Especial 50 aniversario Invernaderos

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LaVoz de Almería PUBLICACIÓN CONMEMORATIVA DEL 50 ANIVERSARIO DEL PRIMER INVERNADERO

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50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 TRES GENERACIONES DE LA FAMILIA FELICES EN SU INVERNADERO DE LA CAÑADA aron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almer FOTO: JUAN SÁNCHEZ mbiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Al ue cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiar a 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años q Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 años que cambiaron Almería 50 aron Almería 50 años que cambiaron 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que cambiaron Almería


Presidente: José Luis Martínez Consejero delegado: Juan Fernández-Aguilar

Sumario Introducción

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Pedro M. de la Cruz

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Director: Pedro M. de la Cruz

Paisaje con figuras

Subdirectora: Antonia Sánchez Villanueva

Francisco Fuentes, Bernabé Aguilar, José Nache, Gabriel Barranco, Antonio Estévez, Antonio y María, Cajamar, UAL y municipios

Coordinación: Jacinto Castillo Milán

Puntos de vista

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Maquetación y diseño: Rogelio Montes, Francisco Silvente, Francisco Tijeras, María Padilla y Alicia Mallol

Revolución social y económica

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Fotografía: Archivo de La Voz de Almería, archivo de Cajamar, Hemeroteca de la Diputación Provincial y colecciones particulares

Tico Medina

Empresa editora: La Voz de Almería, S.L.U.

Sánchez Picón

El milagro de la arena Ingenio

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Manolo León

Bajo un manto blanco

Publicidad: CM2000

David Uclés

Impresión: Gráficas Piquer

Jacinto Castillo

Distribución: Distribuidora Almeriense, S.L.

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Protagonista en primera plana El otro gigante

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Antonio Fernández

Reflexiones

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Juan Gabriel López Foto de portada: Juan Sánchez. Agradecimientos a Onofre, Josefina y a Juan Becerra

Invernadero del futuro

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que cambiaron Almería


Pedro Manuel de la Cruz D I R E C T O R D E L A V O Z

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años de trabajo e inteligencia en movimiento La Historia de la Almería que cambió su historia comenzó con aquellos pioneros que creyeron que cultivar la arena no era una locura, que intuyeron que convertir el agua salada en dulce no era una quimera n aquellos atardeceres en los que era fácil cruzarse en el Paseo con Henry Fonda, coincidir con Claudia Cardinale en la Puerta de Purchena o tomar un café con Clint Easwood de vecino de mesa en uno de los bares del Parque, el joven Bernardo Bertolucci perfilaba los últimos deta-

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lles del guión de “Hasta que llegó su hora”. Y fue en aquella habitación del hotel Aguadulce cuando quizá se le ocurrió atribuir al personaje con el que comienza la historia la locura de “cultivar la arena” y elegir para el poblado que quería levantar el medio del desierto el nombre de “Sweet Water”. El guionista que años más tarde dirigió

películas míticas como “El último tango en Paris”, “Novecento” o “El último emperador” nunca dijo dónde había cogido la referencia de aquel pionero que cultivaba la arena ni por qué eligió el nombre de Aguadulce para su imaginario poblado, pero una mirada al entorno que él veía desde su ventana nos lo descubre.

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Porque la historia de la agricultura almeriense, la Historia de la Almería que cambió su historia, comenzó con aquellos pioneros que creyeron que cultivar la arena no era una locura, que intuyeron que convertir el agua salada en dulce no era una quimera. Ha pasado medio siglo desde entonces y el tiempo, tan efímero cuando se vive intensamente, todavía no propicia que valoremos en su dimensión verdadera lo que aquellos pioneros curtidos de sol y rastrojeras fueron capaces de levantar. Harán falta otras cinco décadas para que la aventura entonces iniciada sea valorada con la perspectiva precisa que aporta su relato. Las revoluciones siempre fueron un día de fuego y cincuenta años de humo; una circunstancia histórica que nos impide valorar como revolucionaria la conversión de aquel desierto de 1963 en un bosque de casi cuarenta mil hectáreas cincuenta años después. Medio siglo en la historia de un territorio milenario no va más allá de un paréntesis; el espacio de tiempo recorrido entre un pasado del que sólo quedan los recuerdos y un futuro del que sólo se espera incertidumbre. Pero a veces esta monotonía histórica se rompe y la dinámica de la economía, de la demografía, de la cultura, de la vida al cabo, se intensifica con un viento tan arrollador que el rumbo cambia y la playa en la que aparecemos no es la que estaba dibujada en el mapa de navegación. Hace cincuenta años el viento cambió. Pasamos de ser una provincia condenada a cultivar el esparto y la pobreza, a ser un territorio en el que todo estaba por descubrir. Aquella tierra condenada a la maldición bíblica de la sal y la sequía abandonó la crueldad hostil de su improductividad para convertirse en un mar de plástico bajo el que se cobija la agricultura más moderna de Europa. Miles de años de agricultura tradicional veían rota su dinámica y ya nada iba ser como antes. Almería ha pasado de exportar hombres y mujeres asediados por la miseria a llevar hasta la cocina de millones de hogares europeos sus hortalizas. Los hijos de los conquistados por las fábricas de Francia y Alemania son ahora los conquistadores de su alimentación. Un cambio tan radical sólo ha sido posible por la conjunción de factores tan importantes siempre y en cualquier actividad humana como el trabajo, la constancia, la inteligencia y la innovación. Sin esas cuatro cualidades la agricultura almeriense no podía haber llegado a ser, con orgullo pero sin soberbia, la mejor del mundo. Un liderazgo que no puede reducirse a la geografía matemática ascendente de su volumen de producción, de la cuantía de su facturación o de la calidad colosal de sus productos. Esos datos son importantes, pero los datos, por sí solos, no son nada. Lo importante, lo que los hace posibles es el talento y el esfuerzo que los ha ido produciendo, día a día, en los últimos cincuenta años. Sin la inteligencia en movimiento- ¿Qué otra cosa si no es la combinación de trabajo e innovación?- el sector agrícola almeriense no podría haber celebrado este cincuentenario. Una fecha que no debe ser valorada como una meta de llegada, sino como un punto de partida. El milagro almeriense no es otro que la capacidad de

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Hace cincuenta años el viento cambió. Pasamos de ser una provincia condenada a cultivar el esparto y la pobreza, a ser un territorio en el que todo estaba por descubrir

nuestros agricultores para comprender que igual que una planta crece día a día, ellos también debían crecer en conocimiento y en innovación con ella. Esa armonía es la que ha propiciado la conversión del mayor desierto de Europa en su mayor despensa. Pero el tiempo no se detiene y si es mucho el camino recorrido, todavía es mayor el que queda por recorrer.

El agua comienza a recorrer las tierras de Aguadulce, antes de que comenzara la era de los invernaderos. Almería es sinónimo de innovación. Dos fotos con cincuenta años de diferencia hablan por si solas.

_Aún por recorrer La explosión demográfica y los hábitos alimentarios son ya los grandes aliados del futuro. Cada vez somos más los seres humanos que poblamos el planeta. Si en los años 60 los habitantes que poblaban la tierra no llegaban a los cuatro mil millones, cincuenta años después ya superamos la cifra de siete mil. Si el consumo de frutas y hostalizas fue considerado históricamente un refugio para quienes no podían acceder a otro tipo de alimentación, hoy se han convertido en una medicina que mejora la calidad de vida y amplía los años para vivirla. Tenemos asentado nuestro sistema productivo en bases sólidas pero no hay que olvidar que esa consistencia hay que cuidarla, como la planta que tratamos con mimo bajo el invernadero, día a día. El libro de la agricultura almeriense tiene sus mejores capítulos por escribir. Pero a veces a bueno detenerse un instante en el camino, volver la vista atrás y contemplar la senda que nos ha llevado donde estamos pero que nunca más volveremos a pisar. Respirar hondo por la satisfacción de lo conseguido pero, sobre todo, para tomar fuerzas para el camino que aún queda por recorrer. Aquel loco que cultivaba la arena y aquel poblado sabían en la ficción del cinematógrafo que había llegado su hora. Los agricultores almerienses saben que la hora les llega cada amanecer cuando su trabajo y su inteligencia se ponen en movimiento.

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MEDIO SIGLO DE INVERNADEROS RECONOCIMIENTOS

José Nache

Antonio Estévez

Francisco Fuentes

Bernabé Aguilar

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PAISAJE CON FIG Medio siglo es tiempo suficiente para contemplar el tiempo y el espacio con un mínimo de perspectiva. El invernadero almeriense pasó de ser una alternativa de cultivo a convertirse en paisaje . Pero, ese paisaje tiene sus figuras que han sido y son quienes le dan vida J. CASTILLO l primer golpe de vista parece como si todo siempre hubiese estado ahí, como si el paisaje que ha generado el invernadero no tuviese edad conocida. Medio siglo es mucho tiempo ya como para detenerse cualquier día a sopesar la poderosa trascendencia de esta inefable construcción que cambió la historia y la geogra-

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fía económica, la horticultura y la demografía. Unos cambios decisivos que han tenido como mejor consecuencia en esta tierra el abandono definitivo de la resignación, esa virtud obligada para tantas generaciones de almerienses. Para tantas décadas salpicadas de éxitos incompletos y amargos declives . Todo el esfuerzo, toda la ilusión, todos los sueños que han sustentado este apasionante viaje rumbo al futuro, que arrancó en 1963, han fructificado por sí solos. Pero, esa sería una visión in-

completa que sólo tendría objeto convertida en cifras y datos para explicar la evolución tecnológica. Hay que pensar también en el tiempo y, sobre todo, en las personas. Dicen que el tiempo da y quita la razón y el tiempo ha venido a poner en su sitio los trabajos y las esperanzas de un puñado de hombres y mujeres que hace medio siglo pensaron que la tierra y el cielo -tan poco generosos-, no tenían la última palabra. Hombres y mujeres que conservaron las lecciones más valiosas de sus mayo-


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MEDIO SIGLO DE INVERNADEROS RECONOCIMIENTOS

Cajamar

Antonio y María Municipios

UAL

GURAS A veces, la prisa de lo cotidiano induce a pensar que ese descomunal mosaico que constituyen los invernaderos almerienses ha estado siempre ahí, pero detrás de ellos hay nombres y apellidos.

El tiempo acabó dando la razón a un puñado de hombres y mujeres que conservaron lo más valioso de sus mayores y lo mezclaron con la inquietud por lo nuevo para cambiar definitivamente la historia.

El verdadero milagro surge sin que sean conscientes quienes lo propician. Así sucedió en estos campos por obra de un puñado de hombres y mujeres, que hoy merecen el reconocimiento de todos.

res y les añadieron las gotas precisas de valentía e inquietud como para embarcarse en esta extraña nave de plástico y alambres que iba a poner rumbo al futuro sin moverse de su sitio. Estos hombres y mujeres, a los que se sumaron entidades con capacidad para influir en el cambio de signo, fueron quienes hicieron el milagro sin saberlo, como sucede con los milagros auténticos. No tuvieron nunca la sensación de ser héroes de epopeya alguna ni conservan en sus casas medalleros repletos de condecoraciones. Sin embargo, parece razonable pensar que medio siglo es tiempo suficiente como para ofrecerles un poco de gratitud en forma de reconocimiento. Un reconocimiento que debe quedar escrito para siempre.

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MEDIO SIGLO DE INVERNADEROS RECONOCIMIENTOS

Francisco Fuentes El primer invernadero En la parcela número 24 que gestionaba Francisco Fuentes Sánchez, conocido como Paco ‘El piloto’, surgió todo. En este terreno se levantó el primer invernadero de la provincia de Almería, que en su origen contó con una extensión de 500 metros J.G.GARCÍA rancisco Fuentes Sánchez (1922-1973), más conocido como Paco 'El piloto', representa a la perfección el ejemplo del hombre que se ha hecho a sí mismo, que con ingenio y trabajo ha superado las adversidades y los retos que la vida le ha puesto en el camino. Antes de dedicarse por completo a la agricultura en su parcela, desempeñó otros trabajos. Fue pescador en los barcos del Puerto de Roquetas, después trabajó en la huerta de las salinas y estuvo con José Ojeda en 'La Ventilla', donde por el día trabajaba la tierra y por la noche la regaba. En este periodo ya se había casado con María López Viciana, que siempre permaneció a su lado y apoyó en todo a su marido. Tuvieron tres hijos. Paco, al que todavía no se le conocía como 'El piloto' sino como 'El viejo' por haber heredado el apodo de su padre, decidió participar en uno de los programas que en 1956 impulsaba el Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA). Le concedieron una parcela en El Parador, la número 24, y aquí nació su sobrenombre definitivo de 'El piloto' ya que en sus nuevas tierras se desarrollarían diferentes pruebas para obtener el mayor rendimiento a los cultivos, es decir, se trataba de una parcela piloto y entonces, pues como Paco 'El piloto' quedó bautizado. Primero hicieron siembras de experimentación que no terminaron de funcionar como se esperaba: algodón, espárragos, maíz, garbanzos, fresa, claveles y más de doscientas variedades de judías. En una de esas muchas pruebas hicieron unos túneles de cabilla de unos cuarenta centímetros de altura (similar al actual cultivo de la fresa), y se dieron cuenta que las plantas crecían mejor. El IRYDA abandonó el proyecto de la parcela piloto al considerar que habían fracasado en su intento. Entonces Paco se quedó la finca por más de 700.000 pesetas de la época que tuvo que pagar a plazos. El lote incluía la parcela, la vivienda, una vaca, una yegua con carro para transportar los frutos, cerdos, doce gallinas y dos parejas de conejos. Y a partir de aquí Paco empieza a experimentar, junto con los ingenieros agrónomos Bernabé Aguilar Luque y Leandro Pérez de los Cobos, con plásticos que utilizaban para cubrir los

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cultivos con el propósito de optimizar las cosechas. El primer intento se lo llevó el viento. Entonces perfeccionaron la aplicación de esta idea. Colocó el plástico en medio de dos tejidos de alambre sobre una estructura de hierro mejor fijadas al suelo. A la tercera fue la vencida. Ocurrió en 1963 con un terreno de cultivo bajo plástico de 500 metros donde sembró judía, pimientos y tomate. Esa cosecha le valió para saldar su deuda con el IRYDA sobre el invernadero anteriormente citado de 500 metros, e instalar otros 1.000 metros más de invernadero. Un sobrino se sumó a su proyecto y comenzaron a hacer invernaderos para otros agricultores a partir de 1964. Entre los meses de junio a septiembre construían invernaderos y el resto

del año producían en sus fincas. Roquetas, Vícar, La Rábita, Níjar, La Mojonera, Campo de Dalías..., veían cómo crecía la idea del invernadero. Le recomendaron patentar el proceso pero, como recuerda su hijo José Domingo, “mi padre no quiso aprovecharse de la gente del campo que eran familias humildes que querían prosperar trabajando”. Paco 'El piloto' falleció el 2 de abril de 1973 con 51 años. No pudo ver cómo algunas de sus aportaciones propiciaron que Almería, la zona más árida de Europa, se convirtió en la despensa del Viejo Continente y en una de las vanguardias agrícolas más importantes del mundo. A veces la genialidad nace de ideas sencillas que solo unos elegidos son capaces de vislumbrar, Paco 'El piloto' fue uno de estos privilegiados.

En esta fotografía Paco ‘El piloto’, de espaldas, trabaja en la perforación de un ángulo de hierro que después utilizarían en la instalación de la estructura de un invernadero.

Retrato de Francisco Fuentes Sánchez, conocido popularmente en el mundo de la agricultura como Paco ‘El piloto’ por gestionar una de las primeras fincas experimentales del campo almeriense.

María López Viciana, esposa de Paco ‘El piloto’, siempre permaneció a su lado apoyándolo en todo.


Dos imágenes de la visita del entonces ministro de Agricultura de UCD José Luis Álvarez a Almería, a principios de los 80. En la de arriba Bernabé señala un mapa, y en la inferior visitan un invernadero.

El entonces príncipe de España, Don Juan Carlos, visitó en 1964 el Campo de Dalías. Bernabé Aguilar aparece al lado del hoy Rey de España con el brazo derecho levantado.

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Bernabé Aguilar El ingeniero del campo Su aportación fue crucial para el desarrollo de la agricultura almeriense con dos innovaciones que trajeron consigo una gran revolución: el enarenado y el invernadero. Ostentó el cargo de Jefe Provincial del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario JUAN GABRIEL GARCÍA ernabé Aguilar Luque (1927-2009) es una de esas personas desconocidas para la mayoría pero sin cuya aportación la agricultura almeriense sería diferente, o tal vez ni existiría en los términos en que la conocemos. Se doctoró como Ingeniero Agrónomo en Madrid y, como describió José María Verdejo Lucas para una publicación del Instituto de Estudios Almerienses: “Su primer destino fue en la Delegación Provincial del Instituto Nacional de Colonización (INC) de Almería donde se incorporó en marzo de 1956. En esta Delegación, bajo la dirección de Leandro Pérez de los Cobos y junto a Juan Cuadrado Martínez se le encargó la explotación de las zonas de “interés nacional “ de la provincia: Campo de Dalías, Campo de Níjar, El Saltador de Huércal-Overa y el Higueral de Tíjola”. Junto con sus compañeros Pérez de los Cobos y Cuadrado Martínez desarrollan solucio-

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nes que se tornarían imprescindibles para el éxito de cosechas en parcelas baldías hasta entonces. La primera de estas aplicaciones fue el cultivo enarenado que posibilitó sembrar todo tipo de productos hortofrutícolas. Y en este progreso cualitativo Bernabé Aguilar aportaría su principal contribución al desarrollo del campo almeriense: el cultivo bajo plástico, el germen del actual invernadero de la provincia de Almería. El primer invernadero en tierras almerienses se instaló en una parcela piloto, la número 24, que gestionaba Francisco Fuentes Sánchez, conocido precisamente como Paco 'El piloto', en el entorno de Roquetas de Mar. Ese fue el primer invernadero de Almería y de aquello se cumplen cincuenta años en 2013, una fecha clave que resulta necesario conmemorar y reivindicar. Este adelanto técnico conocido como invernadero tipo 'Almería', supuso la máxima optimización de los recursos naturales de la provincia como el sol, y las temperaturas templadas y cálidas en comparación con otras regiones, so-

bre todo en épocas difíciles para sacar partido a la tierra como el invierno. El éxito del invernadero alcanzó tal magnitud que en un tiempo casi récord el Instituto Nacional de Colonización empezó a expandir este sistema de cultivo intensivo por pueblos de la provincia, especialmente en la zona del Poniente, con condiciones favorables para los colonos que gestionaban las nuevas parcelas. Bernabé Aguilar continuó durante toda su carrera vinculado a la agricultura almeriense. Investigó las técnicas agrícolas aplicadas en otros países con un alto grado de investigación agrícola como Holanda o Israel. Ostentó el cargo de Jefe Provincial del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) hasta que se jubiló en 1990. Se casó con Purificación Arigo en 1960 y tuvieron dos hijos, Isabel y Bernabé. Bernabé Aguilar Luque posibilitó con la ejecución de sus ideas que miles de familias hayan prosperado gracias a la agricultura y que en la actualidad Almería se erija en la despensa de Europa.

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José Nache Un testigo privilegiado del progreso Heredó la cultura del campo de sus padres y sus abuelos. Vivió el esplendor del parral y cómo paulatinamente el cultivo bajo plástico empezó a ocupar el espacio que dejaba la uva. En la actualidad preside el Club de la Tercera Edad de Tarambana J.G.G. osé Nache Sánchez nació en Pampanico en 1945, cuando este núcleo pertenecía al término municipal de Dalías. Sus abuelos y sus padres también eran agricultores, así que el destino de José estaba claro desde sus orígenes. Desde muy pequeño empezó en la agricultura ayudando a la familia. Salía del colegio y por la tarde echaba una mano a sus padres y empezaba a descubrir poco a poco los secretos de un mundo que pronto se convertiría en el centro de su universo. A partir de los 13 años su implicación en la agricultura fue creciendo hasta ocupar la mayor parte de su tiempo. Recuerda José la época del parral, y de cómo paulatinamente la uva, la misma que había llevado el nombre de Almería y sus pueblos por todos los rincones del mundo, cada vez era me-

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Trabajo en equipo. En esta foto José es el que aparece a la derecha, el que lleva el ‘mancaje’. Esta imagen evidencia lo mucho que ha avanzado la agricultura desde el punto de vista técnico en todo este tiempo.

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nos rentable. Esta situación obligó a los agricultores a probar con otros productos y buscar soluciones ante esta crisis del campo. El tomate y los guisantes, entre otros productos, empezaron a ocupar el espacio que dejaba la uva. Y entonces empezaron a instalarse los primeros adelantos técnicos que en los años sesenta provocaron el despegue o, mejor dicho, la consolidación de la agricultura almeriense: el enarenado y el cultivo bajo plástico o invernadero. José recuerda que un vecino puso el primer invernadero en este punto del Poniente y que a partir de 1966 y 1967 en adelante todos los agricultores apostaron por este sistema que le sacaba el máximo partido a cada parcela. Francisco García se llamaba el agricultor que apostó por el invernadero en esta zona de Almería. José recuerda que con el plástico se conseguía multiplicar por dos cada cosecha y se empleaba menos tiempo en obtener mejores resultados. En este contexto la variedad de culti-

Una imagen muy elocuente y entrañable del trabajo en el campo almeriense. José es el que está subido en los mulos que tiran del carro que se utilizaba para transportar los productos.

vos se amplió y además de tomates se sembraban judías y pimientos consiguiendo muy buenos números. Y como sucedió en otros puntos de la provincia, se formaron cuadrillas de trabajo de hasta doce hombres, en una de ellas participó José, que se dedicaban a instalar invernaderos al tiempo que trabajaban en sus parcelas. José se casó con Isabel Rodríguez Carrión en 1969 y tienen dos hijos. La familia estableció su residencia en Tarambana. José se jubiló hace tres años pero sigue siendo agricultor. Actualmente desempeña la presidencia del Club de la Tercera Edad de Tarambana donde organizan actividades con la excusa de pasar un buen rato con los amigos. Contempla con orgullo el enorme cambio que ha experimentado la provincia gracias a la agricultura. Él ha sido una de esas personas anónimas que han contribuido de forma decisiva a la prosperidad de Almería.

José Nache Sánchez en una imagen reciente. Aunque está jubilado sigue con mucho interés el día a día del campo. En Tarambana preside el Club de la Tercera Edad donde organizan muchas actividades.


Gabriel Barranco se siente muy orgulloso de Matagorda y Guardias Viejas.

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Gabriel Barranco

El guardián del agua

Durante casi toda su vida ha trabajado como relojero de aguas en Matagorda y Los Baños de Guardias Viejas. Siempre se ha preocupado por que se le sacase el máximo partido a cada gota de agua. Preside la Comunidad de Regantes La Unión de Todos JUAN GABRIEL GARCÍA oy día nos parece increíble pero en la España de los años cuarenta era normal que los niños se implicasen desde muy pronto en el trabajo familiar. Eso le ocurrió a Gabriel Barranco Ramos, nacido en 1943, que con apenas cinco años se encargaba de llevar la mula al pozo para cargar agua y transportarla hasta la zona de cultivo para regar a cántaros las posturas de los tomates. Desde su infancia Gabriel ha estado vinculado a la agricultura y ha mantenido una relación muy particular con el agua y su máximo aprovechamiento. Su familia gestionó una finca en la zona de Los Molinos, pero aquel intento no salió bien. Tras esta experiencia pasaron a trabajar a jornal. En este contexto Gabriel Barranco empieza a trabajar en la gestión de los pozos para el regadío de las tierras pero apenas se trata de una relación efímera que se ve interrumpida por la obligación que tiene Gabriel de hacer la mili. Antes en Matagorda y Guardias Viejas se buscaron nuevas fuentes de agua como el

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pozo de La Aurora, del Porvenir, después el de Nueva Esperanza que, como recuerda Gabriel, empezó a dar vida a Guardias Viejas con un agua de mejor calidad a lo que había que añadir la utilización de nuevos sistemas técnicos como motores eléctricos que mejoraron la distribución del agua con el consecuente beneficio para los cultivos. A partir de 1963 Gabriel empieza a trabajar de forma estable en un pozo en la zona del Toril y Los Bergantes, entre Balerma y Matagorda, y en 1967 entró como relojero en el pozo de Los Remedios. El término relojero de agua describe la función del responsable de distribuir y controlar el agua para riego en una comunidad o grupo de agricultores, de tal modo que cada regante reciba la cantidad exacta de líquido que tiene contratado. El tiempo para regar del que dispone cada agricultor se mide por horas, y por este motivo es indispensable el reloj para medir el tiempo, de ahí relojero de aguas. Hubo un momento en el que Gabriel llegó a llevar hasta seis pozos a la vez durante varios años, los de la zona de Matagorda y Los Baños de Guardias Viejas. Merece la pena detenernos en los nombres de los pozos: Porvenir, Nueva Esperanza, Reme-

dios..., huelga decir que pueblos enteros depositaban su futuro en las posibilidades que les ofrecía cada pozo, cada gota de agua para prosperar. A finales de 1976 empezaron a bajar los caudales y los pozos se quedaron a la mitad. En 1981 compraron un pozo a IRYDA, y en 1983 la comunidad hizo otro pozo más, ya que en Matagorda y Los Baños de Guardias Viejas era imposible abastecer todas las tierras. En 1989 dejó de ser relojero y desde 1994 Gabriel es presidente de la Comunidad de Regantes La Unión de Todos. Se jubiló en 2008. Está casado con Dolores Ruiz Fernández desde 1974 y tienen cuatro hijos. Recuerda Gabriel que al principio eran reacios a instalar invernaderos, pero pronto se dieron cuenta que con este nuevo sistema la rentabilidad se disparaba. No duda en afirmar que si en la actualidad se cultivase en la calle sería una ruina para el sector. Gabriel mira atrás y se siente muy orgulloso de Matagorda y Guardias Viejas, a los que, afirma emocionado, tiene mucho que agradecer. Así es Gabriel, un hombre tranquilo que ha custodiado el agua como el más grande de los tesoros, para que cada gota que cayese sobre la tierra fuese para afianzar el futuro de miles de familias.

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Antonio Estévez La importancia de la comercialización Su vida laboral ha transcurrido en el campo de la comercialización y la exportación. Se inició con la uva y ha visto cómo otros productos han ganado protagonismo hasta que el nombre de Almería se ha convertido en sinónimo de máxima calidad J.G.GARCÍA ste almeriense nacido en Berja en 1937 representa a una parte fundamental de la cadena de distribución de la producción agrícola, es decir, los eslabones que unen la cosecha del agricultor con el consumidor final. Antonio Estévez Criado vivió los últimos años de esplendor de la uva de Almería. Empezó trabajando muy joven en una de las empresas líderes del sector de la comercialización: F. Enciso Alcoba y Compañía, de Berja. Fue la primera que llevó la uva de la provincia a lugares tan inaccesibles en aquel tiempo como el Extremo Oriente- (India, Federación de Malasia, Indonesia, Hong Kong..)-, y en África(Senegal, Kenya...). Dentro de esta misma empresa pasó a otro departamento, la consignación de buques en Fletamentos de Berja SL, empresa ligada al grupo de F. Enciso Alcoba, donde permaneció hasta 1971. Ese año Antonio tomó una difícil decisión, dejó la que había sido su casa hasta ese momento y se marchó a la zona de El Ejido, a Almacenes Antonio Verde. En esta empresa y en esta nueva etapa crea Huvercon S.A., empresa dentro de este grupo dedicada a la exportación. En este periodo la uva había quedado casi relegada al olvido y los productos más demandados de Almería eran los del Campo de Dalías, fundamentalmente: tomate, pepino, pimientos, berenjena, sandía, melón... En este contexto Antonio establece los contactos necesarios para abrir una nueva vía de comercialización para Almería: el mercado de Finlandia. Y de ahí se inician relaciones con Alemania, Bélgica, Holanda..., las hortalizas almerienses conquistan Europa. Y llegó el momento en el que Antonio quiso emprender un proyecto personal donde desarrollar toda la experiencia adquirida durante tantos años. En 1984 creó Samal S.A, una empresa de servicios de intermediación de comercio entre el proveedor y el destinatario. Antonio se jubiló en 2005 pero Samal S.A., continúa con su actividad, está a punto de cumplir treinta años, y la dirige su hijo Pablo. Antonio se casó en 1968 con Maravillas Joya y tienen cuatro hijos. Coincidiendo con el cincuenta aniversario del primer invernadero en Almería, Antonio refle-

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xiona sobre los avatares del campo que ha vivido en primera persona. Mira con nostalgia el tiempo de la uva, siente cierta impotencia porque no se hubiese seguido investigando en otras variedades como sí hicieron en la vecina Murcia. Y también se muestra autocrítico con el presente. Antonio cree que la agricultura almeriense debería apostar más por la diversificación de sus productos para conquistar nuevos mercados y que habría que luchar por aumentar la producción por metro cuadrado. Señala que el reto actual del sector en Almería pasa por evitar lo que ocurrió con la uva, innovar, y que se equilibre el

Aunque está jubilado, Antonio Estévez sigue con mucho interés la actualidad del campo y comparte su experiencia con sus hijos.

costo de cada cosecha con los precios de venta ya que los márgenes de beneficio han disminuido en los últimos años. Y a este experimentado exportador no le cabe ninguna duda que Almería tiene una deuda muy importante con el agricultor. Almería y sus productos se conocen en toda Europa, y esto se ha conseguido gracias a esas personas anónimas que han convertido la árida Almería en un vergel. El nombre de Almería se asocia a la máxima calidad cuando se habla de agricultura. Personas como Antonio han sido los mejores embajadores de la agricultura almeriense en el mundo.


Antonio y María Mercedes hace unos años. Arriba, tercero por la izquierda, en la primera comisión de festejos de Campohermoso y debajo una foto más actual de la familia.

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Antonio y María En busca de un sueño Antonio López y María Mercedes Soto fueron una de las primeras familias de colonos de Campohermoso. Han vivido todas las etapas por las que ha pasado la agricultura en la provincia de Almería como el enarenado y la consolidación del cultivo bajo plástico J.G.G. ntonio López (1931) y María Mercedes Soto (1941) constituyen un magnífico ejemplo de sacrificio y superación. Su historia guarda similitud con la de miles de almerienses que con tesón y mucho esfuerzo consiguieron sacar a su familia adelante, y en un determinado momento de nuestra historia reciente contribuyeron de forma decisiva a la prosperidad de la provincia de Almería. Antonio y María Mercedes fijaron su residencia como matrimonio a finales de los años cincuenta en el Puente del Río, una pedanía abderitana. Antonio era de Adra y su mujer de Berja y en este punto establecieron su primer hogar. Antonio trabajaba en la construcción, era maestro albañil, y las cosas no les iban mal teniendo en cuenta el siempre difícil contexto socioeconómico de la España de aquel tiempo. Pudieron ahorrar unas pesetas y nació Antonio, el primero de sus cuatro hijos (después llegarían Manuel, Paqui y María del Mar). Pero Antonio padre no se conformaba del todo con esa esta-

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bilidad. Tenía espíritu aventurero y decidió cambiar el ladrillo por el arado, y una casa con luz y agua corriente – las máximas comodidades a las que podía aspirar una vivienda en aquella épocapor un barracón sin esos 'lujos' en medio del Campo de Níjar. María Mercedes y Antonio se convirtieron en una de las primeras familias de colonos de Campohermoso y en agricultores pioneros de la zona. El matrimonió llegó a Níjar porque decidió sumarse a uno de los programas que las administraciones de entonces llevaron a cabo con la reforma agraria. Se lanzaron a la aventura y al principio, según cuenta su segundo hijo, Manuel López, que ya nació en Níjar, “lo pasaron muy mal, se gastaron todo el dinero que con mucho esfuerzo habían conseguido ahorrar porque las primeras cosechas no salían adelante y hubo algunos momentos en los que pensaron dejar el sueño que los llevó hasta allí”. De hecho, como recuerda Manuel, muchas familias que emprendieron la misma empresa abandonaron y emigraron a Barcelona. Y entonces se obró el milagro del campo almeriense que se puede resumir en cuatro hitos,

tres materializados y uno que está por llegar. El primer punto de inflexión en los cultivos de Antonio y María fue el enarenado. Este sistema, que consiste en colocar una capa de arena en el suelo, revolucionó la agricultura y a partir de entonces las tierras de este matrimonio emprendedor comenzaron a ser rentables. Se consolidó el proyecto. Y llegó el segundo hito: el cultivo bajo plástico con riego por goteo, trajo consigo la segunda revolución agrícola almeriense. Esta nueva técnica favoreció que se pudiese cultivar en invierno para comercializar en Europa y el resto de España. El tercer gran acontecimiento en esta aventura fue la comercialización por parte de empresas almerienses, ya que en los primeros años los productos de la provincia los comercializaban empresas de Murcia o Valencia. El cuarto hito es el que todavía no se ha producido: la unificación de la oferta, un objetivo deseado por todo el sector pero que aún no se ha materializado. Antonio y María creyeron en un sueño y pelearon con todas sus fuerzas hasta que lo hicieron realidad. Los capítulos más brillantes de las historias de los pueblos están escritos por aventureros como ellos.

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CAJAMAR

Orígenes comunes

La Caja rural fue desde su nacimiento en 1963 una entidad comprometida e identificada desde el primer día con las demandas y las necesidades del campo almeriense. Su evolución no puede entenderse sin el desarrollo de la agricultura provincial. LA VOZ os orígenes de Cajamar Caja Rural en Almería se remontan al año 1963. Casualidad o no, el mismo año que se instalaba el primer invernadero quedaba constituida la entonces Caja Rural Provincial de Almería. Una innovación tecnológica y una iniciativa financiera que han marcado el desarrollo económico y el progreso

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social de nuestra provincia, sustentando el nuevo modelo agrícola protagonizado por los agricultores, cooperativas y empresas auxiliares. Dos hechos que, de la mano, han contribuido decisivamente al crecimiento de la economía y a la mejora del nivel de vida de los almerienses. Comprometida e identificada desde el primer día con las demandas y necesidades del campo almeriense, la Caja Rural se convirtió pronto en el instrumento financiero propio del sector agrario de esta provincia, contribuyendo

decisivamente a su modernización y transformación. De tal manera consiguió vertebrarse en su realidad económica y social, que hoy no se puede analizar el desarrollo que ha vivido la agricultura almeriense sin tener en cuenta el papel desempeñado por la cooperativa de crédito que nació a su servicio. De la misma forma que la evolución de Cajamar Caja Rural no puede analizarse sin tener presente su origen social y su vinculación al sector agrario. Su objetivo principal ha sido y es hacer cómplice al


Cajamar Caja Rural es la primera cooperativa de crédito española y una de las, situada entre las entidades financieras más importantes.

Los principios de Cajamar Caja Rural han estado siempre encaminados a dotar a la sociedad de un instrumento útil para atender las necesidades financieras de las familias y las empresas

Juan del Águila Molina (Almería, 1930) fue el fundador de la Caja Rural. Actualmente es presidente emérito de Cajamar, después de una dilatadísima trayectoria al frente de la entidad cooperativa de crédito.

cliente de su actuación, transmitir a la sociedad que la caja es para todos, y justificar su actividad, que con el tiempo ha superado el objeto inicial por el que nació. Así, de acuerdo con sus principios de tradición cooperativista, y frente a otras facetas de la actividad financiera, Cajamar trata de dotar a la sociedad de un instrumento útil que cubra las necesidades financieras de las familias y de las empresas, dando prioridad a las relaciones humanas y al trabajo de las personas. Cincuenta años después, nuestro campo se ha convertido en una referencia nacional e internacional por sus innovaciones y la calidad de sus productos, mientras que la hoy Cajamar Caja Rural es la primera cooperativa de crédito española y se ha situado entre las primeras entidades financieras de nuestro país. Durante este tiempo se han tenido que superar muchas dificultades, incomprensiones y malos augurios, herederas en gran parte de una histórica inercia derrotista arraigada en determinados ámbitos sociales. Pero tanto el campo almeriense como Cajamar han demostrado su fortaleza y capacidad de actuación, superando no solo las situaciones adversas que se han presentado sino poniendo de manifiesto el alcance de su iniciativa y constante espíritu de superación.

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UAL

La aportación definitiva de la

La Universidad de Almería ha mantenido siempre una relación cercana con el sector agroalimentario ofreciendo soluciones a travé de I+D en ámbitos como producción vegetal, ingeniería, genética, economía, logística, organización de empresas , calidad y seguridad alimentaria

LA VOZ a idea de Paco ‘El Piloto’, el agricultor a quien hace ahora 50 años se le ocurrió algo tan simple y a la par tan brillante como cubrir con plásticos una plantación, cambió para siempre el devenir de una provincia que, hasta entonces, solo había sido ejemplo de pobreza y desolación. A él le siguieron después otros emprendedores y en torno a esa emergente industria surgió más adelante todo un universo de investigaciones, realizadas en el ámbito de la Universidad de Almería, que han logrado situar a la agricultura intensiva de esta provincia a la vanguardia a nivel mundial. La Universidad de Almería ha apostado siempre por entablar una relación cercana con el sector agroalimentario para hacer realidad sus necesidades de I+D en áreas como la producción vegetal, ingeniería, genética, económica, organización de empresas, logística, calidad y seguridad alimentaria. El Vicerrectorado de Investigación que dirige Javier de las Nieves trabaja intensamente en esa línea, que ya definió en el año 2008 el Consejo Social de la UAL cuando aprobó el “Documento orientativo sobre la estrategia y el desarrollo de la Universidad de Almería en el contexto socio económico almeriense”. Este informe establecía la conveniencia de insistir en una Universidad especializada en muy pocos sectores formativos y de I+D+i coincidentes con sectores estratégicos a nivel provincial, fundamentalmente el agroalimentario. Por señalar solo algunas de las investigaciones más representativas, la UAL ha trabajado, por ejemplo, en la mejora de las estructuras de los invernaderos. Esta ha sido una de las labores del grupo de investigación “Tecnología de la Produc-

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ción Agraria en Zonas Semiáridas” –integrado por los profesores José Antonio Salinas, José Pérez Alonso, Julián Sánchez-Hermosilla López, Ángel J. Callejón Ferre y Ángel Carreño Ortega-, que, entre otros proyectos, ha diseñado un nuevo procedimiento constructivo para los invernaderos tipo multitúnel, en los que el montaje de la estructura de cubierta se realiza en el suelo en vez de en altura o un sistema de líneas de vida para instalar en la cubierta de los invernaderos ‘tipo Almería’, para que los operarios que trabajen en altura puedan anclarse y trabajar sin riesgo a caídas. Otro grupo de investigación, el “Ingeniería Rural”, lleva por su parte casi dos décadas trabajando para hacer más competitivos a los agricultores y a la industria auxiliar de Almería a través del desarrollo de técnicas de cultivo más respetuosas con el medio ambiente, el diseño de invernaderos, la gestión del agua, el control climático y la incorporación de energías renovables, como explica su investigador principal, el profesor Diego Valera. Este grupo de investigación ha desarrollado técnicas en la frontera del conocimiento para hacer sostenible al invernadero Almería, como la anemometría sónica triaxial y la termografía, que se han utilizado para la mejora del acondicionamiento climático, especialmente de los sistemas de ventilación, y de la propia estructura. Gracias a las mejoras desarrolladas, a la evolución continua, y al esfuerzo conjunto de los agricultores e investigadores, el invernadero tipo Almería sigue gozando después de 50 años de una excelente salud. Una buena salud que certifican también los productos que se cultivan bajo plástico y a la que ha contribuido, sin duda alguna, algunas de las investigaciones desarrolladas por el Área de Producción Vegetal de la UAL, que dirige el catedrático Juan José Tello, cuya aportación principal ha sido el desarrollo del injerto en plantas hortí-


colas. Investigaciones de este grupo ayudaron a la plantación de cultivos de sandías injertadas sobre híbridos de calabaza, ofreciendo al mercado nuevas posibilidades de consumo de esta fruta y permitiendo al agricultor producir sin problemas ante patógenos como la fusariosis vascular que afecta a este cultivo. También se han aportado distintos métodos de manejo en planta de tomate

El capital humano es uno de las aportaciones más valiosas de la Universidad de Almería al principal sector productivo de la provincia

injertada, destacando nuevos sistemas de poda en los tipos cherry. En la actualidad, se están consiguiendo los primeros frutos en la evaluación de patrones de pimiento por su resistencia a patógenos de suelo. Igualmente, han sido fundamentales las aportaciones del Departamento de Biología y Geología de la UAL, con el catedrático de Entomología Tomás Cabello a la cabeza. Se han realizado importantes contribuciones en el desarrollo del control biológico de plagas, tanto desde el punto de vista formativo, como por la labor de investigación desarrollada sobre el tema, mediante la puesta a punto de nuevas especies autóctonas de control biológico. Todo ello ha hecho posible la denominada ‘revolución verde’ en los cultivos hortícolas en invernaderos de Almería, que ha supuesto la drástica reducción o, inclusive en algunos cultivos, la eliminación de la utilización de plaguicidas de síntesis. Otro área, el de Química Analítica de la UAL, trabaja desde hace 30 años en métodos de análisis para el control de residuos de plaguicidas en frutas y hortalizas. Ello ha supuesto que esta zona del sudeste español se encuentre a la vanguardia de los avances en métodos y nuevos equipos de análisis. Los investigadores de la UAL del grupo “Química Analítica de Contaminantes”, cuya responsable es la profesora Antonia Garrido Frenich, han participado de manera relevante en la creación, y en muchos casos en la gestión, de laboratorios para el control de residuos de plaguicidas. Este es el caso de los laboratorios de Coexpal, Cuam, Sica y LAB, entre otros; destacando que el laboratorio Cuam fue el segundo laboratorio acreditado en éste ámbito a nivel nacional. La creación de laboratorios especializados en Almería, iniciada en la segunda mitad de los años 80, vino a resolver el déficit existente en el control de calidad de los productos hortofrutícolas, que hasta entonces únicamente se hacía en destino. Desde entonces, dichos

laboratorios han analizado cientos de miles de muestras y han hecho una notable aportación controlando la seguridad alimentaria de los productos hortofrutícolas de la provincia de Almería. Pero además de en estos campos, en la UAL se han desarrollado investigaciones relacionadas con otros, como la robótica y mecánica aplicada a los invernaderos. Es el caso del grupo de investigación “Automática, Robótica y Mecatrónica” dirigido por el profesor Manuel Berenguel, que lleva trabajando desde 1995 en la aplicación de las técnicas de modelado y automatización de los procesos de producción bajo invernadero. Destacan, por ejemplo, las aportaciones que se han hecho en el control del crecimiento de cultivos al regular las variables climáticas y de fertirrigación, y en otro campo fundamental: el desarrollo de los primeros robots que se han utilizado en Almería para la realización de tareas en los invernaderos como pulverización o transporte. Parte de esa tecnología ha sido transferida a distintas empresas que, en la actualidad, ya la están comercializando. Por otra parte, y con el fin de mejorar la competitividad del sector agrario a través de la investigación, innovación y transferencia de tecnología hacia los productores agrícolas, nació en 2004 el Centro de Innovación y Tecnología Fundación Finca Experimental UAL-ANECOOP, que coordina las actividades de investigación y experimentación de ANECOOP y de la Universidad de Almería que se desarrollan en la finca experimental. Allí se ha estudiado, por ejemplo, la evolución de la calidad del producto hortofrutícolas en post-cosecha bajo condiciones de transporte de larga distancia; el empleo de bioestimulantes y fitofortificantes con el objetivo de obtener productos hortícolas más limpios o el análisis de nuevos sistemas de protección empleados en invernaderos y respuesta de la planta a diversos modos de proceder en el control climático, por citar algunos. Desde 2008, la Fundación Finca Experimental UAL-ANECOOP es Agente Andaluz del Conocimiento en su modalidad de Centro de Innovación y Tecnología. También es importante resaltar el trabajo que se hace desde la Cátedra Cajamar de Economía y Agroalimentación, creada en 2009 y que está jugando un papel decisivo en la proyección de los estudios de agronomía, y también en la formación y asesoramiento de técnicos. En el ámbito de la Cátedra, se ha celebrado por cuarto año consecutivo el Curso de Especialista en Horticultura protegida, con una fuerte presencia de alumnos internacionales procedentes de 23 países. La Cátedra también está desarrollando una intensa actividad investigadora con la puesta en marcha de varios proyectos de investigación enfocados a resolver problemas reales del sector agroalimentario de Almería. A lo largo de estos veinte años, la Universidad de Almería ha aportado al desarrollo del tejido agroalimentario de esta provincia elementos de gran valor, el principal de ellos, el capital humano formado en sus aulas y laboratorios. Pero también una intensa actividad investigadora que ha configurado a la UAL como una universidad innovadora con una alta especialización en todas las áreas relacionadas con la agricultura. Su rector, Pedro Molina, insiste en el irrenunciable compromiso que esta institución ha tenido siempre con el desarrollo de la provincia, 50 años después de que se pusiera en pie el primer invernadero.

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Roquetas Clave en

el desarrollo agrícola

El municipio puede presumir de que el primer invernadero de la provincia se ubicó precisamente en su emblemática playa de La Romanilla LA VOZ oquetas de Mar, el vecino mayor de El Ejido, La Mojonera o Vícar, es conocida a nivel internacional por su turismo y menos por su agricultura. Parece que sus más de dos mil hectáreas de invernadero quedan lejos de las extensiones de sus municipios hermanos. Sin embargo, muchos de los agricultores que trabajan fincas fuera del término municipal son de Roquetas y viven en Roquetas. También sus familiares, los que comenzaron a cultivar la tierra, fueron los primeros en poblar un municipio que en estos cincuenta años ha pasado de siete mil habitantes a los casi 100.000 actuales. Hablar por tanto del Poniente no es forzado cuando se comprueba que el trabajo se hace juntos, entre los vecinos de todos los municipios que forman la comarca. En Roquetas, su extensión hace difícil todos los cálculos. Las Marinas,

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El Solanillo, El Parador, Los Cortijos de Marín... ¿cuántos de los vecinos viven de la tierra? El censo cuenta con alrededor de mil quinientos profesionales. La superficie es también difícil de calcular. Muchas zonas que en el Plan General figuran como urbanas, son todavía tierra bajo plástico. Pasear o circular de un núcleo urbano a otro es descubrir que la agricultura es motor del municipio. Y las distancias entre barrios se acortan cuando uno se aventura a cruzar de los apartamentos turísticos al campo invernado. El Ayuntamiento, consciente del atractivo de esta otra Roquetas, ha puesto en marcha un proyecto para poner en valor toda la zona rural. Por eso, más que los datos de superficie o producción, es el amanecer en los distintos barrios, las familias que salen con las primeras luces hacia sus fincas o hacia las cooperativas y almacenes, el reflejo de la importancia que el sector tiene en la localidad. Las historias de los vecinos de siempre, de sus familias, comienzan siempre con la agricultura. También es ejemplo

su carácter acogedor, de convivencia, forjado por la llegada de tantas personas que ven en Roquetas un pueblo donde crecer, donde todo tipo de culturas son propias. Roquetas puede presumir de que el primer invernadero de Almería se ubicó en su emblemática playa de La Romanilla. Su historia, tan de la mano de la tierra, es la historia de un pueblo trabajador que no descansa en aprender. También su escuela agraria, la EFA Campomar, es un centro de formación clave para toda la comarca. Nació poco después de la agricultura intensiva, hace 40 años, con la finalidad de que los hijos de agricultores pudieran seguir formándose. Los profesores acudían a las familias, a convencerles de que una o dos semanas al mes, los más jóvenes pudieran compaginar la ayuda a sus padres con el estudio. Y así, formación y trabajo componen una sociedad que se vuelca con sus pueblos vecinos y con los trabajadores que llegan de fuera, incluso de otros países, para encontrar en Roquetas el futuro que aquí es ya presente.



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La Mojonera La importancia del invernadero

Los invernaderos marcaron la razón de ser de este municipio, que se convirtió en lugar de concentración de población y actividad económica LA VOZ ablar de la importancia del invernadero en el municipio de La Mojonera es hablar del acontecimiento más importante de su historia. En un municipio tan joven, enclavado en el centro geográfico mismo del Poniente de Almería es algo innegable que el comienzo de la agricultura intensiva en invernadero supuso un auténtico punto de inflexión. El despertar de un nuevo sector económico supuso la llegada de población y del establecimiento de las infraestructuras esenciales sobre las que se empezaría a construir el municipio que es hoy. La Mojonera pasó de tener una agricultura de subsistencia de secano con escasas viviendas diseminadas a ser un núcleo de población que fue creciendo al abrigo del nuevo modo de vida. El municipio experimentó una implantación de un nuevo sistema agrario igual a la que experimentaron los municipios vecinos pero en La Mojonera además supuso la posibilidad de constituirse en un municipio independiente con

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grandes perspectivas de crecimiento. Esto se materializó de forma oficial con la segregación de Felix en 1984. El crecimiento de La Mojonera desde el comienzo de la agricultura bajo plástico ha sido enorme. Se pasó de unos cientos de vecinos a la ciudad de 10000 habitantes de hoy en día. La agricultura bajo plástico supuso la llegada de pobladores, la llegada de un modo de vida próspero y también la llegada de una industria auxiliar que también ha tenido en La Mojonera una extraordinario arraigo. La ubicación geográfica en el centro mismo de la comarca del Poniente ha supuesto un aliciente para la implantación de empresas junto al fomento por parte de la administración local y de los promotores privados de zonas industriales, que a su vez han creado un nuevo polo de prosperidad. El invernadero tipo parral que se construyó por primera vez en Almería fue una genial idea del ingeniero agrónomo Bernabé Aguilar Luque que fue el primero en usar un parral con una lámina de plástico en medio y otro tejido encima. Una idea que supuso la transformación más importante del siglo XX en Almería. Sobre esta idea original destaca el gran trabajo de los agriculto-

res, grandes protagonistas de este proceso, que han mejorado este tipo de estructura mediante el modo de ensayo y error que ha dado como fruto el diseño actual de invernadero que es el más extendido, demostrando ser el más rentable. Los agricultores desde el primer momento se adaptaron al nuevo modelo agrícola, optaron con valentía por emprender (en el sentido estricto de la palabra) y arriesgaron lo que tenían y lo que no por una apuesta que en aquel momento debió parecer muy atrevida. Esa apertura de miras hacia los cambios ha sido una constante en los agricultores, que una y otra vez se han sumado y han impulsado los importantísimos avances que han hecho de la agricultura de Almería un referente a nivel mundial. Hablar de invernadero es hablar de La Mojonera. El municipio que conocemos hoy; moderno y próspero no sería como es si no fuera por la agricultura intensiva bajo plástico. En pocos lugares el invernadero ha tenido una trascendencia tan grande para el municipio. La Mojonera que es hoy está fuertemente unida a un modo de vida que ha traído, que trae y que deberá traer prosperidad a sus habitantes.



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Níjar El tomate es protagonista absoluto Con alrededor de seis mil hectáreas, el municipio es reconocido en el mercado europeo por sus variedades desde el tomate suelto hasta el ramo, el pera, asurcado o cherry LA VOZ ompe récords. Níjar es uno de los municipios más extensos de España, el que cuenta con más monumentos declarados Bien de Interés Cultural en toda Andalucía y el más admirado por su Parque Natural, que lo define. Pero es además uno de los que presentan una mayor superficie de cultivo. Y de hecho, es esta actividad la culpable de que pozos, cortijos y norias compongan la memoria patrimonial del municipio y un conjunto histórico que, unido a su belleza natural, le confiere un valor singular. Con alrededor de 6.000 hectáreas y un protagonismo más que especial del tomate, Níjar es uno de los principales polos de producción europeos en este producto. Hoy día, hablar de tomate en el concierto hortofrutícola europeo es imposible sin mencionar en plano destacado al municipio

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nijareño, que en las dos últimas décadas ha experimentado un desarrollo agrícola prácticamente sin precedentes. El tomate de Níjar, en una extensa gama de variedades, desde el tomate suelto hasta el ramo, pasando por el pera, los tomates asurcados tipo Raf o el cherry, se ha hecho un hueco importante en el mercado europeo, hasta el punto de que es sobradamente reconocido su sabor y su calidad. Un logro del que son directamente responsables diversos agentes, como el geográfico, la climatología y las características físicas de la tierra de cultivo y el agua, pero sobre todo el buen hacer de los agricultores, generaciones de profesionales dedicados a obtener el mejor resultados de sus plantas de tomate. Además, de la mano de Expo Levante, Níjar ha conseguido situar en su término municipal la más extensa y relevante feria hortofrutícola dirigida al agricultor. En el año 2014, Expo Levante volverá a abrir sus puertas en el Centro de Expo-

siciones y Congresos de Campohermoso, tras el abrumador éxito de su edición 2012. La Feria, bianual en cuanto a su periodicidad, ha sabido enganchar al tejido productivo y a la industria auxiliar almeriense, así como a las empresas de comercialización. En 2014, volverá Expo Levante con nuevos retos y con el mismo objetivo, que no es otro que convertirse en la gran exposición del sector agrícola nijarense. Níjar, referente de la agricultura ecológica bajo plástico a nivel nacional e internacional, con sus más de mil hectáreas dedicadas a esta forma de cultivo, ha conseguido ser una de las zonas españolas que más productos de este tipo exporta, a países europeos principalmente. Níjar ha sabido mirar al futuro dando un paso atrás, volviendo a la producción más artesana y tradicional, para ofrecer la calidad que demandan los mercados extranjeros y ha sabido dirigir sus avances tecnológicos hacia una agricultura ecológica que ya es todo un referente mundial.



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Almería

Referente de calidad e innovación El sector agrícola en el municipio de Almería da trabajo directo a unas 6.000 personas y acoge a las principales cooperativas y empresas agrícolas LA VOZ lmería tiene, sin duda, un prestigio mundial como líder en la producción de hortalizas. La Marca Almería es un referente de calidad, innovación e investigación en un sector muy competitivo donde las exigencias cada vez son mayores, lo que nos obliga a estar permanentemente en guardia para ir ganando mercados. Para la ciudad de Almería la agricultura también es capital, no en vano somos el tercer municipio de la provincia en extensión agraria, con cerca de 3.000 hectáreas de invernaderos, con alrededor de 1.400 explotaciones agrarias que emplean directamente a unas 6.000 personas, a las que hay que añadir el empleo indirecto de la industria auxiliar, cooperativas, empresas de plásticos, semilleros, etc… Aquí se encuentran asentadas las principales cooperativas y empresas agrícolas, con un producto estrella, el tomate, consumido en medio

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mundo. Somos la cuna del tomate Raf más auténtico y con más ‘pedrigrí’, un lujo para los paladares más exigentes. La agricultura es un factor dinamizador de nuestra economía gracias a un sistema productivo y comercial que ha contribuido, sin duda, junto a la larga tradición productora y comercializadora que tiene esta tierra, a situar a Almería como una de las principales zonas exportadoras de frutas y hortalizas. “Ello nos obliga a todos a hacer permanentes esfuerzos para mimar y proteger a un sector estratégico que está amortiguando el impacto de la crisis en nuestra provincia”, afirma el alcalde, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador. Desde el Ayuntamiento de Almería, como institución más cercana a los ciudadanos, hacemos todos los esfuerzos que están en nuestra mano para cuidar la agricultura, siempre en permanente contacto con el sector. Hemos elaborado un Plan de Higiene Rural para garantizar la limpieza de las zonas productivas agrícolas y un adecuado tratamiento de los residuos agrícolas; hemos diseñado un Plan de Mejora de Caminos Rurales para el ade-

cuado transporte de los productos agrarios, con más de cien kilómetros mejorados, gestionamos las notificaciones y reclamaciones de los agricultores, las licencias para construcción de invernaderos, balsas, almacenes, etc…, y también hemos puesto en marcha un Plan de Señalización de las zonas rurales. Además, acudimos a las principales ferias agrícolas para respaldar a nuestros agricultores y, en coordinación con las cooperativas, alhóndigas, almacenes y empresas auxiliares, hemos organizado ya dos Congresos de Agricultura y hemos llevado a cabo el I Plan de Consumo de Frutas y Hortalizas para hacer ver a los más jóvenes la importancia que tiene para el organismo el consumo de estas variedades. La agricultura es el motor socio-económico de la capital y las miles de familias que cada día acuden al invernadero son las que han hecho posible el llamado ‘milagro almeriense’. Su compromiso es nuestro compromiso y desde el Ayuntamiento continuaremos apoyando al sector que un día hizo posible que cambiara la historia de Almería.



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El Ejido El sorprendente municipio verde Ya lo decía el astronauta Pedro Duque: desde el espacio se aprecian dos construcciones humanas, la muralla China y el ‘mar de plástico’ de El Ejido R. ALZUGARAY n manto blanco, donde la luz del sol se refleja como en ningún otro lugar de la tierra. Por lo menos así lo veía Pedro Duque desde el espacio. Pero lo que no decía el astronauta es que, si se levantara ese manto, si se retirara el plástico del mar en tierra, El Ejido sería uno de los municipios con más espacio verde. El asombro que despierta esta inmensidad invernada es unánime entre los visitantes. Quizá los vecinos y los trabajadores que llegan de otro municipios pierden la consciencia entre su labor diaria de la singularidad de lo que les rodea. Sin duda, una explotación de la tierra única, que ya se exporta a países de climas similares como México o Colombia. Pero El Ejido y sus compañeras, Vícar, La Mojonera, Níjar, Roquetas.., son el referente al otro lado del océano.

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Los datos hablan aunque casi enfrían esta realidad. De las 24.000 hectáreas que comprende el municipio ejidense, 18.518 son de suelo rústico, con 14.292 de regadío. A explotaciones bajo plástico corresponden 12.905 hectáreas. En El Ejido hay 54.366 personas ocupadas de las que 23.977 trabajan en los invernaderos, de las cuales 7.002 son titulares de explotación. En resumen, un 44.1% de la población ocupada de El Ejido trabaja en invernaderos. Al sector agrícola se dedican también más de 6.260 personas en los almacenes, lo que arroja un saldo de 30.242 trabajadores y autónomos. La mayor parte de las grandes empresas almerienses se concentran en la comarca de Poniente y, especialmente, en El Ejido, perteneciendo en su mayoría al sector de la producción y comercialización de frutas y hortalizas. En total, de las 90 “grandes” de la provincia, 24 son ejidenses, y de ellas, 18 son del sector hortofrutícola. Anualmente, el agricultor de El Ejido recibe por sus produc-

tos -1.200.000 Tm- casi 612 millones de euros. Las Cooperativas de comercialización (9), sociedades agrarias de transformación (24), y sociedades mercantiles (31) transforman más producto del que produce el campo ejidense, ya que explotaciones de términos municipales colindantes acuden a estos centros, siendo 2.121.060 las toneladas las que pasan por El Ejido. Este producto comercializado alcanzó un valor de 1.275 millones. Al mercado nacional se transporta un 35 % de este tonelaje y el 65% se destina a la exportación. Se calcula que para esta mercancía se utilizan 108.000 portes anuales desde El Ejido, en el que se emplean directamente 800 personas por las 288 empresas censadas. Y si las cifras asombran, el día a día del municipio fascina. Cada pieza del enorme engranaje es un nudo del inmeso tapiz blanco que lo cubre, que esconde debajo su intenso color verde. Cincuenta años después del primer invernadero, El Ejido es sin duda la referencia mundial.



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DALÍAS, una apuesta por lo ecológico y la lucha integrada a agricultura intensiva también se ha convertido en el principal motor económico del municipio de Dalías, tras la decadencia de la uva de Ohanes, un cultivo que fue todo un ejemplo y que sirvió para paliar la crisis de la minería. A día de hoy, los principales productos hortícolas de Dalías son el pimiento, el calabacín, la berenjena. Los tradicionales como los guisantes y los tirabeques están teniendo ahora un mayor tirón, ya que requieren de una menor inversión. Dalías cuenta con unas 400 hectáreas de cultivo bajo plástico. Estos cultivos normalmente se adelantan a otras poblaciones de la comarca, debido a la mayor altitud en la que se encuentra el municipio y a la consiguiente diferencia climática con el resto del Poniente Almeriense. La siembra se suele avanzar a junio y la cosecha comienza a realizarse en septiem-

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BERJA, de los parrales a la agricultura bajo plástico erja es uno de los municipios ubicados en la comarca del Poniente, situado al norte de esta en el macizo montañoso de Sierra de Gador. No difiere del resto de municipios del Poniente, ya que su motor económico es la agricultura intensiva y cuenta con una población de cerca de 25.000 habitantes. Pero antes de la agricultura intensiva bajo plástico, Berja era conocida por su minería. En el último tercio del siglo XIX con la decadencia del sector minero, surgió una nueva fuente de riqueza que cambió la fisonomía de la vega virgitana, con la

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llegada de los parrales de la uva de mesa -la famosa uva del barco- que gracias a su resistencia, se exportaba al extranjero, almacenada en barriles, desde el puerto de Almería. Este fue el principal cultivo de la agricultura virgitana hasta los años ochenta del pasado siglo, cuando se abandonó para implantar los invernaderos, que hoy en día son el primer pilar económico del municipio. En Berja también se producen hierbas aromáticas como ajedrea, albahaca, apio aromático, cañasanta, cebollino o cilantro.

_Cultivo de la tierra Hasta los años 80, y tras la decadencia de la minería, la vega virgitana se hizo famosa por sus parrales de uva de mesa (uva del barco)

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El cultivo de la tierra ha sido la forma de vida de prácticamente toda la provincia. En el siglo pasado fueron muchas las comarcas que vivieron épocas de bonanza económica gracias al parral, el olivo, los almendros o el cereal. Hoy día, las tierras del interior se han reconvertido adaptándose a nuevas formas de cultivo, como la agricultura ecológica o cambiando los frutos secos por las viñas. En otras zonas, las tierras han sido adquiridas o repobladas por la Junta de Andalucía para dotar de vegetación a una provincia que erróneamente se conoce como árida.

bre. Además, el municipio de Dalías tiene unas características muy favorables para el desarrollo de cultivo ecológico, al que ya se han adaptado muchos agricultores del municipio. Así mismo se practica, como en el resto del Poniente, la lucha integrada. El concejal de Agricultura de Dalías, Jorge Gutiérrez, no duda en decir que “la gran mayoría de las familias del municipio viven de la agricultura” y considera que “ahora más que nunca han vuelto a cultivar la tierra”. El consistorio también trabaja en la mejora de caminos rurales. Este año se van a asfaltar nueve kilómetros, que se unen a los tres que ya se arreglaron el pasado año. Además, se ha puesto en marcha un punto de recogida selectiva de residuos agrícolas para mantener el campo de Dalías mucho más limpio, así como poder ofrecer a los agricultores dalienses un servicio cercano, accesible y gratuito.


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MEDIO SIGLO DE INVERNADEROS RECONOCIMIENTOS

La agricultura y el sector pesquero van de la mano en el municipio de ADRA a historia de la agricultura de Adra se remonta a los cultivos de caña de azúcar, la remolacha y la patata. Situado a pie de costa, el municipio de Adra posee 1.700 hectáreas de invernadero. Es uno de los municipios de la provincia con mayor tradición en agricultura y es actualmente su principal motor económico, junto con el sector pesquero. La historia agrícola de Adra se remonta a los cultivos de caña de azúcar, la remolacha y la patata. En el presente, la agricultura bajo plástico se reparte por la Vega de la Habana, la zona de Guainos, el Toril, Venta Nueva y las Albuferas. El cultivo más tradicional en este municipio es el pimiento -en sus variedades de lamuyo, california, italiano-, la berenjena, el calabacín, el tomate y en primavera, el melón y la sandía. El concejal de Agricultura de Adra, Francisco López recuerda que “el productor de Adra es

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un agricultor innovador que ha implantado la lucha integrada, la lucha con depredadores naturales”. Sin embargo, en los últimos tiempos han tenido que desplazarse hasta otros municipios para poder ampliar sus explotaciones agrarias. “De ahí que estemos pidiendo que se pueda disponer de terreno en Adra para que nuestros productores puedan continuar cultivando aquí”, explica López.

_Industria auxiliar Alrededor de la agricultura intensiva se ha desarrollado este municipio la industria auxiliar, almacenes, cooperativas de suministro, de plásticos y de fitosanitarios, entre otras. En los últimos diez años el consistorio de Adra ha arreglado más de 50 kilómetros de caminos rurales, facilitando así a los agricultores el acceso a sus explotaciones.

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El ochenta por ciento de la población vicaria vive de la agricultura a agricultura intensiva se encuentra en un momento dulce y está en el punto de mira de inversores y empresarios, según el consistorio. La agricultura es la columna vertebral de la economía de Vícar y el verdadero motor del crecimiento del pueblo. Un ochenta por ciento de la población vicaria vive directa o indirectamente de la agricultura y de las industrias auxiliares creadas en torno a la producción de frutas y hortalizas. El concejal de Agricultura de Vícar, José Romera observa que “la agricultura del municipio se encuentra en un momento dulce y se ha situado en el punto de mira de los planes de expansión de inversores y empresarios, que ven en nuestro campo importantes posibilidades de negocio”. Sin embargo, aún quedan cosas por hacer. Según Romera “vamos a seguir trabajando codo con codo con nuestros agricultores en la modernización y mejora de nuestra red de caminos agrícolas, siempre con coste cero para el agricultor”. Igualmente estre-

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cha va a continuar siendo la colaboración con la Junta de Andalucía en la limpieza de ramblas y cauces. Otro de los principales caballos de batalla es la recogida de residuos vegetales para lo que se trabajará con las organizaciones profesionales del campo y las organizaciones agrarias. El Ayuntamiento actualmente está acondicionando y asfaltando, dentro de la segunda fase del Plan Encamina2 de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, siete caminos: Puebla Norte, Lanjarón, Montenegro, El Médico Norte, La Balsa, Antonio Mora y Felix, para un total de 2,5 kilómetros de longitud. Además, el consistorio ha promocionado la implantación de empresas comercializadoras y de industria auxiliar, lo que ha traído hasta el municipio un buen número de empresas punteras del sector, generando riqueza y desarrollo para el pueblo, creando empleo y por tanto abriendo nuevas expectativas de futuro para numerosas familias vicarias.



PUNTOS DE VISTA

Angels Barceló Directora de Hora 25 de la Cadena SER

“Fue alucinante conocer en profundidad el campo almeriense”. La conocida periodista, directora y presentadora del programa líder de información nocturna de la radio en España, Hora 25 en la Cadena SER, se ha convertido en los últimos años en una experta en diferentes asuntos de la realidad almeriense. Y es que Angels Barceló tiene orígenes en la provincia, uno de sus abuelos era de Berja. El acercamiento de Angels Barceló a la agricultura de la provincia y al invernadero se produjo el 6 de junio de 2011 cuando el equipo de Hora 25 se desplazó hasta Almería para realizar un programa especial sobre la 'crisis del pepino' desatada en Alemania. Se atacó gratuitamente a la agricultura española, y en concreto a la almeriense, y el equipo capitaneado por Barceló quiso contrastar las informaciones y dar voz al sector agrícola. En aquella ocasión

Lola Gómez Ferrón Gerente de Clisol Turismo Agrícola

“Es una de las agriculturas más redistributivas de la riqueza en el mundo”. ¿Se puede convertir el invernadero en un objeto de interés turístico? Esta pregunta tiene una respuesta afirmativa gracias al trabajo de Lola Gómez Ferrón como gerente de Clisol Turismo Agrícola, una empresa que nos ha enseñado que detrás de los cultivos bajo plástico se esconde un universo singular, enormemente atractivo para cualquier visitante que quiera conocer la provincia de Almería lejos de los tópicos. Gómez Ferrón defiende con orgullo y todas sus fuerzas la agricultura intensiva de la provincia de Almería y con sus proyectos lleva a cabo importantes estrategias de divulgación para acercar a todo tipo de público las bondades y secretos de los invernaderos. Gómez Ferrón opina que nadie se podía imaginar hace cincuenta años que la agricultura supusiese “un desarrollo tan radical para Almería en lo económico,

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social y cultural con tanto futuro”, y añade que “es un sector dinámico y una de las agriculturas más redistributivas de la riqueza en el mundo”. Gómez Ferrón argumenta su tesis y sostiene que la agricultura almeriense “no es especulativa, se trabaja para vivir. La hacen pequeñas empresas y pequeños agricultores y gran parte de la industria auxiliar la desarrollan pymes”. Y vuelve a insistir en la idea de futuro ya que en los invernaderos almerienses se producen los productos que constituyen la base de la dieta mediterránea tan beneficiosa para la salud y de ahí “el enorme potencial de nuestra agricultura”. Para Gómez Ferrón los retos inmediatos de la agricultura pasan por “optimizar el uso de los recursos y que medioambientalmente cada vez sea más sostenible”.

Barceló y su equipo pudieron conocer de primera mano el complejo, tecnificado y moderno universo que rodea al invernadero. Barceló recuerda que “para mí fue alucinante conocer en profundidad la agricultura almeriense y cómo funciona un invernadero. Es algo que si no vienes y no conoces, no eres consciente de cómo se trabaja técnica y científicamente”. Y añade la directora de Hora 25 que “la gente cree que esto solamente consiste en plantar y recoger pero no es así. Hay un trabajo detrás en investigación muy interesante”. Recientemente Angels Barceló ha vuelto a Almería con un programa especial de Hora 25, esta vez para analizar otro de los fenómenos que hacen a la provincia un lugar singular, para analizar su relación con el cine a raíz del rodaje de 'Exodus', la superproducción dirigida por Ridley Scott.



PUNTOS DE VISTA

Ginés Morata Biólogo

“Ha sido una bendición para Almería y los almerienses”. El primer contacto que el prestigioso científico almeriense Ginés Morata mantuvo con la agricultura fue cuando hizo la mili, en 1968, gracias a un compañero procedente de Dalías. Una anécdota sobre Almería que Morata, Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias en 2007 y destacado investigador en la biología del desarrollo, guarda con mucho cariño sobre su tierra. Reconoce que no le gusta el cambio que han provocado los invernaderos en el paisaje de Almería, pero admite que se trate de un razonable peaje en pos “del cambio tan radical que ha supuesto para la situación económica de la provincia y su enorme rendimiento social”. Recuerda Morata que Almería en los años sesenta era una tierra muy pobre que solamente se conocía “por su relación con el esparto y la uva, nada más”, y que

Ana Ruiz Empresaria agrícola y bloguera de cocina

“El invernadero trajo un cambio histórico e insólito para España”. Esta almeriense conocida por algunos de sus blogs como 'Cocina con Ana', nació en los años sesenta, una época de cambio para Almería en el paisaje, la cultura y la sociedad. Ana Ruiz describe este periodo como un cambio drástico ejemplificado en “la llegada del cultivo en invernadero, que en aquellos años se extendía por los secanos yermos y los convertía en oasis de crecimiento y de futuro. Almería se transformaba, crecía, soñaba y los que aquí vivíamos nos sentíamos partícipes y protagonistas de una transformación muy importante, de un cambio histórico e insólito en España”. Ruiz detalla este cambio de una forma muy elocuente: “De los pueblos de las Alpujarras llegaron familias con sueños de futuro y la población aumentó. Los olivos y los almendros desaparecieron, el paisaje color ocre se fue convirtiendo en blanco brillante,

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y un océano de plástico cubrió la tierra yerma y la convirtió en oasis, y bajo el plástico crecía un vergel tanto natural como económico. Poco a poco, llegaron gentes venidas de otras provincias y países, y paulatinamente, la sociedad también se transformó, nos acostumbramos a la convivencia con otras culturas, a la mezcla de razas y entre todos, el cultivo en invernadero ha sido y sigue siendo el motor de nuestra economía”. Como bloguera de cocina y empresaria agrícola Ruiz conoce a la perfección los entresijos del campo y afirma que “a nivel de cocina, nuestros productos son espectaculares, no hay otra palabra para definirlos, su calidad no tiene precio y el consumo de hortalizas debería fomentarse en los hogares. Os animo a consumir verdura, a cocinar sano y disfrutar de los sabores y colores de la naturaleza”.

gracias a la agricultura “ha experimentado un giro muy beneficioso para la economía provincial”. Afirma Morata que el campo almeriense debe hacer frente a varios retos importantes como el cuidado de los acuíferos y los aspectos colaterales que tienen que ver con el desarrollo de esta industria. “Ha sido una bendición para Almería y los almerienses y espero que pueda seguir así porque me consta que nos están imitando en otros muchos lugares”, señala el investigador. Ginés Morata reconoce sentirse muy orgulloso cuando viaja por el mundo y en países como Reino Unido, Francia o Italia ve, por ejemplo, tomates de Almería y que esa denominación de origen se interpreta como un signo inequívoco de máxima calidad.



PUNTOS DE VISTA

Carlos Pérez Siquier Fotógrafo

“El plástico tiene mucha personalidad estética”. Probablemente no quede un solo rincón en la provincia de Almería que no haya sido retratado por el objetivo de la cámara de Carlos Pérez Siquier, Premio Nacional de Fotografía y artista clave en la vanguardia de este arte en España. El fenómeno de los invernaderos y la evolución de la agricultura en Almería también han protagonizado algunos de sus trabajos. Se define como un hombre de imagen y “no de palabra”, pero su valoración sobre el impacto visual del cultivo bajo plástico nos otorga una perspectiva diferente. Pérez Siquier reconoce que muy pronto los invernaderos llamaron su atención al explicar que “desde la Sierra de Gádor contemplaba los primeros invernaderos cuando El Ejido no se conocía como el mar de plástico que es hoy. Cuando el sol reverberaba en el plástico, ese reflejo que despedía se asemejaba a

Paquillo Fernández Atleta y empresario

“La calidad de las hortalizas se conoce en todo el mundo”. El varias veces campeón del mundo, de Europa y subcampeón olímpico de los 20 km marcha está vinculado desde hace muchos años a Almería. Paquillo Fernández es de Guadix pero en la actualidad -está retirado de la alta competición- y por sus negocios relacionados con el deporte, gestiona la cadena de tiendas Run 04 especializada en running, vive a medio camino entre su ciudad natal y Almería. Paquillo conoce muy bien la provincia y la importancia que la agricultura ha tenido en su prosperidad. Y qué decir del papel que los productos del campo almeriense tienen en la dieta de cualquier deportista, son imprescindibles para optimizar el rendimiento físico al más alto nivel y también indispensables en una alimentación equilibrada. Por todo esto

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afirma con rotundidad que los invernaderos han contribuido “a la evolución económica y social de toda la provincia”, y añade que “la calidad de sus hortalizas es conocida en todo el mundo y sinónimo de máxima excelencia. Hay que seguir dando a conocer las virtudes de una buena alimentación”. Paquillo Fernández ha viajado por todo el mundo para participar en las competiciones que le han encumbrado como uno de los mejores corredores de los 20 km marcha de los últimos años. Cuenta que cuando estaba en el extranjero le gustaba preguntar por la procedencia de las hortalizas que consumía y, según relata el campeón, “muchas de esas veces me decían que venían de España, de Almería o de El Ejido”.

un lago en medio del desierto porque entonces El Ejido era muy árido”. Más tarde Pérez Siquier pudo profundizar en estas sensaciones porque hizo un calendario para una empresa de plástico que se distribuyó a nivel nacional. Ahí pudo jugar y experimentar con las angulaciones de los invernaderos, las líneas y curvas de cada instalación, los contraluces y, en definitiva, lo que el plástico le sugería. Afirma que “el plástico tiene mucha personalidad estética”. Los invernaderos protagonizan el enésimo contraste visual que ofrece el paisaje de la provincia de Almería, una visión única en todo el mundo que ha llamado la atención de otros fotógrafos y muchos pintores que han puesto de relieve la plasticidad, nunca mejor dicho, de este tipo de cultivos.


Andrés Sánchez Picón C AT E D R Á T I C O D E H I S T O R I A E C O N Ó M I C A D E L A U A L

Agricultores de Roquetas contruyendo un invernadero en las primeras etapas de la historia de la agricultura moderna en Almería.

Nadie

supo que se había desencadenado un milagro Desde el espacio llaman la atención los invernaderos de Almería; esa zona blanca, con una superficie de 100.000 campos de fútbol. En 1963 no se tuvo conciencia de que comenzaba una nueva etapa en la historia de Almería. Una auténtica revolución económica y social 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 37


sa inmensa llanura estéril. Sobre una cabalgadura exhausta, Charles Didier se arrastraba en aquel inclemente estío de 1836, acompañado por un guía y dos carabineros, a través de ese "campo de fuego" que aparecía en los mapas bautizado como Campo de Dalías. El periodista, literato y diplomático suizo recorría este inhóspito rincón de la Península atraído, como otros muchos, por el fulgor del plomo arrancado a gran escala desde hacia más de una década de las entrañas de la sierra de Gádor. En dirección a la capital de la nueva provincia de Almería, algunas chatas chimeneas de las rústicas fundiciones aparecían de lejos en lejos "y el humo negro que se escapa de ellas ensucia el azul brillante del cielo" -anotaría el viajero en su cuaderno. La impresión que le producía esa inmensa llanura estéril, quemada por un verdadero sol de los trópicos, era tan deprimente que la frescura de las vegas de Dalías y Berja se había evaporado con rapidez. Pocas horas antes, el joven suizo, de apenas 28 años, había quedado deslumbrado por el desenfado de unas mujeres campesinas que, ataviadas con refajo a media

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pierna, le habían ofrecido higos y uvas. Pero ahora, la bajada hasta el Campo le estaba pareciendo un descenso a los infiernos. Tras recuperar las fuerzas en la única venta del Campo, los cuatro hombres y sus monturas reanudarían la marcha. Cerca de Roquetas la proximidad del mar supuso una breve tregua en el ardoroso recorrido; pero pronto enfilarían el salvaje sendero del Cañarete ("un sitio horroroso, terrible; unos peñones desnudos, descarnados...") para ganar, por fin, la ciudad de Almería cuando ya caía la noche. Poco antes habían podido disfrutar de una espléndida vista de la bahía. Eran muy pocos los viajeros de aquel tiempo que se salían de las rutas más trilladas para volverse hacia el rincón suroriental de la península. Los que se atrevieron nos han dejado parecidas sensaciones a las del viajero suizo. Así fue el caso del británico Samuel Edward Coock, quien en 1830 cruzó, camino de Adra, esa meseta baldía que era el Campo de Dalías. O sobre todo debo mencionar el testimonio de Richard Ford en 1833; el vástago de una familia acomodada de la gentry inglesa que, alzado sobre un brioso corcel entre las recuas de mulas que travesaban el Campo, en el constante tra-

siego del mineral a los boliches, pudo adivinar que estas "tristes llanuras arenosas del Campo de Dalías, podrían irrigarse fácilmente". Estos prototuristas románticos, responsables de la literatura de viajes que configuraría poderosamente la imagen pintoresca de España, extraerían de su recorrido almeriense argumentos con los que apuntalar esa visión de un país prisionero del oscurantismo y la tradición. Si viniera un marciano Pedro Duque ultima sus preparativos para el regreso desde la ISS (Estación Espacial Internacional) el 27 de octubre de 2003. Han pasado 170 años desde que Didier, Ford y Coock recorrieran un inclemente Campo de Dalías. Antes de iniciar el regreso el astronauta español se aísla durante unos minutos en el módulo para mirar de nuevo por la ventana la Tierra, en una sucesión vertiginosa de auroras y crepúsculos. Acaba de ver los incendios que están devastando California; pero espera un rato hasta que uno de los giros de la Estación Espacial le permiten ver los invernaderos de Almería. Tras su aterrizaje en Kazajistán el viajero del espacio respondería lo mismo en cuantas ocasiones le preguntaron por las obras humanas visibles desde allí arri-


Roquetas de Mar, a principio de los sesenta, ya con el influjo de los nuevos asentamientos del INC . Agricultor en un invernadero de los años setenta.

Los viajeros como Samuel Edward Coock o Richard Ford recorrieron el campo de Dalías y son los responsables de la imagen pintoresca de España

Pedro Duque: “la muralla China no se ve pero llama la atención la zona de invernaderos de Almería; esa zona blanca de 100.000 campos de fútbol

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ba: "la Muralla China no se ve, se ven las pirámides si te fijas mucho porque están en el desierto. Pero lo que más llama la atención es la zona de invernaderos de Almería; esa zona blanca, con una superficie de 100.000 campos de fútbol, es lo más llamativo. Si viniera un marciano, le llamaría la atención".

_Nadie cortó la cinta Una transformación territorial tan rotunda ha sido el escenario de una revolución económica espectacular. Se trata de uno de los grandes éxitos en la historia económica española del siglo XX. Mi amigo David Uclés ha aportado recientemente un fino análisis de los datos fundamentales de lo que con frecuencia ha sido calificado como un verdadero milagro económico. Por mi parte solo quiero llamar la atención sobre los motivos de la efemérides que conmemoramos: los 50 años del primer invernadero. La memoria colectiva suele necesitar de hitos singulares en los que apoyarse. Cifras redondas en torno a las que congregarnos para la rememoración y hacer balance. La construcción de un relato coherente de lo que ha pasado en la provincia de Almería en el último medio siglo busca sostenerse en las muletas de la conmemoración; pero, sin embargo, y sin ánimo de adoptar el papel de aguafiestas, me parece que en este caso no es tan sencillo. Las concentraciones industriales surgidas en torno a las factorías de automóviles levantadas por General Motors en Zaragoza y por

Ford Motors en Valencia, sí tienen una indiscutible partida de bautismo: 1982 y 1976, respectivamente. En sendas jornadas de esos años los directivos de las dos multinacionales recibieron en las flamantes instalaciones al rey de España para el acto de inauguración oficial. Sin embargo, en el caso del modelo de desarrollo agrícola almeriense ¿cuál es el año cero? Hoy celebramos el medio siglo del primer invernadero; pero ¿se tuvo conciencia en aquellos primeros ensayos de estar inaugurando una nueva etapa en el desarrollo de la provincia? ¿Por qué no situamos nuestro minuto uno en las primeras actuaciones del Instituto Nacional de Colonización hacia 1943? ¿Y por qué no en aquellas inversiones privadas para electrificar y abrir los primeros pozos en los años 1920? ¿Y por qué no en los balbuceos de la primera colonización agraria del Campo de Dalías, allá a finales del XIX, cuando las plantaciones de parras, ligadas a nuestra primera agricultura comercial, comienzan a extenderse? Se me ocurren hasta una docena de sucesos que podrían disputarse el galardón de ser identificados como el momento fundacional del modelo de desarrollo almeriense. La historia económica y social nos dice que, por lo general, las grandes transformaciones vienen de la mano de pequeños cambios acumulativos: la inercia histórica es más poderosa que los grandes eventos, aunque la evolución (la histórica y la biológica) pueda encontrase interrumpida (pautada) por cataclismos o convulsiones. Así, nuestro modelo de desarro-

¿Se tuvo conciencia en aquellos primeros ensayos de estar inaugurando una nueva etapa en el desarrollo de la provincia?

Las grandes transformaciones vienen de la mano de pequeños cambios acumulativos: la inercia histórica es más poderosa que los grandes eventos

Los enarenados fueron el primer paso para sacarle partido a una llanura hostil que nuca había regalado nada.

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El invernadero ha experimentado un proceso de modernización sin parangón en el tejido económico almeriense.

llo tiene hondas raíces. Desde la tradición de un campesinado de la montaña mediterránea (aquel que estudiara en su magnífico libro Christian Mignon) que en los años 60 bajó de la montaña a colonizar el Campo y en el que la explotación familiar ha sido la unidad productiva dominante. Desde los precedentes de las diferentes agriculturas comerciales que han jalonado su territorio en el último medio milenio. Desde la acumulación de destrezas asociadas al uso del regadío y a la pronta explotación de los recursos acuíferos del subsuelo. Desde la fundación de las primeras empresas comercializadoras, ya fueran lonjas, alhóndigas o cooperativas. Etcétera, etcétera. Un éxito económico, en términos de producción y empleo, sostenido en una multitud de iniciativas que, interconecta-

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das, han generado un proceso de desarrollo singular. Y es que a diferencia del crecimiento inducido por las factorías automovilísticas de Zaragoza y Valencia, en el que las decisiones se centralizan en el staff directivo de dos compañías multinacionales, el modelo de desarrollo de Almería es un modelo endógeno, no importado, en el que un conjunto de factores complejos han permitido la aclimatación de un racimo de innovaciones en un medio social e institucional fértil. Por eso es más resistente a la crisis que otros sectores (actúa con un elevado grado de resiliencia, diríamos en términos ecológicos). Por eso, también, no resulta tan evidente localizar sus hitos conmemorativos, y por eso, además, no resulta un modelo de desarrollo fácil de exportar.

El modelo de desarrollo de Almeróa, es endógeno. Un conjunto de factores complejos han permitido la aclimatación de un racimo de innovaciones en un medio social e institucional fértil



Tico Medina

P E R I O D I S TA

ilustración recogida en el artículo sobre los enarenados que se incluye en la publicación ‘Almería al sol’ de Tico Medina.

El milagro ...de la arena

‘El milagro de la arena’ es un artículo del gran periodista Tico Medina, que refleja con su genuina maestría sensaciones y personajes de la agricultura almeriense de los sesenta. Su capacidad para describir la fibra humana y la impronta del paisaje resulta imprescindible

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ace ya algunos años, cuando aún cabalgaba sobre Almería, sobre su caliente piel, el caballo y el fantasma del hambre y la desolación, vino de La Rábida (pequeño pueblo minero de la costa granadina, casas chatas, arenas negras) un hombre agricultor, dispuesto a plantar su árbol entre las piedras y los lagartos. No se conoce su nombre, pero bien es verdad que dentro de muy poco tiempo habrá necesidad de conocerlo, porque aquel labrador, que venía huido de sus tierras kilómetros más allá, hacia Motril), descubriría para los almerienses algo más importante que un pozo de petróleo, algo más definitivo que una rica veta de oro: el pan de los pobres. Vino el hombres desde el pueblo donde había nacido porque las tierras habían subido de precio en su meridiano. Trajo con él su cama, su sartén y sus hijos. Compró una casita frente al mar, por cuatro perras gordas, tendió un colchón de maíz seco sobre la colchoneta de matrimonio y educó a sus hijos en en caliente sol de estas costas. Luego aró la tierra, que no daba más que piedras y alacranes; tendió en lo alto de la piel removida una fresca capa de estiércol humano, animal, y traio en su triste borriquillo desde la playa cercana, arena limpia todavía con finas caracoles V caballitos. Las gentes que vivían iunto a él en el páramo siguieron el chorreo largo del agua que derrabaman los serones de pleita verde del borrico y sonrieron con incrédula tranquilidad. No podía aquel labriego de otra latitud descubrir en su tierra, esquilmada, en su propia tierra, tísica y desierta, el fruto que ellos andaban buscando de padres a hijos desde tiempo inmemorial. La arena del mar se tendió sobre el estiércol la tierra removida. Cambió el paisaje. Día tras día el hombre limpiaba grano a grano su parcela. La mimó con cariño paternal. Al anochecer se sentaba a la puerta de su casita y escuchaba «el crecer de la planta baJo sus pies». Había sembrado tomates, melones y uvas. Sus vecinos, como él, esperaban también a la puerta de sus casas, sentados en las sillas de anea, bajo el parral muerto, con el sombrero de paia hasta los ojos. —El de La Rábida está esperando que nazca la hortaliza, y no es tiempo todavía. Pero la bendición de Dios cayó sobre la pequeña parcela exquisita. Y, en su consecuencia, sobre la triste tierra toda de Almería. Porque para enero, cuando los fríos soplaban en la llanura, cuando el Levante y el Poniente se encrespan y traen un blanco frío en el viento marinero y serrano, cuando hay que matar el cerdo en el zaguán y encender con leña la chimenea de la cocina, el hombre de La Rábida, desnudo de medio cuerpo arriba, rodeado de sus hijos, sin sombrero, con los ojos llenos de lágrimas, recogía los más hermosos y estallantes tomates, los más gordos y dulces melones y veía crecer lentamente, espléndidamente, el verde milagro de su primer parralillo. La voz corrió como el relámpago de uno a otro sitio de la estepa. El milagro retumbó en lo más alto de la sierra como un trueno, y bajó desbocado hasta las últimas casas del cabo de Gata. Las gentes más diversas fueron casi en peregrinación a este trozo redimido de la tierra de Almería. Besaron, imagino, las manos del labra-

H

dor, acariciaron a sus hijos y fueron a nadar un rato en el mar, descubriendo en las arenas llenas de estrellitas doradas el rico venero del agua, que tanto necesitaban. Esa es la historia del hombre de La Rábida. Desde Agua.dulce hasta los campos de Dalias, pasando por Roquetas de Mar, hoy se anticipa va la primavera en Almería todos los años. Las tierras han subido de costo. Lo que antes iba ganando poco a poco, por una miseria, la charca dramática de las salinas, vale hoy una fortuna, peseta sobre peseta. Y miren por dónde el hombre debe agradecer a la hormiga el descubrimiento bendito. También la leyenda se remonta a primeros de siglo (hay contratos de enarenado fechados en A1- buñol hace más de cincuenta años), cunr.uu un labrador se tumbó a esperar la lluvia a la vera de su huerto, reseco, de sandías. «Estaba yo descansando de cara a la tierra, cuando vi que las hormigas hacían su agujero iunto a una de mis plantas. Hurgaron en el suelo y arrojaron al hacer su galería, como ellas hacen, la tierra hacia atrás. Era un equipo muy laborioso. La tierra que sacaban estaba cerca, a muy pocos metros. A veces la marea llegaba hasta las primeras calabazas de mi huerto. Y descubrí que la planta donde caía la arena que sacaban las hormigas crecía más que las otras, y mientras unas me daban una triste cosecha, ésta dejaba hacer un fruto espléndido y dulcísimo... Lo pensé bien. Acarreé algunas cargas de arena de playa a mi pedazo, v el milagro se consumó muy pronto. Aquel año tuve la más guapa cosecha del partido iudicial. Ante los ojos del periodista desfila ahora mismo la pradera de Roquetas. Un nuevo pueblo se ha levantado donde antes solo existía la desolación. En el viejo nido de escorpiones hay ahora casas blancas, fuentes rumorosas; en los gabinetes se descubren radios de dos ondas, y en los corrales, junto a la yunta de mulos, está la motocicleta del labrador. —Con limoneros que solo tienen cuatro años de vida sacamos cincuenta kilogramos de cosecha. Lo que antes se necesitaba en ocho por lo menos, —Esta tierra, señor, solo criaba «saladillos», unas plantas pobres, que no servían ni peura las cabras. Esto eran también tierras palúdicas, que ya se han salvado, gracias a Dios. Trabajaban unos muchachos, bajo el sol, entre los cañaverales. —Primero, el «labreo». Se ara. Se hace im surco profundo con el arado de vertedera, de cerca de cuarenta centímetros. Después se limpia de piedras totalmente. Se planifica. Hay que dejarlo todo como la palma de la mano. Cuatro centímetros, luego, de abono orgánico. Diez centímetros, después, de arena de playa, si lo que se ha de sembrar es hortaliza, y veinte si es para plantío. Se planta en octubre. Se recoge la primera cosecha en enero. La habichuela se siembra en enero y se recoge a mediados de marzo. —Yo he vendido abichuelas a treinta y cinco pesetas el kilogramo con frío y calefacción en las casas. Se las llevan rápidamente a Francia y a Ginebra. Las enviamos por camiones a Perpiñán, y de allí irradia a media Europa. La arena absorbe el calor del día y lo mantiene toda la noche. Impide la evaporación del terreno. No hace costra a la piel de la tierra. Lava toda la sal del páramo. En dos años lo deja completamente limpio. —Ya nos anticipamos en un mes a nuestro propio

“Vino el hombres desde el pueblo donde había nacido porque las tierras habían subido de precio en su meridiano. Trajo con él su cama, su sartén y sus hijos.”

...”La arena del mar se tendió sobre el estiércol la tierra removida. Cambió el paisaje. Día tras día el hombre limpiaba grano a grano su parcela. La mimó con cariño paternal.”

“La voz corrió como el relámpago de uno a otro sitio de la estepa. El milagro retumbó en lo más alto de la sierra como un trueno, y bajó desbocado hasta las últimas casas del cabo de Gata.”

“Un nuevo pueblo se ha levantado donde antes solo existía la desolación. En el viejo nido de escorpiones hay ahora casas blancas, fuentes rumorosas; en los gabinetes se descubren radios de dos ondas, y en los corrales, junto a la yunta de mulos, está la motocicleta del labrador.”

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El factor humano es esencial en el excelenta artículo de Tico Medina.

Portada del libro que recopila los artículos de Tico Medina sobre Almería

terreno. Y, desde luego, en tres o cuatro a las-más buenas cosechas del norte. Continúan roncando los camiones de arena. Zumban los motores de los pozos de agua. Ya se han redimido más de trescienta hectáreas «de saíerío». Avm se pueden arreglar otras mil quinientas. —Aquí no es difícil comer pepino el día de la Virgen de los Dolores. Roquetas de Mar tiene dos espléndidas cafeterías, un gran bar, un pueblo nuevo. La gente vive bien y aprende a sonreír. «Los bancales parecen jardines japoneses». Cincuenta o sesenta camiones diarios, en la temporada, salen para distintos puntos de la geografía europea cargados de hortalizas. Esta tierra ha crecido en población. De dos mil habitantes han subido a diez mil, como poco. Tres aldeas nuevas donde antes vivían las lagartijas. —De no tener nada hemos subido en poco tiempo, en muy pocos años, a poner en juego más de cincuenta millones de pesetas anuales. En la venta de Pepe Negocios unas mujeres trabajan en la uva. El vientecillo menea el talle delgado de las cañas de maíz, que protegen el bancal. Los hombres, que doblan su espina dorsal sobre la tierra con la pala y el rastrillo en la mano, llevan reloj de pulsera. —Un camión de arena, con unos tres metros

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cúbicos, vale solo el transporte. La arena es de todos. Y el acarreo solo cuesta unos treinta duros por camión. El procedimiento de labrantía también es hermoso. El propietario de la tierra trabaja al tercio. De tres partes, una es para el arrendatario. Los gastos, todos del amo. La arena puede vivir fresca, impresionante, pura, sin perder ni una sola de sus propiedades, durante más de diez años..., aunque es conveniente cambiarla parcialmente cada dos o tres primaveras. El coche se pone en marcha de nuevo. Unos niños juegan en la plaza mayor del Parador de la Asunción. El cine tiene la fina arquitectura de un plano de Miguel Fisac. Cosen unas mujeres a la puerta de sus casas. El bar tiene una hermosa nevera eléctrica española, con zumos frescos de naranjas y limones de Almería. Y esa enorme calabaza, que mantiene su cordon umbilical públicamente hundido en la arena del mar, estando tan lejos como está el rompiente de las olas, me trae el eco romántico del cuento de la Cenicienta. Porque también ellos han tocado con la varita mágica de su trabajo la dura corteza de este fruto, inmenso de carne anaranjada, y han sabido convertirla en la carroza dorada de un delicioso y espléndido cuento de hadas...

Tico Medina en el puerto pesquero de Almería, junto a Enrique Verdugo, el fotógrafo de ‘Almería al sol’. Esta foto ilustra la contraportada de esta entrañable selección de artículos.



Manuel León González P E R I O D I S TA

Ingenio Un fogonazo cambió la historia de mañana de verano se levantó el ingeniero Bernabé la provincia Una con ganas de cambiar el mundo. Mientras desayunaba contó sus planes a Paco y se puso en marcha el Milagro

odo ese cráter de polietileno que se ve desde el espacio, todo esa bruma de plásticos de los Campos de Dalías y de Níjar que ha dado el resuello a esta tierra de menestrales, todo ese imperio de la hortaliza que ha hecho medio ricos a los oriundos de esta provincia, toda esa nomenclatura se debe al fogonazo de ingenio de un hombre (como Pasteur y la penicilina), de un ingeniero cordobés que se le ocurrió cubrir con plástico un pequeño huerto de medio kilómetro cuadrado hace ahora justo medio siglo de eso, 1963, el año que asesinaron a Kennedy. Bernabé Aguilar Luque fue ese técnico de Puente Genil que llegó a Almería en 1956 a trabajar con el ingeniero jefe Leandro Pérez de los Cobos y con Juan Cuadrado Martínez, en la delegación del Instituto Nacional de Colonización. Un Decreto de 1941, en plena miseria autárquica, había declarado de Interés Nacional la zona del Campo de Dalías, Níjar, El Saltador y Tíjola y a él se le encargó la explotación de esas zonas para desarrollar nuevas tierras de promisión para los colonos. Años antes, el Instituto había empezado a actuar en la zona de Aguadulce, con la contrucción del primer pozo junto a la Venta Vitorino y con la compra de fincas como la de Molina de Soria. A partir de esa fecha se inició un proceso de colonización que duró varios años. Ese primitivo pedregal de Dalías, ese Desierto del Sinaí, como lo describió Brenan, empezó a repartirse por hectáreas entre familias de alpujarreños, como si de la conquista del Oeste americano se tratara. Fue entonces cuando se extendió el bendito enarenado, una técnica de cultivo típica del Sureste que retrasaba la evaporación y multiplicaba la productividad de la planta. Tuvo mucho que ver entonces en este desarrollo el trabajo del agricultor Juan Sánchez Romera. Fue

T

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una mañana de finales del verano cuando el ingeniero Bernabé y el perito José Lillo se levantaron con ganas de cambiar el mundo. Se decidieron, mientras desayunaban fuerte, a experimentar con lo que habían leído en una publicación técnica, un modelo de manta para cultivos que habían puesto en práctica tomateros canarios. Se fueron a hablar con Paco Fuentes, el de la finca Piloto, en la barriada roquetera de San Francisco, y éste, amigo también, como Colón, de aventuras indianas, se puso a hacer, con la supervisión de Bernabé, una estructura prometeica de cañas, alambres y plásticos, que se vino abajo con el viento a las primeras de cambio. Aquel ‘invento’ no iba a ser un camino de rosas, pero se había plantado la semilla, el germen de toda una revolución industrial con sello almeriense. El modelo definitivo de abrigo aplicado por el Instituto Nacional de Colonización fue el del tipo parral , que aprovechaba la tipología del cultivo de la uva de mesa con una altura suficiente para cultivar hortalizas con poco más de dos metros. Se conseguía con ello una mayor temperatura y triplicar la producción con respecto al cultivo al aire libre. Se invirtieron 35.000 pesetas en ese primer invernadero, santo y seña de lo que vino después, y las primeras cosechas de tomates y judías aportaron unas 60.000 pesetas de la época en la alhóndiga de Rogelio Vargas. A partir de entonces, el boca a boca empezó a correr por el Campo de Dalías, por los poblados de colonización, por las ventas donde los agricultores bebían vino. Se desató una auténtica fiebre codiciosa tras saberse los rentos que había obtenido El Piloto con su abrigo de plástico. La parcela de Paco se convirtió, sin exagerar, en lugar de peregrinación de campesinos de la zona para comprobar las ventajas del plástico. Los agricultores

Ese primitivo pedregal de Dalías, ese Desierto del Sinaí como lo describió Brenan, empezó a repartirse por hetáreas entre familias como en la conquista del Oeste

El boca a boca comenzó a correr por el campo, por los poblados de colonización y la parcela de Paco el Piloto se convirtió en lugar de peregrinación


Inauguración de la Alhóndiga de El Parador, en Roquetas, en 1960, una de las primeras.

comenzaron a solicitar ayudas para la construcción de estructuras a través del Instituto o de la incipiente Caja Rural, con intereses entonces al 10%, cuando los empleados llevaban los contratos del crédito en las aguaderas. El enarenado, el plástico, unidos al minifundio familiar creado con la colonización convirtieron el desierto en un vergel. Hasta entonces, Almería cumplía con el cliché de la pobreza endémica retratada por Goytisolo, Las Hurdes andaluzas: una capital inmovilista, ajena ya a la prosperidad de la uva y la minería, rodeada de enormes eriales en los que la falta de agua e industria condenaba a la población a emigrar a Suiza, a Alemania o al cinturón industrial de Barcelona. Era Almería la última provincia española en renta per cápita, con tasas de analfabetismo del 15%. El éxito de los invernaderos trajo desde los 70 nuevos inmigrantes que se endeudadon hasta las cejas para adquirir tierras o trabajaron como asalariados. El plástico se extendió has las 28.000 hectáreas actuales en un proceso de efervescencias sin precedentes, con la incorporación al Mercado Común, hasta acuñar términos repetidos en los telediarios de la transición como ‘milagro almeriense’ o ‘la huerta de Europa’. El Ejido, Roquetas, Adra, Vícar, La Mojonera, Níjar, La Vega de Almería, Cuevas, Pulpí se han convertido hoy en la mayor ‘fábrica de hortalizas’ de Europa con una producción que supera los tres millones de toneladas y los 2.300 millones de euros facturado, el 70% en mercados extranjeros y con manos recolectoras procedentes de 150 nacionalidades diferentes. Si Brenan levantara la cabeza, si Pedro Antonio de Alarcón resucitara, si Goytisolo se diera otra vuelta por aquí no darían crédito. Solo en 50 años, Almería ha cambiado más su faz que en veinte siglos.

Cosecha de habichuelas en La Reserva de Roquetas en 1963, el año que se inició el despegue del plástico.

Construcción de casas del Instituto Nacional de Colonización, el germen de las nuevas familias agricultoras.

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David Uclés E C O N O M I S TA

Medio siglo

bajo un manto blanco Numerosos cambios han afectado a Almería durante estos cincuenta años, a través de revoluciones de carácter territorial, económico y social uchos han sido los cambios acontecidos en el medio siglo que ha transcurrido desde aquel primer invernadero casi mitológico que se construyó en la provincia de Almería. Incluso el nacimiento del que esto escribe. El tiempo tiene la facultad de atragantarse en algunos momentos concretos de aburrimiento o enfermedad, y luego transcurir a la velocidad de la luz, resbalándose por entre los dedos y dando al traste con todos nuestros esfuerzos por pararlo. En 50

M

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años y en apenas unos pocos kilómetros de llanura litoral, han ocurrido transformaciones de alcance planetario (hemos señalado a los astronautas dónde se encuentra la despensa de Europa), han nacido dos generaciones nuevas, se han multiplicado los idiomas, colores y sabores de la gente, se ha revertido localmente el cambio climático, se ha plantado un vergel donde antes estaba el desierto de Sinaí, puntos suspensivos. Muchos puntos suspensivos, pues la Historia se escribe a base de sumar pequeñas historias

individuales, las de los miles de personas que han compartido un tiempo y un espacio. Y en este tiempo de medio siglo, y en este espacio al sureste de España, han confluido multitud de pequeñas historias: las de los ingenieros del Instituto Nacional de Colonización, la de los primeros colonos y sus familias, las de los que vinieron de todo el mundo a labrarse un futuro bajo el sol de nuestros invernaderos, las de los miles de técnicos, comerciantes, profesionales, funcionarios y hasta la de los políticos que han participado en el desarrollo de esta


“... la Historia se escribe a base de sumar pequeñas historias individuales, las de los miles de personas que han compartido un tiempo y un espacio”

“...han confluido multitud de pequeñas historias: las de los ingenieros del Instituto Nacional de Colonización, la de los primeros colonos y sus familias, las de los que vinieron de todo el mundo a labrarse un futuro...”

verdadera revolución territorial y social vivida por Almería. Una revolución que se ha fraguado debajo de los plásticos de los invernaderos y en sus alrededores y que ha sacado literalmente a la provincia de la más absoluta miseria.

_Innovación Esta redención se ha producido a una velocidad de vértigo. En 1955 la renta del almeriense medio apenas superaba el 55 % de la del español promedio (que aún tendría que enfrentarse al Plan de Estabilización de 1959). Ni siquiera las provincias gallegas estaban por debajo de Almería, que ostentaba el poco favorable título de ser la más pobre de España. A mediados de la década de 2000 nuestra renta suponía el 95 % de la española, y habíamos logrado situarnos como la provincia más rica de Andalucía en términos de renta y estábamos en la los puestos intermedios de la clasificación nacional. Y eso se había logrado, pásmense, sin haber pasado por el interregno de la industrialización, sino merced al desarrollo de la agricultura, un sector al que se le suelen asociar los conceptos de marginalidad, atraso, tradición y pobreza. Y todo eso se había logrado, vuelvan a pasmarse, en uno de los territorios más secos de la Península Ibérica, haciendo del agua escasa un uso absolutamente exquisito. Hoy, cuando alguien piensa en la agricultura de Almería lo hace en términos de innovación, eficiencia, riqueza y tecnología. Obviamente, toda historia tiene luces y sombras. Almería ha sido una especie de matraz de laboratorio en el que se han puesto a prueba

una y otra vez su capacidad de resistencia ante las presiones. Y las ha habido de todo tipo, desde las provenientes de retos tecnológicos, hasta las de origen social, pasando por las relacionadas con la competencia en los mercados internacionales o las regulatorias. El camino ha sido muy largo y no se trata aquí de escribir una historia del proceso. La pretensión es más sencilla. A veces, para darse cuenta de la profundidad de los cambios, basta con mirar unos cuantos ejemplos. En nuestro caso también los hay muy numerosos, pero nos conformaremos con unos pocos. Obviamente no están todos los que son, pero son todos los que están. El primer cambio significativo que comentaremos es el protagonizado por la demografía y su distribución por el territorio. Otro cambio muy significativo es precisamente el acontecido con el propio territorio, que ha pasado de un color tierra casi indiferenciado a un blanco que refleja los rayos solares, mantiene la temperatura elevada en el interior y encierra un auténtico vergel de más de 29.000 hectáreas. Haremos también referencia a algunas de las magnitudes económicas, las cuales están detrás de muchos de los efectos de esta Revolución Transparente. Finalmente, comentaremos algunos de los cambios sociales más importantes, relacionados con la formación y el denominado capital humano.

_Revolución demográfica Hasta que el Instituto Nacional de Colonización no inició su actividad en la provincia, el Poniente,

entonces conocido como Campo de Dalías, era un erial: Brenan lo comparaba con el desierto del Sinaí en su “Al sur de Granada”. Sin embargo, la Revolución Transparente que se inició en la zona de Roquetas de Mar, irradiando primero a todo el Poniente y luego hacia Levante de la capital, dio lugar a nuevos núcleos tan densamente poblados como El Ejido o La Mojonera. Núcleos que terminaron convirtiéndose en municipios independientes en la década de los 80. A mediados de siglo, la distribución de la población en Almería había comenzado a cambiar, evolucionando desde una situación de concentración en el interior (heredada de la situación de frontera que tuvo la provincia hasta prácticamente el siglo XVIII) hasta un reparto equilibrado entre interior y litoral. Sin embargo, la segunda mitad del siglo XX supuso un vuelco en el modelo poblacional, con una concentración de más del 80% de la población en los municipios costeros, los mismos sobre los que se han desarrollado la agricultura invernada, el turismo y el auge y caída de la construcción. Con todo, aunque todas las zonas agrícolas han tenido un crecimiento demográfico muy elevado, ha sido la de Poniente la que ha presentado un comportamiento más arrollador, al crecer un 559,6 % entre 1960 y el momento actual.

_Razones de la inmigración Otro de los cambios registrados en la población ha sido el claro envejecimiento de la misma. La base de la pirámide provincial se ha estrechado, mientras que las edades centrales (sobre todo) y

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las más avanzadas ganan peso. Esto ha sido así porque el impulso demográfico ha provenido de la inmigración en mucha menor medida que de la natalidad. Los migrantes que han recabado en Almería lo han sido por dos tipos de razones, una de carácter residencial, proveniente principalmente de los países tradicionalmente emisores de turismo hacia Almería (la Europa de mayor poder adquisitivo), y otra de carácter económico, mucho más numerosa, y con origen principal en países de África y Latinoamérica con menores niveles de vida. El destino Almería tenía para los inmigrantes un indudable atractivo (al menos en las fases iniciales del proceso). La agricultura de la provincia era un fuerte demandante de trabajo de baja cualificación (peones de campo), situado dentro de las fronteras europeas por lo que se constituía para muchos como la puerta de entrada al continente. Inicialmente, la migración tuvo un carácter fuertemente masculino, aunque éste se suavizó en los últimos años merced a los procesos de reagrupamiento familiar.

_La revolución del territorio Hace unos pocos años, la ONU incluyó al Campo de Dalías en el listado de lugares del planeta más transformados por la mano del hombre. Efectivamente, la simple comparación de las dos imágenes que prosiguen dejan claros los cambios acontecidos en el paisaje, que se ha teñido de blanco. Desafortunadamente, el plástico agrícola refleja una parte de la radiación solar que recibe, aportando ese tono blanco que tiene, y al que contribuye en determinados momentos de la campaña el blanqueo de los mismos para bajar la temperatura dentro del invernadero. Y decimos que es una desgracia, porque lo que nos muestra la foto del satélite es ahora una gran mancha blanca donde antes había parcelas agrícolas al aire libre, por lo que lo que a la retina le impresiona es el cambio del verde al blanco. Sin embargo, bajo esa capa blanca, lo que hay es más verde que la cobertura original del suelo. Pero ahí no quedan los cambios, el mayor poblamiento ha extendido también el suelo urbano en toda la provincia y en el Poniente en particular, así como de unos espacios para vías de comunicaciones que antes eran menores y de menor capacidad. La A7, que sustituyó a la vieja Carretera Nacional 340 como eje de comunicación litoral Este-Oeste, soslayó las poblaciones, rodeándolas y duplicó la capacidad añadiendo un carril más en cada sentido. El resultado ha sido que en muchos tramos, la nueva carretera ha tenido que surcar terrenos muy accidentados, abriendo nuevos túneles y edificando enormes viaductos para salvar las complejidades del terreno. Por otro lado, y como ya se ha comentado más arriba, han surgido nuevos municipios y asentamientos de población. El ejemplo paradigmático es el municipio de El Ejido, que hasta 1982 pertenecía al municipio de Dalías. La Mojonera se segregó de Felix en 1984. Pero en Nijar, florecieron núcleos de población como Campohermoso o San Isidro, impulsados por el desarrollo de la agricultura de invernade-

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ros en este municipio. Tal vez interese mencionar aquí que mientras en las zonas de invernadero, nacían nuevos municipios, en las zonas del interior, sucedía el fenómeno contrario, motivado por el descenso de los habitantes.

_La revolución económica A estas alturas, no se le escapa a nadie que la transformación económica de la provincia de Almería ha tenido su lanzadera en la agricultura de invernadero. La clave de este desarrollo ha sido explicado ya en numerosas ocasiones, y los factores que se han mencionado normalmente han sido de carácter circunstancial. Se refieren normalmente a las condiciones espacio temporales en los que surgió el fenómeno. Estos son el clima, la puesta en funcionamiento de los pozos de colonización, el descubrimiento del enarenado, la disponibilidad de mano de obra y los bajos requerimientos de capital para la compra de una tierra hasta entonces prácticamente improductiva y el acceso a los mercados europeos. Es obvio que estos factores influyeron en el nacimiento y posterior desarrollo del modelo productivo almeriense.

“A estas alturas, no se le escapa a nadie que la transformación económica de la provincia de Almería ha tenido su lanzadera en la agricultura de invernadero.”

“...han surgido nuevos municipios y asentamientos de población. El ejemplo paradigmático es el municipio de El Ejido, que hasta 1982 pertenecía al municipio de Dalías.”



¿Por qué la revolución transparente ha durado 50 años y parece dispuesta a durar mucho más? Algunos de los factores que podrían contribuir a la explicación pueden ser: La combinación demanda-distancia. En torno al 70 % de la producción de los invernaderos almerienses se exporta, en su mayoría, a países europeos, relativamente cercanos. Esto es así porque la naturaleza perecedera de los productos no permite demasiado tiempo de transporte (lo que implica que no es viable enviar desde cualquier lugar del mundo a costes razonables), y porque la demanda es lo suficientemente estable como para que este proceso no sufra demasiados vaivenes. La base social. A diferencia de otros modelos de desarrollo acaecidos en la provincia, el desarrollo agrícola ha estado en manos de multitud de pequeñas explotaciones familiares. Esto ha contribuido a permitir una mayor distribución de los beneficios (al menos, más equilibrada). Asimismo, la gran cantidad de agricultores ha posibilitado la existencia de un clima de competencia-cooperación muy interesante en el que las innovaciones nacen, se perfeccionan y se adoptan con enorme celeridad con el fin último de no perder competitividad.

sistema productivo local que, entre otras ventajas, tiene la de dotar al sistema de mayor resistencia y resiliencia. En cualquier caso, los resultados son los ya conocidos. Almería pasó de ser la provincia más pobre de España del año 1955 a estar en torno a la media nacional a finales de la pasada década. El proceso también permitió que la provincia de Almería fuera poco a poco aumentando su peso en otros sectores y que el proceso de desindustrialización fuera menos intenso de lo que podría haber sido de faltar la demanda creada por la el sector agrario.

La revolución social. Finalmente, debemos considerar las transformaciones que ha sufrido la sociedad almeriense. Posiblemente, los dos cambios más radicales hayan sido la gran diversidad adquirida y el aumento del nivel educativo medio. Sobre el primero ya se ha comentado más arriba, pero lo cierto es que apenas nos hemos detenido en un par de cifras. Por mucho que nos parezca elevado el porcentaje del casi 20 % de población extranjera en Almería, lo verdaderamente sorprendente ha sido la intensidad del proceso (se ha producido en apenas dos décadas) y la gran diversidad de na-

Las demandas inducidas. Tanto el gran número de agricultores como la propia naturaleza de estas explotaciones generan una elevada demanda de bienes y servicios auxiliares, lo que terminó dando origen a un distrito agroindustrial, o a un

“El desarrollo agrícola ha estado en manos de multitud de pequeñas explotaciones familiares, contribuyendo a una mayor distribución de los beneficios.”

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“El gran número de agricultores generan una elevada demanda de bienes y servicios auxiliares, lo que ha contribuido al nacimiento de un distrito agroindustrial.”

“Almería pasó de ser la provincia más pobre de España en el año 1955 a situarse en torno a la media nacional a finales de la pasada década”

“Posiblemente, los dos cambios más radicales operados en Almería hayan sido la gran diversidad adquirida y el aumento del nivel educativo medio”



cionalidades que aquí se han dado cita. Esto ha supuesto mutar desde una sociedad muy tradicional y uniforme a otra muy diversa y, por definición, más abierta a las novedades. Las ciento cincuenta y dos nacionalidades que están presentes en Almería son un hito sin precedentes en la historia reciente de esta provincia. Formación. La otra gran revolución ha sido la de la formación. La Almería del primer invernadero aún tenía unas tasa de analfabetismo de más del 15 % de la población de dieciséis y más años. La de hoy tiene una tasa del 2,8 %, mientras que la mayores de 16 con estudios universitarios es superior al 15 %. Esto pone de manifiesto que una parte importante de las ganancias de renta no se han malgastado, sino que han ido a parar a la mejora del más fundamental de los capitales: las personas.

Las cientocincuenta y dos nacionalidades presentes en Almería son un hito sin precedentes en la historia reciente de esta provincia

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Jacinto Castillo C O O R D I N A D O R D E A G R I C U LT U R A 2 0 0 0

Protagonista de primera plana Más allá de sistemas políticos y modas; de estilos periodísticos y técnicas de impresión, el invernadero con todos sus precedentes y sus consecuencias más poderosas ha sido protagonista de primera plana en La Voz de Almería. Ambos, el invernadero y el periódico, han hecho un camino juntos que ha cambiado la historia de Almería definitivamente 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 57


28 DE JUNIO DE 1964

Algo que mostrar. Los príncipes Don Juan Carlos y Doña Sofía visitaban juntos por primera vez Almería en junio de 1964 y los logros conseguidos por el INC destacaban en el programa ofrecido a tan egregios visitantes. El primer invernadero parece que no figuró en la agenda...

31 DE OCTUBRE DE 1964

“Bodas de plata”. La agricultura emergente de Almería también tuvo sus momentos de gloria en los fastos que celebraron los primeros 25 años desde el fin de la Guerra Civil, como recogía la portada de La Voz. Aquellos nuevos agricultores parecían encarnar los nuevos tiempos.

21 DE ABRIL DE 1966

A penas dos líneas. En octubre de 1964, el ministro de Agricultura Cirilo Cánovas visitó los pueblos del INC: todo parecía convenir a la autocomplacencia oficial. Sin embargo, el cronista sólo le dedica dos líneas al primer invernadero, porque la comitiva casi pasó de largo en su recorrido.

Crece la prensa agrícola, pero el primer invernadero pasa de puntillas J.C. esde que las realizaciones del Instituto Nacional de Colonización se fueron materializando en la provincia de Almería, la prensa de contenido agrícola comienza a ganar terreo a las páginas de La Voz de Almería. El agua y los nuevos pueblos surgidos como una alternativa a la emigración parecían un buen argumento para las autoridades de entonces y esta provincia tampoco ofrecía mucho más. Los fogonazos del cine o el incipiente turismo eran casi los únicos argumentos informativos que sacaban a esta provincia de la monotonía oficialista y del extenso calendario de las festividades religiosas. Sólo la “bomba de Palomares” en 1966 sacudió esa placidez normalidad tan almeriense con el célebre “baño de Fraga”. Entre tanto, las imágenes de esos poblados blancos, que tenían algo de decorado de película castiza, se iban poblando con algunos de

D

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los héroes anónimos que más adelante protagonizarían el llamado “milagro almeriense”. Pero, de momento, las visitas de los jerarcas del INC, de Sindicatos o, incluso de ministros de turno. Aunque muy pronto se convertirían en personas muy queridas en España, la verdad es que la visita de Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia a los nuevos poblados de colonización del Campo de Dalías y de Níjar en 1964, debió despertar algunas preguntas que aún no tenían una contestación clara. El cronista no se detuvo, naturalmente, en esas cuestiones, y se centró en la jovencísima y atractiva pareja a la que se le presentó esa nueva generación de almerienses que parecían ser capaces de convertir el desierto en jardín y la miseria en esperanza. Las sonrisas de la inocencia y el rictus reverencioso de la autoridad estaban cada vez más cerca de dar paso a otra realidad, pero nadie podía percibirlo entonces. En una finca de Roquetas, una idea novedosa estaba fructificando en clave de futuro....

No todo eran fastos...La agricultura almeriense, renacida y en plena competencia con la emigración no sólo deparaba actos de “afirmación nacional”. El ingeniero jefe del INC en Almería, Leandro Pérez de Cobos transmitía gracias a La Voz las interesantes aportaciones del enarenado.


23 DE NOVIEMBRE DE 1971

28 DE abril DE 1974

Cifras y proyectos. La década de los

Europa-Almería-Europa. El In-

setenta arrancó ya con las cifras del campo como motivo para presumir de progreso. De futuro. El invernadero todavía era una foto secundaria que iba ganando espacio junto al enarenado. La información agrícola se hacía un poco más técnica...

vernadero comienza a situar a Almería en Europa. Las semillas que vienen de países centroeuropeos germinan en los invernaderos almerienses y generan un producto que hacen el viaje de vuelta. Almería estaba abriéndose un lugar el mapa.

19 DE DICIEMBRE DE 1976

Primeras reivindicaciones. Los vientos de la transición abrían otra posibilidad más en el tratamiento de los problemas del campo: la reivindicación. La prensa local se hacía eco del déficit de atención que el “milagro almeriense” generaba en los poderes públicos

Logros económicos, las inundaciones del 73 y la reivindicativa Transición J.C. n hecho sucedido en octubre de 1973 iba a desencadenar el lanzamiento definitivo del invernadero. Las dramáticas inundaciones que asolaron amplias zonas de la provincia de Almería y de las vecinas Murcia y Granada, se cebaron con especial dureza en Adra. Las ayudas económicas a los agricultores damnificados orientaron las miras hacia el invernadero, ese extraño artilugio que ya estaba dando resultados interesantes en el Campo de Dalías. La prensa local se multiplicó para contar el alcance de aquella catástrofe que, sin embargo, propició el despegue de los cultivos protegidos, con el impulso del crédito oficial y con la ayuda de aquella joven entonces Caja Rural. Seguramente, el interés por fomentar el mercado en origen, protagonizado por la empresa pública Mercorsa, también influyó en las expectativas que se abrían al campo almerien-

U

se. La Voz ofrecía en septiembre de 1972 un amplio reportaje antecediendo la creación de Mercalmería, dando justa importancia a la noticia. Pero la Transición iba a operar un cambio que casi se solapa con el primer gran hito de la evolución del invernadero en Almería. La Voz recogía las inquietudes de un sector que se sentía olvidado, pese a sus credenciales económicas: 8.000 millones de pesetas de entonces en su facturación bruta. Además, otras zonas agrícolas de España parecían disputar el valor añadido y las prioridades de la política agraria al campo almeriense. Por eso, las páginas de la prensa decana de Almería comenzaron a hablar del trato que recibían nuestros productos por parte de las comercializadoras valencianas o de las supuestas malas artes del sector canario dedicado a los pepinos. Ya en 1977, un primer artículo bastante amplio y riguroso hablaba en las páginas de La Voz de un concepto rompedor: la lucha biológica contra la mosca blanca, una “guerra” que permaneció casi latente tres décadas.

Las Palmerillas, casi a punto. El 8 de febrero de 1976 La Voz daba noticia del proyecto que estaba desarrollando la Caja Rural para hacer realidad una finca experimental en Las Palmerillas, un nombre prácticamente desconocido para la mayoría de lectores de entonces....

50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 59


17 DE FEBRERO DE 1982

La segunda Expo Agro. El invernadero almeriense daba de sí para organizar un certamen que quería ser el reflejo de lo que estaba sucediendo en el campo. La sociedad almeriense tenía a partir de ese momento una cita anual con la agricultura, aunque a cierta dstancia.

15 DE MAYO DE 1984

Europa, Europa. Una de las consecuencias más importantes de la Transición política fue la integración de España en la Comunidad Económica Europea. El invernadero almeriense iba a producir sus hortalizas y sus frutas para que se comercializaran como quería Europa.

13 DE DICIEMBRE DE 1986

Evolución constante. Un incremento en la producción del sector hortofrutícola fue siempre motivo suficiente para una portada de La Voz. En aquella década se fue convirtiendo en argumento informativo recurrente para ocupar las primeras planas. Por suerte.

Europa, la Expo, las nuevas reglas de juego y...el éxito J.C. a “movida” de los ochenta no tuvo paralelismo en el campo almeriense. Mientras los modernos se entregaban a revisar antiguas modernidades, los agricultores apretaban los dientes para estar a al altura de la imparable evolución de todo lo que les rodeaba. La frontera de Francia, que pocos años atrás había que cruzar para ver películas sin censura, se convirtió en un muro de odio de parte de los agricultores franceses, que convirtieron el volcado de tomates en un espectáculo televisivo a diario. Pero Europa abría sus puertas a España y comenzaba el debate para sopesar pérdidas y ganancias de aquella nueva situación. Los convulsos ochenta trajeron al campo almeriense situaciones tan peculiares como la acusación a los tomates de Roquetas de ser los causantes de aquel nefasto síndrome tóxico que produjo el aceite de colza desnaturalizado.

L Investigación imprescindible. La pujanza de la agricultura intensiva demandaba ya no sólo el esfuerzo investigador de las empresas privadas sino también la iniciativa del sector público. La FIAPA, en la sede de La Mojonera (actualmente, el centro IFAPA) asumía este papel.

60 I 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA

También fue la década de la creación de grandes empreas, como Eurosur, la mayor de Europa en su momento. O Frusol, que conoció un largo recorrido y que contaría con la presencia del entonces consejero de Agricultura Manaute para su inauguración oficial. También fue la década de la crisis de Tierras de Almería y toda la turbulencia generada en torno a su nombre, protagonista de muchas portadas de La Voz. Entre tanto, la superficie invernada seguía creciendo. Los agricultores trataban de adaptarse a las nuevas reglas del juego que venían de Europa y a las directrices de la Ley General de Cooperativas que entraba en las cortes en 1983, muy poco conocida aún entre los agricultores almerienses. Por eso, comenzó a hacerse cada vez más frecuente el anuncio de seminarios y jornadas para dar a conocer las novedades legislativas y los avances en materia de horticultura, especialmente coincidiendo con las sucesivas ediciones de Expo Agro, una feria cuya celebración siempre tuvo encima la espada de Damocles de su continuidad.


31 DE JULIO DE 1991

27 DE MAYO DE 1997

Otro record. Periódicamente, la agri-

Vecinos mal avenidos. Los agricul-

cultura almeriense superaba sus propios registros. Con esa tendencia arrancó una década que iba a ser decisiva en la historia de esta agricultura de la que ya se presumía en todo el mundo. El “milagro” ya era un reguero de cifras existosas.

tores franceses no soportaban bien la competencia de los productos almerienses. El invernadero generaba mejores hortalizas, a mejor precio y en épocas del año cada vez más extensas. El problema con estos vecinos mal avenidos llegó lejos.

La actualidad del siglo XXI

1 DE DICIEMBRE DE 1998

Imparable. Los noventa enfilaban las últimas hojas de su calendario mirando a lo más alto de las estadísticas. Crecía la superficie invernada y todo el sector parecía conjurado a ganar terreno en mercados en Europa y más allá de sus fronteras. Los Estados Unidos eran el objetivo.

La madurez de un modelo, en portada J.C. l borde cumplir medio siglo, la agricultura almeriense ya representa un modelo genuino de producción y comercialización que goza de una acusada madurez. Sin esa cualidad, hubiese sido imposible alcanzar las cifras mareantes con las que aparece periódicamente en las portadas de La Voz. Ni tampoco, superar con éxito algunas crisis como la sucedida hace dos años, tras la alarma desatada en Alemania. Antes de eso, la generalización del control biológico y la producción integrada dejó en la historia económica y social de Almería una página que no debe ser olvidada. Todavía quedan miles de portadas que escribir con el invernadero y la agricultura almeriense como protagonistas. Portadas que, a veces, serán preocupantes, pero siempre en menor número que las prometedoras, porque el éxito es un rasgo genético del campo almeriense.

A El límite de los 2.000 millones. costó trabajo, pero se consiguió. El sector superó los dos mil millones de euros de facturación en 2007 y puso proa a otras cifras redondas. El precio, que es el nudo gordiano para el campo, es la clave. Pero también parece ser la solución...

La crisis que unió a todos . Los efectos de la crisis del E. coli significaron para muchos la evidencia de las debilidades del sector, pero la reacción de todos, incluida la prensa decana, y la posterior superación del problema fueron un ejemplo de firmeza. Y un motivo de orgullo.

50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 61


Antonio Fernández R E D A C T O R J E F E D E L A V O Z D E A L M E R Í A

INDUSTRIA AUXILIAR El otro gigante de la agricultura de las multinacionales que durante años habían almeriense Muchas vendido en Almería sus semillas o sus fitosanitarios implantaron aquí centros de investigación y de desarrollo

i es cierto y patente que la agricultura intensiva almeriense ha protagonizado no una sino varias ‘revoluciones verdes’ a lo largo de sus cincuenta años de historia, no lo es menos que la industria auxiliar se ha posicionado firmemente como uno de los sectores emergentes de la provincia, hasta el punto de ser considerada a estas alturas por numerosos estudiosos y analistas como la gran baza para el futuro económico almeriense. La evolución de la agroindustria ha seguido su propio camino, aunque casi siempre coincidente con la que presenta la propia agricultura bajo plástico a la que nutre y a la que proporciona soluciones ante los problemas del día a día. En las primeras dos décadas del ‘milagro almeriense’ más del 90 por ciento de los insumos necesarios para poner en marcha la producción llegaban desde el exterior. Este hecho no es sólo un problema económico o de dependencia, era también un factor de dificultad puesto que no siempre las semillas o las estructuras desarrolladas para cultivos situados en otras zonas del mundo cubrí-

S

62 I 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA

an con las exigencias y las condiciones que se presentaban en la provincia. Sin embargo a partir de los años ochenta, cuando la incorporación de ‘facto’ de España a la Comunidad Económica Europea fue el motor de un crecimiento exponencial de la producción y de las exportaciones de las hortalizas almerienses hacia los mercados comunitarios, muchas de las multinacionales que durante años habían vendido en Almería sus semillas o sus productos fitosanitarios decidieron implantar aquí centros de investigación y de desarrollo de variedades mejor adaptadas al clima, los suelos y las condiciones de cultivo.

_Germen industrial Paralelamente empezaron a nacer empresas autóctonas que supusieron una firme apuesta por producir en Almería lo que requería la agricultura almeriense. Ese camino fue el germen de lo que hoy es una industria poderosa que reúne, según los cálculos que realiza el propio sector, a no menos de 300 empresas de la industria auxiliar, un segmento de actividad eco-

Las sociedades que trabajan al lado de la agricultura factura más del 30 por ciento en los mercados exteriores traspasando fronteras cada vez más lejanas

Semilleros, envases y embalajes, semillas, agroquímicas, construcción de invernaderos, plásticos, fertirrigación o servicios avanzados constituyen hoy una fuerza de choque


La evolución tecnológica de los cultivos bajo plástico ha ido a la par del fortalecmiento de la industria auxiliar.

nómica que alcanza a estas alturas un nivel de facturación que se calcula en torno a los 1.200 millones de euros. El nivel de desarrollo adquirido por estas empresas, y la fuerte apuesta por la investigación y la innovación, las ha llevado a abordar una nueva fase y se han abierto definitivamente las puertas a la internacionalización. Hoy el conjunto de sociedades que trabajan al lado de la agricultura factura más del 30 por ciento en los mercados exteriores y las fronteras que van cayendo son cada vez más lejanas. De esta forma se ha conseguido algo impensable hace tres décadas, que las empresas almerienses de la industria auxiliar compitan con éxito con las grandes multinacionales de origen europeo, norteamericano o israelita, abordando mercados que abarcan los cinco continentes, o al menos cuatro de ellos porque Australia aún queda lejos de los objetivos de la mayoría de ellas.

El mundo de las semillas y delo semilleros ofrece uno de los ámbitos más poderosos de la industria auxiliar.

_Tecnova En la mejora de la posición competitiva ha jugado un papel importante la Fundación para las Tecnologías Agrarias de la Provincia de Almería, Tecnova, una institución creada inicialmente por una veintena de empresas que hoy agrupa a más de 120 de ellas, y que representa la fortaleza de un sector en permanente evolución. Semilleros, envases y embalajes, semillas, agroquímicas, construcción de invernaderos, plásticos, riego y sistemas de fertirrigación o servicios avanzados constituyen hoy una fuerza de choque con capacidad para competir en buena parte de los mercados mundiales.

50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 63


La evolución última de la agricultura intensiva almeriense, la enésima revolución verde del sector hortofrutícola, ha supuesto un cambio sustancial en la forma de producir. Los riesgos, sobradamente conocidos, del uso de plaguicidas y, en general, de agroquímicos, han empujado a los agricultores a la adopción, en muy poco tiempo, de la producción integrada, el uso de las técnicas de control biológico de las plagas y, en último extremo, la producción ecológica. En esa evolución han estado acompañados permanentemente por las empresas de la industria auxiliar que se han mostrado perfectamente capacitadas para dar las respuestas adecuadas a cualquier demanda llegada desde los invernaderos. El resultado es que en la actualidad empresas almerienses como Agrobío, Velsam y un largo etcétera proponen soluciones a medida cuando surge cualquier tipo de problema en los cultivos. Sin duda las herramientas que los agricultores tenían en sus manos hace cincuenta años apenas se parecen a estas alturas con las soluciones que la industria auxiliar ha ido poniendo a su disposición. Quizá una de las cuestiones de mayor trascendencia es que se trata de una simbiosis casi perfecta porque la industria no habría tenido jamás en la provincia un desarrollo tan espectacular sin el acicate de atender a los agricultores, y estos últimos no habrían encontrado respuestas tan eficaces sin el desarrollo paralelo de la industria auxiliar.

64 I 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA

La polinización con abejorros y la utilización de insectos auxiliares ha experimentado en los últimos tiempos un avance espectacular.



JOSÉ GABRIEL LÓPEZ SEGURA DIRECTOR DEL CENTRO DEL IFAPA DE LA MOJONERA

Reflexiones

sobre 50 años de historia El IFAPA se creó el 17 de abril de 1979. Su sede fue la Escuela de Capacitación Agraria ubicada en el actual término de La Mojonera, en terrenos que entonces pertenecían aL término de Felix uando se cumplen cincuenta años de la construcción del primer invernadero en Almería, el de Francisco Fuentes, Paco “El Piloto”, en la parcela piloto nº 24 de Roquetas de Mar, merece la pena hacer una breve parada en el frenético desarrollo de nuestra horticultura intensiva y reflexionar sobre nuestro pasado y el momento actual. En este artículo quiero referirme a tres hitos históricos en el sector de la I+D+F de nuestros cultivos de invernadero.

C

66 I 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA

Lo que comenzó en la segunda mitad del pasado siglo como un ensayo para permitir cultivar zonas áridas y salinas, nuestros entrañables enarenados, se convirtió rápidamente en un foco de atracción de nuevas tecnologías, en principio foráneas, que contribuyeron a un espectacular incremento de las producciones: materiales de cubierta, nuevas variedades adaptadas a la intensificación de cultivo, diseño y climatización de invernaderos, tecnologías de riego y fertilización, protección de cultivos,…

Dos entidades iniciaron casi simultáneamente una labor propia de experimentación, transferencia e investigación de los nuevos desarrollos tecnológicos ligados a nuestros invernaderos: los actuales Centros de “Las Palmerillas”, Estación Experimental de la Fundación Cajamar, hace ahora 37 años, y el IFAPA, que se inició como Estación de Investigación sobre Cultivos Hortícolas Intensivos, por Orden Ministerial de 17 de abril de 1979, ubicada en la Escuela de Capacitación Agraria de Felix, actual T.M. de La Mojonera.


La foto aérea de os invernaderos del Poniente constituye muestra el ingente terreno, físico y teórico, para el I+D de la agricultura almeriense

Desde hace más de treinta años se está desarrollando esta labor de investigación, desarrollo y transferencia en los dos centros, IFAPA y Las Palmerillas, con líneas y equipos de trabajos complementarios y coordinados, procurando no duplicar esfuerzos. En los distintos foros internacionales realizados en los últimos años ha quedado patente el puesto de vanguardia que se ha conseguido gracias a esta actuación conjunta. La producción de I+D en horticultura de invernadero en Almería se va incrementando desde entonces y se puede considerar que llega a una situación de consolidación hacia los años 2005-2006, coincidiendo con la época de pleno apoyo económico e institucional de la Junta de Andalucía y otros Organismos de la Administración Central a todas las iniciativas del sector, importantes incentivos a la creación de Empresas de Base Tecnológica y la presencia de los Grupos de Investigación de la UAL. Esta época coincide con la mayor especialización de la EXPOAGRO y la celebración en nuestra provincia de varios eventos científicos internacionales de

En 2006, el IFAPA organizó un importa te simposium internacional que convirtió a Almería en “capital mundial del invernadero”.

Hace más de 30 años que se trabaja en los centros del IFAPA y Las Palmerillas, con líneas y equipos de trabajo complementarios y coordinados

La producción de I+D en horticultura se consolida entre 2005 y 2006, coincidiendo con el pleno apoyo de la Junta y del Gobierno Central

50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 67


primera línea, destacando el Simposio Internacional sobre Climatización de Invernaderos. En Almería desarrollaban su actividad en ese momento varios de los Centros encuadrados en la Red de Espacios Tecnológicos de Andalucía (RETA), relacionados con la horticultura intensiva y su industria auxiliar: TECNOVA, Fundación UAL-ANECOOP, FIAPA, COEXPHAL, financiados en parte con subvenciones públicas. En el año 2006, la mayor parte de los actores: sector productivo, comercializadores, exportadores, industria auxiliar, instituciones, entidades financieras y administraciones, apostaron por el PITA y el futuro Centro Tecnológico de primer nivel ligado a él como pilar fundamental del nuevo avance que tenía que dar obligatoriamente la horticultura intensiva en nuestra provincia, para convertirnos en productores y exportadores de tecnología a todo el ámbito mediterráneo y a otras zonas en todo el mundo con un sector agrícola similar al nuestro. Junto con esta estrategia a corto plazo, basada en coordinar toda la demanda y oferta de I+D relacionada con la agricultura y su industria auxiliar a nivel provincial en una estructura única, localizada en el Parque Tecnológico, con el indudable incremento en la eficacia y en la racionalización del uso de los recursos, se determinaron las nuevas líneas de desarrollo de tecnología a nivel internacional en las cuales Almería debe situarse en una posición de liderazgo y que complementarían a las que se estaban trabajando en ese momento.

68 I 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA

Junto a la estrategia a corto plaza, caracterizada por el trabajo intenso, Almería tiene por delante ambiciosos proyectos para liderar la agricultura del futuro.


Invernadero desarrollado en el Centro Experimental de Las Palmerillas dentro del proyecto CENIT MEDIODÍA.

EL INVERNADERO del futuro

Los centros de investigación de Almería se afanan en encontrar los invernaderos más novedosos y rentables. Las diferentes técnicas pasan por la manipulación robotizada hasta la utilización de la nanotecnología para los plásticos de cubierta o la biomasa para la producción de energía 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 69


M.C. CEREZUELA n el futuro próximo, la estructura, los materiales de cubierta y los equipamientos de clima y control del invernadero deben de ser desarrollados para reducir la dependencia del petróleo, con un uso mayor de recursos naturales y minimizando el uso de productos químicos. Esta es la apuesta de los expertos en investigación agrícola. Y ahí es por donde se dirigen las principales investigaciones que se están desarrollando sobre el futuro de los invernaderos. Proyectos nacionales como CENIT Medio Día y europeos como Euphoros o Spicy, donde participa la Fundación Cajamar, dirigen sus objetivos en este sentido. Precisamente, el primer invernadero robotizado y sostenible ha nacido enmarcado en el proyecto CENIT Medio Día. Este proyecto cuenta entre sus novedades con una nueva estructura de invernadero, que maximiza la entrada de radiación en invierno y mejora la recogida de condensación y ventilación. Tiene, además, un sistema de movimiento de bandejas de cultivo que permite desplazar las plantas con sus frutos a una zona de manipulación aumentando la densidad de plantación y multiplicando los resultados de productividad. Asimismo, está en fase de prueba la línea de manipulación robotizada en el propio invernadero que posibilita confeccionar empaquetados combinados de diversos cultivos listos para

E

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Invernadero experimental de la Universidad de Almería. El centro de experimentación BITAL venido realizando una serie de valiosas aportaciones que van a ser decisivas en el futuro de la agricultura.


su distribución. En la línea de sostenibilidad, el proyecto afronta con éxito los resultados de un sistema de tratamiento de agua, tanto de desalinizadora como de depuradora, para aporte al invernadero. Con este dispositivo se podrá utilizar tanto agua de mar como depurar el agua utilizada en el cultivo para su reutilización.

El primer invernadero robotizado y sostenible nació enmarcado en el proyecto CENIT Medio Día, en la Estación Experimental de Las Palmerillas de la fundación Cajamar

Almería ha mostrado una gran flexibilidad para adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores: productos de alta calidad, saludables, seguros y producidos con mínimo impacto ambiental, que su agricultura

_Fundación Cajamar El espacio elegido para las pruebas, montaje y aplicaciones de este revolucionario cambio ha sido la Estación Experimental de la Fundación Cajamar. Además, participan en el proyecto firmas líderes en sus sectores como Repsol, Acciona Instalaciones, Acciona Agua, Ulma Agrícola, Ulma Handling Systems, Ulma CYE, Ingeteam, Agrobío, Biomiva y Grupo AN. Pero este no es el único estudio que se está realizando sobre el futuro de los invernaderos. Desde que la agricultura intensiva se implantara en Almería la evolución que ha experimentado ha sido significativa. “Almería ha mostrado una gran flexibilidad para adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores: productos de alta calidad, saludables, seguros y producidos con mínimo impacto ambiental, que ha sido clave en el éxito de esta agricultura”, explica Juan Carlos López, de la división del Servicio Técnico Negocio Agroalimentario de la Estación Experimental ‘Las Palmerillas’. Las nuevas apuestas pasan por el uso eficiente del agua, la mejora de los sistemas de refrigeración en el invernadero, la búsqueda de

50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 71


otras fuentes de energía alternativas a la energía fósil, el desarrollo de materiales anti goteo y anti polvo para la cubierta que permita aumentar la radiación en el invernadero y reducir los problemas de enfermedades.

_Centro de investigación BITAL El centro de investigación BITAL de la Universidad de Almería también realiza estudios sobre cómo serán los invernaderos del futuro. Sus investigaciones concluyen que la gestión de cultivos realizada bajo la mayor implementación tecnológica, no redunda directamente en una mayor productividad comercial y en un superior rendimiento en términos generales. Por eso, los estudios se centran en el cultivo y es la tecnología la que se adapta a él. “Es imprescindible establecer el nivel tecnológico que hace a cada cultivo más rentable”, apunta el director de BITAL, Diego L. Valera. La especialización también juega un papel importante.

Una mayor implementación tecnológica, no redunda en una mayor productividad comercial. Es necesario apuntar al cultivo.

_Nanotecnología

Robot clasificador de productos instalado dentro del propio invernadero

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En cuanto a los materiales de cubierta, desde IFAPA ‘La Mojonera’ apuntan que la revolución puede venir de la mano de la nanotecnología, que va a permitir producir filmes plásticos más duraderos, materiales autolimpiables, con fotoselectividad puntual y termosensibles. Por otro lado, en cuanto al consumo de energía en el invernadero, el investigador de Tecnologías de Invernaderos de este centro, Esteban José Baeza,

En el futuro, no es descabellado pensar en cubrir los consumos energéticos del invernadero sin recurrir al uso de combustibles fósiles.


apunta que “en el futuro, no es descabellado pensar en cubrir los consumos energéticos del invernadero sin recurrir al uso de combustibles fósiles, si no con fuentes renovables”. En este sentido, apunta el investigador hacia el papel que puede jugar la biomasa: “Máxime si tenemos en cuenta la biomasa residual que producen los invernaderos de Almería y que no necesariamente debe tener un uso final destinado exclusivamente al compostaje”. Pero la biomasa no es la única opción. La energía solar de concentración, mediante uso de concentrados cilindro-parabólicos o la geotermia para climatizar viviendas también pueden ser alternativas a considerar en los invernaderos.

El invernadero del futuro está siendo concebido ya, asumiendo todos los retos a los que se enfrenta la agricultura almeriense actual. Los mismo que va a superar con toda seguridad.

En cuanto a los materiales de cubierta la revolución puede venir de la mano de la nanotecnología, que va a permitir producir plásticos más eficientes, más duraderos y autolimpiables

50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA I 73


Tres generaciones

y un futuro para todos

Miradas, silencios, palabras, escenas, frutos. El campo almeriense no se ha dejado atrás algo tan esencial como el sentido de la familia y de la trasmisión de conocimientos y de valores. Por eso puede con todo En la imagen superior, una familia de parraleros en una estampa tradicional del campo almeriense de mediados del siglo XX. Abajo, un moderno invernadero cuya propietaria, Cristina Martín, enseña a los más pequeños las primeras lecciones de esta apasionante materia que es la agricultura intensiva. (Gentileza de Óscar Morelli).

74 I 50 AÑOS QUE CAMBIARON ALMERÍA



LaVoz de AlmerĂ­a




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