suplemento cultura 20 de febrero de 2011

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■ MAR DEL PLATA ■ DOMINGO 20 DE FEBRERO DE 2011

IDA Y VUELTA: cultura@lacapitalmdq.com.ar

LOS MUSEOS CONTEMPORANEOS INTENTAN FOMENTAR LA INTERACCION CON EL ESPECTADOR

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partir de los nuevos escenarios impuestos por la expansión tecnológica y los cambios en la percepción del tiempo, los museos contemporáneos deben hallar un nuevo paradigma que deseche las miradas clausuradas y propicie una mayor interacción con el espectador, sostiene el especialista en gestión cultural Américo Castilla, compilador del volumen ‘El museo en escena’. En la flamante obra, editada por el sello Paidós, el equipo de investigadores de arte comandado por Castilla -integrado por Néstor Gargía Canclini y Laura Malosetti Costa, entre otros- reflexiona sobre las singularidades de la relación entre los museos y las sociedades, y ofrece un recorrido por los museos más emblemáticos de América latina desde su creación hasta la actualidad.

FUNCION CAMBIANTE El ex director del Museo Nacional de Bellas Artes y ex director de Patrimonio y Museos de la Secretaría de Cultura, destacó que los museos deben funcionar hoy como ‘‘creadores de nuevos sentidos’’ y criticó a los espacios dedicados al arte, porque muchas veces ‘‘hacen un excesivo hincapié en la ponderación del valor comercial de una obra y eclipsan otros parámetros de valoración tanto o más importantes que ese’’. -¿A medida que se fue complejizando, la sociedad cambió sus expectativas y demandas acerca de los museos? -Sí, mucho. La función de los museos en el mundo ha cambiado. En los últimos años los museos han estado atentos a la demanda de un público que tiene nuevas expectativas y está acostumbrado a intervenir en los procesos de comunicación a partir de su relación habitual con Internet y la telefonía móvil, o sea que no es el público que en el pasado funcionaba como un receptor pasivo de los mensajes que producía el museo. Hoy se busca que los museos sean una institución que pueda mediar entre ciudadanos que habitan lugares distantes entre sí. Es, sin dudas, un artefacto de mediación donde ya no hay un emisor de un mensaje que busca darle un último significado a las conexiones. -En esa línea, los requisitos centrales para delinear la programación de un museo serían la interacción activa con el público y la búsqueda continua de nuevos significados... -La idea es funcionar en un sentido inverso a los parques temáticos,

Buscando un nuevo paradigma Américo Castilla reflexiona sobre la relación entre estas instituciones y la gente, al mismo tiempo que brinda un recorrido por las colecciones más emblemáticas de América latina. convivencia que hay en el mundo, debe poner en evidencia esa problemática. UN VALOR CONSTANTE

Américo Castilla.

adonde uno va a confirmar los prejuicios que tiene acerca de algo. Lugares como Tierra Santa, que funciona en la Costanera Norte, reproducen los mitos que circulan sobre un tema y trabajan sobre un discurso lleno de lugares comunes que no aportan nada. Hoy en día el museo no busca ratificar pre-conceptos sino, por el contrario, crear un ambiente extraordinario de comunicación y facilitar alternativas para comparar lo que uno sabe con lo que otra gente sabe. Igual, vale aclarar que el museo no es el lugar apro-

piado para adquirir información eso se puede hacer fácilmente por Internet- sino para cotejar la información disponible y abrirse a nuevas experiencias sensoriales. Una institución de estas características no debe ser un lugar necesariamente complaciente. Debe ser un sitio para divertirse, entretenerse, pero también no tiene que eludir los temas urticantes. Si hay un problema social, hay que exponer las múltiples versiones del conflicto. Por ejemplo, un museo de antropología, con todas las dificultades de

-Los museos plantean una línea de tiempo que grafica la transformación de un objeto o disciplina a través del tiempo ¿Cómo alteraron esta perspectiva los cambios registrados en las últimas décadas acerca de la percepción del tiempo? -En todos los museos siempre hay un esfuerzo por mostrar esa línea de tiempo. Lo más difícil es lograr que un visitante ante un dinosaurio y una línea que dice ‘‘esto existió hace millones de años atrás y antes de esto hubo tantos otros millones de años’’ es de muy difícil la comunicación. Algunos museos resuelven esta complejidad graficando algo en el piso y haciendo caminar para darse cuenta cuál es la distancia entre una época y otro. A eso se le suma que la noción del tiempo en estos días ha cambiado considerablemente. Hoy uno puede apresar más acciones y vivir de un modo que llevaría tres vidas en el pasado. Eso se refleja en los medios de comunicación. Muchos museos dan la posibilidad de tomar desde su página web la visita guiada y trasladarla al teléfono celular, para luego ir al museo y corrobar aquello que se había capturado previamente a partir de la web. -Los museos de arte tienen una visibilidad que no han logrado en general su pares de historia o antropología y son los que siempre

atraen las mayores inversiones ¿La valoración de mercado de una obra y la ponderación que hacen de ella los investigadores del arte, son compatibles? -El valor comercial de una obra es un indicador más, pero como está planteado hoy parece el único. En el Museo Fortabat, por ejemplo, tienen dos piezas que son las que más valen: una de Turner y otra de Brueghel. De la manera en que están exhibidos, ambos con un cristal de cinco milímetros delante para impedir que la gente los toque (algo que no ocurre con el resto de las obras expuestas) lo que está diciendo es: ‘‘Ojo, que esto vale mucho’’. Ese señalamiento hace que prepondere el valor comercial sobre otros parámetros. Tal como mencioné anteriormente -acerca de los parques temáticos- esa diferenciación en la protección de una obra viene a corrobar un prejuicio: ‘‘esto vale’’, se intenta decir. ‘‘Hay una distancia entre el valor real y simbólico de esta obra y el espectador. Yo creo que todos los cuadros deberían estar protegidos del vandalismo y no acentuarse un valor económico sobre otro. Este fenómeno se vincula con otro que tiene que ver con la búsqueda -por parte de los directores de museos de artede arquitectos famosos para diseñar sus edificios, que suelen ser emplazados en sitios urbanos que antes estaban reservados a las catedrales. Con esto quiero marcar que hoy se le da un valor simbólico al museo de arte en la planta urbana que antes estaba lejos de tener. Tiene que ver con esa idea de incorporar al museo de arte como el centro de la innovación ■

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky (*)

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¿Qué error le molesta más advertir en un texto literario y cuál es el último que halló en el libro que está leyendo o que acaba de leer? -No leo para detectar errores. No me considero maestro de nadie, ni siquiera de mi mismo.

Leo para aprender, para imaginar, para que me guste y no para corregir. Leo a favor pero eso sí, les doy chance a los libros hasta la página 57, si a esa altura no me enganché los abandono en silencio y no sin cierta pena y paso a otro.

(*) Carlos Ulanovsky nació en Buenos Aires en 1943 y es periodista desde 1963. Trabajó en numerosos diarios y revistas en los que con frecuencia desarrolla la temática de los medios de comunicación y su crítica. Es autor de los libros TV Guía Negra (con Sylvina Walger), TV Argentina 25 años después, Días de radio (con Marta Merkin, Juan José Panno y Gabriela Tijman), Paren las rotativas, y Estamos en el aire, entre otros. El jueves que viene estará en Mar del Plata para presentar “Tato”, un libro sobre el gran Tato Bores que incluye fotografías. Charlará con el público a partir de las 21 en el hotel de Paso y la costa, dentro del ciclo Verano Planeta.


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Detrás de los colores por Agustín Marangoni

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a obra de José María Casas no puede, o no debe, dividirse en etapas; es más preciso leerla en momentos. Desde sus inicios hace equilibrio en una línea abstracta que fue variando en la intensidad de los trazos, en el formato y en la complejidad de las composiciones. Pero siempre fue abstracta. El punto quiebre de sus obras descansa en el trabajo cromático y en la experimentación con los materiales, no son paréntesis estéticos que comienzan y terminan: es una obra, una misma obra que evoluciona. En su última muestra Satori + 30/109, que tiene lugar en Ciudad Cultural Ñ - La Normandina (Mar del Plata, Roca y La costa), no tuvo mejor idea que meter mano en el proceso creativo y mostrar lo que el espectador no puede ver, por ejemplo la plasticidad de sus cuadros a medida que se van gestando, exhibe con fotografías (planos detalle muy inocentes pero al mismo tiempo de gran potencia) aquello que hasta ahora sucedía únicamente en la intimidad de su taller. Muestra un momento que separa una nueva variable para conti-

nuar experimentando, para sumar a ese proceso evolutivo que, a fin de cuentas, es su propia obra. La muestra se divide en tres: por un lado las fotografías, por el otro dos obras de gran formato trabajadas di-

rectamente sobre madera, que son de la misma serie que las que fueron fotografiadas, y el video titulado 30/109, en alusión al opus 109 de Ludwig van Beethoven. Casas fue disparando manchas, mientras, una cámara registró el movimiento de los colores; con ese material y el opus, el diseñador Emiliano Montani realizó la edición. El resultado es esta curiosa pieza audiovisual que se puede ver y escuchar en un pequeño televisor de tubo ubicado sobre una mesita de luz, simpáticamente convertida en un Two auténtico. La inclusión de este material no es casual, encaja con el concepto eje de la muestra: también invita (o directamente empuja) al espectador a que observe el durante. Hay algo más. La muestra es un todo. Tanto el video como las fotografías son armónicas con esa tan trabajada evolución, no están incrustadas, no son manotazos de un artista ahogado en la repetición: siguen siendo un José María Casas, lo cual es, probablemente, el mayor mérito de su producción artística ■

UN CLARO APORTE PARA UNA NECESIDAD ACUCIANTE

Renewable Energy - Facts and Fantasies Craig Shields Clean Energy Press, 315 páginas, 2010 por Alejandro Manrique

Cuando Craig Shields, físico y consultor en temas de energía y transporte de los Estados Unidos, publicó el año pasado su libro “Renewable Energy Facts and Fantasies: The Tough Realities as Revealed in Interviews with 25 Subject Matter Experts”, no pensó que alcanzaría una gran repercusión y se convertiría en un notable éxito de ventas. Fue así que decidió llegar a una audiencia mayor y ponerlo a disposición en formato electrónico y de manera gratuita a través del portal “2GreenEnergy”, sitio web dedicado a nuevas tecnologías en el sector de la energía y del cual es editor. En su trabajo, basado en unas 25 entrevistas a destacados analistas, expertos e investigadores mundiales en el tema energético, Shields intenta separar lo real de lo ficticio y destaca la compleja realidad representada por las fortalezas económicas, políticas y tecnológicas que intervienen en la transición de los combustibles fósiles a energías que no contaminen. Esos factores, de acuerdo con los reparos de muchos de los expertos entrevistados, serían clave en el proceso de conversión que afecta a la industria de la energía a nivel mundial. Las dificultades no son únicamente un desafío de índole técnica: al contrario de lo que podría pensarse, no sólo la industria del petróleo sería la causante principal del estado actual de las circunstancias. Shields expresa con cierto sinsabor: “La verdad es que la industria de la energía se

enfrenta a una difícil realidad en varias formas, no solamente la velocidad del cambio tecnológico, sino algo más importante que es la fuerza opositora de los intereses con poderosos beneficios”. Si bien muchos de los tópicos abordados representan asuntos propios de los Estados Unidos, las tecnologías asociadas a las energías renovables en desarrollo en el mundo son comunes. Un interesante apéndice con los términos usados en la obra, así como esenciales conceptos de la física que hacen a la temática, aparece en el final del volumen. Los interesados en el tema, pueden obtener el texto sin costo alguno desde: http://2green e n e r g y. c o m /renewable-energy-facts-fantasies-ebook/ Ante la perspectiva que en las próximas dos décadas la energía que se necesitará en el planeta será un 60 por ciento más que la que se consume actualmente, el autor especula

con las posibles formas que tomarán las energías renovables en el futuro, de modo que cumplan con la premisa ecológica, económica y de seguridad. E insta a que los individuos insistan ante sus dirigentes en todos los niveles para que asuman el desafío y los riesgos políticos con el fin de encaminarnos definitivamente hacia las energías no contaminantes ■

“El turismo en Argentina”, documental de Xian-Wu por Sebastián Chilano sebastianchilano.blogspot.com

Salieron del local. Dejaron propina y caminaron a un bar de la calle Corrientes que decía “Abierto las 24 hs”. Entraron. Se sentaron y recién entonces notaron que el mozo tenía un trapo en la cabeza, que apretaba fuerte, como ocultando una herida. Se acercó un hombre y les dijo: –Nos acaban de asaltar. Si se quedan van a tener que salir de testigos. –Pero nosotros no vimos nada, ni siquiera estábamos... –dijo René Conforti. –Yo eso te lo entiendo. Por eso te vengo a decir. Para que te vayas. Porque la policía no te lo va a entender. Se levantaron y salieron. A Márquez le pareció ver que los hombres dentro del bar se reían. Y que algo extraño sucedía detrás de una cortina. –Sí –confirmó René Conforti–. Nos estaban filmando. Oí que es algo común en Capital. Con tanto turista, toman escenas de cafés, hoteles, cines, teatros, bancos y después las cortan y pegan en distintas películas, series, documentales, lo que sea... –Cine de autor –dijo Márquez. –No sólo de autor, también pornográfico, y de grandes estudios. –Me estás cargando. –No, en serio. Si una sobrina mía salió en la película esta que ganó el Oscar, ¿cómo se llama? Esa de los ojos. –¿El secreto de sus ojos? –aventuró Márquez que de cine sabía poco y nada. –¡Esa! ¡Esa! Y mi sobrina ni siquiera participó del casting. Es contadora pública nacional. –¿Y cómo apareció en la película? –Porque una tarde acompañó a su novio a la cancha y se robaron la filmación de la televisión. En la escena de la tribuna. Minuto 60 y algo, cuando volvamos a Mar del Plata vemos la película y te muestro una foto de mi sobrina, es de no creer... –La verdad que no. Márquez se detuvo frente a otro café que decía “abierto todo el día”. René Conforti lo siguió. Antes de sentarse, Márquez llamó al mozo: –¿No robaron acá, no? –preguntó. –Todavía no –dijo el mozo–. Pero eso nunca se sabe. –Bueno, esperemos que no. Traéme un café. ¿Y para vos? –Un cortado, americano –pidió René Conforti. Se sentaron sin hablar por un rato. Márquez revolvía el café y René Conforti jugaba con un sobre de azúcar cerrado. –¿Qué estás pensado? –quiso saber Márquez. –Estaba tratando de entender qué relación hay entre la telefonista, el Diablo y el profesor Ham. ¿Vos en qué pensabas? –Que no le creo a tu sobrina. No creo que sea ella la de la tribuna. Debe ser alguien muy parecida, pero no ella. –Yo mismo la vi –se defendió René Conforti–. Esa escena todo el mundo piensa que la filmaron en la cancha de Racing, pero no es así. Fue en la cancha de Huracán. –Eso no importa, lo que importa es que los hinchas eran actores contratados, a eso voy. Todos extras que seguro usaron para la filmación, como se hace en cualquier película… –No, no, no –no sólo lo repitió con la voz sino que cada negación René Conforti la acompañó con el movimiento oscilante de la mano y el dedo índice extendido–. Mezclaron escenas de estudio con otras reales. Vos no me creés, pero ya vas a ver cuando salgas en un documental chino sobre Argentina, ya vas a ver ■

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky

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¿Qué situación de su vida cotidiana encontró reflejada con sorpresiva exactitud en un libro, una película, una canción o cualquier otra obra de arte? -Llevo anotadas cantidades de frases de películas de

Woody Allen, de los hermanos Marx (especialmente dichas por Groucho), poemas de Benedetti y de Sasturain, textitos de Galeano. Pero no lo hago como representación o reiteración de mi vida sino porque ciertas cosas que escucho o leo

me provocan sincera admiración e inspiración. Por otro lado, debería pensar demasiado para consentir que alguna situación de mi vida cotidiana hubiera merecido convertirse en una escena de película.


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EL DRAMATURGO REESCRIBE OBRAS DE CLASICOS DEL NIVEL DE IBSEN Y CHEJOV

Daniel Veronese: al rescate El teatro San Martín presenta una retrospectiva de cuatro de sus obras, entre ellas ‘Espía a una mujer que se mata’ y su versión de ‘Tío Vania’, muy aplaudida en el Festival Chéjov de Moscú. Prepara ‘Un tranvía llamado deseo’ y ‘¿Quién le teme a Virginia Woolf?’ para Buenos Aires y España.

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uando llega a la entrevista con La Prensa, en la confitería de la esquina del teatro San Martín, lo primero que dice Daniel Veronese es que al terminar el ensayo del día, le comentó a su mujer (María Figueras, actriz de varias de sus piezas, con la que tiene una pequeña hija) que hace veinte años le hicieron la primera nota para este diario. Para el dramaturgo y director volver a la sala de Corrientes al 1500 con cuatro de sus piezas es una gratificación. En ese complejo teatral se formó como titiritero, junto al grupo que dirigía Ariel Bufano. Años después estudió dramaturgia con Mauricio Kartun y con dos de sus compañeros fundaron ‘El Periférico de Objetos’, una compañía de vanguardia que le otorgó un nuevo valor dramático a los títeres. Hoy, cada uno de ellos sigue su propio camino, pero nos ‘‘une una misma ideología artística, hacer teatro pensando siempre en el espectador y que éste no se aburra, por eso siempre es necesario sorprenderlo y para eso hay que imaginar situaciones inesperadas’’, dice el director y dramaturgo. Este es uno de los secretos de por qué el teatro de Veronese es reclamado en cuánto festival se haga por el mundo.

DE ACA Y EUROPA Daniel Veronese es un artista que podría decirse tiene trabajo para los dos próximos años. En los meses siguientes dará a conocer sus versiones de ‘La gaviota’ de Chéjov, en el teatro San Martín, en coproducción con el Festival de Otoño de París y el Centro Cultural Niemeyer de Asturias, España, países a los que llevará la pieza luego de su estreno porteño. Le sigue ‘Un tranvía llamado deseo’, de Tennessee Williams con Diego Peretti y Erica Rivas, en Buenos Aires, y con elenco catalán, en Barcelona, estrenará ‘¿Quién le teme a Virginia Woolf?’. Luego acompañará a su equipo de actores en gira por el mundo, en el que aún le quedan pocos países por visitar. Ya estuvo en Europa, Estados Unidos, Corea y Japón, aún lo espera

Africa y China. Su retrospectiva en el San Martín incluye cuatro piezas: ‘El desarrollo de la civilización venidera’ (versión libre de ‘Casa de muñecas’ de Ibsen), ‘Todos los grandes gobiernos han evitado el teatro íntimo’ (versión libre de ‘Hedda Gabler’ también de Ibsen), ‘Espía a una mujer que se mata’ (sobre ‘Tío Vania’ de Chéjov) y ‘Mujeres soñaron caballos’. A Veronese prácticamente ya no le quedan ni artistas famosos, ni escenarios porteños a los que aspirar. Dirigió a Alfredo Alcón, Guillermo Francella y Oscar Martínez. Estrenó en el Cervantes y en la sala Martín Coronado presentó con ‘El Periférico de Objetos’, ‘Monteverdi, Método Bélico’. ‘‘ ‘La gaviota’ va a ir a la sala Casacuberta, no a la Co- Daniel Veronese asume el desafío de adaptar a Antón Chéjov y ronado porque ese es un escenario a Tennessee Williams. para un gran despliegue y mis obras son más íntimas, tratan más mos sólo dos escenografías’’. más. Tal vez más adelante elija a del interior de los personajes, que otro autor ruso, como Fiodor Dosdel exterior’’, opina con firmeza el AUTOR PERFECTO toievski, a los que siento muy cerdirector—dramaturgo. canos. En Ucrania visité la casa en Cuando se le pregunta el por Al referirse a uno de sus autores la que vivió Chéjov sus últimos qué de esas obras y no otras para su predilectos como Antón Chéjov, años y fue muy emotivo. mini-retrospectivas en el San Mar- Veronese comenta que ‘Tío Vania’ -¿Cómo va a ser la versión suya tín, señala que ‘‘son algunas de mis y ‘La gaviota’ son piezas perfectas de ‘La gaviota’? ¿Va a conservar últimas piezas que han viajado para trabajar. La primera es un cu- su dosis de melancólica y trágica mucho y me pareció un buen cie- lebrón y ‘La gaviota’ es una trage- poesía? rre para despedirme de ellas. La que dia poética, melancólica’. Creo -La melancolía es algo que puequedó afuera es ‘Un hombre que se que con estas dos piezas, se me ago- de existir dentro de un gran desahoga’, la versión que hice de ‘Tres taron las grandes historias de este pliegue festivo, eso ocurre con ‘Tío hermanas’ de Chéjov y eso se debe autor. Sus relatos son como un vi- Vania’. Sus personajes parecen a una resolución escenográfica, no muy añejo que tenés guardado marcados por un entorno de tristeporque para las cuatro, emplea- y una vez que se termina no se hace za, de pobreza, sin embargo es una historia con un gran dinamismo. Hay distintas formas de mostrar la melancolía, la muerte en el escenario, lo que no voy a mostrar son espacios bucólicos. Mi intención como en todas las piezas, es apuntar a una intensa teatralidad. ‘La gaviota’ habla del teatro, tiene humor. Es una comedia dramática, con un final maravilloso que la gente conoce y me gustaría ‘torcerle el brazo’ y mostrarles otro final. -¿Se animaría a modificar el final de ‘La gaviota’ al reescribir la pieza? -Sí, claro. Sí encuentro algo más orgánico me parece válido. Su final es como un cierre esperado. Así como en ‘Tío Vania’ incluí una escena de ‘Las criadas’ de Jean Genet, María Figueras y Carlos Portaluppi en ‘El desarrollo de la acá haría algo similar. Hasta ahora

no encontré una idea superior, a lo propuesto por el autor. Siempre fui fiel a la esencia de las piezas que reescribí y Chéjov es un autor mayúsculo, por eso me nutro de él. Necesito entender la dramaticidad de sus obras. Estoy seguro que si él estuviera vivo y viera sus obras, las reescribiría. Por eso digo que lo mío es hacer versiones de sus obras, con mi propio punto de vista. Necesito darle mayor vitalidad a una teatralidad gastada, quitar esas escenas armadas, con soliloquios, informativas. Mi teatro tiene que estar ‘vivo’. MIRADA A WILLIAMS -¿‘Un tranvía llamado deseo’, la reescribió o hizo una versión escénica nueva? -Hice una adaptación y creo que Diego Peretti y Erica Rivas, van a estar muy bien. Confío en que al verla la gente no tenga presente la película con Marlon Brando y Vivien Leigh, por qué la pregunta es ¿quién puede hacer el papel de Kowalski hoy? Quizás Javier Bardem. Es todo un desafío hacerla. -¿Qué le atrae de la obra de Williams? -Acepté la propuesta porque es un clásico contemporáneo, es teatro puro. Esto no va en desmedro de la dramaturgia contemporánea de la que soy uno de sus hacedores. Están obras están tan bien construidas que permiten hasta una adaptación y voy a intentar ‘llevarla’ hacia lugares de una verosimilitud tal, que quizás no tiene que ver con la obra de Williams, pero sí con su esencia y con mi idea de lo que es el teatro. Hace poco compré un mueble en el mercado de pulgas para transformarlo en biblioteca y desarmarlo fue maravilloso, porque descubrí la obra de un artista. En este momento no hay ebanistas del teatro y así como hay textos clásicos, uno no sabe que va a quedar de la dramaturgia actual. -Muchos de los autores que mencionó han escrito por una desesperación personal que se transmitía en sus obras. ¿Es ese su caso? -El compromiso es con la creación total. Cuando leí la biografía de Tennessee Williams me asombró su sufrimiento y a la vez su inteligencia para escribir esas piezas. Sin embargo era un hombre que no podía manejar su vida. Con Chéjov ocurrió lo mismo. Este año voy a hacer ‘¿Quién le teme a Virginia Woolf?’, con actores catalanes y esa también es una pieza esencialmente teatral, es puro juego ideado con mucha inteligencia ■ Juan Carlos Fontana

civilización venidera’, con recursos técnicos mínimos.

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky

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¿De qué lugar, personaje común o circunstancia en general que ofrece Mar del Plata se apropiaría para incorporarlo como pasaje central de alguna de sus obras?

-Me gustaría contar, por ejemplo en un documental, una historia del Hurlingham Hotel, lugar en el que entre 1958 y 1960 pasé muchísimas tardes de vacaciones, bailando, soñando con parecerme a los más grandes, mirando pechos,

colas y demás contornos femeninos. Aquellas matinées marcaron a toda una generación, cuando, al menos para la mía, todavía el sexo era más cuestión de enigmas que de certezas.


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C U LT U R A EDITORIAL SUDAMERICANA REEDITA ‘NOVELAS Y CUENTOS’, DE OSVALDO LAMBORGHINI

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MIGUEL DE MOLINA A TRAVES DE UNA MUESTRA DEL CENTRO CULTURAL RECOLETA (fotografía de autor)

Eterno Rey de la Copla Un clásico del quiebre ‘Arte y provocación’ es una exposición que llega de Madrid y testimonia las muchas vertientes creativas del famoso cantante español, que en su exilio eligió a la Argentina para vivir y trabajar. Murió en Buenos Aires en 1993.

La compilación a cargo de César Aira ofrece catorce textos del autor argentino, que murió en Barcelona. Tildado de provocador, el ex director de la revista Literal se convirtió en un referente de la literatura nacional.

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uego de su paso por Madrid y Málaga, la Fundación Miguel de Molina presenta por primera vez en la Argentina la muestra del artista español Miguel de Molima (1908-1993), considerado por siempre el Rey de la Copla. Esta exposición homenajea a Molina en un recorrido por los momentos más importantes de su vida artística y social. El conjunto reúne más de un centenar de piezas originales del artista, entre vestuario, filmografía, archivo gráfico, afiches de teatro y cine; y se despliega en las salas 4, 5 y 6 del Centro Cultural Recoleta. Miguel de Molina, reconocido unánimemente como el Rey de la Copla, fue uno de los más grandes intérpretes de la canción española. Fue un artista multidisciplinario y un creador: diseñador de su propio vestuario y de las escenografías de las obras en las que actuaba.

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l primer volumen de ‘Novelas y cuentos’ de Osvaldo Lamborghini (1940-1985) reúne catorce obras de este transgresor escritor, que se convirtió en clásico y que hoy es una cita ineludible en la literatura argentina. Se trata de los escritos realizados por Lamborghini entre 1966 y 1985 (aproximadamente) cuando murió en Barcelona, reunidos en orden cronológico y recuperados de libros publicados, hojas mecanografiadas y manuscritos, por lo que muchos presentan blancos dejando espacios, debido a que las palabras eran ilegibles. La reedición de Sudamericana tiene el valor agregado de devolver al ruedo una obra clave de la narrativa actual argentina: la ruta casi clandestina que caracterizó la distribución de sus libros -desde su iniciático ‘El fiord’, que abre este volumen- y que pareció mantenerse hasta ahora. UN TRANSGRESOR Esta compilación estuvo prácticamente agota-

da en el país desde 2008. Lo último que se publicó de Lamborghini estuvo a cargo de Rodolfo Fogwill, en 1980, cuando incluyó ‘Poemas’ al catálogo de su editorial Tierra Baldía; y fue Serbal la única que publicó su obra completa, en 1988, en España. Textos como ‘Neibis’ y ‘Matinales’ circulaban en fotocopias gastadas por una sociedad oculta de lectores, y ‘El fiord’ una metáfora pornográfica de las luchas sindicales peronistas- se conseguía en una única librería de la porteña avenida Corrientes, pidiéndosela discretamente al vendedor. Sumado a la poca información sobre su vida y a su exilio final, Lamborghini se transformó en leyenda: militante del peronismo de clase media con una singular idea de lo que eso significaba, dirigió ‘Literal’ en el 60, una re-

vista contracultural y psicoliteraria donde su intervención sonaba más a inadaptado que a avanzada de vanguardia. Tildado de provocador, Lamborghini rompió con los cánones de la literatura argentina del siglo XX. Si Borges era la ley, él era lo contrario. Fue autor de un literatura cargada de violencia explícita, que podría acercarse a la jerga política y lunfarda de Roberto Arlt, o al Rodolfo Walsh de ‘Operación Masacre’, pero con una diferencia: donde éste reflexionaba sobre el shock, Lamborghini lo provocaba; aventuran algunos de los pocos ensayos que existen sobre su obra. MUERTE EN EL EXILIO Hermano del poeta Leónidas Lamborghini, nació en Necochea en 1940 y vivió en Mar del Plata y en Coronel Pringles hasta que llegados los ’80 se exilió en Barcelona, ciudad donde murió cinco años después y donde escribió sus más reconocidos poemas. En sus últimos tres años de vida, bajo una reclusión casi total, generó una obra fecunda que culminó con la saga de ‘Los Tadeys’ (inconclusa) y el ‘Teatro proletario de Cámara’, una experiencia gráfica, poética y narrativa en la que trabajó hasta su

muerte. Las claves de su escritura son el automatismo y un cinismo radical que convierte todo en pulsiones y muestra la relación directa entre psicoanálisis y literatura; a esto no escapa su lenguaje escatológico. Es su albacea César Aira, encargado de esta compilación, quien habla de una literatura ‘del pasaje’ a partir del hallazgo póstumo de una versión original en verso de ‘Sebregondi retrocede’, el segundo texto que recupera este libro. ‘‘Ni prosa ni verso, ni una combinación de ambos, sino un pasaje’’, enfatiza Aira sobre los textos elegidos para esta publicación, ‘‘todos los que entraban en la categoría de prosa narrativa’’, explica en el epílogo. Su lenguaje artificioso -adelantado a su tiempo- generó una literatura actual pero no contemporánea: los caudillos de hoy no impactan igual que el loco Rodríguez en ‘El Fiord’, tampoco esos textos de goce, pero fuera del placer como ‘Sebregondi se excede’, que parecen haber anticipado el sadismo de los años de plomo en la Argentina. Una obra ‘‘imposible’’ según la crítica, que muestra un carácter de resistencia y provoca una incomodidad que es, a su vez, la que despierta el interés de sus acólitos ■

ITINERARIO La muestra se presentó por primera vez en Madrid, en conmemoración del centenario del nacimiento de Miguel de Molina en 2000, y produciendo una gran respuesta del público, personalidades y de la prensa desde el día de la inauguración. “Arte y provocación” recorre cronológicamente la vida del artista y deja ver una colección de fotografías de personajes con los que mantuvo una estrecha relación, tanto amistosa como profesional. Se presenta su vestuario, conformado por las emblemáticas y transgresoras blusas que él mismo diseñaba y confeccionaba y son, en buen medida, la esencia de la exposición.

Fotografiado por Annemarie Heinrich.

Miguel de Molina en su plenitud.

El visitante descubrirá el particular concepto de la estética de Molima, que hizo de sus espectáculos una mezcla explosiva de vanguardismo, frescura y provocación. VIAJE POR MAR ‘‘El legado de Miguel de Molina se encuentra atravesando el mar -cuenta Adriana Pavón, productora general y artística de la muestra-. Están en medio del Atlántico, realizando el mismo viaje que él realizó, en camino a idéntico destino: Buenos Aires. No podía ser de otra manera, pues el destino de su legado era el de recalar en Buenos Aires, luego de haber sido presentado en su Málaga natal y en Madrid. Su legado, en consecuencia, sigue la suerte del artista y el derrotero del ser humano, quien, agradecido, como toda persona de gran corazón y con la sensibilidad que sólo un gran artista pue-

Olvido con gloria

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Miguel de Molina, ya retirado, en su caserón del barrio de Belgrano. Con su patio andaluz, muchas flores y plantas, tal como a él le gustaba, se dedicó a hacer un balance de su vida. Escribía y rescribía sus memorias, pintaba, daba forma a poemas, cosía, cocinaba y hablaba por teléfono con un puñado de amigos entre ellos, Susana Giménez y Jorge Barreiro. En 1992, tal vez tardíamente, en nombre del rey Juan Carlos fue condecorado con la Orden de Isabel la Católica. Al año siguiente, y luego de haber pasado más de cincuenta años fuera de su tierra natal, vuelve a ella de visita por el éxito del filme ‘Las cosas del querer’, supuestamente inspirado en su vida. El 5 de marzo de 1993, Miguel de Molina muere en su tierra adoptiva de Buenos Aires, dejando una suerte de fulgor. Sus restos están en el cementerio de la Chacarita ■

de poseer, le escribió a su tierra adoptiva las razones por las cuales la había elegido. Así se presenta Miguel de Molina, en primera persona. ‘‘El sueño del Museo de Miguel de Molina comenzó en el año 1997 -sigue Adriana Pavón-, cuando Alejandro Salade tuvo la idea de homenajear y descubrir la misteriosa vida de su tío abuelo. Nos conocimos en Buenos Aires y para mi sorpresa me encomendó la realización del diseño de un espacio destinado al culto del genial personaje. Tras ésto, la muestra, con el título “Arte y provocación”, se presentó en Madrid y Málaga con resonante éxito e inició el recorrido, recalando primero en Buenos Aires, tal cual lo hizo el artista, para luego continuar por toda América. La exposición recoge por primera vez el legado de Miguel de Molina, donde se pude admirar la gran importancia que tuvo como cantante y artista, y como creador de un estilo innovador y vanguardista. Miguel de Molina es uno de los representantes fundamentales de la canción española y elevó la copla a lo más alto y llegó a internacionalizar este género. ‘‘Luego de catorce años, es para mí una profunda emoción saber que el legado de Miguel de Molina regresa a

Buenos Aires, ya que como él poéticamente expuso, fue la ciudad que lo acogió y a la cuál amó y eligió, por eso siento que ahora es Buenos Aires quien recibe con los brazos abiertos su legado, como el de un hijo pródigo y con una alegría desbordante’’, destacó Pavón. ‘‘Buenos Aires fue la ciudad que lo amó y donde vivió durante más de la mitad de su vida, donde se reencontró consigo mismo después de los sufrimientos pasados; me parecía que en Buenos Aires vivió un sueño y descubrió un lugar que siempre le fue fiel y jamás lo abandono. Yo en la Argentina triunfé y aquí saben mucho de teatro, y es una ciudad en donde disfrutó del reconocimiento de su genialidad’’. Perseguido por el franquismo, Miguel de Molina abandona España en noviembre de 1942 para arribar a Buenos Aires y no dejarla nunca más. Buenos Aires fue sorprendida y sacudida por el talento y el desparpajo del artista que triunfó en el cine, el disco, la radio y la televisión, y temporada tras temporada en el entrañable teatro español Avenida. ‘Arte y provocación’ podrá verse desde el 24 del actual al 27 de marzo en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930 ■ A.D.V.

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky

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¿Cuál es el mejor diálogo que recuerda entre dos personajes de ficción? -No se si son los mejores o los más ortodoxamente cul-

tos o refinados, pero unos diálogos que me atrajeron mucho en los últimos años y que recuerdo ahora fueron los de la serie Sex and the city. Un modo probablemente me-

nor pero divertido de asomarse a los cambios de género en el siglo 21.

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Si le permitieran ingresar en una ficción y ayudar a un personaje, ¿cuál sería y qué haría?

-Me metería en cualquiera de las ficciones de los admirables Les Luthiers y ayudaría al personaje de Daniel Rabinovich.

por Nikki Kristal (*)

E

l proyecto en el que estoy trabajando actualmente se llama “Desde un agujero remoto salían ratones, todos jugando”. Arranqué con mi trabajo sobre el cuerpo en el 2002. En un principio empecé trabajando con mi propio cuerpo, después el proyecto fue tomando más personalidad: ahora convoco a otras personas para participar, y yo, además de tomar fotos, aparezco fotografiada. Me interesa el lugar del cuerpo en la sociedad actual. Pese al enorme lugar de exposición que tiene, todavía pesan tabúes, prejuicios. Veo que sobre el cuerpo hay muchas partes involucradas: lo personal, lo social, lo psicológico. Y eso es lo que me resulta interesante: las facetas que tiene el tema y lo que sigue provocando el cuerpo. Esas reacciones de censura, de represión, de no querer mirar aunque en un punto a todos nos gusta mirar.

(*) El próximo 28 de febrero, la artista Nikki Kristal dejará inaugurada una muestra fotográfica en Baltar Contemporáneo (Centro Comercial del Puerto, local 18).


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Libro póstumo de Saramago reúne textos del blog del escritor

(literatura juvenil, blogs y rarezas)

La vigencia de un género: la ciencia ficción por Ana Yohai llavedetinta.blogspot.com

S

e conoce como distópico el subgénero de la ciencia ficción que se caracteriza por presentar un futuro relativamente cercano en el que los numerosos avances científicos y tecnológicos han convertido el mundo en un lugar oprimido. Aquí las autoridades se asemejan más a los grandes dictadores del pasado que a las utopías que sueñan con un estado en el que prime la libertad. Recientemente este género se ha alzado reclamando un espacio en la literatura juvenil, haciendo a un lado a los famosos vampiros y hombres lobo, con una visión muy diferente que, no obstante, no es nueva en lo absoluto. El origen de este peculiar género data del año 1895 con el clásico de H. G. Wells La máquina del tiempo. En él, un científico descubre la llamada Cuarta Dimensión (el tiempo) y construye una máquina que permite viajar a través de él. Así, el viajero llega al futuro con la esperanza de encontrar un mundo mejor, pero regresa decepcionado al comprobar que los seres que habitan la Tierra sólo piensan en disfrutar y viven de una forma despreocupada; se han perdido valores tan importantes como la inteligencia, la generosidad o el esfuerzo para conseguir algo. A lo largo de los años, una gran variedad de autores han recurrido al género distópico, transformándolo y abordando diferentes temas tales como la confrontación entre los avances científicos perfectos y la marginación de los salvajes en Un mundo feliz (Aldous Huxley), el concepto del omnipresente Gran Hermano que todo lo ve en 1984 (George Orwell), el levantamiento de los animales para ponerse por delante de los humanos con un sistema tiránico en Rebelión en la granja (George Orwell), la quema de libros en Farenheit 451 (Ray Bradbury) por miedo a que la gente piense por sí misma, los niños que deben salir adelante en una civilización sin adultos en El señor de las moscas (William Golding), los brebajes y la ultraviolencia de La naranja mecánica (Anthony Burgess), etc. Actualmente y dentro del ámbito de la literatura para adolescentes se encuentra encabezando el género la impactante trilogía que será llevada a la pantalla grande el próximo año, Los Juegos del Hambre (Suzanne Collins); en la

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cual podemos ver un gobierno dictatorial cuyo mayor exponente de crueldad para mantener el poder son unos juegos anuales en los que veinticuatro adolescentes deben matarse entre ellos mientras el espectáculo es televisado en todo el país. En la misma línea podemos destacar Correr o Morir (James Dashner), un thriller psicológico y de acción que no da respiro y también será llevado a la pantalla grande, y la saga Traición (Scott Westerfeld), la cual hace una reflexión sobre la belleza y la cirugía estética a través de la negativa de una joven a someterse a las intervenciones quirúrgicas que la convertirán en perfecta. Y estos son sólo títulos que ya se encuentran en nuestras librerías, porque en la red ya se comentan otros tantos más que nos darán de qué hablar. Las distopías juveniles están en pleno auge pero, ante las críticas de los amantes de las obras clásicas, no se puede negar que la mayoría de las novelas que surgen ahora no son tan desgarradoras como las obras citadas anteriormente, en parte porque sus autores no han tenido que vivir en una época plagada de guerras y cambios políticos, en parte porque la moda tiene como consecuencia una disminución de las exigencias del mercado editorial. De todos modos, y al igual que ocurre con los vampiros, las nuevas tendencias tienen a su favor el hecho de ser historias ligeras capaces de acercar a los jóvenes a la lectura. Tiempo habrá para que se sumerjan en profundidad en los clásicos; mientras tanto, las distopías cortan el monótono estallido vampírico y le otorgan al lector un amplio campo, que además de entretener, abre una puerta hacia la reflexión ■

L

a viuda del escritor portugués José Saramago, Pilar del Río, señaló la semana pasada en Barcelona que el libro póstumo “El último cuaderno” reúne los textos del Premio Nobel de Literatura escritos en su blog personal entre marzo de 2009 y junio de 2010. En una conferencia de prensa, realizada en Barcelona antes de un homenaje a Saramago en el que habrá un recital a cargo de Paco Ibáñez y una lectura de fragmentos de su obra, Del Río aclaró que no le gusta que la llamen viuda, ya que ella se sintió siempre su compañera, traductora, novia y -sobre todo- lectora. El libro se configura “a través de reflexiones íntimas, comen-

José Saramago.

tarios y opiniones sobre los temas más diversos”, especificó

Del Río en declaraciones levantadas en diferentes sitios españoles. Según su opinión “`El último cuaderno` es un regalo inesperado que nos hace Saramago ocho meses después de su muerte. Y recupera al hombre curioso, al filósofo, al fantasioso y al escritor comprometido de convicciones profundas y conciencia cívica”. También, Del Río anticipó que el 18 de marzo -cuando se cumplen nueve meses de la muerte del escritor- se abrirá la casa de Saramago en Lanzarote para convertirla en museo y que “todo el mundo pueda ver su biblioteca, los libros que acariciaba y los cuadros que contemplaba” ■

IMPIDIERON LA DIFUSION DEL ARTE ESPAÑOL

Los prejuicios ingleses El autor del libro ‘Arte español en Gran Bretaña e Irlanda, 17501920’ -en el que también ha participado la especialista en Historia del Arte Hilary Macarteny- explicó que el anti-catolicismo de la época dificultó la popularización de las obras de temática religiosa de los grandes pintores españoles. Además, en cuanto a la estética, los británicos preferían el estilo clásico y refinado de los artistas italianos y ‘‘no les gustaba nada la falta de idealismo en la representación de las figuras de las obras españolas’’, afirmó Glendinning tras la presentación del libro en el Instituto Cervantes de Londres. IMAGENES TIPICAS ‘‘Lo más típico en pintores como Velázquez y Murillo es que representaban a los pastores tal y como son normalmente, sin idealizarlos’’, subrayó el profesor emérito de la Universidad Queen Mary de Londres. Precisamente, las obras de Murillo fueron unas de las primeras que salvaron la distancia cultural entre España y Gran Bretaña, especialmente los retratos infantiles como ‘Invitación al juego de pelota a pala’ y el ‘Niño mendigo’. ‘‘A partir de la segunda mitad del siglo XVII empezó a funcionar un mercado de copias de Murillo, algunas de ellas buenas -subrayó Glendinning-, que se importaban desde Holanda.’’ En el siglo posterior varios particulares se hicieron también con obras originales, como un médico de la corte en cuyo inventario de posesiones figuraban varios Murillo, o un banquero irlandés que compró el autorretrato del pintor español que hoy se exhibe en la National Gallery de Londres.

Nigel Glendinning.

La estética de pintores como Zurbarán o Ribera, en cambio, tardó más tiempo en seducir al gusto británico. LA LUZ TRIUNFANTE A los ingleses no les gustaban los cuadros oscuros. Incluso solían criticar a los pintores que no dejaban entrar en sus escenas la luz que normalmente se asocia a España, afirmó Glendinning. Además, Zurbarán era un pintor más conocido en Andalucía que en Madrid, indicó el hispanista, lo que impedía que llegaran a conocer su trabajo los viajeros ingleses que llegaban a la capital y compraban las obras que más tarde llevarían a su país. ‘‘El caso de Velázquez es más complicado’’, advierte el hispanista, ’’en parte por la audacia de su técnica ya que, en

Inglaterra, como en otros países europeos, gustaban más los trazos definidos y nítidos’’. Velázquez tenía un estilo que se ha comparado muchas veces con el impresionismo, y utilizaba una técnica conocida como ‘‘perspectiva aérea’’ que rompía con las normas pictóricas habituales. Distanciaba los objetos no a través de líneas, sino ‘‘por cambios sutiles en el color’’, resaltó Glendinning. ‘‘Todo eso hace de Velázquez un pintor que interesa a los grandes aficionados a la pintura, a los que realmente saben lo que es pintar, pero desagrada a quienes prefieren un estilo más nítido”, apuntó el hispanista. Pese a las reticencias, a finales del XVIII ya comenzaba a apreciarse una cierta afición por la obra del español en Gran Bretaña. ‘‘Uno de los casos más curiosos es el de un embajador británico en Madrid que hizo copiar una gran cantidad de cuadros de Velázquez en tamaño pequeño para llevarlos a Inglaterra’’, relató Glendinning. El autor del primer estudio dedicado enteramente a la recepción del arte español en las islas británicas e Irlanda subrayó que el gusto por Velázquez no ha hecho sino aumentar con el tiempo en Reino Unido, y recordó como hace cinco años una exposición dedicada al pintor de ‘Las Meninas’ resultó una de las más visitadas hasta la fecha en la National Gallery de Londres. Glendinning destacó el trabajo de la hispanista Enriqueta Harris en el estudio y la difusión del arte español en Gran Bretaña. El libro presentado en Londres incluye diversos artículos de esta historiadora, experta en Goya, El Greco y Velázquez, que falleció hace cinco años ■

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky

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¿Recuerda haber robado un libro alguna vez? ¿Cuál o cuáles?

-Nunca robé libros y eso lo digo bajo juramento. Pero tampoco nunca hice asados, nunca jugué al truco o nunca ma-

nejé una moto. ¡Hay tantas cosas que nunca hice!


L

a investigación de Hugh Thomas se inicia en 1522 con el regreso de los restos de la expedición de Magallanes y termina con la muerte de Carlos V en 1558, lapso en el que los españoles conquistan Guatemala, Yucatán, Colombia, Venezuela, Perú y Chile, y controlan ambos lados del poderoso Río de la Plata. El autor de ‘La guerra civil española’ y ‘La conquista de México’ traza un perfil en este volumen de los héroes y villanos que protagonizaron este período, a lo largo de casi 800 páginas. ‘‘Un personaje asombroso, el mejor estadista de su época’’, define a Carlos V el prestigioso hispanista en este volumen recién editado por Planeta y que es continuación del libro ‘El Imperio Español: De Colón a Magallanes’. GRAVES ERRORES Aunque el autor recuerda errores como el intentar erradicar el protestantismo por las armas, destaca como su mayor legado poner los cimientos de una Europa unida. ‘‘Fue más europeísta que ningún otro rey de Europa. Ha sido rey y emperador de Alemania, Países Bajos, España, Italia y en el Nuevo Mundo’’, indica en su obra. Thomas sostiene que Carlos V murió en el monasterio de Yuste con la sensación de haber fracasado y destaca que el monarca prestó atención a la conquista y colonización del llamado ‘Nuevo Mundo’ tras el éxito consegui-

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UNA NUEVA OBRA RECORRE LA VIDA DEL PODEROSISIMO CARLOS V

El señor de medio mundo do, en parte por la codicia y en parte por las ansias de gloria de conquistadores como Hernán Cortés o Francisco Pizarro. Para el autor, el principal logro de la conquista fue ‘‘la llegada del cristianismo por México, Perú, por toda América del Sur’’. En el volumen, el segundo de la trilogía iniciada hace siete años, el escritor, miembro de la Casa de los Lores en Londres, habla de un Carlos V que ‘‘daba por descontada su propia grandeza. Tenía un sentido del deber, del honor y de su papel en la historia y en el cristianismo muy superior a los reyes de su época’’. TRATO HUMANO Fue muy sensible con los indígenas empujado por la tesis de Bartolomé de las Casas que exigía para ellos un trato digno, agrega Thomas. El hispanista recupera documentación del Archivo de Indias en Sevilla para que el lector se adentre en dos territorios, Perú y México, ‘‘poderosas monarquías que nada sabían la una de la otra’’. Las dos contaban con capitales estables, en Tenochtitlán y Cuzco, ‘‘algo que en esa época España no tenía’’:

conjugaban el ‘‘salvajismo y la alta cultura’’ en sus ceremonias y costumbres. Y en una y otra existían ‘‘complejos sistemas de tenencia de tierras’’, ‘‘producían excelentes telas de algodón’’, según narra. Thomas marca también las diferencias entre una cultura y otra: en México no había animales domésticos; en Perú tenían la alpaca y la llama (‘‘los españoles pensaban que eran ovejas grandes’’). Los mexicanos fueron autores de ‘‘notables logros artísticos’’ y presumían de gran vida comercial; los peruanos, ‘‘más limitados’’ y menos activos. Los primeros tenían el maíz como alimento fundamental; los segundos, la papa. El autor también aborda cuestiones más ríspidas, como el hecho de que la humanidad de los indios nunca estuvo clara para los españoles: así, en la última parte del volu-

men se puede encontrar el debate moral que llevaron a cabo sobre los indígenas Bartolomé de las Casas y Martín de Sepúlveda. La discusión se produjo cerca del final del reinado de Carlos V, cuando el emperador se vio sorprendido en su ocaso por la malaria y la gota. De esta manera, la posibilidad de abdicar por su mala salud se convirtió en una preocupación constante y dejó de ser el estadista humanista preocupado por el bienestar de sus súbditos. EL ORO Y LA PLATA Thomas explica que a partir de entonces, al monarca sólo le preocupaban sus colonias en América únicamente por el oro y la plata que podían extraerse de ellas. Acosado por las enfermedades, no tuvo otra salida más que la de jubilarse, ‘‘algo que no suelen hacer los reyes’’, en palabras del autor.

■ Lecturas

Carlos V renunció en 1557 y falleció un año después, en el monasterio Jerónimo de Yuste, de madrugada, el 21 de septiembre. Dejó restaurado su Imperio en Europa (bajo su control se encontraban España, Italia, la mitad de Alemania y los Países Bajos) y las Indias permanecían, en la práctica, bajo dirección española. ¿Cuáles fueron los logros alcanzados por Carlos V? ‘‘Las grandes conquistas de América y la promulgación de leyes protectoras de los indígenas’’, destaca Thomas. Su muerte marca el punto y seguido a esta trilogía que termina cuando Felipe II desiste de conquistar China, pese al interés del gobernador y del arzobispo de Filipinas ■

Fuente: Cámara de Libreros del Sudeste de la provincia de Buenos Aires.

Los libros más vendidos de la semana FICCION 1 LOS PADECIENTES 2 EL SUEÑO DEL CELTA 3 LOS SINSABORES DEL VERDADERO POLICÍA

Gabriel Rolón. Mario Vargas Llosa. Roberto Bolaño.

Emecé. $72. Alfaguara. $85. Anagrama. $75.

NO FICCION 1 VIVA LA DIFERENCIA 2 LOS HORNOS DE HITLER. 3 BREVE HISTORIA DEL DEPORTE ARGENTINO

Pilar Sordo. Olga Lengyel. Ezequiel Fernández Moores.

Norma. $62. Emecé. $89. El Ateneo. $62.

RECOMENDADOS 1 LA CUESTIÓN CRIMINAL 2 AVE DEL PARAÍSO 3 EL ORO DE MOSCÚ

Lectura en voz alta por Estela Vega juegodepalabraslee@yahoo.com.ar

Comprendemos que la voz familiar a la hora de contarles cuentos a los chicos es la más cálida, pero es interesante saber algunos consejos para que la narración salga mejor. Al leerles tenemos que tener en cuenta qué hacer y qué no hacer con la voz. Para ello tomo del libro “La animación a la lectura: manual de acción y reflexión”, de Alvarez y Naranjo algunas sugerencias.

QUE HACER: Elija textos que realmente sean de su agrado y estén de acuerdo con las características del grupo que se anima a la lectura. Prepare con suficiente antelación el texto que va a leer. No se apure en la lectura, pero tampoco lea tan lento ni tan suave que las personas se aburran. Proyecte su voz hacia quienes le escuchan. No la clave en el texto. Mantenga control visual con el público. La mirada es un acto de presencia y cercanía.

Use preguntas para mantener la atención y el interés. Puede hacerlo en cualquier momento pero sin cansar.

QUE NO HACER: Leer a las personas el primer libro que se encuentre. Corre el riesgo de que no guste, de equivocarse y de “quemar” un buen momento y quizás, un buen texto. Impostaciones de la voz sin tener la habilidad para ello. Leer de afán, obligado, para salir del paso o para entretener. Ignorar al público mientras lee. Usted no está solo. Hacer preguntas “cliché” o cerradas: cuántos gatos había, de qué color era la capa… Poner a leer el texto elegido a una persona que tiene dificultades en la lectura en voz alta. Lo hace sentir mal y arruinará la sesión de animación. Espero que estos consejos sean de utilidad y los pongan en práctica con todo el amor y el cariño que los niños se merecen ■

Fragmento de

Gabriel Bombini. Joyce Carol Oates. Bill Vidal.

Eudem. $60. Alfaguara. $89. Ediciones B. $64.

Blanco nocturno, de Ricardo Piglia (Anagrama)

Habría de empezar a caer por fin la noche para que Sofía le terminara de aclarar –es un decir- la historia de su familia, entre las idas y venidas a la sala donde estaba el espejo con las líneas blancas que les daban a los dos unos largos minutos de exaltación y de lucidez, de felicidad instantánea y luego una suerte de oscura pesadumbre que ella había terminado por defender al decir que sólo en esos momentos de depresión –en el bajónera posible ser sincero y decir la verdad, mientras se inclinaban sobre la mesa de vidrio con el billete enrollado para aspirar la blancura incierta de la sal de la vida. -Mi padre- dijo Sofía- siempre pensó que sus hijos varones se iban a casar con muchachas de pueblo, de familia acomodada, de apellido, y mandó a mi hermano Lucio a estudiar ingeniería en La Plata, para que hiciera lo mismo que él había hecho. Lucio alquiló una pieza en una pensión de la Diagonal 80 regenteada por un estudiante crónico, un tal Guerra. Los viernes hacían venir a una chica a la pensión, que llegaba con una motoneta. La chica de la Vespa, la llamaban, muy simpática, estudiante de arquitectura, según decía, que se mantenía de ese modo, haciendo la vida, como quien

dice. Bimba, se hacía llamar. Muy divertida, llegaba el viernes y se quedaba hasta el domingo, y se acostaba con los seis estudiantes que ocupaban la casa, uno por vez, y a veces les hacía la comida o se sentaba con ellos a tomar mate y jugar a las barajas después de habérselos pasado a todos. Una tarde Lucio se quemó las manos en una explosión en el laboratorio de la Facultad y estaba vendado como un boxeador y Bimba se ocupó de él, lo cuidó, y a la semana siguiente cuando volvió fue derecho a la pieza de mi hermano, le cambió las vendas, lo afeitó, lo bañó, le daba de comer en la boca, charlaban, se divertían juntos, y una tarde Lucio le pidió que se quedara con él, le ofrecía pagar lo que le pagaban todos para que por favor no fuera con los otros, pero Bimba se reía, lo acariciaba, le escuchaba las historias y los planes y después se iba a encamar con los muchachos a las otras piezas mientras Lucio penaba, tirado en la cama, con las manos heridas y la cabeza cruzada de imágenes atroces (…). Pero lo extraordinario –dijo después- es que mi hermano dejó la facultad, dejó todo, se volvió al pueblo y se casó con Bimba ■

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky

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Un extraño hongo se esparce por su biblioteca y consume de manera irrefrenable los libros. Solo dispone de unos segundos para actuar y salvar a tres de ellos. Lo que usted hace para ganar tiempo es arrojar a la voracidad del hongo a otros tres libros. ¿Cuáles serían los

sacrificados y cuáles los salvados? -Salvaría a muchos,-pero esta decisión cae, casi inevitablemente, en el terreno de lo políticamente correcto. Igual, sabiendo que estamos jugando, digo que salvaría a Operación Masacre, de Rodolfo Walsh; La República de Trapalanda, de

Marco Denevi, y los Cuentos Completos, de Julio Cortázar. Y sacrificaría uno de Vargas Llosa pero no diré cuál. Otro de Carlos Fuentes cuyo nombre no revelaré. Y uno de Marcos Aguinis pero me reservo el título.


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C U LT U R A

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Muñequita Por Ricardo Calcabrini ricardocalcabrini@hotmail.com

-¿Cómo? -Poupée -¿Pupe? - Pupe no, Poupée. Con acento en la primera e; como muñeca en francés. - Ah, y tu nombre verdadero… -Poupée es mi verdadero nombre. Si tuve otro, he tenido la sabiduría de olvidarlo. -Disculpame, ¿por qué sabiduría? -Porque sí… Salió del Banco y se paró brevemente en la puerta. Yo la miraba arrobado desde la calidez del aire acondicionado. Sentí que tenía las mejillas coloradas por el calor intenso que me subía del pecho. Encendió un cigarrillo y se perdió de cuadro. Me acerqué a la ventana para mirarla. Parecía que caminaba sobre un mar de algodones. Más tarde habría de saber que Poupée supo cultivar sus propias alegrías, con el mismo esmero con que, aquella del nombre verdadero, cosechó –sin quererlo- ocres amarguras. Fui todos los días al mismo Banco sin trámite alguno por hacer. Falté a la cotidiana cita del bar que frecuento, porque, desde determinada mesa en aquel ángulo del boliche de la esquina, podía controlar la entrada y salida, como quién prepara, detalladamente, un atraco. Cada mañana pedía el café, la media luna y hacía como que leía el diario cuando, en realidad, apenas atisbaba los titulares deseoso de verla llegar. Jamás se me ocurrió qué haría en esa eventualidad. Calculé que debía ser más de veinte años menor que yo, por lo que, difícilmente, se me ocurriera algún comentario que fuese de su interés. Treinta años –me dijo una vez apoyando su dedo índice en la punta de mi nariz-, treinta años nos separan. Sonrió como ríe un ángel, o el mismísimo demonio, apoyó sus anteojos negros sobre la suave pen-

diente de su tabique, dio media vuelta y –como tantas veces- me lanzó al abismo de mi mismidad. Después de once días de continua vigilia, un martes llegó casi corriendo. Llevaba una carpeta en el brazo izquierdo y, antes de entrar, dio una última aspirada y tiró el cigarrillo. Pagué el café sin esperar el cambio y salí disparado hacia el Banco. Entré y me puse a buscarla con denuedo. Estaba frente a una caja y tenía dos personas adelante. Me paré en un cajero automático y le pedí toda la información posible -sabiendo que

no disponía de un peso-, tratando de hacer tiempo. Cuando no tuve más excusas me alejé leyendo, sin mirar, el pálido resumen y me paré de espaldas en la puerta. No pasaron más de dos minutos y pasó a mi lado sin siquiera percatarse de mi presencia. ¡Hola Poupée con acento en la primera e!, le grité y corrí detrás de la estela de su perfume. Se dio vuelta sorprendida y me dedicó una sonrisa apenas dibujada. De lo que pasó después tengo una imagen anémica. No he podido olvidar, pero tampoco lo recuerdo bi-

en. Sé que manejó la situación, que desistió del almuerzo y la eventual cena, que me dijo que se comunicaría por teléfono y que, finalmente, se despidió con un beso apenas apoyado en la mejilla. Poupée estaba siempre apurada como si el tiempo le carcomiese las entrañas. Sería una osadía creer que se entregó a mí; en todo caso, yo me entregué a ella como un niño se deja devorar por el frenesí de un parque de diversiones. No había conocido y, seguramen-

te, no conoceré, un almíbar más dulce que la boca de Poupée, ni besos más húmedos. Ni impostura más sulfúrica, ni melancolía más necesitada de afecto. Le regalé algún pobre segundo de calma (una torpemente fingida calma que trataba de disimular mi pasión) y ella me llenó el alma de fantasía. Una tórrida tarde me pidió que la pasase a buscar por una esquina próxima a la casa de no sé que pariente. Se presentó con un vestido nuevo que, según dijo, había comprado para que yo la viese. Comprendí, entonces, que quién la bautizó Poupée seguramente había sido el hombre más feliz y atinado del planeta. Era una muñeca perfecta, una muñequita que algún alquimista creó para colorear el mundo. Después de muchos años de una soledad pesada, agónica y gris; una ciudad superficial, decapitada, mostraba su rostro más cautivante. La miré de otra manera y la viví por vez primera. Poupée me pidió, llorando, que no la abandone nunca. Pero -me advirtió-, jamás me prometería no abandonarme. La abracé en el pedido y me reí de la advertencia. Un día, el teléfono no sonó. Me bastaron dos cafés en el boliche de la esquina sentado en la mesa de la diagonal, para comprender que el cuento infantil tenía preparado un infeliz final para mí. No había forma que fuese de otra manera. La extrañaré por siempre, aún cuando el otoño comienza a marchitar las flores con que dibujé su rostro. Lo vivido, me parece, a la distancia, una historia lejana y naif más que a la página más cautivante y desoladora de mi vida . Me reprocho no haberle dicho con más frecuencia que la quería, de agradecerle por el recodo dónde nos acurrucamos. Me alegro, sin embargo, que nunca, se enterara que nos separaban, en realidad, treinta y cinco desencuentros ■

Frío

Camino

Por Claudio Archubi (*) Por Claudio Archubi

Yo era un pez abisal. Me hundí con mi palabra. Mi palabra crecía hacia abajo, silenciosa, como un foco que cae. No podía verla, sólo nadar a su encuentro, hacia la fría espesura, sin notar cómo aún más se encendía bajo la presión de las últimas napas. Ahí, donde la idea de espacio se vuelve difícil, fui un sol de torpe contorno, di mi palabra y esperé.

Equivoqué el camino. Así, durante largo tiempo, sin saberlo, fui un mosquito que volaba hacia el Sur. Aplicadamente, libremente, agité sin término el élitro bajo mis alas, hacia afuera, siempre, cada vez más lejos del sosiego de los cuerpos. La sed era profunda, pero yo creía. Grandes espacios lavándose a la espera de un sol final, pulidos por un viento que adormecía los termómetros. Supe mi error. Pero volé en concordancia. Blanca y horizontal era la belleza. Me perdí en ella, viéndola caer de las cimas que pisotearon los grandes pájaros.

(*) Del libro “Siete maneras de decir tristeza”.

(*) Del libro “Siete maneras de decir tristeza”.

Las 8 preguntas para Carlos Ulanovsky

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Se le concede la extraordinaria excepción de hacerle una única pregunta a uno de sus tantos escritores predilectos. ¿Qué le preguntaría?

-Le preguntaría a Borges: “Oiga,don Jorge Luis, ¿qué me recomienda para terminar una novela que quiero terminar y no puedo?” Seguro que obtendría una respuesta lumino-

sa. Que no se si me serviría para cumplir con el difícil objetivo propuesto, pero me serviría para entender más y vivir mejor ■


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