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Donde gimen los ocasos -
* TÚ Y YO FUIMOS ESA NADA *
Nadie se da cuenta...
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que cada día que pasa se pierde la vida, deseando mil riquezas día a día, al final... nada sirve, todo es innecesario, pura fantasía.
Nadie se da cuenta...
Que Dios se aburrió de ver tanta algarabía, por cosas sin valor esenciales para la vida, que él, no nos perdonará como dice la Biblia.
Nadie se da cuenta...
Que Jesús fue humilde y se llenó de sabiduría desde sus 13 años hasta el final de sus días, que sus vestiduras no engalanaban riquezas, que era uno más, predicando lo que él creía.
Nadie se da cuenta...
Que hoy hablan de conquistar el espacio, pero solo unos pocos llegarán algún día, mientras acá la tierra endeble, gime dolorida.
Nadie se da cuenta...
Que los hombres considerados sabios, no saben de donde viene la nada, ni cuantas nadas existen todavía.
Nadie se da cuenta...
Que el Big Ban no surgió de la nada, pues eso llamado "la nada" ya existía, Dios fue la nada, la materia y la energía Nadie se da cuenta...
Que tú y yo fuimos esa nada, inexistente, dos puntos imperceptibles en el infinito, pero hoy somos almas palpitando unidas.
Nadie se da cuenta...
Que a pesar de todo lo malo del mundo, lo bueno es... que te amo más cada día.
* TÚ Y YO SOMOS EL COMIENZO *
Si supieras que nunca te esperé, porque siempre estuviste a mi lado, fueron días, fueron meses y muchos años, caminando juntos como dos enamorados.
Cuántas veces te reclinabas al acaso, mirándome a los ojos en un gran abrazo, cuantas veces nos mentimos el cansancio, para trascender juntos a todo horario.
Inventamos un lugar para poder amarnos, con la simplicidad de la virtud consagrada, en un humilde pecado... tus te amo enamorada mis te adoro enamorado... hasta saciarnos.
Cuántas veces devoraré el manjar de tu boca, para alimentar el animal que llevo dentro, cuántas veces me esculpirás con tu orgullo, el frenesí que palpita dentro del pecho.
Solo Él... el Hacedor de todo el universo, sabe de nuestras almas, cuál será su tiempo, pero no importa, tú y yo somos el comienzo. y como siempre... dando amor en versos.
* UN DÍA DE MI VIDA *
Ay ! señora yo la quiero desde el corazón, entre aroma de tomillos y hojas de laurel, la adoro con el alma más allá de la razón, donde la acritud de mi boca le sabe a miel.
Ay ! señora yo la quiero en cada mediodía, cuando beso la vida en las uvas de su copa, y a sorbos bebo la música de la ambrosía, que llega escrita por su mano en cada nota.
Ay ! señora yo la quiero con todo mi ser, en un día de mi vida más allá de la razón, en el pan de cada día, en el beso de mujer cuando llueve la alegría o duele el corazón.
En un día de mi vida, escapando del ayer, con el alma sufriendo en el abismo del dolor, por lágrimas vertidas en su llanto de mujer, es cuando más la quiero... con todo mi amor
Primero tus ojos, después la palabra, Primero tu boca, después la mirada.
Te busque en los retazos de mis días, entre almas que dulcemente florecían.
Te busque en los contornos de mis huesos, profanados por tu boca y ambrosías.
De tanto buscarte llegó el verano, enero se vistió de hermosos colores, sopló la brisa de un mar enamorado, navegaron en el sueño los corazones.
Si ese sueño no hubiera naufragado, estaríamos gloriosamente juntos todavía. La duda es... si debimos soñar menos? y haber vivido a pleno nuestras vidas.
Si ese sueño regresara, cosa que dudo, me arrastraría sin importar lo prematuro, y me entregaría a todos tus conjuros.
Tengo un pequeño regalo para ti... tómalo, desprende la cinta de mis dedos, abre mis manos y toma todos mis sueños; en ellos encontraras caminos de un te amo, de un te quiero...
Es que te quiero desde mis ojos, desde la punta de mis dedos, donde se estiran mis besos como el adiós de un pañuelo. Te amo y te quiero por dentro, donde se guardan los días con sus mejores momentos.
Te amo en las espigas de un verso, de un poema jamás terminado que aún por ti está floreciendo, como ese hijo tuyo y mío que en el alma está creciendo.
Te amo y te quiero a mi modo, con las realidades sublimes y con mis sueños de gnomos.
¡¡Ven
!! amor...
Desprende la cinta de mis dedos, hallarás en la cuenca de las manos: un arco iris con el brillo de tus ojos, donde habitan todos los sueños con mis te amo y mis te quiero.