Viña Ardanza cumple 75 años

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ViĂąa Ardanza cumple 75


El 28 de septiembre de 1942, bajo la presidencia de D. Leandro Ardanza, se registra oficialmente esta marca

Un repaso a la historia: 1942-2017 Viña Ardanza, el emblemático vino de La Rioja Alta, S.A. celebra este año su 75 aniversario. Aunque ya se elaboraba y comercializaba algunos años antes, fue el 28 de septiembre de 1942 cuando, bajo la presidencia de D. Leandro Ardanza, se registró oficialmente esta marca con el apellido de una de las cinco familias que, en 1890, fundaron nuestra bodega en el Barrio de la Estación de Haro y que hoy permanece muy unida a nuestra casa. La plaga de la filoxera impulsó a finales del XIX el nacimiento de las bodegas del Barrio de la Estación y la llegada a Haro de comerciantes y enólogos franceses, en nuestro caso, Monsieur Albert Vigier. Esto supuso que, durante sus primeras décadas, estas nuevas casas bodegueras elaboraran sus vinos con un estilo muy francés debido a la importante influencia bordelesa. Así, era habitual que en las etiquetas de los vinos aparecieran referencias al estilo de su elaboración: Estilo Medoc, Estilo Sauternes o, como en el caso de los primeros Viña Ardanza, Estilo Borgoña. Ese era el patrón enológico bajo el que se elaboraba esta referencia, de ahí precisamente el uso de la botella borgoñona.


Así se gestó el Viña Ardanza, el vino que más fama y renombre ha dado a La Rioja Alta, S.A. Una marca que el transcurrir de los años ha transformado en mítica, y que, por sus características intrínsecas, su originalidad y personalidad, siempre ha sido el gran referente de nuestra bodega. Hoy, 75 años después, Viña Ardanza es también una de las grandes referencias internacionales de Rioja. La historia de Viña Ardanza es una historia de éxito. Probablemente La Rioja Alta, S.A. no ocuparía en la actualidad un lugar entre las mejores bodegas del mundo sin Viña Ardanza. Las míticas cosechas del 1964, 1973 y 2001, las excepcionales de 1970 —con la que Viña Ardanza saltó a la fama a nivel internacional— 1985, 1989, 1995, 1996, 2004, 2005, 2007... y este 2008 que está, por lo menos, a la altura de las mejores. Todas fueron excepcionales cosechas para nosotros, aunque no necesariamente para la D.O.Ca. Rioja.


Las innovaciones, aceleradas en las Ăşltimas cosechas, han definido su personalidad actual


Algunas cosas nunca cambian… Tras 75 años de evolución, el estilo actual del Viña Ardanza conjuga características inmutables con innumerables innovaciones. Consideramos permanentes e inmutables:

A

Es un vino de mezcla de diferentes variedades y parcelas. Para elaborar un vino estilo borgoña, caracterizado por su gran capacidad de guarda, apostamos por mezclar vinos de diferentes características. Por un lado Tempranillos de la zona Rioja Alta: elegantes, finos, con gran potencial de envejecimiento, estructura media y grado alcohólico moderado. Por otro lado Garnachas, vinos de gran estructura y potencia, originarios de Rioja Baja.

B

Es un “coupage” típico riojano sin receta fija. El estilo Viña Ardanza es único, pero la mezcla de variedades, porcentajes, fincas, barricas e incluso duración de la crianza cambia con cada añada.

C

El Roble americano siempre ha ido unido a la personalidad del Viña Ardanza: en largas crianzas, aporta matices distintivos que entroncan con el perfil de vinos elaborados históricamente por nuestra casa.

…pero otras no dejan de cambiar! Las innovaciones, aceleradas en estas últimas cosechas, también han definido su personalidad actual. Viña Ardanza ocupa siempre un emplazamiento privilegiado entre los grandes de Rioja porque ha evolucionado, ha sabido adaptarse a los tiempos, eludiendo las modas pero siguiendo las tendencias. En las últimas décadas, hemos ido introduciendo paulatinamente cambios relevantes en su elaboración y envejecimiento que han servido para continuar aumentando su calidad, permitiendo una indudable evolución en un estilo ‘clásico de vanguardia’.

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La Cosecha 2001 fue quizás el cambio reciente más notable. Mejoramos las primeras impresiones visuales (color hacia tonos más vivos) y olfativas (aromas más frescos) y, en paralelo, mantenemos y potenciamos en la boca esa sensación especiada –más que frutal- y elegante, tan característica de la marca. Aumenta la intensidad en todas las fases.

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Viña Ardanza, al igual que el resto de vinos del Grupo La Rioja Alta, S.A., no se elabora todos los años. Solo sale al mercado en aquellas cosechas en las que tanto el Tempranillo como la Garnacha tienen la alta calidad que requerimos. Esto ocurre 5-6 veces cada década.


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Ahora solo empleamos las uvas de nuestros propios viñedos. Este 2008 es la primera cosecha en la que el 100% de las uvas procede de viñas en propiedad. Además del Tempranillo de nuestras fincas La Cuesta (Cenicero) y Montecillo (Fuenmayor), incluimos un 20% de Garnacha de La Pedriza (Tudelilla). Hasta la fecha, la Garnacha empleada en Viña Ardanza era también de Tudelilla, de viñedos colindantes a La Pedriza propiedad de viticultores de confianza.

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La nueva bodega elaboradora de Labastida, inaugurada en 1996, supuso un antes y un después en la elaboración y envejecimiento de todos los vinos de La Rioja Alta, S.A. El uso de tecnología punta y los programas de I+D+i desarrollados nos ha permitido controlar exhaustivamente todos los procesos de elaboración y crianza.

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Selección óptica de la uva. Estrenada en la cosecha 2015, las nuevas líneas de selección y escaneo óptico de cada grano de uva han supuesto un indudable salto de calidad.

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Crianza por separado del Tempranillo y la Garnacha, con tiempos diferentes de envejecimiento (en principio 36 meses en el Tempranillo y 30 en la Garnacha). La decisión final corre a cargo del enólogo en cada cosecha.


2008 es la primera cosecha en la que el 100% de las uvas procede de viñas en propiedad

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Fabricación propia de las barricas, con importación directa de roble especialmente seleccionado por nuestros técnicos en Estados Unidos (Ohio y Kentucky) y secado al natural en nuestras instalaciones durante dos años. Para nosotros es fundamental controlar la calidad de la madera, de la fabricación, el nivel de tostado, etc. en el que van a envejecer nuestros vinos.

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Notable rejuvenecimiento del parque de barricas buscando la máxima calidad. Hoy, la edad media de las barricas utilizadas para el Viña Ardanza es de 4 años para el Tempranillo y 2-3 años para la Garnacha.

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Reducción del número de trasiegas, siempre realizadas al modo artesanal, para evitar la posible ‘fatiga’ de los vinos en la fase final de su crianza. En determinados casos (las últimas trasiegas, por ejemplo) se han sustituido por el ‘rellenado’ de las mismas, limitando las oxidaciones.

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Cambios en la vendimia: siempre ha sido manual pero ahora se realiza en cajas de pequeño tamaño y el transporte es refrigerado hasta la bodega, lo que permite un manejo más cuidadoso del fruto, garantizando su integridad y evitando riesgo de oxidaciones. La llegada a bodega es en condiciones óptimas de temperatura y sanidad.


Y llega la Finca “La Pedriza” La Pedriza es un paraje muy especial ubicado en el municipio de Tudelilla (Rioja Baja), un lugar que históricamente ha sido considerado perfecto para el cultivo de la Garnacha. Ya hace décadas, La Rioja Alta, S.A. había contado con algunos viñedos en propiedad en esta zona, pero plantados con Tempranillo. En los años 90, viendo las crecientes dificultades de aprovisionamiento de buena garnacha, decidimos buscar la mejor ubicación para plantar y autoabastecernos. Pedimos ayuda a Norberto López —padre de Pedro, el actual encargado en esta finca—, un gran conocedor de esta zona donde siempre ha vivido y trabajado. Nos insistió en la zona La Pedriza, por aquel entonces plantada con almendros que habían sustituido a la garnacha tradicional por la crisis de mercado. Lo vimos, lo estudiamos, nos enamoró y lo adquirimos. Arrancamos los almendros y replantamos con cepas de Garnacha de baja producción. Así nació nuestro pequeño Ródano, tal y como lo denomina nuestro enólogo Julio Sáenz, debido al impresionante manto de cantos rodados que cubre toda la extensión (hoy 67 ha) similar a los suelos de ‘Châteauneuf-du-Pape’.

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¿Qué hace tan especial a la Finca “La Pedriza”? En primer lugar, sus suelos pobres de textura arenosa y cantos rodados que, merced a su bajo contenido en materia orgánica, aportan poco vigor a las plantas ofreciendo racimos de grano pequeño y poco compactos, idóneos para una maduración homogénea. Además, favorecen el óptimo estado sanitario en una variedad, la Garnacha, muy sensible a enfermedades como la botrytis. Son además suelos muy drenantes, que retienen poca agua pero a la vez muy profundos. Esto obliga a la raíz de la planta a ir muy abajo para captar la humedad, desarrollándose en un suelo poco fértil y con escasos rendimientos. Son suelos ácidos —más que en el conjunto de Rioja— en los que la disponibilidad de potasio es baja y, por tanto, dan vinos con acidez alta, ideal para el envejecimiento y la estabilidad. Aunque nos encontramos en Rioja Baja, nuestra finca se sitúa a 550 metros de altitud, una zona ‘fresca’ que garantiza una oscilación térmica alta entre el día y la noche, favoreciendo la síntesis de polifenoles y antocianos. Gracias al manto de cantos rodados, nuestra Garnacha se “desarrolla entre dos soles”. A las más de 2.300 horas anuales de sol que goza la zona hay que añadir el reflejo de la luz y el calor en las piedras, que aumenta la radiación, incrementa la temperatura y mejora claramente los procesos durante el ciclo vegetativo. Nos encontramos en una zona de bajo rendimiento por hectárea, inferior a los 5.000 kg., plantada con un clon (D2) de producción corta y de muy alta calidad. Hasta la cosecha 2008 no hemos utilizado esta uva en los “coupages” de Viña Ardanza. En las añadas precedentes, solo hemos elaborado una pequeña parte a nivel experimental para analizar su evolución. Las cosechas previas, excesivamente jóvenes para nosotros, fueron vendidas a granel.


¿Qué características esenciales tienen los vinos procedentes de La Pedriza? Son frescos, con buena capa de color, de alta intensidad varietal y con buena carga de taninos. En el coupage final con el Tempranillo, aportan notas vivas y frescas, aumentan la intensidad aromática y proporcionan una estructura agradable, de buen cuerpo en boca, aportando especias y golosura en el retrogusto durante largo tiempo.

Sus notas de cata:


La cosecha: En un año muy especial para Viña Ardanza, esta cosecha se caracterizó por la alta calidad de las uvas acompañada de una producción muy moderada. Gracias a una climatología excepcional, durante todo el ciclo disfrutamos de unas condiciones que favorecieron un magnífico estado sanitario. Nuestras uvas evolucionaron óptimamente con unos parámetros equilibrados de grado, alcohol y acidez. Así, la Garnacha de nuestra finca La Pedriza se vio especialmente favorecida por el alargamiento en su fase de maduración. El Consejo Regulador calificó esta cosecha como ‘Muy Buena’. Composición: La uva Tempranillo (80%) procede de nuestras fincas La Cuesta y Montecillo, de 30 años de edad, en Fuenmayor y Cenicero. Por primera vez en el coupage de esta marca, la Garnacha (20%) proviene del término La Pedriza en Tudelilla (Rioja Baja) a 550 m sobre el nivel del mar. Esta finca de 67 has cuenta con unas condiciones inmejorables para el cultivo de esta variedad y está plantada sobre un suelo muy pobre cubierto de cantos rodados que, con reducidos rendimientos (inferiores a 5.000 kg /ha), nos ofrece una uva de gran tipicidad varietal, muy rica en aromas y agradable y fina estructura. Elaboración: La vendimia de estas parcelas comenzó a mediados de octubre. La uva se recogió a mano y se transportó en camiones refrigerados a la bodega. La fermentación alcohólica se realizó de forma natural y a temperatura controlada. La fermentación malolactica concluyó a finales de año. En marzo de 2009 los vinos seleccionados pasaron a barrica, iniciando su crianza por separado: el Tempranillo durante 36 meses, con seis trasiegas manuales y en roble americano de 4 años de edad media y la Garnacha durante 30 meses, con 5 trasiegas manuales, en barricas de 2 y 3 vinos de roble americano. Concluida la crianza en barrica, se realizó el coupage final que fue embotellado en marzo de 2013. Cata: Destaca su color rojo picota, intenso, brillante y limpio. La primera impresión en nariz es de enorme frescura gracias a unas notas de cereza y casis que se ensamblan con notas de pimienta negra, tabaco, nuez moscada, café, caramelo y vainilla de la crianza en barrica. Entrada amable en boca, sabroso, suave frescura, agradable estructura, equilibrado en acidez y con finos y elegantes taninos. Final sedoso, con buen retrogusto, donde las notas licorosas de grosella negra, de torrefactos y especias dulces hacen de esta edición tan especial de Viña Ardanza, un vino fino y elegante.

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Decanter (UK)

Tim Atkin MW (UK)

J. Suckling (USA)

Guía ABC (ESP)

Guía Peñín (ESP)

Guía Proensa (ESP)

Robert Parker (USA)

Vinos El País (ESP)

Wine Spectator (USA)


Más información, entrevistas e imágenes:

Responsable de Comunicación Samuel Fernández Carrión prensa@riojalta.com 00 34 941 310 346

www.gruporiojalta.com www.facebook.com/lariojaaltasa @LaRiojaAltaSA #75ViñaArdanza


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