Este libro ejemplifica la transmisión de conocimientos a través de los siglos. Durante el siglo I, el médico y boticario griego Dioscórides, considerado el padre de la farmacología, escribió un tratado muy importante de botánica farmacéutica. En el siglo X, en la época de Abderramán III (891-961), califa de Córdoba, la obra se tradujo al árabe. En 1518, Antonio de Nebrija realizó la primera traducción al latín en la Escuela de Traductores de Toledo, España. En 1555, en la ciudad de Amberes (actual Bélgica, pero entonces gobernada por España), el editor Juan Latio (circa 1524-1566) publicó una traducción del latín al español, realizada por Andrés Laguna, médico del papa Julio III. En sus frecuentes viajes a Roma, Laguna había consultado una variedad de códices, así como los libros sobre plantas medicinales que había producido en Venecia el herbalista Pietro Andrea Matthioli. Se continuó editando y perfeccionando esta versión del libro hasta mediados del siglo XVIII.