando en el silencio sin mirar el reloj se percibe y recuerda el Amor Fraternal del Jueves Santo, y la donación de Dios bajo las espacies del pan y el vino. Jueves Santo, Eucaristía y amor fraternal, donde hasta Dios, se arrodilla ante la humanidad y le abre las puertas de la eternidad. Cristo, alzado en la tierra del hombre se hace uno de los nuestros con su perfil de reo. Aislado en medio de nosotros, Jesús de Nazaret, recorre la vía dolorosa: Jesús, un pobre con los pobres, al que le pedimos ayuda y protección aún hoy. Cristo humillado por la orgullosa civilización de este milenio. Civili-

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zación orgullosa de sus logros científicos, de su intelectualidad fría y alienable, de sus pueblos hambrientos y sometidos. Desde esos pueblos y personas explotadas, Cristo Jesús es explotado bajo la dependencia de cualquier adicción. Masacrado bajo la barbarie de cada una de las guerras. Violado cuando no se respetan los derechos de los seres vivos. Amordazado, cuando el terror impone su espiral de violencia. Cristo Jesús, olvidado, ante la impotencia de la enfermedad, de la pobreza descarnada, de la ausencia de valores que no se escandaliza ante la pornografía, ni se asquea ante la infancia desprotegida de millones de niños. Cristo en el centro de todo cuanto provoca desamor. Amor inexistente en cada ser humano que aplasta y hunde al otro. El otro es el amigo, el hermano, ese prójimo que espera junto a nosotros en la sala de espera de una consulta de hospital, en la cola de la tienda, en la parada del autobús, en el banco de una iglesia de barrio, o en la nave central de una catedral de cualquier ciudad. El otro, también, es el que tiene en ocasiones el gesto cansado, el que no está para jolgorios, el que camina solo por las calles porque acaba de llegar y es un extraño. En cada uno de esos otros, Cristo Jesús, vive, muere y resucita. Pero ocurre que la búsqueda de Dios nos da miedo, porque sabemos que encontrarnos con Él supone un cambio, y ese cambio no se puede comprar con todo el dinero del mundo.

Cristo atado a la columna", Gregorio Fernández (c.1619). Iglesia de la Vera Cruz (Valladolid)

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Francisco de Goya

Diego de Velรกzquez

Anthonis Van Dick

Pedro Berruguete

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JESÚS CRUCIFICADO

Salvador Dalí

Murillo

El Greco

Zurbarán 37


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Buscar a Dios es entregarse como se entrega la lluvia a la tierra para que en ella germinen las semillas. Transformase en sol generador de luz; del calor del que se nutren los mares y sus criaturas, los valles y cada uno de los seres vivos que el Creador dispuso que aquí moraran. Crear un camino de vida, es amar la vida, y no el camino. Porque la vida que transita por él, es la que hace el camino para la humanidad. Si olvidamos que solo con amor los caminos son transitados, la huella del hombre olvidará los pasos de Dios. Todo se reduce a un solo mensaje, a un solo esfuerzo; convertirnos en cerineos de los demás por amor. Cuándo el amor es segado la espiga no se hace pan. Cristo grita y eleva su voz y sigue preguntando ¿Padre, Padre, porqué me has abandonado? Y de nuevo la cruz se yergue en el Gólgota de cualquier pueblo, y no importa a Cristo el continente, ni el color, ni si se es hombre o mujer, niño, joven o viejo... Si Dios grita en la cruz y no escuchamos su grito; su muerte por amor ha sido inútil y el eco de ese grito desgarrado, es el grito de cada ser humano en su particular calvario repetido hasta la saciedad. Si Jesús, el Cristo, agoniza solo es porque que a Dios le hemos cerrado los oídos y el corazón. Cuando la humanidad está sorda Jesús de Nazaret coge su cruz y vuelve a las calles. Cae de nuevo y es un número más de los millones de muertos de las estadísticas que engloban los países del hambre, un Ecce Homo injustamente maltratado por una pistola que escupe muerte, o un inocente violado de formas y maneras distintas, una pila funeraria que las bombas del terror incineran... Cristo va con la cruz y nadie quiere caminar con Él. No es fácil ser su cirineo porque sentimos

Rubens. Pasión de Cristo

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David Martínez. Cristo Resucitado. Cofradía de Cristo Resucitado de Talavera de la Reina –Toledo.

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miedo, y como Pedro, lo negamos. No, tres veces, sino un número sin fin de ocasiones y momentos. Sobre todo, se siente terror de ser diferente de los demás. Y cerramos los ojos cuando algún romántico periodista o misionero nos muestra la mirada famélica de los niños que desde sus cuencas huesudas, y su mirada escalofriante, nos interrogan el por qué, a ellos, les es negado todo. Todo. Y evitamos mirarlos porque son nuestro Jesús crucificado hoy. Nos refugiamos en los falsos mensajes de paraísos prefabricados por la publicidad, que nos anima a consumir convulsivamente. Y volvemos a formar el círculo egocéntrico de los que olvidan que Jesús, el Cristo, en el que decimos creer, es cada uno de esos inocentes abandonados. Y en el calvario de la vida se multiplican las cruces, y cargados con ellas, van los oprimidos y los que soportan cualquier violencia, física o psíquica. Hay cruces desnudas, ocasionadas por guerras fratricidas. Desnudez y muerte, el calvario del odio se repite. La guerra es una palabra acuñada en todas las lenguas antiguas y modernas. Ninguna guerra es noble porque todas generan dolor... Cristo se mete en las crisis de los desesperados del des-


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empleo, en las trincheras y en los hospitales. En las personas de corazón seco que no agradecen la vida. Y ese hombre llamado Jesús avanza apedreado, vendido, condenado a muerte, mientras que Él, indulta, comprende, y disculpa, tantos pactos, rotos. La Pascua Florida de la Resurrección es un signo de Europa le pese a quien le pese. Un año más con la primavera llega la Semana Santa en las calles de los pueblos de España. Semana para reflexionar sobre la base de nuestra civilización. Recortadas en el poniente se ven en muchas carreteras las torres de nuestras iglesias recordándonos con la muerte del día, nuestra propia muerte y nuestra fe ancestral; con los labios cerrados pedimos como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, y Edith Stein, mujer de nuestra propia época; que Cristo Jesús nos guíes en la noche oscura de la vida hasta las las moradas de su paz. Que nos hagas un sitio, a pesar de nuestro desamor y olvido como a Dimas, el buen ladrón, en ese cielo que añoramos por los siglos de los siglos amen.

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Rostro de el Cristo de Medinaceli. Basílica de Medinaceli. Madrid. También es conocido como el Señor de Madrid. Se desconoce al autor, aunque pertenece a la escuela sevillana del taller del cordobés Juan de Mena. La efigie data de la primera mitad del siglo XVII

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Saura. Las Turbas

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PROCESIÓN DE LAS TURBAS

(A la Procesión de las Turbas y la leyenda

del Cristo del Pasadizo de Cuenca)

No suenan en la ancha plaza ante los ojivales ojos catedralicios clarines, trompetas y tambores. En las Turbas se guarda silencio. Abandona la palabra su envoltura.

Ojos de cristal. Las túnicas se destiñen. Jesús y la Soledad, estáticos. El mirlo no entona su alabanza. Palidecen corazones y el alma se encoge. Desde Jesús, un viento ágil surge quejumbroso y compungido. Al sinuoso Pasadizo peregrina el viento sacro y ante el Cristo allí enrejado, recita un ángel este poema:

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A ORAR AL CRISTO DEL PASADIZO

Aún se oye, el llanto muy angustiado por el pasadizo largo y angosto, donde la reja bruna ve el congosto del Huécar, a Jesús crucificado. Su amargura no es por estar clavado en la tapia alba, sino por el mosto rojo que Julián vertió como costo, ante el compromiso muy quebrantado de su Inés con Lesmes, el pretendiente. Por adarves, calles y travesías, tres condenadas almas vagamente marchan llorando con sus agonías, a orar al Cristo en la pared silente,

él, Julián, e Inés de las celosías.

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La historia un día fue presente, y la tradición un día fue novedad. Así, hace más de dos siglos, se comenzaron a celebrar procesiones en Balmaseda, villa situada en la provincia de Vizcaya, que con el paso de los años, gracias al fervor y a la labor de cientos de lugareños, se ha convertido, con un promedio aproximado de unos cincuenta mil visitantes por año, en referencia en el País Vasco en cuanto a la celebración de la Semana Santa se refiere. Desde 1771, primer año en que queda constancia de una partida de los presupuestos municipales para gastos de las procesiones, hasta el día de hoy, las representaciones han ido evolucionando y añadiendo nuevos ingredientes que mantienen vivo el espíritu de los participantes en este gran evento; y es que dos siglos dan mucho de sí. Del análisis de la documentación que a lo largo de la historia se ha conservado, se puede observar la expresada evoluión, partiendo de unas simples procesiones a las que se van sumando personajes como los romanos en 1865 o la Virgen en 1957, pasos, o representaciones de hechos cruciales como el juicio de Pilato en 1935 o la crucifixión en 1963, que derivan en todo un elenco de actuaciones que dotan de un gran realismo a la recreación anual de este hecho histórico.

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La guardia romana. Foto: balmasedatxoko-blogspot-com-es

La representación de los últimos momentos de la vida de Jesús constituyen el núcleo en torno al que giran los distintos actos que tienen lugar durante la Semana Santa balmasedana, que comienza en la tarde del Jueves Santo con la procesión que arranca desde la céntrica plaza de San Severino para recorrer varias de las calles de la localidad. Los pasos son acompañados por romanos y penitentes que van incorporándose a su marcha, y por la música que ofrece la Coral Kolitza y la banda Azkoaga. De vuelta en la plaza de origen, tiene lugar uno de los actos más emblemáticos: la representación de las escenas del Concilio de los Sacerdotes, la Última Cena, la Oración en el Huerto de los Olivos, el Procedimiento de Jesús y finalmente, el juicio de Jesús

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La Ăšltima Cena. Foto: elmundo.es

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llevado a cabo por los sacerdotes encabezados por Caifás, que clausura la jornada a la espera de la llegada de un nuevo día que nos ofrecerá la continuación de la tragedia conmemorada. Así, en la mañana del viernes, en el Campo de las Monjas, donde se encuentra un antiguo convento de Clarisas, y de nuevo con el acompañamiento de la Coral Kolitza interpretando antiguas canciones balmasedanas relacionadas con la Pasión, tendrá lugar el juicio de Jesús ante Poncio Pilato, en el que es condenado y cargado por la cruz, iniciándose el Vía Crucis. Este acto, reservado a aquellos que hayan adquirido la correspondiente entrada, finaliza con la primera caída de Jesuscristo y su emotivo encuentro con María Magdalena y la Virgen María.

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Así da comienzo el Vía Crucis, que se desarrolla por el casco histórico de Balmaseda y recoge diferentes actos, como la segunda y la tercera caída, el encuentro con la Verónica y el encuentro con las mujeres piadosas de Jerusalén. Finaliza el Vía Crucis con la Crucifixión, acto cargado de dramatismo, tras el que se produce la expiración de Jesucristo y su traslado al sepulcro.

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Además de la Pasión Viviente, que constituye el eje central de la conmemoración, otras procesiones contribuyen a la creación de ese ambiente de tristeza y recogimiento logrado, como son la procesión del Entierro y la procesión del Silencio, siendo ésta no tan conocida, pero una de las más especiales, gracias a la atmósfera creada por un silencio absoluto y los cientos de velas encendidas portadas por gran parte de los asistentes. De esta forma finaliza el Vía Crucis, dirigido por la Asociación Vía Crucis de Balmaseda, que durante el año moviliza a más de medio centenar de personas a participar en el acto tradicional más importante de esta villa. El esfuerzo y el tiempo dedicado se ve recompensado cada año con el éxito de las representaciones y con el orgullo de saber, que gracias a su labor, el legado de sus antepasados está a salvo del olvido.

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Xavier Eguiguren

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Las cuatrocientas sesenta mil necesidades del ser, se apilan como piedras en los cajones más escondidos de la psique. Los pasos que pesan, son el antídoto para el afligido. El continuo caminar reduce las exigencias del peregrino, cada pisada en el camino hace más fácil y liviana la propia vida. Apoyar los pies en el suelo y verificar que no duelen demasiado, es como nacer de nuevo cada mañana, alegría que siente el caminante. El entusiasmo desborda la mochila, esta última ocupada con poco más que aire, para que no pese mucho.

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Vista de La Mesa

La quinta etapa del camino primitivo de Santiago, empieza en Berducedo y concluye en Grandas de Salime. La niebla y el rocío de la mañana son compañeros embutidos en sus pensamientos. Bruma y humedad cálida, que como el viajero, ya sea peregrino, romero o palmero, se desprende de su peso. Alba construida con pequeñas gotas de agua fresca que quedan detenidas en mi viaje, sobre la ropa que me cubre.

La Mesa. Iglesia de Santa María Magdalena

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Agua rebosante en el camino

Silencio que me habla desde mi yo exterior al interior, esa segunda voz de hombre equilibrado que pregunta, ¿por qué no hay pájaros en el bosque? Sueños febriles, alucinantes secuencias proyectadas en el ecran tridimensional de la mente, testigos de la destrucción del paisaje, llorar en silencio un cúmulo de árboles tristes, muertos, carbonizados por el fuego.

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Ermita y capilla de Santa María de Buspol , por su parte, está construida con piedra y lajas de pizarra y cuenta con una espadaña donde durante siglos tañó una campana datada en 1327, la tercera más antigua de Asturias, que hoy se ha retirado por motivos de seguridad. La capilla es una construcción sencillísima de tan humilde, pero muy sugestiva por lo que tiene de pervivencia de la religiosidad rural, y en su interior destacan las tallas de reminiscencias medievales y barrocas que adornan su modesto retablo.

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No veo a las “Xanas”, ni los “Trasgus”, ya no están las ninfas de los manantiales, no han querido quedarse para enseñarnos el camino, sólo han dejado los mojones y sus conchas, es una gran pena.

Trasgu (Superior), Xana (Inferior)

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Una leyenda diabólica Las aguas del embalse supusieron la sepultura de una docena de pueblos que comenzaron a languidecer en el olvido cuando la instalación abrió por vez primera sus compuertas. Hay una leyenda conocida que cuenta cómo el diablo, en tiempos muy remotos, andaba saltando de peña en peña por estos parajes cuando un inoportuno traspiés le hizo caer al río Navia y verse arrastrado por las aguas, que en aquella estación bajaban abundantes. Tras mucho porfiar, consiguió agarrarse a unas hierbas que crecían en la orilla y abandonar la torrencial corriente, lo que celebró gritando a los cuatro vientos: -¡Salime! ¡Salime! Pero Lucifer no lo tuvo tan fácil como pensaba. Unos lugareños que escucharon sus voces y acudieron a ver qué ocurría hicieron valer su superioridad numérica y su fuerza para agarrar entre todos al pobre diablo (nunca mejor dicho) y volver echarle al río. Tras descender con la corriente unos cuantos metros más, consiguió repetir la operación y ponerse a salvo en tierra firme, cosa que celebró exclamando en un tono mucho más disimulado:

-¡Subsalime! Y así fue como quedaron bautizados dos de los núcleos que en su día se alzaron en esta cuenca anegada hoy por el embalse. Pero no son Salime y Subsalime los únicos pueblos que han perecido a manos del progreso. Junto a ellos yacen en el fondo de este enorme estanque lo que una vez fueron los lugares de San Pedro de Ernes, A Quintana, Salcedo, Veiga Grande, San Feliz, Saborín, Barqueiría, Doade, Riodeporco y Vilagudín. En Salime había un puente del que se conserva una fotografía publicada en el tomo III de la monumental Asturias que coordinaron Octavio Bellmunt y Fermín Canella y cuyas hechuras y gracia -tal daba la impresión de que su fábrica quedaba suspendida sobre el abismo abierto entre dos riscos- fueron elogiadas por Gaspar Melchor de Jovellanos. De factura medieval, había en él una inscripción cuya memoria ha perdurado y en la que quedaba constancia de una autoría que, con el paso de los años, también ha adquirido ciertos aires de leyenda. Rezaba: «Pedro de Pedre, de Castro natural, hizo el puente de Salime, la iglesia y el hospital, y la catedral de Lugo, a donde se fue a enterrar». Estaba datada en abril de 1113.

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Vistalegre

Las aguas, retenidas en el embalse tras los muros de hormigón, susurran al paso de nuestras piernas ya cansadas del camino. Puedo escuchar sollozos y entender remordimientos, al tiempo que ver el líquido golpear contra las paredes, culpándose por no haber podido mezclarse con el fuego y apagarlo, este último lo ha devorado todo a su paso.

Vistas del embalse y presa. Mirador la Boca de Ballena, obra de Vaquero Turcios. Virgen de la Luz conocida como la Lechera.

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GRANDAS DE SALIME Los moradores del bosque volverán con cada peregrino que por ese lugar se adentre. Una leyenda que queda impresa en el aire. Las siluetas heridas se currarán, pero siempre serán testigo de la destrucción de ese día de peregrinación. Ya queda poco para llegar al destino, el último lugar del camino de Santiago en Asturias, Grandas de Salime. Lágrimas de destrucción.

Colegiata El Salvador. Grandas de salime- Se trata de un templo datado del siglo XII y el cual sufrió numerosas reformas y añadidos posteriores en los siglos XVII, XVIII y XIX. A causa de estas reformas continuas, tan sólo se conserva del románico original la portada y las gárgolas de la pila bautismal.

Capilla del Carmen. S.XVIII

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Museo Etnográfico

Túneles romanos-Se trata de un túnel de paso construido en época romana utilizado para canalizar el agua desde la Sierra del Acebo hasta las antiguas minas del oro del Valabilleiro. Dicho túnel, gracias a su escasa pendiente, fue utilizado como vía de paso por los vecinos de la zona, conocidos en muchos lugares de Asturias como “Antigüas”.

Ermita de Pedreira- Esta ermita fue erigida a finales del siglo XVII, concretamente en el año 1689, con la finalidad de acoger a los peregrinos que realizaban el Camino Primitivo hacia Santiago de Compostela y que habían contraído la lepra. Hoy en día, la ermita aún conserva la evocación de la antigua malatería de San Lázaro.

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Luis Manuel Moll Juan

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Alcázar de San Juan. Torre de Juan Prior. S. XII

Entre lagunas y saliendo de Herencia, llegamos a Alcázar de San Juan, que en tiempos indoctos y anticlericales le cambiaron su apellido por el “de Cervantes”, en tiempos árabes la llamaban “Alqasr” , recinto fortificado. También en tiempos del Gran Prior Don Rodrigo Pérez fue llamada “de Consuegra”. En su parroquia existe una pila bautismal y entre legajos hay un documento que dice que nuestro señor Miguel de Cervantes nació en dicha villa. Alcázar de San Juan está situada en el centro geográfico de La Mancha, es el lugar quijotesco por antonomasia y en el mismo como en sus alrededores, se sitúan periplos protagonizados por Don Quijote.

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La iglesia de Santa María la Mayor es el templo católico más antiguo de Alcázar de San Juan(Ciudad Real, España). Entre los siglos XIII y XIX fue colegiata. El lugar es reclamado como el templo donde fue bautizado el escritor Miguel de Cervantes.1

Las bodegas ya estaban situadas antes del siglo XVI, algunas tienen tinajas con capacidad para 1200 arrobas El Cerro de San Antón está coronado por varios molinos, al igual que el Cerro de la Horca. Es cervantinamente obligado irnos al libro del Quijote y abrirlo, pararnos en el capítulo 8 de la Parte Primera y leer “el buen suceso que el valeroso Don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación” Santa Quiteria

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Iglesia de la Santísma Trinidad S. XVII

El Cubillo. Resto de la antigua muralla de Alcázar de San Juan

Iglesia de San Juan

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Molinos del Cerro de San Antón en Alcázar de San Juan

1-LEYENDA DE LA CRUZ FANTASMA: CRUZ DEL FANTAMA O DEL CORREGIDOR. Esta cruz se encuentra situada en los muros de la parroquia de Santa Quiteria, en la calle trinidad y frente a la calle corregidor, no tiene signo, ni inscricion, ni cartel cuando y porque se coloco esa cruz, pero existe una leyenda que puede ser su origen y esta cuenta ha si. En una noche invernal del año de gracia de de 1750, pues esto sucedio siendo rey de las Españas DON FERNANDO Vl, y corregidor en la villa de Alcazar de San Juan, DON JUAN DE SILVA. Las campanas de la colegiata de Santa Maria la Mayor hacia rato que tocaron el toque de animas, el silencio en la villa era completo, no se escucha ni canto de moza, ni paso de ronda. El pueblo dormia en la oscuridad, pues al toque de animas se apagaban los candiles y los fuegos, no quedando al exterior mas que las luces de los farolillos que frailes y monjas encendian en sus conventos de San Francisco, La Trinidad, Santa Clara y San Jose y la lampara que costantemente lucia en la ermita del Cristo de Villajos. Ala puerta de dicha ermita se encuentran tres hombres envueltos en amplias capas, esperando a su señor DON JUAN DE SILVA, pues estos que daron entre las diez y las once de la noche en esta ermita, para dar caza a un fantasma que decian rondaba el pueblo por las noches, en cuanto llego el señor corregidor exclamo, pues vamos adelante y que el Santisimo cristo de Villajos nos acompañe, partieron los cuatros armados hasta los dien-

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La Cruz Fantasma

tes, con espadas y pistolones, poniendo rumbo al boquete de Santa Quiteria, hoy callejon del corregidor, donde esperaron que dieran las doce de la noche. El corregidor en cuanto vio aparecer el fantasma ordeno disparar las armas , tras lo cual se hoyo un cuerpo caer al suelo y una voz que dijo ''DIOS ME VALGA'', luz grito el seĂąor corregidor y lo que vio supera todo lo trajico, el corregidor en el suelo abraza el cuerpo muerto y gritaba con dolor ''ES MI HIJO Y HE SIDO SU MATADOR''. Alas voces se abrieron las puertas y ventanas e invadieron la calle la piedad y el comadreo, no habiendo lengua parada ni candil, ni farol que no alumbrara, corriendo por todo el pueblo el dramatico suceso. Recojido el cuerpo muerto, al dia siguiente aparecia colocada en el lugar del tragico suceso una gran cruz de madera, la CRUZ DE FANTASMA O DEL CORREGIDOR.

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Campo de Criptana. Iglesia de la Asunción

A pocos kilómetros de Alcázar está el Campo de Criptana. Al entrar en la villa suena una copla en voz femenina que dice: En el Campo de Criptana Un jardín encantador, La Virgen es jardinera Y cada moza una flor. Es posible que Don Quijote no suscribiera tan cancioncilla por parecerle injuriosa para su Dulcinea, pero nosotros, nos adentramos en este mundo de escenas del texto cervantino. Este pueblo es el resultado de la unión de tres pueblos existentes en la antigüedad y que se llamaban Criptana, El Campo y Villajos.

Pósito del Campo de Cirptana. S. XVI

Pocos molinos quedan supervivientes de los 32 que tuvo censados. De los que quedan a pie, menciono a los más antiguos, aquellos que seguro Cervantes tu-

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Ermita de la Vera Cruz

vo que pedir su parte para la Armada Invencible y que se llaman El Burleta, de 1555, el Infante de 1500 y el Sardinero. Es posible que en estos parajes de labor, Sancho, ese compañero infatigable de Don Quijote, hace una reivindicación laboral a su amo: Cuando yo servía —respondió Sancho— a Tomé Carrasco, el padre del bachiller Sansón Carrasco, que vuestra merced bien conoce, dos ducados ganaba cada mes, amén de la comida. Con vuestra merced no sé lo que puedo ganar, puesto que sé que tiene más trabajo el escudero del caballero andante que el que sirve a un labrador, que, en resolución, los que servimos a labradores, por mucho que trabajemos de día, por mal que suceda, a la noche cenamos olla y dormimos en cama,

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en la cual no he dormido después que ha que sirvo a vuestra merced. Si no ha sido el tiempo breve que estuvimos en casa de don Diego de Miranda, y la jira que tuve con la espuma que saqué de las ollas de Camacho, y lo que comí y bebí y dormí en casa de Basilio, todo el otro tiempo he dormido en la dura tierra, al cielo abierto, sujeto a lo que dicen inclemencias del cielo, sustentándome con rajas de queso y mendrugos de pan, y bebiendo aguas, ya de arroyos, ya de fuentes, de las que encontramos por esos andurriales donde andamos.

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A las imposibles reivindicaciones laborales idealistas expuestas seguídamente por Sancho a su amo, después de duras recriminaciones por parte de este, Sancho, desde su más profunda humildad, se limitó a reconocer ante su señor, caballero andante de demandas ajenas que se olvida de las más cercanas y propias. “Señor mío, yo confieso que para ser del todo asno no me falta más de la cola: si vuestra merced quiere ponérmela, yo la daré por bien puesta, y le serviré como jumento todos los días que me quedan de mi vida. Vuestra merced me perdone y se duela de mi mocedad, y advierta que sé poco, y que si hablo mucho, más procede de enfermedad que de malicia; mas quien yerra y se enmienda, a Dios se encomienda”.

Santuario Virgen de Criptana

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Pedro Muñoz está algo lejos de la Virgen de Criptana, en sus cercanías existen unas lagunas mágicas, misteriosas que hasta el mismo Cervantes rehúye a pasar entre ellas: La del Pueblo, del Retamar, del Alcahozo y la de Navalafuente son el hogar de muchas clases de aves acuáticas. A causa del carácter insano de estos lugares, el mismo pueblo llegó a desaparecer. En Pedro Muñoz se tiene a gloria aseverar que precisamente en sus alrededores, después de su fracasada aventura de los mercaderes, fue allado semimuerto Don Quijote: un labrador de su mismo lugar, y vecino suyo, que venía de llevar una carga de trigo al molino; el cual, viendo aquel hombre allí tendido, se llegó a él y le preguntó que quién era y qué mal sentía que tan tristemente se quejaba. Don Quijote creyó sin duda que aquel era el marqués de Mantua su tío, y así no le respondió otra cosa sino fue proseguir en su romance, donde le daba cuenta de su desgracia y de los amores del hijo del Empe-

rante con su esposa, todo de la misma manera que el romance lo canta: Donde estáis, señora mía, que no te duele mi mal? O no lo sabes, señora, o eres falsa y desleal… ¡Oh noble marquás de Mantua, mi tío y señor Carnal…!.

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Complejo Lagunar de Pedro MuĂąoz, Fauna de las lagunas y campos de trigo

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Puente romano de Pedro Muñoz

Llegamos El toboso donde nuestro amado Don Quijote, en su capítulo 7 de la Parte Primera invoca a este pueblo como “la gran ciudad de El Toboso”.

En este pueblo hay memoria viva de Cervantes: “Media noche era por filo, poco más a menos, cuando don Quijote y Sancho dejaron el monte y entraron en el Toboso. Estaba el pueblo en un sosegado silencio, porque todos sus vecinos dormían y reposaban a pierna tendida, como suele decirse. Era la noche entreclara, puesto que quisiera Sancho que fuera del todo escura, por hallar en su oscuridad disculpa de su sandez. No se oía en todo el lugar sino ladridos de perros4, que atronaban los oídos de don Quijote y turbaban el corazón de Sancho. De cuando en cuando rebuznaba un jumento, gruñían puercos, mayaban gatos, cuyas voces, de diferentes sonidos, se aumentaban con el silencio de la noche, todo lo cual tuvo el enamorado caballero a mal agüero; pero, con todo esto, dijo a Sancho:

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Calles de El Toboso


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Iglesia de San Antonio Abad

—Sancho hijo, guía al palacio de Dulcinea: quizá podrá ser que la hallemos despierta. —¿A qué palacio tengo de guiar, cuerpo del sol —respondió Sancho—, que en el que yo vi a su grandeza no era sino casa muy pequeña? —Debía de estar retirada entonces — respondió don Quijote— en algún pequeño apartamiento de su alcázar6, solazándose a solas con sus doncellas, como es uso y costumbre de las altas señoras y princesas.” Los ladridos de los perros y los mayidos de los gatos se siguen oyendo a la perfección y la noche sigue siendo iluminada por las estrellas del firmamento manchego.

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Resulta muy grato tener que proclamar que es un placer reconfortarte pasear por las calles del pueblo y hablar con las mujeres que tienen el nombre de Dulcinea – La Dulce Ana- de los sueños quijotales. En estas universales rutas, El Toboso es una meta repleta de novela e historia. Es la cuna del encantamiento de Don Quijote, es decir, de Alonso Quijano el Bueno, como de su fiel, noble y buen escudero Sancho Panza… ¿Y si en ElToboso, nos encontramos con Dulcinea…?

Arcos medievales

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Convento Fanciscanas Clarisas

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PASEOS POR LA HISTORIA DEL ARTE. LA PINTURA

A.P.U.

«Magdalena dormida sobre el sepulcro vacío de Cristo», de Murillo - KUNSTHALLE DE HAMBURGO

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Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla, 1617 Sevilla, 1682) fue bautizado allí el 1 de enero de 1618. Llegó a ser un excelente pintor barroco que, formado en el naturalismo tardío, evolucionó hacia fórmulas propias de este estilo artístico. Con el tiempo se convirtió en el primer pintor de su ciudad natal, obteniendo muchos encargos de instituciones religiosas y de personajes civiles. Muy pronto hubo pinturas suyas en las principales iglesias y conventos sevillanos e igualmente en las más nobles mansiones de la ciudad. Se convirtió en el primer pintor de la ciudad, Según la documentación del Museo del Prado: “la mayor parte de los datos que conocemos referentes a su personalidad nos los proporciona Palomino, cuando menciona que fue «no solo favorecido del cielo por la eminencia de su arte, sino por las -dotes de su naturaleza, de buena persona y de amable trato, humilde y modesto». Estas leves referencias concuerdan perfectamente con la fisonomía que evidencian los dos -autorretratos que Murillo realizó, uno en edad juvenil y otro ya en su madurez; en ambos puede constatarse que fue persona inteligente y despierta, dotado de una profundidad intelectual que le permitió traducir en pintura el universo religioso y el ámbito social que le envolvía , movió su voluntad de elevar el nivel expresivo y el ámbito social que le envolvía con serena amabilidad y pausada percepción; sosiego y bondad parecen ser virtudes que emanaron de su temperamento, las cuales, unidas a una notoria sensibilidad artística, le permitieron ser perfecto intérprete de los ideales religiosos y sociales de su época”

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Autorretrato ,pintado hacia 1670,. Museo del Londres, National Gallery. En este cuadro, pintado por deseo de sus hijos, Murillo se autorretrató dentro de un marco ovalado con molduras, apoyando en él una mano para reforzar el efecto naturalista del trampantojo y acompañado por los instrumentos propios del arte de pintor: lápiz, papel y compás para el dibujo, paleta y pinceles para el color, en una demostración de orgullo por la posición social alcanzada con su oficio solo comparable en la pintura española al autorretrato de Velázquez en Las meninas. Para su ejecución, el maestro toma como base los tipos de los retratos flamencos y holandeses.

Murillo fue más conocido en vida que Velázquez, con el que se llevaba dieciocho años. La razón la explicó Ortega: “las obras del pintor del Rey Planeta sólo eran accesibles a quienes podían entrar en palacio, mientras que las suyas se exhibían en iglesias y conventos o fueron adquiridas por clientes particulares que las divulgaron”. Su tendencia a la idealización, esa algodonosa, inofensiva superficialidad con la que representa a los personajes sagrados, debió de complacer a un público muy extenso.

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Virgen entregando el rosario a Santo Domingo (1638-40).Palacio Arzobispal (Sevilla). El autor no ha creado un estilo personal y por eso en el dibujo muestra evidentes influencias de su maestro, Juan del Castillo, especialmente en los rasgos delicados y finos con los que describe los rostros y las sonrisas insinuadas. En el rompimiento de Gloria que aparece en la zona superior -formado por ángeles mancebos que tocan música y cantan mientras que angelitos arrojan flores a santo Domingo- se constata la influencia de Juan de Roelas. Los ropajes que cubren a los personajes estarían inspirados en Zurbarán, sobre todo el modelado recio de los pliegues

Conocido como pintor de redondeces y dulzuras, si a una imagen se asocia el nombre de Murillo es a la de sus vírgenes, siempre puras y delicadas, sencillas en la comprensión y exquisitas, envueltas por una gracia que hoy día quizá para algunos gustos pueda pecar de sentimental en exceso. Aunque pueda parecer lo contrario, en parte debido a la fama con la que Murillo ha pasado a la posteridad, no es éste un pintor tan sólo de idealizadas y edulcoradas vírgenes sino también de muchas escenas,costumbristas, naturalistas y de santos.

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Niño espulgándose (1645-50). Museo Nacional del Louvre Considerada la primera obra de carácter costumbrista de las realizadas por Murillo El pequeño aparece en una habitación, recostado sobre la pared y quitándose las pulgas que acompañan a sus ropas raídas. El marcado acento naturalista que refleja la escena tiene como fuentes a Zurbarán y Caravaggio,

Bien es verdad que es fácilmente reconocible en el uso de colores brillantes, de vaporosas superposiciones y de fantasías elegantes y contenidas, pero no es el único tipo de pintura al que se dedicó. De hecho su obra sufrirá una evolución desde los primeros temas de corte tenebrista de su juventud, con los que recoge el vivir en los barrios pobres sevillanos, hasta las bellísimas y serenas inmaculadas de sus últimos años.

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Dos niños comiendo melón y uvas. 1650-55) Museo Neue Pinakothek (Munich) Dos niños comiendo melón y uvas Se trata de una obra juvenil. En ella apreciamos la influencia naturalista en la pintura de Murillo. Las dos figuras aparecen ante un edificio en ruinas, interesándose el artista por presentarlos como auténticos pícaros, destacando sus ropas raídas y sus gestos de glotonería.

Así, ejemplos de costumbrismo realista se pueden considerar lienzos como el titulado Niños comiendo melón y uvas, o Vieja espulgando a un niño, en los cuales además aparece uno de los temas recurrentes de Murillo: la infancia, que aparece representada de forma anecdótica, copartícipe en las obras marianas, e incluso con una carga dramática.

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La cocina de los ángeles (1646) Museo Nacional del Louvre: temática de la serie que gira alrededor de la ideología franciscana, dedicándose a exaltar las virtudes de la Orden: el espíritu de pobreza y su amor hacia los pobres y la práctica de la caridad. Emplea intensos efectos de claroscuro tomados del tenebrismo que en aquellos momentos estaba cosechando un importante éxito en la capital andaluza gracias a Zurbarán. El naturalismo utilizado en los personajes terrenales contrasta con la cierta idealización que emplea Murillo en los ángeles, cuyos cabellos y rostros denotan una belleza sobrenatural.

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Famosos son sus cuadros religiosos, en los que representa lo extraordinario de una forma sencilla, muchas veces según imágenes de lo cotidiano, como sucede en la ya mencionada Sagrada Familia del pajarito, e innumerables son sus Inmaculadas, perfectas, preciosas, delicadas y armoniosas (del Escorial, de la Media Luna, Concepción, etc), al igual que sucede con aquéllas composiciones de vírgenes con niño. destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del candor de La muchacha con flores al realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida popular. Después de una serie dedicada a la Parábola del hijo pródigo, se le encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció mientras trabajaba en ella, a consecuencia de una caída desde un andamio.

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Sagrada Familia del Pajarito (1650) Museo del Prado. La total ausencia de elementos divinos o celestiales hace que nos situemos ante una escena familiar, como si el pintor abriera las puertas de su propio hogar para mostrarnos el juego del pequeño acompañado por su padre, mientras la madre ha parado en sus labores de hilado para comer una manzana.. Pueden apreciarse ciertos ecos de la pintura de Rafael en esta Sagrada Familia

El Buen Pastor, alrededor del año 1660, perteneciente a la escuela española del Barroco. Se encuentra en la colección permanente del Museo del Prado (Madrid)

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San Juanito y el Cordero (1660-65) Museo National Gallery de Londres. San Juanito dirige su mirada hacia el espectador con una seductora sonrisa, abrazando al Cordero mientras señala al Cielo con un dedo de la mano izquierda. La figura se sitúa al aire libre, ante un fondo de paisaje donde abundan las nubes, creando un juego de luces y sombras que recuerda la etapa tenebrista -véase la Magdalena penitente.

Magdalena penitente (1650-55) Museo National Gallery (Dublin) La santa aparece arrodillada, ocupando su figura casi toda la superficie del lienzo. Un potente foco de luz sólo ilumina a la figura, dejando entrever algunas aristas de la cueva donde está la santa, situando de esta manera la escena. La Magdalena cubre su desnudez con un amplio manto que deja al descubierto los brazos, los hombros y parte de un seno, poniendo con estas partes del cuerpo una nota de claridad ante la oscuridad del entorno.

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Visión de San Antonio de Padua (1656) Museo de la Catedral de Sevilla. La composición se estructura a través de una diagonal que enlaza las dos zonas mientras que el rompimiento de Gloria está organizado por un círculo. Escorzadas figuras forman este rompimiento, acentuando el aspecto de teatralidad barroca que manifiesta el maestro en la escena. El juego de luces y sombras sirve para unificar la composición, de la misma manera que emplea el color con tal fin. Definitivamente Murillo ha abandonado el claroscuro para trabajar en un estilo propio, superando el naturalismo de la generación anterior que tenía en Zurbarán a su máximo representante

Adoración de los Pastores (1655/60) Museo del Prado. La Adoración de los Pastores muestra el naturalismo del autor. Murillo ha dejado en penumbra a San José, que era el protagonista de la Sagrada Familia del Pajarito, iluminando a la Virgen y al Niño. Junto a ellos, dos pastores y una pastora entregan sus presentes: un cordero, huevos y una gallina. El realismo que caracteriza a las figuras tiene una clara muestra en los pies sucios de los pastores. Los tonos predominantes son los típicos del Naturalismo: marrones, blancos, sienas y pardos que contrastan con los rojos y azules intensos.

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“El Siglo XVII es el siglo del esplendor y de la decadencia, del orto y del ocaso, como lo definió el profesor Domínguez Ortiz. El oro y la plata de las Indias dejan paso al miedo, a la muerte. Así surgen las mejores obras del Barroco, un movimiento artístico inseparable de la Contrarreforma y que dejará en Sevilla un patrimonio difícil de igualar en Europa. Por un lado el lujo y la ostentación, por otro, la crisis económica demográfica y social que postrará a la ciudad en un estado de abatimiento y de hondo pesimismo del que tardaría siglos en recuperarse. La Iglesia, que era la que solía ocuparse de los pobres, no practicaba una política eficaz. Era la heredera de la costumbre imperial del pan y el circo, favorecía la ociosidad con la beneficencia y el espectáculo con los autos de fe y los achicharramientos inquisitivos”.

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Alonso Sánchez Coello: Vista de la Sevilla del siglo XVI

El Siglo de Oro constituyó un período donde España era una colmena de actividad artística y literaria, en un contexto de decadencia política y económica. Las cosas que ocurrían dentro y fuera de nuestra geografía alimentaban la imaginación de muchos artistas y les predisponía hacia el buen camino de la creatividad universal de las artes y las letras. Este era el telón de fondo de nuestra nación, donde las letras nunca alcanzaron cotas tan deslumbrantes como en esta época. Los reyes y los nobles españoles ejercían de mecenas y tomando bajo su patrocinio un gran número de poetas, novelistas y pintores de la más alta calidad.

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El mundo raramente ha visto tal galaxia de talento literario y artístico, con nombres como los de Miguel de Cervantes, Félix Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Pedro Calderón de la Barca , Tirso de Molina, Velázquez, Murillo, Valdés Leal, Zurbarán, El Greco, entre otros. En un camino de vivencias marcado por la hegemonía y la decadencia más absoluta de España, especialmente en el exterior, sostenida por una situación interna dominada por la desigualdad múltiple y extrema, con una polarización de rentas, contribuciones e impuestos que definían un ambiente de corrupción sin paliativos. Esta época nos describe un conjunto de vicisitudes enconadas en un proceso continuo de decadencia económica y de debilidad política donde paradójicamente va a brillar la sin igual cultura española del Siglo de Oro. Para algunos autores este siglo siguió en España una evolución cuyas bases se fundamentan

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La Sevilla derl siglo XVI y XVII

mucho antes, comenzando quizás con Jorge Manrique en la segunda mitad del siglo XV y terminando con Calderón a finales del siglo XVII. Brotó una cultura que fascinaba a toda Europa, a pesar de la incidencia de estereotipos y retrocesos como la limpieza de sangre y la represión ideológica. La Sevilla barroca del Siglo XVII era una ciudad de contrastes. Por una parte, poderosa, rica, colorista, llena de riquezas y de magníficos monumentos y por otra, una ciudad marcada por la pobreza y las enfermedades. A mediados de siglo, se van sucediendo hechos trágicos para la monarquía hispánica y para la ciudad. En Europa se firma la Paz de Westfalia (1648) que provoca que España pase a ser una potencia de segundo orden. Esta paz dio lugar al primer congreso diplomático moderno e inició un nuevo orden en Europa central basado en el concepto de soberanía nacional.

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En ella vinieron al mundo especialmente grandes pintores: Velázquez , Murillo, Juan de Valdés Leal, Lucas Valdés, Francisco Herrera el Viejo, Francisco Herrera el Mozo, etc. En Sevilla, los desórdenes sociales de 1642, la peste de 1649, tras aniquilar a la mitad de la población y arrebatarle sus fuentes de riqueza, empujó el espíritu barroco, tocado ya por la decadencia del reino, hacia el más hondo pesimismo. Frente a las pompas de la vida, se extiende entonces la certeza de que ésta es sólo vanidad y que debemos prepararnos para lo que nos espera, el gusano y la calavera. Valdés Leal lo reflejará mejor que nadie en sus postrimerías, «Finis gloriae mundi» e «In ictu oculi», joyas del Hospital de la Caridad.

La sequía de 1682 o la inundación de 1683 provocaron más tarde la desaparición de buena parte de su población y el debilitamiento progresivo de su estructura social y económica, que culminaría con el desplazamiento de la Casa de Contratación a Cádiz en 1717. Sin embargo en el arte y la cultura, de la mano de grandes artistas como Murillo, o Valdés Leal, que trabajaron en la decoración del Hospital de la Santa Caridad, la ciudad se mantendría como un centro cultural de primer orden.

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Hospital de la caridad. Edificio del siglo XVII, perteneciente al barroco sevillano, sede de la institución benéfica promovida por el filántropo Miguel de Mañara. Su parte posterior limita con la línea por donde corría la muralla que cercaba la ciudad. A lo largo de su historia albergaría un gran número de pobres y enfermos.

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Oleo de Valdes sobre la Capilla del Coro en el Hospital de la Caridad

Más de cien mil personas vivían entonces tras la extensa muralla almohade que la circundaba. Apostados en ellas, los agentes del fisco controlaban el trasiego de mercancías. Era el puerto de las Américas, la ciudad era la más opulenta de España. En cualquier caso, encontramos una ciudad, con sus callejuelas estrechas y retorcidas, sus conventos de altas tapias, sus plazuelas, sus perfumados y ocultos jardines, sus patios interiores: un laberinto ideal para un seductor que se burlaba de la ira divina en una época en que nadie osaba hacerlo. Sevilla era a comienzos del siglo XVII la ciudad ideal, una urbe rica por los productos procedentes del comercio de Indias. Contaba con instituciones importantes entre las que destacaban la Real Audiencia, la Casa de Contratación, la Casa de la Moneda, Tribunal de la Inquisición, catedral e innumerables parroquias y conventos, , etc.

Murillo, Moises Haciendo brotar el agua, óleo de Murillo en el Hospital de la Caridad

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Sevilla en 1660

La crisis existente afectó en general a todos los sectores de la población y en especial a los pobres, provocándose algunos estallidos a causa del hambre. También la iglesia se vio perjudicada ante la merma de la población, aunque siguieron haciendo encargos para los templos como obras piadosas a cambio de vida eterna. A pesar de todo Sevilla siguió siendo una ciudad cosmopolita, donde acudían todo tipo de comerciantes y aventureros que ponían sus esperanzas de una nueva vida en el nuevo continente. Sevilla ejercía una gran atracción sobre los europeos de la época. La población se duplicó en unos años debido al aluvión de comerciantes que acudían en busca de oportunidades de fácil fortuna, tanto a nivel nacional como europeo: trajinantes castellanos, mercaderes catalanes, banqueros italianos, empresarios ingleses, etc. Disfrutó de todos los privilegios que le proporcionaba ostentar el monopolio del comercio con América. Era como la princesa de las ciudades de España. En ella circulaba el oro ya que, para entrar en Europa, toda riqueza explotada en el nuevo continente tenía que pasar forzosamente

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Discripción del Rio Guadalquivir y del arenal de Sª y Triana con su vega [Plano del proyecto de puente de piedra entre Sevilla y Triana]-Museo Municipal. Sevilla


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Puerta de Carmona, grabado del principios siglo XVIII

por Sevilla. Los galeones de las flotas reales que cruzaban el océano libraban sus cargamentos de lingotes de oro y plata en el puerto de Sevilla, junto a la Torre del Oro. El tesoro indiano se trasladaba a lomos de mula a la cercana Casa de la Moneda, un barrio protegido por su propia muralla, donde la plata y el oro se fundían para fabricar moneda. Pasó a ser una rica urbe cosmopolita. Se adecentaron, ensancharon y pavimentaron las principales calles, se levantaron iglesias magníficas y palacios de corte italiano con espléndidas rejas a la calle, con altos miradores, con fuentes de surtidores y todo lujo de detalles y materiales.

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Torre del Oro. Esta torre, que hoy alberga un pequeĂąo museo naval, presenciĂł el desembarco de carretadas de lingotes de oro y plata a la adyacente Casa de la Moneda.

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Restos de la antigua Casa de Contratación en la Reales Atarazanas.

Casa de la Contratación. Entre los documentos que figuran en el Archivo General de Indias (que se encuentra dentro de la espléndida Casa de Contratación de los comerciantes de América) había una instancia de Miguel de Cervantes quien, fracasado en España, pretendía probar fortuna en América alegando sus servicios a la Corona como soldado y cautivo, pero se le denegó el permiso.

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Sala Capitular de la Catedral de Sevilla donde se pueden ver pinturas de Murillo en su sitio original.

Archivo de Indias. Al lado de la catedral se encuentra el archivo de Indias, antigua Casa Lonja de mercaderes y, cruzando una plaza, el conjunto de los Alcázares, donde aún se puede admirar el Cuarto del Almirante, una de las dependencias donde estuvo la Casa de Contratación. Frente del archivo está situada la Cruz del Juramento

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También surgieron posadas, “casas de la gula” (mesones), casas de juego y prostíbulos. En este gran bazar de Occidente, que se jactaba de contener las mejores sederías, platerías, joyerías y especierías, se exhibía una inconcebible riqueza de brocados y perfumes de Oriente, caras especias, ramas de coral, perlas, carbunclos, maderas olorosas. Estos tesoros fueron extraídos de las entrañas de la tierra o de los mares desconocidos en Europa. Sevilla se convirtió también en la Meca de los arribistas, de transeúntes fijos que esperan a que la fortuna les favorezca. Era la ciudad de los criados, de los que viven de lo caído o robado de la mesa del rico: fulleros, prostitutas, mendigos, ladrones, etc. La riqueza se compenetraba con la miseria, aunque parecía que esta primera no iba a tener fin. Nada más lejos de la realidad, solo duró un siglo largo. Más tarde vino la decadencia del puerto, que ahogó la actividad comercial. Quedó una ciudad nostálgica y ritual, sobrecargada de conventos e iglesias, admirable y bella.

Cervantes, comisario recaudador de la Armada, y por un error de contabilidad estuvo unos meses en la Cárcel Real. Allí pudo concebir su Quijote.

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LA POESÍA DE OCTAVIO UÑA Visto por Alfredo Pastor Ugena

Este compendio de poesía personal proyecta el quehacer lírico y literario de un gran poeta, escritor, catedrático de IES y de Universidad. Octavio ha tenido la sensata idea de publicar lo mejor de su quehacer poético y plasmarlo para nuestro disfrute en Iluminaria. En el bagaje de palabras ilustradas que emplea saca jugo y esencia a una parte esencial de su poesía: especialmente exalta la naturaleza de Castilla, donde alaba a sus gentes, sus quehaceres, sus bondades, su realidad. Se fundamenta en sus paseos, con observaciones, con descripciones de encanto por las plazas mayores de este gran espacio geográfico. Con todo ello nos endulzan nuestra humilde predisposición hacia el conocimiento poético plural que él plasma en esta obra. Muchas de sus poesías, tan variadas, son propias de un poeta lírico viajero que escribe sus versos unidos a la evolución de su tiempo y muchas veces a la soledad, a los re-

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cuerdos, a sus múltiples y variadas vivencias, con una pasión y fluidez digna de reconocimiento Su poesía está asimismo argumentada con lo mejor de los grandes escritores clásicos y también españoles, fruto de la acumulación de una sólida cultura, que ha sabido combinar con una creación poética original; por eso, como señala en el excelente prólogo de la obra, Elías Rodríguez Díez: "hay un poso de penetrante reflexión de los pensadores de todos los tiempos en el trasfondo de sus versos" que hacen alborear, a este exquisito poeta, una producción poética de altos y luminosos vuelos.” ¡Gracias amigo Octavio!

CUIDADOS DE CAMINANTE

Cuídate, caminante, no te mueras en la plaza mayor de Puebla de Sanabria, bajes, precipites tu sangre, te recoja el Tera y éste entregue al Duero ya tan húmedos huesos, te sepulten en mar y ya no tengan tus lágrimas orillas. Libro de Usura es la memoria

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TAHONARIO

Hoy, río Duero, cuando bajo y cojo con mi palma tu lengua y apaciento la sed, me reconozco. Se ilumina. el mundo cuando bebo.

¿Cómo guardas en ánfora este viejo milagro del sabor, la antigua esencia? Yo me veo aquel que el primer día a tus orillas. Doce años eran: de pie, ante ti, sin otros gozos de licor a mi garganta. Sube tu néctar y me habita y digo por su nombre las cosas.

A mi mano viene la blanca piedra que tiré, que aún sigue mirándose en tus largas platas de espejo. Es mi cara: que no puede el afán contra tu paz, que no penetra el tiempo húmedos designios. Como fui hoy quedo verde aquí, aquí plantado árbol junto a tus aguas Libro de Usura es la memoria

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DE LAS REPETICIONES

Esa cigüeña que cruzó Castilla y, con las hojas, se perdiera en la nube, era el dios del retorno: blanquinegro profeta,

que midió las edades con su remo. Piedra hasta el cielo de un niño junto al árbol, piedra que vuelve al vértigo. Sol que levanta los espejos diarios y los rompe. Sueño que a las encinas viene en las rosas pupilas del Poniente. Verde es el fruto, plenodía el aire, y oricalcos de otoño. Y aquel mar del amor que fue subiendo por la pierna marfil hasta los pechos ebrios florecidos, en la tarde cansado se miraba pedregal de la arruga. Contra el día, escombros. Gozos del viaje y lutos del regreso. Brillo y herrumbre de las cosas. Libro de Antemural

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Miguel Rubio Artiaga

BODA EN EL BOSQUE Hoy, los árboles se reflejarán mas que nunca en el remanso del río. Hoy, está el viento calmo, las flores tiran de aroma con toda su fuerza. El aire es transparente y especialmente limpio. Hoy, con la Luna Llena, al mismo borde del lago, se va a celebrar la boda, entre la esbelta acacia y el maduro olivo. Los sauces cercanos, las moradas adelfas y una comisión de barbos con bigotes cornudos, sacando la cabeza del agua, harán de elegantes testigos. Un viejo búho actuará como severo oficiante. Un lagarto ya muy mayor y una nutria, amiga de la novia, arrejuntada con un castor, harán de ayudantes. Sonará de fondo la marcha nupcial de Wagner, de solista, un ruiseñor en celo, acompañado de un coro de ranas y una orquesta de grillos.

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Juramento de amor, por vida, tras un noviazgo largo. Un pacto, nunca escrito, sin existir una sola palabra, hace, que la ceremonia nadie quiera bendecirla,

hasta que los novios puedan entrelazar sus ramas. Paciencia, del enamorado olivo, fuerza para crecer deprisa, de la enamorada acacia. Pálida luz blanca de Luna, focos alternos de relámpago, la lluvia, levitando sin caer, sobrevolando el ceremonial. El final de la unión, remarcado, con un redoble calmado de truenos y fuegos artificiales de rayos. La entrega de boda ,la primera, llegará, en mitad de la noche cerrada, cuando las raices del experimentado olivo, en un útimo esfuerzo, bajo tierra, se internen, en las impacientes de la joven acacia.

Del libro La Luna y el Lince

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"La innumerables máscaras del carnaval, las dos —de risa y llanto— que anuncian el teatro, la máscara de la feria y la del asesino, la que utiliza el niño en fiestas escolares, la mascarilla de cera de los muertos y la que cubre el rostro del sectario... Todas son lo mismo: el fingimiento que oculta la auténtica máscara, nuestro propio rostro, que responde aún menos a la verdad." (Ed Robinson)

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PREÁMBULO El juego de la máscara es amargo. Aunque sonría tiene un canto triste, y es extraño su grito y el aroma que expele colgada por las noches en el perchero de la casa a oscuras. Nadie sabe qué piedra, qué abandono

dibujarán sus ojos tristemente huecos, ciegos, ausentes, incapaces, culpables siempre de tejer la nada. Rostro sin lágrimas ni sueño, rostro que esconde el gesto dentro de su gesto, engaña, burla, disimula, finge, ama la oscuridad y la distancia. Perfil inusitado y silencioso, soledad que se mece en el recuerdo de lo que nunca fuimos. (Cada cual es la máscara que lleva, y nunca el rostro que se esconde siempre.) Todos esclavos de tu risa, máscara, te servimos también cuando eres llanto,

hermana de los dioses, hija del pensamiento y la mentira madre de olvido, vana compañera.

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INVOCACIÓN Quiero la fruta verde de tu boca, ciego milagro que atenaza el beso.

LUNES La máscara es de cobre, pero también de barro que se amasó en un sábado de lágrimas y polvo del desierto. La máscara es de cuero, repujado con fuerza, oloroso, fino como una oblea y resistente.

También es de madera satinada, cedro de la esperanza, olivo del dolor, álamo vivo. La máscara es de seda tafetán, fina como el recuerdo, tupida y resistente como el dolor de la memoria. La máscara es de carne, casi siempre de carne que se esfuerza en vivir sin conseguirlo.

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MARTES La máscara de cobre, seda y cuero,

tiene un sabor de cuello lejanísimo, atesora riquezas en un viejo desván donde la luna duerme. Guarda la mano de un filósofo que se olvidó de retirar el índice al morir y está con ese dedo como punta de lanza desde entonces. Conserva junto al mástil para anillos una cíclica falda de derviche que algunas noches gira, convocando los cuerpos que pudieran sostenerla. Guardó las cartas del Tarot de un adivino, miembro de un gremio de canteros, firmante en cada piedra de todas las iglesias orientadas al este. La máscara de cobre, seda, cuero, procura protegerse de los inoportunos, pintó de verde sus ojeras, se confunde entre páginas antiguas, y permite que el polvo recorra con sus dedos los perfiles del rostro y la sonrisa que circunda su boca.

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MIÉRCOLES Los ojos de la máscara son turbios.

Lloraron sin descanso, pero ahora están secos, rieron sin cesar, pero no están alegres. Lleva la máscara una luna detrás de la mejilla y es experta en el juego de las medias verdades y las luces a medias.

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JUEVES La máscara se busca en el espejo, hace guiños, sonríe, presume de su lengua inapreciable, considera la forma de pintar su sonrisa. Sabe que no está mal hablar de lo que ocurre

para luego callar, morir incluso. Dama de escena al fin, decide que es más fácil contárselo al espejo, dejar en el azogue los sueños dibujados como una mancha de humedad sacrílega y blasfema.

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VIERNES Cuando la máscara nos mira sus ojos son más dulces que la fruta madura. Da cierta lástima, está triste, conoce más historias

de las que puede soportar el hueco de su rostro. Milenios de cordura transitaron su piel, rizan los flecos de su barba, anudan las cerezas de la melancolía en la dorada línea de su frente. Resulta tan difícil de entender por nosotros, mortales, su pura inteligencia, que acaba siempre en el sótano más hondo para que no entretenga la vida cotidiana. Al final, cuando gira la máscara su rostro, el perfil es un lívido abanico que hace la soledad más soportable

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SÁBADO Máscara de la luz, dulce madre de otoño, velada confesión de lo inefable, yo invoco tu presencia, tu juventud herida por los siglos, el aire de tus manos cuando cuentan estrellas, tu vientre como gruta del invierno

fertilizando el monte, asombrándolo. A ti, porque no tienes hijos, ni manos, ni vientre, ni tiempo.

DOMINGO Al llegar a la séptima jornada, el carnaval acaba. Siempre acaba. La máscara descansa detrás del escenario. Suena la música de fondo. Oscuro.

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Maroel Bispo

Verdades Cada loucura proclama Um edito sobre si. Cada louco extrai verdades Outras por aí. O ato de escrever é sempre assim, Grávido de silêncios passados. E assim, tácito, desvenda mistérios. Alienados do tempo. As guerras não lutadas não são Obras de artes. Não são.

São massacres do eu ferido, Açoites no homem interior. Ele se acha só, no lugar nenhum, Completamente vazio. Ele é culpado pelo não dito do verso, Do verso afoito no cio.

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Rosalba Erazo Castro

SI MIS ALAS…

Si mis alas no estuvieran rotas, si pudiera alejarme un tiempo de esta tristeza que encierra mi alma, aprisionándola en su férreo puño Si mi corazón levantara vuelo en forma rápida engañando a este carcelero que inicuamente me recuerda mi dolor, entonces mi alma alcanzaría la tuya en plenitud. Si mis alas cansadas de volar se renovasen, si este corazón que se quedó encerrado en una noche oscura de dolor se liberara rompiendo en astillas este cristal sombrío que no deja traspasar al sol Si mis alas soltaran el peso que las ata, si lograran sacudir la nieve triste de este cruel invierno que cala hasta los huesos, enfría el corazón y nubla la razón... Entonces te sentiría cercano... Me arroparía con libertad entre tus brazos, te arrullaría amorosa entre mi pecho, cubriría tu piel con mil besos de mariposa, y unidos en un estrecho abrazo volaríamos juntos hacia el nuevo sol!

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José Luis Nájenson

CARNESTOLENDAS EN BORNOS (Tankas) Fantasía carnavalesca

El carnaval, de la Villa de Bornos, tiene raíces en el de las colonias italianas de antaño.

Pero también, y más remotamente, en la fiesta hebrea

de Purim*, que trajeron los judíos de Otranto.

En esa fiesta, cada cual se disfraza de lo que no es, el mendigo de príncipe, el anciano de joven, Carnaval de Bornos

la mujer bella de la fea del pueblo, y el hombre probo de ladrón en la noche o de villano impune. Purim: festividad hebrea basada en el libro bíblico de Ester

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Pero allá en Bornos, el carnaval encierra otros misterios, y hay quienes se disfrazan con tan extraño atuendo,

que nadie sabe de qué están disfrazados. Y otros, aún no saben ellos mismos qué muestra su disfraz.

Esto lo sé porque yo estuve en Bornos, el pasado año

en las carnestolendas, justo para el entierro

del carnaval. Y aquéllos que portaban los más extraños e incógnitos disfraces, cuando llegó el momento

no se quitaron las imposibles máscaras. ¿Y quiénes eran? No lo puedo decir, no asustaré a los niños…

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. Isidoro A. Gรณmez Montenegro

Aquel que camina una sola legua sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral. Walt Whitman.

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Walt Whitman nació en West Hill, Long Island el 31 de mayo de 1819, de ascendencia holandesa y yanqui. Hijo de carpintero constructor, le enseñó a amar la naturaleza. En 1823 su familia a se estableció en Brooklyn, al otro lado del río Este, frente a Manhattan, cuando estaba en auge. En1830, abandona la escuela para trabajar como impresor. En 1838 y 1839 fue maestro de escuela en Long Island. Entre 1841 y 1845 se dedicó al periodismo. Fue Director del diario Brooklyn Daily Eagle en 1846, al considerarla indolente, perdió el empleo. Por aquélla época tuvo diferencias ideológicas con el Partido Demócrata por sus opiniones políticas. Viajó a Nueva Orleáns permaneció ahí 3 años. Regresó a Brooklyn a trabajar de carpintero entre 1851 y 1854 fue así como escribió un libro de apuntes. De ahí surgieron las sucesivas de su libro “Hojas de hierba” publicado en 1855.

Whitman prolongó la capacidad creadora del verbo, se convirtió en los ojos y la respiración de su nación. Sus versos alcanzaron los insondables niveles de la génesis. Sus poemas son un espejo en que los ojos del mundo se ven a sí mismos. Con él, la poesía norteamericana se naturaliza, apartándose de la influencia inglesa, su poética fue legítimo intento de emanciparse, siguiendo un grito de libertad, cuyos primeros ecos se hallan en la obra de Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreu, a quienes la literatura de Estados Unidos define como trascendentalitas. Whitman fue determinante, plasmó en su obra el tema del orgullo personal y nacional como motores que intentan elevar el canto poético, mediante un esfuerzo por parte del poeta, trata de alcanzar la tierra primigenia de la epopeya cuya riqueza engalana las obras esenciales de la humanidad.

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En 1867, aparece la cuarta edición de “Hojas de hierba”, incluye los poemarios “Redobles de tambor” y “Secuela de Redobles de Tambor”, escritos en 1866, consecuencia del incruento asesinato de Abraham Lincoln, ocurrido un año antes que conmovió a Estados Unidos y a América. El análisis profundo, sereno, enriquecedor, lejos de la su época. Ha permitido que se le revalore, gracias al tiempo.

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Fue un gran innovador, rompió los estrechos márgenes de la preceptiva tradicional para lograr que sus versos vigorosos transitaran por amplios causes. Fundamentó el uso del verso libre y de la prosa poética en una isócrona con Baudelaire, quien hacía lo mismo en Francia. Influyó en la llamada “generación beat” de los años cincuenta del Siglo XX, quiénes reivindicaron el uso del verso libre y del versículo como modernidad expresiva que ofreció mayor libertad estética. El verso largo recoge, ofrece, sugiere la visión de un mundo dinámico, cambiante, en perpetuo movimiento. Sus poemas obedecían a su vocación religiosa, con silencio incomprensivo acogía cada nueva edición de “Hojas de hierba”, consideraba que su deber era dar a conocer el libro por todas las formas posibles. Cada nueva edición, era el ascenso, de su gran carrera, fue traducido a varios idiomas y prologado por mencionar algunos de sus prolongadores: León Felipe, García Lora, Miguel de Unamuno y comentaristas como Jean Catel.

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Walt Withman fue poeta, ensayista, periodista y humanista. Desde la primera edición de “Hojas de hierba” aparece el poema que quiero compartir con Uds., “Canto a mí mismo”. En 1891 aparecen dos volúmenes de la edición llamada “Del lecho de la muerte”, obra que precedió a su muerte el 26 de marzo de 1892. El colofón de esta entrega sería: Quien vuelve a las “Hojas de hierba” toca a un hombre.

Whitman y Peter Doyle en 1869

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CANTO A MÍ MISMO (fragmento) Me celebro y me canto de lo que no me apropio,

habrás de apropiarte. Todos los átomos que me pertenecen; te pertenecen. Me entrego al ocio y agasajo mi alma; Whitman en 1848

me tiendo a mis anchas a observar un tallo de hierba veraniega. Mi lengua, todos los átomos de mi sangre, formados de tierra y aire, Nacido aquí de padres que nacieron aquí, lo mismo que sus padres: A los treinta y siete años de edad, con la salud perfecta, empiezo, y espero no cesar hasta la muerte. Dejo a las sectas y a las escuelas en suspenso, me retiro un momento, satisfecho de lo que son, pero no las olvido, soy puerto para el bien y para el mal. Les permito hablar de todos, arrastrando todos los peligros naturales sin freno, con energía primigenia.

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Ricardo López Seseña

Naturalmente para el estudio de los orígenes de Ocaña, hemos de ajustarnos a los referidos a su historia y a los que aluden a su patronímico, que como es lógico corren parejos.

mica, fue el enclave de Aurelia, la actual Oreja en Ontígola. Dependiendo de ella, se encontraba la posición fortificada de Ocaña, dominando un barranco en el borde norte de la Mesa que lleva su nombre.

El primer autor consultado establece que el principal núcleo habitado de toda esta zona de la vega del Tajo en la antigüedad, desde época prehistórica a la islá-

En cuanto a lo primero, y antes de entrar en detalles si fuera posible, creo obligado traer aquí, ante el oyente, la inmensa colección de piedras prehistóricas reco-

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Rollo de justicia en Ocaña.

lectadas durante muchos años por el infatigable dominico P. Santos, que ha dedicado gran parte de su vida a recorrer los campos olcades buscando dicho material y que, a la vita está, le ha producido una enorme cantidad de él; sin duda este material habla por sí solo y viene a demostrar que el lugar en que está enclavada Ocaña, y lugares adyacentes, debieron estar en la prehistoria intensamente poblados y, debido a la gran cantidad de objetos prehistóricos hallados y, especialmente a la proliferación de flechas o puntas de las mismas, muy posiblemente fueran tribus belicosas las que ocuparon en tan tenebrosos tiempos la superficie del lugar que nos ocupa. Adolfo Aragonés en su libro referido a Ercilla y La Araucana dice: que en los papeles viejos que guarda el Ayuntamiento de Ocaña, los términos que dan autoridad a esta Villa, por partes, tienen más de tres

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leguas, y tenían al Tajo por límite, comprendiendo lo que hoy ocupa el sitio de Aranjuez. Esto viene a darnos idea del gran territorio que ocupaba tan extenso término. (Por estos territorios, sigue diciendo el autor, que D. Felipe II remuneró a Ocaña con la dehesa denominada la Recompensa, por el terreno que se apropió para la formación de Aranjuez en 27 de Enero de 1558, concediéndole a continuación, El Sotillo de la Bastida.) Hecha dicha aclaración para hacernos una idea de la magnitud de los territorios de lo que estamos hablando retomamos nuestro relato ya, seguimos diciendo que Cortés y López, en su diccionario geográfico histórico de España afirma que, Ocaña es el Vicus Caminarías marcado como la 9ª mansión militar de una de las calza-


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Objetos ibéricos en el Museo Arqueológico de Ocaña

das romanas que partiendo de Emérita Augusta terminaba en Cesar Augusta. En esto vamos a coincidir que Ocaña ha sido desde los tiempos más remotos un nudo de comunicaciones importantes dentro de la Península como lo es al día de hoy, pues todos sabemos que es cruce de caminos entre el norte y el sur de España, por las carreteras que cruzándola llevan a Andalucía o Albacete, entre el este y el oeste a través de las de Cuenca o Valencia amén de otras más, comarcales, que sirven en una intrincada araña de puentes geográficos próximos y lejanos. Antes de hablar de sus orígenes forzosamente hemos de fijarnos en su situación

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geográfica, casi en el centro dela Península Ibérica, en la parte norte de la provincia de Toledo lindando al norte con Aranjuez, que en la modernidad ha sido gran núcleo de población, está situado en una elevada meseta, que hoy se conoce como la Mesa de Ocaña, que va descendiendo suavemente hasta sumergirse en las aguas del Tajo, y aunque en su entorno se levantan municipios más cercanos, que son más modestos en su extensión y población, como fueron y son Yepes, Ontígola, Noblejas, Villarubia de Santiago, Villatobas, Dos Barrios, Santa Cruz de la Zarza y Ciruelos; se citan por Pozuelo Espinosa como despoblados, o poblaciones menores en tiempos pretéritos: El Villarejo (que se


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han desaparecido para siempre; pero hemos de dejar sentado que todos ellos formaron parte de la entidad geográfica afecta en mayor o menor intensidad a la actual Ocaña. Aunque son muy numerosos los historiadores que con ahínco se han dedicado a rebuscar en la historia los orígenes de la ciudad, no son muy exitosos sus logros y, si de cada uno transcribiéramos sus teorías y posibles descubrimientos nos encontraríamos cargados de numerosas curiosidades de las que, alguna podríamos asumir, aunque las más quedarían descartadas por su fantasía o por la falta de documentación que las avale. Entre ellas podemos destacar algunas: - Fijaríanse algunos de los inmediatos descendientes de Tarsis en tan privilegiado suelo. Brigo, cuarto rey de los que aparecen en la cronología del Viterbiense estableció su corte en la población que nos ocupa…-El citado monarca fundó un famoso castillo o torre conocida como la del Homenaje… Fue fundada por los hebreos que acompañaban a Nabucodonosor…

Lápida Romana de Ocaña

adhirió a Ocaña). Olac, que posteriormente el cristianismo le bautizó con el nombre de San Benito. Chozas Nuevas, Chozas Viejas, Val de las Casas que tuvo gran vecindario, El Corralejo, El Aljive, que tenía una ermita consagrada a San Gil, y Ocañuela que tuvo un suntuoso templo dedicado a San Miguel. Hemos de destacar que algunos de los municipios citados estaban poblados y activos en los finales de la edad media y principios de la moderna, quedando en algunos de ellos restos que pueden determinar su ubicación, y otros que por la acción del hombre y del tiempo

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Calatayud confiesa noblemente: que los primeros fundamentos de la Villa son tan antiguos que de su principio no se halla memoria. Estamos de acuerdo con el citado autor y después de las consultas realizadas llegamos a la conclusión que él, no es posible determinar los orígenes de Ocaña, aunque podamos afirmar que son tan antiguos que se sumergen en la noche de los tiempos y en la más vieja de las prehistorias. Diaz Ballesteros y Lariz Garcia, en su historia de la Villa de Ocaña sostienen que era la Olcadia una confederación de


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pueblos situados en el centro de España entre la Carpetania y la Celtiberia. Suena por primera vez la palabra Olcadia, según estos autores, en boca de Aníbal quien en las batallas tenidas entre Roma y Cartago dice, que antes de atacar a Sagunto hay que dominar la Olcadia. Florián de Ocampo manifiesta que la Villa de Ocaña, alejada nueve leguas de Toledo, por la parte oriental, se debió llamar Olcania en tiempos de los antiguos, creyendo que sería principal entre las otras poblaciones de estas olcadas. El P. Juan de Mariana en el libro II de su historia de España: Los olcades en donde ahora está Ocaña …fueron los primeros sujetados. Rodrigo Menedez Silva: Y corriendo siglos la poseyó cierta nación española dicha Olcadas, año 219 antes de la humana redención, ensanchándola con el nombre de Ocaña, que tenían por cabeza de distrito. Martín Gamero: Los olcades y celtíberos , habitantes de la hoy llamada Mesa de Ocaña y serranía de Cuenca. Rematan toda esta serie de imprecisiones los autores Pozuelo y Espinosa diciendo entre otras cosas: así con tantas autoridades como dejo mencionadas, queda claro que en este sitio estuvieron las Olcadas, y que en ellas fue siempre su cabeza Olcania, que es hoy la Villa de Ocaña: Y no era necesario más seria reflexión que considerar la estrecha vecindad que tuvieron con los olcadenses, los carpetanos y vacceos , como se infiere de todos los escritores romanos. Ello no es óbice para que sigamos intentando, mencionando a viejos historia-

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Fuente romana de Ocaña y calzada romana


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dores, que sigamos rascando en la historia, tratando de dilucidar algo concreto y, aunque no lo consigamos, nada podrá oscurecer la fecunda historia que tiene dentro de los tiempos de los que tenemos conocimientos muy concretos, así como de la luminosidad, proyección e importancia de sus personajes, verdaderos héroes en su mayoría del acontecer de España, y en gran parte actores en presente del acontecer más importante de las más excelsas y brillantes páginas de nuestra historia. Diaz Ballesteros y García Suelto en su Historia de la Villa de Ocaña publicada en 1877 entran en la descripción de las batallas que sostuvieron cartagineses y romanos y aunque más en el terreno de las suposiciones, y las deducciones, que, en otro, mencionan a Ocaña como protagonista en diversos combates celebrados en su entorno por la conquista de Toledo por las legiones romanas. Sin duda estos autores han manejado profusamente textos latinos y han leído a autores de la época, dado lo detallado de sus descripciones, pero de las diversas citas que hacen nos quedamos con una. “Dícese que Julio Cesar cuándo encaminó su ejército para Sevilla, arregló su modo y terreno y que Ocaña continuó en su gobierno a manera y estilo que lo permitían las circunstancias de aquellos tiempos”. De donde nos vemos obligados a deducir que si Aníbal dice“que antes de atacar a Sagunto hay que dominar la Olcadia”, pasado el tiempo de su derrota y llegada la invasión de la Península por lo romanos ya se ve determinado y fijado el nombre de Ocaña como propio de la actual.

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Para terminar, citaremos las teorías de otros autores respecto a su nombre: Los documentos más antiguos que contienen el topónimo, del cual deriva el actual de esta población, se remontan a la primera mitad del s. XII. Es común la aceptación de que el término “Ocaña” parece ser que tiene la base olca- de origen celtibérico con el significado de ‘campo fértil, vega’, con la probable evolución siguiente: Olcania, Ocania, Ocaña. Existen no obstante otras teorías, como la de Nieto Ballester, quien afirma que Ocaña es un término prerromano, de aspecto europeo, pero no celta. Otro posible origen del nombre podría estar en el antiguo pueblo céltico de los olcades, de tal forma que Ocaña bien pudo ser un nombre derivado con el que se designaría cierto territorio de este pueblo prerromano. Por otro lado, Menéndez Pidal cita el nombre de Ocaña para apoyar su tesis del sustrato ligur en la península ibérica apoyada en la relación de topónimos ibéricos con Oca y Occa tales como Ouca en Braga y en Aveiro, Oucada en Vianna, Ucanha en Viseu, Oca en Burgos y Vizcaya, el de Ocaña en Toledo y Almería, u Ocañas en Granada. En este sentido, la hipótesis de que su denominación actual derive de la repoblación durante los siglos XI y XII por parte de habitantes procedentes de la tierra de Oca, en Burgos, debe de ser tenida en cuenta. Ocaña es hoy un bello conjunto monumental, que pierde sus orígenes en el periodo prehistórico del Paleolítico mediosuperior, según nos han mostrado los yacimientos estudiados en toda la zona.

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Manuscrito morisco de Ocaña

Citando algunos acontecimientos de su historia podemos considerar los siguientes: El emir de Sevilla Ebn Abed dotó con Ocaña a su hija Zaida en 1082. Los árabes volvieron a adquirirla nuevamente, para poco después ser conquistada por Alfonso VI hacia el 1106. Su poblamiento se apoyó primeramente en el fuero de Oreja y en 1156 Alfonso VII le concede fuero. Más adelante, en 1173, la villa de Ocaña pasó a Tello Pérez de Meneses y a Pedro Gutiérrez


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Alfonso XI otorga en 1313 los tributos de Ocaña a la Orden de Santiago. Fue escenario de grandes acontecimientos como las cortes celebradas por Juan II y su hijo Enrique IV en los años 1422 y 1468/1469 respectivamente. Fue lugar de refugio de Isabel la Católica, exiliada de la Corte de su hermanastro Enrique IV; y donde encontró, en los caballeros ocañenses Gonzalo Chacón y Diego Gutiérrez de Cárdenas, Comendador de Santiago, a sus mayores valedores. Posteriormente, siendo ya Isabel reina, ambos gozaron de amplia influencia en la Corte. En 1499, los Reyes Católicos juraron a su nieto Miguel en la desaparecida Iglesia de San Pedro.

Fue repoblada con habitantes procedentes de la tierra de Oca, en Burgos. Poco después, en 1177 Tello Pérez de Meneses dona a la Orden de Calatrava la cuarta parte de Ocaña: «... quarta parte de tota occania...» Hay restos que avalan que Ocaña tuvo una importante comunidad judía o aljama, de tal importancia que las leyes del Fuero Juzgo, promulgadas en 1296 sobre la anulación de deudas de cristianos a judíos, disponían que no se aplicaran a esta localidad. Su judería en el siglo XV destaca como una de las más grandes del reino de Castilla, y en ella vivió el rabino y cabalista castellano Isaac de León. Esta herencia se refleja aún hoy en día en el nombre de algunas de sus calles

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Objetos árabes. Museo Arqueológico de Ocaña.


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Manuel Lรณpez Espino

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La compasión (del latín cumpassio, calco semántico o traducción del vocablo griego (sympathia), literalmente «sufrir juntos». Es un sentimiento humano que se manifiesta a partir y comprendiendo el sufrimiento de otro ser. Conocida como karuna en el budismo, La compasión está íntimamente ligada a la práctica budista de la liberación. Es la raíz de Buda porque los Budas nacen de la compasión, La compasión es la esencia de la vida espiritual y la práctica principal de aquellos que dedican su vida al logro de la iluminación. La compasión es una forma de empatía y afecto cuyo deseo es el alivio del sufrimiento de alguien. En ocasiones, deseamos que una persona se libere de su sufrimiento por motivos egoístas; esto ocurre a menudo en las relaciones basadas en el apego. Por ejemplo, si nuestro mejor amigo está enfermo o se siente deprimido, deseamos que se recupere lo antes posible para volver a disfrutar de su compañía, pero esto es un deseo egoísta, no es la verdadera compasión. Para sentir verdadera compasión debemos estimar a los demás. Aunque tenemos de forma innata cierto grado de compasión, es limitado y parcial. Cuando nuestros familiares y amigos están sufriendo, sentimos lástima por ellos con facilidad, pero nos resulta más difícil sentir lo mismo por las personas que nos resultan desagradables o por los desconocidos, y la compasión debe ser hacia todos los seres, no sólo hacia aquellos que notorios elegimos. El sentimiento de compasión se ha asociado a un sentimiento pasivo de lástima o pena ante la desgracia que nos produce el dolor de otro. Sin embargo, la solidaridad, como positiva actitud de generosidad y cuidado de los demás resulta psicológicamente incomprensible sin el motivo de la compasión.

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La autocompasión, el mirarnos hacia dentro con respecto a este sentimiento, se refiere a como nos comportamos con nosotros mismos cuando nos sentimos mal por algo que nos haya pasado por nuestra forma de actuar o pensar sin que haya terceros a los que culpar. Es bueno saber que tengo que ser compasivo con los otros pero sobre todo, con uno mismo. La compasión forma parte de los humanos, pero la cólera y el odio también, creo que estas emociones podríamos considerarlas secundarias, es decir, si tengo lo que quiero, si estoy estable, si estoy bien, tengo emociones “buenas”, como la compasión, el afecto y la generosidad, pero si me falta algo, si deseo algo de otro o me han rechazado o quitado algo, salen las emociones negativas, las que me hacen sentir mal, las que responden a la frustración de algo ajeno a mi mismo. Recordemos la frase:¨no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”. Cuanto mejor me sienta conmigo mismo, más compasivo seré, y cuanto más compasivo sea, más me llenaré de ayudar a los demás y de desearles lo mejor, ayudando a quitarles mal estar y sufrimiento. Es un principio que está en la base de las grandes religiones y que cuando el ser humano se ha centrado en él, mejor hemos convivido. Esto implica unas leyes donde se respete al ciudadano, donde haya un sentimiento de igualdad, de protección a la propiedad, a la pareja, la familia, donde se vea justo el castigo por robar o matar. Ante unas leyes justas, y un estado que las haga cumplir, el ciudadano será mejor persona y tendrá más compasión, más intención de ayudar y de hacer que los demás se sientan bien a su alrededor.

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Cuando no me siento protegido por el estado o considero que son injustas las leyes, tendemos a cerrarnos más en nosotros y a ser más egoístas, desaparece la compasión y veo a los otros como una amenaza. Esto demuestra que no depende solo de nosotros el cómo somos ni cómo actuamos, nuestro entorno nos marca más de lo que pensamos. Teniendo esta premisa en cuenta, la compasión es una de las cualidades más importantes en el ser humano puesto que está enfocada a como somos con los otros y cómo los percibimos. No es sólo un acto de generosidad, es una forma de llenarnos nosotros mismos, de sentirnos bien aliviando el sufrimiento del otro, sabiendo que el malestar es algo que nos perjudica a todos, no sólo al que lo padece, y de esa forma el bienestar de los otros también lo percibimos como algo negativo en nosotros. Aunque sea un concepto, en principio, religioso, que parece tener un enfoque de sacrificio por el prójimo, quiero que entendamos el concepto como algo bueno y satisfactorio en primer lugar para el que lo realiza, y en segundo lugar para el que lo recibe. Pensemos como humanos, con el principio básico de buscar la felicidad y nos daremos cuenta que el ser compasivo nos acerca más a ello que nos separa. Por desgracia, la psicología y las ciencias humanistas han cogido el concepto de la persona, como un ser egoísta y partimos de ello para entendernos y explicar nuestra civilización y formas de actuar. Ya desde los romanos, se decía:”El hombre es un lobo para el hombre” Plauto (250184 a.c.) frase que popularizó en el s. XVIII Thomas Hobbes, quien tenía

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un concepto muy pesimista del ser humano, considerándolo como seres egoístas, violentos y competitivos, sin ningún atisbo de bondad; que descubierto en cierta ocasión dando dinero a un mendigo, y al ser preguntado por ello, afirmó: “No lo hago para ayudarle, sino para aliviar mi propia angustia al ver su pobreza”. S. Freud dijo:”La civilización está permanentemente amenazada por la desintegración, debido a la hostilidad primaria del hombre”. El filósofo español Santayana, dijo que los impulsos generosos y de preocupación por los demás, son generalmente débiles, fugaces e inestables y si se escarba un poco por debajo de la superficie se encontrará un hombre feroz, obstinado y profundamente egoísta. Podría seguir poniendo ejemplos de grandes pen-

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sadores que han considerado al hombre, como el peor de los animales por sus sentimientos egoístas, pero también encontramos otros muchos que opinan y argumentan lo contrario, Hume, habla de las virtudes y bondades del ser humano, de una moral innata que nada tiene que ver con las religiones. Rousseau, considera que el hombre es bueno y nace bueno, y es la sociedad y el estado quienes lo corrompen, pensamiento divergente con el de Marx, que opina que el ser humano consigue, gracias a sentirse integrado en la sociedad, mejorar su autoestima y proyectar una imagen positiva de sí mismo y la forma fundamental es a través del trabajo. Parece claro que los seres humanos tenemos las dos semillas, las del bien y las del mal, y para desarrollar la compasión, debemos combinar una sociedad justa, con unas leyes que nos hagan sentir seguros, con opciones de desarrollar nuestros deseos y ganas de conseguir objetivos a través de un trabajo justo, junto con una educación que desarrolle mi potencial intelectual y mi moral.

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En la historia, ni en España ni en el exterior, nunca se había efectuado un Homenaje Universal al Idioma Español. Un idioma, el español que es la segunda lengua materna más hablada con más de 474 millones de personas, 6,7 % de la población mundial. Si añadimos las que lo tienen como segunda lengua y los que la estudian se eleva a más de 560 millones, el 7,9 % de la población. Actualmente estudian español como lengua extranjera más de 20 millones de alumnos en Estados Unidos. Los alumnos matriculados en cursos de español en el citado país, superan la suma de las otras lenguas, y la población hispana es superior a los 50 millones. Se calcula que en el 2050 EE.UU será el primer país hablante de español en el mundo. Por otra parte, el español es hoy la segunda lengua más importante en wikipedia. El 3% de publicaciones en ciencias y tecnologías del mundo son ya en español. Considero legítimo reivindicar el bilingüismo en la cultura científica. Más de un millón de turistas visitan España por motivo de estudios. El español junto al inglés son las lenguas más utilizadas por los diplomáticos en reuniones, y recepciones, desplazando el francés, como idioma de la diplomacia. Por todo ello y más razones, la Fundación Independiente con la especial colaboración de 39 instituciones y entidades promovió la convocatoria y organización del Homenaje Universal al Idioma Español. -2004/2017-.

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La presentación oficial del Homenaje Universal tuvo lugar en el Club Siglo XXI el 6/ XI/2014 con la intervención de 27 personalidades representantes de otras tantas instituciones y entidades. El solemne acto de clausura se celebró en el Congreso de los Diputados 29/VI/2015-. En él intervinieron 6 personalidades y lo clausuro su presidente D. Jesús Posada. Al citado acto asistieron más de 300 personalidades, y lo siguieron por streaming y redes sociales varios miles más. Inmediatamente, emprendimos la segunda fase de las gestiones, no fáciles, para la financiación de un libro que recogiera las importantes actividades desarrolladas durante el Homenaje Universal, enriquecido con más de 70 Testimonios de personalidades nacionales e internacionales, entre ellas las de diez Jefes de Estado que potenciaron el libro junto a los discursos de los galardonados con los Premios Cervantes, creados en 1976, y los trece Nobel de literatura en español.

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Publicado el libro sobre el Homenaje Universal a finales del 2015, iniciamos las gestiones para su presentación en España y en el mundo hispanoparlante. Durante un año el libro fue entregado a destacadas personalidades de todo el mundo, fue presentado en lugares emblemáticos de 10 países de tres continentes. El primer acto tuvo lugar, como era natural, en la Real Academia Española -1/III/2016-. Estuvo presidido por la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de la Presidencia, Dña. Soraya Sáenz de Santamaría, que estuvo acompañada por el Ministro de Educación, D. Íñigo Méndez de Vigo. Intervinieron en el acto, además de la Vicepresidenta, el Vicedirector de la RAE, D. José Manuel Sánchez Ron, y el presidente del Comité Ejecutivo del Homenaje Universal al Idioma Español y de la Fundación Independiente. Otros importantes actos fueron los celebrados en el: Palacio Presidencial de Malabo, Guinea Ecuatorial, 21/III/16, entrega del libro al Presidente, D. Teodoro Obiang; San José de Costa Rica, 4/ IV/16, entrega del libro al Presidente, D. Guillermo Solís; Santa Sede, 4/V/16, entrega del libro al Papa Francisco; Congreso de los Diputados. Madrid. 2/ II/17, entrega del libro a la Presidenta del Congreso, Dña. Ana Pastor; y Palacio de la Zarzuela. Madrid, 2/III/17, entrega del libro a S.M. el Rey Felipe VI.

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Actos de presentación del libro, entre otros: Instituto Cervantes. Nueva York, 31/V/16; IV Congreso Internacional del “Español y el Emprendimiento”, Salamanca, 8/VII/16; y IV Congreso Internacional de la Asociación Europea de Profesores de Español, Palencia, 29/VII/16. Los dos últimos actos celebrados fueron el pasado noviembre: en Tokio los días 22 y 23, y en el Consejo de Estado, en Madrid, el día 30. Considero, que la entrega del libro a S.M. el Rey Felipe VI, Jefe del Estado Español, en el transcurso de la Audiencia al Comité Ejecutivo del Homenaje Universal al Idioma Español, en el Palacio de La Zarzuela, considero fue un acto de gran importancia y trascendencia. Para mí, que hice entrega del libro a S.M. y pronuncie unas palabras, resulto de gran emotividad y satisfacción, al tiempo que brillante culminación del primer homenaje universal que se ha efectuado al español, esencial nexo de unión entre todos los españoles, y de nuestra máxima proyección en el mundo. En memorable intervención de S.M. el Rey Felipe VI, en el acto de clausura del proyecto de la Fundación Telefónica "El valor económico del español", -13/II/17-, dijo: “Debemos subrayar que el alcance del español supera incluso las extraordinarias dimensiones del espacio estrictamente hispanohablante. De hecho, en la actualidad son 567 millones las personas que lo hablan en todo el mundo; y las previsiones para 2050 anticipan una cifra superior a los 750 millones. El español goza de una muy buena salud, y ha llegado al siglo XXI fortalecido. Esto es así porque ha superado con éxito tres grandes desafíos: sobrevivir al paso del

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tiempo, rebasar las limitaciones geográficas, y mantener su unidad dentro de la diversidad”. Hemos de sentirnos orgullosos del español, y este sentimiento manifestarlo. Invertir en él y valorizarlo, muy especialmente en las áreas de la educación, la cultura, el conocimiento, la comunicación y los negocios. Todos debemos trabajar y estar vigilantes para que las instituciones educativas y culturales, permanentemente, presten máxima atención por su pureza y su promoción. Hemos de proponer y desarrollar planes de sensibilización dirigidos a los profesionales del idioma, medios de comunicación, escuelas, universidades, centros de negocios,… Mejoremos y aumentemos la presencia del español en la sociedad de la información y en el sector de las nuevas tecnologías mediante la creación de un mayor número de artículos científicos y técnicos. En conclusión, todos podemos y debemos fomentar el amor a nuestro idioma, el español, parte esencial de nuestro ADN, desde que los niños inician su educación.

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Dos imรกgenes para un fotรณgrafo

Gerardo P

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PiĂąa-Rosales

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Javier Ubach Belluga

Samdama, Sam, nació en una aldea a la orilla del marfileño río Komoé y al igual que éste, su vida se encontraba en peligro debido a las precarias condiciones de vida que padecía. La corrupción atenazaba todas las estructuras del país africano, de hecho gran parte de los ingresos provenientes del comercio de cacao iban a parar a los bolsillos de los dirigentes. Existía una enorme desigualdad entre los beneficios que obtenían los agricultores y el de las empresas o el propio estado que explotaban las plantaciones, así que Sam tomó la decisión de dejar atrás a su familia y cruzar medio continente hasta llegar a Francia, donde creyó que quizá gracias al conocimiento del idioma tendría más posibilidades de conseguir un empleo. Pero la crisis económica que se extendía por todo el mundo le perjudicó en su andadura, decidiendo viajar entonces a Alemania, concretamente a la ciudad de Düsseldorf, puesto que allí cono-

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Komoe

cía a un compatriota suyo. Los primeros meses subsistió hacinado junto a otras personas en apenas unos pocos metros cuadrados, para al final terminar viviendo bajo uno de los numerosos puentes por los que discurría el caudaloso Rhin. Cobijado bajo sus húmedos pilares, contemplaba cada noche extasiado las luces de las mansiones que iluminaban la orilla opuesta. Aquel territorio estaba vetado para los inmigrantes, puesto que el río marcaba la frontera natural entre la riqueza del barrio de Oberkassel y la miseria de los ocupantes del otro lado. Ni la falta de oportunidades ni el intenso frío germano le hicieron desfallecer en su intento, así que con el río de guía espiritual, se embarcó como polizón a

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través de la autopista fluvial para probar suerte en la siguiente ciudad teutona, Colonia. En los alrededores de su impresionante catedral Sam vagó sin rumbo fijo, hasta que como si de un tótem se tratase, divisó junto al Rhin un edificio que simulaba la forma de un barco. Era la Fábrica y Museo del Chocolate, en cuyo interior se ocultaba su preciado tesoro: un invernadero con plantas de cacao. A Sam le recordaba su tierra natal, pero también al duro trabajo soportado durante tantos años; una labor que aunque no fue justamente remunerada, a él le hacía sentir cierta nostalgia. Sin embargo, en esta ocasión el azar jugó a su favor al permitirle obtener un empleo temporal limpiando el museo. Incluso con el tiempo logró hacerse cargo del mantenimiento y cuidado del invernadero, dada su experiencia y conocimiento en el cultivo del fruto. Cuando parecía que el destino iba a ser benévolo con Sam, la Fábrica quebró por la corrupción de sus dirigentes. Esta circunstancia y la ausencia de su familia le hicieron volver a su hogar, donde con el dinero ahorrado decidió crear una cooperativa de agricultores y campesinos. Hoy en día esta cooperativa de pequeños productores produce y comercia un cacao de gran calidad a un precio más justo, proporcionando un empleo digno y bien remunerado a multitud de personas. Es el comienzo del cambio…

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El río Rhin.


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Museo del Chocolate

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Monasterios y Castillos

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El nombre de Muro de Roda ya nos indica que se trata de una fortaleza situada a más de mil metros de altitud. Sus datos se pierden en el transcurso de los años, sus cansadas murallas datan del siglo XI mandadas construir por el rey de Navarra Sancho III el Mayor, que por aquellos años era el dueño de esta zona. Se trata de una fortaleza con una iglesia románica de tres naves y cripta. En otro tiempo fue cabecera política, religiosa y militar del Valle de Fueva. Testigo de buena parte de la historia Aragonesa

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Un lugar para visitar

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A finales del siglo XIX, numerosos exploradores europeos se adentraron en Asia Central siguiendo el rastro de la antigua Ruta de la Seda. Hombres como el sueco Sven Hedin exploraron los desiertos de Gobi y Taklamakán y hallaron restos de antiguas ciudades, estatuillas, monedas y manuscritos escritos en lenguas diversas, como el sánscrito, el chino o el tibetano. Uno de estos exploradores fue Aurel Stein, un erudito británico de origen húngaro que en 1888, cuando tenía 26 años, se instaló en Lahore (actual Pakistán) para estudiar la literatura sánscrita. Entre 1899 y 1915, Stein realizó tres expediciones por China occidental siguiendo el rastro de la antigua ruta caravanera. Fue a la vuelta del primero de estos viajes cuando oyó hablar de unas cuevas budistas de gran belleza y que ocultaban en su interior un increíble tesoro en manuscritos antiguos. El lugar se llamaba Mogao o Mogaoku, «cuevas incomparables», aunque popularmente era conocido como las cuevas de los Mil Budas. El explorador decidió que se dirigiría allí en su nuevo viaje.

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Mogao, en la actual provincia china de Sinkiang, está situado a 19 kilómetros de Dunhuang, un antiguo oasis de la Ruta de la Seda. En el año 366, un monje budista llamado Yuezun tuvo allí una visión mística de mil budas de oro que brillaban sobre un desfiladero y a continuación excavó una pequeña celda de meditación. Siguiendo su ejemplo, hasta el siglo XIV muchos otros monjes fueron excavando grutas a lo largo de aquel risco, de kilómetro y medio de longitud y unos 30 metros de altura. En total, se horadaron casi 800 cuevas, que fueron adornándose con numerosas esculturas y espléndidas pinturas murales. El extraordinario patrimonio de Mogao, está formado por miles de manuscritos, 46.000 metros cuadrados de pinturas murales y más de 2.000 esculturas.

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Miguel Romero, nos p

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presenta su poemario

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Vientos del Verso es un poemar io donde los vientos, esas corrientes de aire, transitan por los versos, levantan polvaredas y atraviesan la realidad para hacernos libres y críticos. Esos vientos, también nos envuelven de sentimientos íntimos que emocionan, y en otras ocasiones, remueven ideas. Todo ello acontece en las tres partes en que se divide la obra, Vientos de Levante, Vientos del Sur y Vientos Plácidos. El bello prólogo “Ecos de Mesura” realizado por la poeta jienense Rocío Biedma, nos muestra la minuciosidad con la que la prologuista ha tratado este poemario, recreando en unas líneas exquisitas, la lírica que el autor nos suspira. Este tercer libro de poemas de Antonio Portillo Casado, nos lleva a sentir cómo alcanza su madurez poética.

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DEBEMOS FELICITARNOS POR LLEGAR AL Nº 93 CON UN AUMENTO CONSTANTE DE LA TIRADA. Esta revista llega a más de 244.000 correos electrónicos La Alcazaba no se hace responsable de los escritos de sus colaboradores

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