Entre Montañas, poemario de Rafael Domínguez

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Ent re Mo nt añas P o e mar i o Por Rafael Domínguez Gómez

Donativo: 20 pesos


Campus San Juan del RĂ­o


Texto: Rafael Domínguez Gómez. Fotografía exteriores: Mario Eduardo Ángeles.

Edición Mario Eduardo Ángeles.

La Testadura, una literatura de paso. www.issuu.com/latestadura www.latestadura.blogspot.mx latestaduraliteraria@gmail.com elgallodeletras@gmail.com México, Septiembre, 2015. Síguenos por Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en los lugares públicos o salas de espera.


Ent re Mo nt añas P o e mar i o Por Rafael Domínguez Gómez


Entre montañas Rafael Domínguez Gómez



La Testadura, una literatura de paso

I ¡Sí! Todos los poemas son para ella, ¿Qué más puedo hacer? ¿Quedarme callado? No, no haría eso. No lo he hecho hasta el momento, Piensa que sólo por herirme, Por fingir y por hacerme sentir lo peor, ¿Me voy a dejar caer? Esa mujer no vale la pena, Lo tenía claro desde el principio. Esa mujer no vale la pena. Pero vamos, yo tampoco.

ll -En realidad no busco nada serio, me gustaría tener a alguien con quien divertirme y pasármela

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Rafael Domínguez Gómez bien, ya sabes, alguien sin compromisos, que tenga metas, que se pueda disfrutar en compañía. No creo que sea algo malo. ¿Y tú que buscas? --Busco algo serio con las mismas cualidades que acabas de mencionar.

lll Usted me gusta: Es de ese gustar bonito, no quiero andar con usted porque la respeto, pero al pensarla y mucho peor, al verla, me acelera el corazón tan bonito, que prefiero no ser nada de usted y sólo seguir así, de esta manera, que usted suspire contadas veces mientras que yo busco los motivos de aquellos suspiros contados.

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La Testadura, una literatura de paso

lV El tiempo es un suspiro, perderlo es una tontería. Él, la tomó de la mano, insinuó que algo faltaba en el ambiente, sentía un vacío... Ella, cerró los ojos, aguardando algún suceso inesperado. Se formó un bello silencio entre esos mares de tormentas encalladas, aprovecharon hasta la más insignificante pizca de momento, se besaron como si una hora fuera un segundo, escondieron sus miedos bajo la cama.

COMENZÓ

V

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Rafael Domínguez Gómez Escribirte, besarte y quizás llegar a amarte. Solo lo podré saber cuándo sin razón, sin motivo, pienses en mí, que te llene de caricias, besos y abrazos. Te llene de amor, amor de locos, amor prohibido y desencadenado Sin ataduras ni enmendaduras, amor de viejos, amor sin razón o conciencia. Amarte sin promesas, sin un espérame, hola o adiós, sin decepciones o amargos días de soledad, solo este amor que no se sabe cuánto es, que no es medible por la sociedad o clichés anticuados hacia lo que un día fuimos Y sólo pensando en lo que seremos, porque yo no soy tuyo ni tú eres mía. Lo que quiero son esos amores que sin pedirlo, sin prometer, inclusive sin hablar, te hagan saber que estás ahí,

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La Testadura, una literatura de paso sólo un poco más lento, por eso prefiero tus amores tímidos y callados.

VI -La verdad es que a mí me encanta el drama. -Dijo él-Ese suspenso que se mantiene al no saber qué va a pasar, regularmente después de ver el drama me dan ganas de escribir acerca de él, no sé, me gusta vivirlo y gozarlo, algo así como sentirlo y manipularlo, es algo raro pero esa es una de mis pasiones. -No sé. -Dijo ella-A mí no me gustaría vivir así toda mi vida, imagínate estar constantemente torturándote o buscando que te torturen, no quiero la mala parte del amor. O tú dime, ¿Realmente quieres pasar toda tu vida sintiendo drama?, para mí, seria aburrido. -El quedó pensante unos segundos-

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Rafael Domínguez Gómez -(¿Por qué no?, no estaría mal, podría escribir consecutivamente hasta cansarme, despertar y volver hacerlo)-No veo nada de malo en ello, me gustaría escribir hasta ver el amanecer.

VERDAD

VII Tu sonrisa miente, más que tus ojos, al lamentarte hablas de lo que no te importa, al reír lo haces de una manera tan melancólica que no sé si reír a tu lado, o alejarme mientras aún se ven tus defectos.

VIII

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La Testadura, una literatura de paso No te mentiré, no te daré rosas por algo en especial, no soy espontáneo con regalos grandes y hermosos, no te haré sentir, pero serás especial. No me gusta lo material. No te juzgaré, pero tampoco me quedaré callado. No te amaré vacíamente, así como por lo regular se "ama". Eres especial. Te amo fríamente, alocadamente. Te amo lenta, profunda y estremecedoramente. Te amo no porque así lo hayas pedido, sólo que así te quiero amar yo. Te amo y no pediré nada a cambio,

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Rafael Domínguez Gómez me encanta verte feliz, aunque seas enormemente feliz estando soltera.

CUERPO

IX Mujer, espero que entre tantas montañas, entre tantos acantilados, algún día pueda caer ante ti entre errores y rozones, entre lo que no sé y tú sabes, con mi inexperiencia y tu sabiduría, con mi locura y tu cordura, algún día podamos hacer algo fantástico; algo visible y sensible, una obra tan corta, una escultura, una abreviatura, algún epílogo,

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La Testadura, una literatura de paso algo tan pequeño que sea especial.

X No quiero saber tus defectos, mejor, préstame tus demonios. Aquellos que noche tras noche no dejan conciliar el sueño, que por más que intentes, no puedes dejarlos. Quiero regocijarme en tu sufrimiento, hacer que los olvides. Olvídalos por unos minutos o el tiempo que te lo permitas. Te mostraré que no eres la única sufriendo; porque esa capa y traje gris obscuro que portas, no es más que la pena oculta entre esos ojos cafés.

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Rafael Domínguez Gómez

XI Hacerte saber que te quiero, sacar mis miedos y dejar entrar tu sonrisa, empezar a acostumbrarme a las tonterías, abrirme a ti, romper mis ideas y soltarme por completo, relajarme y reír, pensar menos, demostrar verdades. Quiero llegar a ser alguien simple. Así como te gustan.

XII Ella con esos encantos a todos acelera, va dejando puertas entre abiertas, está llenando sus vacíos con gotas de amor prestado, recibiendo sin pedir lo que siempre ha anhela-

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La Testadura, una literatura de paso do, robandoy guardando cariño en el cajón de recuerdos. Llora con grandes sonrisas, pero con ojos de vagabundo olvidado. Corre al ver una luz de amor, corre hacia el lado contrario.

XIII Porque no importa cuántas veces olvide tu voz; tu silencio. Siempre intento borrar aquel miedo en tu mirada, aquella que con el rozar de una verdadera piel brilla de emoción. Aún recuerdo como te confundías al hacerte pensar que era pasatiempo, el cómo nos fuimos guardando en botellas vacías y fáciles de beber.

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Rafael Domínguez Gómez

XIV ¿Alguna vez has nadado con el alma?, ¿Con la pupila? ¿Con una delicada sonrisa? ¿Con el amor, con la decadencia y el ritmo? ¿Lo elocuente, lo inesperado o lo astuto? Yo sólo metí los pies, un poco de manos y remojé la imaginación, fueron sólo unos instantes, unos instantes; tan cortos y efímeros. Entré a unas aguas blancas tan profundas como el propio abismo. Fue hermoso, en su centro, alcancé a ver algo negro que se dilataba. No sé si era yo o ella la que disfrutaba del momento, la o el que se sumergía entre pequeñas y delgadas fosas negras; entre gritos y tumultosahí estaba yo, ahogado

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La Testadura, una literatura de paso entre tantos versos.

DISCERNIR

XV Dime que vendrás un día y te espero todo ese día, dime que vendrás alguna semana y te esperaré toda esa semana, dime que vendrás algún mes y te aseguro que todo ese mes esperaré... dime que nunca vendrás y sería lo mejor y más caritativo que podrías decirme.

XVI Volviste a ser parte de mis insomnios matutinos,

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Rafael Domínguez Gómez recordando cosas olvidadas, torturando una de otras tantas veces mi pluma, mi mano cansada. Voy escribiendo en intervalos de tres tiempos, tiempo para mí, tiempo para escribir, tiempo para arrepentirme, acompañado del maldito sentimiento: "Te amaré la vida entera, aunque eso signifique el último suspiro que me puedas dar." ¿Quieres entender? Húndete y muere como ella lo hizo.

XVII Solamente es por momentos, no es siempre, ni a todas horas.

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La Testadura, una literatura de paso Sólo es por momentos cuando te recuerdo. Cuando te veo feliz me da consuelo y coraje, Pero más consuelo... ¿O más coraje? Sólo es por momentos. Sé que no será por siempre. Sé que algún día pasará y ya no la extrañaré. Algúndía dejaré de preocuparme al ver sus fotos, dejaré de preguntarme si esa sonrisa es real. El que te abraza en estos momentos ¿Te trata bien? Sólo es por momentos que la recuerdo. Sólo es a veces, cuando río, cuando estoy triste, cuando me tocan, cuando juego locamente con alguien, cuando tengo demasiado tiempo para pensar. Sólo es por momentos. Por ejemplo: cuando suspiras, es simple.

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Rafael Domínguez Gómez LO INESPERADO

XVIII Tu besar torpe, tus movimientos lentos, arraigados, temblorosos, pausados, delicados. Tu mirar, una locura que hierve dentro de mí. Es algo tan impreciso que no sé cómo manejarlo. El sentir tus labios. Por un momento pensé que era un sueño, pero escuché la respuesta del otro lado. Ese calor se siente. Abres tu boca y es como si robaras parte de mi aliento, como si el vacío que se forma en tu boca absorbiera y volviera suyo mi aliento, como si tu pequeña boca fuera muda y se entendiera a la perfección con mi retrasada

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La Testadura, una literatura de paso cabeza, túesperas y das los tiempos entre cada beso. Sólo me dejo llevar. No puedo pensar en nada más. Primero fue tu blusa si no mal recuerdo, no, la verdad no lo recuerdo, no sé si fue tu brassier o fue tu short. No puedo dejar de ver tu ombligo, tu cara, el cómo me miras y al mismo tiempo finges no hacerlo, como si la droga anteriormente consumida nos dijera que está bien, que está mal, que estamos locos, que podemos hacer lo que queramos, estamos tan despreocupados, pero aquí estamos, tratando estar, intentando sacar aquello que durante mucho tiempo estuvo ahí; al menos en mí. Tu ombligo es tan recto, profundo; tu estomago es terso, dorado y perfecto, mi enorme mano lo puede tomar, lo puede

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Rafael Domínguez Gómez manejar a su antojo y sacudirlo, detenerlo y sostenerlo lo suficiente para poder besarlo, intento controlar el temblor en tu cuerpo y bajo poco a poco, acarício lentamente tu entrepierna, tu pierna, tus glúteos, regreso mi mano y vuelvo a controlar tu temblor, es una sinfonía mal hecha, tú estás en unos tonos y yo en otros, pero, se escucha realmente bien, no importan los instrumentos o si vamos en diferentes tonadas, llevamos la nota de acuerdo al escrito, lento, despacio, constante, faltando el aire, y faltando respeto al autor.

XIX ¡No, no quiero escuchar música!

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La Testadura, una literatura de paso No quiero llorar, no quiero saber qué fue lo que pasó, no quiero que vengan a consolarme, sólo quiero que estésaquí, sin hablarme, sin tocarme, solamente que estésaquí, no quiero que seas de nadie, ni de mí ni de ti. A mi lado. No te quiero, ni quiero que seas feliz, sólo te quiero junto a mí.

XX Soy una persona que se deja llevar por sus antojos, aunque estos no convengan o hagan quedar mal, se hacen. A veces son sencillos, algunos complicados. Esta vez era sencillo; pasar toda la vida contigo.

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Rafael Domínguez Gómez

XXI que ver el café de tus ojos, tenían que meterse, atravesar mi pecho y sofocarme el corazón. Sólo, tenía que ver el café de tus ojos... No hacía falta más, no hacía falta enamorar, no hacía falta gritar, no hacía falta llorar, ni dar vueltas por tu casa como un loco, no hacía falta que sonrieras. Esa sonrisa. Sólo, tuve que ver el café de tus ojos.

SUEÑOS

XXII SUEÑO 1: El sueño me hizo despertar con ilusiones y

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La Testadura, una literatura de paso esperanzas, demasiadas esperanzas en realidad, quería que fuese real, sería magnifico. Estuve todo el tiempo con ella. Aunque en ese momento no lo recodara y sólo fueran recuerdos vacíos de lo poco que sentí. No importa, ella estaba ahí, a mi lado, conmigo, de mi... sin ella. Desde que me levanté he estado muy analítico, mis pláticas internas son muy profundas, tan profundas que ni yo sé de qué se habla ¿Que estarán planeando aquí dentro?

XXIII SUEÑO 5: Hoy fue mi quinto sueño, es la única manera que puedo estar a tu lado. Debo dejar de pensar en ti, sabes.

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Rafael Domínguez Gómez En este sueño me presentaste a tu familia, está mal, estoy mal. Me agradó. ¿De ahí que sigue? Me levanté contigo en la cabeza, me doy un tiempo, pienso que alguien se acercara yme dirá que si, que efectivamente pasó. Tú estuviste y te fuiste porque yo me quedé dormido, que realmente mi familia conoció a la tuya, queestaré contento el resto del día, porque eso sucedió. Pero, despierto y no estás aquí, ni allá, maldita mente. ¿No podré? ¿No podrás ser como lodemás?. Solamente quiero pases y seas alguien, algo. ¡¿Por qué no puedes ser así?! Me duele, me duele que no estésaquí, y que no estés allá. ¿Por qué no estás allá y yo aquí? Maldita mierda que pienso, maldita mierda, maldita jodida mierda que pienso, no en mí, si

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La Testadura, una literatura de paso no en ti.

XXIV Fue cuando te busqué por todas partes, cuando me escondía entre mis pasos, en un vaivén se me fue la vida, entre calles y largas avenidas. Fue cuando te busqué por todas partes, hasta que me cansé, reflexioné y lloré. Recordé los lugares y los pasos que di, parte por parte, como si una película pasara frente a mí. En un minuto logré verte. Estaba tan distraído con tu recuerdo, Por tu ausencia y mi búsqueda, que había olvidado como eras. Me aferraba a lo que yo creía; te busqué por todas partes hasta que te recor-

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Rafael Domínguez Gómez dé. En vez de estar entre miles de personas estabas sentada mirándome pasar una y otra vez. Entre mis recuerdos, recuerdo que fue la 4ta vez cuando te fuiste de ese lugar, Yo pasé otras 9 veces más. Sin darme cuenta que mi cabeza es más malvada que tú, que ambas planearon no fijarme nuevamente en ti. Tú cambiaste por completo y mi mente te ayudó. En su maldito complot cambió mis recuerdos por los de una persona que nunca conocí. Te busqué por todas partes hasta que me di cuenta que no te estaba buscando. Te vieron pacientemente esperando a que dejara la idea de la persona que creía. Mucha tu paciencia fue, y mucha mi necedad

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La Testadura, una literatura de paso también.

OLVIDO

XXV ¿Por qué el amor duele como si carcomiera el alma? Lentamente, sutilmente y de a ratos, da palazos. Ahí es cuando suelto la lágrima, cuando decido escribir para no morir, de a ratos me consuelo en el silencio. Apago la luz, prendo una vela y me quemo en la penumbra. Ahí estoy solo, acompañado de libretas y musarañas, a veces uno que otro tequila. Apago la vela y escucho el ruido que me aturde,

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Rafael Domínguez Gómez abro los ojos y estoy entre la multitud apachurrado. me olvido de todo, me olvido de ti. Sólo de a ratos me muero, sólo de a ratos me muero por estar junto a ti y decirte cuánto te anhelaba.

XXVI Todo se desmoronaba de poco, de a cachos, iba cayendo todo, mi persona, mi estancia, mi vida estaba estúpidamente desordenada, como me gusta. Tenía mucho tiempo que no estaba así ¿Cuál es el problema? El problema soy yo, simple, debo dejar de ser estúpido, de creer que puedo, creer que tengo talento para algo. Para lo que tengo talento, de eso estoy seguro, es para decepcionar, ¿Y saben? No está mal, creo que esa es mi naturaleza, lo pude ver desde muy joven, de vez en cuando me pongo mal, pero, no es tan malo, después de cierto tiempo

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La Testadura, una literatura de paso el sentimiento pasa, se pasa y realmente deja de importar, sólo escucha: Te decepcionaré, te decepciono. Desde ahora y en este momento decepciónate de mí, es el mejor consejo, el más corto y el que mejor revela lo que pasará. No trates de buscar una respuesta porque por eso te la estoy dando. Decepcionar es mi especialidad y eso no es lo peor, lo peor es que no lo quiero cambiar.

XXVII Para olvidarla primero tienes que hablar de ella. Háblale de ella a toda persona que se cruce en tu camino. Diles detalladamente qué fue lo que pasó, intenta explicarles el cuánto la quieres, no llores,

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Rafael Domínguez Gómez sólo habla de ella. Acuérdate de todo lo bueno que pasó, sólo, habla de ella. Así continúa durante un mes, un año, un año y medio, tal vez llegues a los dos o a los cinco, pero, nunca dejes de hablar de ella. Podrán venir los recuerdos mejor guardados, los que se impregnaron en tu memoria, pero, por favor, no la escribas, no la dibujes, no la pintes, no la hagas música. Reprime el deseo de hacerlo. Reprime todo deseo de plasmarla en la eternidad de él Arte. Si un día caminas por la calle y te percatas de que estás sacando la mejor idea que pudiste haber tenido, escúpela, olvídala, deséchala, esconde tu libreta, tu pluma, tus santos, tu inconsciente y consciente, pisotéalos y renuncia a hacer otra cosa que no

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La Testadura, una literatura de paso sea hablar de ella. Y si vas a llorar, llora, retuércete y arráncatela de toda tu alma. Y si vas a gritar, grita. Estás en el suelo, desarmado, sin ganas de vivir, tus fortalezas hechas trizas, tu cara contra la pared, sientes que te roban a cada instante, tu mente está siendo manipulada. No sabes qué decir, eres un perdedor. No hay más camino que mirar arriba.

XXVIII Al final te volviste mi instrumento de emociones, sólo de emociones, al final dependo de tu rechazo, tu aceptación o tu indiferencia para poder sentir. Tengo la necesidad de sentir algo. Al final sólo eres eso, esto, mi instrumento de emociones, casi por magia lo puedo activar, lo

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Rafael Domínguez Gómez mejor es que lo puedo usar en el momento que yo necesite. Si estoy aburrido lo hago, si estoy sin ganas de escribir te hablo, si quiero que salga algo bueno te llamo, si en verdad quiero algo fuerte y que me deje cicatriz, pues, tomo aire y dejo de pensar. Me detengo y ahogo mis lágrimas, abro un coñac, un poco de música, y vamos, te hablo, te escribo, te veo, te cito y ahí estamos. Se siente bonito, se siente el gozo. Ahora es un poco diferente, ya sé que eres mi instrumento y que yo te puedo manejar para que me manejes, pero, un momento. Yo tengo el control. Me costó trabajo darme cuenta pero es verdad, yo tengo el control de ti. Tú, mi instrumento de emociones, yo me manipulo a través de ti, ¿Qué se siente ser utilizado? Qué se siente que por una vez, en todo este tiempo, te pueda decir que siempre fuiste algo de mí. De las mejores cosas que me pude regalar, fue tu desprecio.

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La Testadura, una literatura de paso

XXIX Y así sin más, Perdí la compostura y la razón, Se apoderaron de mí los demonios de la desgracia. Cafetería del boulevard. Sin más que decir, me despido de ti. Y no por no poder hacer más, sino por no poder hacerlo en ti.

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Rafael Domínguez (Veracruz, 1994). Mis gustos son la fisiología y anatomía; la escritura y lectura. Viví un año en la ciudad de México en donde tomé diferentes cursos de medicina oriental, al igual, ese año me dediqué a redactar diferentes poemas y conocer diferentes autores.


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