Volantes y Afiches (Colección de Susana Anda) No es una colección de afiches sobre conciertos de rock, es una recolección de información y recuerdos que tengan que ver con el rock y sus subgéneros. Digo que es una recolección porque estos papeles no fueron buscados, ni comprados –tal vez algunos fueron arrancados de algún lugar público-, tampoco fueron acumulados como una afición, simplemente su agrupamiento se fue dando de manera accidental. Estos afiches fueron recogidos en conciertos, en la universidad, en la calle, en fiestas, en paradas de bus, en postes, en el piso –incluso alguno se me dio con un teque de grifa y otros los arranque solo por vandalismo- y en general en lugares públicos donde las bandas u organizadores puedan promocionar su agrupación o el evento. Datan desde aproximadamente 1996 hasta el 2006. Se puede distinguir la antigüedad por el precio impreso en sucres o en dólares, porque aparte de las faltas ortográficas de algunos de los afiches tampoco poseen más información que el día, mes y lugar del evento, dejando a un lado el año de su realización –a veces alguno de estos datos son escritos con esfero o marcador en el caso de ser cambiado o de haber sido olvidado -. En la mayoría de casos consisten en papeles fotocopiados en blanco y negro o son papeles impresos con uno o dos colores que permita su difusión con un bajo presupuesto. Sostienen símbolos nacionales (rumiñahui, sucre, condor) o sino identificativos de resistencia (como bombas, pistolas, puños, simbolos imperialistas o símbolos nazis tachados, entre otros). Los papeles que tengan más colores y sean de mejor calidad, generalmente representan conciertos donde se cobraría más a la audiencia y donde las bandas ya representan un espacio masivo.
Por otro lado, en los afiches H.T.M (Hazlo tu mismo), fabricados por las mismas bandas o por los organizadores de eventos “underground” donde se cobra lo mínimo para el ingreso, en estos conciertos la música se escucha con un sonido precario y no existe seguridad alguna, pero el gusto y diversión no se centra solamente en la música sino también en todo el ambiente. Estos papeles, por varios meses y años se acumularon en mi habitación hasta que me harté y empecé a ordenarlos. Los puse en una carpeta como cuando se ponen fotos en un álbum. Después se estructuró como un diario donde se registraron emociones, posiciones y gustos de cada época.
Los he conservado porque han ocupado un espacio en mi memoria sobre conocimientos y experiencias que interpretaba en aquellos espacios a los que asistí. Por lo que cada afiche, de cada concierto, busca la persistencia de esos instantes, en los que codificaba símbolos y me identificaba. Muchas veces ingresé a estos ámbitos con rabia, rechazo y adrenalina, entraba a estos espacios privados y selectivos; y salía liberada del dolor que se siente cuando vas creciendo. Ha pasado el tiempo y los últimos afiches me recuerdan que en algún momento entré en un espacio impreso donde se muestra la representación de las ideas que tuve como espectadora y que luego me permitió convertirme en un papel más para ser recolectado por otros. Susana Anda 2010