SUPLEMENTO CULTURAL
NO. 431 /// 11 DE MAYO DE 2020 /// AÑO 9
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
Avenida Hidalgo. Fototeca Centro INAH Zacatecas, Juan Carlos Basabe.
[La esplédida Zacatecas] Hoy día, en tiempos de aislamiento, nos vuelve a mostrar por un momento su amabilidad y calidad espacial y urbana; su magnífica arquitectura luciendo en toda su dimensión, resaltando la singularidad de su caprichosa traza y sinuosa fisonomía acentuada por la inigualable e interminable danza de balcones y herrerías, de sus elegantes paramentos articulados por esas fachadas de ensueño y de sus imponentes remates visuales; sus plazas, plazuelas, jardines, callejones, calles y avenidas se reconectan, como si la ciudad se hubiera contraído ante el vacío que han dejado los coches.
[“El Centro Histórico de Zacatecas en tiempos de aislamiento”, por Carlos Augusto Torres Pérez, en páginas centrales]
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LA GUALDRA NO. 431 /// 11 DE MAYO DE 2020 /// AÑO 9
La Gualdra No. 431
Editorial El 3 de mayo de 1952 se llevó a cabo en la Ciudad de México la Primera Asamblea Nacional de Artes Plásticas; en ella, el artista zacatecano Francisco Goitia -que en aquel entonces fungía como el Presidente del Frente Nacional de Artes Plásticas- dictó una ponencia como parte de una campaña para que el presidente de la república, Miguel Alemán Valdés, creara una nueva secretaría de cultura; en esta ponencia, Goitia conminaba a que en México se siguiera el ejemplo de lo que otras naciones -como Italia- habían hecho al tener un Ministerio similar a la secretaría que proponía: Hace tiempo que el Gobierno Mexicano debiera tener entre las Secretarías de Estado, la de Bellas Artes para atender como se merece, cuanto tiene relación con nuestras culturas aborígenes y coloniales. México […] es la ‘Italia de América’, solo que un tanto despreocupada de tan valioso legado histórico, comete un error que debe ya reparar, haciéndose cargo de su misión de conservar y dar exaltación a ese patrimonio tan valioso, creando la Secretaría de Bellas Artes, Monumentos y Turismo […].1
Goitia proponía que esta secretaría tuviera como finalidad la de coordinar funciones culturales que él consideraba no tenían orden ni conexión en ese momento, y pedía que se fusionaran el inba, la dirección de Antropología e Historia, la Inspección de Monumentos Coloniales, la Dirección de Asuntos Indígenas y la Comisión Nacional de Turismo. Su conocimiento previo de cómo funcionaba el Ministerio de Cultura en Italia, le permitía suponer que integrar a la Comisión Nacional de Turismo implicaría lo siguiente: Al depender de la secretaría que se propone [las funciones culturales] quedarán debidamente centradas; puesto que la propaganda turística para ser efectiva y eficaz, tiene que basarse en gran parte, en las funciones correlativas asignadas a los museos, monumentos, música, teatro, exposiciones artísticas, y cuanto tenga relación con las manifestaciones estéticas. Además, para obtener un funcionamiento integral de dicha secretaría, habrá que agregar algunos departamentos como el de Programa y Planeación de Exposiciones y Ferias Internacionales de gran conmemoración semejantes a las que se efectúan en las ciudades de importancia mundial.2
Podría resultar difícil imaginar a Goitia dirigiéndose a los integrantes de la asamblea, sobre todo porque hemos vivido con la imagen de un artista introvertido, pero su postura es clara y contundente, lo que muestra que conoce del tema, que ha realizado un diagnóstico comparando el funcionamiento de instituciones culturales del extranjero con las de México. Proponía además, en su ponencia,
la creación de un área de servicios coordinados que tuvieran a su cargo una “acción cultural orientadora de acuerdo con los gobiernos de los estados, en materia de arquitectura y de planificación, para proteger a las ciudades típicas a punto de perder sus características que deben conservarse”;3 algo así había ya propuesto Manuel Pastrana décadas antes y había iniciado con esos trabajos de protección y conservación del patrimonio en Zacatecas. De acuerdo al plan propuesto, las actividades de la Secretaría de Bellas Artes, Monumentos y Turismo quedarían concentradas en seis áreas que serían las siguientes: a) Monumentos precortesianos; b) Monumentos coloniales e históricos; c) Bellas Artes; d) Protección a las áreas típicas y monumentales; e) protección a lugares de belleza natural; y f) Departamento editorial.4 En cuanto al área de Bellas Artes que estaría integrada a la nueva secretaría, Francisco Goitia ponía especial énfasis en la creación de museos que dieran cabida a las nuevas expresiones artísticas, pero también a lo encontrado en las investigaciones y excavaciones arqueológicas que generarían el incremento de museos regionales. El pintor zacatecano tenía previsto que un nuevo interés por fortalecer las instituciones culturales fuera surgiendo desde la capital del país hacia los estados. Su idea del patrimonio cultural así como el tema de los museos como estrategia de conservación y exhibición de los bienes culturales fueron constantes en su trabajo de gestión cultural. Este texto es parte de mi libro Una bizarra melancolía. La tradición plástica en Zacatecas, editado por el Instituto Zacatecano de Cultura; quise compartirlo con ustedes porque en unos días más estará ya en Zacatecas. Esperemos que pase esta contingencia para presentarlo. Que disfrute su lectura.
Contenido Tributo monsivaiano Cuando salgamos de esta Por Mauricio Flores
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El Centro Histórico de Zacatecas en tiempos de aislamiento Una reflexión en torno a su protección y capacidad de resiliencia Por Carlos Augusto Torres Pérez
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Desayuno en Tiffany’s, mon ku José María Riba apasionado impulsor del cine en español Por Nancy Berthier, Véronique Pugibet, Sergi Ramos, Alejandro Izquierdo, y Carlos Belmonte Grey
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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com Goitia, Francisco, “Consideraciones fundamentales sobre la creación de la Secretaría de Antigüedades y Bellas Artes”, Ponencia para la Primera Asamblea Nacional de Artes Plásticas sobre la Creación de la Secretaría de Bellas Artes, Monumentos y Turismo. Xochimilco, D. F., 3 de mayo de 1952, p. 1. Archivo José Minero Roque. 2 Idem, p. 2. 3 Idem, p. 3. 4 Goitia, Francisco, “Cuerpo de sugestiones para la creación de la Secretaría de Bellas Artes, Monumentos y Turismo”, Ponencia para la Primera Asamblea Nacional de Artes Plásticas sobre la Creación de la Secretaría de Bellas Artes, Monumentos y Turismo. Xochimilco, D. F., 3 de mayo de 1952, pp. 2-6. Archivo José Minero Roque. 1
Directorio
Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Ahí la vamos llevando Por Pilar Alba Cayetana Por Maliyel Beverido
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El armero Por J. R. Spinoza
Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
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Tributo monsivaiano
Cuando salgamos de esta C
A las tradiciones literarias las construyen simultáneamente las herencias nacionales y las internacionales (¿qué sería en rigor lo nacional en la experiencia literaria además de un acervo de temas y de lectores bien predispuestos?); los autores irrenunciables y los relegados por los vuelcos de la memoria; las leyes del mercado, y su juego cada vez más artero de inclusiones y omisiones; los lectores asiduos y los intermitentes; los gustos genuinos y las predicciones volátiles; los temperamentos intransferibles y las tendencias de la época. Escribir, por ejemplo, los textos de donde se extraen las sensaciones de pertenencia a una colectividad, o en donde la poesía produce la refundación incesante del idioma, o en donde se transmiten las otras visiones de la vida cotidiana o de la épica. Así, Octavio Paz, que lleva a la prosa el valor extraordinario de la poesía, en Piedra de Sol ve en la pareja a la especie inextinguible. Si el contexto directo es un bombardeo fascista en el Madrid de 1937, la poesía lírica sitúa a los que se renuevan en el horizonte del amor y la sensualidad, fijados y recreados en la escritura:
Todo lo que sale de las manos de Monsiváis está teñido por dos virtudes: la inteligencia y el humor. Elena Poniatowska
uando salgamos de esta, escucho una y muchas veces, haremos esto o aquello. Iremos a tal o cual parte y, entonces sí, nuevamente, retomaremos con más fuerza los andares suspendidos por la insospechada pandemia donde, digo yo, bien cabría rendirle un tributo a Carlos Monsiváis (1938-2010), el cronista de los aconteceres relevantes, como este por el que atravesamos, a 82 años de su nacimiento y diez de su deceso. Un homenaje a Monsi, por ejemplo, no porque los esfuerzos para recordarlo de diversas entidades culturales, la semana pasada, hayan pasado desapercibidos. Mucho de la obra monsivaiana pudo recordarse en redes sociales (#Monsimiamor, en el marco de la programación cultural virtual que la Secretaría de Cultura federal desplegó a partir de la Sana Distancia y el golpe epidémico). Ya habrá tiempo para retomar lo planeado, ahora hacia la segunda mitad de este 2020 que habríamos de identificar como el Año Monsiváis. Nuevos acercamientos, ediciones, relanzamiento de sus obras, conferencias, radio, cine y la exaltación de su constante presencia en ese México social que nítidamente nos hizo observar el vecino de la colonia Portales (Días de guardar, 1970; Amor perdido, 1977; Nuevo catecismo para indios remisos, 1982; Escenas de pudor y liviandad, 1988; Los rituales del caos, 1995; Aires de familia, 2006). En espera de ello, y desde el confinamiento salvador, reproduzcamos aquí, por ejemplo, la Nota Preliminar de Monsiváis a Escribir, por ejemplo. De los inventores de la tradición, libro (FCE) donde se rinde tributo a José Revueltas, Jaime Sabines, Ramón López Velarde, Alfonso Reyes, Julio Torri, Agustín Yáñez, Juan Rulfo, Augusto Monterroso, Rosario Castellanos y Carlos Fuentes. Tradición modificada “Uso la línea célebre de Pablo Neruda como punto de partida. Escribir, por ejemplo… Escribir poemas, cuentos novelas, crónicas, ensayos, piezas literarias que en pleno desacato de los géneros literarios se extravían y vivifican. Escribir por ejemplo obras caudalosas o muy breves; escribir desde
los dos se desnudaron y se amaron por defender nuestra porción entera, nuestra ración de tiempo y paraíso, tocar nuestra raíz y recobrarnos, recobrar nuestra herencia arrebatada por ladrones de vida hace mil siglos…
la autobiografía desbordada o desde las revelaciones que desdeñan la confesión y le entregan a la escritura la pena de perderse y la dicha de hallarse (o al revés); escribir desde la ironía, la jactancia, el ánimo clásico; escribir
a partir de los temas nacionales o de las experiencias comunes a todos; escribir desde la pasión por la técnica o, no sin preocupaciones, desde el arrebato de la inspiración… Escribir, por ejemplo.
Toda tradición literaria se modifica, se subvierte a sí misma, se reconstruye, se inventa, se enriquece, se lee de manera distinta de un tiempo a otro o de un año al siguiente. La de México, en vínculo orgánico con lo internacional, dispone de autores primordiales, más frecuentados por sus compatriotas por razones de la cercanía, pero válidos en sí mismos, y que persisten no obstante la apoteosis y las precipitaciones del canon, un término reciente muy controvertido en la industria académica y en los lectores. De entre el número muy significativo de creadores mexicanos, elijo ahora a diez, sin olvidar mi gratitud de lector hacia otros varios, muy especialmente poetas. Dos de los textos son crónicas, las dedicadas a José Revueltas y Jaime Sabines, los demás son ensayos. Un común denominador de estos autores: se les sigue leyendo con entusiasmo renovado, y esta continuidad del criterio exigente no es un hecho menor de nuestro desarrollo literario”. * @mauflos
Op. Cit.
6 Por Mauricio Flores*
Ollin: Memoria en Movimiento
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/// Acueducto y Antigua Plaza de toros San Pedro, hoy Hotel Quinta Real. Fototeca Centro INAH Zacatecas, Juan Carlos Basabe.
/// Avenida Hidalgo. Fototeca Centro INAH Zac., Juan Carlos Basabe.
El Centro Histórico de Zacatecas en tiempos de aislamiento Una reflexión en torno a su protección y capacidad de resiliencia 6 Por Carlos Augusto
vivimos, ya que la salvaguarda del patrimonio cultural, es también una práctica esencial para lograr que las ciudades sean resilientes; concepto que consiste en que estas tengan la capacidad para prepararse, resistir y recuperarse frente a una crisis. Lo anterior es aplicable a los centros históricos en momentos como este, ya que tal como se concluyó en el XIII Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial, celebrado en Arequipa (Perú) en 2015:
Torres Pérez
N
uestra ciudad, al igual que la gran mayoría de ciudades del mundo, atraviesa por un momento muy delicado a raíz de la crisis sanitaria del Covid-19, situación que, como un hecho sin precedentes, ha obligado a las autoridades a tomar medidas extremas para promover el aislamiento social, invitando a la ciudadanía a permanecer en casa e incluso restringiendo físicamente el acceso a diversas áreas del espacio público; el cierre de oficinas y la casi nula afluencia de transeúntes, en conjunto con las propias disposiciones sanitarias, han obligado al cierre de comercios y establecimientos. El centro histórico no ha quedado al margen de ello, los efectos de la pandemia no solamente amenazan la salud de sus habitantes y usuarios, sino su estabilidad económica y social, al verse reducida significativamente la movilidad en sus calles, cambiando de forma repentina y drástica su dinámica cotidiana, y generando, hacia algunas horas del día, imágenes verdaderamente rulfianas. Bajo este escenario extremo es necesario atender la seguridad del patrimonio cultural ante la amenaza de aquellos que pudieran aprovechar la situación para generarle afectaciones, expolios o vandalismo. La responsabilidad de proteger, resguardar y cuidar este patrimonio es una tarea ineludible e impostergable, por lo cual, los órganos encargados de esta noble y esencial labor –aún bajo estas complejas circunstancias- continúan trabajando sin receso a través de la Ventanilla Única de Gestión del Centro Histórico de Zacatecas conformada por personal especializado del H. Ayuntamiento, de la Secretaría de Desarrollo Urbano, Vivienda y Ordenamiento Territorial
El papel del patrimonio cultural, en lo que se refiere a la resiliencia, no debería limitarse a las preocupaciones ante los riesgos naturales. La resiliencia económica y social debería ser también una parte importante de nuestra comprensión del concepto.1
/// Avenida Hidalgo, Fototeca Centro INAH Zacatecas, Carlos Augusto Torres Pérez.
del Gobierno del Estado y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quienes atienden de manera conjunta trámites, denuncias, visitas de inspección y supervisión de obras públicas y
privadas así como suspensión de aquellas que se realizan fuera de norma. Dichas actividades son de la mayor trascendencia en situaciones como las que hoy
La UNESCO considera la resiliencia como una importante estrategia metodológica que contribuye para la recuperación de los sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial. El proceso de resiliencia de un determinado lugar patrimonial puede variar con base en la capacidad que tenga para absorber determinados impactos sin sufrir una perturbación en los bienes culturales y soportar presiones y cambios de diversos tipos, revirtiendo efectos y recuperándose para lograr un estado de bienestar igual o mejor que el que se tenía.2 En estos difíciles momentos, es necesario pues, definir estrategias e implementar acciones para garantizar la correcta protección del patrimonio cultural, así como plantear alternativas y preparar escenarios para que los centros históricos no solo no vean afectada su integridad, sino por el contrario, una vez superada la crisis, demuestren su gran capacidad de resiliencia y se conviertan en agen-
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tes catalizadores para el reencuentro de la vida social y la recuperación económica de las ciudades. En este contexto y llegado el tiempo, nuestro centro histórico jugará un papel importante en la contribución para reactivar el desarrollo económico local, lo cual es deseable, pero deberá ser sin menoscabo de su valor patrimonial, considerado universal y excepcional al ser un bien Patrimonio Mundial. Mientras ese momento llega (y esperando que sea pronto), la espléndida Zacatecas permanecerá ahí, tan señorial como siempre pero tan serena como desde hace un buen tiempo se añoraba. Hoy día, en tiempos de aislamiento, nos vuelve a mostrar por un momento su amabilidad y calidad espacial y urbana; su magnífica arquitectura luciendo en toda su dimensión, resaltando la singularidad de su caprichosa traza y sinuosa fisonomía, acentuada por la inigualable e interminable danza de balcones y herrerías, de sus elegantes paramentos articulados por esas fachadas de ensueño y de sus imponentes remates visuales; sus plazas, plazuelas, jardines, callejones, calles y avenidas se reconectan, como si la ciudad se hubiera contraído ante el vacío que han dejado los coches. Parece querer recordarnos que somos los poseedores de una joya como pocas en el mundo y que pudiéramos, tanto propios como extraños, contemplarla y disfrutarla siempre así en todo su esplendor; si dejamos de abusar de nuestro centro histórico y evitamos, por ejemplo, entregar de forma tan desmesurada el espacio público a los vehículos motores en lugar
/// Plazuela Miguel Auza. Fototeca Centro INAH Zacatecas, Carlos Augusto Torres Pérez.
/// Calle Doctor Hierro, Fototeca Centro INAH Zacatecas, Carlos Augusto Torres Pérez.
/// Calle Dr. Hierro, Fototeca Centro INAH Zacatecas, Carlos Augusto Torres Pérez.
/// Jardín Juárez, Fototeca Centro INAH Zacatecas, Carlos Augusto Torres Pérez.
de privilegiar el uso y disfrute del mismo para las personas; si dejamos de sobre utilizar los espacios públicos a partir de usos poco dignos e inapropiados que ponen en riesgo tanto a los usuarios como al patrimonio, al demandar la colocación de invasivas estructuras y generar concentraciones masivas de personas, alterando incluso en ocasiones, el espíritu tradicional del lugar. Con toda seguridad, para un visitante sería mucho más atractivo verla como luce ahora, en lugar de “no verla” por los adornos e instalaciones efímeras e inapropiadas que le colocan durante diversas épocas del año para hacerla “más atractiva” (irónicamente en temporadas
turísticas, cuando más gente nos visita y cuando precisamente nuestra ciudad debería lucir plenamente), lo que hoy nos deja claro, evidentemente no necesita. No queda duda de que los momentos difíciles son siempre una invitación indeclinable para la reflexión; creo que esta experiencia llevará a la sociedad a revalorar estos entrañables espacios desde el punto de vista histórico, cultural y estético, pero también y, sobre todo, como parte esencial de su devenir cotidiano; por lo que es un buen momento para recapacitar sobre la forma en que los espacios públicos y su utilización apropiada pueden, además de propiciar la cohesión local e incitar a la pobla-
ción a identificarse con sus valores patrimoniales, detonar la resiliencia del sitio en beneficio de todos aquellos que encuentran en el centro histórico una oportunidad ya sea para su recreación, sustento o desarrollo.
/// Plazuela de Santo Domingo. Fototeca Centro INAH Zacatecas, Juan Carlos Basabe.
1 Resolución de Arequipa, (2015) Conclusiones del XIII Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial. 2 Hiriart Pardo, C. A. y Barrera Sánchez, C.; (2017) La funcionalidad turística como herramienta para impulsar la gestión sustentable y procesos de resilencia en las Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial: Morelia como experiencia práctica. International Journal of Scientific Management and Tourism. Vol. 3 N°3 pp 287-312.
/// Teatro Calderón. Fototeca Centro INAH Zacatecas, Juan Carlos Basabe.
Ollin: Memoria en Movimiento
/// Jardín Juárez. Fototeca Centro INAH Zacatecas, Juan Carlos Basabe.
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Cine
Desayuno en Tiffany’s, mon ku
José María Riba apasionado impulsor del cine en español 6 Por Nancy Berthier, Vé-
ronique Pugibet, Sergi Ramos, Alejandro Izquierdo, y Carlos Belmonte Grey
E
l 1 de mayo falleció José María Riba. Quizás el nombre así de golpe y a primera vista no diga o suene mucho. No es como decir que murió Gael García Bernal o Jaime Rosales; y, sin embargo, sin Riba esos dos nombres no delinearían la cinematografía hispanoamericana en el mundo. José María Riba era el artífice de la proyección del cine español y latinoamericano tanto en Francia como en varios países hispanohablantes. Fue programador del Festival de San Sebastián y fundador de la plataforma Cine en Construcción, entre dicho festival y el de CineLatino de Toulouse. Fue Delegado General de Semana de la Crítica en Cannes. Era el asesor de programación latino y español en el Festival de Cannes. Fue asesor también de los festivales de Morelia y Ventanas Sur (Argentina). Además, fundador -junto con Laura del Sol- de la asociación Españolas en París (para la difusión del cine ibero) y del Festival Different! El otro cine español; así como colaborador de encuentros académicos en el seno del Instituto de Estudios Hispanoamericanos de la Sorbona. Y es aquí en donde entramos. Nos reunimos cinco colegas para escribir unas notas en su memoria. José María Riba y la Sorbona: cariñoso, eficaz y fiel aliado para la defensa del cine español en París1 Nos conocimos en París al principio de los 2010 en una de las alegres fiestas que solía organizar Españolas en París después de los pases de películas. Una amiga común, Véronique Pugibet, quien conocía nuestras pasiones respectivas por el cine, nos presentó y quedamos en volver a vernos. Hacía algún tiempo que yo frecuentaba los eventos que José María organizaba en torno al cine español. Era un auténtico lujo poder asistir en la capital al estreno de las películas con sus equipos. Fascinaba su capacidad para conectar con el público en las presentaciones de películas que transformaba en auténticos performances. Moderaba los debates con un sentido extraordinario del ritmo, pasando con una impresionante facilidad del francés al español, traduciendo con una calidad exquisita las sutilezas de ambos idiomas, sin dejar de hacer comentarios tan inteligentes como jocosos. Los invitados lo pasaban muy bien y el público quedaba conquistado; yo la primera. A los pocos días de habernos conocido, vino a verme en la Sorbona, con su moto y su sonrisa. Nada tardamos en decidir que íbamos a cooperar en la promoción parisi-
/// Chema Prado y José María Riba.
na del cine español; él desde la profesión y yo desde la universidad. Ambos obviamente desde la pasión. Me acuerdo de lo importante que fue para él uno de los primeros eventos, con Alex de la Iglesia. Invitado por Españolas en París para el estreno de Las brujas de Zugarramurdi, el cineasta dio una brillante master class en el anfiteatro Richelieu abarrotado, en donde se codeaban colegas y estudiantes nuestros, jóvenes alumnos de institutos, cinéfilos, hispanófilos y fans. Eso le encantaba a José María, que se mezclaran los públicos; también que el cine español fuera estudiado y valorado, no solamente visto. Con los años, desarrollamos una cooperación regular, concretada en particular por una colaboración anual con el Festival Different! El otro cine español, la gran fiesta de fin de año del Festival Españolas en París. Con los colegas, organizábamos eventos sobre temas relevantes para el cine contemporáneo. Celebrados en el salón de actos de la Sorbona, eran abiertos al gran público mientras nuestros investigadores iban a ver las películas de Different! El intercambio resultaba apasionante. El primero de ellos reunió a profesionales del cine y académicos sobre el tema de la resistencia, clave de ese cine “diferente” que promovía la asociación. El mismo José María era un resistente. No era nada fácil defender la diferencia y darle un lugar al cine español en París donde tenía que competir con tanta oferta cultural. No era fácil hacerlo desde una asociación sin afán de lucro que cada año tenía que buscar
los apoyos económicos para hacerlo. No era fácil con unos presupuestos escasos, hacerlo a lo grande. Pero lo conseguía. Rodeado de un equipo entusiasta, con Laura del Sol, la presidenta; Eva, su esposa; Luna, su hija; e Isabelle Burón, periodista, hacían milagros. Y cada evento se planteaba con un fundamental sentido de la fiesta: vino español, chorizo, tortillas, alegraban las proyecciones en aperitivos gigantes en los cuales el público convivía con cineastas, actrices y actores. Para el centenario del Instituto de Estudios Hispánicos en 2017, dimos un paso más organizando la celebración de un premio excepcional de cine Sorbona en el marco de Different!, otorgado por un jurado compuesto por estudiantes y colegas. Lo recibió Carla Simón para su película Verano 93. Gustó tanto la fórmula que se repitió en 2018 y 2019. El último evento que coorganizamos fue con Oliver Laxe, ganador del premio de la edición 2019, para O que arde, y pronunció una deslumbrante master class en febrero de 2020 en el Instituto de Estudios Hispánicos delante de un público fascinado y numeroso. 2020 iba a ser un gran año para nuestra cooperación ya que en el marco de la invitación de la Sorbona a Pedro Almodóvar para entregarle el Doctorado Honoris Causa, José María tenía prevista una proyección al margen del acto oficial, para que “su” público, el gran público, pudiera beneficiarse de tan importante evento. Luego, en noviembre de 2020, para el homenaje a Carlos Saura que nuestro equipo de investigación había previsto celebrar con un congreso internacional, José
María iba a cooperar con la organización de una mesa redonda de actrices. El destino no quiso que presenciara estos dos homenajes al cine español a través de dos de sus grandes figuras... Le echamos de menos, tremendamente. Por todo eso, y todavía más, le agradezco de todo corazón, en mi nombre y el de nuestros colegas y estudiantes por su presencia sonriente y acogedora, por su sentido del humor, por su increíble humildad, por su capacidad mágica para lograr que las cosas se hicieran, costara lo que costara; pero, sabemos que nos seguirá apoyando desde donde esté. Querido José María:2 Permíteme escribirte una carta en primera persona porque me hace ilusión pensar que muy pronto vas a contestar o incluso acudir a una mesa redonda, un encuentro. Nos conocimos en los años setenta junto con un grupo de amigos latinos aficionados al cine. Luego nos perdimos de vista, pero gracias a los azares de la vida nuestros caminos se volvieron a cruzar. Tus calidades profesionales eran deslumbrantes. Tenías un talento de traductor-intérprete fuera de serie. En tu libreta apuntabas quién sabe qué de las largas intervenciones de los oradores sin interrumpirlos, proporcionando luego en tu restitución uno que otro chiste, un complemento de información para que el público pudiera saborear plenamente la aportación de los locutores. Tenías ese don de la comunicación y te preocupaba transmitir. Así me explico la
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Encuentros casuales con una figura clave del cine en español3 Conocí a José María Riba hace muy poco tiempo, apenas cuatro años. Con la asociación Españolas en París, él organizaba una edición Júnior del Festival Different!, para que los jóvenes de los institutos franceses pudieran ver cine en español, y había establecido ya unos sólidos contactos con la universidad de la Sorbona a través de mi compañera de universidad, Nancy Berthier. Los dos me propusieron que organizáramos una charla para los estudiantes con Marc Recha, el director catalán que acababa de terminar su película Un dia perfecte per volar, interpretada por su joven hijo Roc. Nos citamos en La Bonbonnière, un café que está en la esquina de la universidad, y cuando llegué los tres estaban ya allí. José María charlaba animadamente con Roc, gastándole bromas, y Marc le llamaba con amistosa sorna l’avi (“abuelo”, en catalán). Fue la primera vez que lo vi en persona. La charla con los estudiantes se impregnó de ese ambiente de familia inventada con el que me había encontrado al entrar en el café. Poco sabía entonces del recorrido profesional de José María. Aquel mismo año me lo volví a encontrar en el Festival de Cannes, que estaba cubriendo por primera vez con Carlos Belmonte. Mayor fue mi sorpresa cuando, unos meses después, volvimos a cruzarnos con él en el Festival de Cine de Morelia. Ya no podía ser solo casualidad. Apenas unas pocas horas después de que yo aterrizara en México, se había producido uno de los acontecimientos políticos más traumáticos en la España de los últimos tiempos, que me afectaba de manera muy íntima: la brevísima y fallida declaración de independencia de Catalunya, a finales de octubre de 2017. José María tenía orígenes vascos y catalanes, y con él comentamos la situación política, pero lo que parecía preocuparle más era qué repercusiones iba a tener para la ya frágil industria del cine española y catalana. Como decía, poco a poco fui descubriendo que esos encuentros repetidos iban más allá de la casualidad. Me fui enterando de que había sido programador en el Festival de San Sebastián, donde había participado
/// José María Riba en la Sorbona de París.
/// Nancy Berthier y José María Riba en el Club de profesores de la Sorbona.
en el nacimiento de Cine en Construcción (un programa que apoya las coproducciones de cine latinoamericano), que había sido delegado general de la Semana de la Crítica en Cannes y que, desde hacía ya algún tiempo, era la pieza clave para seleccionar qué cine en español llegaba a ese festival, abriéndole la puerta del mercado internacional. Con él, pude participar en la organización de otros encuentros entre realizadores y estudiantes, y colaborar como miembro del jurado del premio Sorbona con el Festival Different!, el único especializado en cine español en París, que también servía de plataforma para montar nuevos proyectos y facilitar la distribución del cine español en Francia. Se me quedaron, sin embargo, en el tintero muchas preguntas que hubiera querido hacerle como investigador de cine, y que me hubieran ayudado a entender hasta qué punto José María Riba contribuyó a modelar la imagen del
cine español y latinoamericano que se hace y se ve hoy internacionalmente. Pero ahora, al hacer memoria, las imágenes que surgen con más fuerza son las de l’avi. Gracias, Jose (sin acento)4 Jamás lo había recordado de esa manera, pero a principios de diciembre 2007, luego del Festival de Huelva, vine a París. Y conocí a una de esas personas que te recuerdan darle gracias a la vida. Entre otras cosas tenía el proyecto de un programa de radio sobre cine en Venezuela, y Mima Fleurent me puso en contacto con José María Riba. Lo entrevisté en el Café Daguerre donde por primera vez estuve expuesto a su respirar cinematográfico, porque ciertamente “Jose” lo que respiraba y transpiraba era cine. Y ello lo hacía con generosidad, humor, y al mismo tiempo con una modestia y una humildad como pocos. Atención, si era necesario un “tate quieto”,
Riba sin aspavientos, gracias por todo5 Para mí ya eran siete años tratando con Riba. Ya mucho lo han dicho mis compañeros arriba. Solo quiero manifestar mi admiración por quien era el hombre más influyente, o quizás hasta el filtro, del cine latinoamericano en Europa; y todo esto asumido sin un solo aspaviento. Solo era generosidad. Y vuelvo al ejemplo de Gael García Bernal: hace un año, Riba y yo estábamos sentados -me ayudaba con una programación- en la sala de Soixantième en el Festival de Cannes; el actor mexicano iba a presentar a su película Chicuarotes y al entrar a la sala se acercó para saludar a Riba y decirle frente a todos sus acompañantes “Gracias a él, nosotros llegamos a Cannes. Gracias a Riba llegó Amores perros al mundo”. En muchos proyectos me ayudó, en programaciones para la Universidad de Guadalajara. Pero lo más reciente, y que me sigue impresionando, fue el acuerdo para colaborar entre la Universidad de Evry y las proyecciones de Españolas. Mis alumnos deberían ir para interpretar las charlas entre el público y los equipos de las películas (directores y actores). Para él interpretar era natural, pero para otros es un suplicio; para alumnos de 22 años aprendiendo español toparse con una sala de cine de más de 200 personas, y el talento al lado, es una prueba de sudor a chorros. Y a pesar del riesgo de dejar el encuentro a los jóvenes se atrevió a hacerlo: luego, tras la proyección, a más de uno lo hizo llorar por las reprimendas, pero les hizo perder el miedo al escenario. Siempre tenía Riba días de más de 24 horas. Gracias. Nancy Berthier, catedrática de artes visuales en la Sorbona. 2 Véronique Pugibet, profesora investigadora de artes visuales en la Sorbona. 3 Sergi Ramos, profesor investigador de cine en la Sorbona. 4 Alejandro Izquierdo, doctorante de la Sorbona y crítico de cine. 5 Carlos Belmonte Grey, profesor investigador de cine Universidad de Evry y UdeG. 1
Cine
también allí era un experto. Españolas y el Select, a veces con sus perros, en Montparnasse, se convirtieron en un lugar de rencuentro entre idas y vueltas Caracas-París. Le consultamos sobre dónde podíamos ir con Lo que lleva el río, filme de Mario Crespo y llegamos al Festival de Berlín. Más vueltas de la vida, siempre en su rol de promotor cinematográfico, en el marco del Festival Different! El otro cine español, encuentro anual del “otro cine español”, hicimos equipo en la Sorbona para coordinar con Nancy Berthier una jornada de estudios, “Cine en resistencia, el cine iberoamericano”. Los académicos tuvimos la oportunidad de escuchar la palabra de los profesionales de la industria, productores, distribuidores, exhibidores y críticos del cine de España y América Latina, provenientes del siempre disponible para quien lo necesitara “carnet de direcciones” de José María. Gracias a su invitación ya son cuatro años de enriquecedoras vivencias en los Premios Lumières. Larga es la lista de virtudes que podría compartir de este maestro y compañero sobre las cuales hay un consenso total. Pero sé que eso no le gusta y se incomoda. Simplemente diré: gracias, harás mucha falta.
creación de Españolas en París: dar a conocer un cine distinto. Apostabas, pero acertabas. En el marco de ese festival, tomaste en cuenta a los escolares sabiendo que, formando al público desde temprana edad, cuando fuera mayor apreciaría, sería potencialmente curioso y crítico. Recuerdo así la proyección de La jaula de oro, con QuemadaDíez y sus actores en el Majestic Passy, lleno de alumnos, profesores y estudiantes de la Sorbona. Cuando los actores empezaron a bailar hip-hop, los alumnos no dieron crédito, pero pronto empezaron a marcar el ritmo vitoreándolos. Habías logrado una hermosa sinergia. Te agradezco tu participación con Diego Galán, tu querido amigo, en una jornada que había organizado (2013). Es que tenías tantos contactos e ideas que era una maravilla colaborar contigo. Tu gran profesionalismo, tu bella persona sumamente generosa, tu formidable sentido del humor y tu carácter apasionado se combinaban con una gran humildad y discreción. La prueba es que me ha sido imposible hallar fotos de ti entre todos mis archivos. ¡Qué pena! Descansa en paz, amigo.
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LA GUALDRA NO. 431 // 11 DE MAYO DE 2020
Ahí la vamos llevando
Río de Palabras
6 Por Pilar Alba
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ues ahí la vamos llevando, a veces tristes, a veces contentos; otras veces con sueño, otras enojados. Yo creo que es normal o ¿usted qué piensa? Porque pues comemos lo mismo de siempre, sopa, frijolitos, a veces tenemos un queso, salsa, eso invariablemente. A veces hasta se nos va el hambre, ni aunque tengamos un pedacito de carne de res o pollito, nomás no nos
dan ganas de comer. También hemos tratado de mantenernos ocupados, que haciendo un arreglito por aquí, que limpiando la cocina, que recogiendo los cuartos. Pero luego hay días en que no hacemos nada, nos la pasamos viendo el reloj o esperando que nos llegue el hambre, que nos atrape el sueño. Es que, ¿no sé si a usted le pase?, pero hay días que se hacen más pesados que otros, como si las horas se empeñaran en irse despacito, los muy minutos lentos,
más lentos de lo que son. Yo creo que duran el doble los segundos, porque amanece muy temprano y se tarda tanto, tanto en oscurecer. O qué, ¿a usted no le parece? A veces nomás nos asomamos por la ventana, esperando ver si pasa la gente, o nos sentamos junto a la puerta parando la oreja, tratando de identificar los ruidos que se escuchan levemente a lo lejos. No crea, a veces también nos sobresaltamos, como cuando se cae un cuadro mal colgado o se azo-
ta la puerta con el viento; entonces nos entra el miedo, vamos despacito a averiguar lo que está sucediendo hasta que respiramos aliviados cuando descubrimos lo que ocasionó el estruendo. Y es que, no sé si a usted le pase, pero estamos aquí esperando, no sabemos ni qué pero esperamos a que algo llegue, a que nos saquen, que nos liberen, pero nomás pasa y pasa el tiempo; por más que esperamos nada que llega; es eso lo único que hacemos.
Cayetana
6 Por Maliyel Beverido
C
ayetana no se andaba por las ramas, y eso que bien hubiera podido, pues era, sin exagerar, su naturaleza. Era un macaco cuyos abuelos habían llegado del sureste de Asia a Catemaco, vía Puerto Rico, para una investigación científica. La tribu de macacos competía con la de aulladores por la atención de los turistas, pero como cada una estaba en una isla distinta y distante no había enfrentamientos. A Cayetana nunca le gustó trepar a los árboles, vivía en una cueva y se paseaba displicentemente por la playita cuando se acercaba una lancha en espera de que le arrojaran bananas. Parecía dócil. Se la robaron porque creyeron que era buen negocio llevársela al circo. Pero dejó de ser mona con sus captores y no se acercaba a los trapecios y los puentes colgantes y era hosca con quienes se acercaban. Un día la dejaron en una estación de ferrocarril abandonada.
6 Por J. R. Spinoza
…Y
vio todas las armas creadas en los últimos seis mil años, algunas creadas por hombres. El armero le dio a elegir una que podría usar en la guerra contra los dioses. Después de recorrer cada centímetro del lugar, leyendo las descripciones que iban desde la poderosa Excálibur, o la mítica Summarbrander -llamada Sikanda-, hasta las ametralladoras como la M249, capaz de disparar calibre 56 a 900 balas
/// Cayetana. Dibujo de Javier Manrique.
El armero por minuto. El hombre se detuvo frente a una pluma. —¡Esa es la Pluma de Aarón! —Aquí dice: “Pluma de Gilgamesh”. —Vuelve a revisar. La inscripción cambiaba cada tres segundos: Pluma de Homero, Pluma de Shakespeare, Pluma de Cervantes, Pluma de Kafka, Pluma de Borges…
—¿Para qué sirve? —¿Para qué sirve una pluma? —¿Para escribir? El armero carraspeó. —Te equivocas grandemente. La pluma no escribe, al igual que los ojos no ven. La pluma es el medio para que la escritura llegue a este mundo. Es el arma más poderosa de mi colección; antes de que te la lle-
ves debo hacerte una advertencia. El hombre ya tenía la pluma en las manos. Miró al armero a los ojos, que se tornaron oscuros, como charcos de brea. —No hay manera de saber hasta dónde terminará la influencia de lo escrito, como tampoco sabrás si lo que escribes es obra tuya o de alguien más que te ha querido escribir escribiendo. El hombre se marchó, lleno de esperanza, sin saber que no era la primera vez que el armero recitaba aquella advertencia; y que la pluma siempre regresaba a su galería.