Río de palabras
Cine
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LA GUALDRA NO. 419 /// 10 DE FEBRERO DE 2020
Knives Out, de Rian Johnson t
Por Adolfo Nuñez J.
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a mañana después de su cumpleaños, el famoso escritor de novelas de crimen y misterio Harlan Thrombey (Christopher Plummer) es encontrado muerto en su lujosa casa ubicada en el campo. Ante tal suceso, la familia inmediata de Harlan se encuentra muy impresionada y con muchas preguntas sin responder. El detective Elliot (Lakeith Stanfield) arriba a la mansión para entrevistar a los familiares de Harlan, entre los cuales se encuentran sus hijos Walt (Michael Shannon) y Linda ( Jamie Lee Curtis), así como su yerno Richard (Don Johnson), su nuera Joni (Toni Collette) y sus nietos Meg (Katherine Langford), Jacob ( Jaeden Martell) y Ransom (Chris Evans). Como asesor particular del caso está Benoit Blanc (Daniel Craig), un detective privado que ha sido contratado para averiguar lo que ocurrió en los últimos instantes de Harlan, y así, con ayuda de la policía, recolectar las pistas que le indicarán si la muerte del escritor fue un suicidio o si se trató de un crimen premeditado por alguien externo a la casa o inclusive por un miembro de la familia. En medio de toda la confusión está Marta (Ana de Armas) la enfermera privada de Harlan y que fue testigo de algunos eventos que ocurrieron esa noche que se volverán fundamentales para la investigación; por su parte, ella solo busca desviar la atención de todos los involucrados para proteger a su propia familia de inmigrantes. A lo largo de su filmografía, el director Rian Johnson ha hecho uso de las reglas del cine de género para escribir historias llenas de originalidad y con inesperadas
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/// Knives Out, de Rian Johnson.
vueltas de tuerca. En cintas como Brick (2005) y Looper (2012) el cineasta ya ha jugado previamente con el misterio, los acertijos y los símbolos enigmáticos creando rompecabezas de narración repletos de ingenio y creatividad. En el caso de Knives Out (2019), Johnson emplea el whodunnit de las novelas policiacas y el misterio característico de las historias de Agatha Christie para crear un caleidoscopio de personajes que forman parte de un relato impredecible que logra mantener alerta al espectador a lo largo de toda la cinta. Siguiendo la fórmula estándar de las historias de detectives, el realizador muestra en pantalla pequeños detalles sobre la noche del asesinato a medida que el misterio se desenvuelve al
Por Pilar Alba
Y
es que apenas salieron de su boca las palabras se volvieron huecas: TE QUIERO; y cada una de las letras de la frase se despeñaron como en un barranco. Ella no se dio cuenta; para ella las palabras resonaron golpeando suavemente su corazón y fuertemente su voluntad, tanto, que la vencieron por completo y contra sus costumbres
mismo tiempo que, con una mano hábil, subvierte las reglas del género y juega con las expectativas del público de manera constante. De tal modo, Johnson configura y retira los giros en la narración y sienta las bases de estos mucho antes de que el propio espectador los vea venir. Con gran acierto, el filme se enfoca primordialmente en la experiencia de Marta dentro de la casa; una trabajadora leal y de corazón noble que a la vez es una testigo sustancial en los eventos previos a la muerte de Harlan y por los que se ve envuelta en una espiral de avaricia donde los riesgos y el peligro se encuentran en cada rincón. En contraparte, las personalidades de cada miembro
de la familia están definidas por sus propios privilegios, así como en las supuestas motivaciones por las que cada uno pudo o no haber asesinado a Harlan. De tal manera, y a la par de que dicho misterio toma lugar, el director hábilmente hace un mordaz comentario sobre conciencia de clases y migración en Estados Unidos. Que el guion de Johnson cuente con tales connotaciones puede ser interpretado como una clara alegoría a las políticas y la administración presidencial del país vecino, razón por la que Knives Out se vuelve, además de un ejercicio narrativo excepcional, una película de suspenso muy entretenida y, sobre todo, un misterio sin resolver sobre los tiempos actuales.
Te quiero dejó de pensar en las consecuencias. Entonces sin pensarlo se fue con él, a cumplir los sueños que desde pequeña se había formado. Él, por su parte, sabía del impacto que aquellas palabras podrían ocasionar, pero aún
así dijo, como quien dice: son las seis de la tarde. Al verla tan decidida la tomó de la mano y se la llevó con él para cumplir lo que también desde pequeño le enseñaron: a cumplir su palabra. Así pasaron los años, lle-
vando al pie de la letra los preceptos que se deben cumplir para llevar una sana convivencia. Hasta que el peso de las palabras a pesar de su oquedad llegó al fondo. Fue entonces cuando ambos despertaron, como cuando se despierta de un sueño pesado, de esos que te dan después de una gran comilona. TE QUIERO, una vez más dijo. Ella lo escuchó como si nada y él ya no sintió la obligación de sostener sus palabras.