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NarcotrĂĄfico: El lado oscuro de
Carlos Valverde Caso Narcoestatuillas
El inventor de la extorsión fue Carlos Valverde Bravo
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o fue la primera y única vez que Carlos Valverde Bravo estuvo involucrado en casos de narcotráfico, como el de las “Narcoestatuillas”. Antes de eso, en su calidad de Director Nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior ya fue denunciado por extorsionar al famoso narcotraficante Carmelo “Meco” Dominguez, quien fuera detenido en Santa Cruz de la Sierra y sus declaraciones provocaron un escándalo político en el país conocido como “Narcovínculos”. El caso de la extorsión de Carlos Valverde Bravo al narcotraficante “Meco” Dominguez llegó hasta el Poder Legislativo, donde una comisión investigó el caso “Narcovínculos”, tal como se prueba en la página 350 del segundo cuerpo del proceso llevado por la Comisión de Constitución, Justicia y Policía Judicial. La extorsión la ejecutaba aprovechándose de su alto cargo público, olvidándose que la función pública es para servir a los demás y no servirse a sí mismo. De allí que se puede concluir que “quien echa sus culpas a otros, descansa”.
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El lado oscuro de Carlos Valverde
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INTRODUCCIóN
“Narcotráfico: El lado oscuro de Carlos Valverde”, está basado en documentos oficiales y narra por vez primera, la participación del ahora convertido en radialista y analista político en actividades del narcotráfico en la década de los 90 del siglo pasado. No fue una participación cualquiera, sino que estuvo involucrado en el año 1992-93 con una red internacional de traficantes de cocaína, con conexiones comprobadas con narcotraficantes de Colombia, brindándoles protección a través del cargo que ostentaba, como la Dirección Nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior (ahora Gobierno), a través de documentos oficiales entregados a los máximos “capos” de la organización, quienes incluso tenían autorización para portar armas de fuego. Estuvo preso en las cárceles de Chonchocoro y San Pedro de la ciudad de La Paz, hasta que el poder político presionó sobre el Ministerio Público y a través de una Minuta de Comunicación y una inventada o “falsa” Resolución Camaral logró sacarlo, inventándose figuras jurídicas por encima de la Ley 1.008, pudiendo ser motivo ahora de análisis jurídico el quiebre de las normas para beneficiar a un recluso. La Corte Superior de Justicia de La Paz para salvarse ante cualquier reclamo o juicio por prevaricato, accede a la presión política y deja por escrito que no estaba de acuerdo, pero que accede bajo los siguientes términos: “El Ministerio Público como representante del Estado y parte principal en esta clase de procesos, por imperio de lo que dispone la Ley 1008, es precisamente quien requirió por la exclusión del nombrado Valverde Bravo, en cuya virtud corresponde a este tribunal deferir requerimiento. Nótese que los juzgadores utilizan la palabra “deferir”, cuyo significado es “adherirse al dictamen de uno por respeto o cortesía” o también “transferir parte del poder o jurisdicción”. La justicia jamás estuvo convencida de la inocencia de Carlos Valverde, sino que debió ceder ante la presión política y así lo dejó sentado en su resolución, al sostener que ese individuo debía ser procesado en la “justicia ordinaria”, cosa que jamás ocurrió y por tanto, nunca podrá alegar inocencia. Está totalmente demostrado que el poder político como en anteriores oportunidades metió la mano para proteger la delincuencia, aquella que recibe protección de malos funcionarios públicos. Todos lo escrito en este libro fue sacado del expediente del “caso Narcoestatuillas” y cualquier ciudadano puede revisarlo para saber si se miente o no sobre el pasado oscuro de Carlos Valverde Bravo. Se pone en sus manos la publicación, para que la sociedad boliviana conozca el pasado sucio de uno de sus miembros, porque algunos por desconocimiento o quizás olvido le dieron una respetable carta de ciudadanía que no la merece.
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CAPÍTULO I
Carlos Valverde de perfil, en foto tomada para su prontuario criminal. Fue el 1993
Carlos Valverde fue cómplice de una red internacional de narcos
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l 21 de octubre de 1993, el país entero se anoticiaba del desbaratamiento de una red internacional de narcotraficantes, cuyo cabecilla era Jesús Hernando Gutiérrez Mancilla más conocido como “Nando”, quien operaba impunemente bajo la protección de Carlos Valverde Bravo, quien bajo el cargo de Director Nacional de Inteligencia y Seguridad del Ministerio del Interior, le hizo entrega de dos credenciales con cargos diferentes, el cual fue utilizado por casi dos años. El famoso caso fue conocido por la prensa como las “narcoestatuillas”, aunque la operación fue denominada por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico como “gigante blanco”, ya que con ello desbarataron la red del número uno del narcotráfico en Bolivia, porque además comprobaron que había gozado de la protección del gobierno de Jaime Paz Zamora o más propiamente de Carlos Valverde Bravo, quien se aprovechó del cargo para entregar ambas credenciales para que la cabeza de la banda puede operar tranquilamente y mandar sus cargamentos de droga. En ese tiempo fue el escándalo a nivel mundial y acaparó varias portadas de los periódicos, porque se conocía una novedosa forma de transportar droga al exterior, habiendo operado de esa manera casi dos años, precisamente el tiempo en que se entregaron las dos credenciales. La red de traficantes operó el 1992 y el 1993, hasta que el 20 de octubre fue desbaratada, siendo detenidos muchas personas, entre ellos “Nando”, considerado el cerebro de la banda de narcotraficantes. Quienes fueron detenidos, en sus declaraciones informativas ante la Felcn señalan que operaron con
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El lado oscuro de Carlos Valverde
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CUSTODIA El policía encargado de la seguridad del “asesor del Ministerio de Gobierno”, señala que fue enviado a cuidar esa casa por encargo de un oficial al que identificó como coronel Torrico, quien le señaló que la custodia fue encargada por el Ministro de Gobierno.
cocaína en ese tiempo. En sus declaraciones, uno de ellos señaló que el principal cabecilla, una vez llegó hasta las oficinas de Saguapac y se quedó mirando una estatuilla en miniatura de la Madre India; preguntó quien la había hecho y encargó que le hagan el molde para hacer otras similares. De esa manera es que empezaron a fabricar estatuillas. Las enviaban desde Cochabamba a Santa Cruz y de esta ciudad se los enviaba al exterior. Salieron piezas de adorno con cocaína en forma de perros, pingüinos, cabezas de caballo, ceniceros, portacaseteras, joyeros, pirámides. En cada cargamento, de
acuerdo a las declaraciones de uno de los involucrados, recibían hasta ocho kilos de cocaína. Uno de los integrantes del clan, señaló que consiguió 10 kilos de droga y los químicos lo mezclaban con una resina acrílica y finalmente quedaba como si fueran las estatuillas de vidrio. El que consiguió esa cantidad de droga, vio como sacaron un portalapicero impregnado con cocaína en la casa del cabecilla. Los narcotraficantes tenían como lugar de reuniones un céntrico hotel de la capital cruceña. Allí llegaban los vendedores de droga y los testigos aseguran que se regateaba el precio de la cocaína y se
Credencial otorgada al Jefe de la red de narcos
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hacían rebajar entre 50 a 100 dólares por cada kilo comprado. En el mismo hotel se alojaban los compradores, quienes eran extranjeros, pero no se registraban para no dejar evidencias a las autoridades que los investigaban hacía tiempo. De acuerdo a las declaraciones de Carlos Valverde, al jefe de la red de narcotraficantes conocido como “Nando”, le había dado una credencial del Ministerio del Interior con el cargo de Investigador Especial, pero al otro día, le dio otra credencial con el cargo de Asesor y eso le servía para movilizarse por todo el territorio nacional sin ser molestado y además para portar armas de fuego. Es así que cuando fue detenido, le encontraron varias armas y municiones que por sus características, su uso está prohibido a particulares, además de tres pistolas que estaban cargadas. Era tanto el poderío que le daba al narcotraficante la credencial otorgada por Carlos Valverde, que hacía uso y abuso de ella hasta el momento de su detención. Por citar un ejemplo: se hacía dar seguridad con la Policía Nacional y un uniformado le cuidaba la casa desde las 8 de la mañana a las 20 horas, cuidando que nadie se parquee afuera, utilizando incluso conos para declarar parqueo exclusivo al lugar. El policía encargado de la seguridad del “asesor del Ministerio de Gobierno”, señala que fue enviado a cuidar esa casa por encargo de un oficial al que identificó como coronel Torrico, quien le señaló que la custodia fue encargada por el Ministro de Gobierno. El efectivo en una oportunidad señaló: “no tenía ninguna sospecha sobre narcotráfico, yo estaba convencido que ese doctor era asesor del Ministro del Interior, del actual ministro y dueño del aserradero Guapay. Yo decía, con razón andaba pues apurado, sin tiempo, pero sin pensar yo que era narcotraficante. Para mí fue una sorpresa”.
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Carlos Valverde señaló que esa credencial se la entregó en marzo o abril de 1992 y “Nando” Gutiérrez fue apresado el 20 de octubre de 1993. En su declaración ante el Ministerio Público, Valverde que fue imputado por los delitos de complicidad en la fabricación y tráfico de cocaína, concusión impropia y uso de armas, concusión propia y asociación delictuosa y confabulación, señaló que le dio la credencial para garantizar el transporte de un auto blindado que sería ofrecido a la Presidencia de la República, sin embargo, el fiscal del caso, observó que cualquier vehículo, legalmente adquirido, puede ser trasladado de un punto a otro del país, sin otro requisito que el cumplimiento de las condiciones exigidas por el organismo de Tránsito. Valverde dijo sobre el particular: “no tengo ni idea ni conocimiento de quien se lo compró, es más, no se cuando ingreso al país, ni cómo” y eso que oficiaba de Director Nacional de Inteligencia y Seguridad del Estado. ¿Y por qué le dio la credencial a “Nando”? la respuesta de Valverde fue: “facilitar el traslado de un vehículo blindado, tipo automóvil a la ciudad de La Paz, dado que personal de seguridad del Palacio de Gobierno había probado el vehículo en Santa Cruz y me solicitó vea la forma de trasladar el vehículo a La Paz y que además el señor Nando Gutiérrez me solicitó lo propio, porque necesitaba vender el vehículo”. Sin embargo, no forman parte de las investigaciones, el personal que supuestamente había solicitado el vehículo. Valverde señala que en conversación con el personal de seguridad del Palacio de Gobierno, “consideramos que la adquisición de un vehículo blindado para el Estado podía ser muy útil”. Sin embargo, abogados que conocen sobre procesos administrativos, hicieron saber que ello no era una buena coartada, aunque funcionó en su momento, ya que el
Declaración de Carlos Valverde ante el fiscal e investigadores, donde reconoce haber entregado las credenciales al “capo”. Estado está imposibilitado de comprar vehículos usados y era imposible realizar esa compra. Allí están los casos de René Joaquino de Potosí y Katsumi Bani de San Juan de Yapacaní, que incluso fue enviado a la cárcel de Palmasola por comprar un micro usado. Jamás se investigó si efectivamente fue probado el auto en Palacio de Gobierno. Es evidente que el auto fue llevado a la ciudad de La Paz por una empresa transportadora, pero no fue en los días siguientes de la entrega de las dos credenciales (marzo o abril), sino que recién se lo hizo en agosto, aunque no se sabe cuando volvió, porque el famoso auto blindado que tenía
un precio de 120 mil dólares fue incautado en el hangar de propiedad de “Nando” Gutiérrez. Tampoco se investigó que Carlos Valverde Bravo entregó una segunda credencial, al parecer con los mismos cargos, al cuñado del jefe de la organización, quien era el encargado de viajar fuera del país, probablemente a entregar la mercancía. Se sospecha que Valverde hizo esa declaración espontánea para protegerse, pero no sabía que la misma no fue incautada y jamás apareció. Pero a confesión de parte, relevo de pruebas. También dijo que había entregado esas credenciales a otras personas, presumiblemente de la misma organización.
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Valverde tenía relaciones con narco, desde el año 1973 Extracto de las declaraciones que realizó Carlos Valverde Bravo cuando fue detenido por complicidad en la fabricación y tráfico de cocaína. Diga usted si las credenciales que otorgó fueron extendidas con conocimiento de qué personas? Respuesta.- Las únicas personas que conocían de dichos credenciales eran mi secretaria, mi ayudante y mi persona. Diga usted el número de credenciales que le otorgó al Sr. Hernando Gutiérrez Mansilla? En qué fechas? Respuesta.- Entregué dos credenciales, las dos prácticamente en la misma oportunidad, es decir una un día y el otro al día siguiente, la fecha no la puedo precisar, pero debe ser entre los meses de marzo y abril de 1992. Diga usted cuales fueron los motivos para la extensión de dichas credenciales? Tomando en cuenta que el señor Hernando Gutiérrez no era funcionario activo del Ministerio? Respuesta.- En realidad hay un solo motivo, facilitar el traslado de un vehículo blindado, tipo automóvil a la ciudad de La Paz, dado que personal de seguridad del Palacio de Gobierno había probado el vehículo en Santa Cruz y me solicitó vea la forma de trasladar el vehículo a La Paz y que además el señor Nando Gutiérrez me solicitó lo propio, porque necesitaba vender el vehículo…..quiero señalar además que en conversación con personal de Seguridad del Palacio de Gobierno, consideramos que la adquisición de un vehículo blindado para el Estado podía ser muy útil, dado que el señor Presidente de la República no tiene más que un auto blindado y que cada vez que viene al país una personalidad importante, el Presidente tiene que ceder su vehículo blindado, con lo que queda desprotegido y
al ser mi función de Jefe de Seguridad del Estado, consideré al igual que el personal de seguridad que he nombrado, que era muy importante tener otro vehículo alternativo. Indique usted que información tenía como Jefe de Inteligencia del Estado sobre las actividades de Hernando Gutiérrez? Respuesta.- Quiero contestar que nunca tuve ninguna información sobre las actividades de Hernando Gutiérrez…. Diga usted si para el efecto del traslado del vehículo era indispensable otorgar una credencial o simplemente otorgar un memorándum de paso como se estila? Respuesta.- Hoy creo que un memorándum de paso pudo haber sido suficiente, pero por las características del vehículo, en aquel momento no tuve otra idea que el de extender el credencial, dado que no hay un reglamento o manual de funciones que indique el camino a seguir en el caso concreto del traslado de un vehículo. Indique usted si estaba facultad para otorgar ese tipo de credenciales, tanto de asesor como de investigador? Respuesta.- No existe un manual de funciones, ni reglamento, que me indique a quien debo dar credencial o no, en cuanto al cargo que consigna los credenciales, como quiere que tenían el único fin el traslado del vehículo, no tomé muy en cuenta el cargo que se consigna. Diga usted si sabe cómo fue adquirido el vehículo blindado marca Fiat, o qué personas lo hicieron? Respuesta.- No tengo ni idea ni conocimiento de quien se compró, es más, no sé cuando ingreso al país ni cómo. Indique usted a qué otras personas que no estaban contempladas en
las planillas de la Dirección Nacional de Inteligencia su persona entregó credenciales? Respuesta.- A la pregunta debo indicar que puede ser que haya entregado una credencial a Roger Landivar Landivar y otras a otras personas que no recuerdo. De esas declaraciones se puede deducir que Carlos Valverde jamás mostró prueba alguna de que evidentemente ese auto fue llevado para la Presidencia de la República, ya que en los legajos del proceso no existe una sola prueba que apoye sus declaraciones. Es más, por pura lógica, la Presidencia de la República jamás compraría un vehículo usado o de dudosa procedencia, ya que existen manuales que señalan el procedimiento para la adquisición de bienes para el Estado y en ese tiempo, de seguro que para las compras directas el monto era más bajo que los 120 mil dólares que pedían por el auto usado. Hasta el estudiante del primer año de Derecho sabe de esa situación y era imposible que el Director Nacional de Inteligencia y Seguridad del Estado no lo hubiera conocido, a más de haber sido en ese tiempo ya egresado de la carrera de leyes, tal como lo señala en sus declaraciones. En conclusión, es mentira que Carlos Valverde haya dado la credencial para el traslado del vehículo, ya que la misma además fue transportada en un camión y de seguro que el propietario de la carga, no estaba yendo en el mismo motorizado para mostrar en cada tranca de inspección. Hubiera sido diferente que el auto sea “bárbaro” y allí ya se estaba cometiendo otro delito, en complicidad con el ahora inteligente investigador Valverde.
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CAPÍTULO II
Carlos Valverde quería que Jaime Paz compre un auto robado
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aime Paz Zamora gobernó el país desde el 6 de agosto de 1989 hasta el 6 de agosto de 1993. Durante su gestión se produjeron varios escándalos de corrupción y de complicidad con el narcotráfico, como el famoso decreto del “narcoarrepentimiento”, elaborado desde la estructura del Ministerio de Gobierno para beneficiar a los narcotraficantes de la época, ya que les ofrecían penas de cárcel benignas a cambio de no tocar ninguno de los bienes conseguidos con el dinero de la “pichicata”. ¿Pingüe negocio, no? Esa norma que benefició a los “peces gordos” del narcotráfico en el país se puso en vigencia el 29 de julio de 1991. Los decretos supremos son elaborados en el ministerio que verá el asunto, en este caso lo elaboraron en el Ministerio del Interior, donde Carlos Valverde Bravo trabajaba desde marzo de 1990. ¿Coincidencias? No, en política no existen las coincidencias, sino que se estaba montando una estructura delictiva para beneficiar a los narcotraficantes de la época y se lo hacía con funcionarios de alto nivel, muy parecido al escandaloso caso del “narcogeneral” que está preso en los Estados Unidos, porque operaba desde el mismísimo Ministerio de Gobierno (antes del Interior) para traficar o proteger redes de delincuentes narcotraficantes. Fueron muchos casos de narcotráfico que involucraron al conjunto del gobierno de Jaime Paz Zamora. Muchos funcionarios de
Otra parte de la declaración de Carlos Valverde
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NARCOS Agrega el reporte de prensa: “Fue de esa forma que le solicitó cooperación para trasladar un automóvil marca Fiat desde Santa Cruz a La Paz, para venderlo allá, por esa razón le entregó esos documentos para que en el camino nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”.
nivel medio se metieron a la protección, entre ellos Carlos Valverde Bravo, que fue llevado a prisión por los delitos de complicidad en la fabricación y tráfico de cocaína, concusión impropia y uso de armas, concusión propia y asociación delictuosa y confabulación, aunque más tarde en otras instancias judiciales, le modificaron su rosario de delitos. Carlos Valverde era el Director Nacional de Inteligencia y Seguridad del Ministerio del Interior desde marzo de 1990 al 7 de agosto de 1993. Él, de manera personal entrega dos credenciales del Ministerio del Interior al cabecilla de una red internacional de narcotraficantes, que se dedicaba a sacar cocaína a diversos países del mundo en estatuillas; es decir, las estatuillas eran fabricadas con cocaína y mezcladas con una resina acrílica. Novedosa forma de sacar la droga y aunque jamás se supo cuanta cantidad se exportó, el cabecilla manejaba grandes sumas de dinero en diversos bancos de la ciudad y el exterior. Cuando fueron apresados todos los integrantes de esa banda delictiva, entre ellos Carlos Valverde Bravo, tenían en su poder estatuillas que tenían casi cinco kilos de cocaína listos para ser embarcadas. El famoso caso fue conocido por la prensa como las “narcoes-
tatuillas”, aunque la operación fue denominada por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico como “gigante blanco”, ya que con ello desbarataron la red del número uno del narcotráfico en Bolivia, porque además comprobaron que había gozado de la protección del gobierno de Jaime Paz Zamora o más propiamente de Carlos Valverde Bravo, quien se aprovechó del cargo para entregar ambas credenciales para que la cabeza de la banda puede operar tranquilamente y mandar sus cargamentos de droga. Cuando estalla el escándalo de las “narcoestatuillas” y se empieza a filtrar a la prensa que el exdirector nacional de Inteligencia y Seguridad del Ministerio del Interior, estaba metido en el problema, luego de la aprehensión del cabecilla de la red ocurrida el 20 de octubre de 1993, Carlos Valverde Bravo sale a la luz pública señalando que quería vender un auto robado a Jaime Paz Zamora, como una forma de buscar protección en el expresidente de la República. Los documentos muestran que Carlos Valverde quiso involucrar a Jaime Paz. En el expediente de su caso, se publica un recorte de prensa de un matutino cruceño, cuando aún estaba libre, donde señala que el cabecilla de la red lo visitó en La Paz y le comentó que alquilaba un hangar a la DEA en el aeropuerto
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El Trompillo, promovía negocios de la venta de gas al Paraguay y se dedicaba a la compra-venta de automóviles. Agrega el reporte de prensa: “Fue de esa forma que le solicitó cooperación para trasladar un automóvil marca Fiat desde Santa Cruz a La Paz, para venderlo allá, por esa razón le entregó esos documentos para que en el camino nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”. ¿Movilidad robada? Si, eso señala las declaraciones que hizo Carlos Valverde Bravo a la prensa, días antes de ser detenido. De entrada confiesa que estaba protegiendo un grave delito desde las esferas gubernamentales, cuando precisamente él estaba a cargo de dar seguridad al Estado. El 8 de noviembre de 1993, en sus declaraciones ante el representante del Ministerio Público, Carlos Valverde señala que el auto fue trasladado a La Paz para venderlo a la Presidencia de la República, en ese tiempo a cargo de Jaime Paz Zamora. La credencial fue entregada al narcotraficante en marzo a abril de 1992. Valverde que fue imputado por los delitos de complicidad en la fabricación y tráfico de cocaína, concusión impropia y uso de armas, concusión propia y asociación delictuosa y confabulación, señaló que le dio la credencial para garantizar el transporte de un auto blindado que sería ofrecido a la Presidencia de la República, sin embargo, el fiscal del caso, observó que cualquier vehículo, legalmente adquirido, puede ser trasladado de un punto a otro del país, sin otro requisito que el cumplimiento de las condiciones exigidas por el organismo de Tránsito. Valverde dijo sobre el particular: “no tengo ni idea ni conocimiento de quien se lo compró, es más, no sé cuando ingreso al país, ni cómo” y eso que oficiaba de Director Nacional de In-
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10 El lado oscuro de Carlos Valverde teligencia y Seguridad del Estado. ¿Y por qué le dio la credencial a “Nando”? la respuesta de Valverde en el Ministerio Público fue: “facilitar el traslado de un vehículo blindado, tipo automóvil a la ciudad de La Paz, dado que personal de seguridad del Palacio de Gobierno había probado el vehículo en Santa Cruz y me solicitó vea la forma de trasladar el vehículo a La Paz y que además el señor Nando Gutiérrez me solicitó lo propio, porque necesitaba vender el vehículo”. Sin embargo, no forman parte de las investigaciones, el personal que supuestamente había solicitado el vehículo. Valverde señala que en conversación con el personal de seguridad del Palacio de Gobierno, “consideramos que la adquisición de un vehículo blindado para el Estado podía ser muy útil”. ¿Qué Jaime Paz compre un auto robado? Eso fue exactamente lo que dijo Carlos Valverde en sus declaraciones ante el Ministerio Público y como se señala anteriormente, nunca formó parte del cuadernillo de investigaciones, la declaración de quienes le habían pedido que se compre un vehículo blindado para uso presidencial. Es posible que haya funcionado el chantaje con el auto robado a Jaime Paz Zamora, porque el fiscal asignado al caso no hizo más averiguaciones sobre el particular y dejó ahí esas declaraciones, a sabiendas además que el Estado no puede comprar vehículos usados y más aún, disponer libremente de 120 mil dólares, que en el expediente se señala ese era el costo del vehículo, sin antes realizar un trámite administrativo. Además, en esa época el monto por compras directas era ínfimo, no mayor a los 10 mil bolivianos, por lo que no cuadraba la coartada. Sin embargo, el fiscal del caso lo dejó ahí, a pesar que se estaba hablando de estafar o cometer un delito en contra del Estado, pero en ese tiempo el Mi-
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Eran dos autos con la misma placa. Uno era blindado y Carlos Valverde lo protegió, porque creía era robado
nisterio Público dependía directamente del Ministerio del Interior. Tampoco se investigó si efectivamente fue probado el auto en Palacio de Gobierno. Es evidente que el auto fue llevado a la ciudad de La Paz por una empresa transportadora, pero no fue en los días siguientes de la entrega de las dos credenciales (marzo o abril), sino que recién se lo hizo en agosto. Además en el expediente consta que el cabecilla de la red de
narcotraficantes tenía dos autos parecidos, el uno era blindado y el otro no. Ambos motorizados fueron llevados a La Paz en un camión y lo llamativo del caso, es que los dos circulaban con la misma placa, y aunque el auto normal fue detenido en varias ocasiones por efectivos de Tránsito, jamás se los procesó por usar placa duplicada. Alguien estaba protegiendo la circulación irregular de ambos motorizados.
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Carlos Valverde confesó que dio credencial a otro narcotraficante
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a red internacional de narcotraficantes, donde estuvo involucrado Carlos Valverde Bravo y por ello fue llevado hasta la cárcel de Chonchocoro, era manejada como un grupo militar irregular de acuerdo a las investigaciones realizadas en esa época y las declaraciones de los involucrados, ya que entre ellos no se conocían, lo cual lo hacía menos vulnerable ante las fuerzas del orden. Muy pocos conocían la organización en su totalidad, ya que sus miembros fueron hábilmente colocados en diferentes lugares y desde allí cumplían su función. De acuerdo a las declaraciones de uno de los involucrados, uno de ellos estaba destinado a realizar las llamadas al exterior, prin-
cipalmente a Colombia e Italia, otro era responsable de embarcar la droga con nombre falso, otro era el encargado de buscar avionetas no solamente para la organización, sino que les daban ese servicio a narcotraficantes colombianos. Así declaraba uno de los aprehendidos: “llamaban si había posibilidades de conseguir avión; había un señor que se llamaba Carlos, Sergio, me llamó Salvador dejándome encargo que lo llame a Colombia buscando a “tío” a unos números telefónicos”. Otro de los involucrados en la red, sobre su trabajo en la misma declaró: “en cuestión de trabajo situaciones de encargo, llamadas telefónicas del exterior dándome encargos, las cuales me preguntaban si había disponibilidad de aviones. En esa base trabajaba”.
Credencial otorgada al jefe de la red de narcos, que le autorizada a portar armas
Capítulo III
Nótese que este detenido habla de una base, que utiliza lenguaje militar y si se hace un análisis somero de todas las declaraciones se concluye que parecía un grupo militar irregular, “guerrilleros” dirían algunos o “terroristas” otros, donde no se conocían entre sí la totalidad de sus miembros. Dentro de esa organización había otra persona que se encargaba de ir a recoger el dinero que generaba las ganancias del narcotráfico, de acuerdo a las investigaciones realizadas por el Ministerio Público. En otras palabras, era el que le llevaba la contabilidad al jefe de la red de narcotraficantes y esa persona también se movilizaba de un lado a otro con una credencial otorgada por el entonces director nacional de inteligencia y seguridad del Ministerio del Interior, Carlos Valverde Bravo. El recaudador era Roger Landivar Landivar, que de acuerdo a las investigaciones del Ministerio Público había viajado a Colombia enviado por el cabecilla de la red llevando droga o a cobrar deudas que narcotraficantes de ese país le debían a la organización boliviana. Esa persona recibió dinero del jefe de la red, figurando su nombre en una de las chequeras y en las anotaciones registradas en una libreta. Ese mismo personaje actuaba de campana en otro caso; una de las pistolas incautadas en el desbaratamiento de la red era de Landivar. En unas declaraciones sobre
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12 El lado oscuro de Carlos Valverde la red, una mujer señaló que Róger se reunía con uno de los más cercanos colaboradores de la red y que era de nacionalidad chilena. El chileno eral el responsable de recoger la droga mezclada en estatuillas que eran enviadas desde Cochabamba. Confesó que: “al momento de abrir el paquete, me di cuenta que tenía piezas, adornos de cerámica como ser perritos, pingüinos y cabezas de caballo, ahí me dio a conocer que mandó “Tito” de Cochabamba y deberían ser ocho kilos de droga….”. Sin embargo, cuando se produjo la detención de los integrantes de la red, batida realizada simultáneamente en Santa Cruz y Cochabamba, Roger Landivar logró huir y se mantuvo prófugo. Sin embargo, fue acusado por los delitos de fabricación, tráfico, asociación y confabulación delictuosa y transporte. A esta persona, Carlos Valverde Bravo le entregó una credencial, posiblemente con el mismo tenor que las dos entregadas al jefe de la red, quien las utilizó durante todas sus actividades de negocio con las “narcoestatuillas”, desde marzo o abril de 1992 hasta el 20 de octubre de 1993. De acuerdo a las declaraciones de quienes operaban dentro de la red, las actividades empezaron en ese mismo tiempo de la entrega de las credenciales. Varios de ellos señalaron que conocieron y se involucraron en las actividades del narcotráfico entre diciembre de 1992 y marzo de 1993, precisamente en el tiempo que el jefe de los narcotraficantes ya contaba con las dos credenciales. Respecto a la credencial entregada a Roger Landívar Landívar, el mismo Carlos Valverde Bravo confesó sobre el particular. Le preguntaron: “Indique usted a qué otras personas que no estaban contempladas en las planillas en la Dirección Nacional de Inteligencia, su persona entregó
amosos NARCOS Agrega el reporte de prensa: “Fue de esa forma que le solicitó cooperación para trasladar un automóvil marca Fiat desde Santa Cruz a La Paz, para venderlo allá, por esa razón le entregó esos documentos para que en el camino nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”.
credenciales?”. Carlos Valverde contestó: “A la pregunta debo indicar que puede ser que haya entregado una credencial a Róger Landivar Landivar y otras a otras personas que no recuerdo”. En las publicaciones de prensa de la época, no figuraba el nombre de Róger Landivar y tampoco los investigadores alzaron ese nombre para preguntarle a Carlos Valverde sobre el mismo. Entonces, ¿por qué Carlos Valverde hizo esa confesión? Elemental, para no agravar su situación jurídica en caso de ser detenido Landivar con la credencial a cuestas o mandando un mensaje cifrado de que debía ser destruido el documento para no ser incriminado directamente con la red. De allí que Carlos Valverde utilice el término “puede ser que haya entregado una credencial a Roger Landivar Landivar”. ¿Para qué extendió la credencial Carlos Valverde a Roger Landivar Landivar? Nunca se supo, porque los investigadores de la época no preguntaron, basándose solamente en las dos credenciales que tenían en su poder del jefe de la red de narcotraficantes, quien se hacía pasar como asesor del Ministerio del Interior y con
autorización para portar armas de fuego. En todas las declaraciones de Carlos Valverde se señala que le dio la credencial a su amigo de toda la vida, con el objeto de transportar dos autos a la ciudad de La Paz, señalando a los medios de comunicación que lo protegía, porque pensaba que uno de ellos era robado, aunque luego dio la versión oficial de que iba para ser comprado por la Presidencia de la República, aunque tampoco se investigó ese extremo, debiendo ser importante haberlo hecho, para saber el grado de participación de la red de narcotraficantes en las esferas políticas. Entonces, jamás se conoció sobre el uso que dio Roger Landivar Landivar, aquel que viajaba a Colombia llevando cocaína y cobrando por los cargamentos enviados, pero de seguro que no era para llevar otros autos robados y pretender venderlos a la Presidencia de la República. Sería el momento oportuno para conocer la verdad histórica sobre esa credencial, de la que nunca se supo y que Carlos Valverde confesó haber entregado a otro involucrado con el narcotráfico. A confesión de parte, relevo de pruebas.
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En la red de narcos donde cayó preso Carlos Valverde, también había un sicario
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a red de narcotraficantes, donde se involucró Carlos Valverde Bravo, tenía un sujeto para cada puesto y operaban como un grupo militar irregular, posiblemente ello era copiado por uno de los miembros de la banda de algún grupo subversivo que por entonces había estado operando en el país. Ya se señaló que existía una persona dedicada a contestar las llamadas del exterior que pedían la mercancía, otro estaba dedicado a alquilar las avionetas, un tercero era el que traía las encomiendas que llegaban con las estatuillas desde Cochabamba y les daban nuevo embala-
je especial para exportarlas, en fin, cada uno con su función específica. Esa red de narcotraficantes, también tenía la persona que hacía de seguridad al jefe de la banda o el ‘guardaespaldas’, aquel que iba a todos lados y era el único que conocía a todos los miembros de la organización, habiendo sido reconocido en la mayoría de las declaraciones policiales de su momento. Carlos Valverde Bravo, en su declaración ante el Ministerio Público, reconoció que no solamente le había dado credencial al jefe de la banda, sino a otros más, de los cuales no se acordaba el nombre, pero mencionó entre ellos a Roger
Foto de frente tomada a Carlos Valverde para su prontuario criminal
CAPÍTULO IV
Landívar Landívar, quien oficiaba de transportador de la droga a Colombia y cobrador de la mercancía, pero que fue declarado prófugo. Respecto a la credencial entregada a Roger Landívar Landívar, el mismo Carlos Valverde Bravo confesó sobre el particular. Le preguntaron: “Indique usted a qué otras personas que no estaban contempladas en las planillas en la Dirección Nacional de Inteligencia, su persona entregó credenciales?” Carlos Valverde contestó: “A la pregunta debo indicar que puede ser que haya entregado una credencial a Roger Landívar Landívar y otras a otras personas que no recuerdo”. ¿Quiénes eran los otros? La lógica señala que eran las personas más cercanas al jefe de la banda de narcotraficantes los que recibieron la credencial del Ministerio del Interior para actuar en la más absoluta impunidad y no solamente para transportar un auto, como infantilmente se hizo creer a las autoridades, principalmente a la clase política de ese entonces que salió en defensa de uno de los principales involucrados en la red, como era Carlos Valverde Bravo. ¿Quiénes eran los más cercanos al jefe de la red? Roger Landívar por supuesto, pero había otro que no se le desprendía ni en el sol ni la sombra y todos los detenidos lo nombraron, sin excepción, porque incluso participaba de las reuniones de compra del estupefaciente
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14 El lado oscuro de Carlos Valverde para luego convertirlo en estatuillas. Esa persona era Nemecio Domínguez. Uno de los detenidos, Atilio Alejandro Orrego, sobre el guardaespaldas del jefe de la red, declaró: “el señor Nemecio Domínguez era su hombre de confianza, ya que anteriormente lo había mandado a España a cobrar una deuda por droga enviada en una oportunidad”. ¿Ese era uno de los otros nombrados por Carlos Valverde? Con seguridad que sí, porque las investigaciones y declaraciones de la época, señalan que Nemecio Domínguez iba a todos lados con el jefe de la red, debiendo tener la misma impunidad durante todo el tiempo que operaron en la distribución de cocaína, que debió ser entre marzo o abril de 1992 que Carlos Valverde Bravo entregó la credencial hasta el 20 de octubre de 1993, cuando fueron detenidos casi todos los integrantes. Es más, las investigaciones señalan que el jefe de la banda corrió con todos los gastos de la defensa del sicario. Fue al único que le entregaron dinero mediante sus familiares, para que éste señale que no sabía de lo que estaban hablando las acusaciones, cuando todos, integrantes de la red y policías, lo habían visto como el hombre que paraba al lado del jefe. Domínguez negó incluso conocer al jefe de la red de traficantes, pero la Policía nacional mostró fotos donde se los veía a ambos en diversos lugares públicos. Nemecio Domínguez no era un guardaespaldas común, sino que era un sicario de la época, que tenía en su haber la muerte de muchas personas, le descubrieron cuatro asesinatos y otros jamás pudieron probarle. Ese hombre paraba con el jefe de la red, aquel que se movía por todos lados con el cargo de asesor del Ministerio de Gobierno que Carlos Valverde Bravo le había otorgado mediante credencial. Si Domínguez no se separaba
amosos CREDENCIAL Nemecio Domínguez no era un guardaespaldas común, sino que era un sicario de la época, que tenía en su haber la muerte de muchas personas, confesó cuatro asesinatos y otros jamás pudieron probarle, aunque reconoció saber de esos asesinatos.
del jefe de la red, es más que seguro haber estado en la reunión entre Carlos Valverde Bravo en el Ministerio del Interior, en el momento de haberse extendido las credenciales; en esa misma reunión se debe haber dado la credencial para Roger Landívar y de seguro para los demás componentes de la red, o siquiera a los más allegados al jefe, siendo en este caso Nemecio Domínguez. De acuerdo a reportes de la División de Homicidios de la PTJ de ese entonces, el hombre que andaba todo el tiempo con el jefe de la red de las ‘narcoestatuillas’ protegido por la credencial otorgada por Carlos Valverde Bravo, había asesinado a varias personas, todas ellas con armas de fuego. Cuando fue detenido este sujeto en el caso de las ‘narcoestatuillas’, confesó también sus crímenes, señalándose que existían investigaciones adelantadas sobre esos casos, pero tampoco dieron explicación del porqué antes no se detuvo a tan siniestro personaje, que había operado durante casi la gestión gubernamental de Jaime Paz Zamora, sin que pudiera ser detenido, para caer en la primera gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada. El guardaespaldas del jefe de la red asesinó a Esteban Vargas Suárez, de 22 años, quien fue alcanzado en plena vía pública por una ráfaga de metralleta, habiendo re-
cibido de pago 3.500 dólares. Además cobró mil dólares por victimar a Wilder Aguilar Osinaga, en Puerto Pailas, utilizando para el efecto una escopeta calibre 12. Con una pistola calibre 9 milímetros, Nemecio Domínguez victimó a un señor de apellido Vallejos. El asesinato se produjo en plena vía pública . También participó en el atentado a un profesional, utilizando la misma técnica de la metralleta y la motocicleta, no pudiendo asesinar a la persona que le dispararon, pero las balas alcanzaron a Oscar Subieta Camacho. Por ese trabajo cobró 3.500 dólares. El guardaespaldas que con probabilidad andaba también con una credencial del Ministerio del Interior firmado por Carlos Valverde Bravo, fue contratado para victimar a los primos Adrian Balcázar Iriarte y Adrian Balcázar Suárez, pero minutos antes de concretar su plan, esas dos personas fueron abatidas por otros sicarios. También pudo haber estado involucrado en el asesinato del teniente Eduardo Adolfo Retamoso Rosas. Todos esos delitos fueron confirmados por el guardaespaldas, luego de guardar detención junto con el jefe de la red de narcotraficantes y Carlos Valverde Bravo en la cárcel de Chonchocoro. Por esos delitos cometidos, Domínguez fue trasladado a la ciudad de Santa Cruz.
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El lado oscuro de Carlos Valverde 15
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Red de narcos cambiaba droga por autos robados, como lo confesó Carlos Valverde
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a red de narcos que operaba desde Santa Cruz y su jefe máximo, habían recibido dos credenciales del entonces director nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior, Carlos Valverde Bravo, enviaba droga, principalmente a la República Federativa del Brasil y recibía avionetas y autos robados en parte de pago. Así lo constató el representante del Ministerio Público que investigó el caso de las ‘narcoestatuillas’, en base a las declaraciones que realizaron varios de los aprehendidos y también lo confirmó Carlos Valverde, uno de los que cayó preso en esa oportunidad, cuando declaró que había dado la credencial al jefe de la red, para que transportara un
auto blindado desde la ciudad de Santa Cruz a La Paz, porque creía que era robado y con eso nadie lo iba a molestar. En su informe en conclusiones sobre el caso ‘narcoestatuillas’, el fiscal del caso señaló que la organización comercializaba cocaína o intercambiaba esta droga por vehículos automotores robados principalmente en el Brasil, de acuerdo a las declaraciones de tres personas. El extremo de los autos robados fue ratificado por Carlos Valverde a un periódico de circulación nacional en los siguientes términos: “Fue de esa forma que le solicitó cooperación para trasladar un automóvil marca Fiat desde Santa Cruz a La Paz, para venderlo allá, por esa razón le entregó esos documentos
Los dos autos usados que supuestamente protegía Valverde
CAPÍTULO V
para que en el camino nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”. Sí, eso dijo Valverde en su oportunidad, cuando justificaba los motivos que lo indujeron a entregar las dos credenciales al jefe de la red de narcotraficantes. Luego sostuvo que quería que ese auto, declarado por él mismo como un vehículo robado, sea comprado por el Estado para el uso del presidente de la República, en ese entonces Jaime Paz Zamora. Así lo dijo en su declaración policial y al encontrarse evidencias con ello de que tuvo que ver con la red de narcotraficantes, fue detenido y llevado preso a la ciudad de La Paz. En su declaración sostuvo que entregó las dos credenciales: “facilitar el traslado de un vehículo blindado, tipo automóvil a la ciudad de La Paz, dado que personal de seguridad del Palacio de Gobierno había probado el vehículo en Santa Cruz y me solicitó vea la forma de trasladar el vehículo a La Paz”. Prosiguió: “consideramos que la adquisición de un vehículo blindado para el Estado podía ser muy útil”. Pero ¿auto robado? ¿Cómo sabía Carlos Valverde que ese auto era robado, si todavía no salían las conclusiones de las investigaciones del caso o no se conocían públicamente las declaraciones de los otros miembros de la red de narcotraficantes? La respuesta lógica es que sabía que se hacían los intercambios de cocaína por autos en el Brasil y para proteger esas
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16 El lado oscuro de Carlos Valverde operaciones es que se entregaron las credenciales, como él mismo lo dijo: “para que en el camino nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”. Sobre el particular, uno de los miembros identificado con el alías de ‘Cacharro’, dijo que el jefe de la red lo fue a dejar a la estación de trenes para que viaje a Puerto Suárez, “para tomar contacto con el Capitán, para verificar si el mencionado había salido de prisión y si había salido tenía que hacerme entrega de la avioneta Cessna 210; dicha avioneta probablemente se encontraba en el Brasil” y debían llevarla a una estancia ganadera. ‘Cacharro’ es el que mantenía contactos con elementos brasileños, traficantes de vehículos y avionetas robadas y los compraba para la red. De acuerdo a lo encontrado en documentos del jefe de la red, comercializaron un avión Super King Air 300, Super King Air 90, Cheyenne II y Cheyenne III, Cessna 340, Cessna 210, Lear Jet 55, Cessna Citation II y Cessna Citation III. Esta persona que formaba parte de la red, empezó a trabajar en la organización en diciembre de 1992, diez meses después de que Carlos Valverde le había extendido las dos credenciales al jefe de la organización. Otro de los detenidos, identificado con el alias de ‘Tito’ declaró lo siguiente: “inicialmente me ofreció dos carros de marca Fiat; él me ofreció uno de los carros al crédito en 7 mil dólares, negocio que no se concretó por falta de dinero y me retorné a Cochabamba….de vuelta, me propuso un negocio con mayor confianza y me consultó quién podía hacer negocio con cocaína en acrílico”. Respecto al auto, manifestó: “él (jefe de la red) me sugirió que llevara el auto a Cochabamba y lo vendiera y con la plata de la venta compre cocaína, pero no pude vender el auto y por eso no hice nada”.
amosos narcos Carlos Valverde declaró: “Fue de esa forma que le solicitó cooperación para trasladar un automóvil marca Fiat desde Santa Cruz a La Paz, para venderlo allá, por esa razón le entregó esos documentos para que en el camino nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”
Esa persona cuando se llevó el auto a Cochabamba tuvo problemas con Tránsito, ya que descubrieron que circulaba con la misma placa y tenía idéntica característica a otro auto que había en Santa Cruz. En realidad, ambos vehículos que no se supo su procedencia, eran del jefe de la red. Ese vehículo logró determinar el Ministerio Público que se lo quería intercambiar por cocaína y el par, era el que Carlos Valverde Bravo y el jefe de la red intentaban venderle al presidente de la República. Otro integrante de la red, conocido como ‘el Chile’, señaló que el jefe de la organización “me mandó entregar la cantidad de 10 mil dólares a Alex, además de entregarle la cantidad de 10 kilos de cocaína; posterior a eso me ordenó entregar 1.300 dólares a Alex para la compra de 2 kilos de cocaína y de ahí terminaba mi participación, porque Alex se encargaría de confeccionar las piezas (estatuillas)”. ‘El Chile’ manifestó que fue a San Matías enviado por el jefe de la red, a recoger un auto Citroen MX, el cual me sería entregado por el señor Arismendi, de nacionalidad brasileña. Indicó que en otra oportunidad viajó otra vez a la frontera para hacer contacto con unos brasileños que habían ofrecido un avión. Además conoció que a través de Ruddy,
se consiguió unas máquinas para el aserradero. Carlos Valverde Bravo, que fue llevado a prisión por los delitos de complicidad en la fabricación y tráfico de cocaína, concusión impropia y uso de armas, concusión propia y asociación delictuosa y confabulación, aunque más tarde en otras instancias judiciales, le modificaron su rosario de delitos. Carlos Valverde era el director nacional de Inteligencia y Seguridad del Ministerio del Interior desde marzo de 1990 al 7 de agosto de 1993. Él, de manera personal, entregó dos credenciales del Ministerio del Interior al cabecilla de una red internacional de narcotraficantes, que se dedicaba a sacar cocaína a diversos países del mundo en estatuillas; es decir, las estatuillas eran fabricadas con cocaína y mezcladas con una resina acrílica. Novedosa forma de sacar la droga y aunque jamás se supo qué cantidad se exportó, el cabecilla manejaba grandes sumas de dinero en diversos bancos de la ciudad y el exterior. Con todos los antecedentes arrimados por el fiscal asignado al caso, es que a Carlos Valverde Bravo y a otros miembros de esa red de narcotraficantes los enviaron a la cárcel de Palmasola. El mandamiento judicial de reclusión fue firmado por los jueces el 19 de noviembre de 1993.
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El lado oscuro de Carlos Valverde 17
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Carlos Valverde autorizó a portar armas al jefe de la red de narcos
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l jefe de la red de narcotraficantes que operó en el país los años 1992 y 1993, manipulaba armas de fuego de manera permanente; prueba de ello son fotografías encontradas en su expediente, donde se lo observa con armas de fuego de diverso calibre, entre ellas una ametralladora mini Usi y en la axila siempre llevaba una pistola 9 milímetros. Su manejo estaba respaldado por una credencial entregada por Carlos Valverde Bravo, donde se consignaba que esa persona estaba autorizada a portar armas de fuego. La credencial entregada por Carlos Valverde al jefe de la red señalaba claramente: “El portador de la presente tiene jurisdicción y competencia en todo el territorio nacional y está autorizado a portar armas”. Esa situación es la que le llamó la atención al fiscal que
investigó el caso ‘narcoestatuillas’, más aún cuando al momento de la detención de esa persona, encontraron armas, equipos de comunicación e incluso ropa camuflada, además de las fotos del jefe de la red, mostrándose con las armas, incluso existe una en posición de combate o de entrenamiento. El fiscal jamás se tragó aquello de que las credenciales eran para transportar un vehículo desde Santa Cruz a La Paz y lo hizo saber en sus conclusiones señalando “que cualquier vehículo legalmente adquirido, puede ser trasladado de un punto al otro del país, sin otro requisito que el cumplimiento de las condiciones exigidas por el Organismo de Tránsito”. Es más, al momento de prestar su declaración Carlos Valverde, le hicieron notar aquello los investigadores. Le dijeron: “diga usted si para el efecto del traslado del ve-
Equipos de comunicación incautados a la red de narcotraficantes
CAPITULO VI
hículo era indispensable otorgar la credencial o simplemente otorgar un memorándum de paso como se estila”. Carlos Valverde contestó: “hoy creo que tal vez con un memorándum pudo haber sido suficiente”. Sin embargo, en el capítulo anterior, se conoció que este había señalado que había extendido la credencial para darle protección al transporte de un vehículo, el que consideraba era robado. Entonces la credencial se convirtió en un elemento importante para la red de narcotraficantes, porque sus integrantes empezaron a portar armas, ya que el jefe tenía la autorización para ello. Uno de los integrantes, alías ‘Percy’, incluso confesó que en una oportunidad al jefe de la red le vendió un arma calibre 38 industria alemana en 350 mil dólares. El fiscal del caso llamó “determinados privilegios” el otorgado por Carlos Valverde al jefe de la red, como la portación de armas. Por eso que al momento de la detención, se incautaron cuatro pistolas, un revólver y munición de diferentes calibres. Ninguna de esas armas estaban registradas ni existía la autorización legal para portarlas, pero con la credencial de Carlos Valverde las usaban sin restricción, como muestra una de las fotos, donde el jefe de la red se muestra con la nueve milímetros bajo la axila. El fiscal hizo notar que algunas de esas armas son de uso militar y policial, estando todas ellas cargadas al momento de la incautación. Además los cartuchos encontrados a la red, son de uso prohibido, pero
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18 El lado oscuro de Carlos Valverde las armas pudieron ser escondidas por los otros miembros de la red, como el cajero, quien se mantuvo prófugo y también tenía una credencial que le autorizaba a portar armas, tal como lo reconoció en su momento Carlos Valverde. Además, Carlos Valverde Bravo reconoció que entregó credenciales a otros, cuyos nombres se desconoce, entre ellos es posible que haya sido a Nemecio Domínguez, porque este oficiaba de guardaespaldas del jefe de la red y como se descubrió luego por propia confesión, había ejecutado por encargo a cuatro personas, una salió ilesa y a otros dos se le adelantaron otros sicarios, aunque ya había recibido un adelanto de dinero, pero el que los contrató prefirió asegurarse y contrató dos líneas de sicarios. Otro de los detenidos en Cochabamba, el que hacía fabricar las estatuillas mezcladas con cocaína, conocido con el alias de ‘Tito’, también andaba armado y se presupone que también andaba con una de las autorizaciones para portar armas, tal como lo tenían el jefe de la red, el cajero o recaudador y posiblemente el guardaespaldas. ‘Tito’ no solamente tenía su arma de fuego, sino que tenía una autorización de la Unidad Operativa de Tránsito de esa ciudad, con la cual le autorizaban estacionar su vehículo en cualquier parte de la ciudad. Esa autorización confirma que la red incluso había penetrado esferas policiales, demostrado con la autorización de ese tipo, que solamente se entregan a altas autoridades de Estado. ¿Quién gestionó la entrega de esa autorización a uno de los hombres más importantes de la organización, aquel que se dedicaba a la fabricación de las estatuillas? Eso tampoco fue investigado en su oportunidad, aunque no debió dejarse pasar ese dato, porque esa persona, aparte que era de nacionalidad chilena, podía estar con su vehículo donde mejor le pareciera.
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Armas incautadas al momento de la detención
narcos El fiscal jamás se tragó aquello de que las credenciales eran para transportar un vehículo desde Santa Cruz a La Paz y lo hizo saber en sus conclusiones señalando “que cualquier vehículo legalmente adquirido, puede ser trasladado de un punto al otro del país, sin otro requisito que el cumplimiento de las condiciones exigidas por el Organismo de Tránsito”.
El jefe de la red de narcos oficiaba de asesor en Ministerio del Interior
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Red: Carlos Valverde cayó preso junto con otros 27 narcotraficantes
CAPITULO VII
tera que fue incautada luego en la frontera con Argentina. Hay fotos de los integrantes de la red en varias situaciones, muchas de ellas en reuniones en los lugares establecidos para el efecto, tales como un hostal. Las fotos habrían sido sacadas entre los meses de agosto y octubre de 1993, una vez que Carlos Valverde dejó el cargo de director nacional de Inteligencia del Ministerio de Gobierno, ya que como él asegura en sus declaraciones oficiales: “al respecto quiero contestar que nunca tuve ninguna información sobre las actividades”. En el expediente no se encuentran más detalles sobre el inicio exacto de las investigaciones, es decir la fecha exacta. Sin embargo, hicieron el seguimiento seguramente en tres meses, porque ya no existía la presión de la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Gobierno para desviarla a otro lado.
Con todos los antecedentes reunidos por los investigadores es que proceden a capturar a los miembros de la red de narcos, logrando detener a 17 personas y 11 rompieron el cerco tendido por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico y se dieron a la fuga, entre ellos los dos brasileños, aquellos señalados como los que traían los autos y aviones robados a la frontera para intercambiarlos con droga, tal como lo señalan las investigaciones. Carlos Valverde Bravo estaba entre los detenidos, ya que al jefe de la red le encuentran la credencial del Ministerio del Interior, donde figuraba con el cargo de asesor, cuando no era funcionario público ni jamás cumplió con sus obligaciones. El Ministerio Público recién se da cuenta de lo que había ocurrido con esa red que había operado impunemente por casi dos años en el
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a Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), venía haciendo seguimiento a una red internacional de narcotraficantes por casi tres meses, antes de ejecutar la detención. El seguimiento lo hizo, de acuerdo a los documentos encontrados en el expediente, por la Dirección de Inteligencia, aquella que fue manejada por Carlos Valverde Bravo durante tres años, en cuyo tiempo no se ejecutó ninguna orden de investigación o apresamiento, cuando comentarios de la época señalan que ya se sabía que en Santa Cruz hacía casi dos años operaba una red que traficaba cocaína a través de unas estatuillas. Así lo señala el auto de procesamiento del Juzgado Primero de Partido de Sustancias Controladas de la ciudad de La Paz. Para la apertura del proceso, señala que la Dirección de Inteligencia realizó las investigaciones en sentido de que un grupo de personas se dedicaría a la fabricación de artesanías de diferentes formas (estatuillas), utilizando material especial mezclado con cocaína mediante un proceso químico, para luego ser exportado al exterior. Para abrir el proceso, los juzgadores se basaron en las abundantes pruebas arrimadas al expediente, como las declaraciones de los involucrados, pero además numerosas fotos de los miembros de la red, tomadas por los investigadores que estaban haciendo seguimiento al caso. En esas fotos, se observan claramente a miembros de la red portando los artículos mezclados con droga, como una portacase-
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20 El lado oscuro de Carlos Valverde país. Es que en la red había gente del gobierno y es por eso que imputa a Carlos Valverde por los delitos de complicidad en la fabricación y tráfico de cocaína, concusión impropia y uso de armas, concusión propia y asociación delictuosa. Todo un rosario de delitos contra el ahora comunicador, ya que jamás el fiscal del caso se tragó el cuento de las credenciales para transportar un auto blindado para que lo compre la Presidencia de la República y otras fantasías más contadas por los medios de comunicación, como aquella de que la credencial era para proteger solamente un auto robado. Para el Ministerio Público, Carlos Valverde Bravo fue cómplice en la fabricación y tráfico de cocaína y que las credenciales eran utilizadas para la protección de la red de traficantes y así se lo hicieron saber al propio Valverde cuanto le tomaba sus declaraciones. Le cerraron la posibilidad de que siga mintiendo, cuando le preguntaron: “Diga usted si para el efecto del traslado del vehículo era indispensable otorgar la credencial o simplemente otorgar un memorándum de paso como se estila? Carlos Valverde allí tuvo que admitir su complicidad en la red, señalando: “Hoy creo que tal vez con un memorándum pudo haber sido suficiente, pero por las características del vehículo en aquel momento no tuve otra idea que el de extender el credencial, dado que no hay un reglamento o manual de funciones que índice el camino a seguir en el caso del traslado del vehículo”. Carlos Valverde mintió en esas declaraciones, porque el fiscal en su imputación señaló que: “cualquier vehículo legalmente adquirido, puede ser trasladado de un punto a otro del país, sin otro requisito que el cumplimiento de las condiciones exigidas por el Organismo de Tránsito”. El jefe de la red fue detenido el 20 de octubre y Carlos Valverde el 8 de noviembre, una vez reunida
amosos narcos Con todos los antecedentes reunidos por los investigadores es que proceden a capturar a los miembros de la red de narcos, logrando detener a 17 personas y 11 rompieron el cerco tendido por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico y se dieron a la fuga, entre ellos los dos brasileños, aquellos señalados como los que traían los autos y aviones robados a la frontera para intercambiarlos con droga, tal como lo señalan las investigaciones todas las evidencias de su participación en el acto delictivo. A los pocos días todos ellos, los 17 capturados fueron enviados a la cárcel de Chonchocoro. A los pocos días y por gestiones de alguien, se realiza un trámite nunca visto en la administración de justicia, para que sea trasladado a la cárcel de San Pedro, tema que será visto más adelante. El operativo no se llamó ‘narcoestatuillas’, sino ‘gigante blanco’ y fue ejecutado simultáneamente en Santa Cruz, Cochabamba, San Matías y Puerto Suárez, logrando la aprehensión de esas 17 personas. Es posible que se haya adelantado la operación de captura de los narcotraficantes, ya que el jefe de la red estaba en la estación ferroviaria y se creyó que podría estar saliendo a la frontera, cuando en realidad estaba despidiendo a uno de sus hombres, para que vaya a recoger una avioneta que debía llegar del Brasil e introducirla al país con una matrícula falsa. Para la apertura del proceso, ya se tenía un expediente con 393 hojas útiles tipificadas con el delito de tráfico de cocaína, asociación delictuosa y confabulación, tal como lo hizo saber el coronel Gonzalo Butrón Sánchez, coman-
dante en Santa Cruz de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico al comandante nacional, general Renato López Leytón, en una carta fechada el 13 de noviembre, señalándole que esas 17 personas capturadas están implicadas en el ilícito señalado anteriormente. En los informes policiales o del Ministerio Público no se da una explicación sobre los pormenores de la fuga de las otros integrantes de la red, entre ellos el recaudador o cajero, que también tenía una credencial otorgada por Carlos Valverde, tal como lo reconoció en sus declaraciones ante los investigadores. A los pocos días de la detención de Carlos Valverde Bravo, el fiscal asignado al caso, José Nemtala, ordenó le hagan un examen médicoforense, porque circulaba la versión en los pasillos y la redacción de los medios de comunicación, de que había sido torturado. El examen médico encontró que nunca había sido tocado durante los días que estuvo declarando por su participación en el caso o los nexos directos con el jefe de la red de narcotraficantes. De esa manera quedó desvirtuada cualquier información en ese sentido, que pretendía con ello, dejar sin efecto las declaraciones de Carlos Valverde.
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Red de narcos empezó a operar luego de la credencial otorgada por Valverde
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CAPITULO VIII
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Otra parte de las declaraciones de Carlos Valverde
a red de narcotraficantes que se dedicaba a la comercialización de cocaína mezclada en estatuillas a través de una resina especial, habría funcionado los años 1992 y con mayor intensidad el 1993, según las declaraciones de quienes formaron parte de la organización criminal. En otras palabras, las actividades ilícitas se concretaron luego de la entrega de las dos credenciales por parte del entonces director nacional de Inteligencia del Ministerio de Gobierno, Carlos Valverde Bravo, al jefe de la red de narcotraficantes. Carlos Valverde en su confesión señaló: “entregué dos credenciales, las dos prácticamente en la misma oportunidad, es decir una un día y el otro al día siguiente, la fecha no la puedo precisar, pero debe ser entre los meses de marzo y abril de 1992”. Uno de los integrantes de la organización identificado con el alias de ‘Cacharro’, manifestó que conoció al jefe de la red en diciembre de 1992 y en abril de 1993 empezaron a operar. Esa persona era la encargada de hacer los contactos para comprar las avionetas robadas en el Brasil por encargo del jefe de la red. Indicó que conoció a un brasileño apodado ‘El capitán’ en junio de ese año, cuando viajó a Ponta Porá para ver si tenía la avioneta con las características que estaba
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22 El lado oscuro de Carlos Valverde buscando el jefe de la red, quien le dio los números de teléfono para que se vayan a comunicar. ‘Cacharro’ cayó preso junto con el jefe de la red en octubre de 1993, cuando estaba a punto de viajar a Puerto Suárez para verificar si el ‘Capitán’ había salido de su detención preventiva en el Brasil por doble identidad. “Si el ‘Capitán’ había salido, tenía que hacerme entrega de la avioneta Cessna 210, dicha avioneta se encontraba probablemente en el Brasil; una vez que tomara contacto con el ‘Capitán’, él sería quien conduciría la mencionada avioneta hasta la Estancia Candelaria, ubicada entre Roboré y San Matías”. También manifestó que con el jefe de la red estuvieron en abril de ese año en Puerto Suárez para hacer contacto para una avioneta. Otro de los detenidos, alias ‘Percy’ manifestó que su relación con el jefe de la red fue un año y medio antes de su detención, que sería abril de 1992, más o menos en el tiempo en que Carlos Valverde Bravo hizo entrega de las dos credenciales al jefe de la red, para supuestamente asegurar el traslado sin molestar de un auto robado a la ciudad de La Paz para vender a la Presidencia de la República. Este integrante de la red se dedicaba a recepcionar las llamadas internacionales. “En cuestión de trabajo, situaciones de encargo, llamadas telefónicas del exterior, dándome encargos, las cuales me preguntaban si había disponibilidad de aviones en esa base”, dijo. Sobre esas llamadas, señaló: “Llamaban si había posibilidades para conseguir avión, había un señor que se llamaba Carlos, Sergio, me llamó Salvador dejando encargo que lo llame a Colombia buscando a ‘tío’”. ‘Percy’ fue el que consiguió los primeros kilos de droga para mezclarlos con una resina transparente y hacer las estatuillas. “En una oportunidad iban a hacer experi-
amosos narcos Todas esas declaraciones coinciden en que la red operó entre abril de 1992 hasta la detención de todos ellos, el 20 de octubre de 1993. No es mera coincidencia, pero esa red empezó a operar cuando el jefe tenía en la mano las dos credenciales entregadas por el entonces director nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior, Carlos Valverde Bravo
mento con droga para volverla una sustancia que se parecía al vidrio; me encargó si podía conseguirle la droga”, señaló en sus declaraciones frente al investigador, agregando que “sí, le conseguí 10 kilogramos, entregándole a alias ‘Chile’”. La droga lo consiguió en la avenida Roca y Coronado, en una calle que entra a Villa Rosita en el mes de septiembre. El que entregó la droga fue identificado como ‘Chuleta’, a quien conoció en Puerto Suárez. Señaló que luego de los trabajos en laboratorios, le mostraron un portalápiz, señalándole que estaba mezclado con droga. Otro de los detenidos fue más contundente en sus declaraciones, manifestó haber estado en una reunión donde el jefe de la red y el brasileño Georges Abdul, regateaban el precio por kilo de cocaína. Indicó que el brasileño era el comprador y pedía rebaja, aunque desconoce cuál fue el monto total de la venta de cocaína. Esas negociaciones se hacían al interior del vehículo del jefe de la organización. Esa conversación se realizó a finales de septiembre de 1993, aunque el brasileño en sus declaraciones había señalado que estuvo cuatro
meses antes en Santa Cruz en reuniones con el jefe de la red. El ‘Chile’ recogió en dos ocasiones el cargamento de cocaína que llegó desde Cochabamba mezclada en las estatuillas. Manifestó que él debía llevar la cuenta bancaria del jefe y luego se enteró que se trabajaba con droga. Además el jefe de la red le dijo que iban a utilizar a la esposa de ‘Chile’ para recibir la droga que llegaría de Cochabamba y para eso le debían sacar la cédula de identidad. De acuerdo a lo que se tiene en el expediente, a esa señora le sacaron la cédula de identidad en febrero de 1993. ‘Chile’ fue el que recibió las encomiendas de droga en dos oportunidades. La primera era un paquete de aproximadamente 15 kilos, donde existían adornos en cerámica de perritos, pingüinos y cabezas de caballo, pero el total de la droga camuflada en ellas era de ocho kilos, de acuerdo al envío que hizo ‘Tito’. Esas piezas fueron embaladas en unas cajitas especiales que mandaron fabricar en una imprenta en Santa Cruz y lo enviaron a Guayaramerín. Como remitente utilizaron nuevamente a la esposa
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El lado oscuro de Carlos Valverde 23
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El jefe de la red de narcos, pidió intervengan los diputados para salvar a Carlos Valverde del ‘Chile’. La segunda encomienda lo recibieron vía flota Trans Copacabana y era un cenicero con 400 gramos de cocaína. No supo qué final tuvo aquel. También fue apresada la señora que tenía la cédula para recibir la encomienda y despachar la droga. Ella señaló que su esposo ‘Chile’ le dijo que debía sacar su carné. “Mi marido me indicó que debía sacar
mi carné de identidad porque era una mujer vieja y para sacar pagó 10 bolivianos. Una vez que lo sacó solamente me lo mostró y nunca me lo dio, desconociendo el uso del mismo. Reiteramos, la cédula fue sacada el 12 de febrero, de acuerdo a una fotocopia que cursa en el expediente. Reconoció la mujer que una vez
mandó una encomienda a Guayaramerín. “Mi concubino me indicó que contenía trofeos, la misma entregué a una señorita que trabajaba en una empresa de transporte, encima de la caja figuraba un nombre que indicaba la dirección y el nombre de la persona a la que estaba dirigida la encomienda”. ‘El Tito’ manifestó que el 1993 empezó a trabajar con el jefe de la red. Esta persona fue la encargada de buscar a la persona que debía mezclar la cocaína con las estatuillas. Fue así que llegó hasta una persona que identificó como ‘ingeniero’ y a otro como ‘peruano’. Esos dos trabajaban juntos haciendo ese mismo trabajo para otra red de narcos, señalando que ya habían enviado de esa manera a varios países de Europa. También se consigna otra declaración de una persona identificada como Juvenal, quien señaló que a nombre de ‘Tito’, el que buscó a las personas para que mezclen la droga con acrílico, en agosto de 1992 le entregaron un paquetito con una sustancia blanquecina para que la haga secar. Hizo lo que le indicaron y entregó de nuevo la sustancia a ‘Tito’ en su propio domicilio particular. Todas esas declaraciones coinciden en que la red operó entre abril de 1992 hasta la detención de todos ellos, el 20 de octubre de 1993. No es mera coincidencia, pero esa red empezó a operar cuando el jefe tenía en la mano las dos credenciales entregadas por el entonces director nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior, Carlos Valverde Bravo. En ninguna parte del expediente se consignan que realizaron operaciones antes de la fecha señalada por el propio Carlos Valverde para la entrega de las credenciales, no solamente al jefe de la red, sino a uno de los recaudadores y a otros miembros de la organización, de los cuales no conocía los nombres.
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24 El lado oscuro de Carlos Valverde
CAPÍTULO IX
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Jefe de la red de narcos, apoyado por Carlos Valverde, exportaba a siete países
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o era poca cosa. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, había detectado que el jefe de la banda de narcotraficantes que exportaba ‘estatuillas’ mezcladas con cocaína, tenía mercados asegurados en seis países. Precisamente de las instancias represoras de alguno de ellos salió el “chivatazo” (la información) que desde Bolivia, estaban enviando cocaína en esos envases y pedían realizar el seguimiento y control. El informe de los investigadores del caso, señalan que la red de narcos realizaba envíos permanentes a Italia, Estados Unidos, Chile, Alemania, España y Suecia. El Ministerio Público en las investigaciones posteriores, ya basado en las declaraciones de los detenidos, comprobó que también se mandaba a Brasil, donde sus contactos eran delincuentes que les cambiaban la droga por autos y aviones robados. La Felcn sostiene en su informe, que las informaciones llegadas desde el exterior, señalaban que un grupo de personas en forma organizada se estaban dedicando a la fabricación de artesanías en diferentes formas, las mismas que eran elaboradas con materiales, como ser: yeso, fibra de acrílico, porcelana polietileno y otros, que eran mezcladas mediante proceso químico con sulfato base de cocaína y clorhidrato de cocaína. Una vez obtenido el producto final que eran las estatuillas, hechas en
Observaciones realizadas por el fiscal a las credenciales otorgadas por Valverde al “Capo” de la organización base a moldes y por gente con alto grado de capacitación, eran exportadas a los países señalados anteriormente. “Toda esta gama de informa-
ciones nació a raíz de reportes que llegaron del exterior”, señalaba el informe del entonces capitán Israel Vega Segurondo, asignado al caso vía el mayor Víctor Hugo Escobar
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COCAíNA En ese informe filtran otro dato importante. La banda fue seguida por espacio de casi un año hasta lograr su desbaratamiento. Es decir, que estando Carlos Valverde Bravo de director nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior, ya se conocía de las actividades de esa red de narcos Guzmán, jefe del grupo de operativos al comandante departamental de la Felcn, Gonzalo Butrón Sánchez. En ese informe filtran otro dato importante. La banda fue seguida por espacio de casi un año hasta lograr su desbaratamiento. Es decir, que estando Carlos Valverde Bravo de director nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior, ya la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico conocía de las actividades de esa red de narcos. Si los de la Felcn les estaban haciendo seguimiento por ese deter-
minado tiempo, se está hablando de los meses de octubre o noviembre de 1992 y las cabezas de la red de narcos ya tenían credenciales del Ministerio de Gobierno, como el jefe de la banda, Roger Landívar que fungía como recaudador y posiblemente otros más, tal como lo reconoció en su momento el mismo Carlos Valverde. Carlos Valverde había entregado las credenciales a los narcotraficantes entre los meses de marzo y abril de 1992, supuestamente para transportar un auto blindado robado a la ciudad de La Paz para que
Recorte de prensa donde se hace eco del escándalo
lo adquiera la Presidencia de la República, pero ese traslado recién se hizo en el mes de agosto, tal como consta en el informe de la empresa transportadora. De acuerdo a las declaraciones de los miembros de la red detenidos el 20 de octubre de 1993, ellos empezaron a operar desde agosto de 1992, presumiéndose entonces que en el exterior ya fueron detectados al inicio de sus operaciones delincuenciales. Sin embargo, el director nacional de Inteligencia, Carlos Valverde, en sus declaraciones señaló que no tenía información alguna sobre las actividades del jefe de la red de narcos. ¿O era que los investigadores de la Felcn no confiaban en el Director Nacional y por eso no le pasaron la información de lo que tenían entre manos? ¿O hubo un informe y se hizo desaparecer? y si se sigue esa lógica, todo esto se parece a la historia del ‘narcogeneral’, aquel que estuvo de jefe máximo de la Felcn, pero estando trabajando en el Ministerio de Gobierno empezó a realizar contactos para exportar cocaína a los Estados Unidos vía Chile en contenedores. ¿La historia siempre se repite? Es posible que así sea. En las investigaciones no se determinó si hubo informes previos sobre esa red de narcos que ya estaba operando en su plenitud enviando estatuillas a los siete países mencionados, existiendo la posibilidad de que las credenciales las utilizaban para garantizar el éxito de las operaciones ilícitas. La Felcn con todas las evidencias posibles y sabedores que se estaba preparando otro cargamento para enviar al exterior, proceden a dar el golpe final el 20 de octubre de 1993. Son detenidos 17 personas y 11 logran darse a la fuga, siendo procesados en rebeldía de acuerdo a las leyes de ese tiempo. Con la mayoría de los integrantes de la red entre rejas, a los cuales más tarde acompañaría Carlos Valverde Bravo, lograron incautar
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26 El lado oscuro de Carlos Valverde adornos o estatuillas consistentes en ceniceros, un payaso pequeño, fichas de ajedrez y un adorno de la Madre India, además de un adorno en forma de pescado, una dama china, un pato pequeño color blanco, un perro blanco, además de masa compacta de color, la cual sería utilizada para la fabricación de otras estatuillas. Todos esos adornos fueron sometidos a la prueba de narcotest, dando positivo para cocaína, como hacen constar en el análisis de laboratorio. En esas estatuillas encontraron casi cinco kilos de cocaína, los cuales de no ser incautados a tiempo, hubieran entrado al mercado ilícito con altas ganancias para los exportadores. A la red también lograron incautarles una vagoneta marca Cherokee, un auto marca Citroen, (que, según investigaciones, más adelante determinaron que fue traído desde Brasil, presuntamente cambiado por droga); un automóvil marca Fiat blindado, el que se quería vender a la Presidencia de la República y un auto de iguales características pero normal, además de varios inmuebles. También incautaron una camioneta marca Datsun, un jeep Niva, además de dos avionetas, una tipo A-1250 Commander y la otra tipo Sppiper Tomahawk. El jefe de la red le echó la culpa de la cocaína encontrada a uno de sus empleados identificado como ‘Chile’. Manifestó que esa persona trabajaba con él realizándole algunos trámites. Señaló el jefe de la red lo siguiente respecto a la droga: “Primeramente quiero establecer que anoche me fue comunicado que ese portacassette tiene droga y que fue encontrado en mi domicilio; responsabilizo de esa acción ajena a conocimiento a la persona de Atilio Orrego Romero, alías ‘Chile’, acción que él tendrá que responder”. Sin embargo, señaló que esa persona entraba libremen-
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Documento que certifica detención de Carlos Valverde te a su casa, por ser de su absoluta confianza. Sin embargo, el ‘Chile’ en su declaración ante el Ministerio Público señaló que el jefe de la red lo contrató para que le atienda una estación de servicio, pero ya en el país le dijo “en esta vida no se gana la plata honestamente, vamos a trabajar con droga”. El chileno fue el que recogió las encomiendas en dos oportunidades conteniendo las estatuillas con droga enviadas desde Cochabamba. También fue la persona que entregaba el dinero a la esposa del guardaespaldas del jefe de la red, para que este, estando en prisión, no lo delatara y eso precisamente ocurrió, ya que ambos señalaron
no conocerse, cuando en el expediente existen varias fotos donde se los ve a ambos en varios lugares, e incluso el guardaespaldas haciendo de chofer. El guardaespaldas, apodado ‘Chiquitín’, fue encontrado armado al momento de su detención y tampoco quiso reconocer que fue enviado por el jefe de la red a España para recuperar un cargamento de cocaína. Es posible que esa persona también haya tenido una credencial del Ministerio del Interior, porque Carlos Valverde señaló en su confesión que entregó documentos públicos al jefe de la red, al cajero y a otros que no puede identificar por los nombres.
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Carlos Valverde mintió; jefe de red de narcos no le pidió credenciales para trasladar autos
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CAPÍTULO X
¿
Informe policial sobre la detención de Carlos Valverde
Para qué entregó Carlos Valverde Bravo dos credenciales al jefe de una red de narcos entre marzo o abril de 1992? Él asegura que era para garantizar el traslado sin ninguna molestia de dos autos a la ciudad de La Paz, uno de ellos blindado y robado, para que lo compre la Presidencia de la República, pero el jefe de la organización corroboró el traslado, pero en ninguna parte de su declaración señala sobre las dos credenciales que le incautaron al momento de su detención y que los portaba en su billetera. ¿Para qué eran las credenciales? Está comprobado que no era para garantizar el traslado de los vehículos, porque lo hubiera dicho el portador de ambos documentos. En su declaración ante los investigadores del caso, el jefe de la red manifestó: “El carro blindado fue importado de Italia y se hizo una demostración a funcionarios de la Presidencia de la República del anterior gobierno, señores mayor de Policía Espinoza y el señor Negro Ruiz. En esa oportunidad, después de haber demostrado las cualidades del vehículo, ellos retornan a la ciudad de La Paz. El señor Negro Ruiz me comunica que había interés de comprar este carro blindado, por este motivo compro a pedido de ellos el carro no blindado y lo pinto del mismo color que el otro, ya que se necesitaba de este para la escolta. Ambos carros los llevé a
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28 El lado oscuro de Carlos Valverde La Paz, donde en las pruebas que se hicieron, al carro blindado se le funde el sistema de embrague y se lo deja en La Paz varios meses hasta que se pudo reparar, habiendo regresado los carros a Santa Cruz”. Esa es la declaración que hizo el jefe de la red de narcos el 23 de octubre, tres días más tarde de su detención y de allí no habla más nada sobre los vehículos y menos aún sobre las dos credenciales entregadas por Carlos Valverde. Los investigadores no profundizaron más sobre el tema, porque en ninguna parte del expediente se señala haber convocado al mayor Espinoza, que fue nombrado por el jefe de la red y establecer la veracidad de las declaraciones. Obviamente que el ilícito de la venta de un auto robado a la Presidencia de la República no se ejecutó y ellos estaban investigando un caso de narcotráfico. De acuerdo al informe del fiscal de la causa, José Nemtala, las dos credenciales fueron incautadas al momento de la detención del jefe de la red el 20 de octubre, cuando despedía a uno de sus funcionarios en la terminal Bimodal. La primera credencial, señala el informe fiscal, acredita que era Investigador Especial de Inteligencia del Ministerio de Gobierno y la segunda de Asesor. Carlos Valverde en su declaración ante los investigadores, señaló que dio los dos documentos para “facilitar el traslado de un vehículo blindado, tipo automóvil a la ciudad de La Paz, dado que personal de seguridad del Palacio de Gobierno había probado el vehículo en Santa Cruz y me solicitó vea la forma de trasladar el vehículo a La Paz y que además el propietario me solicitó lo propio, porque necesitaba vender el vehículo”. Sin embargo, el jefe de la red no lo nombra ¿o lo protege? y lo llamativo del caso es que tampoco le preguntaron a él sobre los dos documentos, aquellos que solamente
amosos narcos De acuerdo al informe del fiscal de la causa, José Nemtala, las dos credenciales fueron incautadas al momento de la detención del jefe de la red, el 20 de octubre, cuando despedía a uno de sus funcionarios en la terminal Bimodal La primera credencial, señala el informe fiscal, acredita que era Investigador Especial de Inteligencia del Ministerio de Gobierno y la segunda de Asesor.
estaba permitido para los funcionarios públicos dependientes del Ministerio de Gobierno. Aunque se lo hubieran preguntado, de seguro que se lo iba a negar, como lo hizo con todos los miembros de su red que dijo no conocerlos, aunque existían varias fotos que les sacaron juntos en diversas actividades. Sin embargo, las dos credenciales estuvieron en su bolsillo por casi dos años, dándole el uso respectivo y fue el propio Carlos Valverde quien tuvo que reconocer la extensión de los mismos, cuando primero se enteró por los medios
de comunicación que encontraron esas evidencias. En esa oportunidad, informó que el jefe de la red le pidió las credenciales para transportar los autos y le entregó los dos documentos, con el propósito de que al jefe no lo molestaran en el camino, porque creía que el auto era robado. El jefe de la red de narcos protegió a todos sus subordinados, menos a uno que lo identificó como ‘Chile’, a quien acusó de haber abusado de su confianza y haber metido la droga a su domicilio, cuando este ya había declarado
Valverde confesó que entregó credenciales a otros narcos
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que en dos oportunidades recogió las encomiendas con las estatuillas mezcladas con drogas que habían enviado desde Cochabamba. Para mostrar la protección del jefe narco a los subordinados o miembros de su organización, existe una parte interesante que se refiere a su guardaespaldas, quien aparece junto a él en varias fotos en diferentes partes de la ciudad. Le preguntaron sobre su guardaespaldas y éste dijo: “Nunca estuvo asignado a un trabajo por mi persona; mi relación con éste fue casual y en actividades estrictamente normales de orden legal. Cuando fui comunicado que fue arrestado, me hacen saber que su vida peligraba y yo, en un acto de humanidad, colaboro con su familia, después cuando se hace públi-
co la cantidad de acusaciones que pesan sobre él, en ese momento yo quise separarme de esa situación de colaboración, pero insistentemente su familia no dejaba de solicitarme colaboración”. Más adelante manifestó que su apoyo fue de tres mil dólares, entregadas a través de su esposa. Cuando le preguntaron al guardaespaldas sobre el jefe de la red, manifestó que nunca lo había conocido, “ni en ninguna circunstancia”. Los investigadores le señalaron que el jefe de la red le había enviado dinero a través de su esposa para su defensa. Él señaló: “Desconozco el motivo porque lo hace este señor. A no ser que tenga algo con mi esposa o que tendrá, ignoro o estará poniéndome los cuernitos con este señor”.
Parte de la declaración de uno de los miembros de la red de narcos
Respecto a la fecha de entrega de las credenciales, al parecer Carlos Valverde también mintió, porque al jefe de la red en una de las fotos se lo observa bien afeitado y de traje y en la otra, un poco desarreglado y con la barba crecida, lo cual deja entrever que no fue un solo día de diferencia la entrega, sino que hubo un espacio de tiempo. Además ¿por qué se cambiaron los cargos de investigador a asesor? Obviamente que el segundo cargo le daba mayor jerarquía al portador del documento, lo cual le hacía mantenerse con mayor impunidad frente a las instancias correspondientes, en este caso las fuerzas del orden y varias estructuras del poder político, porque se estaba frente a un asesor del Ministerio del Interior. Carlos Valverde en su declaración sostuvo que no eran importante el cargo, cosa que no es cierto, porque en la escala verticalista de la administración pública o también en las empresas privadas, el cargo es el que le proporciona privilegios o distingue uno de otros, porque no es lo mismo un mensajero que un director de área o dicho en palabras más directas, no era lo mismo presentarse como investigador especial que como asesor del Ministerio del Interior. Con el cargo de asesor, es que consiguió la escolta policial para su domicilio particular el jefe de la red, donde el policía juraba que era un asesor del ministro de Gobierno y no un narcotraficante, como escribió en su informe al entonces comandante departamental de la Policía, Armando Morón. Ha pasado el tiempo y sigue en la nebulosa los motivos principales para la entrega de las dos credenciales, aunque se sabe por las propias declaraciones del jefe de la red que nunca fueron pedidas para el traslado de los dos carros. Entonces, ¿para qué sirvieron las credenciales? Lo cierto es que Carlos Valverde mintió.
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CAPÍTULO XI
¿
Cómo se explica que Carlos Valverde Bravo, que había entregado dos credenciales al jefe de una red de narcotraficantes, haya salido de la cárcel a los pocos meses de estar preso? Él confesó su delito de que con esos documentos oficiales quería proteger las actividades ilícitas, como el traslado de un lugar a otro de un auto robado. Además las investigaciones determinaron que la red de narcotraficantes intercambiaba cocaína con autos y avionetas robadas en la República Federativa del Brasil, lo cual cuadraba a la perfección con las declaraciones por Carlos Valverde. Esos indicios hicieron que el fiscal José Nemtala ordene su detención y sea recluido en la cárcel de Chonchocoro de la ciudad de La Paz, sin embargo, empezó a existir alguna presión, para que lo lleven a San Pedro. La presión ejercida sobre los jueces que estaban atendiendo la causa fue casi a la velocidad de la luz, nunca antes vista en la justicia boliviana, por su rápido accionar. La primera presión se observa en el traslado de un centro penitenciario a otro. El 19 de noviembre, los jueces del Juzgado Primero de Partido de Sustancias Controladas de la ciudad de La Paz expiden el mandamiento de detención preventiva para Carlos Valverde y 12 integrantes de la red de narcos, incluido el jefe, bajo el cargo de delito de tráfico de sustancias controladas. Pero no había pasado ni 24 horas de esa orden, casi cuando los mismos jueces firman
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Políticos presionaron a los jueces para sacar a Valverde de la cárcel
Carlos Valverde hacía defensa política no jurídica de su caso
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narcos Esa negativa del Ministerio Público enojó de sobremanera a Carlos Valverde Bravo, quien en un memorial amenaza de la siguiente manera: “El requerimiento hoy impugnado del que pido a ustedes apartarse, no tiene ningún tipo de sustento legal y no puede pretender ir en contra de una Resolución del Pleno de la H. Cámara de Diputados, que llegó al punto de pasar una Minuta de Comunicación a los fines de mi exclusión por parte de la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia”
una contraorden, para que saquen de ese lugar a Carlos Valverde y lo internen en San Pedro. Esa orden llegó a Chonchocoro casi al mediodía del 20 de noviembre. Cinco minutos más tarde llega el acta de la nueva decisión judicial. Sin embargo, nótese que Chonchocoro está alejado de la ciudad de La Paz, pero llama la atención la prontitud de las órdenes y contraórdenes judiciales sobre la situación de Carlos Valverde Bravo. Minutos más tarde llega otro mandamiento a la cárcel de San Pedro, donde se ordena al gobernador de la cárcel tenga internado a Carlos Valverde. A los pocos días de esa inusual prisa de la justicia, el jefe de la red de narcos envía un memorial a la Comisión de Constitución, Justicia y Policía Judicial de la Cámara de Diputados, para que miren el caso de ellos y pide que mediante Minuta de Comunicación dicten un fallo a favor de ellos. El memorial en su parte central señalaba: “Señores diputados, solicito a ustedes disponer el informe correspondiente por el Ministerio Público sobre las violaciones de-
nunciadas y asimismo, actuando en labor fiscalizadora, disponer la abstención de cualquier acto de presión de los señores fiscales a los jueces y vocales que conocen el presente caso y sin ánimo de contrarrestar la independencia del Poder Judicial, me veo en la situación de molestar vuestra atención, para que esta alta Comisión de la Cámara de Diputados en conocimiento de los antecedentes que acabamos de señalar, dispongan la investigación de los hechos denunciados y emitan la correspondiente Minuta de Comunicación, para que los señores Vocales de la Sala Penal Segunda dicten el fallo”. Nótese que el jefe de la red de narcotraficantes habla a nombre de todos los involucrados en la organización y pide se presione de manera política al Poder Judicial. Ese hecho de inmediato es aprovechado por diversos parlamentarios, quienes proceden de inmediato a ayudarles desde la Cámara de Diputados. Una vez el jefe de la red hizo el pedido al poder político para que ejerza presión sobre los administradores de justicia de la Sala Penal Se-
gunda, a las pocas horas surte efecto y modifica algunas actuaciones realizadas por el juzgado inferior, modificando el delito por el cual en primera instancia había sido imputado Carlos Valverde Bravo. Con ese antecedente, Valverde, el que había entregado la credencial al jefe de los narcos y a otros miembros de la red, quiso beneficiarse y pidió ser liberado de inmediato. Sin embargo, el juzgado que atendía su causa le niega tal posibilidad y no le da curso, señalando que ese auto de vista sacada otra vez con una celeridad impresionante, “no excluye expresamente a Carlos Federico Valverde Bravo” y más adelante decreta que “desestima la solicitud de exclusión de Carlos Valverde, disponiendo la remisión de obrados a la Corte Superior de Justicia”. Para ese tiempo, ya los diputados Juan del Granado, Edil Sandoval Morón y Mario Rueda Peña, los dos primeros de la alianza del MNR y el tercero del MIR, del mismo partido en el que militaba Carlos Valverde Bravo, habían hecho aprobar la minuta de comunicación y el pleno de la Cámara de Diputados planteaba la suspensión y procesamiento del fiscal José Nemtala, por haber procedido a la detención de Carlos Valverde Bravo. La Minuta de Comunicación nuevamente atropellaba la independencia del Poder Judicial, porque señalaba “considerando de la más elemental equidad, que en uso de sus atribuciones jurisdiccionales y estando el referido proceso en consulta en la Corte Distrital, se repare las arbitrariedades cometidas”. Remata la posición política asumida en ese entonces para beneficiar a Carlos Valverde, al mandar “al Fiscal General de la Nación, que la H. Cámara de Diputados considera de necesidad la suspensión y procesamiento del fiscal de Narcóticos, José Nemtala”. Amparado en la Minuta de Comunicación, que era el acuerdo de las fuerzas políticas representadas
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32 El lado oscuro de Carlos Valverde en el Parlamento, Carlos Valverde Bravo empieza a presionar a los jueces y vocales. En los memoriales siguientes ya no pregonaba su injusta detención y tampoco hacía defensa de su inocencia frente a las dos credenciales encontradas al jefe de la red de narcos, sino que empieza a utilizar la Minuta de Comunicación y ya exigía, luego que un mes atrás había reconocido parte del delito cometido, que era proteger el traslado de un auto robado que se pretendía hacer comprar a la Presidencia de la República, aunque también se sabe que esas credenciales no fueron pedidas para ese fin. A pesar de la presión política que ya se ejercía a través de la Cámara de Diputados, el Ministerio Público aún se mantuvo firme y en un memorial enviado a los jueces de sustancias controladas señalan: “porque se sirvan desestimar la solicitud de exclusión que antecede, por cuanto el artículo 101 de la Ley 1008, no faculta a vuestras autoridades excluir a encausado alguno, sino para calificar los hechos denunciados por otros delitos más graves o ampliar el auto de procesamiento en contra de otras personas que resultaren implicados en la actividad ilícita del narcotráfico, existiendo, inclusive, al respecto jurisprudencia sentada por la Corte Suprema de Justicia”. Con esa actitud, el Ministerio Público de manera ilusa creía que podía contrarrestar el poder político que ya estaba protegiendo a Carlos Valverde y la red, porque se debe recordar que fue el jefe de los narcos que pidió la intervención política a favor de todos los miembros detenidos. Esa negativa del Ministerio Público enojó de sobremanera a Carlos Valverde Bravo, quien en un memorial amenaza de la siguiente manera: “El requerimiento hoy impugnado del que pido a ustedes apartarse, no tiene ningún tipo de sustento legal y no puede pretender ir en contra de una Resolución
amosos del Pleno de la H. Cámara de Diputados, que llegó al punto de pasar una Minuta de Comunicación a los fines de mi exclusión por parte de la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia”. Cualquier estudiante de primer año de Derecho, sabe la prelación en la nomenclatura jurídica y la Minuta de Comunicación no puede estar por encima de las leyes, tal
como lo manifestaba Carlos Valverde, por ser una simple expresión institucional. Sin embargo, la referida Minuta de Comunicación fue aplicada con preferencia a la Ley 1.008 por los juzgadores, sabedores que la presión política ya estaba sobre sus cabezas y que quienes detentaban el poder político en ese momento, podían hacer y deshacer de ellos.
Valverde pedía hacer valer una declaración política por encima de lo jurídico
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Cambiaron a varios fiscales hasta lograr sacar a Carlos Valverde de la cárcel
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Capítulo XII
U
Fiscal pide excluir a Valverde en base a una Minuta de Comunicación
na Minuta de Comunicación es una simple expresión institucional o recomendaciones que sobre determinado tema lo aprueban los diputados y senadores y es enviado a alguna instancia del Poder Ejecutivo o Judicial, pero que no tiene fuerza de ley, sino una simple observación a la cual se le debe contestar en determinado tiempo; solamente eso. En el caso de Carlos Valverde Bravo, que estaba preso en la cárcel de San Pedro por haber entregado dos credenciales del Ministerio del Interior al jefe de una organización de narcotraficantes cuando oficiaba de director nacional de Inteligencia, se convirtió en una norma que estaba por encima de todos los códigos, leyes, decretos supremos y otras normas jurídicas del país, todo ello bajo el amparo político de cuatro diputados que hicieron uso de uno de los instrumentos parlamentarios. Dos de esos diputados eran oficialistas (Juan del Granado y Edil Sandoval Morón) y manejaban el poder en el nuevo gobierno que encabezaba Gonzalo Sánchez de Lozada, el otro (Mario Rueda Peña) era afín al partido de Carlos Valverde, e incluso había sido ministro de Jaime Paz Zamora y el cuarto (Carlos Borth Irahola), era uno de los fundadores del partido socialista, aunque finalizó su carrera política en alianza con ADN.
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34 El lado oscuro de Carlos Valverde La presión ya estaba consumada y con esa simple Minuta de Comunicación, se empieza a chantajear al poder judicial, tanto a jueces como a fiscales. Por ejemplo, en uno de los memoriales de Carlos Valverde se señala: “Debo recordarles señores magistrados que inclusive el pleno de la Cámara de Diputados se pronunciaron sobre mi caso, haciéndoles llegar una Minuta de Comunicación por medio de la Presidencia a ese tribunal, minuta que no sé si fue respondida de acuerdo a normales legales”. ¿Qué pasó? ¿El reo dando clases de derecho a los jueces? No, simplemente era un chantaje político para apurarlos, porque los padrinos políticos estaban atentos a los ocho días que franquea el reglamento interno de la Cámara de Diputados para que respondan a esa recomendación lograda. En otro memorial es todavía más fuerte el chantaje político. Carlos Valverde les dijo: “Señores magistrados, adjuntando fotocopia de las publicaciones de prensa de las Minutas de Comunicación de la Honorable Cámara de Diputados, que pide a la Corte Superior de Justicia, en forma expresa mi exclusión del presente proceso. En cumplimiento a esa Minuta de Comunicación, solicito se dicte auto de exclusión en mi favor en lo que respecta a este proceso”. En otro memorial hace aspaviento que la Minuta de Comunicación lo aprobó el pleno de la Cámara de Diputados, 94 votos, pero ello no implica que por la cantidad de votos se lo asume que está por encima de las leyes. El estudiante de primer año de Derecho sabe eso, pero también se dará cuenta que solamente era el instrumento del chantaje político al cual se acogió Carlos Valverde Bravo, al ver que el círculo de las investigaciones se estaban cerrando y que empezarían a profundizar con seguridad la investigación sobre el uso a las dos credenciales, porque
amosos narcos Dos de esos diputados eran oficialistas (Juan del Granado y Edil Sandoval Morón) y manejaban el poder en el nuevo gobierno que encabezaba Gonzalo Sánchez de Lozada, el otro (Mario Rueda Peña) era afín al partido de Carlos Valverde, e incluso había sido ministro de Jaime Paz Zamora y el cuarto (Carlos Borth Irahola), era uno de los fundadores del partido socialista, aunque finalizó su carrera política en alianza con ADN
hasta esa fecha solamente se habían dedicado a desbaratar la red de narcotraficantes que exportaba cocaína mezclada con estatuillas. La primera parte de la presión política estuvo consumada, ya que sacaron de la investigación al fiscal José Nemtala, tal como lo pedía los políticos a través de ese instrumento parlamentario. Los expedientes que ya eran de seis cuerpos pasaron a manos de otros fiscales, entre ellos el doctor Claudio Torrez Fernández, quien se quiso oponer a las arbitrariedades políticas y firmó su oposición a cualquier decisión del Juzgado de Partido de Sustancias Controladas y en un memorial escribió: “porque se sirvan desestimar la solicitud de exclusión que antecede, por cuanto el artículo 101 de la Ley 1008, no faculta a vuestras autoridades excluir a encausado alguno, sino para calificar los hechos denunciados por otros delitos más graves o ampliar el auto de procesamiento en contra de otras personas que resultaren implicados en la actividad ilícita del narcotráfico, existiendo, inclusive, al respecto jurisprudencia
sentada por la Corte Suprema de Justicia”. El juzgado que atendía la causa de la red de narcotraficantes, le niega a Carlos Valverde el pedido de exclusión, a pesar de la presión política y no le da curso, señalando que ese auto de vista, “no excluye expresamente a Carlos Federico Valverde Bravo” y más adelante decreta que “desestima la solicitud de exclusión de Carlos Valverde, disponiendo la remisión de obrados a la Corte Superior de Justicia”. Al pronunciarse los juzgadores en ese sentido, le dan toda la razón al fiscal Torrez Fernández, quien no aparece más firmando otro memorial en ese proceso. ¿Qué pasó con ese representante del Ministerio Público? Al parecer fue cambiado por osarse a cumplir con el chantaje político de esos parlamentarios. Con esa negativa, Carlos Valverde se les enoja y les manda un memorial en los siguientes términos: “El requerimiento hoy impugnado del que pido a ustedes apartarse, no tiene ningún tipo de sustento legal y no puede pretender ir en contra de una Resolución
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del Pleno de la H. Cámara de Diputados, que llegó al punto de pasar una Minuta de Comunicación a los fines de mi exclusión por parte de la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia”. Para seguir con el proceso en esa instancia, el abogado Milton Novillo Rancai era el Fiscal de la Sala Superior Penal, pero de manera sorpresiva renuncia a atender el caso. Le manda una nota al fiscal del distrito, señalando: “El suscrito
Fiscal de Sala Superior en materia penal, ha sido demandado en el presente caso, habiendo emitido opinión sobre el fondo del mismo, razón por la que se excusa del conocimiento del presente caso”. Otra vez la presión política funcionaba, porque el referido fiscal no presenta las pruebas de que se había pronunciado sobre el caso, pero igual el fiscal del distrito, acepta su excusa y ahora nombre para que vaya a ver el tema al abo-
Un periódico reflejaba de esa manera el desbaratamiento de la red en la que cayó preso Valverde
gado Victor Hugo Serrano. El fiscal Victor Hugo Serrano cumple con la obligación de tirarle el “salvavidas” a Carlos Valverde. Hizo todo lo contrario a lo del fiscal Claudio Torrez Fernández, quien les señaló a los jueces que ellos no podían excluir a Carlos Valverde del proceso y así lo dijeron los jueces en su resolución, que “desestima la solicitud de exclusión de Carlos Valverde, disponiendo la remisión de obrados a la Corte Superior de Justicia”. Serrano, el fiscal que se hace cargo, envía el memorial en los siguientes términos: “corresponde a ese alto tribunal, complementar el auto y declarar expresamente la exclusión de Carlos Valverde Bravo del presente proceso, disponiendo que los jueces consultantes dejen sin efecto las medidas jurisdiccionales dispuestas en cuanto al nombrado”. Listo, la presión se consumaba con ese fiscal, que dejó de lado el trabajo de sus colegas de varios meses, Nemtala dijo que hizo el seguimiento de un año a la red de narcotraficantes y éste, en solo dos días libró de la cárcel a uno de los implicados. La Minuta de Comunicación fue aplicada con preferencia a la Ley 1.008 por los juzgadores, sabedores que la presión política ya estaba sobre sus cabezas y que quienes detentaban el poder político en ese momento, podían hacer y deshacer de ellos. La Corte Superior de Justicia ya tenía en las manos el instrumento para salvarse ante cualquier reclamo y así lo ponen en su resolución, señalando: “El Ministerio Público como representante del Estado y parte principal en esta clase de procesos, por imperio de lo que dispone la Ley 1008, es precisamente quien requirió por la exclusión del nombrado Valverde Bravo, en cuya virtud corresponde a este tribunal deferir requerimiento”.
36 El lado oscuro de Carlos Valverde
Capítulo XIII
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Diputados sacaron de la cárcel a Valverde y dejaron en Chonchocoro a inocentes
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uatro diputados nacionales, Juan del Granado y Edil Sandoval Morón del oficialista MNR, Mario Rueda Peña del MIR y Carlos Borth de ADN, gestionaron la aprobación de una Minuta de Comunicación en la Cámara de Diputados para sacar de la cárcel a Carlos Valverde Bravo, quien confesó haber ayudado al jefe de una red de narcos para hacer circular un auto robado de una ciudad a otra. Sin embargo, esos diputados no usaron el poder político para ver el caso de otras personas que estaban en la cárcel de Chonchocoro, involucrados en el mismo tema, a pesar que en su justificación de motivos, habían señalado que investigaron en profundidad el tema. Los cuatro diputados solamente ejercieron presión política en el caso de Carlos Valverde Bravo, para lograr sacarlo de la cárcel. El ahora comunicador social, en su calidad de director nacional de Inteligencia del Ministerio de Gobierno, había extendido dos credenciales al jefe de la red internacional de narcotraficantes, para llevar un auto robado a la ciudad de La Paz para intentar venderlo a la Presidencia de la República. ¿Querían estafar a Jaime Paz Zamora? Sin embargo, los diputados que movieron todo el parlamento para aprobar la Minuta de Comunicación para favorecer a Carlos Valverde, no movieron ni un dedo
La cocaína incautada al amigo de Carlos Valverde fue incinerada
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narcos Queda totalmente demostrado que los cuatro diputados ayudaron a tapar cualquier investigación que pudiera realizarse con mayor profundidad en el futuro sobre las relaciones de Carlos Valverde con el jefe de la red de narcos y el verdadero uso que le dieron a las credenciales, incluidas las entregadas al cajero de la red y otros, tal como lo reconoció en su momento el ahora comunicador social
por otros que fueron detenidos en el caso, como el administrador del hostal donde hubo reuniones del jefe de la banda con otras personas, pero que él no había participado nunca de ellas. Ese ciudadano no tenía el padrinazgo del poder político que lo defienda y pasó un buen tiempo en Chonchocoro. Ese ciudadano, identificado como ‘Fernando’, cuando fue consultado sobre el jefe de la red de narcos, contestó: “quiero aclarar que no es mi amigo, ni me lo presentaron nunca”. Mientras que Carlos Valverde se había reunido con el tipo y le había proporcionado las dos credenciales, una incluso de asesor, donde hasta le facultaba el portar armas y con ellas fue encontrada al momento de su detención. ‘Fernando’ era un empleado del hostal donde todos los días iba el jefe de la red a reunirse con varias personas, “yo no puedo decir la cantidad de veces que fue, porque yo entraba y salía del hostal para hacer compras”. Ese pobre funcionario había visto a varios de los miembros de la red de narcotraficantes reunirse en el hotel donde trabajaba, pero ninguno de ellos lo nombra en sus
declaraciones ante los investigadores del caso o que había recibido las estatuillas. Nada de nada, pero fue preso a Chonchocoro. Es más, se le preguntó si había alguna vez realizado algún depósito bancario a alguno de los integrantes de la red y contestó: “nunca hice ningún depósito”. Sobre el guardaespaldas del jefe de la red de narcos, manifestó que “yo no sabía el nombre de este señor ni lo había visto antes; después de no sé qué tiempo salió la fotografía de este señor en los periódicos y me pareció haber visto esa cara antes, pero después de varios días lo logré ubicar y después no lo vi nunca más”. Eso es lo más relevante de las declaraciones de ‘Fernando’, el funcionario del hostal donde se reunían los miembros de la red y por solamente ello fue preso y ninguno de los diputados abogaron por él y lo dejaron en Chonchocoro, mientras que Carlos Valverde Bravo había declarado antes de su detención que extendió las dos credenciales al jefe narco para que no molestaran el traslado de su auto robado. También Carlos Valverde Bravo había declarado que entregó una credencial al cajero de la red que
de acuerdo a las investigaciones había llevado droga a Colombia e iba a cobrar por la mercancía, pero que se había dado a la fuga antes del operativo y fue procesado en ausencia. Además, Valverde manifestó que había dado otras credenciales a personas que no se acordaba el nombre, presumiéndose que eran miembros de la red de narcotraficantes. Sin embargo, el entonces diputado Juan del Granado, declaró al periódico El Diario que en su calidad de presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados había realizado una prolija investigación con los diputados de las Comisiones de Constitución y de Narcotráfico, llegando a constatar la actuación ilegal, arbitraria del fiscal José Nemtala, que provocó la detención de Carlos Valverde Bravo. La Minuta de Comunicación presentada por esos diputados al pleno de la Cámara de Diputados y que luego se convirtió en el instrumento de presión política, porque no tenía ningún valor jurídico, señalaba: “Dígase al Poder Judicial y especialmente a la Corte Superior del Distrito de La Paz, Sala Penal, que la Cámara de Diputados habiendo constatado mediante investigación encomendada a las Comisiones de Constitución, Narcotráfico y Constitución, la forma ilegal y arbitraria con la que el fiscal de Narcóticos, José Nemtala requirió por la detención y posterior enjuiciamiento del señor Carlos Valverde Bravo, como emergencia de las pesquisas policiales en torno al caso de Fernando Gutiérrez, requerimiento hecho sin que en contra de Valverde exista indicio alguno de participación en los delitos de la Ley 1.008”. ¿Y los otros como ‘Fernando’? ¡que se pudran en la cárcel! Con esto queda totalmente demostrado que los cuatro diputados ayudaron a tapar cualquier investigación que pudiera reali-
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38 El lado oscuro de Carlos Valverde zarse con mayor profundidad en el futuro sobre las relaciones de Carlos Valverde con el jefe de la red de narcos y el verdadero uso que le dieron a las credenciales, incluidas las entregadas al cajero de la red y otros, tal como lo reconoció en su momento el preso. Con la Minuta de Comunicación a favor de Carlos Valverde se inició la presión y persecución a los responsables de la administración de justicia, quienes no podían cambiar la tipificación penal al delito cometido por Carlos Valverde Bravo, ya que podían cometer ellos el delito de prevaricato. Además uno de los fiscales ya les había advertido por escrito y consta en los expedientes que los juzgadores no podían liberar a Carlos Valverde Bravo. Les advirtió de la siguiente manera: “porque se sirvan desestimar la solicitud de exclusión que antecede, por cuanto el artículo 101 de la Ley 1008, no faculta a vuestras autoridades excluir a encausado alguno, sino para calificar los hechos denunciados por otros delitos más graves o ampliar el auto de procesamiento en contra de otras personas que resultaren implicados en la actividad ilícita del narcotráfico, existiendo, inclusive, al respecto jurisprudencia sentada por la Corte Suprema de Justicia”. Pero Carlos Valverde con la Minuta de Comunicación en las manos, empezó a amenazar a los administradores de justicia, como si la misma fuera una ley que estaba por encima de todas las demás normas. Recuérdese este escrito bajo el siguiente tenor firmada por Valverde dirigida los juzgadores: “Debo recordarles señores magistrados que inclusive el pleno de la Cámara de Diputados se pronunciaron sobre mi caso, haciéndoles llegar una Minuta de Comunicación por medio de la Presidencia a ese tribunal, minuta que no sé si fue respondida de acuerdo a normales legales”.
amosos O esta otra: “Señores magistrados, adjuntando fotocopia de las publicaciones de prensa de las Minutas de Comunicación de la Honorable Cámara de Diputados, que pide a la Corte Superior de Justicia, en forma expresa mi exclusión del presente proceso. En cumplimiento a esa Minuta de Comunicación, solicito se dicte auto de exclusión en mi favor en lo que respecta a este proceso”.
Al ver que por los jueces no podrían sacar de la cárcel a Carlos Valverde, empezaron a presionar al Ministerio Público y cambian a tres fiscales, para que luego uno funcional, como ellos querían, Victor Hugo Serrano, pide a la Corte Superior la exclusión del ahora comunicador y las autoridades judiciales, acceden, haciendo énfasis en que lo hacían no por decisión propia, sino por presión de la Fiscalía.
Documento que ordena la detención de Carlos Valverde en la cárcel de San Pedro
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Fiscal se habría basado en Resolución Camaral falsa para pedir liberación de Carlos Valverde
CAPÍTULO XIV
Valverde cayó preso con la mayoría de los integrantes de esa red de narcos, logrando huir 11 de ellos. El fiscal que atendió la causa imputó a Carlos Valverde por los delitos de complicidad en la fabricación, tráfico, concusión propia e impropia y uso de armas, asociación delictuosa y confabulación, aunque más adelante los juzgadores hicieron la imputación por uno de esos delitos. Sin embargo, ya sabemos que cuatro diputados al poco tiem-
po se movieron y lograron hacer aprobar una Minuta de Comunicación en el pleno de la Cámara de Diputados, mediante el cual exigían la exclusión del proceso de Carlos Valverde Bravo, por considerar que no estaba metido en el delito de narcotráfico, pero sospechosamente dejan en la cárcel de Chonchocoro a otras personas que nada tenían que ver con la red de narcos. La Minuta de Comunicación lograda por los entonces dipu-
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arlos Valverde Bravo estuvo preso por una investigación fiscal, luego de desbaratar una red internacional de narcotraficantes dedicado a exportar cocaína a siete países, mezclados en acrílicos y otros componentes químicos. Esa mezcla la convertían en estatuillas y le ponían ‘Made in Brasil’ para no despertar sospechas cuando estaban en tránsito por diversos países.
Los diputados jamás aprobaron una Resolución Camaral, pero un fiscal se inventa para beneficiar a Carlos Valverde
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40 El lado oscuro de Carlos Valverde tados Juan del Granado y Edil Sandoval Morón del MNR, Mario Rueda Peña del MIR, compañero de partido de Carlos Valverde y Carlos Borth señalaba: “Dígase al Poder Judicial y especialmente a la Corte Superior del Distrito de La Paz, Sala Penal, que la Cámara de Diputados habiendo constatado mediante investigación encomendada a las Comisiones de Constitución, Narcotráfico y Constitución, la forma ilegal y arbitraria con la que el fiscal de Narcóticos, José Nemtala requirió por la detención y posterior enjuiciamiento del señor Carlos Valverde Bravo, como emergencia de las pesquisas policiales en torno al caso de Fernando Gutiérrez, requerimiento hecho sin que en contra de Valverde exista indicio alguno de participación en los delitos de la Ley 1.008”. ¿Sobre qué basaron sus conclusiones los diputados que gestionaron la Minuta de Comunicación, que luego sirvió para presionar a los administradores de justicia? Carlos Valverde había declarado que entregó las credenciales para trasladar de un lado a otro un auto robado; el jefe de la red de narcos había usado durante casi dos años la credencial de asesor del Ministerio de Gobierno entregado de manera ilegal por el ahora comunicador social; el mismo Carlos Valverde había confesado que entregó otra credencial al cajero, cobrador y transportador de cocaína a Colombia, no especificando los motivos para esa entrega, además que no recordaba los nombres de las otras personas a las que dio idéntico documento, presumiéndose que eran de la misma organización delincuencial. ¿Esos no eran indicios? Más que indicios eran pruebas, porque había confesado los delitos. Bueno, la presión política ya estaba en manos de Carlos Valverde y se llamaba Minuta de
amosos narcos El memorial para pedir la exclusión de Carlos Valverde Bravo señalaba que estaba “en base a las consideraciones efectuadas por la propia Cámara de Diputados que emitió una Resolución Camaral y Minuta de Comunicación, donde se reconoce y determina que se hallaba ilegalmente procesado”. El referido fiscal aquí introduce un instrumento parlamentario desconocido hasta el momento que era la Resolución Camaral, que de acuerdo a las investigaciones nunca se aprobó
Comunicación, que es un instrumento parlamentario que sirve para realizar recomendaciones sobre determinado tema, pero no tiene ningún rango jurídico. Sin embargo lo usaron como instrumento legal para liberar a Carlos Valverde Bravo de la cárcel. Así lo reconoció el entonces fiscal Victor Hugo Serrano en su memorial que pedía excluir de la Ley 1.008 al ahora comunicador, basando netamente su fundamentación en lo señalado por la Minuta de Comunicación, pero no tomando en cuenta ninguna de las leyes de la República de Bolivia. Su memorial para pedir la exclusión de Carlos Valverde Bravo señalaba que estaba “en base a las consideraciones efectuadas por la propia Cámara de Diputados que emitió una Resolución Camaral y Minuta de Comunicación, donde se reconoce y determina que se hallaba ilegalmente procesado”. El referido fiscal aquí introduce un instrumento parlamentario desconocido hasta el momento que era la Resolución Camaral, que de acuerdo a las investigaciones nunca se aprobó y
por tanto era una soberana mentira, solamente mencionado para dar mayor consistencia a la presión sobre los juzgadores. Si hubiera existido la Resolución Camaral, tampoco era fundamento para liberar a Carlos Valverde, porque la misma es otro instrumento que tiene disposición obligatoria en el marco y ejercicio de las competencias y atribuciones de la Cámara de Diputados. Sin embargo, al haber hecho uso de ella para este caso específico, se confirma la intromisión del poder político en el Poder Judicial, cosa que está demostrado con la fundamentación del fiscal en materia penal. Es más, el aludido fiscal señala que “en base a lo determinado por esa Resolución, se han remitido copias fototásticas pertinentes para las diligencias de policía judicial que se vienen sustanciando en esta Fiscalía, con cuyas conclusiones se remitirán a conocimiento del juez competente”. Sin embargo, no menciona el número de Resolución Camaral u otras señas que permitan confirmar la veracidad del documento.
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Nótese hasta aquí que el fiscal Serrano en ninguna parte se fundamenta en las leyes, en este caso la ley 1.008, que precisamente era la materia que se estaba tratando en el caso de Valverde. ¿Por qué no usó esa ley el representante del Ministerio Público para justificar el pedido de exclusión del proceso a Carlos Valverde? La lógica elemental hace llegar a la conclusión de que no existía ningún argumento jurídico para ello y por tanto, se hizo uso de la presión política reflejada en la Minuta de Comunicación y al parecer falsa Resolución Camaral, aquella que más bien confirma una intromisión política en la justicia. La confirmación está en el memorial que lleva el sello del fiscal Serrano. No existía una argumentación jurídica y así lo hizo conocer el
anterior fiscal que fue apartado del caso. Cuando intentaron hacer ese trabajo los jueces, ese fiscal les mandó un memorial en los siguientes términos: “porque se sirvan desestimar la solicitud de exclusión que antecede, por cuanto el artículo 101 de la Ley 1008, no faculta a vuestras autoridades excluir a encausado alguno, sino para calificar los hechos denunciados por otros delitos más graves o ampliar el auto de procesamiento en contra de otras personas que resultaren implicados en la actividad ilícita del narcotráfico, existiendo, inclusive, al respecto jurisprudencia sentada por la Corte Suprema de Justicia”. Revisando el expediente del caso, se puede concluir que la mentada Resolución Camaral era falsa, ya que ni el propio Carlos Valverde la utiliza para presionar
El fiscal del caso no hizo ninguna fundamentación jurídica para beneficiar a Valverde
a través de sus memoriales. Se debe recordar que su defensa del preso en San Pedro sostenía que “debo recordarles señores magistrados que inclusive el pleno de la Cámara de Diputados se pronunciaron sobre mi caso, haciéndoles llegar una Minuta de Comunicación por medio de la Presidencia a ese tribunal, minuta que no sé si fue respondida de acuerdo a normales legales”. Al parecer una vez más se utilizaron documentos oficiales para oscuros intereses. El primero fue Carlos Valverde para proteger la venta de un auto robado y que el jefe de los narcos circule libremente con credenciales del Ministerio del Interior y luego el fiscal Victor Hugo Serrano habla de una Resolución Camaral que jamás fue aprobada para lograr la liberación de un preso.
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42 El lado oscuro de Carlos Valverde
CAPÍTULO XV
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a intervención de los políticos en el caso ‘narcoestatuillas’ fue patrocinada por el jefe de la red internacional de narcotraficantes, que finalmente benefició solamente a Carlos Valverde Bravo, quien tenía en la Cámara de Diputados a sus compañeros de partido del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) y de Acción Democrática Nacionalista, porque no nos olvidemos que esos dos partidos venían de cogobernar el país desde 1989 hasta agosto de 1993. Carlos Valverde Bravo había sido director nacional de Inteligencia del Ministerio de Gobierno desde 1990 hasta el 6 de agosto de 1993, por lo que tenía los contactos con los diputados de esos dos partidos políticos. El otro diputado que ayudó a Carlos Valverde también era un exmirista, Juan del Granado, que llegaba al parlamento en alianza con el Movimiento Nacionalista Revolucionario. También apareció firmando el proyecto de Minuta de Comunicación el movimientista Edil Sandoval Morón, parlamentario que representaba al departamento de Santa Cruz. Con esos antecedentes se puede entender muy bien el porqué Carlos Valverde Bravo pudo salir de la cárcel, buscándole una figura jurídica que no correspondía, ya que había dado credenciales a los miembros de la red de narcotraficantes para que operen impunemente en el país. Las declaraciones
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Jefe de la red de narcotraficantes hizo los trámites para beneficiar a Valverde
Declaración confirma que red traficaba droga a Colombia
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narcos El jefe de la red de narcos pide directamente la intervención de la Cámara de Diputados en el escandaloso caso de las ‘narcoestatuillas’. “Quiero que esta Comisión disponga la investigación de los hechos denunciados y emitan la correspondiente Minuta de Comunicación para que los vocales de la Sala Penal Segunda dicten el fallo sometiéndose a los principios elementales de derecho”
de Carlos Valverde son fatales, porque señala que no solamente entregó las credenciales al jefe de la red de narcos, Hernando Gutiérrez, para que traslade un auto robado, sino que también confesó que entregó credencial al cajero de la red y que había viajado varias veces a Colombia a cobrar los cargamentos de cocaína, pero que no fue apresado durante la operación y fugó con rumbo desconocido; también dijo que había entregado credenciales a otras personas, se presume de la red, cuyos nombres no se acordaba. Entonces no era solamente que fueron dos credenciales para supuestamente trasladar autos robados, que también constituye delitos en grado de complicidad, sino que se dieron los documentos oficiales a otros miembros de la red. ¿Con qué motivo? Nunca lo preguntaron los investigadores del caso y los diputados que tramitaron la Minuta de Comunicación tampoco lo investigaron, porque ¡claro! con los bienes del Estado se pueden hacer cualquier cosa, porque es de todos y es de nadie, escribiéndose de esa manera otra negra página en la historia del país, tal como ocurrió en muchas oportunidades, como las relaciones del narcotraficante Isaac Echeverría con Jaime Paz Zamora, o las reunio-
nes de Roberto Suárez Gómez con altos dirigentes de ADN, por solamente citar dos casos, que pusieron en duda la efectividad como nación frente a la lucha contra el narcotráfico o en este caso, las credenciales otorgadas por el entonces director nacional de Inteligencia del Ministerio de Gobierno a una red de más de 28 personas dedicadas al tráfico internacional de cocaína. De allí que el jefe de la red de narcotraficantes debía hacer algo por sus ‘pupilos’, aquellos que estaban en la cárcel y se habían mantenido callado para no afectar los intereses de la organización. Por tanto, al jefe de la red, Hernando Gutiérrez, seguramente impulsado por alguien más, se le ocurre mandar un memorial a la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, donde se quejaba de supuestas irregularidades cometidas en el momento de la detención de todos los integrantes de su red. Señalaba en su denuncia: “En el expediente remitido a la justicia ordinaria, no consta mandamiento de aprehensión contra ninguno de los coprocesados y menos existe orden judicial de allanamiento de las casas y domicilios particulares que en su mayoría pertenecen a personas ajenas al presente caso”.
Se puede deducir que al interior del penal el jefe de la red mantenía el liderazgo, por lo que sale a defender a todos sus miembros. Sigue la carta enviada a los diputados. “Uno de los inculpados dentro de las diligencias de policía judicial, solicitó al fiscal asignado al caso, mediante memorial cuya copia se adjunta, la intervención de un perito químico de la defensa, para el análisis químico de la supuesta prueba de cargo, obtenida además ilegalmente”. Nótese en este párrafo que sigue la defensa por todos los miembros de la red. “Por lo expuesto señores diputados, solicito a ustedes disponer el informe correspondiente por el Ministerio Público sobre las violaciones denunciadas y asimismo, actúen en labor fiscalizadora, disponer la abstención de cualquier acto de presión de los señores fiscales a los jueces y vocales que conocen el presente caso”. Más adelante, el jefe de la red de narcos pide directamente la intervención de la Cámara de Diputados en el escandaloso caso de las ‘narcoestatuillas’. “Quiero que esta Comisión disponga la investigación de los hechos denunciados y emitan la correspondiente Minuta de Comunicación para que los vocales de la Sala Penal Segunda dicten el fallo sometiéndose a los principios elementales de derecho”. También pidió que “instruyan a la Sala Penal Segunda, remitan el proceso penal seguido contra Jesús Hernando Gutiérrez Mancilla y otros por el supuesto delito de tráfico de estupefacientes, a fin de que su comisión tome mayores elementos de juicio y puedan constatar los hechos denunciados”. Lo interesante del caso, es que el jefe de la red de narcotraficantes envía el memorial el 14 de diciembre de 1993 y al otro día, tres comisiones de la Cámara de Diputados, donde estaban Juan del Granado, Edil Sandoval Morón, Mario Rueda Peña y Carlos Borth, presentan el
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44 El lado oscuro de Carlos Valverde proyecto de Minuta de Comunicación a favor de Carlos Valverde Bravo, señalando que se lo debía sacar del proceso y empieza la presión política para lograrlo. Es más, el entonces diputado Juan del Granado en declaraciones a la prensa había señalado que después de una rápida y prolija investigación –se demuestra que la investigación fue de un día- constataron la actuación ilegal y arbitraria del fiscal José Nemtala en ese caso. Ya con la Minuta de Comunicación aprobado en el pleno de la Cámara de Diputados, la situación para Carlos Valverde Braco cambió, pero no así para los demás integrantes de la red que se quedaron nomás en la cárcel de Chonchocoro. Para lograr la salida y fundamentar la exclusión del proceso por narcotráfico en el caso de Carlos Valverde, se inventaron hasta una Resolución Camaral. El fiscal Victor Hugo Serrano en su memorial que pedía excluir de la Ley 1.008 al ahora comunicador Carlos Valverde, señaló que lo hizo “en base a las consideraciones efectuadas por la propia Cámara de Diputados que emitió una Resolución Camaral y Minuta de Comunicación, donde se reconoce y determina que se hallaba ilegalmente procesado”.
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Fiscal se opuso a excluir a Valverde y fue sacado del caso En ninguna parte del proceso se habló de Resolución Camaral, pero el fiscal se lo inventó y lo utilizó como fundamento jurídico para lograr sacar de la cárcel a Carlos Valverde. Así se comprueba que lograron sacarlo de la cárcel con una
Jueces también no quisieron excluir a Valverde
Resolución Camaral inexistente. El jefe de la red, luego de salir de prisión años más tarde, al parecer continuo en las mismas actividades ilícitas y el 2007 fue detenido nuevamente en Paraguay con 20 kilos de cocaína. Falleció el pasado año.
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Dos instancias judiciales señalaron que Valverde debía ser procesado por la Ley 1008
CAPÍTULO XVI
red, aquel que había ido varias veces a Colombia llevando cocaína y trayendo el dinero proveniente de la venta, según las investigaciones realizadas en su momento. Además reconoció que había entregado credenciales a otros componentes
de esa red, de los cuales se había olvidado su nombre o no quería acordarse, para evitar mayores complicaciones. En realidad, Carlos Valverde, cada vez que declaraba se complicaba, aunque los investigadores no profundizaron en esas contradicciones, porque seguramente estaban en esos momentos más concentrados en desbaratar la red que exportaba cocaína mezclada en estatuillas y dejaban para otro momento la cuestión del uso específico de esas credenciales. Sin embargo, el Ministerio Público y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico no pudieron concretar esa investigación, porque el poder político se les interpuso e hicieron aprobar una Minuta de Comunicación en la Cámara de Diputados para lograr liberarlo de los cargos que estaban establecidos en la Ley 1008. Es más, también ha quedado demostrado que en la desesperación por sacar de la cárcel al ahora comunicador social para evitar su implicancia en la red de narcotraficantes, el fiscal que veía la causa hasta se inventó una Resolución Camaral, la cual fue usada como si fuera una Ley de la República, cuando en realidad ese instrumento parlamentario, que además era falso, solamente servía para hacer algunas observaciones. Sin embargo, fue el fundamento principal para liberarlo de la cárcel y de la ley antinarcóticos. Antes de ser detenido, Carlos Valverde había declarado a la pren-
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arlos Valverde Bravo había entregado dos credenciales al jefe de una red internacional de narcotráfico. También reconoció que le había dado otra credencial al cobrador de la
Se investigó el movimiento económico en los bancos
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46 El lado oscuro de Carlos Valverde sa que entregó las dos credenciales al jefe de la red de narcos, para proteger el traslado de un auto robado. Después sostuvo que en realidad quería que ese auto, que días antes había señalado era robado, sea comprado en ese entonces por la Presidencia de la República. Si evidente los documentos oficiales debían garantizar la entrega de un auto al Estado, ¿para qué entregó credenciales a los otros miembros de la red de narcos, entre ellos al cobrador o cajero? No hubo investigación sobre el particular, ya que los entonces diputados Juan del Granado, Edil Sandoval Morón, Mario Rueda Peña y Carlos Borth, hicieron aprobar una Minuta de Comunicación, que sirvió como fundamento para su liberación, dejándose de lado todas las normas jurídicas. Carlos Valverde, dentro de sus contradicciones y ello tampoco fue visto por los diputados que le ayudaron a salir de la cárcel, manifestó que la entrega de esas dos credenciales -aunque él señaló que fueron más- obedecían al campo político en el ejercicio de sus funciones, señalando que para ello estuvo basado en un tratamiento especial. Por ese motivo señalaba en su defensa, que los actos de entrega debieron verse desde ese ámbito y jamás debieron ser investigadas por la Ley 1008. Pero el fiscal adscrito a la Felcn retrucó tal defensa, manifestando que Carlos Valverde Bravo, en su calidad de director nacional de Inteligencia del Ministerio del Interior entregó esos dos documentos a una persona que no era funcionaria de la institución. “Tenemos que tener muy en cuenta que si se le entrega una credencial a una persona que no está ejerciendo un cargo público la está protegiendo; no podemos decir que es un acto personalísimo el uso de las credenciales, porque el uso de esas credenciales señores del tribunal, es un acto público por el que le otor-
amosos NARCOTRáFICO “El uso de esas credenciales, señores del tribunal, es un acto público por el que le otorga amnistía, le otorga inmunidad, por consiguiente está colegido que esas credenciales fueron utilizadas en beneficio del señor Gutiérrez y el señor Gutiérrez, como es de conocimiento público, está siendo en estos momentos investigado por un delito de narcotráfico, por consiguiente, el delito mayor arrastra al menor y el delito mayor es el delito de narcotráfico, por consiguiente mi autoridad dispuso la detención preventiva hasta que se levanten las diligencias de policía judicial en contra del señor Carlos Valverde Bravo” ga amnistía, le otorga inmunidad, por consiguiente está colegido que esas credenciales fueron utilizadas en beneficio del señor Gutiérrez y el señor Gutiérrez, como es de conocimiento público, está siendo en estos momentos investigado por un delito de narcotráfico, por consiguiente, el delito mayor arrastra al menor y el delito mayor es el delito de narcotráfico, por consiguiente mi autoridad dispuso la detención preventiva hasta que se levanten las diligencias de policía judicial en contra del señor Carlos Valverde Bravo, hasta llegar a demostrar si cometió o no cometió algún delito”, señalaba el fiscal José Nemtala cuando fue demandado con un recursos de Hábeas Corpus por Carlos Valverde Bravo, quien perseguía zafarse de la Ley 1008. Ese recurso estableció que Carlos Valverde sea remitido a los jueces antinarcóticos para que sea procesado por la ley antinarcóticos. Es así que todos los anteceden-
tes de Carlos Valverde y los miembros de la red de narcotraficantes fueron remitidos a la ciudad de La Paz, pidiendo que el Juzgado de Partido de Sustancias Controladas haga la apertura de causa, tomándose las medidas precautorias correspondientes, como la detención formal en una cárcel de la ciudad de La Paz. Allí, el Tribunal de la Sala Segunda de la Corte Superior del Distrito cruceño es que estableció que la entrega de las dos credenciales no fue un acto político y administrativo como lo quería hacer ver Carlos Valverde, sino un acto tipificado en la Ley 1.008 y por tanto, ordenó la remisión de todos los detenidos al juzgado respectivo para la apertura de causa. Es por eso, que meses después, cuando Carlos Valverde nuevamente pide su exclusión del proceso, porque el juzgado le había cambiado la tipificación del delito, el fiscal que veía el caso,
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mediante memorial le recordó sus deberes en los casos de narcotráfico de la siguiente manera: “porque se sirvan desestimar la solicitud de exclusión que antecede, por cuanto el artículo 101 de la Ley 1008, no faculta a vuestras autoridades excluir a encausado alguno, sino para calificar los hechos denunciados por otros delitos más graves o ampliar el auto de procesamiento en contra
de otras personas que resultaren implicados en la actividad ilícita del narcotráfico, existiendo, inclusive, al respecto jurisprudencia sentada por la Corte Suprema de Justicia”. La Sala Penal de Sustancias Controladas, con esa argumentación jurídica, se ata de manos y aprueba la no exclusión del proceso. De esa manera cerraban por segunda vez toda argumentación
Estatuillas incautadas a la red de narcos
jurídica para evitar que Carlos Valverde siga en la cárcel siendo procesado por la Ley 1008; además que las investigaciones en detalle podrían determinar el uso que se hizo a las dos credenciales. De allí que el jefe de la red de narcotraficantes se moviliza ante la Cámara de Diputados y pide la intervención política, la cual responde en menos de 24 horas y cuatro diputados que señalan haber realizado una investigación prolija al caso, se inclinan por pedir la exclusión de Carlos Valverde Bravo, apartándose de todo procedimiento legal, cuando en dos instancias la justicia había señalado que debía ser procesado por la Ley 1008. Al no existir ningún sustento jurídico al pedido de la Cámara de Diputados y solamente teniendo el instrumento de la presión política, a través del MNR al que pertenecían Juan del Granado y Edil Sandoval Morón y del MIR-ADN, al cual pertenecían Mario Rueda Peña y Carlos Borth Irahola, es que se procede al cambio de fiscales, hasta lograr uno funcional, como Victor Hugo Serrano, quien en su memorial pedía excluir de la Ley 1008 a Carlos Valverde Bravo, basando netamente su fundamentación en lo señalado por la Minuta de Comunicación. Su memorial para pedir la exclusión de Carlos Valverde Bravo señalaba que estaba “en base a las consideraciones efectuadas por la propia Cámara de Diputados que emitió una Resolución Camaral y Minuta de Comunicación, donde se reconoce y determina que se hallaba ilegalmente procesado”. El referido fiscal aquí introduce la Resolución Camaral, que en ninguna parte del proceso se lo nombra, ni en los medios de prensa y tampoco al mencionarlo se hace mención a su número de origen, determinándose que era falso, pero que se necesitaba decir algo para ponerle cuerpo a la presión política ejercida sobre los administradores de justicia.
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48 El lado oscuro de Carlos Valverde
CAPÍTULO XVII
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Valverde amenazó a fiscal con procesarlo por “desoír” la Minuta de Comunicación
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l entonces fiscal Claudio Tórrez Fernández, fundamentó jurídicamente su oposición a la exclusión de Carlos Valverde Bravo en el caso de las ‘narcoestatuillas’, señalando que las autoridades judiciales “se sirvan desestimar la solicitud de exclusión que antecede, por cuanto el artículo 101 de la Ley 1008, no faculta a vuestras autoridades excluir a encausado alguno, sino para calificar los hechos denunciados por otros delitos más graves o ampliar el auto de procesamiento en contra de otras personas que resultaren implicados en la actividad ilícita del narcotráfico, existiendo, inclusive, al respecto jurisprudencia sentada por la Corte Suprema de Justicia”. La Sala Penal de Sustancias Controladas, con esa argumentación jurídica, se ata de manos y aprueba la no exclusión del proceso. Carlos Valverde pidió fotocopias legalizadas de la posición del fiscal, con el propósito de tramitar órdenes judiciales por “desoír” ese fiscal la Minuta de Comunicación de la Cámara de Diputados. Ya se ha señalado que luego del trámite político por un instrumento parlamentario realizado por cuatro diputados, la defensa se basaba en un documento político sin ningún asidero jurídico y que tampoco tenía carácter vinculante, por no estar ello por encima de las leyes, en este caso de la Ley 1008. Llamó de “aberrante” el reque-
Fueron millonarios los bienes incautados a la red de narcos
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COCAíNA La amenaza dio resultado, porque el fiscal del distrito de ese entonces, apartó del caso al fiscal Tórrez, el único que se mantenía firme en su posición de enjuiciar a Carlos Valverde por la Ley 1008, “desoyendo” la presión de los cuatro diputados, aquellos que tenían relación política con el preso de la cárcel de San Pedro. Después de suspender a ese fiscal, vino otro que se excuso aduciendo haber emitido opinión sobre el caso, hasta poner al fiscal Victor Hugo Serrudo que hizo lo que exigía Carlos Valverde
rimiento del fiscal Tórrez, señalando que no tiene sustento legal y no podía pretender ir en contra de una resolución de la Cámara de Diputados, “que llegó al punto de pasar una Minuta de Comunicación a los fines de mi exclusión por parte de la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia”, señalaba en su memorial que pedía documentos para procesar al fiscal que había “desoído” a los diputados. La amenaza dio resultado, porque el fiscal del distrito de ese entonces, aparta del caso al fiscal Tórrez, el único que se mantenía firme en su posición de enjuiciar a Carlos Valverde por la Ley 1008, “desoyendo” la presión de los cuatro diputados, aquellos que tenían relación política con el preso de la cárcel de San Pedro. Después de suspender a ese fiscal, vino otro que se excuso aduciendo haber emitido opinión sobre el caso, hasta poner al fiscal Victor Hugo Serrudo, que hizo lo que exigía Carlos Valverde. Los memoriales de Carlos Valverde no tenían ninguna fundamentación jurídica; es decir, no hacían la defensa en base a las leyes
de la República, sino en base a un trámite político, pero en todos los memoriales recalcaba aquello de la Minuta de Comunicación, como si ese instrumento estuviera por encima incluso de la Constitución Política del Estado. Para que el lector saque sus propias conclusiones, aquí otro memorial de Carlos Valverde, que señalaba: “estoy en conocimiento de que dentro de obrados no consta la Minuta de Comunicación, que sobre mi caso emitiera y pasara ante ustedes el pleno de la Honorable Cámara de Diputados bajo el N° 515/93-M196, por lo que en primer término, solicito que ustedes señores magistrados, exijan a la Presidencia de esa Corte Superior la entrega de originales de dicha Minuta de Comunicación, para que conste en obrados. Aclarando que fue el pleno de la Honorable Cámara que aprobó y dispuso dicha Minuta de Comunicación, previa una amplia investigación del caso”. Es más, señalaba que “a mayor abundamiento adjunto fotocopias fotostáticas del informe elevado al pleno de la Cámara por las Comisio-
nes de Derechos Humanos, Constitución y Policial Judicial y Narcotráfico”. En realidad, ese informe no tiene ningún valor, porque puede ser aprobado o rechazado en otras instancias, pero Carlos Valverde lo imponía en sus memoriales, porque sabía el peso que tenían los diputados Juan del Granado y Edil Sandoval Morón dentro del nuevo Gobierno que había tomado posesión el 6 de agosto de 1993. También ofrecía como una ley de cumplimiento obligatorio los proyectos, señalando que “adjunto también los proyectos presentados para la Minuta de Comunicación que finalmente se aprobó por 94 votos del pleno de la Cámara de Diputados, considerando que en sala existían 94 diputados presentes”. En realidad era temeraria la afirmación de que todos los diputados hayan votado por la Minuta de Comunicación, porque de seguro no fue nominal el voto y en el procedimiento parlamentario se señala para la aprobación, “mayoría señor presidente”. Sin embargo, Carlos Valverde Bravo le daba mayor espectacularidad a su memorial, señalando que los 94 diputados en sala habían estado a favor de él, aunque ello tampoco implica que los parlamentarios sean los administradores de justicia, sino que simplemente llamaban la atención sobre ese caso. Solamente la Minuta de Comunicación era una observación que hacían y nada más, debiendo los jueces determinar lo que en derecho correspondía. En otro memorial apuntaba que a los juzgadores les “adjunto las copias de los oficios pasados por el presidente de la Honorable Cámara de Diputados, Dr. Guillermo Bedregal Gutiérrez tanto al Dr. Max Reyes Romero en su condición de presidente de esa Corte de Justicia y al Dr. Ángel Baldivieso, como fiscal general de la República”. ¿Cuál era el valor jurídico de esa carta? Ninguna, pero Carlos Valverde fiel a su estilo, quería hacer aparecer como
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50 El lado oscuro de Carlos Valverde si tuviera el apoyo del presidente de los diputados, Guillermo Bedregal, el cual daba más peso al trámite realizado por cuatro diputados, cuando en realidad esa autoridad está prohibido de votar por alguna minuta o ley, pudiendo solamente hacerlo en caso de empate. Sin embargo, la presión estaba hecha a la medida que quería Carlos Valverde. Finalizaba ese memorial con la amenaza velada. “Creo señores magistrados, es de obligatoria consideración estos elementos de juicio, que ustedes ya deberían conocer, pero que parece no lo conocen oficialmente y por ende deben solicitar a Presidencia se adjunte originales”. En esos términos se dirigía el preso de San Pedro a los administradores de justicia. Ya no había las contradicciones que presentaba en cada escrito, sino que ahora contaba con el respaldo político para presionar, tal como lo hizo con el fiscal Claudio Tórrez Fernández, a quien amenazó con procesarlo por “desoír” la Minuta de Comunicación, la cual la impuso por encima de la Ley 1008. Este es un caso digno de ser analizado por los estudiosos del derecho, para que den una explicación sobre el poder de una Minuta de Comunicación sobre las leyes de una República. De seguro que se obtendrán resultados interesante en ese análisis, aunque un estudiante de primer año de derecho podrá establecer que el instrumento parlamentario no está contado dentro de la jerarquía legal. Pero gracias al instrumento político conseguido, Carlos Valverde terminó con sus contradicciones que a cada rato presentaba a través de sus memoriales. Si se hace un estudio de cada uno de los memoriales presentados, en uno aseguraba una cosa y en otro lo negaba, lo cual hacía presuponer a los juzgadores que estaba involucrado en los delitos de la Ley 1008 y por tanto no lo excluían del proceso.
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Estatuillas incautadas a la red de narcos
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En la defensa de Carlos Valverde para no ser procesado por Ley 1008, mentían a cada rato
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a defensa de Carlos Valverde Bravo, en su participación con la red de narcotraficantes, estuvo basada en mentiras. En sus declaraciones señalaba una cosa y en los memoriales otra, tratando de confundir a quienes lo pusieron
bajo proceso penal en base a la Ley 1008, hasta que los diputados le tiraron ‘el salvavidas’: una Minuta de Comunicación que la usaron como si estuviera por encima de cualquier ley, cuando simplemente era un instrumento parlamentario de observación o recomendación.
CAPÍTULO XVIII
Al final, utilizaron una Resolución Camaral de mentira o ‘trucha’, para dar mayor peso a la exigencia de dar libertad al preso de la cárcel de San Pedro. Carlos Valverde mintió desde el principio en el caso de la red de narcos. Esas mentiras dadas en cada declaración y memorial que presentaba en los estrados judiciales, hacía que los jueces tengan sus dudas sobre su inocencia, ya que todo estaba arrimado en el expediente de más de mil páginas y por tanto, no lo excluían del proceso. PRIMERA MENTIRA Empezó mintiendo desde que estalló el escándalo del denominado caso ‘narcoestatuillas’, donde fue desbaratada la red más grande de narcotraficantes de ese tiempo. A los días de conocerse el operativo ‘gigante blanco’, donde el jefe de la red de narcos fue encontrado con dos credenciales expedidos por el entonces director nacional de Inteligencia del Ministerio de Gobierno, Carlos Valverde Bravo, salió de inmediato a la prensa, a señalar lo siguiente: “Hernando Gutiérrez lo visitó en la ciudad de La Paz y le comentó que alquilaba un hangar a la DEA en el aeropuerto El Trompillo, promovía negocios de la venta de gas al Paraguay y se dedicaba a la compra y venta de automóviles. Fue de esa forma que le solicitó cooperación para trasladar un automóvil marca Fiat desde Santa Cruz hasta La Paz, para
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52 El lado oscuro de Carlos Valverde venderlo allá, por esa razón le entregó los documentos, para que en el camino, nadie lo molestara, pensando que se trataba de alguna movilidad robada”. Sin embargo, el jefe de la red de narcos, el 23 de octubre, a los tres días de su detención, respecto al auto sostuvo: “El carro blindado fue importado de Italia y se hizo una demostración a funcionarios de la Presidencia de la República del anterior Gobierno, señores mayor de la Policía Espinoza y el señor Negro Ruiz, en esa oportunidad después de haber demostrado las cualidades del vehículo, ellos retornan a la ciudad de La Paz, el señor Ruiz me comunica que había interés de comprar este carro blindado y por este motivo compro a pedido de ellos el carro no blindado y lo pinto del mismo color que el otro, ya que se necesitaba este para la escolta; ambos carros los llevé a la ciudad de La Paz, donde en las pruebas que se hicieron al carro blindado se le funde el sistema de embrague”. En noviembre, cuando hace su declaración Carlos Valverde a los investigadores del caso, se cuelga de las declaraciones del jefe de la red y manifestó que: “Debo manifestar que cuando yo llegué a la Dirección de Inteligencia las credenciales ya estaban hechas y que yo no mandé a hacer una credencial más; obviamente que en el caso de Nando Gutiérrez, la credencial fue otorgada para el traslado del vehículo a la ciudad de La Paz específicamente”. Nótese que Carlos Valverde primero dijo que protegió el traslado de un auto robado, pero cuando el jefe de la red señala que debía llevar los vehículos a la ciudad de La Paz, pero que no pidió ninguna credencial para tal efecto, otra vez el ahora comunicador social señala que él dio las credenciales para ese traslado. SEGUNDA MENTIRA Carlos Valverde Bravo fue in-
amosos NARCOS Valverde, en un memorial da a entender que el jefe de la red era un funcionario del Ministerio de Gobierno y que además estaba impago. Lo retrata de la siguiente manera: “Al cesar mi mandato, por renuncia presentada del cargo que desempeñaba al ministro del Interior que cesó en sus funciones, quedaron revocadas y sin valor alguno los credenciales que habíamos expedido al o los funcionarios de Inteligencia; a los funcionarios a los que se le caducó la credencial se encuentran impagos por los servicios que prestaron desde mediados de julio hasta el 6 de agosto del año en curso”
terrogado sobre otras personas a las que entregó credenciales. Contestó: “A la pregunta debo indicar que puede ser que haya entregado una credencial a Róger Landívar Landívar y otras a personas que no recuerdo”. Más adelante, manifestó: “Respecto a las otras personas que pude haber entregado (las credenciales), siempre les solicité que tengan cuidado y discreción en el uso del credencial”. En esa primera declaración confiesa que había entregado varias credenciales a los miembros de la red de narcotraficantes e incluso que había conversado con ellos para darle legitimidad al uso de esos documentos. Sin embargo, en un memorial dirigido al Presidente de la Corte Superior del Distrito, a quien pedía le den libertad manifestó que “retrotraigo la declaración de que hubiera otra credencial”. Agregó que “niego que hubiera otorgado otros documentos o permitido que se falsifiquen, porque
tales actos no ocurrieron”. Sin embargo, el auto de procesamiento dictado por el Juzgado Primero de Partido de Sustancias Controladas, establece que Carlos Valverde debía ser juzgado por la Ley 1008, por haber extendido credenciales al jefe de la red de narcos, al cajero de la organización y a otras personas no identificadas. TERCERA MENTIRA Carlos Valverde Bravo, en un memorial señaló que las necesidades urgentes de su servicio, obligó a que se contratara a una infinidad de personas de diverso nivel social, para que colaboren o actúen en la condición de informantes, agente encubiertos. “Las personas que ingresaron a prestar tales servicios no podían realizar actos contrarios a las leyes, menos apartarse de las instrucciones impartidas”, Es más, Valverde en un memorial da a entender que el jefe de la red era un funcionario del Ministerio de Gobierno y que además esta-
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ba impago. Lo retrata de la siguiente manera: “Al cesar mi mandato, por renuncia presentada del cargo que desempeñaba al ministro del Interior que cesó en sus funciones, quedaron revocadas y sin valor alguno los credenciales que habíamos expedido al o los funcionarios de Inteligencia; a los funcionarios a los que se le caducó la credencial se encuentran impagos por los servicios que prestaron desde mediados de julio hasta el 6 de agosto del año en curso”. Allí hay dos mentiras. Uno, Carlos Valverde no se fue con el ministro del Interior del MIR, sino que presentó su carta de renuncia al ministro posesionado por Gonzalo Sánchez de Lozada. Por otra parte, al dar a entender que el jefe de la red de narcos era funcionario público, desdice aquella declaración en sentido de que entregó las credenciales por la amistad que tenían ambos y con un fin determinado. Ese hecho se corrobora con otro memorial, donde sostiene que si el jefe de la red hizo mal uso de la credencial, no pueden echarle la culpa a él, que era su jefe en el Ministerio del Interior. Lo sostuvo en los siguientes términos: “Los actos particulares no pueden hacer nacer
derechos ni imponer obligaciones a favor de terceros y mucho menos el superior jerárquico no puede hacer suyo lo resuelto o metido en cualquier delito por el inferior”. CUARTA MENTIRA Carlos Valverde Bravo en sus declaraciones ante los investigadores del caso ‘narcoestatuillas’, manifestó que no tenía ninguna información sobre las actividades del jefe de la red de narcos, “ya que mi función estaba dirigida básicamente al trabajo de control social y de lucha contra el terrorismo”. Sin embargo, en otro memorial se atribuye el desmantelamiento de varias redes de narcotraficantes, que se habían publicado en los medios de comunicación. Pone como su logro la captura en Cochabamba de un narcotraficante que estaba implicado en el caso Huanchaca; que había descubierto que un hombre muerto a tiros en Chapare era sobrino de ‘Techo de Paja’, la detención de un narcotraficante denominado ‘Rey’ Salomón; que consiguió pruebas contra el exjefe del Ministerio del Interior, que aparecía en una agenda de un capo del narcotráfico; además de desbaratar una red de narcotraficantes de cár-
Valverde fue remitido a la justicia ordinaria, según documento
teles colombianos ligados a la mafia italiana. Dentro de sus haberes coloca todos esos casos de narcotráfico, pero ¿jamás conoció sobre la red de narcos que operó con las credenciales otorgadas por el Ministerio del Interior que llevaban la firma de Carlos Valverde Bravo y que además negó haber dedicado su actividad a luchar contra el narcotráfico? Fue otra mentira más encontrada en el abultado expediente del caso ‘narcoestatuillas’. QUINTA MENTIRA La quinta se la puede atribuir al fiscal Victor Hugo Serrano, quien al pedir excluir de la Ley 1008 a Carlos Valverde, copió otra mentira. Señaló que su memorial de exclusión estaba “en base a las consideraciones efectuadas por la propia Cámara de Diputados que emitió una Resolución Camaral y Minuta de Comunicación, donde se reconoce y determina que se hallaba ilegalmente procesado”. Aquello de la Resolución Camaral nunca hubo o no está en el expediente del caso, por lo que era otra mentira que se manejaba en ese proceso, solamente mencionado para dar mayor consistencia a la presión sobre los juzgadores. Manifestó además que “en base a lo determinado por esa Resolución, se han remitido copias fotostáticas pertinentes para las diligencias de policía judicial que se vienen sustanciando en esta Fiscalía, con cuyas conclusiones se remitirán a conocimiento del juez competente”. Nunca se mencionó Resolución Camaral y tampoco colocó el número de la misma, pero fue nombrada por el representante del Ministerio Público. Ni Carlos Valverde usó la mentada Resolución Camaral en su defensa, porque jamás fue aprobada. Solamente se conoce de la Minuta de Comunicación, aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados.
La justicia tarda, pero llega La Razón / Jaime Iturri 18 de mayo de 2012 Prendí mi radio (por la hora no habían comenzado los informativos en televisión) y escuché el relato de lo que pasaba: la refriega, la toma violenta, las declaraciones de un militar cuya empleada doméstica había descubierto en su baño a dos de los guerrilleros (Miguel Northtufter y Luis Caballero Inclan). Esas declaraciones fueron rescatadas por BolPress: “Los ruidos en el techo de mi casa y disparos me despertaron. Lo primero que hice fue bajar al dormitorio de mi papá y preguntarle qué pasaba. La empleada había sido amenazada por dos personas armadas en el pequeño baño (que queda en un corredor abierto, ubicado al nivel del sótano, en relación a la calle Abdón Saavedra). Mi casa estaba ya con varios policías civiles, unos nueve creo, y detuvieron a las dos personas, las maniataron con sus cinturones, creo, y se las llevaron (...) salieron por aquí (señalando una ventana desde su dormitorio en el 2° piso) que da a un techo de calamina y por donde antes habían llegado los dos... Sí, por ahí salieron policías y detenidos. Ya antes se movían en los techos otros policías y se veía una escalera que estaba colocada junto a la casa de abajo, que colinda con la del Sr. Torres... Uno era delgado, de unos 30 años, calvito. El otro era moreno y de baja estatura. Los detenidos (...) se rindieron ante la Policía que les amarró las manos y los sacó como dije. Aún gritaba uno Viva el ELN…”. Luego, esos detenidos y maniatados fueron llevados a la terraza y arrojados desde ahí, según cuentan los testigos. Claro, La Paz es un embudo y desde las casas que están unos metros más arriba se veía todo lo que pasaba. Por qué traigo esta historia, porque quién comandó el operativo y dio todas las órdenes fue Carlos Valverde Bravo, por entonces jefe de Inteligencia de Jaime Paz Zamora, quien se disfraza, hoy por hoy, de periodista y acaba de editar el libro ¡Maten a Rózsa! destinado a sembrar dudas sobre el caso que involucra a mercenarios y a separatistas cruceños. No voy a comentar el libro, lo leí y reí mucho por lo forzadas de las conclusiones, pero sí me gustaría que Valverde ponga el mismo celo en contar toda la verdad de la masacre de la Adbón Saavedra, porque los que tienen techo de vidrio no deberían dedicarse a tirar piedras al cielo.
Inés Paola Acasigüe relata otros matices del método que habrían empleado los interrogadores: “Desde el momento en que me detuvieron, que fue el momento en que salí de la casa, fui objeto de golpes; después he estado en el CEIP en el Ministerio de Inteligencia...”. “..los que me hacían interrogatorios (...) siempre me sacaban de noche y toda la noche me tenían y después me llevaban a un cuarto oscuro que no se veía si era de día o era de noche, no se sabía nada”. “ ..mayormente era esa cuestión de la corriente (...) En el cabello, que eso era en el Ministerio de Inteligencia, donde estaba Carlos Valverde. Me decían: cuál quieres, la 110 o ta 220: porque ahí tenían su enchufe y sus cables y después me querían asfixiar con una toalla”.
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mbos relatos pertenecen al caso de la Comisión Néstor Paz Zamora, que como escribe el periodista Iturri el 18 de mayo del 2012 en el periódico La Razón, el operativo fue comandado por Carlos Valverde Bravo, entonces jefe de Inteligencia del Ministerio del Interior.
El que lee esos relatos, notará que es similar a los hechos en el Hotel Las Américas, tal como lo narra Carlos Valverde en su libro ¡Maten a Rózsa!, como si se recordara del caso que le tocó ejecutar en su gestión y ahora su conciencia lo hace buscar culpables en otras personas, porque QUIEN ECHA SUS CULPAS A OTRO, DESCANSA.