SUPLEMENTO CULTURAL
No. 193 - 13 DE ABRIL DE 2015 - AÑO 4
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
El grupo de rock Enjambre está conformado por los fresnillenses Luis Humberto Navejas (voz), Rafael Navejas (bajo), Julián Navejas (teclados y guitarras), Ángel Sánchez (batería); y por el californiano Javier Mejía (guitarra). Enjambre nace con este siglo; y después de un arduo camino recorrido buscando consolidarse, hoy son protagonistas en la escena nacional del rock. Durante su reciente visita a Zacatecas para presentarse en el Festival Cultural, conversamos con ellos, hablamos del inicio de su carrera, de su música y de su natal Fresnillo, Zacatecas.
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LA GUALDRA NO. 193 / 13 DE ABRIL DE 2015 / AÑO 4
Llegó a mis manos Artificio, el número inicial de la revista de Arte y Cultura de la Universidad Autónoma de Zacatecas que fue presentada el sábado pasado en el Teatro Calderón. Noticias como ésta me llenan de entusiasmo por varias razones: la primera es porque entre más espacios editoriales existan para difundir trabajos de calidad en esta área, más oportunidades tendrán los creadores para dar a conocer su trabajo a un público que cada vez es más numeroso, pero también más exigente. La segunda razón de mi alegría es porque la UAZ, a través de su Consejo Académico de Arte y Cultura, ha tomado la decisión de emprender un proyecto como éste; siendo la máxima casa de estudios del Estado, hacía falta desde hace tiempo que existiera una revista impresa que registrara lo que se hace al interior de una institución educativa tan prestigiada –actualmente considerada como una de las 20 mejores universidades del país- que se ha caracterizado desde su fundación por el interés en resguardar y promover las artes en nuestro Estado. Y la tercera, pero no menos importante, es que la revista Artificio, en realidad es un hermoso producto editorial, bien diseñado y con un contenido muy interesante. Tiene 64 páginas interiores en papel couché, de las cuales 15 están impresas a color. En ellas encontramos imágenes de la obra de Ismael Guardado, Jorge Pérez, Juan Carlos Villegas, Eduardo Román Quezada [+], Eric Verdier, Marissa Olivares, Ana Bertha Ibáñez Hernández, Magdalena Okhuysen, Susana Salinas, Tony Dadá, Naomi Luna, Isabella Antonelli y Pedro Valtierra. En este primer número aparecen las colaboraciones de Enrique Cháirez Arellano, “Rulo en el llano”; Vicente Rodríguez, “La naturaleza de las industrias culturales”; un poemario de Yamilet Fajardo; una entrevista realizada a Ismael Guardado realizada por Rosa María Villa y Daniel Román con un texto de Kutzi Hernández Galván; un poemario de Mauricio Moncada; Irma Guadalupe Villasana Mercado presenta “Metáforas en movimiento. Esquemas culturales e ideología”; Miguel Aguilar Dorado, “El cine y los otros. El documental como elemento para analizar y modificar la cultura”; Marissa Olivares, “Hombre hecho por goteo en laboratorio”; Jesús Pasillas Almeida, “Perdida”; Mónica
Muñoz, “Reseña sobre Memorias de un lugar en la arena”; Alberto Ortiz, “Speculum”; Mónica J.M. Villalpando, “Reflejos”; Juan Horacio Garibay, “Reseña musical: Vicente Gallo, When, Warp, 2001”; Juan Antonio de León Sigg y Celia Torres Muhech, “El simbolismo en las puertas de la Catedral de Zacatecas”; Juana Lucía Oliva Bernal “La metáfora del placer. Sobre Manuel Puig”; y Juan José Espinosa Zúñiga, “Las monedas del capitán”. Dejé para el final dos secciones de esta revista porque corresponden a dos queridos amigos que ya no están con nosotros: un dossier de fotografías del Torque (Eduardo Román Quezada, quien falleció este febrero) “Relación de Objetos Olvidados”, acompañado de texto de Sergio Mayorga; y en el principio de la publicación “John Cage: el arte de crear silencio. Trazos hermenéuticos para una comprensión de la música y el arte experimental en la Norteamérica de la posguerra”, del entrañable Armando Haro Márquez, quien falleciera en diciembre pasado. Ambos, Armando y el Torque (quien aparece también como como parte del equipo de coordinación), participaron del entusiasmo de crear una revista como ésta cuando aún vivían y hoy su trabajo aparece publicado en este ejemplar que ya de entrada se vuelve, por eso mismo, un número de colección. La producción editorial estuvo a cargo de Texere Editores; la edición, de Judith Navarro y Magdalena Okhuysen; diseño, Mónica Paulina Borrego Lomas; corrección, Margot Castro Vallina; edición de fotografía, Néstor Cuéllar; comunicación, Martha Alejandra Ramírez Alva; el equipo de coordinación de esta edición estuvo a cargo de Daniel Román Hernández, Samuel Rodríguez Escobar, Eduardo Román Quezada y Vladimir Reyna. El editorial fue realizado por Alfonso Vázquez Sosa, coordinador del Consejo Académico de Arte y Cultura de la UAZ. Vaya para todos ellos mi más sincera felicitación y mi deseo de que éste sea el inicio de un productivo y constante ciclo de publicaciones trimestrales; ojalá que pronto tengamos la versión electrónica para que los lectores de otras partes del mundo puedan conocer este proyecto. Larga vida a Artificio. Que disfrute su lectura. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Cruces nevadas (II) Por Gabriel Luévano Gurrola
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De lectores, narradores, personajes y lugares: Uno más de los utópicos lugares legendarios Por Edgar A. G. Encina Una catástrofe para la historia de la humanidad Por Violeta Tavizón
Enjambre Los rockeros de Fresnillo Por Jánea Estrada Lazarín
Diario de Mateo Por Mateo Estrada Gaviria El amor, un personaje Por Rebeca Mejía López
Castillo de sal si puedes Por Ester Cárdenas El Picaporte Por Simitrio Quezada
Dorada o el nuevo erotismo Por Mauricio Moncada León
Mauricio Magdaleno, para intrusos IX. Las colaboraciones en periódicos y revistas Por Conrado J. Arranz
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Me dices, me hablas Por Alberto Huerta Pero Por Edgar Khonde Resistir Por Gerardo del Río Enchinador de pestañas Por Pilar Alba
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Cruces nevadas (II) “Sólo entonces, cuando aprendes a recorrer cada imagen como si fuera una calle muy larga de una ciudad por la que caminas por primera vez en tu vida o las páginas de un libro que no quisieras olvidar nunca, las figuras, las palabras, las escenas no te abandonan jamás. Y tal vez hasta puedas llegar a descubrir algo que de otro modo habría permanecido oculto siempre, entre líneas, en algún rincón de la fotografía. Tal vez entonces los secretos del pasado, los de la historia que estás leyendo, se deslicen fuera de sus escondrijos”. Los pozos de la nieve, Berta Vias Mahou
La relación fugaz de Clara y Julio, que creación. En Los pozos de la nieve aparece conforma el punto nodal de la trama, no otro afán de concordancia. El de las palabras es menos noble que la perpleja bondad y la realidad. La novela es, igualmente, una de la pequeña Lula, hija de Bertha, que no disquisición sobre el lenguaje, al que se pone entiende por qué al arribar a Alemania la en duda, revelando la oscuridad que muchas Gestapo se ha llevado por ser judío, al buen veces arroja, en lugar de transmitir las senhombre que en momentos de hambre les saciones y pensamientos que surgen ante la invitó un desayuno durante el transcurso impotencia que la opresión produce. emprendido desde España. Perplejidad Todas esas palabras que no le dejan que se replica cuando pregunta a su herconciliar el sueño. Que le acechan, como mano Ernest la razón por la que algunos las pesadillas. Todas esas palabras que hombres, tratados vilmente, portan estreno parecen servir sino para nada más que para matar, poco a poco. Cortarse llas en su saco, para luego imaginar que es la cabeza, sí. Y guardar la lengua bajo parte de esa estirpe desdeñada y desear el paladar, como en un estuche, porque traer las mismas figuras, iguales a las que también le duele la boca, las paredes en el firmamento son interrogadas cuando de carne dura y resbaladiza, porque las palabras parecen chocar contra ellas, una no se encuentra el sentido a nada. La acy otra vez, que nunca llegan al alma, ni titud de Lula y la experiencia amorosa de vienen de ella, que sólo hieren.1 Clara y Julio, son paréntesis que se abren dentro de la noche y parpadean, tratando de decirnos algo importante. De hecho el Cuando el lenguaje no alcanza a cubrir enigmático hombre que mira la nieve sabe la cuota de entendimiento esperada, son los que en ese encuentro amoroso está su oriobjetos los que ocupan su papel de signos, gen. El roce de las dos familias principales dotados de la magia que los seres humanos prefigura otra, general, más amplia, como impregnan en ellos. Son capaces de concensi fuera el producto de un vientre que no trar la existencia, recrudecer la soledad y deja de lanzar interrogantes condenadas a exacerbar la memoria, y asimismo, la fe en vagar por el mundo añorando fantasmas. que un día el rompecabezas que cada indiviLa familia que tuvo por hogar una Europa duo tiene que armar como justificación de su que se volvió trampa. andar en la tierra, se complete. ¿De qué forma El inicio exacto de Los pozos de la Berta Vias logra conciliar estas dicotomías: nieve, antes de regalarnos la imagen que hecho y mito, palabra y realidad, objeto y Berta Vias Mahou en la Petroteca de San Agustín, en Zacatecas. Foto de La Jornada me ha servido para armar este texto, es ausencia? Ya hemos respondido con la refeZacatecas. un poema de Octavio Paz que contiene lo rencia de Paz. Si bien el género es narrativo, que Vias Mahou tratará luego con belleza en la obra permea un lirismo que nos salva y fortuna. La Canción mexicana, que abre del vértigo y guía de la mano por los terrenos con los conocidos versos: “Mi abuelo, al tomar el café, me amplia bibliografía sobre el tema de la Segunda Guerra a los que nos quiere llevar. El primero de ellos, el de un hablaba de Juárez y de Porfirio, los zuabos y los plateados. Mundial y la lucha civil en España, distinguiéndose sin cementerio y un hombre que mira las lápidas originará Y el mantel olía a pólvora”. Los versos no sólo encierran problemas, reinventando el marco de la época con la una pesquisa que ya está insinuada en el título, que como la apremiante necesidad de voltear los ojos a un pasado historia específica de estas dos familias que nunca dejan en muchas otras novelas, es una metáfora de todo el conque se juzga más interesante que el presente. También de dar la impresión de estar en el centro de la vida. junto. Los pozos de la nieve: con qué facilidad cae la nieve hablan del poder de los objetos, de su capacidad de Los detalles de su cotidianidad, el brillo genuino que (pasa el tiempo), y con qué facilidad forma un pozo, la hacernos volver, con su tacto, vista y olor, a ese pasado. destellan, forman el contrapunto perfecto de la gran noche original, un sepulcro donde caben tanto los vivos Los pozos de la nieve es una novela de la memoria, y máquina, fría e irrefrenable de la historia. Las figuras como los muertos, donde la autora mete la mano y propor lo tanto, nutrida de descripciones. La naturaleza y negras y amenazantes de Hitler, Goebbels y Franco, se duce poesía con lo que encuentra. Dentro del pozo está la los objetos, pueden ser un árbol, una motocicleta, una vuelven sombras, son aplastadas por el puntual trazado condena de la violencia en todas sus variantes, el empeño peineta, un pasaporte, un periódico, son portadores de de un pueblo que se resiste y cobra su derecho de exispor descifrar las razones por las que se mueven los seres un misterio doloroso que es al tiempo un martirio y un tir, si bien en constante huida, en el margen, que aquí, humanos. Decía que no es extraño que la autora que duguía. El santo y seña, la clave, la imagen que abrirá las se vuelve nudo, punto central. El mito humano de la rante el Encuentro Internacional de Escritores nos alegró puertas a un universo recobrado: la cruz llena de nieve supervivencia, es la garantía más confiable dentro del con su presencia sea además de estudiosa de la historia, siempre mirándonos, como si fuera parte de nuestro vórtice de la historia con h mayúscula, garantía que sin traductora. Son innegables la precisión y gentileza con cuerpo. ¿Acaso el escritor no es un panteísta que busca embargo, teniendo en cuenta todo lo que llevan en conque su lenguaje vuelve níveo, hermoso y diáfano el golpe vencer el vacío con la fusión de la palabra y la realidad tra el amor, la conciencia y la piedad, parece un atributo en el lago helado del que nos hablaba Kafka, el precio para de la que viene y a la que pertenece? Sí, en cierta forma de relato fantástico. traducir los signos de la vida. toda novela es histórica, autobiográfica y mística. Para Octavio Paz, el poema es la forma en que se Ésta es una novela que abona felizmente a una reconcilian los hechos y el mito, la posibilidad de re1. Vias Mahou, Berta
Encuentro Internacional de Escritores
Por Gabriel Luévano Gurrola
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LA GUALDRA NO. 193
De lectores, narradores, personajes y lugares: Uno más de los utópicos lugares legendarios
Encuentro Internacional de Escritores
Comentarios a Cielo árido de Emiliano Monge*
Por Edgar A. G. Encina
“Este libro está dedicado a las tierras y a los lugares legendarios: tierras y lugares porque a veces se trata de auténticos continentes […] y otras veces de pueblos, castillos o […] viviendas”, sentencia Umberto Eco en las primeras líneas de sus Historias de las tierras y los lugares legendarios1. Se trata de una obra que no hace ni de diccionario ni de repertorio de lugares inventados ni de compendio de circuitos legendarios o alimentados por la mitología. Se trata de una obra que sí inscribe, en quince apartados, lugares que han creado quimeras, utopías e ilusiones, porque muchos lectores han creído que existen realmente, porque son sitios novelescos que sus lectores fantásticos ansían identificar o descubrir o desean comparar. Son historias de lugares y de tierras que cruzan la ciudad, el monte, la llanura, hasta perderse en la noche, en el tiempo y reviven en la fuerza del relato como producto de la invención lectora, que bien puede originar flujos de creencias o hacer realidad tales reconocimientos. Son historias de lectores, apenas un fragmento estelar en las infinitas constelaciones que se descargan aplastando nuestras cabezas. Son historias en que los lectores desean habitar y los buscan en la realidad o en sus mundos fantásticos o que habitaron y huyeron porque no podían soportar el calor del suelo o el ambiente frío que congela al respirar o las ventiscas terregosas que ciegan con ardor. Son historias leídas, posiblemente parecidas a la realidad o extraídas de la realidad o inspiradas por la realidad o todo lo contrario, que pasman, alientan, convulsan y dan materia para otras escrituras, para otras lecturas y para otros fragmentos ideales que conforman los muy personales lugares legendarios de historias de las tierras. Ahí sitúo el Cielo árido que Emiliano Monge (Ciudad de México, 1978) narra de la meseta Madre Buena, con sus abiertos espacios abrazados por la resequedad, el marchitante calor, el altiplano que atestiguando la desaparición y la fuga revive la “luz [que] arde en los ojos y el sol castiga a los hombres y a las cosas […] cuando el sopor, la lentitud y los murmullos que deja tras de sí la primavera se apoderan de la tierra[…]”. 2 Cielo árido, se titula la novela, y ya desde ahí el tufo de Juan Rulfo y Daniel Sada no se escapa del referente, un tufo de algo que está por perderse y al Gran perezoso que habita los cielos parece sólo importarle como espectáculo, un tufo de que todo se fue a la chingada y este canijo –su autor- no la pone fácil en el recuento, en el relato de daños. Cielo árido, se titula la novela del tal Monge, en la que cocina un personaje central que no es ni héroe, ni antihéroe, ni villano, ni malora, ni todo lo contrario; en la que cocina con un narrador que es personaje pero no es personaje y se debate por vestirse en la historia y al tiempo le saca a los chingadazos; en la que cocina con un lector avisado, advertido todo el tiempo, que es agredido implícitamente y se le dice que será, que se le adelanta al precipicio y éste –masoquista- aguarda porque el entramado estético-narrativo no le deja soltar el libro. Cielo árido que sabemos que es árido porque su autor lo dice aquí, ahí; que no lo dice pero lo cifra allá y acá; que sabemos cómo es porque se parece al cruel
Emiliano Monge en la Petroteca de San Agustín, en Zacatecas. Foto de Gabriela Flores.
lopezvelardeano 3 y que de a poco construye la historia de una tierra. Vuelvo. Vuelvo, porque el círculo no quedó marcado. Vuelvo, porque en la arena, cuando niño, hacíamos una moneda grande y al volver evadiendo al resguarda que te congelaba salvabas tu vida, la de los congelados y la de todos tus amigos. Vuelvo, como los perros hacen cuando orinan un poste, nada más para marcar territorio, para molestar a los otros perros, para encontrar mi propio rastro. Vuelvo porque sí, porque frente al novenario de “La renuncia”, “La concepción”, “La fortuna”, “El alumbramiento”, “La decepción y el desagravio”, “La desaparición y la fuga”, “La conversión y el desamparo”, “Los ascensos” y “Las exequias”, se trazó una galería de relatos a la manera de disección de instantes, como faros en la niebla cada uno es intervalo que pudo ser el comienzo o el entreacto de una vida, como la nuestra, que pasa su mayor tiempo sin pasar nada. Vuelvo: Por suerte para el curso de esta historia, una historia que será mejor no asociar con esta idea: el curso, es decir: por suerte para los saltos de esta historia, aunque nuestro hombre cumpla con lo que ahora, sin dejar de ver el picaporte de la puerta, vuelve a prometerse, es decir: aunque consiga olvidar todas las anteriores a esta hora en la que estamos, aquí estoy yo para acordarme y remendar lo que haga falta: en mi poder están las hojas que un día escribió Germán Alcántara Carnero, los cinco testimonios que levanté entre sus
muchachos, las noticias que en su día recorté yo de la prensa, las notas que tomé en su momento y el relato de los hechos que he debido imaginar para dar forma a esta historia: la historia de Germán Alcántara Carnero, de la región en que vivió y de la era que marcó a sangre y fuego, una historia que ya dije: no conviene asociar a esta palabra: curso, pues es antes que un continuo una galería de momentos.4
Vuelvo. Vuelvo porque ese truco narrativo que alude a las formas estéticas como actos y experiencias comunicativas hacen de Germán Alcántara Carnero, el personaje principal, “Nuestrohombre”, “el gringo”, hijo de “Elprimero” y la “Quecontiene”, hermano de Sagrario y Heredí y que olvidó a Anne Lucretius Ford y al Delmónico Macías Osorio. Vuelvo: Porque en este punto de esta historia, una historia que por fin ya sabe cuál podría haber sido su comienzo aun a pesar de no tener comienzo y también sabe que seré yo en algún punto del relato un nudo más en su hilo, el instante que ahora importa es únicamente el instante que con menos luz irradia la existencia de nuestro hombre al volver sobre éste la mirada: un instante que aun así podría haber sido el comienzo de esta historia, nuestra historia, si alguien más la hubiera relatado y si éste: Alguienmás, nos presentara los sucesos deslumbrantes que sostienen la existencia de […] manera lógica, lineal, inmóvil, monolítica y vacía.5
Vuelvo por tercera vez. Vuelvo, como “Alguienmás”, para enterarme que he leído “Una historia en la que luego de aceptar: [que] no seré nunca personaje, debería aceptar también: [a su vez, que] tampoco seré un nudo atado a su hilo […]”.6 Que he presenciado-leído fragmentos de vida de “un hombre que sin saberlo fue su siglo y la de un lugar que se condensa aquí […]”,7 allá. Vuelvo porque en todas las líneas la violencia es la historia y es acto narrativo; porque el filo del conflicto que se asoma en cada párrafo donde la solución es pelear y la razón se esconde en el entramado ilógico del relator y la agonía de su lector, se descubre todo, se descubre así como resultado de las acciones que, en el nódulo, está la tragedia imaginada de un ser como el que ahora lee, como el que mañana o esta noche abrirá el libro, no podrá escapar de su historia, ni huir menos de su sombra. Vuelvo al lugar imaginario que se construye en la narrativa, al que el personaje desea huir y sólo lo alcanza en la muerte. *El Cielo Árido, de Emiliano Monge [xxviii Premio Jaén de Novela], Mondadori, 2012. Encuentro Internacional de Escritores, 29 Festival Cultural Zacatecas, 2015. 1. Umberto Eco, Historias de las tierras y los lugares legendarios, Barcelona, Lumen, 2013, p. 7. 2. Emiliano Monge, El cielo árido, México, 2012, Literatura Mondadori, 508, p. 101. 3. Cfr. Ramón López Velarde, “La bizarra capital de mi estado…”, en: La sangre devota, México, 1916. 4. Emiliano Monge, Op. Cit., El cielo árido, p. 16. 5. Ibídem, pp. 59-60. 6. Ibídem, p. 161. 7. Ibídem, p. 13.
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El Templo de las Musas
“La identidad de un país, su valor y su civilización residen en su historia. Si la civilización de un país ha sido saqueada, como la nuestra ahora aquí, su historia termina”. Raid Abdul Ridhar Mohammed (arqueólogo iraquí, 2003).
Por Violeta Tavizón *
Una de las primeras civilizaciones en la historia de la humanidad fue la de Mesopotamia, situada entre los ríos Tigris y Éufrates, y que actualmente desembocan en el Golfo Pérsico. Han sido tres regiones en las que se ha dividido a esta civilización: la Mesopotamia meridional (habitada desde el año 30000 a. C.); la Mesopotamia de la región central en donde se encontraba Babilonia; y la Mesopotamia septentrional, conocida también como Asiria y en la que se ubica la ciudad de Nínive, actual Mosul. Las ciudades asirias se remiten al siglo 2500 a.C y se convirtieron en una potencia mililtar y por ende en un gran imperio. La Historia del Arte ha distinguido a la cultura asiria por sus avances en cuanto a la ingeniería para el aprovechamiento y canalización de aguas; por sus relieves en los que se ensalzan las victorias de los reyes; así como por los vestigios arqueológicos que han persistido por milenios. A lo largo de la historia, el pueblo iraquí sobrevivió varias invasiones. Durante el siglo XIX se comenzaron a suscitar distintas exploraciones arqueológicas para investigar la cultura asiria en el territorio iraquí. Tras la época colonialista, Irak formó parte del imperio británico del cual se independizó en 1920. Seis años después abrió el primer museo iraquí, entonces conocido como Museo Bagdad, en el que en 28 salas se alojaron las diversas piezas que se fueron rescatando tras las excavaciones arqueológicas. Desde la década de 1920, el gobieron iraquí pidió que se estableciera un registro del acervo que se tenía en
el museo, así también fue un decreto que todo el material excavado fuera presentado al centro museístico para su catalogación. En la década de 1970 se comenzó una reestructuración y se inauguró en 1983 un nuevo edificio que alojó el gran acervo que el Museo Nacional de Bagdad tenía en resguardo. Sin embargo, a partir de 1991, tras el inicio de la Guerra del Golfo, este espacio ceMuseo Nacional de Bagdad rró sus puertas. Tras la http://www.historiayarqueologia.com captura de Sadam Husein en 2003, el peligro en el que se encontró más de una década el acervo llegó a su de la cultura mesopotámica. Los yihadistas se dedicaron a mayor exacerbación. Comenzó una ola de saqueos tanto destruir los objetos más grandes, difíciles de transportar; de locales como de extranjeros, que entraron sin mayor sin embargo, los arqueólogos iraquíes creen que las piezas remordimiento a las salas, bodegas y biblioteca y robaron medianas y pequeñas han comenzado a traficarse en los más de 7,000 piezas de carácter invaluable. mercados del arte. Hace dos meses, en el mes de febrero, comenzó a La destrucción no ha parado ahí, desde enero de 2015 circular un video en redes sociales, en el que se observa se han causado severos daños a 42 sitios, incluyendo igleal llamado Estado Islámico destruyendo a punta de martisias cristianas, bibliotecas, mezquitas dedicadas a profetas llazos y balazos, y santuarios. En respuesta a estos actos barbáricos, el el patrimonio gobierno iraquí inauguró el pasado mes de marzo la reaperdel Museo de tura del Museo Nacional de Bagdad, después de doce años Mosul, el sede reahibilitaciones al edificio y de recuperar más de 4,000 gundo museo piezas después del saqueo de 2003. El mensaje fue muy más importante claro para el grupo yihadista y fue mencionado por el prien Irak después mer ministro del país: “Preservar su civilización”. El acervo del Nacional de que alberga actualmente dicho museo tiene cerca de 15,000 Bagdad. Cabe piezas, que hasta el día de hoy se encuentran todavía a destacar que Mosalvo de las manos de un grupo que quiere controlar a un sul se encuenpueblo al que está destruyéndole su memoria histórica. tra en lo que Los actos de devastación a los sitios que se encuentran antiguamente en Siria e Irak no nos deben resultar lejanos o intrascenfue la ciudad de dentes, ya que se está desmantelando no sólo la historia y Nínive, cuna de el patrimonio de dos países; estos actos vandálicos de anila cultura asiria, quilamiento y saqueo están provocando paulatinamente la por lo que en el demolición de los cimientos de las primeras civilizaciones museo se exhide la humanidad, por lo tanto, nuestro pasado más antiguo. bían de las más antiguas piezas * Curadora.
Arte
Una catástrofe para la historia de la humanidad
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LA GUALDRA NO. 193
Enjambre Música
Los rockeros de Fresnillo Por Jánea Estrada Lazarín
Fotografía: Juan Carlos Villegas
El grupo de rock Enjambre está conformado por los fresnillenses Luis Humberto Navejas (voz), Rafael Navejas (bajo), Julián Navejas (teclados y guitarras), Ángel Sánchez (batería); y por el californiano Javier Mejía (guitarra). Enjambre nace con este siglo; y después de un arduo camino recorrido buscando consolidarse, hoy son protagonistas en la escena nacional del rock. Durante su reciente visita a Zacatecas para presentarse en el Festival Cultural, conversamos con ellos, hablamos del inicio de su carrera, de su música y de su natal Fresnillo, Zacatecas. Jánea Estrada Lazarín: Antes de llamarse Enjambre, tuvieron otros grupos en Fresnillo… Luis Humberto, ¿podrías hablarnos de cómo dio inicio esta aventura? Sabemos que tenías 15 años cuando estabas fundando tu propio grupo… Luis Humberto Navejas: Sí, en esa época vivíamos todavía en Fresnillo y Rafa y yo fundamos un grupo que se llamaba Los Cuatro Fantásticos, en donde además estaba el hermano de Ángel, César… al año o un poco más Ángel tocó con nosotros. Por azares del destino nos tuvimos que ir a Estados Unidos y continuamos el grupo por allá y le pusimos el nombre de Enjambre; después de varias alineaciones nos quedamos nuevamente Rafa y yo solos al tiempo que Javier y Julián, quienes tenían otro grupo, se quedaron también solos, y nos juntamos. Luego, de vacaciones, nos encontramos otra vez a Angel, le dijimos que si quería estar con nosotros, subió su batería al carro y se fue a Estados Unidos. El grupo de Julián Navejas se llamaba Tely; un grupo con influencia de la música sicodélica de los sesentas. Tocaban en inglés, “nos movíamos más bien en el círculo gabacho cuando vivíamos allá”, dice Julián. JEL: ¿En qué año finalmente se reúnen los cinco? Luis Humberto Navejas: En el 2006 empezamos a componer juntos, y a descomponer también, y grabamos un primer disco en 2007; ya habíamos venido un par de veces a México a tocar y nos dimos cuenta que aquí había un público para lo que estábamos haciendo. Luego a través de my space había mucha retroalimentación con un público nuevo y creciente, regresamos una tercera vez y dijimos “vamos a quedarnos una temporada”, ya pasaron más de 6 años de “esa temporada” y seguimos aquí… JEL: Son cinco discos ya desde que se funda el grupo. Muy diferentes, por cierto… Luis Humberto Navejas: Sí, cinco discos. El pri-
mero tiene una historia interesante; tres de los que somos ahora no estaban todavía en la banda y el disco representa un poco la búsqueda del sonido que queríamos y que no encontramos; el disco se llama Consuelo en Domingo y a pesar de que no es la música que tocamos ahora le tenemos mucho cariño por lo que representa y porque los integrantes anteriores son buenos amigos también. En realidad nosotros empezamos a contar la carrera de Enjambre cuando empezaron a pasar cosas a partir del segundo disco, Felino, que es con el que llegamos a México. Después siguió Daltónico, Huéspedes del orbe y ahora, el más reciente: Proaño. JEL: Como el cerro de Fresnillo… hablemos ahora un poco de esta hermandad que existe entre la gente fresnillense; vemos cómo donde quiera que se encuentran, siempre se van a reunir en torno a su lugar de origen… Julián Navejas: Sí, es algo muy curioso, tú lo mencionas y es cierto. Nos pasa cuando vamos a tocar a diferentes ciudades; siempre llega alguien de Fresnillo y los del staff dicen “y a éste cómo le dicen, cuál es su apodo”. Es algo muy padre, yo lo presumo; Fresnillo no es un lugar turístico, pero la calidez de la gente es el atractivo de esa ciudad… Rafael Navejas: Sí, recién fuimos a Los Angeles
y nos dimos cuenta que hay una liga de fresnillenses que se juntan a jugar básquet; mandaron a hacer sus camisetas y se llaman “Los Mineros de lejos”, porque son mineros pero están lejos de Fresnillo, y se reúnen todos los domingos a jugar equipos de diferentes ciudades del condado de Los Angeles… hasta allá estamos unidos… JEL: Ustedes no viven desde hace años allá, pero ¿qué es lo que más extrañan de su ciudad? Julián Navejas: Yo extraño a la gente, a mis amigos, a mis abuelitas, la familia, la comida, el cotorreo… Rafael Navejas: Y extrañamos a Fresnillo mismo. Porque ya ha cambiado mucho. Lo poquito que queda de lo que nosotros vivimos tratamos de reavivarlo dentro de lo que se puede… estar con la familia, con los amigos. Ha cambiado porque mucha gente de fuera ha llegado ahí; antes salía a la calle y a todo mundo conocía, ahora casi no conozco a nadie. Obviamente en materia de seguridad ha cambiado muchísimo, ha empeorado. Nosotros, cuando adolescentes, nos amanecíamos en la calle, hasta que salía el sol… Julián Navejas: Tomando malteadas, sodas… [ríe] Rafael Navejas: Andábamos en la bicicleta a todas horas, sin miedo; en ese sentido extrañamos
a Fresnillo mismo, el de nuestros recuerdos. JEL: De ahí la canción de “Sábado perpetuo”… Luis Humberto Navejas: Sí, de hecho, tenemos mucho que no vivimos allá; pero siempre que íbamos no sabíamos ni qué día de la semana estábamos viviendo; reunidos con la bola de cuates sentíamos que en Fresnillo siempre era sábado. La canción habla de esa etapa de nuestras vidas en la que sentíamos que era nuestra ciudad, sin nada de “intrusos”, cuando teníamos la libertad de hacer lo que quisiéramos. “Sábado perpetuo” es un homenaje a ese Fresnillo y donde se contrasta ahora la impotencia de saber que no podemos hacer nada y de que no hay nadie que haga algo al respecto… Julián Navejas: Empezando por quien se supone que debe hacer algo por rescatarlo, que es el gobierno, y que muchas veces es cómplice de lo mismo. “Un sábado perpetuo, éramos la ley sin decreto / de la noche merodeadores, del amanecer buscadores / éramos buen tiempo perdido, del capricho de un suspiro / por las calles ya no se vela, pues nos toca la balacera / y con el alba en la acera, sólo nos queríamos cerciorar / que el mundo no dejara de girar”. JEL: Esa frase del final, en la que hablan de las
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Rafael Navejas
balaceras, es muy contundente y en el Vive Latino de este año prendió mucho a la gente; sobre todo porque ustedes se atreven a hablar de manera frontal de esa violencia que impera en el país completo y ahora más en su ciudad natal… Luis Humberto Navejas: Es una situación que se vive en gran parte de la república mexicana; nosotros que andamos tocando en diferentes ciudades nos damos cuenta que es una situación que resuena mucho. Acabamos de tocar en Monterrey y la gente la cantó como si fuera de ellos… la situación de violencia se vive en toda la nación… Rafael Navejas: Tristemente… Julián Navejas: Sí, tristemente que todos se puedan identificar con algo así; pero la contraparte es que aunque no podamos hacer nada para solucionarlo, qué alegría es que todos podamos cantar juntos; eso no nos lo pueden quitar, eso es nuestro. Y aunque al país se lo lleve la tristeza, el ser mexicanos, el ser zacatecanos, el ser fresnillenses, es nuestro, no nos pueden quitar la libertad de querer cantar y estar felices, de creer en lo que creemos, de tener fe en Dios… Yo no creo que como artistas podamos hacer mucho al respecto, no somos personas muy conocedoras de política, ni somos intelectuales ni mucho menos, pero nos gusta hacer mucho lo que hacemos, eso lo compartimos, porque todos pueden hacer lo mismo también. Enjambre ha compartido el escenario con bandas como Café Tacuba, Caifanes, Zoé, Babasónicos, Aterciopelados… Como zacatecanos se sienten orgullosos de estar presentes en la escena nacional del rock siendo de provincia. En cuanto a sus influencias, manifiestan ser amantes del rock clásico. Desde niños, los hermanos Navejas escuchaban, gracias a su padre, quien toca la guitarra, música de los Beatles, Joan Manuel Serrat, Piero, Juan Gabriel, Timbiriche… JEL: En Fresnillo hay grandes músicos… ¿hay alguna in-
Julián Navejas
fluencia de ellos en su música? Rafael Navejas: A mí me gusta también la música clásica; me gusta la obra de Manuel M. Ponce. Tomás Méndez también es de Fresnillo y fue un gran compositor… eso nos da mucho orgullo. Yo escucho mucha música ranchera… Luis Humberto Navejas: De hecho hay un pequeño tributo a Tomás Méndez en una de nuestras canciones llamada “Alicia”, en la que mencionamos una frase de “Paloma Negra”: “ya no sé si maldecirte o por ti rezar”… También está la Orquesta de la Provincia de Beto Díaz, cuando nos subimos al escenario, siempre ponemos el intro de una canción de ellos “Una mujer enamorada”, un tema instrumental con el que siempre subimos al escenario. JEL: Los Temerarios… Luis Humberto Navejas: ¡Y Los Románticos de Zacatecas también! Nosotros los conocimos en Fresnillo, ellos también fueron al colegio al que fuimos nosotros… JEL: Hablemos del Colegio Fresnillo… ¿Todos, salvo Javier, estudiaron ahí? Luis Humberto Navejas: Desde primero de primaria, bueno, Ángel desde el kínder…
Luis Humberto Navejas
Luis Humberto Navejas: En la calle… [todos ríen] Julián Navejas: Iniciamos tocando en la rondalla del Colegio… Yo hasta viajé a diferentes lados tocando con ellos… Rafael Navejas: En la casa siempre mi papá tocó la guitarra y mis tíos… entonces siempre tuvimos una influencia familiar… no sé en qué punto exactamente, pero desde chiquillo ya tocaba la guitarra. Luis Humberto Navejas: Recordamos las canciones que llevábamos de serenata a las mamás [canta]: “Madrecita del alma querida en el pecho yo llevo una flor…”. JEL: ¿Qué esperarían ustedes de Fresnillo? Julián Navejas: Nada, yo cuando voy ahí sólo espero pasármela bien… Fresnillo no nos debe nada, al contrario, nosotros le debemos mucho… Rafael Navejas: Nos dio mucho, nos dio una infancia muy linda, una adolescencia también; nos dio mucha inspiración, todavía nos da inspiración. Varias canciones del disco nuevo, Proaño, tienen en gran parte que ver con Fresnillo. Hay una can-
JEL: ¿Recuerdan a algún maestro en especial? Luis Humberto Navejas: Yo me acuerdo de todos los maestros y de todas las monjas… [ríe] Un saludo para todas las Siervas del Jesús Sacramentado, son una chulada… Julián Navejas: La maestra Chofis… Luis Humberto Navejas: Y la maestra Marisela, la maestra Lucha, la madre Hilda, la madre Marisela, la madre Margarita. Julián Navejas: La madre Lupita… Luis Humberto Navejas: Y ya no queremos decir nada más porque se nos pueden pasar algunos maestros; pero les mandamos un saludo a todas las personas que trabajan en el Colegio Fresnillo… Rafael Navejas: Y a las madrecitas chulas… JEL: ¿Dónde tomaron ustedes su primera clase de música?
Ángel Sánchez
ción que se llama “Tras la puerta” que habla de un cuarto donde todavía están nuestros álbumes fotográficos, nuestros juguetes, todo está almacenado ahí, en casa de mi abuelita. Está otro tema instrumental que se llama “Calzada Proaño”, son por lo menos cuatro canciones que hablan de él, así que Fresnillo nos sigue dando mucho todavía Julián Navejas: Una canción que tocaba con mi anterior grupo habla también del cielo rojizo de Fresnillo… La entrevista continuó con más preguntas por parte de nuestros compañeros Rafael de Santiago y Benny Contreras, quienes les cuestionaron sobre qué recomendaciones les harían a las bandas locales, qué esperan en los próximos años como agrupación, qué opinan sobre los empresarios que no les pagan a los grupos que van empezando… Si usted quiere saber más, le recomiendo que visite el canal de La Jornada Zacatecas TV en Youtube, en donde encontrará completa la conversación que tuvimos con este exitoso grupo fresnillense, orgullo de todos los zacatecanos.
Música
Javier Mejía
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Diario de Mateo
Por Mateo Estrada Gaviria Notas sobre Sueño DFeño [Dirección y guión Alberto Amador Salas, Festival DocsDF, México, 2014, corto 10:34 m.] Poder inspirar. Sí, poder inspirar es el fin que tiene el jovencísimo tabasqueño Ciprián Azcuaga. También es el fin del guionista y director zacatecano Alberto Amador Salas. La historia es sencilla: “Ciprián busca realizar su sueño de ser bailarín profesional y triunfar en el Distrito Federal. Desde niño se ha inmiscuido en el mundo de la danza folklórica; sin embargo, decidió inclinarse por el baile moderno. Ciprián tiene más de un año buscando el sueño defeño porque en su pueblo natal las oportunidades que existen se reducen a sólo bailar al ritmo del tambor y la ganadería. Para él y muchos más, salir de provincia es la única forma de desarrollar su verdadera pasión”. Pese a lo sencillo del relato, Amador envía un mensaje: para satisfacer los sueños individuales se debe suprimir la comodidad del arraigo (los vínculos, la localidad y las condiciones ideales y materiales). Amador, nótese que enfatizamos en el guión y la dirección, porque este trabajo fue seleccionado entre cientos de proyectos enviados al Festival DocsDF y lo elaboró durante la celebración del mismo en la Ciudad de México.
En la vista del documental, hay cuatro protagonistas: Ciprián y su historia; la danza que denomina street dance; la buena dirección de Amador; y, las locaciones urbanas del DF (también hay cientos de islas rurales). Ciprián es un hermoso joven que ha cumplido una parte de su sueño: estudiar danza en una academia profesional que le satisface. La otra parte está en copretérito: busca inspirar. La historia es relatada con la voz presente activa de Ciprián. La cámara lo sigue a la academia, a los lugares que ahora son parte de su fin: calles, plazas, muchedumbre con sus propias historias anónimas. La cámara-Amador no cede a Ciprián. Los dos son complementos, pues tienen un fin: cumplir un sueño. Me quedo con una escena, que a mí me inspiró: Ciprián llora emocionado al platicar de sus padres, el amor al arte y de cumplir parte de su sueño. Atrás de él es notorio que está el Palacio de Bellas Artes, el símbolo cultural del país. Lunes 13 Estoy totalmente instalado en la nueva casa. Michel ayudó en la mudanza. El traslado fue con discreción, para evitar a Sine. Con prudencia pongo distancia. Además, Ramón anda en su sainete y en la feria. Funciona todo: internet, agua, electricidad y mensajería. El gas es de cilin-
Fotograma de Sueño DFeño, de Alberto Amador.
dro. Una incomodidad: entran moscas y hacen su ruidal. El acceso al patio interior no tiene puerta de alambre. Le avisé a los dueños. Sugirieron colocar una cortina de tela ala de mosca y una bolsa con agua. Sujetín escribe diario, lo hace desde el miércoles antepasado. Me hacen gracia sus mensajes [chatean por el inbox de Facebook]. Estuve con él jueves y viernes. Sólo fui para estar con él. Tiene un cuarto prestado; es sólo para vacaciones. En la feria no. Ahora viste skinny jeans marrón claro y botas de trabajador. Ha enjutado las playeras y camisas. Sujetín es un camaleón que identifico
por los tatuajes y el lunar en su peny. Por primera vez ha propuesto venir. Promete un fin de semana. No hay fecha. Sé que no ocurrirá. Yo seguiré yendo a sus cuartos temporales y hoteles de horas. Él sabe qué significa para mí. Yo no tengo sus palabras. Es como Andrés. Andrés llegó el miércoles pasado. Llamó. No respondí. Sigo en la redacción del manual. Antes, durante la mañana leo [Lee La soledad de los animales de Daniel Rodríguez Barrón. Es una sugerencia de M]. En las tardes camino en las veredas que van a Los Cardos [el acto le recuerda Pájaro vuelve a tu jaula y Desiertos intactos de Severino Salazar].
El amor, un personaje Literatura
Por Rebeca Mejía López El amor es un tema más que recurrente en El Quijote, pues a largo de la novela Cervantes nos envuelve en muchas historias dentro de la misma hablándonos de personajes que sufren por no estar con la persona amada, que han traicionado por amor e incluso aquéllos que han perdido el juicio por culpa de Cupido. En el capítulo XX de la segunda parte, se hace una descripción interesante del Amor. Don Quijote y Sancho son invitados a las bodas del rico Camacho con Quiteria, quien en realidad está enamorada de Basilio el pobre, este último hace una aparición realmente dramática en el capítulo siguiente, donde se prosigue la aventura. Las bodas se aprovechaban para dar espectáculos a los invitados, la descripción de la celebración es por demás interesante, pues los torneos y representaciones que se narran en este capítulo eran comunes en tiempos de Cervantes. Así, don Quijote y Sancho presencian una danza hablada, es decir, un ballet con argumento y recitado. En ésta aparecieron ocho ninfas, repartidas en dos hileras: de la primera era guía el dios Cupido, y de la otra, el Interés. El primero adornado de alas, arco, aljaba y saetas y, el segundo, vestido en colores de oro y seda. Las ninfas seguidoras del Amor portaban en las espaldas sus nombres: Poesía, Discreción,
Bodas de Camacho con Quiteria. Capítulo XX de don Quijote. www. gutenberg.org
Buen Linaje y Valentía. Las que seguían al Interés eran: Liberalidad, Dádiva, Tesoro y Posesión Pacífica. Al comenzar la danza, Cupido fue el primero en presentarse diciendo: “Yo soy el dios poderoso en el aire y en la tierra y en el ancho mar undoso y en cuanto al abismo encierra en su báratro espantoso. Nunca conocí qué es miedo; todo cuanto quiero puedo, aunque quiera lo imposible, y en todo lo que es posible mando, quito, pongo y vedo”.
Recordemos que en la época Cervantina comenzaba el resurgimiento de la tradición clásica, los grandes dioses mitológicos se recuperan en la narrativa y en todas las artes. Así, Cupido aparece en varias ocasiones a lo largo de la obra, definiendo lo bueno y lo malo que provoca este dios. En el capítulo LVI de la segunda parte, don Quijote se distrae por culpa de aquel niño ceguezuelo a quien suelen llamar Amor, el cual no perdió oportunidad de triunfar sobre un alma lacayuna y ponerla en su lista de trofeos. Cervantes, describe la acción de Cupido hacia don Quijote de una forma muy parecida a la que Homero narra la influencia y movimiento de los dioses en las tramas de La Ilíada y La Odisea, al decir que: “Le envasó al pobre lacayo una flecha de dos caras por el lado izquierdo, y le pasó el corazón de parte a parte. Causando así que don Quijote no escuchara el son de la trompeta que daba inicio a un enfrentamiento. Todo esto, porque el Amor es invisible y entra y sale donde quiere, sin que nadie le pida cuenta de sus hechos”. ¿Somos también, estimado lector, almas lacayunas como don Quijote? * Comentarios y sugerencias: Twitter: @RbkMej
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Castillo de sal si puedes Por Ester Cárdenas Para cada tiempo hay un libro Es el título del más reciente libro de Alberto Manguel con doce textos, todos alrededor del libro y sesenta fotografías de Álvaro Alejandro en las que enfoca el libro de muy diversos ángulos y maneras. La
“Somos criaturas de palabra, nacemos con el don de la palabra, vivimos a través de la palabra, conocemos y damos a conocer nuestra experiencia con la palabra, y sólo cuando morimos perdemos la palabra. Y, dicen algunos, ni siquiera entonces: las almas que Dante encuentra en la Ultratumba siguen haciendo literatura”. Alberto Manguel
primera fotografía nos muestra la palabra libros en quince idiomas. En el primer texto Manguel afirma que cada ocasión tiene su libro pero no todo libro conviene a cualquier momento de nuestra vida, pasa luego a contarnos una anécdota sobre Amund-
sen (descubridor del Polo Sur), cuyo bolso de libros se hundió en los hielos y se vio obligado a leer cada día un indigesto libro titulado Retrato de Su Sagrada Majestad en Sus soledades y sufrimientos. En el segundo texto nos dice que la relación del escritor con sus lectores es una cuestión de vida o muerte. Si el escritor es leído, vive; si no, muere. También menciona la relación del escritor con sus editores y llega a la conclusión de que es más extraña, difícil y compleja que una relación amorosa. Concluye señalando que la industria editorial en nuestros días, está sometida a la codicia devastadora de los inversores y exigen al escritor que produzca bestseller tras bestseller. En el tercer texto, sin dejar de lado la industria editorial, nos cuenta que seis meses antes de ganar el Premio Novel la escritora Doriss Lessing le escribió una carta desconsolada en la que decía que había enviado su más reciente novela y un par de relatos largos a sus editores ingleses y estadounidenses. Los primeros le dijeron que escribía demasiado (ella ya había cumplido ochenta años), los segundos, que su literatura tenía poco interés
para las nuevas generaciones. Termina la anécdota señalando cómo después del Nobel Lessing fue festejada y cortejada (claro por los editores) pero que ella jamás olvidó lo sucedido. En fin, los invito a leer este libro, sencillo y ameno, publicado por la editorial sextopiso y (parafraseando a Manguel) seguir formando parte a ese círculo al que pertenecemos, desde siempre y para siempre, libros y lectores.
El Picaporte Por Simitrio Quezada “Tanto es así que…” Debemos distinguir el uso del adverbio “tanto” y su apócope “tan”. Esta última forma es “tan especial” (el chiste se cuenta solo) que sólo se antepone a adjetivos y adverbios. Ejemplos: Vienes tan distante, tan distinto, que no te reconozco. Se comportó de un modo tan estúpido que mejor me fui. Se acercó tan sospechosamente. Tan no lo quiso que ya lo denunció. “Tanto”, en cambio, se antepone a verbos, sustantivos y pronombres: Tanto come que ha engordado tres kilos en el mes pasado. Hace tanto ruido que ninguno lo soporta. Te quiero tanto que ya no puedo más. En este contexto, pues, es incorrecto utilizar el apócope “tan” antes de un verbo. Sobre todo si ese verbo es el sustantivo “ser”. No se dice, pues, “Tan es así que…”. Lo correcto es “Tanto es así que”. Además no es necesaria la coma antes del pronombre. * Lo invito a que envíe comentarios y demás inquietudes a: siquezada@hotmail.com
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Encuentro Internacional de Escritores
Dorada o el nuevo erotismo Por Mauricio Moncada León Las circunstancias son la realidad del hombre, según se ha dicho; pero podría agregarse que esas circunstancias son producto de elecciones y contextos. Podemos inferir esta afirmación en la historia que nos presenta David Miklos, porque nada hubiera sucedido en Dorada si su personaje no hubiera optado por buscar a esa mujer, una dorada, que lo llevaría a La dorada y Aguafuerte. No intento confundir al lector, no es un juego de lenguaje simple, debe entenderse que el título de la novela corresponde a varios niveles dentro de la historia: por un lado, tenemos la ciudad que lleva ese nombre; por otro, la mujer oriunda de dicho lugar que es así nombrada; se trata, además, de una representación en especial, la mujer de la pintura que se volverá, de forma progresiva, el factor determinante dentro de la narración. He comenzado con este escrito de una manera abrupta, con la intención de plasmar el indicio dentro del título de la novela que, a final de cuentas, sólo es un incidente en el destino del personaje. Cuando se habla de novela erótica llegan a la mente dos visiones distintas, una de ellas corresponde a la idea que plantea Bataille en el sentido de transgresión a partir de tres niveles. Transgresión desde el supuesto de que debe existir una prohibición, ya sea ética, moral o jurídica. En cuanto a los niveles, señala el erotismo de los cuerpos, de los corazones y de las almas. La otra visión se centra en insinuar hechos o deseos sexuales. Con el tiempo, he creído necesario incluir otra manera de conjuntar ambas, o plantearlas por separado: la sospecha del otro o la especulación de la transgresión del otro en hechos explícitos, como pudiera suceder en la insinuación adivinada o intuida desde el otro, es decir, la complejidad de posibilidades en la enunciación misma de los actantes y los hechos, como también habría que buscar en la interpretación del silencio de ambos. Para ejemplificar, en el caso de las novelas de Sade nos enfrentamos a una transgresión explícita de los personajes en cuanto a la violencia ejercida sobre otros, mayor en proporción con las prohibiciones que implica cada circunstancia. Es decir, hay conocimiento de lo que no está permitido, lo cual origina un deseo que encuentra placer en su ejecución porque se sabe que se pisoteó la prohibición de forma deliberada. En cuanto al erotismo como insinuación, pueden observarse los textos de Restif de la Bretonne y John Cleland, en donde se emplean metáforas, analogías y alegorías de los órganos sexuales para volver el discurso menos obsceno, aunque no menos candente. En ocasio-
“No me atrevo a decirle a U. que el encuentro de anoche fue todo menos fogoso, más un acoplamiento que una experiencia erótica compleja, que se trata del sexo más límpido que he tenido en mi vida”. D. Miklos
David Miklos en la Petroteca de San Agustín en Zacatecas. Foto de La Jornada Zacatecas.
nes, sin embargo, no resulta suficiente trazar ese esquema. Las dos maneras de mostrar el erotismo son similares en cuanto a la interacción de dos o más personajes, sea por común acuerdo o a través de la violencia, pero hay novelas eróticas que muestran un carácter distinto en dicha interacción; por ejemplo, en el caso de Roberte, esta noche de Pierre Klossowski, Octave no busca poseer a Roberte de una manera carnal, sino desde su totalidad aprehendiendo todas las formas posibles de Roberte: la esposa, la tía, la salutista, pero también cuando no puede contenerse y cede a los deseos despiertos a su pesar, o quizá no, cuando se entrega a otros hombres; éste es el punto complejo de expresar, porque en ocasiones es sólo la mente de Octave la que imagina esos escenarios y atribuye el placer y el deseo que experimenta Roberte a un puro espíritu. La narración oscila entre la transgresión y la insinuación, la sospecha del otro o la especulación de la transgresión del otro en hechos explícitos; pero también es importante el espacio en el que sucede la narración erótica pues implica el marco y el fondo, a manera de obra de arte pictórica, para crear la totalidad de la escena y que no sólo se limite a la acción de los cuerpos. Era necesario ese rodeo para explicar mi apreciación de Dorada a partir del erotismo. Se trata de una novela en la que el narrador autodiégetico dosifica la transgresión, como se observa cuando apunta que la fotografía de un par de tetas y un rostro parcialmente oculto por unas gafas le hace emprender un viaje a una ciudad mítica, que pu-
diera ser un error. Su deseo y búsqueda de placer se manifiestan en lo que cree saber del tipo de mujer de esas tierras, es decir, su imaginación genera un ideal, que puede ser cualquiera o muchas o ninguna. Su dorada, como la llama, es igual a otras doradas, la única diferencia es que ella lo ha contactado y seducido a la distancia, pero sólo porque él se ha dejado seducir por su propio pensamiento. En el apartado que corresponde a “Adentro”, las veces que posee sexualmente a la mujer generan incertidumbre y ambigüedad entre algo real o imaginario, una especie de sueño o alucinación. Desde su llegada, y aún en el avión, le suceden cosas extrañas como parte de un deseo ramificado, si pudiera decirse así, pues busca a una mujer en específico, aunque no elimina la posibilidad de interactuar con otras, como la rubia que viajaba a su lado o la azafata o la agente de migración o la taxista, éstas cuatro idénticas o la misma en versiones diferentes. En cualquier caso, muestra un deseo violento: “Me inclino hacia la agente de migración y la beso con furia, le muerdo el labio, su gorro cae al suelo y la despeino, libero la cabellera de la coleta, aprieto a la mujer contra mí y siento sus pechos voluminosos contra mi torso”, pero nada de eso ocurre. Cuando cree estar con su dorada en el cuarto de hotel, sucede algo similar, los momentos voluptuosos llegan a su mente como recuerdo o evocación, pero se desvanecen como posibilidad de realidad o sueño. En el apartado “Afuera”, en cambio, el contacto sexual se plantea como real con las veintidós mujeres que lo rodean, incluso con aquella mujer rubia que viera por primera vez
en el avión; todas son distintas, todas son iguales, todas son la misma en su deseo. Las posee a todas, de tres en tres por noche, y retoza con ellas durante el día. Lo que ellas desean es lo que él cree que desean, y es su propio deseo también porque, quizá, a eso fue a La dorada, aunque haya tenido que comprobarlo y realizarlo en Aguafuerte, un lugar que pertenece a esa ciudad, pero es completamente distinto al mismo tiempo. La manera en que se enmarca la narración de los sucesos eróticos es lo que permite atar cabos y crear la complicidad con el lector porque, para generar el artificio del mundo mágico que es La dorada, cuando llega el narrador se menciona que un hombre le da una yerba para el mareo producido por el vuelo o el cambio de altura de la ciudad; esa yerba aparecerá en varios momentos como un indicio del mundo imaginario del narrador: en la segunda parte de la novela se vuelve recurrente para entender el discurso de U., quien le “facilita” las hojas redondas de un árbol. También el paisaje de la segunda parte de la historia, desarrollada en Aguafuerte, remite al nombre de la novela, Dorada, pues una pintura que llevaba consigo el narrador para regalarla a su dorada se convierte en la representación de la mítica ciudad a través de sus tonos ocres, así como la mujer representada, recargada en un árbol y con un libro entre las manos, como si leyera o durmiera. Dicha pintura es la representación o presagio o develación de su viaje y su verdadera razón, que él mismo desconoce. Nada fue, en fin, casualidad. La única manera de averiguarlo, sin embargo, es la lectura de la novela de David Miklos.
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Mauricio Magdaleno, para intrusos IX. Las colaboraciones en periódicos y revistas Por Conrado J. Arranz* mente, la carta que Magdaleno dirigió a Muñoz Cota, suponía el rechazo de esta responsabilidad, debido a que no encontraba directrices claras para la designación del ganador y no quería ser acusado con conjeturas que creía no merecer su labor. Los artículos significaron un espacio privilegiado para la experimentación formal y temática, para la plasmación de sus obsesiones sin necesidad de sentir la presión del libro. Desde allí desmembró la época y la sociedad que le tocó vivir, el paso previo a la creación de su obra. Los lectores también pudieron encontrar en sus artículos un espacio para el diálogo, la felicitación o el reproche, como podemos observar en el siguiente testimonio de un lector asiduo a una de sus columnas:
“El libro de Mauricio Magdaleno me gustó mucho. Lucen más en libro, en conjunto, esas líricas descripciones de un México que redescubrimos a cada viaje por sus provincias. El deslumbramiento que ellos deparan a los espíritus selectos impregna, también, el bello, original pequeño volumen de Giner de los Ríos”.
Sus primeras colaboraciones se produjeron en El Demócrata, el periódico que dirigió Vito Alessio Robles. Mauricio Magdaleno fue el ganador del primer concurso de cuentos que organizó dicha publicación. El cuento no tenía título y fue publicado en la sección conocida como “Las mañanas de Schaharazada”. Tras éste, publicó un artículo profundamente anticlerical: “El crepúsculo de las religiones”. Corría el año de 1925, y Mauricio Magdaleno apenas tenía 19. Después, continuó escribiendo en El Nacional (1933-1935), El Libro y el Pueblo, El Universal (1935-1954), Columna, Repertorio Americano, América, Novedades, Cuadernos Americanos, Mundo, Todo,
“Le suplico que cese usted de martirizarnos a todos sus lectores […] con esos formidables blocks de tipografía proustiana, sin guiones, sin puntos y aparte, sin la maciza, espesa, exasperante aun cuando deliciosa y vigorosa literatura suya. […]. Somos muchos los que por acá vemos en usted uno de los escritores más serios y cuajados de nuestra generación literaria […]. No la amuele, señor don Mauricio Magdaleno, hágase usted más accesible”.
Caricatura que apareció en la sección de “La cultura al día”, del Excélsior, 20 de julio de 1985, p. 1.
Excélsior, La Prensa, entre muchas otras publicaciones periódicas, hasta contar con un total de mil quinientos artículos publicados. Eran varias las líneas temáticas que abordaba el autor: política, costumbrismo y viajes, literatura, e historia. En 1935, a punto de concluir su actividad periodística en El Nacional, Mauricio Magdaleno fue designado jurado para los recién creados premios nacionales. Una carta a José Muñoz Cota, en ese momento jefe del Departamento de Bellas Artes, nos demuestra la consideración que tenía el medio intelectual hacia la labor de Magdaleno como periodista, ya que era el responsable de fallar el premio nacional en la categoría de periodismo. Lamentable-
Al igual que sus libros de artículos y ensayos, una gran parte de sus cuentos fueron previamente publicados en periódicos (los estudios que se han hecho hasta el momento sufren de anacronismos porque no los tuvieron en cuenta), así como algunos capítulos de las novelas. Su tercera novela, Concha Bretón, fue publicada por completo en El Nacional. Hablaremos de ella en la siguiente entrega. * (Madrid, 1979) Escritor, crítico, e investigador de proyecto en El Colegio de México. Doctor en literatura española e hispanoamericana por la UNED, con una tesis sobre el universo literario de Mauricio Magdaleno. Sus intereses de investigación son la literatura española e hispanoamericana de los siglos XIX y XX, prestando una especial atención a la narrativa mexicana y a la literatura del exilio español. Junto a Andrés del Arenal ha coordinado la colección de ensayos El muerto era yo. Aproximaciones a Juan Rulfo (Calygramma / EstoNoEsBerlín, 2013) y ha realizado la edición, el estudio preliminar y las notas de la novela El resplandor, de Mauricio Magdaleno (Clásicos hispanoamericanos, 2013). Actualmente reside en México, DF.
Literatura
“En ocasiones reunía los artículos de periódicos, los refinaba y los volvía a condimentar, constituyendo así libros”, afirmó Mauricio Magdaleno en una entrevista. La afirmación no es baladí, constituye la esencia del pensamiento y la acción del autor, que tuvo en los periódicos y revistas de la época su eje central. La mayor parte de sus libros ensayísticos provenían de la reunión de estos artículos: Vida y poesía (1936), Rango (1941), Tierra y viento (1948), Ritual del año (1955), Las palabras perdidas (1956), Agua bajo el puente (1968). Sobre Tierra y viento, Salvador Novo dijo en una crítica:
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Me dices, me hablas “Las horas que pasan las horas del día si tú estás conmigo serán de alegría”.
Río de Palabras
Por Alberto Huerta Para Isac Betancourt Llegas. Silencioso, llegas. Me dices. Me hablas. Me susurras. Me previenes cuando estoy a punto de tomar las peores decisiones. Durante las tormentas me brindas protección contra rayos y centellas. Siempre atento. Siempre vigilante. Amoroso velas mi sueño. No permites que lleguen los demonios y chamucos. Cuidas mis pasos durante el día. Me aconsejas y me apartas de las malas compañías y caminos tortuosos. Cuando ardo de fiebre y calentura tu mano me refresca la frente. Soplas y desvaneces mis pesadillas. Me previenes de enfermedades y dolencias. Puedo sentir tu presencia. Percibir tu olor. El calorcito de tu cuerpo que se traduce en armonía… El aliento dulce… Tú voz que me susurra…
Pero Por Edgar Khonde ¿Te acuerdas cuando bailábamos en cámara lenta? Cuando a pesar de la lluvia saltábamos en los charcos y nos besábamos empapados. Porque a mí no se me olvida, nunca se me olvida, nunca pinches se me olvida. Éramos invencibles. Entonces, simplemente un día te fuiste. La situación se volvió insostenible: del nada sirve y todo se desmaya, pasé al siempre me sobra la mitad de la pizza y tardo el doble de tiempo en acabar con la despensa. Le dije al psicoanalista, que me miró, arrojó la pluma al suelo, se levantó, caminó de derecha a izquierda, se acercó, me abofeteó y me dijo que en diez meses no había dejado de nombrarte, a pesar de que lo prometía cada vez que me retiraba. Le pedí otra oportunidad. Volvió a su silla. Lo intenté por segunda vez, y tú ya sabes que siempre lo intento; que me juego hasta la vida por lograrlo. Luego una tercera vez. Para la cuarta, el psicoanalista prendió un cigarrillo, me ofreció un trago de su botella de agua. Y hubiera sido
mejor tequila, o ron, ya sabes cuánto me puede el ron. Me dijo que si no íbamos a lograr un avance, que hablara y le contara. (Sabes cuántas veces se lo he contado, cuántas ocasiones he relatado el día que te conocí y cómo fue nuestra vida. Sabes el número de veces que he dicho tu nombre. Sabes a cuántos desconocidos les he descrito la última vez que me miraste). Me incorporé y cogí la botella. Di un gran sorbo de agua. Le terminé hablando de ti, como a todos, como al que me cobra en el Oxxo, como al cajero del banco, como a la recepcionista de mi dentista, como a mis gatos y mis fantasmas, como siempre. Tan fácil que era entender que éramos jugadores de blackjack y de lo que se trataba era de asaltar la banca. Éramos el Barça de Messi y Pep Guardiola. Ya tenía tu impermeable para esa tarde que llovía y que saldríamos a buscarnos la malteada de menta chocolate, pero la cagaste.
Resistir Por Gerardo del Río De sangre son los viáticos fruto de nuestra época que venera esa deidad ósea es la medianoche el principio de su reino la afiladura metálica su ofrenda el estertor y la hoguera su rúbrica
en sus lindes se ha proscrito todo gesto de ternura. Por eso vamos a amarnos que es la única resistencia posible cada caricia cada manifestación amatoria será el testimonio de la vitalidad.
Leonora Carrington. La Giganta.
Enchinador de pestañas Por Pilar Alba Pocas torturas tan atroces en la vida he sufrido, como el tener que utilizar un enchinador de pestañas. Si alguien de ustedes no lo conoce es porque es un objeto más bien arcaico, sobre todo ahora con el uso de las pestañas postizas o los potentes productos cosméticos. Es una especie de pinza con un par de hules en medio cuya finalidad es rizar las pestañas y darles una apariencia más larga de la que tienen. Eso es, aunque a mí se me figura más como una guillotina en miniatura cuya finalidad es cercenar no sólo las pestañas sino el párpado y el ojo entero. Los ojos lloran incansablemente cuando lo tienen frente a ellos esperando que las dos partes de la pinza hagan su trabajo y dejen las pestañas amplias, largas y rizadas: Para lograr una mirada encantadora, que cautive a cualquiera. El resultado compensa la tortura, dicen convencidas las tías que enseñan a usarlo. Pero eso a mí no me convence, no deberían enseñarme a conquistar con la mirada sino aprender a abrir bien los ojos.