La Jornada Semanal

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SEMANAL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA JORNADA DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2019 NÚMERO 1268

80 AÑOS DEL EXILIO ESPAÑOL

RECEPCIÓN Y RENACER DEL ARTE, LA CIENCIA Y EL PENSAMIENTO EN MÉXICO Textos de Luis Perujo Álvarez, Fernando Gamboa y Alicia Alted Vigil


LA JORNADA SEMANAL

Portada: Rosario Mateo Calderón

2 23 de junio de 2019 // Número 1268

80 AÑOS DEL EXILIO ESPAÑOL: RECEPCIÓN Y RENACER DEL ARTE, LA CIENCIA Y EL PENSAMIENTO EN MÉXICO El 13 de junio de 1939, el buque Sinaia llegó al puerto de Veracruz, donde desembarcaron mil 600 pasajeros: eran los primeros miembros del exilio español, que huía de la barbarie franquista y en México alcanzaría una cifra cercana a 25 mil, entre los que se contaban muchas figuras de primer orden en las ciencias, el arte y el pensamiento: José Gaos, Remedios Varo, Luis Cernuda, María Zambrano, Adolfo Sánchez Vázquez y un largo etcétera que llegó a enriquecer y transformar, de manera radical, el universo intelectual, académico y artístico mexicano. Ocho décadas después esa fusión, que significó un auténtico renacimiento cultural para ambos países, es parte indisoluble de nuestro tiempo presente. ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| DIRECTORA GENERAL: Carmen Lira Saade DIRECTOR: Luis Tovar EDICIÓN: Francisco Torres Córdova COORDINADOR DE ARTE Y DISEÑO: Francisco García Noriega FORMACIÓN DE DOSSIER: Rosario Mateo Calderón FORMACIÓN DE COLUMNAS: Juan Gabriel Puga LABORATORIO DE FOTO: Jorge García Báez, Ricardo Flores, Jesús Díaz y Felipe Carrasco PUBLICIDAD: Eva Vargas y Rubén Hinojosa 5688 7591, 5688 7913 y 5688 8195. CORREO ELECTRÓNICO: jsemanal@jornada.com.mx PÁGINA WEB: http://semanal.jornada.com.mx/ TELÉFONO: 5604 5520. ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||| La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de CV; Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794. Reserva al uso exclusivo del título La Jornada Semanal núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de 2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de Derechos de Autor, INDAUTOR/SEP. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. La redacción no responde por originales no solicitados ni sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración es responsabilidad de su autor.Títulos y subtítulos de la redacción

LA BIBLIA DEL OSO DE CASIODORO DE REINA: HISTORIA DE UNA PERSECUCIÓN Un panorama general, bien fundamentado, de la importancia y avatares de la traducción de la Biblia, la llamada Biblia del Oso, por Casidoro de Reina, en el que se invocan nombres tan ilustres como Marcelino Menéndez y Pelayo, José c. Nieto, Antonio Alatorre, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Sergio Pitol y Octavio Paz.

Leopoldo Cervantes-Ortiz ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

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no de los mayores acontecimientos del Siglo de Oro de las letras castellanas ocurrió fuera de España: la publicación de la llamada Biblia del Oso (conocida así por el emblema del impresor, Samuel Apiarius, que aparece en la portada), en septiembre de 1569, en Basilea, Suiza, hace casi 450 años. Esa obra fue perseguida antes de nacer y ligó su destino al de la imposible Reforma religiosa en tierras españolas, la cual tuvo que desarrollarse en varias ciudades europeas bajo el acoso imperial. Celosamente vigilada desde la Corona misma, pues el rey Felipe iii trató de impedir su publicación a toda costa, el esfuerzo del traductor extremeño Casiodoro de Reina (nacido alrededor de 1520 en Badajoz y fallecido en Fráncfort el 15 de marzo de 1594) es digno de una novela. Perseguido desde su abjuramiento del convento de San Isidoro, cerca de Sevilla, como parte de una generación completa de creyentes heterodoxos, luego del descubrimiento del grupo de simpatías luteranas de esa ciudad, De Reina conoció el exilio primero en Ginebra, luego en Londres y, sucesivamente, en medio de enormes penurias, en Amberes y Fráncfort, ciudad en la que finalmente obtuvo la ciudadanía. Todos sus estudiosos han tenido que actuar como detectives para armar el desarrollo de una vida y una obra que debió enfrentar el rechazo total de los reyes españoles. Indisolublemente ligada a la biografía de Casiodoro de Reina, esta Biblia ha sido la delicia de los lectores marginales en toda Hispanoamérica desde que la rescató la Sociedad Bíblica Británica, a fines del siglo xix, a tal grado que se le considera, más allá de sus grandes méritos literarios, como una gran aportación al avance del castellano, tal como sucedió en otras lenguas. Esa es la opinión de alguien tan antiprotestante como Marcelino Menéndez y


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Pelayo, quien lo reconoce con todas sus letras en la magna y tendenciosa Historia de los heterodoxos españoles (1880-1882). No debe olvidarse que la edición de Casiodoro apareció en la misma época de Fray Luis de León y Santa Teresa de Jesús, es decir, en pleno Siglo de Oro. Y no es que en España se hubiera despreciado esta labor, pues basta con recordar las escuelas de Toledo y Salamanca, así como la muy antigua Biblia de Alfonso el Sabio, la Políglota Complutense (inspirada por el cardenal reformador Francisco Ximénez de Cisneros) y la judía de Ferrara, antecedente directo esta última de la Biblia del Oso.

Vida y milagros de una traducción EL DESTINO DE esa traducción benemérita (primera de la Biblia completa desde sus idiomas originales) está ligada íntimamente a la vida de su traductor. Los biógrafos más acuciosos han llegado a la conclusión de que era él mismo un reformador que no se identificó necesariamente con alguna de las corrientes teológicas de su tiempo (luterana o calvinista, sobre todo), pues su contacto con Calvino no resultó muy amable para él, especialmente ante el recuerdo de la ejecución de Miguel Servet en 1563. Así lo expresa José c. Nieto (El Renacimiento y la otra España. Visión cultural socio-espiritual. Ginebra, 1997): “Estamos ante un hombre que no cesa de renacerse y rehacerse ante las nuevas circunstancias de su vida religiosa. Si en España experienció su conversión, en Ginebra experiencia la catarsis del espíritu ante el monumento silente y sin imágenes de la colina de Champel. Los espíritus y almas afines sufren así por empatía, y Reina era un espíritu afín a Servet, no tanto en ideas religiosas como en la independencia de toda forma de autoridad religiosa.” De hecho, se siguen discutiendo los alcances de la influencia de Servet en su pensamiento y en su método para traducir e interpretar la Biblia. El apoyo del obispo Edmund Grindal (15191583), quien sería arzobispo de Canterbury (1575), fue fundamental para la labor de Casiodoro, pues él patrocinó su estancia en Londres y simpatizó con la traducción que estaba en marcha. Un nombre es clave en el proceso de recuperación del pasado heterodoxo religioso en España: Luis de Usoz y Río (1805-1865), en cuya biblioteca personal se encontraban las obras de Casiodoro y de toda la pléyade de exiliados protestantes. En ella se basó Menéndez y Pelayo para su juvenil Historia de los heterodoxos… La cita de Antonio Alatorre se ha repetido muchas veces: “La lectura de la Biblia quedó prohibida en el Imperio español desde el siglo xvi. Si hubiera sido ‘autorizada’ la hermosa traducción de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, la historia de nuestra lengua sería sin duda distinta de lo que es” (Los 1,001 años de la lengua española). La belleza lingüística y expresiva de esta traducción (en la revisión hecha en 1909) siempre la destacó Carlos Monsiváis, uno de sus lectores más acuciosos, quien no dejaba pasar oportunidad para recitar el que quizá fue su texto preferido, el Salmo 19: “Los cielos cuentan la gloria de Dios,/ Y la expansión denuncia la obra de sus manos./ El un día emite palabra al otro día,/ Y la una noche a la otra noche declara sabiduría./ No hay dicho, ni palabras,/ Ni es oída su voz./ Por toda la tierra salió su hilo,/ Y al cabo del mundo sus palabras./

Si hubiera sido ‘autorizada’ la hermosa traducción de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, la historia de nuestra lengua sería sin duda distinta de lo que es.

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En ellos puso tabernáculo para el sol.” Monsiváis compartió su entusiasmo con José Emilio Pacheco y Sergio Pitol, quienes valoraron enormemente esta traducción. Octavio Paz también citó fragmentos en su “Discurso de Jerusalén” (1977). Después de todo, como escribe su reciente biógrafa Doris Moreno: Casiodoro tradujo la Biblia convencido de que iba a hacer una aportación fundamental a su patria. La regeneración de los españoles por la palabra de Dios puesta así en sus manos levantaría un tsunami que transformaría el país in capite et in membris. No dudaba del poder de las Escrituras. Creía firmemente que poner la Biblia al alcance de sus compatriotas era el único y más importante paso para liberarlos de la tiranía y tinieblas de una Iglesia católica romana corrupta y redescubrir el auténtico sentido de la piedad cristiana. Se lanzó a la traducción convencido del llamamiento que había recibido para semejante empresa heroica l


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LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA: CAUSAS DE LA BARBARIE Y EL EXILIO

Una oportuna revisión del contexto histórico en que el 14 de abril de 1931 se izó por vez primera la bandera republicana, los antecedentes, los proyectos y avances políticos y sociales que representaba la Segunda República, y la reacción de sus opositores, lo cual generó la Guerra civil, con las terribles consecuencias para todo el pueblo español.

rey, que tomó el camino del exilio: la realeza tuvo que ceder a la realidad. Fueron días intensos de gran entusiasmo popular, la izquierda más avanzada triunfaba en todas partes. La mañana del 14 de abril de 1931, los concejales republicanos de Eibar, por primera vez en España, izan la bandera republicana, le siguen, Madrid y Barcelona, y, para las cinco de la tarde ya se había proclamado la República en Sevilla, Valencia, San Sebastián, La Coruña, Zaragoza, Huesca y Salamanca entre muchas otras ciudades. La Guardia civil ya no garantiza la vida del régimen, y la monarquía, obligada por los acontecimientos, cede su lugar a un pueblo cansado del atraso y de la ineptitud, anhelante de justicia social y de libertad.

Rojo, amarillo y morado

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Luis Perujo Álvarez* ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

spaña es una República de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y Justicia”. Con estas palabras que dan inicio a la Constitución Española, quedaba definido el espíritu y la naturaleza de la II República, cuyo triunfo, que ya se anunciaba en las elecciones municipales del 11 de febrero de 1931, obligó de inmediato al país a ocuparse de los graves problemas seculares que en todos los órdenes habían desde siempre dominado su existencia: el programa social, el problema regional y el sucederse de fracasos políticos, de juntas militares, de directorios convertidos en dictaduras, y de intentos parlamentarios de una monarquía incapaz. Las elecciones de abril dieron la victoria abrumadora a los partidos republicanos en las grandes ciudades y en los centros industriales, pero en las regiones más atrasadas del campo, dominado por grandes extensiones de terratenientes y caciques, había triunfado el rey, la monarquía, apoyada en el voto obligado de jornaleros manipulados. No obstante, la abrumadora crisis política y la ingobernabilidad del país por el camino de más represión, aunados al creciente entusiasmo por el triunfo republicano, hicieron abdicar al

ANTE UNA INCRUENTA revolución democrática, intelectuales y viejos republicanos creen que España ha llegado al más alto grado de madurez política. Los obreros, el pueblo, todo, pide libertad y justicia, ilusionado, con la esperanza de que un régimen republicano emanado del mismo pueblo, lograría la transformación de España. Con asombro el mundo veía un cambio de régimen con un ejercicio democrático ejemplar, como ejemplar fue su primera organización de gobierno; las Cortes Constituyentes, elegidas en junio de 1931, presentaban una mayoría republicana y socialista muy coherente que integrada por intelectuales, juristas y viejos políticos se preocupó, en primer término, por los problemas de la Constitución, la Escuela, la Iglesia y el Ejército, cuestiones que habían dominado la historia del siglo xix. En diciembre España tenía una nueva Constitución, creada sobre el modelo de la República de Weimar, la más democrática de Europa. El parlamentarismo puro triunfó con la cámara única, un gobierno permanentemente responsable y el sufragio universal que se extendió a las mujeres y a los soldados. Sin embargo, contra todo lo que luego ocurrió, la idea de “poder moderador” fue predominante. El presidente de la República podía disolver dos veces la cámara, si bien quedaba obli-


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gado a justificar su decisión: el primer presidente, Niceto Alcalá Zamora, cuidaría con esmero esta función de equilibrio. Un Tribunal de Garantías juzgaba toda irregularidad constitucional, y las regiones tenían el derecho de pedir un estatuto de Autonomía, aunque la palabra “federalismo” aún no apareciera. España renunciaba también a la guerra y se adhería orgánicamente a la Sociedad de Naciones. En fin, un salto modernizador cuya evolución y puesta en práctica habría de conducirla a una guerra civil cuyas consecuencias aún hoy están vigentes y esperando la justa reparación.

Las Misiones Pedagógicas y el Pabellón en la Feria de París LA LABOR QUE tenían que hacer los sucesivos gobiernos republicanos era inmensa, la urgencia y la ansiedad de cambio del pueblo también; pero el intento de modernizar a un país tan problemático y contradictorio, con tantos rezagos en todos los órdenes, en lo social, económico y político, tocaría forzosamente intereses muy arraigados en la sociedad española, en las jerarquías eclesiásticas, del ejército y de los grandes propietarios, así como de las clases subalternas con las que se interrelacionan. Estos importantes sectores de la sociedad española respondieron violentamente ante la posibilidad de perder los excesivos privilegios de que gozaban, y que tendrían que ir dejando ante preceptos constitucionales y leyes como las que se estaban promulgando. Era fundamental plantear en lo político, en lo económico y en lo social que: “Todos los españoles son iguales ante la ley” y que “no podrán ser fundamento de privilegio jurídico: la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas ni las creencias religiosas.” “Toda la riqueza del país, sea quien fuere su dueño, está subordinada a los intereses de la economía nacional y afecta al sostenimiento de las cargas publicas, con arreglo a la Constitución y a las leyes.” Se establecía el derecho de expropiación, como facultad del Estado, y la socialización de las riquezas naturales y de las empresas económicas, deli-

mitándose por la legislación, la propiedad y las facultades del Estado y las regiones. Se incorporaba a las mujeres a la vida social y se establecía que: “Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mimos derechos electorales conforme determinen las leyes.” A partir de entonces la mujer podía votar, y se establecía la ley del divorcio, adelanto del que muchos países europeos carecían. En definitiva se integraba a las mujeres a la vida social del país, al trabajo. Para los republicanos fue claro y prioritario que sin empeñarse en una tarea educativa que elevara el nivel cultural de los españoles no podría democratizarse al país, ni cumplir con la esperada justicia social: “La República legislará en el sentido de facilitar a los españoles económicamente necesitados el acceso a todos los grados de enseñanza, a fin de que no se halle condicionado más que por la aptitud y la vocación.” “La enseñanza primaria será gratuita y obligatoria... y será laica —al igual que el Estado Español, Art. 48— y hará del trabajo el eje de su actividad metodológica y se inspirará en ideales de humanidad.” Así, la República se ocupa a fondo en la reestructuración de todo el sistema educativo oficial y en tareas de alfabetización extraordinarias como fue el programa de las “Misiones Pedagógicas” y del apoyo extraordinario a la cultura: “El servicio de la cultura es atribución esencial del Estado, y lo prestará mediante instituciones educativas enlazadas por el sistema de la escuela unificada.” Incluso en plena guerra civil, la República sorprende al mundo con la vitalidad del “Pabellón Español” en la Feria Internacional de París.

Reacción y guerra civil LA FIRME CREENCIA de que la educación era la única salida para España fue tan fuerte, que aún en plena guerra civil se crearon escuelas para los niños desplazados, se alfabetizó a los soldados en el frente y todavía en los campos de concentración en Francia, y luego en el exilio, en los distintos países de acogida como en México, la República continúo con la tarea cultural que se había propuesto.

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Al intentar llevar a la práctica estas leyes que habían sido amplia y acaloradamente discutidas en las Cortes, los republicanos se enfrentaron también al analfabetismo, la ignorancia y la miseria de extensas zonas rurales, donde los campesinos trabajaban de sol a sol para el gran terrateniente, que hacía casi imposible introducir cambios en el orden establecido. Fue así como se contrapusieron, a fondo, las dos Españas del poeta Antonio Machado y aún está por llegar la que ofrecía un mañana de libertad, de igualdad y de progreso. Sería muy ambicioso pretender aquí hacer un análisis de la Constitución Española y de la obra y los avances de la República en su corta vida. Joven república que se vio abruptamente cortada por la violencia del alzamiento militar que uniendo a terratenientes con la alta burguesía, la Iglesia oscurantista y los regímenes nazifascistas de Alemania e Italia, llevaron al país a una cruenta y desigual guerra civil, con cientos de miles de muertos, la brutal y despiadada represión interna y el largo exilio para muchos. El castigo era por haberse comprometido con el orden legal institucional que el pueblo español había elegido con su voto y defendido con su vida. Hoy, a ochenta años de la promulgación de la ii República Española, es necesario refrendar su vigencia, recordarla, hacerle un homenaje a todo un pueblo que, en su pretensión de libertad y democracia dictó un ejemplo difícil de seguir, y decirle al mundo y a la España actual que no es posible olvidar. ¡Viva la ii República Española! l * Presidente de Asociación de Descendientes del Exilio Español. Publicado originalmente en el número 841 (17/ IV/2011) de este suplemento.

Página anterior: proclamación de la Segunda República en la plaza de San Jaime de Barcelona. Abajo izquierda: portada del 13 de abril de 1931. Tomadas de :https://es.wikipedia.org/wiki/ Proclamaci%C3%B3n_de_la_Segunda_ Rep%C3%BAblica_Espa%C3%B1ola


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“¡VIVA LA INTELIGENCIA!” LOS ARTISTAS PLÁSTICOS DEL EXILIO ESPAÑOL EN MÉXICO*

Entre la gran cantidad de españoles de todas las profesiones y oficios que llegaron al exilio en México, en esta “Presentación” se destacan los grandes nombres de las artes plásticas, con motivo de la exposición Obra plástica del exilio español en México 1939/1989, en la que, a contrapelo de la consigna fascista, se celebra la vida.

Fernando Gamboa ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

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éxico abrió sus brazos entrañablemente a la emigración española republicana. Ello constituyó un gran acontecimiento de consecuencias trascendentes, que dejará huella para la vida y la historia de nuestro país. Hablo en plural, porque a estas alturas, es decir cincuenta años después, mexicanos y españoles republicanos debemos considerarnos un solo pueblo. En aquel entonces, llegó entre la gente de todos los estratos sociales, además de competentes obreros y campesinos, muchos de los cuales he encontrado en el interior del país, un grupo nutrido de grandes personalidades sobresalientes en diferentes campos, lo mejor de un pueblo de una cultura rica y singular, una de las altas culturas de Occidente. Arribaron profesores y filósofos, científicos de muchas disciplinas, militares, marinos y pilotos, hombres de Estado, economistas, hombres de empresa, poetas y escritores, músicos, editores, gente de teatro y de cine, pintores, escultores, dibujantes y grabadores. Entre los muchos que ya no viven, un gran número de ellos honró nuestro suelo con sus restos mortales. Recuerdo con fervor y rindo mi tributo a Luis Buñuel, Rodolfo Halffter, Remedios Varo, Roberto Fernández Balbuena, quien junto con Sánchez Cantón, Alberti, Renau y Ceferino Colinas, salvó los tesoros del Museo del Prado, transportando sus colecciones a Ginebra, bajo el

Izquierda: Fuente de Mercurio, Alexander Calder. Derecha: Tezcatlipoca, Francisco Moreno Capdevila.

fuego de bombardeos aéreos, en un enorme convoy formado por más de treinta inmensos camiones, episodio heroico que yo presencié en Valencia en 1937. La lista es larga: los doctores Pedro Bosch Gimpera, el oftalmólogo Manuel Márquez, Enrique Díez-Canedo, Joaquín Xirau, José Giral, José Puche, Juan Comas, los entomólogos Ignacio y Cándido Bolívar, José Gaos, Adolfo Salazar, el economista Antonio Sacristán, Pí Suñer, Bernardo Giner de los Ríos, Max Aub, Emilio Prados, Eduardo Ugarte, Pedro Garfias, Luis Recaséns Siches, Eugenio Imaz, Alardo Prats, Agustí Bartra, Juan Rejano, León Felipe, Ceferino e Isabel Palencia, Ricardo Vinós, Rubén Landa, Margarita Nelken, Adrián Vilalta, Concha Méndez, Demófilo de Buen, Mariano RuizFunes, el general José Miaja, el defensor de Madrid, a quien conocí en aquella heroica capital en 1937, Enrique f. Gual, Otto Mayer Serra, los sacerdotes católicos José Ertze Garamendi y José María Gallegos Rocafull, Juan Naves, en fin, tantas y tantas grandes figuras a quienes tuve el honor de tratar y con muchas de las cuales trabajé estrechamente y las recuerdo con veneración, sobre todo a Juan Larrea y a José Bergamín, quienes murieron lejos de México, pero que hicieron tanto por él.


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Arriba izquierda: La creación de las aves, Remedios Varo, 1957. Derecha: Con la piedra a cuestas, José Moreno Villa. Abajo izquierda: Imagen de Un Perro andaluz, Luis Buñuel, 1929. Derecha: Victoria. Hoy más que nunca, José Renau, 1938.

Todos ellos patriotas que sostuvieron una guerra heroica contra la traición y la intromisión internacional, porque no fue sólo una guerra civil, lo fue de invasión y por ello desigual: las batallas se sostuvieron a cuerpo limpio contra tanques y de frágiles aviones contra los junkers nazis y los tetramotores de Mussolini –como me dijo una vez aquel gran piloto y soldado que fuera Ignacio Hidalgo de Cisneros, jefe de la aviación republicana. Todo eso sucedió, yo estaba allí y pude atestiguarlo. Cuando a partir de 1939 arribó a México la pléyade de artistas plásticos, resonaba aún en sus oídos el grito brutal de “muera la inteligencia”, lanzado por uno de los generales sublevados, así como el estruendo de las bombas incendiarias, arrojadas al anochecer del 24 de diciembre de 1938 sobre el Paseo de Gracia y las Ramblas de Barcelona. Y asimismo, en enero de 1939, en pleno éxodo hacia Francia, las del brutal bombardeo sobre Figueras y la carretera a la frontera. Llegaron embargados por el espanto que habían sentido ante las atrocidades vividas, la dolorosa experiencia de su salida de España y las inclemencias de su amarga estadía en Francia. Muchas de sus obras reflejaban negrura. Ya en nuestro país, con la libertad recuperada, pero sin olvidar jamás su patria de origen y su noble carga cultural, como tampoco su condición de republicanos exiliados, se dedicaron con pasión a la labor creativa y con

generosa entrega a México a la formación de artistas, entre los cuales han destacado valiosos pintores nacionales. Voy a empezar con la pintura pensada y la calidad sostenida de José Moreno Villa, gran estudioso de nuestro arte virreinal; el ágil pincel de José Renau, gran cartelista y retratista, que fuera Director de Bellas Artes, y a quien el arte universal le debe el haber promovido la creación del Guernica de Picasso. No dejaré de mencionar la extraordinaria contribución de Miró, del arquitecto José María Sert y del escultor norteamericano Alexander Calder, realizador de la impresionante Fuente de Mercurio, cuyo conjunto de obras de arte conmovió al mundo entero en la Exposición Universal de París en 1937. Sigo con la excelencia postimpresionista de Camps Ribera, contemporáneo de Picasso en Barcelona; con Antonio Rodríguez Luna, el andaluz, de cuyas manos salieron tantas dramáticas obras maestras; la pintura de buen gusto de Enrique Climent; las escenas de niños de Germán Horacio, los cuadros de Arturo Souto, el gallego de luminosos ocres vivos como el oro, y los sueños poéticos de Remedios Varo; el taurinismo de Alfredo Just; la inquietud plástica de Benito Messeguer, y de Miguel Prieto, que introdujo el diseño moderno en las artes gráficas mexicanas y cuyo punto culminante en la actualidad es su gran discí-

pulo Vicente Rojo, el pintor de las lluvias; con este último paso a los creadores todavía activos y admiramos el trazo ágil de línea continua de Elvira Gascón; el arte lúdico, de Vicente Gandía, el dramatismo del notable grabador Francisco Moreno Capdevila; el arte imaginativo, lírico y dionisíaco de Antoni Peyri; las tapicerías de Pedro Preux y Martha Palau; el clásico y a la vez inquieto Eugenio Sisto; la hermosa plástica de Lucinda Urrusti y el toque lúcido de Paloma, la hija de quien fuera uno de mis más admirados poetas y amigos –Manuel Altolaguirre–, entre tantos otros más. Como un testimonio de excepción, todo este grupo resume la buena calidad en su arte y en las diversas técnicas, no pocas veces sorprendentes en cuanto a que no son repeticiones artificiales. Algunas son espejo de la realidad, otras son interpretaciones lúdicas; en muchas se percibe el sentido trágico de la vida española, y todas ellas dan testimonio de la nobleza del conjunto de artistas ibéricos en el exilio mexicano, que marcan –repito– una honda huella en nuestro tiempo y en nuestra historia l

*Fragmentos de la “Presentación” escrita por Gamboa, con motivo de la exposición Obra plástica del exilio español en México 1939/1989, inaugurada en el Ateneo Español en septiembre de 1989.


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Exiliados después de la victoria franquista. Foto: Robert Capa

Ocho décadas después del primer desembarco del buque Sinaia en costas mexicanas, cuando comenzó el arribo a México de la pléyade española de intelectuales, filósofos, pensadores, artistas plásticos, escritores, ingenieros, médicos y químicos, entre infinidad de disciplinas, que huían del terror franquista, es más que clara la certeza de que, como dijera el filólogo Antonio Alatorre, en México “hay un antes y un después de la llegada de estos grandes hombres”, gracias a la visión de ese otro enorme intelectual que fue Daniel Cosío Villegas, así como la generosidad del gobierno de Lázaro Cárdenas. Max Aub, Remedios Varo, María Zambrano, Martha Palau, José Ramón Enríquez, Adolfo Sánchez Vázquez, José Gaos, Luis Cernuda… son sólo un puñado de nombres entre los más de 25 mil españoles que encontraron refugio en México, de los cuales una quinta parte se contaba entre lo más destacado del pensamiento y la cultura en la España de los años veinte y treinta del pasado siglo.

Alicia Alted Vigil ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

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RECEPCIÓN Y RENACER DEL ARTE, LA CIENCIA Y EL PENSAMIENTO EN MÉXICO

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ingún exilio se puede estudiar como un fenómeno singular o aislado. Bien es cierto que responde a unas motivaciones específicas que se producen en el país de origen, pero sus anclajes están siempre enraizados en la historia anterior, incluso de siglos atrás, y esto es lo que en gran medida va a ayudar al exiliado en su necesaria nueva vida. Así, el exilio español de 1939 responde al hecho histórico concreto de la derrota del régimen republicano en una guerra civil, pero no se puede entender la idiosincrasia de los exiliados y las características de las culturas de exilio que produjeron en los países en los que se asentaron, si no se conoce la realidad española del primer tercio de siglo. [...] El encuentro de dos colectivos procedentes de un mismo país de origen en otro país es un aspecto importante que hay que tener en cuenta al acercarnos al estudio de cualquier exilio, porque lo normal es que los exiliados tiendan a ir a países en los que, por razones de vecindad o de afinidad histórica, ya han sido frecuentes los

intercambios. Así vemos cómo en Francia, México, Argentina, Venezuela, Chile, Cuba..., países todos ellos que acogieron a exiliados del ’39, estaban asentadas de antiguo sendas colonias de emigrados económicos que reaccionaron de forma diversa ante los recién llegados, pero que, en cualquier caso, siempre contribuyeron a facilitar la integración de los que se quedaron. Trabajos publicados sobre los casos francés y mexicano ilustran acerca de ese fenómeno. Con respecto a México, el proyecto de formación de un archivo de historia oral, auspiciado por el Instituto Nacional de Antropología, sobre el colectivo de refugiados españoles en este país contribuyó a revisar tópicos recurrentes en la historiografía sobre el tema. En relación con el punto en que estamos, se ha insistido en el carácter eminentemente conservador de la colonia de emigrados económicos, la mayor parte de cuyos miembros apoyó a los militares sublevados durante la guerra civil y se manifestó contraria a la acogida dispensada a los refugiados españoles por parte del presidente Lázaro Cárdenas. Sin embargo, este profranquismo no fue obstáculo


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LOS NOMBRES DEL EXILIO Remedios Varo (Gerona, 1908-Ciudad de

México, 1963). La célebre pintora surrealista es sin duda una de las figuras artísticas del exilio español más reconocidas. También artista gráfica y escritora, obtuvo la nacionalidad mexicana, es autora de innumerables obras plásticas que le dieron reconocimiento mundial: Mujer saliendo del psicoanalista, La huida, Fenómeno de ingravidez, Nacer de nuevo, La calle de las presencias ocultas, Ciencia inútil o el Alquimista, etcétera.

Miguel Hernández en el Segundo Congreso Internacional de escritores en Valencia, 1937.

para que los refugiados en este país recibieran ayuda de miembros de la colonia de residentes, en especial a la hora de buscar trabajo, tal y como se constata una vez más en las entrevistas.

Rasgos definitorios del exilio republicano español de 1939 EL SIGLO XX ha sido siglo de “desorden de las identidades humanas”, en palabras de Manuel Vázquez Montalbán. Nunca en la historia de la humanidad se han producido desplazamientos de población del calibre de los provocados por los conflictos y enfrentamientos bélicos que han tenido lugar en esta centuria y continúan a un paso de su final. En este marco de constantes migraciones forzadas se sitúa el exilio de la guerra civil. Pero hay que tener en cuenta el carácter que presentó la guerra para entender la proyección que adquirió un exilio no muy extenso cuantitativamente si lo comparamos con otros exilios que se estaban produciendo de forma coetánea, pero sí de fuerte impacto desde una perspectiva cualitativa. […] La llegada de la República generó grandes expectativas. Políticos, intelectuales, pedagogos, sindicalistas... estaban convencidos de que la educación y la cultura sacarían al pueblo español de su ignorancia y las reformas económicas y sociales le librarían de su opresión y miseria seculares. Sin embargo, esto pronto se frustró. El enfrentamiento ideológico entre derechas e izquierdas, la confrontación de clases y la radicalización política y sindical tuvo su explosión en la sublevación militar de julio de 1936, que en pocos días degeneró en guerra civil. Las primeras derrotas militares que sufrieron los republicanos pusieron en evidencia la división que aquejaba a las izquierdas enfrentadas a dos concepciones contrapuestas, pues mientras los anarquistas querían hacer la revolución convencidos de que este era el camino para ganar la guerra, los comunistas proclamaban la necesidad de ganar la guerra y hacer la revolución después. Estos últimos fueron los que se impusieron con el apoyo de la urss. La derrota del ejército republicano no hizo sino agudizar viejas divisiones que aquejaban a la izquierda en España y que se llevaron al exilio, contribuyendo en gran medida al fracaso político del mismo.

No un solo exilio sino muchos LA GUERRA CIVIL fue la primera guerra de ideas que estalló en una Europa traspasada por la necesaria toma de postura activa ante la realidad. El conflicto conmocionó a una gran parte de la opinión pública europea y americana. La mayoría de los intelectuales sintieron la Guerra civil española como algo propio: significaba la defensa de las clases populares oprimidas, de la libertad y de la cultura contra el fascismo y el totalitarismo. La celebración del ii Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en el verano de 1937 en Valencia, Madrid, Barcelona y París constituyó un hito en este compromiso de la intelectualidad que tuvo otra muestra de solidaridad en la formación de las Brigadas Internacionales. Uno de los rasgos más definidores de este exilio de 1939 es su carácter plural, ya que no se puede hablar de un exilio sino de muchos debido a la diversidad en la procedencia geográfica, composición socioprofesional, adscripción política y sindical así como países de asentamiento de sus integrantes. En cuanto a la procedencia geográfica, el mayor porcentaje en Francia fue de catalanes y aragoneses. En el caso de la emigración a países hispanoamericanos el primer lugar lo sigue ocupando Cataluña seguido de Madrid donde tenía un fuerte peso el sector terciario. Esta distinta geografía hace que se hable de forma genérica del exilio de los republicanos españoles, pero también del exilio de los catalanes, de los vascos, de los valencianos, de los gallegos... En algunos casos estos exilios regionales presentan una personalidad propia ya que son el reflejo de una cultura que tiene como vehículo de expresión una lengua diferente al castellano. En la actualidad no se sostiene la idea tantas veces repetida de la existencia de dos exilios (el francés y el americano) nítidamente diferenciados en función de la actividad profesional. Es cierto que una parte importante de quienes se quedaron en Francia procedían de los sectores agrícola e industrial (construcción y metalurgia sobre todo) y también el que a América, por las mayores facilidades que ofrecía la lengua, los rasgos culturales comunes o la posibilidad de encontrar trabajo, trataron de emigrar los intelectuales, dirigentes políticos y funcionarios de la administración, pero también lo es, como se ha visto, que en uno y otro continente se asentaron gentes de distintas adscripciones laborales.

María Zambrano (Málaga, 1904-Madrid, 1991), la célebre filósofa y ensayista, autora de Filosofía y poesía, así como Pensamiento y poesía en la vida española, entre otros títulos insoslayables, vivió en el exilio gran parte de su larga existencia y en su país natal no fue reconocida sino hasta muy tarde, entre otros, con los premios Príncipe de Asturias en 1981 y el Cervantes en 1988. Pasó de Cuba a México y recaló en la Universidad Michoacana durante un período más bien breve, durante el cual trabó gran amistad con Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas, entre otros destacados intelectuales. Luis Alcoriza (Badajoz, 1918-Cuernavaca,

1992). Actor, guionista y director de cine, se estableció en México en 1940 tras un breve paso, ya en calidad exiliado, por Sudamérica. Colaborador de Luis Buñuel en casi una decena de filmes, el suyo es un discurso fílmico propio, de enorme valor, por el que sin embargo no ha sido lo suficientemente reconocido. En su filmografía como realizador y argumentista destacan las películas Tlayucan, Tiburoneros, Tarahumara, Paraíso y Mecánica Nacional.

Adolfo Sánchez Vázquez (Cádiz,

1912-Ciudad de México, 2011) Filósofo, catedrático, investigador y ensayista, llegó a México a bordo del Sinaia en 1939. Doctorado por la Facultad de Filosofía en la unam, fue coordinador del Colegio de Filosofía e investigador especializado en estética. Traductor de la filosofía marxista, estética y filosofía de la praxis. Entre su abundante obra destacan Ensayos marxistas sobre historia y política, Las ideas estéticas de Marx, Ética, estética y marxismo, Del socialismo científico al socialismo utópico y Filosofía de la praxis.

José Gaos (Gijón, 1900-Ciudad de México, 1969) Filósofo y catedrático, amigo y discípulo distinguido de José Ortega y Gasset, llegado a México en 1938 y en 1941 obtuvo la nacionalidad mexicana. Profesor de lengua alemana, lógica y teoría del conocimiento, desde su arribo a nuestro país fue catedrático, primero en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y posteriormente en la unam; también fue miembro de la Casa de España en México, que más tarde se convertiría en El Colegio de México. / PASA A LA PÁGINA 10


LA JORNADA SEMANAL

LOS NOMBRES DEL EXILIO

10 23 de junio de 2019 // Número 1268

Wenceslao Roces (Asturias, 1897-Ciudad

de México, 1992), licenciado en Derecho, jurista, historiador, traductor y político, fue el primer traductor al español de la obra de Karl Marx y Wilhelm Dilthey. Entre su numerosa obra se cuentan los títulos La cultura de nuestro tiempo, El vicio del modernismo en la historia antigua y Los problemas de la Universidad. Desde su arribo fue colaborador en el Fondo de Cultura Económica y la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Entre los muchos reconocimientos a su obra, destacan el Premio Universidad Nacional Autónoma de México de Docencia en Humanidades, su doctorado Honoris causa por la misma unam, así como la Orden Mexicana del Águila Azteca.

Carlos Bosch García (Barcelona,

El presidente Lázaro Cárdenas con hijos de republicanos españoles.

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Otro aspecto que hay que retener es que fue un exilio de la izquierda española, es decir, de republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas, que, en los momentos del éxodo, ya no integraban ese frente popular que ganó las elecciones en febrero de 1936. El desarrollo de la guerra y la posterior derrota abrieron profundas brechas entre esos grupos y en el seno de cada uno de ellos. Aunque en el exilio hubo tomas de postura y actuaciones coyunturales unitarias, cada grupo vivió de forma diferente su exilio tanto desde el punto de vista político como cultural. Con respecto a los lugares de asentamiento, el país que acogió un mayor volumen de refugiados fue Francia. No obstante, de las 465 mil personas que atravesaron la frontera a finales de enero y principios de febrero de 1939, la mayoría retornaron a España. Un informe del gobierno francés evalúa su número en 140 mil a finales de 1939, pero esta cifra es baja porque había personas que estaban indocumentadas y por tanto no sujetas a control. En cuanto a Inglaterra, durante la guerra había acogido a 4 mil niños vascos, después se instaló aquí un núcleo muy pequeño de exiliados, pero muy escogido desde el punto de vista intelectual. Por último, un tercer país europeo que acogió a republicanos españoles fue la Unión Soviética. A este país llegaron 2 mil 967 niños en cuatro expediciones entre 1937 y 1938, además en estos años llegaron unos quinientos adultos en gran parte estudiantes para pilotos y marinos. En la primavera y verano de 1939 reemigraron desde Francia y el norte de África algo más de un millar de personas militantes del Partido Comunista Español. Algunos partieron después a países de la Europa del Este, pero el volumen fue pequeño. La presencia de exiliados en otros países europeos fue también muy escasa. [...] Si exceptuamos México y en otro nivel Chile y la República Dominicana, los países de Hispanoamérica se mostraron en general poco receptivos, impusieron condiciones y establecieron criterios de selección para la admisión de refugiados. México fue el país que acogió un mayor número de republicanos, en torno a 22 mil entre 1939 y 1948 de procedencia socio-profesional diversa, como ya indiqué.

Dentro de ella hay que destacar el grupo de intelectuales y políticos. Según ha señalado Javier Rubio, de los 197 diputados a Cortes que había en el exilio en 1945, 139 residían en América y de éstos 95 en México. Ello, unido a la situación bélica que asoló Europa entre 1939 y 1945, explica que fuera en este país donde se inició la reconstrucción de los órganos de gobierno de la República española en el exilio y de las estructuras orgánicas de los partidos políticos y organizaciones sindicales.

Las culturas del exilio de 1939 EL EXILIO REPUBLICANO fracasó desde el punto de vista político, pero en contraposición generó unas prácticas culturales extremadamente ricas. […] Al acercarnos al estudio de las prácticas culturales de los exiliados españoles tenemos que tener en cuenta el país en el que asentaron, ya que se dan diferencias significativas entre unos, otros. Como ya dije, los tres países que acogieron un mayor volumen fueron Francia, México y la Unión Soviética. En relación con este último, hay que tener en cuenta el hecho de que aquí no se puede hablar de una cultura de exilio propiamente dicha. Alguno escritores y artistas llegaron a este país ya adultos, pero los que fueron niños (la mayor parte) aprendieron un oficio o cursaron estudios superiores y desarrollaron sus conocimientos en el seno de la sociedad soviética, en donde se daba un interés por lo español, sobre todo por su música y teatro clásicos, pero esto no eran expresiones de una cultura de exilio, sino patrimonio del pueblo español. En cuanto a México, los refugiados dieron vida a una rica cultura de exilio que se movió entre los márgenes de la cultura de élite o la alta cultura y que ha sido objeto de numerosas exposiciones, recopilaciones bibliográficas y estudios l * Alicia Alted Vigil es autora del libro La voz de los vencidos: el exilio republicano de 1939 e investigadora en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Nacional de Educación a Distancia –uned–, de Madrid. Fragmento del texto publicado originalmente en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (www.cervantesvirtual.com)

1919-Ciudad de México, 1994) Historiador, catedrático e investigador, especializado en temas relativos a la Conquista de México, así como de la relación diplomática entre éste y Estados Unidos. Autor, entre otros, de La esclavitud entre los aztecas, Historia diplomática de México con los Estados Unidos, Latinoamérica, una interpretación global de la dispersión en el siglo xix y El mester político de Poinsett en México. Fungió como secretario de la Sociedad Mexicana de Historia y colaboró en la Dirección General de Publicaciones de la unam .

Óscar de Buen (Madrid, 1925-Ciudad de México, 2018). Ingeniero civil por la Facultad de Ingeniería y Maestro en Ciencias, de la UNAM. Entre múltiples obras emblemáticas, colaboró en la construcción del Auditorio Nacional, la Basílica de Guadalupe, el Estadio Azteca, la Torre de Pemex y la de la Compañía Mexicana de Aviación. Galardonado en infinidad de ocasiones, obtuvo el Premio Nacional de la Academia Mexicana de Ingeniería, el Premio de la Academia Nacional de Ingenieros, el Premio Universidad en el área de Ciencias Exactas y la Medalla Bellas Artes. Obtuvo el premio al mejor libro de ingenieros civiles con su obra Estructuras de acero. Comportamiento y diseño. Francisco Giral González (Salamanca, 1911-México, 2002) Químico farmacéutico por la Universidad de Santiago de Compostela, donde fue catedrático. Miembro de El colegio de México y fundador de la revista mexicana Ciencia, así como director del Laboratorio de Antipalúdicos Sintéticos. Entre otros cargos, fue titular de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, así como secretario general de la Unión de Profesores Universitarios Españoles en el Extranjero. Juan Antonio Ortega y Medina (Málaga,

1913-México, 1992). Historiador, investigador y catedrático, se doctoró en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam; fue miembro de la Academia Mexicana de la Historia, director del Anuario de Historia de la unam y autor de diversas obras de historiografía mexicana, entre las que destacan México en la conciencia anglosajona, Humboldt desde México, Polémicas y ensayos en torno a la historia, La evangelización puritana de Norteamérica y La teoría científica de la historia.


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