SAN MIGUEL DE TUCUMAN, DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 2013
3 El analista internacional Jorge Castro contrasta la conflictividad argentina con lo que le ofrece el contexto global.
4 “Quizá lo único bueno de envejecer es que uno se impone aprovechar el tiempo”, piensa Guillermo Martínez.
5 a SECCION
ALICE MUNRO, UN AMA DE CASA QUE ENCONTRÓ TIEMPO PARA ESCRIBIR RELATOS La catarsis de lo cotidiano ◆
Reconocer ◆
Por Ariadna Castellarnau
PARA LA GACETA - BUENOS AIRES lice Munro empezó a ser conocida alrededor de 1961, cuando en el periódico canadiense The Vancouver Sun apareció un reportaje sobre una joven escritora (entonces la autora tenía 30 años) que se había ganado una modesta fama publicando cuentos en revistas y vendiéndolos para la radio pública. El copete que encabezaba el reportaje decía: “ama de casa encuentra tiempo para escribir relatos”. Conocida como la “Chéjov canadiense”, Alice Munro, que en varias entrevistas cuenta que escribía en el cuarto de la plancha aprovechando las siestas de sus hijas, se enteró que había ganado el Nobel de Literatura a través de un mensaje que la Academia Sueca le dejó en el contestador luego de varios intentos frustrados de dar con ella. Munro nació en 1931, en una zona rural de la provincia de Ontario, un lugar que todavía conservaba parte del espíritu de frontera y de la dureza brutal de la existencia a la que tuvieron que adaptarse sus antepasados pioneros. El inicio de su vida adulta coincide con el salto de la economía rural del país a la prosperidad urbana, aspecto que aparece en sus cuentos, a través de esos personajes femeninos atrapados en vidas de conformidad y confort moderno (marido-casa-jardín y buenos electrodomésticos). Munro sentó las bases del realismo moderno canadiense, estilo que en el país vecino, los Estados Unidos, había triunfado bastantes años antes gracias a Cheever o a Carver. Un crítico de Canadá dijo una vez que Munro “inventaba la realidad”. En cualquier caso, la realidad que aflora en sus relatos es sombría e incluso cruel. Sólo por citar un par de ejemplos: en Demasiada felicidad (libro publicado en 2010, dos años después de que la autora amenazara con retirarse) una mujer visita a la cárcel a un marido que le mató a sus tres hijos y en otro cuento, una viuda le abre la puerta de su casa a un asesino. Fragmentos desencajados y marginales, que emergen en el medio de la una normalidad adormecida. La literatura de Munro está plagada de personajes ásperos, que se sobreponen al desastre y a la infelicidad sin heroicidad, de vidas alejadas de la mano de dios que aspiran al equilibrio sin alcanzarlo jamás, de corazones grises y sinceros. En su prosa está la huella de Katherine Anne Porter, Flannery O’Connor, Carson McCullers y, sobre todo, Eudora Welty. Cada uno de sus cuentos atesora esa cualidad de duración y mundo completo que tienen las mejores novelas. En sólo 30 páginas, Munro es capaz de contar una vida entera, dejándose fluir en una prosa limpia, delicada, que de repente se vuelve dolorosa y punzante. Pero por encima de todo, Munro tiene ese aura que acompaña a los verdaderos sabios que carecen de vanidad: su naturalidad es tan perfecta, sus personajes tan comunes, que no siempre se advierte a primera vista la magnitud de su talento. Su manera de entender el oficio literario es congruente con su prosa: escribir secretamente, sin hacer exhibición de los logros. Pero escribir, escribir, escribir sin parar. © LA GACETA
A
Ariadna Castellarnau - Escritora, periodista cultural, colaboradora del diario Perfil.
La nuez inalcanzable ◆
Por Fabián Soberón
PARA LA GACETA - TUCUMÁN l cuento moderno no es una maquina cerrada y perfecta sino un río que fluye desde la vida hacia la literatura y desde la literatura hacia la vida. Las aguas se mezclan y presentan episodios nítidos y precisos sobre hechos que muestran problemas concretos de individuos dispersos y melancólicos. Los finales son abiertos. Los personajes no son símbolos sino hombres amargados o alegres o mujeres lúcidas o tristes que luchan con sus penurias pueriles. La serie del cuento moderno incluye, entre otros, a Chéjov, Katherine Mansfield, Ernest Hemingway, Raymond Carver, Richard Ford, Tobias Wolff y Alice Munro. Cuentos como Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio, o Ficción o Puente flotante son claros ejemplos de un arte narrativo que sigue esta numerosa y exquisita tradición. Continúa en la página 2...
E
Por María Eugenia Bestani
PARA LA GACETA - TUCUMÁN
Así la calificó el diario canadiense que publicó su primera entrevista. 52 años más tarde, hace apenas 10 días, la escritora se encontraba en Victoria, visitando a su hija, y en su casa nadie contestaba las
La elección es incuestionable, el consenso generalizado. Sin embargo, este premio nos hace reflexionar sobre dos cuestiones. Por un lado, es el primero que se le otorga a un escritor canadiense (descontando el que obtuvo Saul Bellow en 1976, quien emigró a los Estados Unidos cuando era niño), por tanto, significaría un postergado reconocimiento a la notable producción literaria del país del norte, en su propio derecho, y no como una extensión o desprendimiento de la literatura inglesa, la estadounidense, o la francesa. Otra firme candidata ha sido, y sin duda, seguirá siéndolo, Margaret Atwood (Ottawa, 1939). Las políticas editoriales, proximidad lingüística y geográfica contribuyen a la confusión, incluso los relatos de Munro se publican primeramente en la americanísima revista The New Yorker. La segunda cuestión nos remite al género ficcional. Munro ha cultivado casi con exclusividad el cuento, y en menor medida la nouvelle. Entre sus libros hay dos que suelen catalogarse como novelas, pero, en realidad, son secuencias de cuentos: Vidas de chicas y de mujeres (1971) y ¿Quién te crees que eres? (1978). Entonces, también se está premiando un género literario, que aun hoy es injustamente visto como secundario o subordinado a la novela. Todavía hay quienes piensan que a Borges le negaron el Nobel por no haber abordado la forma novelística. Los relatos de Munro, sin embargo, juegan con las ambigüedades genéricas: por su extensión, se reconocen como cuentos, aunque la cadencia y la artesanía de la prosa sean más afines a la novela. Munro ubica la acción en ciudades rurales (entre ellas la recurrente Jubilee), en general, en el condado de Hurón, Ontario y nos describe lo que en profundidad conoce. Ha vivido en dos regiones definidas: nació y se educó en el Este de Ontario. Después de casarse con Bill Munro, se estableció por 20 años en Vancouver, donde trabajó en su librería. Al divorciarse, regresó a Ontario. Si bien esos pueblos se recrean como refugios casi idílicos, en contraste con la alienación urbana, contienen, como contrapartida, comunidades limitadas y limitantes, de cuya atmósfera represiva sus protagonistas añoran escapar. Sus relatos nunca verbalizan el misterio; sin embargo, sus lectores saben que en esa zona de silencio está la estocada. El hilo narrativo avanza y retrocede, gira. Los comienzos nunca marcan el inicio de la historia. El complejo movimiento reproduce el de la mente, en su afán por recuperar el pasado, por intuir las secretas motivaciones. Munro prefiere hablarnos de “reconocimiento”, no de entendimiento: “el acto de escritura es más un intento de reconocer, que de entender… porque no entiendo muchas cosas, en realidad, nuestras explicaciones nos arrastran más lejos… Siento una satisfacción con sólo aproximarme a algo que es importante y misterioso…”* © LA GACETA
llamadas. La Academia decidió
María Eugenia Bestani - Profesora de Literatura inglesa de la Universidad Nacional de Tucumán.
notificarla con este tuit: La
Nota: * M, A, Tesis (Universidad de New Brunswick).
Academia Sueca no ha podido contactarse con Alice Munro. Le dejó un mensaje en el contestador. Premio Nobel de Literatura. Así, por medio de Twitter, el mundo se enteró del nombre de la ganadora del Nobel de Literatura 2013.
ORGULLO * POR ALICE MUNRO Hay gente que lo entiende todo al revés. ¿Cómo explicarlo? A ver, hay quienes lo tienen todo en contra (un golpe, o veinte, que para el caso es lo mismo) y salen adelante. Al principio cometen errores (se ensucian en los pantalones cuando están en segundo de primaria, por ejemplo) y luego se quedan toda la vida en un pueblo como el nuestro, donde nada se olvida (y en cualquier pueblo, en cualquiera, es lo mismo), y aun así se las arreglan, demuestran ser personas campechanas y joviales, que dicen de corazón que no querrían vivir en otro sitio por nada del mundo. Con otra gente es distinto. No se van, pero uno desearía que lo hicieran. Por su bien, podría decirse. Sea cual fuera el agujero que empezaron a cavarse en el pasado (ni siquiera algo tan evidente como los pantalones cagados), ya no abandonan, siguen cavando, incluso agrandándolo si existe la posibilidad de que pase desapercibido. Las cosas han cambiado, desde luego. Hay terapeutas al quite. Cariño y comprensión. La vida es más dura para algunos, nos dicen. No es culpa suya, aunque los golpes sean puramente imaginarios. Quien los recibe, o no los recibe, según el caso, los siente en lo más vivo. Pero con buena voluntad se puede sacar provecho de todo. *Este cuento forma parte del libro Mi vida querida (Lumen).
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LA GACETA
LITERARIA DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 2013
LANZAMIENTOS / LA GACETA LITERARIA / LOS MAS LEIDOS / LA GACETA LITERARIA / CRÍTICA DE LIBROS / LA GACETA LITERARIA
EL ÁRBOL Y LAS HOJAS Horacio Augusto Ibáñez Hlawaczek
$ 200
EDITORIAL UNSTA (580 PÁGINAS)
Con fundamento bibliográfico sólido, la vida de John R.R. Tolkien, el creador de El Señor de los Anillos, se mezcla con su obra, mostrando las preocupaciones e intereses del hombre y del padre, del creyente católico y del filólogo, del amigo, del profesor y, claro, del escritor.
CRISTIANOS ANTIFASCISTAS José Zanca
$ 115
SIGLO VEINTIUNO EDITORES (272 PÁGINAS)
El universo católico, tan diverso y conflictivo como el liberal o el de las izquierdas, fue escenario de fuertes controversias en el período comprendido entre la Guerra Civil Española y el Concilio Vaticano II. Zanca estudia a un grupo de católicos que participaron de esas disputas.
LA FLOR PISOTEADA Ronald Firbank
$ 80
MARDULCE (184 PÁGINAS)
Ambientada en un país imaginario, la novela narra las oscilaciones de mademoiselle de Nazianzi entre el misticismo de un Convento y la vida en la corte. La obra se convierte en sátira hilarante sobre las formas europeas de la monarquía, el ascenso social y la religión.
REALIDADES Autores varios
SIN DATOS
FONDO EDITORIAL (136 PÁGINAS)
Reúne poemas de escritores de Plottier, Trelew, Mar del Plata y Capital Federal. Los autores renuevan en sus obras no solamente su vínculo con la escritura como creación para sellar grietas, sino también su “compromiso social imprescriptible”.
ANHELOS Alberto J. Gómez
SIN DATOS
PROSA Y POESÍA AMERIAN EDITORES (100 PÁGINAS)
“Es trágico cofirmar que desde reinos hasta repúblicas, desde dictaduras hasta democracias, la sociedad reitera los errores por no tener memoria”, dice el autor, quien recopila, con en un diario, breves y contemporáneas anotaciones sobre injusticias y abusos de poder.
ÚLTIMAS POSTERGACIONES Enrique Roberto Bossero
$ 55
VINCIGUERRA (80 PÁGINAS)
Juro sobre estos entrañables libros de poesía / de quienes me precedieron y admiro / no repetir de aquí en más la palabra / muerte / en los próximos versos que pudiere escribir / ni en su forma textual y explícita / ni en cualquier otro modo de conjugación.
ANTROPOLOGÍA DE LA GLOBALIZACIÓN Marc Abéles
$ 93
EDICIONES DEL SOL (224 PÁGINAS)
¿Se puede seguir hablando de cultura en un sentido antropológico clásico, que tarde o temprano remitirá a alguna territorialización, cuando un rasgo central de la globalización post-moderna es, justamente, lo que se ha denominado la desterritorialización?
EL LIBRO DEL TAO Lao Tse
$ 49
TAURUS (96 PÁGINAS)
Obra fundamental para la religión y la filosofía chinas, es una sencilla guía de la virtud que incita a la paz, el entendimiento y la humildad. Ofrece consejos políticos y recomendaciones de sabiduría popular, y ha servido de inspiración a artistas a través de los tiempos.
Historias de los momentos en que la vida cambia la talentosa canadiense ha cultivado el género del cuento casi con exclusividad CANADAMIGOS.COM
RELATOS DEMASIADA FELICIDAD ALICE MUNRO (Lumen - Barcelona) Alice Ann Munro (Ontario, 1931-) es una de las grandes autoras de habla inglesa: merecedora del Premio Booker Internacional a la trayectoria (2009), tres veces ganadora del Governor General’s Award, y, desde hace años, candidata al Nobel de Literatura que, finalmente, ha llegado durante este mes. Prolífica y talentosa, ha cultivado el género del cuento casi con exclusividad, lo que le ha valido el apelativo de la “Chéjov canadiense”. Como en los relatos del escritor ruso, en los de Munro muy poco sucede; se sustentan en el delicado ensamblaje de secuencias que llevan al momento revelador, epifánico, donde cada gesto cobra sentido y se ilumina. En general, sus historias tienen como escenario el condado de Huron, Ontario. Aunque, ya delimiten una zona rural o una urbana, sus implicancias y proyecciones siempre son universales. A pesar de algunos saltos temporales, el estilo de Munro es despojado y transparente, de una cadencia lenta, lo que, a menudo, emparienta su prosa con la novela, más que con el cuento. Los finales abiertos, reverberantes, eluden conclusiones o juicios terminantes. Como un afilado escalpelo, su prosa sabe calar en las complejidades psicológicas y las ambivalencias de la vida. Dentro de esta relativa placidez narrativa, no obstante, se cuelan elementos inquietantes: asesinatos, enfermedades terminales, accidentes, anomalías físicas o mentales, hipocresía moral o corrosivas culpas. Esas sombrías presencias han dado lugar a asociar su nombre con una variante canadiense del subgénero gótico, Southern Ontario Gothic, junto al de autores como Margaret Atwood y Robertson Davis.
Puntos de inflexión
$ 85
LETEMENDIA (96 PÁGINAS)
El autor, dice Carlos Antonio Moncaut, “es el más grande sabedor, fidedigno y documentado de todo tema vinculado con nuestro pasado del campo criollo, un testigo atento de esa época, que aunque reciente, ya es un pasado que no volverá...”
LA SOPA DEL MONSTRUO Fortunato E. Nari
$ 49
VINCIGUERRA (80 PÁGINAS)
Cierta tristeza / en todo lo que canta / vaga en mis sueños, escribe el prolífico escritor santafesino en este libro que reúne haikus bien logrados. La obra inicia con un texto, en prosa, sobre la historia de un montañés y un monstruo, que da título a este volumen.
VIDA COTIDIANA EN BUENOS AIRES 3 Andrés Carretero
$ 159
ARIEL (376 PÁGINAS)
El libro acerca al lector, de manera informativa, los datos de cómo vivieron, se vistieron, se distrajeron y padecieron las mujeres y los hombres anónimos del ayer. El autor logra que ese pasado adquiera la dimensión de lo vigente, como si estuviera vivo y al alcance de nuestras manos.
RONDA EN ALTAS HORAS Carlos Busignani
$ 140
EDICIONES DEL DOCK (380 PÁGINAS)
Este volumne reúne la obra poética de casi 30 años del autor, desde Cantos de Ceniza, publicado en 1985, hasta El ojo extranjero, hasta ahora inédito, que contiene los poemas escritos en los últimos tres años. El autor mantiene el espíritu y la estructura original de sus creaciones, pero con algunos cambios y reescrituras
muestra un punto de inflexión en la vida de un personaje (en su mayoría, mujeres). En Dimensiones, Dorée trata de reinventar su identidad, después de una tragedia que la desposeyó de sus hijos. En Madera, Roy toma conciencia de la condición mental de su esposa. Juego de niños muestra a dos amigas que, a pesar de un largo distanciamiento, han permanecido emocionalmente unidas por el peso una culpa, que comparten desde la niñez. La nouvelle que cierra el volumen y da título al libro, Demasia-
Los escritos autobiográficos de la reconocida matemática y novelista rusa Sofía Kavalevski parecen haber fascinado a Alice Munro
Cada uno de los 10 relatos que integran Demasiada felicidad
da felicidad (notable por su atipicidad dentro de la narrativa de Munro), recrea los últimos años de la vida de un personaje histórico, Sofía Kavalevski. Los escritos autobiográficos de la reconocida matemática y novelista rusa parecen haber fascinado a Alice Munro. Cabe lamentar que la traducción de Flora Casas al español peninsular puede presentar dificultades léxicas para un lector argentino. © LA GACETA
MARÍA EUGENIA BESTANI ◆
La nuez inalcanzable ... Viene de la página I.
PASTO PUNA Justo P. Sáenz (h)
GEOGRAFÍA RECURRENTE. En general, las historias de Munro tienen como escenario el condado de Huron, en Ontario.
Las piezas narrativas de Alice Munro son ejemplos del cuento largo, especie intermedia y compleja a mitad de camino del cuento y de la novela corta. Sus textos relucen por el desarrollo justo de los personajes y por las tramas sencillas y profundas que dejan ver cómo los personajes están atravesados por los pesares y los castigos de la vida provinciana de Canadá. Pero decir provincia implica, en la escritura de Alice Munro, pensar de qué ma-
nera insólita y digna esos espacios y movimientos se convierten en universales. En sus cuentos se cumple el dictamen y el deseo de Juan José Saer: la literatura no depende de la geografía. Otras demandas, más profundas, hacen música y eco en la escritura. Mujeres inteligentes, jóvenes astutas, enredos incipientes, amores contrariados, niñas pícaras, diálogos simples y hondos. Estos rasgos generales nada dicen del entramado fluido o el discurrir tormentoso y equilibrado de los cuentos. Si hay
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a n k i n g TUCUMAN
FICCION
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Y LAS MONTAÑAS HABLARON Khaled Hosseini CINCUENTA SOMBRAS DE GREY E. L. James INFERNO Dan Brown EL HÉROE DISCRETO Mario Vargas Llosa LA DAMA DE NOCHE Viviana Rivero
NO FICCION
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LA CABEZA DE CRISTINA José Antonio Díaz MAL COMIDOS María Soledad Barruti MI HISTORIA Sergio “Kun” Agüero CRESCENDO Becca Fitzpatrick EL MAR DE LOS MONSTRUOS Rick Riordan
algo que se destaca es esa zona intermedia entre la confesión y la historia, entre la narración de hechos cotidianos y la reflexión solapada e indirecta sobre la manzana roja de la vida. Las tramas rozan el tuétano, la nuez inalcanzable de la vida. Munro muestra los pesares y las pequeñas alegrías, el aire dulce y el olor aciago de existencias comunes y universales. Como Chéjov, sus personajes y sus tramas no aspiran a la solemnidad sino que se arman con la cercana telaraña de la vida, esa que se derrama un do-
mingo en una sobremesa o en una conversación pasajera (y crucial) entre sobrina y tía: diálogos que evocan un pasado irrecuperable. Munro ha escuchado las voces que tintinean en habitaciones cerradas, en la intimidad más oculta, y ha armado una literatura fresca y densa, de una aparente sencillez: el falso tono directo que perturba. © LA GACETA Fabián Soberón - Escritor, crítico literario y cinematográfico. Finalista del Premio Clarín de Cuento.
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a n k i n g ARGENTINA
FICCION
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Y LAS MONTAÑAS HABLARON Khaled Hosseini BAJO LA MISMA ESTRELLA John Green CINCUENTA SOMBRAS DE GREY E. L. James INFERNO Dan Brown EL HÉROE DISCRETO Mario Vargas Llosa
FUENTE: REVISTA ADN
o v e d a d e s
M U N R O
LIBRERIAS EL ATENEO, EL GRIEGO Y LA FERIA DEL LIBRO
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A L I C E
NO FICCION
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MAL COMIDOS María Soledad Barruti LÍNEAS PARALELAS Charly García ÁGIL MENTE Estanislao Bachrach ENCUENTROS Gabriel Rolón ¡VIVA LA SANGRE! Ceferino Reato
LA GACETA
LITERARIA DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 2013
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CRITICA DE LIBROS / LA GACETA LITERARIA / FRAGMENTOS / LA GACETA LITERARIA / CRITICA DE LIBROS / LA GACETA LITERARIA
Retrato de Erich Priebke
LA GACETA / FOTO DE MARÍA SILVIA GRANARA (ARCHIVO)
En este fragmento de Odessa al Sur (editorial
Aguilar) el autor describe su encuentro con el criminal nazi que vivió en Bariloche y murió la semana pasada en Roma ◆
Por Jorge Camarassa
rguido sobre su metro ochenta y cinco, seguro de sus modales educados, el ex capitán de las SS hitlerianas Erich Priebke abrió la puerta de su departamento y me invitó a pasar. Una llovizna fría caía aquella mañana sobre San Carlos de Bariloche, mil quinientos kilómetros al sur de Buenos Aires, y Priebke, el hombre que la miraba caer desde la ventana de un tercer piso, tenía los ojos grises y helados como las gotas. El día anterior, viernes 6 de mayo de 1994, su nombre había empezado a recorrer vertiginosamente todo el mundo. Ante una insobornable cámara de televisión, Priebke, octogenario y lúcido, había admitido su participación en asesinatos en masa, su fuga de Europa en 1947 con la ayuda de la Iglesia católica, su establecimiento e inserción en la Argentina, y su relación con otros ex camaradas que, como él, habían llegado al país después de la guerra. Sin proponérselo, a casi cincuenta años de la caída del Tercer Reich, había vuelto a atraer la atención sobre una leyenda negra: la de los criminales de guerra prófugos y su último refugio en el santuario argentino. La importancia de su caso (y en esto mismo iba a estar su condena) la daba el hecho de que parecía dispuesto a hablar, a contar en primera persona su propia historia, una ventana abierta a la historia mayor de los nazis después del nazismo. Yo sabía esto cuando tomé el primer avión para ir a verlo, y sabía también que sólo era cuestión de tiempo que Priebke se arrepintiera y se llamara a silencio, como había permanecido los últimos cincuenta años. Pero, mientras hablara, su caso se convertiría en una inagotable caja de sorpresas. Aquella mañana de mayo de 1994, y al día siguiente, después de casi cinco horas de charla, supe que los fantasmas del Tercer Reich aún sobrevolaban Bariloche. En su casa, Priebke me habló de su vida, de la guerra, de la matanza de las Fosas Ardeatinas, de las relaciones con altos dignatarios de la Iglesia, del respeto servil con que los policías fascistas italianos se inclinaban ante su lustroso uniforme de oficial SS, y de la misteriosa y bella ciudad donde vivía. Eric Priebke, quien por entonces se hacía llamar Otto Pappe, había llegado a San Carlos de Bariloche en 1954 con su esposa, Alicia Stoll, y sus hijos, Ingo y Jorge. Bariloche entonces, más que ahora, parecía un pedazo de la Selva Negra recostado entre la cordillera de los Andes y el Nahuel Huapi, en el corazón de la Patagonia de los lagos. Una colonia alemana nutrida y poderosa, que había crecido desde el inicio de la guerra, le dio la bienvenida. Por las calles de la ciudad caminaba el médico de Auschwitz, Joseph Mengele; el ex piloto de la Luftwaffe, Hans Ulrich Rudel, participaba en los torneos de esquí del Club Andino; el financista Ludwig Freude, amigo de Perón, tenía una casa camino al Llao Llao; el artífice
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de la “solución final”, Adolf Eichmann, pasaba ocasionalmente sus vacaciones cuando algún amigo lo invitaba, y Friedrich Lantschner, el ex gobernador nazi del Tirol austríaco, ya había abandonado su falso nombre de Materna y empezaba a edificar una empresa constructora. En Bariloche, Priebke se sintió como en Berlín o como en el cuartel romano de la Gestapo donde había trabajado. Hablaba solamente en alemán, bebía cerveza en el Deutsche Klub, se encontraba con ex camaradas en sus paseos por la costa del lago, y cada 20 de abril festejaba los cumpleaños de Adolf Hitler en el último piso del hotel Colonial, en las habitaciones que ocupaba Hermann Wolff, dueño del restaurante El Jabalí. El grado que Erich Priebke había ostentado durante la guerra, capitán de las SS, le abrió camino entre la colectividad. Dos años después de su llegada al pueblo puso una fiambrería a la que llamó “Viena”, y se transformó en el presidente de la Asociación Cultural Germano Argentina. Empezaba a ser un hombre público. Empezaba a ser “Don Erico”. Al principio vivió modestamente en un barrio de chalets de una planta y calles irregulares. Sus vecinos eran el ex agente de inteligencia del ejército alemán Juan Maler, el ex magistrado y oficial superior de las SS Max Naumann, el banquero nazi Carlo Fuldner y el ex gobernador Lantschner. A otros oficiales de la Gestapo o las SS, como Ernst Hamann y Winfried Schroppe, los encontraba cada tarde en el Club Alemán. Desde la asociación que presidía, Priebke controlaba el colegio de la colectividad, que durante la guerra había sido considerado propiedad enemiga, expropiado y luego reabierto con el nombre de “Primo Capraro”. Enérgico y emprendedor, don Erico había comenzado a construir una hostería en los terrenos de su casa, y después la había transformado en una clínica. Impulsaba el colegio, incorporaba actividades sociales al Deutsche Klub, mandaba gacetillas al diario Argentinische Tageblatt, que las publicaba con su firma, y participaba en la vida comunitaria como líder de los alemanes de Bariloche. Durante cada Fiesta de la Nieve estaba en el palco con el gobernador y el intendente de turno, se sacaba fotos con militares y jefes de Policía, presidía el desfile de las colectividades, donaba mantas y cunas al hospital regional, era miembro del Rotary y socio vitalicio del Automóvil Club Argentino. Era un buen vecino. Pero el 9 de mayo de 1994, cuando dos oficiales de la Policía Federal llegaron hasta su casa para comunicarle que estaba detenido, a Erich Priebke el mundo se le vino encima. Y ni él ni los otros buenos vecinos de Bariloche pudieron entender qué tenía de malo aquello de lo cual lo acusaban: fusilar civiles con las manos atadas a la espalda. Eso, decían, había ocurrido mucho tiempo atrás y muy lejos de esa idílica ciudad patagónica.
UNA VISIÓN DE FUTURO. Para Castro, la estrategia de desarrollo económico argentino debe basarse en la especialización agroalimentaria y la reconversión industrial. También apunta al agro nacional, al cual considera el más competitivo del mundo.
Una convocatoria a aprovechar la mayor oportunidad contradicción entre la conflictividad en la Argentina y lo que ofrece el contexto mundial
ENSAYO EL DESARROLLISMO DEL SIGLO XXI JORGE CASTRO (Pluma Digital - Buenos Aires)
Jorge Castro, referente indiscutible en Política internacional, divide su obra en cinco etapas o partes, a la vez subdivididas en capítulos, y una esclarecedora conclusión final. La primera parte está abocada al contexto mundial del desarrollo capitalista en el siglo XX. El más sustancioso capítulo es el dedicado a Marx y a Schumpeter. La segunda parte trata sobre las características históricas de la economía argentina -y en particular acerca de las estrategias de desarrollo- desde cuatro posturas diferentes a la hora de decidir las políticas económicas para im-
pulsar el crecimiento económico del país: las visiones de Juan Domingo Perón, Rogelio Frigerio, Silvio Frondizi y Federico Pinedo. El denominador común de esta sección es el estudio particularizado sobre la relación entre el Estado, la economía y el poder político como factor central del desarrollo económico argentino; la situación de posguerra y la evolución histórica del agro argentino incentivado por la inmigración; el progreso técnico, las relaciones con Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania, las diferentes estrategias frente a un mundo que se reacomodaba. La tercera parte -que da título al libro- es apasionante. Aborda la “Acumulación capitalista en la segunda década del siglo XXI”. Después de la crisis de 2008 y 2009, el mundo ha ingresado en una etapa de posglobalización y la acumulación de capitales pasó de los países avanzados a los emergentes, en especial a Chi-
na, India y Brasil. Esta situación nos abre posibilidades insospechadas. A partir de este contexto, en la cuarta parte el autor estudia “El papel del Estado en el desarrollis-
El autor realiza un estudio particularizado sobre la relación entre el Estado, la economía y el poder político. mo del siglo XXI” y el significado del planeamiento estratégico. En su quinta parte postula la estrategia de desarrollo económico argentino, basado en la especialización agroalimentaria y la reconversión industrial; China y las perspectivas de largo plazo del agro argentino; las empresas biotecnológicas; el agro argentino (el más competitivo del mundo) y el Mercosur.
Finalmente, en su conclusión el autor expresa que el rumbo de una etapa decisiva en la historia de un país no es arbitraria sino el resultado de la necesidad de la época en cada presente. En palabras de Carl Schmitt, “No hay pasado ni futuro, sólo un eterno presente”. De allí “la asombrosa contradicción que existe entre el extraordinario grado de conflictividad interna que experimenta el país y la oportunidad histórica que se le ofrece a la Nación, sin distinción de sectores, actividades o ideologías, en el contexto internacional más favorable que ha tenido a lo largo de toda su historia”. Más que un libro de análisis político-económico es un llamado inteligente a la reflexión, un texto que nos insta a aprovechar la oportunidad, quizás única, que hoy nos ofrece el mundo. © LA GACETA
HORACIO SEMERARO ◆
Una cuestión, básicamente, excrementicia ENSAYO LA MATERIA OSCURA FLORIAN WERNER (Tusquets - Buenos Aires) La materia oscura. Historia cultural de la mierda. Sí, lector, ha leído bien: el subtítulo de este libro es su tema. Recuerdo haber visitado el palacio de Versalles y quedado debidamente informado que en su época de esplendor no contaba con baños ni letrinas: las heces de los habitantes eran arrojadas desde las ventanas, y sus complicados jardines recibían las de los visitantes. Werner agrega otros testimonios: “A finales del siglo XI… (Inglaterra) establecía multas para quien defecara en la catedral de Chester” (pág. 11). Lo cual probaría que eso era una tentación frecuente. De modo que no sorprenderá la hipótesis central de Werner : “el asco que provoca el olor de los excrementos es una construcción cultural” (página 49). Y hasta parece interesante sostener con él que mientras el hombre medieval convivía con sus excrementos en ese estilo, el hombre moderno “cuando desarrolló paulatinamente una conciencia moderna de sí mismo, además de una conciencia de su propia autonomía e individualidad, se hizo cada vez más sensible y dejó de soportar… el olor de otras personas” (página 58).
Mucho más difícil me resulta seguir al autor en su valoración estética del excremento como materia prima: “Como materia de trabajo plástico, la mierda es ideal. Se puede conseguir barata en grandes cantidades” (página 161). Tampoco me resultó sencillo seguirlo en sus entusiastas descripciones del asunto (“Y no sólo cuando vamos al baño y el aroma de una boñiga reciente nos deja extasiados…”), su diversidad de etimologías y modos de referir al tema en distintas lenguas. Por fortuna, vi frenarse al autor ante la coprofagia estimando que ese comportamiento muestra que, “muy probablemente, la estricta separación de alimentos y excreción representa, sin más, un rasgo esencial de la cultura” (página 62). Como que ahí estaría el tope de la “diversidad cultural” y la vigencia de lo propiamente humano. Aunque sospecho que las ideas del autor se nutren desde el romanticismo alemán (que alimentó desafueros como el nazismo o el comunismo) este libro, informado y bien escrito, nos desafía a preguntarnos, una vez más, cuál es el borde que cruzó el ser humano para nacer a la cultura. © LA GACETA
JORGE ESTREÑÑA ◆
EL PALACIO DE VERSALLES. En su época de esplendor, no contaba con baños ni letrinas.
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LA GACETA
LITERARIA DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 2013
ENTREVISTA A GUILLERMO MARTÍNEZ
“Lo ideal sería que uno adquiera experiencia pero sin envejecer” Acaba de publicar un nuevo libro. Once cuentos agrupados en Una felicidad repulsiva. En esta entrevista, quien se ha transformado en los últimos años en uno de los escritores argentinos más destacados y traducidos, habla de su último trabajo y de algunas de sus técnicas para escribir, de las ideas que sobreviven en su cabeza a pesar de los años y de (casi todas) las contras que tiene la vejez. ◆
Por Alejandro Duchini
PARA LA GACETA - BUENOS AIRES l momento de mayor alegría es cuando termino un cuento. No soy un escritor que disfruta todo el tiempo de la escritura. Hay un momento muy penoso, que es el del primer borrador, en el que las ideas luchan entre sí para dirimir las bifurcaciones y uno tiene que estar en un estado de vigilia. Es entonces que ideas que parecían buenas se empiezan a arruinar. Además, soy muy lento para escribir: demoro con el primer borrador. Pero después viene la parte en que vuelvo hacia atrás, miro el cuento de otra manera y puedo trabajar en las transiciones, en la música de las frases. Y cuando logro terminarlo y lo escrito se corresponde con lo que pensé, siento una gran alegría. La parte puramente de placer tiene que ver con la corrección”. Lo dice Guillermo Martínez y bien merecida tiene la alegría que siente por estas horas si el resultado es Una felicidad repulsiva. Once relatos –algunos cortos, otros largos- en los que desfilan un pasado que se sospecha lo tiene como protagonista e ideas propias sobre distintos temas. Y además historias. Muy buenas historias.
ce a un grupo de cuentos que creé alrededor de mis 25 años.
- En estos cuentos se percibe una importante dosis de misterio. - Es que el elemento que más me interesa, tanto como lector como en el rol de escritor, es la inminencia de lo extraño. Algo que no está en la expectativa inicial. Mis relatos siempre empiezan en un estado de normalidad, y en algún momento, por lo que creo es el poder de seducción de la ficción, encuentro una forma de enrarecer una situación y lograr que de la fricción en las relaciones humanas aparezca algo que estará casi fuera del borde de lo real. Algo que puede limitar con lo fantástico, con lo siniestro. Me interesan los relatos en los que hay una atmósfera densa, algo imprevisible respecto de lo que se veía inicialmente.
- ¿Aplicás eso en lo personal? - Trato de escribir todos los días. Por eso sufro los viajes, las interrupciones. Hay que crearse, de algún modo, no digo una torre de marfil pero sí un lugar en el estudio rodeado de libros afines, con el propio pensamiento. Tratar de entrar a esa cápsula todos los días para continuar.
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- ¿De qué época son estos cuentos? - De 2001 hasta ahora. Un gato muerto fue el último que entregué. Pero uno de ellos, que no voy a decir cuál, pertene-
- ¿Cómo manejás las ideas para que no se pudran en tu cabeza? - Tengo por lo general una lista de temas y algunos han resistido el paso del tiempo. En la medida en que las ideas resisten ese paso del tiempo me siento más confiado a intentarlas. Si cuando vuelvo a ellas me parece que pueden dar lugar a un buen cuento, siento que se han probado a sí mismas. Dejo que las diferentes ideas de los cuentos luchen entre sí para ver a cuál me dedico en cada momento. Me interesa que permanezcan hasta encontrar la fuerza necesaria como para escribirlas. Entonces hay ideas a las que voy dejando a favor de otras que tienen más fuerza interna para ser escuchadas. - ¿Incide la práctica, el oficio, para escribir? - Creo que hay mucho de práctica. Lo comparo casi con el entrenamiento físico. Algo de escribir todos los días, que haya una cierta naturalidad, que se manifiesta de a poco. Por eso me parece importante la continuidad en la escritura.
- Las entrevistas o los compromisos tan habituales, si se tiene cierta exposición, juegan en contra cuando querés escribir? - Sí, pero a los escritores también les encanta ser interrumpidos, como decía Agatha Christie. - ¿Cuándo decidís si un texto es un cuento o una novela? - A veces una historia entra en una zona de convergencia. Otras veces la historia se cierra mucho sobre sí misma y en
esos casos se convierte en cuento. Cuando la historia en la que uno trabaja se abre, se bifurca y admite líneas teóricas, me parece que se convierte en una novela. - ¿Les temés a la página en blanco, a las trabas? - Hay momentos en los que uno advierte que está trabado y no está seguro de hacia dónde continuar. Suelo tener claro el final, pero a veces cuesta saber cómo se llega a él. En esos momentos críticos me doy cuenta de que hay algo que no está bien en la forma en que se ordenan los acontecimientos. No es una intuición si no una percepción, una lectura del propio texto. Algo que no termina de suceder de manera tan natural como uno quisiera. Me importa mucho lo de la naturalidad, que las acciones de los personajes sean con cierto grado de fatalidad pero también con naturalidad. A todo lo que es artificio trato de encontrarle el modo para que aparezca como necesario. - En numerosos pasajes de Una felicidad repulsiva referís a personas que envejecen. ¿Qué te ocurre con este tema? - Ayer vi un documental de Woody Allen: le preguntan qué piensa de la muerte y dice “sigo estando en contra”. Ja ja. Bueno, yo también estoy en contra. Todos tenemos la experiencia de que no hay nada demasiado positivo en el envejecimiento. Uno diría que podría ser la acumulación de experiencia, pero no habría por qué envejecer para adquirir esa experiencia. Lo ideal sería que uno la adquiera pero sin envejecer. Quizá lo único bueno del envejecimiento es que uno se imponga aprovechar mejor el tiempo. Pero en eso tampoco soy hábil. Sido siendo lento para escribir. Hay gente que sabe aprovechar mejor su tiempo. Por ahora volví a jugar al tenis dos veces por semana, aprendí nuevos golpes, recuperé la lectura como no leía desde la adolescencia. Más allá de lo que puedan decir los análisis médicos, que salen bien, me siento bien. Es un problema que espero demorar unos diez años más, con suerte.
PERFIL Guillermo Martínez se licenció en 1984 en Matemática, en la Universidad Nacional del Sur. Luego se doctoró en Buenos Aires y completó sus estudios en Oxford. Ganador de importantes premios literarios, publicó Infierno grande, Acerca de Roderer, La mujer del maestro, La muerte lenta de Luciana B., Yo también tuve una novia bisexual y los ensayos Borges y la matemática, La fórmula de la inmortalidad, Gödel para todos (junto con Gustavo Piñeiro). Ganó el Premio Planeta con Crímenes imperceptibles, novela traducida a 35 idiomas y llevada al cine por Álex de la Iglesia, con actuaciones de John Hurt y Elijah Wood. Uno de sus cuentos fue recientemente publicado en The New Yorker. - ¿Al escribir te planteás sólo contar una historia o imponer una idea sobre algún tema? - Ni sólo contar una historia ni sólo un pensamiento o idea. Es interesante la pregunta. No es exactamente la historia ni la encarnación de un pensamiento teórico. Hay algo así como un muro en el que aparece una tensión narrativa. Eso es lo que busco. Una tensión narrativa que se articule con una idea. Ese es el momento que me interesa. El momento en que algo que parece de un modo, si se lo mira con detenimiento, se convertirá en otra cosa. - ¿Tomás como punto de partida cosas que te ocurrieron? - Hay como un acorde autobiográfico para entrar en resonancia. Busco que el lector crea que lo que se le cuenta verdaderamente ocurrió así. Pero lo demás está falseado dentro de ciertas coordenadas o detalles que tienen que ver con temas que conozco, pero no todo es real.
- En Una felicidad repulsiva mencionás varias veces a la felicidad. ¿A qué se debe? - La verdad es que el disparador de ese cuento lo estuve pensando desde hace tiempo. Tiene que ver con un libro de frases que había en casa. “Si quieres ser feliz, no analices”, como dice mi papá. Me reencontré con esa frase años después de su fallecimiento. Tenía idea de hacer un cuento sobre la felicidad y la reencontré. Empecé a anotar frases. Algunas estaban trilladas. Quería hacer un cuento en contra de ese lugar común de que no existe la felicidad perfecta. Deseaba contar la mirada de un chico que se obsesiona con una familia perfecta. En el fondo tenía razón, aunque el cuento vira hacia lo fantástico. Pero creo que hay cierta mezquindad en el ser humano, que no puede creer que otro lo tenga todo. Si es inteligente, tiene que ser frío; si es apasionado, imprudente. Hay una especie de negación mezquina. - ¿La envidia generalizada? - Más que la envidia creo que está el costado tranquilizador de que el paso del tiempo va destruyendo a todos. “Algo tendrán”, “algo les pasará”, “¿viste que no eran tan felices?”, “no estoy solo en la desgracia”. - ¿Qué te ocurre al pensar en los libros que publicaste? - Me resulta extraño mirar hacia atrás y ver cuáles son mis libros. Siempre quise ser escritor pero nunca imaginé que mis libros serían estos que escribí. Nunca pensé que escribiría un policial, como Crímenes imperceptibles, o algo con tinte erótico como Yo también tuve una novia bisexual. Cada uno me interesó y fue lo que en ese momento quería hacer. Pero al ver lo que hice, siento cierta extrañeza, como si no fuera lo que imaginé. © LA GACETA
Claroscuros, personajes intrigantes y finales insospechados En estos cuentos, hay escenas que se repiten. A veces de forma tan sutil que da la impresión de que entre una historia y otra hay cierta continuidad. Como que en algún punto, aquello que se creía terminado renace en otro texto. El primero de los cuentos, que da título al trabajo, Una felicidad repulsiva, atrapa desde el principio. Pasan los años y un joven no deja de obsesionarse por una familia ideal. Hasta que la historia tiene un giro abrupto e inesperado. El siguiente es uno de los sus diálogos: - “¿Pero de verdad papá pensás que no puede haber alguien totalmente feliz? Mi padre pareció dudar, trató de recordar su tono irónico de siempre y me apuntó con un dedo. - Si quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho, no analices”. En el I Ching y el hombre de los papeles abunda el dolor. Pero también, y lo que podría ser peor, la desesperación. Lo que toda niña debe ver encierra una
de esas historias en que desde el principio se describe ese tipo de situaciones en las que los hechos se tornan cada vez más insólitos. Déja vu, los reinos de la posición horizontal es tal vez uno de los mejores relatos. Se mezclan el sexo, los sueños, la enfermedad y -otra vez- el padre. Pero algo que vuelve a repetirse es la imagen de alguien que duerme sentado. “Tiene que ver con mi papá, que en la etapa final de su vida debía dormir sentado muchas veces. Y yo también, de chico, por el asma”, dirá el autor durante el reportaje con LA GACETA Literaria. Unos ojos fatigados es directamente un relato fantástico que antecede a Un gato muerto, donde la incertidumbre acapara la atención del lector desde la primera línea. Los personajes se entremezclan a medida que crece el misterio hasta llegar a un punto alto, en el que se mantiene, para caer en un abrupto pero genial final. El sumidero de Dios es cor-
CUENTOS UNA FELICIDASD REPULSIVA GUILLERMO MARTÍNEZ (Planeta - Buenos Aires)
to, pero no por eso menor. En El peluquero vendrá recién en la última línea se sabrá de quién se trata. Aquí aparece nuevamente la imagen de la peluquería, un escenario recurrente en los relatos de Martínez. “Tres peluquerías hay en mis libros. Infierno grande, La timidez invencible del profesor Pipkin y éste. No sé bien por qué. La peluquería es un lugar interesante desde el punto de vista filosófico. Porque hay cierta separación del tiempo. Uno se mira en un espejo distinto al de su casa. En tu casa, al mirarte siempre en el mismo espejo, no se perciben los cambios. Pero sí en un espejo de peluquería, que es más revelador. Me ha pasado. Es como un momento de confrontación”, analizará en la entrevista. “Es el tema de la inminencia, de algo que en algún momento se va a disparar. Es lo que llamo la fuerza de los débiles. Ese cuento surgió de algo que me contaron. Apenas me lo contaron pensé ‘esto
es un cuento’. Lo que quería dejar como interesante es que el hermano menor se encuentra, de repente, con una defensa devastadora que en algún momento utilizará”, describe sobre el fenomenal El secreto. En Help me! dan ganas de decirle al protagonista que no, que no se meta donde se va a meter. Pero, por el contrario, uno se convierte en apenas un mudo testigo de hechos que se precipitan. Queda para el final Una madre protectora, un cuento largo que refleja las injusticias que se repiten cada vez más en nuestra sociedad. Una mujer se “adueña” de su hijo mientras un padre se desespera por verlo. Hay un primer desenlace. Fatal. Pero luego llega otro cierre. Así, esta historia se convierte en un broche de oro para este gran trabajo de Guillermo Martínez. © LA GACETA
ALEJANDRO DUCHINI ◆