La Gualdra 300

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 300 /// 3 DE JULIO DE 2017 /// AÑO 7

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Juan Carlos Villegas

Estamos de festejo: hoy llegamos al número 300 de La Gualdra. Gracias por su acompañamiento, su lectura y apoyo durante estas 300 semanas. ¡Felicidades a todos quienes hacen posible este suplemento cultural!


La Gualdra No. 300

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LA GUALDRA NO. 300 /// 3 DE JULIO DE 2017 /// AÑO 7

Editorial Así, casi sin darnos cuenta, llegamos hoy a los 300 números de La Gualdra de los lunes; hago la aclaración porque también, a lo largo de estos 6 años, hemos editado por lo menos otros 80 números especiales de festivales de cine como el de Cannes, el de Venecia y el de Berlín. Sí, estamos contentos y más que eso, muy agradecidos. Hacer un suplemento cultural es algo muy gratificante sobre todo por la oportunidad que he tenido de aprender de nuestros colaboradores cosas distintas cada edición gualdreña; otra de las principales satisfacciones de haber estado frente a esta computadora 300 fines de semana, es la red de amigos dedicados a la producción, gestión y difusión cultural que se ha ido construyendo. De varios estados del país nos llegan colaboraciones, incluso del extranjero. La idea desde un principio fue incluir a todas aquellas personas que se dedican crear y que tienen algo que aportar para abrir el panorama a nuevas ideas, propuestas y formas de ver el arte. De la mano van los temas relacionados con la educación. Arte, cultura y educación son una tríada que no puede concebirse, desde mi punto de vista, por separado. Somos lo que somos por el entorno en que nos tocó vivir, las manifestaciones culturales que compartimos, por las concepciones estéticas diversas y por el intercambio de información generado por sistemas de hibridación cultural. Así que a nosotros nos resta nada más crear registros de lo que ocurre en nuestros días y eso es tan apasionante que ni yo misma me lo hubiera imaginado. En este número 300, realizamos una invitación a los colaboradores que más han participado en estos años, a quienes tienen columnas fijas y a lectores frecuentes de estas páginas gualdreñas. Pensé primero que pedirles una imagen de su autoría relacionada con este número podría ser interesante; pero, como eso ya lo hemos hecho en aniversarios y números especiales, quise en esta

Contenido ocasión que las imágenes fueran de ellos mismos. Estamos acostumbrados a leer su nombre, pero ni siquiera nos imaginamos cómo son… tal vez nos los hemos encontrado en la calle y ni idea tenemos que son ellos, que ya conocemos su trabajo publicado en este espacio. Por eso les pedí que con su imagen le diéramos rostro al nombre ya conocido. ¿Me creen que ni yo los conozco personalmente a todos? A la mayoría los conozco, eso sí. Pero muchos contactos han surgido a consecuencia de la interacción en redes sociales; algunos de ellos nos han mandado un mail proponiendo publicar algo de su trabajo; a otros más los hemos contactado porque algún amigo de ellos les ha sugerido publicar aquí, o porque un amigo mío me ha hablado de ellos y por eso los contactamos. Lo que quiero decir con esto es que siempre estamos dispuestos a publicar el trabajo creativo de artistas, académicos, intelectuales, con la única condición de que cumpla con la extensión y que haya talento y honestidad de su parte. Por eso sus fotos están engalanando esta edición; por supuesto que no son todos y claro que me gustaría incluir las de quienes faltan en ediciones posteriores a ésta, de ahí que les seguiremos mostrando la imagen de nuestros autores (debo decir que son bastantes, así que nos llevaremos algunas otras semanas para dárselos a conocer). Muchas gracias por acompañarnos estos 300 números. Espero que la vida nos siga dando la oportunidad de compartir con ustedes muchas gualdras más porque su acompañamiento es indispensable para todos quienes colaboramos en este espacio gualdreño, al que le dedicamos cada semana una parte de nuestro corazón. Después de 300 números sigo pensando que el arte puede cambiar al mundo. Que disfrute su lectura.

300 Gualdras Por Alfonso Vázquez Sosa

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300 palabras sobre ver buen cine Por Adolfo Nuñez J.

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Libertad Por Humberto Mayorga

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Las 300 jornadas de un suplemento Por Carlos Flores

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Resistiendo: A propósito de los 300 de La Gualdra Por David Valerio Miranda y Rebeca Mejía López

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En trescientas palabras una sola: Gracias Por Eduardo Campech Miranda

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Paisaje 300 Por Ivi May

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300 Por Daniel Medina

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Cine de la Colonia, 300 años Por Carlos Belmonte Grey

300 palabras en defensa del suplemento cultural Por Berenice Hernández

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Trescientos Por Pilar Alba 300 veces Gualdra Por Fernando Cuervo

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Trescientos Por Alberto Huerta

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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300 Gualdras

6 Por Alfonso Vázquez Sosa

Con ello se empezó a construir un camino que empieza a conducir hacia nuevos destinos a los que cada vez se van sumando más caminantes. Esperamos que quienes hacen sus aportaciones para concretar cada semana una edición más de La Gualdra, mantengan la motivación y la lucidez que ha contribuido al engrandecimiento de la cultura en Zacatecas. Muchas felicidades y deseamos que La Gualdra pueda llegar cada vez a más lectores. Que siga cosechando éxitos, consolide su misión y permanezca entre nosotros como el punto de encuentro entre creadores, intérpretes, audiencias y promotores del desarrollo cultural.

/// Alfonso López Monreal. Artista plástico. Zacatecas.

/// Martín Coronel. Artista visual y promotor cultural. CDMX

/// Susana Salinas y Miguel Ángel Díaz Becerra. Artistas plásticos. Zacatecas.

/// Nicola Parente. Artista plástico. Itallia.

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00 palabras pueden ser pocas para expresar el trascendente impacto que La Gualdra ha generado en los lectores que siguen el acontecer cultural en el Estado; tal vez son muchas para reconocer que la revista cumple con una función esencial en materia de crítica y opinión de calidad, pero son suficientes para felicitar a Jánea Estrada por coordinar los contenidos del suplemento, a La Jornada por garantizar su continuidad y a todo el equipo de colaboradores que nos permiten conocer por este medio sus puntos de vista, análisis agudos, en ocasiones incómodos o motivantes pero siempre oportunos y acertados.

A lo largo de los seis años de publicación del suplemento hemos sido incluidos desde diversas facetas: como intérpretes, como docentes o como gestores. Es un espacio de convivencia con los principales actores del acontecer creativo y una ventana que nos acerca a las producciones artísticas actuales informando los acontecimientos más destacados en el mundo de la cultura. Hace un año se tomaron decisiones para diseñar nuevas políticas culturales para Zacatecas. Los cuestionamientos que publicó este suplemento fueron un importante punto de partida para proponer esquemas diferentes y para revisar la pertinencia de muchas acciones que por repetidas se habían vuelto costumbre.


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LA GUALDRA NO. 300

300 palabras sobre ver buen cine

6 Por Adolfo Nuñez J.

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uando vemos una película, es importante recordar que no debemos llevar nada de nosotros mientras la vemos. Es decir, independientemente de lo que se escuche, de la expectativa que se tenga de una cinta, no es aconsejable preconcebir una idea de la misma, pues en muchos casos, si el resultado no se parece en lo más mínimo a lo que previamente esperábamos, se pierde el rumbo y no se logra apreciar la propuesta que tal vez se plantea. Lo más relevante al momento de ver una película, lo que se debe recordar de manera constante

para saber que ésta funciona es sentir que las ideas que se desarrollan conforme la historia avanza son congruentes y sinceras con su misma narrativa. Como tal, no importa que la película esté repleta de persecuciones, de números musicales o que sea ausente de diálogos, mientras haya coherencia en el argumento y lo que propone. En muchos casos, esto representa un enorme reto para el espectador, quien lejos de querer ahondar en los elementos de esa propuesta simplemente desea escapar de la realidad, sin importarle en lo más mínimo el conflicto que se desarrolla en la pantalla. Se produce el cine que se sigue consumiendo de

modo masivo, y hasta las opiniones que no sabemos aterrizar, de manera generalizada, en páginas de internet con porcentaje de crítica y valor. Existe el cine comercial, pero no hay “cine de arte”. Toda película es una forma de expresión, burda o estimulante, creada con un fin en común. Lo que si hay son muchas películas y muchas personas, y se tiene el cine que se merece. Ver películas debe ser una experiencia recíproca e íntima, donde el “esperaba más” no cabe, donde las reacciones son efímeras pero potentes, y donde entre más gratificante sea el resultado final, más convencidos debemos estar que se debe seguir haciendo y hablando de buen cine.

/// César Ramos. Artista visual. Zacatecas. /// Adolfo Nuñez. Especialista en cine. Zacatecas. /// Judith Navarro. Editora. Zacatecas.

/// David PérezBecerra. Escritor. Hidalgo. /// Magdalena Okhuysen. Escritora y fotógrafa. CDMX.


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Libertad

6 Por Humberto Mayorga

no le importa. Sale al jardín y tira una botella de ron. Doy un paso hacia atrás. Me niego a creer que tenga una enfermedad de moda. Empiezo a recordar: nunca le vi síntomas de paranoia, esquizofrenia o depresión. No, él no puede deprimirse. Recuerdo el primer día que decidí compartir mi espacio. Vi su temor… estaba inseguro, luego, llegué a lamentar tanta frase melosa. Impedía que le diera hasta el viento, sus arrumacos constantes me reconfortaban. Durante las mañanas me despertaba con los ruiditos de sus uñas o su tierno calor. Ahora que lo veo ahí, vuelto un desorden, meditabundo, no sé qué hacer para consolarlo. Pasan los días y cada vez come menos. Ya probé casi todas las posibilidades y no surte efecto, lo más seguro es que Trescientos, mi gato, necesite novia. Es tiempo de que se vaya.

/// Humberto Mayorga. Escritor. Zacatecas.

/// Iván Muñoz. Ivanko Moses_ Lee. Zacatecas.

/// Juan Carlos Villegas. Artista plástico. Zacatecas.

/// Sergio Mayorga. Artista visual. Zacatecas.

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a habitación conserva su olor: el encanto del mundo. Tres años han pasado desde entonces, o trescientos, no lo sé, la imagen aparece ante mí. Recorre la habitación de un lado para el otro, se detiene frente a la ventana. Espera el recorrido de una araña que se ubica justo en la esquina de la pared. Sube a una silla, apenas si puede abrir las cortinas deshilachadas de mi cuarto. Con rápido movimiento lo consigue, es el mejor logro hasta el momento, observa. Impresiona a los vecinos que pasan por enfrente y lo señalan. Les agrada. Sí. Es obvio, no me extraña, tiene lo suyo, sobre todo esa mirada azulada. Nadie puede dejar de verlo. Sus enormes ojos dirigen la mirada hacia los perros. Todos juguetean con los niños,

luego se desanima, lloriquea como niño: Ojos irritados me observan. Regresa a la habitación y baja corriendo las escaleras. Sube, baja, sube y baja. Ni un objeto tira con los movimientos. Llega a la sala, va de un lado a otro, se sienta en su sofá predilecto. Lo veo triste, de pronto eufórico. Nunca lo vi así. Grita, abre las persianas a su modo. Intenta abrir la puerta. Urge atenderlo, al parecer está confundido o no sé, ya no me estima igual. Me busca, lo veo: me preocupas, le digo, hace un mes que te noto así, nada te satisface. Empiezo a creer que te aburrí, nada te falta, todo tienes al alcance, le hablo despacio. Rompe la hoja número trescientos: las he contado desde que llegó. Baja la cabeza. Olfatea el espacio. Me pregunto cuáles son los motivos que lo llevan a ser rebelde. Susurro. Te has vuelto un guerrillero, sostengo la mirada a la suya, no se apena,


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Las 300 jornadas de un suplemento 6 Por Carlos Flores

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uando eres pequeño una cifra de tres dígitos parece mucho. Más todavía cuando el peso tenía cierto valor, cuando la cara de Morelos impresa en hierro de los años 70 servía para comprarte un par de chácharas. Te sentabas por ahí e imaginabas lo difícil que sería contar hasta cien y lo imposible que sería llegar a mil. De adulto sabes que no es tan difícil, sobre todo cuando ves esas cifras reflejadas en el raquítico sueldo de un empleado mexicano. Pero un número de tres cifras ya es considerable, pues incluso con la inflación 100 pesos ya sirven para comer con chela incluida o para comprar un libro o un disco. Trescientos es una cifra respetable, pues ya puede uno comer en un Sangron´s en el peor de los casos, o un buen corte en restaurante nice. Aunque los números son relativos, no sucede lo mismo en cuanto a un complemento cultural se refieren, pues estamos hablando de 300 números impresos en 300 semanas de vida donde, por más

de 6 años, Jánea Estrada, directora de La Gualdra, ha hecho la para nada desdeñable labor de estar invitando plumas, recolectando artículos y concibiendo un suplemento cultural que lo largo del tiempo se ha hecho más sólido y consistente, donde han desfilado un considerable número de escritores, tanto locales como fuereños, donde han sacado los trapitos al sol muchas personalidades del mundo intelectual zacateco e ilustrado sus páginas artistas gráficos y fotográficos locales. Sin duda, un trabajo arduo, que refleja el mundo intelectual zacatecano bajo la dirección de su inquieta directora, que siempre anda maquinando qué hacer con el suplemento, cómo darle forma cada semana, batallando con los colaboradores que olvidan enviar su artículo, organizando eventos y, por si fuera poco, cursando un doctorado. Suplementos ha habido muchos, pero ninguno ha sido tan consistente como el que ahora nos ocupa. Hay algunos elegantes, impresos en buen papel, pero excluyentes; otros que no reflejan trabajo directivo pues no parecen llevar un sentido o una planeación;

/// Alejandra Celis Almanza. Fotógrafa. Zacatecas.

/// Carlos Flores. Escritor. Zacatecas.

otros fugaces que se desvanecen rápidamente; algunos otros también muy valiosos por su contenido pero carentes de un buen diseño, en fin, otros con sus peros. A La Gualdra le veo muy pocos peros y sí muchos aciertos. Por ejemplo: la editorial, el diseño, los cuentos de Pilar Alba y Alberto Huerta, los artículos de Eduardo Campech, las sesiones fijas como Desayuno en Tiffany´s y Notas al margen, así como la multitud de plumas colaboradas e invitadas como Violeta Tavizón, Adolfo Núñez, René Amaro, Mariana Terán, Humberto Mayorga, Edgar Khonde, Gabriel Luévano, Rebeca Mejía, entre muchos otras. No queda otra más que felicitar a La Gualdra y su directora por estas 300 semanas, seis años y más de 2000 mil días de trabajo para poder agregar al periódico La Jornada este interesante suplemento, donde uno puede encontrar los aspectos más relevantes de la vida cultural en Zacatecas, el país y el mundo, así como recomendaciones de lectura, de discos, obras de teatro, exposiciones y muchas cosas gualdreñas más.

/// Carlos Alberto Torreblanca Padilla. Arqueólogo. Zacatecas.

/// Chantal Meza. Artista plástica. Puebla.


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6 Por David Valerio Miranda y Rebeca Mejía López

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a batalla de las Termópilas es, sin duda, un hecho histórico que ha pasado a convertirse en un icono de referencia, especialmente, por el episodio de la defensa de Grecia de parte de 300 espartanos. La batalla se perdió, pero la defensa dio tiempo para que la ciudad de Atenas fuera evacuada y ahí, los griegos vencieron al enemigo Persa. Lo cierto, estimado lector, es que la batalla de las Termópilas, narrada de forma mucho más heroica y emocio-

nante por Heródoto, fue mucho más que la defensa de 300 valientes hombres, se cree que estuvieron a su lado de 700 tespios y 400 tebanos aproximadamente. Sin embargo, la figura de Leónidas, sobresale como el jefe de Esparta que dio el coraje a sus hombres para resistir hasta el final. Así, la batalla de las Termópilas se ha convertido en un símbolo del patriotismo y la defensa del pueblo. Las dinámicas de entrenamiento han sido debatidas, así como las estrategias y tácticas y las características del uso del terreno de guerra, mencionadas en “Los nueve libros de la historia”. Pero sobre todo, ha pasado a ser un símbolo de la valentía.

/// Mauricio Flores. Periodista cultural. CDMX.

/// David Valerio M. Escritor. Zacatecas.

/// Rebeca Mejía. Escritora. Zacatecas.

Todo lo anterior nos hizo pensar en La Gualdra, un suplemento cultural que resiste en tiempos de crisis, no sólo en los medios de comunicación, sino en un contexto en el cual la educación y la cultura sufren el desinterés pero al mismo tiempo la urgencia de la sociedad. 300 son las veces que La Gualdra nos ha inspirado y dado espacio para continuar la batalla. La Gualdra se mantiene firme, a la altura de los suplementos culturales nacionales, a la vanguardia con un contenido cultural que engloba desde lo local con artistas y eventos zacatecanos hasta lo internacional como el Festival de Cannes y mucho más…

/// Violeta Tavizón. Curadora e historiadora. Zacatecas.

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Resistiendo: A propósito de los 300 de La Gualdra


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En trescientas palabras una sola: Gracias 6 Por Eduardo Campech Miranda

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ace trescientas semanas Jánea Estrada me invitó a participar en un suplemento cultural que se gestaba en La Jornada Zacatecas. Tuve dudas de mi incursión en dicho planteamiento. La actitud dubitativa estribaba en mí (sigue pasando): ¿alguien me leerá, puede tener alguna trascendencia lo que escriba, habrá algún eco de mis palabras? Las respuestas fueron llegando conforme transcurría el tiempo. El primer lugar fueron los amigos habitantes de Zacatecas quienes me leían. Lo sé porque ellos mismos me lo dijeron. Después me encontré con

la agradable sorpresa de recuperar una cartera extraviada y conocer a una de mis lectoras. Luego, al llegar a Querétaro, a Tijuana, el destino me llevaba a entrevistarme con lectores de La Gualdra. Leían el suplemento y leían mis colaboraciones. El anonimato se disipaba conforme pasaban los números y las colaboraciones. Ha pasado el tiempo y al voltear, no puedo menos que agradecer la confianza de Jánea y de los directivos de La Jornada Zacatecas. Pero, primordialmente, a quienes dedican unos minutos de su tiempo a leer lo que este servidor escribe. Falso sería afirmar que alcanzo plena satisfacción en cada colaboración. De hecho, evito leerme porque

/// Eduardo Campech Miranda. Promotor de la lectura. Zacatecas.

no puedo dejar de sucumbir a la revisión de mis textos. Formar parte de los colaboradores me enorgullece porque soy parte de un colectivo plural, propositivo, crítico, participativo. Pero también porque cada uno desde nuestra trinchera realiza actividades culturales en pro de la ciudadanía. Trescientos números: seis años, ríos de tinta, kilos de papel, horas frente a la computadora, kilómetros recorridos, concatenación de ideas, caleidoscopio de visiones, puertas a la cultura, palabras que configuran. Todo ello es parte del inventario que hay detrás de cada número. Celebremos a La Gualdra, celebremos estos trescientos números y trabajemos por los que vienen.

Paisaje 300 6 Por Ivi May

/// Daniel Medina. Poeta. Yucatán.

/// Lucía Medina Suárez del Real. Periodista. Zacatecas.

/// Federico Martínez. Fotógrafo. Jalisco.

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6 Por Daniel Medina

s siempre admirable que, a pesar de avanzar a contracorriente, proyectos como La Gualdra crezcan día con día de la mano de escritores, artistas visuales como de todo el equipo de trabajo y, desde luego, los mismos lectores del suplemento. Siempre que habla-

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a realidad que ahora nos compete no puede ser tratada con ligereza, tampoco podemos usar la palabra como un malabarismo para escapar líricamente de lo atroz que es vivir en un México, donde nos sentimos sitiados. Institucionalmente nos han abofeteado con decisiones inverosímiles, absurdas, injustas, macabras. Entonces pensamos que tenemos el mismo derecho de ser impunes y corruptos, todo con tal de estar arriba sin importar los que caigan. Pero entonces lees que no todos piensan en el escapismo de colgarse de la bandera de lo impune, porque somos capaces de otra ficción. Así con La Gualdra. Cuando despierto y leo las noticias o escucho lo que pasa allá, pero también lo que pasa aquí, sólo puedo pensar que todo está perdido y que lo mejor es callar, por comodidad, porque después de la pausa me permitirán hablar; nada más cobarde que eso. Y leo entonces lo publicado en un suplemento cultural que me hace pensar que todavía hay esperanza, porque la palabra sigue circulando con la valentía de que lo que te duele se expone como herida abierta. Así con La Gualdra. Hay una dificultad de encontrar espacios que no te censuren por oponerte a lo institucional, porque​nos han tirado línea, porque hemos acatado el veredicto de que éste es un país de imposibles si de lo que se trata es poner nuestro granito de arena. Y la arena está escasa, como lo está el trabajo que parte de lo humano. Porque el dolor de todos los días, en otros y en mí, tendría que estar en nuestra sangre, que es la voz de los siglos pasados, de ese cíclico rencor que se repite y cobra víctimas que no verán a sus hijos correr por los campos ni comer nunca más una fruta. Pero existe este espacio. Gracias a La Gualdra por su número 300, número que suena a paisaje.

mos de hacer cultura hablamos de ir, como dije antes, a contracorriente, de luchar contra la desaparición para sembrar pequeñas dosis de luz, de esperanza, digamos. Celebro como todos estos 300 números, tanto por lo que son y somos ahora como por lo que seremos en un futuro cercano. La Gualdra abre sus puertas a todo y a todos, como debería hacerlo toda buena familia.


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Desayuno en Tiffany’s, mon ku

6 Por Carlos Belmonte Grey

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a Gualdra cumple 300 números, justo el mismo número, pero en años, que México fue colonia del imperio Español, 300 años. Contando el total de años de existencia de México en tanto unidad política y discursiva nacionalista, nos da que, hace apenas 500 años que existimos, es decir 300 de colonia y 200 de independientes. Irónicamente, a pesar de los 100 años de diferencia, el cine se ha preocupado poco por contar la historia de la conquista y de la colonia, dando algo más de atención al periodo de guerra independentista. El cine histórico mexicano se ha dedicado mayoritariamente a recontar la Revolución mexicana, tanto en una narrativa histórica como dramática, le siguen los retratos de la sociedad contemporánea a las producciones. El resto de los periodos (conquista, colonia y decimonónico) quizás por lo delicado del acontecimiento, en cuanto a las sensibilidades políticas, han sido menos recuperados. Pero aquí me interesa mencionar algunas obras que han tratado estos 300 años de colonia.

/// Evelyne Coutel. Especialista en cine. París.

De la primera época del cine en México es justo comentar los esfuerzos nacionalistas en plena efervescencia constitucionalista: se trata de Tepeyac realizada por Carlos E. González y José Manuel Ramos en 1917 y Cuauhtémoc de Manuel de la Bandera, 1918. En este mismo tenor nacionalista y con un fuerte fervor patriótico surgieron las obras de Miguel Contreras Torres, De raza aztecas (1920) y El Águila en el nopal (1929). Las cintas de Contreras Torres se caracterizaron por enaltecer el heroico y doloroso pasado mexicano pero sin demeritar la importancia de la civilización hispánica. Desde esta primera etapa damos un brinco a 1974 con El juicio de Martín Cortés de Alejandro Galindo actuada por David Reynoso y Pedro de Aguillón. Aquí ya se puede sentir el fervor patriótico bañado de odio a la conquista. La cinta es más bien una obra de teatro filmada por Galindo a fin de subrayar los tonos del discurso nacionalista, el sometimiento y la humillación al pueblo mexicano. Y llegamos a la década de 1990 con dos películas que, considero, han conseguido presentar alternativas

/// Carlos Belmonte Grey. Especialista en cine. Zacatecas.

a la clásica interpretación de conquista maniquea de todos los años previos: La Otra conquista de Salvador Carrasco en 1998 estelarizada por Damián Delgado y José Carlos Rodríguez; y Cabeza de vaca de Nicolás Echevarría en 1991 con los actores Juan Diego y Daniel Giménez Cacho. La Otra conquista es una representación del choque –o trauma- cultural entre españoles y aztecas. Centrada en el conflicto de las cosmogonías, la cinta evidencia su estructura teatral desvinculándose, de esta manera, de ser la Historia de la conquista y aceptando ser tan solo una interpretación de cómo pudieron comportarse las mentes de los indígenas. Cabeza de vaca, por otra parte, mezcla el cine clásico de los biopics con el onirismo y la fiebre de los descubridores y conquistadores. Ambas cintas son pruebas del cine social en tanto escapan de centrar sus historias en los devenires de los grandes héroes y portan, además, los densos discursos de una de las etapas más sensibles de la historia nacional. Trescientos años de vida colonial española.

/// Simitrio Quezada. Escritor. Zacatecas.

/// Armando Salgado. Poeta. Michoacán.

/// Lydia Lozano. Artista visual. Zacatecas.

/// Juan Carlos Basabe. Fotógrafo. Zacatecas.

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Cine de la Colonia, 300 años


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LA GUALDRA NO. 300

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/// Carlos Castruita. Diseñador de La Gualdra. Zacatecas.

/// Jánea Estrada. Dir. de La Gualdra. Zacatecas.

/// Alfonso López Monreal.

/// Enrique Martínez. Diseñador de La Gualdra. Zacatecas.


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6 Por Berenice Hernández

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os cuentos y los suplementos culturales tienen algo en común; desde hace años se ha escuchado la misma perorata respecto a ambos: no deberían existir. Ha salido de boca de escritores y editores, incluso, de los lectores. Nadie los quiere porque no tienen un desarrollo natural. Impiden que uno se arrellane en su sillón favorito y pase las horas perdido en los folios. ¿No será más bien que los detractores tienen la venda puesta aún sobre los ojos? Al relegar la existencia de ambos, se pierde la oportunidad de

/// Berenice Hernández. Escritora. Michoacán.

generar mapas lectores inmediatos: el suplemento, a pesar de sus aparentes carencias, abona al reconocimiento de autores y textos de una forma más amena, sin tanta paja. Debería examinarse, además, que la sociedad, la de ahora, empieza a acostumbrarse a una vida fragmentada casi por completo. Se pasa de una red social a otra, se regresa, se pone atención a la plática, se olvida y se regresa a la red social, a lo breve, como si esos pedazos de fugacidad nos construyeran. ¿Entonces por qué olvidarnos de los suplementos, y no hacerlos parte de nuestra rutina de lo efímero? Éstos deberían ser como los alimenticios: explotados

a más no poder por aquéllos que desean estar saludables, aunque no de manera física, sino intelectual. ¿Cuántos de los que amamos la lectura nos detenemos a hojear los panfletos que dan vitamina extra a nuestro ejercicio mental? ¿Quién ha quitado los ojos de Los miserables o Rayuela para sumergirse en las aguas calmas de aquellos complementos? ¿Qué nos impide ver a los suplementos como ese respiro en medio de la plaza llena de personas? Creo que La Gualdra aún puede ser un respiro tanto a lo efímero de lo virtual, como a lo monumental de la literatura. Un lugar para pensar y descansar. ¿No?

/// Ivi May. Escritor. Yucatán.

/// José Agustín Solórzano. Escritor. Michoacán.

/// Verónica Mercado. Artista plástica. Monterrey, N. L.

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300 palabras en defensa del suplemento cultural


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LA GUALDRA NO. 300 /// 3 DE JULIO DE 2017

Trescientos

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6 Por Pilar Alba

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ara llegar desde aquí a tu casa son trescientos pasos sí, trescientos. Los he contado bien, uno por uno. Incluyendo los cuarenta escalones que tienen que subirse para poder llegar a tocar tu puerta. He recorrido este camino ya miles de veces; siempre en la tarde o algunas veces en la noche, cuando sé que estás en tu casa; cuando pienso que puedes estar dormido. Camino despacio contando los pasos,

pensando y sintiendo, sintiendo y pensando, qué hacer sí de improviso abres la puerta o sí alguien me descubre espiándote por la ventana mientras tú lees o te rascas la cabeza o comes un bolillo y café con leche. Afortunadamente hasta ahora nadie ni tú me han descubierto. Sé que llegará ese día, esa hora en que no me quede más remedio. Entonces tocaré la puerta, esperaré paciente con el corazón al borde del infarto. Te veré aparecer a la entrada, con los lentes a media nariz, con el pelo enmarañado y la camisa llena de morusas

de pan. Con cara de desconcierto, con cara de ¿quién chingaos toca a la puerta?, con cara de ¿quién carajos es ésta? Te miraré en silencio, me acercaré despacio, te robaré un beso y saldré corriendo. Ahora sin contar los pasos que tengo para esconderme y desaparecer de tu presencia. Sé que pasará todo eso, una tarde de cualquier día de estos. Mientras, aquí sigo contando los pasos que me llevan hasta tu casa, que bien sé son exactamente: trescientos.

300 veces Gualdra

6 Por Fernando Cuervo

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rescientos amaneceres en la ciudad de Zacatecas. Quizá 300 abrazos entre amigos. 300 tazas de café en honor a la buena conversación y quizá alguna anécdota que quedará en el

/// Alberto Huerta. Escritor. Zacatecas.

/// Fernando Cuervo. Escritor. Puebla.

6 Por Alberto Huerta

pura en torno a las palabras. 300 veces el papel impreso y 300 veces el papel imaginario del nuevo milenio. Hay un recuerdo, una felicidad, un festejo que nos une. ¡Enhorabuena, comunidad gualdreña!

/// Gerardo del Río. Escritor. Zacatecas.

/// Pilar Alba. Escritora. Zacatecas.

Trescientos

Tú me dirás que me amas esta noche al mediodía… Adrian Henri

T

fondo de las tazas. 300 pasos de aquí al Zócalo. O quizá más de 300 Km. para llegar, desde acá, en la ciudad de Puebla. 300 palabras que estamos compartiendo como un secreto fortuito de mano en mano, un fuego perdurable entre cantera y cantera. La Gualdra que funge su papel de madera

Para Almendrita

res cientos. 300. Trecientos. Trescientas veces parpadeaste Ojitos de papel volando… Trescientos ramos de flores de he estado enviando con regularidad. Trecientos cajas de chocolates puse en tus manos, Gotita de lluvia… Trescientos helados de infinidad de sabores te llevé, galletita… Trescientas vueltas le dimos al parque, del brazo, abrazados, tomados de la

mano, Rajita de canela… Trescientas veces te dije: Te amo… Almendrita, mirándote a los ojos sin parpadear, sin que me temblaran las piernas y se me aflojaran los elásticos de los calcetines… Trescientos gallos… serenatas… con tríos, duetos, mariachis, orquestas, coros, grupos, al pie de tu balcón te llevé emocionado, con trescientos tragos de mezcal entre pecho y espalda, Lucero de la mañana… trescientos cafés nos bebimos y platicamos en trescientas tardes, Granito de elote… Te hice, emocionado trescientas promesas y juramentos, Caballito de mezcal… Trescientas estrellas, luceros, centellas… contamos mirando el azul profundo del cielo, Calabacita mayera… Más de trecientas veces te soñé dormido o despierto, con los párpados apretados, con los ojos abiertos del

alucinado, Ejotito tierno… Trescientas veces escuchamos los discos que nos gustan a ti… a mí… hasta que se escuchaban gangosos, chipi chipi de verano… Trescientas veces me puse a contar tus lunares, Lentejita… y más de trescientas veces nos quedamos quietos, mirándonos, uno al lado del otro, respirando despacito, viendo como las tardes se hacían noche… Y a veces aparecía la luna, gorda, cacariza, Semillita de amaranto… Sabiendo que va a pasar más de trescientos días sabiendo que estamos así, juntos, tratando de que nuestras respiraciones se acomoden… Se puede, eso si te lo puedo asegurar Amordemisamores… Trescientos son los números que ha publicado semana a semana el suplemento cultural La Gualdra…


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