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Rilke y el oscuro conocimiento de uno mismo

NaNao Sakaki, poeta itinerante del siglo XXI Andrés González y Yaxkin Melchy Ramos

Entrevista con P eter L iLieNthaL , cineasta uruguayo-alemán Esther Andradi

Cometas y asteroides: la fiebre del oro cósmica Norma Ávila Jiménez

■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 2 de julio de 2017 ■ Núm. 1165 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver

cinco cartas inéditas en español


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2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

L a equivocación de H amLet Marco Antonio Campos Go not to Wittemberg. Shakeaspeare, Hamlet, I,1

Son auténticas celebridades muchos de quienes tuvieron la fortuna de recibir una o más cartas de Rainer Maria Rilke, el gigantesco poeta nacido en Praga y muerto hace nueve décadas: Pierre Klossowski, Auguste Rodin, Marina Tsvetáieva, Rudolff Kassner y Louis Pasternak, entre otros. Sin embargo, además de las bien conocidas Cartas a un joven poeta, el autor de Sonetos a Orfeo y Elegías de Duino sostuvo correspondencia epistolar con muchas otras personas, incluida su madre, Sophie Enz Rilke. Hasta ahora inéditas en español, presentamos aquí cinco de las misivas que Rilke enviara a su progenitora con motivo de la Navidad, entre 1901 y 1925, período en el cual no se vieron ni una sola vez, y que son reveladoras de una intimidad en buena medida ignorada por la gran mayoría de los lectores, pasados y presentes, de quien es considerado, con absoluta razón,

Si Hamlet hubiera dejado Élsinor para divertirse o estudiar en una capital europea; si hubiera aceptado que Claudio –el asesino–, gobernara con su madre, en vez de fingir locura y embrollarse en meditaciones y diálogos que sólo exigían venganza; si hubiera entendido que todo poder corrompe y envilece, que no excluye el parricidio o el fratricidio, el despiadado lujo y el despojo sin contemplación; si hubiera entendido que en un reino o república, la canalla será siempre canalla; si hubiera entendido eso, habría tenido el trono, victorias militares, matrimonio con Ofelia, una prole principal, súbditos que lo halagarían, el naciente sol y los primeros brotes de primavera en Élsinor, Roskilde y Copenhague, cabalgatas por bosques de Jutlandia; si lo hubiera entendido, ah, si hubiera entendido que no es deseable pensar en demasía, y menos, mucho menos creer o suponer que la ética es follaje y flor del árbol, quizá hubiera alcanzado un fin de gloria, porque en política sólo el Mal te da la gloria.

uno de los poetas más relevantes de todos los tiempos. Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx

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Portada: Poeta atemporal Leonid Pasternak, Rilke en Moscú, 1928 Fuente: www.wikiwand.com/ dominio público

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Lucinda Ruiz, el gran apoyo de Hugo Gutiérrez Vega CáLIDO HOMENAJE A UNA MUJER DE HERMOSO CORAzóN, ATENTA SIEMPRE AL DOLOR AJENO y CAPAz DE UNA PROFUNDA ALEGRíA POR LA VIDA, qUIEN FUERA LA AMOROSA, TENAz y VALIENTE COMPAñERA DE VIDA DE NUESTRO HUGO GUTIéRREz VEGA.

Elena Poniatowska

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Hugo hablaba italiano, inglés, francés, un poquito de griego, unas palabritas ucinda Ruiz, esposa de Hugo Gutiérrez Vega, murió el pasado 11 de de rumano. junio y ha sido una tristeza no poder despedirme de ella. También “Si en Italia me creían romana, en Londres fui inglesa. Duramos cuatro años debe haberlo sido para quienes tuvimos el privilegio de visitarla y medio sin regresar a México porque el servicio diplomático no lo permitía en su modesto departamento de Copilco. Era fácil adivinar que, ya por falta de fondos. Mis hijas, por supuesto, iban a una escuela pública: Mósin Hugo, Lucinda no viviría mucho porque lo hacía para él. Su iliminica era amiga de una negrita y Lucy era amiga de una niña cuyo papá era un tada capacidad de entrega tenía un solo nombre: Hugo Gutiérrez Vega. Era una cocinero italiano. hermosa mujer, capaz de conmoverse por los demás. Vista de lejos, en la calle “Monsiváis vivió con nosotros. En la mañana lo llamaba: ‘Carlos’, y siempre era imposible no preguntar: “¿quién es?” Estatua de sí misma, de tacones altos se sobresaltaba, por más suavecito que lo tocara para despertarlo. Cuando tenía hubiera sido más alta que el poeta, que también era alto y guapo. Juntos, hacían hambre me decía: ‘Lucinda, dame tamal.’ Tamal era todo lo que fueran quesauna pareja cautivadora. Lo más cautivador era que estaban dispuestos a dillas, tacos, tostadas. él no se hacía ni un café. Así lo acostumbró su mamá. correr riesgos. Exponerse siempre fue parte de su vocabulario de vida. Son Cuando se fue de la casa me dijo: ‘Lucinda, vivir en tu casa ha sido pocos los que se la juegan y esta bella pareja se la jugó. Caminapara mí una experiencia irrepetible, nunca volveré a vivir ban abrazados pero también abrazaban su riesgo. con niños.’ Además de dar clases, Hugo y él iban al cine “Nos conocimos en querétaro –me contó Lucinda–. todas las noches. De Londres regresamos a MéSu padre, en segundas nupcias, se casó allá en queréxico porque Henrique González Casanova le taro y la media hermana de Hugo era mi compapidió a Hugo que dirigiera la Casa del Lago.” ñera de secundaria; íbamos juntas a la esBuen actor, buen director, siempre tucuela. Hugo me veía pero no se acercaba. vo nostalgia de enseñar teatro, aunque Era muy guapo. En un mitin del Pan me inen Londres lo hizo y en Italia también. vitó a tomar un refresco. él era de la juFundó el Teatro Latinoamericano de ventud panista, jefe de un grupo de jóveRoma. nes tapatíos que querían cambiar el país “De la Casa del Lago pasó a ser jey creían en gente tan decente como fe de Difusión Cultural de la unam Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna. La salvación de México fue uno hasta que lo nombraron consejero de sus sueños. Era muy buen orador. cultural en Madrid. Después nos tocó Cuando fue rector de la Universidad de Washington y Río de Janeiro y Atenas querétaro fundó la clase de oratoria. y Puerto Rico, sin volver a México ni de ”Nos casamos en octubre de 1960. Tuvacaciones. En Grecia, Hugo ya era emvimos que salir de querétaro por el pleito bajador y permanecimos allá siete años del patio barroco. Hugo pidió el patio del y medio. exconvento jesuita (parte de la Universidad) a ”Hugo amaba a México. Recorrió España de Patrimonio Nacional para restaurarlo, porque el norte a sur y de este a oeste en su Fiat para dar cura criaba ahí cerditos y gallinas. El obispo azuzó en conferencias y difundir nuestra cultura. Los españoles alegaban: ‘Es que los mexicanos no nos quieren.’ Humisa a la gente contra él, acusándolo de ‘comunista que go respondía: ‘Rompimos con un gobierno con el que no se botaneaba las hostias y lazaba a los santos’. La multitud enarFoto: La Jornada podíamos estar de acuerdo, pero jamás rompimos con España.’ Se decida fue a atacarlo a la Universidad con machetes, palos y piedras al hizo amigo de intelectuales como Luis Rosales, Félix Grande, Paca Aguirre. grito de: ‘¡Arriba Cristo Rey, abajo los comunistas!’ Hugo salió de la Universidad. Félix Grande escribió un libro sobre el asesinato de García Lorca, La calumnia, Debo contarte que la sociedad queretana también se disgustó con él porque abrió la Escuela de Psicología y les dijo a los muchachos que no era pecado masturbary Luis Rosales vivió con la pena de ser acusado de delación pero era una gente se. En una ciudad tan mocha como querétaro, imagínate lo que fue eso, ¡una reabsolutamente incapaz de delatar a nadie. volución! Los estudiantes lo defendieron con bombas molotov. Entonces Hugo ”Cuando se presentó el libro Noticias del imperio, de Fernando del Paso, decidió: ‘Si lo que quieren es mi cabeza, me voy.’ En lugar de reelegirse salió de Rafael Tovar dijo: ‘y Santa Socorro pasando todo a máquina.’ Al igual que SoRectoría y viajamos con nuestras dos hijas y yo embarazada de la tercera, Mónica, corro, la mujer de Fernando, pasé toda la tesis de Hugo a máquina cuando no a Roma porque lo nombraron agregado cultural. Tenía yo 22 años y Hugo 27. había computadoras sino Remingtons de un original y cinco copias. Si come”El embajador de México en Italia era el papá de Carlos Fuentes, don Rafael tías un error tenías que volver a mecanografiar toda la hoja.” Fuentes. La vida en Roma fue muy bonita, pero a Hugo lo nombraron de nuevo Gutiérrez Vega pudo hacer todo lo que se propuso gracias a Lucinda. Impoen la terna para la rectoría y lo eligieron y regresamos a querétaro, ahora sí sible desligarlo del amor de su mujer, de la alta fuerza de su mujer, y ahora que con nuestras tres hijas, Lucinda, Fuensanta y Mónica. Toda mi familia vive allá. ella ha muerto, pretendo recordarla aunque sea con este mínimo homenaje, ya Después de un tiempo, Hugo ya no quiso reelegirse y viajamos al Londres de que a Hugo también le habría parecido justo que se tomara en cuenta a Lulos Beatles y de Janis Joplin. Mis hijas ahora me dicen: ‘¡qué lástima que no cinda, unida a él en ese gran riesgo que se corre y se llama vivir éramos más grandes en Londres, mamá, porque nos perdimos todo eso!’”

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Nanao Sakaki,

poeta itinerante del

NACIDO EN LA PROVINCIA DE KAGOSHIMA EN 1923, NANAO SAKAKI FUE HEREDERO DE UNA LARGA TRADICIóN qUE CONCIBE LA POESíA COMO UNA FORMA DE APRENDIzAJE, CONVIVENCIA y CULTIVO ESPIRITUAL. VIAJERO INCANSABLE DE SU PAíS, EN LOS AñOS SESENTA SU OBRA REACCIONó ANTE LA DEVASTACIóN DE LA NATURALEzA y LA ALIENACIóN qUE CAUSA EL MODELO CAPITALISTA, y ENTRó EN CONTACTO CON LOS ESTADUNIDENSES GARy SNyDER, JOANNE KyGER y ALLEN GINSBERG, ASOCIADOS AL MOVIMIENTO DE LOS POETAS DEL LLAMADO SAN FRANCISCO RENAISSANCE.

Andrés González y Yaxkin Melchy Ramos

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a vida y senda de la poesía japonesa cuenta con más de catorce siglos, y está muy lejos de ser un todo homogéneo como a veces se quisiera imaginar. Dentro de esta ancha tradición, donde conviven los modelos nativos y las recreaciones de los modelos importados de China, destacan poetas singularísimos y excéntricos como el monje Ikkyū, quien escribió un libro llamado Kyōunshū o Colección de poemas de la nube loca. En este título, que alude a las nubes viajeras, subyace uno de los aspectos más fascinantes de esta tradición: la relación entre la escritura y la itinerancia. Muchos poetas japoneses aunaron la labor poética con la práctica de la itinerancia. Para nosotros, Bashō, en el siglo xvii , gracias a la pionera traducción de su haibun (diario de viaje escrito en una mezcla de prosa y verso) por parte de Eikichi Hayashiya y Octavio Paz, es la puerta de entrada a ese mundo de poetas viajeros. Pero Bashō no es el primero ni el único. Desde muy temprano, la figura del viajero (tabibito) se mezcló con la del misionero cultural y con la del practicante religioso, es decir, alguien que lleva y trae saberes a la vez que cultiva su corazón (kokoro) mientras visita sitios famosos de composición de poemas. Esta imagen se ha inspirado en las figuras de famosos ascetas y hombres santos o hijiri, que han creado a lo largo de los siglos un modelo de prácticas de la itinerancia en tanto modelo de aprendizaje, creación, convivencia y cultivo espiritual. Algunos de estos poetas asumieron el rol del viajero desde distintas perspectivas: como monjes itinerantes (unsui), hombres del haiku (haijin) o excéntricos (kijin). Este modelo del poeta viajero sufrió su primera crisis en la época Meiji (1868-1912), con la importación de las corrientes culturales de Occidente, entre ellas: el romanticismo, el postromanticismo, y luego, las vanguardias. El poeta y monje Taneda Santōka fue uno de los últimos poetas que encarnó este ideal literario en la época previa a la segunda guerra mundial. Su vida transcurrió con dificultad en medio de una sociedad que atravesaba la desarticulación de sus anteriores modos de vida. Su poesía es una síntesis entre la tradición del diario de viaje y el haiku libre. Con la muerte de Santōka, en 1940, parecía apagarse para siempre el espíritu de la poesía itinerante. Sin embargo, este sendero reverdeció después de la segunda guerra mundial entre los jóvenes. Nanao Sakaki (1923-2008), de la sureña provincia de Kagoshi-

nifiestos, traducciones, lecturas y poemas. También compartieron el ideal de llevar una vida alternativa al capitalismo en el Ashram del Baniano, en la remota isla de Suwanose, al sur de Kyūshū. La poesía de Nanao Sakaki y la de Gary Snyder se tocan en las formas de la poesía moderna, se comunican en la profundidad de su comprensión del zen, y toman rumbos diferentes: Gary como un morador enraizado en la Sierra Nevada de California, y Nanao como un tabibito del planeta Tierra. Ambos poetas pueden considerarse como dos orillas de una misma senda ecopoética. Nanao vivió caminando hasta su muerte en 2008. Movido por la poesía y el activismo medioambiental, encontraba hospedaje, comida y trabajo en casa de sus amigos. Con su mochila al hombro se internaba a vivir por largos períodos en galpones y casas abandonadas en el Japón rural. En un par de viajes Gregory Corso, Allen Ginsberg y Nanao Sakaki, en Santa Fe, Nuevo México, circa 1968 en la década de los ochenta y noventa recorrió el desierto del suroeste de Estados Unidos y el gran ma, fue uno de ellos. Después de la devastación ocadesierto de Altar, en Sonora. Allí, en medio de la solesionada por la guerra, Nanao se mudó al barrio de dad de los saguaros, se sintió como en casa y es cribió Shinjuku, en Tokio, el cual se convirtió en el escenario una bitácora poética de su exploración, titulada Los principal, durante los sesenta, de los movimientos cactus del viento. Además, nos dejó numerosos poemas, de protesta y contracultura. En este contexto, el antien japonés y en inglés, que cantan a los ríos de Japón, guo sendero poético se cruzó con el espíritu de la concomo el río Nagara y yoshino. tracultura, en el que destacaron los trotamundos y los La poesía de Nanao nos muestra la inmensa comvagabundos por convicción (fūten). plejidad de lo sencillo, denuncia los excesos de la vida En los sesenta, Nanao junto con otros poetas y soalienada de su entorno y siembra una profunda comñadores, como yamao Sansei y Tetsuo Nagasawa, conpasión hacia todos los seres vivos del planeta. Estos formaron La Tribu (Buzoku), un amplio y nutrido grupo aspectos lo emparentan con escritores japoneses coque buscaba formas de vida alternativas a la cultura del mo Miyazawa Kenji, Kaneko Misuzu e Ishimure Miconsumo, a la vez que indagaba en las raíces profunchiko, además de sus compañeros yamao Sansei y das, ni elitistas ni militaristas, de Japón. Esta búsqueda los llevó a asumir conceptos como yaponesia o JōmoNaga sawa Tetsuo, que fundaron una conciencia econia (en referencia a la cultura prehistórica Jōmon). Napoética y escribieron a partir de ésta. La particularidad nao recorrió varias veces Japón desde Hōkkaido a de la poesía de Nanao es que reivindica al viajero como Kagoshima y también hacia las alejadas islas Ryūkyū, un traficante de símbolos, canciones y “las últimas noes decir, de norte a sur, y viceversa. En esta época, el ticias de la naturaleza salvaje”. Por ello, para sus leccaminar de Nanao se encontró con la destrucción de la tores, Nanao es un poeta de mirada amplia y profunda, naturaleza salvaje y la desarticulación del mundo rural que forma parte de la genealogía de los grandes poetas en el marco del “milagro económico” japonés. itinerantes japoneses, además de ser el primer poeta de una tribu planetaria. A partir de entonces, la poesía de Nanao se orientó A fines de 2016 realizamos un viaje siguiendo sus hacia la preservación de la naturaleza, la recuperapasos por los ríos Nagara y yoshino. El siguiente poeción del modelo del poeta itinerante y la meditación. ma, que pertenece a su libro Tras los pasos de Koko­ Sus pasos lo llevaron a entablar una gran amistad con pelli, es una traducción que maduró a lo largo del caun grupo de poetas viajeros estadounidenses: Gary Snyder, Joanne Kyger y Allen Ginsberg. Con el primero mino, en el que fuimos conociendo la naturaleza que creó un vínculo transpacífico por el que circularon maNanao cantó


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Nanao Sakaki senderista. Foto: Art Rogers

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siglo XXI n o LLores río Y osHino Planeta Azul Yaponesia 1 El País de los abundantes juncos 2 siguiendo la línea tectónica que enlaza los Canales de Kii y Bungo 3 hay una corriente sagrada le llaman río le llaman río Yoshino Altivos montes de la Cordillera de Shikoku bíceps de la Tierra profundos valles barrancas vasos sanguíneos de la Tierra reuniendo nieve lluvia y savia de hayedos corren los rápidos de Ōboke y Koboke 4 y cuando se sosiegan arrozales mil andenes inundados donde flota la Luna Érase una vez cuando el viejo río Yoshino soñaba el siglo xxi veía funcionarios con portafolios y celulares que pasaban sentados en monturas de oro o quizá caballos de Troya de oro yendo por desiertos de hormigón y plantaciones de cedro 5 donde ni camellos pasan Pero aquí la incansable corriente el río Yoshino nos entrega su belleza su fuerza y su riqueza sin reservarse nada aquí termina su majestuoso viaje en el mar en la Madre Mar a donde regresa desafiando las corrientes acercándose al Canal de Kii

algo inesperado se levanta es la dorada barrera de la desembocadura En las comarcas de esta barrera de este castillo mágico desaparecerá el cangrejo violinista 6 de las llanuras de marea desaparecerá el zarapito trinador 7 de las riberas desaparecerá el águila pescadora 8 de los binoculares desaparecerá el observador de aves del futuro ¿Qué será entonces de la Tercera Civilización de Piedra del día de mañana? ¿Será que imite al cangrejo violinista balanceando asimétrica la gran tenaza viviendo en agujeros de hormigón? ¡No llores, río Yoshino! Tu eres corriente sagrada La gente te llama río La gente te llama río Yoshino ¡Ay, no llores, río Yoshino! Noviembre de 1996

Traducción del japonés y noTas de yaxkin Melchy y andrés González

El poeta en el Earth Day, 2004

1. Término acuñado por el novelista y ensayista Shimao Toshio, que propuso la inclusión de la cultura japonesa entre las culturas originadas en las islas del Pacífico Sur. 2. Toyoashihara no nakatsukuni, se refiere a una descripción antigua de Japón, y significa “el país de los abundantes juncos del mundo de en medio”, lugar que se encuentra entre el cielo Takamagahara y el inframundo Yoni. 3. El Canal o Estrecho de Kii es el estrecho marítimo que separa la península de Kii en la isla de Honshū de la isla de Shikoku. El Canal o Estrecho de Bungo es el que se localiza entre la isla de Shikoku y la isla de Kyūshū.

4. Ōboke y Koboke es el nombre de dos gargantas que esculpe el río yoshino a su paso por la provincia de Miyoshi en la prefectura de Tokushima, famoso por sus aguas de tonalidad turquesa. 5. El cedro japonés, o sugi (Cryptomeria japonica), es una especie endémica que se encuentra referida en poemas antiguos como los del Manyōshū. Actualmente los bosques nativos de cedro se encuentran reducidos a unas pequeñas áreas de conservación ecológica y santuarios donde continúan siendo venerados. Por otra parte, en el siglo xx se incorporó el monocultivo de estos árboles en la industria forestal.

6. Uca arcuata (shiomaneki), conocido como cangrejo violinista o de barrilete, es un cangrejo de pequeño tamaño que se caracteriza porque los machos poseen una sola gran tenaza de tamaño desproporcionado. 7. Numenius phaeopus (chūshakushigi), conocida como zarapito trinador, es un ave migratoria de las costas y estuarios. 8. Pandion haliaetus (misago), conocida como águila pescadora, gavilán pescador, halieto o guincho, es un ave rapaz de tamaño medio que vive en las costas y alrededor de los lagos


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voz iNtERRoGAdA

entrevista con el cineasta Esther Andradi

El mun Foto: © Ralf Emmerich. Fuente: película Taller Münster, 2007

TROTAMUNDOS CONSUMADO, HOMBRE DE AMPLIA CULTURA E INTELIGENCIA ALERTA, ESTE IMAGINADOR INCANSABLE HA SIDO DISTINGUIDO CON IMPORTANTES PREMIOS DE SU PAíS POR SU OBRA CINEMATOGRáFICA y POR SU COMPROMISO CON LOS DERECHOS HUMANOS. EN 1942 EN SU FAMILIA TODOS DEJARON DE HABLAR EN ALEMAN PUES LES DABA VERGüENzA DESPUéS DE CONOCER LAS ATROCIDADES DE AUSCHWITz. El cineasta Peter Lilientahl nació en el invierno de 1929 en Dahlem, un barrio lujoso de Berlín. Llegó al mundo con dos idiomas: el alemán de su padre, diseñador y descen­ diente del precursor de la aviación Otto Lilientahl, y el sefaradí de su abuela materna. A los nueve años se exilió con su familia en Uruguay, donde vivió en el hotel que regen­ teaban su madre y su abuela. No tenía un lugar propio, dormía en la habitación que en ese momento estaba libre. Ciudadano del mundo desde una pieza de hotel, trans­ gresor desde pequeño, la mirada del niño Peter se fijó desde el primer momento en los desposeídos, en los detalles de la vida que son la llave para entender la totalidad. Des­ pués del bachillerato estudió Historia del Arte, Musicología y Derecho en Montevideo; en 1956 viajó a Alemania, donde continuó sus estudios de Arte en Berlín. En 1958 hizo su primera película de dibujos animados: Studie 23. Desde entonces el cine es su forma de expresión, aunque se considera un hombre de letras. Pero sobre todo es creyente. Creyente en que la imaginación puede ser el arca que nos salve. Y el deseo de ser justos. La obra de este poeta de la imagen se destacó desde sus inicios en los sesenta por sus películas para la televisión, galardonada con el prestigioso Premio Adolf Grimme. Tres veces fue distinguido con el Premio Alemán a la mejor dirección, y en 1979 la Ber­ linale le otorgó el Oso de Oro a su film David. En 2011 recibió el Metrópolis por su tra­ yectoria como realizador. Por su compromiso con los derechos humanos, en 2013 se le concedió la medalla Carl­von­Ossietzky, en homenaje al publicista Nobel de la Paz que, en 1938, murió en un campo de concentración. Peter Lilientahl me cita a las 9 de la mañana. Es domingo y me espera en la estación del tren de cercanías. Vive en Solln, un barrio residencial en las afueras de Munich donde vivieron los nazis y después los aliados, en una casona que su familia logró recuperar de los años del despojo. Es ágil este Peter en su cuerpo de más de metro ochenta, y su sonrisa abierta me recibe debajo del ala del sombrero. Vamos a una panadería donde una profusión de pasteles prometen endulzar el desayuno. “Soy bueno haciendo café expresso”, me dice. Y lo confirmo. Peter es un mago de la con­ versación. Así como Otto Lilienthal, ese tío lejano que fue precursor de la aviación, a Peter le encanta volar pero con la imaginación, incluyendo siempre a su interlocu­ tor. “¿Y tú qué piensas?,” repite a menudo. Tiene varias obsesiones. El mundo al bor­ de de la cornisa. El actual presidente de Estados Unidos. La apatía de algunos amigos latinoamericanos. La cuestión europea. Pero este hombre, cuya poética marcó el cine alemán y europeo con su humor, su mirada libertaria y su curiosidad sin límites, no se va a amilanar con tan poco.

-T

enemos que pensar por qué no fuimos capaces de prever lo que está pasando ahora. Es lo mismo que vivieron mis parientes en 1938. ya habían pasado cinco años de dictadura y no se daban cuenta de lo que estaba ocurriendo. Pocos tuvieron la percepción de lo que se venía, mis parientes judíos no se interesaron por la política, y aunque la generación de mi abuelo sabía que estaba en una situación muy difícil, tenía muy poca conciencia de su propia historia.

–tu familia era agnóstica. –Mi padre murió cuando yo tenía cuatro años. Me crié en la casa de mi abuelo, donde se celebraban todas las fiestas pero no había conciencia religiosa, y más adelante me di cuenta de que no sabían en qué mundo estaban. El abuelo creía que el primer pacto con Stalin los iba a salvar de la persecución, o sea que se interesaba por Stalin, pero no sabía nada de la historia de la Unión Soviética, había muy pocos intelectuales judíos que se daban cuenta. y si hacemos un paralelo con estos tiempos... –¿Pero tú crees que el arte puede hacer algo? –Me haces reír...¡es que el arte en sí es político! No puede ser otra cosa. Todo lo que sirve para fortalecer la conciencia de los hombres es político, y ahí me permito hablar de la justicia. Mi padre era parte de un movimiento muy pequeño de comunistas judíos… y te cuento las disonancias familiares. Mi mamá era muy bonita. Me muestra un retrato sobre el estante de la ventana –Mi papá era algo mayor pero ambos eran muy jóvenes. Por un período muy corto trabajó en el Bauhaus. Era diseñador, hacía muebles, decoración de tiendas grandes, un hombre con mucho gusto por la vida, le encantaba ir todos los días al cabaret. y mi madre era exactamente lo contrario, de una familia rica, de comerciantes, austera. él la traicionó porque era muy mujeriego, así que antes de que muriera ya no había familia para mí. Pero me dejó el legado. No hay ninguna grabación, nada escrito, pero en momentos de meditación lo veo delante de mí. –Aunque eras muy pequeño cuando murió. –Era un hombre bastante bajito, con un perfume muy lindo, me traía regalos que a mí me enloquecían. Un auto de madera, por ejemplo. y un día desapareció. ¿Por qué lo menciono? Porque no había un intercambio entre la familia pobre de mi padre y la familia rica de mi madre. Lo que tenían en común ambas familias es que vivían fuera de la historia. –¿Por qué fuera de la historia? –Con excepción de mi padre, que era comunista. Mi abuelo paterno era religioso pero liberal. Por suerte mi madre comprendió, a su manera, mi pasión por la libertad, desde que yo era chico. yo la tenía loca. Le decía: “Tú no eres mi madre.” “yo soy tu madre, y te digo qué es lo que te queda bien, qué peinado, qué vestido.” y ella se mataba de la risa. –Eras un transgresor desde el principio, porque la frontera entre padre/hijo, abuela/nieto, es la pri­ mera institución que uno conoce, ¿no?


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uruguayo-alemán Peter Lilienthal

ndo cabe en un hotel un muchacho que lavaba los platos. Ermelindo. No era muy listo pero tenía cierto atractivo. y una noche me fui a su cuarto y me metí en la cama con él, se lo conté al día siguiente a mi madre. Ermelindo, avergonzado, se fue y nunca más volvió. –Se fue a China también. –Así que el hotel para mí era un planeta especial: lo aventurero, lo revolucionario, lo estúpido, lo mentiroso, todo pasaba allí. y con mi madre hacía toda clase de locuras. Como yo iba mucho al cine, la asustaba, porque cuando salía del cine, interpretaba a mi manera una de las heroínas, así que me podía pasar una semana actuando de Betty Davis. Mi madre ya se había resignado a tener un loco de hijo.

Fuente: www1.wdr.de

–Sí, y mi abuela materna era profesora de historia para niñas en la escuela primaria. A ella sí la aceptaba como mi madre. ¿Te imaginas ese trío? Madre, abuela y yo. y yo le decía a mi madre que yo soy su padre, y mi abuela me decía: no seas tonto, tienes que aceptarla. Era nuestra discusión. Afortunadamente la abuela consiguió que desde muy joven yo tuviese una conciencia. Hablábamos de justicia, de diferencias de clases, de historia. Ella contaba siempre en primera persona. Es decir, los ahorcados, los guillotinados de la Revolución francesa, eran como sus hijos o sus hijas. Me daba una conciencia del sufrimiento. Por ejemplo, los soldados de Napoleón invadiendo Rusia, contaba que había campos con diez mil soldados muertos, como si ella fuese la mamá de toda esta gente. ¡y además tenía tanto sentido del humor! Hablaba un castellano antiguo, sefaradí, y aunque había nacido ya en Alemania, sus abuelos eran españoles. –Con esa abuela ibas al cine. –Fuimos a ver El gran dictador, de Chaplin. y al salir del cine comenté qué linda la película, qué divertido, y ella: “No, esto es algo muy serio.” Con una abuela así no hablo más, la amenacé yo. y al tomar el ómnibus para ir a casa no me senté con ella. y pasamos dos o tres días sin hablarnos. Ella me conocía mejor que mi madre, que de casi todo hago una broma, y que me interesa la gente que tiene un sentido cómico de la vida, y no sabes cómo siento que no esté con nosotros, porque era una chiquilina, sin ser intelectual tenía una visión, una ternura muy particular. –El hotel fue un lugar extraordinario para ti. ¿de ahí han salido tus películas? –Está muy bien que lo definas así, porque todo ese gesto libertario, impertinente, loco, tenía la posibilidad de actuarlo en el hotel, incluso en cuestiones eróticas. Teníamos cuatro o cinco mucamas y un ayudante de cocina. yo tomaba partido por el proletariado, porque tenía la intuición de que los amigos de mi mamá eran unos mentirosos, no querían a Uruguay, y yo tenía pasión por ese país. Vivíamos a doscientos metros de la playa, iba a una escuela que era un delirio, exactamen-

FIlmograFía (unA seLeCCión)

1970 Malatesta 1973 La victoria 1976 Es herrscht Ruhe im Land 1979 David 1980 La insurrección 1983 Dear Mr. Wonderful 1984 El autógrafo 1987 El silencio del poeta 1988 El ciclista de San Cristóbal 1995 A la vista de los bosques 2000 Un extraño 2007 Camilo. El largo camino a la desobediencia

te a la vuelta de mi casa, teníamos una maestra de tercer grado que lograba domesticarnos con un grito de “¡Silencio!” que era como la voz de una madre herida, y nos quedábamos temblando. –El hotel es el lugar donde empieza tu cine, las dife­ rentes habitaciones, los personajes... –Un laberinto… Vivir en un país de tres millones de habitantes donde en cierto modo todos son extranjeros, ¡me encantaba eso! Cuando llegué a la escuela, delante mío se sentaba un chiquilín con el pelo lleno de rulos, con la mano yo lo despeinaba y él se molestaba, pero para mí era un encanto, nunca había estado con negros. y mi primera amiga fue una china, la hija del embajador, la habían puesto en la escuela aunque el padre tenía un período muy breve de residencia en Uruguay. Un día desapareció y fue mi primera pérdida amorosa, iba a la embajada y ahí me decían: el señor embajador y toda la familia se fueron. –¡A China, lejísimos! Eso sí que era para siempre. –Pero como soy un frívolo ese dolor no duró mucho y pronto encontré otra novia. Pero también había

–¿Hablabas alemán o español con tu familia? –Después del ’42 dejamos de hablar alemán, por primera vez se supo lo de Auschwitz, nadie podía creer lo que estaba pasando, las noticias llegaban por la bbC . Nos daba vergüenza hablar alemán. –¿dónde está Uruguay en tus películas? –Concretamente en El autógrafo. No lo defino pero está dedicada a Uruguay y con el recuerdo del país. Lo característico de Uruguay era la huelga. Todos los días huelga, las farmacias, los docentes, los empleados del Ministerio... la huelga era una manifestación de individualidad, protestando por las cosas más absurdas. O las relaciones con el presidente, que pasaba por la avenida principal con su coche abierto y la gente le gritaba “¡mentiroso!, ¡asqueroso!”; era un fiesta, un deporte insultar al presidente. Todo eso era parte de una rebelión, un anarquismo que más adelante me interesó como sistema político. Pero te está hablando un enamorado de Uruguay, y no soy patriota ni mucho menos. y otra visión. Cuando salíamos de la escuela sólo tenía un minuto de camino, al dar la vuelta entraba al hotel de mi mamá. Los demás niños eran recibidos por un montón de mujeres que los abrazaban y besaban como si los hubieran perdido por años, era una explosión de amor. Luego escribí un guión sobre esto. y durante la dictadura, había un soldado frente a la escuela que controlaba si los chicos habían ido al peluquero, si tenían zapatos. –La otra cara de la belleza que habías vivido. Entonces Peter me cuenta de la importancia de la amistad con el escritor chileno Antonio Skármeta, autor de los guiones de varios de sus filmes, para su revincu­ lación con América Latina. –El autógrafo es el tiempo de la dictadura, pero no me puedo definir a mí mismo ni a mis películas. Cada una es un misterio. –¿Estás pensando en una próxima película? –Acá está. Es sobre la murga uruguaya. Los chicos del Almirante. Sólo necesito financiarla. Se ríe con ganas. Y Peter Lilienthal comienza a relatarme la historia como la hubiese contado su abuela. En pre­ sente luminoso


Rilke

8 2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

y el

UN ATISBO A LA INTIMIDAD FAMILIAR DE ESTA GRAN FIGURA UNIVERSAL DE LA POESíA qUE, COMO SE PERCIBE EN ESTAS CARTAS, MANTUVO CON SU MADRE UNA INTENSA RELACIóN qUE SUS BIóGRAFOS NO IDEALIzAN y CONSIDERAN “PROFUNDAMENTE AMBIGUA”. Rainer Maria Rilke en 1900

CARtAS dE NAvidAd A MAMÁ RAineR MARiA RiLke 1901 Westerwede, cerca de Worpswede, 21 de diciembre de 1901.

El EpIstolarIo rIlkEano

R

ainer Maria Rilke (1875­1926) no sólo es uno de los grandes poetas de todos los tiempos, sino también el autor de algunas de las cartas más importantes de la literatura del siglo xx , como lo muestran sus Cartas a un joven poeta. A lo largo de su vida mantuvo una abundante correspondencia con diversos artistas y amigos, como Rodin, Tsvietáieva, Paster­ nak, Lou Andreas­Salomé, Marie von Thurn und Taxis y Rudolff Kassner. Algo de ello está tra­ ducido al castellano y disponemos también de las cartas que envió a Antoinette de Bonstetten (maestra aficionada a la jardinería y horticultura), la pianista Magda von Hattingberg, su amiga veneciana Adelmina Romanelli y Baladine Klossowska, pintora y madre de Balthus, y Pierre Klossowski. Sin embargo, por algún motivo siempre han quedado relegadas aquellas que escribió a su madre, Sophie Enz Rilke. Del volumen que recoge las cartas que le envió pun­ tualmente en la víspera de Navidad, de 1900 a 1925, al parecer no existe nada en castellano. Por otro lado, como advierten varios de sus biógrafos, tampoco hay que idealizar el vínculo entre el poeta y su madre, pues la relación con ella fue muy complicada. En una carta de 1894 a Vally (primer amor de Rilke), por ejemplo, la calificó como un “ser lamentable, ávido de placer”, dadas sus pretensiones aristocráticas, y en otras líneas a Lou fue aún más severo… Estas cartas de Navidad, como afirma Willi Bolle, “son profundamente ambiguas, pues dejan ver que du­ rante un cuarto de siglo hijo y madre no pasaron una sola Navidad juntos, pero también el cariño que el hijo, a lo largo de ese mismo período, cada noche de Navidad, le dedicó a su madre”. Con la traducción de las siguientes cinco cartas comienza a llenarse ese vacío.

Iván García Clara Westhoff-Rilke con Rainer Maria Rilke, 1906

Querida mamá: Navidad! Me gustaría mucho poder escribirle una ¡E slarga carta navideña, pero en mi nueva y envidia-

ble condición de papá, tengo tantas obligaciones, que sólo puedo enviarle unas cuantas palabras afectuosas. Creo que esta vez no recibirá tan triste e inquieta el hecho de que no vaya a Praga para el día 24, porque, sabe, tengo una casa propia, una mujer querida y una pequeña hija1 para la que naturalmente quiero adornar un árbol de Navidad. ¡No estoy más solo! ¡Eso lo explica todo! ¡A la hora de los regalos, estaré en pensamiento con usted! En cuanto a mí, me dispensará que llegue con las manos vacías, pues no se puede considerar el libro Los últimos como regalo. ¡que el libro la alegre un poco, querida mamá! Además mando nuestras dos fotos como usted anhelaba: así, en esas horas, estamos cerca también en imagen y puede vernos a nosotros, a una parte de nuestra casa y a nuestras tierras. ¡qué maravilla pensar que usted pueda conocer todo esto! Con gusto, las habría llevado a enmarcar, pero no conozco el tono del peluche 2 rojo y, sin duda, los marcos deben ser como los de las otras fotos. Por ello, las recibirá tal como están. Intercambiaremos regalos tan pronto oscurezca y Clara (que hoy está de pie) circulará por la sala y podrá llevar a nuestra querida bebé hasta el árbol de Navidad. ¡Dé gracias por todo, con todo el amor! Pensamos con mucho afecto en usted, querida y bondadosa mamá. Cariñosamente la besa su agradecido René.

Querida mamá: Le envío muchas felicitaciones cordiales y votos de Navidad y también un saludo de nuestra pequeña. su hija Clara.


9 2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

oscuro conocimiento de uno mismo

Rilke en la capilla de Muzot, 1924. Fuente: Schweizerisches Literaturarchiv, SLA, Bern

1903 Roma, Villa Strohl-Fern, 20 de diciembre de 1903.

mi Querida mamá:

S

ólo el día 24, en la hora preciosa de la paz, debe leer estas líneas que dan testimonio de mi presencia en su noche de Navidad. Sólo por una dádiva puedo estar allí, pero ésta realmente me acerca a usted y me permite acompañarla, donde quiera que se encuentre, y estar frente a usted con mi querida esposa, siempre que lo desee, ¡como en nuestro reciente reencuentro en Karlsbad! Cuando estábamos en París, usted manifestó su deseo en ese sentido, pero en ese entonces no pude satisfacerlo. Como puede ver no lo he olvidado y anhelo de corazón que la foto le agrade y le dé la sensación, al contemplarla más tarde, de que estamos allí en la Noche Sagrada y siempre. Pensábamos enmarcarla y lo habríamos hecho, pero no sé si prefiere hacerlo usted misma con el terciopelo de costumbre para que combine con las otras fotos, y no me atrevo a encargar aquí ese trabajo, porque no conozco los matices del tejido, ni sé dónde encargar cosas de ese tipo. El marco también habría hecho más difícil el envío, así que la mando como está, rogando me perdone y esperando que le guste, ¡y que la insignificancia de nuestro regalo se vea compensada con el gesto y la intención! El Niño Jesús que hizo favor de enviarme adquirió un valor aún más especial que todo lo que yo pudiera ofrecerle, dadas las palabras que me dedicó. Pero ahí donde mi presente peca de sencillo, resalta la certeza de que muchos de mis votos celebran con usted su fiesta, la envuelven y oran por usted en la Hora Sagrada que vivimos juntos por el hecho de sentirnos y acogernos profundamente en comunión. Sienta en su pecho, querida mamá, la magnificencia de esta Hora, y que ella, con sus manos suavísimas, alivie su corazón de todas las opresiones.

La fe fortalece y la hora silenciosa de Navidad es de aquellas capaces de irradiar su fuerza, porque está impregnada del milagro y es llena de misterio. Nosotros debemos ser silenciosos, introspectivos y lo suficientemente serenos para recibir la gracia divina contenida en esta hora, que a muchos deja indiferente por estar llenos de ruido y no tener paz. Al final, todo consiste en atenerse a la grandeza, aquello que vivimos en lo íntimo de nuestros corazones y que nadie puede perturbar. Si en las horas de recogimiento y elevación, afirmamos que es vida aquello que palpita vibrante y festivo en nuestro interior, y nuestra mirada brilla con un torrente de lágrimas sinceras, entonces el bullicio que nos aturde, lo cotidiano y la tristeza nunca más nos confundirán: con indulgencia compasiva lo soportaremos, e incluso si sufrimos bajo ese peso, éste no nos hará inferiores a lo que fue prescrito por Dios, pues él justamente nos impone las horas de elevación como estaciones radiantes de una senda sombría, en la que nosotros Lo buscamos. Acoja, querida mamá, estas palabras en la Hora Sagrada, como prueba de mi presencia y cercanía. Deseo de corazón que la Noche Sagrada la encuentre con bien y que todas las contingencias que la rodean le propicien buenos momentos de paz. Acoja la gratitud fervorosa por todo el amor y la bondad que usted nos dio en nuestro aislamiento y envió a nuestra querida Ruth. ¡Usted siempre supo ser bondadosa con nosotros y por ello es necesario que conozca los cálidos sentimientos de nuestra alma! Con amor la abraza, querida mamá, su René.

sigue

F


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2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

1909 París, rue de Varenne, 20 de diciembre de 1909.

Querida y bondadoSa mamá:

q

ue Dios la bendiga y la alegría sagrada la acompañe en esta fiesta de paz. Como todos los años, celebro con usted en espíritu y me alegra profundamente saber que haya viajado a tiempo para pasar la Noche Santa (como corresponde en esta fiesta de congraciamiento del año), en un entorno amigable; no sin extraños, es cierto, tampoco a solas, sino con la disposición serena que nos permite confinar toda la nostalgia de casa a un rincón del pecho muy bien protegido –ahí donde para los solitarios, como en compensación por todo cuanto les falta, surge, con una nitidez y claridad que sólo ellos conocen, el consuelo de la conciencia de estar trayendo en su interior la llama íntima de Dios por tierras desconocidas y lejanas. ¿Cómo podría alguien celebrar la hora sagrada de manera más viva que con esa conmovedora convicción, a un tiempo humilde y distinguida, que hace brillar el corazón y hace sutil al alma? ¿Es posible quedarse en el sublime consuelo sin presumir que acaso no lo habríamos conquistado de haber conocido menos persecución, prueba e injusticia? ¿Las dificultades que nos son impuestas no afectan profundamente nuestro corazón, cuya bienaventuranza conocemos sólo vaga y superficialmente? ¿El mal, al acecho, cuántas veces no quiso seducirnos a nuestro paso por el buen camino? ¿y no cultivamos cien veces bajo el auspicio de ese u otro dolor la paciencia, que es importante en la espera de que el bien esté listo para nosotros, y nosotros listos para percibirlo y experimentarlo? Nuestra vida es rápida y breve. Dios, en cambio, inmutable y eterno. Por eso siempre hay momentos en que pareciera que no hay concilio entre las cosas. Pero nosotros, de hecho, no debemos saber cómo se concilian, sino sólo estar ahí con el corazón abierto al misterio, para que lo vasto tenga espacio en lo ínfimo y para que en la intensidad de nuestra existencia pueda poetizarse un instante perpetuo, que confluya con la infinita eternidad divina. Sean estos, querida mamá, nuestros pensamientos afines en la hora de comunión espiritual de la antigua y sagrada fiesta. que la paz y el valor en abundancia fluyan hacia su corazón. No pude abandonar mis diversas tareas para buscarle un regalo de Navidad, así que le envío una sencilla edición de bolsillo de Imitation. 3 Sé que usted también la ama, y a mí, esa obra enigmática y rica en el original francés siempre me tocó profundamente, acójala con amor como es dado, y reciba el abrazo afectuoso de su René.

Anexo en un sobre: A mi querida Mamá, a Innsbruck – Navidad de 1909.

1910 Túnez, Hotel Tunisia Palace 19 de diciembre de 1910

mi Querida y bondadoSa mamá:

D

esde aquí, en una región del planeta y un país realmente extraños, envío esta vez mis cariños de Navidad. y sin embargo, no tengo ninguna duda de que esto no impedirá que nuestros flujos se encuentren y se abracen en el instante anual en que se ofrecen los regalos, y que incluso estaré muy cerca, en filiación y participando fielmente de su celebración de paz. Acepte, pues, querida mamá, un beso cariñoso en la hora solemne de Navidad, la más feliz del año, la más misteriosa, donde los sueños, en el silencio de la noche, se elevan a los cielos y se cumplen como en un milagro: vívala de corazón, en el profundo y gran recogimiento, dejando ir toda incertidumbre y zozobra. En esta hora de la noche santa, hay en nosotros un lugar en el que somos simplemente niños, que espera y está ahí, confiado y libre de dudas, en su derecho a la suprema alegría: esto es la Navidad, sentir dentro de sí, una vez al año, la expectativa, la esperanza inquebrantable de que el adulto, que ahora habla fuerte en nosotros, nos quiere sorprender, no un poco, no, mucho, con el infinito; al final, nuestros mayores deseos, si los contemplamos a la luz del corazón, no pueden sino revelarse satisfechos. Pues en ningún momento traemos en lo íntimo un deseo, sino una satisfacción que necesitamos ofrecer a Dios, y esa dádiva terrenal ha de sublimarse y darle gloria. Esos son, querida mamá, mis votos navideños para usted, recíbalos, cálidos como son, y permítales, en armonía con sus sueños, que envuelvan su corazón. Aquí se erigen mezquitas, templos divinos de otra fe, pero a idéntico Dios,

como es evidente en el fervor religioso que impregna la vida de los musulmanes. Es un país de una inmensa y apasionada fe. Basta recordar que fue precisamente en esta tierra donde la primera cristiandad dejó raíces profundas, Cartago, o las cercanías de Cartago, es la cuna de san Agustín. Así, querida mamá, le deseo ánimo, esperanza y un corazón claro. El 24, a las seis horas, como siempre, participaré en espíritu de su celebración íntima y estaré cerca de usted. La abraza su viejo René.

PS. querida mamá: desafortunadamente, se quedó en París un pequeño calendario que era para usted. Aunque hay algo que lamento aún más: en Argelia le compré un bello crucifijo y ahora no lo encuentro, debo haberlo perdido, lo que es una pena y un disgusto. Así que, confesándole mi desventura, le envío solamente una tarjeta tunecina. Sé que es un regalo muy sencillo, pero espero que le guste. 1925 Muzot, Antes de Navidad, 1925

mi Querida mamá:

C

uando lea estas líneas, habrá llegado nuevamente nuestra hora acordada, y ya habrá pasado un año más… ¡Sienta cómo comparto su oración! Tan cerca de Heinrichsgasse, 4 siempre pienso que si aguzamos los oídos, podemos todavía percibir los toques de campanas que en el auge de la promesa papá sabía tocar para alegrarnos con un sonido tan festivo. Creo que todas las alegrías de mi vida tenían esa voz, y todas, en cualquier época del año, me remiten irremediablemente a los recuerdos de Navidad: ¡era tan intenso el regocijo, la serie de regocijos que yo experimentaba bajo el árbol radiante de Navidad, en éxtasis, con el corazón saltándome por la boca, y todo eso fue determinante para el futuro, para las situaciones con intercambios de presentes! y es necesario que baste esa alegría hace mucho sembrada y cultivada tanto en su corazón como en el mío, capaz de conferir calor y esplendor a nuestra hora de comunión, más allá de todas las distancias. Años más tarde, cuando estuve bajo la horrible presión de la escuela militar, de algún modo pasé a conducir mi propio destino con manos frágiles y temblorosas; en ese entonces, en los tiempos de aquellas Navidades, aún no sabía tenerme en pie, así que yo volvía siempre a usted y a papá, se hizo importante para mí el que ustedes fueran firmes y decididos, y enaltecieran la vida en el júbilo, tanto como era posible bajo la protección y los auspicios de esta fiesta. En aquel júbilo, dádiva angelical, la conciencia, lejos de haberse desvanecido, ¡fue creciendo en mí a través de todas las fases de mi vida! y así, a los angelitos de nuestras antiguas Navidades, tan poderosos comparados conmigo, pido, mi querida mamá, que compartan nuestras reminiscencias y se esparzan con su suave presencia entre mi mesita de presentes y la suya. Nos arrodillamos al mismo tiempo, en sintonía de pensamientos, inmersos, cada cual a su lado, en la luz de la misericordia de la noche de Cristo: y así nos arrodillamos juntos. Inclúyame en su abnegada oración, colmada de alegría y del entusiasmo que usted, tan desprendida, sorbe más y más de la fuente del pesebre. Permítame también decirle que admiro profundamente su valentía, que le permite sentir esta Noche y festejarla en soledad, con algunas preocupaciones como es natural, pero sin dejar, no obstante, que las dispersiones o carencias perturben su estado de espíritu; ¡tan grande es la dádiva de Dios, siempre fluyendo una vez más a través del renovado niñito Jesús, tan grande también su capacidad, mamá, de recibir los dones impregnados con los valores genuinos del corazón! Un abrazo afectuoso De su viejo René

NotAS 1. Rilke se casó en 1901 con la escultora Clara Westhoff, con quien tuvo una hija, Ruth. ( N . del T .). 2. En el original en alemán, Rilke utiliza peluche. En otra carta emplea el término terciopelo, Samt. ( N . del T.) 3. Se refiere a Imitatio Christi, de Thomas von Kempen. (Nota de María Aparecida Barbosa, traductora de la carta al portugués). 4. La calle donde nació Rilke. ( N . del T .)

Traducción del porTuGués e iTaliano de iván García


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LEER

Jornada Semanal • Número 1165 • 2 de julio de 2017

Ecos, Atenea Cruz, Fondo Editorial Tierra Adentro, México, 2017.

DE RESONANCIAS BÍBLICAS LILIANA BLUM

S

i la novela Ecos, de la duranguense Atenea Cruz (1984), fuera una imagen, sería un óleo hecho a cuatro manos por Remedios Varo y Marc Chagall. Publicada a principios de este año por el Fondo Editorial Tierra Adentro, el número 561, esta novela breve es un refrescante oasis en cuan‑ to a temáticas actuales se refiere. La violencia coti‑ diana y real se ha vuelto omnipresente: si no la leemos en los diarios, la vemos en la televisión o nos enteramos en las redes socia‑ les, la vivimos en carne propia, o en la carne cercana de nuestros amigos o parientes. Yo, al menos, prefiero no encontrarme con los narcos, sus drogas, persecuciones, ejecuciones, o con sus estilos de vida, en los libros que leo: me gusta la idea de la literatura como un escape, como una realidad alterna a la mía, disfraces de vidas ajenas que puedo usar por unas horas. En este sentido, Ecos encaja a la perfección con mis preferencias. A través de una polifonía de voces femeninas que representan tres generaciones de mujeres profundamente infelices, Atenea Cruz nos lleva de la mano, pero en reversa, por una historia de malas decisiones encadenadas que culminan en muerte y en rencores más allá del plano terrenal. Abuela, madre e hija se fustigan unas a otras con sus propias ideas de lo correcto y con sus vende‑ ttas, llevándose entre las piernas, valga la expre‑ sión metafórica y literal, a un pobre hombre, Raúl, cuyo error es amar a Celia, la más joven de las tres. En el universo de Ecos, las frustraciones de una generación se heredan a la siguiente y van acumulándose al infinito, hasta que culminan en tragedia y muerte de inocentes. Atenea Cruz parece jugar con la idea bíblica de que los pecados de los padres los pagan los hijos: el libre albedrío no lo es tanto, pues viene alterado por los genes. Si la abuela lleva una vida estable y convencional, predecible y en donde las apariencias se valoran por sobre todo, la hija se rebela contra ella y sus expectativas y decide unirse a un circo que pasa por el pueblo. Sin embargo, sus ilusiones de alcanzar la fama y el estrellato se transforman en algo tan pragmático como hacerle hoyos a los boletos de entrada y vender cacahuates. El fraca‑

so de su madre y abuela recaen sobre Celia, quien a su vez se enamora de un enano del circo incapaz de serle fiel: el desengaño es tal que la chica no encuentra otra forma de lidiar con su dolor y frus‑ tración que desquitándose con el chivo expiatorio más a la mano, los eslabones más débiles: el hijo nonato, el hijo deforme y el hombre que, para‑ dójicamente, es el único que sinceramente la ha amado. Atenea Cruz es, sin duda, una joven escritora que lo hace cada vez mejor. Sé que los años y sus próximos libros me darán la razón • Independientes, ¿de qué?, Hernán López Winne y Víctor Malumián, Fondo de Cultura Económica, México, 2016.

MANUAL DE PERIPECIAS EDITORIALES MARIANA DOMÍNGUEZ BATIS

E

n tiempo de individualismos, a veces mezqui‑ nos, el libro Independientes, ¿de qué?, de los argentinos Hernán López Winne y Víctor Malu‑ mián, destaca en el panorama libresco como una iniciativa generosa, pensada para que quienes vienen detrás de ellos se tropiecen menos en la aventura de las editoriales independientes. Los fundadores de Ediciones Godot se avoca‑ ron a la maratónica tarea de buscar a veintiocho editoriales independientes de su país, México, Chile, Colombia, Perú y Uruguay, para después entrevistar a sus fundadores y responder a la pregunta “qué mueve a alguien a emprender un proyecto editorial”, con el fin último de crear un breve “decálogo de errores y soluciones” para aquél que decida hacerlo. El libro responde a un hecho que infunde ánimo: existe un auge de editoriales indepen‑ dientes en Latinoamérica, pese a que la publica‑ ción de obras literarias está condicionada a sus beneficios económicos y no a su calidad, por lo que resulta necesario transmitir el aprendizaje obtenido por ensayo y error a los que se suman a las listas de quienes editan contra la corriente. La riqueza del volumen consiste quizá en que delinea un panorama latinoamericano de la edición independiente en América Latina, a partir de la voz de sus propios protagonistas. Además, logra consolidarse como una especie de manual con consejos muy prácticos para los editores inci‑ pientes que un día deciden aventurarse en la crea‑ ción de libros. López Winne y Malumián abarcan de una manera didáctica todas las etapas del proceso de edición bibliográfica y detallan tanto los aciertos de un editor, como los detalles que pueden resul‑ tar fatídicos. Es así que, con ejemplos reales de

sus entrevistados, señalan errores de primerizos y experimentados, como omitir el isbn , una mala elección de papel o formato, entre otros. El talón de Aquiles de los editores indepen‑ dientes es la comercialización, como señalan los autores, ya que, en general, quienes inician empresas de este tipo estudiaron carreras de humanidades y no administración de empresas. Probablemente el error más común sea desdeñar la parte empresarial, en detrimento del contenido del libro. Es por ello que buena parte del apren‑ dizaje que ofrece el volumen se concentra en las problemáticas de financiamiento, liquidez y rentabilidad. El trabajo del editor no termina cuando sale de la imprenta y se coloca en librerías, sino que ahí apenas comienza, apuntan los autores, quienes explican con sencillez modos para atraer la aten‑ ción de los periodistas, generar demanda en el público, participar en ferias del libro, aprove‑ char las redes sociales, organi‑ zar la distribución, cobranza y hasta exportación de libros. Dos cuestionamientos esen‑ ciales del vademécum son qué es ser un editor independien‑ te y, como lo dice el mismo título, “independiente, ¿de q u é ? ” . E s f re c u e n t e q u e s e confunda la escasez de recur‑ sos con un sentimiento de independencia al momento de elegir qué publicar y qué no. Pero la realidad dista de ello, ya que es “casi imposible tener una autono‑ mía editorial sin una autonomía económica”, de acuerdo con los encargados de la obra. Para comprender mejor el fenómeno, los también fundadores de la revista Esperando a Godot, recurren al teórico Pierre Bordieu para explicar que el libro tiene una doble faceta: tanto económica, al ser considerado una mercancía, como cultural, al verse como algo simbólico. Es en este punto cuando el editor debe enarbolar su naturaleza bifronte, para conciliar el arte y el dinero. En el contexto mexicano, los argentinos anali‑ zan el caso de la editorial Sexto Piso y del Colec‑ tivo Tumbona. La primera destaca por su exitosa estrategia de comercialización y relaciones públicas, a través de fiestas y cocteles, como alternativa a las estrategias tradicionales de difusión. Mientras que el segundo resalta por ser un esfuerzo en el que todos los miembros del colectivo opinan y colaboran para la creación del producto final. Después de presentar testimonios variopintos de editores de distintos países, los artífices del tomo concluyen que en realidad no existen reglas universales ni una receta única para ser editor independiente, más que el ensayo y error que lleva a “hacer las cosas, equivocarse, corregir, volver a equivocarse y volver a corregir”. Al final, editar libros es una apuesta ideológica estética y cultural; digamos, casi un acto de fe •

En nuestro próximo número

LA NO FICCIÓN: el Lado de la literatura Silva Almada, Marilú Oliva, Mariangela Camocordi et al. b

La Jornada Semanal

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ARTE Y PENSAMIENTO ........

2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

Francisco Torres Córdova

Ricardo Venegas ricardovenegas_2000@yahoo.com

Felipe Garrido MENTIRAS TRANSPARENTES ¿Qué ve? No sé quién dejó la foto en la mesa. O bien, no quién la dejó en un gesto inocente, un descuido, algo sin importancia, sino quién la puso allí de manera intencionada, con todo propósito, para que apenas llegara Meche la viera. Como sucedió. Y que Meche la tomara con manos temblorosas y la alzara hasta sus ojos y comenzara a sollozar. Tal como fue. Bueno, no a sollozar, así nomás sollozar, sino a ahogarse en llanto, a toser y no poder respirar y desplomarse en una silla, y ovillarse sin decir palabra. Como pasó. Y luego alguien le ayudó a subir la escalera. La foto quedó bajo la mesa, boca abajo. Yo me esperé a que no hubiera nadie. Entonces la recogí. Era chiquita, cabía en mi mano. Me senté y la puse en la mesa, frente a mí. Era una foto de la abuela dos o tres días antes. Lo sé por el corte de cabello. Lo sé porque tiene esa mirada que yo le vi, puesta en ningún lado, como si fuera la de un ciego, como si viera algo mucho, mucho más allá •

Luis Tovar ALBA Y OCASO La carnada Si está la rosa en la palabra rosa y el río entero en la palabra río, es el vocablo esencia de la cosa y el mundo ya no se halla en extravío. Habría que detener al intelecto pues la labor ha sido concluida: nuestra razón ha hecho lo correcto al dar a los significados vida. Pero algo no funciona en el esquema y no transcurre un día sin la duda, llama constante que se enciende y quema sin importar la explicación que acuda. Las cosas son las cosas y no hay nada: la lengua no es el pez, sólo es carnada

bitácora bifronte

ftorrescordova@gmail.com

monólogos compartidos

Poesía vs. reverencia

Plegaria del obeso

“V

M

ivimos en un país muy piramidal”, advierte Juan Villoro y subraya: “prácticamente hay pirámides en todos los ramos. ¿Por qué un país con tantos agravios y donde el descontento es tan manifiesto no hay iniciativas más radicales de protesta?; es increíble lo que aguanta el mexicano”. La sangre de los demás, de Diana Ugalde, volumen publicado por Ediciones Eternos Malabares (2017), retrata con fidelidad la violencia que vive nuestro país. La “cultura de la obediencia” y el gran temor de no ser tomado en cuenta si se emite una crítica es una constante en nuestra sociedad mexicana, también prácticamente en todos los ambientes. Pese a las vejaciones de los gobiernos no hemos aprendido a cuestionarnos: ¿hasta qué punto estamos obligados a obedecer cuando las leyes o medidas nos parecen injustas? Enunciada de modo más directo, esta pregunta podría reducirse a la siguiente: ¿cuándo se justifica la resistencia? Estas preguntas las formula Henry David Thoreau en su libro Desobediencia civil. El propio Thoreau respondió:“de un modo novedoso y provocador, afirmando que cuando las obligaciones de un individuo se apartan de su idea del deber, ha llegado la hora de la desobediencia”. Ugalde dibuja un país en el que los jóvenes nacieron de rodillas (al igual que muchos editores –no generalizo- noveles de Morelos), que nacieron para servir y obedecer sin cuestionar si lo que les rodea puede ser mejor, sirven al sistema y lo asumen con orgullo o vanagloria, con soberbia o engreimiento o jactancia, con la premisa de que no hay otra expectativa, o lo que es peor, ignoran la más mínima noción de la palabra dignidad al servir como tapetes a funcionarios espurios. Ejemplo de lo anterior son algunas actividades de la Secretaría de Cultura de Morelos, a las que sólo son invitados los amigos de Cristina Faesler, quien olvida que trabaja con dineros públicos, que ella cree, fervientemente, de su bolsillo. Si “ser joven y no ser revolucionario es hasta una contradicción biológica” (Salvador Allende dixit), también puede decirse que "detrás de cada muerto o desaparecido/ hay familias dolidas de forma inimaginable/ante la mirada de soslayo/ y la hipocresía y cinismo/ de las eufemísticamente llamadas/ autoridades/ corrupción e impunidad/ ¿qué fue primero?" ¿Por qué en otros países la protesta es efectiva y en México no? El pueblo mexicano puede reprocharse a sí mismo su carencia de solidaridad, de unidad, su ausencia de protesta y la indiferencia ante el dolor ajeno (un empresario con aspiraciones políticas dijo que en dieciocho meses acabaría con la delincuencia en Morelos); ante ello uno se pregunta: ¿por qué la vida de los ciudadanos es tan poco valorada por los gobiernos? Esta indolencia, esta devaluación de la vida es lo que denuncia Diana Ugalde en sus poemas. "Los muertos/ los desaparecidos/ los secuestrados/ las desgracias en general/ se observan de lejecitos/ y se es ausente/ porque esa desgracia/ no nos ha tocado directamente/ y cuando nos llegue ¿qué?" •

e quema el alma en los tobillos. Silba en mi pecho un aire trabajoso y seco. Un sudor frío y perenne escarcha la cima dilatada de mi vientre y luego cae su bulto tembloroso entre mis piernas y se pierde. Crecen mis mejillas. La espalda me desborda. La sangre tensa todas las fibras del peligro en el arco de mis venas y mis pies. En las pausas de mi aliento cuando duermo roza mi garganta el borde biselado de la nada. Paso los días anclado en este viejo y robusto sillón muy cerca del suelo. Llegué aquí en pocos años de mi poca vida, oscilando como una barca a la deriva en un aire más pesado que yo, hendido bajo el eco acumulado de las voces de sarcasmo y las miradas de escarnio y repugnancia, la saña y los motes y las risas, encimada en mí y derramada la mórbida abundancia de mi cuerpo. Una mañana rasgaron mis ropas. Una tarde me raparon la cabeza. Cada día desde entonces se fragua conmigo y contra mí en los pliegues de mi carne y en mis huesos ya porosos, esta soledad que me duplica o triplica por lo menos y es mi sombra y mi reflejo, el único espejo que me abarca, la fina arena en que naufrago. No hay abrazo que rodee mi cintura, no hay hambre verdadera que se coma este vacío. Porque no es sólo mía y una sola o de cuna toda el hambre que me engorda. Del nudo primitivo del azúcar, la sal y la manteca trabado ahora en fórmulas sinuosas que entrampan el cerebro; de paquetes, celofanes y cartones relucientes, envases, lemas y estribillos musicales que machacan, quebrantan y secuestran voluntades; del crisol en que la industria disminuye y mezcla el alimento y le impone la textura y densidad que atinan el golpe de sabor en la conciencia desde niño; del ansia insaciable que promueve la pingüe variedad en los estantes, tan a la mano siempre y a la boca su distancia, tan certera su clara paradoja armada en el despojo y la opulencia; de la astucia que complace a sus venenos y degrada la inocencia de la mesa, y del molde roto en que se vierte y no se cumple la belleza y me reclama con sus muecas, me vienen a la talla que me exilia los bocados infinitos de mi peso. Una sobre otra estas hambres me amontonan, ulceran mis axilas, me saturan los empeines, retumban en mi tos y crispan mi encierro y mi silencio. Soy el pedal que mueve su múltiple engranaje, la palanca que levanta con las horas el vasto volumen de mi muerte. Una membrana apenas contiene de este lado mi tamaño. En la dura duermevela de cada madrugada, al cabo sé que no hay prodigio que me salve; no hay hechizo de pastilla o acierto de escalpelo, ni oscuros estribillos, oraciones o largas y pasmosas letanías a dioses innombrables que me amparen del vacío afuera y adentro que me aplasta. Llamo entonces al poder elemental de lo primero: al viento y sus poleas que me planten de pie ante la harina refinada y sus sirenas; que sofoque el agua las campañas noche y día de la industria de alimentos y lave sus ponzoñas; que otra vez se afane el fuego lento en la cocina y la tierra repare la inocencia y las maderas carcomidas de su mesa. Que conmigo esté mi voluntad. Que vuelva a ser mi contrapeso… •

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Número 1165 • 2 de julio de 2017

........ ARTE Y PENSAMIENTO

Miguel Ángel Quemain quemainmx@gmail.com

Arte y dificultad del comentario teatral

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L COMENTARIO, RESEÑA, CRÍTICA, ensayo, artículo sobre las artes, son las formas más variadas que ponen al alcance del lector y el espectador las creaciones que, por lo general enmarcadas en la tradición, proponen una interpretación sobre su sentido, vigencia y pertinencia en el mundo de los objetos artísticos. El periodismo cultural es uno de los espacios fundamentales para la exposición de estos ejercicios, que no son la práctica habitual de las empresas periodísticas, mismas que generalmente privilegian uno o dos territorios de las artes para comentar en sus secciones. Sin ser de lo más prolija, la de teatro tiene una larga tradición y exponentes muy sólidos que, semana a semana, en todo el país comentan las obras y los esfuerzos escénicos en cartelera. En los últimos años han aparecido muchos libros, guías y manuales para invitar a los espectadores, a los propios participantes de los espectáculos y montajes escénicos, a los alumnos de periodismo y comunicación, a los sociólogos y a los historiadores del arte, a entender el lenguaje y la particularidad que le corresponde a cada género y acometida artística en espera de volverse legible en la mirada, que se espera inteligente e imaginativa, de un crítico. La procedencia de muchos comentaristas que en México participan de este ejercicio público en las planas de la prensa, los medios electrónicos y cada vez más en portales y blogs, tiene por lo menos tres orígenes. Uno, el medio académico, que le permite explorar y poner en escena un método de análisis, elaborar hipótesis y utilizar referencias, documentos y materiales que forman parte de la cocina del investigador, además de procurar que el conjunto de sus aproximaciones alguna vez se integre sin mucha dificultad en un corpus publicable en forma de libro.

LA OTRA ESCENA Otro, es el de los propios actores del fenó-meno artístico. Directores de escena que no sólo escriben las obras que dirigen, sino también escriben y comentan las de otros artistas. Dramaturgos que valoran la puesta en escena y hacen interesantes observaciones de orden literario. Actores que dirigen, escriben y comentan, que saben redactar o que saben escribir y, además de poseer un método de actuación, logran desarrollar uno de análisis. Improvisan también productores, y sobre todo los integrantes del gremio teatral que estudiaron la carrera de arte dramático y se la campechanean con labores de relaciones públicas: redactan el boletín, toman fotos, hacen llamadas, en fin. Un tercer origen viene de los periodistas culturales que estudiaron la carrera de comunicación y periodismo: saben investigar y han adquirido una herramienta crítica en los últimos semestres de la carrera, donde los géneros de opinión son en apariencia el último eslabón de una cadena de géneros que debe dominar el estudiante, desde los informativos hasta los interpretativos. A fuerza de asistir a las funciones y entrevistar a todos los actores del proceso teatral, van adquiriendo una intuición (a veces sobrepoblada de lugares comunes) y con ella analizan todo lo que se les pone enfrente, apoyados en informaciones anecdóticas, datos duros, precisiones sobre horarios y sedes, datos biográficos y curriculares que suelen ser excelentes muletas para empezar a hacer “solitos”. La escuela del comentario por lo general viene del mundo académico, aunque hay editores que, a lo largo del tiempo, se convirtieron en autores que se han arriesgado a la elaboración de manuales, guías y tratados acerca de cómo valorar las obras.

Paso de Gato, la editorial que también publica la revista del mismo nombre, ha trabajado en su serie Teoría y técnica con enorme entusiasmo, conocimiento y disciplina para fundar, a contracorriente, una biblioteca que crece y que permite entender el tema del teatro desde múltiples perspectivas que he abordado en otras entregas y seguirán siendo comentadas. En esa serie hay tres textos (Cómo se comenta una obra de teatro, de José Luis García Barrientos; Semiótica del teatro, del texto a la puesta en escena, de Fernando de Toro, y Taller de escritura teatral, de Joseph Danan y Jean Pierre Sarrazac) que tienen distintos grados de alcance, profundidad y dificultad, y que es necesario dedicarles un espacio para beneficio de lectores y periodistas culturales que no se conforman con la idea de que una obra les gusta o no para trazar una interpretación; lo mismo vale para la comunidad teatral que, por su característica grupuscular, insular y a veces corporativa, tiene como versión única la de la cabeza de su grupo que a menudo adoctrina sobre lo que es o debería ser el teatro •

Alonso Arreola @LabAlonso

BEMOL SOSTENIDO

Gary Willis. La mecánica de la luz

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ACE DEMASIADO CALOR en Barcelona. Todos se quejan de un verano precoz que acabó con la primavera antes de tiempo. Despierta la humedad, las pendientes de sus calles cobran venganza exigiendo doble esfuerzo a los zombies que erosionan las ramblas diariamente (por cierto: desapareció el Musical Emporium para dar paso, sí, a otra oficina de turismo). Van a dar las cuatro de la tarde, hora de nuestra cita. Rumbo al barrio de Vallcarca maduramos esta idea: hay ar tistas cuya obra nos concierne de manera íntima; hay artistas que nos hacen sospechar mecanismos similares a los propios que nos incumben a fondo y nos comprometen, que arrebatan un ancla al barco que somos. Incluso podríamos añadir: no importa qué tanto nos gusten sus conclusiones estéticas si lo que nos engancha es la ruta que transitan al crear, la manera como encuentran pequeños brotes de verdad. Así, hay canciones, cuentos, poemas, estatuas, películas, coreografías, guiones, fotografías, diseños, edificios, muebles de estética variopinta que nos van guiñando el ojo por la vida, invitándonos a develar sus secretos. Entre unos y otros, sin embargo, el asunto es siempre el mismo: ¿qué tan importantes nos parecen como para ir a fondo, desconstruirlos y salir en busca del autor que les ha dado sentido? Desde que escuchamos a Gary Willis, a finales de los ochenta, intuimos que en su manera de tocar el bajo existía una misteriosa conexión con nosotros. Algo que antecedía a su portentosa técnica y sus emocionantes ejecuciones con Tribal Tech, banda señera del llamado jazz-rock. Algo relacionado con un orden particular, con una visión del entorno que utilizaba a la música cual vehículo de comprobación. Por ello fue que conversar cara a cara con él quedó como un pendiente duradero que, finalmente y pasados treinta años, se resolvió tocando el timbre de su casa al otro lado del Atlántico.

Siren

Avecindado en España hace más de una década, primero a causa de su amor por Anna Alsina Bardagí (mujer de duende y genio) y luego por la circunstancia general de su patria (Estados Unidos), hoy Willis se dedica a dar clases de música en importantes instituciones europeas, a andar en bicicleta, a comer saludablemente y a fotografiar el arte de su esposa. (Ya no quiere hacer discos, aunque está trabajando música para una aplicación.) La imagen que ilustra esta columna (Siren, 27 × 21 × 11 cm, 16kg) es una pieza de Anna hecha con cristal de calidad óptica pasado por complejos procesos de diseño y horneado, registrada por él en un estudio que le sirve para deambular en tres vías que se intersectan irremediablemente: la musical, la plástica y la mecánica.“Soy un manitas, desde siempre”, dice sonriendo y recordando las armas y herramientas de su papá. Escuchándolo viajamos a nuestras propias vacaciones de infancia, hipnotizados en el taller de un tío donde convivían pistolas y partes de automóviles; a esas tardes desarmando juguetes propios y ajenos para luego regresarlos a su estado original.“Yo hacía lo mismo, y lo seguí haciendo con la música”, dice Gary, quien, igual que nosotros, comenzó a tocar el bajo a los trece años de edad. Por otro lado, se sabe pesimista. “En cuanto aparece el hombre las cosas se joden”, señala mientras hablamos so-

bre mascotas y la posible responsabilidad moral de los artistas en el mundo presente. Al escucharlo empatizamos con esa suerte de cinismo que, operado centrífugamente, puede ejercer una bondadosa influencia en otros pero a través del oficio y del objeto, mas no del romanticismo estático.“Debes ver este documental”, nos dice redondeando el tema. Do You Need To Be A Dick To Be A Successful Leader? Reímos. Pensamos ahora en sus discos en solitario: No Sweat, Bent, Actual Fiction y Larger Than Life (que nos ha regalado en propia mano); pensamos en proyectos que ha formado (Slaughterhouse 3) y en colaboraciones notables junto a otros grandes del jazz (Allan Holdsworth, Kirk Covington, Scott Kinsey, Wayne Shorter, Robben Ford); pensamos en todo ello y celebramos el balance entre su voz personalísima sobre el bajo sin trastes de cinco cuerdas, y la constante originalidad de su discurso compositivo, tímbrico, formal. En otras palabras, reuniendo su obra con su persona tras hablar con él, comprobamos las sospechas de tiempo atrás, guardando las proporciones: a Gary Willis también le gusta la hiperconciencia mecánica, convertir los conceptos en objetos, los movimientos en geometría y, allí donde se prefigura un lugar común, enciende la dinamita. Patrocinado por los amplificadores Aguilar y los bajos Ibanez, Willis ha sido pionero en diseños innovadores que muchos han imitado al paso de los años. Digamos que la luz que proyecta su personalidad creativa ilumina su hacer completo llevándolo a decisiones de enorme inteligencia. Pero no entraremos en más detalles este domingo, lectora, lector. Preferimos finalizar contándole que un día después de nuestro primer encuentro volvimos a vernos con Gary y con Anna para ahondar en las coincidencias que anteceden y sustentan lo que somos. Y la pasamos bien. Y seguramente nos volveremos a ver porque, parafraseando a Neruda, para nacer hemos nacido, y porque una vez encontrado el eco… hay quienes nos volvemos adictos. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos •


ARTE Y PENSAMIENTO ........

2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

Verónica Murguía

Jorge Moch

Años de perro

Carta abierta al títere

ciones que ya no sé ni dónde queda la puerta. Y que a los freelancers nos cuesta trabajo descansar. Sobre todo a los freelancers desorganizados, como yo. Y sigo sin descansar. Cuando llegué a mi casa, después de beberme dos expresos que me hicieron lo que el viento a Juárez, me puse a releer mis artículos, actividad en la que jamás había incurrido. Sólo una vez hice una selección para un amigo, un escritor uruguayo que se llama Carlos María Domínguez. Fue hace años, antes de escribir para este periódico, en el que estoy desde 1999. La lectura, ni rigurosa ni extensa, me hizo ver que sólo esta vez he medio repetido el título de una columna. También confirmé algunas suposiciones sobre mis obsesiones y mis fobias. Borges es el escritor que más he citado, pero eso no me sorprende en lo más mínimo: es al autor que más releo. Me percaté de que soy obsesivamente celosa de la privacidad, la ortografía, los buenos modales, el bienestar de los animales y el casi extinto sentido cívico. Que soy ñoña pero aborrezco la cursilería, casi tanto como detesto la prosa cantinera. Que estos últimos años he envejecido como si fuera un perro, a siete por cada doce meses. Que todo puede empeorar después de doce años de pan . Hasta el pri . En algunos temas fui una Casandra región 4: supuse que internet lograría que el ciudadano medio pusiera, sin coerción de por medio, su vida interna a merced del Estado y el mercado. El sueño de Stalin, de Mao, de Hitler, de Franco, de todos los que han querido chuparle la médula a la gente. Todos informan a urbi et orbi desde qué desayunaron hasta sus miedos más personales, sus deseos más secretos. Después de revisar los artículos me miré al espejo. Siempre he tenido cara como de border collie, pero se me ha acentuado. Ojalá hubiera Botox para la mente, para el espíritu. El mío, según mis propios artículos y razones, desde el día inmundo en el que Felipe Calderón declaró su guerra, dio el viejazo •

Para todas las víctimas de este #GobiernoEspía

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OLA, TÍTERE. Vas a perdonar de entrada la chabacanería que salpica estas líneas; no eres acreedor de un ápice de mi respeto, y además tenemos la misma edad, cincuenta y uno, así que te chingas y te hablo de tú. Ni de chiste merecerías trato de “usted”, no te adornes (que es, parece, lo único que medio sabes hacer, aunque, como todo lo demás que te rodea y concitas, mal). Esta carta es de suyo un desperdicio, porque tampoco, ni de chiste, esperaría que pudieras leerla, y aun si lo hicieras dudo mucho que entenderías gran cosa, ya que has demostrado en reiteradas, aburridas ocasiones que leer no es lo tuyo. Tranquilo, títere, no voy a repasar aquí la dilución evidente de tu acervo bibliográfico que ya sabemos que no pasa de dos o tres títulos entremezclados, porque seguramente tu incapacidad es tal que confundes títulos y acaso alguna sinopsis de cuarta de forros esa sí a medio leer… Hay algo que se llama lectura de comprensión, de lo que sospecho que jamás has atisbado un pelo. Porque, títere, digámoslo de una vez: aunque de facto posees un enorme poder (que, dicho sea de paso, si lo hubieras usado con tantita sensatez, con algún asomo de decencia, con alguna embarradita furris de compromiso con la sangrada aldea en que vivimos, hoy viviríamos una realidad mucho menos desastrosa, y tendríamos futuro), eres francamente estúpido. Todos los días, y varias veces al día en más de una ocasión, has dado muestras sobradas de ser un perfecto idiota, un incompetente, un verdadero, perverso pelmazo. Peor todavía: un pelmazo cobarde. Regueros de cuerpos a tu paso dan fe. Muchos de esos cuerpos fueron amigos nuestros, colegas, compañeros de lucha o parientes. A muchos los seguimos llorando, y ese llanto, que quizá dure para siempre, servirá al menos para alimentar sin fin nuestra sed de justicia y nuestro hartazgo de ti y los tuyos. Porque tu ineptitud la has querido proteger usando la fuerza. Hipócrita esencial, en tus muy breves y cada vez menos espontáneas apariciones públicas medio repites discursos que otros te escriben, en que proclamas seguridad y prosperidad, eso sí, bien entrenado en mañas de escenario, adiestrado como lo que eres al final, el falderillo de otros poderes, de algunos empresarios, del poder del dinero, de la seducción del poder, de intereses oscuros (muy, muy oscuros) pero eres, primordialmente, un falderillo televisivo. Un títere de libro de texto. Simpatiquillo a veces, bien peinado como Pimpón, y como él, muy guapo y de cartón. Eres jefe de utilería y lo sabes. Siempre han mandado otros. Quizá aquellos que te escriben el discurso ramplón, prometedor, pedero. Cábula. Porque sólo es posible entenderte, títere, comprender tu aparición en la

escena pública a partir de tu creación, tu diseño cuidadoso, tu cocimiento entre cámaras y tramoyas, con maquillaje e iluminación adecuados para que no se te noten deterioro, cansancio, ansiedad y hastío que te producen tantas palabras que leer del teleprompter: tu discurso siempre es impecable en la televisión. Eres un producto primorosamente terminado bombón, te quieren en el colchón. Pero más allá de esa siniestra función de enemigo declarado de la gente, eres una pieza de recambio, prescindible, inútil después de un tiempo. Y sospecho que estás, en tu inmarcesible, supina imbecilidad, cavando sin saberlo tu propio despido. Estoy seguro de que hasta tus patrones televisivos te van a dar la espalda: ya no convienes. Estar cerca de ti, los salpica. Hueles a error y deuda históricos e impagables. A fraude, acuérdate. A desesperanza y muerte. Bien sabes, títere, que no te queremos. Bien sabes, y te duele, que no te vamos a aplaudir absolutamente nada porque nos sales debiendo demasiado. Tanto que, aunque te lo propusieras, si experimentaras hoy una sentidísima epifanía de contrición y arrepentimiento no te alcanzaría ni el triple de vida que te quede para empezar a pagar una uña de tu cordillera de pecados y traiciones, títere: has sido simplemente una verdadera mierda. Una mierda que, además, espía. Que agrede. Que ya sabemos que asesina y persigue y oprime y reprime. Porque ni siquiera es que para ello seas bueno, títere, sino que te rodeas, cobarde, te digo, de una horda de asesinos, violadores y delincuentes de la peor calaña. Aunque claro, muchos de ellos, como tú, visten impecablemente. Y comen rico y abundante, y gozan de transporte de lujo, aviones, autos, guardaespaldas, lujos más allá de las posibilidades del hombre común. Por ahora, títere. En lo que te vemos caer. No falta mucho. Aquí vamos a estar, títere. Viéndote. Testigos mudos. Convidados de piedra. Esperando •

CABEZALCUBO

A SEMANA PASADA un lector atento me señaló que el título de mi artículo más reciente le resultaba muy familiar. –Creo que ya habías escrito algo así –me dijo–, algo de querer huir a la playa. –¿Sí? No… A poco… No la friegues. –Casi seguro. Además, el título se parecía mucho. –Achis. No puede ser. Ya no me acuerdo de nada. Estoy hecha una mensa. –No palabra por palabra. ¿Que de veras estás tan cansada? Vete, aunque sea cerca. A Colima o a Yucatán. Aunque es temporada alta, ¿no? ¿Te da cosa viajar sola? –No tengo idea. Viajar sola de trabajo no me agobia nada, pero jamás me he ido sola de vacaciones. Pero sí, ya no puedo con mi alma. Se descompuso el

LAS RAYAS DE LA CEBRA

tumbaburros@yahoo.com @JorgeMoch

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coche, lo dejé en la calle una noche, ¡una sola noche! Me robaron la llanta de refacción, la computadora del motor, una caja de arena de gato de cinco kilos y la herramienta. Esa misma tarde se me cayó el teléfono en un charco apestoso. Como es viejísimo no le pasó nada, pero tuve que meter la mano en agua podrida. Luego me lavé las manos con Maestro Limpio. Qué asco. –¿De verdad? ¿Lo de la caja de arena es verdad? Yaa. –Sí. Carajo. Traía un montón de libros en la cajuela y ni los tocaron. Y eso que ahí estaba Los bandidos de Río Frío. Ni por interés profesional se lo llevaron. Pendejos. –¿Qué no te habían robado antes la computadora ésa? –Por eso, es la segunda vez que me la roban. La primera me engañaron y me la escamotearon sin que me diera cuenta. Ahora, simplemente, la sacaron. Dejaron la chapa de la cajuela hecha pedazos. Mi interlocutor se miró los zapatos y sonrió resignadamente: –A todos nos ha pasado. O te roban o te asaltan o te abren la bolsa en el transporte. Todos estamos cansados. También está el tráfico. El calor, las obras que hay por todas partes, la contaminación. Ya no tenemos tiempo de nada. El pri ganó en el Estado de México y eso bajonea. Y la bola. –¿Cuál bola? –La bola de años, babas. Le di un golpe en el hombro: –Qué chiste tan tonto. –Pero caíste, como siempre. Me puse nerviosa y me sentí culpable, aunque no tenía claro por dónde iba mi falta. –Oye, ¿podrías googlear en tu teléfono el título del artículo y el nombre de la sección? –Sí. En unos minutos comprobamos que 1) el primer artículo se titula “Haciendo adobes” y que apareció el 3 de julio de 2016. Y que el segundo,“Hacer adobes” apareció el pasado 18 de junio de 2017. Casi al año. No dicen lo mismo, pero en los dos escribí que extraño el mar, que me quiero ir de vaca-

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........ ARTE Y PENSAMIENTO O

Jornada Semanal • Número 1165 • 2 de julio de 2017

Luis Tovar

Ricardo G. Wolffer

@luistovars

El mundo de Kanako, Grotesco y las Lolitas perdidas

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E LAS OBRAS RECIENTES llegadas del Japón sobresalen el filme El mundo de Kanako, de Tetsuya Nakashima, y la novela Grotesco, de Natsuo Kirino. Poderosos exponentes del género negro, no sólo comparten la eficacia de sus imágenes y sus discursos sino la presencia de la niña fatal: la Lolita de Nabokov recontextualizada, en oposición al “Lolicon” (complejo de Lolita, en japonés). Nakashima irrumpe en la escena mundial con este ferrocarril visual donde las imágenes saltan con velocidad para establecer violencia a todos los niveles. Que haya una multitud de jóvenes desaparecidos, drogados, asaltados, violados y, sobre todo, capaces de engañar a todos los adultos con un aparente candor que sólo disfraza la bestialidad humana escondida detrás de esa Kanako desa-

parecida y buscada a punta de balazos y asesinatos por su padre, el exdetective Fujishima (el enorme Köji Yakusho), es sólo el inicio. Los orientalistas colocan este filme a la altura del violento Oldboy, de Park Chan-Wook, y sin duda que Kitano y Miike han recibido un acompañante en ese peculiar club de los maestros del arte violento. Pero la Lolita Kanako resulta demasiado brutal, incluso para este filme que va de muerte en muerte, abuso tras abuso: ha llevado la fiesta a los extremos de pervertir a sus compañeros, no importa el sexo o la edad. Atrás de una búsqueda paterna, fácilmente asimilable a los clásicos de la novela negra occidental, vemos un Japón oculto, denso, lleno de salvajes, donde la policía parece no existir: jóvenes capaces de manejar a viejos perversos con dinero y de abusar de quien se les interponga. Kanako viste su uniforme escolar y tardamos media película en establecer su nivel de locura y depravación. Es una Lolita consciente del poder en sus piernas delgadas y en su cara infantil, del empuje en sus maneras cándidas para ordenar, ya sea violaciones o chantajes. Kanako es como las mujeres del “Lolicon” que toman el control de su sexualidad, se empoderan en cuerpo y mente y su vestimenta sólo es un recuerdo de su feminidad, pero en un contexto atroz. En cambio, la Yuriko de Grotesco es una Lolita involuntaria que pronto comprende que su vida apenas podrá cambiar: será siempre el centro de atención y no habrá hombre que no la desee. Vive en Japón y es hija de un matrimonio mixto (japonesa y suizo), pero su hermosura es tan grande que termina por ser un monstruo ante los ojos de su hermana, una niña regular, con el odio a flor de piel, por sentir que la ineludible comparación que le harán toda la vida con su hermana, terminará por evidenciarla como fea y, en consecuencia, prescindible. Primero el tío y luego el vecino que la recibe tras el suicidio de la madre, abusarán sexualmente de Yuriko. Pero pronto ella acepta que ese es su destino y, con sorpresa y sin amargura, comprende que no amará a nadie y debe aprovechar mientras pueda esa atracción general. Pronto se prostituirá en la elitista preparatoria a la que ha entrado y

Grotesco

de donde será expulsada al saberse su secreto. De ahí pasará de inmediato al mundo de las sexoservidoras, para iniciar una larga trayectoria descendente que culminará con una muerte violenta. Ambas Lolitas llegarán a la muerte. Yuriko al inicio de la novela, Kanako al final de la película, suponemos, en una breve toma vertiginosa. Sin ningún argumento moralista, los realizadores integran a la trama a esas pequeñas abusivas que evidencian cómo en el paisaje urbano oriental los roles han cambiado, sin aviso previo a la catástrofe. También en el occidental, no sólo en la asimilación cultural y fílmica, sino en la delincuencia que recurre a los sicarios menores de edad y a la trata de menores y pornografía infantil sin pudor ante un mercado que no deja de consumir tal oferta, absolutamente reprochable. Limitar esta novela y este filme al aspecto de las Lolitas participantes podría ser injusto, ante los otros méritos de cada obra. Una sociedad llena de hipocresías y sectarismos permea como un personaje más para explicar, no justificar, a esas jóvenes crueles y esa carrera al éxito empresarial y social que termina por atropellar familias enteras. En Kanako, la salvaje delincuente apenas es una par te de la cadena de personajes que desfilan, empezando por el magnífico exdetective alcohólico que piensa que al encontrar a la hija desaparecida podrá reivindicarse de una paternidad ausente; eso y su proclividad a disparar y golpear hacen de la fotografía y el guión algo digno de verse más de una vez para saborear este vértigo que los realizadores occidentales evitan, quizá por la certeza de que serían incapace s d e i g u a l a r a e s to s d i re c to re s virtuosos • Obediencia perfecta

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OY EN DÍA la censura es una hidra de infinita multiplicación”, se dijo al final de la primera parte de esta entrega, y si bien la frase apunta en primera instancia hacia los organismos, tanto los oficiales como los oficiosos, que al amparo de sus igualmente múltiples (sin)razones asestan sus criterios estrechos e interesados en el cuerpo de una obra artística respecto de la cual, en rigor, no debería asistirles ningún derecho –o al menos eso implicaría la interpretación básica de la propiedad intelectual–, en los tiempos que corren quizá la más conspicua de las cabezas de esa hidra es la que corresponde a la autocensura, ésa que, dicho sea con Perogrullo, aplica el creador contra su propio opus, con la particularidad de que lo hace antes de generado éste. Las motivaciones de un cineasta para frenar la imagen, por así decirlo, no pertenecen al ámbito de la dicotomía prohibido-permitido/legal-ilegal, ámbito supuestamente claro y bien tipificado desde el enfoque jurídico inclusive, sino al ambiguo, movedizo y de límites inestables de lo conveniente y lo inconveniente y, más allá, de lo seguro y lo riesgoso. Ejemplos de lo antedicho ya deben estar brotando en la memoria del improbable lector: no errará quien imagine al cineasta indeciso entre abordar un tema “escabroso” –adjetivo cuya pertinencia siempre debería estar justificada con la aclaración de para quién–, o limitarse al catálogo convencionalmente aceptado, en el que por cierto y salvo unas cuantas, demasiado pocas excepciones, cabe casi entera la producción fílmica nacional de cuando menos los cuatro lustros más recientes. Menos fallará quien imagine al realizador cinematográfico prefiriendo mantenerse tan apartado como le sea posible de aquellos temas, historias y personajes cuyo abordamiento fílmico represente un peligro no solamente para la continuación de su carrera profesional, sino inclusive para su integridad personal. (Entre paréntesis, y aunque la digresión sea un tanto larga, conviene no incurrir en la ingenuidad de suponer que alguien corre riesgo alguno por causa de la producción y exhibición de la cada vez mayor cantidad de narraciones seriadas pseudo/cuasi/ paracinematográficas concebidas con el único propósito de medrar mediática y, por lo tanto, económicamente, con la fama pública de Pablos Escobar, Reinas del Sur, Chapos Guzmán y demás antihéroes habidos y por haber, fama por cierto siempre manejada desde un equívoco bastante convenenciero. Se cae de evidente, pero dígase que tales “osadías” no contienen un ápice de valor en ningún orden, pero menos que menos en el de su contenido, pues nada agregan, nada revelan, nada denuncian, nada expli-

can y, por lo tanto, nada incomodan a los aludidos/utilizados –ni a los que se supondría sus perseguidores, según esto también “tocados” en dichas series con el pétalo, sólo que pequeñísimo, pálido y muy marchito, de la sospecha de complicidad. Exactamente del modo en que sucede con los narcocorridos, la intención de fondo de esas series que hoy pululan es apologética, y eso por conveniencia mercantil y nada más, aun si de manera inconsciente y/o involuntaria –lo cual es posible, aunque improbable– robustecen más de una distorsión en el imaginario popular.)

De llagas y DeDos Entre los temas potencialmente álgidos para ser tratados públicamente desde el ejercicio profesional de un arte-industria como es la cinematografía, como bien sabe cualquiera destacan los mismos que, en el ámbito de lo privado, suelen ser manantial interminable de desacuerdos, disputas y rupturas insalvables: la religión, la sexualidad y el poder, este último visto preferentemente desde la perspectiva de su instrumentalización más preponderante, que es la práctica de la política y el ejercicio del gobierno, así como los conceptos de patria, nación y Estado. Para referirse solamente a casos prácticos y contemporáneos del cine mexicano, sobre el primero de los temas –la religión–, tómese Obediencia perfecta (2014), primer largometraje de ficción de Luis Urquiza, basado en la novela homónima de Ernesto Alcocer, que no obstante el cambio de nombres alude sin lugar a dudas al sacerdote católico Marcial Maciel, a la organización por él fundada, de naturaleza eclesiástica, académica y de negocios llamada Los Legionarios de Cristo y, claro está, a la pederastia ejercida durante décadas por dicho personaje, conducta delictiva por tantos negada y por muchos solapada, ya fuese por acción o por inacción • (Continuará.)

CINEXCUSAS

Cine y censura (ii de iii)

GALERÍA

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Cometas y asteroides: la fiebre del oro cósmica

ENSAYO

2 de julio de 2017 • Número 1165 • Jornada Semanal

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Norma Ávila Jiménez

E

n la película Interestelar, lidiar con las tormentas de polvo es parte de la cotidianidad de vivir en nuestro planeta, imaginado cómo podría ser en 2060. Tal vez algunos personajes se inco‑ modarían menos si supieran que entre esas partículas van algunas interplanetarias: cada día caen a la Tierra aproximadamente cien toneladas de materia proveniente de asteroides y cometas, asegura el doctor Rafael Costero, investigador del Instituto de Astronomía de la unam . La mayoría se quema al entrar a la atmós‑ fera, pero unas cuantas partículas que miden menos de 50 micras, como copos de nieve, –se esparcen en escritorios, libreros, por todas partes–. Esa materia está formada por elemen‑ tos que en un futuro podrían dar lugar a una fiebre del oro cósmica.

Las minas del futuro En su libro La ruta hacia el hombre cósmico, el doctor Ramiro Iglesias Leal, asesor del Centro de Desarrollo Aeroespacial del ipn, asegura que en este siglo se construirá la primera ciudad espacial con capacidad para 10 mil personas. La minería sideral jugará un papel esencial en la construcción de esta rueda giratoria habita‑ ble: “Los asteroides representará un lugar conveniente para la obtención de metales”; entre éstos, el aluminio, el hierro y el níquel –estos dos últimos se convertirían en acero–, además de cristales, agua, hidrógeno, carbono, nitrógeno, oro y platino. La doctora Guadalupe Cordero Tercero, investigadora del Instituto de Geofísica de la unam , puntualiza que "los más fáciles de explo‑ tar son los asteroides cercanos a nuestro plane‑ ta, los cuales, según un reporte del pasado 3 de junio, suman 16 mil 188, pero definitivamente hay millones, si se incluye a los pequeños". Estos objetos celestes se dividen en cuatro subgrupos: "Los Apolo y Aton, cuyas órbitas cruzan a la Tierra desde el Espacio –el 2014 jo25, que recientemente se acercó hasta a 1.8 millones de kilómetros de distancia de nuestro planeta,

es Apolo–; los tipo Atira, con una órbita total‑ mente contenida en la de la Tierra, y los Amor, que pasan por fuera de la órbita de nuestro planeta”, explica la científica. Algunos investi‑ gadores piensan que los dos satélites del plane‑ ta rojo, Deimos y Fobos, pueden ser asteroides Amor. La citada especialista considera que “los atones serían los más recomendables para la minería, por sus órbitas más cerradas y periódicas”. Hace cuatro años, la empresa Deep Space Industries (dsi) anunció a los medios su interés por explotar en las siguientes décadas los materiales de miles de asteroides cercanos a la Tierra. Sus especialistas ya trabajan para lanzar la nave‑sonda Prospector-1, encargada de detectar las intimidades de esos objetos. Por su parte, Planetary Resources, que en 2012 entró a este negocio del futuro y en cuya lista de asesores se leen los nombres de astronautas, científicos y el del director de cine James Cameron, pondrá en órbita la plataforma espa‑ cial Arkyd, equipada con sensores capaces de escudriñar en un amplio espectro óptico. El siguiente paso será el envío de sus naves‑ robots extractoras del preciado tesoro. Obtener agua será esencial, ya que puede descompon‑ erse en hidrógeno y oxígeno, elementos básicos del combustible de una nave. En la actualidad, aproximadamente el noventa por ciento del peso de un cohete que lanza una nave a Marte es combustible, y aquí cabe subrayar que un kilo de combustible espacial cuesta más que uno de oro. Un ejemplo de los robots que utilizarán para extraer las riquezas cósmicas es el dsi Harves‑ tor‑cam o dsi Recolector, que semeja una estrel‑ la de mar o un pulpo gigante de ocho delgados brazos que, como ventosas, se adherirán en las enormes rocas. Si se obtiene platino, podría enviarse a la Tierra para ser utilizado en la construcción de circuitos electrónicos, disposi‑ tivos médicos, convertidores catalíticos y vidrio. A esos cuerpos cercanos a la Tierra "habría que hacerles estudios de su composi‑

ción química y porosidad, ya que una investig‑ ación realizada sobre su rentabilidad señala que sólo en uno de cada 2 mil se puede extraer platino y en uno de cada mil 100, agua", subra‑ ya la doctora Cordero. El siguiente paso será procesar los materiales obtenidos, ya sea en la Tierra, como ya se dijo, o en microgravedad en el Espacio. Después de decenas de años de estar escar‑ bando esos cuerpos cósmicos, ¿de alguna forma sufrirían cambios? Cabe recordar lo que Jorge Luis Borges señala en su cuento "La escritura del dios", incluido en El aleph: “… en el curso de los siglos las montañas se allanan y el camino de un río suele desviarse y los imperios cono‑ cen mutaciones y estragos y la figura de los astros varía. En el firmamento hay mudanza”.

La preocupación del Principito En noviembre de 2015, el expresidente Obama f i r m ó l a d e n o m i n a d a C o m m e rc i a l S p a c e Launch Competitiveness Act, una ley que permite a los ciudadanos y empresas de Esta‑ dos Unidos ser propietarios de los recursos que se extraigan de los cuerpos siderales. Esta ley contraviene lo que señalan las leyes interna‑ cionales como el Tratado Sobre el Espacio Ultraterrestre en su Artículo ii:"El espacio ultra‑ terrestre no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación, de soberanía, uso u ocupación." En 2001, un tribunal de Estados Unidos sentenció que Gregory Nemitz no podía poseer el asteroide 433 Eros, como reclamaba (incluso, quería cobrar 20 dólares a la nasa por haber estacionado allí su nave sonda n e a r Shoemaker). Sin embargo, Estados Unidos siempre ha considerado de su propiedad los pedazos de Luna que trajeron a la Tierra los astronautas durante el programa Apollo, como ha señalado la revista National Geographic. Será necesario que las naciones logren acuerdos al respecto. No sería raro que el Principito esté preocu‑ pado por la posible expropiación de su aster‑ oide‑casa •


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