Ladosis #32

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Más... Todo se Transforma, Adolfo Romero, Koromoto, Los Tapes Records, Ohmio, Jorge Isaac, Galgo, Estopa, Primavera Sound, Caracas en Contratiempo, David Lynch (El cine que suena), Discos, Conciertos (Ahí Estuvimos)…



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EDITORIAL A lo largo de casi seis años hemos escrito 31 editoriales. Leyendo cada uno de ellos se puede reconstruir la línea histórica que une el nacimiento del proyecto Ladosis, su evolución, crecimiento, planes y vicisitudes en el camino, hasta finalmente llegar al momento actual de necesaria redefinición. El 2014 ha sido un año complicado, aunque ya el año previo presagiaba que vendrían tiempos difíciles en los que solo cabría la reinvención de un proyecto que ha probado ser exitoso y muy valorado a lo largo de 31 ediciones y otros tantos conciertos en los que hemos presentado 83 propuestas de diverso tenor. Nuestra decidida vocación orientada a la difusión de la cultura musical hecha por venezolanos, así como otros aspectos universales, sigue siendo nuestra razón de ser. Solo cambiará la forma. Los tiempos que corren en Venezuela imponen un redimensionamiento de las formas. La inflación desmedida y la escasez de muchos rubros, ha golpeado fuertemente a muchos sectores, pero especialmente

al editorial. No analizaremos las razones de fondo que han situado al papel y otros insumos como planchas, tintas y repuestos para máquinas de impresión en una escala de muy baja prioridad en el pais. Probablemente otros afectados dirían lo mismo. Tampoco analizaremos las razones por las que muchas de las marcas que habitualmente invierten en publicidad no cuentan con suficiente materia prima ni garantías suficientes para sus procesos productivos o divisas para importar sus productos, cosa que afecta la inversión publicitaria, empezando por los medios impresos. El hecho cierto es que se han unido varias circunstancias que conforman un cuadro que obliga a Ladosis a dejar de lado su edición impresa y volcarse hacia internet, cosa que por demás estaba en los planes desde hace ya tiempo (aunque no pretendíamos abandonar el papel y hemos intentado de todo antes de este anuncio). Nuestro norte que es la generación de contenido se mantiene intacto.

Ladosis, desde ahora, podrá ser leída en la pantalla de su desktop, laptop, tableta o teléfono inteligente. Por ahora a través de la plataforma Issuu (www.issuu.com/ladosis) y pronto en nuestra propia página web, que tendrá mucho más material de interés para nuestros lectores y clientes, pondrá a disposición todo nuestro archivo (conocido e inédito) y que servirá para llevar nuestro trabajo en pro de la música al mundo entero. Estamos seguros que todos sabrán no solo entender sino aceptar y aprobar esta nueva realidad y los anunciantes seguirán confiando en nuestra plataforma de difusión musical. Hemos tardado un tiempo agotando las posibilidades, para entonces estudiar y definir la situación real. Por ello las ediciones de este año han sufrido retrasos. Ante sus ojos, finalmente, nuestra edición 32. Gracias a todos por seguir ahí.

Ladosis

ÍNDICE 04 TODO SE TRANSFORMA Rock indomable y sin maquillaje

12 NACHO VEGAS Canciones con compromiso

42 ESTOPA Quince años de fiesta

05 ADOLFO ROMERO “Albura es un disco bien egoísta”

16 CHRISTINA ROSENVINGE “Sylvia Plath es como las paperas, tienes

44 PRIMAVERA SOUND Espejos y laberintos líquidos

que pasar por ella”

06 KOROMOTO 18 GALGO “Venezuela es mi señora madre, pero no El animal rockero de Juan Pablo Solari vivimos bajo el mismo techo” 08 LOS TAPES RECORDS La fina frontera entre rock, electrónica y dub 09 OHMIO Rock con forma de Origami 10 JORGE ISAAC La trascendencia de la flauta dulce y la

comunión entre las artes

Edición #32 Año 6 (2014) © Todos los derechos reservados

Una publicación de La Bemba Producciones, C.A. Rif J-31579764-0 Calle París, Res. La Isla, Apto. 11, Las Mercedes. Caracas.

20 BACKHAND El poder sinérgico en el rock 24 PACO DE LUCÍA Cuando un maestro se va 28 LUZ VERDE Veinte años de genuino rocanrol 34 Discos para leer

Editores/Directores JUAN CARLOS BALLESTA jcballesta@gmail.com XABIER LANDA xabilan@gmail.com

Director de Arte: AARÓN LARES

revistaladosis@gmail.com www.facebook.com/Ladosis www.issuu.com/Ladosis www.facebook.com/revistaladosis twitter: @revistaladosis revistaladosis.blogspot.com

Portada Foto: Cassandra Stuyt @cassandrastuyt

Correctora: Reina León Beretta

Asesores legales: Irma Rojas y Gorka de Abrisqueta

47 Ahí Estuvimos 52 CARACAS EN CONTRATIEMPO 54 EL CINE QUE SUENA David Lynch, pintor de texturas sonoras,

compositor y apasionado del rock n’ roll (última entrega)

56 20 FEET FROM STARDOM

Las colaboraciones son rigurosamente solicitadas. Colaboran en esta edición: Alejandro Fernandes Riera, Carla Montero, Carlos Varela, Daniel P. García, Emilio Méndez, Eugenio Scalise, Félix Arcila, Fotoruido, Hugo Santaromita, Humberto Sánchez Amaya, Iola Mares, Jaxi Parra Golding, Karina Sáinz Borgo, Leonardo Bigott, Mercedes Sanz, Oswaldo Peña (Pig by Art), Patricia Rosas Godoy, Tomás Jaimes.

Agradecimientos especiales: Aarón Lares, Carla Montero, Carlos Angola, Centro Cultural Chacao, José Luis Pimentel, Leonardo Bigott, Mikott Ingeniería de Audio, Oswaldo Peña (Pig by Art),

Reina León Beretta, Vltravioleta, UV Backline, Víctor Morles.

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Edici贸n 31 Concierto Centro Cultural Chacao

Teatro de Chacao. 7 de junio de 2014

Conciertos Victor Morles Natural

Carlos Angola

Vltravioleta

Fotos: Leonardo Bigott

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TODO SE TRANSFORMA

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Rock indomable y sin maquillaje

El trío caraqueño Todo se Transforma suena como un huracán. Nada los detiene sobre una tarima. Su naturaleza indómita escupe ráfagas guitarreras de alto impacto y ritmos salvajes. TST se forma tras la disolución de Panacea, una excelente banda de la que Oswaldo Peña (guitarra, secuencias, voz) formaba parte fundamental. No pasó demasiado tiempo para que junto a Juan Carlos Valery (batería) y Pedro Pablo Peña (guitarra y voz) le dieran vida a este trío de indomable inspiración guitarrera, que se mueve en medio de un terreno que emparenta el post rock de Mogwai, el noise rock de Sonic Youth y el stoner rock de Queens of Stone Age. Oswaldo cuenta de qué se trata esta nueva banda caraqueña

¿Cómo surge la idea de Todo Se Transforma? ¿Qué pasó con Panacea?

TST surge de una necesidad intrínseca y arraigada de hacer música, de compartir el proceso creativo con otras personas que se expresen libremente, sin responder a estándares comerciales. Es un proyecto orgánico, experimental, que transforma la improvisación en piezas musicales. Panacea tuvo su recorrido, un excelente primer disco, Incursión, y después cada quien se dedicó a cosas distintas.

¿De dónde proviene el nombre? (hay una canción de Jorge Drexler que se llama así). La nota de la banda es encontrar una conexión auténtica con el Yo, profundizar emocionalmente, abstraerse del pensamiento

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La dinámica del rock ha llevado siempre a que, de la noche a la mañana, grupos que prometían mucho desaparezcan y nazcan otros. En Venezuela eso ocurre con demasiada frecuencia. El underground efervece con una serie de bandas que buscan proyectarse sobre una tarima, mantenerse activos y proyectar su energía, mientras las circunstancias económicas imposibiliten editar discos físicos. Juan Carlos Ballesta

más allá de las palabras, “filosofar” a través de la música. La idea de la no permanencia, de que nada es constante, de que todo muta, cambia, se transforma continua e infinitamente es alucinante y nos pareció interesante relacionarla con el proyecto. ¿Jorge Drexler? No lo conozco. A juzgar por el sonido, las referencias de bandas de rock explosivo vienen a la mente. ¿Cuáles son sus principales influencias?

Son muy variadas en tiempo y espacio. Este proyecto intenta tener energía en vivo, potencia física, así como plasmar cierta irreverencia por lo cual recurrimos a influencias como Faith No More, Nirvana, White Stripes, PJ Harvey, Radiohead, Cristal Castles, Nine Inch Nails, Joy Division, The Cure, Pink Floyd, Savages y Arcade Fire, por mencionar algunos.

Foto: Elisa Quero

Este año ha sido especialmente complicado ¿Hacia dónde apuntan con la banda? ¿Cuáles son los planes a mediano plazo? ¿Hay un disco en proceso?

Para nosotros lo más importante es mantenernos activos, componiendo, ensayando y tocando cada vez que tengamos la oportunidad. Estamos conscientes de la situación que atraviesa Venezuela y como un disco es un producto costoso nos vamos por la alternativa digital, es decir, no existe el físico pero todo está en la web. Lo más acorde con la filosofía de la banda ha sido grabar los temas en vivo, en estudio, capturando la esencia, luego post producimos y mezclamos nosotros mismos, sin mucho maquillaje, todo hecho con las uñas pero con mucho cariño, y lo más importante: disfrutando, aprendiendo, enriqueciendo el alma.

El aspecto visual parece ser parte fundamental, ¿qué peso tiene en la propuesta y en que se inspiran?

Cada tema, cada idea musical, la asociamos a una ilustración o dibujo, de la misma manera los posters para los toques, son oportunidades de imprimirle una dimensión visual al proyecto. No solo utilizamos artes propios, también recurrimos a personajes como Juan Pablo Peña (Pig By Art), nuestro hermano, y ocasionalmente a amigos como Pablo Iranzo o Carlín Díaz, que han tenido la generosidad de colaborar con nosotros. Básicamente nos inspiramos en la libertad de expresión, la alegría y la emoción de vivir, creo que todos los artistas recurren a eso.


ADOLFO ROMERO “Albura es un disco bien egoísta”

Luego de la disolución de la agrupación Bajo Tierra, una de las más contundentes de la escena valenciana en lo que va de siglo, su vocalista e indomable frontman decidió comenzar una carrera como solista. El álbum debut fue publicado en 2013, con diez temas cantados de nuevo en inglés. Humberto Sánchez Amaya

dice quien ahora firma su obra como Adolfo Romero Story, para afianzar que es otra etapa, un resurgimiento. Sobre, ¿por qué Albura?, responde: “Es la parte más sensible de los árboles. En ese momento yo estaba muy sensible. Los temas son muy personales. Lo vi como una metáfora sobre lo que yo sentía”. “In this world, In this world, I am alone, In this world, alone”, canta Romero en la tercera de las diez canciones de la producción, compuestas en lo que él llama “una oscuridad fea”, tiempo en el que sacó sus demonios. “Algunas letras hablan de mis padres. Hay una letra que habla de mi hermano que falleció. Recuerdos de los años noventa cuando uno estaba por ahí con sus amigos. Hay otra que habla sobre suicidio, y una que habla sobre renacer después del suicidio”, detalla el artista, a quien no le gusta componer sobre amor. Eso se lo deja a otros. Si lo hace, se refiere al que puede haber -por ejemplo- entre padre e hijo. “Fue un disco bien egoísta, si se puede decir, porque ni siquiera pensé en sacar disco. Lo hice para drenar. Necesitaba salir de la soledad que tenía”. Aún considera que toca mal la guitarra. Por eso, al momento de grabar, trabajó en la producción con Johnny Peña, de Alfombra Roja, ejecutante del instrumento Foto: Cortesía Adolfo Romero en buena parte de las sesiones. “Sólo grabé cuatro o cinco”, aclara. Adolfo Romero no sabía tocar la guitarra Otra particularidad en su obra es el cuando decidió emprender su primer inglés, idioma en el que canta. Asegura proyecto como solista. Aunque no era un no poder expresarse en español con la novato en la música, la pericia con los instrumentos siempre fue de otros. “Soy un música. Admira a los que lo hacen bien en castellano. Piensa que pocos lo han vago. En los 15 años que estuve con Bajo logrado. Ha escrito, pero no lo considera Tierra no me interesó aprender nada. Mal bueno. “El rock es en inglés. Sí se puede hecho. Lo que hacía era escribir las letras hacer en español, pero el nacimiento y las melodías de voz”, cuenta sin tapujo del rock, la esencia es en inglés”, acota sobre su rol como líder de esa banda. Romero, quien hasta hace poco estuvo Eso no lo amilanó. Un amigo le anotó acordes básicos en un papel, los practicó y un tiempo parado por un accidente en la así fue gestando Albura. El momento no era mano que le impedía tocar. “Cosas de borracho”, resume fácil. Aún estaba afectado por la disolución sobre las causas de su fractura. Pero del grupo. Los conflictos sobrepasaron los ya está recuperado, así que prepara límites y se disolvió el grupo con el que la publicación de cuatro de las seis estuvo tantos años y en el que hubo al menos 18 integrantes. “Como pude, empecé composiciones que quedaron por fuera de Albura. Se podrán descargar de Internet, a hacer cosas. Siempre había tenido en la al igual que su ópera prima, de las que mente hacer un disco acústico, claro, con hubo sólo 100 copias en físico. personas que toquen la guitarra”,

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KOROMOTO “Venezuela es mi señora madre, pero no vivimos bajo el mismo techo”

Las mujeres venezolanas no son solo conocidas en el mundo por los concursos de belleza o las telenovelas. Gleibis Coromoto Gil, conocida primero como Djane GG y desde hace un tiempo como Koromoto, es una de las DJs pioneras del electro y el minimal techno en nuestro país, donde empezó a mezclar en 1999. Tras una interesante trayectoria, en 2005 decidió radicarse en Berlín, la meca de la electrónica en la que se abre paso a base de talento y eclécticas ideas. Juan Carlos Ballesta

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Foto: Owen McCann


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En lo que va de siglo se ha producido una diáspora de músicos venezolanos que envuelve a diversos géneros, desde el rock a la música académica, pasando por el jazz, la salsa y el folklore. La música electrónica no podía ser la excepción, aunque por ser uno de los renglones con mayor competitividad en el planeta, la tarea de diferenciarse se torna cuesta arriba. De las noches caraqueñas han salido unos cuantos nombres que han ido a parar a las principales mecas de la electrónica como Londres, Barcelona, Nueva York y por supuesto, Berlín. Uno de los personajes de la nocturnidad caraqueña que decidió instalarse en la capital alemana es Koromoto (Gleibis Coromoto Gil), quien hace unos años se hacía llamar DJane GG. De eso hace ya ocho años y desde entonces ha logrado captar la atención de la comunidad ligada al electro, el house y al minimal techno, gracias a sus presentaciones en locales y festivales, y a su particular música que nunca deja de lado la influencia del Caribe. Atrás quedaron sus sesiones en Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, San Cristóbal, Mérida, Cumaná, Puerto La Cruz, Margarita, Los Roques, en decenas de clubs (Barra Bar, Santa la Diabla, Fussion, Atlantic, Tiffany´s, La Belle Époque, Moulin Rouge, Electro, Living Room, Maroma, Quelas, Makoto Bar, Brighton, Loft, Malabar, Loading, AM, Backstage) y fiestas de reconocidas marcas que la ayudaron a cimentar su particular estilo y posicionarse como una de las, para entonces, pocas mujeres DJs de nuestro país. También se ha presentado en Colombia, Inglaterra (Notting Hill Arts Club, Santiago Groove Cartel, The Marquee Club, entre otros), España, Hungría (Sziget Festival 2006), Holanda y varias ciudades de Alemania. En Berlín tenemos una embajadora.

¿Cómo ha sido el proceso de aprendizaje desde que te instalaste en Berlín?

Al principio me sentía como una niña alemana de tres años de edad que aprende a hablar correctamente. Por suerte ya sabía caminar y eso me hizo ahorrar tiempo, aunque la verdad los cambios me asustan y al mismo tiempo me gustan. Los acepto si traen mejoras y aprendizajes. Trabajar aquí me ha permitido introducir en mi set elementos de la vanguardia que me rodea, lo que hace que mi trabajo se torne más original.

¿Que te llevó a incursionar en el mundo de los DJs?

Siempre escuché mucha música, la estudié en un conservatorio y decidí trabajar con ella como Dj en 1999 cuando mi colección de música electrónica era suficientemente representativa como para ensamblar un buen set. Tener muchos

discos juntos, mezclarlos y hacer que la gente los escuchara a buen volumen y, que además los bailara, me producía un morbo especial.

¿Cómo sientes la escena berlinesa en 2013?

Sigue siendo el epicentro de la electrónica Es cierto que desde hace muchos años han existido en Berlín muchos colectivos, labels, legendarios clubs, fiestas en los sótanos abandonados, en las fábricas vacías, espontáneos open air y parades. Pero creo que lo que hace que sea la capital mundial de la escena electrónica es que se haya desarrollado un auténtico ambiente de fiesta, y eso se debe en parte al apoyo del alcalde Klaus Wowereit y la eficaz comunicación que existe ahora en el planeta. Cada fin de semana, con los vuelos económicos de líneas aéreas locales de Europa los “techno turistas” vienen hasta aquí desde todas partes para salir de fiesta desde el viernes por la noche hasta el lunes por la mañana. Como dijo ese alcalde: Berlín es pobre pero sexy; no se vive el “American Dream” pero es una de las ciudades más seguras del mundo, es muy verde, atractiva, popular por su arquitectura innovadora y por sus bajos costos. Hay cerca de 300 actividades culturales por día. Berlín no tiene industria pesada, la mayor parte de la población vive de los servicios (turismo, gastronomía, moda, hotelería y fiestas)…Desde mi punto de vista, aun no hay ninguna gran ciudad que cuente con tantos clubes dedicados a la escena del techno como Berlín...Y creo que por ahora no hay quien la pare.

¿Te sientes cómoda después de 9 años?

Pues nada es perfecto, todos los años entre enero y marzo esta ciudad muestra, para mi opinión, su peor cara: amargada, fría y gris. Yo hago lo mejor que puedo, uso esas fechas para tomar vacaciones o trabajar en otros países o asumo y me resigno diciendo como dicen muchos aquí: “no hay mal clima sino mala ropa”. Pero en general la quiero, así; a veces feíta y todo es mi hogar, me siento en casa.

¿Cómo sientes después de tantos años que ha avanzado el rol de la mujer en el mundo de la nocturnidad gobernada por la figura del DJ masculino?

Para mí no existe una razón particular por la cual el ser Dj sea un trabajo que deberían hacer más los hombres que las mujeres. No entiendo porqué se ve así. Las buenas cosas viven del equilibrio de géneros, edades, estilos, nacionalidades, etc... Eso le da más color a la noche y creo que lo entiende cada vez más mucha gente. Por eso la situación gira, coloca a las chicas en una posición interesante, más versátil, una fuerza diferente que a veces desconcentra a los colegas y al dancefloor.

¿Sigues conectada a Venezuela?

Claro, ¿cómo no?. Venezuela es mi señora madre, nos amamos, me educó, me vio crecer, nos visitamos, la cuido, nos ayudamos, si me llama voy corriendo, discutimos, discrepamos, nos abrazamos, celebramos muchas veces juntas, si nos matan a alguien de la familia lloramos también juntas, pero no vivimos bajo el mismo techo.

¿Sabes algo de lo que pasa aquí?

Falsos sueños, armas de fuego, miedo, impotencia, frustración, mentiras, costumbre, deterioro, falta de ética, inseguridad, desarraigo, ignorancia política, evasión, irresponsabilidad del estado, dinero, risas, juventud, familia, potencial, energía, capacidad, abrazos, gente de toda la vida, solidaridad, generosidad, colaboración, hermandad, espontaneidad, creatividad, música, belleza, sol, mar y amor. Si, en el segundo semestre de este año, pero aún no tengo una fecha definida.

¿Vives de ser DJ?

Si, en parte. Tengo también un proyecto de diseño y ambos me permiten tener una relación más selecta, desinteresada y sana con la música.

¿Qué planes tienes en el corto y mediano plazo como DJ?

En estos últimos meses he estado tocando en diferentes clubes de la ciudad (Klub der Republik, Suicide Circus, Fiesere Mise, R19, etc) con Dada Revolution, un colectivo radicado en Berlín de músicos, artistas plásticos y vjs de Alemania, Italia y Japón. Son muy diversos dentro de la gama del techno y me siento muy cómoda compartiendo con ellos. También aprovecho cuando hay calor y toco en la orilla del Plötzensee y del Spree para los open air de Berliner Luft y Sage Beach. Estoy produciendo mi tercer trabajo y sin apartar ni poner resistencia a la tecnología y apoyando el trabajo de muchos productores, me dejo enamorar otra vez del vicio costoso de los vinilos.

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LOS TAPES RECORDS La fina frontera entre rock, electrónica y dub

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Se identifican solo como Jorge y Jhamil. No hay apellidos. No hacen falta. Su música es suficiente carta de presentación para saber que detrás de esos dos nombres subyacen dos espíritus inquietos y deseosos de expandir las fronteras musicales. Así, ambos mezclan un poco de su entorno inmediato y mucho del sonido de space rock, dub, ambient, post rock y otras corrientes que se resisten a los corsés. Ecos de Seefeel, Mad Professor, Boards of Canada, Spaceman 3, Deadbeat, entre otros, se perciben en mayor o menor grado. “Nos inspira principalmente el mismo medio ambiente en el que vivimos y las experiencias que se viven dentro de la venezolanidad, nuestro disco Salvajismo Mágico, pretende canalizar estas inquietudes. Los géneros que nos gusta desarrollar son variados y los artistas que consideramos importantes para nuestro sonido van de Tim Hecker a King Tubby y de Spaceman 3 a Aphex Twin”, confiesan sin problema alguno. Por su sonido, fácilmente podrían ser parte de cualquier sello especializado en propuestas novedosas, como Warp, Kranky o Domino. “Tenemos muy consciente lo que ha significado Warp para el mundo

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Foto: Pelaccio Cortesia: Bellshow Entertainment

Siempre da gusto descubrir propuestas alejadas de estereotipos. El dúo caraqueño tiene años modelando un sonido a medio camino entre el rock experimental, la electrónica más gentil, el dream pop y el dub. La mezcla arroja un resultado que según ellos apunta hacia el “Expresionismo Impresionante”. Su reciente disco, Salvajismo Mágico (2014) fue estrenado por la emisora de Los Ángeles, Dublab.com Juan Carlos Ballesta

de la música en los últimos 20 años, sus artistas antiguos y los más recientes como Battles son muy influyentes y si llegaran a contactarnos con gusto conversaríamos con ellos. El sello disquero Kranky también ha publicado trabajos que han sido importantes para nosotros”. Sin embargo, ha sido la emisora de Los Ángeles, Dublab.com la que ha puesto el ojo en ellos, difundiendo en enero pasado su más reciente trabajo El génesis de Los Tapes Records no difiere de bandas de rock formadas por amigos de la infancia y adolescencia que se reúnen a experimentar y a pasar el tiempo. La identidad estética y la ética de trabajo en este caso comenzó a aparecer en el año 2007, luego de que ambos decidieran enseriarse y buscar un sonido propio, que sin embargo, no esconde sus influencias. El nombre del proyecto llama la atención: “Forma parte de nuestra propia evolución como proyecto musical, durante inicios y mediados de 2000 grabamos muchos cassettes y mini discs que pensábamos nunca iban a salir a la luz y cada vez que nos reuníamos a tocar le llamábamos a la situación un poco en broma “Lost Tapes” (cintas perdidas). Luego adaptamos el nombre a Los Tapes Records, con la idea de mantener ese espíritu de espontaneidad del jamming. Afortunadamente muchas de estas ‘cintas perdidas’ las pudimos utilizar como samplers en varios temas que han ahora forman parte de nuestro catálogo”. Ambos tienen claro hacia dónde se dirigen. “Nuestra propuesta sonora apunta hacia el desarrollo del ‘Expresionismo Impresionante’ que es el estilo en que estamos trabajando ahora, y guiados por ese sonido nos mantenemos produciendo temas nuevos lo más seguido posible”. Según confiesan, su arsenal de trabajo lo componen un grabador de cassette, un mini disc, Quicktime, Garaje Band, Reason (por corto tiempo), Logic y Ableton Live. Jorge y Jhamil no se cortan para autodefinirse: “Nos vemos como unos rolingas a los que les gusta mucho el dub. Usamos la electrónica para plasmar nuestra música, y esto de algún modo influencia el resultado final. Estamos siempre dispuestos a experimentar con la música que nos llame la atención”.


OHMIO

Rock con forma de Origami explica Cabrera, quien también es arquitecto y responsable del arte gráfico de Origami junto a su esposa Dayanni Adames. Advierte que con su obra no busca quejarse, desatar ira ni protestar: “Pensamos que con la música puedes ganar más que quejarte con ella, que sea más bien reconfortante, que genere sensaciones”. Sin embargo, como las excepciones son parte del combo de la regla, en Origami se escucha “Dispárame”, sobre la delincuencia en el país. “Es una crítica abierta, una sátira a lo que sucede en Venezuela con la violencia. Un cuento que no es algo personal, pero que revive situaciones con las que estamos en total desacuerdo”, describe el artista. Como letrista influyente nombra a Gustavo Cerati. Menciona su apellido sin considerar a otros. De repente se acuerda de León Larregui y su trabajo con Zoé, pero lo dice como si los mexicanos todavía estuvieran en período de prueba. En la música, la inspiración viene de Nine Inch Nails, Depeche Mode, “bandas que trabajan la electrónica con el rock en directo y que no por eso dejan de ser contundentes”.

Casi una década

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Agua, tierra, aire y fuego son los cuatro elementos que el vocalista de Ohmio, Jonathan Cabrera, asegura están presentes en las canciones de Origami, el segundo disco de la agrupación venezolana que se estrenó a mediados de mayo, casi 10 años después de su ópera prima, 6101, publicada en 2005, luego de haber participado en el Festival Nuevas Bandas de 2003 y ganado por Master Gurú. Iban a llamarlo Origami de éter, en alusión a esa hipotética sustancia que en la antigüedad creían que respiraban los dioses y ocupaba los espacios. “Queríamos algo que fuera geométrico, matemático, como es la música naturalmente, y que fuese mágico también”, afirma el cantante sobre un álbum que se puede conseguir tanto en formato físico como digital. “Ella eleva mi temperatura, ubicada más alto que yo. Su energía por siempre perdura, y me causa dolor. No estimula sino

Foto: cortesía Urban Media

La banda nacida en Cumaná a comienzos de este siglo y radicada desde hace unos años en Puerto La Cruz, acaba de estrenar su segundo disco de estudio, conformado por 10 temas inspirados en su mayoría de intangibles con una música que mezcla el rock con la electrónica. Humberto Sánchez Amaya

representa, la más pura de las energías. Cuando cae sobre mí alienta. Sin melancolía”, canta en las primeras estrofas de “Luz”, tema que cita como referencia a lo que expone casi como manifiesto. “Muchos pueden pensar que es una canción de amor, o a una chica, pero es de amor y admiración a la luz como tal, a la luz natural, todo lo que puedes ganar de ella, todo lo que puede hacer sentir”,

Seis años después de su primer disco lanzaron Muestra médica, un compilado de remixes. En 2012 sacaron otro con lados B. Paralelamente a esas publicaciones, cada uno de los integrantes desarrolló proyectos paralelos. De los miembros originales sólo quedan Cabrera y Denys Bonilla. El primero comenzó una carrera como DJ, mientras que el segundo es violinista de la Orquesta Sinfónica de Anzoátegui. Los otros dos, Julio Contreras (batería) y Daniel Moreno (bajo y programación), son productores. Moreno es uno de los organizadores del Virgen Fest, que se realiza en Lechería todos los años. Con Origami trabajaron por primera vez con un productor. El que rompió la tradición fue Jean De Oliveira, líder de Candy 66, a quien Cabrera califica -al igual que a su banda- un “sobreviviente de la movida grunge y post-grunge”. “Pensamos que la gente está muy ansiosa de música y de drenar la energía que tiene. Venezuela es un país, en el plano económico, político, sentimental y social muy sorpresivo. De pronto pasa algo, de pronto no pasa nada. Nada nos asegura que las cosas puedan estar mejor. Nada nos asegura que puedan estar peor. Es bien difícil tener un panorama claro, por eso decidimos hacerlo”, resalta el músico para pocos segundos después, rematar: “Es lo que hacemos. Es música. Es entretenimiento. Es nuestro trabajo”.

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Fotos: cortesía de Jorge Isaac

JORGE ISAAC La trascendencia de la flauta dulce y la comunión entre las artes Este caraqueño nacido en 1974, es una de las figuras más relevantes de las propuestas artísticas multidisciplinarias y la flauta dulce. Elogiado por la crítica internacional, Jorge es poseedor de varias premiaciones y es el puntal de la Fundación Visisonor, la cátedra de Flauta Dulce del Conservatorio de Amsterdam, Holanda, director artístico del Catalogue of Recorder Repertory y director artístico de Instrumental Way Project. Leonardo Bigott

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Jorge Isaac inició sus estudios de flauta dulce a los seis años en la escuela de música Sebastián Lozano, de Valencia. Luego, culminó sus estudios superiores de ese instrumento en el conservatorio de Amsterdam, Holanda, bajo la guía de Walter Van Auge, en 2002. Cuatro años después, en 2006, fue designado profesor titular de la cátedra de flauta de esa institución sucediendo al mencionado maestro. Su labor ha sido reconocida en diversos eventos internacionales como la Competencia Internacional de Ejecutantes de Música Contemporánea Gaudeamus 2001 en Holanda, incluyendo el premio especial al mejor uso de “live electronics” y la Competencia Internacional de Música Contemporánea Krzysztof Penderecki en Polonia 2001, categoría solistas. En el 2004, recibió el primer premio en la competencia Jur Naessens Music Award en Holanda por su producción multimedia “Mensa Secunda”, la cual fue presentada también en Venezuela. En el 2007, le fue otorgada una Mención Honorífica en el prestigioso Festival de Arte

Electrónica Prix Ars Electronica en Austria, por su producción “Marionette”. Ha grabado para la radio del estado Hessen de Alemania (HR 4), TeldecAlemania, samplers en Estados Unidos y en la producción discográfica Bugambi con su propia música junto al pianista/ compositor Elik Alvarez en la ciudad de Los Ángeles. Isaac se ha presentado en diversos espectáculos en Alemania, Holanda, Irlanda, Italia, Inglaterra, Rusia, Suiza, Polonia, Noruega, Finlandia, Ucrania, Turquía, México y su país natal, Venezuela. Docente relacionado además con proyectos de música antigua, también dirige la Fundación Visisonor Media Productions y se ha presentado junto a reconocidos músicos y agrupaciones como los ensambles Schoenberg, ASKO, la Orquesta de Cámara Holandesa, el Ballet Nacional Holandés, la Ópera Holandesa, el director de escena Pierre Audi, los compositores Roderik de Man, György Ligeti y el director Reinbert de Leeuw. Más de 100 obras han sido dedicadas a su nombre. Y solo tiene 40 años.


¿Cuáles son los objetivos de la Fundación Visisonor?

Producir conciertos, performances, instalaciones multimedia y proyectos de investigación con base en la música clásica contemporánea, electrónica, arte interdisciplinario e ideas para el futuro. La fundé a finales de 2003 y el primer espectáculo fue en 2004. Diez años después, se han llevado a cabo unas 20 producciones y cientos de conciertos en más de 20 países en salas de distinta envergadura, desde salas clásicas para grandes conciertos, hasta actividades underground. Con la fundación quiero promover el arte moderno en la forma más amplia: auditivo, visual, corporal.

¿Cómo surge Black Pencil?

En 2010 fui a Estanmbul donde se me solicitó hacer un proyecto que tuviese una clara relación entre las culturas de Holanda y Turquía. El concepto lo tenía en mis pensamientos desde hacía algún tiempo. Me sumergí en diversas áreas de la cultura artística turca y me fascinaron las miniaturas de Mehmed Siyah Kalem, famoso pintor del siglo XV. Quise entonces crear un ensamble que mezclara la cultura occidental con la oriental. Siyah Kalem significa lápiz negro en turco, de allí el nombre del ensamble Black Pencil. Nos sentíamos muy a gusto con el proyecto y la consecuencia lógica fue continuar. Así que en 2010 hice los lineamientos artísticos para cinco temporadas más basados en fenómenos folklóricos de diversas culturas. El primer proyecto fue entonces con base en las pinturas de Siyah Kalem, el segundo en el joropo, luego en la Comedia de’ll Arte. El próximo proyecto (temporada 2014-15) está basado en el arte culinario japonés ‘Kaiseki’.

¿Cómo ha sido el proceso evolutivo desde aquellos días de “Mensa Secunda” al presente?

Fascinante, dinámico, creativo, de muchas experiencias, trabajo y gran satisfacción. El primero, “Mensa Secunda” (2004), se hizo con una enorme dedicación pero con falta de experiencia. Es muy distinto ser músico y tocar la música con tu instrumento a ser director artístico y, en ocasiones, ser el productor ejecutivo. Cada producción ha explorado un tema distinto con diversos métodos de creación. Con los años vas ampliando tu red profesional de artistas, producción técnica y ejecutiva, salas de conciertos, teatros, festivales y patrocinantes. Es arduo y apasionante.

Holanda ha estado a la vanguardia musical. ¿Qué elementos contribuyen a ello y que recomendaciones tienes para Venezuela?

Holanda ha invertido masivamente en cultura durante años, al punto de que un artista puede desarrollarse y mantener una vida de trabajo dedicado a lo que quiere hacer: arte. Esto significa también que hay una enorme concurrencia de gente con muy alto nivel que estimula el desarrollo entre los artistas mismos. En Venezuela, la situación actual trae consigo una nefasta consecuencia para el arte académico: la gente está preocupada por otras cosas y por ello el arte pasa a un plano muy secundario. Pero a la vez, estos momentos hacen que el arte pueda jugar un papel muy importante en el desarrollo social y ser una válvula de escape ideal para la sociedad. Pienso que debe haber una conexión entre instituciones, agrupaciones y artistas en el extranjero para lograr cualquier forma posible de colaboración artística y así no sumergirse en la mediocridad. Es decir, mantenerse muy activo en network

international vía digital. Si una puerta no se abre, tratar con otras hasta que surja una opción viable. El artista venezolano es muy talentoso, pero necesita otro tipo de estrategia de marketing para subsistir en su realidad actual.

¿Qué representa la docencia y el reto de dirigir un departamento de tan prestigiosa institución como el Conservatorio de Ámsterdam?

Tomé la cátedra de flauta dulce al ser escogido como el sucesor de Walter Van Hauwe. Fue, en su momento, muy impactante para mí porque sentía una enorme responsabilidad ya que tuve que comprender que se trataba de la continuación de una obra, una visión, y no el de sustituir a alguien. Me tracé en ese momento una visión de 10, 20 y 30 años: a dónde quiero llevar el instrumento a corto y largo plazo, cuáles son los pasos a dar para una emancipación en otros campos, qué se ha hecho y qué se puede mejorar, cuáles son los aspectos que definitivamente no hay que desmantelar, el concepto de tradición, cuáles son las necesidades del mercado, cuál es el futuro del instrumento y su técnica. Lo más lindo ha sido tener el honor de trazar lineamientos a seguir en tan prestigiosa institución y ayudar a talentos de muchas partes del mundo a desarrollar su propio camino a través de esa visión. Además doy clases a estudiantes de maestría de ‘Libe Electronics’, ‘Music Theatre and Stage Performance’, ‘Tunning and Temperaments’ y desarrollo, con otros colegas, el nuevo programa cross-over ‘Programme Contemporary Music’, donde participan estudiantes de maltería del departamento de música clásica, jazz y pop.

¿Cuáles proyectos ocupan tu agenda actual?

El conservatorio de Ámsterdam, los conciertos y clases magistrales en muchas partes, principalmente Europa, y Visisonor con dos nuevos proyectos que serán presentados en 10 países en la temporada 2014-15. Tengo un hermoso hijo de casi 3 años y una fantástica esposa. ¡Las 24 horas las tengo completamente copadas!

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NACHO VEGAS Canciones con compromiso

Fotos: cortesĂ­a de Marxophone

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Catalogado por muchos como el cantautor español más importante de los últimos tiempos, Nacho Vegas es un autor prolífico e inquieto que desde 2001 ha editado seis discos solistas,tres colaboraciones y siete EPs, sin contar las grabaciones de proyectos previos durante los años 90. Sus referencias van desde clásicos como Dylan hasta el más actual Will Oldham, pasando por Leonard Cohen o Townes Van Zandt; su propuesta, sin embargo, tiene un fuerte arraigo en el rock independiente, del cual proviene. Su trabajo más reciente, Resituación, fue motivo de una entrevista que es presentada junto con un resumen de su productiva carrera solista.

A

Eugenio Scalise / @vemeko

A los 16 años Ignacio González Vegas (Gijón, 1974) ya militaba en las filas de la música como guitarrista de Eliminator Jr., banda de noise pop influenciada por Sonic Youth, My Bloody Valentine y Dinosaur Jr., entre otras. Luego formó parte de Manta Ray, una de las bandas más importantes del Xixón Sound durante los 90, adentrándose en las sonoridades del post rock más experimental. A finales de los 90, fascinado con Bob Dylan y decidido a componer canciones urgentes, abandona Manta Ray. Su primera aproximación a su carrera solista fue una banda sonora (Verdá o Consecuencia) y dos discos con Diariu, en colaboración con Ramón Lluís Bande. En 2001 edita Actos Inexplicables, su debut solista que recibió buena acogida de la crítica y no tanto de la escena indie española, que veía con escepticismo la música de cantautores. En aquel disco, NV nos contaba sus miedos (“El Camino”, “Seronda”), fracasos (“Sitios Distintos”) y recuerdos (“El Ángel Simón”), mostrando la estirpe de cronista en plan Dylan, Cohen, Drake, Cave, Van Zandt y Callahan (Smog). En 2003 edita el disco doble Cajas de música difíciles de parar, en el que se vuelve más confesional contando cosas que su generación no se había atrevido, alimentando la leyenda del músico maldito que habla de búsqueda de identidad sexual (“Historia de un perdedor”),

rupturas (“El Salitre”, “Etcétera”, “Todos ellos”) y la heroína (“Noches árticas”, “La canción de la duermevela”), sin ignorar el contexto político del momento (“N.V. por la paz mundial”, “Gang Bang”). Las canciones compuestas para ese disco se complementan con los EPs Miedo al zumbido de los mosquitos (2002) y Canciones desde palacio (2003), tradición que ha mantenido hasta la actualidad.

Consolidación y colaboraciones

Luego de publicar un libro de relatos (Política de hechos consumados) edita Desaparezca aquí (2005) considerado su mejor disco, en el cual sigue la senda de las letras intensas pero con toques de ironía y humor. En lo musical consigue un sonido más feroz, gracias al mayor protagonismo de su banda, que recuerda a los Bad Seeds. Con este disco encuentra reconocimiento más allá de la escena independiente española y en él se encuentran algunas de sus mejores composiciones: “Ocho y medio”, “Nuevos planes, idénticas estrategias” y “El hombre que casi conoció a Michi Panero”. Posteriormente a este disco, comienza una etapa de colaboraciones que incluye El tiempo de las Cerezas (2006) junto a Enrique Bunbury, Verano Fatal (2007) con Christina Rosenvinge y Lucas 15 (2008), proyecto con Xel Pereda en el que recuperan temas del cancionero tradicional asturiano. A finales de 2008 edita su cuarto disco solista, El Manifiesto Desastre, que no incluye nada que no haya abordado en trabajos anteriores pero deja claro que

aún puede componer grandes canciones como “Dry Martini S.A” o la dura y cruda “Morir o matar”.

La autogestión y la resituación

A finales de 2010, se separa de la disquera independiente Limbo Starr y funda el colectivo Marxophone con el objetivo de saltarse el trámite de las discográficas y auto editarse. En febrero de 2011 lanzó La Zona Sucia (ver Ladosis #16), su disco más accesible, menos confesional que los anteriores y hasta un tanto optimista. Musicalmente es mucho más directo y con arreglos sencillos donde destacan los teclados de Abraham Boba y las guitarras sutiles de Xel Pereda. En septiembre del mismo año, cede una canción a la Fundación Robo, surgida luego de las protestas de los indignados en España (Movimiento 15M) y cuyo objetivo era publicar una canción con temática abiertamente política y social por semana. La primera colaboración de NV a esta causa fue “Cómo hacer crac”, canción que refleja el estado de inconformismo inspirado por los sucesos previos a las elecciones generales de 2011. Las diversas colaboraciones con la Fundación Robo y el estado general de España luego de los últimos tres años fue el caldo de cultivo para las nuevas composiciones. En Resituación, su nuevo disco, se deslastra de las canciones personales y apuesta a una visión de la situación actual de España y del mundo a través de personajes (ver reseña en este número). Al respecto, en plena etapa de promoción del disco y ya montado en la gira de conciertos, Nacho Vegas conversó con nosotros.

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diferentes. A Joseba lo conocí grabando una versión de Woody Guthrie para la Fundación Robo (“Esta tierra es nuestra”). Es un músico increíble, en este disco ha aportado desde los detalles más salvajes hasta los más preciosos.

Hace casi cuatro años te aventuraste a crear Marxophone. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Difícil. Lo creé con mis compañeros en la oficina de I’m An Artist pero mi toma de decisiones se limita prácticamente a mis discos. Nos costó poner en común lo que queríamos que fuese Marxophone y lo que no deseábamos que fuese. Para este disco lo tuvimos más claro y funcionamos como una plataforma de autoedición cooperativa. Estamos muy contentos, aunque me gustaría que se establecieran lazos con otros sellos o plataformas similares.

En Resituación el tema político está siempre presente. ¿Qué piensas de los que opinan que los músicos no deberían mostrar su compromiso político?

A mí no se me ocurre pedirle un compromiso explícito a cualquier músico, pero pensar que no deben mostrarlo es una soberana tontería. Y sí creo que el oficio del músico conlleva una serie de compromisos ineludibles: para empezar con cómo vehiculas tu trabajo. Y eso también requiere un posicionamiento político.

Actos Inexplicables y Resituación tienen referencias a Gijón y ambos inician con un tema instrumental. ¿Cómo ves en la distancia ese primer disco?

Sí, con el inicio quería tender ese puente. Actos inexplicables fue un álbum muy importante para mí, aunque creo que mi forma de cantar y de escribir en muchos aspectos ha mejorado.

“Runrún” funciona como tema central de Resituación y además lo cediste a la Fundación Robo. Cuéntanos sobre el origen del tema y la El año pasado hiciste un homenaje a Mike Leigh colaboración de Javier Más en la guitarra. Sí, cierto, para mí es algo así como el (La vida es dulce) y Resituación es un eje del disco. Nació con el verso “nos disco de personajes. ¿Fue esto influencia quieren en soledad, nos tendrán en al momento de componer las canciones? Es posible, aunque de las canciones que toqué en ese espectáculo sólo incluí “Indefensos” en el álbum. Pero el cine de Mike Leigh es y ha sido una gran influencia, y me gusta ver este disco como una obra coral en el sentido en el que lo son sus películas.

¿Cómo afrontas el proceso creativo de una canción?

Todo parte de una manera bastante íntima y poco a poco se va expandiendo cuando comparto las canciones con músicos, van al estudio, se interpretan en directo. Es bonito ver cómo algo muy íntimo se acaba convirtiendo en algo colectivo.

En Resituación participan muchos invitados y sueles colaborar en trabajos de otros artistas. ¿Cómo surgen las colaboraciones?

Surgen de una manera incierta: dependen de las circunstancias, claro, no siempre es posible coincidir con los músicos, pero también hay algo un poco mágico, por decirlo así: las canciones te llevan a cierta gente, no eres tú el que decide del todo.

común”, tomado de un comunicado de un centro social auto gestionado de Madrid, el Patio Maravillas, después de que detuvieran a dos compañeras por tratar de interesarse por un chico africano que estaba siendo víctima de una redada racista por parte de la policía española. A Javier Más lo conocí en un homenaje a Leonard Cohen, y me di cuenta de que era alguien cercano y encantador. Así que me atreví a pedirle la colaboración. Buscamos un hueco entre sus giras con Cohen y tuve el honor de tenerlo un día en el estudio. Grabó una guitarra maravillosa.

Siempre editas EPs que complementan los discos, ¿quedaron temas grabados o piensas grabar otros?

Sí, hay dos temas de las sesiones del disco que querría rescatar porque me gustan mucho, pero no me encajaban en la secuencia del álbum. Podrían formar parte de un futuro EP, me gustaría seguir con esa costumbre, aunque aún no lo he decidido.

En Resituación no contaste en las guitarras con Xel Pereda tu mano derecha y tu participación en el nuevo disco de Lucas 15 ya no fue protagónica. ¿Cómo llegaste a Joseba Irazoki? Xel quería centrarse en Lucas 15 y yo en este disco, así que tomamos caminos

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No es un secreto que tu música ha sido referente creativo para nuevos artistas. ¿Quiénes son tus principales referentes e influencias en tu música?

Lo que escucho a cada momento. Este último año ha sido Chicho Sánchez Ferlosio, Georges Moustaki, Mursego, Fabrizio De André, las Kumba Queers, Lorena Álvarez y su Banda Municipal...

¿Qué nuevos artistas españoles te parecen interesantes y cómo ves la escena musical española actual?

Me gusta la manera de afrontar la música tradicional de Lorena Álvarez, a la que acabo de mencionar. De formas diferentes también lo están haciendo otros como Pablo Und Destruktion o María Rodés, que me encantan. No sé si aún se puede hablar de una escena sólida, o si eso es deseable siquiera, viendo cómo ha ido con la escena indie. Pero creo que es un buen momento.

Aunque medios como Zona de Obras divulgan música latinoamericana, es poca la música de este lado del Atlántico que se conoce en España. ¿Qué artistas te parecen interesantes? ¿Has escuchado alguna propuesta de Venezuela?

No he escuchado música de Venezuela y de verdad que me gustaría. Me encanta el fenómeno de la cumbia en Latinoamérica, un género transversal que tiene diferentes manifestaciones en cada país y que sale de la calle, de los barrios. Es el equivalente al punk en los setenta. Me gusta lo que está haciendo Uproot Andy con la música latina o artistas como La Yegros o las Kumba Queers.

¿Qué recuerdas de esa experiencia de haber tocado en Caracas en noviembre de 2003?

¡Fue muy fugaz! Me hubiera gustado estar más, tocar más y haber podido apreciar mejor la realidad política del país. En España la mayoría de las cosas que nos llegaban de Venezuela estaban pasadas por el filtro de la prensa neoliberal, que tan pronto cantaba las virtudes de un cuasi fascista como Álvaro Uribe como llamaba dictador a Chávez.



Foto: prensa

Foto: Pablo Zamora

CHRISTINA ROSENVINGE

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“Sylvia Plath es como las paperas, tienes que pasar por ella” La cantautora española, de padre danés y madre británica, comenzó su carrera en 1980 mezclando punk con ska en plena movida madrileña con la agrupación Ella y los Neumáticos. Luego, el efímero grupo Magia Blanca dio paso en 1987 al exitoso dúo Alex y Christina, de orientación pop bastante naif. A comienzos de los 90 se lanza como solista con Christina y Los Subterráneos, comenzando así su etapa más introspectiva que dura hasta hoy y que incluye una estancia de 5 años en Nueva York, etapa que la acercó a músicos de Sonic Youth, Come, Yo La Tengo y otras emblemáticas bandas, quienes han participado en muchos de sus discos. Christina confiesa, riéndose, que cuando escribió “Chas” -uno de sus primeros y lejanos temas- leía “Doña Flor y sus dos maridos”, de Jorge Amado. Distinta de aquella chica, ahora madura, embellecida por la vida, habla la cantautora de su yo lector.

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Karina Sainz Borgo / Madrid, España

Una película de maquillaje delata, levísima, una grieta; a veces en la comisura; otras en el pómulo. Casi podría pensar uno que aparece y desaparece de su rostro. Sentada con las piernas cruzadas, elegante y rubísima -una pálida ninfa, que dijeron alguna vez-, Cristina Rosenvinge Hepworth (Madrid, 1964) confiesa, riéndose, que cuando escribió “Chas” leía “Doña Flor y sus dos maridos”, de Jorge Amado. Distinta de aquella chica que cantaba con Los Subterráneos, luce ahora madura, dueña de sus palabras y sus errores, y embellecida por la vida. Así habla la cantautora de su yo lector. Sentada ante una pequeña mesa, la cantautora española despelleja la relación entre literatura y música, que en su caso es una misma cosa. Sólo Tu labio superior (2008) y La joven dolores (2011) serían suficientes para entenderlo. Porque la suya es, a veces, una poética de la demolición. O eso podrían pensar quienes han atravesado un desierto escuchando sus canciones. Con Flores raras (1998), Frozen pool (2001), Foreignland (2002), Continental 62 (2006) o Verano fatal (2007, junto a Nacho Vegas), se puede hacer un equipaje para llegar al fin del mundo. Y regresar.


Foto: Pablo Zamora

Foto: prensa

Hace unos años, en el número 21 de la revista “Eñe”, Rosenvinge colaboró con un texto sobre su biblioteca, un mueble combado y anárquico que reaparece esta tarde delatando a su dueña, una chica que saltó de “Los cinco investigadores” a “El Proceso”, de Kafka. Así, sin anestesia. Siguió con Kerouac y llegó, con 16 años, a Nabokov. A pesar de ser entonces una Lolita, fue Humbert Humbert el personaje con el que se sintió identificada. Su hermana Teresa, que es poeta, tuvo mucho que ver en sus lecturas, dice. “Música y literatura siempre han sido lo mismo. No concibo las canciones sin un texto, que potenciado por la música funciona de otra manera que sólo escrito. Claro, no es del todo sencillo. Tienes que buscar una melodía que no estropee la letra”, cuenta la cantautora a la vez que repasa los años que la han hecho lo que es ahora: una mujer hecha de algo fascinante.

Los años neoyorquinos

Cuando se marchó a los Estados Unidos -lo que iba a ser una estancia de dos meses se transformó en cuatro años dice-, se enfrentó a un idioma, a escribir en otra lengua. Anne Sexton y la poesía confesional femenina hicieron lo que la muñeca de madera con Basilisa: guiarla.

“Escribir en inglés te da más libertad. El español es muy jodido para escribir. Es poco plástico, siempre te estás pegando contra las palabras. Me quería acercar a una manera de escribir, que es bastante anglosajona, que parece graciosa y fresca. Busqué a la gente que lo hacía. En ese momento, la poesía fue muy importante y es una etapa que todas las mujeres que escribimos tenemos que pasar. Sylvia Plath es como las paperas, tienes que pasar por ellas”, dice, soltando una risa levísima. Hay una edad en la que ciertas palabras se pronuncian sin complejos, piensa la cantante. Ruptura, pérdida, error, madre, mujer. Sustantivos con los que ella teje una red. Su disco más reciente, La joven dolores, echa mano del mito, el arquetipo y la larga silueta de lo femenino para urdir, a la vez, melodía y metáfora. La leyenda del amor entre la ninfa Eco y el bello Narciso, por ejemplo, le sirvió para “Canción del eco”. Y sobre esa idea, la del personaje femenino como lugar literario, reflexiona Rosenvinge: “Los personajes femeninos siempre han estado escritos por hombres, por eso son histriónicos. Les faltan matices”.

consigue más cosas. “En la poesía femenina consigo una obscenidad que me interesa muchísimo”. Ahora que huye de la influencia anglosajona, se refugia en Gil de Biedma. No tiene un libro canónico, tampoco una selección de imprescindibles. No cree en tal cosa como una lista. “No tengo método, como no tengo memoria. Y me gusta porque todo me sorprende”. Ha escrito un diario, cuentos, poemas y una novela que -dice ellano llegó a buen puerto. “Yo no puedo tener una idea de principio a fin si no dura 4 minutos”, afirma. En las nuevas canciones en las que está trabajando, reconoce Rosenvinge una vocación más comunicativa. “Hoy no toca hablar de lo personal, arrollado por lo colectivo. Y es complicado, porque el lenguaje sobre lo colectivo es feo”. Y como si encendiera ideas geniales con un mechero, una tras otra, Rosenvinge suelta frases lúcidas, a las que se pegan solas las comillas. No va de nada. No lo necesita. Ella sola se basta y lo sabe: “Pensarse como un personaje es algo muy del siglo 20”.

De regreso a su idioma

Lee distintos géneros. Novela, ensayo, pero es acaso la poesía aquel en el que

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GALGO

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Formación de Galgo que grabó el disco. De izquierda a derecha: Emiliano Plank, Juan Pablo Solari, David Rondón, Rafael Garnica. Fotos: Alex Connor

El animal rockero de Juan Pablo Solari

Los años 90 dejaron amplia huella en Juan Pablo Solari. Su paso por la banda La Nave, junto a Mariano Godoy y Octavio Suñé, fueron definitivos en su formación. Sin embargo, tal como pasó con sus excompañeros, la llegada del nuevo siglo lo vio instalado en España. Primero en Madrid y luego en Barcelona; ambas ciudades fueron el caldo de cultivo para sus nuevas inclinaciones como guitarrista y front man, dejando atrás la batería. En 2009 le da vida a Galgo y edita Live Sessions #1, que fue seguido por Hit the Prey with the Teeth en 2011, año en que la banda se presentó en Caracas. A fuego lento se cocinó su disco debut, Love Kills, que fue grabado y mezclado en Barcelona, masterizado en Londres y tocado por la segunda formación: Juan Pablo Solari (voz/ guitarra), Emiliano Plank (bajo), David Rondón (guitarra), Rafael Garnica (batería) y Sergio Godoy (guitarra invitado). El sonido de Galgo está lleno de instinto animal, es honesto, agresivo y comedido en ocasiones. Desde Berlín, su nuevo epicentro creativo, Juan Pablo cuenta la historia con lujo de detalles.

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¿Qué tuvo que pasar para que naciera el proyecto Galgo?

El motor principal para crear Galgo fue la necesidad de sacar al frente composiciones que venía haciendo después de mi partida de Venezuela hacia Europa, viviendo de ciudad en ciudad, pasando por buenos y malos momentos en la ruta; todo ello fue el detonante, muchas cosas por decir y hacer. Después de haberme ido de Venezuela, estuve viviendo 9 años en Madrid en donde sentí la necesidad de comenzar a componer música desde otro punto de vista; mi instrumento primario es la batería y como no es un instrumento de composición melódica, decidí tomar la guitarra y comenzar a armar composiciones que me permitieran exorcizarme, drenar y contar lo que estaba sucediendo y había venido sucediendo en los últimos años; una especie de diálogo personal conmigo mismo que con el tiempo se fue expandiendo en su mensaje y estructura; sin ningún otro objetivo que ese.Al mismo tiempo dedicaba mi tiempo a la dirección de arte, siempre relacionada a la música y que me ha acompañado hasta el día de hoy; ambas fueron fuentes y estímulos para gestar el animal. Luego decidí irme a vivir a Barcelona, y al llegar tomé la decisión de conformar una banda para así dar vida a Galgo y comenzar

a alimentarlo; allí se arma la primera formación con Sergio Godoy en la guitarra, Félix Ovalle en la batería y Luca Nápoli en el bajo; todos veníamos de historias y lugares distintos, exceptuando Sergio quien es hermano de Mariano (guitarrista de La Nave), con quien existía un vínculo más cercano. Con aquella primera formación comenzamos a perfilar el sonido de Galgo; grabamos el primer EP: Live Sessions#1, compuesto por seis canciones grabadas en directo para destacar el sonido más crudo y espontáneo de la banda.

Los músicos en el disco y los que vimos en Caracas son otros

Si. El tiempo y las decisiones personales hicieron que después de varias presentaciones y de casi tres años juntos la formación se disolviera dando paso a la segunda generación. Vivimos en ciudades donde la mayoría de la gente está de paso y de la misma manera en que llegan desaparecen, todo parece ser temporal y así se formó la segunda generación con la llegada de Emiliano Plank en el bajo, a quien conocí por amigos en común; luego a través de amigos conocí a David Rondón que llegaba a Barcelona para estudiar Music Business & Production, y quien, a su vez, me presentó a Rafael Garnica que estaba llegando de Londres para


Juan Pablo Solari, músico argentino/venezolano formó parte de la escena caraqueña de los años 90 como baterista de La Nave. Tras vivir en Madrid y Barcelona durante años, ahora como guitarrista y cantante, le dio vida a Galgo, una criatura que a pesar de su nombre, ha llevado sin apuro durante varios años y tres formaciones distintas. Ahora radicado en Berlín sigue trabajando por la proyección definitiva de este proyecto. Carlos Varela

reestablecerse en Barcelona; podríamos decir que en esta etapa todo sucedió de forma muy espontánea; no nos conocíamos personalmente y tampoco el bagaje musical que traíamos, simplemente nos juntamos a tocar y desde el primer ensayo el animal volvió a su camino. Esta es la etapa en que fuimos directo al grano; grabamos el segundo EP: Hot The Prey With The Teeth; que comenzaría a sonar en las radios venezolanas pocos meses después y a activar nuestra visita a Venezuela en la que tuvimos la oportunidad de tocar junto a Zoé y Viniloversus. Al llegar de vuelta a Barcelona comenzamos a hacer más directos, pre-producir el álbum para luego entrar en estudio y materializar Love Kills, el álbum debut.

mantiene vivo a un músico y razón por la cual se dio vida al animal. En definitiva, Galgo es un ente en constante proceso creativo y de transformación; todas y cada una de las personas que han vivido en él son importantes y Love Kills, aunque tiene una carga emocional bastante personal, pertenece a todos y cada uno de los que estuvieron en él a lo largo del camino.

¿Cómo definirías el disco?

Es un disco nocturno, con una fuerte carga emocional, nueve canciones que pueden salvarte o matarte para hacerte renacer; es un disco que se mueve entre extremos desde todo punto de vista, un disco imperfecto, humano.

¿Por qué cantar en inglés?

En los últimos años he vivido en lugares donde tienes que valerte de otros lenguajes para poder comunicarte siendo el inglés uno de los más frecuentes, mi vínculo con el idioma se ha hecho cada vez mayor a lo largo de los años; desde un principio las canciones de Galgo han sido escritas en inglés sin cuestionar el porqué; de todos modos la música es un

¿Qué tanto de Venezuela y cuanto de España hay en la propuesta de Galgo? ¿Cómo influye la formación en la escena caraqueña de los 90 y la española del siglo 21?

Hay un poco de todo; en el caso de Love Kills son experiencias sucedidas a lo largo de muchos años las que te empujan a escribir o componer, por ello tiene un poco de cada lugar, cada llegada, cada partida; estamos hechos de momentos. En relación a la escena caraqueña de los 90 y la española del siglo 21; ambas han influido inevitablemente; han evolucionado de manera distinta de forma positiva. De los 90 tomas la energía y espontaneidad de la escena caraqueña, una escena que fue muy heterogénea en estilos y por ello positiva y un mercado casi inexistente para el rock; eso nos hizo crecer remando en contracorriente y afianzarnos cada vez más en la idea de hacer música por amor a ella sin esperar nada a cambio. Considero que aunque la escena española del siglo 21 por todos los cambios que han sucedido, comenzando por el uso de las redes, muestra maneras más inmediatas de mostrarte y una estructura más sólida en lo que a las artes se refiere (algo que también podemos cuestionar), muestra un panorama en constante actividad y también positivo; cambia el tiempo, no la razón por la cual estás en la música.

¿Cuáles son las referencias principales de Galgo?

Soy amante de las melodías, de los sonidos profundos y de las formas básicas; siempre me he visto atraído por el sonido Manchester de finales de los 80 y principios de los 90, de bandas latinoamericanas como Soda Stereo y Draco en su primer disco, el shoegaze, el grunge, los Beatles; bandas más oscuras como Love & Rockets o los BRMC, The Cure, Slowdive, Sandro, The Clash; aunque siendo referencias no significa que se vean reflejadas en las canciones. Al mismo tiempo en Galgo ha habido músicos con distintas influencias, Emiliano viene más del noise, de sonidos más Pan Sonic, My Bloody Valentine o Joy División; David es mucho más Rolling Stones, tiene un bagaje más setentero y Rafael tiene una visión más calma y exquisita de la música; difícil decir las influencias precisas, cada uno es un universo, por eso Love Kills es el resultado de todas estas influencias a la hora de ejecutar; cada quién llevó el instrumento a su terreno, por ello lo considero un disco espontáneo, imperfecto, honesto.

¿Por qué ha pasado tanto tiempo para conocer ese disco?

Las decisiones personales, la impaciencia y los cambios en los escenarios hicieron que esta formación cambiase nuevamente; David volvió a Venezuela para dedicarse de lleno a su carrera haciendo radio y producción musical, y Rafael se centró en el lanzamiento de Fool Again, su nuevo álbum como músico electrónico. En ese momento me centré en preparar el lanzamiento del disco, me lo tomé con mucha calma y tranquilidad, prefiero no amarrarme al ritmo de un mercado vertiginoso, a fin de cuentas lo importante es que el disco vea la luz y llegue a los oídos de quienes quieran escucharlo. Elegí Berlín como nuevo destino, ciudad en la que se rearma la tercera generación de la banda junto a Emiliano y otros músicos nuevos que nos hemos encontrado por el camino; estamos preparándonos para salir a tocar en vivo que es lo único que

lenguaje universal, podemos amarla u odiarla; nos puede llenar de igual manera independientemente del idioma.

Juan Pablo Solari / Foto: Mariano Scopel

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BACKHAND El poder sinérgico en el rock

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La llegada del rock progresivo significó que, por primera vez, el rock se deslastraba de la herencia del blues y rompía con el formato canción (estrofa-coro-estrofacoro-solo instrumental) para apostar por estructuras complejas y de mucha dificultad, con pasajes frenéticos y otros pastorales, escalas imposibles, síncopas y muchos elementos más hasta ese momento desconocidos. Cada grupo trataba de inventar su propio lenguaje y así surgieron centenas de bandas en Inglaterra y el resto de Europa. A partir de aquel emblemático In The Court of Crimson King (1969), se sucedieron una serie de álbumes que han quedado para la historia y que colocaron en el Olimpo del rock progresivo y el sinfónico (corrientes afines) a bandas como Yes, King Crimson, Van Der Graaf Generator, Genesis, Emerson

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Foto: Cortesía de José Luis Pimentel

Lake & Palmer, Gentle Giant, Focus, Jethro Tull, Banco del Mutuo Soccorso, Premiata Forneria Marconi, Ange, Grobschnitt y muchas más que permanecen como paradigmas. La mayoría de las bandas que habían creado los códigos y roto muchas barreras, comenzaron su declive hacia finales de los 70, coincidiendo con la explosión del movimiento punk y luego la corriente new wave. Algunas se reinventaron con pésimos resultados y otras trataron de adaptar su sonido a los nuevos tiempos sin perder personalidad, al tiempo que otras morían para siempre. Desde entonces, el rock progresivo ha tenido que lidiar con el estigma que lo asocia con sus propios excesos y con el poco aporte que han hecho sucesivas generaciones de bandas desde los años 80 en adelante.

Venezuela progresiva

En nuestro país el rock progresivo llegó tardíamente (ver Ladosis #4), con bandas como Estructura, Témpano, Ficción, Obertura, Parthenon, Antares y otras. A partir de 1985 y hasta finales del siglo pasado, poco ocurrió. En años recientes ha habido algunos intentos de colocar en el siglo 21 aquel legado, ya no desde una perspectiva nostálgica sino desde un ángulo más libre. Uno de los proyectos actuales que mejor recoge la esencia del pasado glorioso del rock progresivo para mezclarlo con las diferentes experiencias musicales de cada integrante es Backhand, cuyo núcleo lo conforman cuatro músicos venezolanos de amplia trayectoria y muy diferente background: Adrian Van Woerkom (teclados; afamado compositor de jingles


Por todos es sabido que el rock progresivo está asociado a la complejidad rítmica y a la ejecución instrumental de alto nivel. Durante su período clásico en la primera mitad de los años 70, se alcanzaron cotas insospechadas de complejidad, calidad interpretativa, emotividad, líricas fantasiosas, arte de carátulas de gran inspiración y en general varios aspectos musicales que, para el momento, eran novedosos y, en muchos casos, sorprendentes. Con un pie en aquel pasado glorioso y el futuro prometedor, se encuentra Backhand, una de las más representativas bandas venezolanas actuales que explora las posibilidades del género desde una amplia perspectiva. Su disco debut, Through the Turbulence, fue bautizado en el famoso crucero Prog Nation at the Sea, y ahora se aprestan a tocar en el Prog Day el 30 de agosto.

Foto: Juan Carlos Ballesta

Juan Carlos Ballesta/ Leonardo Bigott

Foto: Alexis Escámez

publicitarios) (AVW), Óscar Fanega (bajo; bajista con dos discos solistas, director del Taller de Jazz de Caracas) (OF), Adolfo Herrera (batería; integrante de diversos proyectos como Wahala, Aquiles Báez Trío, Capital V y un largo etcétera) (AH) y Pablo Mendoza (guitarra; guitarrista con varios discos solistas, director de la Academia de Música que lleva su nombre) (PM). A ellos se les suma el aporte del cantante radicado en Toronto, Phil Naro y la inestimable ayuda de su manager José Luis “Cotufa” Pimentel (JLP). Formados hace cuatro años, su disco debut finalmente vio la luz este año. Through the Turbulence (el título tiene estrecha relación con su gestación y la dinámica venezolana), que cuenta con ilustraciones de Pancho Quilini, fue bautizado en febrero de este año durante el crucero Progressive Nation At Sea 2014, eventos que se han puesto de moda desde hace dos años entre los fanáticos del rock progresivo con buen poder adquisitivo que

desean disfrutar (incluso empacharse) de decenas de bandas en tres o cuatro días en medio del océano. Los cuatro miembros se explayan junto a su manager, el publicista y melómano José Luis Pimentel, para contar la historia detrás de este super grupo.

¿Cómo y cuándo surge la idea de Backhand?

AVW: Se le ocurre a José Luis, quien es un gran melómano y fanático del rock progresivo. Tras ver un anuncio de Pablo buscando alguien que lo ayudara con su carrera, le propone armar una banda. JLP: Ya con cinco discos como solista, lo que le propuse a Pablo fue un reenfoque de su carrera, sugiriéndole armar una banda a la que le roncaran los motores. Le mostré sus canciones a Adrian, y le encantaron. La incorporación de Óscar y Adolfo terminó de conformar la banda, de modo que el arranque de Backhand fue con el repertorio de Pablo. Cada uno de ellos aportó su sapiencia y gustos personales. OF: A mí no se me olvida la forma en que me plantearon la idea. Yo caminaba por la Avenida Urdaneta y me suena el teléfono. Era José Luis planteándome la idea de la banda. Lo primero que pensé es que estaba muy ocupado, pero al oír los nombres de los involucrados me animé a complicarme aún más la agenda. A Adrian no lo conocía, pero con Pablo había tenido un proyecto junto a Hugo Fuguet llamado Solo 3. Y a Adolfo lo conozco desde hace añales. Nos reunimos entonces en el estudio de Adrian y arrancamos a ensayar los temas de Pablo, ya que no nos daba chance de montar más nada debido a que teníamos en tres meses nuestro concierto debut en el Teatro de Corp Banca (ver Ladosis #13). Al bajarnos de la tarima ya sabíamos lo que queríamos. AVW: Aquel concierto fue un experimento que nos hizo darnos cuenta de que sí había algo que podíamos desarrollar. Nos reunimos dos semanas después y

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Fotos: Fotoruido (Alfredo Pierantoni y Natalia Boccalón)

Adrian Van Woerkom

quedamos en tener dos canciones cada uno para enero de 2011y así darle forma a la idea de grupo y trabajar lo que somos hoy día. En octubre de 2010, nació la intención y en enero siguiente, se consolidó la banda.

En tu caso, Adrian, ¿cómo compaginaste tu labor en el mundo publicitario con el rock?

AVW: En los años 80 viví en Boston y toqué con bandas de jazz rock que sonaban como Frank Zappa o Brand X, pero también incursioné en el sonido new wave. Estudié composición y música para cine, pero cuando regresé a Venezuela me di cuenta de que había pocas oportunidades en el cine venezolano y entré al mundo de la publicidad por razones económicas. Después de mucho tiempo de estar enclaustrado en estudios, José Luis me sacó del encierro.

Cuatro años han pasado desde aquella intención y lo que se percibe es que ha costado sincronizar las agendas de todos.

Oscar Fanega

los pasajes y el cupo Cadivi, ya que nos avisaron con poco tiempo de maniobra.

Eso significa que fue una inversión

AVW: Lo fue. Tuvimos que invertir un dinero, pero cada centavo mereció la pena. En ese crucero todo el mundo estaba ávido de escuchar nuevas propuestas. AH: Fue un estrés todo el proceso de Cadivi. Llegamos justísimo con los trámites y pudimos haber perdido la oportunidad, lo cual hubiera sido imperdonable. Luego la siguiente etapa fue que las tarjetas no pasaban en todos los sitios, ni en el propio crucero para comprar una simple cerveza. Esta situación país complica cualquier iniciativa, por más planificado que uno pueda ser. Estando dentro de Venezuela, a mucha gente le han generado la sensación de normalidad, pero apenas sales te das cuenta de que es cualquier cosa menos

AH: Ese es un tema álgido. Estamos juntos por el amor a la música. Ninguno pudiera hacer esto solo. Lo bueno de Backhand son los contrastes. No hemos estado desesperados por tocar en vivo, sino en tener música. Ya estamos en el proceso de pensar el segundo disco. En el camino se presentarán las oportunidades, aunque sabemos que la situación país no nos lo permite tanto como quisiéramos. En el exterior hay más oportunidades, ya tocamos en el crucero y lo haremos en el Prog Day, pero ya sabemos las dificultades que tienen los venezolanos para poder viajar. Lo más importante es hacer vida artística con el grupo, la creación.

normal porque en ninguna parte del mundo pasa eso y por eso nadie entiende nada por más que uno explique.

Esa situación de no poder disponer de nuestro propio dinero es vergonzosa, abusiva y vejatoria de nuestra condición de ciudadanos. Todo está afectado, incluyendo una cosa que antes resultaba tan simple como mandar a masterizar o mezclar un disco y pagarlo por transferencia.

AH: Es un desastre. Nos pasó cuando tomamos la decisión de hacer el disco con Disc Makers. José Luis cuadró un encuentro vía Skype y cuando llegó el momento del pago cada quien sacó su tarjeta para dividir el costo total en cinco partes usando el cupo electrónico. El tipo nos decía que administración no permitía eso y menos cuando José Luis mostró la tarjeta de su esposa. No lo pudimos hacer, nos rebotaron. AVW: Nos vieron como unos sospechosos latinoamericanos tratando de embaucarlos. OF: Todo fue complicado. Llegamos al crucero casi a punto de zarpar porque, al entregar la Van que alquilamos, dos de las tarjetas no querían pasar. AH: Casi nos lanzan los salvavidas (risas). OF: Al entrar al crucero nos calmamos y se nos olvidó todo. La cosa estaba tan bien organizada que no había ni organizadores (risas).

¿Perdonaron a Cadivi al entrar al crucero? (Todos a coro): ¡NOOOO! JLP: Lo que pasa es que es necesario desconectarse para poder disfrutar.

¿Qué les gustó más del crucero?

AH: Todo fue memorable. No había ninguna banda de relleno, desde las más desconocidas hasta los grandes nombres como Jon Anderson, quien hace un show con unas imágenes muy logradas como de un bosque encantado. La banda inglesa Haken me impresionó. Las puestas en escena estuvieron todas a la altura. Yo como baterista tuve una sobredosis de Mike Portnoy tocando con cuatro grupos, entre ellos Big Elf.

¿Cómo surgió lo de Progressive Nation at Sea? AVW: Mike Portnoy (ex Dream Theater), productor del evento, abrió el proceso de audiciones. Le enviamos un video y al cabo de un tiempo nos respondieron positivamente. Luego vino el drama de

Adolfo Herrera

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Pablo Mendoza


JLP: Uno ve un montón de bandas y luego te van a ver, como fue el caso de integrantes de Haken y Riverside. Nosotros éramos una banda totalmente nueva. AH: Luego de los conciertos se reunían algunos músicos en los bares y tocaban en acústico. Una noche me encontré con Adrian Belew. No tiene precio.

En Backhand se escucha una mezcla de estilos que pasan por el blues, el jazz fusión, el hard rock y por supuesto el prog. Hay una amalgama sonora explosiva. Tomando en cuenta el variopinto background de cada uno y el hecho que esta parece ser la plataforma en la que se sienten más cómodos artísticamente y con menos presión comercial, ¿es Backhand el proyecto donde se sienten más ustedes mismos? AH: Yo creo que Backhand llena un hueco increíble que cada uno de nosotros teníamos. AVW: Una cosa importante es que logramos una sinergia con el sonido propio de cada uno, sin que sea como Liquid Tension Experiment con mil notas por segundo o por el contrario una cosa muy pop. PM: Tuvimos muy claro en que ganara la canción y no la gimnasia. El rock progresivo últimamente ha perdido el sentido de composición coherente y se ha convertido en una vitrina de virtuosismo que aburre a muchos seguidores del género. Yo estoy en ese mundo hace rato como solista y le bajé velocidad a eso ya que se convierte en un circo. Además, cuando perteneces a un grupo donde todos componen, hay que dosificar las destrezas por el bien del resultado final. A mí me han comentado que soy otro en Backhand y quizá es porque no me conocían tanto en esta faceta.

El rock progresivo no ha podido romper los paradigmas creados en los años 70 y la mayoría de los grupos tratan de imitar esos modelos, casi siempre sin éxito. Sin embargo, es un hecho que el género ha tomado un nuevo impulso con festivales, cruceros, disqueras, programas especializados e incluso revistas. Quizá las nuevas generaciones han roto finalmente el tabú de ver al prog como un dinosaurio.

PHIL NARO: EL VOCALISTA IMPORTADO El neoyorquino no es un recién llegado, tal como corresponde para ser el cantante de una banda como Backhand. Su inquieta actividad comenzó cuando se mudó a Toronto, Canadá, en 1979, tocando con muchas bandas como Chain Reaction, Talas (grupo de Billy Sheehan), Coney Hatch, o Peter Criss (Kiss). Hoy su radio de acción se expande por varias bandas (Druckfarben, Ddrive, Corvus Stone) y su proyecto de versiones Phil & John Show, además de su rol como productor. Desde su casa en Toronto, nos atendió vía Skype, antes de conversar con los otros cuatro Backhand:

¿Cómo llegas a unirte a Backhand?

Don Mancuso nos puso en contacto. Me dijo que había una banda en Venezuela buscando un vocalista. Me puse en contacto con el agente (José Luis Pimentel). Entonces me enviaron algunos temas yo comencé a cantar y por ahí empezó todo.

¿Escribiste las letras?

Sí, escribí algunas de las letras. Ya había algunas escritas. “Hold the light” fue la primera que enviaron pero ya estaba escrita la letra. La canté y se las envié. Funcionaba muy bien. Adrian vino hasta acá para hacer algunas de las voces en mi estudio. Nos tomó una semana terminar todas las voces.

¿Cómo te relacionas con las letras de las canciones ya que algunas parecieran ser paisajistas? ¿Eres de Toronto?

Soy de Rochester, Nueva York. Pero he estado en Toronto unos 30 años. Sí, ciertamente hay una conexión con las letras. “Hold the Light” y “The Big Red Wall” son buenos ejemplos y también la música es muy buena.

¿Tienes algún plan para venir a Caracas y cantar con la banda acá o en otro país? Hemos hablado para hacer un par de conciertos en Caracas, quizá para finales de este año.

¿Puedes hablarnos de tus bandas favoritas?

¿Bandas favoritas? Ummmm…. Es una pregunta difícil. ¿Puedo responderla luego?

La influencia que han tenido y algunas que te gusten. Bueno… Genesis, Yes, Gentle Giant, ELP…. Aún escucho sus viejos álbumes. Porcupine Tree me gusta mucho.

¿Qué opinión te merece la escena canadiense actual?

La movida acá es muy buena, una de las cosas que hago regularmente se llama Phil & John Show, me ocupa unos seis meses en pubs, clubs, etc. Es un show acústico. Acá hay muy buenos músicos ciertamente. Sin embargo, es duro para bandas que tocan música original.

¿Te gusta Arcade Fire?

Conozco poco de ellos, sólo sé que suenan mucho en la radio.

PM: No me considero especialista en el género, pero pienso que las generaciones de los 90 para acá piensan que el prog comenzó con Dream Theater, lo cual crea confusión. Muchos chamos descubrieron que existía Yes a partir de DT. AVW: El personaje que verdaderamente ha tendido puentes entre los amantes del prog original y lo que se hace actualmente, es Steven Wilson, no solo con Porcupine Tree y su proyecto solista, sino con su actitud de producir bandas nuevas y remezclar clásicos de los 70. Su música puede incluir melodías pop, guitarras pesadas, pasajes pinkfloydianos y también rítmicamente complejos. En cuanto a los cruceros tenemos el Cruise To the Edge, orientado a los grupos más antiguos, y el Prog Nation at Sea, dedicado a otros más nuevos.

Phil Naro. Foto: Cortesía José Luis Pimentel

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Foto: prensa

VIAJE AL FONDO DEL JAZZ

PACO DE LUCÍA

A

Cuando un maestro se va Los más puristas del flamenco culpan a De Lucía por introducir elementos extraños a la tradición flamenca, como el bajo, la flauta o el saxo, y luego coquetear con el jazz, pero, probablemente, nadie en el mundo tocó el instrumento de las seis cuerdas mejor que Francisco Sánchez Gómez, el legendario hijo de Lucía, hijo de Algeciras, un gaditano inmortal, heterodoxo, que supo hacer cosas con infalible belleza. Un genio. Hugo Santaromita

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A Paco de Lucía lo disfruté un par de veces: una en Caracas, en 1978, en el recordado Teatro París, de La Campiña, y la otra, unos 20 años después, en México, en el Teatro Juárez. Eran dos Pacos distintos. El primero, impactaba con su ejecución y disfrutaba del éxito de su rumba Entre Dos Aguas y, el segundo, era un hombre más curtido y pedagógico, que desde hacía tiempo ya había sacado el flamenco de las formas convencionales de Algeciras, su tierra natal. El pasado 25 de febrero se marchó el maestro de la guitarra, el hijo de Lucía, uno de los más sorprendentes artistas del flamenco de toda la historia. Su corazón le jugó una mala pasada, casi sin darse cuenta, en Playa El Carmen, Cancún, donde solía tener su retiro espiritual. No pocas lágrimas se derramaron con la partida de este genio, respetado por músicos de jazz, rock o blues por su muy personal estilo. Hombre tímido, austero, poco amigo de multitudes, protector de su intimidad y la de su familia, se convirtió en uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos y en un defensor del flamenco,

considerada “una música que nunca fue a la escuela, sino que viene de la emoción”. Algunos de los recursos jazzísticos que usaba Paco de Lucía eran, por ejemplo, marcar la armonía con la púa mientras improvisaba, o tomar un recurso para su música de la pulsación del jazz, rodeando la nota que se quiere destacar por otras tocadas más rápido, añadiendo efecto rítmico, así reflejaba al típico cantaor y dejaba un colorido estilo auténticamente moro. El legado de Paco de Lucía estuvo más cerca de la pedagogía que del espectáculo. Las primeras lecciones se las dio su padre, Antonio Sánchez, que le hacía practicar varias horas al día durante su niñez. Cuando conoció a Camarón de la Isla, se convirtió en su pareja artística, con quien firmó varios discos de notable éxito entre 1969 y 1979, que marcaron la historia del flamenco para siempre. Su sueño fue ser cantaor, al contrario que Camarón, que quería ser guitarrista. Paradoja del destino que sirvió para brindarnos la figura de Paco, el de Lucía, guitarrista excepcional ya eterno y universal, que cogió la guitarra a los ocho años y nunca la dejó.


VIAJE AL FONDO DEL JAZZ

De Sabicas y el Niño Ricardo

El flamenco que Paco de Lucía recoge de Niño Ricardo, una de sus primeras influencias, se le queda pronto corto, siendo muy importante la figura de Mario Escudero y, sobre todo, de Sabicas, a quien conoció en Estados Unidos en 1963 y de quien asimiló su técnica, destacando su limpieza de sonido y velocidad. Agustín Castellón Campos “Sabicas”, nacido en Pamplona, se fue de España en 1936 para escapar de la Guerra Civil. Fue considerado maestro de la guitarra e impulsor de la internacionalización del flamenco, a quien se le debe la invención de la “alzapúa” en una cuerda y el rasgueo de tres dedos. Ya en vida, era una auténtica leyenda, paseando la guitarra por el mundo entero. Con 78 años, recibió su último homenaje en el Carnegie Hall de Nueva York, en 1989, ciudad en la que falleció. Paco de Lucía hizo suyo el lenguaje de Sabicas, a quien pronto superaría en maestría, y comienza su propio camino con aquel primer disco, La fabulosa guitarra de Paco de Lucía (1967), en el que incorpora ya composiciones propias. En 1973 graba su emblemático Fuente y Caudal, donde figura su famosa rumba “Entre dos Aguas”, tema que le catapultaría al estrellato. Lo novedoso en este disco es el uso de nueva instrumentación nunca utilizada en el flamenco: bongó y bajo eléctrico, aunque únicamente en este tema. Esta sección rítmica y armónica le permitió a Paco de Lucía un mayor protagonismo como solista, llegando incluso a poder improvisar. El resto del disco mantiene la línea expresiva de un flamenco tradicional, pero lleno de virtuosismo y belleza, con piezas que hoy forman parte del repertorio de muchos guitarristas, incluso clásicos, como la taranta “Fuente y Caudal”.

Paco y el jazz

Ya para entonces, Paco había hecho contacto con el jazz norteamericano, principalmente con los guitarristas, razón por la cual surge Almoraima (1976), un disco de bulerías, similar al anterior, pero con la incorporación del laúd y el bajo eléctrico, algo muy similar a la experimentación que hacía Chick Corea en Return to Forever. Pero algo muy importante ocurre: en esta época cambia la posición corporal de la guitarra, con una postura más horizontal, lo que le supuso muchas críticas de los ortodoxos del mundo flamenco. A pesar de que su maestro Sabicas se rehusaba a introducir elementos modernos al flamenco, Paco de Lucía se atrevió a desafiarlo al formar su primer quinteto -luego sexteto- integrado por su más clásica formación: Carles Benavent, apodado ‘la Garza flamenca’, quien incorporó su bajo y su mandola (recomendado por Jorge Pardo); el percusionista brasileño Rubem Dantas; los dos hermanos de Paco, Ramón de Algeciras en la guitarra, y Pepe de Lucía en el cante, y más tarde, Manolito Soler en el baile y el cajón. Este grupete se convirtió en un verdadero trabuco del flamenco y el cante jondo. De esa época surgieron tres álbumes: Sólo quiero caminar (1981), Live… One Summer Night (1984) Live in América (1993), tres joyas cuyo sonido será muy difícil de emular. Sólo quiero caminar sentó los cimientos de esos esbozos que el sexteto había estado probando en los ensayos y en directo, porque en este trabajo apareció por primera vez, en un disco de flamenco, el cajón del Perú, que jamás se marcharía de su obra. A Paco se lo regaló el gran cajonero peruano Caitro Soto, y fue Rubem Dantas quien le dio el bautismo y lo incorporó a su set de tumbadoras, bongós, darbucas y cortinillas. Este álbum marcó también la entrada al flamenco del bajo, la flauta y el saxo, considerado entonces un sacrilegio para los más ortodoxos. Sin embargo, la fuerza interpretativa de Paco y el cante jondo de su hermano, Pepe, fueron determinantes para el éxito y la aceptación. Live in America fue un gran hito en la carrera del guitarrista, grabado luego de una gran gira de Paco y su banda por los Estados Unidos, y en el cual se redimensionan temas emblemáticos como “Siroco” y “Zyrab”, más un cierre de antología con la rumba “Buana Buana King Kong”. Ya Paco venía de trabajar, hacía varios años, con dos titanes del jazz contemporáneo: los guitarristas Al Di Meola y John McLaughlin, del que saldría un disco que vendió más de un millón

de copias: Friday Night in San Francisco (1980), un trabajo de fusión total. En este álbum y en Castro Marín, con los guitarristas John McLaughlin y Larry Coryell, grabado ese mismo año, aplica los conocimientos de la armonía del jazz al flamenco, manteniendo las estructuras y formas expresivas del flamenco sin alejarse de su esencia, pero ampliando los horizontes expresivos de la música flamenca. En esa época, junto a De Lucía, surgieron muchos españoles haciendo jazz y blues de avanzada como el grupo Dolores y Jorge Pardo. También estaban los grupos Guadalquivir, Smash y Triana, Gualberto y Kiko Veneno, con una mezcla de rock, jazz y andaluz, lo mismo que Pata Negra, que hizo una versión de “How High The Moon”, con toques de jazz y recursos flamencos.

Querido e inmortal

Paco de Lucía cerró la década de los noventa del siglo pasado con Lucía (1998), un disco oscuro e íntimo, marcado por la muerte de su madre. En este disco podemos escuchar la propia voz del guitarrista en los temas más destacados: “Lucía”, dedicada a su madre, y “Camarón”, dedicada al famoso cantaor. En 2004, Paco de Lucía recibió el premio Príncipe de Asturias de las Artes, que quiso valorar a un creador que trascendió fronteras y estilos, y se consolidó como un músico de dimensión universal. A juicio del jurado, De Lucía profundizó en el repertorio clásico español, de Isaac Albéniz a Manuel de Falla, combinándolo sabiamente con bossa nova y jazz.

Juan el de la Vara y Paco de Lucía. Finales de los años 60.

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V IAJ E AL FO N D O D EL J A Z Z

Foto: prensa

Ese mismo año, aparece Cositas buenas, su última publicación de temas originales con la producción de Javier Limón, en la que recupera un cante por bulerías inédito de Camarón de la Isla, por el cual recibe el premio Grammy latino. En 2006, en el 30º aniversario del Festival de Jazz de Vitoria, Euskadi, el maestro De Lucía dio una de sus últimas actuaciones en el plano internacional, acompañado de Chick Corea, con quien ya había compartido tablas varias veces en el pasado, incluyendo la clausura de dicho festival 5 años antes. Mucho se recordará el dúo que en esa oportunidad, además, hizo con el saxofonista Wynton Marsalis. Aquello fue apoteósico –el 17 de julio– en un festival que reunió, además, a músicos de la talla de Sonny Rollins, Sergio Mendes y Brad Mehldau. En 2010, se convierte en el primer artista español investido Doctor Honoris Causa por el Berklee College of Music, en la Universidad de Boston, Massachusetts. Dos años después, en noviembre de 2012, fue galardonado

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con el segundo Grammy Latino de su carrera, por su producción En vivo conciertos España 2010, como mejor álbum de música flamenca. Los más puristas del flamenco culpan a De Lucía de introducir elementos extraños a la tradición, como el bajo, la flauta o el saxo. Pero su trabajo aprovechó toda posibilidad sonora y, sin dejar de ser flamenco, sino más bien ampliando sus posibilidades. Todavía permanece inédita su última producción, que comenzó a grabarse a finales de 2012 y que tenía prevista su puesta a la venta a finales de abril, con versiones de canciones andaluzas y copla, en una vuelta a los orígenes, pero la muerte lo sorprendió. No merece la pena adjetivar más sobre las capacidades musicales de Paco de Lucía. Probablemente, nadie en el mundo tocó el instrumento de las seis cuerdas mejor que Francisco Sánchez Gómez, el legendario hijo de Lucía, hijo de Algeciras, un gaditano inmortal, que supo hacer cosas con infalible belleza. Un genio.



Carlos Mendoza, Eduardo Benatar, Wilbert Álvarez / Foto: Cassandra Stuyt

LUZ VERDE

20 años de genuino rocanrol 28


C

Corría el año 1995. Venezuela era un país inmerso en una crisis económica severa debido al crack bancario en el que cayeron varias entidades financieras emblemáticas. Aun en su primera etapa el gobierno de Rafael Caldera y muy recientes los acontecimientos que produjeron dos fallidos golpes de estado en 1992 y la salida constitucional del Presidente Carlos Andrés Pérez, la estabilidad del llamado “gobierno del chiripero” era precaria. Más aún con los paupérrimos precios del petróleo –por debajo de 10 dólares el barril– y una minoría parlamentaria. Paradójicamente, fue uno de los momentos importantes para el pop rock venezolano, una etapa encabezada por Zapato 3, Dermis Tatú, Los Amigos Invisibles, Caramelos de Cianuro, y en la que coexistían otros interesantes grupos como Trance Nuance, La Puta Eléctrica, La Calle, Los Gusanos, La Muy Bestia Pop, Culto Oculto y Claroscuro, entre otros. La nueva generación de bandas nacidas a mitad de aquella década incluía a Luz Verde (llamada inicialmente Linterna Verde), cuya primera exposición importante ocurrió en el Festival Nuevas Bandas de 1997, realizado en el Teatro Nacional y que ganó Luky y Los Astrolabios. Fue la edición en la que compitieron mayor cantidad de bandas. Luz Verde fue formada por Carlos Mendoza (voz, guitarra), Wilbert Álvarez (voz, guitarra), Pedro Misle (bajo) y Eduardo Benatar (batería, coros). Desde entonces, Mendoza y Álvarez han conformado una dupla de notable productividad que se reparte tanto la composición de los temas como el rol de vocalista. Los dos primeros discos, Cinema 0 (2000) y Rocanrol (2004) forman parte de aquella primera etapa en la que gestaron su sonido. Pero, una nueva crisis en Venezuela, aún más grave que la que existía cuando se formaron, llegó en 2002. El tema político se apoderó de la cotidianidad del venezolano, la economía comenzó a dar un giro, aunque todavía estaban por verse las consecuencias que hoy sufrimos. El 11 de abril de 2002 fue un cisma y los confusos meses que siguieron desembocaron en el paro petrolero y de otros sectores productivos en diciembre de aquel año. El enfrentamiento entre gobierno y sectores opositores trajo consigo el control cambiario en febrero de 2003 (que aún persiste con muchas desviaciones y limitantes), el paulatino control de PDVSA y de los poderes públicos. En 2004 se produce otro punto de inflexión con el Referéndum Revocatorio, que se vio retrasado casi un año. Los cuatro miembros de Luz Verde lo tenían claro: debían mudarse de país para poder seguir creciendo y trabajando con menos obstáculos. Eligieron España y, en concreto, Barcelona. Llegaron en un momento álgido y durante 10 años han experimentado el completo auge de la escena musical española, la crisis general que comenzó hace casi tres años, y la aparente mejoría que se percibe lentamente en 2014.

Luz Verde en 2011 (Pedro Misle a la derecha) / Foto: prensa

Se formó en Caracas en 1995, justo en una de las etapas más fructíferas del rock venezolano. Tras dos discos y muchas presentaciones, la banda (ahora trío tras el abandono del bajista) decidió mudarse en 2004 a Barcelona, España, y desde entonces su carrera se ha consolidado gracias a la edición de otros cuatro discos. Diecinueve años después, el lanzamiento de su sexto trabajo, El final del mundo II: Nada es imposible, los encuentra en un especial momento de forma y con las expectativas en plena efervescencia. Juan Carlos Ballesta

Quizá producto de tantas vicisitudes, tras 19 años de sólida unión, la primera fisura acaba de ocurrir con la retirada de Misle. Sin embargo, el trío restante ha decidido continuar y probar, por ahora, con un bajista invitado, que en el caso de este nuevo álbum es Ezequiel Serrano Valencia (Tribop, Cabezon Key). El nuevo disco, Nada es imposible -sexto de su carrera y segunda parte del proyecto El Final del Mundo- luce con sonido, influencias y energías renovadas. Wilburt (W), Carlos (C) y Eduardo (E) lucen cómodos con la banda, sin que ella tenga necesariamente que ser la principal fuente de ingresos. Entre animaciones digitales, clases y el bar en el Barrio Gótico que regenta Benatar, los tres músicos lucen integrados a la ciudad. Y por lo que se percibe, hay Luz Verde para rato.

¿Cómo se siente Luz Verde en tiempos de su sexto disco?

W: Nos sentimos muy bien, con gran expectativa por este nuevo disco, algo que siempre motiva. Éste, sin embargo, será un proceso distinto ya que por primera vez en 19 años no estará Pedro con nosotros,

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Luz Verde en 2009 / Foto: prensa

con quien además hemos estado más años aun por ser nuestro pana desde antes de formarse Luz Verde. Gracias a nuestro productor, las cosas fluyeron.

Sin duda que la salida de Pedro Misle, una pieza fundamental durante toda la existencia de la banda, no debe ser fácil de asumir. ¿Cómo han vivido esta situación?

E: Durante la grabación de El final del mundo, Vol I, la esposa de Pedro estaba dando a luz. Esta situación, aunada a sus nuevos intereses profesionales, complicó en 2012 el viaje a Venezuela y ya luego el año pasado no pudo viajar con nosotros y eso precipitó las cosas. Tomó la decisión de retirarse ya que no se sentía cómodo y tenía la sensación de estar echándonos para atrás a nosotros. Lo mejor para las partes fue esa decisión, aunque sí nos hizo tambalear.

Por lo visto han decidido seguir como trío y tener la figura de bajista como un invitado.

E: Sí. En Venezuela tocamos el año pasado con Luis Sánchez. Este disco fue grabado por Ezequiel Serrano Valencia, quien en la medida de lo posible tocará con nosotros en los shows españoles de estos meses. A él lo conocemos desde hace tiempo, es un gran músico. Hay que tener en cuenta que un grupo involucra una serie de decisiones, así que por ahora nos mantendremos nosotros tres antes de involucrar a otra persona en el seno de un grupo que lleva muchos años de formado. Vamos por partes, ya en el futuro analizaremos de nuevo el panorama.

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Volantes promocionales en Caracas, 2010

¿Cómo llegan a Ezequiel Serrano?

E: Ya lo conocíamos desde que estábamos en Venezuela. Siempre nos gustó su trabajo. Por casualidad llegó en estos meses a Barcelona, luego de vivir en Madrid y en Londres. Nos encontramos con él y lo invitamos al estudio. Al principio Carlos iba a asumir los bajos en la grabación del disco. Al momento de buscar un bajista lo importante es que sea afín. Ezequiel se mostró cauteloso, pero terminó no solo sacando las canciones sino que las grabó.

¿Qué planes tienen para estos meses de 2014?

E: El disco lo estrenamos el 10 de mayo, ese día lo dejamos libre para ser descargado. Ese es el momento en que comienza la promoción y los conciertos. Se pautaron varios shows en Barcelona y Madrid, tanto en locales como en festivales, además de otras ciudades de España y Europa. El lanzamiento oficial fue en el Hard Rock Café. W: Aun no sabemos cuándo viajaremos a presentarlo en Venezuela, ya que no está fácil la logística.


¿Cómo es el público que asiste a sus conciertos en España? ¿Qué proporción es venezolano?

la gente está ahí. A mí personalmente las dificultades me importan un carajo y seguiré yendo.

E: Cuando nos vinimos para España el perfil de la banda no era ni remotamente como el de ahora. El apoyo al rock venezolano no era tan bueno como es ahora. Paradójicamente, mucha de la gente que conoce a Luz Verde en Venezuela comenzó con Manual de buenas costumbres y por supuesto que aquí también. Algunas de esos venezolanos ahora viven acá. Para los venezolanos más jóvenes, Luz Verde es prácticamente una banda española porque jamás nos vieron tocando antes de mudarnos. W: El público venezolano aquí ha ido creciendo tremendamente. Cada vez son más, lo que significa que la migración es importante.

La influencia del entorno actual se nota en el sonido de Luz Verde, aunque ello no signifique que se hayan desligado de sus orígenes. La mayoría de las reseñas en España siempre se refieren a “banda venezolana afincada en Barcelona”, aunque quizá a estas alturas sería más preciso decir “la banda formada por venezolanos”, dado que el período de madurez y mayor solidez ha ocurrido en España y ya son diez años. ¿Cómo se autodefinen? C: La verdad es que somos una banda venezolana, solo que ahora estamos en Barcelona. E: Es imposible pensar a la banda sin aquellos años de formación. Además, nos delata el acento y aquí detectan el toque latino caribeño que a lo mejor para nosotros es difícil identificar o concientizar. Aunque se note la influencia del rock español, seguimos siendo una banda venezolana.

El momento en Venezuela no está fácil, hay mucha cautela y miedo. Algunos incluso han ido al extremo de pensar que tocar es sinónimo de frivolidad, cuando la música y en especial el rock siempre ha conllevado un grado de inconformismo y protesta. Pero sí es una realidad que la gente está saliendo menos por la inseguridad y la inflación y por tanto se ha vuelto más selectiva. W: Nos han comentado que ha habido muchas cancelaciones, de estructuras que de un día para otro se pueden caer. De esfuerzos que se pierden y nadie responde. No queremos ir para que no pase nada. Lo que me parece increíble es que haya gente que confunda lo que significa hacer música y tocarla. Volante ciclo Miércoles Insólitos, 1998

Este año, por ejemplo, se han caído casi todos los conciertos de artistas internacionales en Venezuela. W: Nosotros vamos porque queremos y por eso hacemos el esfuerzo. Es una de las cosas que más me tripeo, estar con nuestra gente. Por supuesto que es importante darse cuenta de que la gente está pendiente y va a los shows. Si fuera al contrario, que cada vez acudiera menos gente a vernos, obviamente nos replantearíamos las visitas. Hemos tenido la suerte de que cada vez que regresamos

Es evidente que muchos músicos en el planeta no viven de su música. ¿Cuál es el caso de ustedes?

W: La verdad es que ninguno de nosotros puede vivir directamente de Luz Verde, aunque sí nos gustaría. Pero eso no es un problema, incluso es hasta mejor porque lo disfrutamos más al no ser una carga ni estar obligados a ganar plata con el grupo para mantenernos. Lo que no haría es estar tocando con diversas bandas para ganar dinero suficiente, ya que puede pasar que le empieces a perder el gusto al instrumento o a la música al convertirse en una obligación. Igual no es fácil, porque los

¿En este nuevo disco hay temas como “La Lucha” que representa nuevas influencias, en este caso de los Balcanes?

E: Fíjate que nosotros consideramos que el disco más europeo es Manual de Buenas Costumbres, que fue el primero que hicimos al llegar. A partir de él hemos incluido más referencias venezolanas, y hemos tenido un pie en cada país. Es la dualidad de vivir aquí y estar pendiente de lo que pasa allá, porque además la gente está pendiente de lo que hacemos aquí. Es un proceso de retroalimentación.

Es muy importante que ustedes nunca hayan roto vínculos con su país y siempre que pueden hacen el esfuerzo de venir a tocar. Es probable que Luz Verde y Los Amigos Invisibles sean las bandas más preocupadas en atender a su público originario y el que se ha ido sumando en Venezuela. ¿Cuán grande es ese esfuerzo? E: Lo que trato de hacerle entender a la gente que se molesta cuando pasamos un tiempo sin visitar Venezuela es que las cosas no son tan fáciles. Hay muchos detalles involucrados, incluyendo costos.

Luz Verde en la Belle Epoque, Caracas, 2003/ Foto: Cassandra Stuyt

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Viendo en retrospectiva, ¿Pensaron alguna vez, en la época en que comenzaban, que tendrían seis discos y estarían en Barcelona?

W: La verdad es que yo siempre tuve como meta irme con la banda a otro país. Claro que me sorprende lo que hemos hecho, pero de alguna manera ingenua en aquel entonces lo pensaba. Esa ingenuidad era muy buena, nos hizo ir hacia adelante. En ese camino hemos aprendido un montón, y seguimos en eso. E: Yo tengo recuerdos bastante vívidos de aquellos años iniciales. El concierto en el Teatro Nacional cuando el Festival Nuevas Bandas de 1997 lo sentí como un momento muy importante. También un show que hicimos en el Teatro Corp Banca. En retrospectiva, estoy claro que éramos muy inmaduros en todo sentido, pero siempre me gustó la música que hacíamos. Nunca he dejado de pensar en el siguiente paso. C: Yo recuerdo con mucho cariño los comienzos. Mi meta siempre ha sido componer, compartir mis canciones y tocarlas en vivo. Yo fui el primero en llegar a Barcelona.

Luz Verde tiene una característica muy importante y distintiva y es que cuenta con dos compositores y dos cantantes que aportan canciones en una proporción similar. ¿Han concientizado eso?

W: La verdad que nunca nos hemos detenido a pensar en eso. Ocurre de manera natural. A medida que los discos fueron saliendo así fuimos afinando la selección de nuestras composiciones. Muchas las desechamos. Eduardo también tiene sus aportes, como la ranchera que salió en el disco Rocanrol, que es un éxito de bar. E: Ha sido así desde el principio. Yo fui el último en entrar a la banda cuando aún se llamaba Linterna Verde y ya Carlos y Wilbert trabajaban así. Somos como un Supertramp pobre (carcajadas). C: Cada uno lleva sus canciones y se arreglan entre todos. El producto final crece. Fotos: Cassandra Stuyt

show no siempre se llenan. Yo trabajo en animación digital y doy clases. E: En España se puede vivir de la música, que no es lo mismo vivir de tu grupo. Tienes que ser o muy famoso o tocar mucho cosas que a lo mejor no te gustan. Conozco caso de varios grupos de cierto nivel mediático que les cuesta vivir de la banda. Eso le ha pasado hasta a Los Planetas. Yo agradezco que podamos estar así ahora, porque cuando llegamos a España hubo un momento de tensión porque nos estábamos exigiendo hacer dinero con la banda. Al dejar de lado ese factor económico te quitas y le quitas a la banda un gran peso de encima ya que no tienes que estar pendiente solo de

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ese aspecto. A mí me ha pasado al estar tocando con varios proyectos, de repente venia el ensayo con Luz Verde y no tenía ganas por estar muy cansado. C: En España la situación ha estado complicada en los últimos dos o tres años. Hay una época del año muy buena porque hay bastantes festivales, pero ahora hay menos bares. Cuando llegamos era mejor en ese sentido. A mí, sin embargo, me parece que tocar con más gente te nutre y te enseña. Tener que sacar 30 canciones en un mes es un reto y es exigente, pero te ayuda a mejorar como músico.

¿Cuál es la razón de crear dos volúmenes de El final del mundo espaciados durante dos años?

W: La idea siempre fue hablar del montón de cosas que no funcionan bien en el mundo, pero terminar con algo de optimismo en este volumen 2, Nada es imposible. Estamos claros que las letras no son tan felices, pero sí muestran algo de esperanza. C: Hablamos de injusticias y de cosas que funcionan mal en el mundo.

¿Qué música están oyendo actualmente?

C: He estado oyendo Alabama Shakes, que es un grupo nuevo pero que toca música vieja. Me gusta Jack Johnson. Recurro mucho a Janis Joplin. Estuve


pegado con el disco Flowers de los Stones. Hace poco redescubrí los discos que me traje de Caracas y me puse a escuchar material de los 90. W: Yo siempre estoy oyendo a Tom Waits, es arrechísimo. Últimamente he estado oyendo Dire Straits, realmente Mark Knofler toca demasiado bien la guitarra. E: Cuando venía hacia la entrevista escuchaba a Miles Davis. He estado escuchando mucho la caja con todos los conciertos de Humble Pie en el Filmore. Hace poco estuve en un crucero donde tocaron muchas bandas progresivas y vi a Pat Mastellotto, que tocó la batería en Orange and Lemons (1989) de XTC, cuando aun no estaba con King Crimson, y me dio por recuperar ese disco. Con esto te queremos decir que no estamos a la vanguardia musical (carcajadas).

Y de la escena española, ¿qué les llama la atención?

C: Lo último que me parece “vergatrónico” es Pony Bravo. Mezclan toda la música que me gusta y tocan muy bien. W: Garaje Rock me encanta. Me gusta, por supuesto, Vetusta Morla.

Escuché en vivo a Maika Makovski y me llamó mucho la atención. E: Me gusta Sex Museum. Soy fan de Los Planetas y la reedición de Una semana en el motor de un autobús me ha tenido pegado.

¿Qué han oído de Venezuela que les guste?

C: El año pasado escuche Okills y están muy bien. Holy Sexy Bastards suenan tremendo. También Tomates Fritos. W: Puerto La Cruz tiene una escena arrechísima, han logrado un sonido característico, una escuela de rock increíble.

Haciendo un ejercicio de abstracción, ¿en dónde les gustaría presentarse con Luz Verde?

C: ¡En el Hyde Park de Londres! También me gustaría ir a Japón. E: En el Beacon Theatre de Nueva York y de nuevo en el Teatro Nacional en Caracas. Tengo muy buenos recuerdos de ese sitio, primero en el Nuevas Bandas y luego con Claroscuro en el ciclo Miércoles Insólitos que producía Cayayo. W: A mí me gustaría tocar en La Carlota en medio de una Venezuela libre.

luz Verde

Nada es imposible (El final del mundo. Vol. II) Independiente. 2014. España/Venezuela

Tras el incierto período en que el bajista Pedro Misle decidió abandonar Luz Verde, el trío restante decidió seguir adelante con la segunda parte de El final del mundo, dos años después de editar el primer volumen. El resultado es esta colección de ocho magníficas canciones que llegan a los 27 minutos. De lo bueno, poco. La fórmula ya ampliamente explorada y exitosa en la que los guitarristas Carlos Mendoza y Wilbert Álvarez se reparten equitativamente las responsabilidades de letristas y comparten con el baterista Eduardo Benatar la composición musical, se ve cada vez más sólida. Cada canción aquí tiene su propio peso específico. “Nada es imposible” es un folk rock de medio tempo con toques beatlelianos, “Mama” es un rock intenso, “Canción pequeña” es un country rock, “Menos que cero” suena funky, “La lucha” se acerca al folk balcánico, “Nena” es quizá el más emotivo y romántico, “Guitarra invisible” es la más saltarina, mientras “Chica lunar” es una exquisita balada blueseada. Reciben la ayuda del talentoso músico Ezequiel Serrano Valencia (Tribop, Cabezon Key) -radicado desde hace algún tiempo en Barcelona- quien asume el rol de bajista invitado pero también participa en las composiciones. La inestimable participación de Roger Rodés en la grabación, mezcla, masterización y producción, reviste gran importancia en la consecución de un sonido prístino y contundente. Luz Verde suena fresca, a pesar de los años transcurridos.

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DIsCos Para leer

Damon albarn

Everyday robots

XL Recordings/Parlophone. 2014. Inglaterra

Parece mentira que tras una exitosa carrera de 25 años junto a varias de las más notables bandas de nuestro tiempo (Blur, Gorillaz) y diversos proyectos de corta duración pero alto impacto (Mali Music, The Good The Bad & The Queen, Rocket Juice & The Moon), además de algunas colaboraciones para bandas sonoras, el inglés Albarn apenas ahora esté editando su primer disco solista (eso sí excluimos el experimento Dr Dee en 2012 y el viejo álbum de demos, Democrazy). Escuchando los doce temas que componen , no es difícil concluir que cualquiera hubiera podido ir a parar a un disco de Gorillaz, Blur o The GB&Q, con los respectivos arreglos. Con lo cual queda patente que su impronta ha quedado especialmente marcada en cada uno de los capítulos musicales que ha emprendido, sin nunca llegar a repetirse. Aquí, cada tema luce su propia vestimenta, en apariencia austera pero en realidad llena de pequeños ornamentos. La voz de Albarn, siempre cargada de melancolía, nos conduce a lo largo de 46 minutos, en los que es difícil destacar unos temas en detrimento de otros. Quizá los momentos de

Peter Hammill & Gary lucas

Otherworld

Esoteric Antenna. 2014. Inglaterra/EE UU

mayor introspección son la oscura “Hollow Pond”, la nostálgica “The Selfish Giant” (con la participación de Natacha Khan/Bat For Lashes) y la enigmática “Photographs (You are taking Now), con la voz sampleada de Timothy Leary leyendo extractos de su libro The Psychedelic Expirience. Es notable la participación de Brian Eno en “Heavy Seas of Love” y la más experimental “You and Me”. No hay duda de que este es un disco absolutamente personal, lo que probablemente haya llevado a Albarn a editarlo con su nombre. La participación de The Leytonstone City Mission Choir, no

solo lo acerca al góspel y al soul, sino que es una conexión directa con su niñez. Mención especial el aporte del productor Richard Russell (cabeza del sello XL), quien hizo un gran trabajo manipulando sonidos, ritmos grabados en África y otros efectos que conformaron un colchón instrumental ideal, sin ser intrusivo. Aunque es un disco difícil para tocar en festivales y grandes recintos por su carácter intimista, a estas alturas Albarn está más allá de eso.

Tras un período incierto en el que una lesión en la espalda ocurrida durante los tiempos de Modern Guilt (2008), puso en peligro su carrera, Beck se dedicó a producir a otros artistas (notablemente Charlotte Gainsbourg) y a divertirse con sus amigos en el Record Club, versionando discos emblemáticos del rock. Ya el pasado año adelantó su regreso con la edición de tres singles, hasta que finalmente apareció Morning Phase, doceavo en su discografía, uno de los más anticipados discos de este año.

La línea estilística, muy alejada de Odelay (1996) y Güero (2005), está emparentada con el sonido sosegado de Sea Change (2002) en el que la influencia del dúo francés Air fue notable. Temas como “Don´t Let it Go”, “Unforgiven”, “Heart is a Drum”y “Blackbird Chain” destilan nostalgia, un sentimiento presente en todo el álbum. Aunque Beck no presenta nada especialmente nuevo, este es un disco honesto y muy inspirado.

Juan Carlos Ballesta

Beck

Morning Phase Capitol. 2014. EE UU

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Eduardo Vallejo

Para los fieles seguidores del incansable cantautor inglés Peter Hammill (Van Der Graaf Generator), cada nuevo disco representa un acontecimiento, un renovado reconocimiento a su entrega. Su capacidad vocal no parece mermar ni un ápice, ni su vena poética. A los 66 años, su energía y potencia siguen sorprendiendo y retando a la naturaleza. Por su parte, el neoyorquino Gary Lucas (Captain Beefheart, Gods and Monsters), cuatro años más joven y con una larga carrera como solista y colaborador insigne de muchos músicos, ha mantenido su estilo como guitarrista a medio camino entre lo académico, lo melódico y lo experimental. La reunión de estos dos talentos por primera vez en un estudio ha arrojado un disco lleno de matices y riesgo, que se mueve entre el avant garde y los temas clásicos hammillianos, utilizando únicamente guitarras (eléctricas y acústicas) y efectos. Catorce temas sin desperdicio, con suficiente variedad y libertad como para mantener la atención durante una hora. Hammill y Lucas testimonian una vez más su compromiso con la música sincera y desprejuiciada y su lejanía de las normas. Juan Carlos Ballesta


DISCOS PARA LEER

Dean wareham

Bigott

Fasenuova

Kiribati

Double Feature. 2014. EE UU

Grabaciones en el mar. 2013. España

Discos Humeantes. 2013. España.

Gandula. 2013. España

Dean Wareham

Blue jeans

Salsa de cuervo

Naita funk

Tras una espléndida carrera como líder, primero de la influyente banda de indie pop Galaxie 500 entre 1987 y 1991, luego de la agrupación Luna, y finalmente junto a su esposa en el dúo Dean & Britta (Phillips), el neozelandés de nacimiento y neoyorquino de adopción, Dean Wareham, debuta como solista a sus 50 años. No podía hacerlo de mejor manera que con este homónimo disco de nueve emotivas canciones en las que se pasea por todas sus conocidas influencias, desde el slow pop de sus comienzos, la psicodelia y el folk pop, todo arropado por su excelente sentido melódico y el uso de colchones de teclados y pequeños solos que cautivan desde la primera escucha. Maravillosas canciones como “Beat the Devil”, “Heartless People”, “My Eyes are Blue”, “Holding Pattern”, funcionan como bálsamos. Exquisito disco.

El cantautor zaragozano Borja Laudo, mejor conocido como Bigott, sigue su camino particular con este su quinto disco, componiendo canciones que abordan el folk menos obvio, con elementos diversos que se nutren de la música brasileña y el Caribe, influencias naturales habiéndose grabado en la selva de Troncoso (Brasil). Todo ello con el desparpajo de un personaje que solo obedece sus reglas y que ya ha demostrado su poder seductor. Su voz barítona, sin embargo, además de ciertas estructuras instrumentales, lo acercan al gran Bill Callahan (Smog) o incluso al argentino Kevin Johansen. La instrumentación llena de detalles y en ocasiones bizarra se mantiene, destacando temas como la exquisita “The Reno Poem”, la nostálgica “King of Demo”, la alegre “Female Eunuque” y la pegadiza “Metropolitan Moog”.

Después de Ortigas públicas (2007), junto a Ángel Dust, y A la quinta hoguera (2011), el dúo asturiano Fasenuova arremete con otra sorprendente producción discográfica de nombre Salsa de cuervo, editada en diciembre del año pasado por Discos Humeantes. Roberto Lobo y Ernesto Avelino continúan la senda salvaje que antes se habían trazado. Desenfreno sonoro, noise industrial, bajo retorcido, reverberaciones y juegos onomatopéyicos, se evidencian en esta placa y dejan claro la maestría del dúo español en el arte de la música electrónica. Ellos mismos definen su estilo en su cuenta en twitter: “Baile ruidista extremo, ritmos repetitivos y envolventes, esqueletos de melodías rotas por repentinas descargas de gritos salvajes”. Eso es Fasenuova: frenetismo, provocación e insumisión.

La agresividad sonora de una all stars salsero de los años 70, la atmósfera espacial de Algo nuevo de Juan Pablo Torres y la psicodelia de Bacalao Men: estos ingredientes mezclados asoman una idea del planteamiento que muestra el proyecto instrumental panameño Kiribati en su segundo álbum, Naita funk, editado en diciembre de 2013. La escasa información que se puede encontrar sobre esta banda nos habla de su carácter underground. Kiribati, así como el nombre del archipiélago, es la obra del músico y productor Ingmar Herrera. Luego de su debut Sin palabras (2011), minimalista y cósmico, este nuevo paso está cargado de música afro caribeña, samplers, ambientaciones y un impecable trabajo de instrumentos de viento y percusión. Kiritabi es una propuesta experimental llena de magia y Caribe.

Tomás Jaimes

Carlos Varela

Mercedes Sanz

Mercedes Sanz

Mark lanegan

Vijay Iyer

Has God Seen My Shadow: An Anthology 1989-2011

Mutations

ECM. 2014. EE. UU.

Light In The Attic. 2014. EE UU

Taciturno pudiera ser una buena palabra para describir este excelente trabajo que se presenta como una antología que abarca 22 años en la cual se incluyen, como toda buena antología, temas hasta ahora inéditos y un librillo con la historia de este cantautor conocido por su trabajo con Screaming Trees, The Gutter Twins, Isobell Campbell y Queens of the Stone Age, además de colaboraciones con otros músicos, entre ellos el fallecido Kurt Cobain. Es dificil evitar sentir la influencia de Tom Waits y en algunos aspectos, la de Nick Drake. Temas como “Resurrection Song” cautivan con

inmediatez y nos sumergen en un mundo oscuro, dejando una reflexión subordinada a un sentimiento de pesadumbre. La escogencia de este repertorio es bastante homogénea pero los temas fluyen de un modo interesante. “Lexington Slow Down” es otra excelente pieza de las 32 que conforman el par de CDs.

Leonardo Bigott

Un interesante trabajo se revela en las trece composiciones de este creador norteamericano de padres indios cuya discografía supera los 15 títulos, siendo éste el primero para el legendario sello alemán ECM. Bajo un claro lenguaje vanguardista en la tradición de ese sello, el disco comienza con una suite al piano conformada por tres temas, que inicia con claros trazos jazzísticos y que se diluye en predios menos tradicionales. Un sublime patrón rítmico empleando la electrónica es parte del atractivo de “Vuln, part 2”, el segundo tema. Este sutil trabajo emplea el piano con un cuarteto de cuerdas y texturas electrónicas

como elementos expresivos en nueve mutaciones que están hilvanadas con una dinámica coherente y que son el centro neurálgico de la obra. El CD culmina con una breve pieza, nuevamente al piano, que en ocasiones sugiere un temperamento impresionista sin serlo.

Leonardo Bigott

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DISCOS PARA LEER

Rodrigo y Gabriela

Síndrome de Estocolmo

Suricato

Trajano!

RubyWorks Records. 2014. México

Independiente. 2013. Costa Rica

La Distritofónica. 2013. Colombia

Marxophone. 2014. España

9 Dead Alive

Suspendido temporalmente

Rosario de plumas

Antropología

Si dos chamos, cada uno con una guitarra acústica, pueden tocar en un festival como Glastonbury en la misma tarima que Metallica, algo tienen que tener. Con 9 Dead Alive, el dúo mexicano se inspira en el rock y en figuras como el guitarrista Antonio de Torres Jurado o el escritor Fyodor Dostoyevsky para sus composiciones instrumentales, que si bien no son particularmente novedosas, siguen siendo interesantes. El par se maneja en tres mundos completamente distintos: el folk, el metal y el blues, dejando a un lado lo latino de sus discos pasados. Rodrigo y Gabriela crean piezas perfectas para ambientar momentos tensos, oscuros y épicos. La destreza de sus dedos es admirable, y llega a su máximo esplendor en temas como “Fram” o “Somnium”. Monotemático, pero disfrutable.

El rock en Centroamérica es complicado. Su realidad socioeconómica dista de la de algunos países de Suramérica, pero esto no necesariamente quiere decir que no exista música de primera línea en dichas latitudes. Panamá y Costa Rica son paradas obligadas en este sentido. De este último país proviene Síndrome de Estocolmo, una banda de Alajuela que toca un rock “ensuciado” con mucho blues. En su disco Suspendido temporalmente podemos escuchar letras poéticas cantadas por una voz que se revela auténtica mientras recita. El clímax del disco es su track homónimo, una balada blues con pizcas psicodélicas, de lírica hermosa y una instrumentación adecuada gracias al predominio de la guitarra y el órgano en onda melancólica. Su álbum se encuentra disponible a través de bandcamp.

Suricato no es un grupo común en Colombia. Si bien toman en cuenta la música tradicional de su país, tampoco es su fuerte. Sólo basta con escuchar sus dos discos Remolque juguete (2011) y Rosario de plumas (2013). El segundo álbum mantiene la esencia del concepto inicial del quinteto bogotano, donde el jazz es el centro y a partir de allí exploran en el rock, pop y otras corrientes. A esto se suma el particular formato del grupo: voz, guitarra eléctrica, contrabajo, trombón y batería. Cabe señalar que el trombón no es convencional en este tipo de proyectos; y en el grupo juega un papel esencial, en la parte de los arreglos, al ofrecer timbres graves y agudos. La expresiva voz de María Mónica Gutiérrez termina de afirmar que Suricato es sinónimo de improvisación, libertad y jazz.

El cuarteto de post-punk madrileño Trajano! sorprendió a la prensa especializada en 2012 con el lanzamiento del EP Terror en el planetario, destacando en varios concursos para nuevas bandas. Antropología, su primer larga duración grabado en los estudios Rubber Tracks en Brooklyn (NY) y editado por el mismo sello que cobija a Nacho Vegas, muestra un sonido con protagonismo de la base rítmica y guitarras minimalistas, que recuerda a bandas de los 80 de sonido dark como Joy Division, Bauhaus y Siouxsie and the Banshees; todo esto combinado con sonidos experimentales más recientes, con The Horrors y Foals como influencia. Destacan: “El último hombre del mundo”, “Elegía”, “155”, “La nube se extiende” y “Las nieves del Kilimanjaro”. Interesante debut.

Alejandro Fernandes Riera

Alejandro Fernandes Riera

Mercedes Sanz

Eugenio Scalise

Orquestra of Spheres

Jorge Drexler

Fire Records. 2013. Nueva Zelanda

Warner. 2014. Uruguay/España

Vibration Animal Sex Brain Music Siempre hay espacio para las sorpresas en el vasto universo de la música. Mucho mejor cuando éstas vienen acompañadas de un cierto anonimato. Grabado en Italia, este segundo disco del grupo neozelandés –cuyo título da pistas de su carácter bizarro– es una auténtica maravilla. Tratar de definirlo es un acto de arrojamiento, dada la amplia gama de ritmos y sonoridades en las que conviven psicodelia, krautrock, kuduro, zeuhl, no wave, post rock, funk, música polinesia, ritmos maquinales de corte tribal, afro beat, electro pop, y mucho más. Sus integrantes, Baba Rossa (voz, “sexomouse

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Bailar en la cueva

marimba” y guitarra casera hecha con una lata de galletas), Mos Iocos (teclados, gamelan, voz), EtonalE (bajo, voz) y Jemi Hemi Mandala (batería), actúan como alquimistas sonoros y el resultado es infeccioso, altamente contagioso. Mejor no lo pudieron definir: “orgasmo brain rave”.

Juan Carlos Ballesta

El concepto de Bailar en la cueva es una “celebración de la danza y la música como determinantes de nuestra identidad”. Para lograr esto Jorge Drexler se fue a Colombia, interesado en la coexistencia entre la música de raíz y la contemporánea; como resultado obtuvo un disco influenciado por ritmos y armonías de la música contemporánea latinoamericana. A nivel lírico, los textos son más concretos y breves que en trabajos anteriores, destacando: “Bolivia” (con Caetano Veloso) dedicada a su padre y abuelos que huyeron de la Alemania nazi, “Data data”, “La

Luna de Rasquí” (inspirada en Los Roques y dedicada a Simón Díaz), “Universos Paralelos (con Ana Tijoux) y “Bailar en la cueva” (con Li Saumet de Bomba Estéreo). También hay un par de canciones que recuerdan al Drexler más clásico: “Todo Cae” y “La noche no es una ciencia”.

Eugenio Scalise


DISCOS PARA LEER

nacho Vegas

oso leone

Mokragora

Resituación

Marxophone. 2014. España

En Resituación, Nacho Vegas abandona la tensión y el dramatismo de trabajos anteriores y nos entrega canciones directas, pasando de lo personal a lo colectivo y tal como dice el título, cambiando el foco y colocando las cosas en perspectiva para ponerse en la piel de los otros. El disco abre con un tema instrumental (“Indefensos”) que sirve de preparativo para “Actores poco memorables”, un desfile de personajes de nuestra sociedad que incluye una autorreferencia bastante irónica. Las referencias políticas están en todo el disco,

Foehn Records. 2013. España

pero hay cuatro canciones donde se concentran: la frontal “Polvorado” (con referencia al Manifiesto Comunista), la llamada a la acción de “Runrún”, la provocadora e irónica “Libertariana Song” y la crítica a la indiferencia de “Un día usted morirá”. En “Rapaza de San Antolín” rinde admiración a Lorena Álvarez y en “Adolfo Suicide” se inspira tanto en su amigo Adolfo P. Suárez como en “Symphaty for the Devil” de los Stones. También hay espacio para hablar de su ciudad (“Ciudad Vampira” -versión libre de “Devil Town”

de Daniel Johnston- y “Luz de agosto en Gijón”) y para sus acostumbrados ejercicios narrativos (“La vida manca”). Este es su disco menos sentimental y más social, olvidándose un poco de sí mismo para mirar la realidad a la cara.

El tercer disco de la banda estadounidense The War on Drugs, se puede ir anotando como uno de los posibles mejores de este año. “Under the Pressure”, la primera canción de las 10 que presenta en esta oportunidad la agrupación liderada por Adam Granduciel, es una avanzada de casi 9 minutos que resume cómo sonará el resto. Es un álbum con remembranzas de Bob Dylan, pero con sintetizadores, teclados y efectos conjugados para una música que provoca escuchar sentado en un mirador, con la ciudad en el horizonte, mientras

se piensa en quiénes están y los que no, lo que sobra y falta, la confusión y la certeza. “I was sailin’ down here on the wind. When I met you and I fell away again Like a train in reverse down a dark road. Carrying the whole load. Just rattling the whole way home”, canta en la primera estrofa de “Eyes To The Wind”, esa en la que al final suena un saxofón, lo que sin duda recuerda también a Bruce Springsteen y su entrañable Clarence Clemons.

Eugenio Scalise

the war on Drugs

Lost in the Dream

Secretly Canadian. 2014. EE UU

Siempre hay espacio para la sorpresa en el vasto universo del rock. Hace 20 años se acuñó el término post-rock (Simon Reynolds en The Wire magazine) para referirse a la música de Bark Psycosys y otros grupos similares que expandían las fronteras del rock, y aún hoy el término, por más abstracto y vago que parezca, sigue teniendo vigencia. Un ejemplo es el quintero de Mallorca, Oso Leone. Este segundo disco se aleja de su homónimo debut de 2011, olvidando un poco las atmósferas folk en favor de ambientaciones hipnóticas de aroma nocturno. Quizá las referencias que vienen a la mente son el disco Pygmalion (1995) de Slowdive, principalmente por el juego exquisito entre lo acústico y lo eléctrico, entre las sutilezas rítmicas y las envolventes capas de guitarras y teclados. Eso, además del idioma inglés, muy bien utilizado en este caso. Aunque “Cactus” es el único tema que quiere desbordarse, los 40 minutos (tiempo perfecto que deja con ganas de más) poseen una coherencia asombrosa, con momentos de sosiego que sin darnos cuenta se complican y nos atrapan. Uno de los grandes discos españoles de tiempos recientes. Juan Carlos Ballesta

Humberto Sánchez Amaya

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DISCOS PARA LEER

St. Vincent

Les Claypool’s Duo De Twang

Polock

Remate

Loma Vists/Republic. 2014. EE UU

ATO Records. 2014. EE UU

Mushroom Pillow/ Nacional Records. 2014. España

Relámpago. 2014. España.

Four Foot Shack

St. Vincent

Rising Up

Nelson es perfecto

Anne Erin “Annie” Clark, mejor conocida como St. Vincent, sigue su carrera a paso firme con este homónimo nuevo disco, el cuarto de su carrera como solista. Es el primero tras la interesante colaboración con David Byrne (Love This Giant, 2012), una influencia que se cuela en este puñado de canciones barnizadas por sonidos electrónicos de diversa índole, guitarras mutantes y su expresiva voz. La variedad temática en el disco es notable, desde los temas de ritmo ralentizado en plan trip hop como “Prince Johnny”, “I Prefer Your Love” y “Severed Crossed Fingers” hasta bizarros electro pop que recuerdan a la holandesa Solex, como “Rattlesnake”, “Bring Me Your Loves” y “Every Tear Dissapear”, St. Vincent recorre un terreno fértil. Ella misma se encargó de definirlo: “Un disco festivo que puedes sonar en un funeral”.

El extravagante y excelso bajista de Primus sorprende una vez más con su peculiar modo de hacer música. Una mezcla de oscuro humor y un lenguaje aparentemente desarticulado donde se funden funk, metal, americana y otros subgéneros del rock. “The Bridge Came Tumblin’ Down” donde la música torna en tragicómica la letra, es un buen ejemplo de un idioma donde el bluegrass y el country se distancian de las fórmulas tradicionales para estar al servicio de uno de los más relevantes bajistas contemporáneos. Una verdadera sorpresa se produce al escuchar la versión de “Stayin’ alive”, aquella canción de la era disco compuesta por los Bee Gees para la icónica película “Saturday Night Fever”, esta vez transportándonos a un circuito de rodeo en lugar de una discoteca. Toda una alocada aventura musical de alto calibre.

Rising Up, el segundo asalto de Polock a la escena española, claramente busca acrecentar la fama que su genial primer disco, Getting down from the trees, les dio en 2010. Aplausos primeramente por su pronunciación casi perfecta del inglés, no tan común en grupos de su país. Igual de plausible es la cuidada rítmica funk de las guitarras y su arsenal de riffs veraniegos que coquetean con el funk, además del notable protagonismo de los teclados y sintes en el sonido general del disco. La influencia de Phoenix es innegable por sus evidentes ganchos indie pop, pero optan por un sonido más rockero que el de los franceses, evidenciado en tracks como “Bronze” o “Take Your Panties”. Polock hizo un excelente trabajo en el estudio, mantuvo su esencia. Pasa con un sobresaliente la prueba del segundo disco.

“Vamos a intentar atrapar una serpiente pitón antes de que te hagas mayor / Veamos si soy capaz”. Así empieza “Desatar un alud”, el primer track del más reciente disco del cantautor madrileño de folk rock Fernando “Remate” Martínez, Nelson es perfecto, dedicado a su hijo. La voz etérea de Remate se desliza sobre acordes de guitarra, teclados que moldean ambientes intimistas y el violín arrullador de Ana Galletero. A la vez, el cantante nos describe en forma de monólogo su relación con Nelson entre humor, ternura, incertidumbre e introspección. Son éstos los elementos que más destacan en el disco y le dan ese aire infantil, a diferencia de los trabajos anteriores del artista. Nelson es perfecto se estrena con el sello de Remate (Relámpago) y nos invita al mundo paternal de su creador.

Tomás Jaimes

Leonardo Bigott

Alejandro Fernandes Riera

Mercedes Sanz

Tommy Castro & The Painkillers

Arild Andersen

Mira

The Devil You Know

ECM. 2014. Noruega

Alligator Records. 2014. EE. UU.

Aunque Tommy Castro lleva unos 20 años en el ruedo musical, siempre hay una primera oportunidad para acercarse y experimentar con su trabajo y su grupo The Painkillers. En su música, llena de vitalidad y fuerza, Castro celebra “el diablo que conoces” con algunas de las personalidades más relevantes del blues/rock como Joe Bonamassa, Magic Dick y Tasha Taylor. La laureada pianista y cantante Marcia Ball es una revelación a los oídos con el tema “Mojo Hanna”, uno de los favoritos de este trance musical. El tema título es una acertada

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obertura para una colección de composiciones cargadas de varias sorpresas. En la médula de lo más musical, los “solos” de Castro son tan altamente estimulantes como el bajo de Randy McDonald, la batería de Byron Cage y las teclas de James Pace. El final, ¡se los dejo!

Leonardo Bigott

Esta recomendación va para los eclécticos y los amantes del jazz en una de sus facetas más delicadas. Arild es el contrabajista noruego por excelencia ante el mundo. En este sublime trabajo nos atrapa con varios elementos destacables, siendo tal vez el más resaltante el espacio que ha permitido al saxofonista escocés Tommy Smith y al baterista italiano Paolo Vinaccia para desplegar su expresividad. Las frases de Andersen son de tal delicadeza que se diluyen en las notas de Paolo, con una maestría que hacen fácil llevarnos de un tema a otro. “Reparate” es un

ejemplo de un planteamiento discursivo elegante y refinado. La breve “Kangiten” y el tema título, acentúan más esa suavidad pocas veces experimentada y que trae al recuerdo aquello que alguien dijo una vez sobre el sello ECM, “el sonido más bello después del silencio”.

Leonardo Bigott


DISCOS PARA LEER

Julio de la rosa

l.a.

Dualize

Pequeños trastornos sin importancia Ernie Records. 2013. España

Otro de los cantautores vitales en la escena española es este jerezano radicado en Madrid, quien durante varios años estuvo al frente de la interesante banda El Hombre Burbuja (1995-2002). Desde entonces, ha editado cinco discos como solista, varias bandas sonoras, dos libros de narrativa y uno de poesía. El más reciente es este maravilloso puñado de crónicas personales y confesionales en el que De La Rosa explora diversos trastornos ligados al amor y al universo femenino. Hay joyas aquí como “Un corazón lleno de escombros” (“Yo antes

Dreamville/Marxophone. 2013. España

era un valle / Con lo habitual / Verde y manantiales, aire fresco, equilibrio y paz / Hasta que llegaste / Espectacular / Arrasando bosques / Poco a poco pero sin piedad”); “Maldiciones comunes” (“Quiero que te escueza tanto que te quieras arrancar la piel / Que la herida nunca cierre, que la sal te ayude a comprender / Que lo sufras / Que ya es hora / Y si escuece / Que te jodan”); “Tarde a todas partes” (“Si el amor es un trastorno, uno más qué más me da / Llego tarde a todas partes, pero voy silbando”). Títulos como “Borrón y cuenta

nueva”, “El amor saludable”, “Colecciono sabotajes”, dan pista. Un verdadero discazo, en el que además aparecen, sin protagonismo, ilustres colaboradores como Bunbury, Anni B. Sweet, Havalina, Miren Iza, Xoel López, Abraham Boba, Pau Roca…

Uno de los más interesantes discos editados el pasado año dentro de los linderos del rock experimental, psicodélico y étnico, fue el de esta agrupación de Oakland, California, formada en 2008 por Gregg Kowalsky (teclados, electronics) y Marielle Jakobsons (violín, flauta, electronics). Para este segundo disco, la formación fue ampliada con la entrada de Ben Bracken (bajo), Michael Elrod (tanpura) y Noah Philips (guitarra eléctrica), con lo cual la paleta sonora creció notablemente. Con una marcada influencia de sonoridades

indias, The Dusted Sessions es un hipnótico viaje por dunas y paisajes que evocan tranquilidad y reflexión, aunque no por ello el disco está exento de vericuetos y veneno. Tres de las piezas representativas están emparentadas con el nombre de “Yuba Source”, mientras que largos desarrollos como “Night Riding the Skyline” – con ciertas pinceladas dub– y “Dusted Down” son perfectas para flotar en el espacio.

Juan Carlos Ballesta

Date Palms

The Dusted Sessiones Thrill Jockey. 2013. EE UU

Puede llegar a confundir, pero no a decepcionar. Todo pareciera indicar que este disco tiene más que ver con el folk rock norteamericano más exquisito que con la música mediterránea o el rock español. El cuarteto liderado por el cantante y compositor Luis Albert Segura, es de Mallorca, pero su pasión evidente es por la música de Estados Unidos, de ahí el nombre de este trabajo (se refiere a dualidad), grabado en Oregon con el reconocido Richard Swift. El resultado es un impecable grupo de diez composiciones cantadas en inglés, barnizadas con elegantes guitarras y arropantes colchones de teclados que navegan sobre una adecuada base rítmica. La melódica voz de Segura completa el cuadro para lograr un disco de pop-rock perfecto, cuyo único defecto y virtud por igual es que no produce sobresaltos, salvo temas más rocanroleros como “Outsider”. Temas como “Dualize”, “Picture son the Wall” y “In the Meadow” son joyas. Carlos Varela

Carlos Varela

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DIsCos Para leer

swans

To Be Kind Young God Records. 2014. EE UU

Inquietante. Abrumador. Avasallante. Salvaje. Catárquico. Visceral. Demoledor. Apocalíptico. Dramático. Feroz. Estos y muchos adjetivos más, nos asaltan a lo largo de las dos horas que dura este nuevo y épico capítulo en la saga de la banda dirigida por Michael Gira desde hace 32 años. Pasan los años y la angustia, desesperanza y desespero que salen de las entrañas de Gira y sus cómplices, se hace cada día más vigente en medio de un mundo desolado por la propia raza humana. Lo acompañan en esta compleja tarea Christoph Hahn (guitarra), Thor Harris (batería, percusión, vibráfono, dulcimer, teclados), Chris Pravdica (bajo), Phil Puleo (batería, percusión, dulcimer) y Norman Westberg (guitarra), con la ayuda adicional de St. Vincent (voces), Little Annie y el miembro honorario Bill Rieflin, entre otros. Blues retorcido con aroma industrial, dark rock, folk desesperado y maldito, angustiosos mantras...El sexo, el poder, la corrupción, la sociedad

Vetusta Morla

La Deriva

Pequeño Salto Mortal. 2014. España

de consumo, la religión, son temas que siguen obsesionando a Gira…A veces, en la vida hay que dejarse conducir hacia terrenos espinosos en los que la adrenalina actúe como un disparador de emociones. Swans no ha perdido un ápice de su capacidad para revolver las vísceras, acuchillar corazones y escarbar en las miserias que nos envuelven. Eso es lo que produce el monstruoso To Be Kind, el treceavo y más reciente sismo emocional en una carrera que nos ha regalado momentos telúricos como Children of God (1987), The Burning

World (1989), White Light from the Mouth of Infinity (1991), Love of Life (1992), The Great Annihilator (1995), Soundtracks for the Blind y el antecesor, The Seer (2012), entre otros. De los cinco susurrantes minutos de “Some Things We Do” hasta los criminales 34 de “Bring The Sun-Toussaint L’Ouverture” hay un universo de oscuridad digno de ser explorado. Eso sí, tomando precauciones. Seis serial killers andan sueltos.

En medio del fervor que despiertan bandas como Tame Impala, MGMT o la más veterana The Flaming Lips, la aparición de Temples representa un nuevo bálsamo para los seguidores del sonido pop con reminiscencias psicodélicas y melódicas de grupos como The Beatles, The Byrds, The Move o Donovan. El vocalista y guitarrista James Bagshaw, junto al también cantante y bajista Thomas Warmsley, le dieron vida al grupo hace apenas dos años, sumando al baterista Sam Toms y al teclista y guitarrista Adam Smith. Con esa formación grabaron los primeros

temas, hasta llegar a este disco debut fabuloso que pareciera haber sido concebido en 1967 en pleno Summer of Love o en medio del alocado y hedonista Swinging London. Los sonidos hipnóticos de los teclados (de agradecer los sonidos de órgano y mellotrón, tan característicos de la psicodelia), las guitarras envolventes y las voces melódicas, nos conducen a lo largo de 52 maravillosos minutos.

Juan Carlos Ballesta

temples

Sun Structures Fat Possum. 2014. Inglaterra

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Tomás Jaimes

La Deriva, tercer disco de Vetusta Morla es, sin duda, su disco de consolidación. A diferencia de Mapas (2011, ver Ladosis #17), en La Deriva hay un sonido más directo, con menos capas y una producción impecable a cargo de Manuel Colmenero y Javibu Carretero, quienes han producido sus tres discos. A nivel lírico, Guillermo Galván y Juanma Latorre (guitarristas de la banda) han hecho un trabajo menos críptico que lo usual y más frontal, manteniendo esa tradición evocadora de sus textos. Inevitablemente, en sus letras se permea el sentir generalizado de la España actual, que queda reflejado en las dos canciones que abren el disco: “La deriva” que habla de la esperanza en medio del caos y “Golpe Maestro” que describe la sensación de sentirse robados y estafados. Destacan también la kafkiana “La mosca en tu pared”, las promesas incumplidas de “Fiesta mayor”, la explosiva “Pirómanos”, “¡Alto!”, “La grieta”, “Una sonata fantasma” y la intensa “Cuarteles de invierno”, que conecta con el sonido de la banda en sus trabajos anteriores. Con La Deriva tenemos otro disco comprometido que se suma a la banda sonora post 15-M de la escena musical española. Eugenio Scalise


DISCOS PARA LEER

La graciosa sandunga

Cuaderno de piezas de bailes del Siglo XIX (Recopilado por Pablo Hilario Giménez) Música por Décimo Nónico

Fundación Bigott. 2013.

Una de las mayores sorpresas que se han producido en el ámbito de la música (y en general de la historia) venezolana, es este generoso cuaderno de 505 piezas de baile de varios autores, que permanecían inéditas, y que fue recopilado en Quíbor, estado Lara, durante la segunda mitad del siglo 19 por Pablo Hilario Giménez,

personaje del cual no se tenía mayor conocimiento hasta hace muy poco pero que, gracias al trabajo de investigación de José Rafael Lovera, ahora se sabe que fue músico, docente, compilador y periodista/editor. Gracias a él, es posible siglo y medio después, contar con el más vasto catálogo

de piezas para salón del que se tenga conocimiento. Y gracias a la Fundación Bigott y a todos los comisionados en presentarnos este hallazgo, ahora podemos disfrutar de este interesante y particular período de nuestra música, muy en especial la de salón, una especie de epicentro de actividades (de todo tipo) durante la etapa decimonónica. En dichos recintos transcurría buena parte del acontecer de la sociedad de los centros urbanos, tal como ocurría en las ciudades europeas, de donde se heredó la costumbre, así como también las formas musicales que dieron origen a nuestra identidad musical, tan bien presentada en este compendio de obras. Valses, contradanzas, polkas, mazurkas y danzas son recogidas en el cuaderno, de las cuales la agrupación de interpretación histórica Décimo Nónico (Bartolomé Díaz, Andrés Barrios y Luis Felipe Santos) – junto a algunos invitados de lujo como Manuel Rangel, Orlando Cardozo, Conchita Visiers, María Antonia Palacios y Juan

Francisco Sans– escogió una muestra representativa con la que ilustran a la perfección el legado compilado por Giménez. La estupenda presentación de 2000 ejemplares editada por la Fundación Bigott, cuenta, entre otras contribuciones, con la coordinación editorial de Luisa Pescoso, textos notables de José Rafael Lovera y Juan Francisco Sans, el lujoso diseño gráfico, diagramación y montaje de Raquel Rangel Toro, la dirección musical de Bartolomé Díaz, la grabación a cargo de Francisco “Coco” Díaz, y la interpretación magistral de la mencionada agrupación Décimo Nónico. El empaque, un auténtico lujo en estos tiempos que corren, comprende un CD de audio, un CD-Rom con un archivo PDF del cuaderno de 184 páginas, edición de las partituras y aparato crítico, manuscritos y otros detalles, y un libro de 175 páginas. Un aporte de grandísima importancia a nuestro acervo musical y un hito dentro de la musicología venezolana.

Juan Carlos Ballesta


estoPa 15 años de fiesta

M

Foto: cortesía Sony Music Venezuela

Mucho tiempo ha transcurrido desde que los hermanos Muñoz, empleados en una fábrica de piezas automovilísticas, comenzaron a gestar la letra de lo que se convertiría en su primer éxito musical, “La Raja de tu Falda”. Ahora, 15 años, 8 álbumes y 20 discos de platino después, se han consolidado como una referencia de la música española de nuestros días, gracias a una particular y muy accesible mezcla rítmica y melódica que conjuga el rock con la rumba catalana, con pinceladas de reggae, bossa, balada pop y ritmos latinos. Las letras, cargadas de vivencias cotidianas, encuentros y desencuentros, niñez y adultez, marcan su exitosa trayectoria. Con motivo del lanzamiento de su gira “A solas”, que acompaña a su nueva producción discográfica, conversamos con los siempre amables, ocurrentes y humildes José (J) y David (D), sobre su carrera y el futuro de una de las agrupaciones musicales más importantes de Hispanoamérica.

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El dúo de los hermanos José y David Muñoz, nacido en Cornellá de Llobregat (Barcelona, España), celebra sus 15 años de vida artística con el lanzamiento de su octava producción discográfica Esto es Estopa. En el disco, grabado íntegramente en vivo en México, repasan sus viejos éxitos y añaden una que otra canción nueva. Cuentan, además, con la participación de Lila Downs en el tema “La primavera”, Vicentico en “Tu calorro”, y el acordeonista Celso Piña en “La raja de tu falda”. PatrICIa rosas-GoDoy / Madrid, españa

¿Cuál es la diferencia entre Estopa 1999 y Estopa 2014?

J: En Estopa 1999 éramos más tontos. D: Bueno, seguimos siendo tontos, pero entonces éramos jóvenes, nos venía todo bien. J: No manejábamos el lenguaje. Poco a poco nos hemos ido enterando qué es “merchandising”, qué es “feeling” o “feedback”. D: En algún momento nos enteramos que “award” es “premio” en inglés, ese era el nivel. J: Antes, si la guitarra estaba desafinada, así salíamos a tocar. Ahora la afinamos, y hasta calentamos la voz, antes nos quedábamos afónicos en la segunda canción del concierto.

¿Y al momento de escribir, sienten alguna diferencia entre antes y ahora?

D: Claro, los chicos que escribían entonces estaban todo el día en la calle, en el parque, delinquiendo. Ahora ya no delinquimos, que es un paso…tampoco


¿Cómo es que ahora deciden hacer una gira en versión acústica?

J: Ya teníamos tiempo queriendo hacer una gira acústica, pero siempre había que sacar un disco, y nos concentrábamos en eso. Luego salió X Aniversarium, que no se editó en estudio y, nos animamos a hacer Esto es Estopa. D: No es lo mismo X Aniversarium que Esto es Estopa, el primero es de duetos, el segundo es acústico y grabado en directo. Lo que sí es verdad es que las canciones suenan como queríamos que sonaran al principio de los tiempos. J: Si, han rejuvenecido sin tampoco ponerlas en un plano que no es el suyo, sino que han madurado y siguen siendo las mismas canciones, pero con un aire más renovado.

Serrat, Sabina, Chambao, Rosario…y pare de contar, son algunos de los nombres que les han acompañado en sus canciones. ¿Quién les falta?

D: No somos tan pretenciosos, estas cosas no se nos ocurren en plan “voy a llamar a este o al otro”. Evidentemente, cuando te dicen que hay que hacer un dueto, piensas con quién te vas a casar y tiras por lo alto…“Apunta a Sabina o a Serrat a ver si quieren” (risas) J: Nos gustaría mucho cantar con Extremoduro, pero como un capricho.

¿Y fuera de las fronteras de España?

estamos en el parque, castigándonos… Vemos la vida de otra manera. J: La evolución que hemos tenido ha sido de matiz en matiz, no ha sido una revolución. No nos hemos cansado de nosotros mismos. No hemos dicho “vamos a hacer un disco de jazz porque ya queremos hacer otra cosa”. D: Seguimos gustándonos. Tampoco pretendemos gustar a todo el mundo, pero sí queremos que la gente que comparta nuestro gusto se siga sintiendo bien cuando nos escucha.

¿Qué trae Estopa con la gira “A solas”?

D: Es un concepto nuevo, fresco, divertido. Nos la vamos a pasar muy bien, vamos a hacer magia. El público se la va a pasar genial. J: Esta gira para nosotros es muy especial, no hay banda, sólo nosotros dos con nuestras guitarras, en un teatro. Todo muy íntimo, tranquilo, relajado, como nunca antes.

D: Hemos hecho “La raja de tu falda” con Celso Piña, un cumbiero impresionante. También con Lila Downs, que le ha dado un toque mexicano auténtico, me recuerda un poco a Chavela Vargas – salvando las distancias, tiene un poco ese misticismo. Y también hemos cantado con Vicentico, este ha sido parte de nuestra adolescencia, con quien hemos crecido con nuestras borracheras y nuestras salidas por los bares. J: Si estamos soñando, podría ser… Beyoncé que me gusta a mí. David: y a mí…aunque sería un experimento extraño, habría que mover un poco las caderas.

¿Qué escuchan ahora?

J: Bueno, ahora estoy escuchando Radio Futura, me estoy centrando. Nuestra cultura musical siempre ha sido muy nacional, La Polla Records, Extremoduro, Los Chichos, Camarón, Serrat, Sabina… Todo lo que hay en España lo hemos consumido siempre D: Y ahora estamos empezando a consumir grandes clásicos que siempre habían estado ahí pero que nunca nos habían llamado la atención, como Frank Sinatra, Bob Marley, Elvis Presley… J: Con éstos sí que nos gustaría hacer duetos (risas)…Nunca es tarde para descubrir a estos pedazos de maestros.

¿Recuerdan algo en particular de Venezuela?

J: Recuerdo que Venezuela, a donde no habíamos ido nunca, nos encontramos con una multitud de gente que nos quiere muchísimo. Lo hemos notado, hemos estado tocando en Caracas, Valencia, Maracaibo… D: También tenemos una experiencia sobrenatural, creemos que la mujer del Inca Valero también nos cree… El Inca Valero, el boxeador que se murió.

Cuéntennos sobre eso, ¿qué pasó?

J: Se le apareció a David, el más escéptico de todos. D: Yo estaba dormido y me desperté un poco y vi una chica mirándome y desapareció…En ese momento no conocía al Inca Valero, pero al día siguiente conté el sueño y el chico de seguridad nos contó que menos de un mes antes habían asesinado a esta chica y que se aparecía por el hotel, luego la buscó en internet y la vi… ¡Era ella! Dejó a todo el equipo acojonado. J: La próxima vez que fuimos a Valencia, no quisimos quedarnos en ese hotel, como podrás imaginar (risas). Aunque ahora yo quiero ir… D: Bueno, yo no (risas)…Aunque luego pensé que menos mal que se me apareció ella y no él, un boxeador con un tatuaje de Chávez y un cutter (exacto).

¿Tienen alguna referencia de música venezolana?

D: (cantando) Mi vida eres tú y solamente tú. J: Las novelas nos llegaron con la música. Tienen que mandarnos grupos de rock de Venezuela, porque sé que se está haciendo muy buena música aquí.

¿Algún mensaje para su público venezolano?

J: Queremos mandarle apoyo al pueblo venezolano, que sabemos que no está pasando por su mejor momento y esperamos que este mensaje llegue en forma de música. D: Sobre todo, decir que no estamos legitimados para opinar porque no estamos allí, lo único que sabemos con certeza es que ha muerto gente, y eso es realmente triste, entonces algo pasa ahí que no funciona. La represión en todos los casos es el problema, no la solución. J: Esperamos volver realmente pronto, porque queremos darles energías, pero también recibirla. <<Agradecimiento a Sony Music Venezuela>>

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Crónicas del Rock

PRIMAVERA SOUND 2014

Espejos y laberintos líquidos. La decimocuarta edición del festival barcelonés realizado entre el 28 y 31 de mayo en el Parc del Forum, concentró durante sus tres días centrales 190 mil personas. Fueron 350 conciertos en 12 escenarios y miles de metros cúbicos de lluvia. Aquí el reflejo de lo que vi.

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Daniel P. García / Madrid, España

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Catorce ediciones, mi quinto Primavera Sound, festival que según algunos ya está a la altura del Glastonbury, por su cartel, una boutique que presenta variedad en bandas nuevas, consagradas y reencuentros, y porque este año reunió casi 200 mil almas que circundaron los dos escenarios principales –uno frente al otro–, olvidando parcialmente lo demás. Pertenecí a ese mun do al menos por tres días, en los que diluvió, como suele ocurrir en Barcelona, a raudales, en espacios y momentos bien definidos pero impredecibles. El primer día la gente comenzó a llegar en masa cuando el sol clareaba, un poco desorientada y disolviéndose entre los escenarios del Parc del Forum. Manadas moviéndose como pistones entre los laberintos del parque hasta los escenarios. Así y todo, el lugar parecía vacío.

Foto: Eric Pames / The National

Föllakzoid, fue la primera banda que nos impactó con una evolución musical latente sobre un plano de fondo, golpes de bajo en los pulmones y una jazzmaster que se metía entre las costillas, constante. A veces se inspiraban en Barrett o en Waters, Kraftwerk o Neu! Quizás había algo más, Los Jaivas o Spiteri: experimentación Krautrock con sonidos folklóricos. Minutos después sonó The Ex, con una interpretación que sobrepasó los límites de la banda, se desprendió a la velocidad del punk y el prodigio destructor de un jazz que se pegó como chicle a las suelas de diferentes formas rítmicas y melódicas del mundo. Alegría y reflexión en estado de caos. La psicodelia collage de Pond, banda hermana y paralela a la australiana Tame Impala, fue una especie de epifanía que me despertó a la realidad más


CRÓNICAS DEL ROCK

inmediata. Canciones que destilaban mini melodías que recordaban otras bandas, otras canciones: Magical Mistery Tour, Pet Sounds, Led Zeppelin, Artic Monkeys. Armonías que envolvían a quienes poníamos atención sobre una cama mullida de sonidos. Salidas en falso que desembocaban en ensoñaciones de paraísos lo-fi, con el dejo sucio del arte hecho en casa. En el otro extremo, Metronomy, con su pop sencillo, ecléctico, sin fisuras, pareció flotar sobre una marea de cabezas. Se sentía extraña la confianza con la que uno entraba en sus sonidos y se dejaba arrullar por las nubes de la escena. Sobre uno de los escenarios principales, St. Vincent rezumó influencias estéticas de Byrne y PJ Harvey, reapropiadas pero totalmente originales. Con todo, se la vio sola en el escenario, desvalida casi, rodeada por músicos que se mostraron, ante todo, como máquinas interpretativas. Luego, el desierto de Queens of the Stone Age, banda solvente pero que solo pareció mover al público con “Millionaire” y “No one knows”; el sonido estaba desgastado, una masa de arenas movedizas en vez del oasis prometido: la “pérdida de crudeza” de la que hablan es real. Algo similar sucedió con Pixies. Un hombre vestido de espejos, Arcade Fire, Reflektor y una multitud saltando, así comenzó su concierto el gran cabeza de cartel, para luego caer en lagunas en las que se perdía la canción al chocar contra los espectadores. Hubo algo de incierto en el montaje del show y del concepto de los espejos: la gente se vio reflejada desde y sobre la escena. Predominaban los lentes de pasta de lectores maníacos o de usuarios de accesorios inútiles: barbas, converse, vans y de las otras; impermeables, paraguas, bolsas de tela con el nombre del artista favorito, de alguna canción o banda indie desconocida. Diseños originales de marcas conocidas y antiguas. Un chico que parece sacado de una película de James Dean, una chica que cultivaba un look revival de Cindy Lauper, mojada.

Fotos: Dani Canto / Arcade Fire

El proyecto alemán Moderat nos cerró la noche hipnotizados por la perfección del disco/dance y del techno; nos reventó con palpitaciones. Ese fue el momento en que la fauna del Primavera se vio desde un ángulo más electrónico, limpio y sincero. La noche siguiente sonó The National, potente y sutil, diferente a su primer Primavera. Mejoraron su actuación “en vivo”, su repertorio y visuales que funcionaron excepcionalmente, todo a pesar del cansancio, borrachera o desvaríos pasionales de Berninger, resaltados por su actitud crooner. Sin embargo, el día para nosotros había comenzado mucho antes, bajo un doble arco iris pos diluvio que coronó la correcta actuación indie-folk-country de Drive by Truckers; y se cerró con un impoluto Darkside. Resonancias de New Order, un disco-dance-r&b inquietante bajo un espejo redondo, gigante, giratorio, sobre el que se proyectaban luces sinusoidales irradiadas al público; líneas melódicas y rítmicas, a veces St Vincent

introspectivas y otras bailables. Uno de los mejores conciertos del festival. A media tarde del tercer día, nos encontramos con BandaCê y Caetano Veloso, hombre que evoluciona con su música y cambia sin cambiar. Escucharlo en vivo esta vez fue entender que Caetano es inentendible hasta que se lo escucha con atención. Su última mutación no solo fue una actualización del tropicalismo, sino un indie-rock con potencia y alegría, una nueva deconstrucción de la samba y la bossa a bordo de la balsa en la que se montó hace tres discos atrás. En medio, una potente y sentida interpretación a capella de la “Tonada de luna llena”, de Simón Díaz. Una lección de arte para algunas bandas indie que no buscan evolución ni en otros lugares ni en su interior. Nine Inch Nails fue apoteósico. Las máquinas reemplazaron los latidos y las pulsaciones se amoldaron al escenario, al sonido y al ruido. La iluminación y el ensamblaje del repertorio confluyeron en una entrega de energía potente, exacta en todos sus elementos melódicos, marcando el paso del tiempo con precisión atómica. El alma de la máquina pasó de la rabia a la ternura, de la angustia a la calma o a la desazón. Su potencia metal industrial parece analítica y lejana, hasta que uno recibe en vivo temas como “Dissapointed”, con sus detalles y recovecos, o “Hurt”, con toda su potencia emotiva. Cut Copy nos hizo mover el cuerpo, cuando ya no funcionaban los estímulos plásticos, al cierre del festival. Luego, la gente dejó el Parc en flujos constantes de post adolescentes treintones que habían inundado el lugar y que parecían haberse limpiado frotándose contra su propio zumbido.

Trent Reznor (NIN)

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AHÍ ESTUVIMOS

Los Amigos Invisibles (La Güelcome Invisible) Casa de Tejas, El Hatillo, Caracas (Junio 7, 2014)

Un regalo para refrescar la juventud de estos corazones, la libertad de estos espíritus y la inspiración de estas mentes. Gracias a Nestea pudimos vacilarnos a Los Amigos Invisibles en el corazón de una montaña en las afueras de Caracas durante una apacible tarde de sábado. Para llegar hasta allá debíamos tomar el transporte que ofrecía la producción del evento o lanzarnos a la aventura de seguir un mapa de senderos desconocidos. Escogimos la segunda opción y, como buenos aventureros, llegamos derechito hasta la marca del tesoro: un frondoso y amplio jardín como para tumbarse en el pasto; espléndida locación que hacía aún más sublime la presentación en vivo de una de las bandas más queridas por la juventud venezolana. Cuando Los Amigos Invisibles tocan todos somos jóvenes de nuevo. Justo frente a nuestras narices estaba la tarima; este show sería para unos pocos cientos. Fue así como, con el cielo como techo y único límite, disfrutamos en vivo de Los Amigos Invisibles en un evento bautizado como La Güelcome Invisible. Un show íntimo que nos transportó a la época del liceo cuando todo era “chalequeo” y “gozadera”. The New Sound of the Venezuelan Gozadera fue el segundo disco de Los Amigos y se lanzó en el año 1998. El primero fue A Typical and AutoctonalVenezuelan Dance Band y fue lanzado tres años antes. Los Amigos Invisibles se juntaron a principios de los noventa y desde entonces

Foto: cortesía Carlos Medina/Publicis

no han hecho más que cosechar éxito tras éxito y así sucesivamente. Han viajado por todo el mundo y han puesto a menear ese trasero sin decoro a la más fría y tiesa de las señoras y/o señores. Cuando Los Amigos Invisibles tocan todo el mundo lo menea y ¿cómo no hacerlo? Ellos desde hace tiempo manejan, con los ojos cerrados y maniatados a la espalda, la fórmula para mezclar humor, amor y sabrosura caribe con disco, funk y acid jazz. Ingredientes que, empleados en dosis precisas, no fallan a la hora de prender la llama y hacer de cualquier sala aburrida la más encendida pista de baile. Nuestra más sentida reverencia para ellos mientras terminamos de hacer mención a su discografía: Arepa 3000: A Venezuelan Journey into Space (2000), The Venezuelan Zinga Son, Vol. 1 (2003), Super Pop Venezuela (2005), Super Pop Venezuela, Remixes (2008), Commercial (2009), Not So Commercial (2011) y Repeat After Me (2013). Sus integrantes siempre fueron los mismos por 22 años: Julio Briceño alias Chulius (voz y percusión), José Luis Pardo alias Cheo o Dj Afro (guitarra), Armando Figueredo alias Odnam (teclados), Mauricio Arcas alias Maurimix (congas, percusión y voz), José Rafael Torres alias Catire (bajo) y Juan Manuel Roura alias Mamel (batería y percusión). Pero durante La Güelcome Invisible, Chulius presentó a un guitarrista sustituto porque Cheo pidió un año de vacaciones para ocuparse de otros proyectos. El suplente se llama

Daniel Saa y lo hace muy bien, pero debemos admitir que extrañamos a Cheo. Armando, también es sabido, se dio de baja pero aun cumple compromisos. Como era de esperarse, interpretaron éxitos recientes como “Mentiras”, “La que me Gusta”, “Tatú” y otros de la vieja escuela como “Ponerte en cuatro”, “Ultrafunk” y “Sexy”. También hicieron lo que les dio la gana y jugaron con nuestras mentes asomando canciones de otros artistas y otras épocas. Por ejemplo: tocaron el inicio de “Are You Gonna Go My Way” de Lenny Kravitz, seguido del intro de “Cuchi Cuchi” e inmediatamente, sin dejarnos entender lo que pasaba, se pusieron puyúos y cayeron en el riff que identifica a “Seven Nation Army” de The White Stripes, para luego regresar al comienzo de “Cuchi Cuchi” y seguir adelante como si nada. En varias ocasiones hicieron arreglos similares con temas de la era del disco music y otros más actuales como “Ilarie” de Xuxa o canciones de la hora loca que ni nos daban chance de identificar. El cerebro nos quedó patas arriba y nos encantó. Esos Amigos Invisibles son una vaina seria y La Güelcome Invisible estuvo tan buena que hasta se formó un trencito. Todo el mundo salió de allí con los cachetes prensados de tanto sonreír hasta las orejas. Muchas gracias a todas las voluntades que lo hicieron posible. Jaxi Parra Golding

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AHÍ ESTUVIMOS

Noches de Guataca (Febrero 29 a abril 30, 2014) Espacio Plural, Trasnocho Cultural, Caracas

Fotos: Leonardo Bigott

El día 29 de enero, Manuel Rangel, conocido virtuoso de las maracas, tuvo el honor de dar inicio al ya conocido ciclo con una propuesta original donde conjugó con acertada estética lo orgánico y electrónico. En ella ha dejado a las maracas un discurso contemporáneo que se ha desprendido totalmente del lenguaje tradicional, transformando sus sonidos en sublimes efectos predeterminados; creando, como resultado, una paleta armónica rítmica análoga a una volcánica explosión con todos sus matices. En esta multisensorial experiencia, apoyada con visuales del VJ Nicolás Gerardi, el famoso maraquero retornó a sus raíces incluyendo en ese discurso las sonoridades de la guitarra acústica y un loop station que le permitió hilvanar su lenguaje en procura de conectar espacios diversos con atmósferas que consciente y efectivamente lograban llevar a una audiencia, tal vez con expectativas diferentes, a un estado de liberación de sus deseos como respuesta a una avidez de nuevos planteamientos. Bajo ese concepto, Manuel trajo a escena a la cantante Betsayda Machado para que interpretara “Corral de ordeño”, en lo que fue un viaje selvático virtual como tributo a Simón Díaz. El músico interpretó también la legendaria y exigente pieza “Asturias” del compositor español Isaac Albéniz, demostrando su calidad como guitarrista y para la cual se acompañó de la laureada bailaora Daniela Tugues. Manuel culminó el concierto con un tema para maracas y cinta electrónica compuesto por el mexicano Javier Álvarez y titulado “Temazcal”, rindiendo tributo a un ritual indígena de limpieza espiritual y que concluye con una clara sanación y liberación del agobio diario. Febrero abrió con Mariaca Semprum, quien, al igual que Manuel Rangel, se presentó en la sala principal del complejo cultural con un lleno total. Mariaca ha ido labrando su camino cantoral poco a poco,

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Desemsamblados

Manuel Rangel con Daniela Tugues

Laura Guevara

presentando temas de diversos autores con una voz y emotividad propias de una interpretación cónsona con los temas. Si bien en esta noche de guataca Mariaca no logró totalmente cautivar mi atención, debo reconocer que el talento está allí y que aún tiene mucho por decir. Acompañada por una superbanda ausente de emotividad en ocasiones pero con una ejecución muy profesional, la cantante se paseó por temas de Ilan Chester, Juan Luis Guerra y Antonio Jobim/Vinicius de Moraes, entre otros, con relativa facilidad, mostrando así un espectro musical amplio y dentro del cual, en mi opinión, resultó más efectiva en temas como “Tonada del cabrestero” y “Tonada de luna llena” de Simón Díaz. Un momento emotivo llegó con “Corazón ciego”, tema central de la novela Mujer Perfecta, en la cual Mariaca compartió con la trágicamente fallecida actriz Mónica Spears, a quien dedicó la canción. Otro emotivo momento llegó con el tema “Desde que llegaste”, dedicado a

su compañero de vida y connotado escritor, Leonardo Padrón. Como toda artista genuina, Mariaca va en busca de su personalidad como cantante. Además de ser efectiva en los temas de Simón, llamó toda mi atención su caracterización de La Lupe y las interpretaciones de los temas de ésta. Con su disco “Buscando una canción”, Semprum refleja la inquietud artística que la motiva a definirse como artista, pero es muy posible, en mi opinión, que todo ese talento esté más bien por revelarse ante un productor más arriesgado. La semana siguiente fue para Guasak4 en una noche que trajo muerte y dolor a las protestas estudiantiles pacíficas en las calles de Caracas. Este virtuoso dúo cuatrístico, creado por Héctor Medina y Daniel Requena en Maturín en 2009, estuvo acompañado por el percusionista Orestes Gómez, el bajista Luis David González y el maraquero Carlos Pérez. Enraizado en lo tradicional venezolano con amplio espacio para que los acompañantes desarrollaran sus talentos sin artificios banales y con un picantito rítmico que suele caracterizarlos, los cuatristas ejecutaron solos el primer tema, continuando con el grupo en “El norte es una quimera” y “Aquel zuliano”. El excelente repertorio trajo “La bikina” y un buen “solo” de bajo, para luego interpretar “Volveré salseado” de Los Ángeles Negros, tema que dio fe del alto tenor presente en el grupo. La composición “Farsi”, hizo honor y rememoró su presentación en Irán. Luego, la portentosa voz del tenor Juan Carlos Ruiz en uno de los temas más exigentes del repertorio popular, fue la antesala de “El tercio”, tema de Cristóbal Soto que le mereció a Daniel Requena el premio de La Siembra del Cuatro 2013 y que fue el preámbulo para que María Gabriela Mays ofreciera su cálida voz en “Como cosa tuya”, de Enrique Hidalgo. Vendrían un excepcional “Cari cari con pajarillo” que sentó el camino para


AHÍ ESTUVIMOS

Guasak4

que cada músico plasmara su personalidad con interesantes improvisaciones y la interpretación de la emblemática “María Antonia”, que con algo de humor hizo Marcial Istúriz. Una vez más, como diría Rubén Blades en “La canción del final del mundo”: “ante el dolor el buen humor es esencial por eso…”. Más de cuarenta días de protestas dejaban un amargo sabor a futuro incierto. Ese hecho fue mitigado, tras un hiato de mes y medio en el ciclo, por este concierto del 26 de marzo llamado Aquiles Báez y su guitarra brasilera. La siempre alegre música del vecino país, choro, samba, bossa..., dio cabida a un sentimiento ambivalente aún sabiendo que la procesión va por dentro. El maestro, acompañado en el pandeiro por Pedro Issea (So Sambistas), el baterísta Adolfo Herrera y el bajista Gustavo Márquez, ofreció un repertorio de unos veinte temas que incluyeron composiciones de excelsos músicos como Antonio C. Jobim, Egberto Gismonti y Baden Powell, entre otros. Pero lo relevante de la noche, como suele ser con Aquiles, fueron las voces invitadas. William Mora, otrora clarinetista de Pimenteira Brasil, comenzó el segmento vocal tras la viva presentación de varios temas instrumentales que Báez interpretó con su creme de crop trío. “Falsa baiana” reveló para muchos a un Willliam desconocido que comenzó a darle calor a una sala que ya estaba colmada por una audiencia que encontró un pequeño refugio entre la humareda capitalina. Valentina Becerra, otra novel cantante, interpretó “A felicidade” de un modo muy sentido que ya nos hace pensar que estamos ante una talentosa artista de la cual pronto escucharemos buenas noticias. Constanza Liz, poseedora de un delicado nivel interpretativo y, al igual que los otros dos, amante de la música brasilera, interpretó temas como “Capim”, “Dinorah” y una muy sentida “Luiza”. El vasto repertorio incluyó

dos hermosos temas instrumentales “Frevo” y “Odeon” que sirvieron de muestra para la versatilidad de Aquiles. Una jocosa versión de “Barlovento” puso la guinda a este breve tiempo de quietud. Desensamblados es una novel banda con una propuesta interesante que en ocasiones plantea una cirugía radical a temas universales del rock y el reggae como “Smoke on the water” y “Redemption song” (Deep Purple y Bob Marley, respectivamente). El toque personal que estos muchachos dan a la música que interpretan, se revela en un claro ímpetu juvenil que no escatima esfuerzos en mezclar diversos géneros, a veces con una perversidad que en ocasiones pudiera restarle delicadeza a los temas pero, ¿quién puede decirle al espíritu joven que no se apresure cuando es casi una condición sine qua non de esa etapa de la vida? Ni hablar del lado rítmico de esta banda que con frecuencia emplea pausas tan perversas que toma por sorpresa a quien escucha. Su repertorio de 13 temas dejó claro, entre otras cosas, que barroco y joropo guardan una estrecha relación como se evidenció en “Joropo barroco”. La flauta de Tomás García, quien además toca bandola central y mandolina, deja en este contexto un cierto aire al sonido de los 70. Igualmente la flauta y guitarra de Ulises García. El cajón y percusión de Joel Rojas y el cuatro de José Manuel Reyes completan el cuadro de esta osada agrupación que en temas como “Color de unión” y “Cenizas de alquitrán”, procuran llevar un mensaje más agudo dentro de lo

social. La evocadora “Niña del colegio”, una anécdota que es predio común de la vida estudiantil, trajo un poco de humor a la audiencia. Esta agrupación nacida de la cátedra de apreciación musical de la UCV aún tiene mucho por decir, pues encarnan dos proyectos: éste y D-Big Band. Si algo deben definir, con un énfasis especial, es la comunicación con el público, esa mágica conexión que exige emotividad y carisma que no se sintió del todo consistente con la energía que sí transmite su música. Este ya conocido ciclo tuvo en Laura Guevara un final de mes estelar. La cantante y compositora ha ido afianzando su propuesta con cada presentación y ésta, que se ha convertido en un referente importante del arte emergente local, no ha sido una excepción. Por una parte, vendió todas las entradas días antes del evento, lo que significa que hay un público siguiéndole los pasos. Por la otra, una música rica en originalidad e interpretada con espontaneidad por una banda muy bien acoplada que cautivó a la audiencia con un repertorio de trece temas que iniciaron con la provocativa “La luz”. Laura, quien frecuentemente se paseaba de un lado a otro del pequeño recinto, logró una mágica conexión con una audiencia atenta como pocas, amén de un cierto histrionismo que nunca se vio exagerado y que siempre sedujo al público en temas como “El Constructor”, “Los poderosos”, “Tú” y una interesante versión del tema de Otilio Galíndez, “Pueblos tristes”. Este último, reviste una particular importancia porque representó la única composición que no fue escrita por Laura, quien acotó que el autor, nuevo para ella, logró cautivar su oído con esta canción. En sus ocasionales comentarios entre canciones, la cantautora expresó la necesidad de la unión en estos tiempos de lucha social e incesante desasosiego, aspecto que también revelaron algunos de sus temas y que, sin dudas, la reafirman como artista. Llamó mi atención que Laura, acertadamente y con gran humildad, frecuentemente se refirió a “nosotros” cada vez que hablaba de una composición. Y es que la contribución de esta banda a su música, funciona verdaderamente como una unidad sólida en la cual los efectos y colores de la guitarra de Juanma Trujillo, la primera guitarra de “Kmarón”, el ocasional bajo punzante de Manuel Churión, las teclas de Víctor Rodríguez y la inventiva batería de Alejandro Bautista, parecen haber logrado la comunión perfecta. “Late”, “El puñal”, “Tiempo de escape” y “Fuego” sentenciaron no sólo el camino al final de este concierto, sino una clara luz que debe traducirse en poco tiempo, si es bien llevada, a un éxito internacional como hemos visto en el hoy prominente Ulises Hadjis, lo cual me hace pensar que una colaboración entre ambos sería notoriamente interesante. Leonardo Bigott

Mariaca Semprún

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AHÍ ESTUVIMOS

INVASIÓN BEATLES: 50 ANIVERSARIO Teatro de Chacao, Caracas (Junio 8, 2014)

Fotos: Leonardo Bigott

“Fenómeno”, certero vocablo para describir a The Beatles. Todo cuanto crearon ha permanecido esencialmente incólume. En la convulsa década de los 60, Venezuela vivió aquello que dio en llamarse Beatlemania. Mi primera experiencia con ellos llegó a través de las comiquitas, como les decíamos. Tenía tan sólo 4 años y recuerdo a los Fab Four asediados por las chicas mientras al fondo sonaba “Can’t Buy me Love”. Éste y otros recuerdos, ciertamente fueron revividos con este evento que durante tres días continuos llamó la atención de un público variopinto. Bajo la producción de José Luis Ventura, Xariel Sarabia y Cindy Kovacs, la primera propuesta denominada The Beatles Criollos, presentó a Jorge Torres, Héctor Molina, Gustavo Medina, Gustavo Márquez, Hanna Kobayashi,

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Yordano

Yilmer Vivas y Yonathan Gavidia, con Alfredo Naranjo como invitado especial. Con el humor que caracteriza a Chile Veloz y las anécdotas de Julio César III Venegas, inició la clausura del evento que en 15 presentaciones trajo varias sorpresas. La apertura estuvo a cargo de Pablo Dagnino con “Can’t Buy me Love” y “Nowhere Man”, una elección, en mi opinión, no del todo apropiada pero que no deja de tener significado e importancia en la voz de una de las figuras más emblemáticas del rock nacional. Leonor Jove quien, bajo mi criterio, debió presentarse hacia la mitad del programa, nos entregó su versión de “Let it Be” y la menos conocida “Honey Pie”. Su fuerza vocal contribuyó a acrecentar el ánimo de este evento. La más significativa a mis oídos, fue Samantha Dagnino con sus versiones de “Come

Together” y “I Want to Hold Your Hand” (versión 2006). Samantha logró emotiva y escénicamente ganar el afecto del público. Goyo Reyna trajo una versión aflamencada de “In My Life” y “Yesterday”, y Jorge Spiteri, otro ícono del rock hecho acá, dejó un grato recuerdo con su versión de “The Long and Winding Road”. Colina con su “Don’t Let Me Down” ya es obligatoria en estos tributos, el notorio afecto de la audiencia por este cantante de voz poderosa y emotiva estampa así lo determinó. La presentación del falconiano Vargas con “Love me Do” y “Tú la vas a perder” necesitó mayor preparación. Julie Restifo, Sergio Pérez, Alfred Gómez Jr. y Yordano conformaron la segunda parte con otros clásicos de los Fab Four como “While my Guitar Genlty Weeps”, “Help“, “Fixing a Hole” (una vez más), entre otros.


AHÍ ESTUVIMOS

Los Beat 3 50 años de Los Beatles en el Ed Sullivan Show Teatro de Chacao, Caracas (Junio 7, 2014)

Fotos: Leonardo Bigott

Colina y la banda

No pudo faltar la voz de Guillermo Carrasco con “Lady Madonna” y “Something” para dar paso, una vez más, a Los Beat3 quienes cerraron el emotivo homenaje a George, John, Paul y Ringo con la emblemática “Hey Jude” y que trajo a la tarima a todos los participantes de esta inolvidable noche dominical. Una mención muy especial merecen Hildemaro Álvarez (teclas), Santos Palazzi (guitarra eléctrica), Armando Lovera, Leonardo Lovera y Maribel Vila (coros) quienes a trío interpretaron “Here Comes the Sun” y “Love Me Do”, Oscar Pérez (batería), Edwin Arellano (bajo), Roldan Peña (guitarra) y José Oliveira (saxos y flauta). Leonardo Bigott

Como cabía esperar, el aniversario 50 de la llegada de Los Beatles a Estados Unidos, que significó el comienzo de la Beatlemanía (ver Ladosis #31), no podía dejarse pasar por debajo de la mesa en nuestro país. Así, la triple jornada “Invasión Beatles, 50 aniversario” se paseó por lo tradicional venezolano, las versiones pop y por lo más apegado a lo que ocurrió en 1964. Ningún grupo mejor para representar aquel momento histórico que Los Beat3, cuarteto que desde principios de siglo nos ha acostumbrado a grandes shows temáticos sobre el cuarteto de Liverpool. Con un decorado de tarima diseñado por Alejandro Pérez (baterista de Los Beat3) que recreaba muy bien el set televisivo usado en el Ed Sullivan Show para la primera transmisión el 9 de febrero de 1964, el grupo se paseó principalmente por las canciones que conformaron los tres primeros discos: Please Please Me (1963), With the Beatles (1963) y A Hard Day´s Night (1964), además de algunos singles inmortales que se editaron entre álbumes. Fue el repertorio habitual en los conciertos de 1963 y 1964. El repertorio fue generoso, muy bien ejecutado y cantado. Muchos de aquellos temas tienen gran dificultad vocal e instrumental (aunque pueda no parecerlo en ocasiones), lo que fue superado con

gran solvencia por Carlos Kintero (voz, bajo), Zarik Medina (teclado, voz), Íñigo Ayala (guitarra, voz) y Alejandro Pérez. Desde los temas de beat más calmado como “P.S. I Love you”, “Baby It´s You”, “A Taste of Honey”, “Anna (Go to Him)”, “If I Fell” y “And I Love Her”, hasta los rocanroles más frenéticos como “Twist and Shout”, “Roll Over Beethoven”, “Long Tall Sally”, “She Loves You”, “Can´t Buy Me Love”, “Money”, “Kansas City” y “I Saw Her Standing There”, Los Beat3 condujeron al público de manera magistral. Personas principalmente por encima de los 40 años, pero también adolescentes y treintones, disfrutaron de principio a fin, y si no fuera por las butacas, el teatro se hubiera convertido en una auténtica fiesta bailable. Algunos no se contenían y cantaban las canciones de cabo a rabo, sin miedo a desafinar. También tocaron “Misery”, “Please Please Me”, “Ask Me Why”, “It Won´t be Long”, “A Hard Day´s Night”, “Tell my Why”, entre otros temas de aquella etapa inicial en la que los Fab Four comenzaban a cambiar las estructuras de la música popular y en especial del rock. Probablemente este haya sido uno de los mejores conciertos de Los Beat3. Juan Carlos Ballesta

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AHÍ ESTUVIMOS

Pony Bravo Teatro Joy Eslava, Madrid (Abril 10, 2014) Foto: Carla Montero

Asistir a un concierto de una banda admirada es siempre un hecho muy particular. Apenas nos enteramos que el cuarteto sevillano tocaba en Madrid durante nuestra estancia, nos apresuramos a contactar a su manager David Pareja, con quien nunca perdimos contacto tras aquella visita a Caracas cuando fueron invitados al Festival Nuevas Bandas 2008. El encuentro incluyó fotos, firmas y otras atenciones. En aquella oportunidad, cuando apenas lanzaban su debut, Si bajo de espaldas no me da miedo, se presentaron también en el local Molino Rojo junto a la banda ganadora, La Vida Boheme.

Han pasado seis años y el grupo ha crecido musicalmente y ha depurado su propuesta de manera notable, tanto que su segundo (Un gramo de fe, 2011) y tercer álbum (De palmas y cacería, 2013) han logrado obtener las mejores críticas en España y los ha convertido en una de las agrupaciones más admiradas, con auténtico merecimiento. La revista Mondosonoro declaró a De palmas y cacería el mejor álbum de 2013 y organizó en febrero pasado un fiestón en el Teatro Joy Eslava, un antiguo teatro ubicado en pleno centro de Madrid reconvertido en un fabuloso local nocturno, que ha acogido varias veces a Pony Bravo. En esta nueva ocasión volvieron a convocar

a un público ávido que no dejó de moverse durante todo el concierto. Empezando la primavera, resultaba extraño acudir a un local “nocturno” siendo aún de día a las 9 p.m., más aún acostumbrados a los horarios caraqueños. Abrió fuegos la banda madrileña Persons, que fue una muy agradable sorpresa. Con un sonido con ciertas influencias de Pony Bravo (y con la casualidad que el teclista también es el vocalista principal), pero también con elementos de post rock, el quinteto mantuvo el interés de principio a fin, tocando principalmente material de su reciente disco, Gettoblaster (2013). Su música,

55 Años de Rock Venezolano

007, “Por qué te vas” de Los Supersónicos y “La guitarra” de Azúcar Cacao y Leche. Fue un excelente arranque, que se sobrepuso a algunos problemas de sonido que luego fueron resueltos (aunque el local no ofrece una acústica que ayude). A partir de ese momento, el orden cronológico no fue respetado, por lo que ciertas mezclas fueron sorprendiendo al público. Por ejemplo, “El kiosko” de Los Mentas fue seguida por el clásico de los 70, “Libera tu mente”, cuyo autor, Trino Mora, fue invitado a cantar. Siguieron con “Buena suerte”, del recordado cuarteto vocal Las 4 Monedas. Dos nuevos invitados, Jorge Spiteri y Boston Rex de Tomates Fritos, se montaron en tarima para cantar “Taxi” de Los Impalas, uno de los primeros grandes momentos. Otra excelente versión fue la de “Cucaracha” de Bacalao Men, con Rojo de Cuarto Poder rapeando, la cual fue fusionada con “Caracas para locos” de Vytas Brenner.

Vanesa Gouveia de Famasloop, hizo un excelente aporte en las adaptaciones de “Química” de Frank Quintero y “UltraFunk” de Los Amigos Invisibles, esta última muy bien lograda. Hasta ese momento el público asistente, que esa noche había acudido solo por invitación, disfrutaba en grande. Pero aún faltaba. El dúo La Pequeña Revancha (Claudia Lizardo y Juan Olmedillo) se subió para cantar “Un agradable calor” de Sentimiento Muerto y luego el muy sentido homenaje a PTT Lizardo, el gran poeta del rock venezolano y padre de Claudia, con el clásico “Lluvia” que publicó La Misma Gente en su debut de 1983. Los Humanoides versionaron “Acetato” de la banda merideña Dios Le Pague y “Dios es máquina”, el salvaje tema industrial de La Muy Bestia Pop. El próximo invitado fue Luis Irán (Los Paranoias), quien cantó “Algo eléctrico” de Aditus (con Boston Rex en los coros) y

Trasnocho Lounge, Caracas (Junio 4, 2014)

La Fundación Nuevas Bandas, con Félix Allueva como gestor, siempre anda hurgando en la memoria histórica de nuestro rock, por ello no podía dejar pasar el 55 aniversario del nacimiento del rock en Venezuela. La fecha, obviamente, puede ser discutida, pero es lo de menos. La coartada fue ideal para hacer un recorrido por seis décadas de rock, desde los primigenios grupos de versiones hasta las bandas de la generación de fin de siglo, que fue el tope escogido para la revisión. Con el cuarteto base Los Humanoides (Claudio Ramírez, Kuámasi González, Víctor Rodríguez y Tafio) junto a Tomás Zabala (Vltravioleta) en la batería, el repaso comenzó con un primer bloque conformado por “Ahora es tarde” de Los Darts, “Solo otra vez” de Los 3 Tristes Tigres, “Detén la Noche” de Los

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AHÍ ESTUVIMOS

afortunadamente, fue lo suficientemente atractiva como para engancharnos y nos hizo olvidar su pésima comunicación con la audiencia, tan mala que ni siquiera dijeron nunca cómo se llamaban (la mayoría de los asistentes lo ignoraban porque nunca se anunció su presencia). Al poco tiempo aparecieron los personajes esperados por todos. Solo hicieron falta unos minutos para cerciorarnos que ninguna banda de rock suena actualmente como el cuarteto sevillano Pony Bravo. Sus tres discos así lo testifican, así como las reveladoras y contagiosas presentaciones en vivo. Psicodelia, afro beat, pop-jazz etíope, dub, techno, krautrock, post

punk, funk y diversos géneros musicales fruto de la herencia andalucí pincelan y se entrecruzan en sus canciones. Así, los ecos de Triana, Veneno, Radio Futura, Derribos Arias, Can, Lee Perry, King Tubby, Burning Spear, Talking Heads, Devo, Captain Beefheart, Pere Ubu, Fela Kuti, Mulatu Astatke, The Doors, entre otros, orbitan sobre su música, sirviendo de inspiración. Sus cuatro integrantes muestran una sorprendente habilidad con los instrumentos: mientras Daniel Alonso permanece en su rol de teclista y vocalista principal, Pablo Peña – ocasional segundo cantante– intercambia su principal papel como bajista con el guitarrista Darío del Moral, y éste a su vez hace lo

propio con el baterista Javier Rivera, creando un entramado instrumental dinámico lleno de colores y matices. Más allá de la distintiva mezcla que arroja como resultado una propuesta que se mueve en una frontera difusa de espíritu panglobal pero de fuerte raíz andaluza, hay que destacar los textos que acompañan a sus canciones, cargados de ironía y críticas sociopolíticas, además de las descarnadas ilustraciones que forman parte de los artes de sus discos, en los que aparecen personajes de todo tipo, universales y locales, como Jesucristo, la cabeza de El Chiquito de la Calzada en la pirámide de Gizeh, Michael Jackson, el Rey Juan Carlos como indigente, El Príncipe Felipe y Doña Leticia como Tarzán y Jane, Mariano Rajoy, George Bush, Iñaki Undangarín, y más…Pony Bravo no hace concesiones y se mete con todo: los agentes de bolsa, los impostores de la fe, la invasión china, la economía, los poderosos, las proyectos faraónicos, los enchufados, los charlatanes, los traficantes y drogadictos, entre otros temas álgidos que tratan con suma inteligencia y fino humor. Escuchar en vivo temazos como “El mundo se enfrenta a grandes peligros”, “Noche de setas”, “China da miedo”, “Turista ven a Sevilla”, “Cheney”, “Ninja de fuego”, “Guajira de Hawaii”, “Mangosta”, “Roadrunner”, “Eurovegas”, “Político neoliberal”, “Salmo 52:8”, “La Rave de Dios”, “Ibitza” y las tres del encoré, “Hotstepper”, “Zambra de Guantánamo” y “Mi DNI”, además de compartir con ellos, realmente no tuvo precio. Pony Bravo no tiene rivales. Juan Carlos Ballesta

luego “Corazón gris” de Dermis Tatú (una elección discutible, teniendo Dermis otros temas emblemáticos). Rodrigo Gonsálves (Viniloversus) apareció para cantar “Canción suave” de Caramelos de Cianuro, preámbulo para la punketa versión de “Políticos paralíticos” de Desorden Público, en la que Víctor Rodríguez se desbocó cantando en plan Joe Strummer (The Clash). El encoré fue un popurrí que incluyó “Girasol” de La Nave, “Mantarraya” de Claroscuro, “Pienso perdonarte” de Zapato 3 (poco tiempo para la importancia de esta banda), “Sutil sonido” de Pacífica, “Camina” de Fauna, “Fe” de Candy66 y “Dinamita” de La Puta Eléctrica. La idea es magnífica y necesaria, tanto que debe presentarse en un teatro, con el abanico completo de invitados. Juan Carlos Ballesta Foto: cortesía Gisela Rodrigues/Brandcom/Pampero

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CARACAS EN CONTRATIEMPO Doce días de fiesta

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Juan Carlos Ballesta/ Leonardo Bigott

Notable crecimiento el de este festival celebrado entre el 23 de julio y el 3 de agosto, que apenas llega a su segunda edición. Aquiles Báez y Ernesto Rangel, son dos adalides que siguen apostando, contra viento y marea, a la música de calidad hecha en Venezuela. Aunque su nombre indica el lugar de nacimiento y el principal foco de actividades, este año se expandió a tres ciudades más en las que se escenificaron conciertos de primera línea como los de Aquiles Báez Trío y el maraquero Manuel Rangel en Barquisimeto, que desbordó de emociones a la audiencia. Los virtuosos Eddy Marcano (violín) y Luis Julio Toro (flauta) se presentaron en Porlamar, mientras en Maracaibo hacían lo propio Matiz Ensamble y el cantautor Ulises Hadjis. El festival fue inaugurado el día 23 en el Teatro de Catia con Alfredo Naranjo y El Guajeo, Aquiles Báez y Betsayda Machado. Muy celebrada la iniciativa de extender al oeste de Caracas esta fiesta musical. Esa misma noche el Teatro Trasnocho fue testigo de Ensambles a Contratiempo, con C4 Trío, Quinteto menos 1 y Quintillo Ensamble (que estrenaban su disco debut). Tres agrupaciones de altísimo nivel que dejaron al público atónito, en especial las dos más nuevas que aún no se han presentado tanto como C4 Trío. Talleres de periodismo cultural y grabación de discos, conversatorios, clínicas y exhibiciones de instrumentos, le dieron un matiz educativo al festival que se agradece. Incluso los niños tuvieron su regalo con un concierto dominguero de Serenata Guayanesa que puso a padres y niños a cantar y sonreír. El primer fin de semana en Caracas amplió su acción hasta el Teatro César Rengifo de Petare, donde se presentaron las excelentes voces de José Alejandro Paredes, Hanna Kobayashi y el Ensamble Vaare, mientras que el domingo la actividad se trasladó al Anfiteatro de El Hatillo con el Homenaje a Simón Díaz, el primero que se hacía tras su lamentada muerte.

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Fotos: Leonardo Bigott / Malavista Social Club

Homenaje a Simón Díaz

Música del Mundo

El homenaje, sin embargo, fue irregular, aunque no por ello exento de emociones. Faltó algo más de producción y mejor dinámica, en especial en la puesta en escena y en la escogencia del repertorio, compuesto principalmente por tonadas. La banda dirigida por Gustavo Carucí (guitarra), con Miguel Siso (cuatro), Eric Chacón (flauta), Gerard Chacón (bajo) y Carlos “Nené” Quintero (percusión), acompañó a una selección de cantantes compuesta por Enza Rigano, Hanna Kobayashi, Sela Lovera, Mariaca Semprún, Laura Guevara, Alfred Gómez Jr. y Horacio Blanco, con la participación siempre efectiva de Los Hermanos Naturales. Tanto LHN como Blanco, protagonizaron los momentos más jocosos y animados cantando “Super bloque”, “El cantante” y “El peine”. De todas las interpretaciones habría que destacar las dos de Guevara (“El Alcaraván” y “El loco Juan Carabina”), a Semprún con “Mi querencia”, Kobayashi con “Tonada del Cabestrero” y Lovera con “Qué vale más”. El homenaje se repitió una semana después en el Teatro de Chacao, cerrando el festival, con la adición de Rafael “El Pollo” Brito.

La tanda en el Teatro de Chacao arrancó con la arriesgada propuesta vocal de Ximena Borges, la cual dejó a muchos confundidos y a otros maravillados. La voz procesada a través de varios efectos con los que construye diversas capas, aunque no es novedosa en el mundo lo es en Venezuela, y Ximena con su personalidad y look (vestido largo de plástico blanco con armador y top negro) y gran voz logró cautivar e impresionar. La escogencia de temas como “Fever”, “Summertime”, “La Señora del Jabillo” (con poema de McKey sobre Caracas), la mezcla de Jacques Brel, Edith Piaf y “Carmen” de Bizet y el poema sobre las protestas estudiantiles de su hermano Ezequiel Borges que usó para cerrar, conformaron un show redondo. Ximena es nuestra mezcla particular de Laurie Anderson, Sussan Deyhim y Meredith Monk. El grupo de Lester Paredes (flauta, mandolina, guitarra), Lesextet, que conforman Carlos Cabrices (guitarra), Leo Vargas (batería), Rolando Canónico (percusión) y Ludwig Paredes (bajo), presentó su acostumbrado collage de influencias que van de la música andalusí,


al jazz y el rock progresivo, pero no logró enganchar a la audiencia. Lester debe evitar sus largos monólogos entre tema y tema. Gaélica, en cambio, volvió a ofrecer un concierto sin fisuras, ahora con la inclusión del violinista (Víctor Mora) y el bajista (Eliézer Díaz), que agrega mucho cuerpo a la propuesta. Al frente permanecen Gabriel Figueira (gaita, flautas, voz), Rubén Gutiérrez (guitarra, voz) y Armando Álvarez (percusión, voz), creando una cada vez más atractiva y sólida mezcla de música celta (Irlanda, Escocía, Galicia), cadencias afro venezolanas e incluso rock.

Malavista Social Club

Esta edición también contó con la participación de un grupo de músicos veteranos que ofreció un repertorio de grandes clásicos “rockoleros” a un teatro casi lleno. El cuatro de Alí Agüero, el teclado de Aníbal Abreu, la percusión de Carlos “Nené” Quintero, el bajo de Telésforo Naranjo, las guitarras de Miguel Delgado Estévez y Aquiles Báez, y la mandolina de Rafael Ruiz, fueron el soporte instrumental de cuatro gloriosas voces y una emotiva y juvenil sorpresa. Teniendo como Maestro de Ceremonias a César Miguel Rondón, Nicole Espinoza, la voz femenina de Los Antaños del Estadio, inició con “El catre y la lavandera”, con una voz que mostraba la influencia de los años pero cuyo sentimiento hizo honor a la ejecución del tema de apertura del concierto. Rafael Montaño, nacido en 1926, representa la voz más añeja de lo tradicional venezolano y diversos ritmos latinos. Su clásica interpretación del polo margariteño cautivó a un público que quedó sorprendido con la fuerza vocal que aún posee. Luego cantó “Barquisimeto” y “Serenata” de Manuel Pérez Díaz, que fue vehementemente dedicada a la insigne periodista, recién fallecida, Isa Dobles. El cantante lírico y comediante Rafael “Cayito” Aponte interpretó “La negra” y luego el grupo ofreció un hermoso vals de Rafael Ruiz titulado “Alba sublime”. Un emotivo instante llegó en la voz del joven Kodiak Agüero, hijo de Alí, quien cantó a su padre. La emotiva presentación fue seguida de anécdotas y chistes que recordaron a Aquiles Nazoa y dejaron escuchar composiciones de Aníbal Abreu y María Luisa Escobar. El célebre compositor

propios destacó la dramática canción escrita para pacientes con cáncer (de lo que ella afortunadamente se liberó). Mención aparte merece Víctor Drija, quien se esforzó por no lucir fuera de lugar tratando de adaptar sus canciones a un formato más baladístico, además de elegir la versión de “Venezuela” como colofón sensiblero. Realmente, este festival no es para él, aunque parte del público asistió por su presencia.

La gran descarga Laura Guevara

Chelique Sarabia cantó sus conocidas “Ansiedad” y “Mi propio yo”. Tras sus cuentos sobre el calipso “Tocando caña” y “En este país”, Chelique fue dictando el fin de la velada que llegó con un potpurrí de canciones que incluyeron “El norte es una quimera”, “Carmen” y “La pelota de Carey” con toda la emotividad e imperfección que suele hermanar el tiempo.

Guataca Pop

La noche más pop fue protagonizada por cinco nombres muy distintos entre sí, apoyados en una banda dirigida por Hugo Fuguet (guitarra eléctrica) y conformada por Fernando Valladares (batería), Diego Paredes (bajo), Edward Ramírez (cuatro) y Manuel Rangel (maracas). Otra jornada de resultado dispar, con Samantha Dagnino y Laura Guevara destacando claramente, la primera luciéndose con “Some Somebody”, una catárquica “Slowly Dissappear” y una muy interesante interpretación de “Tonada de Luna Llena”, mientras la segunda tocó dos de sus conocidos temas, “La Luz” y “Tiempo de escape”, aunque ésta se resintió un poco con ciertos toques blueseros innecesarios. La versión sincopada con cuatro y maracas de “Amor bonito”, popularizada por Gualberto Ibarreto estuvo muy bien. Alfred Gómez cantó dos de sus temas y lució cómodo, además de una adaptación de “Mercedes”, muy distinta y mejor a la que presentó en el Homenaje a Simón Díaz. Daniela Bascopé hizo una versión poco afortunada de “Sombras en los médanos” y de sus otros dos temas

Descarga en Contratiempo

El vente tú ¡La descarga en contratiempo! Lo primero que hay que destacar de este concierto es la alta calidad de sus jóvenes músicos, que es, sin dudas, el reflejo de una parte de Venezuela que signa el camino a seguir para obtener logros que sean parte indisoluble de un país próspero. Esa es parte de la tarea que se ha trazado el dúo Rangel-Báez. La banda que acompañó a algunas de las grandes voces del país, estuvo conformada por la sección rítmica de Yonathan Gavidia, Julio Alcocer, Yilmer Vivas y el bajista Gustavo Márquez; los metales de Eric Chacón, Gerald Chacón, Joel Martínez, Anthony Pérez y José Lugo Jr; el cuatro de Edward Ramírez y las teclas de Gabriel Chakarji. “Cachamay”, “Adios Nonino” de Astor Piazzola, y “El misterioso” de Ramírez dieron inicio a la gran velada que puso en escena a más de 20 músicos. Luego vendrían Ima América con “La pregonera”, el coro de Vasallos de Venezuela y Alejandro Zavala con “No lo preciso” y “La verdad de tus sueños”. Daniel Somaroó con “Sentimiento nacional” y las “Aguas de cristal” de Alfredo Naranjo dieron un inusitado giro al evento con ese aire tropical que destaca a ambos músicos. Mariaca Semprún ofreció un tema propio, “Valle bipolar” dedicado a Caracas. Una grata sorpresa fue la cantante Carmela Ramírez y el pianista Gabriel Chakarji, dos vivos ejemplos de temprana madurez musical. El característico humor de Aquiles Báez fue la antesala de quien es uno de los cantautores más importantes del país, Guillermo Carrasco con “Ojalá”. Un momento diferente lleno de color y espontaneidad fue el endiablado cuerpo de baile de Vasallos de Venezuela que emergió desde el público hacia la tarima donde todos, en un solo canto, pondrían el punto final.

Samantha Dagnino

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Lola Mares I @ElcineQsuena

EL CINE QUE SUENA

David Lynch, cineasta de lo extraño, pintor de texturas sonoras y apasionado del rock n’roll (Última entrega)

D

Inland Empire (2006)

Lost Highway (1997)

La fruición con que David Lynch experimenta el sonido y la música perdura en sus siguientes producciones: Twin Peaks (1989) serie para televisión que fue un fenómeno en los Estados Unidos pues satirizó todas las convenciones básicas de su género. La banda de sonido, todo un éxito de ventas, fue hecha por Ángelo Badalamenti a partir de un tema musical que se repite a lo largo de los capítulos con variaciones en torno a éste. El seriado pasa a ser largometraje como Twin Peaks; Fire Walk with Me, y en esa versión no podía quedarse fuera Badalamenti con sus piezas lánguidas y sinuosas contiguas al jazz, y que contrastan con la sordidez de la historia. Con una enloquecida pareja de amantes formada por Sailor (Nicolas Cage) y Lula (Laura Dern), aparece la ultra violenta Corazón salvaje (Wild at heart, 1990). Un despliegue de sexo duro intercalado con un crisol de géneros tejidos por Badalamenti, de agobiante textura minimalista. Los variopintos intérpretes convidan a un paseo por géneros como el heavy con acoplamientos que sirven como contrapunto a los enloquecidos bailes de la pareja. Inolvidable es la escena, donde Sailor regresa de prisión al encuentro de su enamorada, saltando por encima de los carros en una cola descomunal, para cantarle “Love me Tender”, de Elvys Presley. En El extraño camino a Oz, como también se le llamó a esta cinta ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes, se encuentran piezas de Glenn Miller, Duke Ellington, y

bandas como John Ewing and the All Stars y Powermad; y por supuesto, la emblemática canción “Wicked Game”, de Chris Isaak. La sociedad Lynch-Badalamenti se hace sentir menos en Autopista perdida (Lost Highway, 1996), ya que su banda sonora viene invadida por un lote de piezas musicales que se vuelven entrañables, y que en su mayoría pertenecen a una selección de músicos, casi todos provenientes del rock. Gracias a este arrebatador soundtrack, en el que participan Marilyn Manson, David Bowie y Trent Reznor entre otros, el cine de Lynch gana una nube de adeptos veinteañeros, ansiosos de mayor tensión para sus ojos y para sus oídos. También están presentes Barry Adamson y Lou Reed con su “This Magic” para enaltecer la figura de Alice la protagonista. David Lynch confecciona en 1999 una película que se sale del redil de sus realizaciones anteriores. Se trata de Una historia sencilla (The Straight Story), narración simple que algunos tildan de “sobre natural” por su tono profundamente humano. El director repite el road movie, pero que en esta ocasión se transporta en una cortadora de césped, y cuyo recorrido es melódicamente acompañado por las notas de Badalamenti, marcado por un par de instrumentos, o incluso por una guitarra solitaria, en un lento discurrir por el vasto territorio de Alvin el personaje principal. Así pues, una partitura cargada de tristes

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Wild at Heart (1990)

melodías, llenas de melancolía y belleza, “Country Waltz”, por nombrar alguna, es de los más completos tracks en este aspecto, pues une los recursos mencionados anteriormente, y se hace conocida por ser utilizada en un anuncio de automóviles. En el 2002 se estrena Mulholland Drive, considerada como una cinta hipnótica, originalmente concebida como el episodio piloto para una serie de televisión pero que devino en largometraje. La música original de este ensayo onírico, y reto inconexo para el espectador, es de Badalamenti eternizando el tándem junto a Lynch y que obtuvo una nominación en los Golden Globe y los Premios Bafta. La última obra, que conozcamos, del L’enfant terrible de Missoula, fue estrenada en 2006 y tiene nombre mayúsculo: INLAND EMPIRE (2006), incontestablemente mayor que la anterior, muchísimo más libre (aún) y más equilibrada que ésta. La historia, retorcida y con tintes pesadillescos, rebosa en sonidos expresionistas distorsionados. Así de múltiple es el score del filme, que contiene piezas de Krzysztof Penderecki y Dave Brubeck, a las que se agregan interpretaciones de Nina Simone con el tema “Sinnerman”, además de Beck con “Black Tambourine”, y la inolvidable “Ghost of love”, compuesta e interpretada por el propio David Lynch. En suma, un universo sonoro en expansión por mundos que solo este pintor de atmósferas sabe conquistar.



FÉlIX arCIla DoCuMentos auDIoVIsuales

20 FEET FROM STARDOM

D

Las coristas en primer plano

Dirigido por Morgan Neville, este laureado documental estrenado en el Sundance film festival de 2013 y ganador del Oscar 2014, revisa más de cinco décadas de transitar por la industria discográfica de la talentosa corista estadounidense Darlene Love; a la que se suman Merry Clayton y Lisa Fischer, entre otras. A partir de videos, entrevistas a luminarias de la música y colegas de oficio, nos muestra cómo el camino al reconocimiento de estas artistas, aunque sinuoso y amargo por momentos, también está colmado de satisfacciones y amor por la música. Desde siempre, quienes se dedican a ser coristas suelen despertar poca curiosidad en los amantes de la música. Su anonimato, casi absoluto, que contrasta con su pericia vocal, les permite en muchas ocasiones, moverse entre géneros musicales diversos, sin que esto les propicie los seguidores y la notoriedad merecida. En “20 Feet from Stardom”, se rinde tributo a quienes ejercen este oficio, y tangencialmente nos brinda una particular visión de la evolución del pop y el rock a partir de aquellas que han acompañado a artistas de la talla de Ray Charles, los Rolling Stones, Bruce Springsteen, Stevie Wonder y Sting, por solo citar a algunos de los grandes del espectáculo. La figura central del documental es Darlene Love, quien trabajo para artistas como Elvis Presley, Sonny and Cher, The Beach Boys, Tom Jones y Dionne Warwick, entre otros. Integrante del legendario grupo The Blossoms, entró al mundo de la música a finales de los años 50, siendo el controversial productor Phil Spector quien le propiciara éxitos como el tema “Christmas (Baby please come home)” del año 1963. Esto no evitó que tuviese severas diferencias con él, debido al manejo de su carrera. Se nos muestra cómo todo su talento no la alejó de los altibajos emocionales que la sacaron de la escena musical y pospusieron su inicio definitivo como solista cumplidos los 40 años de edad, y cómo muchas de las coristas entrevistadas comenzaron su actividad musical en iglesias, debido al hecho de que sus padres eran pastores religiosos. En otro de los pasajes de este documental aparece la gran corista Tata Vega, quien nunca logró obtener el soñado triunfo como solista, a pesar de sus indudables dotes vocales reconocidas por artistas como Elton John y Stevie Wonder, entre otros. Igual suerte tuvo Claudia Lennear, miembro del grupo The Ikettes, que acompañó a Ike & Tina Turner y fue estrecha colaboradora de los Rolling Stones, David Bowie y Joe Cocker, a quien la fama no le sonrió como solista, saliendo del mundo de la música, y dedicada actualmente a ser profesora de español. El espíritu camaleónico de quienes son coristas, queda de manifiesto al ver la revisión que hace The Waters family de su actividad musical, que les llevó a participar en el disco “Thriller” de Michael Jackson, la banda sonora de la película “The Lion King” y en la grabación de los graznidos de las aves alienígenas del film “Avatar”. Por su parte, Bruce Springsteen explica lo difícil que puede ser saltar de corista a solista, hecho que va mucho más allá de los 20 pies que suelen separarlas en el escenario de la figura principal, y que dicho sea de paso, da nombre al documental. Resulta curioso y muy grato, ver a Mick Jagger y Sting hablar sobre lo que han aportado a canciones como “Gimme Shelter” y “Hounds of Winter” las coristas Merry Clayton y Lisa Fischer, respectivamente, calificándolas, sin egoísmo alguno, como estrellas. En fin, un material audiovisual que merece ser visto.

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