Noche de Burroughs 2: Varios autores

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Javier (Azar) BĂĄrcenas Marianela Monella MartĂ­n Eduardo Mtz.

Noche de Burroughs 2 Donativo: 10 pesos


Dirección General: Mario Eduardo Ángeles. Textos: Javier (Azar) Bárcenas, Marianela Monella y Martín Eduardo Martínez. Consejo Editorial: Diana Enríquez, Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Mo. Eduardo Ángeles, Erich Tang y Jesús Reyes. Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Flor de Liz, Tzolkin Montiel, Enrique Ibarra y José Manuel Bañuelos. Contacto: l ate st adur ali te r ar i a@g m ai l. com e lg all ode let r as @g m ail . com México, Febrero 2015. Síguenos por

Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. ¡Qué corra la voz! La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en los lugares públicos y salas de espera.


CONTENIDO

Vivir de semáforos a los 5 años Las noches como vidrios negros, tristes 0.1, 0.2 y 0.3 por Javier (Azar) Bárcenas

CRONICAS PARA UN ADIÓS por Marianela Monella

Él por Martín Eduardo Martínez



Vivir de semáforos a los 5 años Ahí va, pequeña. Se pasea entre los [autos. No llora, no hace gestos. Pide dinero, la ignoran. Pero ahí va a seguir por años. Una flor esperando a ser pisoteada. A la mayoría las golpean, sus padres, otros hombres. Son buenos para enseñar a respetar, Noche de Burroughs 2

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partir hocicos. Borrachos. Una flor marchita, seca. Sin sutiles [aromas. La veo y se me escapan lágrimas, un sollozo. Pide en uno, se niega, en [otro. Cuantos pesos puede valer? Se pasea, los autos, amenazan. Quizá la atropellen, no le caería mal. Crecerá, va a vender su cuerpo. Noche de Burroughs 2

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Una puta barata, 300 pesos, s贸lo [vendiendo en la calle. -Yo vine a coger y a que me des dinero. Drogas de bajos costos, solventes, mota. Alcohol barato. Muy barato. Escapando de navajas.

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Las noches como vidrios negros, tristes Y bueno, entonces, estoy yo. Y estás tú, de otro modo, estás... En otra habitación y no más. Sí, lloras. Eso creo, no veo. Yo me encuentro en este rincón una vez [más. Me encuentro. No puedo dejar atrás lo [que soy, Noche de Burroughs 2

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a pesar de los intentos, me sigue por la [calle esa flaca silueta de lo que soy o creo que [soy. Voy pasando por detrás de los viejos [supermercados, con pisos de los 80`s. Con olores de [vagos puercos drogados. Su vómito, su hedor a pies mugrosos. Las sucias calles. Y ahí sigo. Me gustaría perderme de mi mismo, y buscar las huellas que nunca he dejado. Noche de Burroughs 2

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Pero entonces llego aquí, con la misma [cara de desencanto. y tú, no llegas. No eres más que un whats. Sigo mintiendo. Te quiero. Claro, lo que [quiero no se encuentra ni a dos pasos de mí, ni a cien metros. Tampoco del otro lado de la ciudad, ya lo busqué. No está. A veces de niño, me lo preguntaba. No. No hay. No busques nada aquí. No [está.

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Otra vez más comienza el conteo, una, [dos, tres de café, negro, cargado y sin [[azúcar por la mañana...

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0.1 Las manos apestan a tabaco, tres días de cerveza. Uno, dos. Son cuatro cafés por la mañana. Tres más a la tarde y, antes de dormir dos. Son las cuatro de la mañana. Me despierta la vejiga a las siete. No cierro más los ojos. Comienza el conteo. Más café, sólo un poco más. No hay sol. Nubes. Primavera. Sonrisa. Una gélida masa se mueve sobre mi cabeza. No hay esperanza. Dios. Vida. Soy yo y Noche de Burroughs 2

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este instante. Espera con dignidad a que llegue la muerte. No se muere con dignidad. Sólo me importa el camino que lleva a ese fin. Todo amor se desmorona. Hoy tengo las uñas sucias. Mañana. Suicidio. Hoy lloré. Mañana. Ya quiero que sea de noche.

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0.2 Estoy aburrido, triste y solo. Me siento fastidiado. Quisiera estar en otro lado. Otra vida. No pasar por estos momentos en los que el hastío se jode a los huesos. Es demasiado ya. No quiero discutir, no quiero más vivir para soportar imbéciles. Seré negativo. Naces, y esperas a que llegue la hora divina en que te llama la muerte. Por mientras no vales. No intentes brillar lejos linda estrella. No pienses Noche de Burroughs 2

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que todo se va a poner bien, ya que sucederĂĄ todo lo contrario antes de que pueda cambiar a un mundito de colores estĂşpidos.

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0.3 A Rosalba Olvera Aguilar. Somos el tiempo que nos queda. Te vas a morir. Tú y todo eso que amas o, dices amar. Todo va a desaparecer.

Ahora, tengo envidia de los muertos. Nada tienen, no se preocupan. Así se está mejor. Bajo tierra. Yo, nervioso, pasando de cafés a cantinas. De vagos a psicólogos, de amor a prostitución. De ser lo máximo a estar Noche de Burroughs 2

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arrastrando en la basura. No llegué a las citas por estar borracho, por cagarme encima. Soy honesto y eso es suficiente castigo. No hay premio en la verdad, no más allá de miradas de desprecio y escupitajos en la cara. Somos yo y la historia que le cuento al piso de la cocina. El vómito pegado a mi mejilla, endurecido y mezclado con tierra. No sé cuantas botellas se vaciaron esperando a que un chispazo me hiciera ser el héroe. Pero el recuerdo de cada una de ellas me hace estremecer. Una vez, una mañana. Desperté y tenía frente a mí el par de piernas más Noche de Burroughs 2

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hermoso que he visto desde entonces. El ron, me borró todo recuerdo de ese paraíso, un paraíso perdido que no regresará por más cerveza o vino. Eres tú y no estás, es el tiempo perdido y la cruel certeza de que nunca va a ser igual. No importa, hay botellas de merlot toscano a la una de la mañana y, es suficiente para olvidar, que te quise, y que no va a ser. No tengo futuro. Bueno, no está mal. Igual no lo busco, e intentarlo es una imbecilidad.

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CRONICAS PARA UN ADIOS Hace mucho que no escribo nada bueno, mi editor está a punto de enviarme una carta para las anticipadas despedidas y con ello un último cheque que cubrirá de antemano el siguiente punto: -Has dado cosas de buena talla, incluso cuando te invadían los días de alcohol y esos largos periodos de ira y rencor por la vida, pero hoy… Aceptémoslo [Estas acabado]. Noche de Burroughs 2

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Sí, por supuesto; no imagino otro final, y para el cual tengo una contestación. -Querido y amado Sr. T, lo dicho en su anterior correo expresa muy bien lo devastado que han sido mis últimas redacciones, como usted sabrá ya no soy prodigio de mis letras, y me han abandonado las ideas y la avidez de formular buen material. Ayer por la tarde estuve buscando la manera de renunciar de forma diplomática y dejarle todos mis cariños a la revista, que por tantos años me soportó; pero usted lo dijo mejor que yo, sencillamente soy un h o m b r e acaba do y en mi Noche de Burroughs 2

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lenta y desahuciada vida ya no queda mucho por pedir, más que esperar que los cigarros y el licor no falten en casa, dotar mi botiquín de drogas comunes y experimentales, que de vez en cuando me dejen dormir o que me mantengan despierto, según sea el caso y mis humores. Agradezco el último cheque que su casa editora me ha hecho llegar y no le quepa la menor duda que sabré administrarlo para que en la faustuosa muerte, algunos familiares que nunca me acompañaron se peleen por la pequeña fortuna que sin tanto esfuerzo acumule. Se despide de usted su nada ferviente admiNoche de Burroughs 2

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rador ni amigo. Con esta contestación tendré un peso menos que cargar: Un momento, esas serán las contestaciones oficiales, pero aquí en mi pequeño bunker en realidad lo que quise decir fue esto: -Querido Sr. T., hoy amanecí con los ojos desparpajados, con un ansia precoz de hacer el amor y desayunar (quizá ¿Fondiut?), prepararme un baño de tina con algún recalcitrante olor a incienso, que las personas modernas dicen, es uno de los elementos de relajación. Si es o no esto cierto, hoy lo deseo experimentar. Noche de Burroughs 2

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Luego me vestiré con las ropas más finas que tiene mi ajuar y saldré a su casa editora a estrecharle la mano y agradecer los años de cobijo brindados por usted, pues como ya es sabido, esté hombre no escribe más, los años y las angustias me han dejado seco, pero no [acabado], en ese punto si difiero mi honorable Sr. T, aún puedo salir y conocer el amor sincero, aunque un año después descubra que no somos “almas gemelas” y el sexo se vuelva rutina hasta el punto del odio el uno por el otro, pero esos son los pecados de vivir. Aquí nada es gratis o lo que bien pudiera serlo sin fines de lucro se vuelve Noche de Burroughs 2

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intolerable hasta el hastío (esas son nuestras formas de gastarnos la vida, o lo que llaman modus vivendi). Quiero perder mis últimos años bebiendo licores caros y con putas de mucha clase. Si he de dejar un legado que no sean esos libros de porquería que he redactado, ya vendrán otros jóvenes con ideas innovadoras que escribirán best seller acerca de temas trillados de superación personal, el arte de autovalorarse y conociendo el autoestima en 3 pasos. Esos libros son de esta época, porque la humanidad es basura y necesita negoNoche de Burroughs 2

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(change), de lo cual no los culpo, todos queremos el cobijo de alguien, algo o nada, ese arquetipo de la luz al final del túnel aun nos funciona y nos sigue dando fe para creer que el día de mañana ese ser inanimado en nuestra alcoba despertara y nos dirá: -Te amo, eres lo mejor de mi vida- creemos que las personas serán más justas, que la sociedad colaborará en un ambiente de armonía y aceptación, que no importando el género, edad, o condición social se respetarán el uno al otro. Somos capaces de soñar y con esos sueños invadimos páginas y hacemos Noche de Burroughs 2

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libros, usted lo sabe mejor que yo; la utopía vende y vende bien, por eso mis escritos están demás, le recomiendo deshacerse de ellos al brevedad porque algo que no vende en estos días no puede tener ganancia y entonces sin duda es una perdida generando costos. – vivimos días raros y mi juventud fue volátil, ahora sólo tengo algunos días de lucidez los cuales me dan ganas de quitar del calendario porque no sabiendo lo que soy o lo que hago puedo jugar con la imaginación. Sr. T, estoy finalizando y no estoy acabado, sólo agonizando, mi doctor dice Noche de Burroughs 2

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que haga un viaje quizá a alguna playa, pero ¿Qué sabe ese maldito?, le pago dólares por hora y ni siquiera puede recordar que odio el sol, la arena y el olor nauseabundo del mar, jaja; otro individuo que me soporta gracias al dinero (bendito verde), si no fuera por ese valor no habría tenido mujeres hermosas que besar, el dinero me ha dado calor en la alcoba y le estoy agradecido porque no fui de los afortunados que obtienen sexo gratis por casarse, aunque de haberlo hecho le confieso que hubiera sido un buen y leal esposo, pero no entremos en esos temas porque me persigue la melancolía de Noche de Burroughs 2

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algunos amores pasados, mejor acabemos de despedirnos asĂ­ sin tanta brevedad, despacio en lo que termino de tomar mi sombrero y me preparo para agarrar camino, estrechemos nuestras manos y sigamos en lo que usted y yo llamamos trabajo liquidado. PD: Mis saludos y respetos a su hermosa familia que nunca tuve el gusto de conocer.

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Él Todavía sueño con él. Era irremediable. Recuerdo que cuando llegó a la casa me dijo mi madre cuídalo como si fuera tu hermano de verdad, para que esté a gusto y no tengamos que ponerlos en camas separadas, que mucho sufrimos para construir ese cuarto. Yo no entendía por qué tenía que compartir los pocos lujos que tenía con ese intruso, y me entristecía ver a mi padre trabajando horas Noche de Burroughs 2

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extras en el banco. La primera vez que lo vi, tenía un escapulario alrededor del cuello, no sé quién se lo haya dado, pero me incomodó al grado de tener que arrancárselo en el primer momento que estuvimos a solas. Se quejó con mi madre y ella ni se inmutó. Tomé eso como una señal y ahí empezó todo. No veía a mi padre, prácticamente se pasaba el día en el trabajo. Mi madre lavaba y planchaba ropa ajena en la casa de una gringa con cara de pocos amigos. Nos quedábamos él y yo solos, con la confianza que la familia nos tenía y con los quemadores de la estufa bien asegurados. Ella me decía ahí Noche de Burroughs 2

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en el refri hay comida que no necesita calentarse, coman de eso; también hay pan y leche, vean la tele o pónganse a jugar. Y yo jugaba. Mi hermano falso creció conmigo como un perro atarantado por golpes desconocidos, lo hice bien. A veces le daba pan y leche, como mi madre me había indicado, y después lo tiraba a golpes, pateaba su estómago hasta que vomitaba y lo hacía limpiar sus porquerías. Me enojaba tenerlo cerca. Disfrutaba mucho cada golpe que le propinaba en la cara, en las piernas, en los huevos. Ya no me quedaba más que fingir ante mis padres que todo estaba Noche de Burroughs 2

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bien y que yo era el ejemplo a seguir mejor configurado. Tenía que amenazar al bicho para que no dijera nada; estaba espantado permanentemente. Ya llegué hijo, me decía ella, y yo le contestaba sereno y cariñoso, qué bueno mamá, ¿cómo te fue hoy? ¿Tuviste mucho trabajo? Luego la abrazaba y me ponía a platicarle el capítulo del día de mis caricaturas favoritas. Al caer la noche nos despedíamos todos, ya mi padre en casa, y nos íbamos a dormir. Entonces volvía el infierno para mi hermanastro. Lo amarraba de pies y manos con el mecate de la ropa, y le tapaba el hocico con cinta gris que Noche de Burroughs 2

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tomaba de la caja de herramientas de mi papá. Le quemaba un poco el pelo, su melenita sedosa que no servía para nada, luego me entretenía jalándole las orejas o picándole los ojos. Lo rasguñaba en la espalda con las tijeras que me habían pedido en la escuela para hacer trabajos tontos y otra vez lo comenzaba a patear. Aún vienen a mi mente sus quejidos sordos, sus ojos llenos de lágrimas, su obediencia y resignación. Yo soy el fuerte, siempre lo he sido, y a mí nadie me quitaría ese poder. ¿Te gusta, hijo de la chingada? ¿Dónde están tus papás de verdad? No tienes, no tienes nada, no le Noche de Burroughs 2

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sirves al mundo. Así pasaron meses y algunos años, sin que él dijera nada, pero con las ganas de que eso terminara, lo sé, porque más de una vez me dijo yo a ti sí te quiero. Un día de descanso de mi padre, nos llevó al centro comercial, y se me ocurrió una maravillosa idea. Le dije que quería aprender a jugar beisbol, que siempre había querido hacerlo pero no tenía con quién jugar, aunque ahora podría hacerlo con mi hermanito, si él quería, claro. Mi padre le preguntó qué pensaba de eso, y el muy estúpido dijo que sí; pensó que yo me había reivindicado y que quería pasar Noche de Burroughs 2

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más tiempo con él, ya en paz. Su cara idiota de felicidad. Entonces, dijo mi padre, vamos a comprar unas pelotas y un bat, y el siguiente domingo nos vamos los cuatro al parque a pasar la mañana entrenando, ¿les parece bien? Por supuesto, dije, pero una semana esperando para jugar sería demasiado. Con las pelotas rompí algunas ventanas y uno que otro vaso de la cocina, desde luego, lo culpé a él y me creyeron porque era más pequeño que yo, y por lo tanto, inconsciente. Sí, como un perro. Luego lo obligaba a ponerse de frente a la pared, sin moverse, y le lanzaba las peloNoche de Burroughs 2

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tas. Me divertía el sonido de su cabeza contra el muro, la velocidad con que lanzaba la bola lo empujaba y era un golpe doble, la ocurrencia más bella que pude tener. Lo tiraba al suelo después y lo pisaba, era mi base preferida. Así pasaron varios días, y en las noches lo amarraba nuevamente. Dejé de ver la televisión con tal de pasar más tiempo a su lado. Un sábado, el día anterior al descanso de mi padre, tuve otra idea fantástica. ¿Para qué te voy a lanzar pelotas, cuando la pelota puedes ser tú? Me abalancé sobre él y de un puñetazo en la nariz lo mandé al piso. No te leNoche de Burroughs 2

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vantes por nada del mundo, ahorita vuelvo. Fui por el bat y lo tomé con ambas manos. Uno, dos, bríncale, cabrón. Tres, cuatro, a las paredes les hacía falta un nuevo color, así de brillante. No me pegues, ya no me pegues, me decía, y luego se quedó callado. Ya no tendría con quién jugar, y eso me ponía muy triste. Cuando llegaron mis padres, lo único que hice fue soltarme a llorar. ¿Qué hiciste, pendejo? ¿Qué hiciste? Mi padre estaba molesto por la culpa de mi hermano; después de todo mi esfuerzo, la victoria se la había llevado él, y me dio rabia el saber que no podría repetir jamás el juego, la revancha ya era imposible. Noche de Burroughs 2

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Javier (Azar) Bárcenas (Querétaro, 1990). Actualmente escribo en mis tiempos libres. Marianela Monella... Lugar de residencia: Ensenada...nacida en 1987. Martín Eduardo Martínez (Guanajuato, 1989), director del Consejo Editorial de la Revista Golfa.


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