Suplemento #4 REVISTA LA MANDRÁGORA AÑO 5

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Abril, 2005 #4 EN TORNO AL CENTENARIO por Salustiano Fernández

IV (Lectura-s de hoy) ¿Y hoy, en el cuarto centenario, qué lectura podemos hacer? Hoy ya no estamos en disposición de buscar esencias inmutables, sean nacionales −del terruño−, o sean universales −de la Tierra−. Hoy no caben los grandes relatos. Sólo lecturas fragmentarias que ensayan arrancar una esquirla de sentido al sinsentido general. Ya no somos modernos. Nos autoproclamamos posmodernos. Y ello conlleva su buena dosis de escepticismo mezclada a partes iguales con otra de cínico distanciamiento. Si algo distingue este centenario del anterior son, desde mi punto de vista, dos cosas: una, precisamente la multiplicidad y variedad de lecturas que se están haciendo; y dos, el carácter festivo y extrovertido -no luctuoso- de esta celebración. Estos dos rasgos tienen también sus riesgos: el primero, que los muchos árboles no nos dejen ver el bosque, haciéndonos perder la perspectiva adecuada por una excesiva acumulación de detalles traídos por los pelos o directamente arrancados a un calvo; y el segundo, que esta celebración sea sólo ‘turística’, para vanagloria, relumbrón y ‘mordida’ de los políticos del momento, es decir, que el texto acabe siendo lo de menos. Porque la actual multiplicidad de lecturas se encuentra encerrada en un formato monolítico: celebramos UN gran espectáculo de circo-culturalidad, aunque, eso sí, con multitud de pistas. Bajo la gran carpa de las distintas administraciones y de las instituciones diversas es posible disfrutar de muchos ‘números’ simultáneamente, a cada cual más dificultoso y abracadabrante, que tienen como leit-motiv a «don Quijote». Hay monolitismo en el formato: se trata de convertir el Cuarto Centenario en una ‘Exposición Universal de lo Español’, unas ‘Olimpiadas del Castellano’, haciendo de ello pretexto, que no texto, bien para el turismo cultural o bien para el ágape político. Esta ‘olímpica’ voluntad de celebración produce noticias como la siguiente: Los 1.200 policías de la localidad mexicana de Nezahualcoyotl van a tener que leer El Quijote por obligación. Así lo ha ordenado el Ayuntamiento de esta población cercana a la capital, que ha incluido esta medida dentro de un plan integral para aumentar la cultura de los agentes. Realmente curioso. Todos quieren apropiarse algo del Quijote. Llevarse a casa un trozo de su lanza, una mota de polvo de la pezuña de Rocinante, un pedazo de suela del calzado de Sancho para construir con ello un museo o una capilla… cultural. El peligro de este centenario está en que puede convertir a don Quijote en uno de esos santos cuyas reliquias andan repartidas por el mundo y que unidas harían de su dueño un ser de ochenta y cuatro dientes y doscientas costillas, veinte dedos, cinco mandíbulas, y pelo como para hacerse siete bufandas. El problema de este centenario está en que todo el mundo quiere hacer negocio con él: desde las instituciones a la industria cultural, pasando por los medios de comunicación y los escritores con algún nombre. En el maremágnum de escritos, novelas, espacios

I. E. S.

León Felipe

– Benavente

televisivos, artículos periodísticos, suplementos culturales, debates, conferencias, exposiciones, etc., etc., que se están produciendo es difícil “distinguir las voces de los ecos”. Pero novedades hay realmente pocas. Y, sin embargo, es lo que fue El Quijote en su tiempo: una sonora novedad. De ello era plenamente consciente Cervantes. Sabía que su ‘invento’ introducía en el mundo una creación realmente original, algo único y nunca visto/imaginado. Son muchas las ocasiones en que así lo manifiesta: ¿Qué podría engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno? (Prólogo a la Primera Parte) Procurad que, leyendo vuestra historia,… el discreto se admire de la invención… (Prólogo a la 1ª Parte) …autor de esta nueva y jamás vista historia. (último capítulo de la 1ª Parte) …historia de tanta invención y pasatiempo. (último capítulo de la 1ª Parte) Yo sé quién soy –respondió don Quijote-, y sé que puedo ser, no sólo los que he dicho, sino todos los Doce Pares de Francia, y aun todos los nueve de la Fama, pues a todas las hazañas que ellos todos juntos y cada uno por sí hicieron se aventajarán las mías. (1ª Parte, Cap. 5) nunca vistas hazañas (1ª Parte, Cap. 9) ...jamás he leído, ni visto, ni oído que a los caballeros encantados los lleven desta manera… (1ª Parte Cap. 47) …el fidedigno autor desta nueva y jamás vista historia. (1ª Parte Cap. 52) ¡Nuevas proezas!, pero inventa el arte un nuevo estilo al nuevo paladino. (1ª Parte Cap. 52) …que es vuestra merced uno de los más famosos caballeros andantes que ha habido, ni aun habrá, en toda la redondez de la tierra… (2ª Parte, Cap. 3) Hallose el escribano presente y dijo que nunca había leído en ningún libro de caballerías que algún caballero andante hubiera muerto en su lecho tan sosegadamente. (Último capítulo de la 2ª Parte) Muchos (e incluso ilustres cervantistas) han afirmado que el libro le salió a Cervantes mejor de lo que cualquiera podía esperar de su ingenio lego, pobre y ya viejo (recordemos que la Primera parte se publica cuando Cervantes tiene cerca de 60 años, y la Segunda diez años después, es decir, cerca de 70). Que la obra le salió así de casualidad, no de intento. Que fue Pág.

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