Semanal28092014

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■ Suplemento Cultural de La Jornada ■ Domingo 28 de septiembre de 2014 ■ Núm. 1021 ■ Directora General: Carmen Lira Saade ■ Director Fundador: Carlos Payán Velver

Passuth László

el cronista insólito Edith Muharay M.

La sátira política: actualidad de Aristófanes El ALMA sonora del Universo


28 de septiembre de 2014 • Número 1021 • Jornada Semanal

bazar de asombros NOTAS SOBRE LA HISTORIA DE LA PRENSA (iii de iv)

En 1925, un discreto empleado bancario húngaro llamado László Passuth encontró por azar dos libros de William Prescott; uno de ellos, la Historia de la

L

Hugo Gutiérrez Vega

a tecnología, por otra parte, dio a la prensa

raron muy pronto las formas de dominio sobre la

la oportunidad de imprimir a su desarrollo

información, condenando a la dependencia a los

industrial un ritmo acelerado. Los inventos

países atrasados.

fueron enriqueciendo la capacidad productora de

El tercer problema a resolver por la prensa ya

la prensa y permitiéndole ampliar su esfera de in-

maquinizada, fue el alto costo de los ejemplares.

fluencia. John Walter, el escocés fundador del pe-

El aumento notable del número de ciudadanos al-

conquista de México, lo cautivó a tal

riódico londinense The Times, adquirió dos máqui-

fabetizados en los países ricos y el predominio de

grado que, sin dejar su empleo, dedicó el

nas de vapor inventadas por el alemán Koening.

las ideas liberales en materia de libertad de prensa,

Con ellas sustituyó el trabajo manual por un siste-

hicieron que la demanda de periódicos tuviera un

ma de verdadera producción industrial. El 21 de

desmesurado crecimiento. Sin embargo, la mayor

aprender español y finalmente escribir, a

noviembre de 1814, el señor Walter, que había

parte de los ciudadanos no podía adquirirlos. In-

lo largo de más de una década, El dios de

trabajado toda la noche con sus nuevas máquinas,

glaterra fue el primer país que se enfrentó a este

anunció al público londinense que con el número

problema. El Partido Laborista emprendió una

de ese día, The Times inauguraba una nueva etapa

campaña tendiente a abaratar el precio de los pe-

en el desarrollo de la prensa, e informaba escue-

riódicos y algunos escritores pidieron a la Cámara

tamente que las máquinas de Koening podían im-

de los Comunes la reducción de las cargas fiscales

primir mil 100 hojas en una sola hora de trabajo.

impuestas a la prensa. El gobierno inglés suprimió

resto de su tiempo a investigar el tema,

la lluvia llora sobre México, “la novela europea más imaginativa y a la vez realista sobre la historia de la Conquista de México”, como apunta la también

El Siglo de las Luces contribuyó al crecimiento

el impuesto sobre los anuncios comerciales en

húngara Edith Muharay. La historia de

de la prensa con notables inventos: en 1821, w. Church

1835; en 1851 abolió el del timbre y en 1861 el del

patentó en Inglaterra la máquina de componer y

papel. En Francia, Emile de Girardin, director de

fundir tipos; en 1848 The Times de Londres echó a

La Presse, abarató el precio de su periódico incre-

en nuestro país y a su vez digna de una

andar la primera prensa rotativa. En ese mismo

mentando el número de anuncios y, a partir de

novela, es un hermoso ejemplo de

año, en Francia, la rotativa de Marinoni tiraba 6 mil

1838, ese diario hizo descansar su economía sobre

ejemplares por hora. Al año siguiente, las máqui-

los anuncios; su venta pasó a ser un aspecto secun-

nas de Applegarth y Cooper lograron tirar 7 mil

dario de su vida financiera.

Passuth, casi por completo desconocida

pasión por el conocimiento y amor a la literatura. Publicamos además un ensayo sobre la sátira política y la actualidad de

ejemplares por hora. Mergenthaler dio a conocer,

Burke había llamado a la prensa “el cuarto po-

en 1876, el resultado de sus experimentos con una

der”. En 1848 la afirmación ya no era tan sólo un

linotipia. Los adelantos en materia de grabado y

hallazgo de ingenio. The Times, dotado de una

Aristófanes, un artículo sobre el Atacama

fotografía sirvieron también a la prensa de masas,

gigantesca máquina Appleghar t, tiraba 10 mil

Large Milimeter/submilimeter Array

mientras que el perfeccionamiento de las comu-

ejemplares por hora, controlaba la publicidad de

nicaciones del teléfono y la telegrafía sin hilos

las grandes industrias y empresas comerciales y

favorecieron el desarrollo de las modernas técni-

criticaba al poder público, basado en la suficien-

submilimétrico de Atacama, un texto

cas de transmisión de noticias. En 1847, el telégra-

cia económica que le proporcionaban sus múlti-

sobre el poeta portugués Nuno Júdice,

fo eléctrico de origen estadunidense fue utilizado

ples anuncios y sus ligas con los poderes finan-

por varios periódicos. Las primeras agencias de

cieros de la burguesía

(ALMA) o Arreglo Grande Milimétrico/

así como un relato de Gaspar Aguilera y un poema de Ricardo Yáñez.

noticias se sirvieron de estos complejos inventos para organizar sus maquinarias y las grandes potencias, ricas en tecnología y en patentes, asegu-

(Continuará. ) jornadasem@jornada.com.mx

Comentarios y opiniones: jsemanal@jornada.com.mx

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Portada: Desde Hungría con amor Ilustración de Gabriela Podestá

La Jornada Semanal, suplemento semanal del periódico La Jornada, editado por Demos, Desarrollo de Medios, S.A. de CV; Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, CP 03310, Delegación Benito Juárez, México, DF, Tel. 9183 0300. Impreso por Imprenta de Medios, SA de CV, Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, Azcapotzalco, México, DF, tel. 5355 6702, 5355 7794. Reserva al uso exclusivo del título La Jornada Semanal núm. 04-2003-081318015900-107, del 13 de agosto de 2003, otorgado por la Dirección General de Reserva de Derechos de Autor, INDAUTOR/ SEP. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. La redacción no responde por originales no solicitados ni sostiene correspondencia al respecto. Toda colaboración es responsabilidad de su autor. Títulos y subtítulos de la redacción.

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Difícil no me es... Ricardo Yáñez

Difícil no me es recordar

el agua en que flotaba cuando cangrejo fui, aquella agua

que antes había sido, poco antes. Poco después

sería como un caballo de agua y fuego, y más tarde el árbol bajo el cual los jóvenes amantes se atreven a aprender de otra saliva

las palabras primeras de sí mismos. Sido he algunos pasos en la arena

y el auto que en la carretera, amarillo,

se agrisa por la noche de ternura estrellada. ¿Hablo de mí?

Hablo de la distancia que hay de ahora a ahora. Cambio y no me parezco

ni siquiera a mi nombre. Estoy

cansado del silencio en que –ceniza–

se pierden los trabajos que me impongo. Mas recuerdo, sí, recuerdo

que soy sólo un recuerdo de otros tiempos, de otros tiempos azules,

de un diamante en la palma

alto como un castillo. Recuerdo que soy oro

temblando en la mañana del girasol silvestre, soplo en la telaraña

colmada de rocío. De mí a mi voz

hay mucho tiempo, pero/ de mi voz a mí

sólo un instante eterno que hay que saber pulsar (no ignoro eso). He sido la azotea de mi casa y –¿quién lo negará?–

los alacranes, diecinueve, que avanzado el crepúsculo matamos alguna geométrica vez. Tantas cosas he sido

y nada soy. Deshablar es mi vida, pero hablo, hablo y hablo

y no doy con mi lengua, mi lengua

pronuncia un alfabeto disparatado.


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Nuno Júdice, a pedra do poema

Juan Manuel Roca

H

ay, a lo largo de toda la poesía moderna, una constante del poema que se informa a sí mismo. Antes que con un interlocutor real o con el interlocutor ideal que es el “ilustre desconocido”, según el aserto de Aldo Pellegrini, el poeta conversa con la página virgen, aunque se sienta inquieto y no pocas veces amedrentado por la indiferente mudez del papel. En esto corre la duda mallarmeana de que las cosas existen en sí mismas y que sólo podemos establecer, de manera analógica, sus secretas relaciones, unos lenguajes que migran de la rugosidad de una pared, de una leyenda escrita en un muro, de una calle invernal de Lisboa o de una pintura o una gestualidad, de los ademanes humanos que a veces tienen una vocación de ramas y que se instalan como Pedro por su casa, hacia el poema. Así ocurre con buena parte de la obra de Nuno Júdice. Algunas voces nacen del cuerpo amado, gestan un abecedario o un silabario amoroso. Cuando el poeta nos dice sin alardes que “Las palabras más bellas son las que nacen/ de tu cuerpo: cabellos, labios, hombros, senos,/ aún el vientre, y lo que entre los muslos esconde” (poema “El diccionario”), uno puede colegir que sin decirlo también podría estar hablando de la poesía, de la musa que casi siempre esconde bajo el vientre su más bello y seminal secreto: sólo quien conoce la clave abrirá de par en par su hermético sésamo. A lo largo de la obra de Nuno Júdice de manera personal me suscitan gran interés y más deleite los poemas que se insertan en esa vertiente, a veces crítica, a veces amo-

rosa y siempre meditativa del poema que reflexiona sobre la poesía y que lo hace desde unos puentes que logra tender entre la realidad y la ficción, entre el verso elusivo y la prosa argumental. “Lo que importa es decir lo que de otro modo no puede ser dicho”, sentencia Júdice en su poema “Respuesta con arte poética”, en una aspiración por lo esencial, por la búsqueda de la palabra perdida en los grandes pajares del lenguaje. El poeta funciona como una suerte de espantapárrafos, de avisado e impertinente espantador de falsos trinos que ahuyenta voces falseadas, y que no trata el lenguaje como si las palabras fueran aves de paso, pájaros equivocados de lugar en el espeso bosque del habla. Es, de nuevo, la invitación a dudar de la poesía que se construye con letras pero que se queda a orillas del sentido. No en balde en su “Conversación con la musa” su aspiración es al diálogo fecundo, al ascetismo de la lengua, a un paradójico anhelo de que el poema, aun estando levantado con palabras, aspire al silencio o, al menos, al tono elusivo: “Quiero que estos versos queden mudos/ cuando te miren llegar,/ y tú seas la poesía de su canto.” Difícilmente se puede decir algo más bello y rotundo sobre la inspiradora de un poema. La poesía parecería ser entonces, como lo expresara Paul Valéry, lo que logra “desembarazar a la historia de la literatura de una cantidad de hechos accesorios, y de detalles o de entretenimientos que no tienen que ver con los problemas esenciales del arte, sino más bien con relaciones totalmente arbitrarias y sin consecuencias”.

Fotos: poemsfromtheportuguese.org

Una vez más quisiera insistir en que hay en los versos de A pedra do poema, como en cada uno de los libros de este autor, un arte poética hecha de manera natural, no como un mero asunto programático. Me resulta, en su mejor acepción, paradójico que exaltando lo sublime Nuno Júdice no tema entrelazar lo cotidiano.

Todos los domingos bostezantes de la tierra.

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Creo que esto señalado anteriormente lo logra por vías de la claridad y por negarse a “remover las aguas para parecer profundo”, como dijera el clásico. De allí el ámbito cenital que propicia su poesía. Es allí, en la frecuencia de la sencillez, que no de la simplicidad, donde logra un espacio original. Sin abandonar una pulsión lírica, el poeta se ve envuelto en “la mortaja de la niebla” pero también se arropa en las palabras sin alcurnia, en las palabras limosneras, menesterosas, que algunos poetas no quisieran ver ni siquiera merodeando alrededor de las grandes catedrales del lenguaje. Júdice busca revivir palabras muertas u olvidadas, darles respiración boca a boca, encontrar lo que se esconde tras de ellas: “Me gustan las palabras exactas, las que aciertan/ en el centro de las cosas, y cuando las encuentro/ es como si las cosas saliesen de dentro de ellas”, manifiesta en un bello poema titulado “El lugar de las cosas”. Y esas palabras designan piedras y troncos o espejos quebrados que acaso multipliquen la visión de sus tardes. Podría decirse que este poeta de diversos y rigurosos registros atiende al célebre procedimiento del viejo escultor italiano, alguien que sabía de sobra que entre un bloque de mármol en bruto puede esconderse un prisionero, como su portentoso David. Fue al encuentro de la piedra con su cincel como pudo liberar al rey escondido, logrando sacarlo del cepo o del presidio de una gran masa de Carrara. Creo, también, que es su anhelo poético que lo que quede sean “los nombres de las cosas, para que las cosas/ salgan del interior de él y las podamos ver en su sitio”. (“El lugar de las cosas”). No es otra cosa que una conciencia de la materia de los objetos, así no sean pétreos sino verbales. Hay en todo esto una mirada minimalista, como puede seguirse en su “Composición con botella y flores”. Allí, una simple y humilde botella en la que a lo mejor bebió agua Giorgio Morandi, le sirve de cristal para la limpidez del verso, para sentir que el mundo de la luz puede proyectarse aún desde una naturaleza muerta. Pasan por las páginas de este libro las “suites inglesas de Bach” con movimientos que van desde un paisaje con banderas de niebla junto a un río, hasta la descripción abstracta de una movilidad de “faldas con el viento”; un viajero sigue con los dedos el mapa por el cuál transita en autobús, como si sus yemas pudieran ir más rápido que el auto; un domingo cierra sus tiendas pero puede entrar sin embargo a casa del poeta para esconderse de sí mismo, de su propio tiempo ralentizado y calcáreo, como es el de todos los domingos bostezantes de la tierra. También las bellas muchachas de provincia que guardan secretos tanto en el alma como en la cartera, entran sin permiso al café de la evocación y más tarde al poema. Nuno Júdice ve “sus rostros en el espejo de la memoria”, mientras limpia “el vidrio para verlas mejor”, más allá del tiempo que todo lo empaña. No pide permiso para auscultarlas desde el cristal. Afirma Sabine Melchior-Bonnet en su Historia del espejo que en éste “opera la mediación entre el sueño y la realidad. Ofrece al encuentro con el otro un espacio virtual ficticio, en el que se representa un argumento imaginario. Puede tratarse del espejo del tímido, del mirón o incluso del espía, quienes contemplan de reojo con su ayuda un secreto que no les concierne”. Pero al poeta, habría que decirlo, todo le atañe. Y se lo agradecemos, pues nos trae al libro y por tanto a la casa unas muchachas discretas que van al café y guardan un pequeño y grande secreto en su bolso. Me parece que A pedra do poema opera como un gran almacén de imágenes, de ritmos y silencios de cuño muy personales para volver a repetir, como un mantra, que“lo que importa es decir lo que de otro modo no puede ser dicho”

Woman Street Art de Enik One en el centro de Los Ángeles Fuente: pasquinoweb.wordpress

Lagunalarga Gaspar Aguilera Díaz

Para Juan Alzate, Claudia, Gonzalo Palma, y Abidán…

E

lla volteó a verlo mientras él se sumergía nuevamente en las teclas del piano, y se dio cuenta que todo estaba perdido irremisiblemente. Era otra forma de saludar a todo lo que la pasión le removía por dentro. Cada frase

cortada según su propia respiración, lo llevaba de nuevo a esa intensidad desconocida pero que le hacía ver las cosas de otra manera. El contrapunto rítmico le hacía recordar algo parecido a la nostalgia, ver su pelo suelto atravesando la luna por el domo transparente, su suéter verde enmarcando su figura sensual y tibia, sus manos y dedos vegetales inaugurando la magia nocturna y victoriosa. Su cercanía, como siempre, abolía todas las preguntas. Ahora el ritmo era pausado, agua calma en la laguna de los deseos. Luz crepuscular que recorría y bañaba el beso interminable. Tono menor que traducía esa versión del fuego. La respiración vibrátil le hacía compartir esa escala original de la ternura. Llueve sobre el lago, dijo; las nubes, le contesté; te amo y las breves y lejanas olas, me dijo; el ritual de estar hoy aquí, me dijo con lágrimas; los pescadores a lo lejos, contesté… el deseo, le susurré apretándole el hombro izquierdo; la profundidad, me contestó con los ojos semicerrados; su muslo empezó a brillar y a acariciarme mientras dijo: la lluvia, iba a contestarle: humedad, y su lengua cerró mi boca…


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La

sátira política: actualidad de

P

or el volumen y calidad de su obra conservada, el representante más ilustre de la Comedia del Ática es Aristófanes. Los temas mejor representados en su obra son los políticos en su más amplio sentido. Sin pretensión de exhaustividad, indico algunos aspectos de la sátira política aristofánica de utilidad hoy día en nuestros regímenes democráticos modernos: 1. Los ideales del pacifismo, el antimilitarismo, el antiimperialismo y la concordia entre los pueblos. 2. La crítica de los problemas del funcionamiento de la democracia: sistema de elección de cargos públicos, problemas de representación de los distintos sectores de la ciudadanía, independencia del poder judicial, peligro de involución política antidemocrática, radicalización desestabilizadora de la democracia = demagogia, desencanto político y sus secuelas: desmoralización, abstencionismo y refugio en los ideales privados.

Fernando Nieto Mesa

3. Crítica de la actuación de la clase política: acusaciones de ambición excesiva, corrupción, egoísmo, afán de lucro y medro personal, clientelismo, demagogia, utilización de ciertas instituciones como arma en la lucha política, acaparamiento de cargos públicos. 4. Problemas en el ejercicio práctico de la libertad de palabra en la crítica política. 5. Defensa, elogio e idealización de los valores democráticos. 6. Propuesta de regeneración y rearme moral de la democracia: papel de la educación y de los intelectuales en este terreno. Expuesto brevemente, Aristófanes trata así estos temas: 1. Entre los temas políticos el más obsesivo para Aristófanes es la paz, porque casi toda su obra se desarrolla durante la Guerra del Peloponeso y porque sin la paz no pueden darse las condiciones para la vida libre, alegre y feliz, que la comedia preconiza. A este tema están dedicadas Los acarnienses, La paz y Lisístrata, y también, al parecer, Los babilonios. La Guerra del Peloponeso, iniciada cuatro años antes del comienzo de la carrera dramática de Aristófanes, era un tema insoslayable para el teatro ateniense contemporáneo, porque fue la más rabiosa actualidad de Atenas durante veintisiete años. La prolongación de la guerra se debe, según el poeta, a las ambiciones y manejos de los políticos de ambos bandos; en cambio, los pueblos de las ciudades beligerantes quieren normalizar sus relaciones comerciales interrumpidas por la guerra; los campesinos quieren volver a sus tierras esquílmadas; los soldados no quieren más campañas; las mujeres descubren que la guerra les concierne tanto o más que a los hombres y deciden unirse para acabarla y salvar a Grecia. En resumen, todo el mundo, menos algunas minorías egoístas, desea la paz. En estas obras los pacifistas son siempre los mismos: la gente que está al margen de las intrigas políticas. Los enemigos de la paz son también los mismos: los demagogos y sus secuaces los sicofantas o delatores profesionales, los aspirantes a cargos públicos, los fabricantes de armas, los jefes militares. En Lisístrata la heroína afirma que, para acabar la guerra, hay que limpiar la ciudad de los malos ciudadanos y de los que se afanan por los cargos. 2. El tema de la guerra lleva así al del mal funcionamiento de la democracia ateniense, que Aristófanes esboza en Los babilonios y Los acarnienses y desarrolla con más amplitud en Los caballeros, Las avispas, Las aves y, tras la guerra, en Las asambleístas y La riqueza. En estas obras Aristófanes critica el sistema de elección de cargos públicos, la manía pleitista de los atenienses y las mil trabas burocráticas que envenenan la vida de la ciudad, pero también la corrup-

Máscaras de comedia y drama utilizadas en el teatro clásico griego

ción administrativa general, secuela del mal ejemplo de los demagogos, la sumisión a éstos de la Heliea, supremo órgano judicial, los problemas de representación de los distintos sectores de la ciudadanía en una democracia directa como la ateniense, en concreto, la escasa influencia del campesinado en las decisiones de la asamblea, la radicalización desestabilizadora de la democracia, e incluso satiriza los defectos del pueblo ateniense: egoísmo, codicia, volubilidad y excesiva credulidad en los malos políticos y en los tópicos de la propaganda demagógica, a saber, el presunto amor al pueblo, el igualitarismo democrático a ultranza, el supuesto peligro de involución política antidemocrática. Todo ello lleva, según Aristófanes, al desencanto político y sus secuelas: desmoralización, abstencionismo y refugio en los ideales privados. 3. Otro tema es el de la crítica de la actuación de la clase política expuesto principalmente en Los acarnienses, Los caballeros y Las avispas: crítica feroz de los demagogos, sucesores de Pericles en la dirección del ala radical de la democracia ateniense. En Los caballeros se dice que el liderazgo popular no corresponde ya a hombres cultos ni honestos, sino a ignorantes y sinvergüenzas. Aristófanes, que es el primero en emplear los términos demagoguía y demagogós, opina que los demagogos carecen de preparación política y no se guían por el interés común, sino por su egoísmo y afán de lucro y medro personal,


Aristófanes

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practican el clientelismo y utilizan las instituciones, por ejemplo, el ostracismo, como arma en la lucha política. En resumen, caracteriza a los políticos como gente poco recomendable y sospechosa de ambiciones turbias, sin que se vea una evolución en este juicio peyorativo que reproduce seguramente el sentir del hombre medio, ajeno a los entresijos de la política, pero que espera de ella el logro de su bienestar. 4. Otro tema de actualidad permanente tratado por Aristófanes es el de las dificultades en el ejercicio práctico del derecho de libertad de palabra, la parresía, uno de los pilares de la democracia ateniense. Los poetas cómicos, como los humoristas y comentaristas políticos contemporáneos, corrían el peligro de verse denunciados si su sátira se extralimitaba. La sátira política no fue una invención de Aristófanes; sus predecesores habían hecho ya uso y abuso de ella, hasta el punto de que se intentó limitar desde el poder, con escaso éxito, la libertad de palabra de la comedia.

La crítica política en Aristófanes, bastante justa en general, es intencionadamente exagerada y simplista por su propósito a la vez serio y burlesco.

5 y 6. Pero no todo era negativo en la democracia ateniense, como tampoco en las modernas. Finalmente podemos señalar como temas de actualidad, ya presentes en Aristófanes, la defensa de los valores democráticos y la idealización de la democracia en Los caballeros y Las aves. La postura democrática de la comedia del Ática antigua no ofrece dudas. Aristófanes no critica las instituciones democráticas, sino los abusos y desviaciones de poder que se cometen en su nombre. Sólo rechaza el sistema de sorteo de cargos por ineficaz y su remuneración por razones morales. Coincide con Sócrates en considerar la política como una actividad desinteresada que requiere cierta competencia y piensa, como Tucídides, que la responsabilidad

Los poetas cómicos, como los humoristas y comentaristas políticos contemporáneos, corrían el peligro de verse denunciados si su sátira se extralimitaba.

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de una mala política recae no sólo sobre los profesionales, sino también sobre el pueblo cuando se comporta insensatamente. La crítica política en Aristófanes, bastante justa en general, es intencionadamente exagerada y simplista por su propósito a la vez serio y burlesco. Sus soluciones, como corresponde a la comedia son utópicas: hay que expulsar del gobierno a los demagogos que corrompen y desmoralizan al pueblo y devolverle su vitalidad y esplendor antiguos, simbolizados paradigmáticamente en los buenos tiempos de la victoria de Maratón. Entre los poetas cómicos atenienses fue Aristófanes quien tuvo una idea más clara de su función didáctica, rasgo tradicional de la poesía griega, pero difícil de aceptar en un género intrascendente, al parecer, como la comedia. Aristófanes defendió ante sus contemporáneos su derecho a hablar de justicia, es decir, de política, en serio, si bien de forma satírica, y tiene que defenderse de ciertos críticos contemporáneos que le niegan una ideología política o, por el contrario, lo toman demasiado en serio. Aristófanes cree en el papel de la educación como instrumento político y reclama su derecho al magisterio político de sus conciudadanos junto a los intelectuales de su época, los poetas trágicos, los historiadores, los filósofos. Todas las virtudes y todos los problemas de la democracia se vivieron ya en la Atenas del siglo V , modelo de las democracias posteriores, y fueron reflejados humorística e irónicamente, pero con un fondo serio, por un poeta cómico como Aristófanes, cuya obra desempeñó en aquella sociedad un papel semejante al que en la nuestra realizan los medios de comunicación, los politólogos y los intelectuales en general, sin olvidar a los políticos regeneracionistas


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László

Passuth

L

sigilosamente en la tienda de campaña del capitán, los “ve”, y siente lo que ellos pudieron sentir o pensar en ese momento:

Edith Muharay M.

a novela europea más imaginativa y a la vez realista sobre la historia de la Conquista de México fue publicada por primera vez en vísperas de la segunda guerra mundial en Budapest. El tema no podía estar más alejado de las preocupaciones apremiantes del momento. Sin embargo, salió a la venta, y dicen que los budapestinos amontonados en los refugios durante los bombardeos se lo pasaban de mano en mano. El libro los transportaba a un mundo totalmente desconocido; era como un punto mágico que desviaba la atención del angustioso presente y los ayudaba a soportar la incomodidad y el miedo. Escrito por un empleado de banco húngaro autodidacta llamado László Passuth, que hasta entonces nunca había salido de Europa, El dios de la lluvia llora sobre México fue traducido después a más de diez idiomas empezando por el español, y le dio la vuelta al mundo. A pesar de su lenguaje un tanto barroco, se sigue editando todavía (la última edición en versión original es de 2011). Lo que más llama la atención en esta obra voluminosa, aparte de la amplitud de conocimientos históricos del autor y más allá de la descripción basada en documentos auténticos de los acontecimientos, es su afán por penetrar en el mundo interior de los protagonistas. No solamente nos hace vivir en sus detalles cotidianos la increíble aventura de la Conquista de México, así como descubrir a través de los ojos de los españoles de entonces un país nuevo con su gente, su impresionante cultura y costumbres extrañas, sino también trata de acercarse a los protagonistas en sus rasgos humanos: a éstos los vemos en su calidad de seres humanos con sus debilidades, sus dudas y sus emociones, que los hacen más reales. El orgulloso Cuauhtémoc baja de su pedestal del Paseo de la Reforma para volverse de carne y hueso. Cortés y Moctezuma dejan de ser lejanos personajes históricos del siglo xVi . Los vemos de cerca, entramos de pronto en su intimidad. Seducido por la belleza de la mujer indígena, vemos a Cortés aproximarse con gestos delicados a Marina en su primera noche de amor. Después de estudiar por varios años la personalidad de Cortés a través de sus cartas y las descripciones que hacen de él los cronistas, Passuth no lo imagina comportándose con brutalidad con una mujer que, además, le gusta por su inteligencia, juventud y belleza. ¿Quién podría imaginar cómo fue esa primera noche entre el conquistador y su esclava? Passuth lo hace a su manera: entra

Ella era tan suave y perfumada, mujer codiciable y virginal a un tiempo, exhalaba todos los perfumes y esencias del mundo […] Todo le era nuevo: la forma de la tienda, la cruz sobre la mesa. Un cuarto varonil, sin flores […] la cama de campaña, con algunas prendas de vestir en desorden arrojadas encima. Cortés estaba allí con el cuello de la camisa desabrochado dejando ver la palidez de su piel. Y sobre ésta se posó la vista de la muchacha llena de curiosidad y de deseo. El miedo había cedido. Cortés se arrancó la almilla y quedó así con sus pantalones de soldado, su calzado sin espuelas, con la camisa de tela de Holanda abierta por el cuello [...] la acariciaba con aquella su mano pesada acostumbrada a las armas [...] en sus caricias apartó con cuidado la guirlanda de flores que adornaba sus cabellos, busco después el broche de sus vestidos y lo fue desabrochando con dedos pacientes y enamorados hasta que cayeron las telas [...] Marina quedó como embelesada mirando su pecho desnudo y como una niña curiosa extendió su mano como queriendo arañar aquella piel para convencerse que era realmente piel como las otras. [...] deslizó un dedo sobre el pecho de Cortés y por ese dedo debió subir una ola de ardor viril. Atrapó él aquel dedo y lo condujo hasta su corazón que palpitaba locamente [...] él entonces apagó la bujía. El cacique de Tabasco le había regalado una princesa encantada, tal fue su último pensamiento lógico.

¿Y cómo podía ser la última hora de Moctezuma, el monarca sagrado en su captiuidad? Passuth la “visualiza” también: Innumerables recuerdos acudían a la memoria de Cortés ante aquel hombre que ahora estaba junto a la puerta de la muerte [...] Miró las almohadas amontonadas donde se apoyaba el rostro demacrado, iluminado, sin embargo, por una maravillosa mirada aterciopelada. Era el rostro del hombre que no había pestañeado ante la visión de millares de corazones arrancados en vida. Ese hombre había conquistado reinos enteros, adoraba a sus dioses y no se había humillado más que ante la memoria de Quetzalcóatl, cuando el pasado otoño había abrazado a Cortés a la entrada de Tenochtitlán [...] Allí estaba el gran señor con su aureola imperial [...] Dos muchachas, sentadas sobre cojines, cuidaban de cambiar los vendajes y de lavar la frente del herido. Era todo lo que éste permitía que se hiciera. Ambos hombres se contemplaron mutuamente. Moctezuma extendió la mano. Cortés comprendió el gesto y tomo aquella mano, como hacen dos camaradas cuando uno de ellos va a morir [...] Pensó en su alma que iba a desprenderse de su envoltura mortal y rezó entonces la oración de los agonizantes. Después sacó su puñal del cinto y aproximó a los labios de Moctezuma la em-

puñadura en forma de cruz. – Gran señor [...] piensa en tu alma. Es tu última ocasión. Te conjuro a que lo hagas [...] besa la cruz y tu alma se salvará. Moctezuma le miró. Dirigió después sus ojos a la ventana como para ver si llegaba ya el nuevo día [...] – Mis dioses me protegieron siempre mientras viví. No quiero abandonarlos en la hora de mi muerte. Gracias, Malinche, gracias por haber venido a verme [...] El intérprete iba traduciendo lentamente.

¿Y cómo se veía, qué decía Cuauhtémoc, el rebelde, cuando cayó prisionero de los españoles?: Detrás de sus capturadores marchaba Cuauhtémoc con la cabeza erguida, su manto de plumas y su corona, y sus sandalias de oro, sucias ahora por el barro de las calles [...] En su rostro cansado brillaban, fuertes como siempre, sus ojos. Quedó frente a Cortés esperando. Su aspecto famélico y agotado indicaba bien las privaciones de las últimas semanas. Su gesto era duro, rasposo cuando se dirigía a Cortés. Hablaba lentamente, marcando bien cada sílaba. Hablaba en el idioma de la corte empleado solamente por los príncipes de sangre y los sumos sacerdotes: –Malinche (el amo de Ma-


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Ilustraciones de Gabriela Podestá

el cronista insólito rina). Yo debía defender este pueblo y a mi país, del cual era monarca. Así lo ordenaba la voluntad de mis antepasados. Ahora todo ha terminado, he caído en tu poder. Te suplico Malinche que no me hagas sufrir largo tiempo. Avanzó dos pasos y, tomando con su mano el puñal que pendía del cinto de Cortés, lo sacó de la vaina. Cortés, inconscientemente, llevó rápidamente su mano a la espada. Águila-que-se-abate continuó: –Te suplico que uses esta arma que llevas al costado [...] que me quepa a lo menos el honor de morir de tus manos, ya que no pude caer en la lucha [...] Te suplico, acaba pronto. ¿Qué esperas?

Dos LibRos exóticos László Passuth nació el 15 de julio de 1900. Vio la luz con el comienzo del siglo xx y pasó toda su vida en esa mittel Europa alborotada por las tensiones entre las diversas nacionalidades centroeuropeas, conflictos bélicos, cambios de fronteras y, finalmente, la ocupación soviética que con-

denó a su país a cuarenta años de aislamiento del resto del mundo, detrás de la cortina de hierro. Passuth terminó sus estudios de derecho a los diecinueve años y a esa edad empezó a trabajar en un banco. Nada lo predestinaba a volverse un día el nuevo cronista de la Conquista de México, una especie de de Sahagún húngaro del siglo xx que hizo el gran viaje solamente en su imaginación. ¿Qué fue lo que llevó al joven funcionario bancario, que hasta entonces nunca habia dejado Europa, a encapricharse con ese tema tan extravagante para su tiempo y su medio? A finales de los años veinte del siglo pasado, el tema de las culturas precolombinas era totalmente desconocido en Hungría, no formaba parte de la cultura general, ni siquiera existía el término en el vocabulario húngaro de entonces. Prácticamente no había publicaciones sobre descubrimientos arqueológicos ni se veían fotografías de las obras encontradas. La mayoría de las ruinas estaban, además, todavía inexploradas, escondidas bajo la maleza tropical.

Para Passuth todo empezó con un libro encontrado por azar. En ocasión de un viaje a Londres, cuando tenía veinticinco años, le llamaron la atención dos libros expuestos en el escaparate de una libreria de Oxford Street : Historia de la conquista del Perú e Historia de la conquista de México, ambos de William Prescott. “No conocía el autor, pero me fascinaron los títulos”, cuenta Passuth en su epílogo a la reedición en húngaro de su novela mexicana en 1973. “Desde niño ansiaba saber más de esas civilizaciones exóticas de lo que me dejaban adivinar las novelas de indios que devoraba entonces.” Compró primero el tomo sobre Perú y se quedó leyendo toda la noche hasta terminarlo. “Entonces supe que tenía que comprar el otro tomo también, ya que el autor hace a menudo referencia a los aztecas.” Al día siguiente regresó a la librería, pero el libro ya se había vendido. Debido a su tenaz insistencia, el librero terminó por encontrarle un ejemplar un poco averiado que quedaba en el depósito de la tienda. Curiosamente, la historia del Perú no le llamó tanto la atención como la de México. “Ni la cultura inca, ni el personaje del conquistador áspero e inculto que fue Pizarro me atrajo especialmente –comenta–. En cambio, la historia y la cultura de México me fascinaron desde el primer momento, y se volvió la gran pasión de mi vida [...] Así empezó, como un capricho, para convertirse en verdadera pasión.” Passuth quiere explorar toda información accesible sobre el tema de su interés. El primer obstáculo que encuentra para seguir adelante en su búsqueda es el idioma, ya que las fuentes más interesantes sólo existían en español, un español arcaico del siglo xVi . Si quería leer las cartas de Cortés y los cronistas señalados por Prescott en su libro como fuentes, tenía que aprender su lengua. Había estudiado latín en el liceo y dominaba bien el alemán y el italiano. Con mucha aplicación y tenacidad, se pone a estudiar la lengua española. El primer autor español que terminará leyendo íntegramente en versión original será nada menos que Cervantes. Mientras seguía siempre en su empleo en el banco, Passuth pasaba todo su tiempo libre profundizando sus conocimientos de la historia mexicana. Por mediación de un amigo vienés pudo entrar en el archivo cerrado al gran público de la Biblioteca Nacional de Austria y consultar los originales de las famosas cartas números 2, 3 y 4 de Hernan Cortés, así como el maravilloso Códice Vindobonensis. Su emoción es grande cuando depositan en su mesa las preciosas reliquias: las cartas escritas de puño y letra por Cortés, con tinta roja pálida extraída de algunas bayas del bosque, y el largo biombo en piel curtida de venado del códice mexicano mejor conservado. También en Viena pudo contemplar el verdadero penacho de plumas de quetzal que Moctezuma mandó a Cortés para que éste lo llevara de regalo a su rey en España. Visitó todos los museos, bibliotecas y archivos de Austria y Alemania buscando obras referentes a su pasión. Vio las colecciones más importantes de arte precolombino que tienen los museos de París, Florencia y Londres. En una tienda de libros antiguos de Budapest encontró los dos tomos en traducción alemana del príncipe historiador Ixtlilxóchitl, Obras históricas, donde el descensigue

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ENSAYO

28 de septiembre de 2014 • Número 1021 • Jornada Semanal

Ilustración de Gabriela Podestá

El dios de la lluvia llora sobre México fue traducido después a más de diez idiomas empezando por el español, y le dio la vuelta al mundo.

diente de familias reales relata la historia y las costumbres del reino de Texcoco antes de la Conquista. Durante más de un decenio, Passuth siguió recopilando datos y tomando notas sobre sus descubrimientos, formando carpetas que se amontonaban en su mesa de trabajo, sin tener una idea precisa de lo que habría de hacer más adelante con tanto material reunido. Más que los meros hechos históricos, lo que le interesaba era el perfil humano complejo y contradictorio de ambos protagonistas. Le intriga y conmueve “la exquisitez espiritual de Moctezuma que no tiene nada que envidiar al hombre europeo del Renacimiento”, y quien al mismo tiempo fue “uno de los asesinos rituales más sangrientos del mundo. La noción del valor de la vida humana no llegó a su conciencia cuando se trataba de servir a sus dioses sedientos de sangre”1. En Cortés aprecia al hombre culto que se expresaba con elegante soltura, leía en latín y tenía muchos conocimientos jurídicos y económicos. Hace resaltar que pocos conquistadores tenían tanto interés verdadero por conocer la forma de vida y las costumbres de los pueblos que iban descubriendo, y tanto talento para describir en forma vívida lo que veían. Con todo esto, según Passuth, Cortés sobresalía entre los conquistadores en general, y no se le puede confundir con la masa inculta y rapaz de los mercenarios que lo acompañaban. Le simpatiza también el hombre enamoradizo, sensible a la belleza de las mujeres indias, y su valentía en las batallas. Sin embargo, constata, Cortés era también hijo de su época. Determinado por su religión y su lealtad al rey de España, el mismo hombre fino llegado al Nuevo Mundo mandó a la hoguera a los caciques rebeldes, no hizo nada para impedir la ejecución de Cuauhtémoc, destruyó la ciudad cuya belleza y perfección admiraba, y masacró sin miramientos a los indios cuando se trataba de salvar la vida de sus hombres y asegurar su avance. Desde 1932, Passuth empezó a publicar ensayos y cuentos en la prestigiosa revista literaria Nyugat (Occidente) en Budapest. En una ocasión decidió hablar de su tema mexicano y su deseo de escribir un cuento sobre eso a Zsigmond Móricz, jefe de redacción de la revista. El gran escritor húngaro le hace entender que su tema está demasiado fuera de la realidad para que tenga algún interés para el público lector. Empero, sensible al entusiasmo del cuentista talentoso, le aconseja dar rienda suelta a su pasión escribiendo una novela histórica, aunque no tenga perspectivas de publicación. “Cuando un escritor joven se obsesiona de esta manera con un tema tan rocambolesco, no hay más remedio que sacarlo de su cabeza escribiéndolo. Haz una novela con todo lo que tienes adentro, guarda el manuscrito en el fondo de un cajón y te aliviarás. Y podrás seguir adelante con otros temas”, le dice. Así fue que Passuth empezó a escribir su gran novela mexicana, sin esperanzas de publicación ni posibilidad alguna de viajar al lejano país.

Después de la segunda guerra mundial, durante el régimen comunista, a pesar del éxito internacional de su novela, Passuth se ve relegado a la categoría de “escritor tolerado”. Trabaja en el Instituto Nacional de Traducción hasta su jubilación, en 1960. Mientras en Hungría no lo editan, varias de sus obras se publican en el extranjero. Escritor prolífico, Passuth es autor de ensayos sobre historia del arte, libros autobiográficos y varias novelas históricas, todas escritas a partir de una sólida preparación filológica, sobre la vida y la época de personajes de la historia y del arte (Segismundo de Luxemburgo, Juana de Nápoles, Rafaello y Monteverdi, entre otros.) Pasarían más de treinta años después de la primera publicación en Hungría de El dios de la lluvia llora sobre México, cuando por fin se le presenta la posibilidad de pisar tierra mexicana.Tiene ya setenta y un años de edad cuando, en noviembre de 1970, le llega la invitación oficial de la entonces Secretaría de Cultura, y el gobierno comunista húngaro le concede el pasaporte. Su emoción es indescriptible. Con el entusiasmo de un adolescente goza cada momento de su viaje, que durará un mes. Desde que aterriza el avión se alegra por haber “ganado ocho horas más de vida”, debido a la diferencia del horario. Unas cuantas horas para ver el país de sus sueños. “Cierro los ojos. En el fondo de mí no puedo creer que estoy aquí de verdad“, escribe en su diario de viaje.2 Incansable, visitará los escenarios que describe en su novela. Pasa largas horas en el Museo de Antropología, va a Teotihuacán, llega a Veracruz... En el mercado de Toluca se maravilla al encontrarse con el mismo ambiente descrito por Cortés en sus informes al rey: “No hay diferencia. Casi todo es igual. A lo más los aztecas aprendieron desde entonces a usar la balanza para pesar sus mercancías.” El último día de su estancia se va caminando solo al Zócalo, por la calle Madero para despedirse de la ciudad. La tristeza del adiós inevitable queda plasmada en su diario: “¡Qué ciudad tan bella! En este momento no debería pensar en que según las probabilidades del destino humano nunca más volveré a ver esta plaza, esa catedral, esos palacios y tiendas de joyas, esas caras humanas... Sentí que en ese preciso minuto terminó mi viaje a Mexico.” Passuth muere en Budapest en 1979. Desde los años setenta, su novela ha tenido varias reediciones en diferentes países

NOTAS: . Epílogo escrito en mayo de 1973 para la reedición de la novela en Budapest. 2 . Találkoztam Esőistennel, Budapest, 1972. (“Me encontré con el dios de la lluvia”, Diario del viaje a México.) 1

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LEER R

Jornada Semanal • Número 1021 • 28 de septiembre de 2014

Mahahual, paraíso no reciclable. Historias, leyendas, anécdotas de Quintana Roo, Pino Cacucci, Fundación Mahaual, México, 2014.

UN MEXICANO ITALIANO FABRIZIO LORUSSO

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uanto más conozco México, tanto más me convenzo de que no basta una vida para saborearlo en su totalidad.” Así empieza la novela más reciente de Pino Cacucci. Es un diario de viaje histórico y cultural, una colección de memorias, vivencias y personajes caribeños, publicada tanto en México como en Italia, en este último país con Feltrinelli. Pino es una de las referencias imprescindibles para conocer México a través de la mirada de un italiano que empezó a vivir y a viajar acá en la década de los años ochenta y que nunca dejó de cruzar y narrar sus tierras. De hecho, es “por su culpa” que cientos de italianos han radicado en la costa oaxaqueña, especialmente en Puerto Escondido, una playa mítica y anhelada por quienes leyeron la novela homónima de Pino.

De este libro, el director Gabriele Salvatores, ganador del Oscar en 1992 con Mediterráneo, hizo una película sobre un México que quizá ya no existe: un país de pueblitos metafísicos, lejanos e incomunicados, donde el tiempo y los corazones laten con sus propios ritmos; de panoramas surrealistas y encantadores, donde el pensamiento vaga despreocupado; de huaraches, polvo y miradas firmes en el camino; de aprecio por la vida simple y la buena compañía entre horizontes incontaminados y anocheceres silenciosos. Escritor, periodista, autor de guiones para el teatro y el cine, Pino es un tejedor de mundos imaginarios, descubre lugares y rescata figuras antes olvidadas gracias a una obra compuesta por más de veinte novelas y guiones, como el de Nirvana, filme del mencionado Salvatores, así como decenas de traducciones al italiano, por ejemplo de autores como Paco Ignacio Taibo ii, Yuri Herrera y Gabriel Trujillo Muñoz. Sus escritos privilegian la visión de los vencidos, tienen un alcance intercultural, intergaláctico e intergeneracional, y se mueven entre géneros: el noir, el cuento de viaje, el relato histórico y de vida, el reportaje, la novela policíaca. Fueron muchos los manifestantes que, durante el movimiento estudiantil italiano de 2010, eligieron un título de Cacucci para armar su book bloc, es decir, un escudo de cartón y plástico pintado como la portada de un libro para avanzar compactos en las

en nuestro próximo número

marchas: la cultura que desafía los toletazos. En el Paraíso no reciclable de Mahahual hay de eso y más. Está la península de Yucatán con sus historias y su gente, los piratas y el revolucionario Felipe Carrillo Puerto. Su hermana Elvia, quien fundó la Liga Feminista Campesina en 1912, y Gonzalo Guerrero, español “renegado” que luchó junto a los mayas. También están las denuncias de la contaminación global que llega a Mahahual y amenaza su medio ambiente. Está la curiosa historia del pez león, deleite culinario local, las exploraciones a Punta Herrero y Bacalar, en donde los pobladores hablan de su vida, cuentan anécdotas y dicen algunas verdades sobre el chicle, el cacao, el “descubrimiento” de Chacchoben/Yucatán, la convivencia con los huracanes, los tiburones… Entre sus novelas se encuentran en español Tina, sobre la fotógrafa Tina Modotti; San Isidro Futbol, aventuras de una aldea del México profundo; El polvo de México, diario de viaje mexicano; En cualquier caso, ningún remordimiento, sobre el anarquista francés Jules Bonnot; Demasiado corazón, de género policíaco, ambientada en Tijuana; Nahui, dedicado a la artista Carmen Mondragón, y Las ballenas lo saben, sobre Baja California •

TIERRA CALIENTE: identidad y arte culinarioAleyda Aguirre, Margarita Godínez La Jornada Semanal

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28 de septiembre de 2014 • Número 1021 • Jornada Semanal

Francisco Torres Córdova

Ricardo Venegas

MENTIRAS TRANSPARENTES Una mora Y entre esos cien que ahí quedaban, con pocos mantenimientos, había una casada que, antes de que sucediesen, había dicho al capitán muchas cosas que acaecieron como ella lo había dicho; y cuando vio que iba adelante con sus hombres, que no entrase le dijo, porque ni él ni ninguno de los que con él iban no volverían de esa tierra. Y el capitán entonces le respondió que él y todos los que con él iban, iban a pelear y a conquistar tierra y gentes y el oro que hubiese, y que rescatándolo, lo tenía por muy cierto, muchos habían de morir; pero aquellos que quedaren serían ricos e de buena ventura porque él tenía noticia de la riqueza que esa tierra había y que le dijese quién le decía todas las cosas que había dicho, que nos habían sucedido así como ella lo decía, y ella dijo luego que se las decía una mora; y más iba a decir cuando vio que yo la estaba mirando y se demudó y perdió la voz y... [De Nuevas navegaciones..., de Antón Gil, el Xamurado.] •

L.T. DE PASO Las lágrimas de Roy ...all this precious moments

R.B.

A la fugacidad no hay fuerza humana que pueda vencerla pero algo de belleza tienen los intentos, conscientemente vanos, por lograr que detenga su marcha al menos un segundo. Tal vez Goethe no lo vio con precisión y ese instante no es lo bello sino la mirada, también fugaz, que llega a sorprenderlo en pleno vuelo; es el hallazgo, el gesto de aprehenderlo para darle aquello de lo cual carece: permanencia. Quién sabe cuánto dura la fugacidad, o si en el fondo cabe para ella la idea de medida. No tiene sentido contentarse con el lugar común de que todo es fugaz, pues hay fugacidades que duran días, semanas o años, aunque se les llame de otro modo. La voz dura un instante, apenas es y ya se desvanece y acaso constituye el mejor ejemplo de lo que “presente” significa •

La chica Raleigh

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ay obras literarias que parten de la realidad para mostrarnos el horror del mundo. Ejemplo de ello es La chica Raleigh (Conaculta/uagro/Secretaría de Cultura de Guerrero, 2014), novela de Julio Zenón Flores Salgado. A lo largo del texto el autor nos conduce a la vida cotidiana de las comunidades de Guerrero:“los olores de la cocina de barro, los aleteos de las aves del corral y su picoteo constante sobre el maíz de la tina, e incluso el escozor del aguate, de las plantas silvestres”. La chica Raleigh narra la vida de una niña abusada por su padre, Marisol, quien descubre la ausencia de eso que llaman “derechos humanos”,evidenciados en la obra como un invento más del sistema para ocultar infinidad de crímenes resguardados bajo llave. La única oportunidad que esta niña tendrá será la de acuchillar a su padre para no ser abusada y fugarse a un lupanar, en donde dejará de ser una carga para su madre, quien, de paso, quedará liberada de un beodo que nunca recuerda lo que hizo el día anterior. En la Montaña de Guerrero no hay oportunidades ni vislumbres de futuro, la trata de personas es una realidad, las niñas son vendidas por cantidades irrisorias, abunda la pobreza ligada a la ignorancia, el machismo y la ausencia de las autoridades (probadamente voluntaria). Del hartazgo de lo anterior sabemos que se han originado las guerrillas y los movimientos sociales desde los años cuarenta, como testimonio de la injusticia en el país; de ahí que Julio Zenón Flores mencione en la voz del personaje: “gracias al Manifiesto del Partido Comunista, de Carlos Marx, utilizado como libro de texto en el primer semestre, y luego gracias a los textos de Afanasiev sobre el materialismo dialéctico y materialismo histórico, y de ahí hasta El capital y las obras completas de Lenin. Luego, los viajes a Cuba, a Moscú, a la rda”. El propio Carlos Montemayor advierte en Guerra en el paraíso: “las guerrillas no nacen por haber leído ciertos libros o por haber adoptado una ideología, con las guerrillas tampoco se inicia una etapa de violencia, las guerrillas son la etapa final de una enorme violencia social que va sofocando, reprimiendo y desgastando a pueblos enteros, a zonas enteras.” En La chica Raleigh un compañero le dice a otro: “Los indígenas de Guerrero valen mucho más marginados que desarrollados. ¿Cuánto crees que les deja a los funcionarios estatales y municipales el manejar cada año presupuestos para programas sociales que nunca se ven, pero que ellos difunden como gastos millonarios?” Pero algo es cierto: es mejor enamorarse de un chaneque, un ángel o un extraterrestre que de un priísta. La chica Raleigh es una ventana que nos permite asomarnos a la autocrítica y a la prueba de fuego de un sistema que ha enfrentado con glamour la pobreza de sus gobernados, con cinismo y descaro la corrupción, y con indiferencia las carencias de un pueblo angustiado por la sobrevivencia •

ftorrescordova@gmail.com

MONÓLOGOS COMPARTIDOS

Felipe Garrido

BITÁCORA BIFRONTE

ricardovenegas_2000@yahoo.com

Los poros de la piedra

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o sólo de los grandes hechos y desastres de la vida en su momento más cimero, y no pocas veces sí del hueco imperceptible o la minucia invisible y silenciosa; tampoco siempre y sin fisuras de lo sublime o misterioso, sino también de la textura rugosa de lo nimio sin memoria, sin historia que contar o que le cuenten, vienen además las palabras del poema. No sólo de las honduras del dolor y sus ramajes, o del vértigo de la distancia en años luz que aparta corazones o galaxias, y sí de la presencia llana de las cosas que algo saben y sólo lo revelan en reposo, sin relieve, altura y trascendencia de árboles y soles, agua o tierra por ejemplo; de las cosas que suceden sin ojos que las miren, asentadas en su propio clima milenario, sin famas que retumben en el alma o aturdan la conciencia con estruendos, también llegan las palabras del poema. Ahí, en las orillas de la nada que destella oscuridad y anonimato, en el rincón que guardan los objetos en sí mismos, en el íntimo estupor de las personas al pasar y sorprenderse en un reflejo del tiempo en el espejo, se abren paso las palabras comunes de una lengua y ocurre a veces el espacio del poema. El canto del cuchillo y no su filo; el sudor rojizo del horno y no el pan que dilata su milagro; los poros de la piedra y no el mortero que tritura la semilla; un grumo de tinta en una de las páginas de un libro venerado; la muesca de los días en la quilla de la nave de Odiseo; el zumbido de cansancio en sus oídos y no la desnudez de su regreso. Se requiere, claro, una mirada oblicua y tenaz, sabia en humildes paradojas; una inteligencia rigurosa y juguetona que tome en serio lo que no importa en apariencia, y que desgrane la apariencia y conozca el peso y el sabor de sus silencios y materias. Porque es ahí, donde el mundo sedimenta sus glorias, sus muchos alborotos y miserias, y destila la historia los detalles más modestos que al final sustentan el poder de sus mentiras y la verdad de sus vergüenzas, que un poeta supo de pronto y hace tiempo que al lado, atrás o en el envés del Alguien que somos o al menos pretendemos, hay un Nadie que asoma el perfil de su vacío y medita nuestro nombre, esa palabra tan nuestra que al cabo se hace polvo en el aliento: “Soy uno que fue,/ El que anda a lomo del aire./ Alguien puede sopesarme como a un leve/ Pájaro en el cuenco de su mano./ No podrá adivinar mi oscura genealogía,/ Porque el paso del rey/ Bajo la capa pluvial de sus ropajes/ O el peso liviano del mendigo, se deshacen / para darme nacimiento./ Toda la andadura, la armazón de sus huesos,/ Sólo era un puñado de barro que vigila./ Y no porque la mucama agite su plumero,/ Su manojo de pájaros muertos/ Sobre la multitud de mis lechos,/ Dejo de existir en mi largo silencio./ Soy uno que fue,/ Soy el polvo, el sin cuerpo/ Que anda de puntillas en el aire.” (“Monólogo del polvo”, fragmento, Juan Manuel Roca.) •

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LA OTRA ESCENA Miguel Ángel Quemain quemainmx@gmail.com

Foto Sergio Carreón/ cnt

Brecht y Grass, la naturaleza de la destructividad

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oriolano ii, de Bertolt Brecht, bajo la dirección de Alberto Villareal, es un trabajo de extrema vitalidad y humor. Si la traducción de Otto Minera apuesta por un lenguaje contemporáneo, la visión del director permite atravesar el texto con una enorme cantidad de guiños y juegos de lenguaje que trascienden la experiencia actoral y coreográfica. Sin precisiones de Villareal en el programa de mano, en la sombra discursiva teje una visión intertextual de enorme riqueza en torno a la puesta en escena, sin perder el hilo anecdótico ni tropezarse en la gran cantidad de transiciones y cuadros que constituyen y estructuran la puesta. Veintiún actores multiplican personajes y muestran el compromiso de una Compañía Nacional de Teatro volcada a constituir un repertorio exigente, de largo aliento y que da un rostro a esta especie de edición entre lo clásico y lo contemporáneo, entre lo mexicano y lo universal. Villareal actualiza de tal modo el texto de Brecht que lo reconocible es ese mundo nauseabundo de tribus, mafias, ambiciones y corporativismos repulsivos que vemos desfilar diariamente en los noticieros. Sin embargo, la visión de Villareal no reclama la noticia de primera plana ni tiene una ambición noticiosa. Es el escándalo amarillista de todos los días, pero la visión es la de una lupa, donde distintas expresiones del psiquismo conforman el material del personaje y de lo grupal. El trabajo de Jorge Ballina (en las tres puestas) se integra a un conjunto de expresiones de las que forman parte Matías Gorlero, con una iluminación que recorta y amplifica los encuentros que brillan con el vestuario de Jerildy Bosch y los peinados y el maquillaje de Amanda Schmelz, que elaboran unos personajes de dimensión onírica que bien podrían colocarse en cualquiera de nues-

tras geografías signadas por la violencia: de Oaxaca a Guerrero, pasando por Tamaulipas y Apatzingán, hasta Ciudad Juárez y Los Mochis. Sucede algo similar a lo que se ve en el teatro de Luis Valdés y sus derivados. La dirección se concentra en el actor pero también en el conjunto.El emplazamiento escénico explora la simultaneidad, lo contiguo, la oposición. Villareal explota el enorme talento de un conjunto sobresaliente de actores, aunque hay algunos altibajos sobre todo en la memorización del texto (sin embargo podría tomarse como un lapsus prefreudiano). Enrique Arreola tiene una presencia que no decae; el memorable Menenio de Oscar Narváez, en mancuerna con Paulina Treviño (en sus cinco estupendos roles),logra con Luis Rábago, Diego Jáuregui y Juan Carlos Remolina un contrapunto de gran plasticidad emocional y escénica. Pocos montajes hay donde el traductor tenga tanta presencia como la de Otto Minera, quien realizó, con el apoyo del Fonca, la meritoria traducción que propuso a la cnt y que no pudo tener mejor puerto que esta trilogía sostenida por la experiencia de tres directores tan solventes como distintos.Es lamentable que de las tres traducciones sólo se publique la que corresponde a la obra de Shakespeare, pues hubiera sido un gran aporte para el lector contemporáneo poder comparar las tres apuestas en lo literario y lo histórico.

Coriolano iii o los plebeyos ensayan la insurrección, de Günter Grass, dirigido por Martín Acosta, también logra una autonomía en relación con el conjunto que forma la trilogía. Tal vez más brechtiana esta puesta que la de Villareal, posee una plasticidad que llega a un extremo fotográfico y pictórico. Una visión exquisita entre el colectivo y el sujeto, que no es ajena a la perspectiva estética de Martín Acosta. Hay una visión necesariamente reconstructiva, comparativa, que somete las ideas y el texto a consideraciones que cruzan la historia de una idea que encuentra salida en la escena. Es una idea sobre la política y la ética, sobre el mundo de lo colectivo que se traga al sujeto, aunque el inmolado reconozca lo absurdo de su muerte a manos precisamente de quienes defendió y representó en su momento. No se puede separar el texto de Günter Grass del hecho de que, en 1953, mientras Bertolt Brecht dirige un ensayo de la obra de William Shakespeare, Coriolano, en la calle se gesta un estallido social frente al que Brecht asume una posición ambigua. Esto provoca la escritura crítica de una obra en torno al silencio, y esta reflexión tan característica del polémico Günter Grass sobre el papel del intelectual que, en su claroscuro, tanto se parece a los nuestros. Ambos Coriolanos estarán en el Jiménez Rueda en septiembre y noviembre. Guanajuato recibe el de David Olguín •

BEMOL SOSTENIDO Alonso Arreola

@LabAlonso

Érase una vez un disco al revés

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caban de concluir la grabación de su disco debut, aunque llevan casi tres años como banda. Desde el principio –tras múltiples experiencias en las que todo comenzó con la hechura de un álbum– decidieron hacer las cosas al revés. Primero se juntarían por puro gusto para compartir sonidos y palabras y ya luego, si realmente ocurría algo de magia, se subirían a un escenario. Así sucedió. Partiendo de una sola composición que abordaron en situaciones peculiares (Museo de la Ciudad de México, Caradura, Centro Cultural España, Aniversario de la revista Rolling Stone), de a poco se fue desarrollando una amistad importante entre ellos. Sin tener que ponerse de acuerdo coincidieron en madurar las ocurrencias para que dejaran la infancia sin forzarlas y, a base de ensayos constantes, se convirtieran en algo con cara de canción, aunque lo suyo sería más tipo spoken word o poesía extendida. Entonces se vería la pertinencia de hacer un registro en estudio. Claro, tampoco pensaron en el mercado ni en la industria. (Los cuatro involucrados tienen proyectos variopintos que les permiten mantener éste casi impoluto). A los pocos meses las canciones ya eran ocho, cada una con un video para mostrarse en pantalla. Todas originales, salvo una con letra de Virgilio Expósito (“Vete de mí”), y otra con música de los Beastie Boys (“Sabotage”), las músicas fluyeron libremente en el juego de la improvisación compartida y las madrugadas sabor a agave. Exhibicionistas como son, los tres que se mueven sobre las tablas decidieron que para sus presentaciones se vestirían de un mismo color, pues el experimento literario-musical era demasiado extravagante para además volverlo solemne sobre el tinglado. No. Eso no ocurriría. Panzones y cuarentones, intentarían entretener a sus audiencias aunque la

dotación fuera solamente de bajo y batería con algo de teclados y voz hablada; aunque sus letras hablaran tanto sobre muerte, desapariciones y violencia. Con tales decisiones se estrenaron en el South By South West de Austin, Texas, en 2012. Festival sobrevaluado, lo aprovecharon para decidir si funcionaban interactuando juntos. Se respondieron que sí. Luego sonaron en el Plaza Condesa al lado de los Screaming Headless Torsos y en el Vive Latino del df. Allí trazaron ruta hacia Querétaro, Morelos, Hidalgo y diversos espacios de Ciudad de México que tuvieran una filosofía comunitaria (Foro Alicia, Escuelita de Artes y Oficios de Coyoacán, La Nana, etcétera). Mezcla de rock progresivo, ritmos latinos, jazz y algo de electrónica, la combinación de letras en español y náhuatl los hizo invitados en festivales de Uruguay, Costa Rica y Colombia durante 2013. Fue entonces cuando, sintiendo una pertinencia irrefrenable, solicitaron beca al Fonca para, ahora sí, trabajar en un primer disco/libro/ dvd en coinversión con el sello Intolerancia. Se la dieron. Gracias a eso viajaron a Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Morelos con la intención de dar una especie de “serenatas” a gente afectada por la violencia, la desigualdad o la corrupción, pero que ha sabido permutar lo malo por cosas buenas para sus comunidades. Las invitaciones a tocar continuaron. Recientemente viajaron al Festival fmm de

Sines en Portugal y al Womad de Londres, en Inglaterra. El próximo viernes 17 de octubre tocarán en la unam. Dos días después, el domingo 19, lo harán en el Zócalo capitalino. El viernes 31 se subirán a un escenario del Cenart (Festival de Día de Muertos) y, para concluir el año, el sábado 22 de noviembre, presentarán en el Museo Universitario del Chopo Las horas perdidas, el susodicho álbum becado que, según creen, nace en el momento que debía aun y cuando les hayan insistido, casi exigido, tener el respaldo de un disco antes de ponerse a tocar en vivo (ridículo). Ojalá que la/lo veamos, lectora, lector de nuestro suplemento, en alguna de estas celebraciones pues, para ser sinceros, se trata de un grupo en el que estamos involucrados y cuyo nacimiento al revés deseamos ofrecer no sólo para sentir su eco sino porque, allí lo importante, reforzó nuestra creencia en la cocina a fuego lento. Se llama Arreola+Carballo. Allí participan el baterista José María Arreola, el poeta Mardonio Carballo, el videoasta Rogelio Aguilar y quien esto firma. Disculpe el usufructo del espacio. Además del gusto por un nuevo trabajo que se cuece en el horno, lo que de verdad nos impulsa a escribir es la ruta, vieja y tristemente en desuso, que tiene al disco como fruto al final de la rama y no al principio, preocupando a las raíces. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos •


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Jorge Moch

Verónica Murguía

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OY, LAS RIDÍCULAS DISCULPAS de Carlos Manuel Treviño se escuchan en todas las estaciones de radio y de televisión. Es el funcionario que insultó a Ronaldinho. No repetiré aquí el agravio, ni las excusas risibles. No diré nada sobre las reacciones unánimes de reprobación y lo que pienso sobre este tema en particular, porque no puedo aparentar una mínima imparcialidad. Hace años en este mismo espacio, cuando Ronaldinho jugaba para el Barcelona, escribí un artículo que era una manifestación de asombro ante sus habilidades: es el jugador que más he admirado. No caeré, porque es rebajarse al mismo nivel, en la tentación de comparar el físico del señor Treviño con el de mi futbolista favorito. Baste decir que es claro el que el señor Treviño no podría darle a una pelota ni aunque fuera de esas para hacer Pilates.

Este escándalo pasará, pero no el proceso de putrefacción del pan : cuando el lector lea estas líneas, quizás un nuevo delito, exabrupto o mentira haga bullir a la prensa. Cada día aparece una suciedad distinta en la sórdida bandera del partido. Si yo fuera Gustavo Madero mandaría a todos los miembros a sus casas, cerraría las puertas y rentaría el edificio que tienen en la Del Valle como bodega. El dinero que tienen, que no es poco, lo usaría para resarcir a las víctimas de la guerra de Calderón. El que han sacado de los moches, para mejorar escuelas. Y es que el pan logró empeorar lo peor. A pesar de lo que imaginábamos, el pri , una institución que parecía no poder acumular más vicios, se deterioró todavía más después de onerosos doce años de panismo. A los expresidentes priístas no les gustaba parecer incultos.Yo no sé si es verdad que López Portillo, cuyos gestos teatrales y raterías no olvido, amaba a Shakespeare, pero él lo proclamaba como un motivo de orgullo. Ahora, después de Fox, quien se ufanaba de no haber abierto un libro en los días de su vida; después de Felipe Calderón, el violento e ignorante, tenemos a un presidente del pri que no pudo contestar cuáles eran sus tres libros predilectos. A los excesos priístas de siempre se han acumulado nuevos defectos: han dejado atrás la pretensión del laicismo que tanta falta hace en este país; han sumado una dizque campechana frivolidad a su ostentación acostumbrada y salen en el ¡Hola!, como sus panistas predecesores; hacen oídos sordos de los reclamos ciudadanos, los mismos que los sacaron del poder cuando llegó Fox, etcétera. Los narcos se volvieron más violentos; la televisión más vulgar.

La izquierda se dispersó, pero de eso tienen la culpa ellos, no el pan. El hambre aumentó, con el crimen y los desplantes de ciertos sectores de la iniciativa privada como el Grupo México, responsables del desastre humano de Pasta de Conchos y el ecológico en el río Bacanuchi. Los funcionarios priístas de todo el país se pavonean, se encogen de hombros:“¿no que no estaríamos de regreso?”, parecen decirnos. Me los imagino untándose Resistol 5000 en las manos. No sé cómo le vamos a hacer para que se vayan. Los más pesimistas lo vimos venir. Otros pensaron que el pri cambiaría, que sería “el nuevo pri”. Los pusieron de nuevo en el poder y ahora no saben ni a qué santo encomendarse. Pero lo que pocos calcularon es hasta qué punto se corrompería el pan. En lugar de aprender a gobernar, a lo largo de estos doce años aprendieron cómo traicionar al país. Es como si ya no supieran que deben tapar sus inmundicias, lección primera de todo político. Sólo en lo que va del año hemos visto a Juan Barrera Espinoza, militante de Jalisco, posando grotescamente y presumiendo su filiación neonazi con un grupo de esperpentos con flecos hitlerianos; supimos que los funcionarios Sergio Israel Eguren y Rafael Medina Pederizini manosearon a una mujer y golpearon a su marido en Fortaleza, Brasil, durante el Mundial de Futbol; que el señor Pedro Torreblanca Engell, amigo de los golpeadores y funcionario como ellos de la delegación Benito Juárez, insultó a quienes criticaban a sus compañeros; en agosto el video que muestra a Luis Alberto Villarreal manoseando a una bailarina de table dance recorrió todo el país, y ahora lo de Treviño. Sospecho, además, que esto lo sabemos porque los actores no lo consideran importante. Lo más siniestro, como suele suceder, lo ignoramos. Que se acabe, que desaparezca el pan . Y que no sea sustituido por otro partido semejante, lleno de hipócritas. Por favor •

Natalia

N

atalia tiene once años y cursa el último de primaria en la escuela Profesor Rodolfo de León Garza, en la colonia Andrés Caballero, un asentamiento precario que fue integrado como parte de la zona conurbada de Monterrey en General Escobedo, Nuevo León. Natalia es neoleonesa de nacimiento –nacida en San Nicolás de los Garza–, pero es hija de indígenas oriundos de Veracruz. Su madre, Fernanda López Flores, es de Ixhuatlancillo, una población de la montaña cercana a Orizaba, y su padre, Guadalupe López Hernández, es de Papantla, en el corazón del Totonacapan. Fernanda y Guadalupe venden flores en los mercados de la zona y él, según ha contado su hija, es también obrero en una fábrica. Son gente humilde, trabajadora y digna. Han logrado imprimir en sus hijos, en Natalia y sus hermanos, el orgullo perdido en muchos otros mexicanos por su origen indígena. De complexión

menuda y ojos vivaces que delatan astucia, Natalia es reconocida por ser una niña disciplinada y buena estudiante. Bilingüe nahua-español y extraordinariamente inteligente y de memoria aguda y precisa, se dio a conocer gracias a la promoción constante de sus maestros por su sobresaliente facilidad para la oratoria. Es sin duda una niña bien educada y según ha dicho – y se le nota en dicción, vocabulario y soltura– le gusta mucho leer. Cuenta que su madre siempre le ha inculcado “lee treinta minutos diarios y aprenderás muchas cosas”. En marzo de 2013 Natalia formó parte, según la nota periodística de Agustín Martínez (Destaca alumna náhuatl en oratoria, Milenio, 25 de marzo 2014) en el Parlamento Infantil del congreso de Nuevo León, donde fue “diputada por un día”. Pero lo que hizo famosa a Natalia fue un breve discurso, presuntamente preparado por su maestra y por ella misma, que dio un año después, es decir hace seis meses, cuando en la premiación de un concurso de fotografía (Un “flashazo” ciudadano, organizado por la Comisión Estatal Electoral de Nuevo León) tomó el micrófono para asombrar a los asistentes con una retórica reivindicación de los derechos de las etnias originarias de México, para recordar a los asistentes que los indígenas mexicanos, tradicionalmente relegados a la marginación y el desprecio, merecen un trato ni mejor ni preferente: simplemente igualitario. Se dijo, de entrada, orgullosamente indígena, orgullosa de ser una de esas “Marías” que a menudo son señaladas con desprecio en las calles de las ciudades mexicanas. Natalia vive en uno de los núcleos urbanos, Monterrey, más clasistas de México. Poco después, durante la convención Kani Tajín del día del niño, en abril, Natalia repitió sus dichos de Monte-

rrey en otro discurso similar (http://www. youtube.com/watch?v=AfX9 • ldtGjZA ); y a finales de abril de este año, durante la entrega de la presea al mérito cívico Capitán José de Treviño, en Monterrey por los festejos del 410 aniversario de la fundación de Escobedo: (http://www.youtube.com/watch?v=5aZ4Rmw24Ko) reiteró esos que más que reclamos suyos son exhortos a favor del rescate de las tradiciones, del reconocimiento respetuoso del otro, de la multiculturalidad:“Nos hace falta practicar la honestidad, practicar la comunicación, practicar la tolerancia, practicar la lealtad, practicar, practicar, practicar valores […] valores hasta en la sopa…”, y sin teleprompter, sin “chícharo” ni “acordeón”, de frente al público y sin titubeos, contundente aun si como señalan algunos detractores de oficio, fuera un discurso aprendido de memoria (de prodigiosa, ejemplar memoria), remató: “Si el respeto entre todos se hiciera una tradición, los pactos presidenciales, los negocios con otros países, las inversiones con grandes empresarios y los programas que se inician en el país se harían pensando en los derechos del prójimo y en el bienestar del pueblo.” Y tragaron pinole las corbatas, que buscaron ponerla en podios donde hablara, moderando las rompientes de su discurso, para funcionarios, alcaldes y gobernadores que obsequiaron, disimulando el asombro o la incomodidad, gestos de condescendencia, porque todo reclamo bien articulado de un niño en México, sobre todo de un niño orgullosamente indígena, restalla en la jeta de un régimen profundamente corrupto e hipócrita como el que padecemos. Y como dice Natalia: “Ojalá nos interesáramos más en la diversidad.” Ojalá se multipliquen en un futuro cercano las Natalias, y nos enseñen que vivir en armonía no es procurar la politiquería ni el negocio turbio. Sino hablar de frente y sin que tiemble la voz •

CABEZALCUBO

Se logró lo imposible

LAS RAYAS DE LA CEBRA

tumbaburros@yahoo.com Twitter: @JorgeMoch


........ ARTE Y PENSAMIENTO

Jornada Semanal • Número 1021 • 28 de septiembre de 2014

Enrique López Aguilar

Luis Tovar

A la Cofradía de los Pinches

E

n términos generales, la aparición de un nuevo recetario es motivo de felicidad. Los hay fáciles, complicados, especializados, tendenciosos, amplios… Casi siempre son iluminadores. Un recetario es una partitura: quien sabe leer música no requiere de instrumentos para que los sonidos brillen dentro de su cabeza; para un cocinero experto, la lectura de una receta le deja ver el resultado final, con olores y sabores incluidos. Vázquez Montalbán incluía por lo menos una dentro de sus novelas y el territorio literario muestra que nada es ajeno a la palabra: existe un Recetario del Quijote (en el que se ofrece una posible solución a los misteriosos “duelos y quebrantos”) y un casi inverosímil Recetario antiguo y medieval en el que se proponen recetas descritas en los libros romanos (como aquellos que eran las delicias de los comensales en el Satiricón, de Petronio) donde una carne de jabalí se aderezaba con miel, grasa de oso y salsa con vísceras de ave y pescado podrido, todo acompañado con un vino joven mezclado con agua de mar; en el mismo recetario se encuentra la argumentación para preparar carne de gato, felino que fue una plaga en la Cataluña medieval. Historiar los recetarios es una ardua tarea. Como en el caso literario de Vázquez Montalbán, hay películas que ofrecen recetas sencillas como la pasta con albóndigas y vino tinto preparada por Clemenza, en El padrino; y otras no tan fáciles como las ofrecidas en El sabor de la vida, Deliciosa Martha, La gran comilona, El festín de Babette y muchas que no menciono, donde se sugieren los trabajos dentro de la cocina y el placer de los comensales. Antes de entrar en materia, no puedo sino recordar con gratitud la espléndida serie de recetas publicadas en la colección Le Cordon Bleu, de la editorial Könemann; el didáctico Mi cocina, de Escoffier; y el porfiriano Nuevo cocinero mexicano en forma de diccionario. No es el momento para abundar en ellos, pero no olvido el recetario de doña Rosa, mi madre: una carpeta con páginas mecanografiadas, manuscritas y recortes de revistas y periódicos; tampoco puedo olvidar las obras maestras oaxaqueñas surgidas de las manos de doña Emma, abuela de Raúl Torres; ni los asombros pergeñados por Edith Monfort, en Xalapa. María Luisa Yáñez Mayer, cultivadora de la felicidad en los voraces paladares de su familia, en la plenitud de sus amigos degustantes y en la envidia de quienes no saben hacer todo lo que sale de sus prodigiosas manos, ha

publicado un recetario de autora con muy buen gusto editorial, con una abundante sección de “Consejos prácticos”, una guía de sabores y referencias cruzadas que viajan desde las entradas y los quesos hasta las “recetas base”, pasando por sopas, pastas, carnes, chiles y postres, y una inevitable invitación para degustar los sabores orizabeños de los que presume una mujer con chorrocientos años de casada, madre de tres hijos tragones y abuela de seis nietos en los que se funden los sentimientos italianos, alemanes, mexicanos y orizabeños, pues doña Licha es nativa de Orizaba, Veracruz. Las partituras terminan en el atril de un músico. Los recetarios, por hermosos y elegantes que sean desde el punto de vista editorial, en la cocina: arrugados, pringosos, llenos de marcas personales, con –tal vez– notas personales y hasta agregados amorosos con fechas individualmente necesarias: toda una obra de edición crítica que nunca pasará a la Academia ni a las ediciones posteriores, sino a la memoria familiar donde se debería proseguir con la magia de una casa: el hogar, el fogón, la cocina. Con toda seguridad, el recetario de María Luisa Yáñez correrá ese destino secreto: Mis memorias de cocina. Vivencias y sabores en más de diez lustros (s. Ed., Puebla, 2013). Las artes suelen medirse por la memoria y la conservación: los cuentos de Borges, la música de Beethoven, los paisajes de José María Velasco, las fotografías de Weston, las películas de BergBerg man… La ingesta de esa obra no supone su destrucción. En camcam bio, la de la cocina es la única de las artes humanas cuyo éxito se mide con el desvanecimiento de la misma. El magisterio del libro de doña Licha es que no existen las recetas secretas: todas dede ben socializarse para que los misterios de la cocina se didi vulguen y venzan la prolifeprolife rante peste de la comida chatarra, de la fast food, de esa manera actual de coco mer mierda que recuerda el rancho carcelario: las sopas Maruchan, Kentucky Fried Brains y MacJodidos. Si las técnicas del arte y de las ciencias se difunden, lo mismo debe ocurrir con las del fogón •

(¿Nuevo?) realismo mexicano Suele decirse, y para infortunio colectivo con toda la razón, que para un político no hay peor enemigo que esa cosa llamada “realidad”. Entre miles de ejemplos, van sólo dos: el actual titular del Ejecutivo recibió el changarro nacional con una tasa de desempleo de 5.12 por ciento de la población económicamente activa, y aunque firmó “ante notario” su promesa de generar empleos, en menos de dos años la cifra ya aumentó a 5.18. El otro ejemplo no se basa en cifras sino en regiones y nombres: dice la terca realidad que Michoacán significa la Tuta, que Tamaulipas –y Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Durango…–quiere decir “tierra de nadie”, y que “inseguridad” –así como “impunidad” y “orfandad”, entre muchas desgracias más– significa “normalidad mexicana”. Lo que no suele decirse sino más bien verse, obviamente en pantalla de gran formato, es que cierto cine mexicano pareciera compartir enemigo con la impresen-

table clase política: para evitarse complicaciones, de la realidad toma solamente aquello que le viene bien para que su discurso no tropiece aunque, al proceder así, cometa dos pifias insalvables: una, que por la vía del soslayo tergiversa, quiera o no, la realidad de lo real; y dos, que dicho trastocamiento de esa realidad real en la que inserta su historia de ficción vuelve a ésta un ejercicio narrativo tan desasido de cualquier referente de verdad, que a final de cuentas resulta deleznable –igualito que en política, por cierto.

La nueva reaLidad, tan vieja Desde luego, no es cosa de solicitarle al olmo las peras que no ha de dar jamás –absurdo hubiera sido, verbigracia, pedirle ya no se diga realismo sino al menos verosimilitud a Eugenio Derbez, en lugar de su colección de complacencias bobas–, ni de exigir en cada filme un aire de neo cinema veritá o cosa parecida –por más que algo aproximado pueda verse, por ejemplo, en Heli y en La jaula de oro, por citar dos muy recientes– pero, como es de sobra conocido, hasta la más desaforada de las historias de ficción tiene depositada en buena medida su eficacia ya sea en el carácter de espejo inherente a las alegorías, las metáforas o las parábolas, ya sea en sus cualidades contrastantes: reverso de la realidad que ilustra, gritándolo casi, un anverso deseable por inexistente. En el medio, filo muchas veces muy delgado, entre la fantasía absoluta y el retrato que se quiere fiel de un contexto, un tiempo y un entorno, transitan filmes como Viento aparte (México, 2013), tercer largometraje de ficción de Alejandro Gerber, que antes entregara las interesantes –aunque no tan logradas como ésta– Vaho (2009) y Peatonal, así como su ópera prima documental, la estupenda Onces (2002). Lo que uno termina queriendo saber, cuando los personajes de la cinta conclu-

yen su periplo dilatado, es quién puede ser el desquiciado Dédalo que construyó este laberinto que llamamos México contemporáneo, hecho de muros contrapuestos –contrahechos– como los que se citan en el primer párrafo de estas líneas: la gente empobrecida a fuerza de promesas vanas; bloqueos en carreteras en demanda de solución a problemas que nadie quiere remediar; retenes militares en los que jamás ha caído ni caerá narcotraficante alguno sino, por cierto, población civil que no sabe a quién temerle más, si a los uniformados que pueden rafaguear al que no obedezca, o a los desuniformados que cuelgan en un puente el cuerpo de alguien para siempre anónimo, como podría uno mismo acabar si no corre con la suerte de encontrarse, como los adolescentes protagonistas de este Viento aparte, con el otro rostro mexicano, Ícaro improbable que aparece de repente para prestar sus alas, aquí encarnado al menos en dos presencias azarosas: primero un habitante del desierto que los ayuda porque sí en su traslado, digamos que del mismo modo en que otros matan porque sí, roban porque sí, contaminan porque sí, porque se puede simplemente; después un chilango autoexiliado que escapaba de sí mismo y de algún modo vuelve a ver su imagen en esos dos menores de edad que llevan recorrido medio país tratando de volver a casa. En el borde mismo de la realidad y, quizá sólo por momentos violentando las posibilidades reales de que lo contado en efecto pudiera suceder así, tal cual como se ve, a Viento aparte le favorece la vocación realista de su director, guionista y productor, todos el mismo Gerber, y se inscribe en esa línea que se apunta más arriba: la de un cine consciente de que la realidad no desaparecerá por la sencilla razón de que alguien no la filme o, peor, la niegue o tergiverse •

CINEXCUSAS

@luistovars

A LÁPIZ

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CIENCIA

El aLma sonora del Universo

28 de septiembre de 2014 • Número 1021 • Jornada Semanal

Norma Ávila Jiménez

E

n el mercado de San Pedro Atacama, Chile, es común la venta de hojas de coca, además de caramelos, chiclosos y té de esa planta. Turistas y aldeanos que transitan entre las calles con paredes de adobe consumen esos productos para combatir alguna enfermedad, por curiosidad o por gusto. Otros como nosotros, un grupo internacional de periodistas, tomamos té de coca para poder subir sin sufrir malestares al Atacama Large Milimeter/ submilimeter Array ( alma ) o Arreglo Grande Milimétrico/submilimétrico de Atacama, ubicado a 5 mil metros de altura en el llano de Chajnantor, en los Andes, al norte de Chile, y considerado el telescopio más poderoso en su tipo. Invitados recientemente por el Observatorio Europeo Austral ( eso , por sus siglas en inglés), tuvimos la oportunidad de observar cómo operan las sesenta y seis antenas (parábolas) de este conjunto ubicado en una de las zonas más áridas y altas para la observación del universo invisible.

sonora Financiado por los catorce países europeos integrantes de eso , Estados Unidos, Canadá, Taiwán y Japón, en cooperación con Chile, alma capta las ondas de luz emitidas por los cuerpos celestes en el rango de los 0.32 a los 3.6 milímetros de longitud. Esto significa que permite a los astrónomos asomarse a un espectro imposible de registrar con los telescopios ópticos porque la atmósfera y el vapor de agua lo absorbe: las ondas de radio. Escuchan esa música del cielo proveniente de la radiación del Big Bang –génesis del Universo–, de galaxias primigenias que comenzaron a formarse hace 10 mil millones de años, así como la de grandes nubes frías del espacio interestelar, úteros donde se gestan estrellas y sus sistemas planetarios. Las notas milimétricas y submilimétricas informan sobre la composición química de esas nubes, acerca de las leyes físicas que las rigen, y en un futuro probablemente ayudarán a detectar vida. Antes de subir a alma nos tomaron la presión: quien la tuviera en un rango fuera de lo normal alma

se quedaría abajo, en la Oficina de Soporte, a 2 mil 900 metros. Afortunadamente todos pasamos la prueba. En el camino al llano de Chajnantor, vicuñas con su pachón pelaje café, burros salvajes y especies endémicas de cactus fueron el tema predilecto de los encuadres fotográficos. Un viento helado –la temperatura era de menos seis grados centígrados y la velocidad del viento de aproximadamente 40 kilómetros por hora–, que congelaba las manos y las orejas, nos dio la bienvenida a este conjunto de radiotelescopios. Como medida de prevención, personal de eso nos ofreció tanques de oxígeno individuales, en caso de ser necesario: a 5 mil metros de altura la concentración de oxígeno en la sangre disminuye. “Los trabajadores de mantenimiento que requieren estar por horas trabajando en las parábolas, utilizan un tanque que les brinda oxígeno continuo”, señaló Laura Ventura, oficial de Divulgación de eso en Chile. Los investigadores y técnicos que en ese momento trabajaban con alma nos mostraron cómo cincuenta antenas de doce metros de diámetro en la parábola se dirigen al unísono, como si fueran un solo telescopio, hacia el mismo objeto celeste. Las ondas captadas por todas son traducidas a una sola imagen detallada, por medio de la interferometría. El otro conjunto de antenas –al que llaman Almita– lo conforman cuatro antenas de doce metros de diámetro y doce de siete metros que también trabajan tipo interferómetro. Aunque suene trillado, ver moverse a las antenas parejitas, como una coreografía de movimientos simétricos, hizo recordar escenas de la película Contacto. Dependiendo de la galaxia, sistema solar o nube interestelar que se estudie y del zoom requerido, las sesenta y seis parábolas pueden colocarse a distancias que van de los 150 metros a los 16 kilómetros. Los datos obtenidos pueden complementar las investigaciones realizadas con los cuatro telescopios ópticos de eso ubicados en el Cerro Paranal –el Very Large Telescope (ver La Jornada Semanal núm. 1015, 17/ viii /14).

Otto y Lore Laura Ventura nos habló de Otto y Lore, dúo inseparable que vence las vicisitudes del clima y no teme a la altura. Conforman un “vehículo doble de 20 metros de largo, seis metros de ancho y con veintiocho llantas enormes”, capaz de transportar cada antena –cuyo peso es de aproximadamente 100 toneladas–, desde la Oficina de Soporte hasta la sede de alma , o en el llano de Chajnantor, a diferente posición. Cuando el clima no es muy placentero, Otto y Lore “tardan hasta dos días en recorrer los 28 kilómetros desde la Oficina de Soporte hasta alcanzar los 5 mil metros de altura (con paradas para comer y descanso)”, porque avanzan lento para no dañar la antena y colocarla en el sitio asignado con precisión milimétrica. El agua y los agujeros negros ¿Que hay agua en los agujeros negros, en esos caníbales del Universo que se tragan todo, hasta la luz? Esa es la investigación desarrollada por Violette Impellizzeri, astrónoma de e s o que labora en alma y a quien entrevistamos al bajar del arreglo de parábolas: “Estudio los agujeros negros ubicados en el centro de galaxias supermasivas.” Sus discos de gas y polvo pueden contener moléculas de agua. Al rotar, la energía despedida por esos discos aumenta la de dichas moléculas, provocando la emisión de microondas conocidas como máseres. “Con alma es posible detectar su espectro.” Como astrónoma de base –trabaja dos semanas continuas por una de descanso–, no sólo se dedica a su investigación; también corre la de otros equipos aceptados por el comité de selección del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, que decide cuáles proyectos son viables de realizar en esas longitudes de onda. “Hago trabajo para otros astrónomos, ellos no vienen a este observatorio; así me di cuenta de que un equipo de Japón está trabajando lo mismo que yo; somos una comunidad pequeña.” Esperemos que alma haga arqueología cósmica y dé respuestas a las disonancias sonoras •

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