Testa alterada 2: Santitos de los Mañosos por Javier Salinas

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Santitos de los ma単osos Javier Salinas Rivera La Testadura Alterada 2



L a Te s t a d u r a a l t e r a d a 2 E D I C I Ó N

E S P E C I A L


Texto: Javier Salinas Rivera. Imagen de portada: "De Actualidad, Capitulo IV" técnica, collage. Por Gilberto Ibarra Pacheco.

Gilberto Ibarra Pacheco, originario del estado de Guanajuato. Artista visual que incursiona en técnicas mixtas, fusionando collage, escultura y ensamble e incorporando una marcada tendencia hacia el reciclaje. Edición Mario Eduardo Ángeles.

La Testadura, una literatura de paso. www.issuu.com/latestadura latestaduraliteraria@gmail.com elgallodeletras@gmail.com México, Mayo 2015. Síguenos por Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en los lugares públicos o salas de espera.


CONTENIDO

Santitos de los ma単osos por Javier Salinas Rivera


Javier Salinas Rivera

Santitos de los mañosos La humanidad necesita para vivir mitos y mentiras. Si uno ve la realidad escueta se pega un tiro. Vallejo.

-Hola Beto. (Dijo mientras abría la puerta del Mercedes de su amigo; un chico más o menos bien, de León Guanajuato; de la tradición de zapateros mochos y acomodados de aquella horrible ciudad) -Eduardo ¿Cómo estás? -Excelente ¿Qué no me vez? En la plenitud de mi decadencia ¿Y tú, amigo? -Bien, no me quejo. -Bueno, uno puede no quejarse, incluso, clavado en una cruz; o ardiendo en medio de la hoguera. Eso no me dice nada en concreto; eres como todos los políticos de tu partido. Le huyes a las explicaciones, con rodeos y muletillas de fácil escape.

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La Testadura Alterada 2 Bien ¿Por qué? -Pues me va bien en la escuela, me llevo chido con mis roomies , me gusta esta ciudad. No sé, ya sabes que soy muy simple. -¿Qué estamos oyendo? ¿Puedo adelantarle? Ya me aburrió esa canción. -Sabes que casi nunca cargo discos, debiste haber traído una USB con tu música. -Verga, con esta memoria que tengo, es un milagro que me haya acordado del color de tu auto ¿Y las chicas? -Ah… ese es el único problema, sabes que estoy salado. -Mira, amigo. No es que tengas mala suerte, es que no sabes manejarte en tu contexto. Para empezar, deja de llevar esa música triste en tu auto; mírate wey llevas un Mercedes. El sueño de cualquier cabrón; incluso mío. Si sigues oyendo estas mamadas con temática de la posguerra, de

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Javier Salinas Rivera países donde nunca nos tocará vivir; es lógico que ninguna chica se te va acercar; si continúas con este disfraz de niño resentido, lo único que vas a pillar va ser una travesti darketa treintañera, aferrada, estancada y ridículamente maquillada; de esas que se ocultan tras el negro disfraz de una época y un contexto que no les pertenecen. Wey, la calle está llena de morritas ; hecha un ojo, viejas que se mueren porque pases por ellas en tu auto y las lleves a dar una vuelta. -Jajá… wey, pues es lo que me gusta; y hasta donde te conozco, a ti también y llevas en esto, más tiempo de lo que yo recuerdo. Pero tienes razón en gran medida. Oye tengo que cargar combustible ¿Dónde hay una gasolinera cerca? -Termina de pasar el parque, te vas derecho unos cincuenta metros y das vuelta en “U”, ahí por donde está la farmacia Guadalajara. Mira, ¿si alcanzas a ver el OXXO? (Dijo mientras hurgaba ansioso en

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La Testadura Alterada 2 la guantera) Oye cabrón, y el disco de tu jefa de Los tigres del norte ¿Qué pedo, por qué ya no lo traes? -Ah… no sé. Ni me había dado cuenta, a lo mejor lo bajó la última vez que la vi. Lleno, por favor. Sí, de la Premium (Dijo al despachador por una pequeña rendija del cristal del piloto, mientras le extendía su mano delgada con las llaves del auto) Al momento se acercó un tipo de ropas desproporcionadas a su esbelto cuerpo. Llevaba un pantalón enorme y una sudadera negra muy vieja, abrazando una pequeña maletilla mariconera de color negro; se acercó a la ventanilla y les dijo -A diez, a diez, carnalitos; a diez el disco Mp3- Automáticamente ellos respondieron que no, y siguieron hablando. -Wey, necesito alcohol. -Va. Bueno, la verdad yo no quiero tomar, ayer me puse una buena peda con los del TEC. Muero de hambre, vamos a comer ¿sí? Lo que tú quieras, vamos al centro y

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Javier Salinas Rivera comemos donde tú quieras. -Wey la comida no me interesa tanto, es viernes, vengo estresado de dar clases y necesito beber cerveza. Pero sí, si quieres vamos a comer. Oye wey ¿Qué dijo el vato éste que vendía? -Discos de Mp3. -Ah, genial a ver pítale wey, porque ya me tiene hasta la madre tu cold-wave ; a ver bájale al vidrio. Hey, hey, compa (Dijo cruzándose por encima de Beto, sacudiendo las manos hacia el muchacho que ofrecía los discos) -Sí carnalito (Exclamó agitado el vendedor ambulante) -A ver ¿De qué discos traes, amigo? -Ah… pues de todo, de rolas viejitas, de poemas, rock en tu idioma. -No eso no, me caga el rock en tu idioma. Maná, Caifanes, Miguel Mateos, Soda Stereo y toda esa bola de greñudos clonados y apestosos.

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La Testadura Alterada 2 -Jajá… ah pues también traigo de banda; de Julión Álvarez, que está de moda. -No lo conozco, ese qué canta, a ver. -Mira -dijo pasándole la envoltura con el disco-, canta románticas con banda. -Hay, no wey ¡qué asco! está horrible esta chingadera; si como tiene la pinche jeta, canta; ya me lo imagino. Mejor me quedo con la tristeza de este wey (Dijo mirando coquetamente a Beto) Pero a ver, tú recomiéndame algo de banda, algo que le guste a las morras, algo que llegue; algo gatón, pero chingón para pistear, algo pa´ que aflojen las perras. -Ah… pues mira, tengo este de la MS, que también está bueno o este de Banda Max que trae de varios. -No de la MS no, ese ya me funcionó una vez, pero quiero algo diferente; mejor pásame el de varios. -Éste, el de Banda Max. -Ándale, ese mero ¿Cuánto te debo?

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Javier Salinas Rivera

do.

-Diez varitos, carnal. -Sobres, aquí está, gracias compa, chi-

El vendedor se alejaba mientras Beto liquidaba la cuenta de la gasolina; luego arrancó el auto dirigiéndose hacia el OXXO que se encontraba justo enfrente; mientras Eduardo colocaba el disco en el auto estéreo y comenzaba a intentar reconocer alguna de las canciones allí grabadas. -Vamos, oh… ¿Me esperas? -Vamos, te acompaño. (Bajaron del coche y entraron en el OXXO , dirigiéndose sin titubeos hacia los refrigeradores de cerveza) -Tómate algo, wey. -No, enserio, Ed, ando crudísimo. -Bueno pues yo me tomo las mías y unas cuantas por ti. Me voy a llevar de una vez un doce (cogió el doce y caminó hacia la caja) Me caga hacer fila. Pero ya sabes, con tanto pinche migrante en Querétaro,

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La Testadura Alterada 2 ahora para todo hay que formarse; me han contado que hasta para tomar el camión, por ejemplo en la Pradera. Dicen que en las mañanas, hay que hacer cola; y terminas yéndote unas dos o tres rutas después, por lo largo de la fila ¡Que puto asco! Pero, ni pedo. -Pinche culero. -Wey, no lo decía por ti. Al menos tú vienes a estudiar un posgrado; y no a reproducirte de forma disparatada, ni a delinquir; además eres mi amigo, y ahora que lo pienso bien; muchos de mis amigos ni siquiera son de aquí; pero son mis amigos ¿Cuánto es? (exclamó, dirigiéndose a la cajera que lo miraba con enfado) -¿Sería todo? -Sí. -Son 137 pesos joven. -Aquí tiene. -Serían 63 pesos de cambio. -Gracias.

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Javier Salinas Rivera Salieron hacia el coche. El cielo comenzaba a oscurecerse. Dieron las ocho de la noche, y las pesadas nubes, que durante el día se habían posado sobre la ciudad; ahora desprendían pequeñas gotas suaves de agua tibia. -Deja le adelanto a esta madre a ver que rolas trae. -No mames, wey ¿Es neta? -¿Qué? -Que ahora te gusta esa música. -Mira Beto, sabes que todo en la vida termina aburriéndome después de un par de meses, incluso la música. Claro, hay cosas fundamentales e irrevocables en mi formación. Artistas como Iggy Pop, Claus Nomi, Louis Armstrong, Leonard Cohen, Nick Cave, Jesus And Mary Chain. -Y David Bowie, Blondie, etc. -Exacto. Tú si me conoces; pero, recuerda que antes de bajar por la cerveza estábamos platicando sobre la importancia, y

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La Testadura Alterada 2 en tu caso, urgencia de adaptarse a su contexto. -¿Y eso qué tiene qué ver con éste intento de música fea? Escucha sus letras, ni si quiera tienen sentido; las han hecho personas iletradas, con un mínimo de disciplina en la formación artística musical. -Qué qué tiene que ver… pues todo, amigo; acabas de explicarlo tú mismo. Precisamente por eso, por lo que describes. La sociedad es burda e iletrada, la gente no cuestiona nada, a las personas les da flojera pensar; por eso les fascinan las cosas simples y de pésima estructura. Y si hablan de follar, desamores e infidelidad, aún más. Y bueno, respondiendo a tu pregunta ¡No! por supuesto que no me gusta esta música de mierda, pero me gusta lo que puedo conseguir en este ambiente. -Jaja… ¿Qué? -Drogas, por supuesto, y sexo barato. Pero no cualquier droga. Irónicamente de

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Javier Salinas Rivera unos años a la fecha, es en los pueblos, donde se encuentran las mejores drogas. En cuestión de las drogas duras típicas del consumo general en el estado. Al menos no tan rebajadas como las que venden en el centro. Obviamente no vamos a encontrar opio, pero sí muy buena cocaína, crack y sobre todo cristal, que es lo que está de moda. -Verga ¿Y tú como sabes? -¿Qué? -Pues eso, las dos cosas que puedes conseguir: el sexo fácil y las buenas drogas, solo escuchando este tipo de música. -Bueno, primero vamos a encontrar alguna canción que reconozca (Dijo mientras adelantaba -otra vez- frenéticamente el play list ) Verga, tengo sequísima la garganta ¿Seguro no quieres una? Yo voy a beberme una de inmediato. -No, gracias. Mejor vamos al centro, a buscar un restaurante para comer algo.

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La Testadura Alterada 2 -Pues yo preferiría no comer, pero te acompaño (Dijo luego de beberse un largo sorbo de cerveza) Bueno, en lo que llegamos te voy a contar la primera, ¿Recuerdas “La soga” la carta que te mostré el otro día que fuimos a tu casa a ver el partido del Atlas? -Sí, pues nunca dejaste de hablar de ¿Cómo se llama, Eva? Tu nueva funda. -Pues ya ni tan nueva, amigo, he conseguido otras después de ella, pero sí, es la misma. Nunca te conté como fue que me la conseguí ¿Verdad? -Estás a punto de hacerlo. -Por supuesto. Escucha. Resulta que, bueno, ya vez me puse a entrenar Soccer; un cuate de ahí, me invitó a jugar a su equipo de rancho. Bueno, desde entonces he convivido con mucha gente ordinaria; y he aprendido a serlo, también. Aunque sigo jugando de la verga, y ni siquiera sé patear bien el balón, he aprendido muchas cosas, sobre como conquistar a las muje-

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Javier Salinas Rivera res de ese tipo. No a las -aunque buenasmamonas y recicladas que ya todos nos hemos dado en el underground . A poco no estás harto, de toda esa bola de pendejas pretenciosas, que se sienten artistas. Ya sabes, fotógrafas, pintoras, escritoras, cineastas, diseñadoras; y cuanta mamada está de moda. Al menos yo sí. -Y ahora me vas a decir que las morritas de rancho son mejor, o más auténticas. -Jaja… Por supuesto que no. Son igualmente clonadas, pero al menos saben a lo que van, o sea, igual que las otras. Pero no tienes que entablar entes o después del coito, conversaciones pendejas y desgastadas. Que si el suicidio de Ian Curtis, que si Bukowsky es mejor poeta que novelista, que si Brad Pit se ve guapo en The Figh Club , etc. -Jaja ¡Sí! sé de lo que hablas. -Una vez que estaba en una peda, donde no conocía a nadie, excepto a un compa que también es pambolero, me había invi-

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La Testadura Alterada 2 tado a su rancho en Ezequiel Montes un fin de semana. Me moría de aburrimiento, como en todas la fiestas, sobre todo en esta, porque no tenía ni puta idea de lo que estábamos oyendo. Parece que nadie en la reunión conocía un solo tema de New Order, The Pixies o Lipps Inc. Aunque no era la primera vez que me había tocado convivir con gente así, ya lo había experimentado cuando me fui a vivir a Michoacán; pero como siempre andaba muy drogado, nunca puse atención a la música; además siempre llevaba el ipod . Esta vez tuve que adaptarme. Bueno, quise hacerlo, la verdad, porque si no, me hubiera ido al cuarto de ese wey. Bueno. La miré, porque supe que ella me estaba mirando, pasé a su lado para coger una cerveza de una tina metálica con bloques de hielo, donde colocaron las bebidas. Mientras la gente ya peda, sobre todo las viejas y uno que otro cabrón muy ridículo, cantaban a gritos una pinche canción, mal estructurada y horri-

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Javier Salinas Rivera ble de la banda MS, los del disco que me ofreció el wey en la gas, hace rato, el que rechacé ¿Seguro no quieres una chela wey? -No, gracias. Mejor vamos a buscar ya algún lugar para comer ¿Por dónde me voy? -Entra aquí por Juárez, del jardín de los platitos, dobla a la izquierda (Abriendo otra cerveza) Sentí su mirada, ya sabes, como cuando una vieja quiere que te la cojas. Ya sabes cómo. -Jaja, sí, lo sé. -Entonces me siguió, mientras trataba de abrir una cerveza con un encendedor. Se me acercó de frente. Aventada la morra. Y la neta, su sonrisa me gustó; aun así no pude quitar mi cara de aburrido. Mientras se escuchaba esa canción muy vulgar y pegajosa. Hablameeee de tiiii . Y no sé qué más mamadas dice. El punto es que con esa rola, cualquier gatilla te las afloja. Eso lo había notado el tiempo que llevaba en esa peda.

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La Testadura Alterada 2 -Hola -me dijo- Yo sólo le contesté con la mirada. Ya andaba pedo. Después me pidió que le pasara una cerveza, y se la di, no pude negársela. No pensaba pasar toda una noche, sólo bebiendo y sin comerme algo que además había llegado por su propio pie. Antes de dar el primer trago a mi cerveza, justo a unos dos centímetros de mi boca, bajé la mano y la extendí hacia ella; se la cedí, y me agaché de nuevo hacia la tina para coger otra cerveza. Así funciona esto, así son las mujeres; les abres la primer cerveza, y ellas abrirán por ti, millones durante el resto de tu vida, mientras estás sentado en un sillón mirando el futbol apoyando al equipo local. Tu equipo. Bueno, eso dicen las estadísticas, no yo. -Y luego ¿Qué te dijo wey? -Nada, sólo sonrió mirándome con sus ojitos de quiero-verga. Ya sabes cómo, justo como me estás mirando ahora, jajaja. -Hijo de puta, ya ¡cuéntame! Espera,

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Javier Salinas Rivera antes dime, qué comemos. Neta, me muero de hambre, wey. -Pues mira la verdad me da mucha weba tener que meterme a un puto restaurante, verle la jeta a un pinche mesero y tener que ser amable. Vamos a unos tacos que están bien vergas. Te van a gustar, o qué ¿No comes tacos? Además ahí puedo seguir bebiendo y mearme atrás de un puesto de periódicos, o algo así, en lo que nos despachan. -Sí, wey. Me encantan los tacos. Puedo comer lo que sea, hasta un vikingo del OXXO , pero ya!!! que muero de hambre. -Tampoco exageres wey yo no me tragaría esas chingaderas del OXXO . Aunque sí, una vez en un viaje en tráiler a Guadalajara, tuvimos que comer esas madres, mi amigo y yo, pero esa es otra historia. -¿Por dónde me voy? -Agarra todo Zaragoza, los tacos están atrás de Plaza de las Américas. Bajas por el tanque; a un costado de San Pancho , en

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La Testadura Alterada 2 Ejército Republicano. Bueno ¿En qué estaba? Ah… sí, en su mirada de quiero verga. Ya sabes el resto, todo es protocolo. Hablamos un rato de las cosas más triviales. Siempre es muy fácil llevarse a la cama a la gente más ignorante; pues carecen de conversación. Y otra vez esa puta canción naca. Entonces ya un poco arrinconados en lo oscurito y después de unas tres cervezas juntos, comenzó a cantarla mirándome a los ojos; así, de una forma patética, como lo hacen en las telenovelas. Yo sólo quería dármela. Que se callara de una vez y me la chupara. Pero con las mujeres no funciona así la primera vez; y sabes que raramente me interesa vivir una segunda vez con la misma persona. Entonces la besé. Por ahí wey, es ese puesto de allá; párate adelante, tengo ganas de mear. -¿Ordenamos y nos vamos? -Sí, para seguirte contando. Bajaron del auto y mientras Eduardo orinaba en un teléfono público junto a un

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Javier Salinas Rivera puesto de revistas, fingiendo hacer una llamada; Beto se adelantó al estanquillo de comida que anunciaba en una enorme lona “Tacos de pastor al 2x1¨ -¿Listo? -Sí, wey ¿Ya ordenaste? -No, te estaba esperando. -Wey ya sabes que yo no como carne, necesito bajar cinco kilos esta semana. -Me da dos de costilla y dos de suadero, por favor (Dirigiéndose al taquero) ¿Seguro, Ed? -Ay, no sé wey, es que peso 63 kg. y sabes que mi peso ideal es cinco menos de lo que el médico indica; claro, para lograr una estética de drogadicto. -Wey, no estás gordo. -Lo sé, pero no me gustaría estarlo mañana. -¿Con todo joven? (Gritó el taquero obeso, mientras su sudor escurría lentamente sobre la plancha llena de manteca;

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La Testadura Alterada 2 donde se combinaban todos los sabores de las carnes: chorizo, cabeza, sesos, tripa, suadero, pastor, bistec, costilla, etc.) -Sí, me los pone para llevar por favor. -Te juro que me tuve que aguantar la risa, cuando me cantó de forma tan ridícula su puto himno. Pero me dije: Ed, es momento de besarla, y la besé. En corto la cogí de la cintura y me pegué su cuerpo contra el mío; hasta que sintiera mi verga -ya dura- y así yo sentía el movimiento de sus tetas justo en mi pecho, mientras respiraba. -Aquí tiene joven, serían veintiocho pesos (el taquero, dirigiéndose a Beto) -A ver, aguanta Ed. Aquí tiene, así está bien. -Gracias, joven. -Vamos ¿Y luego? Caminaron hacia el coche, entraron; y mientras Beto descubría sus tacos, Eduardo destapó otra cerveza y continuó con su

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Javier Salinas Rivera relato. -Ya entrados en el faje, le dije que fuera por otras cervezas, mientras yo iría con mi amigo -que ya estaba en su cuarto, cogiendo con no sé quién- para que sacara los condones y me prestara las llaves del coche. Condones no hubo, pero al menos sí sacó las llaves. Regresé por ella y la llevé hasta el auto. Y ella nada tonta, sí se trajo varias cervezas. Es lo que me gusta de esas morillas. Son bien atascadas para todo, como las otras; pero a ellas no les interesa aparentar lo contrario. Pinche disco, no conozco ni una rola; pero a ver esa, se oye másomenillos . Luego wey, pues ya, otra vez a lo que íbamos; apenas si destapamos una chela para cada uno; reclinamos los asientos, y ahora sí, comenzó el atasque. Nos olvidamos de las estrellas, el cielo, la noche y todas esas pendejadas de las que comenzamos hablando. Nos concentramos en nuestros cuerpos. Mejor dicho, en nuestro placer propio mediante el

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La Testadura Alterada 2 uso de otro cuerpo. Primero me dijo que no sabía chuparla, yo le dije que le enseñaría como, que le iría diciendo como hacerlo. Y sí, la verdad no lo hacía muy bien, pero la fui dirigiendo. Me la mamó unos minutillos, a regañadientes, después se la sacó, y escupió. No entiendo por qué hacen eso las primerizas, o se hacen las inexpertas. Luego, un par de mamadas después, y hasta te piden que se los eches en la boca. Pero lo que ella quería, era que se la metiera ¿Traes condón? Me preguntó. Le dije que no, y al principio, según ella, se negó; después ella misma me pidió que se lo hiciera. Pero me dijo antes, claro -lo que dicen todas- que yo era especial, que no lo hacía con cualquiera, y que quería tener algo bien conmigo, no solo sexo. -Jajaja, típico de ellas. Pero, qué pedo ¿Se los dejaste ir? -¡Obvio wey! Me dijo que me saliera antes. Y, ya sabes cómo somos los hombres; uno siempre les promete lo que ja-

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Javier Salinas Rivera más hará. Y sí, a lo mejor lo intenté; o sea, me vine dentro, pero me salí al mismo tiempo. Jajá. -¿Y luego qué te dijo? -Que me quería. jajá ¿Puedes creerlo? ¡Qué pendejada! Luego me subí el pantalón y fuimos de nuevo a donde todos, a coger unas cervezas frías. Wey esa rola, esa es la que andaba buscando. Deja le subo. -Y esa ¿Porqué o qué pedo? -Esa, pues la escuché apenas, con unos morros que son de un rancho cerca de Mompaní, por Jurica. No recuerdo cómo se llama, pero creo saber por dónde está. Es la segunda historia que te voy a contar. -De drogas, supongo. -De qué más te podría hablar alguien como yo; si no de sexo y drogas sintéticas. -Jajá, eres cínico. -Soy como hay que ser. Pon atención a la letra. Escucha.

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La Testadura Alterada 2 Ambos guardaban silencio, mientras Beto terminada sus tacos y Eduardo destapaba otra cerveza. Arrojaron la basura por la ventanilla, encendió el auto y se siguieron derecho hasta salir a avenida Constituyentes, en dirección a Cinco de febrero. -¿Qué tal wey? -Culera -Ya sé, por eso es que muchos morrillos se identifican. Y me caga la banda, tocan horrible; además qué es esa mamada de decir el nombre del grupo a media canción. Y luego ese nombre tan pinche: La trakalosa de Monterrey , qué mamada es esa. Pero analizando socialmente el contenido de la letra, es algo que es muy visto, muy real y además muy punki. -Jaja, no mames. -Wey, habla sobre la historia de un morro que crece en las calles, duerme en los puentes y se la pasa colocado; justo como los integrantes de Eskorbuto ; justo como nosotros en la adolescencia. Sólo que aquí

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Javier Salinas Rivera hay un salvador, algo que no tuvimos nosotros; un padrino, y en este caso, dicen que es el diablo. A nosotros ni ese culero nos cobijó. Entonces, pues este tipo de canciones les presentan primero su realidad podrida y culera; pero con la característica que distingue a los iletrados, la fe. Si bien ya nadie cree en un Dios, ni en la ciencia, ni en la tecnología, ni en la humanidad, ni en sí mismo. Existen aún modelos, íconos y santos entre nuestras generaciones actuales de pubertos. -Wey, no en todos. -Por su puesto, pero estamos hablando de la masa. Del pueblo. Bueno, Te acuerdas que antes salía seguido con un vatillo que es jinete, o no sé cómo les llamen a esos weyes que montan toros en los jaripeos. -¿Un pinche mocoso borracho y odioso, que una vez recogimos en las Américas? -Sí, el michoacano, el flaco. Bueno, una vez que me invitó a una de sus montas en

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La Testadura Alterada 2 un pueblo por Chichimequillas. -¿Chichimequillas? Jaja ¿Qué es eso wey? -Ay, un puto rancho cualquiera. Escucha. Esa vez pasaron por nosotros a la parada de autobuses de la Obrera, en la Cinco de febrero, llegó una camioneta negra con tres cabrones; dos jinetes morros como de unos 19 a 21 años, igual que el flaco; y un wey ya más ruco, el que manejaba, un vato gordo como de unos cuarenta y cinco años, él es el wey que los padrotea, el que les consigue los jales, el que cobra la lana, y claro, luego ya les da cualquier mamada a estos babosos que se arriesgan sobre un toro. En fin, nos fuimos pisteando desde la obrera, esos weyes ya llevaban un cartón de Coronitas , pues dice mi compa que hay que estar ya pedo para tener los webos de montar un toro; algunos se meten antes cocaína, pero él no porque dice que no le gustan las drogas, que son para gente pendeja. No tardamos ni media

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Javier Salinas Rivera hora en llegar y ya había un pinche gentío, weyes con sombrero, botas y en su mayoría bien pedos; meándose por donde sea. Había buenas trocas -como ellos les llaman- y también viejas putonas que vestían jeans muy ajustados, y con sus extensiones de pelo artificial perfectamente planchado, con su maquillaje exagerado tipo el payaso Meneito . De esas viejas que usan las uñas tipo Niurka, con diamantes incrustados y brillitos. Jaja. Bien gatotas, pues. Entramos, y nos pasaron hasta abajo, donde estaban todos los jinetes y los organizadores. Teníamos alcohol ilimitado; había cervezas, pomos y claro, cocaína, sólo que de forma más discreta. También estaban algunos integrantes de una banda local que había tocado al principio, de un barrio por Santa Rosa Jáuregui. Y así, sin pedos, cualquier vato me saludaba, me sacaba la plática o me invitaba a beber alcohol. Así es una vez que estás dentro. Y mientras el flaco se fue a preparar para su

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La Testadura Alterada 2 monta junto con los weyes que llegamos, pues tuve que esperarlo ahí. Al poco rato se me acercó un pinche mocoso de unos quince años, que llevaba un pantalón blanco, una camisa de cuadros y un saco brilloso -horrible, por cierto- además traía un clarinete en la mano. Me preguntó excitado que si sabía dónde estaban las cervezas. Le señalé con la mano. Fue a coger una y regresó. -¿Qué tal las rolas, si te latieron? -Me dijo-. -¿Cuáles rolas? -Le pregunté-. -Pues las nuestras, no ves que vamos bajando de tocar. -Ah, -en realidad no me había dado cuenta, la música era solo un fondo que ambientaba el escenario, en el que me hallaba. Algo definitivamente nuevo para míBien -Le dije- Sí, se oyeron chingón. -A webo carnal, tú si te la sabes. Seguimos bebiendo y platicando;

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Javier Salinas Rivera bueno, él me contaba muy emocionado sobre su banda, de los nuevos covers que habían sacado y sobre bandas de las cuales yo no sabía nada. -¿Con quién vienes, carnalito? -Me preguntó-Con unos weyes que van a montar unos toros, pero se fueron a preparar. Porque ya casi les toca dar el show. -Oh… de webos, pero yo creo que todavía les falta. Acompáñame a guardar esta madre (refiriéndose al clarinete) y te presento otros compas, para qué te quedas aquí solo. Vente, vamos y regresamos entes de que tu compa monte. -Pues si wey, vamos. -Y caminamos hasta el estacionamiento, bueno, hasta un terreno polvoso que fungía como estacionamiento. Había alrededor de unas tres camionetas grandes, otros weyes vestidos de la misma forma que el morrito este, quien antes de llegar con sus compas, me preguntó mi nombre para poder presentar-

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La Testadura Alterada 2 me -Lalo, le dije- Y él me dijo que se llamaba Dani, pero que le apodan el Chuki. Pero a ver deja cojo otra chela. Agarra la cinco de febrero wey, vamos hasta Juriquilla, te voy a presentar a un amigo. Mientras te sigo contando-ya que llegamos con ellos me presentó a varios vatos; sólo nos dimos la mano y cruzamos cualquier palabra, mientras el Chuki guardó su madre esa y me llamó hasta la camioneta donde estaba; fui, me subí del lado del copiloto y cerramos las dos puertas, mientras los demás weyes se fueron alejando hasta entrar de nuevo al jaripeo. Nos quedamos solos y puso unas canciones de banda, entre esas, ésta que acabamos de oír, me dijo que le gustaba mucho, porque con ella él se identificaba. -Malverde –le dije, señalando una estampita que tenían pegada en el tablero del coche. -¿Te gusta? -Claro, es uno de mis personajes favo-

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Javier Salinas Rivera ritos de la historia nacional, surgido como imagen de rebeldía durante el Régimen del presidente Díaz. -Y así poco a poco fuimos (entre los dos) recreando la historia del mítico personaje sinaloense-. -¿Te gusta la mota, carnal? -Me preguntó-. -Prefiero la coca -Le dije-. -¿En serio? -Sí, me encanta la coca ¿Sabes dónde podemos conseguir, ahora? -Con quien crees que estás papá. Y bueno, ya para no hacértela larga. Nos bajamos de la camioneta y fuimos de nuevo a donde estaban las chelas, donde lo conocí. Ahí me presentó a un morro que según es primo suyo, de unos 15 o 16 años, igual. Le dijo que me invitara un poco de coca, y el vatillo de inmediato la sacó; nos arrinconamos cerca de un muro, se metió la mano entre el bóxer, junto a los webos y sacó una bolsa con pequeñas grapas en

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La Testadura Alterada 2 mini bolsitas Ziploc ; me entregó una y me dijo, ponte carnal. Saqué las llaves de mi bolsillo y comencé a inhalar. Una coca tan pura como hacía años no probaba, nada que ver con la que venden en la Alameda. Un material realmente bueno. Y ya sabes, los morrillos farolísimos , alardeando de su material y los business en los que andan. Sabes que a mí realmente no me importa cotorrear con cualquier persona. Todo el mundo me resulta muy chistoso, sobre todo este tipo de personas; además me mantenían colocado. Nunca escatimaron ni cobraron lo que consumía. Y el flaco, no sé ni a qué hora montó, estuve un buen rato sin verlo. Me entretuve bastante con este par, hasta que llegó un wey por detrás, y me agarró de la espalda, volteé y era el michoacano. -Perro, llevo un ratote buscándote. Pendejo, creí que te habían madredo o algo. -Relájate, wey, si aquí ando cotorrean-

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Javier Salinas Rivera do con mis compas. -Esta madre ya fue wey, vámonos a la verga. -¿Ya? -Sí, ya fue, ya están esos weyes en la camioneta. Vámonos antes de que se armen los putazos. -Bueno, ni pedo. Sobres carnalitos, estamos en contacto, ahí nos mensajeamos , para ver que se arma luego ¿Va? -Cámara primo, cuídese. Hay luego nos topamos. Y ya, nos despedimos de abrazo y toda la cosa. Al día siguiente vi en mi cuenta de Facebook , sus solicitudes de amigo; de inmediato los agregué y comenzamos a cotorrear de nuevo, ahora por chat. Al día siguiente tenía en el messenger un mensaje del Chuki, quien, traumadísimo con sus santitos, me había mandado al menos treinta imágenes; algunas muy padres, por cierto. Una que me gustó bastante fue

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La Testadura Alterada 2 donde estaban los tres: San Muerte, San Judas Tadeo Y San Malverde, y había una leyenda encima de ellos, que decía “Santitos de los mañosos” Desde aquella vez no nos hemos visto en persona, pero todos los días, nos escribimos y nos ponemos al tanto de lo que hacemos. Con su muy peculiar estilo del Movimiento Alterado , sus palabras, actitudes y poses clonadas; pero divertidas. Es tan sólo una etapa, un momento en su vida. -Wey, me dices donde doy vuelta o algo, ya se me hizo largo este camino. -Amigo todavía falta, apenas eso que vez ahí es Antea , ya en unos cinco minutos das vuelta hacia la derecha, yo te digo por dónde. -Va, pues están cagadas tus historias, pero se me hace todo eso una farolada, una mamada, una pose muy ridícula de las clases bajas de las zonas rurales. -Jaja, perfectamente descrito, amigo. Es exactamente lo mismo que nosotros

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Javier Salinas Rivera hemos hecho toda la vida, sólo que en diferentes contextos, sobre todo en las zonas urbana y suburbana; manejándonos siempre bajo distintas modas ¡Una farolada absolutamente ridícula! Sí, Igual que nosotros cuando cantábamos a gritos, mientras saltábamos, -la canción de viva el metro, de Kaka de Luxe- como si hubiéramos vivido en la España post-franquista. Como si hubiésemos sido parte de la Movida Madrileña, o mínimo, como si viviéramos en una ciudad con metro. Pero no, ahí estábamos de ridículos con nuestros pantalones ajustados, con el estómago deshecho por los laxantes, la anorexia, el alcoholismo y las anfetaminas. Recreando, imitando y según nosotros viviendo algo que no nos tocó, pero que por algún motivo adoptamos. Por moda, por llevar la contraria a nuestra generación anterior, qué más da; fue por el puto POP. Por eso es que amo a los pubertitos seudosicarios, por eso es que prefiero estar con ellos que

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La Testadura Alterada 2 seguir en nuestras fiestas desgastadas; donde siempre tocamos las mismas canciones, vamos las mismas personas, y hacemos las mismas expresiones ridículas, aunque nuestras caras ahora son más cansadas. Intentamos estirar el personaje que desde hace mucho dentro de nosotros ya murió. Pero bien lo dice Henry: Ser natural es sencillamente una postura , y es la postura más irritante. Pero porque mantener la misma pose, eso sería tan desgastante como ser natural, y mucho más aburrido. La vida es un escenario y el mundo un mercado de máscaras ¿Qué clase de imbécil llevaría siempre la misma? Por cierto, amigo, es el Chuki a quien te voy a presentar ahorita, quedé de verlo en la entrada de Juriquilla, afuera de la UVM, frente a la UNAM. Vamos a ir a su rancho, para que conozcas a su pandilla y pruebes esa cocaína. -Ahí, ves ese puente, dobla a la dere-

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Javier Salinas Rivera cha y das vuelta en “U”, vamos al otro lado de la carretera.

Abril del año 2015

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Javier Salinas Rivera. Nacido en el oto帽o del 84. Historiador de formaci贸n, profesor y escritor autodidacta


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