■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 6 de marzo de 2016 ■ Núm. 1096 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver
Xabier F. Coronado
El mundo a través de una pantalla
sociedad y juventud en la era digital ¿eXiste una literatura esCoCesa? Entrevista con r oberto b ravo Dos crónicas urbanas
Breviario de lo sagrado
CREACIÓN
6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
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Marcos García Caballero
“Hay una nueva generación que ha
Marlbororojos
crecido sin saber lo que es una conversación ininterrumpida”, sostiene Sherry Turkle, psicóloga estadunidense egresada de Harvard y autora del ensayo Vida en pantalla, en el que la especialista deplora la pérdida del verdadero contacto humano, entre otras consecuencias de la extrema dependencia contemporánea de la tecnología digital. Con base en ese y otros estudios, Xabier F . Coronado habla de los profundos cambios que la sociedad está experimentando a partir de esta realidad, cada tanto más virtual, así como de las consecuencias y las perspectivas a futuro de dicha tendencia. Publicamos además sendas crónicas urbanas de Leandro Arellano y Fabrizio Lorusso, así como una entrevista con Roberto Bravo, cuentista y autor de la Antología de escritores escoceses contemporáneos, recientemente publicada por la unam . Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx
El mundo através de una pantalla:
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ae una tenue brizna de lluvia. La calle enlodada y solitaria. El corazón soberbio en su canasta de huesos avanza. De pronto, de la brizna cae un recuerdo helado que soy yo mismo y mi silencio; comienzo a desgranarme por la inasible palabra yo y es como un desgajarse de un cerro, como un pensarse desde lo más negro de la palabra bLanCo hasta lo más claro de la palabra negro . Hasta que vuelvo a esta pantalla para devolverme lo que fui pensado por esa entelequia llamada yo mismo en aquel instante, igualmente blanco y negro y dicho color es del color del yo, que simultáneamente es más de tres colores: el color del verano en la selva Lacandona, el color de diciembre en la selva Lacandona, el color del hacha que parte la madera, el color de la guitarra que me ametralla los pensamientos y el color del sonido, que desgraciadamente no es infinito, sino azul como la fresca tarde de la infancia donde descubrí que mi color favorito era el rojo, el rojo de la bandera rusa, el color rojo de la sandía y el color rojo de la sangre, que aunque esté manchada por la ignorancia, la estupidez o la estulticia siempre es roja. Color rojo: color de posibilidad , de cuerpo y de labios de las mujeres que me han amado y de las que probablemente me amarán, silencio rojo, estafeta, memoria, color rojo que termina en una historia colorada, como también la vergüenza es colorada. El amor es colorado, la poesía es roja y colorada, y es azul y es verde, y es sangre y es historia, y es carne de ser, hambre de palabras, sed de manicomios, muro para desfallecer ante lo nuestro, palabra roja, tinta escarlata, gacela que me invade en el lobby del hotel, en el parque, una gacela, color de colibrí, o el colibrí que antes me visitaba por las tardes y mi amigo José Vicente Anaya, el gran poeta y traductor de Henry Miller, se maravilló al ver al colibrí en mi ventana y en ese instante de la fiesta me sentí apenado, como un hueso rojo de humildad ensanchada y roja, puta palabra roja, estoy harto de ti, detesto lo que me has hecho, pero me has hecho y eso no puedo olvidarlo sencillamente pensando en el color rojo sino en los versos rojos de mis palabras rojas, ancestrales, juguetonas, cachondas, efímeras, porque no es lo mismo La región más transparente en el siglo xx que cuatro milenios después, cuando un hombre tendrá mi nombre y leerá ese libro y pensará que francamente no tenía sentido dedicarle un peldaño en la vida de cualquiera a una ciudad que ya no existe, un país que ya no existe, y del que sólo quedó efectivamente, su transparencia. Efectivamente, palabras en efectivo, las únicas que son rebeldes a cualquier gasto utilitario, las poéticas. Como éstas, que yo le dedico al tipo que en la tienda me dijo: ¿Usted quiere Marlboro rojos o blancos?
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Uñas decoradas como cigarrillos. Fuente: hailnails.tumblr.com
sociedad y juventud en la era digital
Portada: Perdidos en la nube Imagen: facebook.com/Stop.Phubbing Diseño: Marga Peña
Directora General: Carmen Lira Saade, Director: Hugo gutiérrez Vega(†), Jefe de Redacción: LuiS toVar, Edición: FranCiSCo torreS CórdoVa, aLeyda aguirre rodríguez y riCardo yáñez, Coordinador de arte y diseño: FranCiSCo garCía noriega, Diseño de portada y dossier: m arga P eña , Diseño de Columnas: J uan g abrieL P uga , Relaciones públicas: V eróniCa S iLVa ; Tel. 5604 5520. Retoque Digital: a Le Jandro P aVón , Publicidad: e Va V argaS y r ubén H inoJoSa , 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. Correo electrónico: jsemanal@jornada.com.mx, Página web: www.jornada.unam.mx La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de CV; Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794. Reserva al uso exclusivo del título La Jornada Semanal núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de 2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de Derechos de Autor, INDAUTOR/SEP. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. La redacción no responde por originales no solicitados ni sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración es responsabilidad de su autor. Títulos y subtítulos de la redacción.
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6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
Breviario de lo Sagrado “EL HOMBRE RELIGIOSO PIDE Y QUIERE ENTENDER, EL HOMBRE SAGRADO CONTESTA Y DICE QUE NO SABE”. LA RELIGIÓN SE ALEJA DE LO SAGRADO CUANDO CONTAMINA LA COMPRENSIÓN DE LA FE.
Fabrizio Andreella fabrizio108@yahoo.com
El paraíso es un lugar donde nada sucede. Talking Heads, Heaven La vida del espíritu no es buscar un sentido
Banksy, Jesucristo va de shopping, graffiti en calle comercial de Londres
sino emanciparse de ello.
unos círculos de fuego? El mito sistematizado, lo divino locuaz y lo trascendente refigurado tratan de hacer dúctil lo Sagrado para agarrarlo con las pinzas del Lenguaje y colarlo en los moldes del Pensar. La paradoja es la forma del Lenguaje que más se puede acercar a lo Sagrado. Con el Lenguaje asistimos como espectadores a lo Sagrado. Pero lo Sagrado no tiene asientos en platea. Sólo actores en el escenario.
J. Gray, Perros de paja
LO SAGRADO Y EL PENSAMIENTO
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l Pensamiento es la premisa técnica para la equivocación de lo Sagrado. Lo Sagrado es accesible solamente quitándole al Pensamiento los espejos proteiformes de sus representaciones. Lo Sagrado es una experiencia y no es accesible pensándolo porque el Pensamiento no lo es. El Pensamiento hace evaporar lo Sagrado dejándonos sus artificiosos moldes llenos de nociones. Cualquier dotación conceptual es un obstáculo a la absorción en lo Sagrado. Investigar lo Sagrado con las herramientas del Pensamiento puede llevar solamente a definirlo. Pero el concepto-de-lo-sagrado es en sí una locución sin sentido o, a lo mejor, un oxímoron. Lo Sagrado no puede pasar por el tamiz de los conceptos sin alterarse. No existe un Sagrado que se pueda decir o pensar, solamente experimentar. El misterio que defiende lo Sagrado de la racionalidad dualística es atacado por las bacterias del Pensar-lo-Sagrado. Aceptar los resultados del Pensar-lo-Sagrado significa autorizar la falsificación de lo Sagrado y crear un sucedáneo. El concepto-de-lo-sagrado es incompatible con la experiencia de lo Sagrado. A veces es necesario usar la fuerza del adversario para hacer que caiga. Funciona también para el concepto-de-lo-sagrado. El concepto-de-lo-sagrado es bello, moderado, respetable. Lo Sagrado es penetrante, despiadado, inconveniente. Los conceptos son vainas que defienden los perfiles de las cosas contra la lluvia de lo Sagrado, que las corroe sin piedad, sin ni siquiera la parcialidad caritativa de la moral, que en su simpleza condena el mal y celebra el bien. En lo Sagrado el principio de no contradicción es contra el verdadero entendimiento. Pensar-lo-Sagrado es una distorsión causada por su traducción en favor de la racionalidad, que se funda en el principio de no contradicción. Nadie puede habitar en un mapa; ningún Sagrado puede habitar en el Pensamiento. Si su dimensión corpórea le impide al hombre vivir en un mapamundi, la ausencia de dimensiones le impide a lo Sagrado vivir en el Pensamiento. La materia no puede no tener forma, pero la forma es irrelevante para la realidad de la materia. Así, lo Sagrado toma infinitas formas de la realidad sin por ello diferenciarlas. Lo Sagrado hace estallar los modelos mentales que encarcelan lo real en los conceptos que lo controlan con su descripción.
LO SAGRADO Y EL LENGUAJE A lo Sagrado se puede solamente aludir, ya que cuando definimos nos excluimos de lo que va más allá de la definición. El Lenguaje quiere acercar lo Sagrado evitando que su realidad inconcebible arrase irremediablemente el Pensar. Cuando se manifiesta con las herramientas corrosivas del Lenguaje, lo Sagrado empieza a profanarse. Todo discurso sobre lo Sagrado consigue iluminar solamente su parte más expuesta y abordable por los códigos de la racionalidad. Es decir, su parte más marginal e inocua. Lo Sagrado ha sido ocultado por el Lenguaje que, tal vez de buena fe, quiere que sea accesible a través de la palabra. El Lenguaje es la máscara sobre el rostro insostenible de lo Sagrado, que lo vuelve inocuo y superfluo. Tal vez, entonces, el Lenguaje más que máscara es bozal.
Lo Sagrado no es domado por el Lenguaje. ¿Acaso son verdaderos tigres aquellos que en el circo, bajo el látigo del domador, atraviesan sumisos
LO SAGRADO Y LA COMPRENSIÓN Aclarar el misterio de lo Sagrado es oscurecer su umbral y alejar la posibilidad de experimentarlo. Lo Sagrado no es descifrable porque las categorías y los conceptos que descifran surgen de lo profano. Comprender es profanar. Dios se hizo hombre encarnándose. Lo Sagrado se hace profano conceptualizándose. En la esfera de lo Sagrado, conocer es contemplar y, al mismo tiempo, ser parte de lo que se contempla. La experiencia de lo Sagrado es, desde el punto de vista de la racionalidad dualística, experiencia del desorden y de lo absurdo. Lo Sagrado practica el autoerotismo porque para él nada es ajeno, nada es otro. Lo Sagrado, que rezuma del mundo sin revelarse a la razón, genera inquietud. Para dominar el pánico latente hemos erigido una obstinada y ordenada concatenación de conceptos que enjaulan la realidad en un cuento. El acercamiento racional a lo Sagrado es una aventura en la paradoja. Aventura vana e incluso imprudente, porque corre el riesgo de construir una copia nocional de lo que no es para nada nocional, dando vida a otra ilusión. La religión es lo que el hombre ha inventado para lenificar la ansiedad del alma que no se rinde frente a lo inexplicable de lo Sagrado. La religión se aleja de lo Sagrado cuando inocula la Comprensión en la fe, la conveniencia en lo divino, la demostración en la intuición. La religión entendida como propedéutica y como apoyo para llegar a lo Sagrado se torna en obstáculo para ese encuentro cuando afirma una finalidad por realizarse con sus ejercicios. La religión como vaina de lo Sagrado ha sido abandonada por lo Sagrado mismo, como hace la serpiente con una piel ya demasiado estrecha. Lo Sagrado aniquila, es inmediatez sin cálculo, mientras la religión conoce bien la consolación del socorro espiritual. En lugar de ser el guardia de lo inefable, en lugar de defender lo Sagrado de lo que quiere explicarlo, la religión lo ha destruido con su descripción nocional. La religión, utilizando los instrumentos de la razón, trata de adentrarse en lo Sagrado con extrema prudencia. Su bajada a aquellos abismos pasa por barrancos que la razón teme. Por eso se organiza con precauciones y adivinaciones que dan la seguridad del embrague y de la cuerda. Garantizan el regreso al tranquilizador reino de la racionalidad. Sin embargo, solamente un brinco atrevido y vulnerable puede penetrar en lo Sagrado. Como la reivindicación es la muerte de la verdadera complicidad en una pareja, la oración que reclama algo hace distante lo Sagrado. El hombre religioso pide y quiere entender. El hombre sagrado contesta y dice que no sabe. En lo Sagrado, lo real es una evidencia inaccesible a la conceptualización y al Lenguaje. En lo Sagrado la vida percibida acepta serenamente su estatus de invención, manifestación y aspecto de lo real. Toda evidencia es la gravidez de un misterio. Todo misterio es una evidencia que no ha nacido aún
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DOS CRÓNICAS
6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
Clamores de la plaza Leandro Arellano
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LA FIESTA DE LA VIDA Y SU RUIDO DE FONDO.
l domingo veinte de diciembre amanece soleado y de buen humor en la ciudad de México. El cielo se ha desentendido de la bruma y cuela los rayos luminosos sin embarazo. Hasta nuestras habitaciones llegan el vocerío y los clamores de la plaza. Emanan de al menos tres fuentes: la humana, la artificial y las generadas por la naturaleza. De madrugada hemos despertado con el temor de lo que puede ocurrir –el momento cuando enfurezca algún agraviado– al poseedor de esa voz que cada noche, cuando pasea con sus mascotas, recrimina a gritos a los automovilistas que violan sistemáticamente las indicaciones del semáforo. “Pendejo, no ves que está en rojo” o alguna variante, escuchamos con nitidez su vozarrón, bien pasadas las nueve. En pleno día es un hombre afable, amoroso de sus tres perros y, como ellos, se desplaza con lentitud. Más que una voz, descubrimos una actitud misteriosa desde sus orígenes. La casualidad nos había puesto a la hora y en el lugar de los hechos. De lo escuchado, colegimos que el hombre acababa de jubilarse del empleo y decidió hacer de la plaza su hábitat. Dos hermanas intentaban persuadirlo de volver a casa, pero sólo obtuvieron la promesa de su visita. Lejos de asemejarse a los indigentes que rondan la plaza cotidianamente, el hombre viste con corrección y pulcritud, su ropa es de calidad, incluso. Jamás importuna a nadie y responde con timidez a los saludos que le dirigimos. A ratos deambula por la plaza con paso ágil y decidido y por minutos se desaparece. Pero del crepúsculo al anochecer se mantiene sentado en una banca u otra, contemplando la lejanía. ¿Un grito de libertad? No hay cosa que exija más tiento que la discreción. De modo que ignoramos de dónde provienen o dónde viven. Una es rubia y la otra morena, menudas las dos. Enfunda-
das en pants, corren regularmente por las mañanas rodeando la plaza, a trote muy corto. Aunque a su encuentro nos cruzamos los buenos días, no reconoceríamos su tono fuera de la plaza. Nosotros también desaparecemos para ellas cuando enfilamos con nuestra propia marcha, impulsados por el fresco de la mañanita. Luego, un murmullo sordo y potente comienza hacia las ocho de la mañana. Nunca puntual, que esa no es virtud nacional. A veces nos confunde con el sonido de las tuberías de nuestra propia vivienda. Es la fuente que baña los contornos de la campante estatua y rige y adorna la plaza. Nos habituamos a su rumor monótono, que ahuyenta otros ruidos irregulares, pues son éstos los que quebrantan el sosiego, en tanto que los uniformes y leves abonan la quietud y nos escoltan durante la jornada. Y a ratos todavía, pasmados cada vez que sobreviene el portento, escuchamos el trinar de las aves. Pero se ha tornado recurrente la invasión dominical –el fin de semana completo, en rigor– de carpas, tiendas y pabellones que exponen y comercian presuntas artesa nías, fabricadas en el lejano Oriente. ¡Como si ignoráramos dónde comprar lo que nos hace falta! ¿No es característico de la era presente el despiadado mercantilismo? La plaza pierde el encanto y la civilidad, violentada por esos rumores extraños; los espacios ocupados así desaniman la convivencia, los paseos familiares y las saludables caminatas. Más estridentes resultan los estruendos que generan las carpas que sin ton ni son levantan con regularidad partidos políticos y autoridades delegacionales. ¿Por qué abrumar al vecindario y los paseantes con ruidosas tonadillas deprimentes o rijosas? No sólo acotan espacio al vecindario y a los paseantes, también lo roban a los castores y a las gacelas que los sábados se posesionan de un
Joven practica con su patineta en el Parque de las Arboledas en la colonia Del Valle. Francisco Olvera/ La Jornada
espacio considerable de la plaza. Son los Boyscouts que se congregan para realizar prácticas y entrenamientos en este espacio verde y abierto, en el corazón de una ciudad que todo lo devora. Las enseñanzas que reciben y los ejercicios que llevan a cabo se quedan cortos ante los juegos y el gozo que les provocan la convivencia y el esparcimiento. Y no han sido pocas las veces que topamos grupitos de mozalbetes que atraviesan la plaza conversando en una lengua desconocida. Una ocasión no nos contuvimos. –¿Es náhuatl? –Otomí, respondió el zagal. Quién sabe si a estas alturas de diciembre todavía sucede, como todos los lunes. La escuela ubicada en frente lleva a cabo los actos cívicos que imponen los honores a la bandera y la entonación del Himno Nacional. Hace tiempo abandonaron el uso de la banda de guerra, los tambores y la trompeta. Al presente, las glorias al pabellón nacional y al himno patrio emergen de una grabación electrónica. De contado, conforme el día avanza van en aumento los rugidos de los motores. Su estruendo acalla cualquier otro sonido. Cuando los estudiantes de las escuelas que convergen a nuestros costados terminan la jornada, el amontonamiento de coches trastoca la normalidad. El caos parece cobrar por instantes carta de naturalización, deteniendo el avance de tirios y troyanos, incluidos los turibuses que transitan con serenidad su ruta, mostrando a los forasteros las bondades y bellezas del trayecto. De los rumores de alarma, dos se van tornando comunes. Uno es el ulular de las sirenas de patrullas que a cualquier hora surcan la calle a toda marcha. Otra es la “Alerta sísmica”, que nos advierte de un estruendo mayor de la naturaleza, en prevención de una calamidad. Con seguridad no son exclusivos de esta plaza los llamados estentóreos, a la media noche o a pleno luz del día, de la grabación por altavoz del anunciador de los tamales de Oaxaca, lo mismo que la del ferrovejero que, en voz de una niña y en grabación también por altavoz, anuncia la compra de colchones, tambores, estufas, refrigeradores, lavadoras, computadoras... y fierro viejo en desuso. Un sonido milenario nos interrumpe de pronto. Nos indica que ha llegado el final. Las campanas de la iglesia cercana convocan a misa de seis de la tarde. Al asomarnos al ventanal contemplamos una pareja de viejos que conducen de la mano a dos niños pequeños con regocijo. Con la misma mano impulsan también la continuación de la vida
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URBANAS
6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
Fabrizio Lorusso
ALGUNOS CONSEJOS DE LOS “MAESTROS DE LA CREATIVIDAD VIAL”. OPINAN TAXISTAS, POLICÍAS, COMPAS, MOTOCICLISTAS Y AUTOMOVILISTAS.
Una vuelta por territorio chilango
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n la Ciudad Monstruo, alias DeEfe, Chilan golandia o DFctuoso, circulan 6 millones de automotores, dándole gas y fumando por el mofle. Alrededor de 25 millones de almas, en algún momento, transitan a pie, en bici, patineta, transporte público o coche por los enredos de la urbe o en su desbordamiento (anti)natural en el área conurbada del EdoMex. En lo personal, manejo moto, con gusto y euforia. Hace años lo hago en la capital, consciente de los peligros pero ya adicto al tráfico. Por eso me afectan códigos y prohibiciones, abusos y dependencias automotrices. 2015 pasará a la historia por el nuevo reglamento de tránsito defeño, un código vigente desde diciembre de 2014. Quisiera rememorar aquí viejas reglas y enraizadas costumbres vehiculares que, bajo la asesoría de taxistas, policías, compas motociclistas y esmerados funcionarios públicos, he aprendido en estos años de desencuentros en la jungla chilanga. Quizás nosotros, transeúntes y conductores, ya no seamos testigos de fenómenos de esta naturaleza en el futuro y, por ende, los extrañaremos. No obstante, es sabido que las mejores prácticas nunca mueren, sólo se transforman. El tiempo lo dirá. La mayoría de los códigos no están escritos, son cultura e incultura, y nos ayudan a adaptarnos a las situaciones de la vida que el derecho no regula. Este breve recuento honra la memoria de todos los maestros de creatividad vial que he tenido por los caminos de México y de la vida. La regla de los 50. Un bravo taxista me sugirió un día adoptar esta portentosa conducta: “Legalmente, puedes conducir tu moto o auto en sentido contrario por 50 metros, pero recuerda, no más que eso.” “Sin embargo –dijo–, ya sabes, mijo, cada vez que andes tus 50 metros permitidos, puedes apagar el motor y arrancar de nuevo por otros 50, y así hasta alcanzar tu meta…” Era la regla de los 50… A veces los metros llegaban a ser 100, 150 o hasta 1050. Potencialmente se podía recorrer media
Motociclistas participan en la Gran Rodada Anual, en Ciudad de México, noviembre de 2012 Foto: Rodrigo Oropeza /Xinhua/ PY / SP
ciudad manejando en contraflujo, llevando la contraria cuadra tras cuadra. De llegar a detenerte un poli, siempre se podía mencionar esta presunta (¿?) regla de los 50, ya que era comúnmente asumida como La Verdad revelada por todos, aunque tal vez nadie la haya podido ver escrita jamás. Todavía siguen la regla de los 50 las bicicletas que andan en sentido opuesto a la circulación y en carriles reservados del transporte público a lo largo de miles y miles de kilómetros. Es la dicha total: ni siquiera tienen que fingir que apagan el motor y arrancan de nuevo por otros 50 metros. Pese a todo, entiendo que lo hacen para subsistir en la selva chilanga y lo respeto. Noches anárquicas. Anarquía no significa relajo, ni desorden o falta de respeto hacia los demás. Más bien, la entendemos como desaparición progresiva del Estado. En las noches DFctuosas el Estado se siente y está presente, aun en la soledad de las calles más sombrías. Se esconde en las videocámaras callejeras y en los semáforos, pues sus ojos y luces nos recuerdan que hay alguien allá atrás, en algún cuarto u oficina de los botones, y que estamos bajo observación del big brother, nos guste o no. Tras pasarse a gran velocidad dos altos y tres cruces semafóricos con su camión dina iluminado como antro, un chofer de pesero, quizás para justificarse, me aseguró que después de las 11 de la noche en la ciudad estaba permitido el libre tráfico o, mejor dicho, el libre paso. ¿Qué es eso? No hay que respetar la luz roja. Ni la verde. Si los semáforos están prendidos, es como si estuvieran apagados. Y si parpadean en color amarillo, igual se puede pasar. El Estado Gran Hermano duerme o cierra sus ojos un rato. “Nomás fíjate tantito si llega algún borrachín manejando como loco del otro lado y ya está, listo pa’ volar, papá”, me explicó el buen microbusero. Algunos automovilistas y vividores urbanos me aseguraron, además, que el libre paso nocturno vale también de día, “con que nadie te vea y no haya patrullas”. Agilizar la circulación es la prioridad.
Vuelta continua a la derecha. Asimismo, para que los flujos se deslicen a cabalidad, según la jurisprudencia de muchos patrulleros, se puede girar a la derecha llegando a un cruce, aun si se pone el rojo y están llegando hordas empedernidas de carros y autobuses del lado izquierdo. La vuelta sempiterna se debe cumplir incluso si hay peatones atravesando justo del lado derecho, en donde supuestamente pretendemos dar la vuelta. Si bien nadie ha podido indicarme el artículo y la fracción del reglamento que disciplina este carrusel fluidificante del tráfico, sé que sí es legal en uno que otro estado. De todas formas, al presentarse esta coyuntura, cualquier motociclista goza enormemente, ya que tiene más chance de empotrarse en los intersticios de la marejada traficante, con travesuras inauditas, y dar la vuelta primero. Relatividad del baricentro. Parece que las escuelas de manejo, quizás con base en unas normas reales o imaginarias, recomiendan a sus alumnos, futuros cochehabientes, lo que sigue: si tienen que girar a la izquierda en un cruce entre dos avenidas de doble sentido, dejen a su derecha el centro de la intersección. Pero, superando el semáforo de la avenida de procedencia y ubicándose a la izquierda del “baricentro” del cruce, siempre se tendrán enfrente, en sentido contrario, los autos que vienen de la avenida a la cual se va a ingresar. Sólo cierto tipo de malabares permiten a los conductores más circenses sortear choques y duelos con los coches venideros, zigzaguear y entrar al carril correcto. Varias y eventuales. De un amigo, chofer psicosomático, asimilé que las direccionales son un mix de Virgen de Guadalupe con San Judas, ya que valen para todo y en todo momento: su irradiación polivalente sirve para paradas y paros, vueltas y bajones, crisis maritales y luz navideña. En fin, la banda me enseñó que las mordidas mejor se llaman multas, que el tope es un invento prehispánico y que al corralón, o sea al depósito en donde remiten los carros más pecadores, sólo llegan los valientes y los pobres
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Monumento a José María Morelos, isla de Janitzio, Michoacán, 1934 Fuente: flickr, CC
eportero . ¡Gracias, Joaquín! Igual que tú, yo
reportero (se acomoda el chícharo en la oreja). Sí, Joa-
tampoco salgo de mi asombro; esta es una ocasión muy especial en mi vida, pues me encuentro al lado de uno de los padres de la patria a quien tengo el honor de saludar, el generalísimo José María Morelos y Pavón. Padre, muchas gracias por aceptar esta entrevista… morelos . Soy siervo de la nación porque ésta asume la más grande, legítima e inviolable de las soberanías. reportero . Eh…sí…quería preguntarle… morelos . Señor: nuestros enemigos se han empeñado en manifestarnos hasta el grado de evidencia ciertas verdades importantes que nosotros no ignorábamos, pero que procuró ocultarnos cuidadosamente el despotismo del gobierno bajo cuyo yugo hemos vivido oprimidos… reportero . General… morelos . Tales son, que la soberanía reside esencialmente en los pueblos; que transmitida a los monarcas por ausencia, muerte, cautividad de éstos, refluye hacia aquéllos; que son libres para reformar sus instituciones políticas siempre que les convenga… reportero . Sí, General, si me lo permite… morelos . Gracias a Dios que el torrente de indignación que ha corrido por el corazón de los americanos los ha arrebatado impetuosamente y todos han volado a defender sus derechos… reportero . Eh… debe ser por la inseguridad, ¿verdad? morelos . ¡Este pueblo oprimido, semejante con mucho al de Israel, trabajado por Saraon, cansado de sufrir, elevó sus manos al cielo, hizo oír sus clamores ante el solio del Eterno y, compadecido éste de sus desgracias, abrió su boca y decretó ante la corte de los serafines, que el Anáhuac fuese libre! reportero . Padre, yo… morelos . ¡Aquel espíritu que animó la enorme masa que vagaba en el antiguo caos que le dio vida con un soplo e hizo nacer este mundo maravilloso, semejante ahora a un golpe de electricidad, sacudió espantosamente nuestros corazones, quitó el vendaje a nuestros ojos, y tomó la apatía vergonzosa en que yacíamos, en un furor belicoso y terrible! reportero. Creo que más violencia no ayudará en nada Padre, hay… morelos . Pero ¡ah!, la libertad, este don precioso del cielo, este patrimonio cuya adquisición y conservación no se consigue sino a merced de la sangre y de los más costosos sacrificios, cuyo precio está en razón del trabajo que cuesta su recobro, ha vestido a nuestros padres, hijos, hermanos y amigos, de duelo y amargura. Porque, ¿quién es de nosotros el que no haya sacrificado alguna de las prendas más caras de su corazón? ¿Quién no registra entre el polvo y ceniza de nuestros campos de batalla la de algún amigo, padre, deudo o amigo? ¿Quién el que en la soledad de la noche no ve su cara imagen y oye los heridos gritos con que clama por la venganza de sus asesinos? reportero . Padre, el tiempo en televisión es muy…
quín, sí. General, Joaquín le ruega sea usted un poco más claro en su… morelos . ¡Que la soberanía dimana inmediatamente del Pueblo!, ¡Que la patria no será del todo libre y nuestra mientras no se reforme el gobierno, abatiendo al tiránico, sustituyendo al liberal y echando fuera de nuestro suelo al enemigo español, que tanto se ha declarado contra esta Nación!, ¡Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejoren sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto! ¡Que las leyes generales comprendan a todos, sin excepción de cuerpos privilegiados, y que estos sólo lo sean en cuanto al uso de su ministerio! ¡Que para dictar una ley se discuta en el Congreso y se decida a pluralidad de votos! ¡Que la esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud! ¡Que a cada uno se le guarden las propiedades y respete en su casa como en un asilo sagrado señalando penas a los infractores! ¡Que en la nueva legislación no se admita la tortura! reportero. Generalísimo, yo sólo quería preguntarle… morelos . ¡Ah, perezca antes el que posponiendo la salvación de la América a su egoísmo vil, se muestre lento y perezoso en servirla y en dar ejemplos de un acrisolado patriotismo! Señor, vamos a restablecer el Imperio Mexicano, mejorando el gobierno; vamos a ser el espectáculo de las naciones cultas que nos observan; vamos, en fin, a ser libres e independientes. ¡Temamos al juicio de una posteridad justa e inexorable que nos espera! ¡Temamos a la Historia que ha de presentar al mundo el cuadro de nuestras acciones, y ajustemos nuestra conducta a los principios más sanos de honor, de religión y de política! reportero . Padre, yo sólo quería preguntarle su opinión respecto del nuevo avión presidencial que lleva su nombre… morelos . ¡Ay de mí! Por desgracia obran de este modo escandaloso, y a una serie de atropellamientos, injusticias y atrocidades, añaden esta inconsecuencia para poner el colmo a su inmoralidad y audacia. reportero . Regreso contigo, Joa… morelos . ¡¡¡Genios de Moctezuma, Cacama, Quautimozin, Xicoténcatl y Calzontzin, celebrad en torno de esta augusta asamblea y como celebráis el Mitote en que fuisteis acometidos por la pérfida espada de Alvarado, el fausto momento en que vuestros ilustres hijos se han congregado para vengar vuestros ultrajes y desafueros y librarse de las garras de la tiranía y fanatismo que los iba a sorber para siempre!!!...
¡¡¡Vosotros sois testigos de nuestro llanto, Vosotros, digo, que sin duda presidís esta augusta asamblea, meciéndoos en derredor de ella, recibid el más solemne voto que a presencia hacemos en este día, de morir o salvar la Patria!!! ¡¡¡Morir o salvar la Patria!!! morelos . ¡¡¡Manes de Las Cruces, de Aculco, Guanajuato y Calderón, Zitácuaro y Cuautla, unidos con los de Hidalgo y Allende, Vosotros sois testigos de nuestro llanto, Vosotros, digo, que sin duda presidís esta augusta asamblea, meciéndoos en derredor de ella, recibid el más solemne voto que a presencia hacemos en este día, de morir o salvar la Patria!!! ¡¡¡Morir o salvar la Patria!!! reportero . Le ruego que se calme, padre, yo sólo quería preguntarle… morelos . Señor, estamos metidos en la lucha más terrible que han visto las edades de este continente; pende de nuestro valor y de la sabiduría de v. m. la suerte de seis millones de americanos comprometidos en nuestra honradez y valentía; ellos se ven colocados entre la vida o la muerte, entre la libertad o la servidumbre. reportero . Eso suena como un llamado a guerra, General… morelos. ¡Buen Dios! Yo tiemblo al figurarme los horrores de la guerra, pero aún me estremezco más al considerar los de la anarquía.
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*Basado en frases textuales del discurso pronunciado por José María Morelos en la apertura del Congreso de Chilpancingo y en el documento conocido como Sentimientos de la Nación, el 14 de septiembre de 1813.
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¿Existe una literatura escocesa?
VOZ INTERROGADA
entrevista con Roberto Bravo Adriana Cortés Koloffon EL VERACRUZANO REUNIÓ TRECE RELATOS EN LA ANTOLOGÍA DE ESCRITORES ESCOCESES CONTEMPORÁNEOS. BRAVO OBTUVO EL PREMIO NACIONAL DE CUENTO SAN LUIS POTOSÍ. Iain Banks y James Kelman
Escocia forma parte de la isla de la Gran Bretaña junto con Inglaterra y Gales. Con todo, sus tradiciones (los platillos y las bebidas típicos, la música), así como la nostalgia por un pasado anterior al dominio inglés constituyen una manera de reafirmar su identidad frente al país vecino, Inglaterra, del cual no se independizó en el referéndum del 2014 en el que tan sólo un poco más de la población votó en contra de la secesión. Roberto Bravo, escritor veracruzano quien obtuvo en 1980 el Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí y actualmente radicado en Glasgow, compiló los trece relatos incluidos en la Antología de escritores escoceses contemporáneos (Dirección de Literatura, unam ; traducción de Mario Murgia). En el
prólogo, Bravo, autor de El hombre del diván y Al sur de la frontera, entre otros libros, evoca el ensayo escrito en 1916 por t.s. Eliot donde argumenta que Escocia “no podía tener una tradición literaria propia debido a que sus autores escribían en lenguas diversas y consideraba al país un desierto cultural”. Un siglo después, quizá es posible hablar de una tradición literaria escocesa por los temas abordados en ella, así como por la introduc ción, desde 1950, del scots (escocés), el glaswegian y el gaélico, lenguas origina rias de Escocia. En estos cuentos los vocablos en tales lenguas conviven con las palabras en inglés en una tradición literaria a la que pertenecen autores nacidos en Escocia, como Robert Louis Stevenson y Walter Scott.
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on qué criterio seleccionó los cuentos? –Esta antología es una muestra representativa de la narrativa escocesa contemporánea, y los escritores de este período reunidos en ella son heterogéneos; sus textos dan cuenta de la realidad literaria de su país. Puse especial atención en que en esta selección aparecieran las condiciones de la vida cotidiana actuales y la variedad de lenguajes y fenómenos de la Escocia contemporánea. –Llama la atención el contraste entre la tranquilidad percibida en las calles de Escocia y la violencia en estos relatos, como si el “enemigo” habitara en las propias cabezas de los personajes. ¿A qué lo atribuye? –El espacio narrativo en México es en exteriores porque en el interior de nuestras casas y de nuestro trabajo está lo familiar, lo concreto, en cambio afuera hay una realidad que resulta a veces sobrecogedora y llena de contrastes que llama a la fantasía. En Escocia la existencia, aunque muy ordenada y bella desde los poblados más pequeños hasta las ciudades grandes y cosmopolitas como Glasgow, es repetitiva. Las ciudades todas tienen el mismo sello arquitectónico, si agregas a esto lo frío y lluvioso del clima y una vida bastante regulada deja a los escritores poco espacio para elegir y es entonces cuando la condición humana de sus paisanos como personajes es el motivo de su invención creadora. Robert Louis Stevenson con su Dr. Jekyll es más que un ejemplo. –¿La soledad en gran parte a causa del clima y el odio debido a las pugnas entre católicos y protestantes son el origen de relatos como “La visitante invernal” o “Sus colores son hermosos”? –En Glasgow, la ciudad que conozco, la libertad de la personas termina donde empieza la de las demás. Esta normalidad se ve interrumpida por la depresión a causa del clima con pocos días de sol al año y una tradicional inclinación por beber. Por ese transcurrir de la existencia en interiores y dentro de un esquema de vida incuestionable, la autoafirmación suele adquirir a veces, dimensiones desmesuradas y se vuelve muy importante si eres católico o protestante, si le vas al Celtic o al Rangers, si eres del Este o del Oeste o si te cambiaron de número en el reloj checador de tu trabajo.
–¿Cree que siga vigente el ensayo de t.s. Eliot en el sentido de que no existe una literatura escocesa? –En los últimos años el reconocimiento de la literatura y cultura escocesa ha cambiado, aunque en un pasado reciente críticos como Maurice Fleming la llame en su artículo “Escocia la depravada”, por los temas de los libros de Irving Welsh, James Kelman y Duncan McLean, porque de cuyos textos podría desprenderse que el país es un lugar de borrachos, drogadictos y jóvenes que rechazan a la sociedad. Parte de la crítica hacia los escritores mencionados tiene que ver con el uso que hacen en sus novelas y cuentos del lenguaje “obsceno”. James Kelman no pudo acceder al Broker Prize por su novela el Busconductor porque el juez principal encontró que la novela estaba escrita en Glasgewegian, forma en que habla el inglés una parte considerable de los habitantes de Glasgow. Tiempo después, cuando Kelman ganó el Broker Prize por How Late It Was, How Late, Simon Jenkings del The Times dijo que los jueces habían glorificado a un noble salvaje. Glorificar suena pretencioso, y “noble salvaje” es denigrante. –¿Percibe en estos relatos un trasfondo político que refleje el ánimo independentista escocés de Inglaterra? –Esta antología se debe leer exclusivamente por su alto valor literario, aunque en algunos de sus relatos estén presentes en los personajes ideas independentistas. Como cuando el protagonista de “El Puente” de Iain Banks dice: “ Cuando ya estábamos listos para actuar, ya era demasiado tarde, y las mejores cosas que hemos hecho han sido para otros pueblos.” La politización de la literatura hace que no se valore la producción de un autor, sino que uno se hace partidario de él, aunque no haya leído ni una sola página de sus libros. Quienes fuimos educados en un ambiente donde siempre se favoreció ser independiente, deseamos esto para los demás porque es obligatorio para cualquier individuo y país hacerse de un rostro propio y forjarse una identidad porque sólo de esa manera podrá afrontar como persona y como nación el presente y hacerlo con un yo digno de su nombre. Todos estos cuentos presentan un acentuado contenido político donde se reflexiona sobre las condiciones dentro de las cuales se ejerce la libertad individual
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El mundo a través d pant Xabier F. Coronado
DEPENDIENTE EXTREMA DE LA TECNOLOGÍA, LA SOCIEDAD ACTUAL VE CÓMO CAMBIA SU ROSTRO SIN TENER EL CONTROL TOTAL DE DICHO CAMBIO. “HAY UNA NUEVA GENERACIÓN QUE HA CRECIDO SIN SABER LO QUE ES UNA CONVERSACIÓN ININTERRUMPIDA”, TURKLE, AFIRMA LA PSICÓLOGA SHERRY TURKLE AUTORA DE VIDA EN PANTALLA, ENTRE OTROS ENSAYOS SOBRE EL TEMA.
¿CÓMO LLEGAMOS HASTA AQUÍ? Modelamos nuestras herramientas y luego éstas nos modelan a nosotros.
Diversos aspectos de la vida conectada. Fotos tomadas de la campaña en Facebook: Stop.Phubbing
M. McLuhan, Comprender los medios
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La adicción a lo audiovisual limita la capacidad de reflexión. Giovanni Sartori, Homo Videns
ivimos lo que se puede llamar la era de la comunicación. Las sociedades humanas que habitan el planeta están interconectadas de manera global. Las redes de información son un valor en alza y estar enlazados a ellas se ha convertido en una necesidad. Una de las consecuencias de este hecho es que nos hace vulnerables. Tener predominio en los medios confiere un poder de control y manipulación sobre la sociedad que hace real el omnipresente Big Brother que Orwell alcanzó a prever. A este incremento de las posibilidades de información/comunicación, y su consiguiente penetración social, han contribuido las tecnologías desarrolladas desde la segunda mitad del siglo pasado. Sin duda, los medios han evolucionado deprisa en las últimas décadas y lo han hecho de una forma que nos es difícil procesar. Inmersos en el frenético devenir diario, sometidos por un trabajo que nos deja pocos momentos de descanso y presionados por la demanda de atención de las nuevas tecnologías, no tenemos tiempo para evaluar las consecuencias que este cambio está generando en nuestras vidas, ni lo que puede suceder a mediano o largo plazo. Cuando activamos nuestra terminal electrónica, no nos detenemos a reflexionar que estamos accesibles, entretenidos y olvidados de nosotros mismos. Este proceso afecta sobre todo a las nuevas generaciones, educadas en un escenario que antes no existía. La juventud vive vinculada a los medios digitales y es su promotora ante el resto de la sociedad, que va adaptándose a las costumbres impuestas por el avance tecnológico.
El desarrollo y la propagación de las nuevas tecnologías han supuesto un hecho histórico tan determinante como la imprenta o la revolución industrial. El cambio producido afecta nuestras relaciones, perturba los sistemas de valores y convulsiona la propia estructura social. La tecnología nos ha modificado las costumbres, la vida y hasta la manera de pensar. La historia de la comunicación va paralela al desarrollo de la civilización humana. La actual revolución tecnológica permite la transmisión de datos con tal repercusión que se ha corroborado el concepto de “aldea global” enunciado por Marshall McLuhan en La Galaxia Gutenberg (1962): “La nueva interdependencia electrónica vuelve a crear el mundo a imagen de una aldea global.” El pensador canadiense también alertó sobre el determinismo tecnológico al expresar que “el medio es el mensaje”. Las posibilidades de comunicarnos y emitir información se han multiplicado sin cesar. El sistema de correos tradicional se vio reforzado a principios del siglo xix con la invención del primer medio electrónico de comunicación: el telégrafo. Años más tarde, el teléfono entró en nuestras vidas para hacer realidad la conexión distante en tiempo real. Durante el siglo xx se desarrolló un conjunto de instrumentos tecnológicos que se introdujeron en los hogares para transmitir información: radio, televisión y reproductores de música experimentaron una acelerada metamorfosis, al igual que las cámaras fotográficas y las grabadoras de imágenes y sonidos. A partir de la década de los ochenta vivimos la expansión informática y la computadora se ha impuesto como el medio más eficaz para almacenar, procesar y difundir datos de todo tipo. En los últimos veinte años se produjo la consolidación de internet, una red de redes global formada por computadoras interconectadas. La Red se ha intercalado en todos los sectores de la vida social y, en la actualidad, gracias a una sofisticada tecnología, nos mantiene virtualmente conectados con todo lo que pasa en el planeta. La mayoría de la población posee una terminal digital con la que pue-
de obtener información, escribir, producir y acceder a material audiovisual, publicarlo y comunicarse con cualquiera persona o entidad que también la posea. Hay muchas cosas que ahora nos parecen normales pero que hace cuarenta años eran poco menos que impensables. La juventud de entonces sentía la urgente necesidad de modificar costumbres y valores sociales, pero, cuando el cambio se produjo, los jóvenes sólo aportaron su espíritu renovador: el timón nunca estuvo en sus manos, la dirección fue marcada por una clase empresarial mundial que sólo atendía intereses económicos y políticos, un poder desproporcionado que mantiene el control y arrastra a la humanidad al desequilibrio.
LOS TIEMPOS CAMBIAN La tecnología está aquí para quedarse, con todas las maravillas que aporta, pero es el momento de considerar cómo afecta a otras cosas que apreciamos. Sherry Turkle, Reclaiming Conversation
En la era digital todo está mediatizado y en pocas décadas han cambiado nuestras costumbres cotidianas. Hay aspectos de la vida humana que han sido afectados, positiva o negativamente, por la revolución tecnológica. El desarrollo de internet ha transformado la sociedad y trajo consigo otra manera de hacer las cosas. La Red maneja la economía, la política y la cultura; en definitiva, la sociedad global depende de ella. La llamada nube de información (cloud computing) que se está configurando, parece haber encontrado su sitio en algún lugar virtual de la atmósfera terrestre. El ser social, en cuerpo y mente, está atrapado en una niebla de redes inalámbricas que lo rodea día y noche. La nube administra y domina nuestras vidas, nos pasamos horas pendientes del correo electrónico, de las redes sociales, de mensajes y noticias. Vivimos obsesio-
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de una alla: sociedad y juventud en la era digital A este “remolino caótico” que es la sociedad actual sólo se le podrá encontrar sentido a través de la observación: ver quiénes somos, en dónde estamos ubicados, qué nos está pasando y qué necesitamos. Es importante hacernos conscientes del vacío que nos rodea y descubrir hacia dónde se dirige este camino que estamos recorriendo. La pregunta fundamental es saber si realmente hemos elegido transitarlo o se trata de una imposición. ¿Podríamos ejercer el libre albedrío, decir no, aunque sea a nivel personal, y abrir otras brechas por dónde caminar? ¿Existe realmente la probabilidad de hacerlo o el sistema nos pondría toda clase de trabas? La respuesta tiene que darla cada uno, pero sospecho que la mayoría no cree que sea posible y adopta una actitud de dejarse llevar, de justificar su entrega para seguir encomendados a un ente superior, en este caso tecnológico, que excluye toda reflexión o duda.
CONSECUENCIAS Y PERSPECTIVAS Debido a que el presente es siempre un período de penoso cambio, cada generación tiene una visión del mundo en el pasado. B. R. Powers
nados por la información y la comunicación, desconectarse es cada vez más difícil y no queremos hacerlo por temor a perdernos algo importante. En el campo de los valores y sentimientos también ha habido cambios. En especial entre los jóvenes, que se han criado en estos parámetros tecnológicos. Cuando los observamos ensimismados en la realidad virtual, nos llegan las preguntas: ¿Qué buscan ahora los jóvenes, cuáles son sus sueños, por qué estarían dispuestos a luchar, a dar la vida? ¿Les sigue motivando alcanzar una sociedad más justa e igualitaria como a la juventud del siglo pasado? No hay indicios de que hayan surgido nuevos planteamientos que combinen y equilibren la realidad evolutiva con la ética natural, en busca de objetivos comunes al margen de fanatismos políticos, sociales o imposiciones divinas. Se tiene la sensación de que, para la mayoría de la juventud, esa línea de pensamiento orientada hacia la consecución de un ideal humano ha sido abandonada, bloqueada por modelos individualistas, de culto a la imagen. Permanecen embelesados por el perfil público que ellos mismos diseñan y proyectan, confirmando así la metáfora esencial del libro Comprender los medios de comu nicación (Understanding Media), de McLuhan: el mito de Narciso. No existe un debate social abierto ni se plantean alternativas, no parece haber ganas de ponerse a razonar o a valorar, más bien se aprecia una indolencia convenida, reforzada por la tendencia a dejarse llevar por estímulos cada vez más virtuales.
En definitiva, los cambios han sido notables: entre las formas de comunicarse que existían hace cien años y las actuales hay un abismo. Las nuevas tecnologías nos han invadido súbitamente, produciendo transformaciones sociales y culturales que afectan nuestros círculos más próximos: el trabajo, la educación, la familia…; su manejo en cualquier ámbito se hace imprescindible. Las sociedades contemporáneas dependen de la tecnología para funcionar en todos sus estratos. Hoy en día, los medios audiovisuales son los canales de socialización más importantes; quien los controle puede influir de forma decisiva sobre los puntos de vista y el criterio de las audiencias. Las relaciones interpersonales y los comportamientos sociales se han modificado desde que manejamos equipos digitales. Nuestra actividad en períodos de descanso sería diferente si tuviésemos desconectada nuestra terminal móvil; hacerlo sería para muchos inconcebible. La dependencia de los dispositivos y sus prestaciones es cada vez mayor. Utilizarlos nos hace vivir pendientes de ellos y en consecuencia desconectados de nuestra realidad: limitan el tiempo de reposo y la atención para relacionarnos. Un buen ejercicio sería recordar qué cosas hacíamos antes y ver qué hacemos ahora, para distinguir con claridad lo que ha cambiado en nuestras vidas. En su más reciente libro, Reclaiming Conversation (2015), la psicóloga Sherry Turkle, que estudia estos temas desde hace años (Vida en pantalla, 1997; Alone together, 2011), al referir a que estamos perdiendo la capacidad de conversar
afirma que “se nos ha olvidado que hay una nueva generación que ha crecido sin saber lo que es una conversación ininterrumpida”. Cuando la conversación se produce se ve interrumpida constantemente porque mantenemos abiertos canales virtuales de relación que atendemos con descaro estemos con quien estemos. De esta costumbre emerge un nuevo concepto: phubbing, que hace referencia al acto de ignorar a alguien al mirar el teléfono en lugar de prestarle atención. Las nuevas tecnologías nos mantienen conectados pero no nos comunican realmente, se nos escapa el mundo de las experiencias directas y los vínculos afectivos, no sentimos los latidos de nuestra propia vida. ¿Podrá la electrónica sustituir el –hasta ahora– necesario contacto físico? El consumo tecnológico en aparatos y en tiempo se expande, lo que puede convertirse en una barrera para establecer relaciones cordiales, abiertas, creativas. Las redes sociales, a pesar de su capacidad de ser plataformas para ejercer la libertad de expresión y luchar por el bien común, se vuelven espejo de los nuevos tiempos, donde se refleja una imagen proyectada, un escaparate más en el centro comercial del culto al ego. Las consecuencias del uso de las nuevas tecnologías suscitan más preguntas que respuestas porque todavía están sin analizar. Se habla del tema pero no se reflexiona sobre la manera en que afectan la cultura y el arte, los valores sociales, a niños y jóvenes que se están formando. El porcentaje de uso de equipos móviles entre la juventud es el más elevado y eso deja secuelas. ¿Qué bagaje trae la juventud? Las nuevas generaciones han crecido en esta dinámica de relación que implica otro esquema de valores. El mundo virtual les resulta más cercano, inmediato y conocido, incluso más natural; una realidad donde enfrentan menos problemas porque tienen el control. Las terminales digitales móviles –para qué seguir llamándolas teléfonos– se han convertido en una extensión de los sentidos y nos provocan problemas de atención y omisiones de conciencia. Ante la evidencia del predominio del ambiente virtual entre los jóvenes, se nos plantea una cuestión que puede ser vital para el futuro de la sociedad: ¿las nuevas generaciones serán capaces de frenar el ímpetu tecnológico que está cambiando nuestra visión del mundo y encontrar alternativas donde confluyan los nuevos tiempos con la realidad física cotidiana tal como ahora la conocemos? La pregunta queda en el aire, sólo el tiempo podrá darnos la respuesta. Mientras tanto, convendría recordar lo que Marshall McLuhan afirmaba: “No hay absolutamente nada que no pueda evitarse mientras exista el deseo de contemplar lo que está ocurriendo.” (The Me dium is the Massage, 1967). Tenemos que mantener la esperanza y creer que, por medio del análisis y reconocimiento de pautas de relación, conseguiremos entender la realidad social y sus circunstancias, afrontarla y armonizarnos con ella
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LEER
6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
Lectura y futuro, José Ángel Leyva, Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal, México, 2015.
LECTURA PARA UN MEJOR FUTURO ANDREA TIRADO
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ectura y futuro es un ensayo de múltiples temas, divididos en fragmentos cuyo denominador común es la pregunta guía: ¿leer, para qué? A partir de dicha pregunta el autor expone su argumento, dirigiendo a su lector a través de distintas temáticas. La amplia cultura literaria de José Ángel Leyva se revela en cada capítulo y cada tema, donde aparecen referentes literarios. Pone a la lectura bajo una lupa analítica en distintos momentos históricos, sociales y artísticos, casi siempre ejemplificando por medio de escritores que abordan dichas cuestiones. Comienza exponiendo el pensamiento de Antonio Tabucchi en su libro La gastritis de Platón, en el cual el escritor italiano insiste sobre la función del intelectual: es quien pone en crisis, no quien busca resolver (la crisis), sino cuestionarla y elaborar preguntas. En este sentido, se plantea si la lectura puede llevar a una crisis, en tanto que generadora de interrogantes en el pensamiento de los individuos, así como herramienta de conocimiento y de información. La lectura como herramienta de conocimiento remite a la educación, que se consolida como un sistema pragmático y forjador del éxito. El autor percibe que dentro de este sistema géneros literarios como la poesía y otras materias, como la filosofía, quedan relegados, incluso excluidos. En México, el nivel secundario dejó fuera de su programa educativo a la filosofía. En la sociedad actual la educación es clara y absolutamente indispensable, puesto que en cierta manera quien es educado, quien es letrado, tiene mayor oportunidad de éxito que los demás. Leyva señala que se toma en cuenta el lado pragmático de la lectura, dejando de lado su capacidad estimuladora de sensibilidad, generadora de preguntas y desarrolladora de imaginación. Filosofía o poesía, inútiles para la vida laboral (desde el punto de vista de una sociedad capitalista y neoliberal), generarían este tipo de lectura. Por lo tanto, la sensibilidad, la imaginación y el cuestionamiento no tienen lugar en una sociedad de consumo, en donde muchas veces el individuo se desvanece en la masa, y en donde no hay tiempo para imaginar, para sentir o para soñar. Se pierde la individualidad autónoma, hay un abandono de sí mismo y del pensamiento autónomo, como bien lo había señalado la Escuela de Frankfurt. Lo cultural, lo sensible, queda desplazado al no ser práctico en el camino al éxito de un sistema productivo y consumista. Para Leyva, hoy en día se vive en un mundo virtual que aleja al hombre de sí mismo; lo auténtico de él quedó en el hombre romántico. A través de un breve repaso de los principales componentes del romanticismo, el autor recuerda que ese fue el período que reivindicó “la importancia de saber quién soy”, el “Yo” enraizado en el dominio del
sueño. Para los románticos, en el sueño se encuentra la plenitud y el viaje instantáneo hacia el verdadero yo, ¿y qué mejor manera de acceder al sueño si no por medio de la lectura? Sin embargo, dicho dominio es rival de la época actual en la que todo es regido por la velocidad, por el estar constantemente en acción y no “perder el tiempo soñando”. Se vive, según el autor, una sensación de vacío; vaciedad provocada por “el vértigo, la rapidez, la sobreabundancia de ruido, la explosión de imágenes”. De esta rapidez y sobreabundancia general se deriva otro problema característico de la sociedad contemporánea: los contenidos de los mass media. En efecto, éstos contribuyen a acumular vacío y banalidad en las mentes y a ocupar el tiempo –tiempo vacío– de aquellos que los consumen. En consecuencia, surge la cuestión de la desaparición del libro frente a la realidad virtual. Según Leyva, no se daría una desaparición completa, ya que la realidad virtual se presenta como “el principio de un lenguaje estético y de una generación que aprenderá a leer la realidad desde otro plano”. Lectura y futuro es una obra esencial hoy en día para reflexionar acerca del papel de la lectura, sobre todo sabiendo que, en México, los habitantes leen en promedio 2.9 o, en el caso de las encuestas más optimistas, entre tres y cuatro libros al año. La razón más común: la falta de tiempo. Mientras tanto, las redes sociales, los mass media y la realidad virtual en general, no dejan de crecer, ocupando cada vez más de ese tiempo faltante. El autor concluye regresando a su pregunta inicial: ¿leer, para qué? La lectura es vista como lo que muestra el camino hacia el conocimiento; aquel que se pregunta el porqué del ser humano; aquel que cuestiona, que se atreve a poner en duda sus propias creencias; aquel que reconoce al otro que convive con uno. José Ángel Leyva se pregunta en dónde queda (en el sistema educativo) la utilidad de la poesía como facultad para desarrollar capacidades humanas y seres capaces de reconocerse en el otro. El autor aborda el conocimiento, visto no como un instrumento de dominio y de enajenación, sino como herramienta de empatía, de generar conciencia y no anulación y dominio del otro menos letrado/educado. Así pues, ¿leer, para qué? •
Rayadura, Antonio Riestra, ivec /Conaculta, México, 2015
UNA LECTURA QUE MARCA MALIYEL BEVERIDO
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efinir “poesía” o “poeta” es labor imposible, mas no innecesaria; al contrario: es vital. Cuanto más se abunde en acepciones y fórmulas para precisar los términos, se descubre que éstos son elásticos, rebeldes, mudables. Cada poeta busca definir su poesía en cada poema y el poeta puede también eludir la definición en su ejercicio. Desde la perspectiva del lector es posible intentar en cada poema ceñir el sentido de lo poético y a
la vez romper o infringir sus límites. En las artes, la investigación, la experimentación y la expresión son sincrónicas, suceden simultáneamente. El trabajo del fondo y la forma, del contenedor y el contenido, deben ser paralelos, dinámicos y propositivos. Eso es lo que se encuentra en Rayadura , volumen que compila ejercicios poéticos de índole diversa y extravagante. Desde el título el reto está lanzado: ¿se trata de trazos, líneas en el papel, humildes garabatos quizá? Éstos en realidad han sido logrados con disciplina y ejecutados con cierta simetría. ¿Son acaso incisiones alargadas, tajos que hieren? Con seguridad, pues provienen de una huella emotiva profundamente marcada. El autor insinúa una piel feroz que lanza su zarpa a la realidad. Antonio Riestra alcanza lo no convencional con un vocabulario habitual. Su lenguaje no es forzado, usa palabras aparentemente llanas y comunes pero en sutiles combinaciones que hacen emerger un sentido nuevo, o uno que estaba allí y que no había sido aún manifestado, y con ello concreta su arte poética: “Al cenicero cae sustancia que no atañe sino a aquellos que no han de ser.” Habla sin complejos de lo que lo rodea: cigarrillos, automóviles, lluvia, rosas, voz, ausencia, soledad, sin caer en la nota de diario o la crónica efímera y descartable. Invita al entreverado de sus emociones a través de imágenes lúcidas, a veces abstractas de tan concisas: “Dispone/ la tersura de sus ojos/ al catalejo:// unos cuantos/ centímetros, tierra/ a la vista…” Su forma de interpretar el tiempo que vivimos crea paisajes íntimos o abiertos, rememoración o fabulaciones desde las cuales difícil sería adivinar su edad, pues la laboriosa depuración de su lenguaje domina (es decir somete) el facilismo de la juventud (la juventud poética), sin que se pierdan la frescura y el arrojo. Puede inferirse que se trata de un lector asiduo y cuidadoso, probablemente compulsivo y propenso a las relecturas, pero no deja ver fácilmente sus influencias o sus inclinaciones, pues ha podido asimilar e incorporar sus lecturas al lenguaje del que se sirve su expresión. No está sujeto a marcadores temporales o geográficos de tipo anecdótico (cita un par de músicos u obras musicales, por ahí se asoma una mención al Metrobús, pero no abusa de los “lugares comunes”), se aboca a temas universales, los que se encuentran en cualquier época y latitud: “He venido al mar,/ para tirarme:// ya no soy sino polvo/ sin miedo de la vida que me vive,// que me levanta/ sobre esta costa.”
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Jornada Semanal • Número 1096 • 6 de marzo de 2016
Su escritura demuestra que la actualidad (la guerra contra el narco, el terrorismo, el calentamiento global, la perspectiva de género, las redes sociales, el formato Wikipedia, la crisis de la zona euro y un largo etcétera) no necesariamente tiene que tomar lugar burdamente en la poesía para hacerla contemporánea, social, comprometida. En la factura de estos poemas, no hay nada que orille a anclar a su autor a los albores del siglo xxi. Se trata de volver a las fuentes de la poesía, la incertidumbre básica del ser humano, el cuestionamiento de ser humano. No son poemas fáciles de leer, exigen paciencia, relectura, meditación. Su lectura altera la respiración porque experimenta ritmos, con puntuación o sin ella, para que el efecto de cada término empleado se acentúe: “Han tapiado ya, desde primera hora,/ el antes, donde antes/ podía oírse la esperanza,// aquellas montañas, nuestro azul/ ascendiendo su melodía.// ¿Surca la sensación de/ la llovizna, ahora vuelta/ bambúes, cortina al aire// que la mueve…?”
Llama la atención su forma de explorar la relación entre el ser y la escritura. De dicha relación podrían citarse aquí varios ejemplos. “En la nocturna luz se alza/ mi desnudo reflejo.// Revela/ el pardo camino/ de sus pasos.// A voces transcribe mi voz,/ la esencia de mi voz.// Rebasa la noche,/ la bocacalle de la noche/ entreverando/ albas enteras de su cuerpo.// Entonces soy,/ hombre que solo, escuchado,/ ha de decirse.” Una de las pautas conceptuales que el autor sigue en este poemario es que la conexión de lo individual es lo que crea el colectivo, es decir, que una visión totalmente subjetiva puede ser compartida hasta hacerse seña común, como ya se mencionó: “Miro la fuente/ en el centro hay un pájaro azul/ escucho voces/ que vienen de ninguna parte/ o del agua/ el pájaro canta/ me veo los pies/ cierro los ojos/ el pájaro calla/ tiene miedo/ miedo de que un día/ el agua deje de correr.” Si esta Rayadura es el primer poemario “en forma” de Antonio Riestra, ¿a dónde nos llevará en su plenitud el poeta? Esperemos. Y esperamos lo
mejor, sobre todo que no deje de recrear el l e n g u aje y de reinventarse para solaz y azoro de los lectores •
Nunca más (adaptación gráfica de cuentos) Edgar Allan Poe Edit. Lectorum, México, 2015.
para hacerlo más asimilable y, sobre todo, más asequible ante los vaivenes editoriales que sacan del mercado ciertas obras clásicas. Lo anterior debería ser bastante para justificar la lectura de las adaptaciones gráficas de las citadas obras de Víctor Hugo y Poe. Si a eso le agregamos que son obras sostenidas por méritos propios dentro de la narrativa gráfica, estamos ante ejemplares que merecen ser leídos. El hombre que ríe es una de las más disfrutables lecturas de Víctor Hugo, pero habría que re c o n o c e r q u e l a b a r ro c a f o r m a d e n a r r a r y l a recreación de ciertos detalles de la muy amplia novela (el árbol genealógico de uno de los personajes; o la descripción de algunos inmuebles, entre otros) hacen de esta obra una lectura complicada. La adaptación gráfica solventa esta dificultad y añade la interpretación del dibujante Mark Stafford (conocido entre los lectores de editoriales especializadas en cómics, donde ha adaptado i n c l u s o a l complicado Lovecraft), quien se distingue por imágenes aparentemente infantiles que tienen una profundidad conceptual y narrativa. Si el texto de Víctor Hugo contiene momentos dramáticos, los dibujos no eliminan la densidad del original y añaden una presentación que por sencilla no deja de ser cruda ni evade la crítica a una nobleza corrupta y perversa, capaz de desfigurar el rostro de un niño por motivos políticos, como sucede al Gwynplaine que nunca dejará de reír, aunque sufra profundamente. Este hombre mutilado es un antecedente del Guasón de Batman, catapultado a la fama por la serie televisiva y, sobre todo, por las muchas películas de tales personajes, donde Heath Ledger ha dejado una actuación imborrable. Cabe añadir que El hombre que ríe es una obra literaria difícil de conseguir en México, donde se han privilegiado otras obras del autor por su éxito cinematográfico o teatral.
Nunca más plantea una variante sobre la adaptación gráfica, al sintetizar varios cuentos de Poe, en manos de sendos dibujantes con estilos que van desde la condensación ilustrada hasta la viñeta continua, a veces dando preferencia al diálogo y la imagen, a veces recordándonos que la pluma de Poe puede intentar dibujarse pero no evadirse. El cuervo, El corazón delator, El pozo y el péndulo y otros seis cuentos evidencian la vigencia argumental de Poe. Dos presentaciones que no desmerecen a los originales •
El hombre que ríe (adaptación gráfica de novela), Víctor Hugo, Edit. Lectorum, México,
LA IMAGEN COMO INVITACIÓN RICARDO GUZMÁN WOLFFER
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ara los lectores puristas, el llevar a otras expresiones artísticas los textos de autores consagrados resulta criticable. Para quienes no han tenido contacto con el texto original, acercarse a importantes obras por la lectura de su adaptación a la novela gráfica puede ser el inicio de una verdadera compenetración con la literatura. Añada a esta posibilidad el hecho indiscutible de que cada expresión artística tiene sus cumbres y que la gráfica puede arrojar nuevas interpretaciones a un texto
El poeta Antonio Riestra
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal
visita nuestro PDF interactivo en: http://www.jornada.unam.mx/
En nuestro próximo número
ARTE Y EXPERIENCIA ESTÉTICA: entre la revolución y el mercantilismo
Carlos Oliva Mendoza jsemanal@jornada.com.mx
ARTE Y PENSAMIENTO ........
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Naief Yehya
Agustín Ramos
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N SU REUNIÓN DE ensayos El estilo tardío, Edward Said divide fundamentalmente en dos tendencias las etapas finales de creación de grandes artistas: la de quienes deciden cerrarse en su búsqueda dando la espalda a los otros y la de quienes alcanzan la comunicabilidad perfecta. A reserva de conocer el libro póstumo de Eco, éste adoptó la última opción al escribir una novela tan claridosamente contemporánea como Número cero. Dicho muy sumariamente, Eco siempre quiso dar a conocer la complejidad de lo desconocido y la dificultad de identificar y asumir valores. Entonces, cuando él, Eco, nos dice a nosotros, albañiles de la vida diaria, que no
hay estructuras, también dice que nosotros, en nuestros intercambios, construimos lo que aún no hay, para que entonces, sólo entonces, emerja la única estructura posible merced al diálogo entre obra (abierta) y público (apocalíptico o integrado). Y cuando caracteriza y describe obras y públicos, no lo hace con la soberbia del arquitecto sino con el compañerismo del maestro de obras haciendo puentes, colocándose en el centro de la acción, en un ahora que consiste en leer todo y en leerlo a fondo. Otro ejemplo también raudo: mientras en ensayos como Kant y el ornitorrinco se contrapone exhaustivamente a la Crítica de la razón pura, en sus novelas razona en forma amena aunque pesimista al tenor de la propuesta, también kantiana, si bien no tan popular, de la Crítica de la razón práctica. Topé con Eco por primera vez antes de 1980, lo recuerdo porque aún dormía bien y con las ventanas abiertas. Fue en un libro que mi madre rayoneaba sádicamente para urdir la tesis de su primera licenciatura, Breve historia de la pedagogía, una introducción sencilla y rigurosa al tema, que no se publicó por devaneos editoriales. Ya luego me las vi con él, en sentido estricto y en mi función de promotor cultural del campus Acatlán, cuando presentó El nombre de la rosa en el auditorio Che Guevara. Eco argumentaba entonces que había llegado a puntos sólo abordables mediante la literatura. El mundillo culto estaba perplejo. ¿Y por qué una novela tan complicada? Medio en broma medio en serio, respondía que las primeras cien páginas eran para probar al lector.
Ahora, al final de su vida, derecho y sin concesiones, Eco logró la densa liviandad propugnada por Italo Calvino con la novela Número cero, novela que hubiera pasado relativamente desapercibida en México de no ser por la muerte del autor. Esto, nuestra falta de atención, no le hubiera importado mucho. A fin de cuentas, según él y según uno de los múltiples Barthes, el autor es quien menos importa. Pero sospecho que el motivo real de nuestra desatención fue que el saco salió muy a la medida, pues consiste en la génesis y los propósitos de proyectos periodísticos que carecen de ética y acaso también, con sus serias secuelas culturales, de periodismo. ¿Recuerdan el que encabezó el capo mayor de los Gremlins de la kultura novelizados por Luis Guillermo Piazza, ese proyecto que presumía de independiente y que jamás vio la luz? Pues hagan de cuenta. Sólo que no en México… En la novela de Eco, mediante sus personajes centrales, se desnuda el propósito real de la industria informativa que incomunica, que deserta del seguimiento y la investigación, que deslegitima a quien denuncia e induce a la reacción pero desestimula la reflexión. ¿Cómo y para qué nace un periódico, cuando todo lo público, desde el juego hasta la meditación, deriva en fluido carnavalesco, en integración a medias o en masaje apocalíptico? ¿Cómo, en la época de internet, cuando ya no hay prensa sino periodistas? Parte de las respuestas están en un pasaje de Número cero cuya traducción –ojo, el que avisa no traiciona– me tomo la libertad de mexicanizar: –Los periódicos –diría uno de los personajes– no están hechos para difundir las noticias sino para encubrirlas. Se escapa el Chapo y no puedes pasarlo por alto, pero como eso pone en aprietos a mucha gente, en ese mismo número pondrás titulares espeluznantes: “Pozole con cabezas humanas”. O quizás nuestras afores ya sean cenizas y, por tanto la de ocho será: “Al descubierto la traición de Morelos” o “La Historia reivindica al dictador”. Todo con tal de sepultar las denuncias contra la televisora zeta por tráfico de drogas, lavado de dinero, extorsiones y propaganda gubernamental transmitida como comentarios informales, porque todo se ahoga en el gran océano de la información •
Fluidez de los géneros sexuales: personajes transgénero en el cómic (ii y última) El otro lado
La ambigüedad sexual es un tema que ha dejado de pertenecer al ámbito del fetichismo erótico y se ha vuelto cotidiano. El cómic, tanto independiente como comercial o mainstream, ha sido uno de los espacios donde se explora el impacto en la cultura que representa la inclusión de personajes trans. En las convenciones de cómics esta tensión sexual se vuelve palpable, tanto en el cosplay (cuando los fans se disfrazan de sus personajes favoritos sin importar el género) como en los debates y presentaciones. En el más reciente Comic Con de Nueva York, el panel de discusión Identidades secretas: crear personajes transgénero en el cómic, fue una extraordinaria oportunidad para escuchar a autores que trabajan narrativas con personajes transgénero como Morgan Boescher, Jenny Wood, Kirsent Enos y Tara Avery, quien señaló: “Una vez que llegas al otro lado puedes descubrir que los comportamientos de la gente del género que has abandonado y que parecían normales ahora parecen extraños.”
lEnguajE
La posibilidad de transitar entre dos formas de existir también puede ofrecer una mayor riqueza emocional, señaló Wood, quien trata, como los demás autores, de crear personajes que no sean caricaturas, sino que tengan vidas completas. Sin embargo, siempre existe el peligro de ofender a alguien simplemente por el uso del lenguaje. Especialmente cuando un autor cisgénero (el que tiene una identidad de género sexual que concuerda con el género que le fue asignado al nacer, es decir su género biológico) emplea términos que pueden ser interpretados como insultantes o despectivos. El lenguaje referente a este tema está también en transición permanente y el uso de términos no “apropiados” puede entenderse como una falta de respeto o una burla. Avery dijo: “Ser transgénero no es ni una enfermedad ni un desorden y hay una terminología que hay que conocer, por ejemplo, es inaceptable referirse a trastorno de género. Sin embargo, es igualmente erróneo hacer de policía gramatical.”
Función y dEcorado
Boescher señaló: “Desde hace décadas ha habido personajes trans en el cómic”; sin embargo, en el mainstream rara vez se explora su experiencia, sino que se les considera como un personaje más, que puede ser meramente un token (un gesto de inclusión para complacer a ciertas minorías) o bien sirven para alguna función narrativa específica, un simple decorado de diversidad de género. Avery añadió: “En cambio, en los cómics independientes por lo general no se persigue ninguna fórmula comercial, por lo que se pueden explorar experiencias personales e íntimas.” Así pueden pasar de ser elementos estridentes en las historias a volverse personajes integrados y completos.
génEro y sExo
Respecto de cómo presentar un cómic trans a lectores menores de edad, Avery señaló: “Las personas
trans son particularmente vulnerables cuando son jóvenes, cuando comienzan a descubrirse y a sentir cosas que la gente alrededor suyo desconoce o que de hecho les pueden parecer perturbadoras o inaceptables. No es raro entonces sentirse solo, amenazado por figuras de autoridad e incluso por compañeros y familiares. No es raro tener pensamientos suicidas.” Friedman escribe que el cuarenta y uno por ciento de los individuos trans y de aquellos no conformes con su género intentan suicidarse en algún momento de su vida, mientras que en el resto de la población este porcentaje es de apenas 4.6 por ciento, de acuerdo con la American Foundation for Suicide Prevention y el Instituto Williams de ucla para la investigación de la orientación sexual y las leyes de identidad de género. Esto por desgracia no sorprende tanto debido al estrés que provoca el bullying, el acoso, la discriminación, el rechazo familiar y la violencia en el medio. Es precisamente en la juventud en que puede ser más influyente y reconfortante tener acceso a representaciones con las que la persona se pueda identificar, en las que encuentre alivio y empatía. Sin embargo, las historias trans, aun cuando son ingenuas y pudorosas, tienen un trasfondo inherentemente sexual. Aunque no se incluyan representaciones explícitas de actos eróticos, hay inevitables alusiones a la genitalidad y a veces al deseo sexual, lo cual puede ser muy confuso e inquietante. Eso constituye un dilema para el cómic trans, pues difícilmente puede omitir el elemento sexual, lo cual hace que el material se vuelva controvertido. Así las cosas, el verdadero desafío de los autores comprometidos con estas historias es encontrar una forma de escribir y dibujar sobre un tema intensamente sexual para un público que puede ser muy joven. El tema de la transexualidad y la fluidez de género es cada día más aceptable, así que, independientemente de cómo se maneje la estimulación y la provocación erótica en el cómic y otros medios, cada día es más difícil ocultar el hecho de que la identidad de género no es una dualidad perfecta •
JORNADA VIRTUAL
Eco sencillo
TOMAR LA PALABRA
naief.yehya@gmail.com
Jornada Semanal • Número 1096 • 6 de marzo de 2016
........ ARTE Y PENSAMIENTO
Germaine Gómez Haro
Alonso Arreola
germainegh@casalamm.com.mx
La Habana de hoy
C
ON MOTIVO DE LA Feria Internacional del Libro de Cuba, viajé recientemente a La Habana para asistir a la presentación del libro Sabor cubano, una bellísima edición realizada en México por la cubano-mexicana Patricia Belatti y la editorial Ámbar Diseño, de Adriana Sánchez Mejorada, con un espléndido prólogo del historiador de La Habana, el doctor Eusebio Leal Spengler. Se trata de una suerte de inventario de la gastronomía cubana en el que participaron, con ochenta y dos recetas, veinticuatro creadores de la Isla –entre pintores, escritores y músicos– así como diez restaurantes privados conocidos coloquialmente como Paladares. Más allá de un simple recetario, Sa-
La Fábrica de Arte Cubano en la Habana
bor cubano es un libro de arte que revela la sensualidad de la cultura cubana a través de las magníficas imágenes captadas por la mirada sensible del fotógrafo Ignacio Urquiza. Los sabores, aromas y colores de Cuba quedan plasmados en imágenes poéticas y seductoras, nimbadas por la luz y el son caribeños. Ya sabemos que Cuba está de moda, sobre todo para los estadunidenses. El año pasado, durante la Bienal de La Habana, fue apabullante ver las hordas de turistas pululando por las calles del Centro Histórico, pero este año pude constatar que el turismo es aún mayor. En menos de un año también han surgido numerosos negocios privados, entre restaurantes, bares, galerías, hoteles y locales comerciales. Un producto más de la creciente apertura sociopolítica es la Fábrica de Arte Cubano (fac) que en estos días celebró su segundo aniversario. Este es un ambicioso proyecto cultural privado sin precedentes en el país, concebido a “iniciativa personal” del destacado músico x Alfonso, quien recibió el apoyo logístico y financiero del Ministerio de Cultura. Se trata de un gigantesco espacio de usos múltiples que reúne exhibiciones de arquitectura, artes visuales, diseño gráfico e industrial, fotografía, moda, así como espectáculos de danza, música, teatro y proyecciones cinematográficas. La fac tiene como objetivo apoyar y promover la obra de creadores de todas las ramas del arte a través del “intercambio y acercamiento directo entre el público y el creador a nivel masivo”. El edificio fue originalmente la Estación Eléctrica de la Compañía de Electricidad de Cuba desde 1905 hasta 1913, y en los años treinta pasó a formar parte de la Fábrica de Aceite de Maní “El Cocinero”, que se ubicaba en el predio adjunto, hoy también recuperado y convertido en un magnífico restaurante del mismo nombre. Al triunfo de la Revolución, la Estación Eléctrica desapareció como tal y tuvo varios usos, entre ellos el de Almacén de la Industria Pesquera, hasta que pasó a manos del Ministerio de Cultura. Este monumental
proyecto surge en una zona marginada y lleva el concepto de propiciar “una elevada conciencia de integración social”. El edificio ha sido readaptado por un talentoso equipo de arquitectos cubanos que han utilizado toda suerte de materiales y elementos reciclados que reciben como donaciones. El resultado es de un ingenio sorprendente. Por ejemplo, han utilizado contenedores unidos entre sí para crear algunas de las salas y espacios de exhibición, y con toda clase de objetos de deshecho han diseñado mesas, bancas, bares e instalaciones integradas a la arquitectura. El conjunto cuenta con tres salas destinadas a conciertos en vivo y performance, obras de teatro y danza, conferencias, talleres y proyecciones audiovisuales; asimismo tiene cuatro bares dispersos en las diferentes plantas y próximamente contará con un espacio dedicado al arte culinario. El criterio museográfico de las muestras es totalmente diferente al de los museos o galerías: “ El arte convive con la diversión”, expresa la curadora Adelina h . Fonteboa, quien gentilmente nos acompañó en el recorrido. En la fac no existe la solemnidad de los espacios de exhibición tradicionales, comenzando por su inusual horario de operación que es de las 8:00 pm a las 3:00 am, de jueves a domingo. “Aquí –agrega Fonteboa– el público está en contacto directo con las obras de arte en una atmósfera festiva y ha aprendido a ser respetuoso.” Aunque algunos detractores que todavía se resisten a aceptar ciertos aspectos de la apertura y las alianzas comerciales entre el gobierno y el sector privado han cuestionado a la fac por considerarla “un negocio oscuro” (revista Cubanet, febrero 16, 2015), considero que esta iniciativa es oportuna, audaz, interesante, fresca y divertida, y la celebro como un claro resultado de los cambios que se están dando en Cuba •
Orchestra of Crafty Guitarists… Bosón de Fripps
“F
ue como un sueño.” Probablemente esta sea la frase que más escuchamos tras finalizar la presentación, que no concierto, de la Décimo Segunda Orquesta de Guitarristas Crafty [artesanales o traviesos] liderada por el músico británico Robert Fripp. ¿Dónde? En el Salón de Baile Los Ángeles de Ciudad de México, en la colonia Guerrero. ¿Cuándo? El pasado fin de semana. Para quien no esté familiarizado con la obra de Fripp, diremos que es uno de los más interesantes guitarristas y compositores en la historia del rock progresivo y géneros relacionados. Fundador de King Crimson, responsable de proyectos como The League of Gentleman, ffwd y Giles, Giles & Fripp; de colaboraciones con David Bowie, David Sylvian, Brian Eno y Andy Summers. Hablamos de un artista notable y ostrásico de quien se cuentan simpáticos mitos que enaltecen su leyenda. Pues bien. Imagine nuestra lectora, lector del domingo, una naranja partida por la mitad. ¿Ve los gajos? Esa sería la disposición de las sillas. El centro y la división entre ellos, el corazón y pasillos por donde fluyen alrededor de cincuenta guitarristas acústicos vestidos de negro, todos al servicio de una visión superior que diluye la vanidad y el sentido de espectáculo tradicional. Así es: no hay escenario; no hay idea de un frente o un atrás; no hay amplificadores ni luces (sólo los viejos candelabros puestos a media luz para quienes bailan danzón cada martes o domingo). El guión que se sigue es de los que subrayan el potencial de la casualidad, pues pese a ser estricto permite un juego libre, dinámico, cambiante. Introducida verbalmente por cinco de sus integrantes (en español, inglés, francés, alemán e italiano), quienes prohíben fotografías o video, la orquesta plantea desde el principio su objetivo: la inmersión en un presente poético que persigue símiles con una comunidad funcional, incluyente, variada y respetuosa. Así, la teatralidad es sutil pero constante. Las indicaciones, mínimas. “Orquesta de Guitarristas Crafty, comiencen cuando estén listos”, sonaron las palabras de Fripp luego de que formaran un círculo externo tras la bella entrada en cardumen o parvada, al son de un enorme e integrador arpegio (se despedirían de igual manera). Así, mientras la polifonía era creada transformando los significados de forma y error, de consonancia y disonancia, en la audiencia se veían rostros sonrientes. Rostros inseguros. Rostros somnolientos. Rostros desconcertados. Rostros que podían ver rostros y que iban de uno a otro ánimo gracias a un happening que mostró música en estado líquido, pero sobre todo el continente o contenedor que la preserva: los aspectos que sustentan su masa desde lo invisible, tal como sucede en física con algunas partículas elementales. Hablamos de
numerosas improvisaciones, conversaciones y ejercicios que, envolviendo a cinco o seis composiciones formales y en contraste con su matemática (en ellas predominaban acentuaciones compuestas), alumbraron bellamente conceptos como dinámica, diálogo, técnica, reacción, atención y humildad. Además, incluso tratándose de un experimento tipo laboratorio presencial, no faltaron el sentido del humor ni la sorpresa que permitió al cuerpo de los músicos participar con la intención más primitiva: palmas, brincos, zapateos, silbidos, susurros, gritos. Si acaso lo único paradójico fue que algunos integrantes de la orquesta (la gran mayoría mexicanos relacionados con los talleres que desde hace tiempos suceden en Morelos), según percibimos, se tomaran el acontecimiento con una seriedad cuasi religiosa, mientras que en Fripp y sus más allegados colegas se percibía la relajación de quienes alegorizan tesis de escala global; de quienes se saben inoculando pensamientos positivos (en el conmovedor encore Fripp pidió que la orquesta tocara una nota en plan circular hasta que el mundo fuera mejor para nuestros hijos). Ahora bien, es cierto que este ejercicio exige alta concentración, pues el solo hecho de no estrellarse entre ellos o con la audiencia es encomiable. Dicho esto, no importaron ni el chipichipi que caía en la calle antes de comenzar, ni la tardanza para entrar al foro, ni la ausencia de organizadores cuando la gente ocupaba su lugar. Salimos sonrientes de ese sueño. Imaginamos que la presentación del día siguiente en el Bajo Circuito de la Colonia Condesa fue también singular y exitosa. Esperamos que los frutos del taller morelense sigan creciendo y que causen eco en más ciudades del país, pues la experiencia es muy bella si se la toma con los oídos y el pecho abiertos. Gracias a quienes nos invitaron. Seguiremos haciendo eco. Hablando de eco: otro concierto que recomendamos es el de El Balleto di Bronzo, el 30 de abril en el Centro Cultural Roberto Cantoral. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos •
BEMOL SOSTENIDO
@LabAlonso
ARTES VISUALES
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ARTE Y PENSAMIENTO ........
6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
Ana García Bergua
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Jorge Moch tumbaburros@yahoo.com @JorgeMoch
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UE ROSA BELTRÁN, en su excelente discurso de entrada a la Academia Mexicana de la Lengua, quien en semanas recientes recordó a Nellie Campobello y su Cartucho. Por lo que he visto, pareciera que periódicamente hay que estar sacando Cartucho de una especie de olvido, de letargo lector que se niega a darle el papel que le corresponde en nuestra literatura. ¿Han leído ustedes Cartucho? Yo seré muy honesta y les confesaré que no lo conocía, era de esas lecturas que uno va olvidando buscar. Lo bueno es que era tiene una edición magnífica, con un estudio preliminar muy esclarecedor de Jorge Aguilar Mora. En el año 2000, Christopher Domínguez saludó esta edición y dijo, como diría Rosa dieciséis años después, que Cartucho debe ser reconocida y leída como la gran obra que es, piedra fundadora de una literatura que abre el camino a Rulfo o incluso, dice Aguilar Mora, a Cien años de soledad. Esta edición, hay que decirlo, lleva siete reimpresiones, de modo que existen los lectores de Cartucho, pero no lo gritan lo bastante fuerte. Cartucho es tan buen libro como Pedro Páramo, su prosa es tan buena como la de Arreola, Efrén Hernández o Rosario Castellanos. ¿Y entonces? Los estudiosos del mainstream no lo traen a cuento, tampoco los que estudian a las escritoras o a los raros. Y eso sí que es raro. Y no sólo hay que leerlo porque, al igual que la Chihuahua retratada en los relatos que componen este libro, el país está ahora sembrado de muertos –sería absurdo decir que Pedro Páramo es un libro pertinente sólo porque ahora nuestros pueblos están llenos de fantasmas–, sino porque Cartucho se adelantó a su tiempo y a su literatura. ¿Es Cartucho un libro de cuentos? La edición de era dice claramente como subtítulo: Relatos de la lucha en el norte de México. Sin embargo, Cartucho me parece a mí una novela modernísima, hilada por un solo punto de vista que, si bien va contando historias distintas, muertes distintas, las hace desfilar con un ritmo parejo, como los capítulos de una sola vida, de una sola memoria que devuelve la percepción infantil de la guerra, una visión amoral, descarnada, tierna, horrible y a la vez poética. Algunos de sus párrafos serían ahora microficciones, miren: “¡Tripitas, qué bonitas!, ¿y de quién son?”, dijimos con la curiosidad en el filo de los ojos. ‘De mi general Sobarzo –dijo el mismo soldado–, las llevamos a enterrar al camposanto.” O esta: “El Peet le dijo a Mamá: ‘Ya se fueron todos, acabamos de fusilar al chofer de Fierro, y en el camino nos fue contando bastantes cosas, dijo:
El general Fierro me manda matar porque dio un salto el automóvil y se pegó en la cabeza con uno de los palos del toldo. Me insultó mucho, y me bastó decirle que yo no conocía aquí el pueblo para que ordenara mi fusilamiento. Está bueno, voy a morir, andamos en la bola, sólo les pido que manden este sobre a Chihuahua, que se sepa siquiera que quedé entre los montones de tierra de este camposanto’.” Y así van desfilando, capítulo tras capítulo, muertos de nombre y apellido. Algunos célebres como Urbina y Felipe Ángeles, otros que sólo pasaban por ahí o que cometieron un pequeño error, como en todas las guerras. Los muertos de Cartucho llevan el sino de la muerte ciega y absurda en las batallas de siempre, desde que el hombre existe y la guerra existe; la prosa delicada de Campobello les da esa dimensión profunda. Son un puñado de muertos que han asumido su destino y en Cartucho van pasando a la foto previa al paredón, individuales, con su pequeña historia que una niña cuenta. Un sembradío de muertos, muertos bellos, muertos llorados pero ansiados también, muertos que son los juguetes de la niña y la tristeza de su madre en medio de la revolución. Una madre villista cuando a Villa se le consideraba un bandido y a sus huestes una bola de salvajes. Muchas regiones del país se deben parecer ahora, por desgracia, a Cartucho. Muchos niños ven, quizá, a tanto muerto de esa manera descarnada, curiosa y amoral, y a la vez, de maneras extrañas, enternecedoras, porque los sentimientos de la niña son buenos. Ya dice mucho mejor Aguilar Mora que Cartucho es una mezcla inusitada de géneros: las memorias, la poesía, la crónica, el cuento, y yo no desarrollaré más el tema porque lo que quiero es que ustedes dejen esta columna y corran a leer o a releer, como ustedes quieran, Cartucho. Sólo una cosa más: Nellie Campobello comenzó Cartucho en 1931. ¿Quién escribirá en 2031 lo que ahora está pasando? •
H
AY EN LA TELEVISIÓN, tanto abierta como de paga, una reciente campaña (sí, otra vez) de promoción turística de nuestro país. Es, por lo que se desprende de la calidad de las imágenes de esos spots, otra colección de anuncios costosísima al erario, que suele ser generoso hontanar del que copiosamente reciben proverbiales, multimillonarios riegos las faltriqueras de consorcios como Televisa y tv Azteca, quizá las mayores consumidoras de presupuesto propagandístico de un régimen que sintetiza una medular vocación por la corrupción, la simulación y la impunidad. Las escenas de esos comerciales son muy cuidadas: hermosos niños morenos de grandes ojos que ofrecen su sonrisa resplandeciente a la cámara.
Cascadas y arroyos prístinos, exuberantes bosques llenecitos de árboles frondosos y milenarios que a su vez habitan aves de colores como tucanes y colibríes, o delicadas criaturas como la mariposa monarca; playas blancas y doradas, impecables, que reciben reiteradas caricias de un mar límpido y azul, surcado por criaturas bellas y misteriosas, y que guarda en sus profundidades arrecifales tesoros abigarrados entre los que desde luego no se cuentan bolsas de supermercado, botellas de Cloralex, latas de CocaCola o llantas viejas de automóvil… Podemos ver también primorosos encuadres aéreos y paneos de cámara que revelan ciudades pujantes, limpias, bien trazadas, con edificios que son imponentes creaciones arquitectónicas; y en esas ciudades, avenidas amplias, sin problemas de tráfico, con un evidente, por los risueños semblantes de sus variopintos habitantes, altísimo nivel de vida. Ciudades, por cierto, sin cinturones de miseria, ni “barrios bravos”, ni pandilleros al acecho ni tiraderos de basura a cielo abierto. Ni horribles anuncios espectaculares de porquerías que en realidad nadie necesita. ¿Y el campo?, hombre, salpicado de “pueblos mágicos”, primorosamente preservados como espacios monumentales y de valor histórico y etnográfico incalculables. Hermosas callejuelas empedradas para recorrer con bucólico embeleso, mirando burritos y serenos arrieros que parecen (no parecen: son) salidos de una postal, las paredes de las fachadas de casitas humildes pero bien enjabelgadas con sencillez y pulcritud ornadas de buganvilias y jazmines, ni un solo perro callejero a cuadro, ni un solo indigente, ni una brizna de basura en las calles, ni un bache. Nada de mugre o escoria en los tradicionales mercados: sólo cempasúchiles y frutas apetitosas: ni una sola cabeza de cerdo. Y en las calles desde luego ni un solo amasijo de cables de luz o teléfono que afeen el panorama. Ni una sola horrenda muestra de creti-
nismo urbano al que sus perpetradores suelen llamar “desarrollito”. Ni un solo puesto de comida callejera o contrabando o ropa de segunda. Ni un solo prostíbulo en pantalla. Ni un solo niño de la calle. Ni mucho menos un asomo de crimen o violencia. O la represión. O, qué paradoja, la censura. Lástima que todo ello, como prácticamente cuanto sale del gobierno mexicano, sea mentira. Falso. Utilería. Maquillaje. Porque nadie que haya visto el México cotidiano y verdadero se traga el cuento del paradisiaco mosaico de felicidades que supone la tal campaña. Porque niños hay que desaparecen por cientos o miles y no sabemos qué pasa con ellos. Y porque casi todas las cascadas y arroyos están contaminados, igual que muchas de nuestras playas, asediadas por la hotelería sin control, por las descargas de drenaje al mar, como en Veracruz. Y los bosques y breñales los talamos a lo estúpido, arrasando con buldóceres todo ser vivo para suplantarlo por cemento, concreto hidráulico, chapopote y tabicón. Porque tratamos a la fauna y la flora no como algo precioso y único sino despreciable. Porque el país entero parece los alrededores de un relleno sanitario, con basura regada en millones de kilómetros cuadrados de suelo arrasado, sucio, agotado. Estéril. Y porque ni así, gastando más millones en campañas propagandísticas, logrará México atraer más turistas, que sería una de las principales razones de literalmente dilapidar recursos públicos tan urgentes en áreas como la salud y la educación. Ni nos tragamos los mexicanos que ese paraíso televisado sea el país que muchos padecemos todos los días, con sus puercos corruptos arrebatando a diestra y siniestra, y bestias violentas desatadas en prácticamente todas nuestras ciudades, pueblos, villas y caseríos. Que distan mucho, pero mucho, de parecerse a los que salen en esos anuncios tan estúpidamente mentirosos •
CABEZALCUBO
Vive (o sobrevive) México
PASO A RETIRARME
Las tripas del general Sobarzo
Jornada Semanal • Número 1096 • 6 de marzo de 2016
........ ARTE Y PENSAMIENTO
Orlando Ortiz
Luis Tovar @luistovars
P
ABLO PALACIO ES UN autor singular en las letras hispanoamericanas. Nació en Loja, Ecuador, en 1906, y se dice que cuando tenía pocos años, la corriente de un río lo arrastró y pudieron rescatarlo río abajo, con graves lesiones en la cabeza. (Hubo, en su momento, quienes atribuyeron a eso las extravagancias de su escritura.) Posteriormente, con apenas quince años ganó un premio con “El Huerfanito”, texto que, según algunos, es autobiográfico. Este cuentecito no llega a las tres cuartillas y no lo incluyó en ninguno de sus libros. Se trasladó a Quito, se graduó de abogado y fue de los fundadores del Partido Socialista Ecuatoriano. Aquí salta lo que para muchos críticos,
de su época y actuales, es una paradoja: su narrativa: ¿un autor de ideología materialista que no tiene como tema la lucha de clases, que aborda historias “insignificantes” con personajes monstruosos? En los años treinta, se pretendía que un escritor socialista debía seguir la línea realista, y más todavía: someterse, al denominado realismo socialista. En América y en nuestro país proliferaron los autores que consideraban un pecado escribir historias que no fueran “realistas”. Se valía incursionar en los problemas de los indígenas, o del campesinado, incluso –muy pocos– en el medio urbano. Se oye raro, pero no olvidemos que las nuestras eran sociedades eminentemente rurales, de ahí que incluso los relatos protagonizados por el “proletariado” tenían algo de abstracto o generalizador, que forzaba o se apartaba de la realidad. Pero eran, “realistas”, según la crítica a modo del momento. De ahí que textos como los de Pablo Palacio pasaran inadvertidos y fueran ignorados por varias décadas, y podría decirse que tal invisibilidad llegó a nuestros días. Porque muchos se refieren a “clásicos” hispanoamericanos como Jorge Icaza (Huasipungo), Alfredo Pareja Diez Canseco (El muelle), Demetrio Aguilera Malta (Canal zone) o Adalberto Ortiz (Juyungo), todos ellos ecuatorianos y contemporáneos de Pablo Palacio, pero éste queda en las sombras. O, en el mejor de los casos, lo mencionan y no más, o cuando mucho hablan de su cuento “Un hombre muerto a puntapiés”. ¿Razones para la discriminación? Lo insólito de su obra narrativa, poblada de personajes cuya individualidad no encajaba en ninguna noción de clase. Aparentemente irreales. Son seres neuróticos, tratados con humor negro, morbosidad, irreverencia, y con técnicas narrativas que infringían toda preceptiva. Además, en sus novelas la organización es fragmentaria, el protagonista es por momentos inubicable, en fin, atentaba contra todo lo que se estaba ha-
ciendo en el ámbito literario de su país. De no haber sido por su filiación socialista y porque Benjamín Carrión –político emblemático y patriarca de la cultura en Ecuador– encomiaba su obra, los críticos lo habrían acusado de loco. Ocupó en dos ocasiones la Subsecretaría de Educación. Únicamente un trastornado se habría atrevido a acusarlo de orate. La crítica ecuatoriana no creó un vacío en torno a las narraciones que iba publicando, pero sí eludió referirse a ellas, tal vez porque no alcanzaron a comprenderlas. Y en el mejor de los casos, algunos atribuían las “irregularidades” de su textos a las heridas sufridas en la cabeza cuando niño. En 1927 publicó Un hombre muerto a puntapiés, cuentos, y la novela Débora; ambos libros, vistos en perspectiva, se anticipaban a los tiempos y, “con audacia irresponsable”, se diría que fueron señeros para los autores hispanoamericanos. Esto resulta absurdo, pues la circulación de sus cuatro libros –los ya mencionados más Comedia inmortal y Vida del ahorcado– fue bastante local. No es extraordinario asociar sífilis con demencia. Ergo, “Palacio escribió sus jaladas porque estaba loco”, aventuraría alguien temerariamente, ignorando que junto a los textos “absurdos” están sus artículos periodísticos y filosóficos, contemporáneos de los de ficción, pero a diferencia de éstos, son muestra de su capacidad intelectual y expositiva –no exenta de ironía. En ellos aborda temas como “El sentido de la palabra verdad”, “Sentido de la palabra realidad” o “La propiedad de la mujer”, entre otros asuntos. Una confirmación de su ideología es el “Comentario del año 1957” (la fecha seguramente es una errata de la edición que consulté, pues Palacio falleció en 1947), en la que narra una de las represiones más sangrientas habidas en Ecuador. En pocas palabras, creo que va siendo hora de que dejemos de ver a Pablo Palacio como “un clásico” y empecemos a leerlo •
Escena del cortometraje basado en un texto de Pablo Palacio
El Oscar: ecos y resonancias
“E
STA CINTA LE DIO una voz a los sobrevivientes, y este Oscar amplifica esa voz, la cual esperamos se convierta en un coro que resuene hasta el Vaticano”: estas son algunas de las palabras que pronunció Blye Pagon Faust, productora de Spotlight (en México titulada En primera plana, Thomas McCarthy, eu , 2015), luego de recibir el principal premio que otorga una de las muchas academias de cine en todo el mundo y que, aun sin ser el más importante cinematográficamente hablando, es el más conocido y, por lo tanto, el de mayor resonancia dentro y fuera del estricto ámbito fílmico.
Dicha capacidad para potenciar el alcance de un mensaje viene siendo, a fin de cuentas, un valor de relevancia que no tendría sentido regatearle al –por otro lado– mediático e hipermercantilizado Oscar, y por eso es tan positivo que quien tiene la oportunidad de hablar así de urbi et orbi en virtud de haber ganado uno, diga cosas más atendibles que la habitual e inmediatamente olvidada retahíla de agradecimientos. Más positivo todavía tratándose, como se trata, de una cinta incómoda para cierto sector del establishment, concretamente la jerarquía católica, como lo sabe cualquiera que haya visto Spotlight, que en palabras de ese buen crítico emergente que es el colega Julio Hernández, es un filme “sobrio, sin concesiones al melodrama fácil o la exhibición cruda de la miseria humana”, en el que se habla clara y directamente de ese fenómeno vergonzante –sobre todo, claro está, para sus perpetradores y encubridores–, crimen punible pero impune la gran mayoría de las veces, que es la pederastia y, en este caso particular, la que han practicado y siguen practicando miembros de esa agrupación religiosa, cuyo máximo representante estuvo en México recientemente y que, como Todomundo sabe, omitió decir una sola palabra al respecto. Tampoco ignora el cinéfilo el otro filón argumental de gran peso específico en Spotlight, consistente en exponer el tema a través de los avatares, las dificultades, las trabas puestas en el camino de la investigación periodística que sacaría a la luz, en Estados Unidos, esa pestilente realidad: el juego del poder –aquí dividido en las esferas mediática, económica y clerical– por medio de sus infinitas ramificaciones que buscan mantener el estado de las cosas, sin perjuicio de la comodidad y, hay que insistir, de la impunidad de sus detentadores, incomodísimamente revelado por un pequeño grupo de profesionales de los que cada vez hay menos, que a su propio beneficio anteponen antiguallas como la ética y la responsabilidad social.
no nada más Spotlight
Es precisamente una cuestión de resonancia mediática, además potenciada como ya se dijo por el alcance global del Oscar, la causante de que una película como Spotlight, de innegable relevancia en virtud del espinoso tema que aborda, esté hoy en boca de Todomundo como no lo está otra cinta que en esencia se refiere al mismo tema, sólo que no fue producida en Estados Unidos, no gozó de masiva distribución mundial ni de innumerables menciones por todos lados, ni parte del mismo punto de vista, es decir, aquel según el cual solamente es digno de atención aquello que los medios difunden –lo cual es aprovechado por Spotlight de manera muy inteligente, por lo demás–, como si la realidad cupiera completa en las planas de los diarios, las pantallas televisivas, las ondas hertzianas, las plataformas digitales y las redes sociales. Esa otra película se llama El club (2015), la dirigió el experimentado y talentoso chileno Pablo Larraín, y se centra en lo que sucede con un grupo de sacerdotes católicos recluidos en una casa de retiro clandestina, adonde han ido a parar a modo de castigo extrajudicial impuesto por la jerarquía a la que obedecen, pero claro, más bien para salvaguardar el “buen nombre” de esa organización religiosa. Su principal “pecado” –más bien delito, como el de los balconeados en Spotlight y el de los impunes en México, tan solapados como en Chile–, es por supuesto el mismo que se denuncia en el filme estadunidense. Asimismo sobrio, sin concesiones y sin tremendismos, pero provisto de una tensión dramática tan fuerte como el tema lo exige, El club refleja con cruda precisión no sólo la realidad incruenta de las víctimas de la pederastia clerical, sino también la retorcida mentalidad y los malabares morales de quienes han perpetrado ese y otros crímenes, pero son virtualmente perdonados mediante un ocultamiento social que no remedia absolutamente nada. El club, sobra decirlo, no compitió por un Oscar ni lo hubiera ganado; eso sería demasiado pedirle a “La” academia •
CINEXCUSAS
Pablo Palacio, un clásico (ii y última)
PROSAÍSMOS
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6 de marzo de 2016 • Número 1096 • Jornada Semanal
INALI: EL VALOR DE LA DIVERSIDAD *Todas las personas, por el sólo hecho de serlo, merecemos ser tratadas con dignidad y respeto. *“¿He discriminado hoy a alguien?” Por lo regular nos respondemos que no, pero muchas veces no nos damos cuenta. ¿Por qué es importante difundir y hacer crecer el concepto de diversidad y sus valores relacionados? Esencialmente somos iguales, sobre todo en dignidad y en que tenemos los mismos derechos. Todas las personas, por el sólo hecho de serlo, merecemos ser tratadas con dignidad y respeto, algo que nadie puede arrebatarnos. A la vez todos somos diversos (yo no soy igual que mi hermano, o el vecino, o mi mejor amigo). El mundo rebosa de diversidad: por el color de piel, las capacidades físicas diferentes, la edad, la fe que profesamos, las preferencias sexuales, la lengua y la cultura. Hay científicos que comparan la riqueza biológica con la riqueza cultural y la lingüística. Todas son necesarias para el sano desarrollo del ser humano y se complementan con la preservación del medio ambiente; por ejemplo, a través de las técnicas tradicionales de cultivo y conservación, y el conocido respeto de los indígenas hacia la naturaleza. Lo importante es que las diferencias entre las personas pasen de ser una mera realidad social, cultural o biológica, a ser conocidas, valoradas y respetadas por todos. En ese sentido, los expertos coinciden en que se ha avanzado mucho en las leyes. No obstante, la igualdad de jure (legal) no implica que las mujeres o los indígenas accedan a todos los derechos. Deben emprenderse más y mejores acciones en el sistema educativo, de salud, de justicia y en los medios de comunicación, para promover la eliminación de la violencia hacia todos los grupos considerados diferentes y discriminados por eso. Deben emprenderse más acciones para que los ciudadanos entendamos, respetemos y ayudemos a difundir los valores de la diversidad. Llevamos dentro prejuicios e ideas tan arraigadas (“los güeros son más inteligentes”; “los negros son abusivos”) que no sabemos que así causamos discriminación o menoscabamos los derechos del otro. En el pasado (y todavía hoy por desgracia) diferencias como el color de piel, el credo religioso o la lengua, fueron usadas para menospreciar, inferiorizar y justificar situaciones de do-
A
quella noche la fatalidad nos encontró tirados en un charco de petróleo para después inmovilizarnos a través de la constelación de Sagitario y obligarnos a escuchar los diálogos cimarrones entre un hombre y una mujer que se juraban serían la encarnación del arco iris y de la luna y del sol y al mismo tiempo gruñían murmullos ávidos de ternura y corrían a esconderse en lo que debería ser una montaña con un templo en la cima del que después descenderían como envueltos en un aura celestial y así hasta que al filo del amanecer cargaron entre los dos un ataúd aullando como gatos baldíos para luego abrazarnos y decir que era la hora de la reconciliación y él volvía a colocarse un bigote artificial como el gran actor que seguramente era y ella retornaba al espejo para cepillar su preciosa y larga cabellera y en eso el grito de ¡corte! y sin mirarnos salían por una de las puertas mientras el director nos invitaba a pasar al escenario que en realidad lo era todo el charco los cuartos el espejo la puerta la casa la montaña para representar un breve pasaje de nuestras vidas en ese intermedio blanco mientras alguien le decía con desgana que no recordaba nada y el director en apuros nos pedía que hiciéramos lo que estuviera a nuestro alcance y ese alguien estiró los brazos con cierta elegancia para así tomar en sus manos un capote imaginario mientras una hermosa mujer se colocaba un armazón de cuernos del toro en la cabeza y trataba de embestirlo y todos gritábamos olé y
minación, marginación, exclusión o discriminación, cuando no de franca explotación. Afortunadamente, en muchos países, como es el caso de México, las leyes han cambiado. El derecho a ser diverso y el respeto a la diversidad se han elevado a rango jurídico-político; es decir, aparecen en el marco normativo de los mexicanos. En nuestra máxima ley, la Constitución, están contemplados en los artículos 1° y 2°, que hablan, respectivamente, de los derechos humanos y de que México tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas. Asimismo, la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas mandata la creación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas ( inali ), institución encargada de apoyar a los hablantes y a las instituciones en la revitalización, preservación, difusión y desarrollo de las lenguas indígenas nacionales; y reconoce las lenguas indígenas y el español como lenguas nacionales, otorgándoles la misma validez para cualquier asunto o trámite de carácter público, así como para acceder plenamente a la gestión, servicios e información pública. Establece también el derecho de todo mexicano a comunicarse en la lengua de la que sea hablante, sin restricciones en el ámbito público o privado, en todas sus actividades sociales, económicas, políticas, culturales, religiosas o cualesquier otras.
olé y olé hasta que nuestros espléndidos actores regresaron a escena y el director nos ordenó amablemente que tomáramos nuestros lugares que la función iba a continuar y nos dijo que ya éramos para él unos actores consumados pero desgraciadamente había llegado la hora del gran
La diversidad cultural es vital para el desarrollo social y humano de cualquier comunidad, pues es fuente de creatividad, innovación, originalidad, intercambio y enriquecimiento. Todos los habitantes (niños, mujeres, hombres de cualquier profesión o condición socioeconómica) y todos los servidores públicos tenemos que actuar para garantizar y promover los derechos humanos, entre ellos la equidad (oportunidad en las acciones) y la igualdad (goce de todos los derechos ante la ley) del otro, el discriminado o el excluido. Si reconocemos, valoramos y respetamos nuestra diversidad, seremos capaces de reconocer las identidades de los mexicanos; fortalecer las diversas expresiones culturales de nuestro país; promover la salud, educación, justicia y desarrollo cultural; asumir que la diversidad cultural es parte del
patrimonio cultural de la humanidad, y prevenir la discriminación y exclusión. La situación y el contexto social del siglo xxi nos hacen cada vez más multiculturales y multilingües, los contactos culturales y lingüísticos son cada vez más notorios y complejos, por lo que el diálogo intercultural, el respeto entre diferentes y la igualdad en las oportunidades entre todos los mexicanos, son base para hacer de nuestro país un lugar democrático, plural e incluyente. Entre todos podemos lograrlo. Es necesario emprender y apoyar acciones orientadas a crear conciencia, difundir y ampliar el conocimiento; promover y fortalecer la diversidad de expresiones culturales y contribuir en la construcc i ó n d e u n a c u l t u r a nacional que valore y respete la diversidad cultural y de todo tipo como patrimonio de las generaciones pre sentes y futuras.
final. Antes de gritar ¡acción! el director se acercó y me susurró algo al oído que mi especie ya sabía y que por lo tanto ya no podía conmoverme: nuestra historia está contada por un demente desde un sepulcro que ahora se encuentra en todos los lugares y habita todas las almas •
La historia Gustavo Ogarrio
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