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“Quémenlo todo”

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La Crucificción

La Crucificción

“SI LO LIBERA y se da a la fuga y me mata, quémenlo todo.” Eso escribió María Elena Ríos en sus redes sociales tras enterarse de que el autor intelectual de la agresión que sufriera en 2019 podría quedar libre o enfrentar arresto domiciliario por “enfermedad”, según la torcida perspectiva del juez Teódulo Pacheco. Hablamos del exdiputado Juan Vera Carrizal, quien la mandó rociar con ácido en su propio domicilio. Un psicópata por el cual se vio transformada la vida de esta saxofonista oaxaqueña, tan articulada, tan lúcida en actos y palabras; una mujer que se ha vuelto símbolo en el movimiento contra la violencia machista en general y contra la llamada Violencia Ácida en particular.

Acompañada por incontables compañeras y colegas, hoy esta aRtivista encabeza una cruzada que va más allá del espejo. La suya no es ya una historia aislada. Su protesta ha cimbrado instituciones, gobiernos locales, secretarías de Estado y hasta los cimientos de Palacio Nacional. Porque sí, sólo mostrando la posibilidad de una reacción contundente –si pasa, “quémenlo todo”– pudo hacerse oír y exigir justicia, eso que más de treinta mujeres mexicanas quemadas en ataques similares no han conseguido en los últimos veinte años.

Y no nos malentienda, lectora, lector. Lo de esta Bruja Mixteca (como se hace llamar), supera la queja del músculo simple. Su inteligencia y claridad, ya lo dijimos, son inspiradoras. Lleva semanas impulsando una iniciativa de ley, presentada junto a Elisa Xolalpa (otra víctima), para elevar a tentativa de feminicidio la Violencia Ácida. Con el apoyo y presión de la sociedad los legisladores podrían incluirla en la Ley de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia. Confiamos que así suceda.

Dicho esto, le aconsejamos escuchar la doble voz de Malena. Ésa con que enarbola discursos y actualiza la situación de su expediente, de su agresor y de quienes se prestan a la corrupción del debido proceso. Y esa otra también, la del saxofón dorado que luce entre las manos cuando se sube a un escenario. ¿Piensa que enaltecemos su talento porque nos obliga la solidaridad o la empatía, lo políticamente correcto? No es así.

Visite su perfil de Instagram (@BrujaMixteca) y constate lo que es capaz de hacer fraseando, entonando, bordando el aire con su instrumento. Búsquela, verbigracia, tocando el clásico “La llorona” al lado de Lila Downs en la Guelaguetza. Un momento conmovedor. Sopese la dulzura con que dialogan, la fuerza con que reclaman desde lo más alto de la belleza. ¡Cómo no llegar a esa sutileza habiendo estado tan cerca del mal y de la muerte!

Igualmente, acérquese a su participación en el Vive Latino al lado de la Maldita Vecindad. O a su paso por el encuentro Hablemos de violencia para dejar de ejercerla, ocurrido en Tlalnepantla. Mírela, por favor y sobre todo, como solista de la Orquesta Iberoamericana interpretando Saxo y cuerdas al anochecer, compuesta para ella por la maestra Patricia Moya. Que usted y nosotros la escuchemos hacer música es importante para que María Elena, la artista, fortalezca y anime a María Elena, la de los titulares. Para que su don perviva en una cumbre feliz y sin dolor.

Finalmente, mantenga la atención en este caso siguiendo a periodistas comprometidas con el tema (como Mónica Garza en @lagarcita), pues de aprobarse la iniciativa mencionada, conocida como “Ley Malena”, se lograría que los agresores con ácido sean castigados hasta con doce años de prisión, llegando a treinta si se suman agravantes. Ello acabaría con un vacío legal aprovechado por quienes intentan desfeminizar a las víctimas (normalmente exparejas), arrebatándoles, según su errática comprensión del mundo, la posibilidad del amor futuro. Abrazo para ella. ¡Justicia! Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos l

Cinexcusas/ Luis Tovar @luistovars

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