SUPLEMENTO CULTURAL
No. 68 - 17 DE SEPTIEMBRE DE 2012 - AÑO 2
Alejandro Nava, Heredero de la pobreza, placa de acero, 12x13x300 cm.
DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN
“A través de los retratos y autorretratos que forman parte del trabajo pictórico y escultórico reciente de Nava, encontramos justamente cómo el artista se relaciona con el universo a través de su cuerpo y no sólo percibe imágenes y las crea estéticamente sino que él mismo es una imagen. En esta dinámica, donde el artista es perceptor del universo a través de su cuerpo, tiene un lugar preponderante el recuerdo. A través de éste se origina otra percepción que surge de las imágenes que fueron parte del presente pero que quedan resguardadas en la memoria”. [Graciela Kasep Ibáñez, en: Alejandro Nava, ironías de la soledad, 2012, p. 16] Pág. 6 y 7
17 DE SEPTIEMBRE DE 2012 / AÑO 2
Alejandro Nava Nació en Zacatecas, el 4 de agosto 1956. Inicia sus estudios de pintura en 1974, en el Instituto de Bellas Artes de Zacatecas, Zac. En 1975 estudia dibujo, pintura y grabado, en el IPBA de San Luis Potosí, México. En 1976 realiza estudios de grabado en el Museo José Guadalupe Posada, Aguascalientes, Ags.; en el mismo año, es becario del Gobierno del Estado de Zacatecas, para realizar estudios en el Taller Siqueiros en Cuernavaca, Morelos, México. En 1995, viaja a Francia a realizar actividades pictóricas; en 1999 presenta su libro por sus 25 años de creación: El pintor de los vacíos. En el año 2000, trabaja en el Taller de Gráfica Uno, de Giorgio Upiglio, en Milán, Italia. Tiene 28 exposiciones individuales, realizadas en distintos estados del país; la Habana, Cuba; París, Francia; Chicago, Ill. Ha participado en más de 100 exposiciones colectivas en México y países como Cuba, Venezuela, Estados Unidos, Francia, España, Bélgica, Mónaco e Italia, desde 1974 a la fecha. Entre sus variados reconocimientos obtenidos, destacan la Mención Honorífica en el VII Encuentro de Arte Joven (1987); Primer Premio de Grabado en Evanston, Ill (1992); Becario del Sistema Nacional de Creadores (1997); el Gobierno del Estado de Zacatecas le otorga una sala con su nombre en la Ciudadela del Arte, en Zacatecas, Zac.; el Comité Nacional de Lucha contra la Tuberculosis, le otorga un reconocimiento por su participación en la elaboración de la planilla de timbres 2006-2007 “Grandes maestros de la plástica zacatecana”. Su obra se encuentra en colecciones de los siguientes museos: Mexican Fine Arts Museum, Chicago, Ill; Museo José Luis Cuevas, México, DF; Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, Zacatecas, Zac.; Museo de las Artes, Universidad de Guadalajara, Jal.; y en el Museo de Arte Latinoamericano de los Ángeles, Ca. El pasado 7 de septiembre se inauguró la más reciente colección de Alejandro Nava titulada Ironías de la
Soledad, en tres lugares diferentes en la ciudad de Zacatecas: Pintura, en la Galería Irma Valerio; la instalación “El monólogo de la vida”, en la Ciudadela del Arte, en el espacio que lleva el nombre del autor; y Escultura, en el Museo Zacatecano. El año pasado, en la Gualdra No. 11, tuvimos la oportunidad de entrevistarlo justo cuando estaba en proceso esta magnífica colección que nos ha sorprendido gratamente por la calidad y la honestidad de las piezas que la conforman. En esa entrevista, Alejandro Nava afirmaba, a propósito de la serenidad y paz reflejadas en su nueva etapa: “Llevamos una vida en la que nos detenemos muy poco a reflexionar. Mi vida ha sido muy alocada… de pronto me detengo y empiezo a contemplar la naturaleza, los objetos más sencillos… Todo cambió para mí, veo las cosas de modo diferente, a las personas… disfruto mucho hasta del agua que me moja cuando me baño… las cosas simples me causan mucho placer”. Y ahora, a poco más de un año de distancia, podemos comprobar que ese placer por vivir está presente en su trabajo. Enhorabuena, Alejandro. A propósito de la exposición, se conformó un comité organizador integrado por el Instituto Zacatecano de Cultura, Galería Irma Valerio y la empresa constructora Casa San. Es gracias a este comité que hoy podemos disfrutar del libro Alejandro Nava, Ironías de la Soledad, cuya presentación está a cargo de Graciela Kasep Ibáñez. En él encontrará el registro fotográfico de la colección que actualmente se exhibe en los lugares mencionados anteriormente. Una muestra de esta colección la encontrará usted en las páginas centrales de este número. Este libro de colección podrá adquirirlo en el Museo Zacatecano, pero gracias a la generosidad del autor, tenemos dos ejemplares de regalo para las dos primeras personas que nos escriban a nuestro correo y nos digan en qué lugar en Zacatecas expuso Alejandro Nava por primera ocasión. Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com
Crítica o libertad ¿El ideal tema griego? (II) por Gabriel Luévano
El demonio de la literatura por Nelson Guzmán Robledo
¡Hay nanita! por Edgar A. G. Encina
3 4 5 6 7
Galería Alejandro Nava
Propuestas para las próximas Ferias de Libro en Zacatecas por Eduardo Campech Miranda Por los mecanismos laberínticos del mal por Mauricio Flores
La lujuria, una oveja vestida con piel de lobo por Edgar Morales Flores
Castillo de sal si puedes por Ester Cárdenas
8 9 11
Ya por Pilar Alba Tiranía por Luis F. Corominas Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria
Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx
Jánea Estrada Lazarín / Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Sandra Andrade Trinidad / Diseño
La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.
12 Juan Carlos Villegas / Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com
17 DE SEPTIEMBRE DE 2012
Crítica o libertad Por Gabriel Luévano Gurrola ¿El ideal tema griego? (II) Dispongámonos a hablar del modelo de la mujer. Pasaré a hablar de otro de los inmortales trágicos griegos, Eurípides al que se le ha tachado de apegarse en demasía a las reglas convencionales del teatro y tomar una postura conservadora y hasta misógina. Pero una lectura así sería verdaderamente banal. En su tragedia Hipólito, se esgrime una postura de sumo interés para ejemplificar de nuevo el combate de fuerzas. En primer lugar la imagen de la mujer no es totalmente desdeñada. El conflicto se desata cuando Afrodita, deidad detestada por Hipólito, hijo de Teseo, en busca de venganza, trama una perversa artimaña, provocando el furtivo amor de Fedra hacia su hijastro. Afrodita es la concupiscencia ciega y la inconciencia de las veleidades de lo carnal. Mas esta fuerza tiene una antagónica; Artemisa, diosa de la caza, adorada fervientemente por Hipólito. Esta diosa, pasa por ser la libertad en torno a las pasiones, esclavizadoras del hombre, que sólo empañan su camino al acendramiento del alma. A pesar de ser una representación conservadora, participa del concepto de libertad. Por lo tanto desde esta diferenciación de caracteres, Eurípides no confecciona una idea de feminidad negativa, más bien da a entender que en la naturaleza de la mujer, mortal como todos, puede haber maldad o mesura. Ahora enfoquémonos en el personaje de Fedra. Desde que inicia el conflicto, Eurípides la desata moralmente de sus actos, resultados del odio de una fuerza superior. Es claro el sufrimiento que punza a Fedra, quien nunca olvida que su actuar es inmoral. Y es más claro, en la escena que Hipólito la increpa virulenta y cruelmente. Fedra muere e Hipólito es desterrado por su padre, que ha leído un mensaje del puño y letra de su esposa que lo menciona como el causante de sus males. En la huida, Poseidón manda a un monstruo marino para atacarlo, por petición del enfurecido Teseo. Hipólito es masacrado y su cuerpo es llevado ante el padre arrepentido, al haber descubierto la verdad de los acontecimientos. Hallamos de nuevo, una reivindicación como la de Creonte, tardía, pero que ha otorgado un sentido al sufrimiento. Fedra es, la imagen de la mujer ultrajada y violentada, por fuerzas lejos
Sandro Botticelli, Alegoría de la Primavera
de su entendimiento, que la sumen en un ambiente de censura y machismo. La conmoción experimentada por el espectador o lector, ante las penas de Fedra es ineluctable. Eurípides da a la mujer un papel protagónico, en el recuento de las emociones. El esmero en perfilar sus rasgos, aleja al autor de la misoginia. Según Garibay: Bella y honda es la concepción de las mujeres es Eurípides. Eso no lo hace un odiador de ellas ni un amargado. Lo hace un hombre que contempla la vida.1 Continuemos con algunos arquetipos finales. Pero ahora, revisando algo de comedia. Parece extraño y hasta inusual para algunos, situar tragedia y comedia en un mismo plano. Son distintas, por supuesto, pero para la identificación del proceso plantado anteriormente podría la comedia resultar muy adecuada. La obra de Aristófanes es indudablemente un ejemplo de libertad y crítica social, al atreverse a plantear incómodos problemas de su sociedad y dejar en claro un deseo de paz. Dice Alfonso Reyes: Aristófanes es el primer escritor griego en quien encontramos el juicio literario directo sobre obras determinas.2 Después advierte: Lo primero que en Aristófanes se advierte es la autocrítica, la conciencia de la propia obra que Sócrates echaba de menos en los poetas.3 En su comedia Lisístrata, desarrolla su anti belicismo, de manera ingeniosa. Lisístrata, mujer valiente y emprendedora, reúne en torno a ella
un séquito de mujeres para contraatacar las políticas de guerra de los hombres. Las habilidosas artimañas de que echan mano y el feliz triunfo del desenlace, contrastan con el ideal machista en el que la mujer no tenía un papel activo en política. Lisístrata es arquetipo de ruptura. Como apunta Bowra sobre las mujeres de la comedia: Sus mujeres resultan expertas en los alegatos y poseen un sano sentido político. Demuestran un claro entendimiento de las necesidades públicas y una franca decisión de arreglar las cosas.4 Ese arreglar las cosas es el sentido final del esquema planteado. Un descubrimiento de los correcto, en este caso, lo importante y necesario que resulta la igualdad de sexos, para una sociedad armónica. Nótese que se usa la palabra igualdad. Lo menciono dado que en otra de sus comedias, La asamblea de las mujeres, Aristófanes usa la crítica para describir el caos producido por una supremacía del sexo femenino. El arquetipo de la mujer valiente, que rompe las ataduras sociales, prevalece, pero la comedia hace hincapié en lo que sucede cuando se evoluciona a un feminismo exacerbado. En esta comedia se desarrolla un análisis de los escollos de un posible comunismo primitivo. En las obras de Aristófanes, hay una observación especial del ser humano, una crítica interna representada por personajes que son arquetipos de ruptura y un sentido
1 Garibay, Ángel María, prólogo en Las diecinueve tragedias, Eurípides, vigésimo segunda edición, 2009, Porrúa, p. XI. 2 Reyes, Alfonso, Obras completas de Alfonso Reyes, tomo XII, segunda reimpresión, Fondo de Cultura Económica, 1997, p.139. 3 Reyes, Alfonso, Obras completas de Alfonso Reyes, tomo XII, segunda reimpresión, Fondo de Cultura Económica, 1997, p.140. 4 Bowra, C.M., Historia de la literatura griega, Decimoctava reimpresión, Fondo de Cultura Económica, p. 127.
de reivindicación final; si bien disfrazados bajo un lenguaje coloquial y burdo para algunos, ahí están. Precisamente el humor, la risa, sustituye el elemento final de la catarsis, propio de las tragedias. Ya sea que, en medio de nuestro ritual literario, fuera del tiempo de los mortales, y más cerca de la eternidad que nos precave la obra literaria, veamos a un hijo despedazado, en brazos de su padre acongojado o a una mujer dirigiendo una cruzada donde la divinidad que se defiende sea la paz, veremos en realidad a esa facción de la raza humana, insigne, orgullosa, que no se deja morir. Tal vez, al escuchar los gritos desesperados de una mujer bajo el suelo que pisamos, nos enteremos de la sangre que los protagonistas de la literatura han derramado para nuestra lucidez. La literatura griega nos ha legado una de las mayores interpretaciones del miedo y el valor de la humanidad, así como una muestra del raciocinio que nunca debe perder. En el momento en que la sociedad contemporánea descubra la verdad que encierran estas obras al igual que la descubren los personajes de las mismas, seremos capaces de entender mejor la penosa y problemática situación de la actualidad. En medio de ese mundo de contrastes y similitudes, el hombre y la mujer se erigen, como monumentos de sus pasiones, debilidades y fracasos, pero igualmente, de su pureza, virtud y victoria sobre el tiempo.
LA GUALDRA NO. 68
El demonio de la literatura Por Nelson Guzmán Robledo Aquí se asiste a la bifurcación originaria de la psique. Roberto Calasso
Demonia de Bernardo Esquinca, es un libro compuesto por nueve relatos de diversa extensión, pero con ambientes y obsesiones comunes. Penetrados por una atmósfera sórdida y fatídica que se cierne sobre los personajes que habitan, cada uno recrea un universo mancillado e impuro, en el que la náusea, el crimen o la locura se entremezclan con la perplejidad metafísica y en el que se trazan puentes que comunican lo fantástico con lo cotidiano. La verosimilitud es siempre necesaria en un relato para que éste pueda cautivarnos. Sobre todo si se toma en cuenta que el sentimiento de lo ominoso acude a nosotros. Los caminos que este libro explora alcanzan por diferentes medios esa conmoción. Uno de ellos concierne a la delicada frontera con la se tocan lo fantástico y lo habitual. La presencia de elementos fantásticos conducen más a la perplejidad y a la incertidumbre que a la respuesta sostenida en dogmas de lo sobrenatural: “Dudas, benditas sean. La gente prefiere las certezas y desprecia el valor de las dudas, que siempre conducen al misterio”. Si bien se puede leer en alguno de sus relatos que “nada ocurre por casualidad”, sus historias en ocasiones recurren a la imprecisión entre el azar y la necesidad, como si el sentido de los azares fuera la necesidad de las emociones de quienes los viven. La locura es un componente que está siempre presente. Y es frecuentemente lo que urde la trama que padecen la mayoría de sus personajes. Algunos de ellos incluso son psiquiatras. Pero la manera en que nos presenta la locura no muestra nunca un afán de penetración psicológica o casuística de lo siniestro. Pues el hecho de la mera existencia de la locura pone en entredicho la falaz realidad de la “normalidad”: “Nunca he creído demasiado en los psiquiatras —no estoy seguro de que la solución a los problemas del hombre contemporáneo sea domesticar a sus demonios-”.
Siempre hay un tercero Continuamente las vicisitudes aberrantes que padecen sus protagonistas explícitos parecen estar destinados al ojo de un espectador. En cada relato hay siempre un testigo, un imprudente cuyo instinto voyerista lo atrae a la escena y cuyos sus ojos dan vida a los actos que atestigua: el psiquiatra del señor X en Moscas, el hermano de Pablo en Manuscrito encontrado en un departamento vacío, los morbosos observadores de El contagio, los cuatro excompañeros de preparatoria cuarentones en Demonia, los “Hombres adyacentes” de Los búhos no son lo que parecen, todos encarnan la terrible tarea de dar vida al relato con su atroz testimonio. Pero sobre todo el lector, ese testigo disimulado que sin embargo está siempre presente y que con sutileza, el autor logra involucrar y hacer partícipe de la terrible realidad que ofrece a su curiosidad. Aquí el relato se convierte en metatexto de sí mismo. Ante los avatares que cruzan por las vidas de sus personajes, algunos de ellos reflexionan sobre la naturaleza del relato. En El Gran Mal, el protagonista es un arquitecto que se ha aislado del mundo en su departamento de Mixcoac, espacio urbano ocupado alguna vez por el Manicomio de la Castañeda, para escribir una carta destinada a un lector improbable e hipotético. Cuando reflexiona sobre el relato que ha dejado en su claustrofóbico exilio escribe: “Los relatos, al contrario de las casas que se construyen a la medida de los inquilinos, no se escriben para complacer a nadie; sin embargo, hay un punto en le que ambos se parecen: siempre habrá alguien dispuesto a habitar en ellos”. Estas palabras le sugieren al lector su papel en toda historia: tú que te conmueves por los niños que he matado, que te agitas con la locura y obsesión que me vinculan a las moscas o a los fantasmas que otro me ha contagiado, tú que observas con terror cómo la posesión demoniaca de una adolescente… tú, habitas lo mismo que yo el infierno y pesadilla que lees.
No es por ello extraño el epígrafe del relato que da nombre al libro: “El objetivo del demonio no es el poseso, sino nosotros… los observadores”. La recurrente alusión al observador o al poseso provoca en quien lo lee un efecto de contagio. Recordarle que la vida que presta al relato a través de su lectura va construyendo el semblante de sus propios y particulares demonios: “Lo que hayas creído habla más de ti que de mí. Ésa es la clave de todo relato”. El contagio Lo que encontramos presente a lo largo de las páginas de este libro, es la intuición terrible del contagio. No sólo le da nombre a uno de sus relatos, sino que el motivo del contagio aparece permanentemente en la metamorfosis de la locura en Samaná, en la memoria del espacio que La Castañeda hereda a las Torres de Mixcoac, en la sed criminal del infanticida que hurta y porta la máscara de Gilles de Rais o en la posesión demoniaca que dirige la vida de quienes la han presenciado.
Pero el mayor acto del contagio está dado en el acto de observar, que puede ser más significativo incluso que los acontecimientos observados. Todos aquéllos que observa un crimen son el mismo hombre: aquél por cuyos ojos mira el diablo. Lo verdaderamente terrible y de ahí, la verosimilitud circular de este libro, es que el lector termina siendo presa del contagio por la lectura. En el fondo, las perplejidades que este libro despierta no deberían sorprendernos. Pues si lo pensamos bien, nuestra identidad personal es tan frágil, y eso que llamamos yo, tan vacío, como una habitación dispuesta a ser ocupada. Pero estamos tan aferrados a él, como habituados a temer la oscuridad que nos rodea. La magia de este libro es que logra recordarnos que todo buen relato siempre encuentra, al igual que toda habitación vacía, a alguien dispuesto a habitar en ellos. Y esa es tarea y riesgo del lector.
17 DE SEPTIEMBRE DE 2012
¡Hay nanita! Por Edgar A. G. Encina
Bernardo Esquinca
Leí Demonia (Almadía, 2011, 161pp) en una sesión interrumpida. Inicié por ahí de las once de la mañana de un lunes. Tuve que dejarla al llegar el medio día. La continué por la tarde, cerca de las ocho de la noche. Dejé “descansar la lectura”. Volví a ella casi al final de aquella semana en una especie de chicotazo de conciencia. La ventana de la sala es de unos tres metros de largo por dos de alto. Se corta por el centro, similar a las que aparecen en el cine italiano donde una mujer de rasgos perfectos la abre, para afuera, dejando ver, además de unos sensuales brazos y aquel rostro tallado a la Da Vinci, unos bien y firmes torneados pechos. La ventana no estaba del todo limpia. Mostraba manchas amarrillas, rojizas y cafés por todos lados. Temeroso de que mi mujer, apasionada por el orden y la limpieza, lo notara, la limpié. No quedó huella. De pronto, ante la trasparecía, me calló el veinte. El sueño de la lectura me había hecho actuar mecánicamente. Ahora, atacaba a todo insecto volador y las
huellas en la vidriera eran la prueba. Por una semana había estado de cacería. Tenía miedo de que alguna mosca, al dormir, se metiera por mi garganta; que dentro, en la noche, se reprodujera por una infortunada e inexplicable acción malévola y al despertar, con la primera palabra pronunciada, apareciera un torrente de moscas que cubriera el techo como la más negra de las noches, para luego, en cuestión de segundos, se reagrupara y desapareciera por aquella ventana. El desgraciado de Esquinca se había metido en mis sueños. Pesadamente, anduvo en los archiveros con sus terapeutas, con sus andares por la ciudad que vive, con los incendios del campamento juvenil, con una vieja tuerta –o no-, con sus fragmentos de nota roja y con un costal que asoma las cabezas de borrosos espectros tomados a la vuelta de las esquinas donde curiosea. No digo que rompió la vajilla. Digo que fue a marcarle el dedo al cochambre y al hollín de la cocina, que utilizó el baño y no
le bajó a la perilla, que uso mis camisas y las volvió a dejar sin mandarlas a la tintorería; creo que hasta ralloneó algunos libros pero eso no me consta, aún. Quizá exagero. Tal vez sólo fisgoneo en el refrigerador. De lo que tengo certeza es que me mandó de cacería y creó suspicacias respecto de los diseñadores de muebles y susceptibilidades con los propietarios de libreros elaborados, no se diga si son ovalados y los libros llevan categóricas frases sin sentido. Ya en otro plano, debí pensar qué escribir para la presentación. Vi diez posibilidades. Primera, hablar de la biografía del autor, su generación, la raza con la que parte-departe-comparte en Almadía. Segunda, conversar largo de mi iniciación en la literatura. Tercera, redactar a las maneras académicas, con un friego de referencias para sustentar el texto desde la tradición y la crítica. Cuarta, refritear la narración que más me haya gustado. Quinta, hablar del libro como objeto, desde la estética, la semántica y el paratexto. Sexta, buscar referencias y conectar con otras lecturas. Séptima, contar como el libro entero es una guía por la Ciudad de México. Octava, ponerle un lugar en el sitio de la literatura mexicana. Novena, agradecerle por los datos de las librerías de viejo. Décima, no hacer nada de lo anterior, salirme por la tangente con cualquier tema: que el 132, que el próximo sexenio, que… Todos los puntos, dicta el canon, enmarcados con sinfónicas loas. Opté por más de un par. Tendría unos cuatro o cinco años. Mi abuela nos daba de cenar todo el tiempo y, para que no nos dispersáramos jamás encendía la tv. En su lugar ponía la radio. Estaba oscureciendo. De pronto, muy apurado un tipo alega “¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad”. Abuela, repliqué, van a matar a ese señor. Calla, increpó. Lo van a matar. Cállate. Abuela. Que te calles. Fue un suplicio. Todo mundo sabe, lo presiente, que sí lo van a matar, pero se hace tan largo el camino que uno termina por “aflojarse en terracería” -dijo aquel candidato-. Es esa transmisión de sentimientos ahogados, de angustiantes espacios, de manecillas que no acaban por dar el segundo siguiente, lo que –pienso- tienen las amarillas páginas de Demonia. No lo van a matar, pero esperan a que Teresa haga algo hasta caerte de rodillas y comenzar a rezar.
En el final de “El coco”, cuento de Dino Buzzati, se lanza como abracadabra el fallo: “Galopa, huye, galopa, superviviente fantasía. Ávido por exterminarte, el mundo civilizado no ceja en su acoso, nunca jamás te dará tregua”. Demonia es un recordatorio de que esa misión será imposible. Siempre habrá historias. Son el motor del mundo. Imaginaciones nacientes por el rabillo del ojo que descubre a la mujer chismosa haciendo señas desde la puerta de la casa. La diferencia es que acá encierra. Atrapa. La sentencia en “El coco” es de una libertad, aunque huyendo, siempre libertad. Acá, la narración del “Deuteronomio” encarcela: “No puedes huir. Quemaré tus entrañas y continuaré la cosecha. Porque soy la Peste Encarnada. El contagio me alimenta”. Ni para dónde hacerse. Me he alargado. Debo respetar el canon. Acataré el principio del que habla Ollé-Laprune cuando afirma que las presentaciones de libros en nuestro país son investidas por un rito donde en el ceremonial el autor, aposentado, se ve rodeado por un séquito y venerado por los asistentes. En este lugar, donde casi nadie lee, la investidura del escritor es respetada porque conoce-se-apropia de los secretos de la escritura con la que domina las tinieblas, con la que ha descubierto los métodos para descifrar los misterios que se complacen en el secreto y con la que interpreta el carácter ahogadooculto que franquea todas las formas de relación. Termino, temeroso de que el autor, supremo sacerdote en esta sociedad le dé por cercenar y clavar en estacas las cabezas de cuanto niño aparezca.
Alejandro Nava: Iron铆as de la soledad*
666, 贸leo sobre tela, 116x116 cm.
LA GUALDRA NO. 68
Camino al cielo, 贸leo sobre tela, 116x116 cm.
A tu ausencia mi presencia es lo qu
Mr. Turner 1, 贸leo sobre tela, 90x70 cm.
Con el pie del otro lado, placa de ac
17 DE SEPTIEMBRE DE 2012
*Actualmente, la obras se exhiben en Galería Irma Valerio, Ciudadela del Arte y Museo Zacatecano. Zacatecas, Zac., México.
Sobre un poema de León Felipe 1, óleo sobre tela, 116x116 cm.
Sobre un poema de León Felipe 2,óleo sobre tela, 80x80 cm.
Mr. Turner 2, óleo sobre tela, 90x70 cm.
A cuál de las dos me enchufo, placa de acero, 80x20x56 cms, 24x48x40 cm.
El Casanova (detalle), placa de acero-bronce, 50x23x47 cm, 23X7 cm.
Sin embargo la vida es infinita, placa de acero, 17x93x216, 43x19x16 cm.
ue cuenta, óleo sobre tela,80x140 cm.
cero-bronce, 16x150 cm.
LA GUALDRA NO. 68
Propuestas para las próximas Ferias de Libro en Zacatecas
Por los mecanismos laberínticos del mal Por Mauricio Flores*
Por Eduardo Campech Miranda Una semana antes de que iniciara la Feria Nacional Zacatecas 2012 (FENAZA 2012), escuché una campaña publicitaria en favor de las corridas de toros. La intención era ofertar boletos para asistir a la fiesta brava. El pago de los mismos era a través de descuentos vía nómina, en varias quincenas. En esa misma semana se llevaba a cabo la XII Feria Nacional del Libro en Zacatecas, una fiesta que varias personas esperamos con júbilo. De la misma manera que consideré un error la omisión de este evento dentro de la agenda cultural del año anterior, hoy veo con beneplácito que el programa fue retomado. Con el fin de que esta fiesta del libro y la lectura tengan mayor impacto, me permito realizar una serie de sugerencias para las siguientes ediciones. 1. La fecha tal vez no sea la más apropiada. A finales de agosto aún se resiente la adquisición de útiles escolares y todas las erogaciones económicas que conlleva el inicio del ciclo escolar. Si a lo anterior le aunamos la proximidad de la FENAZA, el presupuesto para comprar libros (primordialmente en aquéllos que no acostumbran a hacerlo y ven en la Feria del Libro la oportunidad de hacerlo) se reduce drásticamente. 2. Sin tener conocimiento del volumen de ventas, y con el antecedente planteado en el primer párrafo, creo que a nivel burocracia gubernamental se podría diseñar un mecanismo de compra de libros, como los boletos a los toros, y que existiera el descuento vía nómina en varias quincenas. Si en la tauromaquia se ofrecía una fiesta
nacional y española, en la lectura los horizontes se amplían en espacio, tiempo y beneficiarios, con lo cual la fiesta se expande. 3. Los fines de semana son de labores domésticas (surtir la despensa, realizar las compras de los alimentos, aseo de la casa, etc.), pero también de esparcimiento. La feria de libro puede ser ese lugar de convivencia y recreación. Es de celebrar la diversidad de eventos, presentaciones, lecturas y talleres programados, así como la instalación de la Sala de Lectura. No obstante, creo que es posible agregar una serie de talleres de promoción de la lectura, diversificados, enfocados a distintos públicos. 4. Siendo utópico, también se podría integrar a la iniciativa privada. ¿Qué tal que los medios de comunicación (impresos y electrónicos), así como algunas instancias gubernamentales (no necesariamente que tengan relación con el rubro) pudieran realizar trivias o alguna otra forma de sortear vales y bonos de libros? 5. Invitar a los programas estatales de lectura para su promoción. Muchas personas no saben que existen diversos esfuerzos desde la entidad para formar lectores, ése sería un buen marco para difundir el trabajo realizado. Las ideas anteriores, quizá suenen descabelladas, pero creo que la fiesta de los libros la podemos ampliar y democratizar. Entendiendo este segundo término, no sólo como que cualquiera (que quiera) pueda ir, sino además, de brindarles la disposición y accesibilidad de la oferta bibliográfica.
Cuando leí “El contagio”, la quinta de las nueve historias que conforman el reciente libro de Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972), estaba fresca la noticia de una madre que le sacó los ojos (con una cuchara) a su pequeño hijo de cinco años. Ella, ciudadana mexiquense de 23, adujo lo hizo a fin de salvarlo del fin del mundo y evitar un terremoto de grandes catástrofes. El maternal amparo incluyó mordidas en el rostro y el cuello y, decía la nota del reportero Rodolfo Montes, “otras partes del cuerpo”. ¡Macabro!, arranca la ficción esquinquiana ya citada. Narra, en lo que pudiéramos llamar un lacónico seguimiento periodístico, el probable paralelismo entre los casos de un asesino serial (porfiado en los llamados niños de la calle) y la desaparición de la máscara mortuoria del famoso homicida francés Gilles de Rais, antes expuesta en la muestra “Asesinos medievales”, en el Museo del Policía del Centro Histórico de la Ciudad de México. Tras la lectura de estas catorce páginas redescubrimos los mecanismos laberínticos del mal, de uno inmediato y corpóreo, mediante una fórmula literaria de excepción que no se estaciona ahí; en la historia de un malo que parece arrastrar a sus víctimas cual flautista de Hamelin pero sin ratas, y también en la cercanía que existe desde siempre entre lo malo y lo bueno, aparentes contrapartes. Gilles de Rais en las calles del
Centro Histórico (símil de San Agustín Atlapulco donde una madre deja ciego a su vástago). Pero el reto consiste en no detenerse en una historia. Demonia, título que el mismo Esquinca toma de la última para su nuevo libro, es como una baraja de hechos inexplicables desde la razón de cualquier tiempo, y que el autor imagina, y hasta relaciona, en momentos inmediatos y en lugares por nadie desconocidos. Si la relación de las moscas con la maldad viene de lejos, el autor nos la presenta en la Avenida Hidalgo. Más valdría no ser incrédulos ante la superchería de nuestros antepasados, parece decirnos Esquinca. En “Demonia”, cuento donde se recuerda que toda religión se funda en hechos traumáticos, Esquinca restaura una vieja leyenda mexicana, la de La Llorona, y donde ahora (una joven que estudió con los jesuitas) se niegan los señalamientos parricidas declarando: esos niños a los que asesiné con mis propias manos, hundiendo sus cabezas en el retrete, no eran mis hijos. “¡Se acabó. Es el fin del mundo!”, dice el reportero Montes que exclamaba la madre de San Agustín Atlapulco, entre rezos e implorando a Dios. Demonia: un libro para leer sin olvidar que las casualidades son también algo cósmico e ineluctable.
* mauflos@gmail.com Bernardo Esquinca, Demonia, Almadía, México, 2012, 162 pp.
Mikhail Vrubel, El demonio volando
17 DE SEPTIEMBRE DE 2012
La lujuria, una oveja vestida con piel de lobo Por Edgar Morales Flores* De los siete pecados capitales (lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia), sin duda, la lujuria es el pecado por excelencia. No en vano el magnífico papa Gregorio Magno, a inicios de la Edad Media, después de revisar los listados de pecados graves que habían expuesto Evagrio Póntico (siglo IV) y Juan Casiano (siglo V), decidió reducir los pecados más graves a siete tipos elementales, de los que se derivan todos los demás vicios, e hizo encabezar la lista por el pecado concupiscente por excelencia: la lujuria (porneia en el léxico de la patrística griega). El deseo corporal, en la tradición judeo-cristiana, ha sido considerado como un acceso al desorden espiritual, la tentación por excelencia, el retorno a un estado salvaje que bestializa al ser humano, de ahí que haya sido un tema de controversia teológica y filosófica de suma importancia en los tratados teológicos, filosóficos y científicos de varias centurias. Las necesidades corporales exigen atención, demandan tiempo y “distraen” de la vida espiritual, por eso se procuró que sólo valieran para algo más, algo ajeno a ellas mismas; las relaciones sexuales fueron desposeídas de su ensimismamiento, sólo valían para algo más, para la reproducción de la especie (tal como Dios lo había demandado). Buscar la relación sexual sólo por el placer que ésta produce es un enajenamiento de su función primaria, es un envilecimiento del alma, una inversión en el gobierno que debe tener ésta sobre el cuerpo (la literatura al respecto es abundante y no pertenece sólo a la producción intelectual antigua y medieval, está vigente hoy en casi todas las culturas y, por desgracia, no se ve un próximo ningún cambio significativo al respecto). Se antoja pensar en la cultura justo como un “malestar” puesto que nos mantiene a raya, y es que es a todas luces obvio que el ámbito del apetito sexual ha sido objeto clásico del tabú y sufrido los embates culturales más aparatosos, piénsese por ejemplo en las respectivas creencias judías en las que se da una intrincada asociación entre sexualidad y polución, valoración que será heredada a una fe cristiana que, por ejemplo, considera inadmisible la concepción de Jesús por la normal vía copulativa. El pánico cristiano ante la sexualidad
Alejandro Nava, Asombro de vida, placa de acero, 92x17x17cms
ha constituido un enorme y complejo expediente, el horror que sintieron los encratistas en la Antigüedad tardía, por ejemplo, los condujo a volcarse en el desierto, terreno de castigo al cuerpo deseante, pero en el que, por destilación simbólica, se dejaba ver la esencia corrupta del cuerpo atrincherada en el deseo sexual. Éste es el panorama maniqueo que exhala también la teología agustiniana en la que es contundente que vivimos en un estado de “caída”; Dios nos dio originalmente la sexualidad para procrearnos a través de un acto copulativo semejante a un sereno estrechón de manos, sin placer de por medio, pero el pecado original ha dejado la impronta del placer lujurioso, éste es el signo del estado insurrecto de los miembros frente a la débil intención del espíritu de gobernar al
sujeto; por eso todo matrimonio debe ser concebido a la luz de una finalidad procreativa y “si se quita eso, los maridos se convierten en sucios amantes, las esposas en prostitutas, el matrimonio en burdel, y los padres en proxenetas” (San Agustín dixit). Por otro lado, los griegos, a pesar de que en general fueron más flexibles con los significados de la sexualidad (al extremo de encontrar entre ellos coitos y masturbaciones en público), también abonaron el hiato entre alma y cuerpo, el desprecio intelectual hacia la carne… no en vano, en una especie de venganza simbólica, se popularizó la leyenda que narraba la humillación que había sufrido Aristóteles a cargo de la lúbrica Filis (amante de Alejandro Magno) al convencer al maestro de seguirla hacia un jardín
para entregarse a los placeres de la carne y montarse victoriosamente sobre él (triunfo que no había logrado Lilith sobre el púdico Adán). Y la Modernidad occidental tampoco está exenta de vicios interpretativos. Para Kant, por ejemplo, todo matrimonio es sólo un contrato para tener el derecho de usar los genitales de otro, pero de ser así, no queda claro cuál es el valor moral que otorga un trámite heterónomo a una experiencia corporal; o peor aún, como lo encontramos en Freud (Sobre la tendencia universal a la degradación en la esfera amorosa), se nos pone ante la inconciliable disyuntiva entre sentimientos filiales (propios del ámbito familiar) y los placeres sexuales en los que no cabe la ternura, por estar degradados con actitudes repulsivas, quedándonos sólo la opción de un goce sexual sin connotaciones cordiales. Hoy podemos estar seguros de que nada hay en el placer sexual que sea intrínsecamente condenable, aunque sí lo sea su exceso del tal manera que puede llegar ser malo simplemente por excesivo y no por implicar al deseo, sin embargo tal situación sería demasiado poco para alguien que pretende coronar su placer corporal con un halo de placer mental, tal como lo proponía Thomas Hobbes en sus Elementos de derecho natural y político: “El apetito al que llamamos lujuria, y la fruición que le acompaña, es un placer de los sentidos, pero también es intelectual, pues consiste en dos tipos de apetitos reunidos: agradar a otros y que le agraden a uno; este tipo de deleite no es sensual, sino un placer o un gozo de la mente”. Nos aventuramos a decir que es probable que la lujuria no se satisfaga con el puro deseo que pulsa en el cuerpo, pues quizá le sea necesaria la adhesión de elementos psicológicos y morales. Sí. No hay equivocación en esto, la lujuria puede ser entendida como un vía de virtud moral más que como punta de lanza del envilecimiento humano. La entrega al placer exige que se le preserve, que se le comparta, se le extienda, de manera tal que no sea patrimonio de la fruición personal, lo cual no es malo pero yace por debajo del placer que explota en el placer coordinado, el placer de sentir el placer del otro. * edgar.unam@gmail.com
LA GUALDRA NO. 68 Foro Infantil Del 7 al 23 de septiembre VIERNES y SÁBADOS Leyendas de Zacatecas Frente a Catedral / 20:00 horas SÁBADOS 22 y 29 Sábados en la Cultura Danza, teatro música Escalinatas del Antiguo Templo de San Agustín y Plazuela Miguel Auza / 19:00 horas Restauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín 21:00 horas MIÉRCOLES 19 y 26 Todos al Centro Histórico Miércoles de Danzón Plazuela Miguel Auza 18:00 horas JUEVES 20 y 27 Tradicional Concierto Banda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y Ortega Plazuela Goitia / 19:00 horas VIERNES 28 Todos al Centro Histórico Tardes de Salón Kiosco del Parque Sierra de Álica 18:00 horas DOMINGOS 23 y 30 Tradicional Concierto Orquesta Típica de Zacatecas Dir. Florentino Raygoza Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre / 19:00 horas Lectura de Poesía Grupo Letra y Vida Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Entrada libre / 19:00 horas Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas MIÉRCOLES 26 Bellas Artes a todas partes Lectura en voz alta: “Leo… luego existo” HÉCTOR PARRA – Actor Teatro Fernando Calderón Entrada libre / 19:00 horas DOMINGO 30 Concierto Orquesta Filarmónica de Zacatecas Director Invitado: Ramón Shade Teatro Fernando Calderón 18:00 horas / Admisión $50.00
MUNICIPIOS VILLA HIDALGO LUNES 24 Teatro de calle El Príncipe Kuk Cornisa 20, San Miguel de Allende, Gto. Dir. Roberto Avendaño Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Centro Occidente Jardín Principal 18:00 horas NORIA DE ÁNGELES MARTES 25 Teatro de calle El Príncipe Kuk Cornisa 20, San Miguel de Allende, Gto. Dir. Roberto Avendaño Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Centro Occidente Jardín Principal 18:00 horas GRAL. PÁNFILO NATERA MIÉRCOLES 26 El Príncipe Kuk Cornisa 20, San Miguel de Allende, Gto. Dir. Roberto Avendaño Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Centro Occidente Jardín Principal 18:00 horas JEREZ JUEVES 27 Bellas Artes a todas partes Lectura en voz alta: “Leo… luego existo” HÉCTOR PARRA – Actor Edificio de la Torre, Planta Baja Entrada libre / 20:00 horas MUSEOS Y GALERÍAS ANTIGUO TEMPLO DE SAN AGUSTÍN Nació en la Ciudad de Zacatecas en 1912, hace 100 años: José Kuri Breña Permanencia: 2 de noviembre MUSEO DE ARTE ABSTRACTO MANUEL FELGUÉREZ Espacio cuerpo, signo el pensamiento… Arnaldo Coen Sala de Exposiciones Temporales I Código Roto Edurne Esponda Sala de Exposiciones Temporales II MUSEO FRANCISCO GOITIA Metáforas y Analogías Dibujos y pinturas Obra de Felipe de la Torre Permanencia: 14 de octubre
FOTOTECA DE ZACATECAS PEDRO VALTIERRA Fotos para oír, sentir y ver De Julián Guajardo Esparza Permanencia: 30 de septiembre Exposición de cursos de verano 2012 Colectiva Permanencia: 7 de octubre IRMA VALERIO GALERÍAS Exposición individual Ironías de la soledad Pintura – Escultura De Alejandro Nava MUSEO ZACATECANO Exposición individual De Alejandro Nava (ESCULTURA) CIUDADELA DEL ARTE Instalación “El monólogo de la vida” De Alejandro Nava TALLERES Y CURSOS INSTITUTO ZACATECANO DE CULTURA “RAMÓN LÓPEZ VELARDE” Taller de Formación Actoral Imparte: Julia Robles Del 30 de julio al 14 de septiembre Audiovisual “El Son del Corazón”
Talleres Infantiles: Se realizarán los tradicionales talleres artísticos, atendiendo a 400 niños diariamente en dos módulos, en las instalaciones del Foro Monumental en las instalaciones de la Feria del lunes 10 al viernes 21 de septiembre en los siguientes horarios: a) De 09:00 a 10:15 y b) De 11:45 a 13:00 horas Programa Escénico: Lunes 17 / 19:00 horas Teatro de Títeres “Historias Enredosas” Teatro Ahuehuetl – Guadalajara, Jal. Dir. Claudia Santana Martes 18 / 10:30 horas Teatro Familiar “Popular” La Ciénega Teatro – Zacatecas Dir. Iván Guardado Martes 18 / 19:00 horas Teatro Familiar “Popular” La Ciénega Teatro – Zacatecas Dir. Iván Guardado
Miércoles 19 / 10:30 horas Teatro de Títeres “La República del caballo muerto” Teatro Marometa – Zacatecas Dir. Martín Letechipía
Viernes 21 / 19:00 horas Música Infantil “Silla con Alas” Monedita de Oro – Puebla Dir. Alfredo Lima
Miércoles 19 / 19:00 horas Teatro de Títeres “La República del caballo muerto” Teatro Marometa – Zacatecas Dir. Martín Letechipía
Sábado 22 / 18:00 horas Música coral Sociedad Coral Infantil de Zacatecas. Dir. María De Lourdes Ramírez Muñoz y María de Jesús Hernández Torres
Jueves 20 / 10:30 horas Teatro Clown “Circo Medellín” MARABUNTA, Central de artes libres – Zacatecas Dir. Martín Solchaga
Sábado 22 / 18:30 horas Música coral VOCES DE LA CIUDAD Coro de las Tres Culturas – Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua Dir. Juan Pablo Félix
Jueves 20 / 19:00 horas Teatro Clow “Circo Medellín” MARABUNTA, Central de artes libres – Zacatecas Dir. Martín Solchaga Viernes 21 / 10:30 horas Música infantil “Silla con Alas” Monedita de Oro – Puebla Dir. Alfredo Lima
CENTRO CULTURAL CIUDADELA DEL ARTE Taller de Ensayo Imparte Sigifredo Esquivel Marín Sábados de 17:00 a 20:00 horas Cuota de recuperación $100.00 mensuales
MUSEO DE ARTE ABSTRACTO “MANUEL FELGUÉREZ” Talleres de Verano Arte objeto y juguemos a las letras Dirigido a niños de 6 a 14 años Del 16 de julio al 10 de agosto De 10:00 a 13:30 horas Cuota de Recuperación $350 Cupo limitado
Domingo 23 / 19:00 horas Teatro de calle “La princesa de los vientos“ Los Cosmicómicos - Zacatecas Dir. Sergio Salinas
PROGRAMA CINETECA ZACATECAS SEPTIEMBRE 2012. La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fines culturales y educativos. EXCEPTO ZACATECAS, CÁMARA, ACCIÓN.
Taller de Poesía Imparte Javier Acosta Escareño Sábados de 11:00 14:00 horas Cuota de recuperación $100.00 mensuales MUSEO ZACATECANO Taller Crítica y Apreciación del Arte Imparte Sonia Viramontes Viernes de 10:00 a 13:00 horas Sala Huiricuta
Sábado 22 / 19:00 horas Música Infantil “Silla con Alas” Monedita de Oro – Puebla Dir. Alfredo Lima
MATINÉ DOMINGO 23 / 12:00 horas La Leyenda Del Tesoro Dir. Hugo Rodríguez País: México Año: 2009 DOMINGO 30 / 12:00 horas Toy Story Dir. Lee Unkrich País: EUA Año: 2010 CICLO DE PELÍCULAS INVITADAS JUEVES 27 / 18:00 horas Senna Dir. Asif Kapadia País: Reino Unido Año: 2010 VIERNES 28 / 18:00 horas The Artist Dir. Michel Hazanavicius País: Francia Año: 2011 SÁBADO 29 a las 20:00 horas The Artist Dir. Michel Hazanavicius País: Francia Año: 2011 CICLO HOMENAJE QUENTIN TARANTINO MIÉRCOLES 19 / 20:30 horas La Ciudad Del Pecado (Sin City) Dir. Robert Rodriguez, Quentin Tarantino, Frank Miller País: EUA Año: 2005
VIERNES 21 / 20:30 horas Death Proof (Grindhouse) Dir. Quentin Tarantino País: EUA Año: 2007 SÁBADO 22 / 20:00 horas Bastardos Sin Gloria (Inglorious Bastards) Dir. Quentin Tarantino País: EUA Año: 2009 CICLO DE CINE MEXICANO SÁBADO 22 / 18:00 horas Japón Dir. Carlos Reygadas País: México Año: 2002 MIÉRCOLES 26 / 18:00 horas Batalla En El Cielo Dir. Carlos Reygadas País: México Año: 2005 MIÉRCOLES 26 / 20:00 horas Alucarda, La Hija De Las Tinieblas Dir. Juan López Moctezuma País: México Año: 1977 JUEVES 27 / 20:00 horas Luz Silenciosa Dir. Carlos Reygadas País: México Año: 2007 VIERNES 28 / 20:00 horas Sangre Dir. Amat Escalante País: México Año: 2005
SÁBADO 29 / 18:00 horas Los Bastardos Dir. Amat Escalante País: México Año: 2008 DOMINGOS CON “EL PADRINO” DOMINGO 23 / 18:00 horas El Padrino Parte II (The Godfather Part II) Dir. Francis Ford Coppola País. EUA Año: 1974 DOMINGO 30 / 18:00 horas El Padrino Parte III (The Godfather Part III) Dir. Francis Ford Coppola País. EUA Año: 1990 ZACATECAS, CÁMARA, ACCIÓN / Admisión: $20.00 JUEVES 20 / 18:00 y 20:00 horas Héroe Real Dir. Marco Eduardo Casillas, Brenda Torres y Cristopher Gama País: México Año: 2012 ESTRENOS MIÉRCOLES 19 / 18:00 horas La Educación Prohibida Dir. German Doin País: Argentina Año: 2012 VIERNES 21 / 18:00 horas La Educación Prohibida Dir. German Doin País: Argentina Año: 2012
17 DE SEPTIEMBRE DE 2012
Por Ester Cárdenas Vivir como él estaba viviendo era tanto como leer un buen libro en una mala traducción.
Henry James
Las editoriales nunca dejarán de sorprenderme, mientras encontramos sellos españoles con títulos clásicos a un precio prohibitivo, también nos topamos con ofertas maravillosas de editoriales (mexicanas) como Lectorum que recién nos ofrece gran parte de su catálogo con un valor de cuarenta y nueve pesos por libro. Ahí encontramos Cándido, de Voltaire; El agente secreto, de Conrad; La astronomía en México, de Julieta Fierro; Codicia intelectual, de Víctor Roura; Concierto Barroco, de Carpentier; El capote, de Gogol; El resplandor, de Mauricio Magdaleno; Corazón de perro, de Bulgákov; Rebelión en la granja, de Orwell; Adicción a los ingleses, de Sergio Pitol -que por cierto es una delicia-; El canallitas, de Valle-Arizpe; y un sinfín de títulos. Entre ellos también se encuentra Los papeles de Aspern, de Henry James, quien nació el 15 de abril de 1843 en Nueva York y murió el 28 de febrero de 1916 en Londres, Inglaterra. De él recuerdo muy especialmente Washington Square, novela corta y de personajes entrañables. Henry James
es un “historiador de las conciencias finas” (Conrad), su extensa obra incluye ensayos, cuentos, biografías, estudios acerca del arte de narrar, de la vida literaria como tema, de vivos y muertos, etcétera. Los papeles de Aspern trata de una especie de canalla que quiere robar (literalmente) las cartas que Aspern, poeta famoso, envió a una tal Juliana Bordereau. La acción transcurre en Venecia, en un palacio deteriorado. Allí vive Juliana, con su sobrina Tita, una solterona. Juliana tiene casi cien años y parece interesarse únicamente en el dinero. El narrador se las arregla para vivir ahí y paga un precio exorbitante por unas habitaciones abandonadas. No quiero contar el argumento pero es la historia del burlador burlado. James es un escritor sutil, nos impone un ritmo y requiere de toda nuestra atención, vale la pena acerarse a él y aprovechar estas ofertas que nos ofrece Lectorum, cuyos libros incluyen excelentes prólogos, buenas traducciones y ediciones integras. Vengan, disfruten de estas lecturas, no se arrepentirán.
LA GUALDRA 68 / 17 DE SEPTIEMBRE DE 2012
Ya
Por Mateo Estrada Gaviria
Por Pilar Alba Ya me quiero morir, sí así nomás. Dejar el cuerpo flojito, lacio, desforzado. Caerme, no me importa terminar en el suelo, ya nada tiene importancia cuando uno se acaba. Que la vida se vaya como en un río que fluye que no espera a nadie mucho menos a mí que ya no quiero seguir nadando contra la corriente. Ya morirme, dejar de respirar, darle descanso a los pulmones, al corazón que nunca para de la sístole y la diástole, que el torrente de sangre se quede de una buena vez petrificado en las venas; dejar reposar al triperío. Procurarle también, descanso al pensamiento, a las palabras
Tiranía
que se agolpan en la mente, en la lengua que de tanto que quieren salir se atragantan y se vuelven para adentro. Que el cerebro se quede por fin en blanco, en ceros, en la nada; así tranquilito, sin dudas, preocupaciones ni recuerdos. Que los ojos, la nariz, la boca, los oídos… la piel, todos ellos dejen de funcionar, que ya no cumplan su función que se cierren todas las ventanas a este mundo. Morirme, acabar, dejar de ser, cumplir el deseo de nunca haber existido, así sin trámites, sin prolongar la existencia, sin hacerle la lucha… Sí, así nomas, me quiero morir... Ya.
Carlos Saenz de Tejada, La niña triste
Por Luis F. Corominas
Desde la calle Perú, cristaleras a la izquierda y toldos verdes a la derecha. Al fondo un palacio color sangre deslavada. En la memoria sólo lágrimas. — ¡Sangre, tiene que haber sangre! Se acerca una abuela que barre su puerta: “¿Perdió algo, joven? Si es dinero y lo encuentro, se lo devuelvo. — ¿No me conoce? Soy yo, Marcelo. La abuela lo mira recordando. “No, no sé quién es usted… ¿Marcelo?... ¿se cortó el pelo? —Sí, eso es… un poco… ¿Vio anoche lo que pasó en esta esquina? ¿Escuchó los disparos? La abuela se repliega a su portal: “No, no oí nada, ¿qué pasó?” —Fue aquí, frente a su casa… mataron a alguien… la policía… La abuela se resguarda tras de una hoja de la puerta: “Yo no escuché nada, yo no sé nada… nada”. Se escucha el ulular de una ambulancia que se acerca. Marcelo se arrodilla, gatea, sigue buscando sangre. La abuela lo sigue y llora: “Lo que me cuenta sí sucedió, pero sucedió hace treinta años. Aquí mataron a mi hijo y a mi nuera… rompieron la puerta a patadas… De la ambulancia bajan dos enfermeros fornidos y se llevan a Marcelo, mientras la abuela sigue barriendo la sangre.
Viernes [Ciudad de México. Hotel Lafayette. Cuarto 307. Cama matrimonial. Dos ventanas: una es para la calle 16 de septiembre; la otra es para Motolinía. En el vértice que forman las ventanas está un sillón con marcas de mil batallas]: El curso en Estéticas está muy, muy bien. Los asistentes son nice, pero son rudísimos en el curso. Manuel es implacable. No he hablado, aunque sé que no voy mal. Expuse sobre la manufactura de libros en imprentas con limitaciones tecnológicas y con “artistas” fuera de los circuitos comerciales. Me miraron como al personaje que deben soportar. Todos hablaron sobre arte, patronazgo y artistas de los siglos XVI y XIX. Soy un outsider… Le pregunté a Manuel si era pertinente mi presencia y convergencia en su curso. Levantó la ceja izquierda y dijo: “Si puedés permanecer en el seminario, permanecerás. Punto”. Me recomendó mil libros y “debo” leerlos, todos. Sábado [Ciudad de México. Estación de autobuses sur. Sala de espera exclusiva para viajantes.] Hoy fui a la Casa azul con Manuel. Comí en un lugar bonito de Coyoacán. Los asistentes se saludan y los camareros recomiendan lo del día. Manuel no me permitió interrogar de mi asistencia a su seminario. Me presentó a su pareja [Juan. Moreno. Un metro sesenta y ocho. Atlético. Veintidós años. Soltero. Soldado.] Bebimos cinco caguamas en un bar multicolor… Lunes. Me acostumbro al silencio. No negociaré con JC. La lluvia de esta tarde destruyó parte del jardín. La señora del 2b nos invitó de inmediato a reconstruirlo. Martes. 3b está con algo de Bach. Es bueno que vuelva a ser el alma del edificio. En un libro de Luis G. Ledesma [La musa festiva. Zacatecas: Imp. Tomás Lorck, 1887] encontré la invitación-tesis de Miguel Ruelas (1). Él es el padre del pintor Julio Ruelas. Siendo abogado del siglo XIX, fue funcionario en los “tres poderes de gobierno; así como en el gobierno federal y estatal”. Fue secretario en algún ministerio de Porfirio Díaz. El documento trata sobre los principios de legislación y derecho romano. Tuve la tentación de sustraerlo. No lo hice. Hablé con Marco sobre el folleto. Le mostré un par de imágenes. Dios no paró de hablar sobre las fuentes y las formas en que abrevaron los “moderados” zacatecanos de la generación de la Reforma en el conocimiento del liberalismo: glosaron, leyeron compilaron autores en su obra e idioma… Bebimos en Saint Germain dos Ikus completas. (1) Acto de derecho público, principios de legislación y derecho romano que bajo la presidencia del profesor C. Lic. José María Echeverría sustenta el alumno Miguel Ruelas el domingo 5 de octubre en el Instituto Literario a las diez de la mañana. Zacatecas: Tipografía de Tostado y Villagrana, 1862, 16p., mas cubierta. Jueves. Rodolfo se quedó. Estuvimos en la misma cama… Improvisé amar. Comí con Juana. JC envía mensaje de reconciliación. Qué lata con los hombres que no deciden vivir con felicidad y con libertad. Viernes. La Bice está llena de puestos del mercado del Laberinto. La improvisación en los tugurios y el mal estado de la vendimia ya trajo sus consecuencias: más vendedores, basura por doquier y la proliferación de ratas, olores nauseabundos y cucarachas… La fachada de la casa Castrillón la están jodiendo con clavos para sostener los tapancos de los puestos.