H is t o rias urb an as s o bre e l caf ĂŠ Re lat o s F ran P ĂŠ re z Cabre ra
Donativo: 20 pesos
Textos: Fran Pérez Cabrera.
Edición Mario Eduardo Ángeles.
La Testadura, una literatura de paso. www.issuu.com/latestadura www.latestadura.blogspot.mx latestaduraliteraria@gmail.com elgallodeletras@gmail.com México, Mayo 2016. Síguenos por Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus autores. La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en los lugares públicos o salas de espera.
Historias urbanas sobre el café El interlocutor y la señora Natif Natural Boutique Filósofo Cofee Shop Café Fengari Candil del Café del Fondo Mon Ami Más que divino Bibliourbe Madre Hora del café Vienesa
Por Fran Pérez Cabrera
La Testadura, una literatura de paso
Historias Urbanas Sobre el Café1 El interlocutor y la señora “La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir.” Alejandro Dumas
No hablemos del Querétaro arquitectónico, ni del gastronómico, ni el industrial o el ecosuicida o el alusivo al patrimonio tangible e intangible de nuestra bella ciudad. Conversemos de esos espacios donde se gestan revoluciones del alma, revoluciones pasionales, alborotos carnales, sublevaciones de género, rebeliones juveniles, levantes culturas, sociales y de otros tipos. Esos lugares de aroma cafetero, donde se expresa gente estereotipada y otras muy pecu-
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Fran Pérez Cabrera liares, esos extraordinarios lugares donde se arregla el mundo frente a una aromática y sabrosa taza de café. Una muestra puede ser Café Europa2, está situado en la esquina de Allende sur con Madero, ahí pido siempre un café americano fuerte y nunca falta una rebanada de pastel de zanahoria. Ayer, mientras esperaba, me entretenía mirando un folleto del diplomado en derechos humanos del Centro de Investigación Social Avanzada: “De la dignidad de la persona a la nueva ciudadanía.” Volví la atención al ambiente cuando la mesera-barista me acercó el cafecito, agradecí su cara de encanto y que no olvidara mi costumbre de nada de azúcar, nada de leche, nada de crema, nada que le quitara el sabor al cafecito, en cuanto se fue, me prendí del libro “Poética del café. Un espacio de la modernidad literaria europea”, de Antoni Martí Monterde, luego retocé sobre una revista nacional especializada en los Cafés, y pronto salté a los ojos caracolillo tosta-
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La Testadura, una literatura de paso do de la mesera-barista que pasaba de lado y en seguida a sus labios y, y, mmm, me vi forzado a indagar la mesa vecina para no despertar sus demonios del deseo. Esa mesa no estaba ocupada así nomás, diría que estaba habitada por uno de esos seres de Café que su vuelven parte del panorama, tan así que diario la puedes encontrar ahí, bueno, menos los lunes, porque no abren el museo de su predilección3 .Se trata de una señora plácida, cabellos blancos, elocuente, histriónica, voraz; ese día ella parloteaba, manoteaba en una disertación sobre la educación mexicana, el poco compromiso de la SEP, los profesores y los padres, todo en detrimento de los ciudadanosestudiantes-hijos, su escénica espontaneidad mantiene a su interlocutor con cara de pendejo. Confieso que no sé cómo es una cara de pendejo, pero conjeturo que quizá ésa sea lo más parecido, porque nunca se percató que desfiló junto a él un músico con complejo de pisaquedito, una chichona, luego una nalgona, un perro con disfraz, un sombrerudo con bas-
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Fran Pérez Cabrera tón, vamos, hasta dos diputados que literalmente se iban echando la gorda. El interlocutor sólo hacia existir a la señora a través de su cara ojona, estupefacta y sus oídos de vecindad que recortaban el instante y alimentaban su cerebro con ese monopolio audiovisual, lo cual es esencial en la gente chismosa de Café. Y pensé, oh un interlocutor seducido por una señora de cabellos blancos y aliento de café expreso, y bueno, ustedes disculparán, yo también tengo mis esencialidades ontológicas de un ser de Café, me explico por si acaso, además al filósofo se le perdona todo con tal de que ese todo no salga del Café hacia cualquier foro cultural, así que los pensamientos librescos y sexosos me llevaron a la extraña conclusión de que esos labios parlantes obligaban al interlocutor de la señora a fantasear una vulva dispuesta como haba de café de alta calidad. Notas 1.- Historias Urbanas Sobre el Café es un monólo-
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La Testadura, una literatura de paso go de mi autoría, lo presenté en Ecotienda & Cafè Neblinas, el sábado 1 de octubre de 2011 a las 20 horas, mi invitada especial fue la pintora y científica social queretana Mayra Nieves, quien pinto y subastó ese día su obra. Por otra parte, en todo el documento se usará el concepto café para referir el grano, el producto molido o el preparado y presentado en una taza para beber, se usará el concepto Café como espacio, lugar en donde coincidimos muchos para ir a disfrutar de un café y de pláticas amenas y muy formativas, donde además nos volvemos ingeniosos, innovadores, heurísticos. Se sigue la propuesta de Ramón Gómez de la Serna con su invención verbal contra la Real Academia de la Lengua Española, expuesta en so obra: Pombo. Biografía del célebre Café y de otros Cafés famosos, de 1941, en la página 9. 2.- Café que estuvo ubicado en la esquina de Allende con Madero, frente a la famosa Fuente de Neptuno, en el Centro Histórico de Querétaro, hoy ese sitio lo ocupa otro Café. 3.- Museo de Arte de Querétaro, ubicado en Allende 14 sur, Colonia Centro Histórico, conocido por los vecinos como Centro Histérico.
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Fran Pérez Cabrera
Natif Natural Boutique4 “Parafraseando a Ecotienda & Café Neblinas, el café es „diverso por naturaleza‟, no le importa sexo, edad, clase social y demás, a todos enamora por igual.” Fran P.C.
El novio le decía, anda, anda invítame un café, mientras se contoneaba o se balanceaba de ida por vuelta y demás. Anda, decía, invítame un café y yo sólo los observaba desde una mesa del Café Natif. Le eché un sorbo a mi café, le eche un ojo a los novios animados por entrar, se notaba que querían disfrutar unos tragos de buen café, luego le eché un ojo a la gente y dije, oh, ya pasó. Eso pensé porque su curiosidad era nula, nada de atención, ni una sola expresión, nadie chismoseando, todo mundo en su mundo y sin
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La Testadura, una literatura de paso fijón. Los dos hombrecitos felices en un beso rasposo y picoso entraron tropezando. Se colgaron de la pasión, se comieron nuevamente a besos y la gente ni un fijón. Los novios caminaron felices a una mesa pa`echar un café, unos besos, uno que otro chisme y uno que otro apretón. Notas 4.- Historia real que presencie un día de septiembre de 2011 en Natif Natural Boutique, un Café ubicado en la esquina de Rio de la Loza 1 y 5 de Mayo, en la Colonia Centro Histórico de Querétaro. Qro., es un sitio con café orgánico y otros productos con la misma denominación y artesanales. La breve historia es parte de la Lecturaespectáculo conformada de doce breves historias recopiladas de la cotidianidad de distintos Cafés de Querétaro: Historias Urbanas Sobre el Café que hice el sábado 1 de octubre de 2011 en Ecotienda & Café Neblinas, ubicada en Río de la Loza junto al Café Natif Natural Boutique.
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Fran Pérez Cabrera Se volvió a presentar el 27 de noviembre de 2014 en el evento literario Textos en su contexto organizado por Cooltura Querétaro y Artistas Unidos Producciones en el Centro Cultural La Central, Querétaro, Qro. También está en revisión para inspirar el guión de un cortometraje sobre diversidad sexual que concursará en Zacatecas en el 2015.
Filósofo5 “Se cambia más fácilmente de religión que de café” Georges Courteline
Es cafetero cotidiano, se cree muy flexible para las cosas de la vida, y sí, es un ser urbano polifacético, un espécimen de mimetismos porque ha admitido por igual lo propio y lo extraño, se alimenta de las energías complejas del ambiente; dicen que es ecologista porque come orgánico y cruza el Centro Histérico a pie.
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La Testadura, una literatura de paso Cada cierta cantidad de pasos y según el mapa de Cafés queretanos hace descansos, saluda en cada uno a tal pintor, a tal fotógrafo, a tal barista, a tal modelo, a tal teatrero, a tal bailarina y a todo tal por cual que ha hecho de los Cafés su domicilio postal y fiscal bajo el consentimiento de los dueños de cada lugar. El ritual cumple su momento más prolongado cuando llega a la mesa de siempre en su querida Ecotienda & Café Neblinas para tomar su dosis de cafeína, minerales y antioxidantes. Pasa el tiempo y aunque el espacio es igual de inquieto parece tranquilo, el filósofo se siente como separador de libros en su página favorita, un trocito de tiempo más y el filósofo le da un sorbo al café, le pasa datos al pintor sobre un buen curador, da otro sorbo y pasa datos de un buen barista a un comensal deseoso de educar su paladar para el café, da otro sorbo, piensa rápido y decide dar otro sorbo más largo antes que cualquier cosa genere el caos en este cosmos y le da el dato de la lectura-espectáculo a la bailarina y a la suculenta modelo con color
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Fran Pérez Cabrera de tostado medio, las engatusa, las envuelve pa`regalo y las manda con el teatrero que gustoso sabrá sacarles provecho y ellas complacidas querrán más. Al final, como siempre, el filósofo da el último sorbo, pide la cuenta, paga y agrega la propina, mira las nalgas cadenciosas de la mesera, se pone el sombrero y sale calientito, mimetizado con el calorcito del sol y la cantera y la banca y la pareja que la sobrecalienta y el ambiente que ahora está calientito porque es preelectoral, entonces siente que sus teorías se deshacen y el tiro de gracia lo da la batalla del ejército nacional contra los narcos ya transnacionales y las rabietas del gobierno federal, entonces las caóticas bolsas financieras y el fútbol nacional baleado le echan más leña al fuego junto con los cambios de uso de suelo local y el juicio del año6, ¡ay calamidad!, el calentamiento sobre todo global acaba por destrozar el cosmos recién arreglado por el filósofo y olvida el sabroso sabor del último sorbo de café.
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La Testadura, una literatura de paso Notas 5.- Un filósofo queretano que ha participado con el Hub Cultural Neblinas, ha hecho monólogos y lecturas espectáculo muy filosóficos y eróticos en Ecotienda & Café Neblinas, en Río de la Loza 1 casi esquina con 5 de Mayo, Centro Histórico de Querétaro, Qro. El filósofo cree en la trascendencia de la educación informal que se hace en espacios cafeteros. 6.- El juicio que algunos ambientalistas le ganaron al gobierno queretano sobre la Zona de Reserva Ecológica Peña Colorada, de ello abunda el escrito Alejandro Angulo en su libro: La renta Ambiental, Ordenamiento Ecológico y Acción Ciudadana.
Cofee Shop7 “El instante de saborear un café es un ritual religioso, te religas con los que hicieron posible que esté en tu taza.” Fran P.C.
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Fran Pérez Cabrera Doña Arrítmica anda, uno, dos,… así le cuenta un niño burlón. Camina dispar, un poco inclinada a la derecha y no es que sea del PRIPAN, sólo es artritis, la vida, el desgaste, qué sé yo. Camina saludando al turista, a otra doña, al portero del hotel, al taquero, luego me ve sentado en Cofee Shop y saluda cordial, hace una inclinación natural. Cómo está usted mi buen señor. Oh, muy bien, -le digo con sorpresa-, muy bien, gracias por su atención, gusta un expreso. Así la convido, la viejita coqueta acepta, saluda gustosa a Karina, la dueña del Café, al instante le acerca una aromática taza de expreso que como ahí no hay dos. Notas 7.- Una de las pequeñas empresas que no lograron lidiar con las vicisitudes de la economía nacional y sucumbió, es importante considerar que en Querétaro el 75% de las empresas que sostienen la economía local son pequeñas y medianas empresas y de
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La Testadura, una literatura de paso esas sólo 1% son empresas socialmente responsables (ESR): los tres pilares sustentables de dichas empresas son la sustentabilidad económica, la sustentabilidad social y la sustentabilidad ambiental. Cofee Shop era un Café con visión sustentable, se consumía sólo café orgánico y estaba ubicado en la esquina de 5 de Mayo y Altamirano, en el corazón del Centro Histórico queretano.
Café Fengari8 “El café es como el erotismo, debes saber algunos secretos, para disfrutarlo más.” Fran P.C.
La pizza griega acompañada de un café griego es una delicia para mí, sabe al verdadero Òlympos, o sea, a un atardecer queretano, a madrugada cálida con poesía y por supuesto café, sabe a erotismo con todo el tiempo por delante, sabe a poesía, cuento, novela, ensayo o
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Fran Pérez Cabrera lo que te guste leer. La pizza y el café griegos tienen sabor a fiesta de pueblo, a caminata por el viñedo, a huapango queretano mezclado con lo griego, a viento suave y cálido, a lluvia de verano cubriendo tu cuerpo. Saben a tus ojos, a tus labios, a tus pechos, sin disfraz cultural, así sin un tal por cual ritual, ¡ay el café!, como lo disfruto sin azúcar y contigo en erotismo más. Café Fengari también me trae remembranzas de familia, me recuerdan la cocina de mi madre, sus manos sabias, mi padre comelón, las miradas risueñas de los dos, la pasión por la vida, la alegría por el cosmos de la cocina, la actitud socrática con la gastronomía, porque aunque mi madre sabe mucho, asume que no sabe, aunque yo sé que sabe todo de todo y sobretodo es amante del disfrute de una taza del mejor café. Notas 8.- Ubicada en la esquina de Pasteur e Indepen-
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La Testadura, una literatura de paso dencia casi frente al Museo de la Zacatecana, atendida por una pareja híbrida, un mexicano y una griega que lograron despertar el gusto por lo griego desde su Café. Pero también es una de las pequeñas empresas que no lograron lidiar con las vicisitudes de la economía nacional y sucumbió. La última vez que los vi estaban planeando su regresa a Grecia.
Candil del Café del Fondo9 “La fidelidad es sinónimo de perro y café.” Fran P.C.
El comensal más fiel del café no es don Chavita que desayuna, come y cena aquí, ni el músico que viene antes de su toquín a echar un café y luego cansado vuelve pa`reanimar el aliento, compone una, dos rolas y se va a continuar el traca-trín. El más fiel a este Café tampoco es don Tacho que ya sólo le importa ganar en el ajedrez, porque dice que su pensión es como barita mágica
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Fran Pérez Cabrera con fisuras, a veces alcanza a veces no. Tampoco Sarita es la más fiel, aunque cumpla diario el ritual de pasar al inicio del trabajo y al final, con todo y cansancio existencial y el hartazgo de vender lencería y corsetería, cada día sólo piensa en llevar su paquete de comida y café. Tampoco son los jóvenes con energías utópicas para cambiar el mundo desde su corazón, o sea, desde el Centro Histérico de Querétaro o con mayor precisión, desde el Café del Fondo. Sabes, me costó entenderlo, pero el más fiel, siempre ha sido el candil, que no le importa el paso del tiempo o éste o ésta o cualquier situación, siempre está listo para alumbrar el festín acompañado de un buen sorbo cafetón. Notas 9.- El Café del Fondo es el proyecto de una gran amiga, Elsa, ex profesora y una luchadora social, luchadora de la economía que algunos llaman solidaria o colaborativa o de la felicidad, una de las figuras importantes de la sociedad civil queretana, un
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La Testadura, una literatura de paso ejemplo para muchos jóvenes que llegan a su Café para encontrar su inspiración y su consejo. El Café está ubicado en Pino Suárez casi esquina con Juárez en el Centro Histórico queretano.
Mon Ami10 “La venganza es como el café, por más azúcar que se le ponga, siempre deja un sabor amargo.” Anónimo
Cada sitio tiene su por qué, su para qué y su cómo, ciudades que concretaron su economía y política bajo el embrujo de unas caderas ardientes, hay cambios de uso de suelo por una chupada genital, hay chambas de servidores públicos que les deben mucho a unas nalgas más que dispuestas, pero las historias que más me gustan son las que se han gestado entre mucha cafeína y de esas hay un chingo en las cafete-
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Fran Pérez Cabrera rías de mi ciudad. Las cafeterías son lugares de encuentros que fundan amistades a secas o amistades cachondas o de esas amistades que llegan hasta el mole, es decir al casorio; hay encuentros que desarrollan apego o hasta recuerdos de esos buenos como los ojos de una francesita que no olvido en Mon Ami, Creperìa & Cafè. La carta de dicho lugar tiene una frase interesante en su final: “Es difícil encontrar un buen amigo, más difícil dejarlo e imposible olvidarlo.” Y me gusta la dichosa expresioncita, porque muchas de mis amistades surgieron y se consolidaron en una u otra cafetería del Centro Histérico queretano. Sin embargo no todo es buen café, hay quien pierde la cartera o el celular o la virginidad en momento de ovulación o quien olvidó que no traía dinero o hasta quien ha perdido ahí mismo la vida por un infarto provocador por el éxtasis de enterarse que ahora si ganaron los gallitos queretanos del balompié disque nacional.
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La Testadura, una literatura de paso Y sí, sí es verdad, eso amerita que yo festeje con otro café que sea también regional, o sea 100% queretano, de Neblinas y ya. Notas 10.- Café ubicado en el andador Matamoros, tiene un agradable microclima fresco, gracias a que le hacen sombre el Teatro Alameda, la Galería Municipal y el Cine-Teatro Rosalío Solano.
Más que divino11 “La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.” Eduardo Galeano
Cuentan los historiadores, cronistas, narradores y chismosos de cafeterías y bares, así como diversos documentos de los más agazapados con el tema, que la contrarreforma fue un movimiento de la Iglesia católica apostólica
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Fran Pérez Cabrera romana en los ya muy lejanos siglos XVI y XVII, algo así como un segundo respiro que oxigenó las oxidadas estructuras religiosas, no para luchar contra los ateos, sino contra los otros creyentes protestantes. A veces lo propio y lo extraño no es exogámico sino bien endogámico, o sea, uno origina su propia lucha de contrarios sin pensar en el tercer excluido, el otro, el que ni le va ni le viene la red de patrañas religiosas. Uno juega a reformarse, a restaurarse y nada, que al otro o la otra ni por aquí le pasa tu presencia. Eso pensaba cuando vinieron a mi mente ideas sobre el papa Clemente VIII (1536-1605), bibliófilo y por tanto obsesivo en ordenar una edición revisada de la Vulgata, lo que es la Biblia latina oficial, también ordenó escudriñar el Breviario y el Misal, todo con un afán reformador pensando contra-reformadoramente contra la reforma protestante, bueno, eso digo yo, desde acá, mi sitio ateo. Él no sólo creía en Dios, también en un brebaje diabólico pero delicioso, una bebida excitante, preparada con la semilla
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La Testadura, una literatura de paso de una planta africana y que por cierto, los ateos la consumían con un placer despreocupado, el Papa llegó a expresar que era vergonzoso que tan maravillosa bebida sólo la gozasen los incrédulos ateos y empezó a gozar con hedonismo despampanante del café. De pronto, una mentada de madre de un conductor que casi me atropella me regresó al presente, presuroso alcanzo la banqueta, pero como siempre, me vuelvo a distraer. Dicen que el Centro Histórico de Querétaro es más que divino, supongo que por ser patrimonio de la humanidad, no sé si su divinĭātis le fue otorgada porque casi en cada cuadra encuentras un templo o porque entre cuadra y cuadra, esquina, contra esquina y por todas partes que vuelves y revuelves la vista te salta el asombro con la expresión bruta y desnuda, tal como la actitud filosófica la trajo al mundo al momento de ver una mujer queretana: oh que divina, oh que hermosura, oh que preciosura, oh esencia de dios en cuanto dios, pero después de la descompostura, volteas pa`cá y pa`llá y más allá,
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Fran Pérez Cabrera no sea que los cuates escuchasen y fueses excluido de la comunidad athĕus. Luego camino apresurado por Madero, paso frente a la casa legislativa, donde pesa más la Biblia que la Constitución Política Mexicana, llego a la esquina con Allende, al Café Europa, saludo, como siempre, pido el acostumbrado café americano fuerte, veo, olfateo, pruebo su espuma cremosa, otra vez el tic lingüístico, oh que divino y saco el libro casi deshojado, retomo la lectura, observo con un ojo al gato y otro al garabato, por supuesto, las divinas y lo divino, hago como que voy entendiendo el problema cardinal de la filosofía universal, bueno, tal vez mundial, porque no sé si hay filosofía en otros mundos, bueno quizá sólo occidental, porque con mi actitud monocultural no me he dado la oportunidad de conocer otras culturas y menos sin el filtro hegemónico del occidentalismo. Volteo y veo a la mesera y pienso que es divina y ególatramente imagino que piensa que soy divino, sigo haciendo como que sé que sé aunque sólo sé que no sé, pero cómo reconocer si la ig-
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La Testadura, una literatura de paso norancia no es divina. Ese problemón del pensar y el ser, esa idea de que las imágenes y las ideas quizá no son producto del organismo, sino de un alma, ese habitante que desea con presuroso desdén migrar de aquí pa`lla, porque no fue la necesidad religiosa de alivio espiritual sino la perplejidad montada sobre la ignorancia de no saber qué carajos hacer con el invento llamado alma lo que llevó a la solución in-solucionada de su inmortalidad, luego vienen las refutaciones, contra-refutaciones y contra -contrarefutaciones y la cosa en sí nomás no aparece por aquí ni por acá, incluso se le pierde entre los bolsillos aguijoneados por dedos nerviosos a un tal Kant, quizá fue el fenómeno porque el noúmeno no ha pasado por aquí, y mira que estoy atento con un ojo al gato y otro al garabato y miro al Ánimo que pasa entusiasta con su acostumbrados chiflidos y veo pasar una química bien buena, una artesana de cara angelical, en fin el movimiento perenne de esta ciudad. Luego, me canso, me fastidio, dejo a un
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Fran Pérez Cabrera lado el pinche libro como antes al pensamiento religioso obsesionado con el pecado y el miedo al crujir y chillar de dientes, levanto los ojos para ampliar el panorama, encuentro y comprendo que el caminar de aquella chica que me mira tiene mensaje de antojo más que divino, doy un gran trago de café, dejo lo suficiente para saldar la cuenta y la propina, apresurado salgo tras ella. De algo estoy seguro, sé mi camino. Notas 11.- Escrito para Tempus Fugit, revista independiente de cultura y libros, dirigida por Nayeli Ocampo y Rafael Romero en Morelia, número 1, febrero de 2010, dedicado a temas de la espiritualidad y el ateísmo.
Bibliourbe12 “Una ciudad sin cafeterías es todo, menos ciudad.” Fran P.C.
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La Testadura, una literatura de paso Aún era de madrugada cuando algo proveniente de la biblioteca me despertó, era un murmullo como de ciudad, ya saben, siseo, ruido de motores, gritos de estresados y esas cosas, así que salí de la cama con movimientos felinos, digo, pa´encontrar en pleno acto a lo que fuese que alborotara mi desvelo, entonces advertí algo pasmoso, jamás había visto ni imaginado algo así; sabía de libros de arena como el de Borges, libros sagradísimos como el Popol Vuh y hasta libros piratas como los del mercado de la Presi, con todo, era fantástico, mi biblioteca era literalmente una ciudad y quedé boquiabierto, como un Hernán Cortes posmoderno ante una nueva ciudad de Tenochtitlan rodeada por el lago de la globalización, y aun así, encerrada en sus coquetas palabras de simetría ostentosa. Cada espacio constituía un sitio urbano, con sus calles y todo lo demás, proliferaban las cafeterías para libros bibliófilos13, había clínicas para sacar el vértigo literario que se lleva dentro, ahí siempre se contaba con ayuda de psico-
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Fran Pérez Cabrera libreros14, en otras palabras, ayudaban a salir del closet literario, inclusive en las farmacias había píldoras para recuperar la flora letral15, en caso de sufrir de la perdida de letras, sílabas, palabras, oraciones, también se vendían píldoras contra el analfabetismo, recetarios para hacer exquisitas sopas de letras, pastillas para un seguro orgasmo literario,... En esa ciudad cada libro cumplía su misión en la vida, según fuese la temática de su ser, con rapidez conocí uno sobre la lógica vuelta excéntrica consigo misma, se hacía llamar El libro de arena, pero le daba por decir que en realidad no era un libro sino el mismísimo Jorge Luís Borges,... así conocí infinidad de ciudalibros16 esa madrugada, pero lo que más me interesó, era una pequeña cafetería en la calle Latinoamérica con un gran eslogan: Café para ciudalibros breves, entre sabiéndome amante de algunas brevedades, así que nadie me hizo el feo, encontré ciudalibros que se hacían llamar Juan José Arreola, Ana María Shun, Felipe Garrido, Luís Brito García, Mario Benedetti, Julio Torri
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La Testadura, una literatura de paso y no podía faltar Augusto Monterroso que no se quedó mucho tiempo, dejó la interesante plática que tenía con Guillermo Samperio sobre el cuento breve Pasear al perro17, salió corriendo desesperado al darse cuenta que había perdido a su mascota en un santiamén de charla. Lo seguí con la mira hasta perderse al llegar a la esquina, de pronto algo golpeó mi mano, era un separador de libros muy hiperactivo con un mensaje que decía: Soy el dinosaurio18, siempre me pierdo en los sueños de otros, por favor entrégame a mi dueño antes de que despiertes. Notas 12.- Bibliourbe: biblioteca que por las madrugadas se encapricha y se vuelve ciudad de libros, al estilo del mito de la caverna de Platón sin distinguir que el mundo de las ideas están en sus autores y no en el mundo de las sensaciones que provocan en los lectores que son seducidos, es decir engatusados y encantados para siempre, condenados a leer por puro placer.
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Fran Pérez Cabrera 13.- Bibliófilo: biblio y filos, libro y apego o amor, en otras palabras, ser extraño que gusta de los libros, incluso al extremo de buscar las ediciones de museo, las que nunca se vendieron y las ocultas. 14.- Psicolibrero: el psicólogo de los ciudalibros, algo así como un híbrido de un corrector de estilo, un vendedor y Freud para ser un libro de éxito. 15.- Flora letral: quizá los seres que le dan vitalidad y posibilidad de buena absorción de ideas al intestino de los ciudalibros, no lo sabemos, aun no les he preguntado, prometo preguntar en el siguiente sueño. 16.- Ciudalibro: ciudadano que no es humano pero si libro en una ciudad que presume ser pura biblioteca. 17.- Pasear al Perro: cuento breve de Guillermo Samperio, escritor mexicano que también es promotor cultual al impartir su taller: Literarios múltiples. 18.- El dinosaurio: Considerado por muchos el
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La Testadura, una literatura de paso cuento más breve que hay, aunque algunos aseguran que Augusto Monterroso, su autor, decía que no era un cuento sino una novela breve, bueno, que cada quien decida sus inclinaciones.
Madre “Un buen café siempre te recuerda a tu madre, pero con un mal café le recuerdas a otros la suya.” Fran P.C.
Era un medio día einsteniano, lo sé porque la Avenida Zaragoza y los incidentes circundantes estaban caldeaditos, mientras en un microcosmos todo era paz, el Café 2 Minutos 19 recién iniciaba la mañana festejando con su excitante aroma cafetero, yo interpretaba los labios de la mesera que me sugerían uvas jugosas con un cafecito, ella y mi otro yo por el contrario sugerían un desayuno especial con muchos carbohi-
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Fran Pérez Cabrera dratos, grasa y proteínas de origen animal. En ese momento reparé en una fisura del macrocosmos, era la llegada de una exhibicionista, vanidosa y como si el mundo no la mereciera, o sea, una diva enseñando chichis y nalgas en pasarela ante cualquiera, detrás, como cuidándole esas nalgas, su hermana gemela. La vanidosa llevaba un pequeño vestido rosa, ligero, coquetón y seis meses de embarazo, la hermana un simple pantalón corto o cachetero y top simulando casi un collar de telas deslavadas, detrás llegó el esposo de la vanidosa con un chiquilín de un par de años y muy malhumorado. Tengo que decirlo, era una hija de su chingada madre, sí, porque con su pedantería hacía lo que quería del esposo, se le encaprichó con el antojo de un café capuchino con moka, que no, que mejor vainilla, que siempre no, que mejor un simple capuchino, y la chef-mesera ya estaba como volcán y el esposo otro tanto más, no sé para qué tanto juego de indecisión acompañado con manitas de puerco y vaivenes chiches-
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La Testadura, una literatura de paso cos, pero ella no le preocupaba mi disertación filosófica, pidió, mmm, otra cosa, no, exigió, imaginó ególatramente que con un beso trompudo componía el desastre ambiental y sin esperar salió dando sorbos ruidosos y asquerosos, chupadas al popote con un éxtasis vulgar, pero que arrastraba tras de sí a la chulada de hermana, su esposo relegado y como propina un hijo que le brotaba angustia por la boca y los ojos ante el olvido de unos chocolates tristes en la cafetería. Nadie se atrevió a decirle que su vestido estaba atorado en su tanga, quizá porque armonizaba con el baile de cadera o simple venganza o hartazgo o estaban hasta la madre de la madre. La mesera y yo nos miramos sin más expresión. Notas 19.- Fue un sitio que me resguardo mil y una veces de la lluvia, el sol, el frío y otros hermosos caprichos naturales, pero sobretodo me resguardo de los males culturales contemporáneos, el estrés, la contaminación, la intoxicación mental,… Pero como todo,
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Fran Pérez Cabrera cumplió su ciclo y pereció, se presentó la oportunidad de llevarme todas sus mesas y sillas en la subasta que hizo su dueña, es más, por el aprecio que sabe que le tengo al café, me llamó unas horas antes de la subasta para que considerara su compra, tenía el dinero en efectivo y el deseo, pero pensé que había que dejar ir al Café y cerrar, en lo personal, el circulo.
Hora del café “Hay instantes tan únicos, tan sagrados, tan orgásmicos, como la hora del café contigo. Fran P.C.
Era uno de esos días especiales, porque del café nació el deseo de darte un libro del que brotaran detalles lujosos, detalles hermosos que estuvieron dormidos por años ya sea por estupidez, miedo, torpeza y hasta porque el intelecto caminó más aprisa que el ingenio y el atrevi-
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La Testadura, una literatura de paso miento. Bailaban los ojos con el aroma del café, gozaban los labios el pre-festín, no cabían de contento en su abrazo nuestros labios mojados de café, estrujón, estimulación con cafeína, vértigo, no importaba nada que no fuese disfrutarte de frente y verte con una taza de café; nada, no importaba nada, porque la nada es excitante y tu ser era más que erótico. De pronto le desfalqué el último gozo al resto de café, se expresó como universo, como cosmología vislumbrada desde ojos sensibles al más allá y el más acá, vibrante, como reorganizando el bing-bang y por dentro decía, ¡vengaban! Luego te vi con ojos cansados por la proximidad de la madrugada, te cobije con un beso y abrazo que tostó de puro gusto al mismo espíritu con esencia de café. Te gocé como café moka, amarga y dulce, como café vienes, luego como café irlandés y no sé cuántas veces te leí palabra a palabra como un expreso, frase por frase, por momentos re-
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Fran Pérez Cabrera gresé a filosofar una que otra argumentación, me di cuenta hasta cansarme, pero te confieso, aún se me antoja leerte despacio, dialogar tu cuerpo, tienes unos poemas entre pierna y pierna que deseo volver a leer lento, a su tiempo, así que mañana vuelvo, no apagues tu celular para avisarte la hora del café.
Vienesa20 “Mientras va escribiendo se rebela contra todo, Pero al escribir descubre la nada” Antoni Martí Monterde
La Mariposa la fundaron en 1940, siendo cafetería, dulcería y otros detallitos, tuvo diversas ubicaciones, hoy se le puede visitar en la calle Ángela Peralta 7, casi esquina con Corregidora, en el mismísimo Centro Histérico de Querétaro, no muy lejos de ahí se ubica la panificadora más antigua, fundada en 1919, ahora tam-
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La Testadura, una literatura de paso bién es cafetería y puedes disfrutar de un desayuno en la Calle Juárez casi esquina con Ángela Peralta. Cuando entré por primera vez, pensé en lo costoso del decorado con mármol, es un espacio contemporáneo con características híbridas de distintas décadas del siglo pasado. La mesera me recuerda la infancia, con precisión, las señoras que le vendían las tortillas hechas a mano a mi madre en el Mercado de La Cruz. Los comensales también me remiten a un pasado reciente, tienen el tipo de quienes han salido de una misa dominguera, aunque hoy es lunes por la mañana, la carta es simple, tradicional, algo interesante es el pan, nomás imagínate la receta de casi un siglo, la resiente Revolución y el inicio del movimiento cristero, qué cosas no diría la receta si hablase. Como toda cafetería tiene su murmullo, en eso son como las mujeres, cada una tiene su jadeo peculiar a la hora de la excitación y más en pleno orgasmo; la cafetería tiene un leve
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Fran Pérez Cabrera murmullo, se habla muy quedo, casi como para no interrumpir el equilibrio de cada mesa, además el ajetreo de la calle Juárez es casi nulo, sin embargo, recuerdo algunos pendientes y me sorprende la hora que es, se ha ido como el café entre sorbo y sorbo y lo que escribo; el instante me remite a la nada de tu presencia porque no llegas ni llegarás, es obvio que no te llené el gusto, escribir en Querétaro a veces es descubrir la nada de la soledad, así que pago y salgo al anonimato a esta ciudad donde las cafeterías le han ganado la batalla a los templos religiosos y pa`no luchar con las librerías, se han juntado por amasiato, unión libre, qué sé yo, quizá hasta por sociedad de convivencia y hasta por disforia cafetal, por aquello de las cafebrerìas, caféinternet, librería-café, barra-café, café-boutique, ecotienda-café, cafetería-panadería, caférestaurante, lonchería-cafetería, café de paso, sexshopcoffie,… Notas 20.- En la cena de fin de año del 2014, mi madre
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La Testadura, una literatura de paso me ha enterado de algo sorpresivo, un tío abuelo fue uno de los grandes panaderos del Querétaro de primera mitad del siglo XX, trabajó un tiempo para la Vienesa y llegó a tener a su cargo una cuadrilla de panaderos que hicieron las delicias de Querétaro, quizá de ahí venga mi gastro-filia y mi café-filia.
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