1 minute read

el odio Por cristian gómez

El odio estuvo acá y estuvo allá. Estuvo donde el hombre le dio cabida por el solo hecho de odiar o por no darse cuenta de que está odiando.

El odio gatilló dos veces, el odio mató a Kosteki y Santillán, el odio causó 30 mil desaparecidos, el odio causó una guerra que lleva meses entre Rusia y Ucrania.

Advertisement

En ese corto tiempo causó miles de muertos entre personas que no hace muchos años vivían en el mismo país.

El odio exterminó al pueblo judío en otra guerra donde se creó el arma de destrucción masiva más terrible de todos los tiempos.

El odio estuvo en Malvinas y mandó a la muerte segura a cientos de jóvenes que fueron a la guerra creyendo que era lo correcto.

El odio estuvo en Hiroshima y Nagasaki, el odio encerró a Lula por pelear por su pueblo, el odio exilió a Evo Morales, el odio encarceló a Mandela 23 años, el odio no quiere y nunca quiso que todos seamos iguales, que todos seamos felices.

Hace unos días, el odio hizo que “Nana”, como le dicen en el barrio, o Sabag Montiel, como lo conoce hoy la mayoría de los argentinos, fuera capaz de atentar contra todos nosotros.

Contra todo el mundo, contra la esperanza, contra la igualdad, contra la necesidad de un país de salir adelante y matar a ese odio que lo corrompe.

El odio la quiso matar a ella y a todos, pero nos hizo más fuertes porque, a pesar del odio y gracias a Dios y uno más de sus milagros, ella, la esperanza, sigue viva.

This article is from: