La Gualdra 465

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 465 /// 8 DE FEBRERO DE 2021 /// AÑO 10

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Imagen principal del recorrido virtual del Museo Francisco Goitia.

Durante la pandemia por el Covid-19 y debido a la situación de confinamiento que hemos vivido desde marzo del año pasado, se ha hecho más que necesaria la utilización de recursos tecnológicos para comunicarnos y para la realización de actividades cotidianas, laborales y de educación. El Museo Francisco Goitia y el Museo Zacatecano estrenan herramientas tecnológicas para la difusión de sus acervos; gracias a dos proyectos realizados por estudiantes del Tec de Monterrey podemos hacer recorridos virtuales en estos dos espacios, escuchar audio-guías y ver videos de animación para piezas específicas. [Más de esta información en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 465 /// 8 DE FEBRERO DE 2021 /// AÑO 10

La Gualdra No. 465

Editorial

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l Dr. José Luis Raigoza Quiñónez falleció el pasado 5 de febrero en la ciudad de Zacatecas debido a las complicaciones derivadas del Covid-19. El doctor Raigoza obtuvo el grado de Doctor en Historia después de graduarse en la maestría en Filosofía e Historia de las Ideas; medicina fue lo que estudió en la licenciatura, una profesión que ejerció hasta el final de sus días alternando este oficio con otro que adquirió con el tiempo, el de historiador; realizó sus estudios en la Universidad Autónoma de Zacatecas. “Soy doctor por dos vías”, lo decía bonachonamente cuando alguien le preguntaba a quien también se desempeñó como docente investigador en la Máxima Casa de Estudios. Fue mi amigo, pero no hablo de él en este comentario editorial solo por eso, hablo de José Luis Raigoza Quiñónez porque fue un profesionista ejemplar, un destacado universitario y un buen hombre. La pandemia nos ha quitado a muchas buenas mujeres y buenos hombres como él que no pueden ser reducidos a cifras, que tuvieron nombre y apellidos, familia, amigos y una historia de la que podrán dar cuenta quienes los conocieron. Historias como esta, que nos compartió su esposa María Engracia Castro, quien nos narró en sus redes sociales, durante la estancia del doctor en el hospital, que él nació en Huejúcar, Jal., su padre fue panadero y su madre se dedicó al hogar, fue el número 12 de 15 hijos de una familia “conservadora, tradicional, de mucho fervor religioso y cuyo mayor logro era vivir frente a la iglesia, hecho que lo marcó profundamente” porque le permitió convivir cotidianamente con los curas y las monjas del colegio particular al que asistía: “mis suegros desconfiaban de las escuelas de gobierno y del comunismo, eso provocó que Raigoza siendo un niño pobre fuera descalzo a un colegio de ricos y nunca alcanzara el primer lugar porque era pobre; pero en cambio se volvió muy amigo de los curas a los que les servía de monaguillo y les leía los libros de teología”. Engracia nos contó también que su suegro le decía a José Luis “que los únicos hombres sabios eran los

filósofos”, de ahí la posible explicación de que estando en secundaria ingresara al seminario creyendo en ese momento que podría llegar a ser sacerdote, pero no fue así... desertó y regresó a su pueblo en donde las monjas “lo dejaron impartir clases... se hizo de algunos ingresos y un cura le aconsejó que abandonara el pueblo; un médico pasante le dijo que su mejor elección sería medicina, y así, con su mochila llena de sueños, se fue a estudiar la prepa a Jerez con la aspiración de entrar a medicina”, estudiaba y trabajaba dando clases en un colegio hasta que logró titularse en la UAZ como médico. Nunca dejó de estudiar, de atender pacientes, de leer, de investigar, de dar clases. Su área de investigación en la historia estuvo casi siempre vinculada a la medicina; estudió la orden hospitalaria de San Juan de Dios con vehemencia y rigor durante muchos años; recuerdo ahora uno de sus artículos publicados en 2006, en el que aborda temas relacionados con otra pandemia, “Factores de influencia para la transmisión y difusión del matlazáhuatl en Zacatecas (173738)”, y en el que concluía que esta “Afectó a todo tipo de población en contacto, lo mismo indígenas que españoles y castas, en proporción la composición social de la misma, tal y como se registró en el hospital de san Juan de Dios en Zacatecas. La Preladita, advocación de la Guadalupana, fue el único recurso divino a mano para paliar los efectos de la epidemia en Zacatecas, tal y como sucedió en México capital un año anterior según consta en la obra de Cabrera y Quintero”.1 En 2014 se contagió de influenza y al borde de la muerte estuvo hospitalizado muchos días, pero sobrevivió 7 años más; decía que en aquel entonces había sido La Preladita quien lo había salvado. Su cuerpo no pudo con el Covid-19 en esta ocasión y ahora, espero, descansa en paz. Mi solidaridad con su familia y amigos.

Contenido

El olvido como tatuaje Por Jesús Bartolo

El Museo Francisco Goitia y el Museo Zacatecano estrenan herramientas tecnológicas para la difusión de sus acervos Por Jánea Estrada Lazarín

Eduardo Turón y los festivales de poesía en Morelia Por Rafael Calderón

El tren de los pies ligeros, dirigido por Miguel Coelho Por Carlos Belmonte Grey

Pieces of a woman, de Kornél Mundruczó Por Adolfo Nuñez J. Mi cabello de niño Por Reyna Edith Escalante Oliván

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Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1 Ver: Raigoza Q., José Luis, “Factores de influencia para la transmisión y difusión del matlazáhuatl en Zacatecas (1737-38)”, en: http://www. ub.edu/geocrit/sn/sn-218-30.htm

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita y Enrique Martínez Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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El olvido como tatuaje Por Jesús Bartolo*

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ruzar al otro lado de la vida o la frontera, del poema mismo para encontrar la sal de la poesía, es una aventura que requiere constancia, porque vivir es eso y escribir del vivir el periplo escarpado, hay que migrar para escribir, el poeta es un errante, un desterrado de lo fácil, a huesos y sangre escribe, arrastra su esqueleto por todos lados, es un inconforme que entierra en sus ojos todos los insomnios y la palabra en la bodega de su lengua, y habla como escribe y escribe para decir, hace del lenguaje su techo y del poema su casa, el hogar espinoso de la metáfora y de ahí dispara la poética que lo hace salir del origen y llegar al destino de quien lo lee y multiplicarse. Armando Salgado está hecho de pasos, de caminos reflexionados, de movimientos que enlazan lugares, de saltos que deportan, de ojos deshidratados, de esperanzas rotas que se desdiablaron ruta al norte, donde víboras en celo serpentean y el calor endurece todo. Red Border es el huevo que se fríe allá por la rumorosa, el insolado centroamericano que abandona el coyote, Armando Salgado, la voz que denuncia desde el verso el calor y el abandono. En sus poe-

mas existe un temblor que se replica sin descanso en quien lo lee: Tijuana se nos revela un hervidero con la forma de una mujer, o como una cicatriz que no cerrará en el pecho de quien la ha cruzado, ni olvidará ese muro que con su instinto de pez divide dos países, y sin embargo un enjambre de personas/ va de un lado a otro /y no espera/ que un simple estornudo/ lo derribe. En estos poemas no se necesita más carne, solo el tuétano de la poesía, las desgracias se quedaron en el camino, las preguntas se formularon y quedaron abiertas sobre el riel de la distancia, en la carne del mutilado, en ese trasvase del poema que pone a lo fronterizo como un anhelo que puede alcanzarse o quedarse en el desierto marchito. En estos poemas cortos pero inmensos por su contenido se quedará el aliento, el recuerdo de un disparo, la espalda mojada de los mojados. Inmigrante y emigrante serán dos pájaros en la misma rama, pero con un canto distinto que al escucharlos erizarán la piel. Celebro este libro que celebra la memoria y que hace del olvido un tatuaje que marcará el corazón y la conciencia.

COMUNIDAD TRANSFRONTERIZA 2 Hay quienes atraviesan la ignorancia por medio de libros usados y al llegar al borde del país de las barras y las estrellas gritan: “soy cubano, no disparen”, y los abrazan, los leen en voz alta y los bautizan con dólares para que olviden a los otros libros en el estante de viejo y aprendan a escupirlos, a no echarlos de menos. Les enseñan a amar y a juzgarlos a escondidas porque el amor fronterizo es contradictorio cuando dos naciones permanecen en guerra. Lo único claro es la estadística de los principales países expulsores de migrantes. * Un tren estampado en la playera con la intención de traspasar el tendedero: el patio de servicio, la refrigeración, el embalaje o el río: Un río moja la espalda con la idea de traspasar el desierto: la garita planchada, el baño y el cloro, la carrera o el disparo: Al otro lado, la repetida fórmula de preñar la panza con los sabores hechos franquicia y el rezo listo en tres minutos: ¿Esto es la migración?

DEFINICIÓN DE UNA CIUDAD FRONTERIZA Ruido sobre cruces, el tren avanza por la arteria: cruza mon-

Libros

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*Tecámac, México, 5 de febrero de 2021.

tículos de grasa y evita el sobrepeso. Los vagones preservan la mercancía empaquetada entre cuerpos y sueños. Las personas que entre la carga esconden sus huellas, liberarán su estrés al cruzar la línea.

HISTORIA DE MIGRANTES a) El poema espera celebrar a los migrantes pero los ignoran al costado de los rieles: —una mano invisible extiende un bote diminuto y con la seguridad del calor, unos pesos caen dentro—.

El tren avanza, los migrantes parecen bolsitas de calor: la temperatura crece, los migrantes simulan dormir: la calefacción sofoca, los migrantes caen uno a uno en los rieles y se despedazan: un rastro rojo se estira sobre las vías, al igual que el vapor del ferrocarril.

b) El poema espera que aparezca el tren, paisaje fronterizo, postal de aeropuerto: —ver los ojos de la insatisfacción saberla gallina y su destino de caldo lejos de un libro—.

El muro: arponazo de heroína en el brazo del mar.

c) El poema supone más suerte en la galleta: —su barbilla el sueño hervido entre durmientes la dilatación los 45º el tren corta las hojas—.

LA GENERACIÓN PERDIDA El refrigerador congela los días: preserva las ganas de estar en otro lado donde no caduquen las oportunidades. Pero al descongelar los millones de personas que me habitan colapsa la bomba hidráulica, mis nervios se estropean y la desesperación activa las compuertas del desagüe. Los cientos de personas que intentaban atravesar la vida —por debajo— mueren ahogadas. En época de secas, encontrarán sus cuerpos sobre el pavimento del río.

El sudor migra a otro sumidero con olor a mantequilla.

ARTE POÉTICA 4 Migrante: religión descalza. [Poemas de Red border, de Armando Salgado, Instituto Municipal de Arte y Cultura de Tijuana, 2020]

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En la coladera flota el olor de la maquila.


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/// Fig. 1

Museos

El Museo Francisco Goitia y el Museo Zacatecano estrenan herramientas tecnológicas para la difusión de sus acervos

Por Jánea Estrada Lazarín t

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urante la pandemia por el Covid-19 y debido a la situación de confinamiento que hemos vivido desde marzo del año pasado, se ha hecho más que necesaria la utilización de recursos tecnológicos para comunicarnos y para la realización de actividades cotidianas, laborales y de educación. Esto fue tomado en consideración desde la planeación de las actividades que tendrían que llevarse a cabo durante la clase de Arte e Interculturalidad impartida a distancia en un curso intensivo de invierno en el Tec de Monterrey desde el campus Zacatecas, y en la que tuvimos 9 estudiantes de varios campus del país, originarios de Monterrey, Ciudad Victoria, Morelia, Monclova, Estado de México, Guadalajara y Zacatecas -dos de ellos estudian en otros campus, pero son de aquí-. El curso estuvo dividido en dos partes: la teórica, en la que vieron con la maestra Ana Luisa Sánchez -quien impartió las sesiones desde Puebla- conceptos relacionados con el arte, la cultura y sus múltiples implicaciones sociales, políticas y educativas; y la parte práctica, en la que desarrollaron -divididos en dos equipos- un proyecto para el Museo Francisco Goitia y otro para el Museo Zacatecano respectivamente -tuve el privilegio de coordinar a los equipos para la realización de ambos productos culturales-. En el desarrollo de estos proyectos, se contó con la colaboración del Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde desde la coordinación del Sistema Estatal de Museos y del Clúster Turístico y Cultural de Zacatecas; este último fungió como socio

formador, figura que permitió se les validaran horas de servicio social a los alumnos participantes; el Clúster se encargará, asimismo, de darle continuidad a los proyectos. A los alumnos se les planteó el reto de generar un proyecto con aplicación de las tecnologías que contribuyera a la difusión de los acervos de los museos de la ciudad de Zacatecas -solo en la ciudad capital hay 5 museos dedicados al arte-. Después de realizar recorridos virtuales por los espacios museísticos de la capital, ellos eligieron los museos en los que trabajarían. Museo Francisco Goitia A partir de la segunda semana de enero los alumnos comenzaron a generar sus prototipos y el 17 de ese mismo mes los presentaron: el equipo 1 -conformado por Verónica González Landa, Alejandra Lara Monge, Ángel Jazziel Ruiz Castro, Lorena Jacqueline

/// Fig. 2

Garza Rodríguez y Marco Antonio Hernández Casanova- se enfocó a generar una página web para el Museo Francisco Goitia para que de manera virtual se pudiera realizar un recorrido por la sala que alberga las piezas del artista fresnillense que da nombre al museo; y, para quienes lo visitan presencialmente, audios detectados en la sala mediante códigos que re-direccionan al usuario a podcast de Spotify en los que se habla de cinco piezas en esta primera etapa: El caballo famélico, El Maderista, Cabeza con ahorcado, Paisaje de Zacatecas con ahorcados II, y La Bruja. Para escuchar en la sala los audios -que cuentan con versiones en español, inglés y francés- es necesario que tengan instalada en su celular la aplicación Spotify; llegan a la sala, abren la aplicación, luego seleccionan la opción de “buscar” (el ícono de la lupa), al darle clic, en la parte superior derecha se ve el ícono de una cámara a la que hay que

darle clic nuevamente para poder escanear el código. Puede intentarlo incluso desde aquí, en la Fig. 1 se ve la obra de Cabeza de ahorcado de Francisco Goitia, si sigue las instrucciones descritas anteriormente puede escuchar el podcast. Aquí le dejamos la liga directa de uno de ellos grabado en español -recuerde que puede escuchar además la versión en francés y en inglés- https://open. spotify.com/episode/3ZhjeoRVfRy2GnD9Hd l2v2?si=2Zn-Hf_XQrmZJGNqK8GOXw Si usted está en Zacatecas, lo mejor es que vaya directamente al museo para que escuche los audios durante el recorrido: hay un código en el vestíbulo principal, en la grabación puede escuchar la presentación del museo; un audio más en la sala en donde se encuentran los autorretratos de Goitia -con información particular del artista- (ver. Fig. 2); y en las cinco obras mencionadas en párrafos anteriores.


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/// Fig. 3

Museos

Desde ahora usted puede consultar la página web en la que puede hacer el recorrido virtual -por el momento solo funciona para sistema PC-; conocer más del museo y sus exponentes, así como leer y escuchar los podcasts descritos (ver. Fig. 3) también puede ser posible si ingresa a: https://museofranciscogoitia.wixsite.com/museofg

Para escanear el código solo hace falta que abra la cámara de su celular y automáticamente se descarga la revista que le guiará en el recorrido que los alumnos

crearon para la Sala Huichol de este museo y en la que se encuentra la Colección Mertens de dechados realizados por esta comunidad (ver. Fig. 5).

/// Fig. 4

Museo Zacatecano El equipo 2 -integrado por Christian Eduardo Venegas Loera, Armando Sepúlveda Rodríguez, Enia Vanesa Loaeza Velázquez y César Alejandro Rosas Miranda- se enfocó a generar un proyecto para el Museo Zacatecano. También está dividido en dos partes: por un lado, realizaron una revista virtual en la que se proporciona información general del museo, parte de su historia y las colecciones que exhibe en cada una de sus salas. Esta revista se puede abrir si se escanea el código QR que podrá ser identificado en los carteles que se distribuirán físicamente en distintos lugares de la ciudad, así como en redes sociales y que les presentamos en las Fig. 4 y 5.

Los integrantes de este equipo nos conminan a realizar un ejercicio creativo cuando nos piden que imaginemos que somos el Dr. Mertens; es ya como este personaje entonces que empezamos a recorrer parte de la historia que nos dice que este médico alemán se hizo de más de 170 piezas bordadas por los huicholes, quienes en pago a sus servicios accedieron a crear estos dechados –mantas bordadas con diferentes motivos iconográficos de gran significado para esta comunidad que habita también en parte de Zacatecas-. Si está físicamente en el Museo, el código puede ser escaneado en la taquilla y a la entrada de la sala para que cargue la revista; el narrador le pedirá que ubique los dos dechados para los que este equipo realizó una animación digital. Recordemos que el Museo Zacatecano tiene desde hace años la aplicación de Realidad Aumentada, así que estas animacio-

/// Fig. 6

/// Fig. 5

nes complementan muy bien las actividades de este recorrido. El trabajo de animación partió de las imágenes que ya tiene digitalizadas el museo. Cuando usted acceda al video correspondiente, verá cómo las imágenes que integran el dechado comienzan a “cobrar vida” mientras se habla de lo que significa cada uno de estos elementos, de sus nombres y de la importancia e implicaciones culturales en la cos-

mogonía de este pueblo originario. La imagen siguiente (Fig. 6) es parte de la revista digital; pero si tiene oportunidad de estar en el museo e identifica el dechado al que hace referencia, podrá ver este video al escanear el código (también desde la revista, al darle clic al apartado correspondiente, se puede ver la animación y escuchar): https://museo-zacatecano.s3.amazonaws.com/ Dechado_55_ES.mp4

Este proyecto también cuenta con versiones en español y en inglés y con la posibilidad de que sea aplicado a distancia -si usted no está en Zacatecas- o presencialmente en el museo. Requiere además que tenga instalada la App de Spotify que puede usted bajar gratuitamente en su celular para escuchar los audios.

Los proyectos se presentaron el pasado viernes 5 de febrero ante los directivos del Tec de Monterrey, del Clúster Turístico y Cultural de Zacatecas y del Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde; como invitados estuvieron presentes integrantes de la Secretaría de Turismo del Estado de Zacatecas, del Consejo del IZC, de dos universidades de San Antonio, Texas y de la San Antonio Area Association for Bilingual Education, con el propósito de que atestiguaran los re-

sultados obtenidos después de este mes intensivo de trabajo y con la intención de que puedan colaborar en la difusión de estas dos posibilidades virtuales para dar a conocer nuestros acervos artísticos en todas partes. Esta primera etapa de ambos proyectos está ya funcionando y nos proponemos ahora darles continuidad para que puedan ser aplicados en las demás piezas de la sala de Francisco Goitia en su museo y en otros dechados de la Sala Huichol del Museo Zacatecano. El reto a partir de este momento es conseguir los recursos suficientes para poder continuar, estamos muy entusiasmados en que eso pueda ser posible. En época de pandemia también se dan cosas buenas y esta es una muestra de que el trabajo colaborativo produce resultados positivos. Felicidades a los integrantes de los equipos que trabajaron en los proyectos.


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Eduardo Turón y los festivales de poesía en Morelia Por Rafael Calderón

Poesía

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ara registrar en el contexto de la poesía mexicana del siglo XX, el nombre de Carlos Eduardo Turón (1935-1992), poeta originario de Michoacán, se puede recordar brevemente que es autor de una obra poética dispersa, con la que se puede hacer una síntesis en donde destaca su presencia y permite trazar distintas variantes. Es autor de nueve títulos de poesía publicados entre 1965-1989, y uno de los poetas más sobresalientes que participaron en el Segundo Festival Internacional de Poesía Morelia en 1983; festival que se llevó a cabo del 24 al 30 de octubre, auspiciado en aquel entonces por el Gobierno de Michoacán, por conducto del Instituto Michoacano de Cultura y que contó para su realización con el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Michoacana. Ahí participaron cincuenta y tres poetas extranjeros y nacionales, destacando entre otros, además de Turón, Alejandro Aura, Dolores Castro, Carlos Montemayor, Enriqueta Ochoa, Germán List Arzubide, así como Ernesto Mejía Sánchez, Carlos Illescas; y los extranjeros Ángel González, Ernesto Cardenal, Antonio Cisneros y el michoacano Francisco Elizalde García, autor del poema extraordinariamente bello “Ángeles de la muerte”. Los autores mencionados son de alguna manera quienes contribuyeron para determinar el cambio de un eje temático en la lírica de la lengua española al corresponderles cerrar el fin del siglo XX; por su poesía permiten identificar la constancia lírica y nos recuerdan que “Morelia es la ciudad de la poesía”, como ha señalado Marco Antonio Campos al referir los festivales de poesía que se han realizado en esta ciudad colonial entre 1980 y 2018. Estos encuentros han quedado en el imaginario de los lectores y son parte de un recuento que encierra una parte de la historia de poesía en lengua española y la tradición latina por autores que escriben en

/// Carlos Eduardo Turón (1935-1992).

español, sin dejar de reconocer a los que escriben en francés, inglés, italiano, portugués, etc., y a sus poemas leídos en su idioma original y traducidos en el mismo escenario en voz alta por actores y traductores. El Primer Festival Internacional de Poesía Morelia se llevó a cabo en 1981, convocado por Homero Aridjis; contó con la presencia de poetas como Jorge Luis Borges y sucedió la lectura memorable de autores que después merecieron el premio Nobel de Literatura: Seamus Heaney, Gunter Grass y Tomas Tranströmer; le siguió el segundo festival que se realizó en 1983 -ya sin Aridjis- y en el que las autoridades locales intentaron redimensionar la poesía desde el Instituto Michoacano de Cultura, con variantes que terminaron aportando riqueza para el idioma por sonidos y presencias de autores de la poesía contemporánea. Ya en este siglo XXI, entre los años 2002-2011 y dos sesiones del 2017 y 2018, por

la extraordinaria capacidad de convocatoria del también poeta y editor Marco Antonio Campos, se realizó anualmente el Encuentro de Poetas del Mundo Latino, donde se rindió homenaje a autores de la poesía contemporánea como Alí Chumacero, Eduardo Lizalde, Hugo Gutiérrez Vega, Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Juan Bañuelos, Ledo Ivo, Antonio Cisneros, Luis García Montero, Tomás Segovia, Elsa Cross y Sergio Mondragón; en este encuentro de poesía leyeron poemas por lo menos cuatro autores que más tarde fueron distinguidos con el Premio Cervantes: Gelman (2007), Pacheco (2009), Ida Vitale (2018) y Joan Margarit (2019); asimismo, se ha realizado el Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes Ciudad de Morelia, con tres sesiones: el año 2013, 2015 y 2017, rindiendo homenaje a autores consagrados y sobresalientes por su trayectoria como Lucía Rivadeneyra, Homero Aridjis y José Antonio Alvarado.

Volviendo a Carlos Eduardo Turón y su participación en el festival de 1983, queda registro tanto de la lectura como los poemas incluidos en la antología (la edición y compilación fue realizada por Evodio Escalante); además de descubrir la lectura por sus poemas -que resultan penetrantes y a la vez resplandecientes y algunos muy intensos-. En ese orden, los poemas de Turón son memoria viva y quien indague esa suerte de fidelidad poética, puede constatar que es uno de los poetas más sobresalientes de entre los poetas nacidos entre 1930-1940 (por ser la generación radiante e iluminadora de las letras mexicanas). Los poemas de Turón por los títulos publicados son un resumen poético que permite percibir que escribe versos intensos y de una calidad donde la metáfora cobra vida con la fuerza del idioma. Por sus poemas todo tiene otro nombre y todo lo nombra con ese algo distintivo, con un estilo propio: nos habla

de la exploración del puño en alto e indaga temas como el día de la muerte; se anticipa incluso para hablar de sucesos de su muerte misma. Como autor registra el nacimiento de un lenguaje nutrido de una búsqueda apasionante, expresa esto con temas cotidianos y aspira a dejar visible el encuentro de un elevado ritmo. Las imágenes en sus poemas son un eco que perdura a su alrededor, las más de las veces tienen otro nombre, distinto: reflejan esa diferencia común para nombrar la vida diaria. Los datos biográficos son breves: nació en Uruapan, Michoacán, el 25 de enero de 1935. A los nueve años se trasladó con su familia a la Ciudad de México, en donde residió hasta su muerte. Estudió en la UNAM. Desde muy joven inició su carrera literaria que, además de poesía abarca los géneros de la novela, el ensayo -tanto político como literario- y la traducción del inglés y francés. En el género de poesía, registra su bibliografía, que publica entre los 30 y 55 años los siguientes títulos: En los lindes del día (1965); Tríptico de verano (1970); Exaltación de la extranjera (1974); Compasión de Eleusis (1977); Crucifixiones (1978); La libertad tiene otro nombre (1979); La clepsidra (1985); Titzio (1985) y Quehaceres del amante (1989). En 1979 obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia por La libertad tiene otro nombre. Este título es el que podría resumirse como el adecuado, el que debería nombrar su obra poética. Así se le impondría un homenaje permanente y sería motivo excepcional para definir el tiempo que sueña o confirma y reconocer que es desde donde expresa múltiples variantes de la vida humana: el pesimismo y la cotidianidad, la confrontación de tonos y fenómenos de la vida diaria, la búsqueda de una identidad; lanza interrogantes que en muchas ocasiones encuentran respuesta en sus versos. Murió en la Ciudad de México el 3 de abril de 1992, hace 29 años. Y, “llegaste al mediodía. Entreabriste los brazos / contra los ventanales del sol. / Las bestezuelas que mi cuerpo guarda/ en el vellón durazno de toda la ternura”.


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Desayuno en Tiffany’s, mon ku El tren de los pies ligeros, dirigido por Miguel Coelho

Cine

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Por Carlos Belmonte Grey

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l leer el título y el director de la película uno podría pensar dos cosas: o que se trata de otro documental más sobre lo maravillosos y místicos que son los tarahumaras de Chihuahua; o bien, otro filme más de un turista encantado por los paisajes contemplados desde El Chepe y por el exotismo de los nativos de México y que se ha vuelto “compita” de los indígenas de esa región. Pero al comenzar la película se nos deja bien claro cuál es el plan. Recorrer la sierra Tarahumara siguiendo la ruta del tren El Chepe desde Los Mochis, llegar a Bahuichivo, bajarse del tren para visitar Cerocahui, volver al tren, seguir y volver a bajar para ir en autobús a Batopilas, seguirá hasta Ciudad Cuauhtémoc y finalmente en Chihuahua. Todo esto evitando los puntos comunes del turismo de masas: “El tren me daba ya la estructura narrativa de la película; es ya un elemento icónico de la región por ser a la vez el último tren de pasajeros que atrae tanto turistas como gente local”, comentó en entrevista virtual. Miguel Coelho, un documentalista portugués formado en la escuela del cine directo, nos dijo:

/// Miguel Coelho, director de El tren de los pies ligeros.

“Quería filmar no a los indígenas exóticos, sino la existencia de culturas que se han conservado, como los rarámuris, los yoremes y los menonitas… no soy antropólogo, pero hice un documental antropológico. La primera vez que fui me llamó la atención ver a los menonitas que parecen salidos de una pintura de Vermeer y los tarahumaras como si me llevaran a la Edad Media. Me pregunté, ¿De dónde viene esta gente? Me quedé con estas imágenes. Quería conocer más de ellos. Me dio todo esto la sensación de ser un lugar muy mágico”.

de quién no forma parta de esas sociedades filmadas y que no intenta ni intentó introducirse sino simplemente presenciar. Aun sabiendo que siempre la cámara y el equipo de filmación, por más que sean solo dos personajes, ya alteran los estados de ánimo de los personajes, él no buscó ser amigos de ellos. Mantuvo siempre una cierta distancia. Aunque convivió con ellos y aceptaron hacer la Danza del Venado no quiso beber en la fiesta ni tomar el tejuino -también llamado tesgüino-. Decidió, al contrario, esa noche retirarse a buena hora para dejarlos en su fiesta:

Por eso mismo, él es la voz que narra todo el viaje porque -cosa curiosa cómo hay justamente aspectos que ya de solo nombrarlos nos remiten a una sensación. Quiso hacer sentir en el espectador un sueño: planear por la sierra, por las montañas y las cotidianidades. Con una duración de 70 minutos y filmado en 2019, El tren de los pies ligeros es un documental que muestra las sociedades duales en México. Coelho se preocupó por darle a su obra un tono de lejanía, desde el punto de vista

“Sabía que iba a tocar la cuestión indígena, un tema muy controversial en México. Había dos posiciones: la de la gente, con la que yo no me identifico, y que dice ‘pobrecitos no agarraron el tren de la modernidad’. Yo como extranjero lo he visto muchas veces. Un discurso muy elitista. Gente que insiste en que hay que ayudarlos a entrar en el sistema. Pero también hay gente bien intencionada, más identificada conmigo, pero que luego los mezclan a todos, como si hubiera solo un tipo de indígena y luego se identifican con ellos. Que los ven como

amigos, pero muchas veces solo lo hacen para ir a la experiencia del peyote. Yo no quería quedarme a ayudarlos, a hacerme su amigo ni hacer activismo. Quería mantener la distancia”.

Entonces Coelho le dio a su obra dos tonos: por un lado, dejar un par de planos secuencia que respetan la duración directa de las escenas (por ejemplo, la Danza del Venado) y, por otro lado, integrar elipsis pero que siguen creando la sensación de duración (por ejemplo, el rarámuri corriendo o la misa ortodoxa). Y finalmente, a pesar de ir contra su formación de cine directo, agregar sonido no directo sino música que siempre reviste la imagen y crea otras emociones. El documental no ha podido tener una vida intensa de visionaje en México por causas de pandemia, ha sido más visto en Francia. Por lo pronto, Coelho dará la cátedra inaugural de antropología en el Centro Universitario del Norte (Cunorte) de la Universidad de Guadalajara, en la primera semana de marzo. Por supuesto, en formato online y gratuito para todos.


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Cine

Pieces of a woman, de Kornél Mundruczó Por Adolfo Nuñez J. t

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l más reciente filme del realizador húngaro Kornél Mundruczó (White dog) abre de lleno con un prólogo intenso y devastador. Un plano secuencia de casi 30 minutos muestra a Martha (Vanessa Kirby) preparándose para dar a luz en su casa, acompañada por su marido Sean (Shia LaBeouf) y asistida por una partera llamada Eva (Molly Parker). En medio de la confusión, la angustia y el enorme dolor físico de Martha, el bebé nace, pero instantes después muere. Este potente arranque marca el rumbo de Pieces of a woman (2020), un relato que, como indica su título, parte de los intentos de una mujer para tratar de reconstruir su vida después de un evento trágico. A ritmo pausado -en contraste con la escena inicial-, el filme de Mundruczó se enfoca en el duelo de Martha en los meses posteriores al parto y en los estragos dentro de su matrimonio después

/// Fotograma de Pieces of a woman, de Kornél Mundruczó.

de dicho suceso. Al mismo tiempo retrata el deseo de la protagonista por recobrar, por medio de recuerdos, objetos y sensaciones -como el sabor de una manzana-

a la persona que alguna vez fue. Esta búsqueda de sentido logra funcionar gracias a la poderosa actuación de Vanessa Kirby. La actriz interpreta, de manera in-

tensa y visceral, a una mujer cuya identidad se encuentra rota, y que no solo debe lidiar con su conflicto interno, también tiene que soportar las reacciones de personas ajenas a su situación particular. Entre aquellos que se entrometen en el duelo personal de Martha se encuentra su madre (Ellen Burstyn), quien en su deseo de obtener justicia, pretende entablar una demanda legal contra la partera que asistió al parto, pues a su manera de ver, ella es la responsable directa del trágico desenlace. El guion de la cinta está inspirado en una experiencia similar que vivió el propio Mundruczó junto a su pareja, la actriz y guio-

Río de palabras

Mi cabello de niño t Por Reyna Edith Escalante

Oliván

E

res el precio más caro que he pagado por vivir. El día en que te fuiste vi en tus ojos mi miedo, el mismo que aprendiste de mí sin darme cuenta. La peor herencia que puede hacerse a una hija. No había espacio para el llanto, tus hermanas no requerían de una Magdalena, así que lo cotidiano hizo lo mejor que sabe hacer: simular que no pasaba nada. Pero la noche no perdona, y el insomnio es un vacío infinito, las noches eran tan largas que elegí evadir la realidad con la excusa más respetada: el trabajo. De esa forma la mañana era más sencilla de esperar. En esos días me incomodaba tener que pasar tiempo frente al espejo y arreglar mi cabello para salir a trabajar. No soportaba verme a los ojos, mi reflejo era intolerable, me recordaba que no había sido elegida por mi hija, me reprochaba la incongruencia de conquistar tantos corazones en el aula pero no el que nació de mí,

¿qué clase de madre, de maestra, de mujer soy? Así que decidí cortar mi cabello, lo más corto y presentable posible, para no tener que ver mi cara, mis ojos, mi tristeza, me daba vergüenza ser yo.

Cuando preguntaban el por qué del cambio tan drástico, dejé que pensaran que fue vanidad, moda, “que cerraba ciclos”. Entre más sencillo el motivo, menos preguntas que responder.

nista Kata Wéber. Esto hace que el director, lejos de juzgar a sus personajes, entienda con profundo detalle su naturaleza compleja y sus emociones exacerbadas. Asimismo, le permite trasladar en pantalla los remanentes humanistas que surgen en situaciones así de angustiosas. Al final, Pieces of a woman se vuelve una conmovedora dignificación de una mujer que prefiere vivir su dolor de la manera que mejor le plazca, y que decide hacerlo en privado. Una historia que, lejos de ser autocompasiva, redime sin sentimentalismos el perdón hacia uno mismo y hacia los demás.

Vaya lío contar que perdí en una lista de pros y contras por no saber manejar, y ahora mi hija no vive más conmigo; lo que me tiene tan deprimida que opté por cortarme el cabello porque no tengo siquiera el valor de ver mi cara. Fue mejor así, recibir aceptación por mi apariencia poco común; haciendo olvidar incluso a los otros mi desgracia evidente, ya que tenían oportunidad de conversar de un tema diferente. No he vuelto a dejar crecer mi cabello, ahora ya no es por los mismos motivos. Ahora, cada vez que me miro en el espejo, recuerdo lo fuerte y única que soy. Hoy considero importante ver mi reflejo, porque él no miente. Y si por cualquier razón no he visto mi cara, lo siento como un descuido, y me reto a no permitir que eso se repita. Me exijo verme para no apropiarme de juicios ajenos, para corroborar lo bella y femenina que luzco con cabello corto. Para recordar en un segundo mi lucha por la vida que quiero vivir. Porque hoy mi hija está conmigo aun teniendo la opción de no hacerlo. He descubierto que se puede elegir no sufrir, y que la frase “así es la vida” es cruzarse de brazos frente a lo que no debe ser.


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