MINERÍA Y METALURGIA HISTÓRICAS EN EL SUDOESTE EUROPEO - NUESTRAS RAÍCES MINERAS Editores: Octavio Puche Riart, Mariano Ayarzagüena Sánz, Jesús Fernando López Cidad & Juan Pous de la Flor. Edita: SEDPGYM – VALORIZA MINERÍA I.S.B.N.: 978-84-697-5918-9 Año de edición: 2017 Páginas 93 – 104
LAS MINAS ROMANAS DE LAPIS SPECULARIS DEL CERRO AMASATRIGOS. COMPLEJO MINERO DE OLMEDILLA (CAMPOS DEL PARAÍSO-CUENCA) María José Bernárdez Gómez¹, Juan Carlos Guisado di Monti¹, Fernando Villaverde Mora² & Alejandro Navares Martín². (1): Museo Histórico-Minero Felipe de Borbón (ETSI-Minas de Madrid – c/ Ríos Rosas 21 / 28003 Madrid). e-mails; mjbernardez@lapisspecularis.org - jcguisado@lapisspecularis.org (2): Asociación Lapis Specularis (c/ de la Iglesia s/n / 16423 Osa de la Vega – Cuenca). e-mails: fvillaverde@lapisspecularis.org - alejandronavares@lapisspecularis.org
RESUMEN El complejo minero romano de lapis specularis de Olmedilla del Campo, se localiza en el término municipal de Campos del Paraíso, en la zona de transición entre la Alcarria y la Mancha alta de Cuenca. Las dos minas que componen el complejo minero, se encuentran al pie de la ladera meridional de un cerro testigo que destaca en la llanura manchega y que es conocido con el nombre del Cerro Amasatrigos. Solamente uno de los minados romanos es accesible en la actualidad, mientras que la otra mina se encuentra al presente colmatada y cegada a apenas un centenar de metros de la cavidad anterior. Posiblemente ambos indicios podrían haber estado interconectados en su momento. En el interior, se han constatado tres niveles de explotación comunicados mediante pozos, así como otra serie de evidencias mineras habituales en la minería romana del yeso especular. La dificultad de acceso a la mina, y lo intrincado y complicado de su desarrollo interno, ha preservado en un relativo buen estado de conservación la instalación minera, donde es posible estudiar tanto la morfología de las labores antiguas, como contar con buenos ejemplos de las técnicas de explotación romanas y del laboreo minero característico del recurso lapídeo conocido en su día como lapis specularis. Este mineral, explotado también en otros puntos del Imperio, tenía en las explotaciones mineras de Hispania, tal como refieren las crónicas de la época, sus mejores cotos de referencia tanto en la cantidad de producción como en la calidad de sus filones. PALABRAS CLAVES: Minero Romano, Lapis Specularis, Distrito Minero, Mina de Amasatrigos, Pozo Minero.
ABSTRACT The roman mines of lapis specularis (gypsum) of Olmedilla del Campo are located in the village called Campos del Paraíso, in the transition zone between the Alcarria and the Mancha Alta in Cuenca province. The site has two mines, at the foot of the Amasatrigos hill. Today just one of the mines can be visited, the other one is collapsed. We presume that both adits where part of the same network. Underground we have recognized the levels with many shafts and other typical aspects of “lapis specularis” mining. -93The difficult to reach the mine, together with the complex mining network has preserved the mine. Inside it is possible to study the morphology of the roman techniques as well as good examples of selenite gypsum ore. This mineral was also mined in other areas of the Roman Empire, but in the main deposits were located in Hispania. This is mentioned in main chronicles of the moment. There were the best sites in quantity and also in quality. KEY-WORDS: Roman mining, Lapis Specularis, Mining District, Amasatrigos Mine, Selenite Gypsum, Mine Shaft.
INTRODUCCIÓN «Para que el invierno envidioso no queme los racimos purpúreos y el frío glacial no consuma el don de Baco, tu viña crece protegida por una piedra transparente, y la uva queda feliz al abrigo, pero sin embargo no está escondida: así luce un cuerpo femenino a través de cendales, así se cuentan las piedrecitas en las aguas cristalinas. ¿Qué no ha querido permitir al ingenio la naturaleza? El invierno estéril tiene orden de producir los frutos del otoño». (EPIGRAMA Frutos de Otoño en pleno invierno - Marco Valerio Marcial: Epigramas, Libro VIII - 68). Con estas palabras y mediante esta composición poética, describía el hispanobilbilitano Marcial en el siglo I de nuestra Era, un sistema de elaboración vitivinícola consistente en el cultivo de la vid protegida al amparo y resguardo de una piedra transparente -lapis specularis-, que permitía la prolongación en el tiempo de la cosecha, la producción del fruto, y la obtención del mosto hasta bien entrado el invierno. Sin duda, Marcial conocía perfectamente el origen de la explotación minera del yeso espejuelo en su Celtiberia natal y las aplicaciones que en su época tenía la piedra especular, entre las que se encontraba su uso, reflejado en uno de sus ingeniosos
epigramas, como cerramiento para invernadero agrícola tras el que proteger los viñedos y ampliar así el periodo de recolección estacional para la obtención de uvas y vino.
Sería pues en tierras de la antigua Celtiberia, donde durante el Alto Imperio (siglos I y II d.C.), se desarrollaría principalmente el mayor distrito minero de lapis specularis que los romanos beneficiaron en sus dominios por entonces. La obtención de piedra especular, se llevaría a cabo en Hispania durante el periodo referido en dos amplias zonas de la Citerior correspondientes a las actuales comunidades autónomas de Castilla-La Mancha (en las provincias de Cuenca y Toledo), y Andalucía (en Almería). Si bien el área de explotación minera de la zona castellano-manchega, sería con mucho la de mayor intensidad de producción e importancia.
Entre los complejos mineros romanos de lapis specularis del área de Castilla-La Mancha, se encuentra el denominado complejo minero de Campos del ParaísoOlmedilla del Campo (CP.O), situado en el actual término municipal de Campos del Paraíso. Este grupo minero, se sitúa a unos cuatro kilómetros al este del pueblo de Carrascosa del Campo (núcleo poblacional cabecera del municipio), y al sur de la localidad de Olmedilla, pedanía en la que se localizan los minados que lo componen.
El complejo minero de Olmedilla, se halla inmediato a la carretera nacional (N400), que unía y aún conecta (ahora utilizada como vía de servicio), los pueblos de la zona con
la
localidad
de
Tarancón
y
con
Cuenca,
la
capital
de
la
provincia. Actualmente, la nueva autovía (A-40), hace el mismo cometido -94- como infraestructura, con un trazado casi en paralelo a la antigua nacional, discurriendo una y otra vía a pocos metros de distancia entre sí.
El único acceso a los minados romanos preservados hoy en día, se encuentra igualmente a escasos metros de la mencionada carretera nacional (N-400), donde se localiza la entrada a la mina romana de lapis specularis de Amasatrigos (CP.O-1). Esta entrada actual es producto del colapso de la bóveda de una de las galerías mineras romanas que, por su tránsito cercano e inmediato a la superficie, en un momento dado se derrumbó parcialmente, dejando practicable un acceso libre aunque dificultoso desde superficie, y que actualmente permite la exploración y entrada al interior de la mina.
Figura 1: Acceso a la mina Amasatrigos -(CP.O-1). (Fotografía: Juan Carlos Guisado di Monti). En las inmediaciones de la mina romana de Amasatrigos (CP.O-1), y a unos cien metros más al sur de la autovía A-40, se halla igualmente la mina de espejuelo (CP.O2). A presente, se encuentra colmatada y cegada desde que a finales del siglo pasado se realizó una intensa roturación de tierras y la concentración parcelaria del término. El actual paisaje circundante del entorno donde se hallan las minas, varía en función de su integración en los dos ámbitos geográficos de la Alcarria o Mancha del que forman parte, como espacio de transición entre ambos dominios paisajísticos. Así y hacia el norte, el terreno agrícola de la llanura se alterna con espacios improductivos y las elevaciones típicas de la Alcarria, donde el cerro testigo de Amasatrigos, es el hito predominante de referencia, mientras que al sur, se extienden amplios campos de cultivo (cereal y girasol principalmente), en los que algunas encinas aisladas, despuntan donde se abren y comienzan las interminables llanuras manchegas.
En relación también con el medio geográfico y más concretamente con el marco geológico y subterráneo de los niveles de yesos donde se emplazan las minas, se constatan igualmente la existencia -95- de varias cavidades kársticas naturales desarrolladas también en las formaciones yesíferas de la zona. Así, a unos escasos cien metros al poniente de la mina de lapis specularis de Amasatrigos, se encuentra la Cueva de las Lastras, cavidad natural formada en los mismos yesos terciarios en donde se
ubican las minas y que, a diferencia de éstas, carece del yeso espejuelo macrocristalino explotado y buscado por los romanos.
También y en las inmediaciones, se halla la conocida como Cueva del Bache, cavidad natural en yesos, de unos cien metros de desarrollo lineal de recorrido interno y una anchura máxima de unos veinte metros, que fue utilizada en época prehistórica como posible necrópolis sepulcral por comunidades de la Edad del Bronce y cuyos restos arqueológicos, esparcidos por la cueva e inmediaciones, son frecuentes y documentan la ocupación y uso de la misma por el hombre desde épocas pretéritas.
Por último y no menos importante, fue también el descubrimiento igualmente en Campos del Paraíso, durante las obras de construcción de la autovía (A-40), de una gran cavidad subterránea a escasamente dos kilómetros al este del complejo minero romano de lapis specularis de Olmedilla, en terrenos de la pedanía de Valparaíso de Abajo. La cueva, fue tapada con celeridad por la empresa constructora que realizaba las obras y desconocemos pese al supuesto control arqueológico, si fue sujeta al preceptivo estudio de impacto ambiental y patrimonial y en qué medida llegó éste a realizarse.
Figura 2: Cueva de la Autovía en Valparaíso de Abajo (Campos del Paraíso – Cuenca). (Fotografía: María José Bernárdez Gómez). -96-
De lo que si queremos dejar constancia, es de la existencia y pérdida de una cavidad de grandes dimensiones, con un amplio desarrollo subterráneo en yesos, que presentaba restos arqueológicos adscribibles a varias etapas históricas, documentándose en una primera aproximación vestigios tanto de época celtibérica como del periodo romano y medieval. El hecho de ser una cavidad, su naturaleza críptica y su difícil acceso, seguramente determinó su destrucción por parte de la empresa ejecutora de las obras, con los consecuentes daños al patrimonio histórico y la pérdida de información y oportunidad que supone la falta de estudio e investigación en lugares geológicos y patrimoniales excepcionales, como era esta impresionante cueva natural.
En lo que respecta al contexto arqueológico asociado al complejo minero de Olmedilla, sus minas se encuentran situadas en la zona neurálgica de la minería romana del lapis specularis de Castilla-La Mancha, viniendo a ocupar el área central de este distrito minero, entre las ciudades romanas de Segóbriga y Ercávica, no muy lejos del río Valparaíso y en las proximidades de la calzada romana que discurre entre ambas ciudades y que pasa igualmente por el núcleo romano de Huete. En las -97inmediaciones de los minados del complejo de Olmedilla y al noreste, se sitúan el complejo minero romano de Valparaíso de Abajo (CP.VA), mientras que al sur y también en el mismo término municipal, se halla el complejo minero de Carrascosa del Campo-Valdejudíos (CP.CC), lindando al este con los complejos mineros de Torrejoncillo del Rey (TR), y de Horcajada de la Torre (TR.HT).
Figura 3: Mapa con la situación de los complejos mineros romanos septentrionales de lapis specularis en la provincia de Cuenca. (Imagen: Fernando Villaverde Mora). Jalonando el río Valparaíso, se documentan varios yacimientos arqueológicos de diversas épocas, asentamientos propiciados por la cercanía de un curso de agua natural y permanente que aseguraba la subsistencia. Así, al norte de las minas y en el margen derecho del río, se localiza una pequeña villa romana relacionada y coetánea con la explotación minera del espejuelo (villa de Amasatrigos). Igualmente en el propio cerro Amasatrigos, se documentan restos romanos, así como en otros enclaves de menor entidad cercanos a la actual población de Olmedilla.
Un yacimiento de mayor importancia y relevancia, relacionado posiblemente con las explotaciones mineras, era el de la “Fuente de la Gota” de Carrascosa del Campo. Descubierto y excavado igualmente durante la construcción de la nueva autovía, fue finalmente soterrado bajo la misma, una vez ejecutadas y concluidas las
obras. Este yacimiento, situado en una buena zona de vega próxima a Carrascosa, era una villa o establecimiento romano, con una serie de instalaciones de procesamiento y de almacenaje agrícola, así como otros restos de construcciones y estructuras de cierta entidad, por lo que seguramente tendría cierta importancia entre los asentamientos de época Alto Imperial y del poblamiento de la zona.
Su posición, próxima a las minas y su situación entre la calzada principal que articulaba el territorio y el complejo minero (CP.O), así como su funcionalidad, lo relacionan directamente con los minados de yeso, especialmente por la dualidad agrícola y minera en la que se englobaban principalmente las -98- actividades económicas de la población de la época y sobre todo, porque el mismo no pudo permanecer ajeno a la realidad minera generada en sus inmediaciones y en donde los cargamentos de mineral, tendrían en este establecimiento un paso obligado hacía la vía de comunicación que permitía la distribución y comercialización del lapis specularis de la zona.
Figura 4: Yacimiento Arqueológico romano de Fuente de la Gota en Carrascosa del Campo (Campos del Paraíso – Cuenca) - (Fotografía: María José Bernárdez Gómez). LAS LABORES Y ESTRUCTURAS MINERAS Los dos minados documentados en el complejo minero de Campos del ParaísoOlmedilla (CP-O), presentan un desarrollo interno bastante limitado. La mina Amasatrigos (CP.O-1), mantiene y conforma un recorrido subterráneo y practicable
topografiado de unos 550 metros de longitud, con unos 14 metros de desnivel máximo desde la superficie, mientras que del otro minado reconocido (CP.O-2), desconocemos su desarrollo interno por no haber podido tenido acceso al interior del mismo, aunque informaciones de vecinos de la zona, indican que era posible acceder a esta mina hasta época relativamente reciente.
Figura 5: Galería minera en la mina romana de Amasatrigos (CP.O-1) - (Fotografía: Carlos Sánchez Vázquez). Las dos minas de lapis specularis se encuentran hoy en tierras de labor que enmascaran la realidad interior minera, si bien los restos de las escombreras de mineral y los fragmentos de cristal de yeso especular cortados con serrucho desde época romana que hay en superficie, delatan los indicios mineros y los dos centros de procesamiento de mineral que se encuentran a boca de mina de estos dos minados. -99-
La mina de Amasatrigos, ha podido conservar su acceso actual gracias a que la misma se encuentra en el límite entre el terreno labrado y unos afloramientos de yeso en terreno no cultivado y poblado por plantas gipsícolas, capaces de sobrevivir en los ambientes yesíferos en los que encuentran su sustento y nutrientes. El descubrimiento de esta cavidad, se produjo después de varios años de búsqueda y prospección arqueológica, ya que teníamos conocimiento de la existencia de una cavidad en esta zona bajo el sobrenombre de Cueva del Castillejo, pero su actual entrada se encontraba tapada y colmatada.
La diferencia existente entre la distribución espacial subterránea y las dos topografías realizadas (la espeleológica y la actual, realizada desde el proyecto de investigación arqueológica), nos lleva a la conclusión que posiblemente la llamada Cueva del Castillejo sea posiblemente el minado CP.O-2, al tratarse de dos realidades distintas aunque ubicadas en la misma zona, o bien podía tratarse de otro minado hasta ahora no descubierto.
La cercanía entre ambas minas de este complejo (apenas un centenar de metros), nos lleva igualmente a plantearnos la posibilidad de que ambos minados pudieron formar parte en su momento de un misma mina, en donde la dinámica de los procesos naturales de sedimentación y de las labores antrópicas, nos ha llevado a la situación actual, en la que sólo podemos dejar constancia de una visión muy fragmentada y parcial de una antigua área minera romana inserta en el territorio.
Figura 6: Topografía de la mina romana de lapis specularis de Amasatrigos (CP.O1) (Dibujo: Alejandro Navares Martín).
Con todo, el interior minero hoy accesible se encuentra en un buen estado de conservación, gracias a que la mina ha permanecido cerrada durante años, por lo que no se han podido producir alteraciones antrópicas en su interior. Así, galerías, salas, tránsitos mineros, pozos y otros elementos habituales de la minería subterránea del lapis specularis se encuentran preservados, permitiendo -100- documentar las técnicas de laboreo y trabajos de explotación que se llevaron a cabo en esta mina en época romana.
CONCLUSIONES Las minas romanas de lapis specularis del complejo de Olmedilla, mantienen aún los restos y evidencias de una minería singular como fue la de la explotación del yeso especular y en donde hoy todavía, es posible el estudio de más de quinientos metros de minería subterránea romana sin apenas injerencias ni alteraciones que no sean las de su propio abandono y el normal paso del tiempo.
Entre sus singularidades, cabe destacar el desarrollo y una actividad predominante de la explotación minera en sentidos y direcciones de trabajo este-oeste (cuando lo habitual en la minería y mineralización de la zona es un eje consecuente de trabajos subterráneos de orientación norte-sur). Igualmente, en el interior hoy accesible, predominan las galerías y las zonas de tránsito minero, sobre las salas y las grandes cámaras, por lo que la configuración de las labores muestra un ámbito minero intrincado y laberíntico, de escasa profundidad, con labores que no sobrepasan los catorce metros de desnivel y espacios más reducidos de lo que viene siendo la tónica general de la minería romana del lapis specularis.
La ausencia de grandes salas de explotación y distribución, hace que el desarrollo del trabajo minero se organice a partir de los pozos que comunicaban con el exterior y, de los que parten las galerías mineras en todas direcciones. Los pozos, de sección cuadrangular, se encuentran cegados en superficie y colmatados en sus niveles inferiores, articulando las labores mineras y la conexión entre los diferentes pisos de explotación. Por su parte, las galerías mineras están muy colmatadas, al haberse utilizado su espacio, una vez explotadas estas zonas, como lugar donde depositar los estériles de la explotación, utilizando el sistema de transferencia minera, por lo que las galerías tienen actualmente pasos y tránsitos de apenas unos treinta centímetros de altura en algunos tramos.
Otra de las particularidades que presenta la mina de Amasatrigos (CP.O1), es la existencia en su interior de áreas kársticas aún activas y con zonas de mineralizaciones en donde se han desarrollado y formado espeleotemas que confieren a la cavidad de
espacios de gran belleza geológica y diverso colorido. El agua, muy presente en el interior, hace que se encuentren algunas zonas inundadas, ya sea por situarse por debajo del nivel freático o simplemente por la acumulación y filtración de las lluvias.
Figura 7: Espeleotemas y formaciones kársticas de yeso en el interior de la mina romana de Amasatrigos - (Fotografía: José Martínez Hernández). En cuanto al marco cronológico de las explotaciones, éstas son coetáneas al periodo Altoimperial en que se llevaron a cabo las labores mineras de época romana en el territorio. Las técnicas de laboreo empleadas en el interior minero y las evidencias de los trabajos en las minas, testimonian un mismo pálpito cultural a semejanza de lo conocido en el resto del coto minero y en donde los restos materiales y hallazgos arqueológicos, corroboran (especialmente en los restos cerámicos), la secuencia y adscripción a la etapa Altoimperial (siglos I y II d.C.), de los trabajos mineros del complejo de Campos del Paraíso-Olmedilla (CP.O). -101-
Figura 8: Visita a las minas romanas de lapis specularis con los congresistas durante el IX Simposio Internacional sobre Minería y Metalurgia históricas en el SW europeo: Nuestras raíces mineras - (Fotografía: Rafael Villar Moyo). Por último, conviene también indicar las posibilidades de futuro de este complejo minero en lo referente a las aportaciones que puede seguir proporcionando su investigación y estudio. En el interior -102- minero, los derrumbes y colapsos han cegado pasos y galerías que, con su apertura posibilitarían accesos a nuevas áreas de las minas con espacios prácticamente intactos, que podrían proporcionar nuevos datos a la investigación minera. Hasta ahora lo visto y explorado, nos muestra un panorama de explotación intensiva donde las labores han agotado la mena minera y en donde los escasos cristales que los mineros romanos han dejado y desechado en los hastiales e interior minero, presentan un grado de transparencia y calidad bastante aceptable. El complejo minero de Campos del Paraíso-Olmedilla (CP.O), forma parte del mayor distrito minero de lapis specularis del Imperio. Su conservación,
junto al
conocimiento y difusión del mismo, entendemos que es de gran importancia para asegurar la preservación de un patrimonio minero de singular valor y que caracteriza la identidad y el gran legado romano de las actuales tierras de Cuenca.
AGRADECIMIENTOS Al profesor y maestro Claude Domergue, que con sus trabajos y méritos no sólo ha inspirado la continuación y el desarrollo del estudio y la investigación histórica de la minería metálica y la metalurgia en España, sino que igualmente trabajos como el de la minería romana del lapis specularis, son en parte deudores y tienen en su persona referencia de esfuerzo y buen hacer tanto en el plano profesional como en el de su calidad humana.
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