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ELÍAS EXENI DE AMÉRICA, LA PATRIA GRANDE

Un negrito apareció deslumbrando al mundo entero. Con sus geniales habilidades, este negro conquistó varios títulos en su país, otros tantos en el exterior.

Fue ganando fama en cualquier cancha que pisaba, dejando el recuerdo enraizado que aquí… el rey pisará…

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Pero apareció otro, chiquito y blanquito. Aunque dicen que fue mejor, de eso no vamos a hablar. Uno, un gigante negro; el otro, un pequeño genio que vivía, en una lamparita. Cuando los domingos en la cancha la frotaban, el genio aparecía.

Dicen que este negro en sus tiempos fue el mejor. Del blanquito dicen lo mismo y los comparan a los dos.

Escriben tantas cosas, será de envidia, fanatismo o qué sé yo, ya lo dije y lo repito: no discutamos de estos temas porque él, chiquito blanquito, dejó bien alto su emblema… Corazón le sobraba, orgulloso mi pá, qué les cuento; el haber nacido en estas tierras, conquistando en las canchas lo que él, santo de la espada, conquistará en las guerras.

En mi humilde opinión, las glorias del fútbol de todos los tiempos son de América, la patria grande.

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