Conocí a Judith Simonin
hace treinta y tantos años. Su hija Guadalupe se casó con mi tío Héctor y se convirtió en mi tía Lupita. La presencia de Judith, –alegre, dicharachera, y estupenda cocinera–se hizo cotidiana en la comida familiar de los domigos en casa de mis abuelos paternos.
Judith y su esposo, un ingeniero civil que además vez tuvo huertas y ranchos de flores, tenían una hermosa propiedad para sembrar árboles de aguacate en Nepantla. La nombraron “Las tres ardillas” en honor a sus tres hijos, que sí parecían ardillitas. La huerta tenía muchos árboles de aguacate, un estanque en el que siempre quisimos nadar y nunca nos lo permitieron, hermosos jardines y una milpa. En contraste con el enorme terreno, poblado de plantas, flores y árboles, la casa era pequeña, apenas tenía una estancia, una recámara con un par de camas individuales colgadas del techo con cadenas de hierro forjado a manera de columpio, y una gran cocina.
Tuve muchos primos varones, más de los que hubiera querido. Cuando íbamos a Nepantla eran fortachones adolescentes llenos de testosterona, jugaban muy rudo y me metían en problemas. Mi refugio era un pequeño y obscuro cuarto debajo de la casa. Se accedía por una escalera que daban a un jardín salvaje, lleno de enredaderas y flores. Era el cuarto con la colección de insectos de Judith. En las paredes colgaban cajas de madera con mariposas de todos los colores, coleópteros tornasolados, langostas escalofriantes, libélulas de alas esqueléticas, arañas de todo tipo. Tenía algunos esqueletos de pescados raros en los muros y un gran mueble de cajones con insectos para reponer los que se maltrataban de las cajas. El acomodo era muy hermoso. Los tamaños, colores y formas estaban bien calculados por Judith. La recuerdo perfectamente mientras platicaba de las mariposas nocturnas, de los coleópteros más
raros, del trabajo que le había costado colectar uno u otro insecto, de dónde había salido el pejelagarto. Todos esos bichos los había cazado ella misma.
Cuando Judith, mi tía Lupita me llamó para ver si quería comprar la biblioteca. “Hay además muchas cosas que podrían interesarte”, me dijo. Acudí a la cita puntual. Mi tía me recibió con una limonada y su gran sonrisa. Me mostró los libros y muchas de sus cosas. Decidí llevarme todo. Además de la numerosa biblioteca esto fue lo que encontré:
• Una carpeta con agitadores para revolver bebidas de todos los colores, formas y diseños.
• Tres carpetas con etiquetas de refrescos.
• Tres carpetas con etiquetas de vino.
• Cuatro bolsas de servilletas de restaurantes, aviones, hoteles, cafeterías, y caseras; algunas estaban usadas.
• Dos carpetas con sobrecitos de azúcar.
• Una carpeta con muestrarios de tejidos.
• Una bolsa con cerillos.
• Una carpeta con plumas de ave.
• Dos cajas con piedras.
• Una tabla con frascos de arena de diferentes playas del mundo.
• Una tabla con botones de todos los tamaños y colores.
• Dos tablas con corcholatas y tapas de refrescos.
• Una colección de Tijeras.
• Fotos antiguas de toda su familia.
• Una colección de postales cromolitográficas.
• Un álbum de papel con recortes de notas periódico de la primera guerra mundial.
• Muñecas pequeñas y miniaturas que utilizaba para su casa de muñecas.
• Medicinas, frascos de vidrio con sustancias extrañas.
• La maleta de madera con medicina homeopática de su padre.
• Muchas etiquetas con la marca “Simonin”
• Plumas y otras herramientas marcadas con letreros para indicar su uso.
• Muchas tijeras.
En el garage estaban colgadas todas las cajas con insectos, ya envejecidas, empolvadas. Algunos bichos desbaratados formaban montoncitos de polvo. Sentí escalofríos y recordé esa emoción morbosa que sentía al entrar al pequeño cuarto de Nepantla.
Tenía Judith una gran variedad de Dymos, esas máquinas para rotular, que le servían para marcar sus objetos. Recordé a Baudrillard, a Benjamin, a Sontag, al sindrome de Diógenes. ¿Habría entre la literatura del coleccionista algo que describiera a Judith? Me parece que no. Nada de lo que he leído encajaba con su personalidad. No era una persona avara, sino todo lo contrario: cocinaba delicioso y siempre llevaba pasteles a las fiestas familiares. Unos meses antes de morir, estuvo
conmigo al teléfono por casi una hora: quería mi receta del pavo a las castañas. No pude dársela: yo cocino sin receta, con intuición; el pavo me sale unas veces mejor que otras; esa vez que lo probó Judith estaba muy bueno. ¿Cómo decirle que no era la receta, sino mi estado de ánimo el que le había dado tan buen sabor? Ella no entendía, pues todo lo hacia con metódica precisión. No era una persona solitaria o anti social: contaba los mejores chistes y hacía a los comensales romperse en carcajadas. Después descubrí su secreto: una buena y amplia colección de libros de humor. Nunca la percibí como la obsesiva coleccionista que era, pero sí la recuerdo mirar atenta y curiosa las cosas que le gustaban. Me la imagino perfecto guardando la servilleta en su bolsa, para llegar a casa y acomodarla con el resto.
Entre las cosas que me llevé también había objetos de su madre, una maestra normalista de perfecta caligrafía; también de su padre, homeópata que fabricaba pomadas, cremas de belleza y hasta pastas de dientes con su apellido francés: Simonin. Mi tía Lupita, bióloga de profesión, también se dedica a las medicinas alternativas. Judith guardó amorosamente los objetos que pertenecieron a sus padres, los libros de medicina, frascos, matraces, estufas para química, incluso frascos con aceites aromáticos y mucho polvo de aluminio.
Su madre también coleccionó una serie de postales amorosas y algunas muñecas art deco. Las vendí, ahora me arrepiento.
A Judith le interesaron las manualidades. Hay una serie de fotos de pasteles decorados por ella, además se dedicó al tejido, bordado, pintura. Tenía entre ellas, cuatro retratos de su esposo casi idénticos pero con variantes de color; entre sus libros y revistas había montones dedicados a estos temas. En sus armarios, mientras sacábamos las cosas, nos encontramos con varios pajaritos muertos a la espera de ser disecados. Cuando me llevé todas esas cosas a casa formulé varias hipótesis: ¿Padecía Judith de algúno de esos síndromes contraídos en la primera infancia de los que habla Freud no me acuerdo en qué lado? ¿Dedicaría mucho tiempo a sus colecciones? ¿Las habría formado hace mucho tiempo? ¿Las usaría para algo? ¿Las revisaba, observaba, completaba, consultaba con los años? ¿Le servirían para sus tejidos, pinturas, bordados, decoraciones? He pensado largamente en lo común y singular que puede ser el coleccionismo de objetos de lo cotidiano. En lo que haré con todas estas cosas que me traje a casa, guardé en cajas y que despiden un olor peculiar. Pero, ¿cómo comenzar?
Éste es el mapa de la colección.
Del lat. territorium.
1. m. Porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región, provincia, etc.
2. m. terreno (campo o esfera de acción).
3. m. Circuito o término que comprende una jurisdicción, un cometido oficial u otra función análoga.
4. m. Terreno o lugar concreto, como una cueva, un árbol o un hormiguero, donde vive un determinado animal, o un grupo de animales relacionados por vínculos de familia, y que es defendido frente a la invasión de otros congéneres.
mapa
Del b. lat. mappa ‘mapa’, y este del lat. mappa ‘servilleta’, ‘pañuelo’.
1. m. Representación geográfica de la Tierra o parte de ella en una superficie plana.
2. m. Representación geográfica de una parte de la superficie terrestre, en la que se da información relativa a una ciencia determinada. Mapa lingüístico, topográfico, demográfico.
3. f. coloq. p. us. Lo que sobresale en un género, habilidad o producción. La ciudad de Toro es la mapa de las frutas.
colección
Del lat. collectio, -ōnis.
1. f. Conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor. Colección de escritos, de medallas, de mapas.
2. f. Serie de libros, discos, láminas, etc., publicados por una editorial bajo un epígrafe común, generalmente con las mismas características de formato y tipografía.
3. f. Gran cantidad de personas o cosas. Colección de cretinos, de despropósitos.
4. f. Conjunto de las creaciones que presenta un diseñador de moda para una temporada. Colección primavera-verano.
5. f. Med. Acumulación de una sustancia orgánica.
maravilla. portento, prodigio, milagro, pasmo, asombro, admiración, estupefacción, fascinación, preciosidad.
maravillar.
admirar, asombrar, pasmar, sorprender, fascinar, deslumbrar, extrañar, aturdir.
territorio
ABANICOS
AGITADORES
AGUJAS
ÁLBUMS
ANUNCIOS
ARENAS
ARTÍCULOS DE TOCADOR
CHEQUES
CORCHOLATAS
CORTE Y CONFECCIÓN
DIBUJOS
DOCUMENTOS
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CAJAS
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CARTAS
CERILLOS
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OTROS
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RECIBOS
RECORTES
REVISTAS
SERVILLETAS
SOBRES
PAPELES
PERIÓDICOS
PIEDRAS
PLUMAS DE AVE
SUELTOS
TARJETAS
TIJERAS
VESTIDOS
Coleccionar expresa un deseo que vuela libremente y se acopla siempre a algo distinto: es una sucesión de deseos. El auténtico coleccionista no está atado a lo que colecciona, sino al hecho de coleccionar.
El amante del volcán, SuSan Sontag
# CAJA COLECCIÓN UBICACIÓN DESCRIPCIÓN CANTIDAD TOTAL 1 1 1 CORCHOLATAS CORCHOLATAS 130 PANEL 1 LISO CORCHOLATAS 128 PANEL 2 TERCIOPELO CORCHOLATAS 129 PANEL 2 LISO CORCHOLATAS 46 PANEL 3 TERCIOPELO CORCHOLATAS 128 PANEL 3 LISO CORCHOLATAS 110 CAJA CHICA CORCHOLATAS SUELTAS 54 725 #15 CAJA 3 E F - 1 2 725 CORCHOLATAS CAJA 6 CAJA 1 CAJA 4 CAJA 5 CAJA 3 CAJA 2
AGITADORES
BOTONES
100
CORCHOLATAS SERVILLETAS
CERILLOS
Un importante ornato de la crónica es la delicadeza del detalle pintoresco: una galería enrejada; un techo pintado; un bello juguete perdido entre los nomeolvides de un arroyo; mariposas y orquídeas en los márgenes de la novela; un velo lejano visto desde una escalinata de mármol; una corza heráldica que gira la cabeza hacia nosotros en el parque ancestral; y muchas cosas más.
ABANICOS #7 CAJA 2 A B C - 1 2 3 110 # CAJA COLECCIÓN UBICACIÓN DESCRIPCIÓN CANTIDAD TOTAL 7 2 ABANICOS BOLSA ABANICOS 36 CAJA CAJAS DE ABANICO 2 REVISTA ABANICOS 1 39 CAJA 6 CAJA 1 CAJA 4 CAJA 5 CAJA 3 CAJA 2
Vladimir nabokoV, Ada o el ardor
MANTELES Y CARPETAS ABANICOS 10
OBJETOS DE TOCADOR CORTE Y CONFECCIÓN MUÑECAS
Territorio animal: a menudo marcado por el olor. Territorio humano:
a) puede estar marcado por la vista: me pertenece todo lo que puedo abarcar con la mirada2 (hay ciertamente leyendas al respecto);
b) puede estar marcado por el tacto: me pertenece todo aquello que está al alcance de mi contacto, de mi gesto, de mi brazo: es el nicho, el microterritorio (cf. infra “Proxemia”). Pero también: –Territorio: red polifónica de todos los ruidos familiares: los que puedo reconocer y que, por eso mismo, son la señal de mi espacio.
roland bartheS, Cómo vivir juntos
TEJIDOS #14 310 CAJA 3 H I -3 4 # CAJA COLECCIÓN UBICACIÓN DESCRIPCIÓN CANTIDAD TOTAL 14 3 TEJIDOS CARPETA 1 TEJIDOS PEGADOS 10 CARPETA 2 TEJIDOS PEGADOS 46 CARPETA 3 TEJIDOS PEGADOS 237 NOTAS SOBRE BORDADO 17 310 CAJA 6 CAJA 1 CAJA 4 CAJA 5 CAJA 3 CAJA 2
PLUMAS 100 ETIQUETAS DE VINO TEJIDOS
Coleccionar e identificar son instintos básicos, algo enraizado en todos nosotros. Iniciado en la infancia, este instinto básico nos acompañará, si no hay una causa mayor, durante toda la vida. Porque que una colección esté viva no deja de ser la parte más atractiva del asunto, una colección no está jamás completa, siempre hay algo que llama la atención o que puede completar aquello que ya se posee. Un coleccionista es un ser vivo y apasionado.
daVid attenborough, naturalista inglés
ARENAS #15 CAJA 4 E F - 4 110 # CAJA COLECCIÓN UBICACIÓN DESCRIPCIÓN CANTIDAD TOTAL 15 4 ARENAS PANEL GUINDA ARENAS EN FRASCO 65 PANEL NEGRO ARENAS EN FRASCO 43 BOLSA ARENAS EN FRASCO 2 110
CAJA 1 CAJA 4 CAJA 5 CAJA 3 CAJA
CAJA 6
2
PIEDRAS INSTRUMENTOS Y OBJETOS MÉDICOS
SUELTOS
10
OBJETOS
MADERAS ARENAS
# CAJA COLECCIÓN UBICIÓN DESCRIPCIÓN CANTIDAD TOTAL 5 RECETARIOS BOLSA 1 ALMANAQUE DULCE 31 BOLSA 2 RECETAS MAIZENA 4 COCINADO CON CARNATION 2 POSTRES ROYAL 3 250 PAYS Y TARTALETAS 1 REPOSTERO RUMFORD 1 REPOSTERIA MODERNA 1 RECETARIO MINSA 1 VAMOS A DAR UNA FIESTA 1 BOLETIN MENSUAL 3 ENCICLOPEDIA DEL HOGAR 1 LA COCINA EN EL AIRE 1 LOS TREINTA MENUS 1 PLATILLOS POPULARES 1 EL CONQUISTADOR 2 RECETAS QUE ENGORDAN AL BEBE 1 LA COCINA DEL HOGAR 1 LEGUMBRES PLANTAS Y FRUTAS 1 RECETARIO ACEITE CASA 1 FORMULARIO DE VINI CULTURA 2 EL BUEN DIA 1 CANCIONERO PICOT 1 MEXICO TIERRA DEL BUEN COMER 1 ENCHUFE Y YA 1 VIÑETAS VICK 1 MAYONESERIA HOGAR 1 PRINICIPIOS DE DECORADO 1 67 #5 CAJA 5 H I - 4 67 RECETARIOS CAJA 6 CAJA 1 CAJA 4 CAJA 5 CAJA 3 CAJA 2
Cuando el gran Kan hubo expuesto a la embajada a los dos hermanos y a su barón, les entregó una tablilla de oro, en la que decía que allí donde fueren, se les proporcionara a los emisarios todo aquello que hubieren menester; cuando éstos estuvieron bien pertechados de todo cuanto necesitaban, despidiéronse y pusiéronse en camino.
marco Polo, La descripción del mundo
LA FAMILIA ALMANAQUE DEL DULCE LIBROS 10 RECETARIOS LA FAMILIA LA FAMILIA LA FAMILIA LIBROS Y PUBLICACIONES LIBROS Y PUBLICACIONES
FOTOGRAFÍAS Y CARTAS
El bosque oscuro es terrible, pero se define a sí mismo y sus límites. Al hacerlo, enmarca el mundo exterior y nos permite discernir a dónde queremos llegar, ya sea a la orilla del mar o a la cumbre de la montaña. Pero más allá del bosque, el mundo de la experiencia no tiene fronteras semejantes. Todo lo que está más allá, como el universo, es ilimitado y al mismo tiempo está en expansión.
alberto manguel, Curiosidad. Una historia Natural,
# CAJA COLECCIÓN UBICIÓN DESCRIPCIÓN CANTIDAD TOTAL 7 2 ABANICOS BOLSA ABANICOS 36 CAJA CAJAS DE ABANICO 2 REVISTA ABANICOS 1 39 # CAJA 6 E F G H I - 5 6 7 8 39
CAJA
DOCUMENTOS,
CAJA 6 CAJA 1
4 CAJA 5 CAJA 3 CAJA 2
Mapa de la colección Judith Simonin
Se terminó de imprimir en la Riso RZ 390 UI de Gato Negro y en Mariana, la Xerox 7855 de Ediciones Acapulco el 9 de diciembre de 2019 en la calle de Acapulco número 13 interior 7 en la colonia Roma de la Ciudad de México.
La edición es de 30 ejemplares
Para su composición se usaron fuentes de las familias Baskerville y Neue Hass.
El diseño, impresión y encuadernación estuvo a cargo de Selva, quien está muy agradecida por toda la ayuda que recibió de Samantha Erlam y su equipo de jóvenes que apoyaron con el registro de los 6,717 objetos que conforman —por ahora— la colección de Judith Simonin.
selva selva selva 2019
ciudad de méxico