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Especial EFEMÉRIDE DE LA PAZ MARTES 16 DE JULIO DE 2013 / 36 PÁGINAS Marcelo Meneses
San Francisco, una de las referencias icónicas de la ciudad de La Paz.
La Paz: facetas y desafíos de una ciudad cosmopolita l ESPECIAL El gobernador César Cocarico y el alcalde Luis
Revilla plantean, por separado, la necesidad de planificar el crecimiento y desarrollo de la urbe con una mirada metropolitana.
La Paz histórica, cultural, económica, gastronómica, futbolera... personajes y perfiles paceños.
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Especial
Efeméride paceña Archivo Histórico de La Paz
Marcelo Meneses
Imágenes paceñas Además de fotografías tomadas por reporteros gráficos de este medio, en esta edición hay imágenes de La Paz de antaño cedidas por el Archivo Histórico de La Paz, y la portada es obra del fotógrafo Marcelo Meneses.
PRESENTACIÓN
Un homenaje a La Paz cosmopolita E ste trabajo especial preparado por un equipo de periodistas de Página Siete para recordar los 204 años de la gesta libertaria del 16 de julio de 1809 tiene, en su diversidad, un enfoque o eje temático concreto: mirar, analizar y proyectar a La Paz como ciudad cosmopolita y como el eje de una gran zona
liderada por Pedro Domingo Murillo, los historiadores Rossana Barragán y Juan Francisco Bedregal evocan, en sendas reseñas, cómo la ciudad de Nuestra Señora de La Paz estuvo desde su fundación y pasando por los años de luchas emancipadoras llamada a capitanear la convergencia y unidad nacional. La Paz económica: ¿cuál es el futuro de la urbe? ¿Cuán favorable y desfavorable es su condición de “Mirar, analizar y proyectar sede de Gobierno de caa La Paz como ciudad cosmopora a su desarrollo ecolita y como el eje de una gran zonómico y político? na metropolitana”. La Paz gastronómica: por la comida se llega al metropolitana junto a otros corazón. Un recorrido gastronósiete municipios vecinos. mico por algunas de las más coA partir de ello, en las siguien- nocidas ofertas de comida criotes páginas se encontrarán re- lla al paso, da cuenta de los gusportajes y artículos sobre: tos y costumbres de los paceños La Paz histórica: sin perder de y los residentes del interior y exvista los sucesos concretos que terior del país, a la hora de saciar desembocaron en la revolución el hambre.
La Paz cultural: pocas ciudades como ésta son tan propicias para quedar retratadas en el imaginario de literatos, cineastas, músicos y artistas plásticos. La Paz futbolera: tan o más válidos que los símbolos cívicos son los emblemas de la pasión; nada despierta tanto la emotividad de los chukutas como el amor por Bolívar o The Strongest, por el Tigre o la Academia. Junto a estas propuestas, un grupo de intelectuales y analistas aportan a reflejar diferentes facetas como el perfil y la esencia de los paceños, los personajes icónicos de la urbe, o La Paz vista con ojos foráneos. A este repaso global contribuyen las máximas autoridades regionales: el gobernador César Cocarico y el alcalde Luis Revilla, cada uno con su evaluación, proyección y delimitación de objetivos de gestión.
Trabajaron en esta edición especial Editores: Martín Zelaya Sánchez e Ivone Juárez Zeballos. Redactores: Margarita Palacios y Pablo Peralta. Colaboradores y columnistas: Edgar Arandia, Carlos Mesa, Alberto Bonadona, Rossana Barragán, Juan Francisco Bedregal, Luis Rico, Roxana Pomier y Ramón Rocha Monroy. Fotografía: Fredd Ramos, Luis Salazar, Ximena Paredes, Freddy Barragán. Diseño: Edmundo Morales C., Erika Aguilera, Ariel Aldana, Rubén Aruquipa y Loren Carri.
Director: Raúl Peñaranda Undurraga. Asesor Editorial: Juan Eduardo Araos Ch. Jefe de Redacción: Cándido Tancara Castillo. Jefe de Informaciones: Martín Zelaya Sánchez. Editores: Juan Carlos Veliz (Nacional), Marco Zelaya e Ivone Juárez Z. (Suplementos), Marco Belmonte (Economía), Daniela Romero (Seguridad), Alberto Bonadona (análisis económico), Roxana Pomier (Deportes), Ernesto Calizaya (Sociedad), Fernando Chávez V. (Miradas y Gente), Claudia Soruco (temas especiales), Ramón Grimalt (Planeta), Isabel Mercado (Opinión), Carla Hannover (Culturas) y Richard Sánchez (periódico digital). Diseño: Edmundo Morales C. (Director gráfico) Fotografía: Fredd Ramos.
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Especial
Efeméride paceña
Luis Salazar / Página Siete
Una de las tantas vistas imponentes del horizonte paceño; en ese caso, hacia la zona Sur.
Cinco líneas de horizonte l El autor intenta explicar la esencia de La Paz y de los paceños a partir del panorama paisajístico y de la divergencia y convergencia cultural.
L
a presencia del paisaje es apoteósica, el Illimani y la Cordillera Real convierten a los habitantes que los contemplan en pequeños seres, supuestamente repositorios de energía. En la ciudad y el área rural siempre se alude a la energía, como si en cada etapa de la vida en nuestra ciudad debiéramos recargarnos para seguir compartiendo con los gigantes que nos rodean; su hábitat mítico. La hoyada tiene hasta cinco líneas de horizonte, dependiendo de dónde pone los ojos el espectador de la montaña, y como levanta la mirada desde la primera línea de horizonte, la segunda, la tercera, la cuarta y, al llegar, inevitablemente, al cielo límpido y refulgente de los 3.600 metros de altura, altura del vuelo, de los abismos y las profundidades, donde lo de abajo puede ser lo de arriba, donde se expresan visualmente los mundos indígenas. Cuando amanece, una vaporosa neblina cubre la ciudad.
En tanto El Alto ya está moviendo su poderoso músculo, la hoyada se despereza, entonces hay que pararse en el monumento Mama Kh’oa que mira el Illimani desde la Ceja. Desde allí, el deslumbramiento invade nuestro Jacha ajayu: en la línea de horizonte, como un salar de algodones la neblina cubre la ciudad y, enfrente, el Apu protector, el Illimani, fuente de vida eterna, el resplandeciente ordena el caos: más abajo, como si fuera la Mank’a Pacha aparece Chukiwayu marka- La Paz, la ciudad escindida en dos: india y criolla, pre-moderna y globalizada, loca y apacible, observas, entonces, hacia arriba, hacia la Alaxpacha, puedes ver todavía a la luna, resistiéndose a marcharse al otro lado del planeta. Sólo hay que ver las ciudades para verse en un espejo que ordena las cosas. La construcción cultural de la ciudad criolla e indígena produjo comportamientos que van desde la intraculturalidad y la interculturalidad, es decir,
Édgar Arandia Quiroga. Artista plástico y antropólogo
“La ciudad escindida en dos: india y criolla, pre-moderna y globalizada”. desde una visión indígena y desde la influencia occidental, con un resultado, ora híbrido, ora indeterminado, o espacios indígenas intensos que se conectan con los ciclos agrícolas del campo traspolados a la ciudad. Desde los proyectos de vida diferentes que, aun con la Revolución del 52, no pudieron inte-
grarse en un todo, la ciudad fue escenario de dos sociedades paralelas que -hasta ahora- se integran en las fiestas patronales, a las que se agregan nuevos danzarines en cada ciclo de migraciones rurales hacia la urbe. El calendario de las fiestas patronales es intenso, desde enero hasta diciembre, con puntos de inflexión que posibilitan que la ciudad se vuelva un gran patio, donde nos encontramos todos: anata en carnavales, fiesta de la Candelaria, que es una especie de brújula para no perderse, hasta agosto, el mes de la Pachamama y de las vírgenes de las Nieves, de Copacabana, de Urkupiña. El Gran Poder es la gran serpiente, Katari que estrangula la ciudad criolla que la negó. En ese río humano bulle la vida chola, apoderándose de su tierra asfaltada, fundiendo el pasado que mira hacia adelante y el futuro que mira el pasado. Ciudad que construye sus personajes cada día, con la presencia de la chola, mujer aguerrida y que no permite que su
pareja decline y se dé por vencido, generosa como pocas. Sus calles son escaleras de la memoria de las pasiones políticas y de amor a la libertad de sus moradores y transeúntes. Aquí sucede la vida, alucinada y turbulenta. El habitante de la ciudad tiene una identidad indeterminada porque vive entre dos mundos, dos imaginarios que se encuentran y separan en las grandes fiestas patronales; esa pulsión hace que las culturas urbanas se enriquezcan cada día. Es esta alucinante ciudad, con cinco líneas de horizonte y una montaña de una belleza apabullante, en la que los habitantes nos sentimos muy pequeños o muy grandes. A esta La Paz le han cantado Saenz y Cerruto de manera admirable y la ha pintado Borda y otros pintores, entre los que me incluyo, porque es imposible sustraerse a su apoteosis de abigarradas formas de abismo, ladera y planicie y sus habitantes, politizados y siempre buscando algo que no sabemos qué es.
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Especial
Efeméride paceña
Ximena Paredes / Página Siete
César Cocarico, la máxima autoridad departamental paceña.
“La Paz debe avanzar con una visión metropolitana” l El gobernador de La Paz, César Cocarico, considera que la sede de Gobierno debe planificar políticas coordinadas con los siete municipios colindantes. Ivone Juárez Zeballos /La Paz
“
La ciudad de La Paz es un centro económico, no sólo en el departamento, sino también a nivel nacional porque en ella se encuentra un mercado que demanda productos pero, además, porque cuenta con dos cualidades: es la puerta de salida al océano Pacífico y es cosmopolita”, afirma el gobernador César Cocarico. De esa manera, la autoridad plantea el reto de la ciudad de avanzar hacia la consolidación de una gran zona metropolitana con los municipios que la circundan. Para Cocarico, el proceso ya comenzó con el crecimiento de la mancha urbana, que alcanzó a siete municipalidades: Palca, Mecapaca, Achocalla, Viacha, Laja, Pucarani y El Alto. - ¿Cómo avanza el proceso de metropolización? - Además de La Paz, los centros urbanos que se encuentran a su alrededor crecieron progresivamente. Hasta hace 60 años La Paz se concentraba sólo alrededor de la plaza Murillo, pero en las últimas décadas se ha dado un crecimiento importantísimo que trascendió fronteras municipa-
les, formándose así ciudades como El Alto. Nada detuvo ni detiene el crecimiento urbano. Esa expansión se dio a pesar de su topografía tan accidentada y desbordó sus límites hasta llegar a otros municipios. Construir una avenida en esta ciudad es más costoso que en otras urbes, porque generalmente son de subida, pero a pesar de eso y otras condiciones La Paz ha tenido un gran crecimiento, al punto de que ya dio lugar a una metrópoli.
que lleva, por ejemplo, a que la implementación de servicios básicos, como agua y alcantarillado, sea difícil. El Alto, por ejemplo, no puede pensar en una implementación de servicios básicos sólo como ciudad, porque tiene implicancias con Viacha, Laja y Achocalla, así los proyectos en esa área tienen que hacerse de manera conjunta. Otro factor que debilita esta metropolización son las disputas de límites municipales.
- ¿Qué es lo que se necesita para que ese proceso se consolide? - Políticas que no vean a La Paz con una visión municipal, sino como centro de una zona metropolitana. Se precisa una visión de conjunto.
- ¿Qué se debe hacer para superar estos problemas? - Trabajar en políticas de metropolización, comenzando con el tema de los servicios básicos. En el caso de los proble-
- ¿Cuál es la mayor debilidad en este camino? - La división territorial por municipios, que genera bastantes problemas, como la falta de una articulación, lo
“Otro de los factores que debilitan esta metropolización de La Paz es la disputa de límites municipales”.
mas de límites ya se aprobó la ley que establece las delimitaciones territoriales en La Paz y se trabaja en su reglamento. De manera general, necesitamos más unidad, cohesión social y mirar con mayor integralidad al departamento, despojándonos de los colores políticos.
ven en provincia ven que su oportunidad de desarrollo está en la ciudad, donde pueden vender sus productos o definitivamente migrar. Lo mismo ocurre con los hermanos que vienen de otros departamentos y de otros países, a los que La Paz sigue recibiendo.
- ¿Qué fortalezas tiene La Paz para ser centro de una zona metropolitana? - Pese a las muchas dificultades que existe en la comunicación física entre la ciudad y las provincias, porque no se cuenta con buenas carreteras, la sede de Gobierno es el centro económico, no sólo a nivel departamental, sino también nacional porque en ella se encuentra un mercado que demanda productos, pero, además, porque cuenta con dos cualidades: es la puerta de salida al océano Pacífico y es cosmopolita. A esto se suma que las personas que vi-
- Como eje de una metrópoli, ¿hacia dónde debe expandirse la ciudad? - Debe crecer hacia Achocalla y naturalmente lo está haciendo. Aún no se ven urbanizaciones en esa zona, pero no me extrañaría que en unos años los terrenos agrícolas de Achocalla se conviertan en casas con jardines, afectando el sistema productivo. Ese municipio tendrá que ser muy inteligente para diseñar una estrategia de desarrollo municipal, porque no debemos pasar por alto que es uno de los pocos que produce alimentos, y un gran problema de La Paz es que sólo produce el 30% de los alimentos que consume. También se tiene que ver el crecimiento hacia Palca; es más conflictivo hacia Río Abajo y hacia Lipari, porque los terrenos son muy inestables.
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Especial
Especial
Efeméride paceña
Fotos Luis Salazar / Página Siete
El alcalde Luis Revilla en su oficina.
“El futuro de la ciudad está en Hampaturi” l El alcalde Luis Revilla reconoce que la expansión de La Paz aún es desordenada y que se requiere de mucha inversión para reducir riesgos por suelos inestables.
E
l crecimiento urbano en la ciudad de La Paz es caprichoso, desordenado y hasta intrépido. Nada detiene la construcción de viviendas, ni la accidentada geografía de la hoyada ni los cientos de ríos subterráneos y los suelos inestables, que en más de una oportunidad han ocasionado desastres de diversa magnitud. Pero ¿cómo se planifica el crecimiento y la expansión urbana…?, es más, ¿se planifica? El alcalde Luis Revilla explica los problemas que atraviesa su gestión en este campo y asegura que para que el municipio tenga un crecimiento óptimo y seguro, hay que poner los ojos en el distrito de Hampaturi, ubicado al norte de la sede de Gobierno, y que tiene dos factores a su favor: la existencia de amplios terrenos aún sin uso agropecuario ni urbanístico y uno de los mayores
reservorios de agua de la ciudad. ¿Hacia qué zona o distrito debe proyectarse el crecimiento urbano de La Paz? La ciudad puede y debe crecer hacia el distrito de Hampaturi, donde hay vastas extensiones de terreno. Se trata de una zona aún rural que presenta todas las condiciones y alternativas óptimas y necesarias: suelos más estables, reservas de agua por sus cerros con glaciares…. Además, el distrito nos une con Coroico y Caranavi, de la provincia Nor Yungas. La mancha urbana de la ciudad ya está creciendo hacia ese distrito a través de los asentamientos
que comenzaron a avanzar desde la zona norte, desde Achachicala y el Plan Autopista, habitando lugares que hasta hace poco eran considerados rurales. El mapa de La Paz, presentado en pasados días, demuestra este avance de la mancha urbana hacia este distrito y otras zonas más. ¿Cuáles son esas otras zonas? En los últimos 12 años se crearon 100 barrios a los 500 existentes, que hacen un total de 600 ba-
rrios, incluyendo aquellos de zonas que hasta hace poco eran rurales: por ejemplo en Río Abajo, en el sur; Ovejuyo y Alto Calacoto, en el sureste, y Achachicala, en la zona norte, extendiéndose. Es un crecimiento de la mancha urbana rápido y vertiginoso. ¿Y es sostenible este crecimiento? Hacia el sur o el sureste, donde están Río Abajo, Alto Calacoto y Ovejuyo, no, porque se trata de valles que en algún momento no podrán expandirse más; en cambio hacia el norte, sí. Eso indica nuevamente hacia la zona rural de Hampaturi. No se debe olvidar que sólo el 7% del territorio
“La ciudad puede y debe crecer hacia el distrito de Hampaturi, donde hay vastas extensiones de terreno”.
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Efeméride paceña “Tenemos que acostumbrarnos a vivir en una ciudad de riesgos porque en general el suelo no es bueno”.
Ivone Juárez Zeballos /La Paz
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del municipio es área urbana. ¿Y hay planificación para que el crecimiento sea ordenado? Durante décadas el crecimiento de La Paz fue desordenado e inmanejable y aún hoy se hacen y regularizan planimetrías a partir de asentamientos humanos. Sin embargo, desde esta gestión priorizamos la planificación, aprobando planimetrías en áreas aún no habitadas, lo que nos ayudará a ordenar un poco el crecimiento. Este trabajo será fortalecido con un proyecto de ordenamiento y ocupación territorial que incluye el plan quinquenal La Paz 2040, que el Concejo Municipal debe aprobar en los siguientes meses. Será el primer plan de ordenamiento territorial de La Paz, y de Bolivia, que nos permitirá ver hacia dónde vamos y cómo tenemos que mantener el ordenamiento y la planificación adecuada de la ciudad.
¿Las zonas hacia donde se expande la ciudad tienen suelos estables? En términos generales, sí, son zonas por donde puede extenderse la ciudad; sin embargo, eso no implica que no se tenga que realizar inversiones adicionales para garantizar mayor seguridad. Tenemos que acostumbrarnos a vivir en una ciudad de riesgos porque en general el suelo no es bueno, tenemos muchos ríos subterráneos, dificultades con el agua y con los fenómenos naturales. Pese a estas condiciones, estas tres áreas de expansión sí reúnen condiciones mínimas para el crecimiento planificado y óptimo de La Paz.
“No es algo fuera de lógica pensar que en unos años se puede superar los índices y pobreza y marginalidad”.
2040, La Paz con servicios modernos y eficientes
E
l plan quinquenal La Paz 2040 proyecta a la sede de Gobierno como una ciudad con sistema de transporte moderno y masivo, y con servicios básicos eficientes, como la provisión de agua, alcantarillado, energía eléctrica, según afirma el alcalde Luis Revilla. La autoridad municipal señala que su gestión continúa el camino para cumplir esa meta que se inició con el programa Barrios de Verdad, implementado por su antecesor Juan del Granado. Desde que Revilla llegó al cargo, se intervino en 70 zonas con
el mejoramiento de su estructura urbana integral. “La Paz tiene 600 barrios, de los cuales 300 precisan intervenciones integrales en infraestructura urbana, como el alcantarillado, hay viviendas en las laderas que no cuentan con baños en su interior”, indica Revilla. El alcalde añade que se cuenta con presupuesto para intervenir en otros 40 barrios, lo que hace pesar que a ese ritmo en 15 años La Paz podría superar sus condiciones de marginalidad. “No es algo fuera de lógica pensar que en unos años se pue-
de superar los índices y pobreza y marginalidad”, afirma. El sistema de transporte será modernizado con la construcción del teleférico, la implementación de un tren eléctrico y un sistema de buses masivo. El plan quinquenal La Paz 2040 -asegura la autoridad- fue elaborado con la participación de la ciudadanía a través de talleres y otras metodologías que demuestran que los paceños tienen claro qué necesita su ciudad para contar con mejores condiciones de vida. La propuesta está en manos del Concejo Municipal.
Hampaturi El distrito de Hampaturi está ubicado al norte de La Paz y es conocido como una región agropecuaria y turística, donde destaca la laguna de Pampalarama, que se alimenta de los deshielos de la cadena montañosa de la cordillera de los Andes. Cuenta con 32 comunidades que, a través de la ordenanza 192/2012, iniciaron el proceso de saneamiento de tierras y la resolución de problemas de personería jurídica, administración territorial e impuestos. Los límites del distrito están fijados desde la comunidad de Siete Lagunas, que pertenece al distrito Max Paredes, y se extiende por el contorno de los macrodistritos Periférica y San Antonio, hasta el distrito Sur, con la comunidad de Apaña. Las principales comunidades de Hampaturi son Palcoma, Jokonaque, Queñuma, Choquechiwani, Carpani, Lorocota, Hampaturi Chico, Sunturuta, Micaya, Apaña Originario, Chacaltaya, Chuquiaguillo y Achachicala Alto, entre otros.
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Fotos Luis Salazar / Página Siete
El alcalde Luis Revilla en su oficina.
“El futuro de la ciudad está en Hampaturi” l El alcalde Luis Revilla reconoce que la expansión de La Paz aún es desordenada y que se requiere de mucha inversión para reducir riesgos por suelos inestables.
E
l crecimiento urbano en la ciudad de La Paz es caprichoso, desordenado y hasta intrépido. Nada detiene la construcción de viviendas, ni la accidentada geografía de la hoyada ni los cientos de ríos subterráneos y los suelos inestables, que en más de una oportunidad han ocasionado desastres de diversa magnitud. Pero ¿cómo se planifica el crecimiento y la expansión urbana…?, es más, ¿se planifica? El alcalde Luis Revilla explica los problemas que atraviesa su gestión en este campo y asegura que para que el municipio tenga un crecimiento óptimo y seguro, hay que poner los ojos en el distrito de Hampaturi, ubicado al norte de la sede de Gobierno, y que tiene dos factores a su favor: la existencia de amplios terrenos aún sin uso agropecuario ni urbanístico y uno de los mayores
reservorios de agua de la ciudad. ¿Hacia qué zona o distrito debe proyectarse el crecimiento urbano de La Paz? La ciudad puede y debe crecer hacia el distrito de Hampaturi, donde hay vastas extensiones de terreno. Se trata de una zona aún rural que presenta todas las condiciones y alternativas óptimas y necesarias: suelos más estables, reservas de agua por sus cerros con glaciares…. Además, el distrito nos une con Coroico y Caranavi, de la provincia Nor Yungas. La mancha urbana de la ciudad ya está creciendo hacia ese distrito a través de los asentamientos
que comenzaron a avanzar desde la zona norte, desde Achachicala y el Plan Autopista, habitando lugares que hasta hace poco eran considerados rurales. El mapa de La Paz, presentado en pasados días, demuestra este avance de la mancha urbana hacia este distrito y otras zonas más. ¿Cuáles son esas otras zonas? En los últimos 12 años se crearon 100 barrios a los 500 existentes, que hacen un total de 600 ba-
rrios, incluyendo aquellos de zonas que hasta hace poco eran rurales: por ejemplo en Río Abajo, en el sur; Ovejuyo y Alto Calacoto, en el sureste, y Achachicala, en la zona norte, extendiéndose. Es un crecimiento de la mancha urbana rápido y vertiginoso. ¿Y es sostenible este crecimiento? Hacia el sur o el sureste, donde están Río Abajo, Alto Calacoto y Ovejuyo, no, porque se trata de valles que en algún momento no podrán expandirse más; en cambio hacia el norte, sí. Eso indica nuevamente hacia la zona rural de Hampaturi. No se debe olvidar que sólo el 7% del territorio
“La ciudad puede y debe crecer hacia el distrito de Hampaturi, donde hay vastas extensiones de terreno”.
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Efeméride paceña “Tenemos que acostumbrarnos a vivir en una ciudad de riesgos porque en general el suelo no es bueno”.
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del municipio es área urbana. ¿Y hay planificación para que el crecimiento sea ordenado? Durante décadas el crecimiento de La Paz fue desordenado e inmanejable y aún hoy se hacen y regularizan planimetrías a partir de asentamientos humanos. Sin embargo, desde esta gestión priorizamos la planificación, aprobando planimetrías en áreas aún no habitadas, lo que nos ayudará a ordenar un poco el crecimiento. Este trabajo será fortalecido con un proyecto de ordenamiento y ocupación territorial que incluye el plan quinquenal La Paz 2040, que el Concejo Municipal debe aprobar en los siguientes meses. Será el primer plan de ordenamiento territorial de La Paz, y de Bolivia, que nos permitirá ver hacia dónde vamos y cómo tenemos que mantener el ordenamiento y la planificación adecuada de la ciudad.
¿Las zonas hacia donde se expande la ciudad tienen suelos estables? En términos generales, sí, son zonas por donde puede extenderse la ciudad; sin embargo, eso no implica que no se tenga que realizar inversiones adicionales para garantizar mayor seguridad. Tenemos que acostumbrarnos a vivir en una ciudad de riesgos porque en general el suelo no es bueno, tenemos muchos ríos subterráneos, dificultades con el agua y con los fenómenos naturales. Pese a estas condiciones, estas tres áreas de expansión sí reúnen condiciones mínimas para el crecimiento planificado y óptimo de La Paz.
“No es algo fuera de lógica pensar que en unos años se puede superar los índices y pobreza y marginalidad”.
2040, La Paz con servicios modernos y eficientes
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l plan quinquenal La Paz 2040 proyecta a la sede de Gobierno como una ciudad con sistema de transporte moderno y masivo, y con servicios básicos eficientes, como la provisión de agua, alcantarillado, energía eléctrica, según afirma el alcalde Luis Revilla. La autoridad municipal señala que su gestión continúa el camino para cumplir esa meta que se inició con el programa Barrios de Verdad, implementado por su antecesor Juan del Granado. Desde que Revilla llegó al cargo, se intervino en 70 zonas con
el mejoramiento de su estructura urbana integral. “La Paz tiene 600 barrios, de los cuales 300 precisan intervenciones integrales en infraestructura urbana, como el alcantarillado, hay viviendas en las laderas que no cuentan con baños en su interior”, indica Revilla. El alcalde añade que se cuenta con presupuesto para intervenir en otros 40 barrios, lo que hace pesar que a ese ritmo en 15 años La Paz podría superar sus condiciones de marginalidad. “No es algo fuera de lógica pensar que en unos años se pue-
de superar los índices y pobreza y marginalidad”, afirma. El sistema de transporte será modernizado con la construcción del teleférico, la implementación de un tren eléctrico y un sistema de buses masivo. El plan quinquenal La Paz 2040 -asegura la autoridad- fue elaborado con la participación de la ciudadanía a través de talleres y otras metodologías que demuestran que los paceños tienen claro qué necesita su ciudad para contar con mejores condiciones de vida. La propuesta está en manos del Concejo Municipal.
Hampaturi El distrito de Hampaturi está ubicado al norte de La Paz y es conocido como una región agropecuaria y turística, donde destaca la laguna de Pampalarama, que se alimenta de los deshielos de la cadena montañosa de la cordillera de los Andes. Cuenta con 32 comunidades que, a través de la ordenanza 192/2012, iniciaron el proceso de saneamiento de tierras y la resolución de problemas de personería jurídica, administración territorial e impuestos. Los límites del distrito están fijados desde la comunidad de Siete Lagunas, que pertenece al distrito Max Paredes, y se extiende por el contorno de los macrodistritos Periférica y San Antonio, hasta el distrito Sur, con la comunidad de Apaña. Las principales comunidades de Hampaturi son Palcoma, Jokonaque, Queñuma, Choquechiwani, Carpani, Lorocota, Hampaturi Chico, Sunturuta, Micaya, Apaña Originario, Chacaltaya, Chuquiaguillo y Achachicala Alto, entre otros.
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Efeméride paceña
Freddy Barragán / Página Siete
Ximena Paredes / Página Siete
Freddy Barragán / Página Siete
Ante el adiós a la hegemonía política La avenida Kantutani, que conduce a la zona Sur, la más moderna y próspera. Fredd Ramos / Página Siete
Una imponente mirada del centro de la ciudad desde una ladera.
Factores y cualidades de la gran urbe boliviana
La Paz: ciudad de otro orden, ciudad cosmopolita l Si bien es una urbe con características de modernidad, sus rasgos topográficos y migratorios le dan un aire diferente del de otras metrópolis e inciden en su avance. Ivone Juárez Zeballos / La Paz
A
204 años de haber sido cuna de uno de los primeros gritos libertarios de América, La Paz aún es una ciudad de contrastes donde, como en 1809, todavía las caseras venden sus productos en mercados populares y en calles, pero ahora conviven y compiten en un ambiente cosmopolita con supermercados y modernos centros de comercio y entretenimiento. Las edificaciones modernas y cada vez más altas proliferan y se elevan entre joyas arquitectónicas patrimoniales, casonas envejecidas y detenidas en el tiempo; mientras desde las laderas, miles de viviendas de ladrillo parecen desafiar la gravedad pendiendo en equilibrio de impresionantes montañas, como agarrándose de una urbe que, aunque con dificultades, avanza segura hacia la modernidad. Las costumbres y tradiciones ancestrales se mantienen en esta urbe, pero cada vez se reinventan más, se retroalimentan y toleran hábitos foráneos, contemporáneos para convivir con ellos. Y es que sus cientos de miles de
habitantes tienen diferentes culturas, formas de pensar y vivir: disfrutan de un plato de comida criolla sentados en una acera o bien se deleitan con platillos exóticos de diferentes países en restaurantes sofisticados. El alcalde , Luis Revilla, explica que todas estas características forman parte de la esencia e identidad cosmopolita de la urbe paceña. Recuerda que la capital fue fundada como ciudad de tránsito entre las minas y los puertos del océano Pacífico, lo que le permitió conocer otras culturas y formas de vida ya en los inicios de la época colonial; y esta característica no ha cambiado con el paso de los años. “Por eso, dentro de su identidad, La Paz tiene el ser cosmopolita y el recibir con los brazos abiertos a todos los que llegan e incorporarlos a su vida cotidiana”, asegura. Vital para mantener esta característica es
la interacción total y permanente. La arquitecta y psicóloga Jenny Vargas explica que las condiciones de urbanismo de la ciudad (zonas populares en las laderas y barrios residenciales en la parte baja) permiten que todos tengan un permanente contacto visual, un “acercamiento social”. Al referirse a la convivencia de diferentes formas de pensar y vivir, Vargas explica que “se trata de una lógica entre el presente y el pasado, entre la innovación y el rescate cultural, que responde a la esencia de una sociedad cosmopolita, donde sus habitantes respetan y responden las líneas de su existencia, debido al efecto de la globalización”.
“Dentro de su identidad, La Paz tiene el ser cosmopolita y el recibir con los brazos abiertos a todos los que llegan”.
Diversidad Una de las características más perceptibles de La Paz como metrópoli es la convivencia de diferentes culturas y cosmovisiones, a lo que el antropólogo Milton Eizaguirre denomina un alto grado de interculturalidad que, en determinado momento, genera problemas urbanísticos y retrasa el crecimiento y avance. “La Paz tiene migrantes del altiplano, de los valles, de los Yungas y otras regiones que no responden a una sola lógica y que así, en su intención natural de dominar su espacio, formaron espectros urbanos que responden a su lugar de origen; por eso construyen, por ejemplo, casas sin alcantarillado, igual que en el área rural, lo que a la larga provoca accidentes geológicos”, señala. De la misma forma -añadeestos migrantes atienden también sus necesidades que las autoridades
“Se trata de una lógica entre el presente y el pasado, entre la innovación y el rescate cultural de la esencia”.
son incapaces de solucionar, lo que genera muchas veces caos y desorden. “Si no hay transporte a determinado lugar, a alguien se le ocurre comprar un minibús y soluciona el problema como lo haría en el área rural, sin tomar en cuenta la planificación”. Para enfrentar estos problemas, el antropólogo cree necesario urbanizar a los migrantes desde la escuela para ayudarles a posicionarse en un espacio más grande y más complejo que el rural. Sin embargo, para Eizaguirre, las contradicciones en cierto modo también ayudan al desarrollo con la lógica de la organización rural: los sindicatos o juntas vecinales que “replican la lógica del trabajo comunitario”. Visiones e interpretaciones “La ciudad de La Paz es todo un espectáculo cuando es vista desde la bajada de El Alto. Su topografía tan singular le da un toque peculiar, enriquecido con esos rasgos indígenas que la hacen única entre otras grandes ciudades de Latinoamérica”, opina, desde Cochabamba, el sociólogo Fernando Mayorga.
La populosa calle peatonal Comercio. Sin embargo, su cualidad como gran urbe es de “otro orden”, continúa: “en las ciudades cosmopolitas predominan los edificios y las autopistas se someten al imperio de los automóviles conducidos a gran velocidad haciendo que el conductor sea invisible. En cambio, en La Paz, la topografía impide el diseño de ese tipo de vías; por tanto, todo transcurre a una velocidad cansina y la vida se percibe nítidamente. A esto se suma la fuerte presencia indígena, lo que la hace una metrópoli de otro orden, con rasgos de premodernidad que enriquecen su perspectiva”. Desde Santa Cruz, el economista Carlos Schlink aporta otra mirada externa. “La Paz aglutina a una gran cantidad de personas de muchas ciudades y de otros países. Así, cuenta con una gran actividad cultural, una variada oferta gastronómica, lugares turísticos y de entretenimiento. Está fuertemente identificada como ciudad cosmopolita, además es un centro geopolítico”. A esas características, Schlink suma la riqueza histórica de la urbe, las costumbres tan diversas de su gente y las ingeniosas actividades económicas. “Su gente es emprendedora y bastante culturizada, se preocupa por su formación profesional y está más adelante que otras ciudades en lo educativo”, acota. La naturaleza se impone En cuanto a las características físicas, Schlink advierte que el
La calle Jaén, una de las más tradicionales y turísticas.
Puntales y frenos para el desarrollo “La Paz siempre será una opción de crecimiento para muchos bolivianos, no sólo por ser sede de Gobierno, sino especialmente por su situación geopolítica: es la puerta de salida al océano Pacífico”, asegura el gobernador César Cocarico. Con esa afirmación la primera autoridad departamental destaca una de las principales oportunidades que hacen a esta ciudad cosmopolita atractiva para la inversión. El economista Carlos Schlink añade que la sede de
crecimiento poblacional y urbanístico no planificado colapsó a la ciudad en su infraestructura, transporte y servicios básicos. La situación empeora, añade, porque al ser sede de Gobierno y concentrar demasiadas potencialidades es blanco de demandas sociales que al expresarse en movilizaciones la dejan paralizada. Mayorga opina que esa debilidad obedece a que a diferencia de otras ciudades cosmopolitas como Brasilia, en Brasil -donde la planificación, la modernidad, la tecnología y la arquitectura hicieron que la racionalidad se impusiera a la naturaleza-, en La Paz la naturaleza se impuso a lo racional.
Gobierno tiene otras potencialidades y ventajas comparativas, como la presencia de las representaciones internacionales, que le permiten establecer relaciones internacionales para la apertura de mercados. Cocarico reconoce que se debe concretar más inversión pública, trabajar en la estabilidad política y disminuir la conflictividad social, garantizar seguridad jurídica a las inversiones y mejorar la estructura caminera y la implementación de servicios.
La arquitecta Jenny Vargas explica que el colapso de la infraestructura vial de La Paz se debe a que fue concebida durante la época colonial mediante el trazo en damero, un diseño a base de calles estrechas para el tránsito de llamas y coches tirados por caballos. “Nunca se pensó en una ciudad en función del automóvil, por eso hoy adolece de vías amplias”, sostiene. El también arquitecto Erick Ribero añade que a esto se suma la topografía caprichosa de muchas zonas paceñas que hace que las avenidas no estén bien estructuradas. Como solución a futuro, Ribero sostiene que las condiciones
topográficas de la sede de Gobierno exigen la construcción de un cinturón perimetral que circunde la urbe, la rehabilitación del tren La Paz - El Alto o la implementación de trenes elevados con la autopista como eje. “La Paz siempre fue un eje de crecimiento y eso no parará y el hecho de que se esté convirtiendo en metrópoli le da muchas oportunidades, pero debe haber un proyecto urbanístico que contemple áreas de crecimiento para las viviendas y la industria”, añade. Remarca que ese proyecto debe estar consensuado y coordinado entre los municipios que circundan a la hoyada (El Alto, Achocalla, Viacha, Palca y Mecapaca) porque es hacia ellos que se extiende la metrópoli. De acuerdo con este profesional y docente universitario, la expansión urbanista hacia las montañas y pendientes de La Paz es un desafío posible, siempre y cuando se aplique la tecnología adecuada y una normativa estricta de construcción. Al respecto, el alcalde Revilla indica que este año el Concejo Municipal tiene la tarea de aprobar una normativa de control y fiscalización de las construcciones. De la misma forma, añade que de acuerdo con el plan quinquenal, en 2040 la urbe tendrá un teleférico, tren eléctrico y un sistema de buses de transporte moderno. “Nuestra visión es una ciudad moderna con servicios públicos modernos y eficientes”, asegura.
Una de las características que hacen a La Paz una ciudad cosmopolita es que es la sede de Gobierno de Bolivia y concentra a las entidades gubernamentales, financieras, diplomáticas y a representaciones de organismos internacionales, además de que hasta hace unos años era la urbe más poblada del país, lo que durante décadas le permitió tener hegemonía y marcar la agenda política. El analista político Carlos Cordero señala que esa característica se convirtió en un imán para la participación ciudadana, especialmente en El Alto –entendido éste como municipio unido a la metrópolique en los últimos años, a través de la movilización social y el peso cuantitativo de su votación en las elecciones, determinó el destino político nacional. Sin embargo, Cordero considera que La Paz, en unos cinco o diez años más, perderá esa cualidad porque Santa Cruz, al ser el departamento más poblado, reclamará el protagonismo y liderazgo nacional, que le facilitará el tener una bancada legislativa similar o mayor a la paceña. “Hoy, Santa Cruz es la locomotora económica del país. Asumió el liderazgo económico y es el departamento con mayor población. Lo único que le falta es asumir el liderazgo político, algo que se dará de manera natural”, vaticina. Considera que La Paz debe tomar esa pérdida de liderazgo político como una oportunidad para dedicarse a planificar y trabajar en su bienestar; mientras que Santa Cruz “debe cambiar de mentalidad y convertirse en el nuevo hermano mayor con una actitud generosa, como lo fue La Paz por más de 100 años”. Por su lado, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, considera que la urbe paceña no sólo tiene un liderazgo político incuestionable, sino que ahora comenzó a construir un liderazgo institucional que “queremos compartir con el conjunto de Bolivia”.
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Efeméride paceña
Freddy Barragán / Página Siete
Ximena Paredes / Página Siete
Freddy Barragán / Página Siete
Ante el adiós a la hegemonía política La avenida Kantutani, que conduce a la zona Sur, la más moderna y próspera. Fredd Ramos / Página Siete
Una imponente mirada del centro de la ciudad desde una ladera.
Factores y cualidades de la gran urbe boliviana
La Paz: ciudad de otro orden, ciudad cosmopolita l Si bien es una urbe con características de modernidad, sus rasgos topográficos y migratorios le dan un aire diferente del de otras metrópolis e inciden en su avance. Ivone Juárez Zeballos / La Paz
A
204 años de haber sido cuna de uno de los primeros gritos libertarios de América, La Paz aún es una ciudad de contrastes donde, como en 1809, todavía las caseras venden sus productos en mercados populares y en calles, pero ahora conviven y compiten en un ambiente cosmopolita con supermercados y modernos centros de comercio y entretenimiento. Las edificaciones modernas y cada vez más altas proliferan y se elevan entre joyas arquitectónicas patrimoniales, casonas envejecidas y detenidas en el tiempo; mientras desde las laderas, miles de viviendas de ladrillo parecen desafiar la gravedad pendiendo en equilibrio de impresionantes montañas, como agarrándose de una urbe que, aunque con dificultades, avanza segura hacia la modernidad. Las costumbres y tradiciones ancestrales se mantienen en esta urbe, pero cada vez se reinventan más, se retroalimentan y toleran hábitos foráneos, contemporáneos para convivir con ellos. Y es que sus cientos de miles de
habitantes tienen diferentes culturas, formas de pensar y vivir: disfrutan de un plato de comida criolla sentados en una acera o bien se deleitan con platillos exóticos de diferentes países en restaurantes sofisticados. El alcalde , Luis Revilla, explica que todas estas características forman parte de la esencia e identidad cosmopolita de la urbe paceña. Recuerda que la capital fue fundada como ciudad de tránsito entre las minas y los puertos del océano Pacífico, lo que le permitió conocer otras culturas y formas de vida ya en los inicios de la época colonial; y esta característica no ha cambiado con el paso de los años. “Por eso, dentro de su identidad, La Paz tiene el ser cosmopolita y el recibir con los brazos abiertos a todos los que llegan e incorporarlos a su vida cotidiana”, asegura. Vital para mantener esta característica es
la interacción total y permanente. La arquitecta y psicóloga Jenny Vargas explica que las condiciones de urbanismo de la ciudad (zonas populares en las laderas y barrios residenciales en la parte baja) permiten que todos tengan un permanente contacto visual, un “acercamiento social”. Al referirse a la convivencia de diferentes formas de pensar y vivir, Vargas explica que “se trata de una lógica entre el presente y el pasado, entre la innovación y el rescate cultural, que responde a la esencia de una sociedad cosmopolita, donde sus habitantes respetan y responden las líneas de su existencia, debido al efecto de la globalización”.
“Dentro de su identidad, La Paz tiene el ser cosmopolita y el recibir con los brazos abiertos a todos los que llegan”.
Diversidad Una de las características más perceptibles de La Paz como metrópoli es la convivencia de diferentes culturas y cosmovisiones, a lo que el antropólogo Milton Eizaguirre denomina un alto grado de interculturalidad que, en determinado momento, genera problemas urbanísticos y retrasa el crecimiento y avance. “La Paz tiene migrantes del altiplano, de los valles, de los Yungas y otras regiones que no responden a una sola lógica y que así, en su intención natural de dominar su espacio, formaron espectros urbanos que responden a su lugar de origen; por eso construyen, por ejemplo, casas sin alcantarillado, igual que en el área rural, lo que a la larga provoca accidentes geológicos”, señala. De la misma forma -añadeestos migrantes atienden también sus necesidades que las autoridades
“Se trata de una lógica entre el presente y el pasado, entre la innovación y el rescate cultural de la esencia”.
son incapaces de solucionar, lo que genera muchas veces caos y desorden. “Si no hay transporte a determinado lugar, a alguien se le ocurre comprar un minibús y soluciona el problema como lo haría en el área rural, sin tomar en cuenta la planificación”. Para enfrentar estos problemas, el antropólogo cree necesario urbanizar a los migrantes desde la escuela para ayudarles a posicionarse en un espacio más grande y más complejo que el rural. Sin embargo, para Eizaguirre, las contradicciones en cierto modo también ayudan al desarrollo con la lógica de la organización rural: los sindicatos o juntas vecinales que “replican la lógica del trabajo comunitario”. Visiones e interpretaciones “La ciudad de La Paz es todo un espectáculo cuando es vista desde la bajada de El Alto. Su topografía tan singular le da un toque peculiar, enriquecido con esos rasgos indígenas que la hacen única entre otras grandes ciudades de Latinoamérica”, opina, desde Cochabamba, el sociólogo Fernando Mayorga.
La populosa calle peatonal Comercio. Sin embargo, su cualidad como gran urbe es de “otro orden”, continúa: “en las ciudades cosmopolitas predominan los edificios y las autopistas se someten al imperio de los automóviles conducidos a gran velocidad haciendo que el conductor sea invisible. En cambio, en La Paz, la topografía impide el diseño de ese tipo de vías; por tanto, todo transcurre a una velocidad cansina y la vida se percibe nítidamente. A esto se suma la fuerte presencia indígena, lo que la hace una metrópoli de otro orden, con rasgos de premodernidad que enriquecen su perspectiva”. Desde Santa Cruz, el economista Carlos Schlink aporta otra mirada externa. “La Paz aglutina a una gran cantidad de personas de muchas ciudades y de otros países. Así, cuenta con una gran actividad cultural, una variada oferta gastronómica, lugares turísticos y de entretenimiento. Está fuertemente identificada como ciudad cosmopolita, además es un centro geopolítico”. A esas características, Schlink suma la riqueza histórica de la urbe, las costumbres tan diversas de su gente y las ingeniosas actividades económicas. “Su gente es emprendedora y bastante culturizada, se preocupa por su formación profesional y está más adelante que otras ciudades en lo educativo”, acota. La naturaleza se impone En cuanto a las características físicas, Schlink advierte que el
La calle Jaén, una de las más tradicionales y turísticas.
Puntales y frenos para el desarrollo “La Paz siempre será una opción de crecimiento para muchos bolivianos, no sólo por ser sede de Gobierno, sino especialmente por su situación geopolítica: es la puerta de salida al océano Pacífico”, asegura el gobernador César Cocarico. Con esa afirmación la primera autoridad departamental destaca una de las principales oportunidades que hacen a esta ciudad cosmopolita atractiva para la inversión. El economista Carlos Schlink añade que la sede de
crecimiento poblacional y urbanístico no planificado colapsó a la ciudad en su infraestructura, transporte y servicios básicos. La situación empeora, añade, porque al ser sede de Gobierno y concentrar demasiadas potencialidades es blanco de demandas sociales que al expresarse en movilizaciones la dejan paralizada. Mayorga opina que esa debilidad obedece a que a diferencia de otras ciudades cosmopolitas como Brasilia, en Brasil -donde la planificación, la modernidad, la tecnología y la arquitectura hicieron que la racionalidad se impusiera a la naturaleza-, en La Paz la naturaleza se impuso a lo racional.
Gobierno tiene otras potencialidades y ventajas comparativas, como la presencia de las representaciones internacionales, que le permiten establecer relaciones internacionales para la apertura de mercados. Cocarico reconoce que se debe concretar más inversión pública, trabajar en la estabilidad política y disminuir la conflictividad social, garantizar seguridad jurídica a las inversiones y mejorar la estructura caminera y la implementación de servicios.
La arquitecta Jenny Vargas explica que el colapso de la infraestructura vial de La Paz se debe a que fue concebida durante la época colonial mediante el trazo en damero, un diseño a base de calles estrechas para el tránsito de llamas y coches tirados por caballos. “Nunca se pensó en una ciudad en función del automóvil, por eso hoy adolece de vías amplias”, sostiene. El también arquitecto Erick Ribero añade que a esto se suma la topografía caprichosa de muchas zonas paceñas que hace que las avenidas no estén bien estructuradas. Como solución a futuro, Ribero sostiene que las condiciones
topográficas de la sede de Gobierno exigen la construcción de un cinturón perimetral que circunde la urbe, la rehabilitación del tren La Paz - El Alto o la implementación de trenes elevados con la autopista como eje. “La Paz siempre fue un eje de crecimiento y eso no parará y el hecho de que se esté convirtiendo en metrópoli le da muchas oportunidades, pero debe haber un proyecto urbanístico que contemple áreas de crecimiento para las viviendas y la industria”, añade. Remarca que ese proyecto debe estar consensuado y coordinado entre los municipios que circundan a la hoyada (El Alto, Achocalla, Viacha, Palca y Mecapaca) porque es hacia ellos que se extiende la metrópoli. De acuerdo con este profesional y docente universitario, la expansión urbanista hacia las montañas y pendientes de La Paz es un desafío posible, siempre y cuando se aplique la tecnología adecuada y una normativa estricta de construcción. Al respecto, el alcalde Revilla indica que este año el Concejo Municipal tiene la tarea de aprobar una normativa de control y fiscalización de las construcciones. De la misma forma, añade que de acuerdo con el plan quinquenal, en 2040 la urbe tendrá un teleférico, tren eléctrico y un sistema de buses de transporte moderno. “Nuestra visión es una ciudad moderna con servicios públicos modernos y eficientes”, asegura.
Una de las características que hacen a La Paz una ciudad cosmopolita es que es la sede de Gobierno de Bolivia y concentra a las entidades gubernamentales, financieras, diplomáticas y a representaciones de organismos internacionales, además de que hasta hace unos años era la urbe más poblada del país, lo que durante décadas le permitió tener hegemonía y marcar la agenda política. El analista político Carlos Cordero señala que esa característica se convirtió en un imán para la participación ciudadana, especialmente en El Alto –entendido éste como municipio unido a la metrópolique en los últimos años, a través de la movilización social y el peso cuantitativo de su votación en las elecciones, determinó el destino político nacional. Sin embargo, Cordero considera que La Paz, en unos cinco o diez años más, perderá esa cualidad porque Santa Cruz, al ser el departamento más poblado, reclamará el protagonismo y liderazgo nacional, que le facilitará el tener una bancada legislativa similar o mayor a la paceña. “Hoy, Santa Cruz es la locomotora económica del país. Asumió el liderazgo económico y es el departamento con mayor población. Lo único que le falta es asumir el liderazgo político, algo que se dará de manera natural”, vaticina. Considera que La Paz debe tomar esa pérdida de liderazgo político como una oportunidad para dedicarse a planificar y trabajar en su bienestar; mientras que Santa Cruz “debe cambiar de mentalidad y convertirse en el nuevo hermano mayor con una actitud generosa, como lo fue La Paz por más de 100 años”. Por su lado, el alcalde de La Paz, Luis Revilla, considera que la urbe paceña no sólo tiene un liderazgo político incuestionable, sino que ahora comenzó a construir un liderazgo institucional que “queremos compartir con el conjunto de Bolivia”.
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Especial
Efeméride paceña
Archivo Histórico de La Paz
Una imagen de la ciudad de La Paz en las primeras décadas del siglo XX.
Elegía de mi ciudad y un poema l Más que un encomio o evocación, una declaración de amor a la urbe sin igual, tan complicada como bella, tan compleja como cautivadora. Elegía
E
s como un sueño. Los picos, las agujas, la nieve, los perfiles mágicos e impensados aparecen y desaparecen como fogonazos cuando la luz del amanecer dibuja ese anillo extraordinario de ocres, grises, negros, marrones, rojos, blancos y azules de intensidades que con el paso de las horas del día mutan como la piel del camaleón. El cielo es la gran pantalla luminosa de este cuadro desafiante. Eléctrico por el azul definitivo del invierno, o amenazante en su negrura en los comienzos oscuros de la tarde de los veranos lluvioso que anegan el suelo, o la acribillan de granizo. Movedizo y turbulento en agosto y septiembre, cuando los vientos transportan las nubes haciendo insólitos y magníficos dibujos por encima de nuestras cabezas. En el ocaso la luz juega a atrapar en cada segundo un fulgor, el del escalofrío. No es que la montaña esté en la ciudad, es que la ciudad está dentro de la montaña, sale de ella, no se explica sin ella. La Paz es, por encima de todo, la montaña, tierra, arcilla, piedra, roca, polvo, limo, lecho de río, escultura de milenios que convive con nosotros, que nos moldea, que nos hace. Los paceños somos, literalmente, hijos de la montaña, parte de ella. La Paz en nosotros es
Poema Te miro horizonte oscuro de humo y melancolía. Recuerdo los sonidos que me quedan de tus noches solapa levantada negro puro sin estrellas viento enredado en las esquinas Imagino el diamante que eres en mis manos. Recorren mis dedos los caminos que llegan a tus puertas. Espero el instante de entrar de nuevo en ti
la vida interminable, es la intensidad, es la tensión, es el amor y el desgarramiento. Es la violencia y es la paz, es voz, es tantas voces que con ellas se hace un grande y casi infinito eco. Es un camino trazado por la sonoridad cortante del aymara, por el castellano invadido de formas indígenas, de giros, de sujetos, predicados y verbos que se construyen de otro modo. Es la ese sibilante, es el susurro y el murmullo, es el grito que nos deja sin aliento. Al pie del Resplandeciente, aún con los rastros del estruendo de la batalla que le dio su
primero suavemente hasta el centro de tus lluvias inclementes para empaparme después con pasión que arremete ¿Qué magia encierran tus rincones azules parientes del espacio? No olvidaré nunca mis huellas en tu entraña ni las tres siluetas de nieve que hipnotizan mis sentidos Te he caminado tanto que me quedé contigo en la memoria de los hombres
nombre entre las espadas toledanas y los yelmos y corazas, en 1548 se hizo “Ciudad de Nuestra Señora de La Paz”, allí en Chuquiago. Eso es la ciudad nominada en ambas lenguas. En ella se construyó la nación de naciones, por ella comenzó a respirar el país. Indígena, colonial, republicana, rebelde, siempre viva. Miro en la ciudad los cabellos negros de azabache, el color intenso de la piel trabajada por el astro mayor, los ojos como ascuas, la nariz ancha y grande, los labios carnosos, los dientes blancos, muy blancos. Es el rostro mestizo de mi ciudad de al-
agotados de hacerte Qué extraño es el hechizo que me llama, ciudad nacida de la guerra, que tengo los minutos inundados de desearte los labios secos sin tu valle Detrás del altiplano desparramada como cayendo me esperas porque siempre esperas los cuerpos de tu cuerpo porque sabes que la muerte se hace amiga debajo de tus cerros
ma profunda, tantas veces atormentada, tantas veces confundida, tantas veces enamorada, tantas veces victoriosa. Hemos construido calles de adoquines que reflejan la luz y molduras y columnas salomónicas, hemos inventado monstruos y ángeles en la piedra, hemos salpicado de colores improbables este lugar dominado por el sino de la tierra, hemos extendido los mercados en las calles con olor a naranja, a limón, a carne y a pescado, hemos tocado y sentido la textura de la papa y el chuño y la tunta. Hemos mirado siempre arriba y hemos hecho
Carlos D. Mesa Gisbert Expresidente de Bolivia
“Un camino trazado por la sonoridad cortante del aymara, por el castellano...”. agujas que se han clavado entre las avenidas como remedando el Alto de las Ánimas. Es en este hervidero en el que se enredan el trabajo de todos los días, las marchas y los estallidos de dinamita, las trompetas y las tubas y las matracas rítmicas de los morenos y sus máscaras sobrecogedoras. Tenemos algún olor de pólvora en la nariz, como lo tenemos del humeante caldo del fricasé salpicado de mote. La Paz, la de la procesión del Señor del Gran Poder y su baile. La Paz encomendada a la montaña, al gran Illimani. La Paz ciudad de mi entraña, ciudad de mi primera mirada, La Paz parte esencial de mis huesos.
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204 E femaños éridede paLa ceñ Paz a La Paz a través de algunas cifras
Departamento 2002 2004 2006 2008 2010 2012 La Paz 41,3 37,4 33,3 31,7 32,2 31,6 El departamento de La Paz recibió este año menos recursos en comparación con Tarija y Santa Cruz. Santa Cruz 26,3 27,2 28,1 29,8 27,9 28,8 El presupuesto departamental de La Paz La base empresarial de La Paz Cochabamba 16,7 14,9 16,4 15,6 17,4 18 (Expresado en millones de bolivianos) Fuente: Elaborado por Nilo Candia con datos de Fundempresa Oruro 3 4,3 4,4 5 5,5 5,5 4500 Resto de 12,7 16,2 17,8 17,9 17 16,1 3.923 departamentos 4000 3500 3000 2500 2000 1500 1000 500 0
La estructura del PIB paceño (en porcentaje)
524
940 783
1.233
1.627
323
Chuquisaca La Paz Cbba. Oruro Potosí Tarija Santa Cruz
480 309 Beni Pando
Fuente: Fundación Jubileo
80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%
7700
1100
20 20
71 71
1111
2001
1188 2003
Sector primario (materias primas)
Sector secundario (Industria)
71 71
1111
18 18
1111
70 70
19 19
2005
2007
1122
69 69
1199 2009
Sector terciario (servicios y comercio)
70
1111
1199 2011
Fuente: Elaborado por Nilo Candia con datos del INE
Ximena Paredes / archivo Página Siete
A la izquierda, dos trabajadores en una industria embotelladora. Luis Salazar / archivo Página Siete
Vista panorámica del centro de la ciudad de La Paz.
Cuatro claves para apuntalar la economía de La Paz l Expertos urgen a impulsar la industria y la agropecuaria, captar capitales privados, obtener mayores recursos estatales y consolidar la interconexión carretera. Pablo Peralta / La Paz
“
Desde el punto de vista económico, como pasa en cuanto volumen poblacional, La Paz ya no tiene el peso específico que tenía tiempo atrás”, sostiene Nilo Candia, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas. De haber aportado el 30% del Producto Interno Bruto nacional en los años 60, hoy el departamento da menos del 27%; y de ser el primer departamento en términos poblacionales, prácticamente durante todo el periodo republicano, en la actualidad -según datos del censo 2012- es el segundo después de Santa Cruz, que también es líder en términos económicos. ¿Hacia dónde va La Paz en lo económico? Candia, junto a René Martínez, analista de Jubileo, y Enrique Velazco, director del Instituto de Asistencia Social Económica y Tecnológica (Inaset), reflexionan en torno a esta
interrogante y sugieren al menos cuatro “acciones clave” para apuntalar el rumbo de la economía paceña de cara al futuro mediato, pero también inmediato: impulsar la industria y la agropecuaria, captar capitales privados, obtener mayores recursos estatales y consolidar la interconexión carretera. “En gran medida La Paz tiene una dinámica económica que gira alrededor de la sede de Gobierno (burocracia estatal, movimiento político, diplomático, servicios, banca, etc.). Esto puede alcanzar para dinamizar la economía de la urbe, de la ciudad capital, pero no la de todo el departamento”, sostiene Martínez. Aproximadamente el 70% del PIB paceño
corresponde al comercio y al sector servicios; mientras que sólo el 19% a la industria. Este último dato deja entrever que sectores que generan dinámica económica, valor agregado, empleo e impuestos “están muy descuidados”, afirma Candia. Asignaturas pendientes Se podría decir entonces, como refiere Velazco, que en la actualidad La Paz mira a su futuro y a su desarrollo “sin norte claro”. O, como sostiene Candia, que la
“En gran medida el departamento tiene una dinámica económica que gira alrededor de la sede de Gobierno”.
economía departamental “no está respondiendo en la lógica de desarrollo futuro”. Pero todo esto, advierten los especialistas, puede cambiarse, teniendo un objetivo definido y generando condiciones para el crecimiento. En ese sentido, aparte de impulsar la industria, una tarea fundamental es la de fortalecer el aparato productivo, con énfasis especial en el sector agropecuario. Martínez considera que las tareas prioritarias en esa senda son: resolver las problemáticas de propiedad comunitaria de la tierra y la tecnificación, porque la actual agricultura en el occidente es precaria. Además, es necesario “impulsar la agroindustria,
“La Paz se caracteriza por tener una institucionalidad bastante antiproductiva y antiemprendedora”.
ya que de esa manera generará importantes excedentes económicos que ayudarán a dinamizar la economía departamental”, afirma. Al respecto, el especialista Adolfo Valdez considera que se puede apostar a producir artículos orgánicos o ecológicos, que vayan dirigidos a “nichos específicos de mercado”, estrategia que ayudará a la competitividad y que puede, además, permitir una diferenciación con la oferta que hacen no sólo otros departamentos, sino también otros países. Redistribución Si de hablar de la economía local se trata, algo importante son los recursos estatales. El departamento de La Paz, que tiene 2,3 millones de habitantes, tiene para este año un presupuesto de 940 millones de bolivianos, mientras que Tarija tiene en sus cuentas 3.923 millones de bolivianos, provenientes de sus reservas hidrocarburíferas, para
El agro es un sector que debe ser mejor aprovechado. sus poco más de 391 mil habitantes. “El desafío para La Paz -sostiene Martínez- está en el pacto fiscal, lograr que se haga una distribución de recursos un poco más justa para que el departamento no quede tan rezagado”. Pero también se debe captar capitales nacionales y extranjeros, y para esto, según los consultados, es necesario contar cuanto antes con una ley de inversiones y luego generar un aparato en función de ello. Velazco afirma que en la actualidad La Paz se caracteriza por tener una institucionalidad bastante “antiproductiva” y “antiemprendedora”. Por ello, el primer desafío en esa materia es revertir esa realidad, para “constituirnos en un departamento amigable a las inversiones”. ¿Pero cuál es la urgencia de poner en marcha estas cuatro medidas u otras que ayuden a diversificar la fuente de ingresos? Candia resume: “En La Paz se ha esta-
do invirtiendo en los últimos años aproximadamente entre 300 y 400 millones de dólares. La Paz para generar crecimiento necesita por lo menos triplicar esa cifra, y desde el punto de vista público es impensable que ello ocurra. Por lo tanto se quiere del apoyo del sector privado”. Velazco añade un elemento que, en su criterio, contribuirá a tener éxito en la transformación de la economía paceña: “El departamento no puede imaginar su desarrollo productivo sin considerar cómo involucrar a sus municipios”. “En la medida en que como departamento no generemos esa visión de desarrollo conjunta a la que puedan sumarse las expectativas del conjunto de los municipios paceños, todo será un esfuerzo bien intencionado, pero que lamentablemente no generará los resultados y los impactos que queremos y necesitamos en el cambio de la matriz productiva”, concluye.
Puntos de vista NILO CANDIA Investigador del IIE-UMSA
L
a Paz concentra aproximadamente el 70% de su población en el área urbana, y sólo alrededor del 30% en el área rural. Si vemos el comportamiento de los últimos censos, esta situación aparentemente no se va a revertir y eso genera problemas estructurales. Al concentrarse tanta población en el área metropolitana se descuida el aparato productivo. Quienes migran del área rural, obviamente se trasladan a la ciudad a engrosar el ejército del sector terciario, que no es de alta calidad.
ENRIQUE VELAZCO Director de Inaset
S
i uno ve los resultados del Pacto por La Paz, el mismo hecho de poner la búsqueda de petróleo en el norte o el desarrollo de la minería por delante de la industrialización y la generación de empleo son rasgos que nos muestran una visión errada del desarrollo. Una visión de desarrollo no precisamente preocupada por crear una institucionalidad adecuada para atraer capitales, generar respeto a las inversiones, pero sobre todo el concepto mismo de qué tipo de desarrollo se quiere.
RENÉ MARTÍNEZ Analista de Jubileo
L
a Gobernación es uno de los principales actores para invertir en los diferentes departamentos, pero el detalle es que en La Paz hay una limitante: no tiene suficientes recursos como Gobernación. Tiene menos que los demás departamentos. En la distribución de los recursos La Paz ha sido uno de los menos favorecidos. El desafío para La Paz está en el pacto fiscal; en sí, lograr que se haga una distribución de recursos un poco mejor para que La Paz no quede tan rezagada al respecto.
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204 E femaños éridede paLa ceñ Paz a La Paz a través de algunas cifras
Departamento 2002 2004 2006 2008 2010 2012 La Paz 41,3 37,4 33,3 31,7 32,2 31,6 El departamento de La Paz recibió este año menos recursos en comparación con Tarija y Santa Cruz. Santa Cruz 26,3 27,2 28,1 29,8 27,9 28,8 El presupuesto departamental de La Paz La base empresarial de La Paz Cochabamba 16,7 14,9 16,4 15,6 17,4 18 (Expresado en millones de bolivianos) Fuente: Elaborado por Nilo Candia con datos de Fundempresa Oruro 3 4,3 4,4 5 5,5 5,5 4500 Resto de 12,7 16,2 17,8 17,9 17 16,1 3.923 departamentos 4000 3500 3000 2500 2000 1500 1000 500 0
La estructura del PIB paceño (en porcentaje)
524
940 783
1.233
1.627
323
Chuquisaca La Paz Cbba. Oruro Potosí Tarija Santa Cruz
480 309 Beni Pando
Fuente: Fundación Jubileo
80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%
7700
1100
20 20
71 71
1111
2001
1188 2003
Sector primario (materias primas)
Sector secundario (Industria)
71 71
1111
18 18
1111
70 70
19 19
2005
2007
1122
69 69
1199 2009
Sector terciario (servicios y comercio)
70
1111
1199 2011
Fuente: Elaborado por Nilo Candia con datos del INE
Ximena Paredes / archivo Página Siete
A la izquierda, dos trabajadores en una industria embotelladora. Luis Salazar / archivo Página Siete
Vista panorámica del centro de la ciudad de La Paz.
Cuatro claves para apuntalar la economía de La Paz l Expertos urgen a impulsar la industria y la agropecuaria, captar capitales privados, obtener mayores recursos estatales y consolidar la interconexión carretera. Pablo Peralta / La Paz
“
Desde el punto de vista económico, como pasa en cuanto volumen poblacional, La Paz ya no tiene el peso específico que tenía tiempo atrás”, sostiene Nilo Candia, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas. De haber aportado el 30% del Producto Interno Bruto nacional en los años 60, hoy el departamento da menos del 27%; y de ser el primer departamento en términos poblacionales, prácticamente durante todo el periodo republicano, en la actualidad -según datos del censo 2012- es el segundo después de Santa Cruz, que también es líder en términos económicos. ¿Hacia dónde va La Paz en lo económico? Candia, junto a René Martínez, analista de Jubileo, y Enrique Velazco, director del Instituto de Asistencia Social Económica y Tecnológica (Inaset), reflexionan en torno a esta
interrogante y sugieren al menos cuatro “acciones clave” para apuntalar el rumbo de la economía paceña de cara al futuro mediato, pero también inmediato: impulsar la industria y la agropecuaria, captar capitales privados, obtener mayores recursos estatales y consolidar la interconexión carretera. “En gran medida La Paz tiene una dinámica económica que gira alrededor de la sede de Gobierno (burocracia estatal, movimiento político, diplomático, servicios, banca, etc.). Esto puede alcanzar para dinamizar la economía de la urbe, de la ciudad capital, pero no la de todo el departamento”, sostiene Martínez. Aproximadamente el 70% del PIB paceño
corresponde al comercio y al sector servicios; mientras que sólo el 19% a la industria. Este último dato deja entrever que sectores que generan dinámica económica, valor agregado, empleo e impuestos “están muy descuidados”, afirma Candia. Asignaturas pendientes Se podría decir entonces, como refiere Velazco, que en la actualidad La Paz mira a su futuro y a su desarrollo “sin norte claro”. O, como sostiene Candia, que la
“En gran medida el departamento tiene una dinámica económica que gira alrededor de la sede de Gobierno”.
economía departamental “no está respondiendo en la lógica de desarrollo futuro”. Pero todo esto, advierten los especialistas, puede cambiarse, teniendo un objetivo definido y generando condiciones para el crecimiento. En ese sentido, aparte de impulsar la industria, una tarea fundamental es la de fortalecer el aparato productivo, con énfasis especial en el sector agropecuario. Martínez considera que las tareas prioritarias en esa senda son: resolver las problemáticas de propiedad comunitaria de la tierra y la tecnificación, porque la actual agricultura en el occidente es precaria. Además, es necesario “impulsar la agroindustria,
“La Paz se caracteriza por tener una institucionalidad bastante antiproductiva y antiemprendedora”.
ya que de esa manera generará importantes excedentes económicos que ayudarán a dinamizar la economía departamental”, afirma. Al respecto, el especialista Adolfo Valdez considera que se puede apostar a producir artículos orgánicos o ecológicos, que vayan dirigidos a “nichos específicos de mercado”, estrategia que ayudará a la competitividad y que puede, además, permitir una diferenciación con la oferta que hacen no sólo otros departamentos, sino también otros países. Redistribución Si de hablar de la economía local se trata, algo importante son los recursos estatales. El departamento de La Paz, que tiene 2,3 millones de habitantes, tiene para este año un presupuesto de 940 millones de bolivianos, mientras que Tarija tiene en sus cuentas 3.923 millones de bolivianos, provenientes de sus reservas hidrocarburíferas, para
El agro es un sector que debe ser mejor aprovechado. sus poco más de 391 mil habitantes. “El desafío para La Paz -sostiene Martínez- está en el pacto fiscal, lograr que se haga una distribución de recursos un poco más justa para que el departamento no quede tan rezagado”. Pero también se debe captar capitales nacionales y extranjeros, y para esto, según los consultados, es necesario contar cuanto antes con una ley de inversiones y luego generar un aparato en función de ello. Velazco afirma que en la actualidad La Paz se caracteriza por tener una institucionalidad bastante “antiproductiva” y “antiemprendedora”. Por ello, el primer desafío en esa materia es revertir esa realidad, para “constituirnos en un departamento amigable a las inversiones”. ¿Pero cuál es la urgencia de poner en marcha estas cuatro medidas u otras que ayuden a diversificar la fuente de ingresos? Candia resume: “En La Paz se ha esta-
do invirtiendo en los últimos años aproximadamente entre 300 y 400 millones de dólares. La Paz para generar crecimiento necesita por lo menos triplicar esa cifra, y desde el punto de vista público es impensable que ello ocurra. Por lo tanto se quiere del apoyo del sector privado”. Velazco añade un elemento que, en su criterio, contribuirá a tener éxito en la transformación de la economía paceña: “El departamento no puede imaginar su desarrollo productivo sin considerar cómo involucrar a sus municipios”. “En la medida en que como departamento no generemos esa visión de desarrollo conjunta a la que puedan sumarse las expectativas del conjunto de los municipios paceños, todo será un esfuerzo bien intencionado, pero que lamentablemente no generará los resultados y los impactos que queremos y necesitamos en el cambio de la matriz productiva”, concluye.
Puntos de vista NILO CANDIA Investigador del IIE-UMSA
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a Paz concentra aproximadamente el 70% de su población en el área urbana, y sólo alrededor del 30% en el área rural. Si vemos el comportamiento de los últimos censos, esta situación aparentemente no se va a revertir y eso genera problemas estructurales. Al concentrarse tanta población en el área metropolitana se descuida el aparato productivo. Quienes migran del área rural, obviamente se trasladan a la ciudad a engrosar el ejército del sector terciario, que no es de alta calidad.
ENRIQUE VELAZCO Director de Inaset
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i uno ve los resultados del Pacto por La Paz, el mismo hecho de poner la búsqueda de petróleo en el norte o el desarrollo de la minería por delante de la industrialización y la generación de empleo son rasgos que nos muestran una visión errada del desarrollo. Una visión de desarrollo no precisamente preocupada por crear una institucionalidad adecuada para atraer capitales, generar respeto a las inversiones, pero sobre todo el concepto mismo de qué tipo de desarrollo se quiere.
RENÉ MARTÍNEZ Analista de Jubileo
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a Gobernación es uno de los principales actores para invertir en los diferentes departamentos, pero el detalle es que en La Paz hay una limitante: no tiene suficientes recursos como Gobernación. Tiene menos que los demás departamentos. En la distribución de los recursos La Paz ha sido uno de los menos favorecidos. El desafío para La Paz está en el pacto fiscal; en sí, lograr que se haga una distribución de recursos un poco mejor para que La Paz no quede tan rezagada al respecto.
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Especial
Efeméride paceña
Página Siete archivo
La avenida Camacho, el “corazón” económico de la sede de Gobierno.
La Paz vive del Estado y para el Estado l En detrimento de su producción e industria -señala el analista-, la sede de Gobierno y, por ende, todo el departamento, se concentran en los servicios.
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o que más se destaca en la actividad económica de la ciudad de La Paz es el aparato estatal. Este sector aporta una quinta parte del PIB departamental y, de esta manera, se constituye en el de mayor importancia. La Paz es fundamentalmente un departamento de prestación de servicios al contar con un 71% del producto generado de esta manera después de descontar los impuestos indirectos al PIB, aspecto que contrasta con Santa Cruz donde los servicios tan sólo significan el 44% de la actividad económica. En los últimos años la tasa de crecimiento del PIB de La Paz ha sido superior a la de otros departamentos. En 2011, La Paz creció un 6,02% superando la media nacional que alcanzó al 5,2%, aunque baja a 4,9% en 2012 y ya no supera la media nacional de 5,18%. Sin embargo, estos niveles de crecimiento se deben más a una mayor actividad estatal y de servicios financieros. El aparato estatal ha crecido 8, 31% y los servicios financieros subieron un 25% en 2012 respecto al año anterior. Mientras que la actividad productiva manufacturera o extractiva muestra índices relativamente bajos o negativos como es el caso de la minería que cayó 3% en 2012. La gran excepción es la construcción que no ha dejado de crecer a tasas verdaderamente espectaculares.
Este sector, después de una caída del 14% en 2006, reaccionó vigorosamente con un crecimiento del 20% en 2007 y con un promedio del 11% entre 2007 y 2012. De acuerdo con un estudio realizado por el Inaset “la economía real de La Paz pierde terreno desde 1988. La industria manufacturera cayó sistemáticamente del 16% del PIB en 1988 a sólo el 9,1% en 2011”. Asimismo, en este largo período, anota el Inaset con datos del PIB a precios de mercado: “los servicios de la administración pública se han mantenido alrededor del 14,8%; el sector primario bajó del 13% al 8,5% entre 1990 y 1998 y luego volvió a subir al 13,8%. Los servicios tienen una contribución relativamente constante de un 45% del PIB hasta el año 2000; desde entonces, caen al 34% en 2011”. No obstante, de acuerdo con el informe presidencial a la Asamblea Legislativa en enero pasado, las exportaciones colocan al departamento en cuarto lugar entre los nueve de Bolivia y muestran un crecimiento substancial al comparar el período 1999 – 2005 con el de 2006-2012. En el primer período La Paz exportó 1.262 millones de dólares y en el segundo 3.610 millones de dólares, lo que significa un incremento del 186% en valor exportado. Estos valores se han visto fuertemente influenciados por el aumento de los precios de las exportaciones de minerales.
Alberto Bonadona Cossío Analista económico
“Las exportaciones colocan al departamento en cuarto lugar a nivel nacional”. Por otra parte, la actividad estatal no sólo marca al departamento en cuanto a creación del PIB departamental. También se destaca la creciente captación de impuestos. En La Paz el 30% del PIB lo constituyen los impuestos indirectos en favor del fisco. Como comparación, en Santa Cruz este tipo de impuestos significa un 25%. El referido estudio del Inaset señala que “La Paz es el mayor contribuyente en el mercado interno. Los datos sobre las recaudaciones de la renta interna por departamento procesados por Udape muestran que en La Paz se recauda la mitad de los ingresos nacionales (sin contar las recaudaciones de la gerencia sectorial de hidrocarburos, GSH, y de las importaciones,
que no están disponibles por departamento)”. Así, destaca que la tributación en La Paz se mantiene en torno al 50% del total de las recaudaciones desde 2006 frente a la de Santa Cruz que ocupa el segundo lugar con una declinante tendencia del 30,6% al 26,8%. De la misma manera Cochabamba, que desde 2008 bajó su participación del 13% al 10,3 en 2011. Lo propio acontece cuando se toman los datos en términos per cápita. El promedio nacional de tributación por persona fue de 54.482 bolivianos en 2011. En cambio en La Paz la media tributada por persona alcanzó a 83.845 bolivianos, “es decir, un 154% la media nacional” o 75% la media de Santa Cruz cuya población tributa un promedio de 61.800 bolivianos. Si los tributos captados en La Paz retornarían al departamento para impulsar la industria manufacturera se podría esperar un futuro más brillante. No es el caso que se vislumbra en la actualidad. Los datos reflejan un extremo caso de desindustrialización. En el caso de la ciudad de La Paz, este rasgo es incluso más notorio no sólo por la creciente actividad estatal sino por el crecimiento del empleo informal. Por otra parte, una actividad que podría contrarrestar la declinación de la industria referida podría ser el turismo. Sin embargo, no es la actividad más privilegiada ni por el sector privado y menos por el apoyo que podría
recibir del Estado central, departamental o local. El crecimiento de restaurantes y hoteles, que es lo que refleja la actividad turística, apenas fue de 3,58% en 2011 y 3,61% en 2012. Lo que reflejan los datos es que La Paz crece por el incremento burocrático del Estado y ésta es la única forma de retribución efectiva que recibe por ser la población que más tributa. Aporta enormemente a la tributación sin que los sectores manufactureros reciban un mayor impulso. La fortaleza que La Paz posee respecto al turismo tampoco logra que este rubro ocupe un lugar privilegiado en cuanto a las políticas que podrían favorecer y orientar el desarrollo de La Paz. En los hechos, la tributación y los niveles que alcanza se puede tomar más como un impedimento al avance de La Paz. La banca crece, en gran medida, como una derivación de las actividades estatales y su centralización en la ciudad de La Paz. Se puede afirmar algo equivalente respecto a la actividad de la construcción. La Paz, para crecer, requiere que se impulse la actividad productiva manufacturera, que se canalicen esfuerzos para aumentar sus exportaciones no tradicionales, que se explote de manera sostenible el turismo y, principalmente, que se reestructuren los impuestos con una visión de incentivo a las actividades productivas.
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Efeméride paceña E
scribir sobre 1809 es un desafío porque se ha escrito y repetido mucho. Desafío porque existen aseveraciones contrapuestas: unos se refieren a las primeras expresiones independentistas mientras que otros, particularmente en las últimas décadas, han considerado que se trata de Juntas que, como todas las que tuvieron lugar en 1808-1809, se levantaron en defensa del rey. Desafío también, porque Murillo ha vuelto a ser cuestionado (junto con el propio movimiento de 1809). Es claro que 1809 no es 1780-1781 y tampoco se puede esperar que fuera un movimiento con demandas que pertenecen a nuestra época. Aquí nos gustaría abordar algunos temas en general poco conocidos por el gran público. Después de un breve recuento de algunas posiciones divergentes, nos referiremos a la existencia de coaliciones territoriales, a la cronología del movimiento y a la búsqueda de alianza con los indígenas. Debates historiográficos La investigación de O’Phelan, una de las mayores especialistas en Túpac Amaru y las rebeliones en el siglo XVIII, recordó que en 1809 el lema de la Junta de La Paz era: “Por el rey, la religión y la patria”. Por su parte, Mendoza se centró en “la fabricación” de un documento, una de las versiones de la llamada Proclama de la Junta Tuitiva (1997). Ambos trabajos cuestionaron el rol “revolucionario” de La Paz en 1809. Sin embargo, José Luis Roca (1998) respondió a Mendoza afirmando categóricamente que los que fueron al cadalso lo hicieron por lo que dijeron, escribieron e hicieron. A pesar de ello, Irurozqui planteó, en 2007, en un artículo, que todo el proceso se dio en defensa del rey y la monarquía haciéndose eco del planteamiento generalizado de considerar a todas las juntas de América entre 1808 y 1810 bajo esta perspectiva. El libro de Just sobre Chuquisaca (1994) quedó de alguna manera solitario: el autor enfatizó no sólo en el carácter radical que se dio en 1809 sino también en la estrecha relación entre Chuquisaca y La Paz. Publicó una serie de documentos muy ricos que nos condujeron a buscar más documentos y en el Archivo General de la Nación nos encontramos con 8.000 a 10.000 hojas sobre La Paz y Chuquisaca, documentación en general poco leída a pesar de conocérsela desde principios del siglo XX. Esta documentación permite nuevas aproximaciones. Por ejemplo, permite señalar que había una “relación” entre La Paz y Chuquisaca, una alianza territorializada en la que participaron diferentes y heterogéneos grupos sociales. El cuadro que emerge es un mosaico complejo de posiciones y es
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Especial
Freddy Barragán / Página Siete
Efeméride paceña Luis Salazar / Página Siete
La emblemática calle Jaén, que se mantiene casi igual que durante los sucesos de 1809.
Andrea Martínez / Página Siete
La urbe con el imponente Illimani en el horizonte.
El actor José Antonio Saavedra personificando a Pedro Domingo Murillo.
1809: Gobiernos autónomos, coaliciones territoriales y alianza con indígenas en el contexto de la Revolución l En este ensayo histórico, la autora aborda los sucesos de la Revolución del 16 de julio de 1809 desde varias facetas novedosas y escasamente conocidas: los antecedentes políticos, la situación geopolítica interna y el rol cada vez más participativo de los líderes originarios. indudable, como sucede en muchos movimientos, que no había una sola visión y que diferentes actores se movilizaron activamente por diversas razones. Es fundamental dejar de pensar en los dos extremos como antagónicos: defensa del rey o independencia. La búsqueda de independencia fue resultado de todo un proceso que no se inicia ni termina con el movimiento del 16 de julio. Finalmente, resulta claro que en la época se dio una coalición entre La Paz y Chuquisaca versus Potosí y Lima (y también Buenos Aires). Dos coaliciones territoriales en alianza y en disputa. En 1809 se dieron alianzas y enfrentamientos de amplios espacios regionales liderados por sus cabeceras: el movimiento en la ciudad de La Paz y sus provincias descabezó a sus autoridades acusándolas de traidoras, en alianza con la ciudad de la Plata y toda la región circundante, frente a la posición que tomó la Intendencia de Potosí encabezada por Francisco de Paula Sanz y Pedro Vicente Cañete que defendieron a las autoridades establecidas. Se trataba indudablemente de la elección entre el estableci-
Rossana Barragán Romano Historiadora
“En 1809 se dieron alianzas y enfrentamientos de amplios espacios regionales”. miento de gobiernos autónomos y/o el mantenimiento de las autoridades establecidas hasta entonces. En esta disputa, ambas coaliciones buscaron ganar hacia sus perspectivas a las restantes regiones, principalmente Cochabamba y Oruro. La máxima autoridad de Potosí apelaría finalmente no sólo a Buenos Aires sino fundamentalmente a Lima y al Virreinato de Perú.
La documentación generada por las autoridades de los virreinatos los acusó de “insurrectos, sediciosos, tumultuarios”y de haber encabezado la “rebelión y la revolución” (estos términos tenían entonces un contenido profundamente despectivo) por la deposición de las máximas autoridades en diferentes lugares y el nombramiento de nuevas, lo que suponía el establecimiento de un gobierno propio, por los aprestos militares, por la alianza de criollos e indígenas y por el gran temor a la repetición de lo que había sucedido en las rebeliones del siglo XVIII pero esta vez en una alianza de no indígenas con los indígenas. La búsqueda de una alianza con los indígenas En este contexto, el movimiento finalmente se develó en La Paz durante la fiesta de la Virgen del Carmen cuando se tomó el cuartel y se depuso a las dos más altas autoridades del poder secular y religioso: el intendente y el obispo. El cabildo, centro y motor del movimiento, convocó a cabildo abierto constituyendo la Junta Tuitiva y Representativa de los Derechos del Pueblo que lanzó un
denominado Plan de Gobierno y que estuvo a cargo de la ciudad durante varios meses. Es conocido que el Plan de Gobierno determinó que se invitara a un representante indígena (un indio noble) a la organización de la Junta Tuitiva (punto 5). De manera explícita se señaló a un indio noble de Omasuyos y a otros dos de Yungas y Sorata. Aparentemente don Gregorio Roxas fue el nombrado por Omasuyos y don José Sanco por Sorata. El elegido por Yungas fue don Francisco Figueroado Ingacollo y Catari, “el mas principal y noble”, del pueblo de Chirca, cuya elección, se dice, causó “el mayor regocijo” en los vecinos y en los naturales procediéndose incluso a una misa tedeum. Aunque no hay mucha más información, se hace referencia también a un “Plan General de Gobierno de los Partidos de Indios”. Pacajes resulta un caso particularmente ilustrativo de las vías a través de las cuales se buscó una articulación. Uno de los involucrados en 1809, e integrante de la Junta, fue Melchor León de la Barra, que había sido cura de Caquiaviri.
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Pero, además, hay indicios de que se procedió también a nombrar a un subdelegado y un protector para cada partido, recayendo estos cargos, para Caquiaviri, en Gabino Estrada y Eusebio Penailillo respectivamente. Se dice que Estrada habló en una gran reunión. Dijo que para establecer su libertad era necesaria “la unión, y estrecha alianza entre los criollos y los indios pues ni los primeros ni los segundos de por sí solos nunca podrán contrarrestar a las fuerzas que traerán los europeos para esclavizarlos y entregarlos a una dominación extraña... ya era llegado el tiempo de sacudir el yugo odioso de los europeos quienes, a pesar de deber a este suelo su fortuna, oprimían a sus naturales tiranamente y pensaban entregarlos a una dominación extranjera y de herejes…”. Se había ordenado también destruir los lugares donde se ejecutaban los castigos “diciendo que se quitase para siempre ese monumento de la tiranía de los europeos en que ejercitaban sus crueldades con los pobres, añadiendo… a los expresados indios, que si vivía el señor Don Fernan-
do VII, serían sus vasallos, pero que si había muerto, ya no tendrían otro rey”. La expresión “ya era llegado el tiempo” rememora la misma frase utilizada en las rebeliones de fines del siglo XVIII. Finalmente, la cita despliega una serie de categorías como indios, criollos, naturales, europeos, herejes, que muestra la complejidad pero también la búsqueda de una alianza. Aparentemente se buscó también la participación activa de los caciques. Melchor Álvarez figura como cacique de Sapaqui, Calamarca, Ayoayo, Caracoto y Chanca; mientras que Luis Balboa lo es de Laja, Pucarani y Guarina; y Francisco Monroy de los indios de San Pedro. Uno de los testigos certificó además que casi todos los caciques de sangre han sido “fomentadores de estas conmociones”. Otro testigo afirmó que se llamaban Comandantes de los Partidos y Parcialidades de indios. La búsqueda de representación se acompañó de políticas concretas a nivel económico. Se ordenó que no se cobrara a los indios alcabalas sobre bayetas, costales, sogas, etcétera, ni sobre granos, car-
“Se hace referencia a un Plan General de Gobierno de los Partidos de Indios”. “La sentencia a la horca a 10 de los principales líderes de los sucesos del 16 de julio”. nes saladas y frescas y todas las demás especies del abasto público, al igual que de la madera y harinas. La única excepción fue el cobro sobre la coca y el aguardiente. Pero en el mes de agosto había ya mucha preocupación porque se decía que había tropas que venían de Oruro por orden de Sanz en Potosí. La Audiencia de La Plata informó sin embargo que había decidido recurrir a un arma poderosa: una Provisión con sello real que ordenaba
al intendente Sanz “cesar en todas las disposiciones”, dictaminando que nadie le prestara auxilio bajo la amenaza de ser declarado traidor al rey y a la Patria. La horca: la condena ejemplarizadora A fines de diciembre se inició el juicio a los rebeldes, culminando exactamente un mes después, el 27 de enero de 1810, con la sentencia a la horca a diez de los principales líderes de los sucesos del 16 de julio de 1809. La horca se asociaba al mayor delito, es decir a la traición, siendo considerada como una pena infamante y de degradación moral o la forma más baja de castigo. Pero además, la horca se aplicaba de preferencia para los plebeyos, mientras que la decapitación era reservada para los hidalgos; el cuerpo de los ahorcados debía ser expuesto, lo que suponía su degradación y su infamia. Así: el 29 de enero de 1810 se ejecutó la sentencia. “Ayer 29 de enero fue el día terrible de esta ciudad de La Paz. A las 5 de la mañana se tocó generala y a las seis se puso un cañón. Los granaderos fueron destinados a sacar los reos, ama-
necieron preparadas cuatro horcas y un tabladillo con banquillos para dar garrote. Manuel Cosío fue el primero que salió a ser espectador de la ejecución tirado por un borrico de albarda”. “Siguió Murillo a quien ahorcaron, sucedieron Juan Antonio Figueroa, Ventura Bueno, Basilio Catacora, Mariano Graneros alias Challatejeta, Melchor Jiménez, Apolinar Jaén, a quienes dieron garrote, los quitaron en la horca. Últimamente sacaron a Gregorio Lanza y a Juan Bautista Sagárnaga, a quienes dieron garrote, habiendo sido degradado militarmente este último del empleo de alférez de delante de las banderas. A las 12 del día se concluyeron con los suplicios. Quizá la América no ha visto ejecución más seria y respetable. Todos los reos manifestaron valor y conformidad y estar bien dispuestos”. Luego de haber dado muerte a los nueve principales líderes, se colgaron sus cuerpos en la plaza, descolgándolos al caer la noche para enterrarlos. Pero antes, la cabeza de Murillo se colgó en El Alto y la de Jaén a la entrada hacia Coroico, para público escarmiento. El 28 de febrero de 1810 se emitió la sentencia para los demás cómplices o involucrados en el movimiento de julio –que sumaban ochenta en total, condenándolos en su gran mayoría al destierro en las Malvinas o en Filipinas. El 7 de marzo de 1810, José Manuel de Goyeneche dejaba la ciudad con gran satisfacción por su obra restauradora. El virrey Abascal de Perú dejó un informe relativamente detallado de su gobierno y en él describió y calificó a los sucesos del 16 de julio como insurrección - tumulto - sedición - revolución - infame crimen de rebelión. Describió lo sucedido con la metáfora de que se había experimentado “la Tea de la Revolución”, recurriendo a un término que se había utilizado en el propio juicio. ¿Qué pacificación? ¿qué final? La “pacificación” realizada por Goyeneche en 1810 supuso sólo unos meses. Tanto Cáceres como Gabino Estrada, es decir los involucrados en Pacajes en 1809, participaron en la conspiración y sublevación indígena en 1810 que en realidad reúne movimientos articulados: una conspiración descubierta en abril 1810 en Toledo, Oruro, relacionada con un movimiento liderado por Andrés Jiménez de León y Mancocapac que planteaba el retorno del inca y que aparentemente estuvo en relación con Cáceres (ver Arze 1979-1987 y Soux 2009 y 2011). En agosto de 1811 se dio un nuevo cerco a la ciudad de La Paz y toda esta etapa se inserta ya en el contexto y en articulación a lo sucedido en Buenos Aires en mayo de 1810.
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Efeméride paceña E
scribir sobre 1809 es un desafío porque se ha escrito y repetido mucho. Desafío porque existen aseveraciones contrapuestas: unos se refieren a las primeras expresiones independentistas mientras que otros, particularmente en las últimas décadas, han considerado que se trata de Juntas que, como todas las que tuvieron lugar en 1808-1809, se levantaron en defensa del rey. Desafío también, porque Murillo ha vuelto a ser cuestionado (junto con el propio movimiento de 1809). Es claro que 1809 no es 1780-1781 y tampoco se puede esperar que fuera un movimiento con demandas que pertenecen a nuestra época. Aquí nos gustaría abordar algunos temas en general poco conocidos por el gran público. Después de un breve recuento de algunas posiciones divergentes, nos referiremos a la existencia de coaliciones territoriales, a la cronología del movimiento y a la búsqueda de alianza con los indígenas. Debates historiográficos La investigación de O’Phelan, una de las mayores especialistas en Túpac Amaru y las rebeliones en el siglo XVIII, recordó que en 1809 el lema de la Junta de La Paz era: “Por el rey, la religión y la patria”. Por su parte, Mendoza se centró en “la fabricación” de un documento, una de las versiones de la llamada Proclama de la Junta Tuitiva (1997). Ambos trabajos cuestionaron el rol “revolucionario” de La Paz en 1809. Sin embargo, José Luis Roca (1998) respondió a Mendoza afirmando categóricamente que los que fueron al cadalso lo hicieron por lo que dijeron, escribieron e hicieron. A pesar de ello, Irurozqui planteó, en 2007, en un artículo, que todo el proceso se dio en defensa del rey y la monarquía haciéndose eco del planteamiento generalizado de considerar a todas las juntas de América entre 1808 y 1810 bajo esta perspectiva. El libro de Just sobre Chuquisaca (1994) quedó de alguna manera solitario: el autor enfatizó no sólo en el carácter radical que se dio en 1809 sino también en la estrecha relación entre Chuquisaca y La Paz. Publicó una serie de documentos muy ricos que nos condujeron a buscar más documentos y en el Archivo General de la Nación nos encontramos con 8.000 a 10.000 hojas sobre La Paz y Chuquisaca, documentación en general poco leída a pesar de conocérsela desde principios del siglo XX. Esta documentación permite nuevas aproximaciones. Por ejemplo, permite señalar que había una “relación” entre La Paz y Chuquisaca, una alianza territorializada en la que participaron diferentes y heterogéneos grupos sociales. El cuadro que emerge es un mosaico complejo de posiciones y es
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Efeméride paceña Luis Salazar / Página Siete
La emblemática calle Jaén, que se mantiene casi igual que durante los sucesos de 1809.
Andrea Martínez / Página Siete
La urbe con el imponente Illimani en el horizonte.
El actor José Antonio Saavedra personificando a Pedro Domingo Murillo.
1809: Gobiernos autónomos, coaliciones territoriales y alianza con indígenas en el contexto de la Revolución l En este ensayo histórico, la autora aborda los sucesos de la Revolución del 16 de julio de 1809 desde varias facetas novedosas y escasamente conocidas: los antecedentes políticos, la situación geopolítica interna y el rol cada vez más participativo de los líderes originarios. indudable, como sucede en muchos movimientos, que no había una sola visión y que diferentes actores se movilizaron activamente por diversas razones. Es fundamental dejar de pensar en los dos extremos como antagónicos: defensa del rey o independencia. La búsqueda de independencia fue resultado de todo un proceso que no se inicia ni termina con el movimiento del 16 de julio. Finalmente, resulta claro que en la época se dio una coalición entre La Paz y Chuquisaca versus Potosí y Lima (y también Buenos Aires). Dos coaliciones territoriales en alianza y en disputa. En 1809 se dieron alianzas y enfrentamientos de amplios espacios regionales liderados por sus cabeceras: el movimiento en la ciudad de La Paz y sus provincias descabezó a sus autoridades acusándolas de traidoras, en alianza con la ciudad de la Plata y toda la región circundante, frente a la posición que tomó la Intendencia de Potosí encabezada por Francisco de Paula Sanz y Pedro Vicente Cañete que defendieron a las autoridades establecidas. Se trataba indudablemente de la elección entre el estableci-
Rossana Barragán Romano Historiadora
“En 1809 se dieron alianzas y enfrentamientos de amplios espacios regionales”. miento de gobiernos autónomos y/o el mantenimiento de las autoridades establecidas hasta entonces. En esta disputa, ambas coaliciones buscaron ganar hacia sus perspectivas a las restantes regiones, principalmente Cochabamba y Oruro. La máxima autoridad de Potosí apelaría finalmente no sólo a Buenos Aires sino fundamentalmente a Lima y al Virreinato de Perú.
La documentación generada por las autoridades de los virreinatos los acusó de “insurrectos, sediciosos, tumultuarios”y de haber encabezado la “rebelión y la revolución” (estos términos tenían entonces un contenido profundamente despectivo) por la deposición de las máximas autoridades en diferentes lugares y el nombramiento de nuevas, lo que suponía el establecimiento de un gobierno propio, por los aprestos militares, por la alianza de criollos e indígenas y por el gran temor a la repetición de lo que había sucedido en las rebeliones del siglo XVIII pero esta vez en una alianza de no indígenas con los indígenas. La búsqueda de una alianza con los indígenas En este contexto, el movimiento finalmente se develó en La Paz durante la fiesta de la Virgen del Carmen cuando se tomó el cuartel y se depuso a las dos más altas autoridades del poder secular y religioso: el intendente y el obispo. El cabildo, centro y motor del movimiento, convocó a cabildo abierto constituyendo la Junta Tuitiva y Representativa de los Derechos del Pueblo que lanzó un
denominado Plan de Gobierno y que estuvo a cargo de la ciudad durante varios meses. Es conocido que el Plan de Gobierno determinó que se invitara a un representante indígena (un indio noble) a la organización de la Junta Tuitiva (punto 5). De manera explícita se señaló a un indio noble de Omasuyos y a otros dos de Yungas y Sorata. Aparentemente don Gregorio Roxas fue el nombrado por Omasuyos y don José Sanco por Sorata. El elegido por Yungas fue don Francisco Figueroado Ingacollo y Catari, “el mas principal y noble”, del pueblo de Chirca, cuya elección, se dice, causó “el mayor regocijo” en los vecinos y en los naturales procediéndose incluso a una misa tedeum. Aunque no hay mucha más información, se hace referencia también a un “Plan General de Gobierno de los Partidos de Indios”. Pacajes resulta un caso particularmente ilustrativo de las vías a través de las cuales se buscó una articulación. Uno de los involucrados en 1809, e integrante de la Junta, fue Melchor León de la Barra, que había sido cura de Caquiaviri.
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Pero, además, hay indicios de que se procedió también a nombrar a un subdelegado y un protector para cada partido, recayendo estos cargos, para Caquiaviri, en Gabino Estrada y Eusebio Penailillo respectivamente. Se dice que Estrada habló en una gran reunión. Dijo que para establecer su libertad era necesaria “la unión, y estrecha alianza entre los criollos y los indios pues ni los primeros ni los segundos de por sí solos nunca podrán contrarrestar a las fuerzas que traerán los europeos para esclavizarlos y entregarlos a una dominación extraña... ya era llegado el tiempo de sacudir el yugo odioso de los europeos quienes, a pesar de deber a este suelo su fortuna, oprimían a sus naturales tiranamente y pensaban entregarlos a una dominación extranjera y de herejes…”. Se había ordenado también destruir los lugares donde se ejecutaban los castigos “diciendo que se quitase para siempre ese monumento de la tiranía de los europeos en que ejercitaban sus crueldades con los pobres, añadiendo… a los expresados indios, que si vivía el señor Don Fernan-
do VII, serían sus vasallos, pero que si había muerto, ya no tendrían otro rey”. La expresión “ya era llegado el tiempo” rememora la misma frase utilizada en las rebeliones de fines del siglo XVIII. Finalmente, la cita despliega una serie de categorías como indios, criollos, naturales, europeos, herejes, que muestra la complejidad pero también la búsqueda de una alianza. Aparentemente se buscó también la participación activa de los caciques. Melchor Álvarez figura como cacique de Sapaqui, Calamarca, Ayoayo, Caracoto y Chanca; mientras que Luis Balboa lo es de Laja, Pucarani y Guarina; y Francisco Monroy de los indios de San Pedro. Uno de los testigos certificó además que casi todos los caciques de sangre han sido “fomentadores de estas conmociones”. Otro testigo afirmó que se llamaban Comandantes de los Partidos y Parcialidades de indios. La búsqueda de representación se acompañó de políticas concretas a nivel económico. Se ordenó que no se cobrara a los indios alcabalas sobre bayetas, costales, sogas, etcétera, ni sobre granos, car-
“Se hace referencia a un Plan General de Gobierno de los Partidos de Indios”. “La sentencia a la horca a 10 de los principales líderes de los sucesos del 16 de julio”. nes saladas y frescas y todas las demás especies del abasto público, al igual que de la madera y harinas. La única excepción fue el cobro sobre la coca y el aguardiente. Pero en el mes de agosto había ya mucha preocupación porque se decía que había tropas que venían de Oruro por orden de Sanz en Potosí. La Audiencia de La Plata informó sin embargo que había decidido recurrir a un arma poderosa: una Provisión con sello real que ordenaba
al intendente Sanz “cesar en todas las disposiciones”, dictaminando que nadie le prestara auxilio bajo la amenaza de ser declarado traidor al rey y a la Patria. La horca: la condena ejemplarizadora A fines de diciembre se inició el juicio a los rebeldes, culminando exactamente un mes después, el 27 de enero de 1810, con la sentencia a la horca a diez de los principales líderes de los sucesos del 16 de julio de 1809. La horca se asociaba al mayor delito, es decir a la traición, siendo considerada como una pena infamante y de degradación moral o la forma más baja de castigo. Pero además, la horca se aplicaba de preferencia para los plebeyos, mientras que la decapitación era reservada para los hidalgos; el cuerpo de los ahorcados debía ser expuesto, lo que suponía su degradación y su infamia. Así: el 29 de enero de 1810 se ejecutó la sentencia. “Ayer 29 de enero fue el día terrible de esta ciudad de La Paz. A las 5 de la mañana se tocó generala y a las seis se puso un cañón. Los granaderos fueron destinados a sacar los reos, ama-
necieron preparadas cuatro horcas y un tabladillo con banquillos para dar garrote. Manuel Cosío fue el primero que salió a ser espectador de la ejecución tirado por un borrico de albarda”. “Siguió Murillo a quien ahorcaron, sucedieron Juan Antonio Figueroa, Ventura Bueno, Basilio Catacora, Mariano Graneros alias Challatejeta, Melchor Jiménez, Apolinar Jaén, a quienes dieron garrote, los quitaron en la horca. Últimamente sacaron a Gregorio Lanza y a Juan Bautista Sagárnaga, a quienes dieron garrote, habiendo sido degradado militarmente este último del empleo de alférez de delante de las banderas. A las 12 del día se concluyeron con los suplicios. Quizá la América no ha visto ejecución más seria y respetable. Todos los reos manifestaron valor y conformidad y estar bien dispuestos”. Luego de haber dado muerte a los nueve principales líderes, se colgaron sus cuerpos en la plaza, descolgándolos al caer la noche para enterrarlos. Pero antes, la cabeza de Murillo se colgó en El Alto y la de Jaén a la entrada hacia Coroico, para público escarmiento. El 28 de febrero de 1810 se emitió la sentencia para los demás cómplices o involucrados en el movimiento de julio –que sumaban ochenta en total, condenándolos en su gran mayoría al destierro en las Malvinas o en Filipinas. El 7 de marzo de 1810, José Manuel de Goyeneche dejaba la ciudad con gran satisfacción por su obra restauradora. El virrey Abascal de Perú dejó un informe relativamente detallado de su gobierno y en él describió y calificó a los sucesos del 16 de julio como insurrección - tumulto - sedición - revolución - infame crimen de rebelión. Describió lo sucedido con la metáfora de que se había experimentado “la Tea de la Revolución”, recurriendo a un término que se había utilizado en el propio juicio. ¿Qué pacificación? ¿qué final? La “pacificación” realizada por Goyeneche en 1810 supuso sólo unos meses. Tanto Cáceres como Gabino Estrada, es decir los involucrados en Pacajes en 1809, participaron en la conspiración y sublevación indígena en 1810 que en realidad reúne movimientos articulados: una conspiración descubierta en abril 1810 en Toledo, Oruro, relacionada con un movimiento liderado por Andrés Jiménez de León y Mancocapac que planteaba el retorno del inca y que aparentemente estuvo en relación con Cáceres (ver Arze 1979-1987 y Soux 2009 y 2011). En agosto de 1811 se dio un nuevo cerco a la ciudad de La Paz y toda esta etapa se inserta ya en el contexto y en articulación a lo sucedido en Buenos Aires en mayo de 1810.
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Especial
Efeméride paceña
El centro de La Paz a inicios del siglo XX.
Chuquiabo, de Huayna Kápac a Pizarro l A modo de primera noticia sobre la actual urbe paceña, en esta nota se narran hechos acaecidos inmediatamente antes de donde suele partir la historia oficial.
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enemos noticias tempranas de Chuquiabo -hoy la ciudad de La Paz-, las que dio el cronista Pedro Sancho, enviado por Pizarro en 1533, que dio cuenta de un valle, varios grupos humanos que respondían a varios caciques. Según los estudios de Rigoberto Paredes Iturri, pudieron éstos responder a dos comunidades que constituían una dualidad, los caciques Uturunco y Quirquincho que explotaban una cementera de oro, cuya fama había trascendido a oídos del conquistador. La embajada promovida por el marqués Francisco Pizarro no pudo realizarse sino como verificación de información obtenida de muy buenas fuentes, probablemente de los primeros contactos que tuvo con el imperio inca. Y muy probablemente del propio Atahuallpa quien, como sabemos, ofreció un enorme tesoro por su libertad -libertad que no podía anhelar sino para enmendar el error de haber subestimado a este puñado de 150 hombres que le habían frustrado el triunfo, precisamente cuando se disponía a posesionarse del gobierno real del imperio-, cuando todo lo tenía a su favor. O de los nobles orejones cusqueños que resistían aún la imposición que se hacía inminente por parte de Quito, aunque habían sido derrotados militarmente y había sido tomado
preso el auténtico heredero de Huayna Kápac, el joven inca Huáscar, investido con todas las formalidades, y que padecía prisión y trato de reo. La maquinaria de guerra con que otrora se ampliaban las fronteras del imperio ahora conquistaba al propio imperio. Cuando la “chasca cuchi” de Atahuallpa se cernía demoledora e inminente sobre la cabeza imperial del Cusco, fue en el acto impedida por la sorprendente y “milagrosa” llegada de Pizarro que, en una acción legendaria, convierte al vencedor en reo. Así, la nobleza inca no podría verlo sino como presencia divina y restauradora; desde el inicio mismo de sus acciones, los orejones de Cusco habían encontrado en él un aliado y por tanto podían haber enseñado u ofrecido las minas de oro y plata. Sea por cualquiera de las dos partes, y lo más probable que por ambas, Pizarro logró no sólo un gran tesoro, sino información sobre las minas que producían la buscada riqueza aurífera. Tal es la certeza que tiene Pizarro de su existencia, que envía a Sancho, su escribano -no su escudero-, con instrucciones precisas de verificar su existencia, gracias a lo cual los paceños hoy conocemos por registro historiográfico, o por lo menos cronístico en un tiempo por demás temprano, en el primer documento escrito realizado sobre el Perú, de la existencia de Chuquiabo y estos dos patriarcas que vivían pacíficamente
Juan Francisco Bedregal Villanueva Historiador
“Son escasas o inexistentes las noticias del periodo entre 1533 y 1540”. en parcialidades cumpliendo un rol en favor del inca. Existe luego un gran vacío histórico sobre Chuquiabo. Se sabe que Pizarro haría reparto de encomiendas con los indígenas de las provincias del Kollasuyu en provecho de sus más cercanos colaboradores, particularmente sus hermanos Hernando y Gonzalo. Las minas y hombres que pertenecían a Huayna Kápac se las adjudicó a sí mismo, y eran precisamente las de Chuquiabo. Todo esto se da ya en un periodo posterior a la muerte de Almagro, en 1538, a manos de su hermano Hernando, acto que cierra la primera guerra civil española en Perú. Esta apropiación de Chuquiabo tendrá su máximo epílogo en
la visita que realiza personalmente que el vencedor en 1540, y que fue registrada por el cronista Pedro Cieza de León; y fue algo coincidente pero no casual con el propósito que lo trajo: la fundación de una ciudad que antes del descubrimiento de las minas de Porco y Potosí, habría de llevar el nombre de La Plata. Esto no puede ser visto como simple azar, se trata claramente de la búsqueda de un tesoro ofrecido no solamente por una información verbal, sino a través de un mapa realizado con nudos y cuerdas de lana, un quipu real; sin duda un artefacto que permitía conocer las rutas del imperio y de sus caminos, el llamado Kapac Ñam o Caminos del Inca. Son escasas o inexistentes las noticias del periodo entre 1533 y 1540, sin embargo sabemos que la orden de los hermanos franciscanos tuvo la primacía en la prédica del cristianismo en los pueblos del altiplano, precisamente a partir de 1533. ¿Qué fue lo que encargó Pizarro a Sancho como mensaje a los caciques Uturunco y Quirquincho? Se sabe que de ellos uno al menos era la cabeza de un grupo de mitimaes de Huayna Kápac, al parecer Quirquincho. La referencia a Huayna Kápac resulta lógica, ya que Atahuallpa no llegó a gobernar el imperio ni logró heredar sino el ejército de su padre, que en realidad le habría pertenecido a Huáscar, como sucesor real, pero ni éste ni
su hermano heredaron nada más que discordia y guerra. Es seguro que Pizarro mandó a los caciques churubambeses mensajes de paz y de amistad y reconocimiento, o ratificación de las prerrogativas sociales de las que gozaron como gente de confianza del finado inca, quien, por otro lado, y también según otra crónica del mismo autor, Pedro Cieza de León, había visitado Chuquiabo y la provincia del Kollasuyu. En la campaña por el control total de la provincia del Kollasuyu, denominada Campaña de Cochabamba, no se sabe de participación alguna de los naturales de Pacajes ni de Churubamba, por entonces ya nominada como Pueblo Nuevo. Fueron los pueblos del sur, Qaraqara, Challanta, Chichas, Quillacas y Yamparaes los que ofrecieron resistencia a Gonzalo Pizarro en Cochabamba. Así es que Pizarro inició la ocupación ibérica de Chuquiabo, asentó las iglesias de San Francisco y Santa Bárbara, mandó a fundar desde el Tambo Quirquincho la ciudad de La Plata en enero de 1540 y viajó a ella para su consagración. Todo esto durante dos meses en que la ciudad del Illimani le sirve de asiento, convirtiéndose en semilla de lo que sería Bolivia a la postre. Esto pasó antes del génesis que, para muchos historiadores bolivianos, es la fundación de Alonso de Mendoza, varios años después.
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Especial
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Efeméride paceña
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Álvaro Valero / Página Siete
Los puestos de hamburguesas y salchipapas son muy concurridos.
La atención y la calidad de los productos son la clave del éxito
La Paz tiene un circuito de comidas criollas al paso l Entérese cómo empezaron los negocios de nueve “comideros” exitosos de la urbe paceña y acompáñenos a saborear un recorrido gastronómico. Andrea Martínez / Página Siete
Margarita Palacios / La Paz
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a ciudad de La Paz cuenta con una variedad de alternativas -generalmente en puestos o anaqueles- donde se oferta comida criolla al paso, a cuál más apetitosa y exitosa entre la gente. Para difundir y celebrar esta faceta de la gastronomía local en estas efemérides cívicas, Página Siete visitó nueve de estos destinos de esta suerte de “circuito gastronómico alternativo” y además de comprobar que la característica común de estos negocios es su gran éxito entre la gente, recogió una unánime premisa entre los “comideros”: la única manera de triunfar en este oficio es ofrecer comida fresca, sabrosa y garantizada. Cuando de saciar el apetito se trata, una buena opción para comenzar son las famosas llauchas de San Pedro; las hay calientitas y
frescas desde las 7:00. A media mañana, los jugos de frutas y multivitamínicos en Villa Fátima calman la sed y revitalizan el cuerpo. Después, vale la pena hacer cola para almorzar los sabrosos pollos Betty, que se los encuentra en el mercado Yungas. El recorrido continúa a las 16:00 con los sándwiches de chola que se venden en un puesto al final de la avenida Saavedra, en Miraflores. Al llegar la noche se puede escoger entre los famosos chicharrones de doña Pacesa, en el mercado de Villa Fátima, los pasteles de papa frente al Monoblock de la UMSA o las alitas de pollo de San Miguel. Para cerrar el circuito con broche de oro, nada mejor que unos riñoncitos al jugo de doña Julia, que se instala hace años frente a la cancha Zapata.
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Tres jóvenes comen un bocadillo nocturno en un puesto callejero.
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Efeméride paceña Archivo Página Siete
Llauchas
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partir de las siete de la mañana, y desde hace 30 años, doña Petrona Ordóñez vende llauchas en la esquina de la calle Almirante Grau y General Gonzales, en la zona de San Pedro. A sus seis años aprendió de sus padres el secreto del sabor de este manjar típico de La Paz. Sus padres eran panaderos y cocinaban en un horno en la calle Tumusla. Doña Petrona recuerda que en la época de sus abuelos se pintaba la llaucha con ají molido en batán y que se ponía ulupica en el relleno, sólo para darle sabor y no para comerla. La preparación inicia a las 4:30. “Ponen los ingredientes de la masa en una mezcladora para luego hacer bollos que se amasan con el uslero varias veces”, explica Ordóñez.
Posteriormente ponen el relleno de queso traído de los municipios de Guaqui y Pucarani. “El secreto del éxito es hacer las cosas a conciencia. Ese cariño que le pongo a las llauchas ha hecho que esto me dure toda una vida. Ahora voy a poner mi tienda en Cochabamba, ése es mi sueño que pronto se hará realidad”, señala. Cada mañana, desde las siete, las aproximadamente 300
llauchas elaboradas diariamente empiezan a llegar al puesto de doña Petrona, al salir del horno; se trasladan en ba-
teas calentadas con carbón para mantener el calor. Cada una se vende a 3,50 bolivianos.
Freddy Barragán / Página Siete
Jugos
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e entre muchos puestos de jugos de frutas y multivitamínicos que se ofertan en La Paz, los más conocidos son los de doña Zulma Torrico, quien vende en el puesto 23 del mercado de Villa Fátima. Desde pequeña ella ayudaba a su madre, doña Alicia, quien tiene el espacio desde 1940. Al principio, cuenta Zulma, la mamá vendía en la plaza Villarroel, luego se fue moviendo por calles de la misma zona hasta que terminó en el actual puesto. Zulma estudió auditoría y viajó a estados de Estados Unidos, por lo que además de ofrecer sus productos en español, sabe hacerlo muy bien en inglés. “Thank you very much, mi reinita”, agradece a una cliente que le paga seis bolivianos por un vitamínico hecho con alfalfa,
leche, huevo, nueces, frutas de temporada… “y mucho amor”. La casera vende también naranja con leche o con huevo, zumo de zanahoria o manzana y gelatina con crema chantilly. El secreto de su éxito, comenta Zulma, es la amabilidad, humildad y sencillez. “Mis papás siempre me decían: ‘trata como quieres que te traten’, no solamente en el negocio, en la familia, con los amigos”. Don José, un antiguo cliente que incluso disfrutaba de los
jugos que hacía la madre de Zulma, cuenta que “yo la conozco desde pequeñita, venía a tomar los jugos de su mamá… mira qué rápido pasa la vida que ahora ella ya tiene hijos”, comenta.
Pollos
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carne de chancho viene de cabañas de Santa Cruz y las verduras las adquiere de sus “caseritas” del mercado Rodríguez. Betty tiene cuatro hijos, el menor de 25 años y el mayor de 43, quienes -junto a sus sobrinos- le colaboran en el negocio. Uno de los clientes asiduos, Justo Salas, comenta que a doña Betty le molesta la crítica negativa de la competencia. “Las demás personas tienen envidia de un trabajo honrado, sacrificado. Los que saben trabajar, triunfan (…) Hago fila
porque es un pollo sabroso”. Doña Betty vende en un sábado, domingo o feriado aproximadamente 200 pollos. Estos días trabaja de siete de la mañana hasta las 11 de la noche; “yo
“Mi rey, buen día, patrón”. “¿Qué va a tomar, un medio vitamínico?”. “Aquí tienes, mi lucero; sírvase, mi corazón”. “¿Todo bien, mamita churra, en su punto? Dios me la bendiga”.
“Con sus palabras puede revivir hasta a un muerto”, dice otro de los clientes mientras pasa su vaso a Cristian, uno de los tres hijos de Zulma, quien ayuda en el negocio lavando los utensilios.
Freddy Barragán / Página Siete
etzabé Carmen Quisbert, más conocida como Betty, vende pollos al spiedo al frente del mercado Yungas desde hace 30 años. Al inicio alquilaba una tienda pequeña ubicada una cuadra más abajo de su local actual; hoy en día cuenta con dos sucursales y gran cantidad de clientes. Son las 11 de la mañana y 15 personas hacen fila en espera de su turno para adquirir pollos que cuestan entre 45 y 55 bolivianos. De acompañamiento Betty ofrece arroz, tallarín, plátanos, papas cocidas, zonzos (yuca con queso) y escabeche; y si el cliente desea hay aceitunas y tres tipos diferentes de llajuas. Su menú incluye también lechón al horno. Cada dos días, un camión trae 200 pollos de la empresa cochabambina Pío Lindo, la
“El secreto del éxito es hacer las cosas a conciencia. Ese cariño que le pongo a las llauchas ha hecho que esto me dure toda una vida. Ahora voy a poner mi tienda en Cochabamba, ése es mi sueño que pronto se hará realidad”.
“La receta de mi pollo es secreta… pero lo que te puedo decir es que con esfuerzo y amabilidad he salido adelante. También yo estoy personalmente vigilando a los empleados, porque si los dejas solos ya todo se va al tacho”.
no conozco Navidad ni Día de la Madre…”, dice. Los demás días la rosticería se abre de cinco a diez.
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Efeméride paceña Sándwiches Pasteles de papa de chola
Freddy Barragán / Página Siete
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esde hace ya medio siglo, casi no pasa tarde sin que Paulina Cruz López venda sus célebres sándwiches de chola en su puesto ubicado al final de la avenida Saavedra, en Miraflores. Gracias a su negocio, la mujer, que nació en Camargo, apoyó a sus hermanos menores y crió sola a sus tres hijos. Una, de ellas, Patricia, se hace cargo del negocio desde hace algunas semanas porque doña Paulina se encuentra delicada de salud. La señora Paulina llegó a La Paz a sus 17 años junto a sus jefes, quienes tenían una bodega de singani. A sus 32 años empezó el negocio y a la fecha, comenta Patricia, el famoso sándwich fue degustado por millones de personas, entre ellas conocidos personajes, como el actor David Santalla, quien “cada que viene pide un cuerito como para hacer una chamarra…”, además de los
jugadores de fútbol de The Strongest y de Bolívar, y políticos, entre otros. Según doña Paulina, el secreto del éxito, aparte de su famoso cuero de cerdo horneado, es ser siempre humilde y tener un espíritu humanitario para el más necesitado. El negocio es abierto todos los días desde las cuatro de la tarde hasta que se acabe la provisión, que normalmente es a las nueve de la noche. El sándwich tiene un trozo de cerdo mezclado con escabeche de cebolla, zanahoria y un trocito de cuero. Se vende a 12 bolivianos y, de acuerdo con el gusto, el cliente puede saborearlo con ají amarillo y si tiene tiempo, con un café caliente. Doña Paulina ofrece también sándwich doble a 20 bolivianos. “El sabor es lo que más me gusta, y que el sándwich viene ca-
orma Modesta y Ricardo Rodríguez se hicieron conocidos por sus pasteles de papa que durante 22 años vendieron en la J.J. Pérez, al frente del Monoblock Central de la UMSA. Sin embargo, hace dos semanas el médico prohibió a Norma seguir preparando pasteles pues el aceite lastima sus ojos, pero aun así, la esquina continúa colmada de clientes que piden hamburguesas, salchipapas y otros. Además del buen sabor de sus productos, el secreto de su éxito es que los ofertan y promocionan con ingeniosas frases y buen humor. “Nuestro lenguaje en coba excéntrico atrae a los clientes”, asegura don Ricardo. Y de inmediato agrega, ya en voz alta: “Estamos envenenando al pueblo, sírvase Evo burguer (hamburguesa con hue-
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vo), Alvarito burguer, sólo con quesito; sonso camba y pasta de gusanos (ají de fideo)”, vocifera don Ricardo y luego explica que llama pasta porque algunos extranjeros, una gran cantidad de sus clientes, no saben el significado de fideo. En esa esquina hay también la llamada salchimacho. “Son salchichas de marca, pero para no hacer propaganda gratuita le llamamos así”, explica don Ricardo. La pareja ofrece también tres tipos de salsa, a las que él las llama “tóxicos”porque -dice, siempre en broma- “tiene estimulantes prohibidos”. La primera es la “narcollajua”, que es la más picante; luego está la “baba de caracol” o salsa de maní, “un menjunje de cocaína y marihuana”, y hay también “sangre de caracol” o extracto de tomate.
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calidad y tienen precios módicos, a que atiende con amabilidad al cliente y se ocupa personalmente del negocio. “Yo personalmente veo que todo sea fresco, preparo todo con mis manos, compro los ingredientes que quiero”. Las alitas de pollo, los chicken finger, las costillas de cerdo y las hamburguesas a la parrilla vienen con diferentes salsas a elección. La que más se vende es la salsa barbacoa. Hay también la Jack Daniels y la salsa picante. La salsa especial,
“Mi secreto para triunfar, aparte del famoso cuero de cerdo horneado que preparo, es ser siempre humilde y tener un espíritu humanitario para el más necesitado. No es necesario hacer publicidad, los mismos clientes traen a sus amigos y así uno va creciendo”.
lientito. El trocito de cuero me encanta y el ají amarillo es delicioso”, comenta Javier Beltrán, quien dice que va comer al menos cuatro veces al mes. Otro de los clientes habituales,
Mirko Pardo, hace fila para llevar diez sándwiches para un festejo en su oficina. “Son los mejores sándwiches de chola, la sazón es especial y el cuero es crocante y sabroso”, asegura.
Andrea Martínez / Página Siete
Gabriel Capriles, un cliente antiguo, comenta que le gustaban los pasteles porque eran accesibles económicamente. “Antes el pastel costaba un boliviano”, recuerda. Otro de los clientes, René Valverde, comenta que le gusta fre-
cuentar el lugar porque la forma de presentar el producto le hace sonreír. “Sus ocurrencias y su carisma como forma de marketing me parecen muy creativos, es lindo venir acá después de un día estresante e irte a la casa luego de haber reído un momento”.
Alitas de pollo
Andrea Martinez / Página Siete
unque el local Crokan Wing está ubicado al final de un callejón estrecho, casi oculto, en la avenida Montenegro, en San Miguel, siempre está colmado de clientes que no dejan de pedirle al dueño, Gonzalo Choque, alitas crocantes, costillas de cerdo y hamburguesas, entre otros. Gonzalo estudió gastronomía en el instituto Don Bosco y posteriormente en la universidad Los Andes. Aún le falta presentar su tesis para obtener el título y piensa hacerlo ahora que empezó a generar ingresos económicos. Cocinó en varios restaurantes de renombre y fue así como decidió abrir su propio local, que sea accesible y ofrezca productos sabrosos y de buena calidad. Según Gonzalo, su éxito se debe a que sus platillos son de
que cuesta dos bolivianos adicionales, es la blue cheese, hecha con crema y queso azul. “Las salsas son deliciosas”, comenta Sabrina Alba, una de las clientes, quien pide para cenar en casa la blue cheese.
“Estamos envenenando al pueblo. Sírvase pasta de gusanos; Evo burguer (hamburguesa con huevo); Alvarito burguer, sólo con quesito; sonso camba. Nuestro lenguaje en coba excéntrico atrae a los clientes”.
“¿Por qué no podemos tener un lugar donde haya comida rica para la gente de a pie?, me pregunté y pensé que no se gana mucho, pero de peso a peso en el futuro puedo ganar un montón”.
A principios de este año, Gonzalo abrió otro espacio en el patio de comidas de la plaza España y a finales de mes planea inaugurar una tienda en la Pérez Velasco.
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Efeméride paceña Ximena Paredes / Páginas Siete
Chicharrones
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lrededor de las siete de la noche, largas filas de clientes esperan por un plato de chicharrón entre el Shopping La Cumbre y el Banco FIE en Villa Fátima, donde doña Pacesa Condori Castillo atiende desde hace 36 años. En 1975, Pacesa empezó ayudando a su suegra, doña Josefa Quispe, quien vendía chicharrón al frente del exsurtidor en la misma zona. Luego de dos años de aprender lo básico de este trabajo, decidió hacer su propio negocio a media cuadra de donde ahora se sitúa. Empezó la venta de chicharrón a 40 centavos en envases de papel. “Tenía que hacer dinero y empecé poco a poco”, relata la casera y agrega que mientras por muchos años cocinó en un pequeño anafe, ahora tiene cuatro cocinas. A este puesto callejero y bajo el amparo de una tela “vienen
personas hasta de la zona Sur, incluso turistas de otros países, como Perú”, cuenta orgullosa la miniempresaria. Los chicharrones se venden desde las siete de la noche hasta “que se acabe”, casi siempre en tres horas. Cuestan entre 22 y 25 bolivianos. Uno de los secretos del sabor, cuenta la señora, es no condimentar la carne de cerdo. “Sólo pongo sal y limón”, dice y agrega que cada día vende de dos a tres chanchos, dependiendo si es principio o fin de mes. “A principios de mes, cuando pagan sueldos,
“Los chicharrones se venden desde las siete de la noche ‘hasta que se acabe’, casi siempre en tres horas”.
se vende más y los últimos días la venta baja”. “En el Día de la Madre tengo mucho trabajo en colegios, como en La Salle de la zona Sur… también me llevan a la fábrica Cascada en Navidad, Año Nuevo o carnavales. Ahí bien sale,
vendo 800 platos por contrato”, relata doña Pacesa. En el negocio trabaja con sus familiares. Miriam, Édgar y Sonia Condori, sus tres hijos y sus sobrinas. “Hace seis años falleció mi esposo, él también me colaboraba”, recuerda.
Alvaro Valero / Página Siete
Salchipapas
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esde hace 20 años, Francisca Calle de Leandro vende salchipapas, hamburguesas y lomitos en el snack Panchita, ubicado en la esquina del mercado Yungas. Todos los días se instala a las seis de la tarde, hasta que se acaben sus productos, normalmente a las tres de la mañana. Según dice, desde el principio buscó ofrecer a su clientela productos de buena calidad y, a la vez, servir en abundancia. “Yo también me pregunto: ¿cómo me estará yendo tan bien?, será porque hago (hamburguesas) especiales, porque siempre trato de dar lo mejorcito, no traigo carne corriente y siempre preparo como me piden los clientes”, cuenta Panchita. Uno de sus secretos en la preparación de sus productos es no exagerar en la condimentación de la carne. “A mis ham-
burguesas le pongo sólo un poquito de comino, pimienta y no altero las salsas (ketchup, mayonesa y mostaza) para que haya más, porque así tiene menos sabor”. La casera cuenta que fueron los clientes los que pusieron nombre a sus productos. Por ejemplo, en plena entrevista llegó don Nelson Fernández, quien con una sonrisa pidió “un panchilomo con Coca-Cola”. Otro de los clientes frecuentes, Pedro Loza, busca casi siempre “una viviguesa espe-
La casera cuenta que fueron sus clientes los que pusieron nombre a sus productos. Por ejemplo, el panchilomo con Coca-Cola.
cial”, en referencia a la sobrina de Panchita, Viviana. Se trata de una hamburguesa hecha de carne molida especial, con salchicha Torito, un huevo frito y yuca, que cuesta 14 bolivianos.
Doña Panchita comenta que es muy importante ser atenta con sus clientes. “Mis caseritos son especiales, ellos me ayudaron a salir adelante, por eso con amor los trato”.
Andrea Martinez / Página Siete
Riñoncitos
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ajando por el coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés, al frente de la cancha Zapata, se acomoda todas las noches Julia Calle de Orellana, quien vende riñoncitos desde hace 26 años. Al inicio, doña Julia vendía en la acera de enfrente, pero funcionarios de la Alcaldía la trasladaron donde está ahora. Atiende todos los días desde las seis y media de la tarde hasta las tres de la mañana, mientras que los viernes y sábados vende 12 horas, “de seis a seis”. Los riñoncitos al jugo se sirven con ensalada de zanahoria, un huevo frito, mayonesa, mostaza y llajua picante, “para que se les pase la borrachera”, comenta Julia mientras recibe ocho bolivianos por un plato.
Con el tiempo, la dueña -junto a Erica y Evelyn Orellana, sus dos hijas que le ayudan en el negocioaprendió a lidiar con personas en estado de ebriedad, que son la mayoría de sus clientes. “Hay que atenderlos con respeto, pero también con firmeza; cuando los jóvenes se pelean, les grito que llamaré a la Policía y no les daré comida, con eso se tranquilizan”, cuenta.
Los riñoncitos al jugo se sirven con ensalada de zanahoria, un huevo frito, mayonesa, mostaza y llajua picante.
Su secreto culinario lo mantiene en reserva, pero indica que lo que atrae a la gente es el jugo espeso del riñón. Uno de sus caseros habitua-
les, Manuel, comenta que no le gustan las vísceras, pero hace la excepción con este plato, “esos riñoncitos empapados en aceite son delis”.
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Especial
Efeméride paceña
Archivo Página Siete
La ciudad antigua, de los balcones y las farolas.
La Paz, a los ojos de un extranjero l El autor presenta, comenta, transcribe, interpreta y disfruta el encantamiento que el escritor español Miguel Sánchez-Ostiz tiene con la sede de Gobierno.
“
A Bolivia no vengo por turismo, vengo en peregrinación”, me dice Miguel Sánchez-Ostiz, escritor navarro. En su séptima venida a nuestro país, recaló en Cochabamba pero sólo a la espera de ir a La Paz. Se conoce de memoria los mercados, los recovecos pero sobre todo los rostros aymaras que pueblan las miles de fotografías que ha tomado. No es fotógrafo, pero si uno revisa su blog encuentra las ilustraciones más sugestivas de los mercados bolivianos que acompañan su bitácora escrita. Este culto es común entre chukutas; son en cambio contados e ilustres los hermanos de otros países que aman el nuestro y no por sus paisajes sino por su gente, no la gente blanca sino la originaria que habita en los mercados cocinando manjares para estómagos recios y paladares abiertos. Mirar nuestro país con otros ojos y prestarle oído al fraseo cotidiano y popular hacen del blog de Sánchez-Ostiz una lectura intensa y deliciosa, tanto en las veredas navarras del valle de Baztán, donde vive, como en La Paz y Cochabamba, pero en sus sitios más auténticos y populares. Miguel publica las fotos de dos ancianas y dice, por ejemplo: “De entre los cientos de coqueras callejeras o no, de los alrededores de los mercados paceños, estas dos, una de la calle Gallardo, frente a la salida de camiones
de carga y pasajeros, y otra de la Segurola, junto a las vendedoras de entrañas y despojos”. O bien publica la fotografía de un viejo vendedor de hechizos y comenta: “Como cada día que callejeo por los mercados paceños, de regreso he ido al callejón Jiménez a tomar un café al Pepe, un cafetín agradable, frecuentado por mochileros y por exsoldados israelíes, raro en ese entorno de artesanías industriales, gringos de parranda, yatiris de buena y mala suerte”. “Ya no existe. He preguntado. ‘Se han ido’, me han dicho. Conocí a su dueño hace nueve años. Ahora es un comercio de artesanías. A cambio me he encontrado a ese vendedor de amuletos en un callejón que corre a un lado del mercado Uruguay, entre la Segurola de los maleantes que todavía montaban guardia mañanera y la Max Paredes de la quincallería de menaje, el barullo, la polución, los bocinazos… La Paz para mí inagotable”. Carpe diem: allá va Miguel por las calles de La Paz, a paso infatigable, observa y escribe: “Lo que sí estoy viviendo es la indignación de los bolivianos que, en tu calidad de español, te hacen partícipe de su indignación, de la manera más cortés o más hostil. No es grato. Tú no representas a ese país, ni a su repulsivo Gobierno, no vives de la gorra rojigualda y de su pesebre… pero…”. “Y en esa situación mostrar tu propia indignación cuenta
Ramón Rocha Monroy Escritor
“La Paz ejerce una atracción, un magnetismo, una fascinación en los visitantes”. poco porque suena a querer escabullirte de una situación bochornosa y sólo eso por mucho que pienses que el tuyo es un gobierno autoritario y encima lacayuno de los intereses norteamericanos que ha permitido una y otra vez desprecios a su soberanía”. “El titular del editorial de El País, ‘Trato intolerable’, parece decir mucho, pero aparte de ser certero, no acaba de redondear una condena que tiene responsables políticos, porque ésta ha sido una decisión política que desenmascara una actitud de prepotencia hacia Latinoamérica y de sumisión de Estados Unidos. Las negaciones del ministro de Exteriores son propias de un trilero. No me extraña que aquí, por precaución,
los mangueros rojigualdos hayan cerrado sus oficinas”. Ha traído un libro de Michel Onfray, nuestro filósofo de culto, que titula Teoría del viaje, y cita: “Sigo con Onfray, en las páginas finales de su Théorie du voyage: ‘Algunos regresan de manera compulsiva a lugares ya visitados, reencontrando costumbres de sedentarios en el corazón mismo de la experiencia nómada’”. “Cierto, soy de ésos, no me importa confesarlo. Y si lo hago es tal vez porque lo que busco en esos viajes no es satisfacer una pasión, ya vacilante, por ‘lo nuevo’ como fetiche intocable, lo exótico o, como él dice, la ‘extravagante belleza’ ni ese exótico expresionista de ‘lo otro’, tan falso, tan manido, tan mendaz en su discurso humanitario. Sé que en esas idas que son regresos, me pierdo algo, en algún lado, pero eso es tan continuo y desde hace tanto tiempo que ya forma parte de mí y de lo que escribo”. “Algo ha podido ser y no ha sido. Cuando se tiene el sentimiento intenso de que la vida está en otra parte, como escribía un Tabucchi embriagado de saudade, eso no tiene remedio. Sé algo más, que si no he terminado de escribir Las puertas de Valparaíso, ha sido por dos motivos, uno porque siempre he pensado que iba a regresar y que en ese nuevo viaje iba a ver y vivir lo que no había visto ni vivido en mi anterior viaje, y otro,
que dar por terminadas esas páginas iba a ser cerrar por las buenas y para siempre unas puertas, una puerta que había tenido abierta”. “Viajes cerrados, libros abiertos… Y volver, volver… ¿A qué exactamente? Me temo que por mucho que me esfuerce no voy a dar con una respuesta satisfactoria. Entre tanto, me engaño como puedo, emocionado, entusiasta, en ruta. Y al fondo, el verdadero argumento de la obra y uno de los vientos del viaje: el Tiempo”. ¿Qué tiene La Paz para merecer semejante atención de un navarro? No pensé hallar en un navarro tanto cariño por mi país, pero particularmente por La Paz. Recuerdo que escribí una nota larga sobre Jaime Saenz para presentar la última edición de Felipe Delgado por Plural Editores y entonces Miguel escribe: “De hecho, si viajé en 2008 a Bolivia desde Chile fue para conocerle, porque había leído un artículo suyo sobre Jaime Saenz que me había gustado mucho” (al año siguiente me regaló todos sus libros de poemas en primeras ediciones). La Paz ejerce una atracción, un magnetismo, una fascinación especial en quienes la visitan, lo mismo del interior del país que de otros países. Unos se inclinan por el paisaje, pero otros saben ahondar en la condición humana, y entonces la atracción es irresistible.
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Especial
Efeméride paceña Roxana Pomier
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on como el majestuoso Illimani. Es imposible no tenerlos en mente cuando se piensa en La Paz. Son como un tatuaje. Están marcados en el alma del futbolero. Son pictografías con significado propio. Son los símbolos de la pasión. Bolívar y The Strongest, The Strongest y Bolívar. El Tigre y la Academia, la Academia y el Tigre. Uno como el otro, según colores y pasiones, representan cabalmente al paceño, a la paceñidad. El Tigre, fundado el 8 de abril de 1908, consolidó su paceñismo. “Estronguista, paceño y liberal y por añadidura pico verde. Ese era, al despuntar la centuria, el orgulloso sello de pertenencia… tanto que cualquier persona nacida en La Paz que se preciara de tal, y claro, si era atigrada, esgrimía en las tertulias de café”, dice el expresidente de Bolivia e historiador Carlos Mesa, en su blog: historiadelfutbolboliviano. En cambio la Academia, que nació el 12 de abril de 1925 con el nombre del Libertador, trascendió y se convirtió en un equipo nacional (encuestas lo ubican como el club más popular de Bolivia). Internacionalmente, Bolívar y The Strongest son una marca país. Mesa y los periodistas Juan Carlos Costas y Gróver Echavarría coinciden en que para describir a La Paz, al conmemorar los 204 años de la gesta libertaria de 1809, es ineludible citar a dos de los equipos de fútbol más grandes del país.
The Strongest y Bolívar, esencia de la paceñidad
l Los dos más tradicionales equipos del fútbol boliviano están a la vez entre los mayores símbolos y representaciones del departamento. Archivo digital
Los hermanos Castillo, Iván y Ramiro, el uno atigrado y el otro celeste, paceños, rivales circunstanciales en la cancha en el clásico nacional.
CARLOS D. MESA GISBERT
GRÓVER ECHAVARRÍA
JUAN CARLOS COSTAS
“El clásico, un latido paceño”
“Dos grandes de América”
“Sinónimos de paceñidad”
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l fútbol es uno de los latidos del alma de nuestra ciudad. Los chukutas no pueden entenderse ni explicarse sin las tardes o las noches de clásico. Una rivalidad que nació en 1932 y que no se apaga más. Tigres y académicos cruzan los sables y se tiñen de los colores que corren por su sangre. El oro y el negro: ¡Condorcito, quisiera ser! El celeste: ¡A las cuatro de la tarde!.. Y comienza la partida, la del césped, la de las tribunas, siempre o casi siempre en el centro del mítico Hernando Siles. Ambos nombres, The Strongest y Bolívar, son tatuajes paceños, están en las calles, en las paredes, en los taxis, en los micros y minibuses, en
las voces, en la pasión desbordada, en las banderas que ondean. Es casi imposible ser paceño, haber nacido en esta ciudad mágica y no tener en el corazón algún sentimiento celeste o atigrado, aunque sólo sea de refilón. Bolívar y The Strongest son dos lealtades paceñas, han plantado sus lanzas guerreras en la cumbre del gran Illimani “para divisar”, como dice la canción, todo lo que ese sentimiento representa. Desde los albores del siglo XX, el escudo otorgado a nuestra villa tiene en su reverso los colores de los equipos que en esta altura límpida de la geografía boliviana, son ya esencia de paceñidad.
olívar y The Strongest constituyen la historia viviente del fútbol nacional. Dos entidades que han escrito páginas memorables en distintos escenarios, tanto en el país como en el exterior y han conseguido darle jerarquía al más popular de los deportes. Y esto es algo que queda demostrado toda vez que jugadores foráneos expresan su enorme alegría de vestir esas prestigiosas casacas, porque saben que dan un gran paso al encontrar una verdadera vitrina que les permitirá encaminarse a objetivos mayores en el exterior, fa-
vorecidos por la popularidad que tienen los dos grandes del fútbol paceño. Por eso mismo, jugar en The Strongest o Bolívar es para todo profesional del fútbol haber logrado el objetivo muchas veces deseado. Son además dos escuelas en las que se han formado muchas figuras y otras han logrado la consagración. Para los relatores como yo, un certamen sin ellos no tendría razón de ser porque este deporte perdería la misma esencia de ser el más popular. Son además la encarnación misma de la paceñidad.
olívar y The Strongest están en el sentimiento paceño, pero la Academia se enraizó también en el sentimiento nacional. En este momento tiene mayor hinchada que el Tigre en Bolivia. Entre ambos consiguieron unir el sentimiento de los paceños. El que no es estronguista o bolivarista, no es aficionado al fútbol en La Paz. Ése es el mayor de los tesoros que pudieron captar estos clubes. Los dos equipos fueron impulsados por grandes directivos. En Bolívar, Mario Mercado es un gran símbolo; The Strongest tuvo a Rafael Mendoza. Ambos dirigentes, no siendo paceños, se constituyeron en las figu-
ras más importantes de los clubes paceños por excelencia. El ser bolivarista o estronguista es un sentimiento paceño. Siendo ambos, Bolívar más que The Strongest, clubes nacionales, pero esencialmente paceños, son también los dos sinónimos de la paceñidad. Hubo otras instituciones del fútbol paceño como el club Municipal, Chaco Petrolero, Mariscal Santa Cruz, Ferroviario, Unión Maestranza de Viacha e Ingavi, en los años 50, pero ninguno de los nombres que cité tuvieron la pervivencia que tienen The Strongest y Bolívar, eso quiere decir que ambos, por su trascendencia, se ganaron el sitial que hoy ocupan.
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Especial
Efeméride paceña
Archivo Histórico de La Paz
Una imagen de la avenida Montes a inicios de los años 70.
La Paz en el imaginario literario y artístico l ¿Qué autores, artistas plásticos, compositores reflejan, interpretan y asumen mejor a esta ciudad? La película y las novelas paceñas per se. Archivo
Martín Zelaya Sánchez
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sta es una nota hecha de retazos, imágenes, fragmentos y huellas. Si para hablar de la literatura, el arte, el cine y la música de La Paz, para La Paz, por La Paz, no nos hacemos problemas de empezar con un par de lugares comunes -no siempre éstos tienen que ser negativos-, empecemos entonces con Saenz y el Illimani: “El Illimani se está -es algo que no se mira. / En el Illimani, el cielo es lo que se mira; el espacio de la montaña. No la montaña. / En el cielo de la montaña, por la tarde, se acumula el crepúsculo; por la noche, se cierne la Cruz del Sur. / Ya el morador de las alturas lo sabe; no es la montaña lo que se mira. / Es la presencia de la montaña” (Imágenes paceñas). Si no resistimos la tentación de iniciar con el emblemático nevado paceño, remitámonos, además, a uno de los Illimanis (ver foto) de Arturo Borda… ése que lo muestra al fondo, ni tan lejos ni tan cerca, espectral pero, a la vez, imponente; casi casi incorpóreo por la tonalidad azulada y traslúcida del cielo y las nubes, impresión a la que ayudan las caprichosas rocas del Valle de la Luna (¿o
de las Ánimas?) que le da contexto. La presencia de la montaña. Y para rematar, tal vez uno de los tantos textos que, a su inspiración, se hizo canción: “Nido andino no te olvido ni un momento, / Illimani majestuoso de mi amor. / Nieve altiva que escuchaste el juramento…” (Illimani, Néstor Portocarrero). Un retazo, una faceta ineludible de Chuquiago es, precisamente, su aymaridad, su total e innegable simbiosis, hibridación… La Paz chola, la metrópoli andina; el emporio de cosmovisiones, la “cosmópoli”. “La ciudad es el personaje principal. El título, Chuquiago, es un tributo al habitante aymara que se negó a llamarla La Paz”, sostiene Antonio Eguino, sobre esta su película. Aunque el séptimo arte abunda en momentos, paneos, paisajes paceños -para eso se presta, como pocas, esta urbe de alucinante topografía- desde hace 35 años, cuando fue filmada Chuquiago, ninguna otra obra audiovisual logró reflejar, resumir tan cabalmente a la sede de Gobierno. “La película es una visión-homenaje a La Paz -cuenta Eguino-. La intención al filmarla fue hacer un repaso alrededor de la geogra-
Fragmento de uno de los Illimanis de Arturo Borda. fía de la ciudad y sus habitantes en cada estrato geográfico, desde El Alto hasta la zona Sur”. “Para esto nos valimos de cuatro personajes en busca de su ilusión y abrumados por la frustración. Isico, el niño indígena que es traído por sus padres a la ciudad para que aprenda español y algún oficio, a la usanza de antaño”. “Johnny, hijo de madre chola y albañil, que se rebela en contra de su condición social y su deseo de buscar otro derrotero. Carlos, empleado público que vive fuera de sus posibilidades económicas y balancea su vida entre la co-
rrupción y el escape de su viernes de soltero”. “Patricia, hija de la burguesía involucrada en un movimiento universitario de izquierda que, en su lucha contra el poder de su familia, al final se somete y se casa dentro de su clase”, señala el cineasta. La urbe literaria La Paz aymara, chola, mestiza, criolla… La Paz de los barrios, los suburbios, La Paz de los conventillos, de las calles estrechas, de los pasajes empedrados y las fiestas y borracheras caseras… La
Paz de René Bascopé Aspiazu. “En un extremo, donde empezaba otro callejón, reconocí la pila que goteaba continuamente sobre la gigantesca lavandería de cemento. Su imponente presencia hizo que un aluvión de imágenes, difusas pero coherentes en una profundidad que ya había aceptado, se apoderaran de mí. Cerré los ojos y quise cumplir el rito del recuerdo exacto. Estaban todas sus puertas, las salientes de adobe con sus telarañas mimetizadas en el viento, las canaletas pluviales y las bajadas de hojalata que carcomían las paredes, el moho verde oscuro en las tejas incoloras”. (Niebla y retorno, René Bascopé Aspiazu). Bien lo dice el escritor Jaime Nisttahuz “En La noche de los turcos (libro en el que está el relato arriba citado) Bascopé muestra casi hasta el olor de los conventillos”. Y la exdirectora de la carrera de literatura de la UMSA Raquel Montenegro agrega: “Creo que son muchos los escritores que retratan e interpretan a esta hermosa ciudad, pero si se trata de concretar, debo nombrar a René Bascopé con su novela La tumba infecunda, en la que retrata de manera extraordinaria el conventi-
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Especial
Efeméride paceña VIENE DE LA PÁGINA 32 llo paceño, como también lo hace en sus cuentos”. “La novela paradigmática de La Paz -continúa Montenegroes Felipe Delgado, de Jaime Saenz, y ahora tenemos la hermosa Cuando Sara Chura despierte, de Juan Pablo Piñeiro”. Fragmento de Felipe Delgado: “Allá lejos, las montañas flotaban en el espacio, y, aún más lejos, podía vislumbrarse la ciudad: era como una isla envolviéndose en un vasto escenario de niebla (…). Peña y Lillo dijo que, al acercarse a dicho lugar, precisamente, en cualquier momento podía aparecer el Illimani –como ocurre cuando de pronto nos topamos con la puerta que se escondía en lo alto de la grada que acabamos de subir…”. Y en cuanto al imaginario paceño, reflejado en la literatura, Montenegro acota que nadie lo rescata mejor que Adolfo Cárdenas, “no sólo por el ambiente paceño de sus textos, sino también por cómo refleja a los personajes, a su lenguaje, a sus modismos… y como es un agudo observador y oidor de un submundo paceño, nos transporta con sus cuentos y su Períferica Blvd. al ‘ser paceño’”. Descripciones, miradas, concepciones y propuestas de La Paz, en cine y en literatura… provocaciones todas que se consolidan en imaginario más que en imágenes, pues si se trata de referencias fijas y concretas, están las artes plásticas, figurativas, pero también abstractas. Pedro Querejazu, crítico, curador e historiador de arte se anima a mencionar algunos nombres y títulos cuando le consultamos ¿cuáles son, en su criterio, los tres o cuatro artistas plásticos que plasmaron mejor los paisajes, las temáticas paceñas? “Mis opciones son: Arturo Borda, por numerosas obras como El yatiri, El carnaval, La cantuta del Choqueyapu, Mi escudo, etc.; María Luisa Pacheco, pintora de la luz y de las montañas de los Andes; Gastón Ugalde, por Yendo y viniendo La Paz y otras series; y Luigi Doménico Gismondi, fotógrafo de la ciudad, de su gente y de su entorno, especialmente por sus Illimanis, y los monumentos de La Paz. Éstos son algunos retazos, imágenes, fragmentos y huellas paceñas, de la paceñidad… (y hay más en cuadros adjuntos)… Si no nos hacemos mucho problema de cerrar con otro lugar común, se me ocurre aquella épica llegada de Bolívar a la hoyada, en el imaginario de Marcelo Urioste y la voz de Luis Rico: “La ciudad de las retamas, / con los ojos transparentes, / mira el camino de piedra / que trepa el cerro y se pierde. // El Illimani la cuida, / con el silencio de siempre, / los balcones asemejan /encajes que el roble teje, / las paredes de cal viva / blanquean el aire alegres” (Simón Bolívar).
Archivo
Fragmentos Periférica Blvd., de Adolfo Cárdenas “Pero como el suerte nues pa’ sembré, ona vez pss en ona presterío siarmado una tespelote asé fatalmente con heredos, contosos en la fiesta patronal del patrono o sea el señor del habla que le tecen por que tecen que sembré pss siaba asé: hola cómo estás hejo que coseta queres… deciendo y a toretos: mosecos, prestes alférez, mosaicos, envetados, sopermanes, uendedors de la wayer, ueciosos e pueblo en general; ya la canela, carajo, a trabajos forzados, carajo, asé nos han detenero…”
Una escena de la película Chuquiago, de Antonio Eguino.
Cuando Sara Chura despierte, de Juan Pablo Piñeiro “Cuando Sara Chura despierte estará más hermosa que nunca. Vestirá doce polleras de distintos colores y bajará con su cortejo triunfal por la avenida Mariscal Santa Cruz, el día de la Entrada del señor del Gran poder del año 2003. A las cinco de la tarde, en sus cabellos blancos nadarán dos sirenas de plata y en su sonrisa se adivinará la tristeza acumulada por tantos años de silencio”.
Borracho estaba pero me acuerdo, de Víctor Hugo Viscarra “Ubicada frente al albergue del Ejército de Salvación, a una cuadra del mercado Rodríguez, El Averno es una de las cantinas con categoría. En sus buenos tiempos era una verdadera antesala del infierno, allí hubo infinidad de asaltos, violaciones, peleas, atracos y uno que otro asesinato. Eran tan violentas las noches de farra que a nadie extrañaba ver el empedrado manchado de sangre, ni los jovenzuelos sin chompa ni zapatos que dormían en el suelo. Don Víctor, el dueño de El Averno, se esmeró en decorar apropiadamente su local haciendo pintar en sus paredes escenas sacadas de La divina comedia”.
Propuesta de banda sonora paceña Anahí Cazas / La Paz
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angos, taquiraris, cuecas y hasta piezas de rock. Si se trata de cantarle a La Paz, los músicos acudieron a cuanto género o ritmo encontraron para hablar de la belleza que encierra. Pero de todo ese universo de creaciones, ¿cuáles serán las canciones más emblemáticas de la ciudad? La respuesta quedó en manos de cinco expertos, quienes, consultados por Página Siete, identificaron las diez “canciones ícono” de Chuquiago. Si se trata de ritmos nacionales, el compositor Ramiro Soriano identificó a la cueca Cholitapaceña, de Manuel Elías Coronel, como una de las más emblemáticas. También mencionó al taquirari Collita, de Fernando Román. “Son canciones que inmediatamente remiten a La Paz”, explicó.
Otra cueca es No le digas, un texto de Jaime Saenz musicalizado por Jesús Durán y Willy Claure, “un tema ícono de la ciudad”, sostuvo Carlos Gutiérrez, docente del Conservatorio Plurinacional de Música. Hugo Álvarez, director de la Banda Juvenil del Conservatorio, sostuvo que la morenada Lágrimas de amor, de Alfonso Zabala, es una de las más populares y preferidas por los paceños. Y para seguir con el folklore, el músico Vico Paredes considera como muy representativo al huayño Chuquiago Marka, de los hermanos Gonzalo y Ulises Hermosa, de Los Kjarkas. Para Panchi Maldonado, de Atajo, debe integrar la lista el fox-trot Nevando está, de Adrián Patiño. “Es una canción que ha marcado la historia musical paceña”, asevera.
Pero La Paz no sólo ha inspirado temas en ritmos nacionales. Según Soriano, el tango Illimani, de Néstor Portocarrero, es otro de los íconos, pues plasma un retrato de la esencia y los paisajes de la ciudad. En el caso del rock, Gutiérrez identificó a De satélite a la Pérez, de Atajo, como otro fijo de la lista. “Narra la cotidianidad de la ciudad, como el uso del minibús, tan repudiado y tan necesario”, argumentó. Otro género musical que da vida a un tema inspirado en un personaje histórico de La Paz es el vals, en este caso el titulado La tía Núñez, de Luis Rico. Por último -y volviendo a lo nacional- integra también el “top ten”, en criterio de los consultados, la morenada La cabeza de Zepita, de Manuel Monroy Chazarreta.
Jaime Nisttahuz, escritor:
“Una fotografía de los intríngulis de La Paz” ¿En su criterio cuáles son los dos o tres libros que retratan, interpretan, reflejan mejor a La Paz y por qué? La noche de los turcos, de René Bascopé; Borracho estaba pero me acuerdo, de Víctor Hugo Viscarra, y Periférica Boulevard, de Adolfo Cárdenas. El primero, porque muestra casi hasta el olor de los conventillos o casas de vecindad; el segundo, nos hace palpar el sub-
mundo de quienes viven marginal e indigentemente; el tercero, porque ha logrado reproducir el lenguaje de los pandilleros y grafiteros, con un desmadre: han proliferado los grafiteros y rebeldillos que embroman que da calambre fachadas y hasta monumentos. ¿Qué escritores trabajaron mejor el imaginario paceño en sus obras?
Los autores de los libros anteriores, porque más allá de la descripción casi fotográfica de los intríngulis de la ciudad de La Paz, retratan el carácter y la manera de ser de los paceños, que somos quienes hacemos la vida de esta ciudad. Y lo han hecho de manera auténtica, sin rebuscamientos intelectualoides ni poses literarias, reproduciendo ese inconformismo vital de sus personajes.
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Efeméride paceña
Archivo Histórico de La Paz
Dos niñas de mediados del siglo pasado en una calle de la ciudad.
La Paz: hombres y mujeres l Extracto de una obra poética musical que el autor presentó hace algunos años en homenaje a la sede de Gobierno.
U
na canción homenaje a Alonso de Mendoza, fundador de La Paz, y un tema épico que describe la llegada del Libertador Simón Bolívar a la antigua Chuquiago Marka abren este breve homenaje a algunas de las figuras fundamentales de esta ciudad. Jaime Saenz y la bohemia de Felipe Delgado y la Tía Núñez, el personaje más simpático de la cotidianidad paceña de los años 40 y 50, completan esta propuesta poético nostálgica. Memoria eterna “Garrobilla Badajoz / parió un niño aventurero / bautizado por el clero / fiel, rebelde a viva voz. // Al igual que Hernán Cortés / la aventura más penosa, / don Alonso de Mendoza / puso en tierra sus dos pies. // Cruzó monte hacia la luz / cabalgando su caballo / vistió galas, vistió sayo / y encontró aquí la luz. // Los metálicos hispanos, / los indios a flor de piel / probaron juntos la miel / un instante ser hermanos”. A tiempo de fundarse la ciudad de Nuestra Señora de La Paz fue plantada una cruz para dejar establecido su carácter de población cristiana. A su lado, una picota como símbolo representativo de la autoridad y el cumplimiento de la ley. Así la ciudad nació con olor a pólvora. Este olor a pólvora y este gusto por las batallas estaba destinado a perdurar; pues
lejos de ser un pueblo de paz, fue siempre un pueblo de guerra, belicoso y batallador. Las casonas coloniales se construían de un piso o de dos apenas con paredes de adobe y techo de teja. Tenían dos patios que parecían plazoletas con corral al interior. El frontis tenía cuatro o seis ventanas de balcones cerrados con puertas de naranjo o cedro. El empedrado era de guijarros con su canal abierto para el arrastre de las inmundicias en caso de que lloviera. La Paz tenía el encanto de sus calles, cuyo trazado obedecía a la estética sentimental del azar y a la geometría pintoresca del capricho de los siglos. Viejas casonas con aire conventual y rejas con filigranas de hierro, residencias señoriales de factura colonial labradas con piedra de sillería, casas solariegas de rancio abolengo español, en las cuales los alarifes castellanos pusieron la inspiración de su arquitectura renacentista, barroca y plateresca, allá, los indios dejaron la huella de sus esfuerzos en el encaje ornamental de las piedras talladas a cincel. Las famosas y empinadas calles de La Paz fueron para su pueblo, el camino de su calvario y también de su gloria. La entrada de Simón Bolívar Cuatro notables alturas dominaban la ciudad: Munaypata, o la altura del amor; Cusipata, o altura de la alegría; Hul-
Luis Rico Cantautor
“La Paz tenía el encanto de sus calles, cuyo trazado obedecía a la estética del azar”. quipata, región de Santa Bárbara, y Laykhapata, zona del tambo de carbón. Bajando por la calle de las retamas estaba la calle de los zapateros. Diego Calahumana salió de su casa en la calle de los zapateros y guió su henchido pecho a la calle empedrada por donde llegarán los libertadores. Tiene noticias que vienen a paso lento cortando el frío del altiplano, tiene noticias que vienen a paso brioso por las orillas del lago sagrado. La ciudad está vestida de fiesta y florece sobre el manto de cal de sus paredes. Las muchachas se asoman tras los visillos, los militares igualan los flecos de sus charreteras ensayando la voz de mando a la tropa, los doctores
aguantan de pie el planchado de la levita. Todo está preparado para la llegada de don Simón Bolívar a este magnífico valle de Chuquiago Marka. “La ciudad de las retamas, / con los ojos transparentes, / mira el camino de piedra / que trepa el cerro y se pierde. // El Illimani la cuida, / con el silencio de siempre, / los balcones asemejan /encajes que el roble teje, / las paredes de cal viva / blanquean el aire alegres. // Los zaguanes se conmueven, / hay un latido solemne, / las campanas de la plaza / anuncian que son las nueve”. // “Ya veo su capa roja / sobre un gran potro de nieve. / Como buen criollo monta / segura briosamente. / Lleva una espada. / Su figura resplandece, / bajo el sol americano / como un rayo inteligente. // Yo me acerqué sigiloso / y le dije con voz tenue: / “Padre de la Patria mía / te haré un huayño que te muestre / con las botas siempre puestas / y el continente en la frente”. No le digas, Jaime Saenz A la medianoche de ayer un hombre oscuro, de barba y abrigo negro, ha cruzado la plaza de Churubamba con dirección a la calle Condehuyo. Los perros percibían sus pisadas en los charcos, el silencio se rompía con el uhuu uhuu de la jurk’utas en las cornisas y se sentía el olor a tabaco negro. El más viejo de los t’hirilleros decía con esfuerzo: “Estoy sintiendo que Don Jaime no está con nosotros”. Eso no ponía en
duda la presencia de una botella con singani de Luribay que todos los presentes libaron a la salud del ausente. Al día siguiente, el portero del Tambo Quirquincho encontró su sombrero blanco colgado de una aldaba. Adentro, metido en el forro, un papel donde estaba escrito: “Debo ir a Tipuani a lavar oro y a Sorata a buscar lirio”. “Si te encuentras con la Ninfa, / no le digas que he llorado, / dile que en los ríos me viste / lavando oro para su cofre. // Si te encuentras con la Trini, /no le digas que he sufrido, / dile que los campos me viste / cortando lirio para sus trenzas. // Si te pregunta la Flora, / acordándose de mí, / no le digas que me has visto, / no le digas que la quiero, /en un rincón del olvido, / no le digas que le espero”. La Tía Núñez “Infaltable en la retreta del domingo /Adrianita con su traje de ilusión / ocultando el maquillaje en su abanico / y en el ala del sombrero un gran rozón. // Lleva el guante perfumado con retamas / y saluda a la elegancia y distinción / guiña el ojo coqueteando a quien la ama / por darle destinatario al corazón”. (…) // “Mientras suena la guitarra en serenata / el espejo la refleja en doncellez / salen fotos, cartas flores de petacas / y ella extiende en su alcoba su vejez. // Esta es la mujer que un día / quiso ser la novia vestida de tul / la que ahogada en ilusiones / sufrió la tortura de la vil traición”.
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