Baúl de Relatos REFUGIO DEL ESCRITOR
Número 1 Octubre 2016
Frases cĂŠlebres Relato corto Micro relato Cuento PoesĂa
Camino del Autor
RELATO CORTO EL TREN DEL AMOR EN NAVIDAD Elena era profesora de literatura. Impartía clases a un reducido grupo de aspirantes a escritores de éxito. Lo hacía de forma gratuita. Disfrutaba leyendo las historias que la gente inventaba. Los recibía en clase con su amplia sonrisa. Un día se fijó en un texto romántico. Lo había firmado un tal “Love Forever” preguntó por su creador. Jaime levantó la mano. Casi todos eran nuevos. Jaime expandió su amplia sonrisa aunque se mostraba ansioso porque la profesora comentase su historia. Estaba sentado entre Rocío y Alberto. Pero Elena le entregó su relato en silencio. Pensó que quería colaborar con él. Se fijó en el color de sus ojos. Volvió a la mesa, se sentó. Ordenó a Rocío repartir el resto de folios a sus autores. Dio por finalizada la clase. Les despidió diciendo que para el próximo encuentro quería algo más interesante. Les ordeno salir. Se quedó mirando la nuca de Jaime y antes de que cerrase la puerta tras él recorrió su figura desde la nuca a los pies. Está buenísimo –pensó- además de escribir de maravilla. Susurró para si misma. Jaime había dejado el instituto. Dejó embarazada a Beatriz, también. Una compañera de clase a la que después obligó a abortar. Una noche, al salir de un local de mala muerte donde bebió garrafón como bebida exótica, le dio una paliza al portero. Un “cachas de gym”. Con cada puñetazo gritaba en un idioma que Jaime no entendía. Sus padres se enfadaron tanto que lo obligaron a volver a estudiar. Jaime aceptó con la condición de que sólo asistiría a clases de literatura. Su padre, enfadado, aceptó con la esperanza de ver si algún día se le iban los nidos de pájaros que tenía metidos en la cabeza. El primer día en clase Jaime creía que nadie lo había visto. Ni la profesora. Pero él si se quedó con las caras de ellos. Especialmente la de ella. Elena era diez años mayor que él. Elena evitaba comentar las historias de Jaime para no incomodarlo. Se dio cuenta de que él la excitaba con su forma de escribir. Se había enamorado. Lo amaba. Lo necesitaba en clase todos los días. Estaba dispuesta a ignorarlo con tal de no perderlo. Jaime creyó morir el día que Elena le pidió quedarse un rato más después de clase para decirle… “Tú y yo vamos a crear un juego aprendiendo a escribir. Trabajaremos tu estilo de forma privada. Quiero abrir tu mente” La imaginación de Jaime se volcó en aquella frase. Derramaba pasión con cada pensamiento. Elena era su musa. Su modelo, su princesa. Ella moría en silencio. Deshacerse en los brazos de Jaime era un delirio. Quería que le hiciera el amor no solo con palabras, como lo hacía en sus textos, necesitaba su cuerpo. Estaba dispuesta a sacrificar lo que hiciese falta. Quería gozar de Jaime. Quedaron para un encuentro íntimo. Llegaron a programar un viaje en tren. Viajarían juntos por las vías de la pasión. Se abrazarían eternamente, hasta caer rendidos. Elena y Jaime subirían en el vagón del amor. Pero aquella navidad, el tren no paró. Los abandonó en aquella estación
Sandy Torres
MICRORELATO ME GUSTA
Me gusta cuando nos vemos sin haber quedado, de casualidad, como el primer día. Me gusta besar ambos lados de sus labios. Sentir su piel en mi piel. Suave. Cálida. Huele muy bien a azahar. Me gusta su forma de mirarme a los ojos, después a mis labios, otra vez a mis ojos y sonríe. Me gusta cuando me pregunta cómo estoy. Espera mi respuesta. Pero yo miento. No digo que lo necesito. Sandy Torres
Él, es como una noche de luna llena. Un paseo por la orilla del mar. Como un pájaro que vuela. Su presencia sensibiliza mi cuerpo. Es sentir pequeños orgasmos de placer. Amarlo con amor. Besar su cara es como besar a un trono celestial. Es lo más parecido a tocar el alma con la mirada. Notar que me desea es una locura. Le amo.
Una noche a orillas del mar.
El sueño de Inés Inéé s, éra duénñ a dé la bibliotéca maé s éxténsa dé su péquénñ a ciudad, sin duda, algo péculiar én una mujér. Su cérébro éra intéligénté, obsérvador, éstudioso. Ordénado. Lo habíéa conséguido con muchos anñ os dé intéréé s y apréndizajé. Contaba con algunos admiradorés y muchas détractoras. La llamaban loca. Inéé s sé séntíéa orgullosa dé élla misma. Por éso pédíéa la divina protéccioé n a diario. Un díéa conocioé a un hombré llamado Mario. Al llégar a su vida, Mario la cruzoé corriéndo, a galopé, como caballo désbocado. En poco tiémpo la déstruyoé complétaménté y sé fué tan raé pido como habíéa vénido déspuéé s dé défécar én cada séntimiénto dé Inéé s. Eso la sumioé én la déprésioé n. Déspuéé s lé atacoé una éxtranñ a énférmédad qué la déjaba inmoé vil por compléto duranté largo rato. Ansiosa, no sabíéa quéé hacér. Nécésitaba tomar iniciativas, péro sé séntíéa bloquéada. Abandonoé sus blocs dé notas. Déjoé dé abrir sus maravillosos libros. Su casa sé sumioé én la absoluta oscuridad igual qué su vida. Ahora con las véntanas y puérta cérrada, Inéé s no salíéa a la callé. Al déspértar cada manñ ana sé préguntaba por quéé Mario habíéa déstrozado su éxisténcia. Lé habíéa méntido én todo lo qué pudo y maé s. Déséando qué todo fuésé un suénñ o pasajéro inténtaba olvidar aquél danñ o. Jamaé s habíéa amado a un hombré dé una forma tan éspécial. Raé pidaménté la invadioé la maé s profunda tristéza conocida. Pérdioé él intéréé s por otros hombrés, la alégríéa dé la vida, él humor y la calma. Lloroé amargaménté. Récordoé todos los bésos y abrazos qué no pudo dar a lo largo dé su vida. Inéé s sé marchoé dé su péquénñ a ciudad a un lugar rétirado dé la costa. Quizaé s con la inténcioé n dé récupérar sus valorés compréndioé su tragédia. Dé su éxténsa libréríéa sé llévoé un solo libro. Dé éé l apréndioé qué la vida mérécé vivirla sin apégos. Inspiroé profundo. Pronto curoé su éstado émocional. Sanoé las héridas imaginarias y continué o su camino por los séndéros dé la paz intérior. Un díéa conocioé a otras mujérés y hombrés qué sufríéan por él mismo probléma qué élla habíéa supérado. Escuchoé los quéjidos ahogados dé pérsonas élégantés, éstrafalarias, anticuadas, modérnas… Inéé s lés anuncioé qué curaríéa sus héridas. Algunos curaban maé s raé pido, otros por compléto, y los ménos lo hacíéan dé forma lénta péro ségura. La noticia sé éxténdioé . La génté émpézoé a hablar con Inéé s. Pédíéan ayuda para aliviar sus dolorés dél alma. Sus palabras éran sanadoras. Y asíé fué como sé lé émpézoé a llamar, Sana Inéé s. Inéé s lé éstuvo por siémpré agradécida a Mario él déstrozo qué causoé én élla porqué finalménté hacíéa lo qué siémpré habíéa sonñ ado;) sanar almas atorméntadas. Sandy Torrés
SERÁS LA HOJA QUE ADORNA MI PELO. TE LLEVARÉ POR SOMBRERO. AMÁNDOTE, AMOR, POR TI SERÉ HERMOSA Y FLOR. PÉTALO A PÉTALO, DESHOJAREMOS LA VIDA. JUNTOS, AMÁNDONOS, QUEDAREMOS DESNUDOS. CONVERTIDOS EN HOJA Y RAMA SECA
6 AGOSTO, 2016 DE SUEÑOS ESCRITOS SANDY DICE...
Dedicado a mis padres. Los amo
Gracias por tu tiempo